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    Lealtades Invisibles I. Boszormenyi Nagy y G. Spark.Amorrortu Editores. 1983Cap.1

    1. Conceptos referidos al sistema de relaciones

    La estructuracin de las relaciones, en especial dentro de las familias, se caracteriza porser un mecanismo extremadamente complejo y en esencia desconocido. Desde elpunto de vista emprico, dicha estructuracin puede inferirse a partir de la regularidad ypredecibilidad, sujetas a ley, de ciertos hechos reiterados en las familias. A lo largo de losaos, buena parte de nuestros esfuerzos concertados se han dirigido, clnica yconceptualmente, a identificar esas leyes sistmicas multipersonales.

    En ciertas familias se trasmiten pautas multigeneracionales fcilmente reconocibles enlas relaciones. Respecto de una familia, por ejemplo, nos enteramos de que durantegeneraciones enteras se repetan episodios de muerte violenta en las mujeres, a manos delos hombres con quienes estaban vinculadas sexualmente. En otra familia, se reiterabauna pauta distinta: las esposas eran supuestas mrtires victimizadas por maridos que, enforma continuada y evidente, mantenan relaciones con amantes. En el caso de unatercera familia, durante tres o cuatro generaciones se reprodujo una pauta segn la cualuna de las hijas terminaba siempre siendo expulsada de su seno, debido al pecado dedeslealtad que cometa al contraer matrimonio con un hombre de distinta religin. Hemosatendido familias en las que se reiteraron secuencias de incesto por lo menos durante treso cuatro generaciones.

    Slo en estos ltimos tiempos se estn comenzando a discernir los elementos que

    determinan dichos tipos de organizacin reiterada en las relaciones de familia. Elcuidadoso estudio a largo plazo de sistemas multigeneracionales de familias extensassometidas a tensin puede revelar algunos de sus determinantes patgenos cruciales.Pero, con el fin de elaborar un autntico pautamiento multigeneracional de las relacionesfamiliares, tenemos que basarnos en informacin retrospectiva, incluidos los recuerdosque los vivos tienen de los muertos. Si no se interesa por esas leyes de funcionamientoque rigen las relaciones verticales formativas de larga data en las familias, el terapeuta sever impedido de enfocar adecuadamente la patogenicidad y la salud de aquellas. Cabedistinguir, en ese sentido, entre mejorar las formas de interaccin en el aqu y ahora, eintervenir cabalmente (es decir, de modo preventivo) en el sistema.

    Creemos que salud y patologa estn conjuntamente determinadas por: 1) la naturalezade las leyes que rigen las relaciones multipersonales; 2) las caractersticas psicolgicas(estructura psquica) de los miembros considerados en forma individual, y 3) la relacinexistente entre esas dos esferas de organizacin del sistema. Cierto grado de flexibilidad yequilibrio respecto de la adaptacin del individuo al nivel superior del sistema contribuyea su salud, mientras que la adhesin inflexible a las pautas del sistema puede llevar a unapatologa.

    Querramos evitar los peligros latentes del reduccionismo al describir el complejodominio de la estructuracin de las relaciones. En la bibliografa especializada se detallan

    una serie de dimensiones pertinentes a la naturaleza de las pautas profundas de relacin,pero ninguna basta de por s para dar cuenta del todo complejo de su organizacindinmica. Algunos de los elementos y fuerzas principales que determinan las configura-ciones relacinales profundas del sistema son: las pautas de interaccin de lascaractersticas funcionales o de poder; las tendencias pulsionales dirigidas a una personacomo objeto asequible de la pulsin de otra; la consanguinidad; pautas patolgicas; lasuma colectiva de todas las tendencias superyoicas inconcientes de los miembros;aspectos de encuentro de dependencia ntica entre los miembros; y cuentas no expresasde obligaciones, reembolsos y explotacin, con un balance que va alterndose a travs delas generaciones.

    Probablemente, uno de los principales aportes del mtodo de terapia familiar haya sidoel concepto multipersonal o sistmico de la teora motivacional. Segn este concepto, el

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    individuo es una entidad biolgica y psicolgica dispar, cuyas reacciones, sin embargo,estn determinadas tanto por su propia psicologa como por las reglas que rigen laexistencia de toda la unidad familiar. En trminos generales, un sistema es un conjunto eleunidades caracterizadas por su dependencia mutua. En las familias, las funciones psquicasde un miembro condicionan las funciones de los dems miembros. Muchas de las reglasque gobiernan los sistemas de relaciones familiares se dan en forma implcita, y los

    miembros de la familia no son concientes de ellas. El rol sustitutivo o implcitamente expo-liador que puede cumplir una madre en un caso de incesto entre padre e hija, porejemplo, tal vez no salte a la vista en las fases iniciales de la terapia familiar.

    Algunos aspectos de la estructuracin motivacional bsica de los sistemas familiarespueden manifestarse a travs de ciertas pautas de organizacin o ritos de accionestangibles, como por ejemplo la ofrenda de sacrificios, la traicin, el incesto, el honorfamiliar, la vendetta entre familias, la bsqueda de chivos emisarios, la congoja, elcuidado de los moribundos, los aniversarios, las reliquias familiares, los testamentos, etc.Estos ritos se ajustan a gestalt inconcientemente estructuradas de relaciones, que afectana todos miembros del sistema. Adems de cumplir funciones especficas, cada rito aportaalgo al equilibrio entre las posturas y actitudes expoliadoras y las generosas. Un libretoo cdigo familiar no escrito orienta los variados aportes del individuo a la cuenta. Elcdigo determina la escala de equivalencia de mritos, ventajas, obligaciones yresponsabilidades. Un conjunto de ritos interrelacionados caracteriza el sistemamanifiesto de relaciones de una familia en un momento dado. Los ritos son pautas dereacciones aprendidas, mientras que el libreto tcito del sistema se apoya en unavinculacin gentica e histrica.

    Esta distincin reviste importancia prctica para el especialista en terapia familiar. Laspautas ritualistas se entrelazan con el sustrato existencial del sistema multipersonal de la

    familia en formas singulares, que pueden sorprender al observador externo. La dificultad(descrita a menudo) que se plantea al enfocar mensajes aparentemente carentes desentido en una familia sometida a tratamiento se debe, en parte, a la comprensiblenecesidad que tiene el terapeuta de hallar una lgica en el modo en que los ritosrelacinales caractersticos se enlazan causalmente entre s. Se requiere tiempo y unaprendizaje especial para poder evaluar las cuentas bsicas de las dimensiones histricas,vertical y profunda de los sistemas de accin. Si no se comprende la jerarqua deobligaciones, ninguna lgica ser evidente.

    Un importante aspecto sistmico de las familias se basa en el hecho de que la

    consanguinidad o vnculo gentico dura toda la vida. En las familias, los lazos propios de larelacin gentica tienen primaca sobre la determinacin psicosocial en la medida enque estas dos esferas pueden separarse conceptualmente.

    Mi padre ser siempre mi padre, aun cuando est muerto y su sepultura se encuentre amiles de kilmetros de distancia. l y yo somos dos eslabones consecutivos en una cadenagentica con una extensin de millones de aos. Mi existencia es inconcebible sin la suya.En forma secundaria, o desde el punto de vista psicolgico, su persona dej en mipersonalidad una impronta indeleble durante las etapas crticas del desarrollo emocional.Aun cuando me rebel contra todo lo que l representaba, mi enftico no slo logrconfirmar mi vinculacin emocional con l. Por ser yo su hijo, l tena obligaciones para

    conmigo, y con el tiempo yo contraje una deuda existencial para con l.

    Mi suegro no tiene una relacin de consanguinidad conmigo, y sin embargo siemprerecuerdo el parentesco que nos une cuando observo el parecido fsico de mi hijo con l.Continuamente me pregunto si las cualidades mentales de ese hijo mo sern como las demi suegro, slo porque algunos de sus rasgos faciales y gestos espontneos me recuerdantanto a este. Las relaciones con los parientes polticos adquieren un aspecto cuasi-consanguneo a travs del nacimiento de los nietos. Por aadidura, mi suegro y yo nosvinculamos a travs de una hoja de balance en la que se va registrando la recprocatoma y daca dentro de la familia extensa.

    La bibliografa referente a la teora de los sistemas en las relaciones familiares se inicicon nociones influidas por el concepto de funcionamiento enfermo o anormal.

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    Expresiones como simbitico, cargado de culpa, doble vnculo,esquizofrengeno, etc., sugeriran que el nico lenguaje existente para la descripcin delos fenmenos de pautamiento de las relaciones debe estar teido de nociones depatologa. Las necesidades del especialista en terapia familiar exigieron elaborarconceptos explicativos ms eficaces como guas de su trabajo.

    En el movimiento de terapia familiar, el concepto de seudomutualidad de Wynne etal. constituye el primer intento sistemtico de importancia para explicar losdeterminantes fundamentales de las pautas de relacin familiar. Los citados autoresmanifiestan: La organizacin social en estas familias se ve conformada por unapenetrante subcultura familiar de mitos, leyendas e ideologas, que subrayan las nefastasconsecuencias de una divergencia franca respecto de un nmero relativamente limitadode roles familiares fijos y absorbentes [93, pg. 220]. En un evidente esfuerzo porintegrar el punto de vista sociolgico con el psicoanaltico, Wynne et al. caracterizan laestructura de roles internalizada en la familia y la subcultura familiar conexa, que actancomo una suerte de supery primitivo tendiente a determinar la conducta de maneradirecta, sin entablar ninguna negociacin con un yo que percibe y discrimina activamente[93, pg. 216].

    Las implicaciones de una subcultura de expectativas familiares constituyen un mojn enel camino que lleva a definir la estructura de relaciones como series de obligacionesimpuestas a los miembros de la familia. Cuando Wynne et al . comparan la circunspeccinfamiliar y los mecanismos de indagacin con una ansiosa vigilancia del supery, seaproximan en grado sumo a nuestra formulacin inicial de un importante mecanismopatgeno de la familia, el supery contraautnomo [11]. Asimismo, es fcil ver laafinidad que existe entre los conceptos de supery primitivo de la familia y las hojas debalance de mritos a largo plazo en las familias. Los esfuerzos de Wynne et al.tienden un

    importante puente en direccin al modelo dinmico autnticamente multipersonal. Elempleo que hacen de conceptos de base individual, tales como supery, represin,disociacin o rol, en un contexto familiar revela su esfuerzo por trascender los lmites dela psicologa al aproximarse al terreno de lo que denominamos teora dialctica de lasrelaciones. Utilizan un lenguaje esencialmente psicolgico cuando elaboran expresionestales como internalizacin de la estructura de roles y sentido de satisfaccin recprocade las expectativas. La lucha principal en la familia caracterizada por la seudomutualidadse describe en trminos cognoscitivos como esfuerzos por excluir todo reconocimientoabierto de cualquier indicio de falta de complementariedad.

    Desde nuestro punto de vista, el problema bsico de la teora de las relacionesfamiliares es el siguiente: Qu sucede en el contexto de la accin, y cmo afecta ella lapropensin de la familia a mantener esencialmente inalterado el sistema? De acuerdo coneste esquema, aunque la prdida por muerte, la explotacin y el crecimiento fsico sonhechos inevitables, producto del cambio, todo paso dado en direccin de la madurezemocional representa una amenaza implcita de deslealtad hacia el sistema. La metacontextual dlas expectativas, obligaciones y lealtades entrelazadas es, entonces, que elsistema subsista inalterable. El equilibrio no alterado del sistema incluye la ley de mutuaconsideracin para evitar, de la mejor manera posible, el causar dolor innecesario a nadie(p. ej., enfrentando la desdicha). El antiguo fundamento tribal y biolgico del sistemafamiliar era la reproduccin y la crianza de la prole. A nuestro modo de ver, la funcin de

    la crianza sigue siendo el mandato existencial bsico de las familias contemporneas. Laslealtades sujetas a las exigencias propias de la supervivencia biolgica y de la integridad dela justicia humana son ulteriormente elaboradas en conformidad con el libro mayor deacciones y compromisos asumidos a lo largo de toda la historia familiar.

    Atendiendo a estas conexiones dialcticas ms profundas, las pautas deseudomutualidad u otros ordenamientos psicosociales son elaboraciones psicolgicassecundarias de realidades existenciales fundamentales; son ejemplos de ritos especficosen el contexto de un sistema de relaciones. El ncleo de la dinmica del sistema familiar esparte del orden humano bsico, que slo secundariamente se refleja en los

    conocimientos, afanes y emociones de los individuos. El orden humano bsico depende delas consecuencias histricas de los hechos producidos por la interaccin entre los distintosmiembros en la vida de cualquier grupo social. Las motivaciones de cada miembro estn

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    enraizadas en los contextos de su propia historia y la de su grupo.

    Un ejemplo clnico ilustra el modo en que se entrelazan el individuo sintomtico, unadada, y la gestalt total de las cuentas multigeneracionales en un sistema de relaciones. Lafamilia fue remitida para consulta debido al estado de tensin e irritabilidad de Diana, queltimamente se haba podido advertir tanto en el hogar como en la escuela. Diana, una

    nia de diez aos dotada de talento artstico, era muy apegada a su abuela, la seora H.,de 58 aos. Cuando Diana contaba apenas seis das, su madre se volvi psictica y desdeentonces ha estado internada en una clnica para enfermos mentales. La seora H. cri ala pequea. Como comentario aparentemente al margen del problema, se mencion elhecho de que entre la abuela y el abuelo solan desencadenarse fuertes discusiones conamenazas de violencia fsica.

    La primera sesin de terapia familiar se realiz en el hogar, y revel una grave tensinconyugal entre los abuelos. Contradiciendo las expectativas del trabajador social asignadoa Diana, la abuela procur en forma activa despertar la atencin del terapeuta casi desdeel comienzo. Aunque inicialmente sonaba poco coherente y evasiva, fue muy clara yexplcita cuando comenz a puntualizar todos los motivos de resentimiento que tenacontra el marido: Hay dos cosas que no le perdonar mientras viva, dijo, explicando lasrazones que la llevaban a rechazarlo sexualmente.

    Al describir su falta de respuesta sexual hacia el marido, la seora H. agreg: Cuando lonecesitaba y lo deseaba, de joven, l tena aventuras por ah. Advirtiendo el inters delterapeuta por conocer sus antecedentes, refiri una sorprendente historia personal. Sinmayores vacilaciones, relat que a los catorce aos, cierta noche que su madre se habaausentado, su padrastro entr a su dormitorio y trat de violarla. Al da siguiente ellaprocur obtener el apoyo moral de la madre, pero esta se puso del lado del padrastro, y la

    jovencita fue enviada a casa de los abuelos. Nunca haba podido referir a nadie el inci-dente, con excepcin de su madre y su abuela. A medida que esa mujer solitaria y recluidacomenzaba a hablar ms abiertamente, era fcil condolerse de su estallido de genuinadesesperacin y dolor, que la haban embargado toda su vida.

    Esta sesin inicial demuestra con gran claridad el enfoque dialctico de indagacin enlos sistemas de relaciones. Ningn relato o declaracin individual se toman como verdadabsoluta. Los problemas de la nia se indagaron desde un comienzo en el contexto de ladimensin vertical de la familia, abarcando tres generaciones. Esto llev a investigartambin la dimensin horizontal del matrimonio de la abuela. A partir de all, era natural

    volver nuevamente a la dimensin vertical de los conflictos que la seora H. haba tenidoen la infancia con sus padres. Es fcil ver cmo una cuenta que qued sin saldar entre ella,su madre y su padrastro tendra que salir a relucir en su matrimonio. La atmsferairremediablemente hostil y atemorizadora de su hogar debi de haberse reflejadoentonces en la desesperada necesidad que tena la nia de llamar la atencin en laescuela.

    Con el presente ejemplo no se pretende sostener que una sola sesin inicial basta paradescubrir las races ltimas de los determinantes sistmicos de la conducta sintomtica deun nio. A pesar de la autenticidad y de la gran fuerza que esa mujer solitaria y vida decomunicacin imparta a su relato, sera poco realista considerar que el desarrollo del

    carcter de la seora qued cabalmente explicado por las simples metforas relacinalesde su condensada historia, No obstante, el examen de su experiencia clave infantil - laexplotacin de que de que fue objeto por parte del padrastro y la aparente deslealtad enla respuesta de la madre seal una injusticia bsica, la cual debe de haber contribuidoa cimentar la desconfianza hacia los hombres y las relaciones humanas en general,caracterstica de la seora H. durante toda su vida. Esta sesin ilustra las dimensionesinterconectadas de la psicologa individual, la reciprocidad en los sistemas de relaciones yla justicia del mundo de los hombres, convertidos en datos invisibles registrados a lo largode las generaciones.

    Como conclusin, digamos que la violacin de la justicia inherente al orden humanobsico de una persona puede hacer de ese hecho un pivote en torno del cual gira el futurode sus propias relaciones y las de sus descendientes. As como sera poco sensato, cuando

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    se investigan las motivaciones individuales, considerar que un sntoma existeaisladamente de la personalidad total del paciente, es necesario examinar el sistema fami-liar completo en relacin con la funcin-seal de la patologa del miembro identificadocomo paciente. El inters por el aspecto referente a la justicia propia del orden humanosuele conducir al descubrimiento de un miembro que en un comienzo parece haberactuado injustamente. Se plantea un interrogante: El injusto es actor e iniciador de los

    hechos, o un mero eslabn en una cadena de procesos? Una vez que se ha podidoinvestigar el propio sufrimiento de ese miembro a travs de injusticias pasadas, se poneen marcha el proceso de terapia familiar.

    La filosofa dialgica de Martn Buber y los escritos de ciertos autores existencialistassealan un modo de usar a los otros que conforma otra importante dimensin de ladinmica de las relaciones. Sin embargo, en vez de subrayar lo que hay-de explotacin endeterminados aspectos de las relaciones humanas, Buber se centra en su capacidadpotencial para la reafirmacin mutua. Al sostener que las relaciones personales signifi-cativas pertenecen al tipo Yo-T, declara que los pronombres bsicos no son Yo, T, Ello[it], sino Yo T y Yo-Ello. El anlisis fenomenolgico existencia] de la vida social presuponeuna dimensin de compromiso personal; no estoy, simplemente, junto a aquel a quien medirijo utilizando el T de Buber. Ese otro a quien me dirijo de ese modo no es un meroinstrumento de mi expresin emocional o la suya, sino, al menos por el momento, elterreno, la contraparte dialctica de mi existencia. Pero aun como terreno para el otro,la persona es un Yo bien delimitado para s misma.

    El autntico dilogo Yo-T va ms all del concepto del otro como mero objeto omedio para gratificar mis necesidades.

    La solicitud y el inters recprocos puestos de manifiesto es algo que no slo

    experimentan los participantes, sino que trasciende su psicologa al ingresar al dominiode la accin o el compromiso con la accin. El dilogo, tal como lo define Buber, se con-vierte en una caracterstica del sistema de relaciones familiares. La reciprocidad deexperiencias entre dos seres humanos, reafirmados ambos por su encuentro en trminosYo-T, crea una base de apoyo mutuo en las relaciones familiares. Tal vez esto se vinculecon lo que Buber denomina la zona del entre [26, pg. 17].

    Si bien el concepto de dilogo mutuamente reafirmativo sin duda enriquece nuestracomprensin de las relaciones, en general nuestra postura es que las relaciones familiarestienen su propia estructuracin especfica, existencial e histrica. Un viajero conocido por

    casualidad en el tren, del que obtenemos una respuesta caracterizada por su profundidad,puede, al menos momentneamente, cumplir las condiciones de interlocutor en unautntico dilogo Yo-T. Desde el punto de vista psicolgico, el efecto posterior de esedilogo tan autntico puede ser una reafirmacin permanente de mi persona e identidad,aun cuando esa relacin especfica sea efmera. De ese modo, el T del autntico dilogopuede hallarse en todas partes, y ser remplazado por otro T. Ciertas dimensiones de laterapia de grupo, las maratones, las tcnicas de grupo de encuentro, la sensibilizacin,etc., se basan en la esperanzada expectativa de que se d una reafirmacin mutua entrepersonas que no pertenecen a un sistema familiar consanguneo.

    Desde el punto de vista prctico es muy importante reconocer la naturaleza especfica

    de las relaciones familiares. Tras una vinculacin que durante todas sus vidas secaracteriz por la hostilidad, dos hermanos pueden hacer intensos esfuerzos porreconciliarse y reconstruir su relacin de manera que surja entre ellos una positivaamistad. Quizs entonces se descubran el uno al otro y lleguen a comprenderse en formadiferente, casi como si cada uno de ellos estuviera ante una persona totalmente nuevapara l. Empero, ya sea que parezcan enemigos o amigos, siempre han sido miembros delmismo sistema familiar consanguneo. Si yo ayudo a cualquier ser humano que sufre, esprobable que entable un autntico dilogo Yo-T con l. Si, no obstante, sucede que eseser humano es mi hijo, configura, por aadidura, una contraparte nica de mi dominioexistencial: ningn otro ser humano puede remplazado. Ninguna conducta de otro, por

    perfecta que sea la semejanza, podra sustituir el significado que l tiene para m. Adems,tanto l como yo estamos encuadrados dentro de un sistema de relacionesmultigeneracionales. El compromiso, la devocin y la lealtad son los determinantes ms

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    importantes de las relaciones familiares. Derivan de la estructura multigeneracional de lajusticia del universo humano, creada a partir del patrimonio histrico de las acciones yactitudes entre los miembros.

    En resumen, la dimensin ms importante de los sistemas de relaciones estrechas sedesarrolla a partir de la hoja de balance multigeneracional de mritos y obligaciones.

    Creemos que el nivel del sistema en que se forjan las lealtades bsicas se conecta conotros niveles sistmicos ms visibles de la conducta de interaccin y las comunicaciones.

    Consideramos que la jerarqua de obligaciones reviste importancia crucial para todos losgrupos sociales y la sociedad en su conjunto. Como muchas pocas pasadas, la nuestrapadece el desgaste gradual de la calidad de las relaciones humanas. Desde fines del sigloXIX los autores existencialistas trataron de advertirnos del peligro que amenazaba lacalidad de las autnticas vinculaciones entre los seres humanos. La urbanizacin, laautomatizacin, los medios de trasporte y comunicacin de masas, etc., contribuyen aaumentar ese desgaste. El terico que estudia a la familia centra ahora su atencin en unadimensin existencial especfica que en nuestra era se evita, niega y erosiona: las cuentasde la justicia del mundo de los hombres. Al rehuir los contactos con la familia extensa, porun lado, y aferrarse desesperadamente a las posesiones materiales, por el otro, se creanparadjicos antagonismos entre las viejas y las nuevas generaciones, con pocasposibilidades de resolucin. La vieja generacin conservadora, se atrinchera cada vez msen su rgida postura defensiva, mientras que mediante el escapismo y la negacin la

    juventud rebelde puede destruir los cimientos que le permitiran utilizar su libertad siadquiriera la capacidad necesaria para enfrentar y balancear las cuentas de la justiciaintergeneracional. Llevados por su sensacin de carencia, a menudo los jvenes no venque la represalia destructiva lleva a una ulterior y ms honda carencia. En ltima instancia,ambas generaciones resultan perdedoras.

    La amplia popularidad actual de los grupos de encuentro, maratn, sensibilizacin, etc.,atestigua la toma de conciencia del desgaste de las relaciones personales por parte delhombre moderno. Todos los das se forjan nuevos ritos sobre la base de esa toma deconciencia, combinada con el mito del valor supremo que tendra expresar los propiossentimientos hacia los extraos. El dilogo Yo T de Buber, cuando se lo comprende demanera parcial, puede esgrimirse como anhelada frmula mgica, aplicndola aencuentros de formas ritualizadas. El especialista en terapia familiar no rechaza la validezdel encuentro como tcnica auxiliar dotada de sentido en la sociedad contempornea;configura una dimensin de su propia labor con las familias. Pero si esta dimensin se

    eleva al plano de la omnipotencia mgica, utilizada para negar las duras realidades de lajusticia histrica de la propia existencia y la posicin generacional en el libro mayor demritos de la familia, slo permitir logros limitados. Por aadidura, sus falsaspretensiones pueden ser fuente de grandes desengaos.

    Importancia clnica del enfoque sistmico

    La distincin trazada entre motivaciones multipersonales basadas en el sistema, eindividuales tiene gran importancia para el terapeuta desde el punto de vista prctico. Suscolegas con frecuencia lo interrogan acerca de sus actitudes hacia problemas teraputicosclave, tales como: Cules son los criterios que determinan si la terapia familiar es laindicada? Cules son las metas teraputicas? Cmo se evalan los resultados de sulabor teraputica?, etc. La respuesta a estas preguntas est asociada a la comprensin delmodo de entrelazamiento de los niveles de motivacin en los sistemas individuales ymultipersonales.

    La conceptualizacin de ese entrelazamiento entre niveles de sistemas individuales ymultipersonales no slo exige un conocimiento bsico de la teora general de los sistemas,sino un pensamiento elaborado en funcin de un modelo dialctico. De acuerdo con esteltimo, el dominio intrapsquico pierde todo sentido si lo sacamos del contexto de

    relaciones (Yo-T). Desde el punto de vista dinmico, toda experiencia subjetiva implicaque hay un s-mismo y un otro, o sea, un contexto simblico interpersonal. Mediante

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    pautas interiorizadas, el individuo inyecta en todas las relaciones actuales la programacinde su mundo relacional formativo. Naturalmente, el s-mismo es el centro experiencial delmundo del individuo, pero ese s-mismo es siempre un Yo subjetivo, impensable sin algnT.

    Los autores suscriben una visin amplia de la teora clnica, en que los niveles de

    motivacin de los sistemas individual (intrapsquico) y multipersonal deben considerarseen su relacin mutuamente antittica y complementaria. Entendemos incorrecto y pocoaconsejable ignorar la importancia motivacional recproca y multipersonal para laformulacin intrapsquica de hechos tan importantes para la experiencia humana como laseparacin, el enamoramiento, el crecimiento, la madurez sexual, el miedo a la muerte, eldolor por la prdida de seres queridos, etc. Por otro lado, nos damos cuenta de que en sumayor parte nuestra actual teora de la psicopatologa y la psicoterapia est estructuradaen trminos individuales que deben ampliarse para abarcar el contexto de lasdimensiones motivacionales de los sistemas familiares.

    Por ejemplo, en respuesta a las preguntas sobre lo indicadode una terapia, sus metas yla evaluacin del trabajo con la familia, el especialista en terapia familiar tal vez no puedacomunicarse con sus colegas si estos ltimos tienen una orientacin exclusivamenteindividual. Puede preguntrsele: La terapia familiar es indicada en un caso de fobia a laescuela? Su respuesta no puede ser ni s ni no. Debe dejar en claro que en esta forma lapregunta es intrnsecamente inadecuada e imposible de responder. Como la terapiafamiliar tiene por objetivo ayudar a cada miembro de la familia, la pregunta debe formu-larse de distinto modo: Es conveniente y factible que los miembros de la familia de unnio con fobia a la escuela trabajen juntos en pos de la obtencin de beneficios mutuos?En trminos estrictos, sin embargo, incluso la formulacin familia de un nio con fobia ala escuela posee bases individuales. El experto en terapia familiar sabe que al cabo de

    unas pocas semanas el papel del paciente sintomtico puede desplazarse, pasando delnio con fobia escolar a la madre deprimida, el hermano delincuente o el padre queadolece de una enfermedad psicosomtica. El problema que se nos plantea es el de de-signar una familia en trminos de un sistema multipersonal, en vez de contentarnos conintroducir los trminos o frases del diagnstico tradicional del individuo con la expresinla familia de un....

    La falta de una categorizacin de familias ampliamente aceptable, de acuerdo con loscriterios del sistema multipersonal, ha obstaculizado de modo serio los esfuerzos delespecialista en terapia familiar por comunicar su punto de vista. Aquel siente que aunque

    conceptualmente no podra definir la entidad sistmica de una familia, no se trata de unaimagen ficticia sino de una realidad clnica con la que debe trabajar. De hecho, en el cursode uno o dos aos de experiencia, los especialistas en terapia familiar por lo generalaprenden cmo deben trabajar con la dinmica de GUIPO de un sistema familiar especfico,considerndolo una entidad, antes que la suma de las diversas dinmicas individuales deloi miembros. En ltima instancia, debe tratar el conglomerado forjado entre laspatologas individuales y las configuraciones del sistema.

    La tarea fundamental del especialista en terapia familiar es definir sintona,, diagnsticoyentidad nosolgica en trminos sistmicos. El concepto mdico tradicional de sntoma seorigin a partir de la dicotoma entre lossignos notables y lo que se infera como proceso

    de enfermedad subyacente, definible en trminos de causalidad. Mientras que lasugestin, la hipnosis o los procedimientos conductuales estuvieron durante siglos en-teros claramente dirigidos a la eliminacin del sntoma, el inters propio de la teorapsicoanaltica freudiana se ha definido como algo que va ms all de los sntomas y secentra en el mecanismo bsico subyacente en la organizacin fundamental de lapersonalidad del paciente.

    El especialista en terapia familiar tiene que aprender a integrar conceptos individuales,descriptivos y dinmicos con dimensiones del sistema de relaciones tales como: 1) pautasde interaccin funcional, 2) Relacin entre la pulsin y el objeto, 3) Consanguinidad, 4)

    patologa interpersonal, 5) mecanismos inconcientes entrelazados entre los individuos, 6)aspectos de encuentro del dilogo ptico, 7) cuantas de justicia multigeneracionales.

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    Los actos delictivos de un muchacho, por ejemplo, pueden considerarse motivados porvarios factores individuales y familiares. En un nivel individual, pueden vrselo como siluchara por satisfacer sus necesidades de gratificacin instintivas (sexuales, agresivas) (2),por reafirmar su propia persona en relacin con el padre (2, 6), por llegar a igualar a suspadres (1), etc. En un nivel multipersonal, el joven delincuente puede satisfacer en formasustitutiva las tendencias inconcientes de sus padres hacia la delincuencia (5); por

    ejemplo, es previsible que en sus ensoaciones y fantasas procurar reparar todas lasprdidas sufridas por los padres, castigando a la sociedad (7); acaso llevado por su lealtad,quiera unir a sus padres convirtindolos en un equipo disciplinario en mutua connivencia(1); puede, sin quererlo, suministrar a su familia una excusa para una indispensableintervencin de la sociedad a travs de sus autoridades (1, 2, 7). En una escala an msamplia, puede poner a prueba la capacidad parental de la sociedad en su conjunto ybrindar dependencia y gratificacin encubierta a todos los miembros (3).

    Cuanto ms cambia, ms igual a s mismo permanece

    Todos los sistemas de relaciones son de tipo conservador. La lgica que los gobiernaexige que la dedicacin y cuidados que prodigan sus miembros a modo de inversincompartida sirvan como compensacin por todas las formas de injusticia y explotacin.Debido al carcter inalterable de los vnculos genticos y la continuidad de las cuentanque entraan obligaciones, las familias constituyen los ms conservadores de los sistemasde relaciones. Mediante una identificacin con el futuro de nuestros hijos, nietos y demsgeneraciones por nacer, podemos, al menos en la fantasa, justificar todo sacrificio ycompensar toda frustracin.

    En cierto sentido, la estructuracin existencial de la consanguinidad es inalterable. Las

    familias que lidian con la separacin real o inminente de alguno de sus miembros nuncapodrn avenirse a perder existencialmente a ningn integrante del sistema. El padredivorciado o que ha hecho abandono del hogar nunca ser reemplazado interiormentecomo padre en la mente de sus hijos. Incluso en los casos de adopcin efectuada a muytierna edad, la importancia existencial de los padres naturales suele ocupar la mente delos hijos adoptivos durante su vida. Pueden sorprender a la familia que los adopt con susvehementes deseos de alcanzar un mayor conocimiento y entablar un contacto msprofundo con los padres naturales, al menos en el recuerdo.

    Otra importante esfera de lealtades se vincula con ese tipo de justicia humana

    menoscabada que se basa en una explotacin emocional carente de equilibrio. El anlisisde estos problemas a menudo se ve oscurecido por consideraciones de ndole econmicaen la familia. En otros casos la posesin expoliadora de una persona aparece disfrazada deamor; Cmo si el amor por el lechn que siente el gourmet pudiera para el cerdosignificar amor Algunos autores de la escuela de Bateson (para un amplio resumen, cfWatzlawick (88) y Berne (7) realizaron exhaustivos estudios de ciertas tcnicasexpoliadoras en las relaciones. Sin embargo, el especialista en terapia familiar se guardarde extraer cualquier conclusin apresurada sobre qu constituye explotacin en lasrelaciones de familia. Las pautas de interaccin superficial entre sus miembros, enespecial si se considera una dada aisladamente, pueden conducir a conclusionestotalmente errneas. La autntica comprensin de lo que constituye la explotacin gira entorno de los balances recprocos de mritos y el reconocimiento de tales mritos.

    Los procesos familiares y los sociales, ms vastos, se entrelazan de manera significativa.La civilizacin occidental contempornea alienta la huda por medio de la negacin paraevitar un duro enfrentamiento con el propio sistema de relaciones. La movilidad fsicacada vez mayor, la capacidad e comunicacin saturada a travs de los medios, laglorificacin del xito conseguido en la adaptacin social, la confusin de libertademocional con la separacin fsica, y la elevada valoracin de formas de seudoamistad tansuperficiales como infundadas se cuentan entre las ventajas de nuestra sociedad quealientan el escapismo ms que el enfrentarse con las cuentas en las relaciones.

    La historia de la civilizacin de occidente aparece como una prolongada batalla en la

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    que el individuo ha luchado siempre por liberarse del dominio de gobernantes opresores.Los mitos de los griegos y los hebreos brindaron una temprana definicin del individuocomo hroe que enfrenta contingencias imposibles de superar, y que, aunque a la postresucumba, sirven como fuente de inspiracin para las generaciones futuras, quedemostrarn su propio herosmo mediante nuevas hazaas. La acptacin pasiva del poderdel gobernante lo convierte a uno en miembro de la masa, indigno de reconocimiento o

    recordacin. No obstante, la simple huida y separacin fsica respecto de esa fuerzaabrumadora no bastan para liberar realmente al prfugo. Y menos an podmeos resolverla tirana de las propias obligaciones simplemente esquivando al acreedor. Una huida enmasa, por temor a enfrentar la responsabilidad de las obligaciones filiales, puede sumir atodas las relaciones humanas en un caos insoportable. El individuo puede verse paralizadopor una culpa existencial e indefinible.

    El modernismo conservador, o el miedo a la privacidad.

    Basndose en las realidades manifiestas de su experiencia cotidiana, algunos expertosen terapia familiar se muestran inclinados a describir su campo de accin como algocaracterizado por fros juegos de manipulaciones. De esta manera parecen perdercontacto con los estratos propios del compromiso personal, nsitos en toda relacin.

    Aparentemente, la teora de intervencin en la familia puede atraer al profesional deorientacin impersonal y mecanicista, que ve en ella un terreno propicio para lamanipulacin de los seres humanos. Por ejemplo, tal vez sostenga que la capacidad deempata, indispensable en casi todas las formas de psicoterapia individual, puedesoslayarse en la terapia familiar. Algunos terapeutas prefieren ignorar el proceso decrecimiento subjetivo de los miembros de la familia, y consideran que la terapia familiar

    simplemente est dirigida a modificar las pautas de interaccin visibles. Las lneas lectorasde su intervencin podran basarse entonces en principios puramente tcnicos, como elrefuerzo de los estilos de comunicacin, la enseanza de los principios que rigen unabuena discusin, la identificacin y eliminacin de los dobles vnculos, etc. Algunosterapeutas insisten en establecer una agenda artificial: piden que la gente se desplace porla habitacin, la hacen sentarse y hablar de determinada manera, inventan tareasoperativamente factibles, ellos mismos salen del recinto, etc. Por el contrario, nuestraorientacin hacia las relaciones familiares en la terapia es de naturaleza personalizada.Estamos convencidos de que el crecimiento en nuestra vida personal no slo esinseparable del crecimiento en nuestra experiencia profesional, sino que es tambin

    nuestra herramienta tcnica ms importante.

    La actitud del especialista en terapia familiar hacia la cuestin de la privacidad individualy la experiencia subjetiva determina su conceptualizacin de las metas teraputicas.Estableciendo como meta ideal de la terapia el funcionamiento presumiblemente noneurtico que a larga logra el paciente, la teora psicodinmica individual tiende adelimitar su esfera de inters cientfico y humano, cindola al marco del individuo.Aunque la teora admite que solo se ve la punta del iceberg, es decir, los aspectosconcientes de las motivaciones, sin embargo considera que las nueve dcimas de laspartes invisibles pueden reconstruirse sobre la base del conocimiento de los mecanismosmentales del individuo: represin, transferencia, resistencia, defensa, regresin, etc.

    Al trabajar con familias in vivo, el inters del terapeuta no reside simplemente enreconstruir el ncleo esencial de los individuos sino que va ms all, tratando deestablecer un nuevo equilibrio en las relaciones en el sistema multipersonal. En estesentido, la terapia familiar se encuentra en uno de los polos del espectro de las terapias, laterapia clsica de la conducta en el polo opuesto, y la psicodinmica (freudiana) en elmedio. Importa reconocer la falacia de una dicotoma comnmente aceptada, como si laterapia intensiva fuera equivalente a la indagacin individual, mientras que la terapiaconjunta implicara una tarea ms superficial e imprecisa, que puede o no dar en el blancoy quizs nunca roce el nmero privado e interno de los participantes; como si los dilogos

    mano a mano confidenciales entre paciente y terapeuta constituyesen el requisitoindispensable de toda labor teraputica intensa y profunda. Mientras que, sin duda

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    alguna, la investigacin de la familia ampla el margen de intervencin del terapeuta, sucaracterstica distintiva no es la mera extensin horizontal. Sucede, ms bien, que elcompromiso que contrae el terapeuta de ayudar a todos los miembros de la familiaintensifica la fuerza emocional de un nuevo proceso de realimentacin, que afecta a todoslos participantes. Sin embargo, el compromiso de ayudar a todos los miembros de lafamilia puede conducir a una autntica intensificacin del proceso teraputico solo si el

    propio terapeuta es capaz de seguir el ritmo de la escalada emocional.

    La razn por la cual la propia situacin de la terapia familiar representa una mayorexigencia emocional para el terapeuta que la terapia individual se debe a que la verdaderamedida de la emocin humana no es la intensidad de sus concomitantes afectivos ofisiolgicos, sino la relevancia de su contexto interpersonal. Esto demuestra la dificultadintrnseca que surge al tratar de objetivar o cuantificar los hechos relacionales. Larelevancia contextual puede evaluarse equiparando contenido y contexto. Como elvaciado y el molde; encajan o no. La relevancia es una medida no lineal, no cuantificable.

    El desarrollo conceptual en los campos de la teora y la terapia familiar se ve todavaobstaculizado por una permanente confusin sobre la funcin del pensamiento cientfico,tal como se aplica en la escena humana. Algunos de los investigadores ms capacitadossiguen creyendo en el valor de estudiar fenmenos en esencia no mensurables, aunquetcnicamente bien definibles. Tal vez opten por mirar la vida familiar como algo motivadopor juegos de poder y se orienten a producir datos convincentes y perfectamentedocumentados sobre problemas de conducta delimitados en forma estricta, pero deimportancia marginal. La tarea ms importante de la investigacin, a la vez que la msdifcil, es la creacin de un marco conceptual que permita manejar los aspectos mscomplejos de la teora de los sistemas de relacin.

    La realidad objetiva tiene cabida en las relaciones caracterizadas por la

    cercana?

    Resulta engaoso considerar la realidad relacional como algo menos individualmentedinmico o menos subjetivo que la realidad interna de una persona. El atributo objetivo,por contraste con subjetivo, connota la cualidad de estar libre de toda informacin falsae incorrecta, y de toda distorsin de los hechos debido a la parcialidad emocional. Sinembargo, la realidad de la persona en sus relaciones ms cercanas est compuesta por surealidad interna familiar transferida y subjetiva, ms ciertos atributos reales del

    compaero. Naturalmente, desde el punto de vista de este ltimo, su propia realidadinterna es ms subjetiva que efectiva.

    No existe ninguna realidad objetiva como campo intermedio entre los calibres denecesidades recprocamente antagnicas de dos personas que se relacionan. Si laobjetividad reviste aqu algn sentido, reside en la conciencia que cada participante tienede las configuraciones de necesidades simultneas en el otro, mientras que ambos luchanpor hacer de ese otro el objetote sus necesidades y deseos. No obstante, cabe recordarque las necesidades del individuo incluye la condensacin de las cuentas relacionales nosaldadas de su familia de origen, adems de la reactivacin de sus propios procesospsquicos primitivos.

    Cuando lo que se procura es un anlisis de las relaciones cercanas, el terapeuta primerotendr que conocer con claridad los determinantes principales de las motivaciones de losparticipantes o sus actitudes relacionales. Debe averiguar cual es la posicin de cadamiembro en el sistema: conocer sus obligaciones, compromisos, la historia de sus mritos,formas de explotacin, etc. Por ejemplo, adems de las actitudes relativas al chivoemisario, un amor sofocante yt abrumador puede tambin convertir en vctima a suobjeto. Ha de inspeccionarse, igualmente, la necesidad que tiene el objeto de entablarun dilogo caracterizado por la autenticidad.

    En su estructuracin programticoafectiva, las actitudes relacionales portan elesquema de los actos futuros de la persona. El diseo de esos esquemas siempre lleva

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    implcitas las necesidades bsicas de aquella y sus obligaciones sistmicas importadas.Lo ms importante en el acto de eleccin de una vctima propiciatoria, por ejemplo no esel hecho de que distorsione la realidad, sino el de que exprese las necesidades delvictimario (y, por supuesto, las expectativas de todos los participantes en el sistema devictimizacin). Otro tanto puede decirse de un proceso inverso al de eleccin de unavctima propiciatoria, como el de enamorarse. En primersimo lugar, el que ama tiene

    necesidad de ver (distorsionar) al ser amado como objeto que se adjunta a su propiaconfiguracin de necesidades (sexual, de proteccin, de dependencia, de vituperio, etc.)amor coecus est (el amor es ciego). Cabe agregar que el amor es an ms ciegodebido al peso que en cada individuo comportan las obligaciones ocultas que vienen deafuera, y ya no de la dada. Por medio del marido y la mujer, no solo buscan ajustarse dosindividuos, sino dos sistemas familiares.

    Lo que equilibra la subjetividad unilateral de las necesidades de los dos miembros de lapareja es el hecho de que el que ama puede hacer que el objeto de su amor le responda y,en ltima instancia, las necesidades de este ltimo le permitan hallar, a su vez, en aquel,un objeto satisfactorio. Una relacin ntima es un encuentro dinmico entre patrones denecesidades. No existe entre los cnyuges un campo intermedio objetivo o realidad nodistorsionada. La meta realista de cada uno no debe ser poner a tono sus necesidadescon las caractersticas objetivas del otro, sino aprender a discriminar las necesidades delotro como vlidas pese a ser distintas de las propias.

    Desde el punto de vista de nuestra teora de las relaciones, el patrn de necesidadesde una persona es una frmula abreviada que comprende tanto sus necesidadespersonales como las expectativas invisibles debidas al equilibrio perturbado de la justiciaen las relaciones anteriores propias y de su familia. Tiene una deuda de reciprocidad paraquienes tanto le dieron, no importa que se hayan sentido estafados o explotados por el

    destino. Puede dar por sentado que su futura pareja tiene conciencia de sus frustracionesy obligaciones innatas. Naturalmente, el otro debe incorporar en su actitud la historia delbalance de mritos de su propia familia.

    Cul es la realidad objetiva de la persona?

    En la anterior descripcin se presentaba al individuo como un ser que se amolda alcontexto de sus relaciones. Asimismo, se presupona que la persona es una entidad dada ydefinida, con un lmite identificable: sus necesidades y estilo de respuesta sonexclusivamente suyos. Suponemos que, al menos en sus acciones, el individuo configura

    una unidad integral.

    No obstante, una teora ms amplia de las relaciones debe tomar en cuenta lafluctuacin que minuto a minuto afecta su grado de individuacin. Una persona puededefinirse bsicamente por la gama y medida de sus necesidades, obligaciones,compromisos y actitudes responsables adoptadas en el campo de las relaciones. Inclusociudadanos aparentemente bien individualizados, social mente destacados y responsablespueden actuar como miembros irresponsables e indignos de confianza cuando lo hacen enel contexto de una relacin familiar simbitica. Pueden ser vctimas del pnico si deellos se espera que adopten una visin responsable de su funcin dentro de la familia.Pueden ocultarse tras un nosotros, en lugar de un yo como forma de expresingramatical, al tratar de explicar sus propios sentimientos e intenciones. Pueden centrarsede manera exclusiva en las funciones o sntomas de sus hijos, o sin quererlo crear unaimagen de falsa individualizacin y salud en sus lazos conyugales. Por ejemplo, puedendiscutir con engaosa libertad, revelando en forma manifiesta grandes divergenciaspersonales sobre el tema de discusin, slo para hallar luego que estas son imposibles demodificar debido a las personalidades inconcientemente fusionadas de los miembros de lafamilia.

    Nuestro enfoque sistmico ubica las estructuras psquicas individuales en elcontexto de sus relaciones, al trabajar con familias sometidas a tratamiento. Todava no se

    ha hecho la trasferencia que lleve de ah a un anlisis estructural individual entendido mscabalmente. Podramos equiparar la funcin relacional simbiticamente indiferenciada o

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    la deuda sistmica pobremente resuelta con una dbil estructura yoica en trminosindividuales, pero la correspondencia de esos trminos es slo parcial. El lenguaje de ladebilidad yoica por lo comn presupone una identidad personal, aunque discontinua.Po el contrario, el funcionamiento simbitico en forma sustitutivao de connivencia, slopuede observarse en presencia de dos oms individuos ntimamente relacionados entres. La interferencia realizada a partir de la relacin teraputica individual (trasferencia)

    para llegar a las relaciones familiares resulta incompleta.

    En sntesis, el punto de vista sistmico reviste gran importancia prctica y teraputica.Nuestro contrato teraputico debe sellarse con todos los miembros del sistema derelaciones familiares, y no slo con el miembro que presenta el sntoma o con suscustodios adultos.

    El contrato significa que el terapeuta debe mostrarse asequible y realmente estardispuesto ayudar a todos los integrantes, asistan o no a las sesiones. A su vez, debecomprometer la participacin de todos. Har que expongan sus opiniones, necesidades ydeseos de ayuda, y procurar asegurarse de que incluso los mensajes del hijo mspequeo sean escuchados y hallen respuesta. Como parte del contrato, infundir el valornecesario para enfrentar las obligaciones y la culpa por el pago delictivo de las deudasemocionales.

    Aunque la mayor parte de los esfuerzos iniciales del especialista tienen que ver con lafirma del contrato teraputico por el conjunto de la familia, no es el terapeuta quien creao impone el punto de vista dinmico y teraputico del sistema familiar a los miembros. Nohabra familia de no existir fundamentos de solidaridad y lealtad anteriores aun alnacimiento de los hijos.

    Las implicaciones de la terapia conjunta, familiar o relacional son tan revolucionariasque por fuerza deben llevar a una ruptura con nuestra tica social ampliamente difundidao a refugiarse en alguna forma de negacin y acuerdo entablado por razones de debilidad.La cuestin de la explotacin, el acrrimo individualismo, la represin por parte de losmayores o los poderosos lderes polticos, reyes, dictadores, etc:;est relacionada con lasfuerzas que rigen el sistema familiar. Las exigencias ticas planteadas a un fabricante deautomviles para que produzca vehculos seguros y duraderos en medio de lacompetencia y los conflictos laborales son similares a las que se plantean a una pareja envas de divorciarse para que tome en cuenta los intereses de sus hijos

    Cuando en otros captulos indaguemos las dimensiones de la lealtad, reciprocidad yjusticia, es improbable que como especialistas en terapia familiar podamos escudarnostras conceptos convenientemente individuales, orientados hacia la eficiencia. Losconceptos sistmicos de eficacia impersonal, como pautas de comunicaciones adecuadas,resolucin de problemas, adaptacin o incluso salud mental, no llegan a rozar la realesencia de las relaciones humanas. Todo estudio de las respuestas sin compromisoalguno de responsabilidad y contabilizacin de obligaciones de por s queda socialmenteinvalidado o, por lo menos, resulta carente de sentido.

    Sin una capacidad para enfrentar las cuentas de integridad de las relaciones familiares,el especialista en terapia familiar se ver abrumado, y puede caer en esa desesperacin

    que induce a hablar de la muerte de la familia. Puede verse atrapado en un dilemasimilar al de un especialista en publicidad, llevado a desplazar su preocupacin por laeficacia del diseo de sus anuncios publicitarios al inters por la honestidad e integralidadde estos. El especialista en terapia en terapia individual puede, si lo desea, seguir siendoun diseador de fachadas; en cambio, el especialista en terapia la miliar no puede, a lalarga, cerrar los ojos ante la integridad relacional, incluyendo la suya propia.

    En sntesis, la orientacin sistmica surge de la lgica de las observaciones empricasrealizadas por los especialistas en terapia familiar. En forma independiente, muchos de losantiguos terapeutas llegaron a la conclusin de que existe una organizacin regulada

    (homeostasis) en cuanto al desplazamiento del papel de enfermo en las familias. Aunqueen el campo de la terapia familiar se requeriran fundamentos tericos basados en unaulterior descripcin, ms precisa, de los hechos empricos de la homeostasis sistmica, el

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    inters de la mayora de los terapeutas se ha centrado comprensiblemente en la cuestinde las fuerzas dinmicas que regulan dicha homeostasis. El mandato del terapeuta,orientado hacia la consecucin de una meta, le plantea un desafo de llegar a dominar lossecretos del control y el determinismo causal de las relaciones familiares.

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