cuelgasotana de tramboyo

Upload: don-lucho

Post on 04-Apr-2018

223 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/29/2019 Cuelgasotana de Tramboyo

    1/4

    1

    Cuelgasotanas de tramboyo(Homenaje al Compadre Guisao)Por Don Lucho

    DON LUCHO RECETAS

    Sin ajinomoto,

    sin pescados en

    peligro de

    extincin, un

    plato antiguo de

    autor ilumina la

    mesa

    contempornea

    Octubr

    e2012

    Esta receta la he sacado de un verdadero clsico que me ilumina desde hace

    largos aos: De la Mar a la Mesa, del insuperable Compadre Guisao,

    seudnimo y personaje que escondan a un civilizadsimo diplomtico de

    divertida y transparente prosa, don Ricardo Alcalde Mongrut.

    El libro se edit en los sesenta, dur aos en las estanteras, hasta que se

    agot, y finalmente volvi a ser editado. Si todava est a la venta y lo

    encuentra, cmprelo. Es una joya. Para mi gusto el mejor libro de cocina

    peruana de todos los tiempos. No tiene, no necesita fotos.

    Como todas las recetas del Compadre Guisao, sta est metida dentro de

    una sabrosa narracin, y en el libro no es especialmente fcil de seguir,

    aunque es de simplicidad extrema. Espero que mi reconstruccin le haga

    justicia.

    Para quien no lo adivine, el ttulo se refiere a los efectos que puede producir

    esta lato hasta en el ms clibe clri o

  • 7/29/2019 Cuelgasotana de Tramboyo

    2/4

    2

    Todo comienza en este plato con la suerte deencontrar tramboyos, Labrisomus philippii. Aunque es un

    pescado muy comn al menos en la costa central del

    Per, y se extiende hasta Chile, no es muy comercial. Es

    decir, el pblico no lo pide con especial inters. Los ojos

    estn volcados a los lenguados, las corvinas, las chitas, las

    cojinovas y los dorados, y del modesto tramboyo nadie se

    acuerda.

    Hay, por cierto, una buena razn domstica para

    eludirlo. El tramboyo es muy espinoso, y eso lo hace un

    poquitn difcil de comer, sobre todo para los nios, peroes tan sabroso, suave y sustancioso que abandonarlo es

    una pena.

    Ojo, no lo confunda con su pariente, el borrachito,

    que es medio alucingeno, o por lo menos que convoca

    unas siestas impresionantes.

    Antes de empezar propiamente a cocinar, lav bien

    mis tres tramboyos, los puse en una fuente, les puse sal

    por fuera y por dentro, los ba en jugo de limn, los

    frot bien y los dej bien tapados en la refrigeradora. Us

    una lmina de pstico para tapar hermticamente la

    fuente. Por fresco que est el pescado, no es buencompaero de las dems cosas de la refri Verdad?

    Lo primero que hice fue filetear dos buenos ajes

    amarillos. Siguiendo los consejos del Compadre

    Guisado los priv cuidadosamente de las venas. Los

    puse a soasar en una sartn vieja. Mientras segu

    trabajando, de cuando en cuando les fui dando vuelta

    para que se tostaran bien por ambos lados.

    Acto seguido tom una olla de barro, la de la foto.

    Es de esas ollas que se tapan con otra olla un poco ms

    chica. Eso es muy conveniente para que la mayor partedel vapor se quede contribuyendo a la coccin.

    En esa olla puse primero una cama de dos

    cebollas cortadas bastante groseramente.

    Sobre la cebolla puse cuatro tomates muy

    maduros que pel con cuidado. No los pel al agua

    hirviente, sino con pelador. La receta original no

    menciona este detalle, y me consta que en los viejos

    tiempos no se pelaban los tomates, pero es una buena

    prctica hacerlo, sobre todo en platos como ste, donde

    uno no quiere tener la fea sorpresa de rulos de cscarade tomate por todas partes.

  • 7/29/2019 Cuelgasotana de Tramboyo

    3/4

    3

    Sal los tomates, ligeramente.

    La receta original del Compadre Guisado hablaba

    de un vaso de vino tinto y un vaso de agua. Todo me

    hace presumir que era de esos tintazos poderosos. En

    este punto me escap de la receta, porque slo tena a

    mano un vino joven y ligero, de modo que vert dos

    vasos de vino sobre la cama de cebolla y tomate.

    Puse ahora con mucho respeto los tres tramboyos

    sobre su camita.

    Los cubr con una cebolla y dos tomates ms,picados grueso en ambos casos.

    Agregu de mi cosecha una ramita de romero y

    unas hojas de huacatay

    En ese momento les ped a los tramboyos que

    sonrieran para la foto.

    Ahora fue solo un acto de paciencia.

    Tap la olla y la puse al fuego medio.

    Mientras tanto, en una olla pequea puse a cocinar

    una yuca pelada y partida en trozos. La hice en agua

    salada y tambin a fuego medio.

    Yuca es lo que en su infinita sabidura recomienda el

    Compadre Guisao como acompaamiento de este plato.

    Despus de comerlo, creo que tiene toda la razn del

    mundo. La yuca es uno de los sabores ms neutros de la

    tierra, de textura suave, pero no untuosa como algunas

    papas, y sin incursiones en el dulce como los camotes.

    Tampoco juguetea con las papilas como el arroz

    graneado. El arroz, por lo dems es un integrante

    relativamente nuevo de la comida peruana y este plato es

    tan radicalmente sencillo que debe estar entre nosotros

    desde la colonia, mucho antes de que empezramos a

    comer arroz, cosa que slo ocurri junto con la

    inmigracin china de mediados del XIX.

    Dej la yuca en su olla y los tramboyos en la suya. En

    ambos casos saba que tena mucho margen. A diferencia

    de las pastas que tienen tiempos crticos, la yuca queda

    bien si uno se excede, y soporta cmodamente que se

    interrumpa la coccin si se est anticipando al resto.

    Los tramboyos iban a anunciar solitos que ya estaban

    listos. Cmo lo hacen? Como siempre, con el olor. No

    basta con empezar a sentir olor a cosa rica. Supuse, y no

    me equivoqu que deba esperarme hasta que el olor

    fuera insoportable. No por feo, no. Insoportable para mi

    hambre, insoportable para mi paciencia.

  • 7/29/2019 Cuelgasotana de Tramboyo

    4/4

    4

    En poco menos de una hora el plato lleg a ese

    punto. Destap la olla y casi me desmaya una vaharada de

    olores sustanciosos y hermossimos.

    Qu Dior, qu Chanel, esos son olores triviales

    comparados al de este cuelgasotana de tramboyo. Una

    probadita al lquido me llev al reino de los cielos. Ya

    estbamos listos.

    Aqu tambin segu las recomendaciones delCompadre Guisao. En vez de dejarme llevar por la

    tentacin de poner cada tramboyo en un plato sopero y

    cubrirlo con sus jugos ms las cebollas, el tomate y el aj,

    separ cuidadosamente los slidos de los lquidos. En la

    olla chica que tap la olla grande puse los tramboyos con

    cuidado de cirujano y los cubr con los vegetales, todo

    listo para llevar al plato.

    Los lquidos, ms un saldo de cebollas y tomates

    rebeldes, quedaron en la olla concentrndose mientras

    almorzbamos.Ya en la mesa, enfrentar al tramboyo fue toda una

    tarea. No es popular, lo dije al comienzo, porque es difcil

    de comer. Tiene tantsimas espinas, no slo en el

    espinazo, sino en el nacimiento de las aletas, y algunas son

    tan finas como cabellos, que comerlo es un ejercicio de

    observacin, paciencia y dedicacin.

    Pero toda dificultad tiene su recompensa. Y la

    recompensa es una carne sabrosa y tierna como ninguna.

    Sabrosa y no ahogada de sabores.

    Ntese que no le puse pimienta.

    No le puse ajo. No le puse jengibre

    (kion). No le puse azcar. No le

    puse especies de ningn tipo.

    Mucho menos le puse glutamato.Eso sera hacer trampa como los

    cocineros incompetentes que

    quieren atarantar al pblico. Fui

    muy cuidadoso, extremadamente

    cuidadoso con el aj. No puse ms

    hierbas que una rama de huacatay y

    una rama de romero. Eso no es

    pobreza ni falta de imaginacin. Es

    la sabidura de la austeridad.

    Apenas los ingredientes visibles, sal

    y vino. Eso fue todo.

    El resultado en trminos de

    sabores fue sorprendente. No hace

    mucho com un mero sudado muy bien hecho en un

    restaurante que sabe tratar a su pescado. Hoy, en el

    recuerdo, lo siento barroco, demasiado cargado de

    sabores violentos.

    No ser que la primera leccin en este viaje culinario

    al pasado es que nos estamos complicando demasiado la

    vida? No lo se. Veo otras recetas viejas que tendr que

    simplificar si quiero que se cian a lo que necesitamos los

    ciudadanos urbanos de hoy, que sabemos bien lo que se

    debe y no se debe comer.

    Pero este Cuelgasotana de Tramboyo no necesit

    simplificacin alguna para ser un plato que es un

    homenaje al arte de la alimentacin. Una porcin limitada

    de protena animal de alta calidad, rodeada de abundantes

    vegetales y acompaada por uno de los mejores

    carbohidratos disponibles.

    Pero all no queda todo.

    Siguiendo nuevamente las instrucciones del

    Compadre Guisao, y al estilo chino, coronamos el

    almuerzo con una sopa. Lo que haba quedado en la olla

    y que yo dej en fuego lentsimo. Result ser un

    concentrado descomunal, levemente gelatinoso, cargado

    de sabores. Puro umame, cortesa del tomate y las

    protenas del tramboyo. Digno, inolvidable final de un

    glorioso almuerzo.

    Pequea nota diettica. este Cuelgasotana de Tramboyo no necesit simplificacin alguna paraser un plato que es un homenaje al arte de la alimentacin. Una porcin limitada de protena animal de

    alta calidad, rodeada de abundantes vegetales y acompaada por uno de los mejores carbohidratos

    disponibles. Lo que se llama propiamente un alimento completo. Perfecto,