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CRITICÓN, 52, 1991, pp. 141-162. Ceremonias burlescas estudiantiles (siglos xvi y XVII): 1. Gallos por Francisco LAYNA RANZ (Madrid) Introducción En el año 1984 la profesora Aurora Egido editaba y analizaba dos "gallos estudiantiles" 1 . El suyo era el primer trabajo serio dedicado a este tipo de ceremonial académico, ya que, como comprobé al estudiar los Diálogos de Lucas Hidalgo (en los que, como es sabido, se incluyen unos gallos dados en Salamanca en 1600 en presencia de los reyes), sólo, hasta ese momento, se podía disponer de vagos comentarios, al parecer procedentes, en su mayoría, de Vicente de la Fuente y de Aureliano Fernández Guerra, y que poco o muy poco aclaraban qué era y en qué consistía realmente el llamado acius gallicus universitario. Iniciaba la profesora Egido su artículo lamentando su poca fortuna con los repertorios lexicográficos, ya que de los que había consultado sólo el Diccionario de Autoridades daba cuenta de una acepción universitaria de la palabra: GALLO. Llaman en las Universidades al que hace una oración laudatoria del que se ha de Graduar. Lat. Gallus. Evidentemente esta definición, a pesar de hacer referencia a una graduación universitaria, apenas tenía que ver con los gallos incluidos en la obra de Lucas Hidalgo y con los dos que A. Egido había encontrado en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid: ninguno de los tres, en principio, guardaba relación con una oración laudatoria, sino más bien con todo lo contrario, reprensión y censura burlesca, es decir, vejamen. La cuestión era la siguiente: o se encontraban otros gallos que fueran efectivamente una loa al graduando, o se encontraba otra acepción del vocablo. Ésta fue, por consiguiente, nuestra primera tarea: rebuscar pormenorizadamente en diccionarios y repertorios lexicográficos. 1 Aurora Egido, "De ludo vitando". Gallos áulicos en la Universidad de Salamanca, en El Crotalón, 1, 1984, pp. 609-648.

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CRITICÓN, 52, 1991, pp. 141-162.

Ceremonias burlescas estudiantiles(siglos xvi y XVII):

1. Gallos

por Francisco LAYNA RANZ(Madrid)

Introducción

En el año 1984 la profesora Aurora Egido editaba y analizaba dos "gallos estudiantiles"1. Elsuyo era el primer trabajo serio dedicado a este tipo de ceremonial académico, ya que, comocomprobé al estudiar los Diálogos de Lucas Hidalgo (en los que, como es sabido, se incluyen unosgallos dados en Salamanca en 1600 en presencia de los reyes), sólo, hasta ese momento, se podíadisponer de vagos comentarios, al parecer procedentes, en su mayoría, de Vicente de la Fuente y deAureliano Fernández Guerra, y que poco o muy poco aclaraban qué era y en qué consistía realmenteel llamado acius gallicus universitario.

Iniciaba la profesora Egido su artículo lamentando su poca fortuna con los repertorioslexicográficos, ya que de los que había consultado sólo el Diccionario de Autoridades daba cuentade una acepción universitaria de la palabra:

GALLO. Llaman en las Universidades al que hace una oración laudatoria del que se ha de Graduar. Lat.Gallus.

Evidentemente esta definición, a pesar de hacer referencia a una graduación universitaria, apenastenía que ver con los gallos incluidos en la obra de Lucas Hidalgo y con los dos que A. Egidohabía encontrado en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid: ninguno de los tres, enprincipio, guardaba relación con una oración laudatoria, sino más bien con todo lo contrario,reprensión y censura burlesca, es decir, vejamen.

La cuestión era la siguiente: o se encontraban otros gallos que fueran efectivamente una loa algraduando, o se encontraba otra acepción del vocablo. Ésta fue, por consiguiente, nuestra primeratarea: rebuscar pormenorizadamente en diccionarios y repertorios lexicográficos.

1 Aurora Egido, "De ludo vitando". Gallos áulicos en la Universidad de Salamanca, en El Crotalón, 1,1984, pp. 609-648.

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Años después de que la Academia elaborara el Diccionario de Autoridades, el jesuíta Esteban deTerreros y Pando llevaba a cabo la labor individual de realizar el Diccionario de la lengua española(1786-1793). En él, en una de las acepciones que recogía de la palabra gallo, se refería a la oraciónpanegírica vista más arriba, pero igualmente daba cuenta de un nuevo uso:

GALLO, en las Universidades, el que hace cierta oración al que se gradúa. Fr. Qui fait la harangue. Lat.Orator: otros gallus in coetu universitatis. Francios. lo toman por los motes, y dichos picantes quese aplican al que se doctora.

Como bien puede verse, este último sentido se acercaba mucho más a la naturaleza satírica delos gallos incluidos en la obra de Gaspar Lucas Hidalgo y a los dos editados por Egido. Éste era unprimer paso, y, como Terreros se apoyaba para esta última acepción en el Vocabulario español-italiano de Lorenzo Franciosini (1620), lo más oportuno para seguir avanzando era revisar elmayor número posible de repertorios lexicográficos elaborados fuera de nuestras fronteras.

César Oudin alcanzó celebridad por ser el primero en trasladar el Quijote al idioma francés, aligual que otras obras españolas, traducciones orientadas fundamentalmente hacia la enseñanza delespañol. Pues bien, Oudin, en 1607, publicaba un Thrésor des deux langues françoise etespagnole, repertorio en el que se incluía el verbo gallear y del que se decía lo siguiente:

GALLEAR, en la ville de Salamanque, c'est vesperiser vn Docteur, le vener, le gaucher.

Con esta definición de Oudin quedaba confirmada la segunda acepción que recogía Terreros,ampliado el horizonte morfológico del vocablo y abierta en principio una nueva vía de estudio a laque antes o después se habría de acudir: la Universidad de Salamanca.

Y fue precisamente en Salamanca donde, en 1587, Alonso Sánchez de la Ballesta editaba suDictionario de vocablos castellanos. En él se registraba el verbo gallear de la siguiente forma:

GALLEÁRONSE. Esta manera de decir se ha introducido para significar cómo se motejan algunos, yque no parecen sino gallos que porfían por quedarse en su muladar, Adag. De Plaustro loqui. De hisdicitur qui palam, aut libere conuiciantur.

Con esta definición se olvidaba la alusión universitaria, aunque se insistía en el uso de losmotes y se dejaba abierta la posibilidad de relacionar unos usos y otros con la actitud propia de losgallos de pelea. Y llegado a este punto parecía que, para no perderse, lo más oportuno era volver aorientar los pasos hacia los dominios estudiantiles, pero sin dejar caer en saco roto las palabras deSánchez de la Ballesta.

En una primera lectura nada se había hallado en el repertorio de Covarrubias respecto a laacepción universitaria de la palabra gallo. Pero su inclusión en el Diccionario de Oudin provocóuna nueva lectura más atenta y minuciosa del Tesoro de la lengua castellana o española. Doscausas: una, que Sebastián de Covarrubias fuera, en las ediciones del Thrésor posteriores a 1611,una de las fuentas principales del traductor francés, y otra, la mención que hacía Oudin a la ciudadde Salamanca. Así fue como encontré, en la entrada gallardetes, lo que sigue:

G A L L A R D E T E S : Cierto modo de vanderetas partidas, que semejan la cola del gallo. Gallos, losremoquetes y dichos agudos, que por fiesta se dizen unos a otros los maestros quando dan algún gradode doctor, porque se pican, aunque con mucha discreción y agudeza, porque lo demás es de los que condesautoridad y descompostura dan el vexamen.

Esta última definición nos confirma, de una vez por todas, que en el siglo XVI era bienconocida la acepción de la palabra gallo cuya significación es muy similar, por no decir casiidéntica, a la de la palabra vejamen (universitario). Hoy ya es sabida la relación entre una y otragracias al buen hacer de Aurora Egido. Ahora bien, su origen, la diferencia en la denominación, la

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razón de su existencia, etc., siguen siendo cuestiones ignoradas. Su posible explicación fue elorigen del presente trabajo, que inicia una serie dedicada a las ceremonias burlescas estudiantiles enlos Siglos de Oro.

El vejamen era uno de los componentes fijos de las ceremonias de doctoramiento desde el sigloXVI hasta mediados del siglo XIX. Vejar al doctorando fue una constante en la mayoría de escuelasy universidades españolas que concedían grados de doctor. Por ello, podemos sospechar que laactividad satírica del vejamen, tan característica, por otro lado, de las academias del siglo XVII,tenga su origen en estos actos estudiantiles. Habría que estudiar cómo pasan a las Universidades opor qué surgen en ellas, si es que en ellas surgen. Respecto a los gallos, que es el tema en concretoque estudiamos, dos son, como ya dijimos, las posibles fuentes de muchas alusiones posteriores aeste tipo de actos. Por un lado Aureliano Fernández Guerra:

Llamábase gallos el vejamen de los teólogos, y recuerda este nombre que aquella costumbre nos vinode la Universidad de París.2

Por su parte, el erudito Vicente de la Fuente especifica que estos

vejámenes solían ser en verso y a veces en latín macarrónico. La frase dar vejamen pasó de lasUniversidades a otros actos literarios. En ellos se permitía todo y aun lo que no se debiera permitir.Los que yo alcancé en Alcalá eran tan irrisorios y sainetescos, que ya los Padres graves se desdeñabande asistir a ellos, pero en cambio hacía las delicias de la turba estudiantil, de los menestralesholgazanes, mayorazgos pelones, y demás gente ordinaria, como entonces se decía. El Doctor, queservía de padrino, pronunciaba el panegírico del graduando llamado el gallo, y un estudiante, amigodel graduando, que hacía de gallina (según el lenguaje escolar), pronunciaba luego un elogioretumbante de su amigo en verso endecasílabo o en otros más o menos heroicos, u octavas reales. Ysi no se creía la censura del vejamen por exagerada y casi grosera, aún se creían menos los elogioshiperbólicos de la gallina?

Las palabras de V. de la Fuente no quedan todo lo claras que deseáramos, porque ¿qué es lo quellama gallo: el panegírico o el graduando? Además, según sus palabras, parece que tanto la personaque hace de gallo como la que hace de gallina pronuncian panegíricos, sin embargo acabaidentificando al gallo con la censura y el vejamen. El Diccionario de Autoridades recogeigualmente la acepción universitaria de la palabra gallina:

GALLINA. Llaman en algunas Universidades, por correspondencia al que llaman el gallo, el segundoque se señala para el elogio del graduando. Lat. secundus orator.

Y en un diccionario español-francés y francés-español del siglo XLX leemos:

GALLINA. Second orateur qui, dans certaines universités, fait l'éloge d'un candidat: le premier estappelé Gallo.4

Parece que en ambos testimonios se considera al gallo como un elogio burlesco o, lo que es lomismo, como un vejamen que tuviera falsos tintes de discurso laudatorio. Más adelante

2 Aureliano Fernández Guerra, "Noticia de un precioso códice de la Biblioteca Colombina...", enBartolomé José Gallardo, Ensayo de una Biblioteca Española, 1863, vol. I, col. 1247.3 Vicente de la Fuente, Historia de las Universidades, colegios y demás establecimientos de España,Madrid, Imprenta de la viuda e hija de Fuentenebro, 1884-1889, vol. Il, pp. 520-521.4 Dictionnaire espagnol-français et français-espagnol, par M. Núñez de Toboada, Paris, Rey et Gravier,Libraires, 1838, t. II. En la palabra gallo recoge la acepción de elogio.

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volveremos a tratar este asunto. Por ahora, de las definiciones de A. Fernández Guerra y de V. de laFuente vamos a ir sacando una serie de posibles conclusiones: 1. el gallo es el vejamen de losteólogos, 2. el gallo procede de la Universidad de París y 3. el escarnecimiento es la razón de serdel humor y las bromas empleadas en los gallos.

1. El gallo es el vejamen de los teólogos

Todos los gallos que hemos podido leer, además de varias referencias a los mismos, confirmanesta aseveración. Llama sin embargo la atención que Vicente de la Fuente no dijera nada alrespecto5 y que García Boiza afirmara lo siguiente:

Y como precisamente los gallos o vejamen se hacían después de la gratulatoria, es muy presumibleque los gallos descritos por Lucas Hidalgo no tengan fundamento histórico. Como tampoco es ciertolo que el propio Hidalgo dice que los gallos era cosa únicamente en los grados de Maestro enTeología ya que se hacía vejamen en otras facultades.6

En su momento volveremos sobre la supuesta inautenticidad histórica de los gallos descritospor Lucas Hidalgo. En lo tocante al únicamente que hemos subrayado del texto de García Boiza, yque es lo que nos interesa ahora, lo que Lucas Hidalgo dice referente a la exclusividad teológica eslo siguiente:

Fuera de q[ue] consultando los libros bezerros y registros de la Vniversidad, e hallado que en losgrados de los theólogos salmantinos por esso ay gallos, porque no ay toros, y por esso no ay toros,porque no aya cuernos, que dizen muy mal con la borla blanca de honestidad, castidad y perpetuavirginidad que trae[n] sobre su cabeza, por la qual están obligados a ser tan castos como Maestrofulano, q[ue] es más casto que el Rey don Alonso el Casto.7

Hoy podemos desdecir a García Boiza pues, si efectivamente en todos los doctoramientos sedaba el vejamen al aspirante, únicamente en los de teología se daban vejámenes y gallos, ambos desimilar naturaleza.

En sus Costumbres escolares del Siglo de Oro..., Mariano de Santiago Cividanes explica,aunque muy someramente, en qué consistía un gallo:

Después que concluyen la disertación y argumentos en latín, el padrino de cada uno hacía lo quellaman la gallina, que no era otra cosa que el panegírico del ahijado; como éste duraba mucho, condiscusiones serias, generalmente teológicas, había una parte cómica, o sea cuando un doctor hacía elgallo que era todo lo contrario, poniendo verde y sacando faltas al graduando.8

Vemos que Santiago Cividanes nada dice de la pertinencia teológica9; no obstante nosespecifica que las discusiones serias, es decir, la parte didáctica de la ceremonia, eran generalmenteteológicas. Hay que tener en cuenta que, durante siglos, ciertas disciplinas del conocimientohumano dependieron de la teología o estaban en íntima relación con ella. Sírvanos de ejemplo queen el siglo XVI las doctrinas jurídico-económicas impartidas en las aulas de la Universidad de

5 Ahora bien, V. de la Fuente describe su experiencia personal, era doctor en teología y se refiere, conmayúsculas, a los Padres.6 Antonio García Boiza, Un vejamen universitario. Que contiene unos gallos que se dieron en presenciade los Reyes, en Basílica Teresiana, 1921, pp. 344-350 (la cita en pp. 344-345) y 1922-23, pp. 39-45.7 Gaspar Lucas Hidalgo, Diálogos de apacible entretenimiento..., Barcelona, Sebastián de Cormellas allcali. 1605, fol. 10r.8 Mariano de Santiago Cividanes, Costumbres escolares del Siglo de Oro de la Universidad. Conferenciadada en la Casa de Salamanca en Santander, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1932, p. 20.9 Tampoco Julio Monreal, Colección de pinceladas, toques y esbozos, representando costumbresespañolas del siglo xvn, Madrid, oficinas de la Ilustración Española y Americana, 1878, pp. 275-276.

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Salamanca eran explicadas por una serie de teólogos que se congregaron en torno a Francisco deVitoria10. Tras esto podemos suponer que el vejamen surgiera, en un principio, en el ámbitoexclusivamente teológico y que en él recibiera el nombre de gallo para, posteriormente y con otronombre, extenderse a otras disciplinas académicas. Además, y esto explicaría que en las restantesUniversidades no utilizaran el mismo nombre para el vejamen, no hemos de olvidar que losmaestros en teología eran llamados gallos y que el gallo era el símbolo que identificaba apresbíteros y prelados. Uno de los poemas más populares de la Edad Media fue el Carmen de gallo("Multi sunt presbiteri..."), en el que, a través de la vida y movimientos del gallo, se lee laobligación y las tareas del sacerdote11. Además, recordemos que en el artículo de Covarrubias sehace alusión a los dichos agudos que se decían "los maestros" cuando se daba algún grado dedoctor, que solamente eran así denominados, maestros, los doctores en teología y artes12, y que el45% de los estudiantes que en el siglo XVI alcanzaron el grado de doctor lo tomaron en teología13.

Otro texto que también corrobora lo dicho hasta ahora al respecto es la obra de Manuel Lanz deCasafonda, los Diálogos de Chinduha. Uno de los interlocutores, un italiano que viaja por laEspaña del siglo XVIII, pregunta a otro por el estado de los estudios de teología en la Universidadespañola y por los ejercicios que hacen los teólogos, y recibe la respuesta siguiente:

Después de cuatro años de profesores, echan la tentativa, que se reduce a unas conclusiones públicasde muchas materias, que las preside un doctor o catedrático; si le aprueban todos los doctores de laUniversidad echa después siete Actos mayores, cada año dos, y se gradúa; pero al tiempo de graduarsehay dos funciones que son de ver: una que se llama Gallo, y otra Cola. La primera se reduce a dar

10 Hombres como Domingo de Soto, Martín Azpilcueta y Diego de Covarrubias. Acabando el siglo XVI,la teoría económica conoce un mayor desarrollo gracias también a dos conocidos teólogos: el dominicoP. Ibáñez y el jesuita P. Molina. Véase, para mayor información, Marjorie Grice, The School ofSalamanca. Readings in Spanish Monetary Theory, 1544-1605, Oxford, Clarendon Press, 1952.Bernardino de S ando val, hablando de la figura del maestrescuela, dice lo siguiente: "En algunos estudiosgenerales, como el de Salama[n]ca, y en el desta ciudad de Toledo, incu[m]be a los que tienen estadignidad o officio tener cuenta con los estudios, y p[ro]mouer a los q[ue] reciben grados en todas lafacultades. Y en algunas yglesias tienen obligación a enseñar, y leer, o poner quien lo haga. Y por estoen el Concilio Tridentino se proueyó que no se den las dignidades, o officios de Maestrescuelas, si nofuere a los que fueren doctores, o maestros, o licenciados en Theología o en derecho canónico. Estandopues a su cargo hazer tantas cosas, y tan importantes, justo es que residan en sus yglesias, y assí estádispuesto en algunos Concilios" (Bernardino de Sandoval, Tratado del Officio Ecclesiástico Canónico,Toledo, Francisco de Gvzmán, 1568, p. 115). Lo mismo puede leerse en los Coloquios de Palatino yPinciano de Arce de Otárola, ms. de la Biblioteca Nacional de Madrid n° 10725-26, vol. Il, fol. 49r.1 l V. Hans Rheinfelder, Materialen z« dem mittelalterlichen Gedicht "Multi sunt presbyteri", en TMPh,67, 1915, pp. 124-130. Recogido igualmente por Ana Vian, El ritual satírico en "El Crotalón": el plantoy la fiesta, en Cuadernos hispanoamericanos, 448, 1987, p. 59, n. 12.12 V. Ana María CaTabias Torres, Colegios mayores: centros de poder. Los colegios mayores deSalamanca durante el siglo XVI, Ediciones Universidad de Salamanca, Diputación Provincial, 1986, vol.II, p. 899. Véase igualmente el Registro de Grados, de Doctoramientos, Magisterios y Licenciamie(n]tosen todas las facultades, desde el 17 de Mayo de 1627 en adelante, ms. del Archivo Universitario deSalamanca (a partir de ahora a todos los manuscritos de este archivo, generalmente registros y actas delicénciamientos y doctoramientos, los denominaremos con la abreviatura AUS). AUS/785, fols. 2v-3r,en el que se puede leer la memoria de lo que había de ser un Magisterio en Teología en comparación conlos doctoramientos: "En los Magisterios en Sancta Theología se tiene el mismo orden q[ue] en losDoctoramientos en la publicación y presentación e asignación de día de grado [...]. El día de grado por lamañana dan las conclusiones los dos sacerdotes en la f[or]ma q[ue] en los doctoramientos...".13 Ana María Carabias, ob. cit., vol. Il, p. 900.

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muchas alabanzas al graduando sobre su habilidad, literatura y parentela; y la segunda, a dar matracaal último de la tentativa.14

Obsérvese que, además de V. de la Fuente, el Diccionario de Autoridades, también del sigloXVm como los Diálogos de Chindulza, recoge únicamente la acepción de oración laudatoria de lapalabra gallo. Por el momento desconocemos si en otros textos del XVIII aparece el vocablo colapara designar el vejamen. Lo que en realidad importa es que se confirma que el gallo propiamentedicho era costumbre de estudiantes de teología. Más adelante se comprobará esta afirmación con eltestimonio de un gallo hallado en la Biblioteca Colombina de Sevilla.

Otro documento que ayuda a ratificar todo lo que venimos diciendo es una especie de guión delo que había de ser una ceremonia de doctoramiento en teología, existente en el ArchivoUniversitario de Salamanca. La normativa para la entrega de los grados últimos aparecerá yaprevista en la Constitución de Martín V, de 1422, y en los Estatutos de 153815. Pero tanto en unacomo en otros no se especifican características propias de cada disciplina universitaria. Por elcontrario, el documento del que hablamos, el Registro de licénciamientos y doctoramientos de laUniversidad de Salamanca de los años 1532-1534, detalla minuciosamente todos y cada uno de lospasos que se habían de seguir en una entrega del grado de doctor en teología16. En el referidodocumento nada se dice de la algarabía y paseos previos a la ceremonia, de la considerable carestíade su concesión, de lo que se hacía en la catedral (porque la catedral era el lugar en que se celebraba)al margen del grado propiamente dicho, como son propinas y banquetes, todo ello a costa delaspirante, y, en fin, de las diversas y espectaculares fiestas que se celebraban en los días sucesivos.Sobre todo esto hay abundantísima información bibliográfica tanto para diferentes universidadescomo para diferentes siglos. Lo que por el momento nos interesa conocer, o mejor dicho, irconociendo, es cómo se realizaba el acto mismo, sin detenernos en todo aquello que rodeaba a laentrega del grado de Maestro o Doctor. Y esto es precisamente lo que podemos encontrar en elmanuscrito mencionado: el escueto ceremonial de un magisterio. Y para este primer apartado enque estamos tratando la relación ga//o-teólogo, entresacamos los siguientes tres puntos:

- lebántense luego los maestros gallos más antiguos e propongan el vno vna qujstión e, arguyendoel vno contra el otro e el otro contra el otro, el maestro más nuevo a de determinar sus qujstiones eargumentos; y lo que más comúnmente se suele hazer es que, en la solución de la réplica, el mesmoque pone la mjsma réplica remjte la solución del dicho argumento al dicho maestro nuevo, y el dichomaestro nuevo determjna sobre dichas qujstiones e argumentos.- ytem, se levanten otros dos maestros en teología, segundos gallos, e arguya el vno contra el otro eel otro contra el otro, e a de diçidir e determinar sus qujstiones e argumentos de los dichos gallos eldicho maestro nuevo.- yten, entretanto que los dichos gallos arguyen, [e] después de les ser dadas las ynsynjas magistralesal dicho maestro nuevo, a de estar el dicho maestro nuevo sentado en su sylla, mjentras que pasan losargumentos de los gallos en ábjto maestrjl.

14 Manuel Lanz de Casafonda, Diálogos de Chindulza, éd., intr. y notas de Francisco Aguilar Piñal,Oviedo, Universidad de Oviedo, Cátedra de Feijoo, Textos y Estudios del siglo XV1I1, n° 3, 1972, p. 157.15 Pueden verse, entre otros muchos, Pilar Valero García, La Universidad de Salamanca en la época deCarlos V, Salamanca, Universidad, Acta Salmanticensia, Historia de la Universidad n° 46, 1988; L. SalaBalust, Constituciones, Estatutos y Ceremonias de los antiguos Colegios Seculares de la Universidad deSalamanca, Salamanca, 1962-66, 4 vols.16 AUS/770, Registro de licénciamientos y doctoramientos, años 1532-1534, fols. 72v-73r. Haciendovarias calas en los Libros de actas y registros de licénciamientos y doctoramientos de la Universidad deSalamanca, hemos comprobado que son muy frecuentes este tipo de guiones de lo que había de ser unaceremonia de doctoramiento en teología.

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Después de leer estos tres puntos, ya no se puede dudar de que los maestros teólogos recibían ladenominación de gallos. Ahora bien, otra cosa muy distinta es saber cuándo y por qué uno de losvejámenes de los teólogos que aspiraban a ser doctores (maestros) pasó a denominarse con el títulogenérico de gallo. Pero sigamos leyendo el documento citado:

la bíspera del magisterio júntanse el maestrescuela e los maestros de esta facultad e los otroscolegios de los otros dotores en sus ábitos doctorales y magistrales, y el que se a de hazer maestroponga sus conclusyones en teología e le arguyan quatro maestros teólogos, e él responderá avoluntad del maestrescuela, e al presente se haga el bexamen, aviendo respondido el dichomagistrando a los argumentos a voluntad del dicho maestrescuela...17

Incluimos esta última cita notarial para hacer ver que una cosa era el vejamen, realizadosiempre el día anterior del magisterio y llevado a cabo por una persona, y otra el gallo, ejecutadoantes del sermón final del nuevo maestro y llevado a cabo por cuatro personas. En resumen, entodas las escuelas y universidades había vejámenes; en las de teología había vejámenes y gallos.

En el doctoramiento en teología del rector Andrés de Cuesta, celebrado el 19 de noviembre de1542 en Alcalá de Henares, leemos: "el doctor Ju[an] Ramírez q[ue] hizo la ora[ció]n del gallo y eldoctor Antonio Melendo q[ue] respondió vt gallina"18. Todo parece indicar que en principio lapalabra gallo se aplicaba a aquellos maestros que, tras el osculum pacis, intercambiabanargumentos. ¿Se puede considerar que por ser realizados estos argumentos una vez concedido elgrado, la lógica relajación trajera consigo las primeras burlas al nuevo maestro? Si así fuera, escomprensible que esta actividad de los maestros gallos se identificase con el vejamen. EnSalamanca, como a buen seguro en otras muchas universidades, el contagio de ambos términos seprodujo rápidamente. Desconocemos la fecha exacta, aunque lo lógico es estimar que se vacilaradurante bastantes años, según escuelas y universidades, cosa lógica en algo no establecido comonorma, sino consecuencia de la práctica y el uso. Por ejemplo, cuando a Fray Luis le es concedidoel grado de maestro en teología, la palabra no se usa para denominar a algún maestro, sino que seutiliza en el sentido de hacer gallos unos contra otros. Fray Luis de León se doctoró, junto alagustino fray Juan de Guevara, el 3 de junio de 1560, en la catedral, en la capilla que está junto alaltar mayor y a las once y media de la mañana19. Veamos algún detalle pertinente:

Acabado de dar e condeder el dicho grado de magisterio al sobredicho fr. Ju[an] de Guebara, e aviendoansí mes[m]o el dicho Ldo. fr. Luis de León puesta e fundada su conclusión, e aviéndole argüido a ellael dicho señor vizerretor [...], los llamó tres vezes q[ue] subiesen a los dichos estrados a las rrezibir;los quales ambos a dos se subieron a ellos y el dicho m5 fr. Domingo de Soto se las dio, las dichasynsignias magistrales, dándolas prim[er]o al sobredicho m9 fr. Ju[an] de Gueuara, atten[dien]do q[ue]era más antiguo maestro por aver rezibido pri[mer]o el dicho grado de maestro, y después las dio alsobredicho m5 fr. Luis de León [...].Poniéndoles e asentándoles en su mes[m]a sylla e asiento del dicho padrino fr. Domingo de Soto, eponiéndoles a cada vno dellos en el dedo q[ue] llaman del coracón de la mano yzquierda, que es elquarto dedo q[ue] llaman medicus, vn anjllo de oro y en sus cabeças sus bonetes con sus florúsculas oborlas blancas, q[ue] significan el dicho grado e facultad de theología, e les puso en sus manos vnlibro, e después los abracó a cada vno dellos e los trajo por los dichos estrados a dar osculum pacis etdilectionis a todos los señores doctores e mss [...]. E, fecho lo suso dicho, se leuantó luego vnestu[dian]te bachiller e fizo la gratulatoria alabando, como alabó, los dichos grados e autos de

17 AUS/770, fols. 72r-73v.18 Archivo Histórico Nacional, Registro de actos y grados, provisiones y posesiones de cátedras, años1532-1544, sign. 397-F, fol. 156v. Podemos encontrar la asimilación semántica de la palabra quedesignaba al maestro gallo con la acción de burla propia del vejamen en los fols. 157r-v, 158v, 159r,165r... y solamente en doctoramientos en teología.19 AUS/775. fol. 15v-16r.

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magisterio arriba dichos, lo vno e lo otro todo en lengua latina, e fizieron su gratulatoria los msa

Espinar y León de Castro, ambos juntos, e cada vno dellos por sí, vno contra otro, fizieron susgallos [...]. E acabados los dichos gallos, el dicho ms fr. Luis de León, como menos antiguo, le cupode hazer e predicar vn sermón en latín, como lo predicó, según el estilo e costumbre del dicho estudio[...], e pagado[s] todos los derechos e propinas a cada vno de los dichos ms8 e dotores arribanombrados, conforme a las tasas arriba declaradas, e fizo el juram[en]to acostumbrado, se acabó econcluyó el dicho auto de los dichos dos magisterios en santa theología [...].20

Vemos aquí cómo era la ceremonia de un acto de doctoramiento en el siglo XVI. En principio,lo que más interesa, amén del hacer gallos unos contra otros, es ratificar que antes del gallo seofrecía la gratulatoria de la que ya hemos hablado, a veces con la denominación de gallina.

En el libro de claustros del año 1627 leemos que, una vez recibido el grado por parte de unaspirante y dado el osculum pacis, "... vn estudiante dice la gratulatoria. Luego los qua[tro]maestros más nuevos se gallean"21. Sírvanos lo dicho de colofón, comprobando cómo la palabraque, en un principio, se utilizaba para denominar a un maestro teólogo amplía su campo de acciónsignificando también la acepción que recogía Sánchez de la Ballesta: la acción de gallearse comosinónimo de intercambio de vejámenes.

2. Los gallos proceden de Francia

Tanto las afirmaciones como las negaciones han de tomarse con extrema cautela cuando secarece de datos suficientes que las justifiquen. Decimos esto por lo que V. de la Fuente afirma apropósito del país de origen de los gallos: "recuerda este nombre que aquella costumbre nos vino dela Universidad de París". Desconozco si el gran erudito poseía documentos que confirmaran suafirmación, o si ésta únicamente estaba basada en una similitud lingüística. Recuérdese que en ElCrotalón el gallo decía de sí mismo que "todos los gallos somos franceses, como el nombre nos lodize"22. Parece ser que la identificación gallo/galo es de inspiración erasmiana, y que aparece variasveces en los Coloquios23. Sorprende, sin embargo, que César Oudin no diga nada respecto a laprocedencia francesa de los gallos, y aún más extraña es su referencia a Salamanca, como si conella quisiese hacer ver que únicamente en la ciudad castellana se estilara esta costumbre, lo que noes cierto. De igual manera Gustave Reynier, historiador francés de la Universidad española,tampoco dice nada sobre ello. Menciona los gallos como una reacción a los honores recibidos porel graduando, pero no hace alusión alguna a su origen francés24. Sigo ignorando, lógicamente, sien Francia se han encontrado documentos que acrediten la existencia de este tipo de ceremonias.Recientemente consulté, aunque no de modo exhaustivo, los ficheros de manuscritos de laBiblioteca Nacional de París, sin lograr noticia alguna de la posible procedencia francesa de losactos gállicos. Lástima que de la Fuente no documentara su taxativa afirmación. Igualmenteafirmativo era Luis Vives cuando escribía a Erasmo diciéndole que frecuentemente se oían"sandeces" en los certámenes teológicos de la Universidad francesa25. Lo más seguro es que Viveshaga referencia a la vana locuacidad y al excesivo e inútil uso de las pugnas dialécticas que tanto

2° Ibíd.21 AUS/785, Registro de Grados, de Doctor cimientos. Magisterios y Licenciamie[n]tos en todas lasfacultades, desde el 17 de Mayo de 1627 en adelante, fol. 2v-3r.2 2 Ana Vian Herrero, Diálogo y forma narrativa en el "Crotalón"..., Madrid, Universidad Complutense,Servicio de Reprografía, 1982, vol. Il, p. 19.23 Ana Vian Herrero, ob. cit., vol. ni , p. 22, n. 24.2 4 Gustave Reynier, La vie universitaire dans l'ancienne Espagne, en Bibliothèque Espagnole, t. EU,Paris, Alphonse Picard et Fils, Toulouse, Edouard Privât, 1902, p. 84.2 5 Francisco López Estrada, Antología de epístolas..., Barcelona, Labor, 1961, p. 256.

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criticó de la Universidad de París26; pero es ahí, en esa atmósfera de disputa teológica, en la quehay que situar nuestra ceremonia burlesca. Quizá ayude para confirmar la tesis del origen francés lahistoria etimológica de la palabra "galimatías", palabra ésta de largo y dificultoso historialfilológico y que acaso signifique: 'conocimiento o ciencia de los gallos'.

La palabra en cuestión parece de origen francés27. Jargon de galimatias aparece desde el año1580, en Montaigne. El vocablo, pues, se documenta por primera vez en el siglo XVI {SátiraMenipea, Montaigne y, con especial frecuencia, Malherbe). En el siglo XVII el significado es muyimpreciso y en el XVIII adopta la significación popular. Para realizar la historia de la palabrahemos resumido dos reseñas del año 1923, una de Hans Enz y otra de Ernst Gamillscheg28.

1) En 1690 Furetière la hace derivar de "polymathie" ('mezcla de ciencias').2) P. D. Huet, obispo de Avranches (fl721), narra la anécdota de un confuso alegato en latín en el que elgallo de un tal Mathias tiene algún protagonismo.3) Otra anécdota etimológica: una oscura carta a un príncipe de Francia en la que sólo las palabras "gallisMathias" se podían leer.4) Otras etimologías fantásticas: la palabra deriva de ga- y limen ('gritarse') o de yóVr| ('gato') y ucc9(a('ciencia').5) Darmsteter (1875) recoge la tesis de Ménage (1694): "gallimatias" está emparentada con"galimaphree" ("galimâfrée", 'restos de carne tostados', 'comida sucia') y otras. Nelson cita un pasaje deT. Agrippa de Aubigné en el que se reprocha a una dama que trastoque todas las posibles figuras cultas enexpresiones arcaicas. En su boca "gallimatias" se convierte en "galimaphree". Según ErnstGamillscheg, este pasaje citado por Nelson tiene interés ya que muestra que, ya desde Ménage, laconfusión en la pronunciación de "gallimatias" con "galimâfrée" se funda en una evidente etimologíapopular.6) En 1906 Schuchardt deriva la palabra del vasco "Kalimatika" ('griterío confuso'), alteración del lat."grammatica", y del bearnés "galamne".7) Sainéan en 1907 la supone procedente de (la jerga de) Galimatié, un país de fantasía del pueblobeamés. Coraminas recomienda esta etimología por su "sencillez" y "naturalidad":

jargón de galimatías sería el lenguaje de un desconocido país lejano, incomprensible por lo tanto, yeste vocablo sería deformación del étnico del personaje evangélico José de Arimatea, en latín Josephab Arimathia, entendido como si fuese Barimatia, y luego alterado. Que tales alteraciones se hanproducido en el Sur de Francia nos lo documenta Mistral en su artículo Galimatié que él defîne "Paysd'Asie, pays imaginaire que le peuple a tiré du mot Arimathie"; agrega cita de una canción provenzaldonde se dice que Jousè vino de Galimatié para ayudar a Jesús en la marcha al Calvario, y la de unpoema beamés "deu tems deu rèi Grippus, de la Galimachiejacà qu'es un recouenh pèr darrè la Turquie[...]", galimatia recibió luego una -s por su semejanza con el nombre de persona Mathias.

A esta etimología aconsejada por Coraminas se adhirió L. Spitzer y el propio Schuchardt no la rechazódefinitivamente.8) También en 1907, Kôrting-Herleitung arguye la procedencia de KOXÓO y (ia8(a.9) Eitrem se remite a la obra de Alberto Magno Spéculum astronomicum, en la que se dice de diferenteslibros de nigromancia (como oposición al verdadero conocimiento): "non merentur dici scientiae sedgarrimantiae", palabra que es interpretada como una forma burlesca del latín "garriré" ('parlotear'). Pero"garrimantiae" aparece en manuscritos y en impresos de un modo diferente. Eitrem considera como formaprimitiva "paramantia" ('falsa manda'). En Alberto Magno, por lo tanto, tampoco se encuentra ningunaexplicación para "gallimatias".10) Meyer-Lübke sigue en un principio a Schuchardt para pasar posteriormente a Eitrem.

2 6 Juan Luis Vives, Contra los seudodialécticos, en Obras Completas, ed. de Lorenzo Riber, Madrid,Aguilar, 1948, vol. Il, pp. 308-311.2 7 Aunque alguno, como Walther von Wartburg, no desecha el origen español (FranzôsischesEtymologisches Wó'rterbuch, 1, Band. A-B, Bonn, Fritz Klopp Verlag G.m.b.H., 1928, p. 222).28 Agradezco la colaboración inestimable de don José Monreal Vidal, bibliotecario y traductor. Las dosreseñas en Zeitschrift fur Romanische Philologie, XLIII, 1923, respectivamente pp. 472-74 y 731-33.

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En este resumen de la crítica histórica de la palabra se ha dejado deliberadamente fuera la tesisde Axel Nelson29. La localización de su artículo nos fue imposible pero gracias a las reseñas deHans Enz y de Ernst Gamillscheg pudimos conocer indirectamente su aportación a la etimología dela palabra "galimatias". Gamillscheg, entre otras cosas, dice que Nelson

...sigue la corriente de investigación sociológica orientada como había sido empleada con éxito enlos últimos años, particularmente por Sainéan [...] y A. Thomas. Este medio lo encuentra Nelson enla Universidad parisina del siglo XVI; galli eran llamados los disputantes en la defensa de las tesis dedoctorado y se designaban estas mismas como quaestio gallinaria. Por lo tanto "gallimathia" es elconocimiento de un gallas, esto es, de un disputante. Era pues, originalmente, una efímera formaburlesca que tuvo suerte y que fue utilizada, por ejemplo, por Montaigne.

Gamillscheg sigue recogiendo del artículo de A. Nelson la conversión de la palabra culta enpopular y su empleo en Les aventures du Baron de Faeneste de T. Agrippa d'Aubigné (circa 1610),empleo que cuadra con su origen en la jerga estudiantil. Se termina la reseña con la cuestión decómo los litigantes llegan a tener la burlesca denominación de galli y la relación entre gallo, ergot('espolón de los gallos1) y ergoter ('disputar sobre bagatelas'). Por su parte Hans Enz dice queNelson considera

que gallimatias es una palabra del lenguaje estudiantil, un neologismo resultante de la unión de gallusy -mathia (fiaSía). Gallus significa aquí 'gallo de pelea', 'litigante', 'disputante'. Las disputas asíllamadas en las universidades europeas de la Edad Media florecieron particularmente en París, desdedonde se extendieron por Europa. A los disputantes de los doctores en teología se les llama galli('gallo de pelea') y a las tesis en disputa, quaestio gallinaria. A mediados del siglo XVI los estudiantesparisinos llamaban "gallimathia" a cualquier clase de sabiduría y de destreza en la formulación, talcomo es empleada por los disputantes (galli). El significado se restringe pronto. La etimologíapopular lo une a Mathias y produce gallimalhias...

Enz continúa reseñando del artículo de Nelson el empleo de la palabra que a lo largo del sigloXVI se hace de acuerdo con el origen estudiantil. Así lo encontramos, además del ya mencionadoLes aventures du Baron de Faeneste de Agrippa d'Aubigné, en:

- la paródica novela pastoril de Sorel, Le berger extravagant (1627). Sorel hace un comentario:el cómico Bruscambille es el primero en utilizar la palabra. Éste era el actor y autor teatralDeslauriers, que actuó a principios del siglo XVII. Entre sus obras impresas se encuentra Prologuestant sérieux que facétieux avec plusieurs galimatias;

- y en la novela alegórica de A. Furetière Histoire des derniers arrivez av royavme d'Eloquence(1658), donde disputan la reina Retórica y el príncipe Galimatías. Se discute con los métodosescolásticos de la disputa.

Resumamos: vemos que sustancialmente las palabras de Gamillscheg y de Enz son lasmismas, salvo la especificación de este último de que a los disputantes de los doctorados enteología se les llame galli. Como se ve, ya no es sólo la referencia de V. de la Fuente la que ha dellevarnos a un mayor y detenido repaso de los fondos manuscritos de las bibliotecas parisinas, sinola alusión de Nelson, me imagino que justificada, a la Universidad de París del siglo XVI.Desconozco si en la literatura francesa aparece algún tipo de referencia a los gallos de los maestrosteólogos, o si la hay en alguna otra literatura europea. Podemos estar ante una ceremonia burlescabastante extendida por la Universidad del viejo continente.

2 9 "Gallimatias", ett fors ïk tul ny tolkning, en Sirena philologica Upsaliensis. Festskrift tillàgnadprofessor Per Person, Upsala, 1922, pp. 289-308.

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CEREMONIAS BURLESCAS ESTUDIANTILES : GALLOS 151

Antes de finalizar con este asunto, otra curiosidad filológica: en gascón la palabra "gallus" y lapalabra "cattus" tenían que haber evolucionado de igual forma y haber dado "gat". Pero una deellas, "gallus", fue reemplazada por otros dos sustantivos: "aza" ('faisán1) y "bigey" ('vicario')30.

3. El escarnecimiento es la razón de ser del humor y las bromas empleadasen los "gallos"

La retórica clásica utilizó el humor como una forma más de captatio en beneficio de una causadefendida (Quintiliano, 6,3,1), por lo que era motivo de estudio y ejercicio. Cicerón, por ejemplo,diferenció dos tipos defacetiae, distinción que corrió larga suerte: \afabella, identificada con lacavillatio, en la que la burla se hallaba a lo largo de una narración, y el dictum, identificado con ladicacitas, o sea, con el chiste mordaz y el denuesto.

A su vez, la máxima horaciana ridente dicere verum triunfó en una Edad Media que dispuso ensus retóricas de todo un elenco de procedimientos humorísticos. Geofroi de Vinsauf, por ejemplo,en su Poetria Nova, mencionaba la res cómica, la res iocosa y el sermo iocosus31. Desde laAntigüedad la búsqueda de la risa fue considerada tanto como un recurso artístico justificado por lalicencia, como un vitium cometido por imprudencia y cuyo resultado era la no aceptación delpúblico, recibiendo, por tanto, alabanza en un caso y censura en otro. Algo similar sucedió con lahistoria de la sátira. Si simplificamos, podemos distinguir dos tipos de sátira: una supone lacondena de una colectividad por referencia a un ideal; este tipo de burla ofrece un mínimo deobjetividad y ha gozado, a lo largo de la historia, de cierta consideración social. Otra es aquella queconsiste en un ataque dirigido contra un individuo determinado y que obedece a motivosexclusivamente personales; suele ser la burla más violenta y, por lo general, la menos aceptada32.Bien es cierto, y demos gracias por ello, que de estos ataques está llena, desde sus inicios, lahistoria de la literatura universal. En España, a fines del siglo XIII, por poner un ejemplo enlengua vernácula (el Lucidario), se hacía referencia, entre otras, a la risa producida "por manera deescarnio que quiere fazer uno de otro"33. Y aunque el estamento eclesiástico dispuso por herencia deuna bien nutrida tradición humorística, el vejamen no era sino un tipo de invectiva personal, unescarnio sin fin ejemplificador, y por tanto, es lógico estimar que la Iglesia lo consideraracensurable34. Es conocido que la eutrapelia fue el fin último del humor durante buena parte delsiglo XVI y que todavía en el siglo XVII la consideración aristotélica, recogida por Pinciano ademásde otros, de que el deleite y la enseñanza moral tenían que ir a la par, tenía plena y total vigencia.Aun así, como dice López Estrada "en las escuelas clericales se reconoce la existencia de unaliteratura de condición jocosa que por su peculiaridad posee procedimientos que le son propios

3 0 W. von Wartburg, Einführung in Problemalik und Methodik der Sprachwissenschaft, Halle (Saale).1943, p. 128. Hay traducción española de D. Alonso y E. Lorenzo, Problemas y métodos de lalingüística, Madrid, CSIC, Instituto Miguel de Cervantes, 1951.31 En Edmond Faral, Les Arts Poétiques du douzième et du treizième siècle. Recherches et Documents surla Technique Littéraire du Moyen Age, Genève, Slatkine, Paris, Champion, 1982, p. 255, vv. 1885,1887 y 1910.32 Véase, entre otros, Ruth Cave Flowers, Voltaire's Stylistic Transformation of Rabelaisian SatiricalDevices, Washington, D.C., Catholic Univ. of Amer. Press, 1951; David Worcester, The Art of Satire,New York, 1960; G. Highet, The Anatomy of Satire, New York, Princeton, 1972.3 3 Los "Lucidarios" españoles, estudio y edición de Richard P. Kinkade, Madrid, Gredos, 1986, p. 256.34 Es difícil no considerarlo así ante frases como: "estando ya Christo ensillado y encabalgado para yr alpadre eterno" en "Actus gallicus ad magistrum Franciscum Sanctium, en el grado de Aguayo, per fratremIldephonsum de Mendoça Augustinum", ms. de la Biblioteca Colombina de Sevilla A-141-4, fol. 27r.

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dentro del amplio abanico de medios expositivos que despliega la retórica medieval"35. Por ello nosería disparatado rastrear la producción efímera, es decir, creada para uso personal o de intercambiocasi familiar, de aquellos clérigos que en sus sermones introducían elementos humorísticos. Nadanos extrañaría que en ellos encontrásemos, siguiendo una vía folclórica, el germen de un futurocuento o chascarrillo e incluso el punto de partida de una novela corta, producto, acaso, desucesivas amplificaciones. Tampoco sería un despropósito sopesar la posibilidad de que la propia"literatura clerical" fuera el origen de un lugar común burlesco de los siglos de oro: la parodia delmal predicador. Además, y esto es importante, no se debiera desatender que, al igual que se produceuna mezcla entre burlas y veras, se diera entre los predicadores un cruce entre narratividad yrepresentación, cosa evidente en los gallos de los que estamos hablando. De todas formas, claroestá, todo lo dicho son meras suposiciones en principio nada rigurosas. Pero sin duda "es verdadque se ha teorizado que hubo cierta ceremonia cenobítica denominada ridiculum celebrada entre losconventuales, y que lafabliella no hace más que traer vestigios de un origen eclesiástico"36. ¿Quizátenga esta ceremonia de la que nos habla Alan C. Soons alguna relación con el ridiculum al que serefería Quintiliano como medio de captatio en favor de la causa defendida?37 Pero volvamos a losgallos para formular una pregunta que nos es de rigor: se admite que la Iglesia no tuviera totalcapacidad para reprimir los desmanes burlescos producidos fuera de sus dominios, y de ello haysuficientes pruebas, no obstante ¿cómo es posible que permitiera e hiciera suya una ceremoniacomo los gallos, escarnecedora y chocarrerra donde las haya? Se alegará: en el Libro de buen amor,por buscar un caso, hay parodia religiosa. Esto es cierto, como cierta es la existencia de lahipérbole sacroprofana, la burla chusca de la sermonística, las composiciones folclóricas endetrimento de las monjas y un sin fin de ejemplos más, pero, y siguiendo con el caso elegido, ellibro del Arcipreste no deja de ser una manifestación goliardica individual en la que la burla sedifumina en lo intangible de la generalidad. Además, y esto es fundamental, es sabido que el Librode buen amor admite infinidad de matices y apreciaciones, aunque esto ya es entrar en otro tema.De lo que no cabe la menor duda es de que el ser humano siempre ha gustado de pergeñar paraleloscómicos a todo aquello que emanara gravedad: la mitología, los géneros literarios, la religiosidad,los estamentos y usos sociales, la ciencia..., todo aquello que despida cierto aire solemne puede seremulado paródicamente, puede dislocarse para su uso en la fiesta y el regocijo. Incluso laUniversidad y la actividad universitaria tampoco se librarán de este afán burlesco. Por el momento,lo que queremos hallar es la causa que explique por qué los teólogos tenían permiso y obligaciónde ridiculizar y de ser ridiculizados en las ceremonias de concesión del grado último. Pero no sóloel graduando recibía el oprobio, sino también los más preclaros maestrescuelas, doctores ypadrinos de la Universidad, vejamen que era dado sin ningún recato en la acusación y el insulto ybajo el manto de un espíritu burlón y festivo.

...al dios de la Rissa hizo Thesalia sacrificio antiguamente, un día cada año, en el qual se juntaua elpueblo esperando novedad con que, oluidados de los trabajos continuos, pudiesen alegrarse. Almismo dios haremos un sacrificio: la ara es este theatro, el cuchillo la lengua de los galleantes, lauíctima un cordero merino; por eso, pasciencia padre graduado y aduierta que todos cuatropretendemos su vellozino dorado, mal digo todos quatro, los circundantes dixera mejor...38

3 5 Francisco López Estrada, Manifestaciones festivas de la literatura medieval castellana, en VV.AA.Formas carnavalescas en el arte y la literatura, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1989, p. 76.3 6 Alan C. Soons, Haz y envés del cuento risible en el Siglo de Oro, Londres, Tamesis Book, 1976,p . 19 .37 Véase Heinrich Lausberg, Manvat de Retórica Literaria, Madrid, Gredos, 1975, vol. I, p. 230.38 "Gallos en el grado del padre m°-fr. Francisco Merino", ms. BNM. 9572, fol. 50r.

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Y se puede recurrir, como explicación, a un carácter secularmente jocoso del estudiante, a unacomprensible explosión de desahogo, a una especie de inversión de jerarquías, tan común, por otraparte, en las fiestas populares; pero todo esto es insuficiente y de ningún modo explica lainclusión del gallo como un elemento más de una ceremonia que se acababa convirtiendo en unafiesta para la ciudad en que se celebraba, y, sobre todo, nada nos aclara de la razón por la que losteólogos tenían tan asumida la obligación de maltratarse, la costumbre de darse vejamen unos aotros.

En las Constituciones y Estatutos de régimen interno era frecuente que se recogiera laprohibición de burlas e insultos; a modo de ejemplo, elegimos, de entre varias, las del Colegio deSanta María del año 1552:

Y en co[n]clusió[n] ni en otra parte alguna no se diga[n] los vnos a los otros burla[n]do ni de veraspalabras feas, ni de mala cria[n]ça como lo prohibe la Co[n]stitució[n] treynta y seys, so pena de dosreales por cada palabra fea q[ue] la primera vez vno a otro se dixere, y por la segu[n]da la penadoblada, y el que más en esto delinquiere sea castigado a arbitru[m] Rectoris et Co[n]siliarionis,como la dicta Constitución lo dispone.39

El catedrático de cánones Martín de Azpilcueta, en su Manual de confesores y penitentes,elaboró todo un repertorio de pecados entre los que se hallan los que cometen aquellos predicadoresque en sus pulpitos abusan de las gracias o de las fábulas, los mortales y veniales en que incurrreel estudiante y los innumerables en que caen maestros y doctores40. Pero antes Martín deAzpilcueta había tratado por extenso el tema del escarnio y la burla. Veamos algunos momentos:

escarnio o dérision es co[n] que se auergüenca, turba y coTre otro, si se haze menospreciar conpalabras, gestos o hechos, y difiere de los otros pecados de palabra, porque su ñn es turbar yauergonçar, según S. Thomas recebido.41

... el escarnio de Dios, y sus cosas, es grauíssimo según el mesmo; pero esto ya es blasfemia y,empós del, el de los padres, y después el de los buenos y justos, como lo declaró bie[n] S. Th. Parecetambién mortal quando se haze para, grave y notableme[n]te, auergonçar, o correr, o confundir aotro, o quando se sigue tan notable turbación, aduertiendo, o deuiendo aduertir, q[ue] se seguiría tal desu sobrada burla y escarnio [...] en que muchas vezes caen los cortesanos, que sin duelo algunota[n]to más burlan de vno qua[n]to más se corre dello. Aunque burlar de algún mal pequeño de otropara lo auergonçar algo, a las vezes, es virtud de Eutrapelia, y otras venial.42

Vemos cómo Martín de Azpilcueta recoge la tradición, proveniente del Cortesano, de que elhombre bien educado, buen cortesano, ha de saber utilizar los motes y las burlas comoinstrumentos de pasatiempo y recreación. En su Galateo español, Gracián Dantisco, como otrosmuchos, herederos todos ellos de Castiglione, en su capítulo dedicado a la enseñanza del motejar,define esta actividad como "tomar passatiempo del defecto y error de aquel a quien deve amar yhazer estima"43. No es de extrañar que Gracián Dantisco utilice dos ejemplos de motes sacados dedos vejámenes universitarios. Más adelante trata de aquellos que toman los motes por injurias,asunto este muy debatido en la época. Éste es el caso de un desconocido poeta que se lamentaba

« Ms. BNM. 850, fol. 23r.40 Martín de Azpilcueta, Manvual de confessores y penitentes, qve clara y brevemente contiene lavniversal y particvlar decisión de qvasi todas las dvdas que en las confessiones suelen ocurrir....Salamanca, Andrea de Portonariis, impresor de la S. C. Magestad, 1556, respectivamente, cap. 25,n° 142, pp. 597, 548-49 y n° 59, p. 551.« Ibíd., cap. 18, n° 14, p. 313.4 2 Ibíd., cap. 18, n° 15, pp. 314-315.43 Lucas Gracián Dantisco, Galateo español, ed. de Margherita MoiTeale, Madrid, CSIC, ClásicosHispánicos, 1986, p. 147.

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agriamente del vejamen que había sufrido en una academia, la intitulada Academia que se dio enSevilla en 1667, presidida por Christóbal Báñez de Salcedo44. Nuesto poeta, corrido por la burla,denigra la habilidad de Femando de la Torre Farfán, auténtico profesional del vejamen:

... son estas belleidades indignas de D. Fern[an]do, ni dicen con el estado y profession de vncauallero sacerdote, discreto y de no pocas canas; fueran reprehensibles en los muchachos locos,bien pueden ia estos esparcirse, murmuren a rienda suelta de quién y cómo quisieren, q[ue], con decirq[ue] es vexamen, es buena moneda, q[ue] Don Fern[an]do la labra con licencia, y se recibe muy bien.Necio será quien se enojare, ni sabe lo que son Gallos y Escuelas, donde pasan por donaires estasburlas. Pero io no creo q[ue] vsarlas, q[ue] tanto escuecen, lo ai a topado lícito en algún autor de losclásicos-, sería en algún moral, según lo mucho q[ue] mancha la fruta que del sacó.45

Pero nos hemos apartado del tema. Nos habíamos quedado preguntándonos la razón por la quelos teólogos hacían suyo el hábito del vejamen, la obligación de gallearse unos a otros. Undesconocido fray Ildefonso de Mendoza se preguntaba, antes de dar inicio a un gallo, por quéúnicamente los teólogos tenían que padecer obligatoriamente los gallos. El documento, citado yacomo existente en la Biblioteca Colombina, tiene su importancia por dos razones muy sencillas:una, porque demuestra que ya en aquella época se hacía la misma pregunta que ahora nos hacemosnosotros, y otra, porque, al menos, ofrece dos posibles respuestas. En primer lugar, se proponecorno causa una interpretación de un pasaje de la Biblia, y en segundo se apunta una suerte deparada o descanso necesario en una muy larga y fastidiosa ceremonia: la concesión del grado46. Elgallo alterna, como sucede a veces, el latín y el castellano. La reflexión de fray Ildefonso, escritaen latín, sirve de introducción al gallo propiamente dicho. Es habitual que estos vejámenes seinicien con un breve exordio que funciona a modo de captatio benevolentiae burlesca. Es fácilimaginar que este tipo de introducción humorística predispusiera favorablemente a todos aquellosque aguardaban con expectación la trasgresión del orden y la ocasión en que la burla se hacíamanifiesta y pública.

Por el contrario, como ya hemos dejado dicho, el gallo de fray Ildefonso de Mendoza se iniciacon una reflexión sobre la naturaleza del vejamen. Parece que con ella se intentara dar unajustificación de su existencia, evitando así la brusquedad de un inicio demasiado radical y, además,procurando no predisponer totalmente en contra a aquellos que se iban a ver reflejados en la burla.Aunque el texto sea tal vez demasiado largo, dado su interés, lo ofrezco íntegramente:

A menudo, y desde hace mucho tiempo, cierta cuestión me tiene suspenso, a saber: por qué en estasreuniones en las que un nuevo doctor, entre tantos candidatos, va a ser admitido en nuestragrandísima orden y cofradía, reuniones en las que nuestra academia se desborda de alegría, únicamentelos teólogos celebran "actos gállicos", únicamente ellos se convierten en fábula y en motivo de risay, en definitiva, por qué únicamente ellos, con no poca jactancia de su autoridad, obligan a sufrir unespectáculo totalmente indigno que en verdad ni Pasquino ni Marfodio se dignarían llevar a cabo. Porsupuesto, los peritos de ambos derechos, cuya disciplina versa totalmente en los litigios en que sepresentan y se enredan, se hieren mutuamente; y se laceran los médicos, cuyo afán es esteúnicamente, de la misina manera que el fuego, el hierro, el hambre, la sal y otros tormentos similareshieren y laceran al género humano; tanto en un caso como en otro esto también es suficiente comomotivo de burla y escarnio. Por el contrario, los teólogos, el linaje realmente santo de los

4 4 José Sánchez, Academias literarias del Siglo de Oro español, Madrid, Gredos, 1961, pp. 213-215.4 5 Mvseo en que se describen différentes poemas, que compuso el D. D. Duarte Nuñes de Acosta, médicode la familia de su A. el S¡eñ]or D. Juan de Austria, y que lofue después de Cámara de los ex[celent(si]mosseñores duques de Medina Celi y Alcalá. Púsolo en esta orden el D. D. Diego Thenorio de León, hijo delautor, 1689, ms. BNM. 3891, pp. 352-353. Puede verse otra alusión a los gallos realizada en unaAcademia en Antonio Balvás, El poeta castellano, Valladolid, Juan de la Rueda, 1627, p. 17.4 6 Ya apuntado por Cividanes y otros.

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sacerdotes, que por el estado elegido profesan la instrucción que tiene por objeto lo sagrado, cuyosestudios se dirigen hacia lo divino y lo santo, en estas fiestas los abandonan absolutamente ymezclan, con "severidad catoniana", las bromas y las veras. Así pues, reflexionando, me viene a lamente aquella vigorosa Tazón por la que nuestros antepasados impusieron esta fatiga a los teólogosya que pensaban que a ellos les había sido dicho por Dios: "vosotros sois la sal de la tierra"; y el finde la sal en todo país y lugar que se encuentre debe ser sazonar y salar todo lo que halle fastidioso,insípido y molesto, y como para los aquí presentes los actos son ya tan fastidiosos, tan largos yenojosos, los teólogos debieron condimentar el acto con la sal de alguna tentadora alegría, conalgunas facecias y dichos mordaces.47

La alusión a la sal hace referencia al símbolo bíblico de la buena sazón en que está una cosa, ycon que se hace grata y placentera a los demás. De aquí se explica el poner sal en las víctimas quese ofrecían a Dios:

Todo lo que ofreciereis en sacrificio, lo has de sazonar con sal, ni faltará la sal de la alianza con Dios.En todas tus ofrendas ofrecerás sal. (Levítico, II, 13)Porque la sal con que todos ellos, víctimas de la divina justicia, serán salados, es el fuego; así comotodas las víctimas deben, según la ley, ser de sal rociadas. (San Marcos, IX, 48)

También simboliza el pacto de sal, es decir, pacto perpetuo, entre Dios e Israel (II,Paralipómenos XIII, 5). Además, en la Vulgata, se usaba la palabra insulsi contrapuesta a saisipara denotar a las personas de poca sabiduría. Con lo cual tenemos que la Biblia, la mayor fuentede autoridad para un teólogo, se convierte en justificación de la existencia de los gallos. Todo ellopuede interpretarse amalgamando diversos sentidos:

- identificación de la sal bíblica con la gracia, con la chispa, con el humor en definitiva;- el graduando que va a "sufrir" el gallo es considerado como una víctima, y como tal debe ser

sazonado y rociado con la sal de sus compañeros;- el que recibe el grado sella un contrato duradero con un linaje santo: el de los teólogos, al

igual que hiciera Dios con el pueblo de Israel;- el maestro en teología llega a poseer el mayor saber al alcance del ser humano: la palabra

divina; por ello los teólogos se oponen a lo insipidum, a lo insulso, con las sales ofrecidas en elsacrificio del graduando.

Ésta puede ser perfectamente una posible solución a nuestras preguntas. De igual manera esprobable que en su origen fueran éstas, en efecto, las razones de la existencia de los gallos y que,paulatinamente, se incrementara la virulencia de las "sales" hasta llegar a aquella situación deinsoportable burla a la que hacía referencia V. de la Fuente48. También hay que sopesar que esta seasolamente una opinión personal de alguien que en algún momento se preguntaba por la razón deser de la ceremonia burlesca. Aun así, parece que la locución sal terrae era con frecuencia utilizadaen este tipo de actos. En los Gallos en el grado del padre Maestro Fray Francisco Merino, la madreNaturaleza y la diosa Fortuna se enemistan provocando con su separación que los nacientessucesivos, todos personalidades de la vida académica de aquel entonces, fueran un cúmulo dedefectos y desequilibrios. Pues bien, hay un momento en dicho gallo en que encontramos tambiénla mencionada expresión sal de la tierra:

Fortuna por vengarse de Naturaleza y hazerle pesar, el subiecto que ella auía criado para la milicia, sele crió para la uniuersidad de Salam[an]ca, para que en estas eras del mundo fuese luz sobre elcandelero, ciudad sobre el monte y sal de la tierra.49

47 "Actus gallicus ad magistrum Franciscum Sanctium...", ms. citado, fol. 23r-v; lo traduzco del latín.4« Ob. cit., pp. 520-521.4» Ms. BNM. 9572, fol. 51v.

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Por otro lado es necesario recordar que el vejamen, antes de que las academias lo popularizaranen el siglo XVII, llegó a convertirse en una práctica relativamente común entre el estamentoeclesiástico. Santa Teresa de Jesús, por ejemplo, por mandado del obispo de Ávila, don Alvaro deMendoza, llegó a escribir un vejamen50. Durante algún tiempo hubo gente que conjeturó laposibilidad de que la santa, no necesariamente en vida, recibiera por parte de la Universidad el gradode doctor. Desconocemos que así fuera, pero sí sabemos que recibió algún que otro vejamen comoel que se le hiciera por su beatificación en la ciudad de Zaragoza51. Que el vejamen fuera prácticacomún entre religiosos lo demuestra el hecho de que algunos fueran incluso elevados a lo divino,como es el caso del vejamen que Alonso de Ledesma dedicó a San Pablo52. Pero los gallos, quequede claro, no elevaban nada a lo divino, sino más bien todo lo contrario: convertían en terrenaluna ceremonia docta y grave, la revolucionaban mediante la transgresión que suponía el escarnio yel insulto, pero, y no se olvide, en un contexto de juego aceptado y regocijador:

no te quiero maestro ni doctor, sino gallo y protogalio, así pues, un varón no sapientísimo sinodivertidísimo y graciosísimo, todo ingenioso, y festivo, y saleroso, teniendo gracia y encanto en elhablar para deleite de nuestra academia.53

4. Ensartado de varias cuestiones

1) Inicio y fin de los "gallos"La delimitación cronológica de una realidad puede ayudar a explicar circunstancias de su

desarrollo y existencia. Ahora bien, concretar fechas históricas no ha de ser el fin último de unainvestigación que pretenda conocer el mayor número posible de aspectos de la realidad estudiada. Sillegásemos a saber, claro está, con un razonable margen de error, la fecha en que en lasuniversidades españolas se hace habitual la ceremonia burlesca del gallo ¿sabríamos con mayorcerteza las razones de su origen, el grado de su aceptación por parte de la sociedad universitaria olos motivos del nombre elegido? No. Para ello habría que encontrar, para una primera época,aquellos documentos que "oficializaran" esa concesión a la burla, habría que revisar simbología yjeroglífica cristiana e, incluso, habría que solucionar posibles relaciones con herencias demasiadoremotas, porque ¿qué relación mantienen nuestros gallos con los sacerdotes de la diosa Cibelesllamados así igualmente? Y como nos movemos en el terreno de la especulación, probablemente,los gallos no fueran conocidos en España hasta finales del siglo XV, y una de las posibles razonesde que así fuera es que en Salamanca, universidad bastante influida por la de París, no huboestudios de teología hasta ese siglo54. Y, por otra parte, si no encontrásemos ningún vejamen

s o "Al ilustríssimo señor Don Alvaro de Mendoza, obispo de Ávila. Es la que llaman del vexamen", enCartas de Santa Teresa de Jesús, con notas de Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Osma, del Consejo desu Magestad, Madrid, Imprenta del Mercurio, 1752, pp. 28-36, carta V.51 "Vexamen que hizo un Religioso Cartuxo a la Santa Teresa de Iesús", en Retrato de las fiestas ave a labeatificación de la bienaventurada virgen y Madre Santa Teresa de Iesús... hizo... la Imperial Ciudad deZaragoça... Por Lvys Diez de Aux. Año 1615. Con licencia en Zaragoza. Por Juan de la Naja y Quartanet,pp. 13-15.5 2 "A San Pablo, en vejamen. Vejador, Fe, Caridad, Religión y Constancia (Las cuatro damas que están alas ventanas oyendo dar el vejamen)". Conceptos espirituales, en Romancero y cancionero sagrados, ed.de Justo Sancha. BAE, 35, Madrid, Rivadeneyra, 1872, pp. 234-236.5 3 "Actus gallicus ad magistrum Franciscum Sanctium...", ms. citado, fol. 24v; lo traduzco del latín.5 4 Véase Adolfo Bonilla y San Martín, La vida corporativa de los estudiantes españoles en sus relacionescon la historia de las Universidades. Discurso leído en la solemne inauguración del curso académico de1914 a 1915. Madrid, Imprenta Colonial, 1914, p. 27, n. 1. Respecto a Alcalá de Henares, es Cisneros

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anterior a nuestros primeros gallos, podríamos empezar a conjeturar que, al igual que sucede conotra mucha "literatura", la costumbre de vejar al doctorando tuviera un origen eclesiástico.

Respecto a la fecha de su desaparición, podemos ser más exactos, aunque no hemos encontradodocumentos oficiales que recojan su prohibición. Ya hemos visto cómo Vicente de la Fuente,doctor en teología, se refería a los gallos describiendo su experiencia personal. Volvemos a recordaresto porque en el "Vejamen dado por Santa Teresa a varios escritos sobre un punto de mística, pormandado del obispo de Ávila, don Alvaro de Mendoza", editado por de la Fuente, éste incluye lasiguiente nota:

Dábase el nombre de Vejamen a la censura o calificación, a veces burlesca, de los méritos o escritosde vina persona. En la Universidad de Alcalá formaba parte de los actos académicos para la investidurade Doctor en Teología. El objeto era, según se decía, acostumbrar al graduando a llevar con igualánimo los honras y las afrentas, sin engreírse con sus honras, a la manera que los romanos ponían allado del triunfador un esclavo que le insultara. En los colegios se solía dar vejamen a los nuevoscolegiales, sujetándoles a farsas, a veces harto indecentes, y que hubieran de prohibir los Visitadoresregios.S5En la Universidad de Alcalá duraron hasta fines del año de 1834, y tuve ocasión de asistir a varios deellos. Los estudiantes y la gente de buen humor concurría a los vejámenes con avidez. El Claustropleno asistía de ceremonia y con insignias doctorales. Dos estudiantes, sentados al lado deldoctorando, recitaban composiciones en verso castellano, el uno echándole en cara todos susdefectos físicos, morales e intelectuales, y el otro elogiándole hiperbólicamente. El padrino resumíael debate en composición latina, en que dirigía al graduando consejos oportunos.56

Dada la aceptación de los gallos, que de no haber sido vedados a buen seguro hubieran llegadohasta nuestros días, es razonable sospechar que su prohibición (¿a fines de 1834?) provocarareacciones de protesta por parte del estudiantado, aún más acostumbrado como estaba a algaradas yrevueltas casi por naturaleza. Bástenos de botón de muestra que en febrero de 1644 hubo enSalamanca toda una asonada estudiantil motivada "por haber ido un juez a la Cnancillería deValladolid a instruir algunos procesos para corregir demasías estudiantiles"57.

2) Consideraciones históricas acerca de los "gallos" incluidos por Gaspar Lucas Hidalgo en sus"Diálogos de apacible entretenimiento"

Son estos gallos, al menos que yo conozca, los únicamente impresos en la época. Quiere estodecir que Lucas Hidalgo los consideraba de contenido suficientemente satírico para incluirlos en susDiálogos, recopilación, a modo de miscelánea, de motes, burlas y facecias. En el mismo epígrafede los gallos se especifica que se dieron en presencia de los reyes. La visita de los monarcas aSalamanca, y su paso por la Universidad, aparece atestiguada en documentos de la época. El 17 dejunio de 1600 el licenciado Covarrubias, vicecanciller de Aragón, escribe una carta al duque deLerma pidiendo que Felipe III, como hicieran su padre y abuelo, visite Salamanca, su Universidady el Colegio Mayor de San Salvador de Oviedo58. Diez días más tarde, el Duque contesta alVicecanciller:

quien establece la teología en su Universidad: véase José Luis Peset y Elena Hernández Sandoica,Estudiantes de Alcalá, Madrid, Imprenta Provincial, Alcalá Ensayo, 1983, p. 67.55 Se refiere de la Fuente al obispillo, ceremonia burlesca a la que en breve dedicaré un estudio.5 6 Escritos de Santa Teresa, BAE, 53,1 .1 , Madrid, Rivadeneyra, 1877, p. 525, n. 5.57 Véase, entte otros, Rafael María Homedo, Desaplicaciones y desórdenes estudiantiles en elseiscientos español, en Razón y Fe, 159, n° 733, 1959, pp. 131-144 ; J. L. Peset y E. HernándezSandoica, ob. cit., en especial, pp. 63-72; Julio Monreal, ob. cit., p. 265; M. Rubio y Borras, Motinesy algaradas de estudiantes en las Universiddes de Barcelona y Cernerá, Barcelona, 1914.5 8 Ms. BNM. 940, fols. 109v-110r.

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Sus magesrades visitaron el Colegio de Oviedo, y en los colegiales de él halló su Mag[esta]d vnagran representación de letras y virtud, aprobada con las informaciones que su M. ha mandado hacerpara lo interior de su ánimo de las cosas de esta Vniversidad, y hasta las paredes mostraban lareligión, con que allí viuieron los passados, y viuen agora; y en mí hecharon de ver todos ladiferencia a los demás Colegios; y allí se halló a D. Pedro Franqueza, que no nos dexó olvidar queV.S. es el principal Protector de aquel Colegio; y procurase que a sus Colegiales les oyga, suplicandoa s. M. haga merced a algunos con la más brevedad posible. Dios g[uar]de a V.S., en Salamanca a 27de junio de 1600.Por quedar sangrado no digo más a V.S. de quánto me holgué de ver su Colegio, y de lo mucho y bienque allí regalaron a su Magestad, y yo les he servido en lo que he podido. El Duque.59

Tres días más tarde los reyes visitaban la Universidad y asistían al grado del padre Cornejo.Fabricio, uno de los interlocutores de los Diálogos de Lucas Hidalgo, durante la lectura del gallova explicando aspectos de su desarrollo, y en uno de esos momentos aclaratorios, dice:

Hízolos y refiriólos vn Maestro de aq[ue]lla Vniuersidad, en el grado de vn Maestro Carmelita, enq[ue] se hallaron presentes sus Magestades del Rey don Filipe III y la Reyna doña Margarita, sumujer, con mucha parte de los grandes y señores de título de España, ju[n]to co[n] todos losCatedráticos y Maestros de las escuelas, y grande auditorio de ge[n]te docta y curiosa; y assí va elgalleante hablando con los Reyes en todo el discurso de los gallos.60

Y si seguimos leyendo los gallos llegamos a conocer que el aspirante al grado era el conocidocarmelita Pedro Cornejo de la Pedrosa61. Hace ya bastante tiempo anuncié que volvería a tratar lasupuesta inautenticidad histórica del gallo en cuestión. Éste es el momento. García Boiza fue, enun artículo publicado en 1921, el que sospechó de su fundamento histórico. Sus palabras son lasque siguen:

... según el Libro de Doctor armenios, magisterios y licénciamientos desde el año de 1595 enadelante, en que aparece descrita minuciosamente la colación del grado de Maestro en Teología delP. Cornejo en presencia de los Reyes, se dice que por haber comenzado tarde se acabó el dicho acto,suprimiéndose por lo tanto la gratulatoria, gallos y sermón, en tales casos acostumbrados.Y como precisamente los gallos o vejamen se hacían después de la gratulatoria, es muy presumibleque los gallos descritos por Lucas Hidalgo no tengan fundamento histórico. Como tampoco es ciertolo que el propio Hidalgo dice que los gallos eran cosa usada únicamente en los grados de Maestro deTeología ya que se hacía vejamen en otras facultades.62

Ya se ha visto ampliamente lo relativo a la exclusividad teológica. Respecto al gallo delP. Cornejo, todo lo recogido por García Boiza del Libro de actas del año 1595 y siguientes escompletamente cierto: el acto se verificó el viernes 30 de junio de 1600, a las diez de la mañana.Se celebró en el teatro de la Catedral, en la nave que va del órgano grande de la iglesia en adelante,a causa de la presencia de los reyes. El teatro estaba entoldado con lujosas tapicerías y con el "doselrico de la Vniuersid[ad]". Estaban presentes muchos y grandes señores de la Iglesia y de laUniversidad, todos ellos con sus cabezas cubiertas porque así fue mandado por el rey63. Este hecholo confirma un cuadro no conservado que se encontraba en un salón claustral, antigua cátedra. Elcuadro en cuestión lo reprodujo Enrique Sánchez Reyes, según él procedente de un Album de la

59 Ms. BNM. 940, fol. l lOr.6 0 Gaspar Lucas Hidalgo, ob. cit., fol. 10r.« Ibíd., fol. 15r.6 2 García Boiza, art. cit., pp. 344-345.6 3 Para todo lo relacionado con el licénciamiento y doctoramiento de fray Pedro Cornejo, véase Libro deactas de licénciamientos y doctoramientos, 1595-1604, AUS/782, fols. 134r-139r; para el magisterioen concreto, fols. 136v-139r; y para todo lo que dice García Boiza, fol. 138v.

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Biblioteca Universitaria de Salamanca, en La lección humana de la Universidad de Salamanca.Leyendas. Enigmas. Retratos6*. También incluye el texto que se incorporaba:

Los Católicos Reyes Felipe III y Margarita.Admirando en otro tiempo Felipe los altos honores de esta Escuela, se dijo: "¿Qué otra cosa mejorpodría ya engrandecerla?"Que los venerables maestros se sienten ante sus Reyes y en el mismo momento puedan cubrirse lacabeza. Así les otorgaste una magestad casi igual a la tuya.¡Oh ingenio sublime de tan bondadoso Príncipe!

A continuación Sánchez Reyes comenta del cuadro lo siguiente: "Al fondo de la estampa se vea un maestro sentado en su cátedra y cubierto ante los reyes. Esto de cubrirse los doctores ante susreyes parece que fue privilegio o costumbre antigua que Felipe III confirma al visitar laUniversidad salmantina"65. Esta concesión real que, por lo visto, ha gozado de larga tradición,aparece recogida en el Libro de actas mencionado. También se recoge que la ceremonia del grado seinició tarde, razón, y en ello insiste García Boiza, por la que se suspendió antes de lo habitual:

Los quales todos estando en el dicho theatro sentados en sus escabeles con sus insignias doctorales ymagistrales, cubiertas sus cabezas porque así les fue mandado por su Magestad, estando presente eldicho Padre fray Pedro Cornejo en pie frontero de las gradas del teatro do estauan sentados susMagestades, con su oración en latín pidió y suplicó al dicho señor Cancellario cediese y concedieseel grado de maestro en santa theología. Y el qual pedimiento hiço hauiendo precedido las premisas deargumentos y requisitos y los demás autos que en semejantes actos se suelen y acostumbran a hacer,el dicho señor Cancellario con otra oración y arenga que hiço a sus Magestades y después algraduando, vsando de la autoridad apostólica de que en esta parte deuía y podía usar, cedió y concedióel dicho grado de maestro en la dicha facultad de theología, y cometió el dar las insignias magistralesal dicho Padre maestro Padrino y el qual se las dio como es vso y costumbre, y le lleuó por los dichosestrados a dar los abrazaos a todos los dichos doctores y maestros. Y por hauer comenzado muy tarde,se fue acortando mucho deste acto y, porque salieron muy tarde de lo susodicho, se acabó el dichoacto...66

Y, ratificando una vez más las palabras de García Boiza, los gallos se hacían después de lagratulatoria. Los pasos previos eran el reparto de guantes y la entrega, por parte del padrino, deinsignias, anillo, libro, bonete y borla; una vez hecho esto, el padrino sentaba al graduando en susilla y se iniciaban los abrazos; y tras esto, entraba "la gratulatoria con vna question, y luego losgallos"61. Después, el maestro nuevo, junto al rector y maestrescuela, predicaba en latín unsermón. En el grado del padre Cornejo, como ya vimos, tras los abrazos a todos los doctores ymaestros, "por hauer comenzado muy tarde de lo susodicho, se acabó el dicho acto". Todo esto es,por consiguiente, lo que lleva a García Boiza a presumir "que los gallos descritos por LucasHidalgo no tengan fundamento histórico". Ahora bien, si hasta aquí damos a entender que ningunaobjeción se pude hacer a la duda expuesta, cabe entonces preguntarse por las razones que llevaron aLucas Hidalgo a ofrecer los gallos como sucedidos en la realidad, aún más si tenemos en cuentaque en los Diálogos su autor deja poco margen a la invención personal, y que fueron escritos,primordialmente, mediante la recopilación de materiales de muy diferentes procedencias.

Tras lo dicho, conviene hacer dos consideraciones:

6 4 Salamanca, ed. del Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1965, p. 100.« Ibíd., p. 101.66 AUS/782, fol. I39r.67 "Grado en Magisterio en Sancta Teología del padre f. Pedro", AUS/781, Libro de actas 1588-1595, fol.236v.

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- que el propio Lucas Hidalgo escribiera los gallos o intentara darles la categoría de realesmediante su relación con el grado del padre Cornejo, posibilidad ésta bastante improbable;

- que los gallos existieran primero como texto elaborado para que en su día fueran aplicados;esta posibilidad justifica los manuscritos hallados y prueba que la ceremonia burlesca no eraimprovisada.

Si sopesamos esta última posibilidad, habría que buscar la causa por la que los gallos para elpadre Cornejo no fueron llevados a cabo en su momento. Lo primero que se podría pensar es que lapresencia de los reyes supusiera su eliminación del grado. Sin embargo, hay indicios parasospechar que con relativa frecuencia los reyes presenciaban este tipo de ceremonias. Juan deArguijo, en sus Cuentos, relata cómo en un vejamen dado en las escuelas de Alcalá de Henares,presentes el rey y toda la corte, un doctor, tras tocar a unos y a otros, se dirigió al príncipe,también asistente68.

Otro argumento posible, quizá el más sencillo y razonable, y por el que nos inclinamos, es queen efecto el tiempo, por causa probablemente de los estrictos horarios estipulados para el viaje delos reyes, fuera el motivo que explique que el padre Cornejo no recibiera los gallos. Es de entenderque la visita real alterara lo suyo el ritmo cotidiano de la vida universitaria. Así, sabemos que desdeel martes 20 de junio, se suspendieron en Salamanca las lecciones "a causa q[ue] se andauanadereçando y enluciendo las escuelas para la venida y entrada de su mag[esta]d el Rey Don Felipetercero N[uest]ro señor, y estauan las escuelas cerradas para el dicho efecto"69.

En principio todo estaba organizado para que los reyes asistieran al grado. Desde el día 21 dejunio, miércoles, en ocho días, se establecía la fecha del paseo. Y la fecha del grado se fijaba eljueves 29, es decir, veinticuatro horas antes del día en que se realizó70. Luego, hubo todo un díaperdido que desbarataría, en buena lógica, los horarios prefijados, aparte de que, de antemano, sedecidiera hacer más breve la ceremonia del magisterio:

Ytem, se cometió la gratulatoria y argumentos y el cercenar e acortar el acto de magisterio por ser,como es, muy largo. Los señores maestrescuela y mfi fr. B[artolo]mé Sánchez, padrino deste acto, elos demás señores con quien el dicho señor magistrando lo quisiere tratar, que den el orden e modoq[ue] mejor sea pa[ra] q[ue] el acto sea más breve.7'

Es muy posible que el notario que redactó las actas se refiriera con el término "argumentos" alos acostumbrados gallos12. De todas maneras, el vejamen figuraba como uno de los requisitoscaracterísticos del acto. Todo estaba, en definitiva, organizado con anterioridad: las tasas, los"veedores" y repartidores de guantes, las propinas, el adorno del teatro y el nombramiento de loscomisarios de comidas y colaciones y de los del vejamen:

Ytem, se acordó q[ue] aya bejamista el miércoles en la tarde como es vso y costumbre, y para ver elbejamen antes que se haga se cometió a los señores Doctor Gabriel Henrríquez y maestro fray Ju[an]Márquez.73

Ahora bien, esta especie de tribunal censor, sólo del vejamen, no debe llevarnos a error. En losmagisterios de teología, como ya quedó dicho, había tanto vejamen como gallos; aquél era dadopor una sola persona y éstos, como veremos en seguida, eran ejecutados por cuatro personas.

6 8 Cuentos, ed. de Beatriz Chenot y Maxime Chevalier, Sevilla, Diputación, 1979, p. 74, cuento 136b.6 'AUS/782, fol. 136v.7 0 "y luego el juebes siguiente el día del grado", AUS/782, fol. 137v.7 1 AUS/782, fol. 138r.72 AUS/782, fol. 137v.73 AUS/782, fol. 2r.

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Además, ya sabemos que los gallos venían detrás de la oración laudatoria, que con frecuencia losnotarios los denominaban con el término genérico de "argumentos" o equiparaban ambos términos.Sea como sea, hemos de esperar hasta el 17 de diciembre de 1601 para hallar, en el magisterio defray Andrés de Espinosa, tras la gratulatoria, los consabidos y teológicos gallos1*.

3) La gratulatoria o "gallina" y el número de "galleantes"Hemos ido viendo, a lo largo de este trabajo, cómo al gallo le precedía una oración laudatoria

denominada gallina. Y era tan hiperbólico el elogio, tan retumbante, como decía de la Fuente, quees razonable imaginar que favorecería la atmósfera humorística necesaria para el desarrollo delgallo. Asimismo, hacer la gallina era tarea de un amigo del magistrando, por lo que la broma iríatomando cuerpo desde ese mismo instante.

Otra breve cuestión: Bonilla y San Martín piensa que la frase "no habiendo llegado a párrafogallinato", de la "Respuesta del Capitán Salazar a la Carta del Bachiller de Arcadia", seudónimo deDiego Hurtado de Mendoza, es un juego del autor con el vocablo en su acepción universitaria, y elconsabido galeato (aplicado a los prólogos)75; "y dice que el amigo no llegó a defenderle bien, esdecir, no fue buena gallina"76.

Por otra parte, Fabricio, el ya conocido personaje de Lucas Hidalgo, encargado de explicarparticularidades de los gallos, aclara algo que nos llama la atención: "son siempre quatro maestroslos que se gallean a sí y a otros"77. Esta acotación viene dada por algo que se dice en los gallos quepodía no ser entendido por los interlocutores:

Dizen acá: mal de muchos gozo es; y si en algún grado se verifica o puede verificarse este prouerbio,es en este giado de Salamanca, cuyos gallos son gozo de todos y mal de muchos, a lo menos de losquatro que lauamos la lana, y aun de aquellos a quien se la lauamos.78

En la entrega de los grados, en efecto, dos maestros gallos, por lo general los más nuevos,argumentaban y se galleaban entre sí. Una vez que estos dos habían terminado, otros dos eran losque entraban en acción. Poseemos la suficiente documentación para confirmarlo. Baste algúnejemplo:

y estando así asentados los unos y los otros, se lebanta vn estudiante en pie y hace su gratulatoria enalabanza del susodicho magisterio y, acabada la gratulatoria, comienzan luego los quatro maestrosnuebos cada vno por sí según su antigüedad, y acabados estos gallos y a los argumentos que cada vnodellos se pusieron, habiéndose satisfecho, luego el dicho nuebo maestro se ba junto a los señoresrector, maestrescuela y allí predica vn sermón en latín.79

Y no sólo en las actas de doctoramiento, sino en el gallo propiamente dicho se hace tambiénalusión, con frecuencia, al número de galleantes. Más arriba hemos utilizado una cita de los gallosdel maestro fr. Francisco Merino; en ella se hacía referencia a esta cuestión:

""> AUS/782. fol. 186r.7 5 Adolfo Bonilla y San Martín, ob. cit., p. 86.76 "Diego Hurtado de Mendoza, siendo embajador en Venecia y Roma, escribe al capitán Salazar, en loory desprecio de un libro que hizo sobre la Rota de Albis, dirigido a la duquesa de Alba", véase Salesespañolas o agudezas del ingenio nacional, recogidas por A. Paz y Meliá, imprenta y fundición de M.Tello, 1900, p. 65. La respuesta del capitán Salazar en pp. 84-99 y la alusión al "gallinato" en p. 86.7 7 Ob. cit., fol. 10v.™ Ibíd.7 9 AUS/782, Libro de actas de licénciamientos y doctoramientos 1595-1604, fol. 2r.

Page 22: Ceremonias burlescas estudiantiles (siglos XVI y XVII): 1 ... · GALLO. Llaman en las Universidades al que hace una oración laudatoria del que se ha de Graduar. ... 4 Dictionnaire

162 FRANCISCO LAYNARANZ Criticón, 52, 1991

... al mismo dios hazemos un sacrificio: la ara es este theatro, el cuchillo la lengua de los galleantes,la víctima un cordero merino; por eso, pasciencia padre graduado y aduierta que todos quatro, todoslos circundantes dixera mejor, pues no ay quien calze borla que no espera la propina.80

Y en el también citado Actus gallicus ad magistrum Franciscum Sanctium, el agustinoIldefonso de Mendoza dice: "Sed bone Deus, quibus hodie sortito obtigit sales ac facetiae spargere:cum enim quatuor veluti scenae huyus interloquutores destinatisimus"81. Y en este mismo gallo,como en casi la totalidad de los consultados, se puede leer algo que también confirma las palabrasde Fabricio: los galleantes se daban vejamen entre ellos y también a otros, presentes o no en elauditorio: "¿Pero queréis, ínclitos varones, antes de que yo llegue a mi gallo que irrite alantagonista y a los demás teólogos?"82.

Quedan cuestiones en el aire: la posible relación de los gallos con la literatura goliardesca, suvinculación con la parodia de la escolástica, las deudas con el legado folclórico y tradicional, elanálisis histórico, estructural y filológico de los gallos conservados, etc. Sirva este artículo comointroducción a un estudio más pormenorizado de una realidad casi desconocida. Ésa ha sido nuestraintención. La literatura de ambiente estudiantil suele agradar a un público variopinto, no sólo aestudiosos, y son comunes en nuestra literatura de corte realista alusiones a este mundo deescuelas, Bártulos y capigorrones. Pero los gallos nunca gozaron de popularidad; por un lado,porque difícil es dar con alguien que reconozca su humillación; por otro, porque era ceremonia que,aunque burlesca, no estaba al alcance de todos. Dejamos para otras entregas de esta serie burlasestudiantiles mucho más cercanas y conocidas: obispillos y conclusiones paródicas.

LAYNA RANZ, Francisco. Ceremonias burlescas estudiantiles (siglos XVI y XVII): 1. "Gallos", ten Criticón(Toulouse), 52, 1991, pp. 141-162.

Resumen. El gallo es un vejamen universitario y, como tal, aparece en algunos repertorios lexicográficos desde elsiglo XVI. Únicamente lo recibían los doctorandos en teología. Su origen, probablemente, esté en la Universidad deParís; la historia de la palabra "galimatías" (¿ciencia de los gallos!) puede servir para apoyar esta suposición. Algúnmaestro teólogo justificó la existencia de los gallos reflexionando sobre la utilización que de la palabra "sal" se haceen la Biblia ("sal" = 'sazón', 'condimento' = 'burla', 'gracia'). El único gallo impreso en los Siglos de Oro -que no sellevó a cabo en su contexto universitario- es el incluido en los Diálogos de Gaspar Lucas Hidalgo..

Résumé. Le gallo ou "vespérisalion" (Oudin) est un terme universitaire qui apparaît, avec ce sens, dans quelquesrépertoires lexicographiques du XVIe siècle. Le gallo était réservé aux futurs docteurs en théologie et son origineremonte sans doute à l'Université de Paris, comme semble le confirmer l'histoire du mot "galimatias" (science desgallos!). Son existence, par ailleurs, renvoie, selon un maître en théologie, à l'utilisation du mot "sel" telle qu'on latrouve dans la Bible, selon la chaîne sémantique : "sel" = 'condiment' = 'bourle', 'mot d'esprit'. Enfin, le seul galloimprimé au Siècle d'Or se trouve être -hors de toute réalisation concrète dans un contexte universitaire— celui qui estinclus dans les Diálogos de Lucas Hidalgo.

Summary. Gallo is a University vexation and, as such, it appears in some lexicographie index since the sixteenthcentury. It was only applied to candidates for a doctor's degree on theology. Probably, its origin cornes from theUniversity of Paris; the hislorical meaning of the word "galimatias" (science of gallos!) may back this hipothesis.Some master on theology justified the existence of gallos thinking aboul the meaning that the word "sait" has in theBible ("sait" = 'season', 'flavour '= 'mock', 'sneer', 'wit'). During the "Gold Centuries" the only printed gallo -whichwas never performed- is the one inserted in the Diálogos of Gaspar Lucas Hidalgo.

Palabras clave. Burla. Estudiantes. Gallos. Lucas Hidalgo. Parodia. Teología. Universidad. Vejámenes.

8 ° Ms. BNM. 9572, fol. 50r.81 Ms. B . Colombina, fol. 23v.82 Ibíd., fol. 24r.