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Carlos María Bustamante es un hombre de su época. Sus principales escritos reflejan el espíritu de su tiempo de forma indivisible. Nacido en Oaxaca, Bustamante vive en carne propia la lucha independentista en la Nueva $spa%a cuando era un hombre joven.

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EDUARDO PORTAS/MAESTRA EN HISTORIA MODERNA DE MXICO/CASA LAMM/PRIMAVERA 2013

Carlos Mara BustamanteUn anlisis historiogrfico de la Carta Primerade su obraCuadro Histrico de la Revolucin Mexicana

Carlos Mara Bustamante es un hombre de su poca. Sus principales escritos reflejan el espritu de su tiempo de forma indivisible. Nacido en Oaxaca en 1774, Bustamante narra y vive en carne propia la lucha independentista en la Nueva Espaa cuando era un hombre joven, lo que impregna sus textos con pasin, juicios y emociones. Adelantndose a su tiempo, el escritor cubre con un velo de romanticismo los prrafos dedicados a las acciones de los hombres que participaron en la gesta histrica contra la Corona. Este criollo, abogado de formacin, tambin potenci el alcance de los medios de comunicacin de su poca para formar en la opinin pblica un ideal alrededor de la Independencia y, con eso, marcar para la posteridad a los que seran recordados como hroes y villanos. Su intencin al escribir es dejar constancia de los hechos y hacerles justicia. En ese sentido, podemos decir que Bustamante es el primer historiador oficial de Mxico. En sus textos hay rivales que luchan dentro de un escenario ms grande que ellos mismos, en este caso, la consecucin de un nuevo pas, sintetizado en un novedoso proyecto de nacin. Adelanto que en este breve ensayo slo utilizaremos ejemplos de la Carta Primera de su Cuadro Histrico de la Revolucin Mexicana para ilustrar nuestras afirmaciones, en particular de la segunda edicin corregida y aumentada que se public entra 1843 y 1846.

Veamos el contexto social que vivi nuestro autor. Hacia el final del siglo XVIII, la Nueva Espaa experimenta un fuerte cambio a partir de la instauracin de las reformas borbnicas. El objetivo ms importante de stasaunque el punto es discutible es enviar ms recursos, de forma ms ordenada, hacia la Corona. Para este fin es determinante la creacin de intendencias y con eso romper el frreo control que los virreyes tenan sobre el territorio. La Nueva Espaa sigue siendo un pas sumamente centralizado, pero con la reorganizacin administrativa se intenta reducir el poder de grupos influyentes tradicionales y, adems, en el fondo tienden a una liberalizacin1. Para reducir las posibilidades de corrupcin con este cambio en el esquema burocrtico de la Nueva Espaa, la pennsula coloca en puestos clave a funcionarios espaoles y desplaza a los criollos hacia puestos secundarios.

Esto provoca descontento entre americanos, que ya sentan el yugo imperial con impuestos, limitaciones del mercado y la desigualdad social de las castas. Del otro lado del Atlntico, en la primera dcada del siglo XIX, Espaa enfrenta una crisis imperial como nunca antes a causa de la invasin napolenica y la subsiguiente colocacin de su hermano Jos Bonaparte en el trono, en el ao de 1808. Este hecho sacude con igual fuerza a Espaa y a sus colonias: la monarqua es decapitada. En Europa surgen Juntas populares en distintas ciudades peninsulares para enfrentar a los franceses. Las Juntas son, en resumen, un revolucin de las provincias. Buscan intentar solucionar problemas locales representando la soberana de Fernando VII. Esta fuerza de las provincias llega con todo su arrastre a Espaa en 1810 para solucionar problemas locales mientras esperan la restauracin de la monarqua2. En esencia, la nacin se convierte en el pueblo en virtud de un pacto ancestral en donde se retoma el fundamento de la monarqua a travs de las Cortes, es decir, un sistema en donde el rey ofrece proteccin a los sbditos de distintas cortes siempre y cuando le rindan fidelidad.

El pueblo espaol recuerda ese pacto cuando decide organizarse por s mismo para luchar contra las franceses a travs, primero, de las Juntas provinciales y una Junta Central, seguido del Consejo de Regencia de Espaa e Indias y, finalmente, Las Cortes de Cdiz. En todos los casos, el objetivo de estos sistemas es asumir el poder en ausencia de Fernando VII, quien se encuentra Bayona limitado por Napolen. La Nueva Espaa se encuentra en un dilema porque una parte de la burocracia virreinal permanece inmovilizada. Pero un grupo importante de criollos ve con recelo lo que sucede con los espaoles, a pesar del papel que juega Francia con respecto a la consecucin de la autonoma. El propio Bustamante considera que Napolen es un personaje que poda liberar a Amrica, vencer a los Borbones. Sin embargo tambin piensa que puede convertirse en su tirano3. Finalmente, este pequeo grupo de criollos, en donde se encuentra el mismo Bustamante, decide no esperar a que Fernando VII, el monarca legtimo, regrese al trono. Las desigualdades de Amrica con respecto a Espaa en los nuevos sistemas de representacin son demasiado grandes (en Las Cortes, por ejemplo, slo tienen un representante por colonia a pesar de poblacin y extensin territorial, cuando Espaa tiene 250). Los criollos novohispanos ven una coyuntura adecuada para buscar su autonoma. As inicia la lucha independista.

Bustamante tiene opiniones al respecto de este proceso y sabe expresarlas con soltura. Adems de abogado, antes del inicio del movimiento, ya haba trabajado, en 1805, como editor de El Diario de Mxico, dirigido por Jacobo Villaurrutia y haba publicado artculos de todo tipo, excepto de poltica porque la censura virreinal no lo permita. Nuestro autor continuara esta veta periodstica despus de la Independencia. Este aspecto es fundamental para entender las motivaciones psicolgicas de Bustamante. En el siglo XIX, las publicaciones peridicas de la Nueva Espaa tienen un claro inters de formar una conciencia nacional 4. Aunque la publicacin de noticias no se entenda como lo entendemos hoy, en donde se informa a un pblico sobre actualidades, los peridicos contenan textos para levantar el orgullo nacional.

Esto viene de la tradicin ilustrada del ltimo tercio del siglo XVIII, cuando los editores novohispanos publican textos cientficos y descriptivos sobre el territorio nacional para demostrarle a los europeos que Amrica no es territorio salvaje, sino que tambin puede guiarse por la razn a pesar de que los europeos tenan ms recursos y ms voces para expresar sus opiniones. Se quiere educar a la gente. Por otra parte, la censura de la Nueva Espaa del ltimo tercio del siglo XVIII afectaba la disponibilidad de ideas a travs de medios impresos, pues se necesitaba el permiso del gobierno para imprimir una gaceta. En 1784, por ejemplo, se le da permiso a Manuel Antonio Valds para publicar su Gaceta de Mxico si sus escritos trataban de puntos geogrficos del pas y otras curiosidades de la historia natural. La sugerencia era tambin una prohibicin para publicar otros artculos "inconvenientes". Entonces se nombr a un revisor. Las gacetas novohispanas fueron, ms que un espejo fiel de lo que suceda durante la poca, el relflejo de una realidad que las autoridades, por un lado, y los editores, por otro, queran mostrar5.

Despus, entre 1812 y 1820, ya con la libertad de prensa que otorga la Constitucin Espaa redactada en las Cortes de Cdiz en ese primer ao referido, aparecen una diversidad de publicaciones peridicas en la Nueva Espaa y se abre el comercio a impresos de otros pases como Inglaterra, Estados Unidos y Francia. Esta ventana refresca con nuevos modelos y formatos a la prensa nacional6. Algunos aos despus, ya en la primera dcada de vida independiente, los editores novohispanos debaten con editores de otras naciones y entre ellos mismos, por ejemplo, sobre la actuacin de la religin y el Papa (El Correo Semanario de Mxico vs. El Defensor de la Religin) o el mejor modelo de gobierno para la Nueva Espaa (La Gaceta Imperial de Mxico, pro Iturbide, vs. La Abispa de Chilpancingo, en donde escribe el propio Bustamante). Los impresos proponen ideas para construir la nacin. En La Abispa, Bustamante dice que los verdaderos hroes de la Independencia haban sido Morelos e Hidalgo, no Iturbide, como trataba convencer La Gaceta Imperial. El objetivo de Bustamante es difundir la epopeya de 1810 para que sirva de apoyo doctrinario al nuevo Estado. La Gaceta deca que el libertador era Iturbide, no gente del pueblo, ni las fechoras de Hidalgo.

El Cuadro de Bustamante se inserta dentro de esa lgica. Al igual que nuestro autor, los editores criollos de los diarios de la primera dcada de la independencia buscaban sustentacin histrica en el pasado reciente colonial y el pasado lejano para ubicar al pas entre las naciones europeas. Su obra ms famosa, aparecida por primera vez entre 1821 y 1827 pero reeditada en 1843 y 1846 es un texto partisano, adjetivado y nada objetivo con respecto a lo que l mismo vio y vivi en la lucha independentista y los aos inmediatos posteriores. En su Carta Primera, Bustamante incluye el golpe de estado de 1808 en la Nueva Espaa que tiene como consecuencia el arresto del Virrey Iturrigaray y el relato del inicio de la escaramuza de Guanajuato en la Alhndiga de Granaditas entre el 15 y el 28 de septiembre de 1810. No es gratuito, entonces, que el autor escriba su texto en cartas, pues as obtiene mayor holgura para redactar: El estilo epistolar es por sin duda el ms propio para desempear esta empresa7.

En cuanto el texto en s, Bustamante es prolijo en adornos verbales, el uso de adjetivos y juicios personales. Este no es texto objetivo. Tambin escribe, de vez en cuando, usando la primera persona, lo que es normal si entendemos su objetivo de escribir sus textos como cartas, pero irregular cuando se trata de analizar la historia a posteriori. El texto es marcadamente nacionalista. El autor quiere convencernos de la vala de un nuevo proyecto nacin que se separa de Espaa, que tiene su propia idiosincrasia y gradientes poblacionales, en donde los criollos estn en la punta de lanza. En este sentido, tambin usa frecuente alusiones religiosas. Hay blancos y negros, como es el caso de Agustn de Iturbide, que en esta Primera Carta aparece como un redentor, aunque en otros escritos nuestro autor lo critica por haber elegido la monarqua como sistema poltico para Mxico:

Iturbide ser grande porque fu dcil, y ms grande an, porque oyendo la voz de su patria, y correspondiendo a su llamamiento, empu La espada, desafi a La muerte, y coloc sobre el antiguo Tenoxtitin el pendn augusto de nuestra libertad politica8.

Unos prrafos ms adelante explica la situacin que viva la Nueva Espaa en cuanto a la lucha de poder entre los distintos grupos peninsulares cercanos al Virrey Jos de Iturrigaray, que decidieron aprehenderlo porque perciban su intencin de proclamarse monarca de la incipiente nacin, en vista de los problemas que Espaa combata en su propia tierra (dejamos la redaccin del propio Bustamante en el texto):

Desde aquel momento, y por tan escandalosa agresin quedaron rotos para siempre los lazos de amor que haban unido a los espaoles con los americanos. El pueblo se irrit cuando ley en las esquinas la proclama del acuerdo que le imputaba este delito. Levantronse cuerpos de hombres Ilamados por antifrasis patriotas, los cuales se les di el nombre de chaquetas, por el trage con que aparecieron vestidosEl Sr. Iturrigaray estuvo deturpado con la nota de avaro, miles los de su familia robaban escandalosamente a su nombre, y l apenas perciba el dcimo. Tenia genio duro, e ignoraba el arte de ganarse los corazones quo poseyeron Bucareli, Azanza y Revillagigedo9.

Como sealamos arriba, nuestro autor enmarca la lucha independista entre buenos y malos. En el primer grupo identifica a Ignacio Allende (mi antiguo amigo), Miguel Hidalgo y Costilla, Antonio Cumplido, Antonio Castro, Jos Maria Izazaga, Jos Maria Abarca, Lorenzo Carrillo y Jos Mara Morelos (cura de Nucuptaro y Carcuaro, es decir, el gran Morelos, hombre modesto). Ah, claro, est el propio Bustamante, relator privilegiado de los hechos, quien dice que el grupo de criollos en lucha tiene dos objetivos: primero, que sucumbiendo Espaa, podamos nosotros resistir, conservando este pas para Fernando VII. Segundo: que si por este motivo quisieran perseguirnos, debamos sostenernos13. La escritura de estos acontecimiento, lo dice el mismo tiene un sentido mucho ms amplio, ligado a la posteridad: que no se perdiera la memoria de los principales sucesos de la revolucin, y que estos sirviesen de estmulo a los mexicanos para resistir una nueva invasin que entonces creamos indefectible y para que los hoy disfrutan de las ventajas de la autonoma lean estos hechos con admiracin y entusiasmo 14. Haca el final de su Carta Primera, el autor relata lo que sucedi en los primeros das de la lucha armada en Guanajuato y la toma de la Alhndiga de Granaditas. Las razones del levantamiento en ese sitio, de acuerdo con el autor, son los tributos que el pueblo debe pagar al gobierno en vista de la estrecha relacin que mantenan con los jesuitas antes de ser echados de la Nueva Espaa en 1767. Otra de las razones tiene que ver con las condiciones en las que trabajaba la gente para desaguar las minas, echndoles lazo, lo que predispuso al pueblo, dice, a tomar una extraordinaria venganza a sus opresores. El 26 de septiembre, finalmente, despus once das de haber comenzado la rebelin, las autoridades locales perdonan los impuestos a la plebe (dejamos la redaccin del propio autor):

Era esta una marca do ignominia que el gobierno espaol haba echado al pueblo de Guanajuato en castigo de las demostraciones de dolor quo haba mostrado cuando la espulsin de los jesuitas, a quienes viva muy reconocido por su eficacia en el servicio pblico de su instituto. Aquel da no so oyeron espresiones de aplauso, como era de esperar; tanto mas, cuanto que se haba solicitado eflcazrmente de la corte Ia liberacin de aquel tributo afrentoso El pueblo oy la nueva de este favor, como se oyen las gracias concedidas por la necesidad y no por Ia benevolencia 15

Pero la solucin llega muy tarde. A pesar de esta medida y de la superioridad numrica de la tropa de Hidalgo, los espaoles le responden que no conocen otra forma de gobierno en la Nueva Espaa mas que la del Virrey Francisco Javier Venegas y la que est por decidirse en Las Cortes, agrega Bustamante. En tal virtud, estaba dispuesto a defenderse hasta lo ltimo con los soldados que lo acompaaban. Antes de continuar con la lucha que suceder en Guanajuato, Bustamante introduce un elemento de tensin al sealar en el ltimo enunciado de su Carta Primera que es menester describir en otro texto lo que pasaba entonces en Quertaro.

REFERENCIAS

BUSTAMANTE, C.M. Cuadro Histrico de la Revolucin Mexicana, (Sin editorial), pp. 1-29.

CLAPS, M.E. Carlos Mara Bustamante en El Surgimiento de la Historiografa Nacional (Coordinadores: Ortega y Camelo), Mxico, UNAM, 1997, pp.108-126.

CRUZ SOTO, R. Las publicaciones peridicas y la formacin de una identidad nacional, en Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico, Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Histricas, v. 20, 2000, pp. 15-39.

MCFARLANE, A. Crisis y Transicin: los balances de poder en Hispanoamrica, en Roberto Brea (ed.), En el umbral de las revoluciones hispnicas: el bienio 1808-1810, Mxico, El Colegio de Mxico, 2010, pp. 95- 127.

PIETCSCHMANN, H. Protoliberalismo, reformas borbnicas y revolucin: la Nueva Espaa en el ltimo tercio del siglo XVIII, en Josefina Zoraida Vzquez, Interpretaciones del siglo XVIII mexicano. El impacto de las reformas borbnicas, Mxico, Nueva Imagen, 1992, pp. 27- 65.

1 Horst Pietcschmann. Protoliberalismo, reformas borbnicas y revolucin: la Nueva Espaa en el ltimo tercio del siglo XVIII, en Josefina Zoraida Vzquez, Interpretaciones del siglo XVIII mexicano. El impacto de las reformas borbnicas, Mxico, Nueva Imagen, 1992, p. 61.2 Anthony McFarlane. Crisis y Transicin: los balances de poder en Hispanoamrica, en Roberto Brea (ed.), En el umbral de las revoluciones hispnicas: el bienio 1808-1810, Mxico, El Colegio de Mxico, 2010, p. 127.3 Mara Eugenia Claps. Carlos Mara Bustamante en El Surgimiento de la Historiografa Nacional (Coordinadores: Ortega y Camelo), Mxico, UNAM, 1997, p.122.4 Rosalba Cruz Soto. Las publicaciones peridicas y la formacin de una identidad nacional, en Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico, Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Histricas, v. 20, 2000, p. 15.5 Ibid, p. 27-28.6 Ibid, p. 31.7 Carlos Mara Bustamante. Cuadro Histrico de la Revolucin Mexicana, p. 2.8 Ibid9 Ibid, p. 7-10.13 Ibid, p. 13.14 Ibid, p. 18.15 Ibid, p. 26.