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muestra realizada en rosario en 2014.

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  • A todos los artistas que hicieron posible esta coleccin.

  • 4 5

    Las prcticas artsticas y las prcticas clnicas se traman entre s en procesos complejos e inanticipables hechos de convergencias y pa-ralelismos, mutuas potenciaciones y aperturas, reenvos y traducciones.

    Pensando ms all de instrumentalizaciones como la del arteterapia donde ciertas acti-vidades pseudoartsticas intentan presentar-se como medios para lograr un fin clnico- es posible reconocer entrecruzamientos no jerar-quizados entre el universo esttico y el mun-do de la clnica mediante la lgica comn de la invencin en singularidad. La clnica, entendida como el conjunto de intervenciones orientadas a acompaar el desarrollo de la autonoma sub-jetiva ser el resultado de invenciones, siempre singulares. El arte, entendido como el conjunto de intervenciones orientadas a la produccin de experiencias perceptivas/sensibles inditas ser tambin el resultado de invenciones, siem-pre singulares.

    El clnico se interesa por esa capacidad del ar-tista para producir configuraciones sensibles. Las decisiones implicadas (policromatismo o monocroma?, figuracin o abstraccin?,

    perspectiva nica o mltiple?, gran escala o miniaturizacin?, interiorizacin o expan-sividad?, etc) y los procedimientos requeridos. Lee all capacidades crecientes de decons-truccin y reconstruccin de las imgenes que forman parte de un mundo subjetivo. Detecta all elementos plausibles de ser resin-gularizados en tanto operadores para la cons-truccin de formas de vida.

    Asimismo, el desarrollo de la experiencia cl-nica, en su reapertura del campo de las po-sibilidades existenciales, puede obrar como condicin de posibilidad para que alguien si reconoce all su deseo- pueda ligarse al campo y a las prcticas del arte, pensndose como artista.

    La produccin de subjetividad, la capacidad de interrumpir circuitos de repeticin que muchas veces cobran estatuto de destino en la vida de las personas, implica con frecuencia el desarrollo de nuevas formas de ver, ima-ginar y representar el mundo, procesos que el arte adquieren toda su centralidad. Por su parte, la produccin esttica implica con fre-cuencia, de uno u otro modo, una dimensin

    relacional, sociosubjetiva, sea en la escena de la produccin o en la de la recepcin de la obra. Dimensin relacional que en la clnica adquiere toda su centralidad.

    Y al tratarse de experiencias sostenidas en di-nmicas de invencin singular, la vinculacin entre arte y clnica pasa, ms que por presu-posiciones generalizantes, por la posibilidad de establecer dilogos y lecturas compartidas. Hay una lectura posible de la produccin es-ttica en trminos de los recursos subjetivos implicados en su despliegue. Hay una lectura posible de la produccin de subjetividad en trminos de las nuevas posibilidades estticas que habilita. No necesitan ser lecturas coinci-dentes u homogneas. Alcanza con que re-sulten mutuamente fecundas.

    *Franco Ingrassia. (Rosario, 1976). Realiz una Maestra en Investigacin Participativa en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha dictado seminarios como docente invitado en la Universidad Autnoma de Barcelona (UAB), en la Universidad Internacional de Andaluca (UNIA) y en la Universidad Autnoma de Quertaro (Mxico). Sostiene una prctica clnica en la Colonia de Oliveros y en su consultorio. Integra el Laboratorio de Anlisis Institucional de Rosario. Ha publicado diversos artculos en revistas como El Rodaballo y Campo Grupal (Argentina), Mute (Inglaterra), El viejo topo (Espaa) y Derive Approdi (Italia). Coordin y public Estticas de la dispersin, Beatriz Viterbo, Rosario, 2013 y La socialidad. Hekht, Buenos Aires, 2013.

    Ars ClnicaFranco Ingrassia*

  • Comenc a trabajar en el Taller de Arte de la Colonia Psiquitrica de Oliveros en 1999 y de inmediato esta experiencia provoc un entu-siasmo muy profundo en m. Fue un proceso transformador tanto a nivel humano, como artstico y profesional.

    El punto de partida del trabajo se dio cuan-do tom contacto con los artistas que venan participando del espacio y algunas de sus pro-ducciones individuales que ya mostraban im-prontas ms que interesantes.

    Mi intencin como tallerista es ayudarlos a explotar al mximo sus propios recursos, ge-nerando as un espacio de procesos ms que de resultados. Hay movimientos subjetivos re-lacionados con el hacer artstico que me pare-cen muy importantes. El paso de la copia a una produccin ms personal; la transicin en el uso de los materiales, que es nada ms ni nada menos que un cambio de lenguaje; la apropia-cin de la obra son momentos fundamentales.

    Esto ltimo, el autorreconocimiento como ar-tista, como productor es fundante en este tipo

    de espacios. Lo que intent desde un primer momento fue insistir a los artistas para que firmaran sus producciones, que cuidaran los materiales, porque es as como se establece un primer vnculo con la obra. El hallazgo de la tcnica, del lenguaje que permita una mayor expresin en la obra de cada uno en particular es proceso necesario. Por ejemplo a Miryam le va muy bien la tiza pastel y no tanto el leo pastel, porque le salen mejor los esfumados. Algunos son ms de la pintura con pincel, otros de los lpices, Anbal con birome. Esta eleccin de materialidades, de posibilidades expresivas en relacin a sus modos y temas, la definicin de estos temas y el compromiso y sostenimiento en el tiempo del deseo en re-lacin a la produccin funciona como terce-ridad, posibilita la relacin entre el sujeto y la obra; el sujeto y los otros, el entorno.

    En la psicosis hay un desprendimiento, una fragmentacin del yo. Al poder hacer lazo con una tcnica, con un universo discursivo, con un hacer cotidiano viene a funcionar como una terceridad que ana de alguna manera eso que est desprendido. Por eso acota el

    Despertando deseo

    Fabiana Imola*

    Cuando ves que el paciente tiene la necesidad de pintar o dibujar y lo encontrs en la puerta del taller porque se acuerda del cuadro que est pintando y quiere terminarlo, y puede sostener este deseo en el tiempo, ah es donde aparece el artista

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  • sufrimiento, hay algo que los est centran-do, haciendo lazo con otra cosa. Es entonces cuando la alucinacin, el delirio ceden, el su-frimiento se modera Por eso algunos pintan, van, vienen... Posibilitar estos movimientos fue un objetivo central en el marco de un ta-ller en que funciona dentro de un hospital de salud mental.

    Recuerdo cuando me incorpor al rea cultural. En el hospital venan dndose los

    primeros pasos hacia una reforma desma-nicomializante. En ese contexto, los talle-res empezaron a tener peso. Es entonces cuando el rea aparece como espacio de vanguardia, formacin y puente para posi-bilitar al paciente un lazo con el afuera. En muchas oportunidades, trabajbamos con las producciones, tomndolas como dis-parador para presentaciones clnicas en las cuales equipos interdisciplinarios junto a los mismos artistas centrbamos el debate sobre determinados casos haciendo eje en la obra. Fueron experiencias maravillosas, surgidas del compromiso de los equipos a la hora de posibilitar nuevos abordajes y miradas sobre la salud mental.

    Si pienso en los usuarios que pasaron por el taller a lo largo de los quince aos que llevo coordinndolo, veo que son pocos aquellos que pudieron sostener una participacin re-gular. Pero cuando esto sucede, cuando se da un trabajo sostenido en el tiempo, es cuan-do emerge con fuerza el artista. Cuando ves que el paciente tiene la necesidad de pintar o dibujar y lo encontrs en la puerta del taller porque se acuerda del cuadro que est pin-tando y quiere terminarlo, y puede sostener este deseo en el tiempo, te das cuenta de que ah se construy un lazo con la produccin. Y es ah cuando emerge el artista Empieza a aparecer una valoracin, se espera con gran ansiedad ese momento de encuentro consigo mismo y con el otro, se presentan situacio-nes muy hermosas, donde se comparte lo que se va haciendo con los otros, se puede ver el enganche que va dndose con la produccin y todo eso va generando nuevos registros, nuevas formas de relacin. Ms all del traba-jo en el taller, hay artistas que continan con su produccin por fuera, dibujando en su sala, interviniendo artsticamente los espacios, ge-nerando su obra, su discurso.

    A lo largo de estos quince aos hubo, hay artistas cuya obra trascendi ampliamente no slo el mbito del taller sino del hospital mismo, llegado por ejemplo a galeras na-cionales e internacionales. Muchos han sido externados y siguen con su produccin por fuera, donde tambin los hemos ido acom-paando. En este sentido, como rea cultural hemos dado otro paso enorme acercamos los talleres a la comunidad, integrando en un mismo dispositivo a usuarios internos del hospital y habitantes de la comunidad de Oli-veros, generndose una experiencia de inter-cambio nica.

    Al hablar sobre todo esto, tomando distancia, repasando estos quince aos de experiencia de taller son muchos los sentimientos que afloran pero hay algo que siempre me emo-cion particularmente y es la pulsin de vida que aparece en su hacer artstico. Esto da cuenta de las posibilidades que abre el arte. Es sin dudas una herramienta maravillosa que ayuda a sanar, a aliviar el sufrimiento. Pude ver en muchas oportunidades cmo el deseo emerge a partir de que el artista puede ver-se reconocido dentro de la produccin y es entonces cuando, adems, hace lazo con la tcnica y con la obra. En ese sentido, el ta-ller funciona como un despertador de deseo, no slo para los pacientes, tambin para m. Me fui involucrando mucho con cada uno de

    ellos y creo que nos atraviesa algo as como un amor universal. Me gusta pensarlo de esa forma y decidir continuar en esta experiencia, lo siento como un canalizador de energas para ambas partes.

    Esta muestra constituye la primera exhibicin en un museo de una seleccin de obras de artistas que han pasado por el taller en estos quince aos de actividad. As, se inaugura una etapa nueva. El cuadro enmarcado y colgado, una curadura que ordena y potencia el dis-curso de cada uno de los artistas son cuestio-nes en los que el proceso cierra y empieza a cobrar otro sentido. Por primera vez las obras van a incorporarse a un circuito de arte inclu-sivo. Esto no slo legitima el trabajo y la obra, sino tambin al sujeto como artista y autor reafirmando su pertenencia al entramado de la escena artstica.

    *Fabiana Imola es artista egresada de la Escuela de Bellas Artes de la U.N.R. Desde 1998 realiza muestras

    individuales y participa de colectivas a nivel nacional e internacional. Fue becaria del Programa de Talleres

    de Artes Visuales U.B.A./ Rojas - Kuitka (2003-2005). Desde 1999 coordina el Taller de Arte del rea Cultural

    Macedonio Fernndez de la Colonia Psiquitrica de Oliveros.

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  • Enciclopedia significa instruccin en un crculo. Es una palabra griega, del adjetivo enkyklios o sea circular, y del sustantivo paideia, significa instruccin. Hubo una poca en que la enciclopedia co-rresponda al depsito de todo cuanto se sa-bia. A medida que el mundo se fue especia-lizando no entraba en un tomo. Y hubo que hacer varios tomos. En las casas hubo o hay enciclopedias, las personas consultamos con ellas, los artistas consultamos con las obras de otras artistas. Es una accin familiar, siempre la hacemos. Me encontr que mucho de lo que pensaba alrededor de este asunto, tenia que ver con consultar, consultorio, o querer contarles que las obras de los locos no con-sultan con nadie ms que con ellos mismos. Eso las hace particulares y espesas, pues ba-jan de estados emocionales, sensibles, fsi-cos. Entonces, conforman un conocimiento sagrado. Estos artistas suben la informacin de cierto lugar. Nise da Silveira, la psiquiatra brasilea pionera del principio antimanicomial en Ro de Janeiro, cuenta que el artista baja un

    aparatito hacia su interior, que toma y sube a la superficie algo para materializarse.

    Me gusta pensar a los artistas como casos cl-nicos. Las historias del arte son una enorme sucesin de casos clnicos. Para llegar al arte, cierta falla en relacin al amor, o en relacin a la naturaleza ha de haber sucedido, ha de haberse escrito. Quizs con la locura, o cierta clase de locura, pase algo parecido.

    Como Jean Dubuffet, pienso que no todo lo que hace un loco tiene valores visuales, co-municativos, aunque s polticos, en tanto son concentraciones de humanidad, recordato-rios de vulnerabilidad y conservan su poder respondiendo a la pregunta de qu estamos hechos.

    Las obras de estos artistas que estamos pre-sentando, excepto algunos autores, en gene-ral, no forman parte del sistema econmico de circulacin y consumo de las artes visua-les. Si esto no ocurre es porque en Argentina falta mucho por trabajar en ese sentido, pero

    Enciclopedia Oliveros

    Claudia del Ro*

    yo milito por los locos que escriben o por los que se vuelven locos y escriben dijo una tarde, el escritor Damin Ros.

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  • en el futuro la situacin va a cambiar. Es un tema que nos compromete como sociedad. Estos artistas son absolutamente indepen-dientes en su trabajo, es potente pensar que el regalo podra ser la forma de la economa del loco.

    Si nacemos particulares, en estado de corri-miento, disfuncionales, y nos organizamos en el sistema de la normalidad o nos organiza-mos en otro sistema, entonces el caso del arte sera una arquitectura por el cual es posible conservar cierta clase de corrimientos en un envase aceptado llamado arte. El arte es un buen paraguas para la fuga.

    El arte y la locura, ambos en tanto forma pri-vada son estuches de gran tentacin. Ambos tienen formatos institucionales. Ambos se producen en retirada social, una locura se construye y un pintor se construye en retirada, por lo tanto diramos que son construcciones de corrimientos.

    Ahora, mientras el loco se retira de la ac-cin, y del mundo del trabajo y permanece en su propia biologa y economa; al artista se le suman otros movimientos: el retiro y la

    vuelta, porque si algo de retiro no se da en quien quiere hacer arte, el mismo no ser ms que un burcrata.

    La locura es subversiva, en tanto viene a re-cordarnos nuestra vulnerabilidad, y el arte trae acarreada la inutilidad, ambas funciones medulares de ambos estuches. Uso la palabra corrimientos como un leve desajuste entre las normas y uno, corrimientos que son sociales, a veces biolgicos, otras culturales. Estos co-rrimientos intercambian con el aparato polti-co. Por ello, tambin no es casual que entre un loco y un artista est mediando un curador.Estos artistas que hoy presentamos estn concentrados en los procesos de trabajo, tie-nen mucho tiempo. Estos artistas son artistas de tiempo completo, unidos a la nocin de arte ms romntica: ser un ser, para ser un ser del arte. No ocupados de pagar el gas, ni de cocinar, las obras son un regalo para el con-tacto y la comunicacin.

    Enciclopedia Oliveros rene de modo apreta-do un vocabulario de formas y procedimien-tos, con el cual podramos estudiar pintura. Pienso que podramos estudiar con la historia del arte de esta Enciclopedia Oliveros. Son obras que consultan con el deseo.

    Estudiar el lenguaje visual a travs de estas obras que dan cuenta de representaciones posibles, tantas como nuestros ADN, pues ellas conforman un captulo de escrituras del yo. Podramos repasar los modos de pintar, del garrapateo escritura dibujo, al mode-lo naturaleza muerta, a las representaciones diversas del retrato exterior como de los re-tratos interiores, de la decoracin de signos a las historietas fantsticas, o la arquitectura emocional, del uso de patrones de unidad en textos y smbolos usando el espacio como cartografa, a la mancha expresionista.

    Antonio Valdez, conocido como El Hngaro desarrolla su obra descargando en unidades o en otras ocasiones en grandes reas de color, en la mejor tradicin del tachismo y la cali-grafa. Mismo caso es el de El Tucn, cuyo pensamiento abstracto lo lleva en un golpe de pincel a una o muchas descargas elctricas de color. Ambos parecen insertos en la perspec-tiva del protolenguaje.

    Antonio Cabrera, bien conocido como Ma-chaguay, encarna la potica de la lentitud. Una leve aparicin del humor y pocos ele-mentos, sintetizado con candor, dedica mu-cho tiempo a sus amplias obras. En manos de Michu, temas como la nena, el sol y el barquito, constantes en su iconografa, parecen nuevos.

    Carlos Mansilla es un pintor. En su obra el co-lor se vuelve forma y la forma una narracin con personajes en suspenso.

    Cristina Zimmerman pertenece a la tradicin de la representacin de artefactos, objetos que buscan un nombre, pues vienen de cierta hibridez entre el nombre y la invencin.

    La obra de Fructuosa Gonzlez busca el or-den a travs de objetos quietos y familiares, parece que los tocamos cuando los miramos.La obra de Emanuel Landrein parece saber que los dioses, las mscaras nos sobreviven a nosotros los mortales. Con esa certeza los di-buja, en una geometra de grises que perdura.

    Anbal Brizuela es un caso destacable, por la enorme y sistemtica obra. Adems, su per-tenencia desde hace aos al circuito del arte contemporneo. A travs del uso de su paleta birome, el espacio es organizado en una ar-quitectura potente, de mdulos y plantillas. La informacin que selecciona Brizuela nos

    atraviesa como argentinos. De las Malvinas a las monjas francesas Lonie Henriette Du-que y Alice Dumont, del Nuevo Testamento a la Pachamama. La informacin gotea entre cientfica y mstica, incluyendo el universo farmacolgico. Todo es una gran novela. En captulos, con nombres propios que fijan y detienen el relato. Son monumentos. Hay bo-xeo. Hay historia poltica argentina. Hay cifras. Hay pedidos que podran parecer de auxilio, pero son jaculatorias a las letras.

    La obra de Nora Pignataro es un coup de foudre, flechazo de su mirar en figuras hipnticas y sensuales, que parecen salirse de la tela.

    Carlos Guzmn es un pintor que prepara el fondo en colores prximos. Luego como re-visitando el paleoltico ensaya la bsqueda de un signo elemental y universal comn. Algo apenas humano y tan humano.

    El cosmos es un mundo mental, simple, fami-liar, accesible, de colores primarios, bello, as es la obra de Fabin Gmez.

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  • Marcelo Rainieri firma sus obras, es un pai-sajista y alucina con relaciones de color y forma. Con las obras de Rainieri despertamos dentro de un paisaje donde se reconoce el horizonte, el resto es invencin.

    Las obras de Rubn Zapata y Luciano Ban-deo, precisas en la ilustracin estn ligadas a la tradicin del comic y del poster. Son tapas de libros que hasta el momento no existen o vietas sueltas.

    Rodrigo Canosa es un aficionado a la obser-vacin de mquinas, llamadas coches. Dibu-jos preciosistas con detalles.

    Las vietas de Mnica Molina son de collage y pinturitas, adentro la explicacin se vuelve poema. Vinculada desde hace mucho tiempo a la historieta, la gracia de su obra viene de lo inesperado en el relato, que no es lineal.

    La prolfica obra de Enzo Nez est vincula-da conceptualmente al retrato. En cada nuevo trabajo perfecciona esa fisionmica singular para describir amigos, objetos y animales fa-voritos. Su nombre escrito grande dentro de la obra es un elemento atractivo y de gran fuerza.

    Miriam Pea trata el tema del amor y el retra-to. Pinta su cuerpo en todo lo que hace, con generosas curvas y tomando el espacio con audacia. Goza pintando y la obra lo siente.

    Oliviero repite un signo humano, de frente y de perfil. Un signo geomtrico de gran preg-nancia y no lo podemos olvidar. Un signo que busca la imposible perfeccin.

    Eduardo Giovanini, trabaja en dos lneas. En una, desarrolla su obra en una suerte de taqui-grafa donde dibujo y escritura nos recuerdan

    que son lo mismo. En la otra, acude a la sere-nidad del paisaje con apariciones de formas simples y planas.

    Griselda Piano es una dibujante de arabesco. Sabe que la geometra tranquiliza, ordenando el plano, lo vegetal y animal.

    Itat Orellana dibuja desde movimientos cir-culares. El que pueden nuestras extremidades consiguiendo la emocin del paleoltico, aque-lla de la bsqueda de la divinidad humana.

    Pablo Pinto condensa apretando el gesto, y hace aparecer figuras mediadas entre masco-tas y bibelots.

    Mara Esther Ilary trabaja desde una geome-tra sensible aplicada al paisaje que incluye animales nunca nombrados. Sus arcoris nos hacen experimentar la luz y el cielo como fe-nmenos mentales.

    Norma Rey es una singular dibujante. Dibu-ja en la confianza de un diccionario, su re-pertorio es de total encantamiento logrando

    cierto preciosismo a travs de sus lneas. Sus obras nos hacen pensar lo fantstico que es lo cercano.

    La obra de Mara Jos Daz trata de animales con pelo largo y de naturalezas muertas. La descripcin naturalista del encanto del tacto, la gua.

    La pintora Noem Barrios, y sus cautivantes retratos donde algunas partes se exageran con una voluntad quieta aunque expresionis-ta, nos hace pensar que el clsico gnero del retrato felizmente sigue redescubrindose.

    Santos Gonzlez es un pintor aficionado a la naturaleza, y a los pjaros quietos que se des-piertan en arboles, comparte ese gusto con Silvia, La Colo, quien sabe de pjaros, que la llevan a una minuciosa descripcin de actos amorosos entre aves.

    La obra de Miguel ngel Ramos es de una ex-quisita restriccin de medios. A las rectas en cantidad y en direcciones diversas y ordena-das, se le suma un cambio de material para, apretadamente decir curvas.

    Como si esta enciclopedia modlica fuera suficiente para estudiar la creatividad, los dis-cursos y las emociones.

    La obra desinteresada y la obra como rega-lo y vnculo son fundantes del espritu de En-ciclopedia Oliveros. Resultado de una difcil seleccin entre ms de 500 piezas, las cuales en una segunda etapa se conformarn en un archivo de consulta pblica.

    Un regalo, un festival, una fiesta ntima ahora abierta o lo que puede el orden, como un arte paranormal es la respuesta que ronda en es-tos cuatro pisos del Museo Macro Castagnino de Rosario, desde julio a setiembre de 2014.

    *Claudia del Ro es artista visual y ensea en la UNR. Interesada en formatos como el dibujo, la escritura, la pedagoga y los proyectos comunitarios. Su tesis de grado fue hecha a partir de un trabajo de campo en el Sanatorio Fracassi de Rosario, y se llam Pintura y Dibujo en las psicosis. Trabaj durante muchos aos en el taller de pintura del Instituto de Psiquiatra Viktor Tausk.

    Desde el ao 2002 es cofundadora del Club del Dibujo, en Argentina. Ha realizado muchas muestras lindas, sus obras pertenecen a colecciones pblicas y privadas. En el ao 2012 la Editorial Ivn Rosado edit su primer libro de poemas, Litoral y Coca Cola. Actualmente se encuentra trabajando en un libro llamado Ministerio de Vida Abundante, donde adems de poemas, habr una edicin de su Diario, as como de notas y ejercicios de clase.

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  • La coleccin

  • Noem Barrios Acrlico s/ cartn. 20 x 30 cm. Anbal Brizuela Birome s/ papel. 20 x 30 cm.

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  • Rodrigo Canosa Birome, lpiz y fibrones s/ papel. 24 x 32 cm.

    Antonio Cabrera (Machaguay) Carbonilla y tiza pastel s/ cartulina 50 x 70 cm.

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  • Mara Jos Daz leo pastel s/ papel. 24 x 32 cm.Mara Jos Daz leo pastel s/ papel. 24 x 32 cm.

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  • Eduardo Giovanini Lpiz negro y ceritas s/papel. 24 x 32 cm. Eduardo Giovanini Lpiz y leo pastel s/ papel. 24 x 32 cm.

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  • Fructuosa Gonzalez Carbonilla y leo pastel s/ papel. 24 x 32 cm.Fabin Gmez Acrlico s/ papel. 50 x 70 cm.

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  • Carlos Guzmn Tiza pastel s/ papel. 20 x 30 cm.

    Santos Gonzlez leo s/ cartn. 30 x 50 cm.

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  • Mara Ester Ilari Carbonilla y tiza pastel s/ papel. 30 x 50 cm.

    Emanuel Landrein Carbonilla y tiza pastel s/ papel. 50 x 70 cm.

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  • Carlos Mansilla Acrlico s/ cartn. 50 x 70 cm.

    Juan Carlos Luduea Tucn Acrlico s/ tela. 30 x 40 cm.

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  • Mnica Molina leo pastel, fibras y revista s/ papel. 24 x 32 cm.

    Michu Lpices negro y de color s/ papel. 24 x 32 cm.

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  • Enzo Nuez Acrlico s/ papel. 50 x 70 cm.

    Itaty Orellana Lpiz s/ papel. 24 x 32 cm.

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  • Mirian Pea Carbonilla y leo pastel s/ papel. 50 x 70 cm.Luciano Paquez Lpiz, fibrones y leo pastel s/ papel. 24 x 32 cm.

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  • Griselda Piano Lpiz y leo pastel s/ papel. 24 x 32 cm. Nora Pignataro leo s/ cartn. 50 x 70 cm.

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  • Pablo Pinto Carbonilla y tiza pastel s/ papel. 30 x 50 cm. Miguel ngel Ramos Lpiz y leo pastel s/ papel. 30 x 50 cm.

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  • Marcelo Raynieri leos pastel s/ papel. 50 x 70 cm. Norma Rey Lpiz negro y de color s/ papel. 24 x 32 cm.

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  • Silvia Robles La Colo leo pastel s/ papel. 50 x 70 cm.

    Antonio Valdez Hngaro Acrlico s/ madera. 50 x 70 cm.

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  • Antonio Valdez Hngaro Acrlico s/ tela. 20 x 30 cm. Antonio Valdez Hngaro Acrlico s/ tela. 20 x 30 cm.

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  • Ramn Zapata Lpiz y leo pastel s/ papel. 50 x 30 cm. Cristina Zimmerman leo pastel s/papel. 24 x 32 cm.

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  • Anbal Brizuela

    Nac en el Hospital Duran. Me qued en la mente un negrito vestido de a cuadritos. De chico viv en Lans. Me gustaba jugar al fobal. A veces recuerdo y a veces no. Haba una casa de inquilinato, pero ellos le decan conventillo. Haba una canchita del viejo gol.

    Empec a escribir cuando llegu al pabelln. Ah me dieron el Nuevo Testamento. Pgi-na 2: Colombo. Pgina 3 Siempre escribo con biromes. Yo s descifrar las formas pero tienen miedo. Me concentro en alguna for-ma y me viene a la mente un hermano, una tronera, una placa base, un arca, un cliz, un ornamento de oro. Al concentrar la mente, al hacer fuerza mental, comienzo a ver y escri-bo. Cuando escribo, no siento nada. Me con-centro. Me quedo pensando en aquel libro. Cuando se me acaban las lapiceras, las tiro en el rbol para que protejan a los animales que comen de ah.

    Fabiana: caramelo de menta.Claudia: caramelo de dulce de leche.Cuando voy a la casa de Claudia, me quedo mirndola a ella, hablndole a ella y empiezo a sentir esa sensacin...Qu encontraron en Francia? Una plaqueta de oro. Dnde hay una puerta?Sabrn descifrar esto?

    Autobiografas

    La produccin de las autobiografas de los artistas fue realizada en el marco del espacio de taller de escritura de la Colonia Psiquitrica de Oliveros que coordina Hernn Camoletto desde el ao 2007.

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    Noem Barrios

    Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Fal-ta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta tex-to Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Fal-ta texto Falta texto Falta texto Falta texto Fal-ta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta tex-to Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Fal-ta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta tex-to Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto Falta texto

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    Mara Jos Daz

    Me dicen La Cachorra. Me llamo Mara Jos. Dibujo desde chica. Antes, me gustaba hacer dibujos difciles como caballos, rosas o retra-tos de mi familia con leos pasteles, tiza o tin-ta china. Me gusta dibujar animales. Me acuer-do de un conejito comiendo lechuga o de un pingino en la nieve. Sigo con el leo pastel y la tiza pero tambin me gusta la tmpera porque puedo pasar de un color a otro ms fcilmente. O mezclar colores; con el rojo y el amarillo pods hacer el naranja.

    Cuando dibujo, descanso, me olvido de todo. Dibujar me alivia porque me concentro en eso, en lo que quiero hacer.

    Me gusta que me conozcan a travs de los dibujos que hago porque muestran mi lado tierno y mi amor por los animales.

    Rodrigo Canosa

    Nac en El Bolati, un barrio de Rosario. Soy de mayo del 87. Me gusta la botnica, la geome-tra, el tae kwon-do y dibujar.

    Me gusta usar leos pasteles porque es un progreso. Dibujo los power rangers, mighty morphy, the movie y edificios. Me gustan el verde, el amarillo y el marrn pero a veces uso otros colores. Me gusta tambin trazar lneas paralelas y perpendiculares para hacer un di-bujo. Dibujar me divierte y a veces, cuando doy muchas vueltas, me aburre.

    Eduardo Giovanini

    Nac en Rosario en noviembre, hace mucho. Cuando dibujaba lo quera hacer bien. A veces me hablan y me sale mal. Me gusta trabajar despacito. La seorita Fabiana me ense a dibujar. Me daba pinceles, biromes, lpices. Me gusta dibujar paisajes. Me salen bien los aviones; los paisajes, puede ser. Me gusta el rojo para trabajar. Me dan ganas de hacer to-dos mis dibujos de nuevo para que salgan ms lindos. Si tuviera plata, me comprara muchos lpices para trabajar mejor. Hara todos mis di-bujos de vuelta, despacito

    Fructuosa Gonzlez

    Nac en Buenos Aires hace mucho. Mi mam se llamaba Nieves. Me gusta mucho el color blanco. Trabaj mucho tiempo en el taller de plstica. Me gusta dibujar comida. Pescados, gallinas. Me gusta el lpiz negro. El colorado y el marrn tambin. Me gusta mucho dibu-jar. No me gusta pintar porque son telas muy grandes. Me gusta ms el dibujo chico.

    Mis dibujos estn en un cuaderno. Ahora pa-rece que van a estar colgados en un lugar grande. Espero que ningn sinvergenza se los robe. Me gustara que la gente que los vea entienda que estn bien dibujados.

    Mnica Molina

    Nac en Rosario en verano, un 7 de diciembre de 1961. Ca al medioda. S que era domingo porque una amiga me mostr un calendario de 1960 y vimos que haba sido sbado

    Me gusta dibujar cosas infantiles. Me gusta ha-cer historietas como La abuela que se qued en el tiempo. La abuela no tiene nombre pero la nieta se llama Susana (m hijita para la abue-la). A Susana le hacen gracia los dichos de la abuela porque tiene ideas de otra poca.

    Cuando dibujo, me acuerdo de mi mam, ella siempre se refera a m como m hija. Me gusta dibujar porque me hace rer. Dibujar me cam-bia el humor.

    Autobiografas

    Antonio Cabrera

    Nac en Puerto Pilcomayo all por el 40. Me llamo Antonio, pero me dicen Machaguay, es una palabra guaran que significa picapalo porque soy cabeza dura.

    Arranqu en el taller de dibujo cuando em-pez, hace mucho. Camellos, yacars gigan-tes que le llaman dragn, burros, vboras, la sagrada familia: dos ngeles, una mujer; me gusta dibujar de todo. Me gusta usar el leo pastel porque es ms fcil para manejar.

    El dibujo es un arte que atrae los colores. Yo uso verde, amarillo y rojo. Cada uno en su parte. Me gusta que mis dibujos estn colga-dos en un museo. Si a la gente le atraen se queda y si no, se va y listo.

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    Miguel ngel Ramos

    Nac en Rosario. Dibujo al indio, la pantera rosa y un len. Me gusta usar los lpices, mejor si agarro lpices de colores. Me gustan los colo-res. Mis preferidos son el lila y el fucsia. Tam-bin me gustan los colores brillantes. Desde chico me gusta dibujar. A todos los chicos les gusta dibujar. Cuando dibujo es hermoso por-que es otra realidad. Sigo dibujando una vaca con colores. Tambin me gusta mucho dibu-jar nmeros y letras como la u de uva.

    Norma Rey

    Nac en Rosario en 1945 cerca del Parque In-dependencia. Me gusta dibujar con fibras por-que son ms cmodas que las tizas. Dibujo en hojas de block. Me gusta mirar otros dibujos y despus hago el mo. A la gente le gustan mis dibujos y a m tambin. Una vez dibuj un caballo con las patas levantadas, est como parado. Se lo vend a un chico.

    Me gusta que mis dibujos estn en un museo. Yo nunca fui a un museo, no tengo idea de cmo es un museo. Me imagino muestras de dibujos y pinturas. Me imagino un lugar lumi-noso con paredes blancas. Mis dibujos le van a poner formas y colores a las paredes blancas.

    Cristina Zimmerman

    Mi apellido es alemn pero yo nac en Bue-nos Aires. Mi pap era alemn. Desde chica me gusta dibujar. Tambin me gusta pintar remeras. Me gusta usar la pintura y los pince-litos. Me gusta porque primero dibujo, des-pus pinto, despus espero que se seque y ya est. Cuando dibujo, no pienso en nada. Me gusta dibujar todo: carteras, cuadritos, ositos, muecos. Una vez vend unos trabajos y me compr una coca cola y snguches. El arte sirve para festejar y para comprar cositas para comer.

    Autobiografas

    Enzo Nuez

    (falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)(falta lo envan el lunes)

    Nora Pignataro

    Nac el 2 de septiembre de 1961. Soy de virgo. Soy tranquila, medio pachorrienta. Soy pro-fesora de nivel primario. Di clases en la zona norte de Rosario. Participo del taller de pls-tica desde hace mucho, diez o quince aos Dibujo y pinto. Me gustan las dos cosas. Me gusta mucho diagramar, hacer el dibujo que despus puede terminar siendo una pintura. Mis temas son: la vida, el pasaje de las etapas de la vida. Me considero una dibujante con-tempornea porque soy muy onda ahora.

    Copi mucho, eso me sirvi para evolucionar en mi propia obra. Cuando dibujo, me emo-ciono porque logro expresarme. El arte para m es eso: expresar las emociones ms ntimas e impactar al que mira. A quien vea mis dibu-jos les dira que eso que ven me vali arreba-tos de madurez.

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    Curadura:

    Fabiana ImolaClaudia del RoMax Cachimba

    Equipo de trabajo del rea Cultural Macedonio Fernndez de la Colonia Psiquitrica de Oliveros:

    Hernn CamolettoFernado FerraroMara GraciosiFabiana Imola

    Prensa:

    Florencia Figueroa

    Fotografa:

    Giselle Marino

    Maquetacin y diseo:

    Vitriolo Diseo - Comunicacin

    Impresin:

    Palo Alto Imprenta Digital

  • COLONIA PSIquITRICA DE OLIVEROSDir. Psiq. Patricia Saganias

    Ministerio de salud y Medio aMbientede la Provincia de santa FeMinistro Dr. Mario Drisun

    direccin Provincial de salud Mental Dir. Ps. Melisa Pianetti

    MuniciPalidad de rosarioIntendenta de la ciudad de RosarioMnica Fein

    secretario de cultura y educacinHoracio Ros

    subsecretara de cultura y educacinMnica Peralta

    Museo castagnino+Macro

    DirectoraMarcela Rmer

    SubdirectoraAlejandra Ramos

    Coordinacin generalMelania ToiaFlorencia Lucchesi