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    castellano

    castillode montjuc

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    MEMORIA BREVEDEL CASTILLODE MONTJUCManel Risques Corbella

    Historiador

    El Castillo de Montjuc se construy

    al iniciarse la guerra de s eparacin de las

    instituciones catalanas contra la monarqua

    de Felipe IV, precipitada por la Revuelta de losSegadores (1640). Catalua se convirti en

    una efmera repblica y pas, acto seguido,

    a la soberana francesa. La contraofensiva

    del rey espaol fue inmediata y, para enero

    de 1641, sus tropas ya estaban a unos treinta

    kilmetros de la ciudad por el lado del

    Llobregat. La necesidad de defender la capital

    moviliz a la poblacin, que procedi a la

    construccin de un fortn cuadrado en torno

    a la torre atalaya de la cumbre de la montaa

    de Montjuc con el fin de cerrarles el paso.

    Se construy muy rpido, en 30 das, justo

    para ser escenario de la batalla (el 21 de enero

    de 1641) que supuso la derrota de las tropas

    de Felipe IV, muy celebrada en la ciudad.

    La guerra continu, el fortn se reedific,

    pero no pudo impedir que el rey tomara

    Barcelona (en 1652) y que el mismo castillo

    pasara a ser titularidad de la monarqua.Se instal una guarnicin de forma

    permanente con el fin de garantizar no solo la

    seguridad exterior, sino tambin la obediencia

    de la poblacin al rey. Los ataques y asedios

    martimos que sufri la ciudad desde finales

    del siglo XVII estimularon una nueva reforma

    del castillo: se construy una ciudadela

    -en cuyo interior se encontraba el antiguo

    recinto-, con tres baluartes defensivos y un

    frontis rectilneo que configuraba una lnea

    de dientes de sierra orientada al mar.

    La guerra de Sucesin

    Se origin en 1701 a consecuencia de la

    impugnacin por parte de los Austrias (con el

    apoyo de Gran Bretaa, Holanda y Portugal) del

    testamento de Carlos II -muerto sin descendencia

    directa-, que designaba a Felipe de Borbn, duque

    de Anjou, nuevo rey de Espaa, y que fue investido

    como Felipe V. Desde el Imperio se reclamaron los

    derechos sucesorios en favor del archiduque

    Carlos de Austria, a quien proclamaron nuevo rey

    de Espaa, Carlos III.

    La participacin catalana en el conflicto

    internacional se formaliz en el ao 1705,

    cuando buena parte de la sociedad opt por

    los austriacistas, ya que la guerra supona la

    confrontacin de dos modelos polticos: el nuevo

    centralismo absolutista de los Borbones y lacontinuidad del modelo federal, de respeto a

    las leyes y constituciones catalanas, y de

    modernizacin econmica. Aquel ao se firm

    el Pacto de Gnova, por el que los aliados

    intervendran en Catalua contra las autoridades

    borbnicas con el fin de incorporarla a la

    soberana de Carlos III. Desde entonces, la

    guerra se instal en el Principado hasta el 11 de

    setiembre de 1714, cuando las tropas de Felipe V

    acabaron con la ltima resistencia austriacista

    y entraron en Barcelona.

    A lo largo de estos aos, el protagonismo de

    Montjuc se dio sobre todo entre 1705 y 1706, a raz

    de la llegada de las tropas aliadas y del archiduque

    Carlos al plano de la ciudad (setiembre de 1705).

    El castillo, que haba sido reforzado, se convirti

    en bastin de la defensa felipista, fue atacado por

    los aliados y bombardeado hasta que las tropas

    se rindieron. Su conquista posibilit llevar a caboel total asedio de la ciudad y la capitulacin de los

    felipistas: el 22 de octubre el archiduque entraba

    en Barcelona. Carlos III se converta en el nuevo

    soberano de Catalua.

    La reaccin de Felipe V fue rpida. Con el apoyo

    del rey francs Luis XIV, organiz dos ejrcitos y una

    escuadra, que en abril de 1706 llegaron a Barcelona.

    Lo primero que queran hacer era tomar el Castillo

    de Montjuc: la resistencia fue encarnizada y cont

    con el apoyo de la poblacin, que impidi el

    ascenso de las tropas borbnicas por la montaa y,

    Barcelona asediada por las tropas del mariscal Berwick.

    G. Landry, 1715.

    Archivo Histrico de la Ciudad de Barcelona

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    posteriormente, particip en la defensa directa

    del castillo a pesar del bombardeo sistemtico

    que sufri. Qued prcticamente en ruinas y fue

    ocupado por los borbnicos, que, desde entonces,

    se centraron en el asedio de la ciudad. Sin embargo,

    la llegada de una escuadra aliada el 8 de mayo

    cambi la situacin y el ejrcito francoespaol tuvo

    que retirarse poco despus.

    La estratgica centralidad del castillo haba

    sido incuestionable y la accin ciudadana durante

    1706 se enlazaba con la resistencia patritica de

    1641. De forma inmediata, se inici su

    reconstruccin, con obras de fortificacin de los

    baluartes de poniente y d e levante y de nuevas

    comunicaciones con la ciudad. La guerra continu,

    aunque, a nivel internacional, los tratados de

    Utrecht y Rastatt (1712-13) haban puesto fin alconflicto y reconocido a Felipe V como rey de

    Espaa, y las tropas aliadas haban evacuado

    Catalua. El 25 de julio de 1713 se inici un nuevo

    asedio de la ciudad por parte de las tropas

    borbnicas, que dur hasta el 11 de setiembre de

    1714: Montjuc, bastin de los asediados, no fue

    atacado directamente, ya que el lder de las

    fuerzas felipistas, el duque de Berwick, consider

    que los costes seran excesivos y opt por atacar

    directamente las murallas de la ciudad. En el

    castillo haba un estandarte negro con la

    leyenda Muerte o nuestros privilegios. El 12 de

    setiembre, a las 18.00 horas, las tropas borbnicas

    entraban en el castillo, con la ciudad ya derrotada.

    La memoria patritica quedaba borrada.

    La fortaleza borbnica

    El rgimen de Nueva Planta perfil un sistema

    defensivo de la ciudad que se basaba en dosgrandes fortalezas (sin obviar las otras: Drassanes,

    Fort Pius, etc.): la nueva Ciutadella y Montjuc.

    Tenan que garantizar sobre todo el orden interior

    y, tambin, la defensa exterior. Una vez edificada la

    Ciutadella, se procedi a la reconstruccin de

    Montjuc de acuerdo con el proyecto del ingeniero

    militar Juan Martn Cermeo. Las obras se

    iniciaron en 1751, duraron casi toda la segunda

    mitad del siglo XVIII y dotaron al castillo de su

    configuracin actual, un trapezoide irregular

    que se adaptaba a la mo ntaa. Supusieron la

    remodelacin de los tres baluartes existentes

    (el de Velasco en el noroeste, el de l a Llengua de

    la Serp en el suroeste, que qued cubierto con

    dos lunetas, y el de Santa Amlia) y la construccin

    del de Sant Carles (en e l sureste), que se uni

    con el de Santa Amlia formando una cortina

    de 69 metros donde se abri la puerta de acceso

    principal a travs de un puente fijo con un tramo

    levadizo sobre el cementerio. Delante del acceso

    se extenda el glacis con pendiente, que se termin

    en 1779. Al interior se acceda por medio de dos

    rampas cubiertas con bvedas, y se organizaba

    con dos plataformas, que el foso de Santa Elena

    separ. Encima, un hornabeque y un revelln

    servan de proteccin al edificio superior que

    sustituy el viejo fortn. Tena forma de cuadriltero

    irregular, con una plaza de armas, una torre demando y seales, y un edificio en rededor donde

    se ubicaban los almacenes y los cuarteles. Los

    dormitorios de la tropa permitan un cupo de poco

    ms de 2.000 efectivos. Haba 86 caones que,

    con obuses y morteros capaces de acercarse al

    parapeto para disparar, sumaban una artillera de

    120 piezas. Dispuso de dos cisternas de agua.

    En agosto de 1799 se dieron por acabadas las

    obras; desde entonces, los trabajos de reparacin,

    mantenimiento y mejora de la fortaleza seran

    habituales. Durante este periodo no ejerci

    funciones represivas destacables, ya que la

    Ciutadella tom el protagonismo. A finales del siglo

    XVIII se utiliz como prisin de franceses en la

    guerra contra la Convencin (1793-95). Y para

    1808 fue ocupado por las tropas de Napo len,

    sin resistencia.

    El castillo de las bombasFue en la Barcelona liberal y revolucionaria de

    1833-43 cuando ms se oy y dej una profunda

    huella el Castillo de Montjuc por su accin violenta

    y represiva, que supuso el inicio de una relacin con

    la ciudad marcada por la brutalidad, con los

    bombardeos de 1842 y 1843. En ambos casos,

    liquid movimientos insurreccionales de profundo

    contenido popular en contra de la autoridad

    gubernativa. En noviembre de 1842 se produjo una

    revuelta espontnea de protesta contra la accin

    autoritaria y represiva del gobierno de Espartero:

    Vistas del castillo y de la fortificacin de Montjuc.

    A. Malleson-Mallet (Beaulieu), c. 1696.

    Archivo Histrico de la Ciudad de Barcelona

    Escena de los bombardeos en la ciudad efectuados

    desde Montjuc, 1842.

    Biblioteca de Catalua. Barcelona

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    investigar con xito y profesionalidad los

    atentados anarquistas -sobre todo el estallido de

    la bomba en la calle de los Canvis Nous durante la

    procesin del Corpus de 1896, que provoc doce

    muertos y ms de cuarenta heridos-, practic

    detenciones masivas. De esta forma, Montjuc se

    llen de centenares de detenidos sin proteccin

    judicial y durante un tiempo indeterminado, que

    poda llegar a los dos aos. Era una accin impune

    contra adversarios ideolgicos y polticos del

    rgimen que pretenda, por una parte, desartic ular

    el anarquismo e intimidar el republicanismo, y, por

    otra, encontrar a unos culpables del atentado

    mediante la tortura. No en balde, 28 detenidos se

    declararon autores de la colocacin de la bomba.

    El proceso que se celebr en el castillo, lleno de

    irregularidades, dict cinco penas de muerteque fueron ejecutadas all mismo.

    A medida que se conoci la realidad de

    Montjuc, la ciudad reaccion con la denuncia

    de las prcticas criminales y del horror, y con

    movilizaciones y campaas, tambin a nivel

    internacional. El castillo se identificaba con la

    permanencia de una Espaa negra, inquisitorial

    tal como se deca en aquel momento y salvaje

    en contraste con la Europa moderna, creca como

    castillo maldito que creaba mrtires y e ra espacio

    de impunidad, injusticia y viole ncia. El rechazo era

    tan intenso que el mismo Ayuntamiento solicit

    (en 1902) su cesin al Gobierno, con el fin de

    derribarlo, peticin en la que se insistira

    posteriormente, sin xito. De forma significativa

    preserv su condicin represiva en la Semana

    Trgica (1909), cuando volvieron detenidos,

    consejos de guerra y fusilados en el foso de Santa

    Amlia, como el pedagogo libertario FrancescFerrer i Gurdia. Y tambin cuando se llen de

    centenares de ob reros, sindicalistas, anarquistas,

    etc., por orden del capitn general Milans del

    Bosch, entre 1919 y 1922, a raz de l a huelga de

    La Canadiense y los conflictos posteriores.

    El castillo durante la Repblica

    y la Guerra Civil, 1931-1939

    No puede extraar que el nuevo Ayuntamiento

    republicano insistiera al Gobierno en la cesin del

    castillo. El debate era qu hacer, ya que a la

    Panormica de la fachada de mar con la montaa de Montjuc al fondo.

    Joan Mart Centellas, 1874. Biblioteca de Catalua. Barcelona

    Vista de Barcelona desde la Creu dels Molers. Desconocido, c. 1850

    (extracto delAtles de Barcelona, ed. Mediterrnia)

    como castigo, la ciudad fue bombardeada desde

    el castillo durante 12 horas, desde el medioda del

    3 de diciembre. Hubo un mnimo de veinte muertos,

    diversos heridos y destrozos materiales por toda

    la ciudad, ya que las bombas caan indiscriminada-

    mente sembrando el terror. Cuando entraron las

    autoridades, segn un testimonio contemporneo,

    la ciudad ofreca un aspecto sepulcral: cerradas

    puertas y tiendas, casi desiertas las c alles, obstruido

    en algunas el paso por las ruinas y escombros de

    las casas derribadas, y cubiertas por el humo que

    sala de muchos edificios que an ardan....

    El 2 de setiembre de 1843 se formaba una

    junta suprema provincial para impulsar un

    programa de reformas democrticas y sociales,

    de cariz federalista, que el gobierno haba

    incumplido. Se iniciaba una revuelta conocidacomo la Jamncia, que, adems, adquiri un

    carcter radical, antiaristocrtico y demandaba

    una mayor redistribucin de la riqueza (May ms

    vulguin los pobres / pagar contribucions / quels

    richs las paguin totes / ab sos robats milions...).

    Cinco das despus, desde Montjuc se iniciaba el

    bombardeo sistemtico de la ciudad, durante dos

    meses, hasta el 10 de noviembre: oficialmente se

    contaron 335 muertos, 354 heridos y unos

    incalculables destrozos materiales. Unas cuarenta

    mil personas huyeron de la ciudad. La derrota de la

    revuelta abri las puertas a la reaccin moderada.

    Posteriormente, para julio de 1856 Montjuc

    volvi a tener un papel c entral en la represin

    poltica cuando sus caones, por orden del

    capitn general Juan Zapatero,el Tigre de

    Catalua, volvieron a bombardear, conjuntamente

    con las fortalezas de la Ciutadella y las Drassanes,

    el movimiento popular que se produjo comorespuesta al golpe de estado que haba expulsado

    a los progresistas del gobierno. La ciudad estuvo

    ocupada militarmente y la represin fue extrema,

    con ms de 400 muertos.

    El castillo maldito

    Desde 1893 la funcin militar de castigar la

    ciudad con las bombas, ya obsoleta, sera

    sustituida por la de espacio de detencin y tortura,

    de celebracin de consejos de guerra contra

    civiles y de fusilamientos. La polica, incapaz de

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    propuesta de derribo se aadieron otras, como

    la de emplazamiento del nuevo Parlamento

    de Catalua o de un museo contra la guerra.

    La insurreccin del 6 de octubre de 1934,

    encabezada por el presidente Llus Com panys,

    no solo paraliz el tema, sino que devolvi

    protagonismo al castillo al revitalizar su uso

    como prisin poltica para los cabecillas militares

    detenidos y como lugar de celebracin de los

    consejos de guerra y de ejecucin de sentencias

    a muerte, ahora con las garantas que se derivaban

    de un rgimen democrtico y lejos de la impunidad

    anterior. El recuerdo, sin embargo, perduraba. El

    escritor Joseph Kessel, que cubra la informacin

    de los procesos, escribi: Esta fortaleza es, en

    Barcelona, lo que era en Pars la Bastilla o San

    Pedro y San Pablo en San Petersburgo. Al mismotiempo ciudadela y prisin, ha guardado, detrs

    de las murallas y los fosos, una silueta feudal....

    Sera el mismo Llus Companys, otra vez

    presidente de la Generalitat de Catalunya (1936),

    quien procediera a la ocupacin pacfica del

    castillo, que pas a manos de la Generalitat en

    una fiesta popular en el mes de agosto, ya iniciada

    la Guerra Civil. El espacio se c atalaniz, onde

    en l la bandera catalana y el presidente deposit

    un ramo de flores en memoria de las vctimas.

    Sin embargo, no tard en convertirse en

    espacio de guerra, donde se reclutaron las

    milicias de ERC y se asumieron ineficientes

    funciones de defensa antiarea y, nuevamente,

    de prisin poltica y militar, de espacio judicial y de

    ejecuciones, en el foso de Santa Elena. El castillo

    se convirti en prisin y espacio de ejecuciones

    donde se materializaron, primeramente, las de los

    cabecillas militares del Alzamiento por sentenciaen consejo de guerra. Estas funciones tuvieron

    continuidad y supusieron la materializacin de

    condenas por tribunales militares (rebelin milit ar)

    y populares (por filiacin falangista, tradicionalista,

    de la CEDA, etctera); y desde mayo de 1937 por

    los diversos tribunales que persiguieron, sobre

    todo, delitos de traicin, espionaje, derrotismo,

    sabotaje y la disidencia antifascista (bsicamente

    el POUM y la CNT). A lo largo de la guerra se

    produjeron unas 250 ejecuciones por sentencias

    de los diversos tribunales. Hacia marzo de 1938

    Prisioneros en el patio de armas y en la fachada de mar

    del Castillo de Montjuc. Albert L. Deschamps, 1939.

    MECyD. Centro Documental de la Memoria Histrica,

    Fotografas-Deschamps. Fotos 764 y 761

    Entrada principal y exterior del castillo.

    Francesc Ribera, 1960-1962.

    Archivo Fotogrfico de Barcelona

    Proceso de restauracin del patio.

    Desconocido, 1962.

    Archivo Fotogrfico de Barcelona

    haba 1.495 presos, en duras condiciones

    penitenciarias derivadas de la coyuntura

    de la guerra.

    El castillo franquista

    El castillo fue ocupado el 26 de enero de 1939

    por las tropas franquistas y volvi a manos del

    Gobierno central. De forma inmediata, se habilit

    como centro concentracionario con miles de

    soldados prisioneros, cuya mayora fue trasladada

    al campo de concentracin de Horta cuando se

    puso en funcionamiento poco despus. Desde

    entonces, fue espacio de memoria franquista (con

    el monumento A los cados por Dios y por Espaa!)

    y recuper su funcin de prisin militar de oficiales

    y cabecillas del ejrcito republicano, de lugar de

    celebracin de consejos de guerra y, puntualmente,de ejecuciones, unas siete hasta 1945.

    La que alcanz unas dimensiones polticas

    y simblicas ms profundas fue la del presidente

    Llus Companys, detenido en la localidad francesa

    de La Baule el 13 de agosto de 1940 por la polica

    alemana; trasladado a Madrid, donde fue

    torturado, y, de all, a Montjuc. Fue juzgado en

    consejo de guerra sumarsimo y ejecutado en el

    foso de Santa Eullia el 15 de octubre de 1940 por

    su condicin, precisamente, de presidente de la

    Generalitat de Catalunya, mxima representacin

    del rojoseparatismo que el rgimen quera

    aplastar. El castillo qued profundamente

    marcado por este crimen. Desde entonces, y

    hasta el ao 1960, en que fue parcialmente cedido

    a la ciudad, mantuvo su carcter de prisin militar

    y no perdi su dimensin poltica, si bien

    experiment una creciente decadencia.

    Para 1960 fue cedido a la ciudad de forma muyparcial, ya que el Gobierno central, por medio del

    capitn general, mantena el control del nuevo

    Patronato que lo gestionaba, y que estaba

    obligado a construir un museo militar en el que se

    exalten las glorias castrenses patrias, financiado

    por el Ayuntamiento. Se inaugur en 1963 en

    paralelo una estatua ecuestre de Franco en el

    patio de armas. No se cerr hasta el 2009. Dos

    aos antes, la estatua haba sido trasladada a los

    almacenes municipales.

    Hasta el 2007 el castillo no fue cedido a la ciudad.

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    Durante muchos siglos, el castillo y la

    montaa de Montjuc han jugado un papel

    decisivo en la vida de la ciudad.Desde los

    primeros pobladores de Barkeno hasta

    el desmantelamiento del museo militar,

    la montaa y, en parte, su fortaleza han

    sido testigos de desfiles militares y

    paseos de vagabundos;jiras y escaramuzasblicas;construcciones majestuosas y

    cabaas humildes;vias con huertecillos

    y jardines cientficos;campamentos

    sanitarios y museos; guardias de torres

    de viga y turistas vidos de una buena

    perspectiva. Hoy, la cima quiere ser

    el smbolo que recoja toda esta diversidad

    de espritus, unidos por el principio de

    la libertad, la memoria y los derechos

    individuales y colectivos.

    EL CASTILLO:UNA MIRADA A BARCELONADESDE MONTJUC

    EL PROMONTORIOSIN CASTILLO

    Los gelogos sitan la formacin de

    Montjuc en el mioceno. Bajo la proteccin

    de esta elevacin -un islote dentro del

    mar de hace centenares de miles de aos-

    se crearon una serie de playas y arenales

    entre las desembocaduras de los ros

    Llobregat y Bess.

    Al poniente de una de las playas situadas al pie

    del acantilado se habra constituido el ncleo de

    un puerto martimo primigenio, de cuya existenciadaran fe las posteriores designaciones de Castell

    de Port, la parroquia de Santa Maria de Port y el

    antiguo estanque de Port, en los barrios actuales

    de la Marina de Sants. En origen, provendra del

    topnimo porto, citado en un documento de

    permuta del ao 984, que ya lo situabaprope

    Monte Iudaico.

    El tipo de roca predominante en Montjuc es la

    arenisca, extrada durante casi dos milenios para

    construir la ciudad que crecera a sus pies.

    El punto ms alto alcanza los 192 metros, que se

    precipitan hasta el mar formando un acantilado de

    alto valor biolgico en el lado del Morrot o punta

    de Miramar, donde encuentran abrigo aves como

    el cerncalo, el bho, la grajilla y el halcn peregrino.

    Barcelona desde Montjuc. El faro y la casa del viga se

    sitan en primer trmino. A. Van Wyngaerde, 1563

    Fbricas de las huertas de Sant Bertran con la

    montaa de fondo. Desconocido, 1880-1889.

    Archivo Fotogrfico de Barcelona

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    UNA CIMA FORTIFICADA

    El castillo que hoy presenciamos en Montjuc

    es el resultado de la evolucin de diversas

    edificaciones que se han ido construyendo,

    derribando, rehabilitando y perfeccionando

    a lo largo de, como mnimo, los ltimos diez

    siglos. As, el llano de la cima de Montjuc ha

    sido testigo y cimiento de faros, torres de

    viga, fortines y castillos que han cumplido

    diversas funciones segn la evolucin

    social, econmica, tecnolgica y poltica

    del momento. Aunque los precedentes

    directos de un castillo datan del siglo XVII,

    la estructura esencial del castillo actuales heredera de una ltima gran reforma

    diseada en 1751 por el ingeniero real

    Juan Martn Cermeo. Las obras de esta

    remodelacin se iniciaron en 1753 y no

    se acabaron hasta 1779.

    El puente y la fachada de entrada (1)

    En un lienzo de muralla de casi 70 metros,

    flanqueado por los nuevos baluartes de Sant

    Carles y de Santa Amlia, Cermeo dise

    un portaln neoclsico, con dos columnas,

    un arquitrabe y un friso, una cornisa y un tmpano.

    Dominando la entrada, se instal unos aos despus

    el escudo real de Carlos III de Borbn, bien visible.

    A la puerta principal se acceda por un puente

    estable de cuatro arcos, levadizo en el ltimo

    tramo, que tambin nos ha llegado hasta hoy.

    Actualmente, el acceso al recinto del castillo, con

    su foso ajardinado, es la imagen ms difundida

    de la fortificacin, y forma parte de las novedades

    introducidas por el ingeniero Cermeo a mediados

    de siglo XVIII. Aquella reforma represent la

    culminacin, en trminos de ingeniera constructiva,

    del Castillo de Montjuc -de hecho, ya se haba

    llegado al mximo esplendor tcnico de este tipode construcciones a principios del XVIII-. Cermeo

    mismo simboliza, tambin, el punto lgido del

    ingeniero, una figura profesional bastante reciente

    en la poca, cuyo nacimiento se sita entre los

    siglos XVI y XVII.

    Los ingenieros se encargaban de proyectar las

    fortificaciones, pero la ejecucin de las obras iba

    a cargo de los maestros de casas, un grupo de

    artesanos especializados en la construccin.

    Como las obras de fortificacin requeran la

    intervencin de miembros de otros oficios, com o

    carpinteros, herreros y picapedreros, el maestro

    de casas que ganaba el concurso acostumbraba

    a asociarse con otros artesanos para formar

    una compaa, que era la que sacaba adelante

    la obra. En el caso d e la reforma de Juan Martn

    Cermeo, fue Pere Bertran quien gan el

    concurso. Su compaa se convirti en la

    primera constructora estable que conocemos

    en Catalua.

    Los baluartes de Sant Carles

    y Santa Amlia (2)

    Un baluarte es una especie de fortn que sobresale

    del cuerpo de la fortaleza por los ngulos de lasmurallas, generalmente en forma pentagonal.

    Los baluartes, como plataformas avanzadas de

    defensa con artillera, permitan una profundidad

    defensiva que obligaba al enemigo a hacer

    recular sus bateras de artillera y, al mismo tiempo,

    facilitaban la cobertura de los flancos con fuego

    cruzado. Por el lado que da a la ciudad amurallada,

    Juan Martn Cermeo hizo construir dos nuevos

    baluartes a ambos lados de la entrada actual. Uno

    es el de Sant Carles, y apunta al litoral norte. Poda

    contener doce piezas de artillera entre caones y

    obuses, y cinco morteros. Cuenta con dos garitas

    que servan de abrigo a los centinelas, una de las

    cuales permanece tal como era primitivamente.

    El otro, el de Santa Amlia, da a la ciudad

    ensanchada. En el fondo, no era sino la

    continuacin por el flanco derecho del antiguo

    baluarte de Santa Isabel, de la poca del virrey

    Velasco. El baluarte de Santa Amlia tiene una

    altura de 14 metros, una dimensin suficiente para

    impedir que se escalara. Poda alojar 28 piezas deartillera entre caones y obuses, adems de seis

    piezas de mortero. Actualmente, conserva el pozo

    de agua que comunica con una gran cisterna.

    En una punta de este baluarte hay izada una

    bandera catalana que ondea en el mismo punto

    donde el presidente de la Generalitat, Llus

    Companys, iz una bandera en agosto de 1936

    para simbolizar la conquista del castillo por parte

    del poder civil y la desmilitarizacin de Montjuc,

    durante los aos de la Segunda Repblica.

    Plano del castillo con l a identificacin de los espacios.

    Desconocido, 1892-1893?

    Archivo Histrico de la Ciudad de Barcelona

  • 7/25/2019 cmj_guia_20oct14_esp.pdf

    8/13

    14 15

    El patio de armas (3)

    En la gran reforma de Juan Martn Cermeo, iniciada

    en 1753, se hizo derribar el viejo fortn y, en su lugar,

    se proyect un gran edificio cuadrangular con

    cubiertas a prueba de bombas y un patio de armas

    central con la vivienda del gobernador del castillo.

    El patio de armas es el espacio abierto al interior

    de las murallas en torno al que se distribuyen las

    dependencias del castillo. En las salas que dan a

    as galeras del patio se encontraban los pabellones

    de los oficiales, las cmaras del capelln,

    dispensarios y la cantina, entre otros.

    Actualmente, en la sala 15 del patio de armas, sepuede ver un tramo bastante bien conservado de

    uno de los cuatro medios baluartes que reforzaban

    a defensa de las esquinas del primer fortn,

    construido ms de cien aos antes. Este fortn de

    1640 -la primera fortificacin conocida en la cima

    de Montjuc- haba sido construido en treinta das

    por soldados y poblacin civil. Levantaron un muro

    de tierra y argamasa en torno a la antigua atalaya

    y un recinto o plataforma cuadrangular, defendida

    por cuatro medios baluartes en las esquinas y

    un foso de poc a profundidad. La construccin

    obedeca a la inminencia de la guerra contra

    Felipe IV, o guerra de los Segadores, de 1640.

    Desde entonces, y habiendo entendido

    definitivamente los militares la importancia

    estratgica del fortn, las instituciones

    barcelonesas perderan el control de la cima

    de Montjuc a manos del estamento militar, que

    no lo devolvera definitivamente a Barcelona

    hasta el 2007.

    Las terrazas, un mirador de

    360 grados sobre Barcelona (4)

    El piso superior del permetro del patio de armas

    es el punto ms alto del castillo al que los visitantes

    pueden acceder. Estas terrazas ofrecen una visininmejorable de la ciudad, la montaa de Montjuc,

    la estructura misma de la fortificacin y la historia

    comn que las une.

    En direccin al acantilado que desciende hasta la

    terminal de contenedores del puerto se encontr

    el yacimiento prehistrico ms antiguo de la ciudad.

    Se trata de una explotacin de jaspes y palos

    para hacer utensilios como herramientas, armas

    y objetos de artesana que se remonta a la poca

    del Epipaleoltico (10.000-5.500 a. C.).

    Es bastante probable que siglos ms tarde los

    beros hubieran fundado un poblado en este

    punto, ya que preferan establecerse en los puntos

    ms altos de la orografa por la visibilidad que

    proporcionaban sobre las rutas comerciales y

    sobre posibles ataques. En las cimas del Putget,

    del Tur de la Rovira y del Puig Castellar (Santa

    Coloma de Gramenet), por citar solo algunos

    ejemplos prximos, se han encontrado restos

    destacables de poblados beros.

    Desde las terrazas se distingue el Port Vell y el

    distrito de Ciutat Vella, en cuya parte central los

    romanos fundaron la Barcelona actual. Durante

    esta poca se constata un aumento de la presenciahumana en el conjunto de Montjuc gracias a dos

    factores: la explotacin de las canteras -situadas en

    la vertiente de la Marina del Port-, y la existencia de

    villas romanas dedicadas a la explotacin agrcola.

    Montjuc nos remite, en primer lugar, a los orgenes

    de la palabra misma que designa a la montaa.

    El texto ms antiguo que se ha encontrado con

    el nombre actual de la montaa es del ao 879.

    La colina es citada con el nombre de Mons Judeiqus,

    con el sentido inequvoco de monte judaico.

    Descartado por los fillogos el timo Mons Ioviso

    montaa de Jpiter, el carcter judaico del monte

    se ha justificado tradicionalmente por haber sido

    el lugar donde la comunidad juda barcelonesa

    enterraba a sus muertos.

    No era este el nico vnculo de los barceloneses con

    el monte. En lugar del verde de los parques y jardines

    que se presencia desde las terrazas-mirador,

    hay que imaginar, durante toda la Edad Media, un

    Montjuc manchado por el verde de una actividad

    agrcola -y tambin ganadera- considerable.

    La obtencin de piedra tambin continuaba siendo

    un eje vital sobre el que giraba la vida del monte.

    Sant Pau del Camp, Santa Maria del Pi, la Seu,Ca lArdiaca, el Sal del Tinell, la Llotja de Mar, Santa

    Maria del Mar y el Hospital de la Santa Creu son

    algunas muestras de edificaciones levantadas

    con roca arenosa de Montjuc durante el apogeo

    de la extraccin en las canteras en la era medieval.

    Pero lo que ligaba a los barceloneses a la

    montaa de manera peridica y tangible fueron

    las peregrinaciones a las ermitas esparcidas por

    Montjuc, una buena muestra de devocin religiosa,

    a la cual se asociaba un componente

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    9/13

    16 17

    de distraccin. Son cinco las capillas edificadas en

    as laderas de la montaa, de las que solo una ha

    subsistido. En primer lugar, estaba la de Sant Juli,

    que era la ms antigua (s. XI). En segundo lugar, la

    de Sant Fruits. En tercer lugar, y construida en el

    siglo XVI, la de Santa Madrona, segunda patrona de

    a ciudad, adyacente al actual Museo Nacional de

    Arte de Catalua, donde ha permanecido hasta hoy.

    En cuarto lugar, la capilla de Sant Bertran, que dio

    nombre a las huertas que haba fuera de las murallas

    entre las atarazanas, Montjuc y el mar. Por ltimo,

    se encontraba la capilla de Sant Ferriol, situada,

    aproximadamente, cerca de las antiguas canteras

    de debajo del Estadio Olmpico Llus Companys.

    La torre de viga y sus orgenes (5)

    Las excelentes condiciones de vigilancia y defensa

    que ofreca un cerro en primera lnea litoral fueron

    aprovechadas para instalar un faro o atalaya,

    el precedente arquitectnico ms antiguo del

    actual castillo.

    La citacin ms antigua que nos ha llegado del Farell

    se remonta al ao 1073. De da, el viga o guardia

    avisaba de la presencia de naves con seales de

    vela y, por la noche, con seales de fuego.

    Con respecto a la arquitectura, entre los siglos XIV

    y XVII la torre del Farell fue objeto de numerosas

    obras de mejora y rehabilitacin. Profundamente

    remodelada, la torre cuadrada se conserva dentro

    del recinto central cuadriltero y se puede acceder

    a ella desde el piso superior del patio de armas.

    Tal como testimonia un letrero en su base, entre

    los aos 1792 y 1793 el astrnomo francs Pierre

    Mchain utiliz la torre de viga para obtener las

    coordenadas de Barcelona y la triangulacin para

    la medicin del arco meridiano que sirvi de base

    del sistema mtrico decimal. Significativamente,

    recuper las funciones de atalaya y de torrede comunicaciones que haba tenido desde el

    siglo XI cuando, en 1848, se instal un sistema

    de telegrafa ptica militar. Mediante los mstiles

    verticales y traveseros que todava subsisten en

    lo alto de la torre, se enviaban seales al resto de

    fuertes militares urbanos, como los de Drassanes,

    Ciutadella y la Capitana General.

    La muralla de marina (6)

    Los atacantes de Barcelona no siempre atacaban

    por tierra. Cuando la artillera de las flotas consigui

    obras, particularmente en la cresta ms alta, que

    corresponde al baluarte de poniente sobre el mar,

    y la playa de la torre del Llobregat y el baluarte de

    levante, que mira al mar y a la ciudad. Sin embargo,

    Montjuc no volvi a ser atacado durante el resto de

    la guerra, ni siquiera en 1714, cuando las tropas de

    Felipe V forzaron la rendicin de la ciudad.

    Las bateras de artillera(7)

    El conjunto de piezas de artillera, conservadas

    en gran medida en las plataformas de acceso al

    castillo y tambin cerca del baluarte de Sant Carles,

    nos recuerdan que durante una etapa bastante

    prolongada el castillo ejerci una funcin represora

    de la ciudad y de sus habitantes.Para Barcelona y los barceloneses, a partir del siglo

    XVIII se inicia una etapa de desconfianza hacia

    la montaa y el castillo que, en gran medida, ha

    perdurado hasta hace pocos das. En relacin con

    la fisonoma de Barcelona, uno de los resultados

    de la derrota contra Felipe V en el ao 1714 fue la

    construccin de una ciudadela militar en el lado

    opuesto de Montjuc. La Ciutadella se encargara

    de dominar y controlar la ciudad por el norte,

    mientras que la fortaleza de la montaa lo hara por

    el sur.

    el alcance necesario, el castillo tambin pudo ser

    abordado por mar, tal como hizo la armada de

    Felipe V.

    En un intento de reconquistar Barcelona a manos

    del archiduque Carlos de Austria, las tropas de

    Felipe V de Borbn atacaron Montjuc en 1706,

    bombardendolo desde el mar y hostigndolo por

    tierra hasta que los defensores lo abandonaron.

    Ya en manos borbnicas, fue utilizado como

    plataforma de bombardeo contra los portales de la

    muralla del Raval y las zonas pobladas adyacentes.

    Finalmente, la armada aliada de Carlos III lleg a

    Barcelona en el mes de mayo y oblig al ejrcito de

    Felipe V a retirarse. En 1708 el archiduque promovinuevas obras en Montjuc, a las cuales se avino

    el Consejo barcelons. Prspero de Verboom,

    ingeniero militar borbnico que plane el asedio

    final de Barcelona de 1714 y dise la Ciutadella,

    fue testigo de las obras entre 1710 y 1712 mientras

    permaneci cautivo en la Barcelona austriacista.

    Un escrito de 1713 expone: [Los barceloneses]

    no interrumpen las maniobras para ponerse en

    mejor situacin de defensa [...], han adornado

    todas las alturas de Montjuc, donde trabajan

    con gran pasin en la construccin de nuevas

    Barcelona bombardeada por Espartero. A. Launay, 1842

    (extracto delAtles de Barcelona, ed. Mediterrnia)

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    10/13

    18 19

    Pero fue ya en pleno siglo XIX cuando las

    finalidades a que el castillo se vea abocado se

    manifestaron de la manera ms trgica y cruenta

    despus de la revuelta republicana de 1842 en

    Barcelona. Los revolucionarios tomaron el control

    de la Ciutadella y el cuartel de las Drassanes,

    mientras que Montjuc permaneci adicto al

    Gobierno de Madrid. El estallido republicano

    enmudeci tres semanas ms tarde cuando, por

    orden del regente Espartero, el capitn general

    de Catalua Antonio van Halen bombardea

    Barcelona desde Montjuc, causando unos

    trescientos cuarenta muertos, miles de heridos y

    casi quinientos edificios daados. El bombardeo

    de 1842 -y el subsiguiente de 1843- representanun punto de inflexin en aquello que Montjuc

    y el castillo simbolizan en la conciencia de los

    barceloneses. En efecto, Barcelona deja de tener,

    de una vez por todas, Montjuc como balcn;

    al contrario, la ciudad se ve subyugada por la

    montaa, a la que se tiene que doblegar por la

    amenaza de los caones.

    Sin embargo, los caones de Montjuc no siempre

    apuntaron a la ciudad. Durante la Guerra Civil,

    a aviacin fascista italiana castig a la ciudad

    cortina o trozo de muralla. En el medio baluarte de

    marina se levanta una estatua del timbalero del

    Bruc. En frente se encuentra el revelln -ms bajo

    que el hornabeque para no entorpecer la potencia

    de fuego-, una fortificacin triangular avanzada y

    separada de la fortificacin principal por un foso.

    Los calabozos (9)

    Los primeros testigos del uso penal del Castillo de

    Montjuc seran prisioneros franceses de la guerra

    contra la Convencin Republ icana (1793-1795).

    Aos despus, durante la llamada guerra del

    Francs (1808-1814), las t ropas napolenicas

    que ocuparon Barcelona -las t ropas francesas

    tomaron el castillo sin oposicin, dejando la

    funcin defensiva en evidencia- encarcelaron en

    el castillo a aquellos que se negaban a prestarjuramento a Jos Bonaparte. No obstante, la

    nueva identidad del Castillo de Montjuc como

    penal no se acab de afirmar hasta que la

    Ciutadella, la gran prisin de Barcelona, no se

    empez a derribar en 1868.

    En sucesivas modificaciones menores, los

    calabozos se trasladaron a las c maras

    adyacentes a la cortina de la muralla de mar. All se

    recluyeron republicanos federales como Gonal

    Serraclara, diputado federal detenido y trasladado

    a Montjuc en setiembre de 1869; el hroe de la

    independencia filipina Jos Rizal, en 1896; los

    obreros anarquistas ejecutados en 1897 despus

    de detenciones masivas, juicios irregulares y

    sentencias arbitrarias, en un caso clebre que se

    acab conociendo como el proceso de Montjuc;

    el pedagogo Ferrer i Gurdia, tambin ejec utado,

    como cuatro acusados ms, por ser sospecho sosde instigar los disturbios de la Semana Trgica en

    1909; o ms de tres mil obreros detenidos a raz de

    la huelga de La Canadiense.

    Los fosos (10)

    Durante los aos 1696 y 1697 los baluartes y

    las cortinas -trozos de muralla entre baluarte

    y baluarte- se circundaron con un foso y su

    correspondiente camino abierto, hoy frecuentado

    por corredores, ciclistas y caminantes.

    El ingeniero Cermeo redise el foso perimetral

    bombardendola indiscriminadamente. Se

    montaron algunas piezas de artillera adaptadas

    para funcionar como defensas antiareas,

    utilizadas sin efectividad durante los bombardeos

    areos. En 1938 se inici la instalacin de una

    nueva batera de costa con cuatro caones

    Vickers 152,4/50 modelo 1923, que hoy se

    pueden contemplar, ya fuera de servicio, en sus

    emplazamientos originales.

    El hornabeque, el revelln y las lunetas(8)

    Cermeo conserv el baluarte de Velasco de

    1696-97 y modific ligeramente el de la Llengua de

    Serp, introduciendo una nueva estructura -la luneta-

    que reforzaba la proteccin del mismo baluarte.

    De hecho, tanto la luneta de mar como la luneta

    de tierra son una especie de pequeos baluartes

    aislados de la muralla, situados en una posicin

    ms avanzada. En cuanto al recinto interior,

    una de las novedades ms interesantes fue la

    construccin de un hornabeque y un revelln. En la

    cara opuesta de la entrada principal, en el cuerpo

    central, est el hornabeque, un tipo de fortificacin

    defensiva formada por dos medios baluartes,

    esto es, dos medios pentgonos, unidos por una

    Llus Companys en el patio de armas del

    Castillo de Montjuc, antes de su fusilamiento.

    (Autor desconocido, 15-10-1940)

    y el camino abierto con el glacis. Los fosos de ms

    renombre son los de Santa Eullia y Santa Elena.

    La cortina de muralla del primero, entre los baluartes

    de Santa Amlia y de Velasco, sirvi de pared de

    fusilamiento del presidente Llus Companys en

    1940, justo donde est el monolito a su memoria.

    En cuanto al de Santa Elena, situado

    transversalmente respecto del anterior, entre el

    hornabeque y el revelln, all fueron represaliados

    algunos responsables del alzamiento militar dejulio de 1936, razn por la que el rgimen franquista

    homenajeaba a sus cados en un monumento

    que todava se puede ver.

    Con la victoria franquista, el castillo regres a

    la jurisdiccin militar, y eso supuso un retorno

    al pasado represivo del castillo, ya que se

    aprisionaron all los represaliados por la dictadura

    instaurada, muchos de los cuales, como el

    presidente Llus Companys, seran ejecutados

    en sus fosos.

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    20 21

    el derribo de las murallas y la expansin de la nueva

    Barcelona tuvieron como consecuencia una fiebre

    constructora sin precedentes.

    En segundo lugar tenemos la versin enteramente

    profana de las peregrinaciones de raz medieval:

    las jiras. Se trataba de unos grupos festivos en

    las fuentes de las afueras de la ciudad a los que

    las clases populares barcelonesas tenan gran

    aficin. En Montjuc eran famosas las jiras en las

    fuentes Trobada, del Gat, de la Guatlla, de Satlia,de Pessetes, de los Tres Pins, de la Mina y de Vista

    Alegre, entre otras. Las jiras se hicieron clebres en

    el siglo XIX en una ciudad demasiado densificada y

    a menudo insalubre, y se mantuvieron populares en

    el ocio ciudadano hasta bien entrado el siglo XX.

    A finales del XIX aparece un nuevo espacio

    residencial y de ocio entre las fuentes de una

    de las vertientes. Se trataba de una zona de

    cabaas y huertecillos donde creci el Poble-sec.

    Adems, hay que destacar la apertura, en 1883, del

    cementerio del suroeste.

    EL CASTILLO DELOS CIUDADANOS

    Desde un punto de vista simblico, podemos

    situar el inicio de la recuperacin del castillo

    para usos civiles en 1854. Aquel ao una real

    orden permite, por fin, el derribo de las murallas

    que limitaban la ciudad, y, desde entonces,

    esta no par de crecer.

    Como no poda ser de otra manera, la presin

    constructiva se hizo or en Montjuc, pero choc con

    a prescripcin militar segn la que la explotacin,

    edificacin y urbanizacin de la montaa y desu permetro quedan reservadas al estamento

    castrense. Mientras las instituciones civiles no

    pudieran reapropiarse oficialmente la primera

    peticin al Gobierno espaol se produjo en 1902,

    y la segunda, en 1935 el impulso de los intereses

    ciudadanos, tanto pblicos como privados, ira

    ocupando espacios para usos civiles.

    En primera instancia encontramos la expansin de

    as canteras, una actividad que no se haba detenido

    desde los tiempos iberorromanos. A finales del XIX,

    Edicin

    Ayuntamiento de Barcelona

    Instituto de Cultura

    Coordinacin

    Direccin de Patrimonio,

    Museos y Archivos (ICUB)

    Textos

    Manuel Risques e Itineraplus

    Documentalista

    Laia Aleixendri

    Correccin y traduccin

    Linguaserve

    Ilustracin del plano del castillo

    Maria Castell

    Diseo grficoGemma Alberich

    Impresin

    C. Casacuberta

    Imgenes

    Jordi Tud / Tavisa (foto de portada)

    Pep Herrero (pginas 12, 14, 15, 17, 18)

    Biblioteca de Catalua (BC)

    Archivo Histrico de la Ciudad de Barcelona (AHCB)

    Archivo Fotogrfico de Barcelona (AFB)

    Atles de Barcelona. Editorial Mediterrnia

    Centro Documental de la Memoria Histrica (CDMH)

    En 1902 el Ayuntamiento no solo pide oficialmente

    el retorno de Montjuc a la ciudad, sino que exige la

    demolicin del castillo. La demanda fue ignorada,

    pero represent un primer gesto de expugnacin

    de la montaa desde esta institucin pblica.

    Durante las primeras dcadas del siglo XX la

    ciudadana asumi como un lugar comn la

    transformacin de Montjuc en una zona verde.

    A partir de los aos veinte, Montjuc queda

    vinculada al destino de la Exposicin Internacional

    de 1929, cuyos jardines seran diseados por

    Forestier y su discpulo Rubi i Tudur. Del impulso

    ordenador de la exposicin tambin nacen la plaza

    de Espaa actual, el Estadio Olmpico, la zona de

    pabellones, el Palacio Nacional, el PuebloEspaol, y los manantiales y la Fuente Mgica,

    de Carles Bugas.

    El ltimo intento de recuperar definitivamente

    la montaa se produjo con el municipalismo

    democrtico posfranquista y la construccin de

    la Anilla Olmpica de los Juegos de 1992. El buque

    insignia de esta remodelacin fue el Estadio

    Olmpico y el gran espacio de usos deportivos a su

    alrededor -el Palau Sant Jordi, la piscina olmpica

    y el Instituto Nacional de Educacin Fsica-, que

    dejaron una gran huella en la ciudad.

    Con respecto al castillo y el museo militar que

    albergaba, fue reivindicado durante los noventa

    por los movimientos sociales y algunos partidos

    polticos hasta que, en una coyuntura poltica

    favorable, y despus de largas controversias, se

    cedi el castillo definitivamente a la ciudad en el2007. El cierre del museo militar ocurri en el 2009,

    y a partir de aquel momento se abri una nueva

    etapa para el castillo.

    Uno de los objetivos especficos es que el castillo

    se convierta en un espacio para la memoria, para

    la enseanza de la historia y de sus conflictos y

    para la dignificacin de todas las personas que han

    sufrido cualquier tipo de represin, as como en un

    recinto de vindicacin de la libertad y los derechos

    individuales y colectivos.

    Vista del puerto de Barcelona con la montaa y el Castillo de

    Montjuc al fondo. Desconocido, 1930.

    Archivo Histrico de la Ciudad de Barcelona

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    12/13

    Monumentoa Llus Companys

    Fosode Santa Eullia

    Patiode armas

    Revelln

    Miradorterraza

    Torrede viga

    Puente yfachada de entrada

    Baluartede Santa Amlia

    Baluartede Sant Carles

    Jardinesdel Timbaler

    del Bruc

    Baterasde artilleraMuralla

    de Marina

    (8) >Lunetas

    Hornabeque

    Calabozos

    9

    2

    1

    2

    10

    4

    3

    5

    7

    68

    8

    8

    fosode Santa elena

    10

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    13/13

    CASTILLO DE MONTJUCCarretera de Montjuc, 66

    08038 Barcelona

    +34 932 564 445

    [email protected]