cromhidrosis axilar azulada: un signo clínico de alcaptonuria

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Piel. 2009;24(9):474-7 CASOS CLÍNICOS Cromhidrosis axilar azulada: un signo clínico de alcaptonuria Laia Pastor-Jané Servicio de Dermatología. Hospital Universitari Joan XXIII. Tarragona. España. Una paciente de 15 años de edad, originaria de Ucra- nia y sin enfermedades conocidas, consultaba por pig- mentación azulada en las axilas (fig. 1) desde los 8 años de edad que le manchaba la ropa, de forma que usaba ropa interior oscura para camuflar las manchas azula- das. La madre refería que en los primeros años de vida la orina del pañal adoptaba una coloración oscura. Ne- gaba que tomara fármacos o suplementos dietéticos ni se aplicaba ninguna sustancia en las axilas. Se descartó que la pigmentación fuera secundaria a los tintes oscuros de las prendas de vestir, porque si usa- ba ropa de color claro durante un periodo prolongado, la pigmentación no se atenuaba. Las concentraciones plasmáticas de cobre, hierro y cromo eran normales. No se detectó flora patógena como Corynebacteriae en va- rios cultivos bacterianos ni tenía signos clínicos de tri- comicosis axilar. Tampoco respondió a la terapia empí- rica con eritromicina por vía oral, 500 mg cada 12 h durante 10 días. La determinación de ácido homogentísi- co en orina de 24 h fue la clave diagnóstica, con valores de 5.556,6 mg/dl (normal, < 10 mg/dl). Por lo tanto, se trataba de una alcaptonuria, cuya prin- cipal manifestación clínica era la cromhidrosis azulada en las axilas. La madre desconocía la existencia de ante- cedentes familiares de dicha enfermedad. En el momen- to actual, la paciente no presenta otras manifestaciones clínicas, como depósitos de pigmento en las escleras o los pabellones auriculares, dolores articulares o litiasis renal. DISCUSIÓN La cromhidrosis es una rara enfermedad que se define por la secreción de sudor coloreado. Puede originarse en las glándulas sudoríparas apocrinas o más raramente en las ecrinas (tabla I) 1 . La cromhidrosis apocrina era uno de los principales diagnósticos diferenciales en nuestro caso clínico, dado que con frecuencia se localiza en las axilas y se inicia en la pubertad. En histología se explica por un aumento del número de gránulos de lipofucsina en el citoplasma de las células secretoras apocrinas. El color del sudor es variable en función de la concentración de la lipofucsina y de su grado de oxidación (amarillo, verde, azul, ma- rrón o negro), de forma que los colores más oscuros se relacionan con un estado de oxidación mayor. Se afec- tan los territorios ricos en glándulas apocrinas (axilas, areolas mamarias o la cara) y puede conllevar secreción de leche materna coloreada. Suele manifestarse con es- tímulos adrenérgicos como el ejercicio físico o emocio- nes intensas, con el aumento de temperatura (p. ej., tras un baño caliente) o simplemente con la manipulación de la piel exprimiendo el contenido de las glándulas afecta- das. Se inicia en la pubertad y con el paso de los años se va atenuando lentamente en relación con la regresión de las glándulas apocrinas. No se acompaña de otros ha- llazgos sistémicos y los parámetros de laboratorio son normales, por lo que el diagnóstico se confirma median- te el estudio histológico de una zona afectada. Tampoco se han encontrado alteraciones metabólicas o dietéticas que expliquen el aumento de síntesis de lipofucsina 2,3 . Correspondencia: Dra. L. Pastor Jané. Llorenç de Villalonga, 17B 2. o 6. a . 43007 Tarragona. España. Correo electrónico: [email protected] 474 Figura 1. Pigmento ocronótico. A: axila derecha. B: axila izquierda. A B

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Page 1: Cromhidrosis axilar azulada: un signo clínico de alcaptonuria

Piel. 2009;24(9):474-7

CASOS CLÍNICOS

Cromhidrosis axilar azulada: un signo clínico de alcaptonuriaLaia Pastor-Jané

Servicio de Dermatología. Hospital Universitari Joan XXIII. Tarragona. España.

Una paciente de 15 años de edad, originaria de Ucra-nia y sin enfermedades conocidas, consultaba por pig-mentación azulada en las axilas (fig. 1) desde los 8 años de edad que le manchaba la ropa, de forma que usaba ropa interior oscura para camuflar las manchas azula-das. La madre refería que en los primeros años de vida la orina del pañal adoptaba una coloración oscura. Ne-gaba que tomara fármacos o suplementos dietéticos ni se aplicaba ninguna sustancia en las axilas.

Se descartó que la pigmentación fuera secundaria a los tintes oscuros de las prendas de vestir, porque si usa-ba ropa de color claro durante un periodo prolongado, la pigmentación no se atenuaba. Las concentraciones plasmáticas de cobre, hierro y cromo eran normales. No se detectó flora patógena como Corynebacteriae en va-rios cultivos bacterianos ni tenía signos clínicos de tri-comicosis axilar. Tampoco respondió a la terapia empí-rica con eritromicina por vía oral, 500 mg cada 12 h durante 10 días. La determinación de ácido homogentísi-co en orina de 24 h fue la clave diagnóstica, con valores de 5.556,6 mg/dl (normal, < 10 mg/dl).

Por lo tanto, se trataba de una alcaptonuria, cuya prin-cipal manifestación clínica era la cromhidrosis azulada en las axilas. La madre desconocía la existencia de ante-cedentes familiares de dicha enfermedad. En el momen-to actual, la paciente no presenta otras manifestaciones clínicas, como depósitos de pigmento en las escleras o los pabellones auriculares, dolores articulares o litiasis renal.

DISCUSIÓNLa cromhidrosis es una rara enfermedad que se define

por la secreción de sudor coloreado. Puede originarse en las glándulas sudoríparas apocrinas o más raramente en las ecrinas (tabla I)1.

La cromhidrosis apocrina era uno de los principales diagnósticos diferenciales en nuestro caso clínico, dado que con frecuencia se localiza en las axilas y se inicia en la pubertad. En histología se explica por un aumento del número de gránulos de lipofucsina en el citoplasma de las células secretoras apocrinas. El color del sudor es variable en función de la concentración de la lipofucsina y de su grado de oxidación (amarillo, verde, azul, ma-rrón o negro), de forma que los colores más oscuros se relacionan con un estado de oxidación mayor. Se afec-tan los territorios ricos en glándulas apocrinas (axilas, areolas mamarias o la cara) y puede conllevar secreción de leche materna coloreada. Suele manifestarse con es-tímulos adrenérgicos como el ejercicio físico o emocio-nes intensas, con el aumento de temperatura (p. ej., tras un baño caliente) o simplemente con la manipulación de la piel exprimiendo el contenido de las glándulas afecta-das. Se inicia en la pubertad y con el paso de los años se va atenuando lentamente en relación con la regresión de las glándulas apocrinas. No se acompaña de otros ha-llazgos sistémicos y los parámetros de laboratorio son normales, por lo que el diagnóstico se confirma median-te el estudio histológico de una zona afectada. Tampoco se han encontrado alteraciones metabólicas o dietéticas que expliquen el aumento de síntesis de lipofucsina2,3.

Correspondencia: Dra. L. Pastor Jané.Llorenç de Villalonga, 17B 2.o 6.a. 43007 Tarragona. España.Correo electrónico: [email protected]

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Figura 1. Pigmento ocronótico. A: axila derecha. B: axila izquierda.

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La cromhidrosis apocrina se considera una enferme-dad rara, pero su frecuencia real podría estar subestima-da. Es mucho más habitual en la raza negra (hasta un 10% de la población puede estar afectada) que en la raza blanca. Los pacientes de raza negra presentan sudor amarillo en las axilas que mancha la ropa interior y es habitual que esa incomodidad no acabe siendo un moti-vo de consulta médica. Sólo el conocimiento de esta en-fermedad permitiría detectar más casos en exploracio-nes médicas habituales para poder estimar su prevalencia real4.

La cromhidrosis ecrina se debe a factores de diversa índole y consiste en la excreción de pigmentos solubles en agua desde las glándulas ecrinas. Puede producirse por la administración sistémica de algunos fármacos como la quinina o por la ingesta excesiva de colorantes alimentarios5, como sucedió a una paciente con cromhi-drosis roja por ingesta de gran cantidad de comida rápi-da que contenía abundante tomate en polvo para darle color y sabor. En estos casos, la cromhidrosis es genera-lizada. La alcaptonuria también se incluye entre las cau-sas de cromhidrosis ecrina, dado que en ocasiones pue-de manifestarse con sudor de color oscuro que produce pigmentación de la piel de las axilas, como en el caso que se comenta2.

El término seudocromhidrosis se refiere a que el su-dor incoloro se vuelve coloreado al alcanzar la superfi-cie cutánea debido a una serie de causas exógenas. La piel se pigmenta de forma inmediata tras el contacto con algunos tintes como azul de bromofenol o quinarizina. También puede atribuirse a tintes de prendas de ropa, como sucedió a un gran número de azafatas de vuelo con seudocromhidrosis roja debida a un tinte rojo de las chaquetas de su uniforme. Por otro lado, se han publica-do casos de seudocromhidrosis azul en trabajadores ex-puestos a sales de cobre. También se ha implicado a al-gunos agentes infecciosos productores de sustancias cromogénicas como Corynebacteriae y la tricomicosis axilar por Piedraia, así como bacterias productoras de porfirinas rojas. A diferencia de la cromhidrosis apocri-na, la seudocromhidrosis puede tratarse fácilmente si se halla el agente exógeno que origina la coloración. Por lo tanto, es preciso realizar una investigación detallada del entorno y los hábitos de vida del paciente para encon-

trar tintes, pinturas, cosméticos u otras sustancias quí-micas con las que establecer una correlación temporal. La fluorescencia positiva con la lámpara de Wood puede deberse a la presencia de gránulos de lipofucsina o de bacterias cromogénicas. También puede realizarse tin-ción de Gram y cultivo del material obtenido por raspa-do de la zona afectada. El tratamiento con eritromicina oral, que puede combinarse con eritromicina tópica al 2%, resulta eficaz para el tratamiento de la seudocromhi-drosis por bacterias cromogénicas1,2. En un caso publi-cado recientemente6, la seudocromhidrosis azul de ca-beza y cuello se relacionó con el sobrecrecimiento de Bacillus spp. Por último, debe considerarse la posibili-dad de que se trate de una dermatosis artefacta o auto-infligida en el contexto de un trastorno psiquiátrico7.

En cuanto a la alcaptonuria, es una rara enfermedad genética, de herencia autosómica recesiva, cuya preva-lencia se estima en alrededor de 1 caso/millón de habi-tantes8-10. Se debe a la deficiencia de la enzima ácido ho-mogentísico oxidasa (AHGO), también denominada homogentísico oxigenasa1,2, que interviene en el catabo-lismo de la tirosina. Concretamente, metaboliza el ácido homogentísico (AHG) y lo transforma en ácido maleila-cetoacético (fig. 2). La insuficiencia enzimática da lugar a la excreción de grandes cantidades de AHG en la orina (alcaptonuria) y acumulación de AHG y los productos de su oxidación en el tejido conectivo, formando polí-meros y generando depósitos de pigmento azul negruzco (ocronosis endógena)8-10.

El gen que codifica la AHGO se ha localizado8 en el cromosoma 3, en la región 3q21-q23. Se han descrito hasta 40 mutaciones distintas que pueden dar lugar a una pérdida de función de la enzima11. En condiciones normales, la AHGO se localiza principalmente en el hí-gado y los riñones. En pacientes con insuficiencia renal, la enfermedad tiene un curso mucho más grave y acele-rado debido a la disminución de la secreción tubular ac-tiva de AHG8-10.

La manifestación clínica más precoz de la enfermedad es la orina oscura desde el nacimiento. Debe señalarse que esta coloración negro parduzco no aparece inmedia-tamente tras la micción, sino tras el contacto con el aire, por ejemplo al secarse el pañal. Este fenómeno se expli-ca por la oxidación del AHG que da lugar a benzoquino-

TABLA I. Etiología y estudios que realizar ante un paciente con cromhidrosisETIOLOGÍA ESTUDIO

Cromhidrosis apocrina Aumento de gránulos de lipofucsina Biopsia cutánea

Cromhidrosis ecrina Fármacos (p. ej., quinina) Anamnesis

Colorantes alimentarios Anamnesis

Alcaptonuria Ácido homogentísico en orina de 24 h

Seudocromhidrosis Tintes, cosméticos, pinturas, etc. Anamnesis minuciosa

Exposición laboral a sales de cobre Concentración plasmática de metales pesados: cobre, hierro, plomo

Bacterias (Corynebacteriae), hongos (Piedraia)

Gram, cultivo, eritromicina empírica

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nas (que forman polímeros similares a la melanina) cuando se expone la orina al aire o al añadirse un agente alcanizante8-10,12. El hallazgo de orina oscura permite diagnosticar la alcaptonuria en los primeros meses de vida en aproximadamente la mitad de los casos10.

El pigmento de la ocronosis tiene características simi-lares a la melanina y afinidad por el colágeno del tejido conectivo, especialmente de la piel y del cartílago. Se desconoce si este pigmento afecta a la formación de co-lágeno o si se une al colágeno previamente alterado. De hecho, las pigmentaciones cutáneas son más frecuentes en zonas de piel fotoexpuesta, que histológicamente pueden mostrar elastosis actínica. También se observan pigmentaciones en áreas con mayor densidad de glándu-las sudoríparas, como en el caso que presentamos8,13.

A la histología, el depósito de pigmento puede ser in-tracelular o extracelular y tener una distribución granu-lar o difusa. Es típico encontrar grandes glóbulos de pig-mento amarillo marronáceo entre las fibras de colágeno. Además puede hallarse pigmento en las glándulas ecri-nas, las fibras elásticas, las células endoteliales y los ma-crófagos10.

Durante la pubertad, puede presentarse pigmentación axilar que se atribuye a la exposición crónica al sudor pigmentado, como sucede a nuestra paciente8,10. Entre los 20 y los 40 años, suelen observarse pigmentaciones ocronóticas azul grisáceo y mal delimitadas, muy típicas en los pabellones auriculares. Se inician en la concha y el antehélix y después progresan hacia el trago10. Tam-

bién se localizan en nariz, frente, región malar y dorso de las manos. Los depósitos de pigmento palmoplanta-res pueden tener mayor relevancia en pacientes de piel oscura, dado que las demás pigmentaciones cutáneas serían menos apreciables. Son menos frecuentes la pig-mentación de las uñas y de las mucosas, incluso la vagi-nal. En ocasiones, en sujetos de piel muy fina o con im-portante daño actínico, puede observarse a través de la piel la pigmentación de tendones y cartílagos8. En una paciente, la ocronosis palmar en los bordes laterales de los dedos índice y pulgar semejaba una acroqueratoelas-toidosis13.

La característica pigmentación pardo grisáceo de las es-cleróticas se denomina signo de Osler8 y suele ser evidente a partir de los 30 años. Es más prominente a ambos lados del iris, entre la córnea y los cantos internos y exter- nos del globo ocular10. A menudo el cerumen del conducto auditivo externo es negro y la periferia de la membrana timpánica es gris oscuro. La afección del tímpano y la ca-dena osicular del oído medio puede causar un deterioro de la audición, sobre todo en casos de edad avanzada8,9.

En cuanto a las manifestaciones esqueléticas, el pig-mento se deposita principalmente en las articulaciones sometidas a mayores cargas, como la columna dorso-lumbar y las grandes articulaciones13. La espondilosis ocronótica se caracteriza inicialmente por el envara-miento progresivo de la columna lumbar, la pérdida de la lordosis fisiológica y, en estadios más avanzados, cifo-sis9. Produce síntomas en forma de rigidez y dolor lum-bar que aparece en la mitad de los pacientes antes de los 30 años y en casi todos ellos antes de los 408. En la ra-diología resulta patognomónica la calcificación de los discos intervertebrales, con disminución del espacio in-tervertebral y escasa osteofitosis8,9. A diferencia de la espondilitis anquilosante, raramente se afectan las arti-culaciones sacroilíacas8,9,11. Las articulaciones periféri-cas más afectadas son rodillas, hombros y caderas9,10. A los 55 años, la mitad de los pacientes con alcaptonuria han requerido la implantación de, como mínimo, una prótesis articular8,10. Además del cartílago articular, la ocronosis afecta a ligamentos, tendones y músculos. En las áreas de depósito de pigmento, el tejido se vuelve dé-bil y quebradizo, por lo que se producen fisuras y fractu-ras que conducen a una respuesta inflamatoria crónica, la cual exacerba el proceso. Este fenómeno no sólo ex-plica la degeneración del cartílago articular y la osteoar-tritis, sino también la rotura de ligamentos y tendones durante la actividad normal o por traumatismos míni-mos, muy frecuente en los tendones patelar y de Aqui-les8,10,11.

En una gran proporción de varones con ocronosis aparecen cálculos prostáticos de color negro. También se generan cálculos renales o biliares que a menudo pre-cisan intervención quirúrgica8,9,11.

El depósito de material ocronótico en las válvulas car-díacas da lugar a calcificaciones, estenosis o insuficien-cias valvulares que pueden requerir recambio protésico; lo más frecuente es la estenosis de la válvula aórtica8-10. Además, el depósito de pigmento en los vasos sanguí-

Tirosina

Fenilalamina

Ácido hidroxifenilpirúvico

Ácido maleilacetoacético

Ácido homogentísico

CO2 + H2O

Nitisinona

Alcaptonuria

Figura 2. Vía de metabolismo de la tirosina y fenilalanina. Se señala la interrupción que origina la alcaptonuria y la producida por el fár-maco nitisinona.

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neos podría acelerar la arteriosclerosis, por ejemplo, de las arterias coronarias, independientemente de la hiper-colesterolemia8,10. También se ha descrito la afección del pericardio en una paciente de 87 años9.

La sospecha diagnóstica de alcaptonuria se confirma con la determinación mediante cromatografía de la con-centración de ácido homogentísico en orina de 24 h, que en sujetos sanos es < 10 mg/ml y en la alcaptonuria se encuentra muy elevado8-10.

En cuanto al diagnóstico diferencial, el término «ocro-nosis endógena» se ha acuñado en contraposición a otras causas exógenas de ocronosis, generalmente de origen medicamentoso. Algunos fármacos potencial-mente causales son la hidroquinona tópica y la adminis-tración sistémica de amiodarona, quinacrina y minocicli-na. Las pigmentaciones inducidas por minociclina se observan en relación con su uso prolongado, cuando la dosis total acumulada supera los 100 g8,10.

En la actualidad el tratamiento es sintomático, basado en la analgesia y el tratamiento quirúrgico, que incluye la implantación de prótesis articulares y menos frecuen-temente valvulares8.

Las dietas hipoproteínicas restrictivas en aminoáci-dos, cuyo fundamento es disminuir el aporte de tirosina y fenilalanina para disminuir la síntesis de AHG, han te-nido escaso éxito por lo dificultoso de su cumplimiento a largo plazo8,10,12. La administración de vitamina C a al-tas dosis para evitar la oxidación del AHG y la forma-ción de radicales libres no se ha demostrado que sea efi-caz8,11,12. Otros antioxidantes como la vitamina E y la n-acetilcisteína, que interfieren con la polimerización del AHG, tienen eficacia in vitro, por lo que podrían mos-trar su utilidad en un futuro8.

Actualmente se está investigando el uso de nitisinona, fármaco aprobado para el tratamiento de la tirosinemia tipo 1 y que puede administrarse a bajas dosis en la al-captonuria. Si en la tirosinemia tipo 1 se pauta nitisino-na a 1 mg/kg/día, en la alcaptonuria una dosis tan peque-ña como 0,03 mg/kg/día es capaz de reducir hasta un 94% la excreción urinaria de AHG, de manera que los efectos secundarios del tratamiento serían mucho me-nores. Este fármaco inhibe la 4-hidroxifenilpiruvato dioxigenasa (fig. 2), la enzima que sintetiza el AHG, por lo que disminuye drásticamente su excreción urinaria en pacientes con alcaptonuria. Se supone que si una reduc-ción tan significativa de la concentración plasmática de AHG se mantuviera durante años, se retrasaría la pro-gresión de la enfermedad. Sin embargo, la nitisinona tie-ne un perfil de efectos secundarios neurológicos y ocu-lares derivados del aumento de la tirosina en plasma. La hipertirosinemia puede producir quemazón en los ojos, fotofobia, daño corneal y raramente formación de cris-tales corneales. Estos síntomas pueden resolverse en pocos días limitando de forma estricta la ingestión de fe-nilalanina y tirosina. Además puede producir una eleva-ción de transaminasas, por lo que se aconseja vigilar su

hepatotoxicidad. Se han realizado estudios a corto plazo (3-4 meses de seguimiento) y con bajo número de pa-cientes con resultados alentadores. Sin embargo, son imprescindibles estudios a largo plazo para determinar su eficacia y su seguridad12. Por un lado, se desconocen los efectos secundarios oculares a largo plazo. Por otro, la nitisinona podría teóricamente conducir al desarrollo de tirosinemia tipo III, la cual se ha asociado a compli-caciones neurológicas que incluyen temblores, ataxia, convulsiones, disfunción intelectual y retraso de desa-rrollo. Además todavía no hay evidencia de que el trata-miento con nitisinona pueda prevenir la ocronosis y me-jorar la ocronosis ya establecida. Pese a todos estos interrogantes, la nitisinona es el único fármaco potente de que disponemos actualmente para tratar la alcapto-nuria11.

En un futuro, el tratamiento ideal sería la reposición de la enzima deficitaria mediante terapia génica o la ad-ministración de enzima exógena. La alcaptonuria podría ser un buen modelo para una futura terapia de reposi-ción enzimática8,11.

CONCLUSIONESAnte un paciente con cromhidrosis axilar azulada de

inicio en la pubertad, debe incluirse la alcaptonuria en el diagnóstico diferencial. Es importante recoger en la anamnesis si la orina se oscurece un rato después de la micción, dado que constituye una clave diagnóstica fun-damental. El diagnóstico de alcaptonuria se confirma determinando la concentración de ácido homogentísico en orina de 24 h.

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