chus villaroel - renovacion a catolica

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  • 8/3/2019 Chus Villaroel - Renovacion a Catolica

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    Chus Villarroel O.P.

    La Renovacin

    Carismtica

    Publica SERECAC/ Fomento, 13 28013. Madrid ESPAA

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    INTRODUCCIN

    Un da del mes de diciembre de 1976 viajaba en tren de vila aMadrid. A mi lado se coloc una chica joven. No tardamos en entablarconversacin y hacer las presentaciones de rigor. Ella se llamabaMaravillas. Era sevillana, y se comunicaba con facilidad y soltura.Estudiaba por aquel entonces en Madrid.

    Yo le dije que era sacerdote dominico y que estaba de profesor en el

    convento de los Dominicos de Alcobendas. Le expliqu que en esemomento ejerca tambin el cargo de Prior y que tena bajo mi custodiaunos 120 frailes, la mayora jvenes profesos en camino hacia elsacerdocio. Pronto se me hizo claro que a ella le interesaba el temareligioso. Al poco tiempo me hizo una pregunta inesperada:

    -Conoces la Renovacin carismtica?-Algo he odo hablar de ella, le respond sorprendido; y entre los

    frailes de mi convento hay dos jvenes que asisten regularmente a los

    grupos; pero la verdad es que nunca me he preocupado demasiado porconocer qu hacen all y de qu va la cosa.

    Entonces ella, con mucha simpata y, yo dira que con dulzura, perocon una enorme firmeza me dijo:

    -"Vete, vete a la oracin. Es necesario que vayas".

    Durante varios das medit sobre el asunto y me di cuenta que las

    palabras de la chica me haban llegado. Me entraron ganas de ir, pero a lavez me afloraron varios prejuicios inconscientes que actuaban sobre mcomo frenos. Eran tres principalmente:

    Emocionalismo

    Tena la sensacin difusa de que en esos grupos haba un exceso desentimentalismo y de actitudes extraas que yo no poda asumir. Quin noha visto alguna pelcula en la que un pastor conjura como un energmenoal demonio y le conmina a salir del poseso? Siempre he credo que laaccin del Espritu est revestida de una gran sobriedad, equilibrio y

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    armona. Evocaba y me venan a la imaginacin esas asambleas, que habavisto tambin en el cine, en las que la gente oraba con sonidos extraos,gesticulaba con sus cuerpos y adoptaba actitudes semiextticas que a m merepelan. La sospecha de ser una secta, un gueto, un grupo segregado y, por

    lo tanto, peligroso, actuaba poderosamente en mi inconsciente.Americanismo

    Yo saba que estos grupos procedan de Norteamrica. Acerca deesta procedencia bullan en mi interior una serie de prejuicios. Estabadispuesto a aceptar cualquier novedad tcnica o cientfica que procedierade U.S.A. pues les crea preparados para ello. Pero en el orden cultural yreligioso: poda venir algo bueno de all? Me pareca que teolgica ypastoralmente no haban contribuido gran cosa ni al desarrollo del Concilioni, en general, a la evolucin de estos temas. Podra yo, pues, sacar algnprovecho con asistir a esos grupos de procedencia norteamericana?

    Protestantismo

    Algo hay en el inconsciente de los espaoles que les pone en guardiaante el talante protestante. En m tambin exista ese algo. Ni siquiera elhaber estudiado varios aos en naciones de mayora protestante me habamitigado este rechazo, que estaba ah. En aquella poca el ecumenismo era

    una teora incipiente y no haba llegado an al pueblo. Por lo cual, noexperiment en esos pases ms que una separacin de comunidades, quereforz mi rechazo innato. Yo saba que estos grupos estaban emparentadoscon el protestantismo pentecostal, dos nombres que encrespaban losnervios de mi espritu.

    * * *

    A pesar de que las palabras de Maravillas fueron dichas con

    autoridad y de que el recuerdo de la chica me motivaba para volverla a very, sobre todo, para ver si la realidad se corresponda con las cosas tanbonitas y tan ponderadas con las que ella me describi en el tren los gruposde oracin, a pesar de ello, la pereza me retraa de dar el paso. Pero algo semova dentro de m. Por otra parte, yo no senta necesidad alguna decambiar mi vida. Humanamente me senta realizado y, ms o menos, fuialcanzando las metas que, al menos en el inconsciente, me ibaproponiendo. No tena tampoco ningn trauma especial, ni ninguna de esascarencias o pobrezas trgicas que te obligan a clamar desde el fondo de ti

    mismo. Y no es que fuera insensible a las cosas de Dios, ni dejara de sentircelo por su gloria. Creo que era un fraile normal. Ms tarde, sin embargo,

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    se me hizo claro que en aquel entonces yo tena un Dios muy apaadito,que apenas me inquietaba, pues le tena muy domesticado por la razn. Amis 40 aos me encontraba suficientemente tranquilo y satisfecho.

    Me pasaba algo semejante a la Samaritana del captulo cuarto de San

    Juan. No tena necesidad de otra agua. Para qu un agua nueva? Nobastaba con el agua del pozo que nos dio Jacob, del cual haban bebidogeneracin tras generacin, ellos y sus ganados? Ese agua era buena y,aunque no le saciaba del todo la sed, pues necesit el consuelo de seismaridos, le daba seguridad. Era una fe muerta, pero sagrada. Un poco msadelante en el mismo Evangelio, Jess tuvo que desenmascarar lasseguridades religiosas de otro grupo de judos que, apoyados en sutradicin, rechazaban la posibilidad de una conversin o cambio en susvidas: "No fue Moiss, les dice Jess, quien os dio el pan del cielo; es miPadre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es elque baja del cielo y da la vida al mundo" (Jn. 6,32).

    Jesucristo, y menos crucificado, no atrae los intereses humanos denadie. Pero yo sin darme cuenta iba identificando mis deberes religiososcon mis intereses, y esto me daba la seguridad de ser un hombre religioso yrespetable; por eso me iba apegando cada vez ms a las cosas tal comoestaban. Y entonces en vez de abrirme a lo nuevo, a una gracia nueva queme sacara de mi atona, me iba creando un dios a mi imagen y semejanza eiba creciendo en m el celo contra el vicio y el error de los que pensabandistinto de m. Esta puede ser socialmente una conducta correcta y digna de

    alabanza, en lo que cabe, porque crea segn ese orden personas ntegras ylegales, slo que se puede vivir as ao tras ao, sin tener nada que ver conJesucristo. Y aunque tu mente se llene de "santos" pensamientos, tucorazn se endurece, y al final te encuentras con que eres un perfectocristiano y un perfecto ciudadano, incluso lleno de buena voluntad, pero sinaquella caridad y misericordia que puedan poner en peligro tus seguridades.Sin embargo, todo es gracia. Yo nunca hubiera salido de aqu si no hubierasido por una gracia especial de Dios. El nico mrito, si lo hay, es tener elcorazn abierto y sencillo, que tambin es gracia. En mi caso, yo me alegro

    de que fuera suficiente la conversacin con una chica simptica en un tren,para lanzarme a una aventura espiritual que ha troquelado mi alma como setroquela una moneda con la efigie de un rey o de un personaje famoso.

    * * *

    Pasadas unas semanas, terminbamos un da de comer en el granrefectorio de Alcobendas, poblado de hbitos blancos. Era mircoles. Derepente me percat de que los dos jvenes carismticos del convento

    cuchicheaban entre s:

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    -De qu hablis? les pregunt acercndome.-Nada, me respondi uno. Estbamos quedando en la hora para ir

    juntos a la oracin.-A qu hora sals?

    -A las 7, me dijeron.-Perfecto, contest, yo voy con vosotros.

    A las 7. 30 de la tarde daba comienzo la oracin en el grupoMaranatha de Madrid. Calculo que habra en aquella sala unas 150personas. Maravillas no asisti, ni la he vuelto a ver jams en mi vida. Sloconservo un sentimiento claro de aquel da: fueron dos horas de oracin yse me hicieron cortsimas. Al salir me junt de nuevo con los dos jvenesque, por ser guitarristas, haban estado con la msica separados de m. JulioFigar me pregunt:

    -Qu te ha parecido?-Me ha gustado, respond, yo vuelvo.

    El caso es que llevo 18 aos volviendo. Y nunca, a no ser por fuerzamayor, he dejado pasar un mircoles sin ir a la oracin. Es ms, poraquellas mismas fechas iniciamos en el convento el grupo de la "Rosa deSarn" con el cual me identifiqu profundamente durante varios aos, hastaque me trasladaron a otros lugares. Lo que he recibido en estos aos lo

    llevo grabado en mi alma. Pero es de eso, precisamente, de lo que quierohablaros en este librito.

    Hace unos meses viaj con varias personas a dar un retiro a losgrupos vascos que se reunan en Loyola. Fui durante un rato protestandoporque no haba en la Renovacin espaola un libro que fuera apto paraque las personas nuevas se enteraran un poco de qu va la Renovacin, y decules son sus contenidos de mayor garra y novedad. Me diriga, sobretodo, a una mujer que es de la Coordinadora nacional. Ella se sorprendi demi perorata y en un momento dado me cort el discurso y, mirndome, me

    dijo: "pues escrbelo t". Me qued perplejo. Nunca haba pensado en talcosa. Sin embargo, all mismo supe que, al menos, lo iba a intentar.

    Y en stas estoy. Os aseguro -me refiero a los nuevos- que no os voya hablar como un sabio. Primero, porque no lo soy; y, en segundo lugar,porque mi oficio actual, que es el de prroco de una parroquia del centro deMadrid con unos 20. 000 feligreses, no me lo permite. Os voy a hablarcomo un testigo, que me va mucho ms. De esta forma puedo utilizar unlenguaje fcil y sencillo que me salga del corazn. Espero que no se menote demasiado la "deformacin profesional" que ha podido causar en m el

    estudio de una larga carrera de teologa abstracta, en un lenguaje extrao,apto slo para iniciados. Creo que la Renovacin tiene tambin el cometido

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    de romper con un tono y un lenguaje curial y escolstico, engolado y decasta, con el que se suelen expresar las cosas del Espritu.

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    AS COMENZ

    El da 9 de Marzo de 1897 el Papa Len XIII sorprendi al mundocon la publicacin de la encclica "Divinum illud munus", verdadera yautntica "suma teolgica" sobre el Espritu Santo. Con ella, de algnmodo, le consagraba el nuevo siglo. Adems hizo obligatoria para toda laIglesia la novena al Espritu Santo como preparacin anual a la fiesta dePentecosts.

    Sin embargo, nadie recuerda a este Papa como el Papa del EsprituSanto, sino como el Papa de la "Rerum novarum", otra encclica suya en laque expresa las preocupaciones de la Iglesia por las cuestiones sociales,dando inicio de esta forma a la doctrina social de la Iglesia. Marx y Engels,creadores del marxismo, que es una especie de "cristianismo" laico y ateo,haban lanzado al mundo el grito famoso con el que acaba el "Manifiestocomunista", pregn programtico de la nueva "religin": "proletarios detodos los pases, unos". Eran las nuevas tendencias, a las que haba quediscernir y hacer frente. En esta tarea se empean, impulsadas por el

    Espritu, no slo la Iglesia Catlica, sino tambin las grandes confesionesprotestantes.Pero el Seor no quiere que su Iglesia se polarice demasiado en una

    lnea, pues la hara estrecha y determinista. Por eso suscit, por aquellamisma poca, otras corrientes, no contrarias a la anterior, pero scomplementarias. Entre las iglesias protestantes hubo una que apenas entren la discusin de los temas sociales, tan acuciantes, y sigui predicando aun Jesucristo escueto, con mucha garra pastoral y fecundidad misionera.

    1 de Enero de 1901El movimiento espiritual del que vamos a hablar parece haber

    surgido, ms o menos simultneamente, en diversas partes de la tierra,especialmente en Armenia, Gales, India y USA. No se puede considerarpatrimonio exclusivo de ninguna confesin religiosa. La corriente principaly mejor constatada, sin embargo, fue la que apareci en una pequea ypobre iglesia protestante a la que acabamos de hacer referencia. Es laIglesia Metodista. Es sta una iglesia escindida del Anglicanismo hacia elao 1729. Este cisma no se hizo por rechazo, sino por afn de reforma y deacercamiento sencillo del culto y de los grandes dogmas al pueblo

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    cristiano. Se ha comparado el movimiento metodista al franciscanismo. Suspromotores, en especial John Wesley, un hombre de entraa mstica y deuna predicacin muy imaginativa y cercana al pueblo, conservaron siempreun gran respeto por la Iglesia madre Anglicana. El nombre de metodistas

    les fue impuesto por burla, pues hacan gala de seguir un mtodo adaptadoa las buenas costumbres de las que nos habla la Biblia. Los fielesmetodistas se extendieron por varios pases del mundo anglosajn, aunquenunca llegaron a ser muy numerosos.

    Sucedi en la noche de fin de ao de 1900. Un grupo de estudiantescelebraban una asamblea de oracin en Topeka, Kansas. La presida el

    joven pastor metodista Charles F. Parham. Le pedan al Espritu Santo queles enviara los mismos dones que haba otorgado a los apstoles en elcenculo.

    Una chica, llamada Ins Ozman, sinti el impulso de salir al centrode la asamblea. Rog al pastor que le impusiera las manos e invocara sobreella la efusin del Espritu Santo, como se haca en tiempo de los apstoles.El pastor, en un primer momento, se qued perplejo, pero al fincondescendi. "En aquel momento, refiri la joven, me sent comoarrastrada por un ro en crecida y como si un fuego ardiese en toda mipersona, mientras que palabras extraas de una lengua que jams habaestudiado me venan espontneas a los labios y se me llenaba el alma deuna alegra indescriptible". Seguidamente los dems estudiantes y el propiopastor Parham recibieron los mismos dones.

    La noticia se difundi. De todas partes acuda la gente para recibir loque se llam "el bautismo en el Espritu" y "el don de lenguas". En 1906 yaera un autntico fenmeno religioso muy extendido. Las iglesiasprotestantes, sin embargo, no supieron acoger esta movida religiosa quepareca convulsionar sus cimientos. La hostilidad se hizo general. El diarioNew York American escribe irnicamente en su nmero del 3-12-1906 conmotivo de un acontecimiento pentecostal: "La fe proporciona a esta sectaun nuevo idioma para convertir al Africa. Todas las noches experimentanun milagro. Los lderes del movimiento son casi todos negros".

    Excomulgados por sus iglesias y, aun en contra de su voluntad, losprimeros carismticos no tuvieron ms remedio que integrarse en unaiglesia nueva que se llam la Iglesia Pentecostal.

    Motivos de discrepancia

    La historia del pentecostalismo en los aos que siguieron se hizoturbulenta. Hubo entre ellos y con las dems iglesias nuevas divisiones yenconadas luchas y disputas teolgicas. Cayeron en un gran desprestigio.

    Durante cincuenta aos se sumieron en una semioscuridad y dejaron, portanto, de ser un peligro digno de ser tomado en cuenta. Todo el mundo

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    crea que el ciclo pentecostal haba llegado a su fin. Daba la impresin deque aquella semilla que tan pujante brot en el grupo de jvenes de Parhamse haba agostado para siempre.

    La novedad de la irrupcin pentecostal fue imposible de asumir en

    un principio. Podemos mencionar varios factores de discrepancia, entreotros muchos. Para los primeros pentecostales, siempre hubo dos cosasinnegociables: el bautismo en el Espritu y el don de lenguas. En efecto,para la mayora de los protestantes, incluidos los pentecostales, el bautismocristiano tiene como dos momentos: el bautismo de agua, que produce laregeneracin y el bautismo del Espritu, que otorga la plenitud del EsprituSanto. Lo que sucede es que en las iglesias tradicionales estos dosmomentos se fundan en un solo acto y, de esta forma, era bautizada lagente sin que se urgieran ms estos temas. Pero al sobrevenir la experienciacarismtica, en la iglesia Pentecostal se diversificaron estos actos. Elloprodujo innumerables disputas e incomprensiones.

    Por otra parte, el don de lenguas siempre fue tomado por los de fueracomo un fenmeno incmodo y embarazoso, que si desapareciera evitaraproblemas, puesto que para ellos ms que de provecho serva de confusin.Ms que causar un efecto positivo causaba escndalo y daba a las reunionespentecostales un tinte esotrico, como si fuera una secta de iniciadosextticos y extravagantes. De ah nacan, igualmente, las frecuentesacusaciones de fanatismo, de fundamentalismo, de emocionalismo y depoco aprecio a la razn, incluso a la razn teolgica. No les ayud nada

    tampoco su sectarismo y su rechazo de todas las iglesias institucionales. Elrechazo hacia la Iglesia Catlica era visceral.

    Tambin fueron motivos de contradiccin el subjetivismo, lainteriorizacin religiosa y el misticismo en los que incurran lospentecostales, cosas todas ellas, segn sus crticos, contrarias a la tradicinprotestante. Como es sabido, para los catlicos siempre ha habido dosfuentes de revelacin: la Escritura y la Tradicin. Los protestantes, sinembargo, slo admiten una fuente de revelacin, que es la Biblia. A ellaacceden mediante la inspiracin privada y el libre examen. Estas cosas,

    aunque sean personales, no sujetas a magisterio, son siempre objetivas. Nopodan aceptar el subjetivismo pentecostal, como si hubiera una revelacinpblica y otra privada. Frases, como por ejemplo: "el Seor me ha dicho",no podan ser asumidas.

    Acogida en las iglesias protestantes

    Debido a estas y otras muchas contradicciones la semilla pentecostalpareci, en cierto momento, que poda desaparecer. Pero no fue as. Al

    contrario. Durante estos cincuenta aos de oscuridad y silencio fuemadurando y, a pesar de la incuria y el escndalo de los hombres, hacia los

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    aos 60 sus rebrotes se hicieron de nuevo incontrolables. Y ahora no era yamomento de excomuniones, sino que las iglesias no pudieron eludir elhacer un nuevo discernimiento.

    Pero ya haban cambiado muchas cosas en esas iglesias; el mundo

    tambin era otro. La rigidez puritana de principios de siglo se habadisuelto como un azucarillo; dos cruentas guerras mundiales habanrelativizado muchas cosas; y una filosofa nueva, personalista y vivencialhaba abierto la posibilidad de un mundo de experiencias nuevas.

    A pesar de los conflictos mencionados, las iglesias tuvieron queenfrentarse al hecho de que muchos de sus fieles iban siendo tocados por laexperiencia carismtica. An ms: bastantes pastores participaban engrupos de oracin y haban experimentado igualmente un cambio profundoen sus vidas. Por ello, aunque an no se hayan apagado las disputas ni sehayan eliminado totalmente las incomprensiones, las iglesias llamadas"histricas" han dado su aprobacin a la espiritualidad pentecostal. En laIglesia Episcopaliana fue a partir de 1958; la Luterana USA en 1962; laPresbiteriana tambin en el 62; y lo mismo ha sucedido en algunascomunidades ortodoxas.

    Desde este momento se empieza a descubrir la parte positiva de todaesta movida espiritual. Ahora es valorada la capacidad evangelizadora de lanueva corriente espiritual; su novedad y frescura de cara a los jvenes yalejados; la vitalidad en los cultos y celebraciones; la revalorizacin de laoracin y lo sobrenatural en un mundo materialista y prctico; y, de una

    manera especial, la capacidad ecumnica de este nuevo movimiento. Fielesde todas las confesiones participan juntos en grupos de oracin: No serque el Espritu Santo quiere construir la unidad desde las bases, desde elpueblo?

    En la Iglesia Catlica

    Dados estos antecedentes, no es de admirar que este movimientoespiritual apareciera inevitablemente en la Iglesia Catlica. Sin embargo,

    cuando esto tuvo lugar caus una sorpresa casi general. Siempre habaexistido una profunda hostilidad hacia el Catolicismo por parte de lasIglesias Pentecostales, el cual, segn ellas, era la suma y compendio delformalismo y organizacin aniquiladores del Espritu. Por otra parte, lamayora de los catlicos nunca haban tomado en serio a los pentecostalespor su aparente emotividad y fanatismo.

    Nadie, pues, imaginaba la rpida aceptacin con que fue acogida laespiritualidad pentecostal en la Iglesia Catlica. La verdad es que se haextendido con mucha mayor rapidez en ella que en todas las dems iglesias,

    y la oposicin ha sido mucho menos intransigente. Observadorespentecostales han comentado sorprendidos la facilidad con que los

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    catlicos han aceptado el "bautismo en el Espritu". La jerarqua catlica seha mostrado ms abierta y favorable al movimiento que la de las demsiglesias.

    Pero tambin en la Iglesia Catlica haban cambiado muchas cosas.

    Haba pasado Juan XXIII con su lema: "valoricemos lo que nos une ydejemos lo que nos separa". Haba pasado un concilio, el Vaticano II, queabri las puertas y ventanas de la Iglesia de par en par y realiz unaapertura sin precedentes a la modernidad, al progreso, a la tolerancia, a losderechos humanos y, en general, a las realidades terrenas, cosas todas ellasasumidas en una sntesis poderossima bajo la accin del Espritu. Fue unconcilio sin condenas, un concilio de aperturas, de tolerancia del pluralismoreligioso, de anhelos ecumnicos. Ya no hay herejes ni cismticos, sinohermanos separados, entre los cuales pueden darse tambin "la fe, laesperanza, la caridad, la vida de la gracia y otros dones interiores delEspritu Santo".

    En la apertura de dicho concilio Vaticano II, el Papa Juan invoc alEspritu Santo pidindole: "Renueva en estos das tus maravillas, a lamanera de un nuevo Pentecosts".

    Se enciende el fuego

    En la Universidad del Espritu Santo de Duquesne, en Pittsburgh,USA, hay un grupo de cristianos inquietos. Son agentes de pastoral dentro

    de la misma Universidad, pero estn desilusionados y un tantodesmoralizados, sobre todo, por la ineficacia e infecundidad de susesfuerzos y trabajos. Sin embargo, estn en actitud de bsqueda y deencuentro. Cae en sus manos un libro que se ha hecho famoso: "La cruz yel pual". Es una especie de autobiografa de un intrpido pastor, DavidWilkerson, el cual habla de su apostolado entre las pandillas de jvenesdelincuentes y drogadictos de Nueva York. Entre estos jvenes se habanrealizado autnticos milagros con signos visibles de una presencia fuerte yviva del Espritu Santo. All se relataba algo distinto, all se perciba una

    eficacia y una fecundidad superiores a los puros dones y categorashumanos.

    La lectura de este libro fue para ellos una revelacin. Decidieron orarlos unos por los otros diariamente la secuencia del Espritu Santo: "Ven,Espritu divino". Pedan que se derramara sobre ellos la misma fuerza y elmismo fervor que haban experimentado los primeros cristianos.

    Sucedi a principios del ao 1967. Despus de algunos meses deperseverar en esta oracin y en estos deseos encontraron suficientehumildad para pedir a algunos neopentecostales que oraran sobre ellos a fin

    de recibir el bautismo en el Espritu.

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    Los efectos fueron inmediatos y prodigiosos. Los frutos del Esprituse derramaron copiosamente: se sienten invadidos por una fuerza nueva;perciben un profundo sentimiento de paz; se regocijan con una alegrainexpresable; sienten la necesidad casi impulsiva de dar testimonio. Y lo

    que es ms importante: experimentan en sus propias vidas la realidadpoderosa y santa del Espritu, que les lleva a descubrir a un Jess vivo,resucitado, seor de todas las cosas. Perciben como un cambio cualitativoen su propio ser, cambio que se expresa tambin a travs de varios donescarismticos: don de lenguas, profeca, curaciones.

    Demasiado fuerte para asimilarlo de inmediato. Dentro de la paz ysobriedad del Espritu que, de por s, nunca hace perder la armona y elequilibrio, se sienten gozosos, pero desconcertados y un tanto perdidos.Qu est sucediendo? Es esto un nuevo Pentecosts?

    Pero no era un momento adecuado para pararse a teorizar lo queestaba pasando. Haba que apurar la experiencia hasta el final. Y, sobretodo, haba que dar salida a la urgencia de comunicacin, de compartir conotros, algo que en su fuero interno saban que era autntico, oro de ley.Programan pronto un retiro, que se hizo famoso, al cual asisti muchagente nueva, y en el que de nuevo percibieron la presencia viva del EsprituSanto. Pasaron un fin de semana en oracin como sumidos en unaatmsfera ultraterrena.

    La experiencia se extiende rpidamente como un fuego. El 4 deMarzo de 1967 un joven estudiante de Duquesne comunica estos sucesos a

    un asombrado pero reticente auditorio de la Universidad de Notre Dame, enSouth Bend. Tambin aqu acuden a los pentecostales que, en un encuentrode oracin, oran por ellos, repitindose los mismos acontecimientos con losmismos resultados. En pocos meses se propag la noticia por diversasregiones de USA, saltando inmediatamente sus fronteras en todas lasdirecciones.

    Naci en Amrica, pero no es americana

    Ni la propaganda de la coca-cola; ni la publicidad de lahamburguesa; ni la estrategia de los VIPS; ni el espectculo de MichaelJackson; ni las intrigas de la CIA; ni el marketing de una multinacional; nila accin de las pelculas del Oeste han sido vehculo para que laRenovacin haya llegado, rincn por rincn, hasta los confines del planeta.El Espritu Santo no ha necesitado la influencia americana para "colonizar"espiritualmente al mundo. Viene de Amrica, pero no es americana.

    Y entonces se preguntar alguien: por qu naci en Amrica? Heaqu una cuestin insoluble. Los designios de Dios son inescrutables. No se

    pueden dar ni razones de conveniencia. De todas formas es sorprendenteque haya nacido en USA, pues las cosas de Dios suelen brotar en la

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    debilidad, la pobreza y la impotencia. Sin embargo tambin en EE UU haypobrezas. Desde el principio se trat de descalificar al movimientopentecostal a causa, segn decan, de su origen humilde en una iglesianegra. Muchos comentaristas e historiadores piensan que el mismo

    ambiente que dio origen al Negro Spiritual, al Jazz y a los Blues, produjotambin el movimiento pentecostal. La verdad es que desde el principiohubo adeptos de ambas razas, aunque tambin est constatado que en elinicio la mayora de los lderes y el gran impulso se realiz por medio decomunidades de gente de color.

    Y, por qu en el Protestantismo? No lo sabremos jams, comotampoco sabremos por qu el Hijo de Dios naci en una cueva en Beln.Tal vez era el sitio ms pobre y por eso lo escogi. De esta forma hasta losmendigos que duermen en la calle, los desheredados, los emigrantes ydesterrados, se pueden identificar con l. Si hubiera nacido en un palacio,los pobres jams hubieran pisado sus umbrales. La Renovacin no tuvo nipatria ni sitio en la posada. Naci en la Iglesia Metodista, pero fueexpulsada de ella y de las dems iglesias protestantes. Tuvo que construirsesu propia chabola. Si hubiera nacido en la Iglesia Catlica, la aceptaratodo el mundo? Hay muchos que consideran a esta iglesia demasiadopoderosa, demasiado prepotente. En cambio, naciendo donde naci, ycreciendo como creci, a la Iglesia Catlica y a todos nosotros nos sirve deejercicio de pobreza y de reconciliacin. Y hay que reconocer que en estetema nuestra Iglesia Catlica ha alcanzado autnticas cotas de catolicidad y

    de aceptacin de los dems.Hablando de un tema semejante San Pedro dijo un da en casa de un

    pagano: "Verdaderamente Dios no hace acepcin de personas, sino que elhombre que le teme, sea de la nacin que sea, le es grato" (Hch. 10,34).Este fuego no hace, pues, referencia a ninguna nacin, a ninguna ideologa,a ninguna cultura, ni lengua ni raza ni color.

    No fue programada ni tiene fundador

    A ningn consejo de pastoral o reunin de planificacin, a ningncaptulo general o comisin teolgica se le ocurri jams un programa deaccin o evangelizacin en el que se incluyera como accin prioritaria un"bautismo en el Espritu". Ninguna pastoral de conjunto ha incluido en susplanes la oracin en lenguas, la profeca o las curaciones. Todos sentimosla necesidad de una nueva evangelizacin, "con nuevos mtodos, nuevasexpresiones y nuevo ardor" pero, quin es capaz de actuar algo concretoque cambie vidas, que haga descubrir a un Jesucristo vivo y poderoso y quellene nuestras actuaciones de carismas y de una accin poderosa del

    Espritu?

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    La nica planificacin que puede haber, para que lo dicho suceda, esla oracin en la que se clama por esos dones y esa venida del Espritu. Y l,como el da de Pentecosts, nos ha sorprendido una vez ms. Y est ah. Lacuestin ahora es reconocerle y secundar sus planes. Cada uno en el lugar

    donde perciba su llamada.Para la Renovacin esto no es tan sencillo, pues el Espritu no se valeen ella de las mediaciones ordinarias por las que suele actuar. Aqu no hayun fundador, ni se puede decir que sea un movimiento. Por eso, no tieneuna teologa especial, ni un centro espiritual, ni un programa de accin, niunos objetivos concretos. No trata de reformar la oracin, ni la liturgia, niabrir cauces a la Palabra de Dios, ni est llamada a unos compromisossociales concretos. Es una re-novacin de lo que siempre fue, una puesta apunto, una vitalidad renovada. Nadie dirige los pasos de la Renovacin. Lanica referencia instintiva que hace el carismtico es al Espritu Santo. les el fundador, el motor, el que programa, el que seala cadencia y ritmo.Por ello, la actitud ms autntica es la de la escucha, viviendo siempre laprovisionalidad de lo que tenemos. En la Renovacin nunca hay nadaterminado, porque el Seor es nuevo cada da.

    En Espaa

    Cuando hay un fuego intencionado en un bosque suelen aparecervarios focos en llamas. El fuego de la Renovacin procede de un incendio

    intencionado, no provocado por hombres, ni hijo de nuestros planes, pero sdel Espritu Santo. No es extrao, por tanto, que tambin en Espaa se hayainiciado en varios focos a la vez, ms o menos independientes.

    Los primeros ecos de la presencia de la Renovacin carismticacatlica en Espaa se escucharon en el verano de 1970 en Salamanca.Durante los das 22 al 29 de agosto se celebr all el III Congresointernacional de la IEF (International Ecumenical Fellowship), al cualasisti un grupo numeroso de pentecostales clsicos, neopentecostales ycarismticos catlicos, procedentes en su mayora de USA. Entre ellos se

    encontraban David J. Du Plessis, Robert Frost, Edward O'Connor, PaulRegimbal y el dominico ingls Simon Tugwell.

    Los carismticos catlicos celebraban sus reuniones de oracin yestudio en la residencia de los PP. Escolapios, siendo abundante el nmerode los asistentes. En una de estas sesiones, el 28 de agosto, recibi laefusin del Espritu, por el ministerio del P. O'Connor, el P. Roman Carter,dominico norteamericano que entonces resida en Avila y que despustrabaj con afn para iniciar la Renovacin carismtica en Espaa. Durantela primavera del ao 1971 se organiz en Madrid el primer grupo de

    oracin carismtica, gracias a los desvelos del P. Carter y del seglaramericano Paul Melton de la comunidad de Ann Arbor. Pero el grupo

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    desapareci a los pocos meses y el P. Carter se ausent de Espaa durantedos aos para conocer y profundizar un poco ms en los contenidos de laRenovacin, viajando y trabajando por Inglaterra, Estados Unidos yCanad.

    Personalmente empec a or noticias de la Renovacin hacia el ao1971. Cerca del convento de Alcobendas viva una poblacin de unos ochomil americanos que trabajaban en la base conjunta de Torrejn de Ardoz yen otros destinos. Formaban como una especie de isla, viviendo al modoamericano con sus costumbres y estilo. Siempre hubo dos o tres padresdominicos que asistan espiritualmente como capellanes a los catlicos deentre ellos. Y ah es donde hubo varios brotes de Renovacin que apenaslograban permanecer por la movilidad del personal militar. En ciertaocasin hicieron, por as decirlo, una "demostracin" de oracincarismtica en la sala de fontica del convento. Creo que por estar la salaabarrotada de gente y por ser en ingls, no lleg a cuajar en algo concreto.Sin embargo, los PP. Merino y Carter recogieron un poco este mensaje deTorrejn y lo impulsaron por Espaa, si bien ms en la lnea ecumnica. Deese ambiente surgi tambin el segundo grupo carismtico que hubo enMadrid, el de "Fuente viva", cuya lengua en sus principios fue el ingls.Los animadores del grupo fueron el P. Timoteo Merino O.P, lahispanofilipina Pilar Garca y las hermanas Gracias, que provenan de laIndia.

    gape y Maranatha

    El ao 1973 se puede considerar como el ao del despertarcarismtico en Espaa. En marzo de ese ao empieza a reunirse un grupoen Tolosa (Guipzcoa), bajo los auspicios de la religiosa de la SagradaFamilia Izaskun Amondarain. Algo semejante sucedi en Valladolid en elmes de septiembre. Aqu fue otra religiosa, Juana Belascoain, tambin de laSagrada Familia, la que dio los primeros pasos, apoyada desde el principiopor el P. Romn Carter O.P. y por el P. Len Maxfield, religioso de la

    Saleta. Tambin ese mismo ao aparecen indicios de Renovacincarismtica en Bilbao, Mrida, El Escorial y Zaragoza.

    Sin embargo, pienso que fue determinante la fundacin, en esemismo ao, de los grupos gape de Barcelona y Maranatha de Madrid. Enla "estrategia" y designio del Espritu, la aparicin de estos dos grupos,hijos de la misma tradicin, y del grupo de Tolosa, ha ayudado no slo avertebrar la Renovacin carismtica de Espaa, sino tambin a preservar suunidad, una de sus caractersticas ms llamativas.

    En efecto, a primeros de este ao 73, se encuentra en Barcelona el

    matrimonio Caminero. Son espaoles, pero haban conocido la Renovacinen Colombia. De ellos reciben la efusin del Espritu, en distintos

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    momentos, un grupo de personas, entre los que se encuentran elmatrimonio Antonia Vidal y Pedro Mann, y el sacerdote Luis Martn,operario diocesano. Hacia el mes de mayo llega a Barcelona el jesuitaManuel Casanova, que ha conocido la Renovacin en la India y se

    incorpora al grupo carismtico que ya ha empezado a reunirse regularmentebajo el nombre de gape.Algunas de las personas que han recibido la efusin en Barcelona

    pertenecen al "Movimiento familiar cristiano". Rpidamente comunicancon otros amigos de Madrid, pertenecientes al mismo movimiento. Acudena la llamada un par de matrimonios madrileos que viajan para ver de cerca"la zarza que arda ya en Barcelona, sin consumirse". A mediados de abrilreciben la efusin del Espritu Pepe Prez Torres y su mujer Angelita ytambin el matrimonio Miguel y Fina de la Puerta. Con esto haban sidopuestas las primeras piedras del grupo madrileo que, ms tarde, se llamarMaranatha.

    Yo pienso que estos grupos han creado tradicin y, por supuesto, sinproponrselo ni quererlo ni saberlo, han influido grandemente en elposterior desarrollo de la Renovacin carismtica espaola. De hecho, deellos han salido gran parte de los dirigentes a nivel nacional; de suambiente han brotado las revistas "Koinona" primero y "NuevoPentecosts" despus, en algn sentido portavoces nacionales de laexperiencia y crecimiento carismtico; han sido vivero del que directa oindirectamente han nacido otros muchos grupos; y, finalmente, en ellos se

    ha ido acuando una contextura teolgica pentecostal muy especficamenteespaola.

    Caractersticas de la Renovacin espaola

    En el siguiente ao, 1974, prolifer la Renovacin, apareciendogrupos por distintos puntos de Espaa. Muchos de ellos surgan comohongos, independientes y sin tradicin ni entronque. A pesar de que desdeel principio existi el anhelo de la unidad, este hecho lo dificultaba

    grandemente. No fue fcil. Hubo muchas tensiones. Al fin, despus devarias reuniones, se logr constituir la primera Coordinadora nacional en elao 1976. Esta coordinadora y las que siguieron trabajaron duramente launidad. Al xito de esta tarea contribuy mucho la convocatoria anual delas asambleas nacionales, la primera de las cuales tuvo lugar en el conventode los Padres Dominicos de Alcobendas los dos primeros das de julio de1977, con la asistencia de 1.500 participantes. Actualmente, -mayo de1995- segn datos de la secretara nacional, existen en Espaa unos 600grupos, en los que participan alrededor de 50.000 personas.

    El desarrollo de la Renovacin en Espaa queda definido por unaserie de caractersticas, de las cuales sealamos algunas importantes:

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    Unidad

    Le o decir una vez al P. Eduardo Gueydan: "lo que ms envidio de

    la Renovacin espaola es su unidad". Es cierto. Este padre jesuita, hombredestacado en la Renovacin francesa, echaba de menos en su tierra lo queen Espaa se nos ha concedido como un don precioso. Y es curioso que, enla misma poca en que Espaa se debata y divida en autonomas, queamenazaban destruir la unidad poltica, la Renovacin se moviera endireccin contraria, superando autonomas para asentar un principio deunidad, hoy ya consolidado y valorado por todos.

    Humildad

    La Renovacin, entre nosotros, ha sido y sigue siendo muy humilde.No hemos sentido el deseo ni la prepotencia de exportar nada de lo nuestro.Por el contrario, siempre hemos estado vidos y abiertos a lo que sucedams all de nuestras fronteras. Por nuestros retiros y asambleas han pasado,repetidamente, todos los personajes que han significado algo en laRenovacin internacional. Nunca se han puesto entre nosotros dificultadespara comenzar cualquier clase de experiencia nueva; siempre se ha estadoabiertos a la formacin de grupos y comunidades al estilo de otros pases;nunca se ha cerrado el camino a cualquier carisma que haya sido vlido en

    otras latitudes.

    Camino propio

    Sin embargo, de todo lo forneo, acogido a veces con tanta ilusin,apenas ha cuajado nada entre nosotros. Lo cual nos induce a pensar que elSeor quiere para nosotros un camino propio. Yo creo que es ya hora deque nuestra Renovacin, sin cerrarse a nada, empiece a valorar su camino,su historia y los contenidos espirituales que son los que verdaderamente

    alimentan a este pueblo. La Renovacin, en los diversos pases, a pesar detener unas bases comunes, no es un algo unvoco. El Seor, que conoce lasverdaderas necesidades, disea para cada pas aquello que verdaderamentenecesita y le puede hacer bien.

    Sin brillo de carismas

    Muchos en Espaa piensan que en nuestra Renovacin brillan loscarismas por su ausencia. Hay como una especie de complejo por la

    carencia de grandes carismas, sobre todo de sanacin. A este motivo seachaca el hecho de que la Renovacin en Espaa no avance numricamente

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    de una manera ms decidida. Las dos cosas son verdad, pero creo que hayque guardarse de una interpretacin demasiado facilona y superficial.

    Base teolgica

    Sin embargo, creo que la Renovacin en Espaa se est asentandosobre bases teolgicas autnticas. Hay una fuerte predicacin sobre lagratuidad en un pueblo como el nuestro, plagado de moralismos. Pero no setrata de una gracia barata. Es una gracia de conversin que, desde lapobreza asumida, va haciendo aflorar a travs de distintos estadios desanacin una personalidad liberada, apta para una vida de gracia y defecundidad carismtica. En dicha predicacin no se elude la dimensin dela cruz, ni se la vaca de contenido por afanes malsanos de sanacin. Elacento, como en toda la Renovacin, se pone en el seoro de Jess, vivo yresucitado, al cual poco a poco va siendo sometida nuestra vida. Tambinla Renovacin, como pueblo en camino, va pasando por etapas decrecimiento que engendran oscuridades y claridades. No dejan de abundar,a pesar de todo, las gracias y carismas del Espritu, como son: la palabra yenseanza, acogida y compartir, intercesin, profeca, oracin y alabanza,sanacin interior e incluso fsica. De esta forma se va construyendo algosobre roca firme. Y aunque falte el brillo y el esplendor de carismasfulgurantes, nadie duda de la presencia y actuacin del Espritu en nuestrasasambleas.

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    UNA REUNIN DE ORACIN

    Los tres captulos que siguen, como en general todo el libro, estnescritos con un amor y atencin especial a los que van dando sus primerospasos en la Renovacin carismtica. Me refiero a esas personas que acabande entrar y quieren enterarse no slo de las ideas teolgicas que laRenovacin pone en juego, sino de la vida que hay en ella y la que puedecomunicar. Para describir esta vida y llegar al fondo del mensaje, me ha

    parecido que la frmula mejor no es teorizar, sino contar historias realescon su escenificacin natural. Todo lo que vais a leer, pues, en estoscaptulos, son historias reales que, por otra parte, expresan lo que gran partede los carismticos hemos experimentado tambin. Naturalmente, se hancambiado los nombres y parte de las circunstancias. Para aquellosmomentos, en especial los testimonios, en los que es ms fcil identificar ala persona real protagonista de los hechos, se han pedido los permisosnecesarios.

    -Hola. Buenas tardes. Eres nuevo?-S. Vengo por primera vez.-Quieres que te acompae?-Bueno...-Me llamo Marta, sabes? Soy del grupo que llamamos aqu de

    acogida. Tenemos el encargo, entre otros, de acompaar a los que vienen ala oracin por primera vez, para que no se sientan solos y perdidos. Detodas formas eres libre. Si quieres estar solo, puedes hacerlo.

    -No. Prefiero que me acompaes.

    -Cmo te llamas?-Llmame Paco.

    Marta conduce a Paco hacia una sala amplia, donde se encuentra yamucha gente reunida. Hay animacin. Algunos colocan las sillas encrculos concntricos. Fuera de eso, apenas se ven preparativos queindiquen lo que se va a hacer all.

    -Por qu se abrazan y besan tanto? pregunta Paco. Hace muchoque no se ven?

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    -No. Desde el martes pasado, respondi Marta. Tenemos la reuninde oracin todos los martes del ao.

    -Pues da la impresin de que no se ven desde hace un siglo.-S. Aqu es as. Te parece raro?

    -No. Pero es curioso que se alegren tanto al encontrarse.-Hay mucha convivencia, sugiere Marta, y eso engendra cario.Adems hay una experiencia de fe muy compartida.

    * * *

    La sala se iba llenando poco a poco. Se esperan unas doscientaspersonas. Hay gente de todas las edades. Un grupo de jvenes afinan susguitarras. En otros corros se charla animadamente. Paco lo observa todo, alparecer muy interesado. Es un chico joven que, como ms tarde confes,tiene personalmente inquietudes religiosas. Adems es catequista deconfirmacin en una parroquia de Argelles y le atrae el tema de unaexperiencia viva del Espritu Santo. Pero lo que le ha movido de verdad ahacer esta experiencia es una persona a la que l quiere mucho y que leviene motivando desde hace tiempo.

    -Todas estas personas forman parte de un mismo grupo de oracin?-S, respondi Marta. Somos un grupo o comunidad, que nos

    reunimos todos los martes, como te he dicho. En Madrid hay ms grupos,

    no s cuantos, pero muchos. Este nuestro se llama "Agua viva".-Ah. Tienen un nombre?-S. El nuestro hace referencia al agua, como smbolo del Espritu

    Santo, que da vida, renueva y hace crecer las plantas.-Bueno, y la sesin de hoy de qu va? dijo Paco con creciente

    inters. Me puedes explicar un poco?-Hoy es una reunin de oracin. Siempre es como la que vas a ver

    hoy, menos los primeros martes de mes, que tenemos Eucarista. Viene adurar unas dos horas. La primera hora la dedicamos ntegramente a la

    oracin de alabanza.-No s bien qu es eso, dijo Paco, pero bueno, contina.-Despus durante media hora escuchamos una enseanza. Suele

    hablar una persona a la que se le ha encargado previamente, e incluso se leha dado el tema. La media hora final se dedica a lo que llamamostestimonios. Es una forma de compartir la fe y la gracia de Dios que actaen nuestras vidas. Algunos testimonios impactan mucho. Finalmente noscogemos las manos y rezamos o cantamos un padrenuestro.

    -En todos los grupos hacen lo mismo? inquiri Paco.

    -No conozco muchos, respondi Marta. Pero creo que s. En todos sehacen las mismas cosas. Claro que a veces hay grupos pequeitos o de

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    principiantes que, a lo mejor no tienen guitarras, o no hay nunca enseanzaporque no tienen quin las d. Pero, ms o menos, todos tienden acompletar el esquema que te he dado. En todo caso en el nuestro se haceas.

    -Slo otra pregunta, aadi Paco: Quin dirige todo esto?-Los grupos eligen, cada cierto tiempo, un equipo de personasencargadas de llevar adelante esta tarea. Se le llama el equipo dediscernimiento. En la Renovacin, sin embargo, no funcionan las cosas pordemocracia, sino por carismas. Por eso, ms que una eleccin es undiscernimiento.

    * * *

    Cada vez haba ms gente en la sala y las conversaciones suban detono. No se vea a nadie que pudiera poner orden en aquella algaraba. APaco esto le mosqueaba un poco. Cmo es posible, se deca a s mismo,que dentro de unos momentos est esta gente en oracin?. Pero no queracaer en prejuicios. Se haba prometido a s mismo que iba a ir con untalante abierto, pasara lo que pasara. Ya habra tiempo de hacer unareflexin ms sosegada. Por otra parte, no vea ni una imagen, ni un cuadro,ni un smbolo religioso, aparte de los que decoran ordinariamente la sala.No me explico cmo se pueda crear una presencia de Dios en estamarabunta! Queriendo salir de s mismo, se dirige de nuevo a Marta:

    -Qu clase de gente suele venir aqu?-Hay de todo, respondi Marta. Aquella de amarillo, por ejemplo, es

    peluquera. En aquel grupo de seores hay un cura, un mdico y un jubiladoque si te descuidas te encaja una aventura de cuando estaba en el frente.Ese otro que coloca sillas es un taxista. Hay seoras de "sus labores" etc.

    -Y esos que estn en sillas de ruedas?- En los grupos carismticos, contest Marta mirndole a la cara,

    siempre vers gente enferma, sencilla, pobre. Los mismos que rodeaban a

    Jess. Donde hay gratuidad siempre encontrars a los pobres. Aqu, no slotienen derecho a estar, sino a hablar y a intervenir como cualquier otro.

    -Pero esto tendr sus inconvenientes, no?-S, arguy Marta, pero tiene muchas ventajas evanglicas.-Segn esto, cmo preparis la oracin?-No olvides que se trata de una oracin de alabanza y sta para ser

    sincera ha de ser espontnea. Es como si preparas una saeta o un piropo,perderan mucho de su gracia. Por eso todo lo que veas y oigas durante doshoras va a ser espontneo.

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    Mucha gente pasaba y les saludaba. Paco se extraaba de que nadiesubrayara su condicin de novato. Para la mayora era como un amigo detoda la vida. De repente, una sombra de preocupacin se le hizo rictus en lacara:

    -Sabes Marta? Me est entrando un poco de miedo. Me temo algncontagio, algn comecocos.

    -Tal vez quedes contagiado, pero no como t temes. De todasformas, no te preocupes. Es todo muy sencillo, sonri Marta con dulzura.

    * * *

    Y dio comienzo la oracin. Paco no poda disimular. A pesar detodos sus propsitos, estaba a la defensiva. Sonaron algunas cancionessemifestivas que fueron atrayendo la atencin de la gente. Se levant unseor como de unos 50 aos. Era el encargado de dirigir la oracin. Laspalabras que salieron de sus labios eran de invitacin. Apelaba a lainterioridad, a la escucha, a hacer presente al Seor, que nos habaconvocado a todos un martes ms. Jess el Resucitado, continu diciendo,el que vive para siempre est vivo en medio de nosotros. l preside estaoracin y, mediante su Espritu, nos va a hacer saborear los bienes dearriba. Termin su exhortacin dirigindose personalmente al Seor conuna oracin espontnea: "Envanos, Seor, tu Espritu, que penetre en

    nuestros corazones. Que sea l quien te alabe verdaderamente desdenuestro interior. Que clame l con gemidos inefables. Danos tu presencia yque sta, tu comunidad, prorrumpa en alabanzas".

    En aquel momento vibraba el silencio. Sin previo aviso, suenan lasguitarras, esta vez en plenitud de oracin, y entonan una cancin:"EsprituSanto de Dios, ven sobre m". La gente se mete dentro de s. Cierra losojos. Interioriza la cancin. A Paco le impresiona la metamorfosis que seest obrando all. Doscientas personas charlando y saludndose como sehace a la puerta de un teatro y, de repente, la atencin de todos se concentra

    en un punto interior como si hubieran sufrido un encantamiento. Quartista genial se ha hecho presente en el alma de todas estas personas?

    A Paco se le aflojaron los msculos. Nadie se preocupaba de l. Nisiquiera Marta que tambin haba entrado en oracin con una enormelibertad. Es como si estuviera solo. La asamblea se le hizo espectculo ypudo observar a todos, sin que nadie le viera a l. Cantaban con los ojoscerrados. Pareca que todos haban entrado en contacto interior con Jessresucitado. Mir a Marta, y la encontr bella, interior, relajada. La paz de laasamblea prendi tambin en su alma.

    * * *

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    Pero su sorpresa no haba llegado al colmo. Al terminar la ltima

    estrofa la gente inici una extraa armona, que no era boca cerrada, norepeta la meloda de la cancin, sino que creaba una nueva, sin letra,

    poderosa, multiforme. Cada uno cantaba lo que le sala del alma. A veces laarmona se espesaba, se haca densa y estallaba casi en jbilo y en grito.Marta se percat del estado de nimo que poda tener Paco y acercndose al le sugiri al odo:

    -Esto que oyes se llama canto en lenguas.

    La cascada de voces segua densa. A veces aflojaba ligeramente,pero pronto volva a elevarse el tono, como porfiando por llegar al techodel jbilo. As durante varios minutos. San Agustn, un da, explic muybien lo que estaba sucediendo: "Dios mismo te sugiere la manera cmo hasde cantarle: no te preocupes por las palabras como si stas fuesen capacesde expresar lo que le deleita a l. Canta con jbilo. Qu quiere decircantar con jbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabraslo que siente el corazn. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya enla vendimia o en algn otro trabajo intensivo, empiezan a cantar conpalabras que manifiestan su alegra, pero luego es tan grande la alegra quelos invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas yacaban en un simple sonido de jbilo.

    El jbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo quesiente el corazn. Y este modo de cantar es el ms adecuado cuando se tratadel Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido enpalabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te eslcito callar, lo nico que puedes hacer es cantar con jbilo. De este modoel corazn se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitadapor unos vocablos" (Sermn 1 al salmo 32). La tradicin cristiana ha visto,de esta forma, en el canto en lenguas, la forma suprema de la alabanza y laha llamado "oracin de jbilo" o "jubilatio".

    La poderosa armona de la asamblea se iba haciendo cada vez msfluida y en un punto inici un descenso casi en picado, se hizo dbil entodas las gargantas y se pos con suavidad como el vuelo de una paloma.

    -Alucinante. Qu pasada... musit Paco.

    * * *

    A Marta no le dio tiempo a acoger estas impresiones de Paco. Al

    trmino del canto en lenguas no entr el silencio, sino que la asambleaprorrumpi en una cascada de aclamaciones a voz en cuello, en las que

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    predominaban frases como stas: "Gloria a ti, Seor. Bendito seas. Aleluya,aleluya. Tuyo es el poder, la gloria, el honor y la alabanza". De cada bocasalan palabras distintas, pero todas a una. Expresiones diversas, pero unslo grito. Incluso algunos daban palmas, otros levantaban los brazos y

    otros vitoreaban con fuerza. Al lado de Paco un hombre gritaba con fuerza:"que te aplaudan los ros y te aclamen los montes, Seor". Marta suaviz elentusiasmo con el que estaba orando, pues presenta que Paco estaba unpoco perdido ante tanta intensidad:

    -Esto que escuchas ahora se llama oracin de aclamacin, susurr alodo de Paco. Es como si hubiera entrado un personaje muy famoso y muyquerido en la asamblea. Sin duda la gente le aclamara.

    -S, pero aqu no ha entrado nadie, acentu Paco un poco incmodo.-Es que ya est dentro, sentenci Marta. Pero esto es un secreto.-Sin duda que tiene que haber un secreto, acept Paco. O estis locos

    o tiene que haber un secreto.-Por qu no intentas entrar un poco en oracin? Es la nica forma

    de captar ese secreto, insinu Marta haciendo ella un ademn de invitacin.

    Paco cerr los ojos e hizo un esfuerzo interior para conectar conalgo. Pero no era el momento oportuno. La poca oracin que haba hechoen su vida fue siempre en situaciones de quietud y de silencio. Y aun as,apenas haba logrado algo ms que rezar, es decir, recitar una serie de

    oraciones con la intencin de pedirle algo a Dios. Pero no tena experienciade una oracin ntima, secreta, nacida del corazn. Ms que con la oracinhaba intentado acercarse a Dios siendo coherente y honrado, y ganndosela paz del alma con una dedicacin y entrega a los dems. En la oracinnunca haba encontrado jugo. Se senta vaco por dentro y la propiavaciedad le horrorizaba si en algn momento quera entrar dentro de s. Poreso, a pesar de la invitacin de Marta no pudo concentrarse.

    Mientras tanto, seguan las aclamaciones y los vtores. Algunaspersonas daban la impresin de estar en trance. La mayora, sin embargo,

    gritaban con fuerza pero dentro de una gran sobriedad y equilibrio. Escierto. Ninguna de estas formas de orar est fuera de la Palabra de Dios,aunque sean tan distintas de lo que estamos acostumbrados a or ennuestras iglesias. La oracin comunitaria actual es demasiado hiertica,anodina y estereotipada. La falta de vibracin en nuestras celebraciones noest ayudando mucho a la causa del evangelio. A veces da la impresin deque no nos motivan ni las propias palabras que salen de nuestros labios.

    En otros tiempos con ms fe y menos complejos, no era as. ElEspritu se senta menos bloqueado y poda hacer maravillas y crear

    autnticas celebraciones comunitarias. Cuando se tiene una experienciaviva y salvadora de Dios, la respuesta lgica es un grito de clamor y de

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    alabanza: "Dichoso el pueblo que sabe aclamarte" (Sal.89,15). De nuevo:"Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de jbilo" (Sal.47,2) Y en otro lugar: "En su templo un grito unnime: "Gloria!" (Sal.29,9).

    * * *

    Al trmino de las aclamaciones sobrevino un silencio. Se percibadensidad en la atencin. La gente estaba como a la escucha. Paco agradeciestos momentos de quietud. Necesitaba un descanso. Sin embargo, laasamblea segua viva. Jess, el Resucitado, segua derramando su energa,es decir, su Espritu sobre todos los presentes. No se vea a nadieencauzando ni dando ningn tipo de indicaciones sobre la oracin, por loque eran imprevisibles los derroteros por los que en adelante discurrira.

    El equipo de msica enton otra cancin. Era un estribillo: "Porqueel amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por el EsprituSanto que nos ha sido dado". Lo repitieron varias veces con gran suavidad.Se notaba que el pueblo saboreaba estas palabras y las encontraba jugo.Paco lo encajaba ya todo sin pestaear, pero no pudo reprimir sucuriosidad:

    -Por qu la repiten tantas veces? pregunt dirigindose a Marta.-Porque esta cancin en este momento est ungida, y la gente la

    saborea como un manjar. En estas celebraciones la uncin es un elementoesencial.

    -Qu significa uncin?-Es parte del secreto del que te he hablado. Imagnate un picaporte

    que funciona mal, explic Marta. Si le echas un poquito de aceite quedasuavizado, ungido, y entonces da gusto abrir la puerta.

    -Quieres decir que el Espritu Santo ha puesto un poco de aceite enesta cancin?

    -Exactamente, asinti Marta. La uncin es una experiencia

    sobrenatural. La perciben los que van ya entendiendo el lenguaje delEspritu. La uncin engendra todos los carismas. Si el Espritu Santo poneun poco de aceite en las palabras de un predicador, te llegan ungidas ypenetran muy hondo, como el aceite. Si pone aceite en un sufrimiento, lovives con una fuerza especial que no procede de ti. Carismtico en algnsentido significa ungido. Una oracin, como sta, es carismtica cuandoest ungida.

    -A m esto me suena a nuevo.-La Iglesia desde siempre ha conocido este misterio, explic Marta.

    En varios de sus sacramentos pone un poquito de aceite en la frente o en lasmanos de los que los van a recibir.

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    * * *

    En aquel momento termin la cancin. Se perciba mucha uncin en

    la asamblea. De repente una seora gorda y bien configurada se arranccon voz fuerte en una plegaria personal. Paco se asust un poco, pues la talseora estaba inmediatamente detrs de l. "Seor, dijo la mujer, te doygracias porque has estado toda la semana conmigo. Siempre ests conmigo.Slo t y yo sabemos, Seor, lo que estoy sufriendo. No te alejes nunca dem".

    A Paco le lleg esta oracin y otras varias que siguieron en un tonosemejante. La asamblea se distendi mucho durante bastantes minutos. Senotaba que algunas personas pugnaban por meter su oracin particular. Aveces se atropellaban un poco unas a otras y hablaban dos o tres casi a lavez. Paco se relaj. En este tipo de oracin se encontraba ms a gusto.Dirigi a Marta una mirada de complacencia, pero esta le respondi conuna mueca indescifrable:

    -No te agrada esto? pregunt Paco.-No del todo.-Y eso?-Mira, las oraciones personales son importantes porque transmiten

    una accin genuina del Espritu y la experiencia concreta de salvacin en la

    historia de una persona y, como por un efecto de diapasn, de los dems,pero tal como van hoy no me estn gustando. No hacen comunidad.

    -Y por qu me siento yo a gusto con ellas? dud Paco.-Porque tienen mucho de razn y mucho de sentimiento y en este

    terreno humano t te sientes bien. Sin embargo, a m hoy no me llegan nicon Espritu ni con uncin.

    Marta tena razn. Aunque haya muchas personas juntas orando, estono quiere decir que siempre salga de ellas una oracin comunitaria. Uno

    tiene que dejar de lado sus estados de nimo del momento, su protagonismoy sus pequeos o grandes problemas personales o domsticos. Si haymuchas personas que lanzan su intervencin desde s mismas, sin tener encuenta a los dems, habr una retahla de oraciones yuxtapuestas, pero nohabr oracin de la comunidad. Y el efecto inmediato es la cada de launcin y el enfriamiento de los corazones.

    Sin embargo, si en las intervenciones personales se atiende a la lneaque va llevando el Espritu, si se escuchan los unos a los otros, si uno sedeja inspirar por las oraciones de los dems, si lo que interesa es el Seor y

    su accin en la comunidad, poco a poco va subiendo la uncin y pronto sevuelve a experimentar que la oracin la lleva el Seor, y el pueblo quedar

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    sanado, consolado y fortalecido y se har grande la unidad en loscorazones.

    Esto vale no slo para las oraciones individuales sino tambin para lamsica, la predicacin y los testimonios. Si el ministerio de msica canta

    las canciones guiado por criterios estticos, sentimentales o de moda, sinatender al ritmo y lnea que marque el Espritu, sern canciones sin unciny enfriarn la alabanza. Lo mismo en la predicacin y en los testimonios.Estos ltimos deben de estar fundamentalmente motivados por la oracin yla predicacin del da, aunque hayan sucedido hace tiempo. Si estndesconectados de ella, aunque sean claramente del Seor, rebajarn elefecto comunitario de la oracin.

    Los jvenes de msica quebraron la serie de oraciones individualescon una cancin destinada a aunar de nuevo a todos los espritus en unaalabanza ms comunitaria. De nuevo se cre un clima de relativainterioridad. Despus de la cancin hubo un intento de aclamacin que noculmin. Se cre seguidamente un silencio un poco forzado. De en mediodel silencio surgi una voz fuerte: "Pueblo mo, te amo. brete a la accinde mi Espritu. Entrgame tus preocupaciones, tus ansiedades, tusproblemas, que te roban la paz e impiden una comunicacin transparenteconmigo. Yo soy el seor de todos tus agobios. No dejes tampoco que tucorazn caiga en la trampa de los dolos, que vacan tu espritu de mipresencia y ahogan la alabanza en el umbral de tus labios. Vuelve a tu amorprimero. mame con el mismo ardor con el que se ama a la esposa de la

    juventud. Deja que mi Espritu realice en ti un camino poderoso, santo,proftico. Te he elegido para que seas mi instrumento y comuniques misalvacin a otros hijos que hoy no estn an en el redil. Pero djate salvart primero..."

    Paco inquiri con los ojos a Marta y sta susurr en voz baja:

    -Es un profeta.-Un profeta? Como Jeremas?-No s. San Pablo habla de ellos. Creo que dice que son muy

    importantes para guiar al pueblo.

    El hombre que diriga la oracin invit a la asamblea a estar unosminutos en silencio para acoger el mensaje. Siempre se debe hacer cuandose proclama una palabra proftica o una lectura bblica. Las palabras habancausado gran impacto en la asamblea pues sta penetr en un silencioprofundo.

    San Pablo, en efecto, habla mucho del carisma proftico y, en unsentido amplio, deseaba que todos tuvieran el don de profeca. En las

    primeras comunidades cuando an no haba leyes ni estructuras, la palabraproftica conduca al pueblo y le trasmita rdenes del Espritu. Su misin

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    era la de descubrir los misterios de la Escritura; la de exhortar, animar ycorregir al pueblo; y, a veces, la de leer en los corazones y anunciar elporvenir. Bernab y Pablo fueron enviados a la misin evangelizadora enobediencia a una palabra proftica, atribuida al mismo Espritu Santo (Hch.

    13,1-4). Ms tarde al proliferar las costumbres, las estructuras y las leyes sefue apagando la inspiracin y uncin proftica. San Ireneo terci en estalucha, que ya era fuerte a finales del siglo II, diciendo que no debemosdesechar en la Iglesia la prctica proftica con el pretexto de que hayafalsos profetas.

    * * *

    Despus de varios minutos de escucha en silencio se fue iniciando unmurmullo de aclamacin. Poco a poco se fue haciendo denso. El puebloestaba muy motivado por la palabra del profeta y, al fin, se desat en unaautntica aclamacin.

    El ministerio de msica reforz la alabanza entonando la cancin:"Alabar, alabar, alabar a mi Seor". En ciertos momentos la alabanzatiene que estallar en msica para poder expresarse con toda la fuerza. Granparte de la asamblea se puso en pie cantando con los brazos en alto. Unbello espectculo. Marta estiraba sus brazos cuanto poda. En esa posturasonri a Paco, que tambin se haba levantado, invitndole a hacer lomismo. Paco le devolvi la sonrisa, pero no levant los brazos. Se senta

    ridculo. Le pesaban como plomo. Sin embargo, le pareca normal que losdems lo hicieran. Esto le dio ms rabia y se reproch su incapacidad dehacerlo. Se consol pensando para s mismo: Ser tambin esto parte delsecreto?

    Al terminar el canto, que culmin con palmas y aclamaciones, todosse sentaron de nuevo. Un hombre alto, de edad avanzada, qued en pie, consu Biblia en la mano en actitud de leer. El reloj marcaba una horatranscurrida totalmente en la alabanza. Con esta oracin el pueblo, que sesiente amado y salvado, ha respondido a la accin salvadora de Dios. Las

    diversas formas de hacerlo pueden variar segn esquemas culturales oidiosincrasias, pero conservando siempre unas constantes que sonnetamente humanas. stas son: la alegra, la fiesta, la celebracin, el gozo.Todas estas cosas engendran una serie de expresiones corporales innatas yespontneas que van desde el baile a la adoracin y se expresan en los msvariados gestos. La alabanza no es slo una forma de orar sino un estilo devivir. El hombre que alaba es un ser positivo, optimista, tolerante, paciente,esperanzado, caritativo. Y es que la alabanza coloca al hombre en el mismocorazn de Dios, fuente de todas las sabiduras. Y ah no le pides nada sino

    que le bendices porque existe, porque es bueno, por su inmensa gloria.

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    El hombre de edad avanzada, que qued de pie con su Biblia en lamano, proclam con voz potente: "Mucho ms podramos decir y nuncaacabaramos; broche de mis palabras: l lo es todo. Donde hallar fuerzapara glorificarle? l es ms grande que todas sus obras. Con vuestra

    alabanza ensalzad al Seor cuanto podis, que siempre estar ms alto; y alensalzarle redoblad vuestra fuerza, no os cansis que nunca acabaris.Quin le ha visto para que pueda describirle? quin puede engrandecerletal como es? Mayores que stas quedan ocultas muchas cosas. El Seor lohizo todo y dio a los humildes la sabidura" (Si. 43,27-33).

    * * *

    El mismo seor, de unos 50 aos, que inici la oracin, se dirigi denuevo a la asamblea: "Hemos terminado la hora de alabanza. Ahora vamosa seguir atentos al Seor, escuchando lo que nos quiera decir por medio dela hermana sealada para darnos hoy la enseanza. Vamos a orarbrevemente por ella". Le impuso las manos, mientras bastantes personasdel pueblo hacan el mismo ademn desde lejos. Or en estos trminos:"Seor, hazte presente en el corazn de sta tu hija, para que trasmita tupalabra a esta comunidad. Vacala de sus preocupaciones, de sus intereses,de su protagonismo, de todo aquello que pueda quitar transparencia a tumensaje. A todos nosotros danos un corazn dcil, de escucha, para que nopongamos obstculos a lo que hoy nos quieras decir".

    Se levant una mujer como de unos 38 aos. Comenz a hablar conmucha suavidad. Era casada y tena dos nias. Haba hecho la carrera deQumicas y trabajaba en un laboratorio. El tema que le haban sealado erala misericordia de Dios. No lo plante de una manera terica, partiendo deunos principios teolgicos para llegar a unas conclusiones. Al contrario,ella haba percibido esa misericordia en su vida que en ciertos momentosestuvo rota y perdida. Sobre todo enfatiz que el Seor haba librado sucorazn del odio y del resentimiento, a pesar de que humanamente tenamotivos ms que sobrados para vivir de ese odio y resentimiento. Se

    encontraba limpia y eso la maravillaba. Ah se le haba hecho encontradizala misericordia del Seor, pues todo lo atribua a la accin de su Espritu.

    A Paco le encant la media hora de enseanza. Esta mujer no tenaun gran don de predicacin, ni brillaba por las grandes ideas, pero encambio tena una gran transparencia y sencillez.

    -Me ha gustado esta mujer, dijo Paco. He encontrado en ella una pazy un equilibrio sorprendentes.

    -A m tambin, asinti Marta. La conoca del grupo, pero nunca la

    haba odo dar una enseanza.-Le ha salido el alma por la boca.

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    -S. Ha estado muy ungida. En la Renovacin la experiencia es lafuente de donde brotan todas las aguas.

    -Aqu no se aplaude nunca? inquiri Paco.-No. Y si alguna vez se hace, el que dirige suele llamar la atencin

    para que todo el protagonismo revierta sobre el Seor. l es el que pone elaceite, y si no existe esta uncin la predicacin y la reunin entera no esotra cosa que un afn puramente humano.

    A Marta le hubiera gustado explicar mejor las cosas a Paco. Pero enese momento ya estaba alguien dando una serie de avisos sobre prximascelebraciones y retiros de otros grupos, a los que todo el mundo quedabacordialmente invitado. Marta quera comentar a Paco que la predicacincristiana debe ser tambin renovada. Se ha hecho demasiada catequesis ydemasiada teologa en los plpitos, y stas por naturaleza llevan uncomponente objetivo racional que pertenece explicar a los maestros. Perolo que hoy se necesita primordialmente no son maestros sino testigos. Lagente hoy escucha ms a los testigos que a los maestros, y si escuchatambin a los maestros es cuando son a la vez testigos. Testigos como loeran los apstoles. No basta pasar el evangelio por la propia cabeza, hayque vivirlo y pasarlo por la propia historia. De esta forma uno anuncia supropio evangelio, es decir, el evangelio de Jesucristo vivido en sus propiascircunstancias. Y se hace testigo y se le da al Espritu Santo la posibilidadde llegar al fondo de todas las situaciones de los oyentes.

    * * *

    Al trmino de los avisos, el hombre que diriga la oracin introdujo,con unas palabras, a toda la asamblea en la ltima media hora de lareunin. Este tiempo suele dedicarse a los testimonios. Advirti a todos,como cosa ya sabida, que el testimonio debe ser corto, sencillo y que debaquedar patente en l la accin de Dios y no el protagonismo humano.Aadi que nadie tena derecho a callarse, por vergenza, lo que haba

    hecho Dios en su vida. Al contrario, debe ser publicado para gloria de Diosy edificacin de la comunidad. El testimonio, concluy, es una de lasformas ms bellas de compartir la fe.

    En primer lugar se levant un hombre que cont una extraa historiaen la que difcilmente se vislumbraba la actuacin de la fuerza o el poderde Dios. Apenas ofreci inters de ninguna clase. Lo mismo ocurri con eltestimonio de una seora que se enred con asuntos de su familia. En tercerlugar habl un chica de 28 aos. sta s lleg al corazn de la asamblea:

    Comenz diciendo que hasta ahora nunca haba dado testimonio en

    pblico, pero que la charla la haba motivado y dado fuerza para proclamaren voz alta la misericordia del Seor en su vida: "Llevo tres aos en la

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    Renovacin. Yo no tuve a Dios nunca como punto de mira. Me educaroncristianamente, pero me sirvi de poco. Me fui por mis caminos y, sindarme cuenta, me alej tanto de Dios que entr en un pozo muy hondo. Enmi vida no haba nada salvable: he sido alcohlica y txicodependiente, sin

    terminar nada en los estudios, sin trabajo, sin ideales. En estos tres aos heido intuyendo que el Seor nunca me ha dejado, ni siquiera aquellas nochesque llegaba a casa borracha, vaca, rota y destrozada. Siempre me ha puestoa alguien que me ha protegido, pues yo muchas veces no saba dnde mehaba levantado, ni con quin haba estado, ni lo que haba hecho.

    Alguien me habl de venir aqu. El primer da o que nadie viene porcasualidad, sino que es el Seor el que verdaderamente nos conduce. Penscon burla para mis adentros: "te lo crees t. Yo estoy aqu porque se lo heprometido a una persona que est harta de mis delirios, de mis borracherasy de mis vomitonas, y quiero darle un poquito de gusto". Lo primero querecib en esta comunidad fue amor. Y al amor, aunque fuera una pizquita,nunca me he negado. En la calle no he encontrado el amor jams. All sloencontr mucha oscuridad, mucha decepcin, mucho dao, mucho odio yenconamiento. Pronto me di cuenta de que la misericordia de Dios andabapor medio y empec a sentirme mejor. Llevaba muchos aos bebiendo yhaciendo de todo, pero logr estar unos das en casa sin salir. Me lo pasmuy mal. Todo eran temblores y me sudaban hasta las pestaas. Pero mefui tranquilizando al cabo de unos das. Con esta fuerza que iba recibiendofui capaz de ir a un programa de rehabilitacin de toxicmanos. Ha sido

    largo y terrible. Pronto me darn el alta teraputica, con lo que ya estoysana y til para la sociedad. Pero en lo que se refiere al Seor, yo s que lme san el primer da que entr aqu.

    Mi vida ahora no tiene nada que ver con la de antes. Ahora est llenadel amor de Dios y de los hermanos. Gracias a esto saco fuerzas parapronunciar un nuevo s cada da. Nadie piense que ahora soy maravillosa.No. Sigo con las mismas tendencias de siempre, a mi cuerpo le gusta lo desiempre: salir, beber, ser humana, no pensar en nadie, librarme de todatraba y hacer mi vida. Pero yo ya s que estas cosas se te presentan muy

    bellas y atractivas, pero al final te hunden en el infierno. Y no lo hago,porque el Seor ha permitido que yo elija seguirle a l. Y en elloexperimento y, eso es lo increble, que el Seor me quiere. Y eso me hacevivir, me hace ir a trabajar, estar con mi familia y con vosotros, me haceabrir mi corazn absolutamente a todo. No me importara que vinieraalguien que me demostrara con toda clase de argumentos que Dios noexiste; me dara igual. Yo he sentido su amor tan real, tan fsico, tanrompedor de toda mi vida y de todos mis esquemas, que no me hara mella.No me importa estar vulnerable, estar en tela de juicio. Lo nico que me

    importa es l, y que l no me retire su mirada. Yo estaba muerta, pero l

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    resucit en m con todo poder y fuerza, y creo que por eso permiti que mesucediera lo que me sucedi. Gloria al Seor!".

    Al acabar el testimonio hubo un fuerte murmullo de agradecimientoal Seor por lo que acababa de orse. Despus hubo unos momentos de

    peticiones espontneas. La gente peda por diversas necesidades. Finalizadaesta oracin de peticin, sin ms, el pueblo entero se levant, se cogieronde las manos los unos a los otros, y se cant el padrenuestro. Con ello sedio por finalizada la oracin.

    Paco hizo un gesto de agradecimiento hacia Marta.

    -Qu te ha parecido? pregunt sta.-No s. No quiero simplificar. Me ha impactado, pero son

    demasiadas impresiones para asimilarlas de repente.-Es natural, a casi todos nos ha pasado igual.-Una cosa est clara para m, aadi Paco. Si a la Iglesia se viene a

    celebrar la fe, vosotros verdaderamente la habis celebrado. Pero yo notengo esa fe. Cmo la habis adquirido?

    -se es el secreto, concluy Marta. Si vuelves, ten seguro que se terevelar.

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    SEMINARIO DE INICIACIN

    Una novela de Georges Bernanos: "Diario de un cura rural", noscuenta la historia de un joven y humilde sacerdote de pueblo. Vivi unosaos en su aldea atormentado por su inmadurez humana, su precario estadode salud y sus escrpulos e inseguridad religiosa. Por causa de su salud,hizo un viaje a la ciudad y visit al mdico que, despus de algunostitubeos, le revel sin ambages que padeca un cncer ya casi en estado

    terminal. El pobre sacerdote se hundi moralmente. Deambul sin rumbodurante horas por las calles de la ciudad y, al fin, llam a la puerta de uncompaero de seminario que viva en esa ciudad y que haca aos habaabandonado el sacerdocio.

    All le empezaron los sudores, los vmitos y los sntomas de unaprxima muerte. Este trance se prolong por varias horas. Su amigo llama un sacerdote de la parroquia ms cercana, pero ste tardaba en venir. Susituacin se iba deteriorando por momentos y pidi a su compaero que leabsolviera, cosa que ste hizo con cierta reticencia.

    El joven cura rural cay en una semiinconsciencia. Su amigo, en unmomento determinado, se crey obligado a expresarle el pesar que leproduca el retraso del vicario de la parroquia que estaba a punto deprivarle de los otros consuelos que la Iglesia reserva a los moribundos. Nopareci orme, cuenta el ex-sacerdote, pero algunos instantes despus sumano se pos sobre la ma, mientras su mirada me haca seal de queacercara mi odo a su boca. Pronunci entonces claramente, aunque conextraa lentitud, estas palabras que estoy seguro de transmitir exactamente:"Qu ms da. Todo es ya gracia". Creo que muri inmediatamente.

    * * *

    A este pobre cura de pueblo le cost la vida entera llegar a descubrirla suprema de todas las sabiduras: todo es gracia. En ese momento huyeronde l todos los miedos, las inseguridades, los escrpulos. Era hijo de Dios,pero no haba disfrutado de ello. Lo saba perfectamente en su cabeza, peroen su corazn segua viviendo como un esclavo. Su lucha fue titnica y, alfin, fuera de su esfuerzo, se le revel la gran verdad con la misma sencillezy gratuidad, con la que acude el sueo a los ojos de un nio cuando sumadre le acuesta.

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    Este secreto se les revelar a todos los que busquen a Dios, a unosantes y a otros despus. Todo segn el designio y voluntad de Dios. LaRenovacin carismtica aparece como uno de esos momentos y lugaresdonde Dios se digna revelar este secreto a muchas personas. Por pura

    gracia, sin mrito alguno de parte de nadie. En ella muchos hemos perdidolos miedos, las inseguridades, los escrpulos. Hemos aprendido que lasobras humanas, los esfuerzos, las violencias no salvan. Hemos conocido aun Dios que nos salva, no porque seamos buenos, sino porque l es bueno.

    Sin embargo, no nos engaamos: todo es gratuito, pero al "precio" dela sangre, de la vida. Parece imposible hacer concordar estos dos trminos,pero el que lo vive sabe que no es difcil. En efecto, una gratuidad total, unamor total, requiere por parte de la otra persona una entrega total. A estecurita le cost una vida de oscuridad alcanzar la gran revelacin; a otros seles revela antes y disfrutan de la libertad, de la alabanza, de la fraternidad;lo que no sea respuesta sincera el Amor lo ir devorando, porque lagratuidad es un fuego que lo consume todo.

    La Renovacin carismtica est llamada a vivir a estos niveles. Estees su ncleo y vocacin ms ntima. Y aunque la experiencia de nuestrapobreza de cada da nos impulse a rebajar el listn, no debemos hacerlo,porque este tema es obra de la gratuidad, no de nuestro esfuerzo, aunque senos requiera la vida. Hay millones de personas en el mundo que testificanque ha sido en el Seminario de iniciacin, sobre todo en el momento de laefusin del Espritu, cuando se les concedi esta gran revelacin: "todo es

    gracia": gracia es predicar, gracia perdonar, gracia es atender a los pobres,gracia es el martirio, gracia es el cielo y el amor de Dios, y lo que de estono sea gracia es casi nada.

    * * *

    Paco sigui asistiendo todos los martes a la oracin. No saba bienpor qu lo haca, pues aunque se encontraba a gusto y haban desaparecidosus reservas del principio, la verdad es que no senta nada especial. Lleg a

    pensar que este tipo de oracin no era para l. Sin embargo, se dio cuentaque conectaba con Marta y a travs de ella con un grupo de jvenes con losque tomaba unas caas despus de la oracin. No acababa de saber cul erasu punto de enganche con este grupo, pero se encontraba a gusto con ellos.Un da de estos estando en el bar le dijo Marta:

    -Te has fijado en los avisos que han dado hoy en la oracin?-No s. T dirs... respondi Paco.-Han dicho que va a comenzar un seminario de las siete semanas.

    -Y qu es eso?

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    -Pues es como un breve cursillo, acomodado sobre todo, a laspersonas nuevas para que puedan ir penetrando en el ncleo del mensaje dela Renovacin.

    -Y t crees que me vendr bien a m?

    -S, mira: t sabes que aqu hay un secreto que se tiene que revelar.Es un secreto a voces, porque est abierto a todo el mundo. No es para unapequea lite, ni trata de crear una aristocracia espiritual. Es para los que lodesean, para los nios, para los que son abiertos de corazn. Yo creo que tests en buena disposicin para hacerlo.

    -No capto qu se me pueda ofrecer de nuevo en ese seminario, perobueno, tampoco me opongo a hacerlo. Vosotros, lo habis hecho?pregunt Paco dirigindose a un grupo de jvenes que escuchaban laconversacin.

    -S, respondieron al unsono. Uno continu: "cada uno hemos venidocomo hemos podido. Hemos buscado a Dios desde distintas situacionespersonales. Al final, para llegar a algo, hemos tenido que hacer una opcinpersonal muy concreta, que es Jesucristo, tal como lo hemos entendidoaqu. Es una opcin, una entrega, un bautismo. El seminario te gua a esteencuentro con la persona de Jess. Se trata de someter tu vida, con la pocao mucha fe que tengas, al seoro de Jesucristo para poder experimentar supoder, su verdad y su bondad".

    Paco iba a replicar diciendo que l ya estaba bautizado y confirmado

    pero le detuvo la rotundidez con que fueron pronunciadas estas palabras.Sin embargo no le molestaron, pues intuy que no salan de ningn tipo defundamentalismo o ideologa opresora. No eran palabras sectarias nirechazaban a nadie. Era la expresin de una profunda conviccin personal.

    A Paco le atraa la forma de ser de este grupo de jvenes. Lesencontraba autnticos y adems como con una gran autonoma personal.Cada uno tena su experiencia para contar. Le encantaba su naturalidad, sulenguaje, sus gustos y aficiones, no distintos de los de otros jvenes perosin ser esclavos de los tpicos que hoy fabrican pandillas cuyos miembros

    parecen hechos en serie, cortados todos por el mismo patrn, que se renenpara no contarse nada, sin interioridad, sin experiencia alguna personal. Nilos txicos, ni el alcohol, ni el sexo, ni la msica, ni el pasotismo y rechazoa la sociedad eran los contenidos bsicos de su conversacin. Por otra partetampoco les vea sometidos a otros tpicos de tipo religioso, como puedenser los puritanismos, moralismos, cautelas de corte afectado y gazmoo. Semovan con una gran naturalidad en su lenguaje, en sus bromas, en susdiscusiones y en sus afectos.

    Una frase se le qued grabada a Paco y con ella en el alma se march

    a su casa: "se trata de someter tu vida al seoro de Jesucristo". Qusignifican estas palabras? Cmo puede hacerse tal cosa?

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    * * *

    Al martes siguiente Marta se fue con Paco para apuntarle al grupo de

    personas que iba a hacer el seminario. Estaba muy contenta y se lo confi aPaco:

    -Me han nombrado servidora de este Seminario.-Y eso, qu quiere decir?-Que asistir con vosotros las siete semanas. Siempre se nombra un

    grupo de personas ms experimentadas para que puedan ayudar a losnuevos en diversos menesteres: unos dan las charlas, otros testimonios,otros se encargan de la msica.

    -Y t, de qu te vas a encargar? pregunt Paco con cierta ironaafectuosa.

    -Yo de nada, de estar, de hacer bulto, de orar por vosotros.-No me podras adelantar algo de lo que se hace en un seminario?-S, aunque otros lo podran hacer mejor. Pero bueno, algo te puedo

    decir yo tambin. Cada una de las semanas tiene un tema alrededor del cualgira todo lo que se hace ese da: oracin espontnea, charla y testimonios.Los temas podran considerarse los siete puntos fundamentales de lapredicacin o kerigma cristiano, tal como han sido anunciados en el librode los Hechos de los Apstoles. Los cuatro primeros constituyen una

    preparacin para un acto fundamental que se llama "bautismo" o efusindel Espritu Santo. En este acto se ora por cada una de las personas que lopidan para que reciban el Espritu Santo. En esta oracin suele revelarse elsecreto de que te he hablado tantas veces. Esta efusin es imprescindiblepara que se pueda acceder a la experiencia bsica, no digo de laRenovacin, sino del cristianismo, pues en realidad de lo nico que se trataes de llegar a ser cristianos a fondo.

    -Pero yo, dijo Paco, soy catequista de confirmacin y en realidadpreparamos a los chicos para un sacramento que lleva consigo una efusin

    del Espritu Santo. Dnde est la distincin entre lo que hago yo y lo quese hace aqu?

    -Siempre he odo decir a los que dirigen los seminarios que noconviene iniciarlos preocupados por cuestiones tericas. Los problemas,cuestiones o dificultades se discutirn al cabo de las siete semanas,momento en que ya se habrn solucionado por s mismos gran parte deellos. Nos inculcan que hagamos el esfuerzo de entrar como los nios. Novamos a hacer un aprendizaje sino una experiencia. En toda experiencia,pero ms en una religiosa, se requiere ir libre de prejuicios, si no jams te

    encontrars otra cosa que tus propios pensamientos.

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    -Una ltima pregunta: los seminarios, se hacen de la misma formaen todos los grupos?

    -Creo que no. Unos grupos en vez de siete semanas lo hacen todo enlos siete das de una semana. A veces cuando los grupos son pequeos y no

    hay mucha gente nueva, todo se hace muy resumido. En ocasiones se unenvarios grupos o cada uno se apaa como mejor puede. Lo que s esfundamental son las catequesis bsicas y la oracin de efusin por laspersonas que lo requieran.

    * * *

    El jueves de esa misma semana comenz el seminario. Se reuni ungrupo de unas sesenta personas: cuarenta y cinco totalmente nuevas. Elresto eran los servidores, entre los que se encontraba Marta. Se notaba unacierta frialdad en el ambiente, propia de personas desconocidas. Las sillasestaban colocadas en semicrculos y slo el ms interior se cerrabacompletamente. All se colocaron los que iban a dirigir la oracin y el queiba a dar la charla. Los dems se fueron sentando libremente donde mejorles pareca. Marta se sent junto a Paco.

    Se levant una mujer y anunci en qu iba a consistir la sesin de eseda: se tendra en primer lugar media hora de oracin, despus unapredicacin, ms tarde algn testimonio y, finalmente, habra una brevepresentacin de cada uno de los asistentes. Ella misma introdujo la oracin,

    a lo que el equipo de msica respondi con una cancin invocando alEspritu Santo. Durante la media hora hubo, como de costumbre,aclamacin, lenguas, intervenciones personales, canciones, todo ello enpura espontaneidad. Sin embargo, apenas se perciba nada del calor y de lamotivacin que reinaba en la reunin general del martes. Slo los quinceservidores eran los que oraban en voz alta. El resto daba la impresin deque la cosa no iba con ellos. Para la mayora, esa forma de orar era totalnovedad y una sorpresa agridulce. Daban la impresin no tanto de timidezcomo de recelo y de mantenerse a la expectativa.

    Al cabo de la media hora, la que diriga la oracin present a unsacerdote, al que se le haba encargado dar las charlas. Lo iba a hacer lmismo todas las semanas. Era un hombre maduro con cara relajada ysonriente. Oraron sobre l y comenz la predicacin:

    "El tema de esta primera semana, comenz diciendo, se puedeformular de la siguiente forma: Dios te ama. Present el Seminario comouna ocasin de evangelizacin: habis venido aqu para ser evangelizados;para descubrir que el evangelio se puede hacer realidad en vuestras vidas.Cit a Juan Pablo II cuando dijo que cualquier reevangelizacin de los

    cristianos tiene que comenzar por creerse y experimentar esta frase: "Dioste ama".

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    Lo importante, continu, no es que t ames a Dios con tu esfuerzo,con tu sacrificio, con tus obras buenas... no; lo importante es queexperimentes que Dios te ama a ti. Con lo primero puedes llegar a poco;con lo segundo entras en la verdad y se te abre un mundo de posibilidades

    insospechadas. Dios no es una conquista del hombre, sino una gracia y undon que se derrama bondadosamente sobre nosotros.Este amor de Dios se ha manifestado en Jesucristo. l es la

    revelacin, el rostro de Dios hecho humano. No tenemos otro Dios que elque se revela en Jesucristo. De esta forma Dios tiene ojos humanos, odos,labios, corazn de hombre. Ya no est en medio de nosotros porque hamuerto, pero resucitado vive para siempre. Se nos hace presente mediantesu Espritu, que es santo y bueno y te ama. Por eso el amor de Cristoconsiste en experimentar que su Espritu acta en ti. De esta forma Dios senos hace real y cercano. A esta experiencia os ha convocado esteSeminario.

    No te importe cmo ests hoy. Te ama aunque ests indiferente,aunque seas ateo, aunque ests lleno de pecado, aunque rechaces estasmismas palabras que oyes. Hoy te convoca y te dice: "tienes que nacer denuevo".

    Paco sali contento. Todo el desarrollo de la sesin se le haba hechofamiliar, pues se pareca mucho a la reunin del martes. No le cre ningnnuevo temor. Por otra parte, el grupo a travs de las presentaciones le habacado simptico.

    -Qu te ha parecido el grupo? pregunt a Marta.-Me ha gustado, contest sta. Me encanta que en un seminario haya

    viejos y jvenes, hombres y mujeres, curas y monjas, ricos y pobres, gentedura y bloqueada, racionalistas empedernidos. Me ha impresionadotambin el matrimonio drogadicto. Me huele que al Espritu Santo leesperan jornadas de mucho trabajo.

    -Me ha gustado tambin el cura que habl. Tena las ideas muyclaras, insinu Paco.

    -Ya, pero a m me ha llegado ms su uncin y la fuerza con la quehablaba.

    -Cierto, pareca un testigo, asinti Paco. Daba la impresin de quevenda mercanca propia. Por cierto, Marta, t que has odo estas cosasvarias veces, no te aburres?

    -No. En primer lugar, porque son muy diferentes las personas quehablan y por lo tanto diversas las experiencias que transmiten. Pero sobretodo, porque no son i