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CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEPORTIVAS EN JÓVENES DE BOGOTÁ:

UN ANÁLISIS COGNITIVO CONDUCTUAL

TRABAJO DE GRADO

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

FORMACIÓN INVESTIGATIVA

BOGOTA D.C. NOVIEMBRE DEL 2018

CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEPORTIVAS EN JÓVENES DE BOGOTÁ: UN ANÁLISIS COGNITIVO CONDUCTUAL

1

CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEPORTIVAS EN JÓVENES DE BOGOTÁ:

UN ANÁLISIS COGNITIVO CONDUCTUAL

TRABAJO DE GRADO

Ps. MSc. Andrés Mauricio Santacoloma-Suárez

ASESOR

Castaño Molano Paula Daniela, Montañez Mena Laura, Castiblanco Cubillos Laura

Camila y García Álvarez Juan Sebastián

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

FORMACIÓN INVESTIGATIVA

BOGOTA D.C. NOVIEMBRE DEL 2018


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3

“Las opiniones expresadas en este trabajo son responsabilidad de los autores; la Facultad de

Psicología de la Universidad Católica de Colombia ha verificado el cumplimiento de las

condiciones mínimas de rigor científico y de manejo ético.”

(Artículo 65 Reglamento Interno)


4

AGRADECIMIENTOS

Los investigadores del presente trabajo le damos a las gracias a la Universidad Católica de

Colombia por habernos brindado una formación tan íntegra durante este proceso de formación.


5

DEDICATORIAS

“Este trabajo se lo dedico en especial a mi abuelita Mercedes Sánchez, quien me apoyó

durante este proceso de formación profesional, por su dedicación como madre y abuela

formándome como una persona íntegra.”

Laura Montañez

“Le dedico este trabajo a toda mi familia, porque ha sido el motor fundamental para poder

culminar esta meta.”

Paula Castaño

“El presente trabajo va dedicado aquellas personas que estuvieron presentes en mi proceso de

formación”

Laura Camila Castiblanco C

“Para quienes aportaron significativamente en mi vida…”

Juan Sebastián García Álvarez


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Tabla de Contenido

Resumen, 10

Conceptualización del término deporte, 11

Factores psicológicos asociados al deporte, 13

Cognición, 14

Actitud, 15

Actividad física, 16

Emoción, 19

Auto concepto, 22

Autoconfianza, 24

Estrés, 25

Atención, 31

Ansiedad, 33

Personalidad, 38

Justificación, 41

Planteamiento del problema, 41

Objetivos, 43

Objetivo general, 43

Objetivos específicos, 43

Variables, 45

Método, 46

Diseño, 46

Participantes, 46

Instrumento, 46

Procedimiento, 48

Aspectos éticos, 49

Resultados, 51

Escala EAFD, 52

Auto-Registro, 53

Discusión, 57

Referencias, 59

Apéndices, 68


7

Lista de Tablas

Tabla 1. Variables de tipo cognitivo, conductual y sociodemográfico, 44

Tabla 2. Ficha técnica prueba EAFD, 47

Tabla 3. Medidas de tendencia central minutos de actividades aeróbicas y anaeróbicas, 53


8

Lista de Figuras

Figura 1. Frecuencia de respuesta de ítems, 53

Figura 2. Total de minutos actividad aeróbica y anaeróbica por edad, 54

Figura 3. Total de minutos actividad aeróbica y anaeróbica por sexo, 55

Figura 4. Total de minutos actividad aeróbica y anaeróbica por ocupación, 56


9

Lista de Apéndices

Apéndice A. Consentimiento informado, 67

Apéndice B. Escala de Actitudes Hacia la Actividad Física y deportiva, 68

Apéndice C. Formato de auto-registro de actividades físicas durante una semana, 70


10

Características Psicológicas Deportivas en Jóvenes de Bogotá: un Análisis

Cognitivo-Conductual

Resumen

El presente proyecto pretendió identificar las actitudes que tienen los jóvenes

en Bogotá frente a la actividad física, para ello se aplicó la prueba "escala de

actitudes hacia la actividad física y el deporte (EAFD)" la cual consta de 13

ítems, así mismo se llevó a cabo un auto-registro dentro del cual se tuvo en

cuenta el tiempo invertido en la actividad física y las actividades realizadas

durante la semana. Para tal propósito, la muestra fue de 200 participantes, de

los cuales 94 fueron hombres y 106 mujeres, con edades comprendidas entre

18 y 35 años. Se utilizó el paquete estadístico SPSS, permitiendo realizar una

diferenciación en cuanto a la cantidad de tiempo invertido en la actividad

física aeróbica y anaeróbica, y cada una de las actitudes y las percepciones

que tienen las personas frente al deporte. Dentro de las conclusiones se pudo

identificar que los jóvenes presentan una actitud positiva hacia el deporte, así

mismo la actitud física de los participantes es dada a partir de los medios

sociales, la práctica directa, las diferentes actividades y los conocimientos

previos. Por otro lado, se encontró que las mujeres destinan mayor tiempo a

realizar ejercicios de tipo aeróbico, mientras que, los hombres destinan mayor

tiempo a realizar ejercicios de tipo anaeróbico.

Palabras Clave: Deporte (SC 090701), Pensamiento (SC 010404),

Motivación (SC 010403).


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Conceptualización del término Deporte

El deporte hoy en día ha tiene gran importancia en el desarrollo del ser humano en

distintas áreas, como la social, la económica, la física y la psicológica, por lo cual se llega a

afirmar que el deporte ha repercutido en la vida de las personas, influenciando positivamente

el estado de la salud física y salud psicológica de las personas. Es por esto que a continuación

se profundizara acerca del deporte y todo lo que trae consigo.

En primera instancia desde el punto de vista etimológico la palabra “deporte”, proviene

del vocablo latín de-portare que significa “dejarse llevar”, evocando la idea de alejarse de lo

que es cotidiano u ordinario, y consecuentemente, divertirse, entretenerse y recrearse, ya en el

siglo XVIII el deporte fue descrito con la palabra diversión, del sustantivo francés depor

interpretándose como una variable de recreo o pasatiempo, del cual se afirma que el deporte

surge como una actividad no planificada, producto de una mezcla de azar y necesidad. A partir

del siglo XIX se adquiere el significado del término inglés disport, que en su forma reducida

deviene en sport, pero para finales del siglo XX se comienza a ver como una actividad

competitiva, es decir que requiere de ejercicio físico (Olivera, 1993).

El término “deporte” presenta una alta complejidad a la hora de definirse y determinar

qué es y qué no es, debido a que la definición debe ser lo suficientemente amplia para abarcar

todas aquellas formas de actividad física consideradas deporte, excluyendo así las actividades

que no lo son, para ello, a continuación, se darán varias definiciones de diferentes autores

(Chiva, 2014).

El deporte incluye la definición por lo lúdico y desinteresado como aspecto

diferenciador del deporte, sin diversión no existe deporte y el objetivo no debe estar fuera del

mismo juego, lo que excluye el deporte profesional o el deporte orientado al aspecto puramente

fisiológico de la persona, diferenciando el deporte práctico y el deporte del espectáculo,

aclarando que se debe diferenciar el aspecto social (Cagigal, 1985). Otros autores consideran

la competición inherente al deporte, y le agregan los conceptos de técnica y táctica como un

elemento determinante del deporte (Lüschen & Weis 1976). El deporte es entonces de otra

manera, una disciplina que requiere movimientos y habilidades motrices específicas,

caracterizadas por tener técnicas con grandes capacidades coordinativas y un cierto nivel de

precisión en la ejecución (Caspersen, Powell & Christenson, 1985).

En la actualidad el término deporte ha dejado de concebirse como una actividad

recreativa, pasando a ser una herramienta para la educación integral de las personas, en relación

al contacto con la naturaleza, el alivio del estrés, la búsqueda de nuevas sensaciones y


12

aventuras, el disfrute y las relaciones sociales, los aspectos lúdicos y formativos (Oja &

Telama, 1991).

El papel que cumple el deporte en el desarrollo de una persona no se reduce al ámbito

fisiológico, sino que, en la práctica de cualquier deporte hay aspectos que trascienden lo físico,

como fortalecer la voluntad, apreciar el esfuerzo para conseguir logros que afectan o fortalecen

la salud y el bienestar de las personas, mayor capacidad de concentración y mejora de la

autoestima (García, Caracuel & Ceballos, 2014). Con respecto al papel que cumple el deporte

en el desarrollo de las personas, se aborda un concepto que yace en la vida cotidiana de estas,

el cual se refiere a la motivación, entendida como toda referencia que determine diferentes

acciones, es decir, todo aquel conjunto de factores que influyan específicamente a la hora de

emitir alguna conducta dentro de un contexto específico y una situación concreta (Pérez &

Caracuel, 1997).

Por otro lado, la motivación tiene una incidencia directa sobre el rendimiento de los

deportistas, ya que, toda preparación deportiva no solamente contempla la preparación física,

técnica o táctica, sino que también interviene la motivación en pro de los resultados

conseguidos en diferentes tipos de competencias, con base en esto, se realizan investigaciones

en las cuales se establecen dos corrientes, en primer lugar, la europea, en la que existe una

preocupación sobre el interés a realizar actividades y su motivación hacia estas, más que el alto

rendimiento del deportista, por otro lado, los norteamericanos tienen un enfoque principal en

los resultados y el rendimiento sin tener presente el proceso motivacional del deportista.

(Cantón, Mayor & Pallarés, 1990; Miranda & Bara, 2002).

La práctica deportiva conlleva tres áreas fundamentales; biomotriz, psicomotriz y

sociomotriz, puesto que son manifestaciones de las dimensiones de una persona, las cuales son

la biológica, la psicológica y la social (San Martín, 2004). A través de la participación en juegos

y deportes surgen cualidades tales como la lealtad, la cooperación, el valor, la resolución de

eventos, la fuerza de voluntad, el dominio de sí mismo, la resistencia, la perseverancia y la

determinación (Gutiérrez, 2004).

El deporte como aplicación requiere un alto nivel de autoeficacia en la consecución de

tareas complejas, lo cual, una vez lograda la meta esta permitirá aumentar los niveles de

motivación y autoestima (Bandura, 2000). En consecuencia, se realiza una distinción entre

deporte competitivo y no competitivo, el primero haciendo referencia al diseño de estrategias

que permitan un aumento considerable en la autoconfianza, lo cual, causa una mejora en la

habilitad técnica ejecutando labores con una mayor precisión, mientras que, la segunda el líder

debe discriminar en los motivos que repercuten directamente en el comportamiento deportivo


13

de sus deportistas, disminuyendo exigencias pero permitiendo mejorar el agrado en la

consecución de labores de entrenamiento, lo cual tiene directa incidencia en la percepción de

autoeficacia con respecto al nivel de rendimiento (Torre, Torregrosa & Roca, 2007).

Dadas las condiciones que anteceden el abordaje del término deporte, se encuentra que

la actividad física se define como cualquier movimiento corporal realizado por el sistema

muscular y el sistema óseo y que generan un gasto energético, además de ser una experiencia

personal que consiste en el aumento de la tasa metabólica sobre la tasa basal (Vidarte, Vélez,

Sandoval & Alfonso, 2011).

En referencia a la definición anterior cabe agregar que dentro de la actividad física se

desprenden dos tipos, la aeróbica y la anaeróbica, entendiendo por actividad aeróbica a la

demanda de oxígeno requerida por el cuerpo cuando realiza un ejercicio que demanda mucha

exigencia y necesita de este para su mantenimiento, además de funcionar como adiestramiento

y adaptación de sistemas cardiovasculares, por otro lado, la actividad anaeróbica es aquella que

también tiene una alta exigencia pero el cuerpo no requiere de oxígeno para realizar el trabajo,

ya que, este se realiza con peso, generalmente (López & Macaya, 2007).

De acuerdo con lo anterior y a modo de conclusión, se afirma que un deportista es aquel

que realiza una o varias actividades físicas ajenas a la movilidad de su vida normal. Por tanto,

el deportista es un practicante de mayor o menor intensidad de una actividad física enmarcada

en el juego, la competición, entrenamiento o ejercicio el cual tiene como finalidad el bienestar

físico o psicológico (Alcoba, 2001).

Factores Psicológicos Asociados al Deporte

Se ha evidenciado que los deportistas presentan factores psicológicos, entendidos como

elementos que explican la individualidad y la identidad, es decir, se refiere a los criterios

comportamentales, cognitivos y afectivos que están presentes en la calidad de vida de las

personas y que se representan en el estado y prácticas de salud (Núñez & Tobón, 2005).

Los factores psicológicos son fundamentales para el éxito de las personas en la práctica

del deporte, debido a que éstos tienden a potencializar los niveles de esfuerzo que deben

realizar. A partir de investigaciones se detectaron que los factores psicológicos de las personas

para practicar un deporte están conformados por actitudes, emociones, autoconfianza, auto

concepto, estrés, atención, concentración, ansiedad y personalidad (Marsillas, Rial, Isorna &


14

Fernández, 2014). Por consiguiente, a continuación, se hablarán de dichos factores psicológicos

influyentes en los deportistas y su actividad.

Cognición

La cognición es entendida hacia el contexto social, histórico y cultural en el que ocurre

un procesamiento consciente del pensamiento, imágenes, los resultados y las actividades del

conocimiento, la cognición también es la conversión de relaciones sociales en funciones

mentales; en este proceso toda relación/función aparece dos veces, primero a nivel social y

después en un nivel individual, primero entre personas (interpersonal, interpsicológico) y

después en el interior del sujeto (intrapersonal, intrapsicológico) pero a su vez se adquiere a

través del aprendizaje, es decir, el aprendizaje provoca una serie de desarrollos evolutivos

internos capaces de operar solo cuando el sujeto está en interacción con otros individuos de su

entorno (Vigotsky, 1989).

La cognición también entendida como la adquisición sucesiva de estructuras lógicas

cada vez más complejas que subyacen a las distintas tareas y situaciones que el sujeto es capaz

de ir resolviendo a medida que avanza en su desarrollo. En otras palabras, el ser humano

presenta diferentes etapas de desarrollo y experiencias diarias, Siendo así se ha demostrado que

debido a las características individuales de los propios sujetos que inciden en la tarea no son

capaces de resolver determinados problemas a alto nivel cognitivo, en otras ocasiones dificulta

o bien favorece la resolución de problemas y la concepción que se tiene errónea o no sobre

ciertos datos (Piaget, 1990). Los procesos cognitivos son los procesos psicológicos

relacionados con el percibir, atender, memorizar, recordar y pesar, constituyen una parte

sustantiva de la producción superior del psiquismo humano (Ortiz, 2009). Estos procesos

cognitivos obtienen tres importantes aproximaciones para la compresión de ello, en primer

lugar la aproximación psicometría que mide los cambios cuantitativos en la inteligencia a

medida que la gente va realizando el proceso de maduración , en segundo lugar la aproximación

piagetiana que destaca los cambios cuantitativos en la forma en que la gente piensa a medida

que se desarrolla y por último el modelo de procesamiento de información que se da al examinar

los pasos, acciones y operaciones.


15

Actitudes

El concepto de actitud surge del intento de explicar las regularidades observadas en el

comportamiento de personas individuales. La raíz etimológica de la palabra actitud la

encontramos en el vocablo latino aptitud, el cual significa postura (Moreno, 2008)

"Predisposiciones que impulsan a actuar de una determinada manera, compuestas de

elementos cognitivos (creencias), afectivos (valoraciones) y de comportamiento (tendencia a

resolver)" (Bolívar, 1992).

"Predisposiciones estables de la interioridad que el ser humano adquiere, a partir de los

valores en los que cree, y que lo hacen reaccionar o comportarse favorable o

desfavorablemente, ante situaciones vividas: ideas, situaciones, personas o acontecimientos"

(González Lucini, 1992).

"Tendencias o disposiciones adquiridas y relativamente duraderas a evaluar de una

manera determinada un objeto, persona, suceso o situación y a actuar en consonancia con la

mencionada evaluación" (Sarabia, 1992).

Las actitudes están compuestas por dos dimensiones (Pérez-Samaniego, 2000), las cuales

se caracterizan en primer lugar por, la actitud orientada hacia el resultado (AR), la cual es

definida como la predisposición para valorar la actividad física como medio y conseguir

diversas consecuencias consideradas valiosas socialmente, entre las que destacan el desarrollo

de la condición física, la mejora de la apariencia, la auto superación y la victoria. En segundo

lugar, se encuentra la actitud orientada hacia el proceso (AP), que se define como la

predisposición hacia la valoración intrínseca de la actividad física. La mejora de la condición

física, la victoria o cualquier otro resultado de la actividad física se consideran consecuencias

más o menos importantes de la práctica, pero no le dan su sentido último. Éste, en cambio,

viene proporcionado por creencias referidas al autoconocimiento, el conocimiento de la

práctica y la experiencia personal al llevarla a cabo.

En primera instancia se encuentra que la actitud es un concepto muy amplio, por ende

constantemente se dice presenta una actitud positiva, o tiene una actitud muy negativa, empatía,

coraje, dedicación, colaboración, apatía, enojo, pereza, son términos que ayudan a definir la

actitud en una persona, por lo que se entiende como actitud a la disposición afectiva y

conductual que tiene una persona al responder ante un acontecimiento o situación determinada

(Balderrama-Ruedas, Díaz-Domínguez & Gómez-Castillo).

De igual manera, se concibe la actitud como la predisposición existente entre la acción

que manifiesta las enormes posibilidades de acción que posee la actividad físico-deportiva para


16

poder actuar, tanto en el componente cognitivo como en el afectivo del individuo, haciendo

referencia a la práctica activa como un elemento beneficioso para su salud, forjando de esta

forma nuevos estilos de vida (Keresztes, Piko, Gibbons & Spielberger, 2009).

El término actitud hace referencia a un conjunto de creencias, sentimientos y tendencias

que permiten que el individuo actúe de manera determinada (Dosil, 2002), con base en esto, la

actitud tiene tres componentes básicos que son,

El componente cognitivo está comprendido por las creencias, convicciones, ideas,

expectativas y valores que se tienen acerca de algo, los cuales permiten generar juicios de valor,

tales como verdadero o falso, bueno o malo, positivo o negativo, deseable o indeseable.

El componente afectivo son las emociones y sentimientos vinculados a un objeto en

específico, el cual permite establecer una predisposición ya sea desfavorable o favorable acerca

del mismo. Sentirse bien o mal cuando se piensa en algo predispondrá favorable o

desfavorablemente al individuo a actuar en convicción a su sentir.

El componente conductual hace referencia a la predisposición, tendencia o inclinación

que presenta el participante al actuar o reaccionar de una determinada manera respecto a un

objeto. Se determina entonces que, una persona ante determinado objeto tendrá una actitud,

resultante de la representación cognitiva que hace del objeto, la asociará con hechos agradables

o desagradables y actuará en consecuencia.

Se podría afirmar que cuando una persona asume una actitud ante cualquier actividad es

porque ha ocurrido todo un proceso que lo ha llevado a comportarse de una manera selectiva

ante dicha situación, es por ello que le permite distinguirse ante los demás por dicha

característica, estos “comportamientos” se pueden recopilar en unos grupos con características

similares, siendo así las personas tienen actitudes positivas hacia aquellas cosas, personas,

situaciones o conductas que creen que tienen atributos positivos, y actitudes negativas hacia las

que les atribuyen rasgos negativos.

Actividad Física

La actividad física se refiere a aquellos movimientos corporales capaces de producir un

gasto energético; por tal ésta se suele definir según el ámbito donde se realice ya sea casa,

trabajo o tiempo libre (Román, Serra & Aranceta, 2006). Como también se encuentra que es la

capacidad que tiene el organismo humano de efectuar diferentes actividades físicas en forma

eficiente, retardando la aparición de la fatiga y disminuyendo el tiempo necesario para

recuperarse, esto da como resultado el buen funcionamiento de los órganos, aparatos y sistemas


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del cuerpo humano, debido a la realización periódica y sistemática de actividades físicas. La

persona que se encuentra en buenas condiciones físicas tiene una gran porción de lo que los

comentaristas deportivos llaman "vigor". El cuerpo tiene el poder para recuperarse rápidamente

de lesiones leves a tus tejidos o a su personalidad. El acondicionamiento físico debe ser

practicado toda la vida. Esto significa dormir lo suficiente, una alimentación apropiada,

ejercicios contralados, buena higiene y recreación. Un estado caracterizado por una habilidad

para realizar actividades diarias con vigor, y una demostración de las características y

capacidades que están asociadas con un bajo riesgo para el desarrollo de enfermedades hipo

cinéticas (Pate, 1988).

De acuerdo con lo anterior, la actividad física no debe confundirse con el ejercicio, ya

que este es una variedad de actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con

un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la

actitud física. Este posee beneficios tales como mejora el equilibrio calórico reduce el riesgo

de hipertensión, la diabetes, el cáncer de mama, las caídas y la depresión (Salinas, 2005).

Es por esto que como lo señala Peña, Colina & Vásquez (2009) la actividad física es

cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y da como resultado

un gasto de energía, además, la actividad física en un sentido general se refiere al abanico de

movimientos del cuerpo que cada persona realiza en su vida cotidiana, ordenados desde las

condiciones de vida más normales, pasando por las actividades físicas moderadas. De acuerdo

con lo anterior la actividad física requiere una actitud al igual que cualquier tema perjudicial

para la vida.

La actividad física tiene repercusión en el cerebro ya que un ejercicio regular corporal

aumenta la plasticidad a través de diversos mecanismos, siendo así se encuentra que un ejercicio

continuo ayuda en la edad adulta a sobrellevar el estrés ya que un ejercicio mantenido

proporciona al cuerpo una energía adicional, la actividad física actúa como neuroprotectora

ante la hormona del estrés. El ejercicio físico hace que las personas manejen su propia calidad

de vida ya que las hace más atentas ante su entorno. A lo que a esto se refiere la Organización

Mundial de la Salud dice que la actividad física puede contribuir al desarrollo social de los

jóvenes, dándoles la oportunidad de expresarse y fomentando la autoconfianza, la interacción

social y la integración. También se ha sugerido que los jóvenes activos pueden adoptar con más

facilidad otros comportamientos saludables, como evitar el consumo de tabaco, alcohol y

drogas, y tienen mejor rendimiento escolar (Ayan, 2005).

La sintomatología nerviosa y depresiva cada vez aumenta más por el nivel de trabajo

que se asume con el pasar de los años de igual manera en su investigación deducen que las


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mujeres sedentarias tienen a tener mayor nivel de ansiedad y depresión a diferencia de las que

presentaban actividad física igual que mayor nivel de autoestima. Es decir, la actividad física

no sólo mejora la salud de la persona, sino que de igual manera mantiene en equilibrio el estado

emocional en las personas y el mejor uso de los procesos cognitivos de las personas (Ayan,

2005).

Los beneficios psicológicos de la actividad física mencionados por el Ministerio de

Salud (1993) hablan del bienestar psicológico con respecto a la disminución de la depresión, el

estrés, la ansiedad, la mejora del estado de ánimo igual que el aumento de la actividad social

ya que aumenta la afectividad y en sentido académico resulta acertado practicar la actividad

física ya que mejora notablemente el rendimiento escolar.

La Actividad Física actúa sobre el organismo estimulando los procesos de adaptación y

provocando diferentes efectos en función de los elementos cuantitativos y cualitativos que la

definen. Chillón (2005) establece los factores que exponemos a continuación de la actividad

física. Los factores cuantitativos son, el tipo (considerando la práctica de actividad física con

objetivos de salud, por ejemplo, se diferencian las actividades físicas que involucran a grandes

grupos musculares propias del trabajo aeróbico, del resto de actividades). Intensidad (se expresa

por porcentajes del trabajo realizado por consumo de oxígeno en l/min o ml/min o en costo

energético de la actividad expresado en mets equivalente metabólico, cuya unidad es ml/kg.min,

frecuencia (número de veces que se realiza una actividad física por unidad de tiempo) y

duración (registrada en minutos u horas).

Los factores cualitativos permiten clasificar cada práctica en función del beneficio que

presenta sobre la salud, que puede determinarse por el gasto energético que conlleve o por la

incidencia en otros elementos de la salud como beneficios sociales, aspectos ergonómicos, etc.

clasifica las actividades físicas en Actividad laboral: según el gasto energético se conciben

tareas de carácter activo o de carácter sedentario, aunque la mecanización del trabajo es obvia.

Tareas domésticas: los electrodomésticos como, lavadora, lavavajillas o secadora han reducido

el gasto energético utilizado en estas tareas. Educación Física con objetivos de contribuir al uso

del tiempo libre del alumnado con actividades físicas y la adopción de estilos de vida saludables

(Chillón, 2005).


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Emoción

La emoción se puede definir como una experiencia afectiva de modo agradable o

desagradable y se compone por tres sistemas de respuestas, cognitivo-subjetivo, conductual-

expresivo y fisiológico-adaptativo, a partir de lo anterior, las personas pueden hacer una

anticipación de futuras situaciones integrando su pasado.

Respecto a lo anterior las emociones positivas son las que facilitan la realización o la

práctica de la actividad física, aumentando su frecuencia y duración, a diferencia de las

emociones negativas que generan una reducción al momento de realizar una actividad física y

de igual manera su frecuencia y duración (Sevillano, 2011).

La emoción se refiere a un sentimiento, es decir, un estado afectivo del individuo que es

dado a partir de los sentidos, ideas o recuerdos, generando una alteración en el organismo desde

un factor cognitivo y fisiológico. A nivel fisiológico la emoción es generada desde el sistema

límbico, a partir de amígdala, hipotálamo, hipocampo y cuerpo mamilares y son estas áreas las

que controlan los estados de ánimo, la emoción y la motivación. Lo que conlleva a que la

persona haga un aprendizaje y haga una anticipación a posibles situaciones actúe de una manera

determinada ante alguna próxima situación (Salguero & Panduro, 2001).

En relación a las emociones se dan unas definiciones por distintos autores en primer

lugar donde en primer lugar las emociones son reacciones de tipo fisiológico y psicológico en

el individuo, que son dadas ante algunas situaciones que influyen en la adaptación del mismo,

bien sea el peligro, la amenaza, el éxito y la novedad (Piqueras, Ramos, Martínez & Oblitas,

2009).

Las emociones se pueden identificar a partir de dos grupos, las positivas, que hacen

alusión a las experiencias agradables que puede tener una persona, que se encuentran

estrechamente relacionadas con emociones como la alegría y la felicidad, a diferencia de las

emociones negativas, que se establecen a partir de experiencias desagradables y se relacionan

con emociones de ira, miedo, tristeza, asco, entre otras. Las cuales permiten una preparación

en cuanto a las respuestas adecuadas ante alguna próxima situación. De la misma manera, las

emociones negativas no permiten alcanzar objetivo propuesto, en cambio las emociones

positivas permiten direccionarlo a la gratificación del objetivo (Greco, 2010).

A su vez la emoción es vista como un estado de ánimo del individuo, generado a partir

de los sentidos, las ideas o recuerdos que presentan una alteración fisiológica y cognitiva,

vivenciado como una experiencia agradable o desagradable, es por ello que indica que las

emociones son situaciones de tensión y liberación o como evitación y relación para el individuo


20

direccionándolo por medio bien sea de la tristeza, la alegría, la aprobación o el gusto y la

sorpresa o la anticipación (Salguero & Panduro, 2001).

Las emociones permiten que tres sistemas de respuestas (cognitivo-subjetivo,

conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo), permitiendo que el individuo se prepare para

responder de manera eficaz a las conductas exigida por el contexto donde este se encuentre y

logre acercar o bien sea el caso alejarse de un objeto (Chóliz, 2005).

Igualmente son tendencias de respuesta que presentan un valor adaptativo en el

individuo, que parten de diferentes manifestaciones fisiológicas, entre ellas la expresión facial,

por lo tanto, se identifica que la emoción está dada o reflejada en el individuo en corto tiempo

(minutos o segundos), siendo la respuesta a una acción o a un acontecimiento vivido por la

persona, lo que le permite realizar una evaluación de algún acontecimiento, lo que le permite

proporcionar un valor inmediato ante la situación vivenciada (Vecina, 2006).

Del mismo modo la emoción permite que el individuo logre alcanzar sus objetivos,

puesto que impulsan a la movilización de energía en relación a las percepciones y las acciones

realizadas (Goleman, 1998). Es por ello que la emoción cumple unas funciones importantes en

cuanto a la preparación del organismo para la ejecución de actividades exigidas por el contexto

y un objeto determinado, movilizando la energía necesaria para dirigir la conducta del

individuo, con el fin de acercarlo o distáncialo de su objetivo, así mismo facilita la aparición

de las conductas apropiadas, puesto que predice el comportamiento de los demás individuos;

aportando un valor al proceso de las relaciones interpersonales (Chóliz, 2005).

A su vez las emociones y bienestar se encuentran relacionados con el interés del

individuo, ya que el constructor de “bienestar del individuo” y los factores relacionados, llevan

a un mejor desempeño en la ejecución de alguna actividad, generando bienestar y felicidad en

el mismo, implicando a mantener una constancia en las actividades que realiza (Bisquerra,

2005).

Respecto al desempeño de las actividades en los individuos la emoción tiene un impacto

importante en relación con la motivación, puesto que la ejecución de cualquier conducta tiene

como característica principal la motivación, como direccionamiento e intensidad. Es por ello

que una conducta de la actividad que está dirigida por un alto nivel emocional, conduce al

individuo a realizarlo de manera más vigorosa, facilitando para futuras situaciones una

ejecución eficaz de la conducta (Bisquerra, 2005).

De igual manera se presenta la relación entre la emoción y la motivación las cuales

permiten que se dé una conducta apropiada de motivación del individuo a partir del nivel

emocional del mismo, dirigiéndola hacia un determinado objetivo y será ejecutada con un


21

mayor nivel de intensidad, por lo tanto, se puede identificar que la conducta motivada genera

una emoción y así mismo una la emoción da paso a conductas motivadas, por lo tanto la

emoción es una fuente de actividad adaptativa para el individuo, permaneciendo como elemento

motivador que en algunas situaciones tiene suficiente fuerza de permanencia para el mismo

(Lazarus, Opton, & Averill, 1969).

Por otro lado, cabe resaltar que los individuos tienen una percepción emocional, es

decir, que la persona cuenta con habilidades para identificar y reconocer inicialmente sus

sentimientos y emociones, a partir de sus sensaciones fisiológicas y psicológicas, luego realiza

el reconocimiento de las personas que están a su alrededor, hasta llegar a identificar la expresión

facial, movimientos corporales y el tono de voz, logrando adquirir la habilidad de discriminar

de manera acertada las emociones expresadas por los demás, lo que le permite mejorar sus

relaciones interpersonales (Fernández & Extremera, 2009).

La identificación de emociones en relación a otros individuos, está en el poder entender

al otro ante su situación, alcanzando una interpretación o una valoración subjetiva de las

emociones, desencadenando diferentes reacciones en las personas por su entendimiento o en sí

misma a medida que transcurre el tiempo. Por lo cual, las emociones pueden ser evaluadas a

partir de la manifestación externa y observable de la misma, considerando que han sido

consecuencia de un aprendizaje y la cultura (Greco, 2010).

Respecto a lo anterior, se evidencia que para lograr obtener un resultado en relación al

desarrollo de habilidades es importante la educación de las emociones, puesto que en la

actualidad es de suma importancia concientizar a los individuos, en vista de que tiene unas

consecuencias negativas. Por lo tanto, se debe trabajar en el autoconocimiento, autocontrol, la

empatía, la escucha activa, la resolución de problemas y colaborara a otros, puesto que, a partir

de estos los individuos asumen el auto-reconocimiento y el poder trabajar con las demandas del

contexto donde se desenvuelve el individuo y logra obtener niveles elevados de bienestar

emocional y las personas de su entorno (Mulsow, 2008).

La formación de las emociones del individuo se evidencia principalmente a la familia,

puesto que, son quienes brindan afectividad y a medida del tiempo el individuo realiza una

evaluación de los espacios que favorecen o perjudican el desarrollo de la misma, a partir de

situaciones vitales cotidianas, realizando una valoración a la manera en la que afronta las

distintas situaciones en las que vive y las herramientas adquiridas por su núcleo familiar, más

su potencial adquirido en su proceso de desarrollo (Vivas, 2003).

Por último, en relación de la emoción con la práctica deportiva, se evidencia que para

la práctica deportiva requiere de los procesos baciscos del individuo en relación a la emoción


22

como proceso básico en la realización de alguna actividad física, se encuentra relacionada con

las atribuciones emocionales experimentadas por parte del individuo en su práctica deportiva,

puesto ellos identifican su valor de la actividad física, bien sea de éxito o el fracaso en la

ejecución de la actividad proporcionando resultados a partir de su impacto emocional brindando

el valor de atribución positivo o negativo, sin embargo, se debe tener en cuenta la clase de

deporte o actividad física que desempeña el individuo y sus necesidades (Cantón & Checa,

2012).

En relación a lo dicho por cada autor se puede concluir que la emoción permite que el

individuo tenga una reacción física y cognitiva, puesto que, se evidencia un impacto en cuanto

a la reacción próximas situación, relacionando una experiencia inicial que conlleva a tener una

activación fisiológica y unos pensamientos en la persona, en relación a los deportista se ven

estrechamente relacionados, puesto que a persona al realizar algún actividad realiza una

asociación y de acuerdo al resultado que tuvo a partir de esa experiencia se acerca a próximos

eventos que generaran un recuerdo y una activación que lo lleva a una consecuencia y un

aprendizaje en próximas situaciones, así mismo se evidencia que la persona es subjetiva en

elegir que puede llegar a ser una emoción positiva o negativa, agradable o desagradable, a partir

de su acercamiento al contexto.

Es por ello que las personas que ejecutan algún deporte o realizan algún tipo de actividad

física, se basan en sus experiencias y hacen un reporte de la emoción que le pude producir

ejercitarse o en anteriores situaciones ha tenido buenas o malas experiencias y a partir de ellas

toma una decisión de realizar o una actividad física o deporte, por la valoración que han dado

a medida de la ejecución de la misa, así mimo, el nivel de emoción a partir de los aprendizajes

obtenidos desde el desarrollo de individuo, hasta enfrentarse al contexto con la formación

emocional que ha adquirido de su propia experiencia o de los contextos en los que el individuo

de desenvuelve (Vivas, 2003).

Autoconcepto

Se entiende por autoconcepto las percepciones del individuo sobre sí mismo, las cuales

son el resultado de la acumulación de autopercepciones obtenidas a partir de las experiencias

vividas por cada uno a lo largo de su vida (interacciones con el ambiente) como también las

atribuciones que él mismo hace de su propia conducta, así como el concepto que el individuo

tiene de sí mismo como un ser físico, social y espiritual (García & Musitu, 1999).


23

Encontrando que el auto concepto está estructurado en varios dominios (académico,

personal, social y físico) cada uno de los cuales se dividiría a su vez en dimensiones de mayor

especificidad, lo cual hace que su importancia en la elaboración del propio sentido personal, se

encuentre fuertemente relacionadas con la edad de los individuos (Axpe & Uralde, 2008).

Por otro lado, el autoconcepto sería definido como un conjunto de conocimientos que

las personas tienen sobre sus características, el cual se desarrolla o aparece a partir de los dos

años, ya que es a esta edad que el niño empieza a tener un sentido de continuidad y ubicación

del sí mismo en el cuerpo. Como se menciona anteriormente el autoconcepto no sólo se define

desde la perspectiva individual sino que también se ve inmerso por lo social (exogrupo es el

grupo que se percibe diferente al que el endogrupo le da una valoración negativa) a lo cual se

denomina autoconcepto colectivo, es decir cuando uno se percibe como similar a los miembros

de un grupo y diferente de las personas de los exogrupos, se hace saliente la identidad o

autoconcepto social, encontrando los atributos idiosincrásicos o específicos de una biografía

individual caracterizan al autoconcepto personal. Cuando uno se percibe como una persona con

atributos únicos, se hace saliente el autoconcepto o identidad personal (Rovira, Fernández

Ubillos & Zubieta, 2005)

A su vez se ha encontrado que la importancia del autoconcepto reside en la formación

de la personalidad, ya que influye en la competencia social, cómo se siente, cómo piensa, cómo

aprende, cómo se valora, cómo se relaciona con los demás y, en definitiva, cómo se comporta

(Clark, Clemes y Bean, 2000), generando así unas denominaciones del mismo, en donde se

encuentra el autoconcepto general o global el cual está determinado por el grado de importancia

que demos a cada uno de los componentes específicos, es decir “depende” de los juicios de

valor son satisfactorios, entonces obtendremos un autoconcepto global positivo o por el

contrario generamos sentimientos negativos los cuales repercutirán en un autoconcepto global

negativo (Harter, 1986).

A partir de lo anterior se afirma que el autoconcepto juega un papel decisivo y central

en el desarrollo de la personalidad, tal como lo destacan las principales teorías psicológicas, un

autoconcepto positivo está en la base del buen funcionamiento personal, social y profesional

dependiendo de él, en buena medida, la satisfacción personal, el sentirse bien consigo mismo.

De ahí que el logro de un equilibrio socio afectivo en el alumnado a partir de una imagen

ajustada y positiva de sí mismo figure entre las finalidades tanto de la Educación Primaria como

de la Educación Secundaria Obligatoria. Es por esto que lograr un autoconcepto positivo es uno

de los objetivos más pretendidos en numerosos programas de intervención psicológica (Goñi,

2005).

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=709233

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Posteriormente varios investigadores pusieron en tela de juicio la relación de

autoconcepto y la actividad física en donde encontraron que aquellas personas que realizaban

deporte tenían puntuaciones más altas en todos los subdominios del autoconcepto, como

también Moreno y Cervelló (2005), comprobaron que los adolescentes que practicaban

actividad física más de tres veces a la semana obtenían puntuaciones más altas en autoconcepto

debido a competencia deportiva, condición física, fuerza y atractivo físico, como también

encontraron que el autoconcepto está claramente unido a la motivación, de hecho, la percepción

de incompetencia y una baja percepción de autoconcepto físico podría conducir hacia una falta

de motivación (Ryan & Deci, 2000). Además, se ha visto que aquí también tiene influencia la

variable del sexo, ya que los chicos estaban más motivados intrínsecamente por la práctica de

actividad físico-deportiva que las chicas (Amorose & Horn, 2000).

Autoconfianza

Hace referencia a la capacidad de poder implementar una tarea permitiendo que ésta se

pueda ejecutar con éxito y por ende generar un resultado. La autoconfianza se puede medir a

partir de los éxitos y los fracasos que tiene la persona al momento de realizar la actividad física

(González, Valdivia, Cachón, Zurita & Romero, 2017). Como también se encuentra que la

autoconfianza es una emoción que predispone a una satisfacción personal, asimismo es una

“creencia” que influye en la realización satisfactoria de una conducta predeterminada o

deseada, lo que equivale a la suposición de que el éxito se va a conseguir, es decir consiste en

tener un planteamiento mental positivo sobre lo que va a suceder, teniendo expectativas

realistas de aquella conducta que se está convencido en lograr (Buceta, 2004).

Este constructo, en el deporte es definido por Dosil (2008) como el grado de certeza, de

acuerdo con las experiencias pasadas, que tiene el deportista respecto a su habilidad para

alcanzar el éxito en una determinada tarea, es decir, la creencia de que puedes hacer realidad

un comportamiento deseado, en donde depende la percepción que tiene la persona sobre su

capacidad para enfrentarse a una determinada tarea. De acuerdo con lo anterior se encuentra

que la autoconfianza depende de la congruencia entre las expectativas previas y los logros

deportivos reales, pero más específicamente, los aspectos que influyen en la autoconfianza son

la percepción de control de la situación, la perspectiva realista y ajustada de las expectativas,

la percepción apropiada del éxito-fracaso, trascendencia de la evaluación del rendimiento y las

experiencias reales de éxito deportivo (Buceta, 1999).


25

Según Bandura (1977), postula que la percepción de autoconfianza depende de las

creencias de las personas en relación con su eficacia, la cual se desarrolla a través de cuatro

formas las experiencias de dominio, las experiencias vicarias, la persuasión social y los estados

psicológicos y emocionales, como también propone tres dimensiones, en primer lugar es el

logro de ejecución esperado del individuo o el número de tareas que puede realizar para el logro

del objetivo, en segundo lugar la fuerza que determina la certeza que tiene el sujeto de lograr

con éxito las tareas a alcanzar y finalmente la generalidad que considerada el número de

dominios en los cuales los individuos se consideran eficaces, para finalizar considera que

autoconfianza es un sinónimo de autoeficacia a lo cual define como “un concepto que engloba

los juicios de cada individuo sobre sus capacidades, en base a los cuales organizará y ejecutará

sus actos de modo que le permitan alcanzar el rendimiento deseado”.

Por otra parte se distinguen cuatro niveles de “actuación” en relación con la

autoconfianza, los cuales son la falta de confianza, entendida como los recursos que adolecen

de la confianza necesaria para emplearlos frente a situaciones bajo presión ambiental, por

ejemplo, cuando en un deporte se va perdiendo, el exceso de confianza que se observa en

aquellos deportistas que creen que no tienen que prepararse porque consideran que tienen

sobrada capacidad para realizar la tarea, se creen los mejores, la falsa confianza que se

caracteriza por tener una actitud hacia los demás que no refleja la desconfianza y preocupación

que experimenta el deportista en su interior y finalmente la confianza óptima la cual pretende

conseguir, según la cual es preciso que crean que van a rendir al máximo nivel de preparación,

a partir de establecer una serie de objetivos realistas a su alcance (González-Oya, 2004).

Seguido de esto se afirma que la autoconfianza es uno de los mejores pronósticos de éxito

competitivo, debido a que está íntimamente relacionada con la ejecución y con las estrategias

que utiliza el deportista para resolver las diferentes situaciones de competición.

El Estrés

El origen del término "estrés", mayormente reconocido y utilizado en áreas de

conocimiento como la psicología y la psiquiatría, se remonta a finales del siglo XVIII en el

campo de la ingeniería, este término inicialmente explica la relación existente entre la

aplicación de una fuerza externa o carga sobre alguna estructura física, siendo acuñado por el

físico inglés Robert Hooke (Navlet, 2012).

Durante el siglo XIX el concepto de estrés fue introducido en áreas como la biología,

de la mano de científicos como Claude Bernard por medio de su aplicación en lo que fue el


26

desarrollo teórico de lo que denominó como la homeostasis, o la capacidad de autorregulación

celular tanto interna como externa, esta identificación y diferenciación permitió la posterior

comprensión de cada uno de los ambientes celulares mencionados y que al estar sometidos bajo

las leyes de la termodinámica posibilitó entender también cómo ciertas afecciones (o averías),

entre ellas el estrés, puede llegar a alterar tal equilibrio en un cuerpo (Quirce, Badill, Badilla,

Corrales & Cárdenas, 2010).

En las primeras décadas del siglo XX llega a comprenderse la funcionalidad y acción

del estrés en un organismo por medio del uso de una analogía con la teoría de puentes de

ingeniería, en la que el puente representaba al individuo y el estresor a la petición realizada

inmersos en condiciones espacio temporales que indican el aumento del estrés y la medida en

la que el organismo era afectado hasta su muerte o el colapso del puente (Quirce, et al., 2010).

En los años treinta Hans Selye hace una aprobación y extensión del concepto de

homeostasis propuesto por Cannon, en el que se hace un abordaje principalmente a respuestas

mediadas a nivel fisiológico y cuyo responsable es el eje hipotalámico, también, menciona que

ante una situación estresante se puede generar cierto nivel de afecciones o consecuencias dentro

del sujeto, ya que, una exposición prolongada a un evento adverso o estresante tiene

afectaciones negativas para el organismo (Sandi, 2000).

También, durante esta década se habló de un síndrome de adaptación y de estresores

desencadenantes del estrés, siendo abordado como reacciones fisiológicas que se presentan en

conjunto ante un estímulo que el organismo puede considerar una amenaza, ya sea física,

psicológica y social, este, es un proceso dividido en tres fases, las cuales serán descritas a

continuación (Selye, 1936).

En la primera fase o reacción de alarma, ante una amenaza o demanda de recursos se

produce una reacción física o de tipo afectivo en la que se establece la responsabilidad que se

tiene sobre la respuesta de ansiedad, por ende este está expuesto a condiciones desadaptativas,

ahora bien, se establecen dos momentos en esta reacción de alarma, el primero se encarga de la

reacción ataque-huida, en el que existe una hiperactividad del sistema simpático, en las que si

aún se encuentran activas dichas amenazas se prosigue con la fase de resistencia.

En la segunda fase o resistencia, se establece una imposibilidad por parte del individuo

de mantener niveles de activación fisiológica constantes aun cuando el estímulo estresante

sigue presente, principalmente se caracteriza por un nivel alto de activación del hipotálamo

causando un ahorro energético almacenado en el organismo causando una disminución en

funciones específicas del organismo, por otro lado, como esta activación ha estado presente


27

constantemente genera una fase de finalización o agotamiento, la cual será descrita a

continuación

Finalmente, en la tercera fase o agotamiento, se produce una disminución notable en la

respuesta ante el estímulo estresor por su prolongada presencia, lo cual genera alteraciones

tanto psicológicas como a nivel fisiológico denominado enfermedad de adaptación, causando

ruptura en la homeostasis y probablemente generando daños nocivos o letales para el individuo.

En 1944 el término estrés aparece en el índice Psychological Abstract (Lazarus &

Folkman, 1986) y a partir de allí se realiza una gran cantidad de estudios sobre la incidencia

del estrés sobre el comportamiento humano, es decir, sus efectos en la población bajo

características contextuales específicas, un ejemplo yace en el rendimiento de soldados en

combate, ya sea para lograr determinar la vulnerabilidad que estos presentan ante lesiones como

para enfermedades, con base en esto, también desemboca una cantidad mayor de estudios en

los cuales, se abordaba el término estrés como una exigencia máxima para el rendimiento con

base en la presencia de diversos agentes estresantes (Navlet, 2012).

Teniendo en cuenta lo anterior, en la actualidad, el concepto de estrés en la psicología

puede entenderse como aquel desequilibrio entre las tareas que se deben realizar y la capacidad

que poseen los sujetos para cumplirlas (González, et al., 2017) a través de la ejecución de un

conjunto de procesos fisiológicos y psicológicos que los preparan para actuar en consecuencia

y responder a dicha demanda o tarea (OMS, 2000), la presencia de estrés se da ante la

evaluación que hace un individuo sobre su entorno y la percepción que obtiene de este, dicha

evaluación está compuesta por dos momentos, el primero de ellos consiste en analizar el grado

de peligro o desafío representado, el segundo por su parte se basa en estimación de los recursos

de respuesta con los que cuenta ante la situación, (Lazarus & Folkman, 1986).

Finalmente, establecer una definición como tal del concepto estrés no es una labor

sencilla, ya que se deben tener en cuenta aspectos como el énfasis que se establezca en cuanto

a uno u otro elemento que conforme la reacción del individuo ante el estrés, a su vez, esto

permite tener una comprensión sobre la importancia que juega una situación junto con las

variables que corresponden a un momento específico, principalmente estableciendo énfasis a

diversos tipos de estímulos, como lo son los estresores. Mientras que, las situaciones estresantes

hacen referencia al grado de activación fisiológica que diferencia la reacción provocada versus

las conductas que están presentes (Sandi, 2000).

Por otro lado, el modelo transaccional, establece una interacción entre la persona y el

medio ambiente que lo rodea conceptualizando el estrés, por lo que, existe un proceso que se

encarga de regular dicha interacción, conocido como un sistema basado en la percepción y la


28

cognición, lo cual permitió establecer diversos estudios en cuando al desarrollo de este modelo

en diversos contextos, en los que, se estipula una relación entre la salud mental y lo que

corresponde al estrés del individuo. El individuo puede experimentar estrés con base en la

valoración cognitiva establecida y los recursos que cuenta para afrontar el suceso, ya que, al

sobrepasar estos recursos se determinaría como desbordante y emergería el estrés. (García-

Moran & Gil-Lacruz, 2016); Muñoz, Vega, Berra, Nava, & Gómez, 2015).

Con base en lo anterior, existen estudios que hablan acerca de las variaciones que

presentan los sucesos en la realidad de cada una de las personas, bajo aspectos como la edad,

el sexo e incluso la cultura bajo la educación y su contexto social.

Por consiguiente, dichos estudios mencionan que las variaciones en la realidad

perceptual de las personas con base en las variables anteriormente mencionadas, se dan en

mayor frecuencia en mujeres que en hombres, además que, en el proceso de desarrollo, en la

adolescencia se evidencia una mayor vulnerabilidad a eventos estresantes, es por esto que la

relación que existe entre las fuentes de estrés y los procesos de adaptación pueden variar.

(Ciairano, Menna, Molinar & Aleni 2009); (Gómez, Barcelata, Durán, & Villafranca, 2004).

Si bien, el desarrollo de las fuentes de estrés y la taxonomía de sus tipos permiten

entender dentro de la etiología de la psicopatología su rol, se haría mucho más sencilla la

comparación entre diferentes tipos de estresores y su entendimiento con base en las

características tanto individuales como contextuales (Arrington & Wilson, 2000; Grant,

Compas, Stuhlmacher, Thurm, McMahon & Halpert, 2003).

Profundizando en los procesos de adaptación generados a partir del estrés (Fernández-

Abascal, 2003) el ambiente exige que exista un repertorio de recursos, entre los cuales se

destaca el biológico y el psíquico con el fin de someter al individuo a situaciones que

representen exigencias de sus recursos. Para este proceso existe la participación de las

emociones y las motivaciones, ya que ambos permiten una adecuada adaptación bajo el

direccionamiento de la conducta, por lo cual se establece que el estrés no corresponde ni a un

motivo ni a una emoción.

En consecuencia, se debe tener en cuenta que para el proceso de adaptación existen

demandas de diferentes tipos para que el comportamiento se direccione a la adaptación dentro

de su contexto, se propone un enfoque bidimensional, en el cual, diversos estudios (Karasek,

Russel & Theorell, 1982) se centraron en establecer la intensidad y el nivel de control que el

sujeto puede ejercer sobre las conductas fruto de su estrés.

Se concluye que si un individuo es capaz de controlar situaciones, generando cierto tipo

de modificaciones o alteraciones de las características de los eventos o agentes estresores, tales


29

como, las condiciones del entorno y procesos cognitivos, se podrá generar un nivel de

modificación en cuanto a la intensidad y al nivel de reacción que se tiene del estrés, en

conclusión, la incidencia en la intensidad de la reacción del estrés se basa en el grado de control

que tenga el sujeto sobre estas condiciones.

Actualmente la psicopatología presenta interés en realizar un proceso de prevención en

cuanto a la identificación de factores de riesgo, por lo cual, se comprende que durante las

diversas etapas de desarrollo este está presente, en consecuencia, se establece la resistencia al

estrés y se entiende como la capacidad de un individuo a llevar a cabo el proceso de adaptación

tanto positivo como negativo con base en la resiliencia, esto con el fin de mejorar la resistencia

al estrés, aunque, la presencia de resiliencia en el proceso de adaptación no es necesariamente

un pilar que se encuentre en todos los dominios de la vida y debido a esto las situaciones suelen

cambiar con respecto a la demanda ambiental (Suniya, 2006; Sameroff & Rosenblum, 2006).

Si bien el estrés ante respuestas exageradas o insuficientes, produce trastornos

psicológicos de diferente intensidad que pueden llegar a deteriorar y afectar el desarrollo de las

actividades cotidianas de la persona, ocasionando en últimas fenómenos como las

somatizaciones que si no se consiguen controlar, pueden derivar en enfermedades de diversa

índole y algunas muy graves, en consecuencia, afectar negativamente al individuo a nivel

personal y social, teniendo en cuenta su vulnerabilidad tanto física como intelectual y

psicosocial (González, Valdivia, Cachón, Ortega & Romero, 2017). Por consiguiente, en

proporciones equilibradas el estrés puede ser estimulante posibilitando de ésta manera la

culminación de la tarea de forma eficaz (García-Moran & Gil-Lacruz, 2016) y permite obtener

un mayor grado de atención y motivación con el fin de enfrentar las demandas de la actividad.

Con respecto a los desencadenantes como factor fundamental dentro del estudio del

estrés se centran investigaciones en las cuales se establece que las respuestas a nivel psicosocial

están relacionadas con factores de la misma índole, además que, dependiendo del evento

estresante (puede ser el mismo), se pueden generar diversos tipos de respuesta ante un estímulo

estresante, es decir, existe una relación entre las variables psicosociales la vulnerabilidad que

se puede presentar con respecto al estrés (Sapolsky, 1995).

Teniendo en cuenta ahora factores individuales en este postulado se establece una

relación entre el estrés junto con las variables de personalidad de cada individuo bajo

mediadores como creencias, compromisos, valores, motivos, rasgos de personalidad y

características culturales, quienes son las encargadas de brindar respuestas diferentes ante el

mismo estímulo adverso (Sánchez-Elvira, 2000), por otro lado, existen otras opciones que

mencionan que el sujeto se enfrenta a características del entorno bajo la modificación de su


30

vida cotidiana o al abandono de rutinas que conllevan a la creación de nuevas actuaciones en

las que anteriormente se realizó una valoración tanto de las necesidades como de las

condiciones del momento, por consiguiente, el estrés psicológico es el resultado de la relación

del sujeto con su entorno independientemente el tipo de variable presente, ya sea psicosocial o

de personalidad (Lazarus & Folkman, 1986).

En razón de lo expuesto y en relación con el ámbito deportivo el origen del estrés en la

práctica de actividades físicas se da por desencadenantes presentes antes, durante y después de

la actividad, ya sea por cuestiones situacionales como las peculiaridades y exigencias de la

práctica deportiva o por características personales de los deportistas, lo cual genera una

influencia entre los motivos de la actividad y las condiciones en que ésta se desenvuelve

(González, 2001; García, 2001). Para evidenciar cómo los factores ambientales, psicológicos y

sociales tienen incidencia directa sobre el estrés (Navlet, 2012) establece cuatro fases, las cuales

se describen a continuación.

Primera fase, demanda medio-ambiental, físico o social, es una situación en la cual el

sujeto aprecia que las exigencias que tiene que vencer, exigen o exceden la expresión de todos

sus recursos y habilidades, de manera que la valoración objetiva de la situación y la

autovaloración de las posibilidades propias desempeñan un papel importante en la aparición de

este estado (González, 2001).

Segunda fase, percepción de la demanda y decisión sobre el tipo de respuestas el

momento en el cual se genera un grado de ansiedad al cual se asigna un nivel de amenaza de la

situación demandante, es por ello que no todos aquellos que realizan actividades físicas, pueden

percibir una situación de la misma manera.

Tercera fase, respuesta de estrés entendida como la percepción de desequilibrio ante la

demanda de la situación y la probabilidad de lograr que su respuesta sea exitosa, en este punto,

se tiene en cuenta el grado de ansiedad y activación fisiológica representados bajo la atención,

la concentración y la tensión muscular.

Cuarta fase, consecuencias conductuales de la respuesta. Ante la demanda, el deportista

actúa con base en una serie de decisiones tomadas y si se presenta una demanda extra como

resultado de la conducta, se inicia de nuevo con la primera fase.

Con respecto a las fuentes de estrés existentes dentro de la actividad física o deportiva

se obtienen diversas opciones, entre los cuales existen factores como preocupación por

rendimiento o nivel, falta de confianza en la capacidad física del sujeto, economía, tiempo,

factores personales que presenten dificultades en el desarrollo de la actividad física,

experiencias traumáticas, entre otros; lo anterior forma parte de la dimensión de importancia


31

percibida en el proceso de actividades físicas o deportivas (Lowe, 1971), además de, la

incertidumbre en los eventos deportivos debido a la atribución subjetiva de importancia y la

dificultad que presenta el control de este factor (González-Carballido, 2001), siendo los

primeros establecidos correspondientes a factores situacionales, por otro lado, los factores

personales, se establecen bajo ansiedad como un rasgo y el nivel de autoestima (Scanlan, 1986),

los primeros corresponden a un factor de la personalidad, en el que, se es capaz de establecer

un nivel de amenaza sobre una competición y a su vez sobre una evaluación social, ahora bien,

existe una relación proporcional entre ansiedad rasgo y la competición, ya que, entre mayor

nivel de ansiedad rasgo, se percibe el escenario deportivo y la demanda ambiental como más

amenazadora, mientras que, caso contrario con quienes tienen ansiedad rasgo en bajos niveles,

lo cual permite establecer un menor amenaza ambiental del evento deportivo, por otro lado, el

nivel de autoestima, también tiene una relación proporcional, en cuanto a que mayor nivel de

autoestima se presenta un mayor nivel de confianza, mientras que, a menores niveles de

autoestima menor nivel de confianza (Navlet, 2012).

Una situación estresante, ya sea real o imaginaria, tiende a ser interactiva, dinámica y

multidimensional, en dicha situación inciden actitudes emocionales tanto positivas como

negativas, obteniendo como resultado una respuesta conductual que tiene como objetivo

anticiparse a necesidades en un futuro, como proceso general de adaptación necesario para la

existencia (Navlet, 2012).

Atención

Durante la vigilia, el individuo recibe cantidad innumerable de información sensorial la

cual proviene del exterior e interior del organismo, es por esto que dicha información excede

la capacidad de procesamiento por parte del sistema nervioso, por tal motivo se hace necesario

que el mecanismo neuronal regule y focalice la información, para de esta manera poder

procesarla, seleccionarla y organizarla (Estévez, García & Junqué, 1997).

La atención hace referencia a un proceso cognitivo, el cual consiste en seleccionar

aspectos en el contexto permitiendo que se pueda percibir de forma consciente. Dicho proceso

se da cuando el receptor capta de manera activa lo que ve y lo que oye, esto es debido a que él

puede centrar su atención en algo en específico, permitiendo de igual manera realizar más

actividades al tiempo, por medio de destrezas y desarrollo de rutinas automáticas (Fuenmayor

& Villasmil, 2008).


32

Debido a esto, la atención varía según el momento determinado, mediado por la

motivación o el estímulo que esté de por medio. Es por esto que la atención permite guardar en

la memoria sucesos, eventos u objetos en específico que le serán de fácil recordación al sujeto

(Fuenmayor, et al., 2008).

La atención está compuesta por unos factores fundamentales, los cuales son la

orientación, la exploración y la concentración y por otro lado se encuentran la distractibilidad,

la impersistencia, la confusión y la negligencia que hacen referencia a los déficits de dicho

proceso cognitivo (Estévez, et al., 1997).

Cuando el sujeto va creciendo, su capacidad de atención no varía en cuanto a la cantidad

de contenido, sino en lograr mantener la atención y discriminar el objeto en el cual recaerá

dicho proceso cognitivo (Fuenmayor, et al., 2008).

Los deportistas suelen discriminar a partir de los focos atencionales o determinantes,

los cuales poseen dos características importantes, una de ellas es la amplitud referida a la

cantidad de información procesada en el mismo momento con base en la cantidad de estímulos

atendidos y donde aparece la amplitud amplia y la amplitud reducida, éstas se fundamentan en

la cantidad de estímulos que se atiendan y no son mutuamente excluyentes, por lo que, son

complementarias entre sí (Aguirre, Ayala & Ramos, 2015).

A partir de esto, existen dos tipos de determinantes que son los externos e internos. En

cuanto a los determinantes externos, hacen referencia a las características propias del estímulo

los cuales generan que el sujeto centre su atención en estos, basados en la intensidad que está

relacionada con la fuerza del estímulo en comparación con otros y la novedad que hace

referencia a la diferencia que tiene dicho estímulo con relación a los demás. Por otro lado, se

encuentran los determinantes internos, los cuales hacen referencia a características propias de

las personas con relación a su entorno, los cuales van a determinar su foco atencional

(Hernández, 2012).

De igual manera, la atención se puede dar a partir de tres tipos, los cuales son en primer

lugar la atención involuntaria que se da cuando un estímulo captura la atención del sujeto

debido a la fuerza que éste tiene, sin que el sujeto tenga la voluntad de discriminarlo, por tal

motivo está ligado al instinto. En segundo lugar, la atención voluntaria está estrechamente

relacionada con el desarrollo del sujeto, puesto que la relación con el ambiente es fundamental

para el fortalecimiento de los procesos psicológicos, permitiendo de esta manera que discrimine

estímulos que son o no de su agrado a partir de las experiencias que ha tenido a lo largo de la

vida. Finalmente, se encuentra la atención habitual que hace referencia a un hábito que ha

adquirido la persona por medio de sus actividades diarias, las cuales le permiten discriminar de


33

manera sistemática ciertos estímulos, debido a esto se puede considerar que la atención habitual

es consecuencia de la atención voluntaria (Hernández, 2012).

Ansiedad

Durante el siglo XX, a lo largo de las décadas correspondientes a los años 50 a los 80,

se desarrollan un gran número de postulados con respecto a la ansiedad, sus orígenes, definición

y efectos en los sujetos, con los que sus autores intentan otorgarle una categoría teórica

indicando en últimas que esta puede definirse como una emoción o reacción emocional (Lewis,

1980; Saz, 2000) ante situaciones que representen incertidumbre y peligro (Tobal, 1990).

Es por lo anterior que algunos autores señalan la importancia biológica de la ansiedad

(Sandín & Chorot, 1995) en tanto está directamente relacionada con procesos de anticipación

y protección personal que permiten la supervivencia del sujeto en los diferentes contextos y

actividades en los que se desarrolle.

El abordaje científico de la ansiedad ha suscitado grandes problemas de tipo conceptual

debido a la muy común confusión de esta con otras emociones y estados como la angustia,

estrés, temor, miedo y arousal, entendiéndose este último como aquella función energizante

responsable de controlar de manera más eficiente los recursos corporales al momento de

realizar cualquier actividad de gran demanda (Sage, 1984).

La mayoría de investigaciones se han desarrollado a lo largo de la historia con dos

problemas fundamentales, la ambigüedad conceptual del constructo de ansiedad y las

dificultades metodológicas para abordarlo (Sierra, Ortega & Zubeidat, 2003).

El término ansiedad desde su traducción del alemán al inglés y francés posteriormente

al español ha permitido establecer líneas de investigación desde la psicología y el psicoanálisis

siendo por ésta solapado bajo la denominación y conceptualización de la angustia durante

varios años, en la actualidad estos dos conceptos son avalados como sinónimos ya que a nivel

físico se manifiestan con una serie de efectos fisiológicos similares (Sierra, et al., 2003).

Con respecto al miedo versus la ansiedad también a la definición de ésta se le atribuyen

características correspondientes al miedo, emoción primaria, a menudo intensa, que se

experimenta ante un peligro real percibido como tal, que provoca reacciones de huida o de

ocultamiento. La ansiedad, por el contrario, se produciría ante una situación presentida como

peligrosa para el sujeto y su respuesta sería complementaria a la provocada por el miedo. En la

ansiedad se hablaría de proacción (Fernández-Abascal, 2003) miedo y ansiedad “configuran


34

una familia emocional, ya que comparten recursos y funciones, al tiempo que actúan de forma

complementaria” (Fernández-Abascal, 2003, p. 278).

La ansiedad se manifiesta en la persona desde lo psicológico y lo mental, sin embargo,

estas no son reales son difusas en el individuo, puesto que no hay objetivo claro del porque se

presenta, por lo tanto, se manifiesta en forma de crisis y en casos ya muy graves se evidencia

con síntomas obsesivos o histéricos, así mismo se evidencia que la ansiedad presenta una

cercanía con el miedo, se debe tener en cuenta que la ansiedad puede expresarse como un temor

por parte del individuo ante alguna situación del contexto, evidenciándose el aspecto emocional

(Bertoglia, 2005).

Por otro lado, es una emoción básica del ser humano que conlleva una respuesta

adaptativa normal ante el peligro pues produce sentimientos de indefensión y aunque haya

ausencia de los estímulos estresores se genera disfuncionalidad a nivel psicológico y fisiológico

del individuo (Castellanos, Guarnizo, & Salamanca, 2011).

Esta emoción se encuentra constantemente ligada a las diferentes tareas o demandas

que se puedan presentar en la cotidianidad, es parte fundamental en los procesos adaptativos y

de supervivencia en tanto permite prever situaciones amenazantes, ya sean imaginarias o reales

y anticiparse a las mismas.

Tal estado se manifiesta de maneras leves a graves de tipo corporal, cognitivo y

conductual; los efectos corporales de la ansiedad son visibles por medio sudoración, tensión

muscular, quejidos, pulso acelerado, respiración entrecortada, indigestión, diarrea, disfunción

sexual, entre otras (Sierra, et al., 2003) de manera cognitiva, la ansiedad se presenta desde una

leve preocupación hasta el pánico, causando en sus formas graves implicar la convicción de un

destino inminente (el fin del mundo o la muerte), preocupación por lo desconocido o temor de

perder el control sobre las funciones corporales. Las manifestaciones conductuales implican la

evitación de situaciones inductoras de ansiedad (Sue, 1996).

Una de las actividades que mayor ansiedad puede provocar en una persona es la

realización de prácticas deportivas tanto de bajo, medio y alto rendimiento entendiéndose que

éste último se ve afectado por el nivel de ansiedad perjudicando la calidad de la atención y

como consecuencia, a la ejecución de la disciplina.

Se presentan tres tipos de ansiedad, ansiedad cognitiva referida a los pensamientos del

deportista, la ansiedad conductual que es la que se refleja en su comportamiento manifiesto y

la ansiedad somática que se muestra en las respuestas fisiológicas del deportista, como el

aumento de la frecuencia cardíaca y/o la sudoración (Kent, 2003).


35

En este sentido, el origen de la ansiedad puede clasificarse de manera endógena, siendo

aquella que es autónoma y exclusiva de los procesos psicológicos del sujeto en tanto que la

ansiedad exógena responde a los estímulos ambientales y sociales de los cuales hace parte la

persona (Sheehan, 1982), en éste caso el deportista.

En el ámbito deportivo la ansiedad puede tener un origen tanto endógeno como exógeno

afectando de igual manera el rendimiento de los deportistas ya que desde una perspectiva

psicológica existen evidencias intuitivas sobre la relación existente entre los estados

psicológicos y el rendimiento deportivo (Sánchez, González, Ruiz, San Juan, Abando, Nicolás

& García, 2001). Las variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, como

son los estados de ánimo, las expectativas, el nivel de activación o arousal y la ansiedad en

situación de competición, han sido objeto de numerosos y exhaustivos estudios desde la

Psicología del deporte (LeUnes, Hayward & Davis, 1988).

Las diferentes situaciones de presión a las que se puede ver sometido un deportista

generan situaciones de alarma y respuesta que causan una serie de procesos psicobiológicos

que intervienen de manera transversal en la realización de la actividad, y estas respuestas

obedecen al grado de importancia que el evento tenga para él o la deportista así como el de

exigencia impuesta, el nivel competitivo de los deportistas puede condicionar el grado de

ansiedad experimentada (Ruiz, Zarauz & Flores, 2016).

Por esto la competición en sí misma es una fuentes poderosa de activación psicofísica

y eventualmente de estrés (Núñez & García, 2017) con respecto a esto, debe tenerse en cuenta

que a nivel conceptual la ansiedad y el estrés pueden llegar a causar confusión pero que gracias

al área de la psicofisiología el estrés puede tener una mayor relevancia debido a las

manifestaciones fisiológicas de mayor profundidad que presenta en comparación con las

expresiones subjetivas propias de procesos de ansiedad (Sierra, et al., 2003).

La ansiedad en términos deportivos cumple un rol determinante en cuanto un nivel

apropiado de ésta variable psicológica puede llegar a incrementar el rendimiento de los

deportistas, pero niveles desproporcionados interfieren de manera negativa (Dosil, 2008).

Para describir esta relación existen diversas hipótesis, una de estas es conocida como la

de la “U” invertida (Yerkes & Dodson, 1908) que indican que la relación entre la ansiedad y el

rendimiento deportivo se representa de forma curvilínea describiendo de ésta manera que en

los extremos de la parábola, tanto a niveles bajos o altos de ansiedad, el rendimiento será

mínimo, de manera que con un nivel medio de ansiedad el rendimiento deportivo adecuado se

obtiene; es a partir de ésta hipótesis que a lo largo de las siguientes décadas investigadores


36

proponen alternativas que puedan abarcar de manera menos sesgada la relación existente entre

la ansiedad y el rendimiento deportivo.

La Teoría de la Zona Individual de Óptimo Funcionamiento, o IZOF por su abreviación

(Hanin, 1980), según la cual su objetivo es indicar y resolver los inconvenientes provocados

por diferencias o inconvenientes personales de cada deportista, estableciendo así que cada uno

tiene su propia zona óptima de activación pre-ejecución, dentro de la cual es más probable que

logre una ejecución óptima.

El rendimiento se verá perjudicado si el nivel de activación se encuentra fuera de esta

zona. El enfoque del IZOF da a entender que el óptimo nivel de activación de una persona es

específico solamente para ese individuo en particular (Hanin, 2007) y es descrito como el

Estado de Ansiedad Óptimo (EAO) propio de cada atleta.

Otra de las teorías que surgen a partir de la formulada por Yerkes y Dodson y que la

complementa, es la correspondiente a la Teoría Multidimensional de la Ansiedad (Martens,

Vealey & Burton, 1990), para iniciar, los autores emplean la diferenciación cognitiva y

somática de la ansiedad para establecer una relación inversamente proporcional entre el estado

de la primera, ansiedad cognitiva, con respecto al rendimiento deportivo y una relación de “U”

invertida entre la ansiedad somática y el rendimiento (Guerrero & Paz, 2013).

Por su parte la hipótesis propuesta en la Teoría de la Catástrofe del Rendimiento (Hardy

& Frazey, 1987) los autores señalan una cierta similitud con la teoría de la “U” invertida pero

realizando una serie de señalamientos que para algunos pueden restar validez a la teoría de

Yerkes & Dodson, un señalamiento fundamental consiste en que la “U” de tal teoría supone un

ascenso y descenso de manera armónica y simétrica en los niveles de rendimiento/ansiedad,

indicando que el bajo rendimiento obtenido obedece de manera proporcional al elevado nivel

de ansiedad en tanto que Hardy & Frazey proponen en su modelo que a partir del momento en

el que el atleta supera su nivel óptimo de ansiedad experimenta una marcada y drástica caída

en su rendimiento (Gould, Greenleaf & Krane, 2002).

Esta no es proporcional al nivel de ansiedad experimentado, sino que puede variar, los

autores para ello crean un modelo con cinco dimensiones que determinan el rendimiento

deportivo en situaciones estresantes, en éste modelo multidimensional son añadidos como

factores determinantes la dificultad de la tarea a realizar y la autoconfianza (García, 2008).

Una de las teorías que presenta mayores diferencias en cuanto a las anteriores es la

Teoría de Reversión Psicológica, postulada inicialmente por Smith &Apter en el año de 1975

pero fue adaptada al ámbito deportivo (Kerr, 1997) en la que el supuesto central es la relación

que el individuo establece entre la activación o arousal y la interpretación que realiza de esta,


37

es decir, una elevada activación puede interpretarse como excitación (algo agradable) o como

ansiedad (desagradable), de ésta misma manera puede entenderse la baja activación como

relajación (sensación agradable) o también como aburrimiento (desagradable), este modelo

utiliza dos curvas para medir las relaciones anteriormente establecidas (García, 2008).

En el Modelo Cognitivo, Motivador y Relacional de la Ansiedad y Rendimiento

Deportivo la ansiedad es analizada desde otra perspectiva, es tomada como un proceso

motivacional mediado cognitivamente que surge cuando los individuos perciben una posible

amenaza a su autoestima y de ésta manera al entender de forma múltiple la parte cognitiva de

la ansiedad se pueden agrupar aspectos como bajas expectativas de autoeficacia y dudas sobre

las capacidades para soportar la situación, en general preocupaciones que pueden desviar la

atención del atleta hacía puntos en los que se sienta débil, acentuación de la autocrítica y el

derrotismo, anticipación del fracaso y sus consecuencias, principalmente en relación al

cumplimiento de objetivos futuros, pensamientos paralelos y ajenos a la ejecución de la tarea

además de pensamientos de huida y evitación que pueden llevar al abandono de la práctica

(García, 2008).

Es a partir del reconocimiento y agrupación de los componentes de la ansiedad que el

modelo permite proponer hipótesis que den a entender mejor la relación entre la ansiedad y el

rendimiento deportivo como, en la que el rendimiento se ve directamente disminuido por los

elevados niveles de ansiedad tanto cognitiva como somática, cuando es la ansiedad de tipo

cognitiva la que se presenta en niveles mayores que la somática y viceversa el rendimiento

también se ve afectado de manera negativa, aquella en la que los dos tipos de ansiedad se

manifiestan con niveles similares y moderados la relación es directamente proporcional

mostrando mejoría en el rendimiento evidenciando que la percepción que se tiene del evento

no es amenazadora para el atleta (Cruz, 1996).

El Modelo de la Adaptación Automática del arousal a la situación competitiva (Dosil,

2008) indica que el sujeto tiene la capacidad de adaptarse de acuerdo a las condiciones que le

imponga la situación o evento, gracias a la activación de los procesos fisiológicos antes y

durante la competencia. En este modelo el atleta busca llegar a un nivel alto de rendimiento

mediante la regulación del arousal precompetitivo, de manera que en el momento de enfrentarse

a la competencia este se logre mantener en el nivel óptimo.

En conclusión, a nivel conceptual aún en la actualidad se presentan confusiones y

solapamientos entre los términos de ansiedad versus estrés y ansiedad versus angustia, gracias

al tratamiento que se les da en cada una de las áreas de investigación tanto de la psicología

como del psicoanálisis puede decirse a groso modo que la ansiedad alude a un estado de


38

agitación e inquietud desagradable caracterizado por la anticipación del peligro, el predominio

de síntomas psíquicos y la sensación de catástrofe o de peligro inminente, es decir, la

combinación entre síntomas cognitivos y fisiológicos, manifestando una reacción de sobresalto,

donde el individuo trata de buscar una solución al peligro, por lo que el fenómeno es percibido

con total nitidez (Sierra, et al., 2003).

Los modelos explicativos que intentan dar cuenta de la relación rendimiento

deportivo/ansiedad a pesar de tener en cuenta variables físicas y psicológicas cada vez más

detalladas y de permitir identificar posibles interdependencias se encuentran sustentados

mayormente en bases teóricas que al momento de ser llevadas a campo y aplicarlas no cumplen

con los objetivos.

Con respecto a la práctica deportiva, la emoción de ansiedad tiene un gran impacto

puesto que de ésta depende en gran parte el rendimiento y de éste a su vez dependerá el éxito o

fracaso profesional del sujeto interfiriendo en el desarrollo de otras áreas de la vida como la

personal, económica, sentimental llegando a deteriorar la percepción que tenga de sí mismo y

del entorno en el que está.

El rendimiento deportivo debe comprenderse e investigarse como el conjunto total de

actividades que el atleta ha realizado hasta llegar al punto en el que se encuentra, los

componentes del rendimiento son físicos y mentales como lo es el entrenamiento y el esfuerzo

individual.

Otros condicionantes poco tenidos en cuenta son, el tipo de deporte o actividad a realizar

puesto que se presume que los niveles de ansiedad y posterior rendimiento pueden verse

alterados si la actividad es en equipos o individual además de otros factores intrínsecos de las

disciplinas deportivas (García, Palou, Smith, Ponseti, Almeida, Lameiras, Jiménez & Leiva,

2011), la personalidad del atleta, las condiciones y el contexto en las que éste se entrene, los

recursos con los que cuente, etc.

Personalidad

La etimología de la palabra “persona” tiene su origen en la lengua griega, significando

etimológicamente "máscara", es decir, algo asumido, que no es propio de uno, algo que no es

sustancial sino añadido. En el siglo III, los teólogos cambian el sentido del vocablo y entienden

por persona algo interior, de matiz sustancial o esencial. Y en el siglo VI, Boecio añade a esta

concepción el atributo de la racionalidad (Salvaggio & Si cardi, 2014).


39

La personalidad es considerada una serie de tendencias básicas de conducta que

influyen en los pensamientos, emociones y acciones de los individuos. Su origen es biológico

y van desarrollándose desde la niñez para de esta manera formarse en estructuras estables en la

adultez. El desarrollo de la personalidad se comprende desde la interacción entre la genética

del sujeto y la influencia ambiental de la actividad física y el deporte (García & Ruiz, 2013).

La conducta está influida por nuestra herencia es decir por los factores genéticos, por

las condiciones de nuestro cuerpo, y por estímulos y situaciones. Por tal motivo, la personalidad

en sí misma es una fuente principal de conducta (Seelbach, 2012).

La personalidad permite identificar cómo el individuo actúa, siente y piensa en los

diferentes contextos con los cuales está en interacción, por tal motivo la personalidad tiene tres

componentes o características psicológicas base que son las conductuales, emocionales y

sociales (Seelbach, 2012).

Con base en lo anterior, la personalidad hace referencia a un conjunto de cualidades de

las personas, las cuales se pueden clasificar en tres grupos, en primer lugar los atributos

personales a partir de las diferentes etapas del desarrollo, en segundo lugar los atributos

biológicos que se dan a partir de la adaptación o supervivencia mediados por las características

del sujeto y finalmente la personalidad dada por medio de las características individuales las

cuales permiten diferenciarse de las demás personas (Montaño, Palacios & Gantiva, 2009).

Es por esto que se ve inmersa la individualidad al medio ambiente debido a la constante

interacción con él, con el fin de lograr comprender el ser y el hacer, donde se ve reflejada la

autoconfianza, que hace referencia a la capacidad que un deportista tiene para desempeñar una

función en relación a una tarea o actividad, además de evidenciar el impacto en cuanto a que

sus resultados sean positivos o negativos (Simkin, Etchezahar & Ungaretti, 2012).

De igual manera, la personalidad se forja a partir de unas características básicas las

cuales son, aptitudes, estilo conductual y la resolución de problemas, las cuales van a facilitar

el bienestar y la supervivencia del individuo (Montaño, et al., 2009).

A partir de esto, existen dos términos fundamentales que enmarcan de igual manera el

término de personalidad y son el temperamento y el carácter. En cuanto al primer término, hace

referencia a un fenómeno emocional que se da debido a factores genéticos o hereditarios, por

medio de una respuesta rápida e intensa, es decir innata, por tal motivo su respuesta puede

fluctuar dependiendo de las demandas del ambiente (Montaño, et al., 2009).

Por otro lado, el carácter se da a partir de los juicios de valor que tiene la persona

mediados por diferentes factores ambientales los cuales están estrechamente relacionados con


40

las experiencias que tiene cada sujeto, por tal motivo el carácter varía a lo largo del tiempo a

partir de las diferentes vivencias que tenga el individuo (Montaño, et al., 2009).

En los últimos años el estudio de la personalidad en el deporte ha avanzado debido a la

consideración del rasgo como unidad de análisis, lo cual permite diferenciar a los deportistas

en patrones de comportamiento estables, cuyo punto de partida ha sido identificar los rasgos

que presentan los deportistas y el grado en el que los posee, así como entender, explicar y

predecir la conducta deportiva (García, et al., 2013).

Para definir la personalidad a partir de la relación que se tiene con el deporte, es

importante hacer hincapié en los factores a partir de sus áreas de estudio, los cuales son la

comparación de los deportistas de alto rendimiento con los de un rendimiento menor, las

diferencias de personalidad entre deportistas y no deportistas y finalmente en función del

deporte como práctica (García, et al., 2013).

A través de la participación en juegos y deportes surgen cualidades tales como; lealtad,

cooperación, valor, resolución, fuerza de voluntad, dominio de sí mismo, resistencia,

perseverancia o determinación (Gutiérrez, 2004).

Existen dos teorías en cuanto a la percepción que se tiene sobre la personalidad en el

deporte, en primer lugar, está la perspectiva escéptica, en donde se afirma que no existen

diferencias en cuanto a la personalidad de los deportistas, ya que se entiende que la personalidad

es estática y por tal motivo sus características son estables en todas las situaciones. En contraste

se encuentra la perspectiva crédula en donde se afirma que sí existen diferencias en cuanto a la

personalidad de los deportistas en relación con sus rasgos (García, et al., 2013).

Finalmente, se deben tener en cuenta dos aspectos igualmente relevantes como la

consideración de la participación en la práctica deportiva debido a que es uno de los factores

que influye en las diferencias en personalidad y si las diferencias existen en las personas al

momento de seleccionar su deporte de acuerdo a sus características de personalidad. El

planteamiento teórico que defiende que la actividad deportiva influye sobre la personalidad del

deportista se denomina hipótesis del desarrollo. Por el contrario, cuando las características en

la personalidad de los deportistas hacen que seleccionen determinados deportes se denomina

hipótesis de selección en la que los perfiles de personalidad de los participantes de cada deporte

son generalmente compartidos (García, et al., 2013).


41

Justificación y Planteamiento del Problema de Investigación

En la actualidad uno de los principales problemas de Latinoamérica es el sedentarismo los

cuales ocupan los primeros lugares a nivel mundial en sobre peso y obesidad, además

problemas de conducta prosocial y de delincuencia, añadiendo el bajo rendimiento académico

en el sector educativo (Balderrama-Ruedas, Díaz-Domínguez & Gómez-Castillo).

Uno de los estudios más recientes, realizado en América latina encontró que

aproximadamente el 60% de los varones y el 75% de las mujeres de entre 25 y 70 años no

realizan actividad física regularmente, lo cual indica que las condiciones económicas de la

población tienen cierta incidencia en la aparición del sedentarismo. De igual menara se puede

observar diferencias encanto a la edad ya que entre los 15-19 años la proporción corresponde

al 78.6%; entre 20-44 años es del 90.4%; entre 45-64 años es del 95.5%; entre 65-74, es del

95.6%, y de 75 y más años alcanza el 98.8%, es por esto que a mayor edad mayor sedentarismo,

sin embargo, se deben tener en cuenta los contextos sociales y la influencia que estos ejercen

sobre las personas para identificar la actitud que tienen los mismo frente la actividad física

(Argentina en movimiento, 2000).

Sin embargo, se puede evidenciar que la práctica de actividad fisca y deporte traen consigo

beneficios en las personas. De acuerdo con lo anterior se encuentra que en cuanto a las ventajas

psicológicas y sociales pueden ayudar a construir una autoestima más sólida, una auto-imagen

positiva y una mejora de la calidad de vida, estas ventajas, dan respuesta a la combinación de

la actividad física y los aspectos socioculturales que pueden acompañar dicha práctica, de igual

manera el ser físicamente activo puede reducir las conductas autodestructivas y antisociales en

la población joven (Mutrie & Parfitt, 1998).

Se ha evidenciado que en los programas de ejercicio físico se asocian a aumentos

significativos en autoestima, puntualmente en personas con autoconcepto bajo (Sonstroem,

1997). Se encontró que los niveles altos de autoestima están asociados a la participación en

programas deportivos, de los cuales se puede concluir que la actividad física es un protector

importante para las personas (Gruber, 1986).

También se ha demostrado que a partir de la evidencia empírica que la reducción de la

ansiedad ocurre con los tipos de actividad anaeróbicos y aeróbicos, esto indica que la práctica

de un deporte aeróbico o anaeróbico en un lapso de treinta minutos tiene repercusiones

significativas en la calidad de vida de las personas que presentan problemas de ansiedad. De

igual manera se encuentra una relación entre la mejoría en los procesos cognitivos, con la


42

práctica de la actividad aeróbica y anaeróbica, permitiendo una menor degeneración neuronal

(Long & Stavel, 1995).

Con base en lo anterior, se concluye que un gran número de habitantes latinoamericanos

se ubican en la categoría de población de riesgo, es decir, que son potencialmente vulnerables

frente a la posibilidad de contraer alguna enfermedad, debido a que invierten gran cantidad del

tiempo en conductas no saludables.

Por tal motivo esta investigación se realizó con la finalidad de conocer si los jóvenes

presentan una actitud positiva o negativa frente a la actividad física y los deportes, planteando

así nuestra pregunta de investigación: ¿Existe o no actitudes positivas o negativas hacia los

deportes y la actividad física?


43

Objetivos

Objetivo General

Identificar el tipo de pensamiento (reglas, supuestos condicionales y actitudes) y

conductas operantes (verbales), relacionadas con la actividad física en jóvenes en el

departamento de Bogotá.

Objetivos Específicos

1. Identificar el tipo de actividades físicas y la cantidad de tiempo invertidos en las

actividades durante la semana.

2. Conocer el tipo de pensamiento hacia la actividad física y el deporte.

3. Identificar la relación existente entre las variables de sexo - edad de acuerdo con el tipo

de pensamiento - conducta.


44

Variables

En el presente estudio las variables son de tres tipos, las cognitivas, las conductual y las

sociodemográficas. Las primeras (cognitivas) hacen referencia al establecimiento del

pensamiento, las segundas (conductuales) hacen referencia a los patrones de comportamiento

(hábitos), y las terceras (sociodemográficas) corresponden a las características propias de los

jóvenes que tiene su estudio o trabajo en la ciudad de Bogotá.

A continuación, se realizará una definición conceptual y operacional de las variables a

utilizar.

Tabla 1.

Variables de tipo cognitivo, conductual y sociodemográfico

Variable ¿Qué es? ¿Para qué?

Cognitivo

La variable se relaciona con el

establecimiento de los

pensamientos y actitudes de los

individuos, se abordó por medio

de Escala de Actitud hacia la

Actividad Física y el Deporte, la

cual establece el nivel de

importancia percibida y la

actividad practica de las

actividades físicas que realizan.

A partir de esta, se logró identificar

los diferentes pensamientos que los

individuos relación con la

realización del deporte y la

actividad física.

Conductual

La variable se refiere a los

patrones de comportamiento de

cada individuo, que se trabajó por

medio del auto-registro de deporte

o actividades físicas realizadas a

diario.

Por medio del auto-registro se logró

identificar los diferentes patrones

de comportamiento,

específicamente relacionados a una

actividad física o deporte de tipo

aeróbico o anaeróbico.


45

Sociodemográfica Las variables corresponden a las

características propias de los

jóvenes, en relación a su edad, el

género, el nivel de estudio y el

lugar de residencia, siendo

obtenidos estos datos por medio de

la Escala de Actitud hacia la

Actividad Física y el Deporte.

A partir de los datos se logró

identificar en qué zona estaba

ubicado el individuo, así mismo se

puede determinar por su edad si

puede entrar dentro de los

estándares para que haga parte de la

población, e identificar el género y

hacer un comparativo en cuanto a

los pensamientos y el

comportamiento.

Nota. Descripción de las variables de la investigación.


46

Método

Diseño

Se usó el diseño no experimental de tipo transversal exploratorio, puesto que, no existe

manipulación directa sobre ninguna variable, la recolección de los datos se realizó en un sólo

momento, los participantes ya hacían parte de situaciones ya existentes (Kerlinger & Lee,

2002), la temática de la investigación ha sido poco estudiada o no se ha realizado abordaje

anteriormente (Hernández, Fernández & Baptista, 2014).

Participantes

La muestra poblacional fue seleccionada bajo un muestreo no probabilístico de tipo

propositivo (Kerlinger & Lee, 2002), estuvo compuesta por 200 participantes a quienes se les

brindó en primera instancia las explicaciones e implicaciones científicas, éticas y legales de la

investigación a través del consentimiento informado, del diligenciamiento de los formatos

correspondientes a la Escala de Actitudes Hacia la Actividad Física y deportiva de tipo Likert

y del auto-registro diario de actividades físicas. Para la selección de la muestra, se siguieron los

siguientes criterios de inclusión en los que se tuvo en cuenta el sexo, que fueran hombres o

mujeres, en el rango de edad entre 18 y 35 años de edad, además que tengan una condición

laboral o educativa en Bogotá, Colombia aun cuando pernoctaran en municipios aledaños a la

ciudad. La condición de ser jóvenes de Bogotá la hace su convivencia diaria dentro de la ciudad.

Instrumentos

Se utilizó la Escala de Actitudes Hacia la Actividad Física y el Deporte (véase Apéndice

B). Este instrumento fue desarrollado por Dosil (2002) cuyo objetivo es medir las actitudes

hacia la Actividad Física y el Deporte, el cual consta de 13 ítems y estos a su vez forman parte

dos dimensiones, Importancia Percibida y Actividad-Práctica.

La prueba consiste en afirmaciones sobre las cuales los participantes deben establecer

que tan de acuerdo se muestran mediante 7 posibles opciones de respuestas tipo Likert, las

opciones para cada ítem van del 1 al 7, donde 1 significa “totalmente en desacuerdo” y 7,

“totalmente de acuerdo”. La puntuación de la escala se obtiene con la suma de las respuestas

dadas a los trece ítems, por lo que oscila entre 13 y 91, donde 13 corresponde a una actitud


47

desfavorable hacia la actitud física y el deporte, y 91 corresponde a una actitud muy favorable

hacia la actividad física y el deporte. El puntaje medio sería 45, en el cual no se halla actitud

favorable ni desfavorable ante la actitud física hacía el deporte.

Tabla 2. Ficha técnica prueba EAFD

Nombre completo de la

prueba

Escala de Actitudes Hacia la Actividad Física y el Deporte

Autor Joaquín Dosil

Año 2002

Aplicación Individual

Tiempo de aplicación Tiempo que le tome en responder cada ítem.

Materiales Hoja de inventario con información sociodemográfica y los

trece ítems correspondientes a la escala.

Nota. Nombre completo de la prueba, autor, año de publicación, tipo de aplicación, tiempo destinado a diligenciar

la totalidad de la escala y los materiales que se requieren para diligenciar la escala.

Con respecto al reporte de actividades físicas realizadas diariamente por el participante

durante el transcurso de la semana, se utilizó un formato de auto-registro individual (véase

Apéndice C) adaptado de (Santacoloma-Suárez, García & Palacio, 2012), que consiste en una

tabla, en la cual a nivel horizontal se encuentra consignado los días de la semana desde el lunes

hasta el domingo, a continuación, en la siguiente fila se divide la columna correspondiente al

día en dos cuadros, el primero, especifica la actividad realizada y el segundo el tiempo que

destina a dicha actividad, por consiguiente, a nivel vertical se localiza espacios donde el

participante debe diligenciar la información solicitada, día tras día.

Este instrumento se utilizó con la finalidad de identificar la actividad física realizada,

para luego, llevar a cabo un proceso de categorización, en las que se hace distinción sobre dos

tipos, tales como, actividad física aeróbica o anaeróbica, además, permitir totalizar la cantidad

de tiempo invertido en cada actividad realizada durante la semana.


48

Procedimiento

Se llevó a cabo la revisión y selección de fuentes bibliográficas que posibilitó realizar

un abordaje sobre los pensamientos, actitudes y conductas de jóvenes hacía la práctica de

deporte o la realización de cualquier actividad física fuera de lo rutinario. Una vez establecido

el marco conceptual sobre el cual se realizó la presente investigación, se indagó sobre

instrumentos que permitieran obtener información acerca de la medición de los constructos que

se abordaron, obteniendo como resultado de investigación la EAFD (Escala de Actitudes Hacia

la Actividad Física y el Deporte) y la construcción del auto-registro que permitiera consignar

al participante de manera cronológica las actividades físicas realizadas durante el día y la

duración de cada una de estas.

Una vez realizada la revisión teórica, se procedió a establecer las categorías de acuerdo

a las actividades físicas aeróbicas y anaeróbicas realizadas por los jóvenes de Bogotá. Seguido

a esto, se recolectaron los datos lo cual duró aproximadamente dos semanas. Finalmente se

totalizaron los datos encontrados a partir de las categorías mencionadas anteriormente, con base

a esto se tabularon los datos sociodemográficos de cada participante y la escala en el paquete

estadístico SPSS 22.0, con la finalidad de realizar los análisis estadísticos pertinentes y así dar

respuesta al objetivo principal de esta investigación.


49

Aspectos Éticos

Esta investigación se mantuvo bajo los preceptos de la Ley 1090 de 2006, por la cual se

reglamenta el ejercicio de la profesión de Psicología, se cumplió con los principios éticos de

salvaguardar el bienestar y los derechos de los participantes, el principio de confidencialidad,

la investigación con participantes humanos ya que esta se debe regir a principios científicos y

éticos que lo justifiquen, además, se hará aclaración sobre aspectos legales de la participación

bajo el consentimiento informado (véase Apéndice A).

Reflejándose en el artículo 2 que habla acerca de los principios generales de los

psicólogos al ejercer su profesión ya que este explica la justificación y los objetivos de la

investigación, los procedimientos que vayan a realizarse y su propósito, las molestias o los

riesgos esperados, los beneficios que puedan obtenerse, los procedimientos alternativos que

pudieran ser ventajosos para el participante, la garantía de recibir respuesta a cualquier pregunta

y aclaración a cualquier duda acerca de los procedimientos, riesgos, beneficios y otros asuntos

relacionados con la investigación y el tratamiento del participante, la libertad de retirar su

consentimiento en cualquier momento y dejar de participar en el estudio sin que por ello se

creen perjuicios para continuar su cuidado y tratamiento, el compromiso de proporcionarle

información actualizada obtenida durante el estudio, aunque ésta pudiera afectar la voluntad

del participante para continuar participando.

De igual manera acoge el articulo 50 el cual afirma que los profesionales de la psicología

al planear o llevar a cabo investigaciones científicas, deberán basarse en principios éticos de

respeto y dignidad, lo mismo que salvaguardar el bienestar y los derechos de los participantes

Derecho a la beneficencia y a la no maleficencia. Según la Ley 1090 de 2006, el principio

de beneficencia se refiere a la contribución de los profesionales por el bienestar del paciente, o

al menos abstenerse de causar cualquier tipo de daño físico o psíquico. Por lo que la no

maleficencia se considera como una subclase de la beneficencia señalando 4 grados en

preferencia: no se debe hacer el mal, se debe impedir el mal, se debe eliminar el mal, se debe

hacer y promover el bien.

Derecho a la dignidad. Digno es aquello por lo que algo destaca entre otros seres, ya sea

en razón del valor de lo que le es propio o del papel que le corresponde desempeñar en la

sociedad. Por lo que la Constitución Nacional en su artículo 1° establece el respeto a la dignidad

como uno de los fundamentos del orden jurídico. Es por esto que tanto la dignidad del

profesional como del usuario deberá ser respetada, a tal fin de no ser vulnerado ninguno de sus

derechos.


50

Derecho a la igualdad, a la justicia y a la equidad. El artículo 13 de la Constitución Política

consagra el derecho a la igualdad en los siguientes términos.

Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato

de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna

discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión

política o filosófica”. Por lo que el estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea

real y efectiva y adoptará medidas a favor de grupos discriminados o marginados.

Derecho al secreto profesional. La Constitución Política, en su artículo 74, consagra el

secreto profesional como un derecho inviolable. Eso no implica, sin embargo, que nuestro

ordenamiento jurídico no pueda establecer el ámbito de aplicación de dicho derecho y las

condiciones en que él debe aplicarse, como efectivamente ya lo ha hecho. Se mantendrá el

secreto profesional siempre y cuando no exista ningún tipo de riesgo en contra de la vida del

usuario, si es de este modo, se romperá y se acudirá a los procesos debidamente ejecutados para

salvaguardar la vida humana.


51

Resultados

A partir de los datos encontrados en la escala EAFD y los criterios de evaluación del

mismo, según las opciones (totalmente en desacuerdo, bastante en desacuerdo, en desacuerdo,

indeciso, de acuerdo, bastante de acuerdo y totalmente de acuerdo), se evidenció que en el ítem

1,69 personas están totalmente de acuerdo con la importancia que le dan a la actividad física y

al deporte, mientras que 6 personas estuvieron en desacuerdo; en el ítem 2,58 personas

estuvieron de acuerdo con la relevancia que tiene en los medios, sin embargo 4 personas

estuvieron totalmente en desacuerdo; en el ítem 3,48 personas están de acuerdo con los

conocimientos que tiene en relación a la actividad física y 13 personas estuvieron en

desacuerdo; en el ítem 4,46 personas estuvieron indecisas en relación a la posibilidad de la

práctica de la actividad física, mientras que 13 personas estuvieron bastante en desacuerdo; en

el ítem 5,87 personas están totalmente de acuerdo con la importancia percibida a la actividad

física, sin embargo 4 personas estuvieron totalmente en desacuerdo y otras 4 en desacuerdo; en

el ítem 6,40 personas estuvieron totalmente en desacuerdo respecto a la relevancia que tiene el

deporte en los medios, mientras que 20 personas estuvieron en desacuerdo; en el ítem 7,47

personas estuvieron de acuerdo a la relevancia del deporte o la actividad física, por el contrario

7 personas estuvieron bastante en desacuerdo; en el ítem 8,61 personas estuvieron totalmente

de acuerdo a la práctica de la actividad física, sin embargo 7 estuvieron totalmente en

desacuerdo; en el ítem 9,50 personas estuvieron de acuerdo con la importancia percibida a la

actividad física, sin embargo 6 personas y otras 6 estuvieron totalmente en desacuerdo; en el

ítem 10,56 personas estuvieron totalmente de acuerdo en la relevancia que tiene el deporte en

los medio, mientras que 11 personas estuvieron bastante de acuerdo y otras 11 personas

estuvieron bastante en desacuerdo; en el ítem 11,49 personas estuvieron totalmente de acuerdo

a los conocimiento de la actividad física, a diferencia de 6 personas que estuvieron bastante en

desacuerdo; en el ítem 12,40 personas estuvieron de acuerdo con los conocimientos de la

actividad física, mientras que 19 personas estuvieron bastante en desacuerdo y otras 19

personas estuvieron indecisos y por último en el ítem 13,75 personas estuvieron totalmente de

acuerdo a la importancia y a la posibilidad de practicar actividad física, sin embargo 3 personas

estuvieron bastante en desacuerdo.


52

Figura 1. Frecuencia de respuesta de ítems. AFD entendido como Actividad Física y/o Deportiva. En vida,

corresponde a la importancia del deporte en la vida de las personas. Tiempo libre, corresponde al tiempo que

destina. Práctica, corresponde a la realización antes de acostarse o posterior a levantarse. Asistencia a eventos,

corresponde al tiempo destinado en el que concurre a eventos relacionados. Tiempo dedicado, corresponde a la

expectativa de realizarlo durante la semana. Retransmisión, corresponde a ver antes de acostarse o posterior a levantarse un evento deportivo. AFD vs Amistad, corresponde a la cantidad de tiempo que dedica al deporte o a

la amistad. No practica más ganas, corresponde a que, entre mayor tiempo sin practicar el deporte, mayor cantidad

de deseos para realizarlo. Ver AFD aumenta ganas, corresponde a que el ser espectador de un deporte, aumenta

las ganas por practicarlo. No practicar AFD, corresponde a la disminución en el estado de ánimo al no practicar.

AFD prioridades, corresponde es la posición dentro de la lista de prioridades de los participantes. Programas

favoritos, corresponde a la preferencia de portales que brinden información deportiva. Actitud hacia AFD,

corresponde a la predisposición por realizarla.

Auto-Registro

A partir de los auto-registros diligenciados (200 registros), se identificaron los minutos

dedicados a cada actividad, teniendo en cuenta que ésta se clasificó en dos tipos de actividad,

aeróbica y anaeróbica. En donde se evidencia (Tabla 5) que la media de los minutos en las

actividades aeróbicas es de 353,91 y la media de los minutos invertidos en las actividades

anaeróbicos es de 168,47.


53

Tabla 3.

Medidas de tendencia central. Minutos de actividades aeróbicas y anaeróbicas

min aeróbicos min anaeróbicos

N Válido 200 200

Perdidos 0 0

Media 353,91 168,47

Mediana 300,00 ,00

Desviación estándar 342,212 236,828

Varianza 117109,041 56087,516

Nota. Medidas de tendencia central registradas en minutos frente a las dos c

La Figura 2 muestra la relación entre la cantidad de participantes por sexo y la cantidad

de minutos de actividad física tanto aeróbica como anaeróbica realizada, evidenciando que, el

sexo masculino tiene una menor tendencia a realizar actividades físicas de tipo aeróbico con

respecto a las mujeres, quienes invierten mayor tiempo en este tipo de actividad física, por otra

parte esta relación es inversa para el tipo de actividad anaeróbica, en la que los hombres

destinan más minutos a la semana para su realización.

Figura 2. Total de minutos actividad aeróbica y anaeróbica por sexo. HOM_AE y HOM_ANA corresponde a

hombres que realizan actividades aeróbicas y anaeróbicas respectivamente, en tanto que, MUJ_AE y MUJ_ANA, concuerda con mujeres que efectúan actividades aeróbicas y anaeróbicas correspondientemente.

0

10

20

30

40

50

60

70

NA 1-500 min 501 - 1000 min 1001-1500 min 1501-2000 min 2001-2500 min

Fre

cuen

cia

de

Par

tici

pan

tes

Cantidad de minutos

Total de minutos de actividad aeróbica y anaeróbica por sexo

HOM_AE MUJ_AE HOM_ANA MUJ_ANA


54

La Figura 3 muestra la relación entre la cantidad de participantes por edad y la cantidad

en minutos de la actividad física realizada de tipo aeróbico y anaeróbico. Con base en los

resultados encontrados se logra evidenciar que los participantes con edades entre 18 y 25 años

invierten mayor cantidad de tiempo a la realización de actividad física de tipo aeróbico y

anaeróbico, siendo la primera la que mayor impacto tiene en los jóvenes, debido a los minutos

que le invierten a la misma.

Figura 3. Total minutos actividad aeróbica y anaeróbica por edad. AE_18_25, ANAE_18_25 corresponde a

participantes que realizan actividades aeróbicas y anaeróbicas, además que se encuentran entre 18 y 25,

respectivamente. AE_26_35 ANAE_26_35 corresponde a participantes que efectúan actividades aeróbicas y anaeróbicas, además que se encuentran entre 26 y 35 correspondientemente.

La Figura 4 muestra la relación entre la cantidad de participantes por ocupación y la

cantidad en minutos de la actividad física realizada de tipo aeróbico y anaeróbico. Con base en

los resultados encontrados se logra evidenciar que los participantes cuya ocupación es estudiar

invierten una cantidad mayor de tiempo para realizar actividades tanto de tipo aeróbico como

anaeróbico, con respecto a los participantes cuya ocupación es trabajar o en paro.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

NA 1-500 min 501 - 1000 min 1001-1500 min 1501-2000 min 2001-2500 min

Fre

cuen

cia

de

Par

tici

pan

tes

Cantidad de minutos

Total de minutos de actividad aeróbica y anaeróbica por edad

AE_18_25 AE_26 _35 ANAE_18_25 ANAE_26 _35


55

Figura 4. Total minutos actividad aeróbica y anaeróbica por ocupación. ESTUDIA_AE, ESTUDIA_ANAE

corresponde a participantes que realizan actividades aeróbicas y anaeróbicas, además que son estudiantes,

respectivamente. TRABAJA_AE, TRABAJA_ANAE pertenece a participantes que efectúan actividades

aeróbicas y anaeróbicas, además que su ocupación es trabajar. EN_PARO_AE, EN_PARO_ANAE, atañe a

participantes que realizan actividades aeróbicas y anaeróbicas y no se encuentra en los dos grupos anteriores, es

decir, se encuentran en paro.

0

10

20

30

40

50

60

70

NA 1-500 min 501 - 1000

min

1001-1500

min

1501-2000

min

2001-2500

min

2501-3000

min

Total de minutos de actividad aeróbica y anaeróbica por ocupación

ESTUDIA_AE TRABAJA_AE EN PARO_AE

ESTUDIA_ANAE TRABAJA_ANAE EN PARO_ANAE


56

Discusión de Resultados

Los datos encontrados en la EAFD, permitieron identificar que los hombres tienen una

actitud más positiva hacia la actividad física y el deporte en cuanto a importancia percibida y

actividad práctica, en comparación con las mujeres, debido al rol social según el género, esto

en concordancia con diversos estudios (Mosquera, 2014; Ceballos, Álvarez & Medina, 2009)

en los que señalan como el efecto de la cultura de género marca una tendencia en la que los

hombres realizan actividades físicas durante más tiempo en comparación con las mujeres,

debido a la asociación establecida por el género masculino del deporte con valores propios de

su rol como lo son fortaleza, liderazgo, autoridad y competitividad, en tanto que, el género

femenino lo asocia por medio de características como sensibilidad, ternura y comprensión, por

tal motivo los pensamientos y las conductas frente a la realización de actividad física o

deportiva varían.

En cuanto a la actitud de los participantes hacia la actividad física y teniendo en cuenta

los tres componentes que la conforman, cognitivo, afectivo y conductual (Dosil, 2002) se

identificó con base en los puntajes obtenidos con respecto a la dimensión de importancia

percibida, en la que el participante indica cuán importante es la actividad física y deportiva en

su vida, se podría explicar por la incidencia de los medios de comunicación en los procesos de

percepción de prácticas deportivas y con respecto a los imaginarios o constructos comunes que

se tienen de la calidad de vida, por lo que esta, no solo depende de factores sociales cotidianos,

sino que, también depende de elementos como la cultura, el deporte o la oferta de actividades

de recreación (Camargo, Gómez, Ovalle, & Rubiano, 2013).

Adyacentemente, la activación emocional tanto positiva como negativa, influye

directamente en la actitud que las personas tienen hacia el deporte, ya que, los ganadores

tienden a expresar emociones y actitudes que resultan más positivas, en comparación con

quienes se muestran enfadados o frustrados, lo cual, finalmente genera sentimiento de

incompetencia y causa una disminución en la práctica y en el rendimiento deportivo (Borges,

2016). Finalmente, la percepción que se tiene acerca de la actividad física y del deporte es

favorable en cuanto al factor psicológico de los participantes, cómo se comprobó en la presente

investigación de acuerdo con los resultados y relacionándolo a la posible necesidad de afiliación

respecto a un estado saludable (Hahn, 1988).


57

Igualmente, se evidencia en estudios que la actitud más positiva hacia la actividad física,

está estrechamente relacionada con personas que se encuentran en su etapa escolar (Gutiérrez

& Pino, 2013), en relación con la presente investigación se demuestra que la mayoría de los

participantes con edades comprendidas entre 21 y 23 años, se encuentran en un proceso de

formación en un contexto formal y tienen mayor puntaje en las dimensiones de actividad

práctica e importancia percibida, reflejándose en el tipo de actividad que desempeñan, esto se

puede deber a que la mayoría de estudiantes tienen esta como única ocupación y que cuentan

con espacios y apoyo monetario, brindados por las instituciones educativas, en las cuales

pueden desarrollar cualquier tipo de actividad física o deportiva. A diferencia de los

participantes con otras ocupaciones, en los que se observaron menores puntajes en las

dimensiones de la escala, siendo evidenciado por la cantidad de minutos destinado a la

realización de actividades tanto aeróbicas como anaeróbicas. Con respecto a los participantes

con edades iguales o superiores a 30 años, se evidenció la baja práctica de actividad física o

deportiva de tipo aeróbico y anaeróbico, además de, puntajes promedio en cuanto a las

dimensiones de importancia percibida y actividad práctica, lo cual permite concluir que, ante

mayor edad, disminuye progresivamente la práctica de algún deporte o actividad física

(Ceballos, et al., 2009; Carbonell, Aparicio & Delgado, 2009).

Para futuras investigaciones se sugiere delimitar la muestra poblacional bajo variables

sociodemográficas más específicas, puesto que estos aspectos influyen de manera directa en la

investigación, así mismo, identificar qué individuos llevan a cabo actividades físicas y aquellos

que practican un deporte regularmente, lo que permitirá obtener una comparación entre

practicantes y no practicantes del deporte, además identificar los pensamientos, actitudes y

conductas tanto con la escala EAFD como con el auto-registro de conductas, respectivamente.


58

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67

APÉNDICES


68

APÉNDICE A

Consentimiento informado

Proyecto de investigación: "Características psicológicas deportivas de jóvenes de Bogotá, un

análisis cognitivo conductual"

El presente es un documento público y legal que en adelante se llamará "Consentimiento

informado" entre el participante y el equipo de investigación conformado por Paula Daniela

Castaño Molano (425722), Laura Camila Castiblanco Cubillos (425652), Laura Montañez

Mena (425615) y Juan Sebastián García Álvarez (425764).

La investigación en la cual se enmarca este consentimiento informado se denomina

"Características psicológicas deportivas de jóvenes de Bogotá, un análisis cognitivo

conductual", bajo la dirección del psicólogo Andrés M. Santacoloma Suárez y la ejecución del

equipo de investigación.

Descripción

La presente investigación tiene como objetivo identificar las actitudes que tienen las personas

frente a la actividad física. Para tal propósito, serán seleccionados 200 participantes, entre

hombres y mujeres, con edades comprendidas entre 18 y 35 años, para ello será aplicada la

prueba "Escala de Actitudes hacia la Actividad Física y el deporte (E.A.F.D)", así mismo se

llevará a cabo un auto-registro dentro del cual se tendrá en cuenta el tiempo invertido en la

actividad física y las actividades que realizó durante la semana.

Es importante aclarar, que en coherencia con estándares éticos, el procedimiento no presenta

riesgos de daño físico o psicológico alguno. Los datos de los participantes serán confidenciales

y se utilizarán únicamente con fines estrictamente relacionados con el proyecto de investigación

y no serán divulgados. Adicionalmente, el participante puede retirarse en cualquier momento

del proceso sin consecuencia alguna.

Riesgos

La presente investigación no pone en riesgo la vida del participante, ya que el máximo riesgo

que pueda presentar será que se canse desarrollando la encuesta o el auto-registro. La aplicación

de la prueba y el auto-registro han sido pensados para que todos los aspectos sean cubiertos en

pro a la vida y la salud de la totalidad de los participantes.

Consentimiento informado

Yo _____________________________________ identificado con C.C No

_________________ de ______________ por medio de la presente autorizo y consiento mi

participación en la investigación denominada "Características psicológicas deportivas de

jóvenes de Bogotá, un análisis cognitivo conductual". Adicionalmente certifico que la

participación en este estudio es voluntaria y reconozco que obtuve información completa y

copia escrita sobre el objetivo, procedimiento y estándares éticos en la investigación en

mención.

Firma

____________________________________

CC


69

APÉNDICE B

ESCALA DE ACTITUDES HACIA LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE

EDAD:

SEXO: Hombre: __ Mujer: __

NIVEL DE ESTUDIOS: Primarios: __ Secundarios: __ Universitarios: __

PROFESIÓN: Estudia: __ Trabaja: __ En paro: __ Jubilado: __ Otros: __

LUGAR DE RESIDENCIA: Rural: __ Urbano: __

Teniendo en cuenta los siguientes niveles de respuesta:

1: Totalmente en desacuerdo

2: Bastante en desacuerdo

3: En desacuerdo

4: Indeciso

5: De acuerdo

6: Bastante de acuerdo

7: Totalmente de acuerdo

Conteste las siguientes afirmaciones:

1. La actividad física/ deporte ocupa un lugar importante para mi

vida.

1 2 3 4 5 6 7

2. Si tuviera una tarde libre emplearía una parte de mi tiempo en

realizar una actividad física o deportiva.

1 2 3 4 5 6 7

3. Alguna vez me he acostado o levantado antes para practicar

alguna actividad física/deporte.

1 2 3 4 5 6 7

4. Siempre que puedo asisto a manifestaciones o espectáculos

deportivos en directo.

1 2 3 4 5 6 7

5. Me gustaría tener siempre un tiempo a la semana para dedicarlo

a la actividad física/deporte.

1 2 3 4 5 6 7


70

6. Alguna vez me he acostado o levantado antes para poder ver

una retransmisión deportiva.

1 2 3 4 5 6 7

7. En relación con mis amigos, dedico más tiempo a la práctica de

una actividad física/deporte.

1 2 3 4 5 6 7

8. Si no puedo practicar alguna actividad física/ deporte durante

toda una semana aumentan las ganas practicarla.

1 2 3 4 5 6 7

9. Cuando veo una actividad física/deporte aumentan las ganas de

practicarla.

1 2 3 4 5 6 7

10. Si dejo de practicar una semana una actividad física/deporte

noto un bajón en mi estado de ánimo.

1 2 3 4 5 6 7

11. La actividad física/deporte está entre mis prioridades en mi

vida.

1 2 3 4 5 6 7

12. Mis programas favoritos son los deportivos. 1 2 3 4 5 6 7

13. En general, me considero una persona que tengo una actitud

favorable o con buena predisposición hacia la actividad

física/deporte.

1 2 3 4 5 6 7


71

APÉNDICE C

REGISTRO DE ACTIVIDADES DIARIAS DE LA ACTIVIDAD FISICA

Registre las actividades deportivas realizadas durante el día , el tiempo en minutos que invirtió para cada actividad (trotar, bíceps, patinar)

Lunes Martes miércoles Jueves Viernes Sábado Domingo

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

Actividades

que realizó

en este día

Tiempo

invertido

en esa

actividad

caracterÍsticas psicolÓgicas deportivas en jÓvenes de ... · facultad de psicologÍa formaciÓn...

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