cómo un multimillonario de palm beach abusó de decenas de...

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3 - Actualidad el Latino Semanal 30 de Noviembre al 6 de Diciembre del 2018 De Tropicana a los confines de la perestroika El Latino Semanal Inc. El Latino Semanal, Inc. Mr. José R. Uzal PUBLISHER National Sales Manager Sra. Olga Vazquez Relaciones Comunitarias El Latino Publishing Diseño Gráfico Sergio Sanchez Manager de Circulación Sr. José Zamora DIRECTOR DE VENTAS 561-601-0674 561-951-4983 561-255-3209 Continuación, Viene de la edi- cion anterior... vino, cerveza y crudos de lan- gosta el clima fue relajado, aun- que por el trasfondo de las rela- ciones circulaban corrientes sub- terráneas: a Fidel no se le olvida- ba que Felipe había renunciado al marxismo en el XXVIII Congre- so del PSOE (1979), y , menos aún, que su amigo acababa de meter a España en la OTAN, algo que no le gustaba nada. El barco en el que salieron a pescar tenía fascinado a Gonzá- lez —era un regalo del expresiden- te mexicano Luis Echeverría—, y se quejó del escándalo que le ha- bían formado en España por na- vegar en el Azor, que no era ni la mitad de grande. “Es que eso no se hace, Felipe. Un yate de Fran- co se le vende a un magnate nor- teamericano por una tonelada de dólares, y después, por media to- nelada te compras uno igualito a este”, fue la respuesta del coman- dante, recuerda Bryce Echenique en sus antimemorias Permiso para vivir. Bromas y coincidencias hubo muchas, pero también fricciones, como un día comiendo, cuando Fidel espetó a su homólogo: “¿Y tú, Felipe, cómo permites que es- criba en los periódicos un gusano como Valladares [poeta cubano exiliado después de haber pasado años en la cárcel acusado de te- rrorismo contrarrevolucionario]? Felipe, recuerda Bryce, bajó el tono pero le respondió que cómo iba a impedir él a nadie que publi- cara donde le diera la gana, y en eso Gabo, que actuaba de maes- tro de ceremonias, hizo un guiño a Bryce: “Canta algo aunque sea por peteneras”, y la tensión se disol- vió. Dos días después de aterrizar en La Habana, reaparecieron muy bronceados Felipe, Fidel, Gabo, Bryce y todo el séquito en el ca- baret Tropicana. Al terminar el show todos subieron al escenario y allí se hicieron la famosa foto, Felipe al lado de la cantante Linda Mirabal y rodeado de bailarinas de ébano, todo lleno de plumas y len- tejuelas, imagen que fue caballo de batalla de la derecha contra el PSOE. Cada vez que se querían criticar a González se publicaba la foto. Gorbachov desató la perestroika y Fidel dijo NO a los consejos de González para sumarse a los cam- bios, al tiempo que en Cuba los discursos terminaban con Socia- lismo o Muerte, las relaciones his- pano-cubanas se fueron deterio- rando El viaje terminó al día siguiente, 16 de noviembre, con paseo por La Habana Vieja, encuentro con la colonia española y algún que otro acto oficial. Como resultado de la visita se atendieron dos vie- jas reclamaciones españolas: se firmó el acuerdo para el pago de indemnizaciones a ciudadanos es- pañoles damnificados por la revo- lución, y el preso español Eloy Gutiérrez Menoyo fue liberado días después de marchar Felipe. En lo económico, se impulsaron diversos acuerdos comerciales y ampliaron las esferas de colabo- ración, y al rebufo institucional de aquel viaje numerosos empresa- rios españoles llegaron a Cuba y tejieron lazos que duran hasta hoy, cuando la isla es el segundo re- ceptor de exportaciones españo- las en América Latina. Se fue Felipe y poco después se precipitó el cataclismo socialis- ta. Gorbachov desató la perestroika y Fidel dijo NO a los consejos de González para sumarse a los cam- Fidel Castro recibe a Felipe González en el aeropuerto José Martí de La Habana bios, y al tiempo que los discursos en Cuba terminaban con la con- signa "Socialismo o Muerte", las relaciones hispano-cubanas se fue- ron deteriorando. Las broncas de Fidel y Felipe se hicieron cada vez más sonoras. Un día el español le dijo que la alternativa era cambiar o inmolarse como en Sagunto, y la respuesta fue: "Preferimos Sagun- to a claudicar". Así continuaron las cosas hasta que, en un momento asfixiante para la isla —el PIB cubano descendido un 35% en tres años—, ambos presidentes sellaron una tregua y Felipe man- dó en viaje secreto a Carlos Sol- chaga, su exministro de Economía, para que asesorara una posible reforma cubana, que obviamente no se dio. El culebrón no se aplacó. Un día García Márquez convocó a este periodista en su casa de La Ha- bana para contarle una anécdota, hoy poco correcta políticamente incluso en Cuba —cuando una reforma constitucional puede abrir las puertas al matrimonio gay—, pero que reflejaba bien cómo an- daba por entonces el mambo. Gabo iba a viajar a España y lo había llamado Fidel: - ¿Vas a ver a tu amigo Felipe? - Seguro lo veré - Bueno, pues dile de mi parte que es tremendo remaricón. Increíble pero cierto, en medio del colapso socialista, fue un ex- ministro de Franco, Manuel Fraga Iribarne, quien viajó a Cuba con tonelada y media de pulpo para dar un poco de aire a las relaciones bilaterales. Solución Crucilatino Mi principal objetivo es asegurarme que su declaración de impuestos sean preparados correctamente acorde a las nuevas leyes del IRS. Impuestos Personales y de Negocios Servicios en oficina o en su casa “Made's” Accounting Services Economista-Especialista de Impuestos ·Notaria Publica ·Servicios de Emigración ·Traducción de Documentos .Paralegal Calificada Madelaymi Herrera 1 8 2 5 Pero más inusual fue que el acuerdo incluía inmunidad a “cualquier cómplice potencial” en los delitos de Epstein. Estos cóm- plices o participantes no fueron identificados en el acuerdo, lo que dejó abierto a interpretación si se trataba de otras personas influ- yentes que también tuvieron re- laciones sexuales con menores de edad en las diferentes residencias de Epstein y en su avión privado. Como parte de la negociación, Acosta aceptó, a pesar de una ley federal que indica lo contrario, no informar a las víctimas de los tér- minos del acuerdo. Como resul- tado, el acuerdo se selló hasta después que fuera aprobado por el juez, lo que eliminó cualquier posibilidad de que las menores — ni ninguna otra persona— pudie- ran presentarse en el tribunal y descarrilarlo. Esta es la historia de cómo Cómo un multimillonario de Palm Beach abusó de decenas de niñas y se salió con la suya Epstein, apoyado en una gran for- tuna y representado por un po- deroso grupo de abogados, pudo manipular el sistema de justicia penal, y cómo sus acusadoras, todavía traumatizadas por lo ocu- rrido, creen que los mismos fis- cales que juraron defenderlas en verdad las traicionaron. “Creo que a nadie le han dicho la verdad de lo que Jeffrey Eps- tein hizo”, dijo una de las vícti- mas de Epstein, Michelle Licata, quien ahora tiene 30 años. “Él me arruinó la vida a mí y a muchas otras jovencitas. La gente tiene que saber lo que hizo y por qué no lo enjuiciaron, para que eso no vuelva a suceder”. Acosta, quien ahora tiene 49 años y es secretario federal del Departamento del Trabajo, su- pervisa una enorme agencia fe- deral a cargo del cumplimiento de las leyes federales del trabajo, incluidas las relacionadas con el tráfico de personas. Acosta tam- bién ha estado en una lista de posibles candidatos a reemplazar a Jeff Sessions como secretario de Justicia, quien renunció bajo presión hace poco. Pero registros judiciales reve- lan detalles de las negociaciones y el papel que jugó Acosta en el acuerdo, que descarriló una pes- quisa federal sobre una posible red internacional de tráfico de menores con fines sexuales. En- tre otras cosas, Acosta otorgó a los abogados de Epstein liberta- des extraordinarias para determi- nar los términos de la negociación de cargos. “Los daños que ocurrieron en este caso son graves”, dijo Bra- dley Edwards, ex fiscal estatal que ahora representa a algunas de las víctimas de Epstein. “¿Cómo es posible que un fiscal federal ne- gocie con un acusado de un deli- to penal y permita que esa per- sona determine las condiciones del acuerdo?” Como resultado, las víctimas —ni siquiera el juez— nunca co- nocerían de cuántas niñas Epstein abusó sexualmente entre el 2001 y el 2005, cuando la policía des- cubrió sus actividades sexuales con menores de edad. La Policía refirió el caso al FBI un año más tarde, cuando comenzaron a sos- pechar que la Fiscalía Estatal de Palm Beach estaba socavando su pesquisa. Alexander Acosta, ahora secretario del Trabajo del presidente Donald Trump, era fiscal federal del Distrito Sur de la Florida cuando negoció desactivar una pesquisa federal a Jeffrey Epstein.

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3 - Actualidad el Latino Semanal 30 de Noviembre al 6 de Diciembre del 2018

De Tropicana a los confines de la perestroikaEl Latino Semanal Inc.

El Latino Semanal, Inc.

Mr. José R. UzalPUBLISHER

National Sales Manager

Sra. Olga Vazquez

Relaciones Comunitarias

El Latino Publishing

Diseño Gráfico

Sergio Sanchez

Manager de Circulación

Sr. José Zamora

DIRECTOR DE VENTAS

561-601-0674

561-951-4983

561-255-3209

Continuación, Viene de la edi-cion anterior...

vino, cerveza y crudos de lan-gosta el clima fue relajado, aun-que por el trasfondo de las rela-ciones circulaban corrientes sub-terráneas: a Fidel no se le olvida-ba que Felipe había renunciado almarxismo en el XXVIII Congre-so del PSOE (1979), y , menos aún,que su amigo acababa de meter aEspaña en la OTAN, algo que nole gustaba nada.

El barco en el que salieron apescar tenía fascinado a Gonzá-lez —era un regalo del expresiden-te mexicano Luis Echeverría—, yse quejó del escándalo que le ha-bían formado en España por na-vegar en el Azor, que no era ni lamitad de grande. “Es que eso nose hace, Felipe. Un yate de Fran-co se le vende a un magnate nor-teamericano por una tonelada dedólares, y después, por media to-nelada te compras uno igualito aeste”, fue la respuesta del coman-dante, recuerda Bryce Echeniqueen sus antimemorias Permiso paravivir.

Bromas y coincidencias hubomuchas, pero también fricciones,como un día comiendo, cuandoFidel espetó a su homólogo: “¿Ytú, Felipe, cómo permites que es-criba en los periódicos un gusanocomo Valladares [poeta cubanoexiliado después de haber pasadoaños en la cárcel acusado de te-

rrorismo contrarrevolucionario]?Felipe, recuerda Bryce, bajó eltono pero le respondió que cómoiba a impedir él a nadie que publi-cara donde le diera la gana, y eneso Gabo, que actuaba de maes-tro de ceremonias, hizo un guiño aBryce: “Canta algo aunque sea porpeteneras”, y la tensión se disol-vió.

Dos días después de aterrizaren La Habana, reaparecieron muybronceados Felipe, Fidel, Gabo,Bryce y todo el séquito en el ca-baret Tropicana. Al terminar elshow todos subieron al escenarioy allí se hicieron la famosa foto,Felipe al lado de la cantante LindaMirabal y rodeado de bailarinas deébano, todo lleno de plumas y len-tejuelas, imagen que fue caballo debatalla de la derecha contra elPSOE. Cada vez que se queríancriticar a González se publicaba lafoto.

Gorbachov desató la perestroikay Fidel dijo NO a los consejos deGonzález para sumarse a los cam-bios, al tiempo que en Cuba losdiscursos terminaban con Socia-lismo o Muerte, las relaciones his-pano-cubanas se fueron deterio-rando

El viaje terminó al día siguiente,16 de noviembre, con paseo porLa Habana Vieja, encuentro conla colonia española y algún queotro acto oficial. Como resultadode la visita se atendieron dos vie-

jas reclamaciones españolas: sefirmó el acuerdo para el pago deindemnizaciones a ciudadanos es-pañoles damnificados por la revo-lución, y el preso español EloyGutiérrez Menoyo fue liberadodías después de marchar Felipe.En lo económico, se impulsarondiversos acuerdos comerciales yampliaron las esferas de colabo-ración, y al rebufo institucional deaquel viaje numerosos empresa-rios españoles llegaron a Cuba ytejieron lazos que duran hasta hoy,cuando la isla es el segundo re-ceptor de exportaciones españo-las en América Latina.

Se fue Felipe y poco despuésse precipitó el cataclismo socialis-ta. Gorbachov desató la perestroikay Fidel dijo NO a los consejos deGonzález para sumarse a los cam-

Fidel Castro recibe a Felipe González en elaeropuerto José Martí de La Habana

bios, y al tiempo que los discursosen Cuba terminaban con la con-signa "Socialismo o Muerte", lasrelaciones hispano-cubanas se fue-ron deteriorando. Las broncas deFidel y Felipe se hicieron cada vezmás sonoras. Un día el español ledijo que la alternativa era cambiaro inmolarse como en Sagunto, y larespuesta fue: "Preferimos Sagun-to a claudicar". Así continuaron lascosas hasta que, en un momentoasfixiante para la isla —el PIBcubano descendido un 35% entres años—, ambos presidentessellaron una tregua y Felipe man-dó en viaje secreto a Carlos Sol-chaga, su exministro de Economía,para que asesorara una posiblereforma cubana, que obviamenteno se dio.

El culebrón no se aplacó. Un día

García Márquez convocó a esteperiodista en su casa de La Ha-bana para contarle una anécdota,hoy poco correcta políticamenteincluso en Cuba —cuando unareforma constitucional puede abrirlas puertas al matrimonio gay—,pero que reflejaba bien cómo an-daba por entonces el mambo.Gabo iba a viajar a España y lohabía llamado Fidel:

- ¿Vas a ver a tu amigo Felipe?- Seguro lo veré- Bueno, pues dile de mi parte

que es tremendo remaricón.Increíble pero cierto, en medio

del colapso socialista, fue un ex-ministro de Franco, Manuel FragaIribarne, quien viajó a Cuba contonelada y media de pulpo para darun poco de aire a las relacionesbilaterales.

Solución Crucilatino

Mi principal objetivo es asegurarme que su

declaración de impuestos sean preparados

correctamente acorde a las nuevas leyes del IRS.

Impuestos Personales y de Negocios

Servicios en oficina o en su casa

“Made's” Accounting Services

Economista-Especialista de Impuestos·Notaria Publica·Servicios de Emigración·Traducción de Documentos.Paralegal Calificada

Madelaymi Herrera

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Pero más inusual fue que elacuerdo incluía inmunidad a“cualquier cómplice potencial” enlos delitos de Epstein. Estos cóm-plices o participantes no fueronidentificados en el acuerdo, lo quedejó abierto a interpretación si setrataba de otras personas influ-yentes que también tuvieron re-laciones sexuales con menores deedad en las diferentes residenciasde Epstein y en su avión privado.

Como parte de la negociación,Acosta aceptó, a pesar de una leyfederal que indica lo contrario, noinformar a las víctimas de los tér-minos del acuerdo. Como resul-tado, el acuerdo se selló hastadespués que fuera aprobado porel juez, lo que eliminó cualquierposibilidad de que las menores —ni ninguna otra persona— pudie-ran presentarse en el tribunal ydescarrilarlo.

Esta es la historia de cómo

Cómo un multimillonario de Palm Beach abusóde decenas de niñas y se salió con la suya

Epstein, apoyado en una gran for-tuna y representado por un po-deroso grupo de abogados, pudomanipular el sistema de justiciapenal, y cómo sus acusadoras,todavía traumatizadas por lo ocu-rrido, creen que los mismos fis-cales que juraron defenderlas enverdad las traicionaron.

“Creo que a nadie le han dichola verdad de lo que Jeffrey Eps-tein hizo”, dijo una de las vícti-mas de Epstein, Michelle Licata,quien ahora tiene 30 años. “Él mearruinó la vida a mí y a muchas

otras jovencitas. La gente tieneque saber lo que hizo y por quéno lo enjuiciaron, para que esono vuelva a suceder”.

Acosta, quien ahora tiene 49años y es secretario federal delDepartamento del Trabajo, su-pervisa una enorme agencia fe-deral a cargo del cumplimiento delas leyes federales del trabajo,incluidas las relacionadas con eltráfico de personas. Acosta tam-bién ha estado en una lista deposibles candidatos a reemplazara Jeff Sessions como secretario

de Justicia, quien renunció bajopresión hace poco.

Pero registros judiciales reve-lan detalles de las negociacionesy el papel que jugó Acosta en elacuerdo, que descarriló una pes-quisa federal sobre una posiblered internacional de tráfico demenores con fines sexuales. En-tre otras cosas, Acosta otorgó alos abogados de Epstein liberta-des extraordinarias para determi-nar los términos de la negociaciónde cargos.

“Los daños que ocurrieron eneste caso son graves”, dijo Bra-dley Edwards, ex fiscal estatal queahora representa a algunas de las

víctimas de Epstein. “¿Cómo esposible que un fiscal federal ne-gocie con un acusado de un deli-to penal y permita que esa per-sona determine las condicionesdel acuerdo?”

Como resultado, las víctimas—ni siquiera el juez— nunca co-nocerían de cuántas niñas Epsteinabusó sexualmente entre el 2001y el 2005, cuando la policía des-cubrió sus actividades sexualescon menores de edad. La Policíarefirió el caso al FBI un año mástarde, cuando comenzaron a sos-pechar que la Fiscalía Estatal dePalm Beach estaba socavando supesquisa.

Alexander Acosta, ahorasecretario del Trabajo del

presidente Donald Trump, erafiscal federal del Distrito Sur de

la Florida cuando negociódesactivar una pesquisa federal

a Jeffrey Epstein.