biografías de científicos canarios - josé de viera y clavijo

8/9/2019 Biografas de cientficos canarios - Jos de Viera y Clavijo

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J OS DE V IERA Y CLAVIJO


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A. Sebastin Hernndez Gutirrez

Francisco Martnez Navarro

Emigdia Repetto Jimnez

Oficina de Ciencia, Tecnologa e Innovacin.

Gobierno de Canarias

De las cubiertas: Cam-PDS Editores S.L.

Edita: Dykinson S.L. 915 44 28 46, Fax: 915 44 60 40.

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Impresin y Encuadernacin:


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Biografas de Cientficos CanariosJ OS DE V IERA Y CLAVIJO

A. Sebastin Hernndez Gutirrez


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UN LEGADO HACIA EL FUTURO

La memoria es una de las seas de identidad determinante encualquier colectividad. Canarias ha tenido durante siglos una flacamemoria colectiva, tendencia que ha ido cambiando en las ltimasdcadas, especialmente desde que ha ganado en entidad poltica a

travs del autogobierno. Conocer los hechos y los personajes que hanido marcando el devenir histrico de Canarias en todas su vertienteses una tarea que nos incumbe a todos, porque recuperar esa memorianos sirve de impulso para encarar el futuro con las mejores garantas.Impulsada por esta idea, nace esta coleccin bibliogrfica dedicada acientficos canarios que han realizado enormes aportaciones en diversos

campos, no slo en lo relativo a nuestras islas sino al conocimientocientfico universal. Son nombres que han surcado siglos de historia y que han influido en la sociedad de su tiempo y en las posteriores.Reconocidos por la sociedad cientfica internacional, es necesario queel pueblo canario tambin se familiarice con sus enorme labor, porqueson el espejo en el que todos debemos mirarnos, especialmente lasnuevas generaciones. Por ello doy las gracias a todas las personas quehan hecho posible este proyecto, desde los autores y coordinadores de


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los trabajos hasta los responsables de la Oficina de Ciencia, Tecnologae Innovacin del Gobierno, impulsora de esta iniciativa. Este libro que

tienen en sus manos y los dems de esta coleccin ahondan en nuestramemoria colectiva. Y la memoria es siempre un acto de justicia.

Mara del Mar Julios ReyesVicepresidenta del Gobierno de Canarias


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J OS DE V IERA Y CLAVIJO , UN PERSONAJE SABIO

La historia de los pueblos siempre se construye colectivamente. Seedifica sobre sentimientos, pasiones, ilusiones, interrogantes, anhe-los, ternura y frustraciones. Todo se entrelaza en la organizacin de lasformaciones sociales para irle dando forma a los modelos econmicos,

ordenamientos jurdicos, sistemas polticos y esquemas ideolgicos.Por eso, el rescate de la historia, de la memoria colectiva, del pasado

comn, debe hacerse desde el reconocimiento de la aportacin plural. Y entre esas aportaciones siempre asoman personajes que destacan, msall de su propio contexto histrico, econmico y social; algunos muchoms all de su propia temporalidad.

La historia de Canarias tambin cuenta con un conjunto de personascuyo quehacer, trabajo e investigacin se proyecta ms all de su tiem-po histrico. Grandes personajes de la ciencia, la cultura o la economa.Personajes preocupados por querer conocer y desentraar las clavesdel conocimiento, por indagar, por investigar, por observar el entorno;por tratar analizarlo, comprenderlo y divulgarlo.

Jos de Viera y Clavijo es, sin duda, una de esas referencias esencia-les para Canarias, no slo para el conocimiento de su propio devenir,


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sino para la valoracin de su aportacin a la historia general del cono-cimiento y de la Ilustracin.

Este realejero, de cuna humilde que inicia su formacin en el Puertode la Cruz, enamorado de Pars y de Voltaire, buen comunicador, polglo-ta, y casi indefectiblemente avocado al sacerdocio, seducido por Feijo,impulsor de la primera publicacin peridica (Papel Hebdomadario),nos aporta el primer gran texto omnicomprensivo de nuestra historia:los siete libros bajo el ttulo de Noticias de la Historia General de las Islas Canarias.

Si importante fue la aportacin de Viera al conocimiento de la his-toria, no menos lo fue su trabajo en defensa de la investigacin y elconocimiento del patrimonio natural de las islas, sus esfuerzos en leelaboracin del Diccionario de la Historia Natural , iban orientados allamar la atencin sobre la singularidad y la exquisitez de la naturalezaen Canarias. Es la gran aportacin sistematizada que enraza los cono-

cimientos del medio natural en Canarias y que pone de manifiesto lasposibilidades que ofrecen las islas como un laboratorio natural. Unaobra escrita desde la madurez del retorno a Canarias de un hombre sin-gular, formada intelectualmente en los foros ms vivos de las capitaleseuropeas del siglo XVIII, que irradiaban los principios de la Ilustracin y el despertar de unos movimientos prerrevolucionarios que cambia-

ran la faz poltica y jurdica de Europa en la etapa contempornea.Puede que sea una aportacin an modesta, pero es una magnficaoportunidad aprovechar la conmemoracin del 275 aniversario del na-cimiento de Viera y Clavijo para apoyar esta publicacin. Un libro quecontribuir a rescatar la memoria colectiva; a reivindicar y potenciar laaportacin de personas que dedicaron su esfuerzo a la observacin, ala indagacin y al anlisis, premisas todas indispensable para el avancede la ciencia.


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Nuestro reconocimiento y gratitud a la Oficina de Ciencia,Tecnologa e Innovacin , y la Vicepresidenta del Gobierno de

Canarias , Excelentsima Seora Doa Mara del Mar Julios, por ava-lar e impulsar desde las ms altas instancias polticas del Gobierno, elavance en la recuperacin de todas aquellas personas que dedicaron su vida a investigar la historia y el patrimonio natural de Canarias.

Es, con total certeza, el mejor anclaje para afrontar el futuro. De Vieratambin deberamos aprender la necesidad de investigar el mundo des-de nuestra propia realidad; de conciliar los valores universales con laobservacin, el respeto y el reconocimiento de los recursos propios; del podramos aprender a revertir dentro lo que aprendamos fuera.

Milagros Luis BritoViceconsejera de Medio Ambiente


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NDICE

PRESENTACIN............................................................................................................ 17

PRIMERA PARTE: B IOGRAFA .......................................................................... 23INTRODUCCIN........................................................................................................... 25I. V IERA EN EL CAMINO DE LAS CIENCIAS ................................................................. 27

Un cuadro, eco de su personalidad ...................................................... 29Descubrimiento de Feijo ..................................................................... 41El nacimiento de un predicador ............................................................ 44La Tertulia de Nava ............................................................................... 47Publica su primer libro. Demostracin de su filiacin borbnica ......... 54Viera, aprendiz de historiador ............................................................... 56Viera se encuentra con la Ciencia .......................................................... 59

II. V IERA SE VA A M ADRID...................................................................................... 61

Viera, Acadmico .................................................................................... 64Publicacin de la Historia de Canarias. (1772) ...................................... 66Viera, traductor ...................................................................................... 67Viera, tras los pasos de don Alonso de Quijano [en La Mancha] .......... 69

III. V IERA EN P ARS ................................................................................................. 71Su vida en Pars ...................................................................................... 72

IV. V IERA REGRESA A M ADRID.................................................................................. 77El falso retrato de Viera .......................................................................... 79

V. V IERA VUELVE A EUROPA .................................................................................... 81Viaje a Roma ........................................................................................... 81Viena recibe a Viera ............................................................................... 85

VI. DE NUEVO EN M ADRID....................................................................................... 89Viera, Arcediano de Fuerteventura ........................................................ 89

VII. V IERA REGRESA A C ANARIAS................................................................................ 93


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La casa Viera y Clavijo en Vegueta ..........................................................96Viera se integra en la Real Sociedad Econmica de Amigos del Pas .......98

El patriota Viera .................................................................................... 101El poemario didctico ........................................................................... 104El Diccionario de Historia Natural ...................................................... 106La aoranza por Madrid ....................................................................... 107Viera, obispo accidental ....................................................................... 109Voy a dormir ahora en el polvo ............................................................. 111

SEGUNDA PARTE: Documentos ductores ..................................................113INTRODUCCIN .......................................................................................................... 115 VIII. L A RAZN DE UNA SELECCIN..............................................................................119IX. FORMACINCIENTFICA .................................................................................... 121

Cursos cientficos en Pars .................................................................... 121X. V IERA , DIDCTA .............................................................................................. 129

El Sndico Personero ............................................................................ 129Memoria para restaurar sombreros viejos ............................................ 131Los Aires Fixos. Ejemplo de poema didctico .................................... 133Noticias del Cielo .................................................................................. 135La Boda de las Plantas .......................................................................... 136

XI. L A HISTORIA NATURAL DE C ANARIAS................................................................... 139

BIBLIOGRAFA I Y II PARTE .......................................................................................... 151

ANEXO: C MO APRENDER A TRAVS DE LA H ISTORIA DE LA CIENCIA .................. 155INTRODUCCIN ........................................................................................................... 1571. OBJETIVOS DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA EN LA ENSEANZA Y APRENDIZAJE.......... 1592. A PLICACIONES DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA EN EL AULA .................................... 163

Como disciplina .................................................................................... 165Integrada en las diferentes disciplinas ................................................ 166


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Como recurso didctico .........................................................................166Como medio de determinar obstculos epistemolgicos .................. 167

Como estudio de la evolucin histrica de determinados conceptos ....... 168Como forma de analizar, elegir y secuenciar los contenidos de un curso ...... 169Como ayuda para la comprensin de los distintosprocesos del quehacer cientfico ........................................................169

3. DIVERSAS FORMAS DE UTILIZACIN DIDCTICA DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA ...........171Utilizacin didctica de las Biografas de los cientficos ...................... 173Entrevistas realizadas a cientficos ....................................................... 179Documentos originales de los cientficos .............................................180El comentario de textos cientficos e histricos .................................... 181Actualidad Cientfica .............................................................................182Experimentos histricos ...................................................................... 184Vdeos ....................................................................................................186Exposiciones temticas .........................................................................186

Exposiciones hechas por el alumnado ..................................................188Congresos del alumnado .......................................................................189La Simulacin o Juego de Rol ................................................................191El puzle como estrategia de trabajo cooperativo .................................. 192

BIBLIOGRAFA ............................................................................................................ 195


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Jos Viera y Clavijo 17

PRESENTACIN La ciencia consiste en dirigir una mirada alrededor,

sentir la sorpresa, preguntarse y ver

Fernndez Raada

La Ciencia es profundamente humana porque incide en lo ms de-finitorio de nuestra condicin de animales curiosos en el mundo. Porotra parte, vivimos en una poca en que nuestras vidas estn influen-ciadas directamente por la ciencia y la tecnologa; por ello, sera desea- ble lograr tener ciudadanos cientficamente cultos que sean capaces de

seguir los mensajes cientficos y tecnolgicos que transmiten los dis-tintos medios de comunicacin y que despus de pasar la enseanzaobligatoria puedan integrar nuevos conocimientos de forma autnoma

A ello quiere contribuir el proyecto Biografas de Cientficos Canariosque propone un recorrido por la ciencia a travs de sus protagonis-tas. Nos acompaan en este apasionante viaje varios cientficos cana-rios que consideramos representativos de diferentes pocas: del sigloXVIII, D. Jos de Viera y Clavijo y D.Agustn de Betancourt; del siglo


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Biografas de Cientficos Canarios18

XIX, D. Gregorio Chil y Naranjo y D. Juan Len y Castillo; por el sigloXX, presentamos a D. Juan Negrn Lpez, D. Blas Cabrera y Felipe, D.

Telesforo Bravo Expsito y D. Antonio Gonzlez Gonzlez, todos ellospersonajes ilustres cuya memoria queremos contribuir a recuperar enla tierra que los vio nacer para las generaciones actuales y futuras.

Esta obra, formada por ocho biografas, pretende dar a conocer par-te de la historia de la ciencia en Canarias y divulgarla a las nuevas ge-neraciones para que nos permita comprender mejor nuestro presente y abordar los problemas de nuestro futuro.

Por otra parte, queremos resaltar el lado humano de los cientficos,sus grandezas y debilidades, es decir, mostrar una ciencia con rostrohumano y poner de manifiesto que la ciencia es parte de la cultura quees otra mirada a la realidad, que nos da nuevos matices de la misma,mostrando que un cientfico es tambin un humanista. Igualmente,queremos dejar patente que detrs de cada investigacin o descubri-

miento existen adems de ideas, seres humanos que las generan y queno suelen ser hroes inaccesibles sino que viven como la mayora dela gente. En este sentido, Aarn Ciechanover que comparti el PremioNobel de Qumica con Avram Hershko, en el 2004, se expresaba asante los estudiantes que participaron en el Campus de Excelencia de laULPGC, en junio del 2005: ...Un Premio Nobel no es Dios, es una per-

sona normal, que tiene brazos, piernas y ojos, a la que un da le cambiala vida, se le produce una mutacin gentica al ganar este galardn perolo importante no es ganar el premio sino trabajar con entusiasmo e irhacia la bsqueda de la verdad a travs de la ciencia.

Entre los objetivos de este proyecto est tambin dar a conocer lasprofundas relaciones Ciencia, Tecnologa Sociedad y medio Ambiente.

Cada tomo consta de tres partes bien diferenciadas: la primera serefiere a la biografa del autor estudiado en la que hemos de resaltar

Presentacin


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su carcter didctico y educativo, que permite su fcil lectura y com-prensin, para ello, tambin se incluyen cuadros resumen y grficos

La segunda parte est formada por una serie de documentos seleccio-nados de textos originales del autor estudiado, a veces extractados pornosotros, a fin de facilitar su lectura por estudiantes de diferentes ni- veles educativos especialmente en el 2 ciclo de la ESO, Bachillerato y Universidad y por el pblico en general. Se incluyen tambin otrosdocumentos complementarios, atractivos para el estudioso en los queaparecen al final una serie de cuestiones ductoras cuya misin es guiarla lectura y el aprendizaje. Estas cuestiones son nicamente orientati- vas de las que pueden utilizarse teniendo siempre en cuenta los objetivos que nos hemos fijado. Esta es una caracterstica diferenciadora deesta coleccin, que la justifica y le confiere un carcter indito.

En la tercera parte exponemos diferentes maneras de utilizarla Historia de la Ciencia para que constituya una nueva forma de

aprender.La estructura de cada libro de la coleccin permite diferentes lec-

turas y quiere responder a intereses muy variados. Su lectura puedeempezar por las partes y captulos que a cada lector ms le interese, portener los mismos una cierta independencia y por tanto podr ser utili-zado como si de un hipertexto se tratase, navegando a travs del mismo

y saltando hacia aquellos aspectos que sean ms interesantes para cadausuario, o puede ser tambin ledo linealmente.Finalmente, queremos resaltar el carcter unitario de la coleccin.

Las biografas de los cientficos canarios presentan una misma estruc-tura y un mismo hilo conductor, teniendo cada una de ellas una in-dependencia, pero el conjunto de las mismas le dan a la coleccin uncierto carcter enciclopdico, abarcando en sus aproximadamente 1200pginas una visin de conjunto de la historia de la ciencia en Canarias

Presentacin de la Coleccin


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Retrato de Viera y Calvijo realizado por Carnicero en 1784


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INTRODUCCIN

La figura de Jos de Viera y Clavijo se vincula, por lo general, a la his-toria, a la historia de Canarias, concretamente, quedando un tanto en-sombrecida su participacin en el despegue de las ciencias canarias. Larazn es bien sencilla, su obra magna en el terreno de las humanidades,

Historia General de las Islas Canarias, fue publicada y ampliamen-te divulgada desde su impresin en 1772; por el contrario, su mximaaportacin al conocimiento de la naturaleza canaria, Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias , vio la luz, y slo parcialmente,en 1866. Ello favoreci la consolidacin de un concepto que en la actua-lidad tiene sello popular y del cual ser muy difcil desprenderse.

La visin de un Viera cientfico pasa por conocer dnde, cundo y cmo hizo ciencias este sacerdote, pues debemos entender, de antema-no, que l que vivi tan intensamente el siglo XVIII se desenvolvi enun marco intelectual que nada tiene que ver con nuestra actual coyun-tura cultural. En el siglo XVIII no se haba profundizado lo suficienteen el conocimiento y permaneca, aunque con resquicios, la idea delsaber humanista que se desprenda del Renacimiento. Ciencias y arteseran, en esencia, dos caras de una misma moneda.


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Primera parte: Biografa


Esta valoracin del conocimiento humano comenz a ponerse entela de juicio, precisamente, con la Ilustracin, en pleno siglo XVIII,

disgregndose las Humanidades de las llamadas Ciencias puras parahacer de cada una de ellas dos terrenos independientes. Viera y Clavijo desarrolla el conjunto de su obra cuando dicha disgregacin era ya un hecho, quedando l fuera de los grandes debates formulados porla intelectualidad europea que comprenda desde haca tiempo que slopor el camino de la especializacin se podran dar pasos de gigantes delos campos del saber humano.

Viera no poda, por razones obvias, convertirse de la noche a la ma-ana en un cientfico de reputacin internacional. Haba nacido enCanarias, en las Canarias del siglo XVIII, y en una cuna humilde. Trescondicionantes que le marcaran durante toda su vida llegando a ser laspiedras de toque que expliquen la direccin tomada por el arcediano.


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I. V IERA EN EL CAMINO DE LAS CIENCIAS

Canarias es, y era mucho ms en 1731, ao del nacimiento de Viera y Clavijo en El Realejo de Arriba, un territorio excesivamente alejado deEuropa. Realidad geogrfica que ha impedido normalmente que nues-tros talentos accedieran sin barreras a los centros culturales hispanos

o europeos. Tan solo una lite ha sido capaz de franquear los obstcu-los para entrar en contacto directo con la cultura generada en el ViejoContinente.

Para colmo, Canarias no posea entonces ningn centro educativocualificado, y tan slo un par de escuelas cubran las necesidadesde una poblacin que estaba condenada a ser analfabeta desde la cuna

hasta la tumba. Ni que decir tiene de contar en cualquiera de las IslasCanarias con un laboratorio, y los nicos templos del saber se concen-traban en bibliotecas particulares cuyos propietarios, a riesgo de serdenunciados por la Inquisicin, adquiran libros para el disfrute perso-nal y familiar.

Otro inconveniente personal de Jos de Viera era su procedencia, ya que su familia, adems de numerosa, era muy humilde. A pesar deello, sus padres entendan el potencial emancipador que tiene la cultura


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y procuraron que sus hijos estudiaran, aunque slo fuera para curas.En aquellos tiempos la carrera eclesistica era una salida factible para

cualquier joven con talento que no contaba con el dinero suficientepara pagarse unos estudios superiores. Entonces, a travs de cartas derecomendacin de sacerdotes, los cuales abundaban en la familia Viera y Clavijo, se lograba que el joven en cuestin ingresara en un convento.Es el caso de Jos de Viera y Clavijo.

Viera entr de lleno en la ciencias a partir de 1777, a raz de hacer un viaje a Francia, aunque es cierto que ya haba hecho sus pinitos con elanlisis de un eclipse de sol, o las descripciones de una aurora boreal,simples narraciones que estn ms cerca de la literatura que de la cien-cia. Sin embargo, despus de asistir en Pars como alumno a varios cur-sos intensivos sobre Qumica, Fsica, y Ciencias Naturales, su actitudante el conocimiento humano cambi radicalmente para descubrir unamplio abanico de posibilidades.

En aquellos das sus problemas econmicos haban despareci-do, al vivir bajo la proteccin de un mecenas madrileo que le dabarienda suelta a la hora de hacer gastos en la adquisicin del ma-terial imprescindible para equipar un laboratorio o comprar librostcnicos. De manera que se aprovech de una situacin privilegia-da para encontrar el verdadero camino de una vocacin oculta, las

Ciencias que compaginara hasta el final de sus das con la Historia y la Literatura.Cuando Viera tuvo que abandonar Madrid y regresar a Canarias,

cosa que hizo a una edad madura en la cual ya estaba consolidado comocientfico dieciochesco, descubri las posibilidades que tena su tierranatal. Canarias era un gigantesco laboratorio donde miles de plantas,animales y piedras le esperaban para que las analizara. Un gigantescocampo de experimentacin que fue entendido como reducto de la tierra


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virgen que hasta la fecha haba sido muy poco explotada y cuya herencia estaba an

por disfrutar.Canarias se convierte entonces en sumarco referencial para investigar susaguas, su cielo, su agricultura aceptandoque sus estudios, redactados la mayoracomo memoriales, eran aportaciones par-ticulares a un todo mucho ms amplio quese concretara con la redaccin en 1799 desu Diccionario de Historia Natural .

Hizo de su casa, en la plaza de Santa Ana, un baluarte de las cien-cias, llegando a montar un pequeo laboratorio que estaba equipado

con un instrumental de vanguardia adquirido en Europa. En l desa-rroll una intensa actividad cientfica cuyo valor y reconocimiento sedesprende del nombramiento del que se hacer acreedor en el ao 1803cuando desde Francia le llega su ttulo de acadmico correspondientede la Academia de Ciencias de Pars.

I.1. Un cuadro, eco de su personalidad

Un par de meses antes de fallecer, don Jos se neg a posar parasu viejo amigo Jos de Ossavarry Acosta, pintor de medio pelo queestaba llamado a inmortalizarlo a travs de un retrato que al margende ser la mejor obra del artista, es el reflejo de toda la vida intelectualde Viera.

Por tadi l la de su manuscr i to Dicc ionar io de His tor ia Natura lde las I s las Canar ias .

Viera en el camino de las ciencias


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Se senta mayor, y los 82 aos de existencia que cargaban sus es-paldas le indicaban que sus das estaban contados. Le quedaban las

fuerzas justas para ir cerrando captulos de los asuntos pendientes y elconfort de quien tiene la impresin de haber dejado huella. No en vanohaba logrado trastocar los cimientos de la cultura canaria gracias a laextrapolacin de conceptos universales al marco del cosmopolitismoregional.

Ossavarry era consciente de que frente a l deba haberse sentadouna leyenda viva, un personaje inquieto, lleno de vitalidad y prisas, quetena pendientes algunos estudios y otros tantos anlisis sobre asuntosintelectuales que le tenan consumido el da y la noche. A pesar de queel retrato era un encargo oficial hecho por Graciliano Afonso en nombre del Cabildo catedralicio, Viera no compareci a la cita dando por

respuesta una copia de su retrato de1784 para que el pintor grancanario

lo interpretara. Ossavarry saba, ade-ms, que Viera le dara un prestigioen el mbito local que le permitiraimpulsar su propia carrera. As lo haba entendido cuando en 1807 le dio ala estampacin un grabado suyo para

que Viera lo utilizara como frontispi-cio de su Librito de la Doctrina Rural para que se aficionen los jvenes al estudio de la agricultura propia del hombre.

El retrato de Viera denota sobretodo sapiencia a travs de un rostropaliducho, de piel blanquecina, res-

Grabado de Ossavarry para ilustrar un librosobre la enseanza de la agricultura redactadopor Viera


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guardado siempre del sol al dedicar sus horas a las estancias de ga- binete. Destaca la anchura de su frente, indicador intelectual, que se

nos presenta reforzada por un haz de luz que acta a modo de iconoevidenciando el ideario de la filosofa racionalista. Esa luz que pone demanifiesto el viaje ideolgico hecho por los ilustrados hacia la Verdadpartiendo de las sombras. Por lo dems, ojos grandes, labios delgados,de fina comisura, propios de la palabra educada, nariz aguilea, repletade astucia. Su cuerpo escondido, flaco, huesudo y alto, enfundado enuna austera sotana dominica, pobre y eco de unas creencias que jamsabandon.

El retrato est incrustado en un valo, y a sus pies, una serie de atri- butos insisten en las aportaciones hechas por el protagonista en el te-rreno de las ciencias, de las artes y de las letras.

Retrato de Viera hechopor Ossavarry en 1812



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No es ste el nico retrato que se conserva del arcediano Jos de Viera y Clavijo, pues el marqus de Santa Cruz de Mudela al saber que

su amigo se retiraba definitivamente a Canarias le proporcion un re-tratista para que lo inmortalizara.Fue en aquella ocasin modelo para Isidro Carnicero, uno de los

artistas ms renombrados del academicismo dieciochesco espaolque ostentara durante mucho tiempo el cargo de Director de la Real Academia de San Fernando de Madrid. Ambos se conocieron en 1780 atravs de un amigo comn, Pedro Lozano, logrando ste del artista va-rios apuntes al grafito que con posterioridad fueron llevados al trculopara ilustrar su poema Aires Fixos. El retratado fue, en verdad, DazMonasterio y no Viera ya que al poco parecido entre ayudante y abatedebemos sumar la presencia de casaca y peluca, siguiendo la moda cor-tesana, en suplantacin de la austera sotana de un cura pobre, econ-micamente hablando.

Cosa muy distinta es el que se considera retrato oficial de Viera,un retrato de tres cuartos inscrito en un medalln ovalado que fue rea-lizado en Madrid por un grabador de la talla y prestigio de JoaqunFabregat a partir del dibujo de Carnicero. Sabemos que Jos de Silvainst a Viera a posar, costeando la obra como muestra de amistad y agradecimiento. El homenajeado reparti como acto de despedida de

Madrid un buen nmero de estas calcografas, al verse joven, bien pa-recido, e hizo constar en la leyenda la posesin de su prebenda, lo cualsignifica que el retrato contempl a un Viera cincuentn, ya que obtuvola dignidad de la Catedral de Santa Ana en el ao 1782.

El perfil personal del escritor forma parte de su currculum y los bi-grafos que lo han tratado lo describen como un hombre de estaturams bien alta que mediana, delgado, de ojos grandes de color pardo,hermoso las cejas bsicamente arqueadas, frente grande y despejada,


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su entorno que hasta su propio padre lleg a tomar las rdenes meno-res, ejerciendo de clrigo en la capellana fundada por Garca Gonzlez

Viera.Jos de Viera y Clavijo naci el 28 de diciembre de 1731 en una mo-desta casa situada en la calle del Agua del Realejo Alto o de Arriba quean se conserva, aunque muy trastocada en lo que se refiere a su es-pacio interior. Su nacimiento en Los Realejos y no en la Villa de LaOrotava, de donde era oriunda su familia, se debe a un episodio msdel continuo trasiego que su padre, Gabriel del lamo, practic durantetoda su vida.

Gabriel del lamo y Viera, padre del historiador, fue una persona verdaderamente curiosa que naci en La Orotava en 1696, falleciendoen San Cristbal de La Laguna en 1773. Sus hermanos Jos Antonio,Domingo Francisco y Francisco fueron sacerdotes que alcanzaronrenombre dentro y fuera de Canarias. El joven Gabriel, cuarto y lti-

mo de la prole, estuvo tentado de culminar unos estudios religiososque se vieron truncados al contraer matrimonio en El Realejo Altocon Luca Garca de Estrada (La Orotava 1696 1722). La vida deGabriel trascurra, por entonces, sin sobresaltos, cobijndose a lasombra que le daba su familia y la de su joven esposa. Ambos reci- bieron con alegra a Gabriela Josefa Antonia su hija, nacida en La

Orotava en 1717, al ao justo de su casamiento. Sin embrago, la con-trariedad lleg en 1722 cuando Luca, en pleno mes de agosto, el da20, falleca dejando solo a Gabriel del lamo con la responsabilidadde criar a la pequea. Pero, a grandes males grandes, y Gabrielencontr pronto sustituta para su casa, pues a los cuatro meses delentierro de Luca Garca contrajo matrimonio (25 de diciembre de1722) con Antonia Mara Clavijo (La Orotava, 1698 - Puerto de laCruz, 1772).


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Con Antonia Mara Clavijo, quien era hermana del padre de JosClavijo y Fajardo, otro importante hombre de letras del perodo ilustra-do, no perdi el tiempo, y fruto de su matrimonio fueron diez hijos ms,a saber: Josefa Jacinta, nacida en La Orotava en 1723; Antonio JosDomingo, nacido en La Orotava en 1724; Nicols Antonio, nacido en

La Orotava en 1726; Gabriela, nacida en La Orotava en 1728; AntonioFrancisco Jos, nacido en 1730 en El Realejo Alto; Jos Antonio, nues-tro personaje, nacido en 1731 en El Realejo Alto; Antonia Florentinade la Trinidad, nacida en el Puerto de la Cruz en 1734; Felipe NicolsDomingo, nacido en el Puerto de la Cruz en 1735; Mara Josefina, naci-da en el Puerto de la Cruz en 1737; y Andrs Domingo, nacido en 1743

en el Puerto de la Cruz.Hijos, como se aprecia, nacidos en tres de las cuatro localidades ti-nerfeas en las que residi el clan lamo: La Orotava, Los Realejos, y Puerto de la Cruz, ya que hasta el ao 1757 no pasara a La Laguna paraejercer como escribano mayor. Su actividad laboral reconocida se iniciacon el nombramiento de Alcalde Real del Realejo Alto en el ao 1731,cargo que pronto abandona (1732) para tomar posesin del despachode la escribana del Puerto de la Cruz que haba quedado vancante por

Imagen retrospectiva de lacasa natal de Viera situada enla calle del Agua del RealejoAlto



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fallecimiento de su titular Baltasar Vandama. Su nuevo empleo suponaun salto cualitativo en el escalafn social y sobre todo un aumento con-

siderable en los ingresos de una familia de nueve miembros. As, de esta manera, el benjamn, por ahora, de la familia, Jos Antonio, se traslada del Realejo Alto, lugar donde haba venido al mundo,al Puerto de la Cruz, ciudad en la que pasara su prolongada juventud.

Jos de Viera y Clavijo tuvo en sus hermanos sus primeros maestros,compaeros a la vez de juegos y correras que le ensearon a moversecon destreza por el cosmopolitismo que se respiraba en La Ranilla, elpopuloso barrio de mercaderes y pescadores en el que se trasegaba contodo, libros incluidos.

De este modo, podemos considerar que el Puerto de la Cruz, su bu-lliciosa vida, fue el primer aula a la que asisti con aplicacin el nio Viera y Clavijo. l mismo escribe en su primera obra seria,Vida del noticioso Jorge Sargo: pues como nio no pude hacer cosas memo-

rables, que en el intento que llevo, de darte noticias de mi patria (queaunque la propia ignoro) tengo al Puerto de La Orotava de la isla deTenerife por tal...

El Puerto de la Cruz era, en estos mo-mentos, el lugar idneo para contactar conla cultura europea, y un espritu abierto,

ansioso de aprendizaje, como el suyo supoaprovechar la ocasin que se le brindabapara practicar su aficin favorita: leer. Lalocalidad haba prosperado como puertode mar, asentndose en el pago muchos ex-

Ilustracin de su libro Jorge Sargo , realizada por Viera a los 14aos de edad


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tranjeros, ingleses y francesespreferentemente, que guarda-

ban un espacio de sus alforjaspara unos libros prohibidospor los que los enemigos delSanto Oficio pagaban autnti-cas fortunas. l mismo lleg atrapichear ms de un volumencon el contrabandista queera popularmente conocidocomo Arnald van Stemford.

Sus lecturas dieron frutomuy pronto y la primera noti-cia nos llegan de cuando Vieraera un adolescente, contando

tan slo con 14 aos de edad.El prodigioso joven se atrevi entonces a escribir biografas, a redactarnovelas, y hasta componer versos. Su produccin es, por estas fechas,una produccin de sesgo mimtico, al practicar un mtodo de iniciacinreproduciendo lo que captaba en infinidad de lecturas que le daban lainspiracin para luego readaptarlas a su entorno y circunstancia. Es eso

lo que en verdad hizo cuando escribiVida del Noticioso Jorge Sargo emulando a Mateo Alemn (1547 1613) y su archiconocidoGuzmnde Alfarache(1599), un noble representante de la novela picaresca es-paola del que Viera toma la estructura bsica para su Jorge Sargo .

Un detalle interesante que se desprende de esta primitiva accin de Viera es su toma de posicin frente a la literatura, el arte y la ciencia.Desde sus orgenes establece una conexin entre todos los terrenos delsaber humano aceptndolo como parte de un modelo de actuacin, de

Emblema de la Inquisicin , institucin con la que Vieratuvo algunos problemas



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creacin, que mantendr a perpetuidad mejorndolo slo con el deve-nir de los aos y la experiencia de su propia existencia. Como ejemplo

pongamos el propio ttulo de la novelitaVida del Noticioso, una clarareferencia a su inters por la historia expresada a travs de un gneroliterario, la novela. Jorge Sargo, su protagonista, poda haber sido fu-lanito de tal , pero escogi un apellido muy recurrente. Sargo en honora un pez que tiene una especial astucia para devorar la carnada esqui- vando el anzuelo. sta sera, como sabemos, una de las cualidades mselogiosas de Viera, un sacerdote que jug peligrosamente con los tribu-nales de la Inquisicin, paseando con su trabajo sobre la delgada lneaque haca frontera entre lo permitido y lo prohibido.

Una segunda obra, citada por l mismo en sus Autobiografa fuela Historia de Santa Genoveva, un trabajo desaparecido en la ac-tualidad, del cual se le supone que fue una inspiracin prematurade dos de sus grandes amores: Pars y Voltaire. Santa Genoveva es,

como sabemos, la patrona de Pars, capital de capitales, donde sefraguaba todo lo que l daba por bueno en el siglo XVIII, el siglo quele toc vivir. Pero es que, adems, Voltaire, en su juventud, tradujouna Oda a Santa Genoveva escrita en su da por el padre Le Jay; unacasualidad no demostrada pero factible por cuanto que Viera mantu- vo desde muy joven el rumbo marcado por Voltaire hasta el punto de

aceptarlo sin ambages como su mentor espiritual en mil y un asuntosde filosofa.Por aquellos aos juveniles se adentr en la poesa, ms bien en la

versicologa o el extrao arte de hacer rimar las palabras para escon-der las verdaderas ideas. Modo y mtodo puestos de moda desde lascortes versallescas y extendido a todo Occidente que se entenda comosinnimo de intelectualidad, cuando en realidad era un virtuosismo alque fcilmente se llega con una mnima prctica.


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Viera, el joven, encontr un campo de expresin idneo a su vivazimaginacin y a su afilada lengua, y pronto se encomend a lo que l

crea que era un lenguaje cortesano, refinado y sabio. Bajo el formatode loas, entremeses, coplas o villancicos escribi infinidad de poemas,de versos pareados, dcimas, endecaslabos a los cuales les puso lospomposos nombres de El Rosario de las Musas, Las Cuatro partesdel da y las ocupaciones ordinarias del hombre en ella, Abecedariode los nombres ms usados de hombres y mujeres, Baraja de cuaren-ta con equvocos y retrucanos, es decir, un conjunto de escritos enlos que se aprecia que el joven Viera era un volcn a punto de explotarque no encontraba, en ese momento, el cauce adecuado para derramartodo lo que llevaba dentro.

A pesar de ello, debemos valorar la certeza de los palos de ciego queestaba dando en ese momento, ya que an desactivado disparaba losdardos en la direccin correcta. En su interior bulla la necesidad de

comunicar grandes ideas, portentosos ideales, en los que se cultivabanla didctica, la moral y las artes, tres conceptos bsicos que evoluciona-rn positivamente a lo largo de su existencia hacindose presentes eninfinidad de obras salidas de su pluma.

Poco se apartaba, por entonces, del barroquismo imperante, puesno en vano el Barroco no slo era el arte oficial espaol de mediados

del Setecientos, sino que este estilo se identificaba ya con lo espaoladaptndose a los gustos populares y desbordando los mbitos mera-mente intelectuales. Como ejemplo ilustrativo de su filiacin est sumanuscrito Fruta Verde del Parnaso , una coleccin de poemas propiosde la inmadurez (verde) que recogen la ms variada temtica y cuyoprincipio y final es todo un enigma.

Escriba en los ratos perdidos que le dejaban sus estudios oficialesde filosofa peripattica y teologa escolstica, dos materias imprescin-



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dibles para toda persona que aspi-rase a tomar los hbitos. En efecto,

desde muy joven su padre le indicel camino del plpito hacindoleingresar como aspirante a clrigoen el convento de Santo Domingode la Villa de La Orotava donde te-na su particular feudo la Orden dePredicadores.

El convento de San Benito era enaquellos das una autntica univer-sidad ya que contaba no slo con unelenco de excelentes profesores,sino con una importante y bien sur-tida biblioteca. A pesar de ello, l no

record nunca con afecto su paso por el convento, calificando sus ense-anzas de tenebrosas,lbrega noche de estos miserables estudios. Ciertoes que el proyecto educativo del centro nada tena que ver con la filosofade la Razn ya que los dominicos se aferraban al dogmatismo, cerrandofilas en torno a la fe. Pero no es menos cierto que el sistema tena fisuras y que entre los cientos de libros que la biblioteca del convento tena se

encontraban los volmenes de dos obras trascendentales en la vida de Viera:Teatro Crtico Universal y Cartas eruditas y curiosas .

I.3. Descubrimiento de Feijo

Viera dio, sin saberlo entonces, un paso de gigante al aproximarseal convento de San Benito de La Orotava, por cuanto que este centro

Claustro del convento de Santo Domingo ,donde estudi Viera


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religioso esconda un tesoro, su biblioteca, que haba sido conformadapor las muchas aportaciones de libros que le haban hecho una serie de

profesores que estaban en la lnea de cambiar el sentido del pensamien-to imperante.Sera mucho decir que la herencia medievalista representada por el

aristotelismo peripattico o la escolstica estaban en crisis en este si-glo, pero s es cierto que ya algunas personas apuntaban maneras quedaran cambios sustanciales. Viera sera, ms pronto que tarde, uno deellos.

En el convento dominico se daban con erudicin clases de Teologa, deFilosofa y de Gramtica, pero tambin se aprenda Geografa, Historia,Qumica, Medicina e Idiomas con especial presencia del Francs y delIngls. Tambin se enseaba Griego, y desde luego se hablaba de co-mn en latn. Estas materias e idiomas tenan una correspondencia bibliogrfica en los anaqueles de la mencionada biblioteca que sera para

don Jos una ventana abierta hacia el universo. Adems de los libros, all estaban los profesores que los recomen-

daban intentando esquivar los peligros que comportaban determina-das indicaciones, pues el Tribunal de la Inquisicin acechaba en todaslas esquinas. Uno de ellos fue Fray Agustn Verau, personaje crucial enla biografa de Viera pues fue l, y no otro, quin le indic el camino

que le conducira al que sera de ahora en adelante su maestro: BenitoJernimo Feijo.El Griego, apodo que le aplicaban a Verau, fue un erudito que

desde su ctedra de Artes auspiciaba un trastoque en el mtodo de en-seanza que se practicaba intramuros, siendo Feijo una de sus herra-mientas favoritas.

Viera nunca escondi que este autor fue decisivo en su formacin, y en 1812, al escribir sus Memorias, trata el episodio con una vehemencia



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desconocida y poco frecuente en el polgrafo: aqu que en medio

de la lbrega noche de estos miserables estudios, lleg de improvisoa alumbrarle una rfaga de feliz claridad. Por fortuna le dio a leer unamigo suyo las obras crticas de Feijo; y al paso que las iba leyendo, oms bien devorando, se iba presentando a su razn otro nuevo modocientfico, y a su espritu otros inmensos horizontes. As fueron stascomo las primeras semillas de cultura y de literatura sensata, porque

sin prdida de tiempo se aplic a traducir el ingls, francs e italiano,con algunas nociones de griego; cuyos libros, instruyndole, desempa-ndole y divirtindole, le hicieron vivir en el siglo de las luces en quemucho no viven.

La confesin que hace Viera debe tomarse como parte de un testa-mento ideolgico al declarar su inclinacin hacia el Racionalismo, ha-cia una filosofa vanguardista ya admirada desde sus aos mozos y laconciencia de su participacin activa en el Siglo de las Luces.

Retrato de Benito JernimoFeijo , mentor cultural deViera


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Los libros que el propio Viera devor an se conservan y bastahacer un repaso a algunos discursos publicados por Benito Jernimo

Feijo Montenegro en suTeatro Crtico Universal (ed. 1726-1740) paraencontrar paralelismos entre ellos. Aun no existiendo un estudio comparativo entre Feijo y Viera no

es difcil captar la influencia del gallego sobre el canario a partir slode los enunciados de los discursos que componen suTeatro Crtico:En su primer tomo Voz del Pueblo (Discurso 1); Medicina (D 5);Astrologa Judiciaria y Almanaques (D 8); Msica de los Templos(D 14); Defensa de las Mujeres (D 16). En el segundo de ellos nosencontramos con: Historia Natural (D 2); Peso del Aire (D 11) y as sucesivamente. Como mxima evidencia de dicha correspondenciaentre estos autores, Alejandro Cioranescu nos seala la influencia deFeijo en la obra potica Los Meses,de Viera, quien recoge la costum- bre china mantenida por el emperador de salir antes que nadie al cam-

po para dar ejemplo y agraciar las labores agrcolas; una costumbrecuya existencia le llega a Viera a travs delTeatro Crtico Universal .

El descubrimiento que hace Jos de Viera no es otro que el enciclo-pedismo, una tendencia proveniente de Francia que hizo furor en elresto del mundo empeada en desarticular el hermetismo gremialista y poner el conocimiento a disposicin del hombre en general. De ah pro-

viene la idlica y simblica imagen de la luz que desarma a las tinieblas,del saber frente a la ignorancia. Viera sinti desde el hallazgo un enorme respeto por quien conside-

rara de ahora en adelante su maestro indirecto, y en varias ocasionesse refiere a l con el tratamiento de el ilustrsimo Feijo queriendo,en ltima instancia, copiar de aqul la demoledora forma de concebirla verdad apoyndose en argumentos que le conferan una autoridadincuestionable.



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I.4. El nacimiento de un predicador

Su tendencia natural a comunicarse encontr el cauce adecuado enel sacerdocio, demostrando desde los das de estudiante que l tenaun don especial para el plpito. Una prctica comn en el mtodo deenseanza del convento dominico eran los debates claustrales en losque el alumno se ejercitaba a partir de la defensa o ataque de un asuntofilosfico predeterminado por el profesor. Viera destac sobremaneraen esta prctica quedando claro para los restos que ese sera un buencamino para desarrollar su labor pastoral.

Concluidos sus estudios, aprovecha, junto a otros jvenes aspirantes,una estancia en La Laguna del obispo Juan Francisco Guilln llevada acabo el ao 1750 para, de su mano, recibir las llamadasrdenes meno-res, lo que en realidad vena a ser una mayora de edad. Un poco mstarde viaja, por primera vez y sin saber que aquella sera su ciudad de

adopcin, a Las Palmas de Gran Canaria, encontrndose frente a frentecon el obispo Valentn de Morn quin delante del altar de Santa Analo convierte definitivamente en cura. Previamente haba pasado por elsubdiaconato, por la capellana de coro de la iglesia de Nuestra Seorade la Pea de Francia y antes de ser nombrado presbtero, cuando con-taba con 32 aos de edad, obtuvo una anhelada licencia que le permita

predicar abiertamente los asuntos religiosos. Para entonces, en 1763,resida en La Laguna, ciudad a la que su padre se traslad tras obtenerun puesto de escribano mayor del Cabildo en 1757.

En aquellos aos su mayor preocupacin era la de alcanzar ciertoprestigio en el seno de la comunidad cristiana concentrando su aten-cin en el sermn como vehculo de expresin moral. Su empeo fue talque obtuvo una merecida fama como orador, a la vez que perfeccion elsistema de comunicacin de tal manera que cada da se acrecentaba su


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fama hasta el punto de ser consciente de que sobre el plpito no tenaen Canarias competidor serio.

La temtica de sus predicaciones fue casi siempre la misma, encon-trando en la hagiografa un filn inagotable y recurrente. De este modolas ejemplares vidas de santos y santas le venan como anillo al dedopara emprender batallas morales que deban, segn su estrategia, mo-dificar el comportamiento de la feligresa. Como prueba del estilo quepor entonces practicaba se conserva un sermn dedicado a San Antoniode Padua, predicado en la iglesia de San Francisco del Puerto de la Cruzel 13 de junio de 1756. El sermn no tiene nada de especial, pero le valiuna reprimenda del inquisidor Alonso Falcn y Alarcn quin se ley elsermn a instancias de la denuncia presentada ante el Santo Oficio porFray Antonio Peraza.

El motivo de la controversia no fue otro que los evidentes cambiosde estilo que pretenda introducir Viera en la elocuencia imperante en

el ministerio eclesistico. Los tiempos estaban cambiando y don Josquera aportar su grano. Y en verdad lo aport, pues comenz a ad-quirir fama de buen predicador solicitndose sus servicios en actos derenombre e importantes festividades. La prueba de ello la tenemos el 8de junio de 1769 cuando fue invitado a la tribuna principal para que di-sertara con motivo de la reinauguracin del convento de los dominicos

en la Villa de La Orotava.Su conocimiento de idiomas extranjeros contribuy de forma deter-minante a su aproximacin a la oratoria francesa, mucho ms liberal y vanguardista que la oratoria estulta que dominaba a la sazn en lasislas, explica l mismo.

De esta manera no es descartable, como apunta en varias obras elerudito Romu Palazuelos, que fuese su fama de buen orador la cartade presentacin que le vali su ingreso en la Tertulia de Nava. Carta



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que se reforz cuando entabl una discusin abierta con Fray FranciscoGuzmn. Una batalla que dur diez largos aos, 1760 1770, en los

cuales se estableci un pleito entre lo barroco y lo neoclsico defendidodomingo a domingo desde los plpitos laguneros.Su estilo de predicar comenz a cobrar adeptos encontrando en La

Laguna una tierra frtil, con abundancia de sacerdotes, en la que su vozse converta en semilla. De hecho, La Laguna contaba desde 1744 con launiversidad Agustina y Viera, sabedor de su repercusin, compuso en1767 un Soneto en elogio al nuevo mtodo de predicar abrazado porla mayor parte de los oradores de la Octava de Nuestra Seora de los Remedios.

El culmen de su proceso llega al ao siguiente cuando se atreve a re-dactar, sin que nadie se lo pidiera, un prlogo para una obra que estabahaciendo furor en medio de la iglesia europea. Ley, primero, y tradu- jo, posteriormente, elTrait de la Doctrine Chretienne el orthodoxe

(Pars, 1703) redactado por Elas Dupn, un sacerdote francs nacidoen 1657.

El prlogo es toda una declaracin de intenciones, a pesar deno descubrir que lleg a su lectura despus de consultar elTeatroCrtico Universal de Feijo quin cit a Louis Elas Dupn en el dis-curso Uso de la Mgica. Denuncia, segn la opinin de Infantes

Florido, el fanatismo religioso que era tomado como piedra angulardel adoctrinamiento cristiano. Aboga, a su vez, por un cambio radi-cal del mtodo basndose en el reconocimiento de los verdaderosfundamentos de la religin. Para dar crdito a sus postulados noduda en apoyarse en las ideas proclamadas por autores que ya se co-nocan en la Europa ilustrada. Es el caso del Padre Mas, de MelchorCano, de Natal Alexandro, de Bossuet, de Bourdaloue, de Fleury odel italiano Concina, sacerdotes que firmaban respectivos estudios


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de teologa en los que se vislumbra un pleito que con el tiempo al-canzara al propio Viera, el pleito entre Razn y Fe.

I.5. La Tertulia de Nava

El ao 1757 es crucial en la vida de Viera y Clavijo, pues fue en esteao cuando su carrera conoci un avance espectacular a consecuenciadel traslado que su padre, Gabriel del lamo, hace de su familia hacia laciudad de San Cristbal de La Laguna. Viera era ya un hombre avispadode 26 aos de edad que llegaba a La Laguna con una experiencia ms queaceptable en asuntos religiosos, amn de resuelto poetastro cuya curiosi-dad por las cosas terrenales pareca no tener fin. Para l, La Laguna fueun marco de desarrollo ideal en el que dio rienda suelta a muchas de suspreocupaciones creativas, empezando por la redaccin en 1758 de una

segunda parte de la obra del Padre Isla, Fray Gerundio de Campazas, enla que insista en lo perjudicial que era un mal orador sobre un plpito.Denunciaba los panegricos desatinados y se burlaba de los errores de bulto cometidos por los sermoneadores profesionales cuya oratoriaplmbea era ms insoportable que sus invenciones teolgicas.

Entrada para una tertulia madrilea



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Este trabajo, junto a otros como el que narra los festejos lagunerosen honor al nombramiento de Carlos III como rey de Espaa, fue un

aval que superaba la inscripcin inicial de un club tan selecto comoera la Tertulia de Nava. Un club formado por aristcratas que abrie-ron, por una sola vez, sus puertas a un hijo del pueblo que an siendo vstago de un escribano mayor del Cabildo no dispona de capitales, niotros posibles slo era capaz de ofrecer su ingenio. A ella lleg Viera y Clavijo de la mano de Cristbal del Hoyo Solrzano, marqus de San Andrs, persona que haba hecho de la tertulia su asilo particular des-pus de haber trotado mundo.

La Tertulia de Nava est considera como una evidencia que demues-tra la existencia de una discutida ilustracin canaria. Una reunin noperidica celebrada, al menos, desde 1752 por espacio de dos dcadas.Como sede oficial tenan en el palacio de Nava, en una habitacin dela planta baja con los auspicios de su propietario, Toms Lino de Nava

Grimn y Porlier, V marqus de Villanueva del Prado. Hacia 1765 acu-dan con asiduidad, pero tambin con intermitencia, Juan Bautista de

Palacio de Nava, en La Laguna, lugar donde secelebrara la afamada Tertulia


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Franchy, Fernando y Jos Antonio de la Guerra, Martn y Lorenzo deSalazar, Fernando de Molina, Agustn de Bthencourt, Jos de Llarena y

Mesa, Miguel y Domingo Pacheco Sols, Andrs Alfonso Gllegos, Juan Antonio de Franchy, Toms de Nava, como anfitrin, y Jos Viera comopostrero agregado. Tambin rondaron el saln el nombrado Cristbaldel Hoyo, Juan Antonio Urtusustegui, Bernardo Valois Clogan, Juande Castro y Soria y los Herrera Leiva.

La Tertulia era, bsicamente, una reunin de amigos que pasaban al-gunas tardes laguneras discutiendo y filosofando sobre las noticias delmundo, desarrollando una actividad cultural de sesgo crtico que com-partan con divertimentos de saln: bailes y juegos de naipes. El mar-qus era esplndido, convidandoa los reunidos con caf, chocola-te, agua de cerezas, miel, pero,a la vez, brindando a los ms

hambrientos, entre los que seencontraba Viera, a despacharsea gusto con su biblioteca, la mejor de Canarias de mediados delsiglo XVIII. All se encontr el joven clrigo con obras que es-

taban proscritas, redactadas porautores que slo conocan de o-das. Toms de Nava disfrutabade un estatus especial dado supodero social y el volumen de su bolsa. l acumul sin restriccio-nes libros del marqus dArgens,de Fontenelle, de Montesquieu, Retrato de Voltaire, idelogo que marc la vidade Viera y Clavijo



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de Rousseau y otros muchos ilustrados franceses encabezados, desdeluego, por Francisco Mara Atouet de Voltaire.

Ocasionalmente, la Tertulia realizaba excursiones campestres visi-tando lugares de inters como era la ermita de Nuestra Seora de lasMercedes para merendar en la casa del Agua, bailar all la contradanza y pasar la tarde jugando a los naipes con la participacin de las mujeresque formaban parte de la expedicin.

La Tertulia haba nacido con vocacin humanstica, un asunto id-neo para un aprendiz de historiador. El clrigo tom conscientementelas riendas de la misma para convertirse en una especie de secretarioque dejara para la posteridad algo parecido a unas actas en las quese puede conocer hoy cules eran las preocupaciones intelectuales deaquellos aventajados.

En este perodo de su vida, Jos de Viera y Clavijo, teje una tela dearaa sin saber diferenciar su labor individual como escritor e intrpi-

do investigador de su aportacin como mantenedor de la Tertulia.Ello le condujo a un segundo encontronazo con el Santo Oficio en ju-nio de 1759 en el que tambin se vieron implicados Toms de Nava y Fernando de la Guerra, siendo los tres acusados de lecturas prohibidas.El asunto se zanj con la peticin de unos apuntes tomados por Tomsde Nava sobre rdenes religiosas de un libro sin identificar de Voltaire,

cosa a la que el marqus de Villanueva del Prado se neg.Este altercado ilustra la verdadera relacin de los tertulianos con lasociedad tinerfea, por cuanto que ellos vean por encima del hombroal resto de los humanos y estos los despreciaban por esnobistas, siendola denuncia en asuntos religiosos la nica forma de venganza ante tantaaltanera.

Huyendo tal vez de las miradas indiscretas en 1765 decidieron losmiembros de la Tertulia hacer un congreso, segn sus propias decla-


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raciones, en una finca localizada en la comarca de Daute que era pro-piedad de Juan Antonio de Franchi. Aparentemente estamos ante una

excursin ms de los tertulianos, pero nada ms lejos de la realidad yaque el viaje y la estancia marcan un hito en la evolucin del movimientoilustrado canario por las actividades que en su entorno se desarrollaron.Cierto es que los doce participantes de la experiencia pasaban parte delda de excursin, visitando pueblos y parajes, pero no es menos ciertoque dedicaban unas horas al da a enciclopedizar la experiencia.

Viera anim a los congregados a redactar unagaceta, un peridicomanuscrito cuya tirada era tan slo de once ejemplares, y cuya cabecerano poda ser otra queGaceta de Daute. En las cuartillas que componancada nmero se reflejaba con cierto grado de jocosidad las vicisitudesdel viaje, a la vez, que se encendan crticas al orden social establecido.

No era sta la primera vez que Josde Viera y Clavijo se preocupaba por el

periodismo ya que tena en su haber lapublicacin de Papel Hebdomadario, un peridico que logr salir en 50 oca-siones entre 1758 y 1759. Est conside-rado el primer peridico de Canarias y en l se ofreca a un pblico restringi-

do noticias de historia natural, fsica y literatura. La experiencia le fue muy satisfactoria ya que en el ao en curso volvi al periodismo amanuense con El Piscator Lacunuense, una obra re-

Portada de El Gran Piscator que servira a Viera para re-dactar su Piscator Lacunense



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dactada en prosa y verso cuyo origen est en El Piscator de Diego deTorres Villarroel que se publicaba en Salamanca. Su ltima aventura

periodstica se constata en el otoo de 1762 cuando logra publicar cin-co nmeros de suCorreo de Tenerife,antecesor, igual que el resto, deGaceta de Daute.

La primera de las tresGacetas fue redactada el 17 de julio de 1765,teniendo la ltima la fecha de 7 de agosto del ao en curso, elaboradantegramente en La Laguna. Las materias tratadas son, en palabras deRomeu Palazuelos las normales en esta clase de publicaciones, reduci-das al mbito isleo y con un tono combativo, burlesco que las dotarade cualidades deferentes a lo que hasta entonces se haba hecho.

La larga existencia de la Tertulia pudo ser factible gracias a episodiosespordicos que la reanimaban al agruparse sus miembros en torno acausas comunes. Es el caso de Los Vasconautas, un captulo simbli-co de una prematura rivalidad interinsular que tiene como centro de

disputa la presencia fsica de Julin de San Cristbal en la isla de GranCanaria o de Tenerife.

San Cristbal ostentaba en 1766 el cargo de Regente de la Audienciacon residencia fija en la Casa Regental de la plaza de Santa Ana, en ple-no corazn de Vegueta (Gran Canaria). Pero l y su familia, su esposaBeatriz de Monteverde y su hija, realizaron un viaje privado a Tenerife,

a La Laguna, disponiendo all de aposento particular (Casa Torre) porespacio de algunos meses. En el transcurso de la estancia, don Julin en-tr en estrecho contacto con la Tertulia, pudindose decir que por unosmomentos form parte de ella. El hombre era culto, de trato agradable,lo que propici el establecimiento de una amistad verdadera con algunosfamiliares de su esposa, ya que sta haba nacido en La Orotava.

La ausencia de Julin de San Cristbal se haba hecho notar en GranCanaria, siendo la misma criticada por una lite que imaginaba mucho


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ms de lo que en realidad pasaba. Como respuesta a estas disquisicio-nes palaciegas Viera escribi el que est considerado como su mejor

poema: Los Vasconautas.El poema est compuesto enteramente por Viera y Clavijo, aunquetradicionalmente se asegura que algunas octavas reales fueron dicta-das por los compaeros de Tertulia. A su vez, la composicin quierepresumir de un carcter pico que le otorga la inclusin en el mismode una Carta dedicatoria a los Campos Elseos que acta como pr-logo del poema. Un poema que debe su ttulo al apellido del patrn del barco (Vzquez) que deba reintegrar a la familia San Cristbal a GranCanaria.

Como eplogo de las muchas actividades gestionadas por la Tertuliaposeemos la historia de la redaccin del Elogio del Barn de Pun por el Monsieur Forney, Secretario de la Academia de las Ciencias de Berln.Un trabajo nuevamente atribuido a Jos de Viera y Clavijo, quin lo

escribe al enterarse, en 1768, del fallecimiento de Diego Snchez.Diego Snchez hubiese pasado sin pena ni gloria en la historia de

Canarias si no llega a fijarse en l Viera, pues este humilde labriego viva cuidando el trapiche propiedad de los Franchi que haba servido derefugio en 1765 a la Tertulia de Nava en su congreso de Daute.

Viera homenaje en varias ocasiones al viejo Snchez dndole el t-

tulo nobiliario de Barn de Pun, la primera vez fue el 5 de diciembrede 1765 al formar con su nombre una Relacin circunstanciada del Consejo Secreto y de los debates filosficos y polticos que tuvieron losseores de la Tertulia en el Palacio antiguo de La Laguna... Lo firmaen el Real Palacio de Daute con la aprobacin y licencia de impresindel Ministerio de la Corte de Daute.

La ltima oportunidad que tuvo para evocarlo le llega, como hemosdicho, al conocer el fallecimiento de Diego Dvila Snchez, el molinero



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cuya presencia diverta a todos por la inocencia con que crea que elinventar y pronunciar voces insignificantes y estropeadas era hablar el

francs. Viera le dedic entonces el Elogio al Barn de Puny utiliza comoseudnimo el de Mr. Forney, secretario de la Academia de Ciencias deBerln que en aquellos aos haba adquirido cierto prestigio por ser elautor del libro titulado Eloge des savants et dautres gens lettresdelque exista un ejemplar en la biblioteca particular Martn de Salazar.

El Elogioes todo un alegato encubierto en favor de su propia laborcomo eclesistico agraciado por el movimiento ilustrado. Elogia al mo-linero Snchez desplegando una biografa, que en lo sustancial podaser la suya, para de este modo adelantarse algunas dcadas a la que fueuna de sus ltimas composiciones, sus Memorias, escritas en 1812, unao antes de su muerte.

I.6. Publica su primer libro. Demostracin de sufiliacin borbnica

Viera tuvo en 1760 un feliz encuentro con los tipgrafos que admi-nistraban la imprenta Real de Guerra que se encontraba en la calle del

Sol de Santa Cruz de Tenerife. El encuentro surgi por deseo del gremiode artesanos de La Laguna que quera publicar un pequeo opsculoredactado por Viera y Clavijo con motivo de la proclamacin de CarlosIII como rey de Espaa.

La ciudad de La Laguna, como capital insular, se volc en los festejosregios; y no fueron pocas las iniciativas particulares que se sumaron alevento. Una de ellas fue la protagonizada por Viera al componer una Loa, coloquios y otras poesas con motivola cual se convirti en letra


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impresa como El Jardn de las Hesprides. Representacin alegricade las Islas Canarias, proclamando y reconociendo por su Rey y Seor

a nuestro Cathlico Monarca Carlos III.La obra en s tiene una doble importancia: se trata de la primeraobra impresa de Viera que, adems, inaugura una serie de escritos de-dicados a Carlos III, quin, empez a ser visto por Viera y Clavijo comola tabla de salvacin que estaba pidiendo una Espaa a la deriva. CarlosIII representa para los ilustrados hispanos la recuperacin del ordensocial filtrado por un crisol italiano al que se le supona una intachablemoral en asuntos de la administracin pblica. De ah que Viera hicierade Carlos III su particular lder monrquico y que no descansara hastaconocerlo personalmente, uno de sus sueos ms queridos que se veracumplido en 1784.

La coleccin de documentos que dedica a los Borbones, por cuantoque es el nico tema que logr llevar completamente al tipgrafo, se

cierra con laOracin fnebre en las exequias de Carlos III , un discursolaudatorio del rey escrito en clave biogrfica por Viera en 1789. La noti-cia del fallecimiento de su querido monarca le sorprendi en la ciudadde Las Palmas de Gran Canaria, y le fue fcil rememorar la figura delrey difunto pues posea datos de primera mano que haba acumuladoen los 14 aos de estancia madrilea. Adems, haca tan slo cuatro

aos que se haba repatriado conservando fresca la efigie de un CarlosIII que tena mucho contacto con el marqus de Santa Cruz, amigo y protector del Viera cortesano, a la vez que ayo del futuro Carlos IV.

La Oracin fnebre se celebr en la iglesia del Seminario Conciliarde Las Palmas el 17 de marzo de 1789 bajo los auspicios de la RealSociedad Econmica de Amigos del Pas de Gran Canaria, institucinque adems sufrag los gastos de impresin de la misma en la imprentade Miguel ngel Bazzanti, sita en La Laguna, al ao siguiente, en 1790.



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Jos de Viera y Clavijo nunca escondi su inclinacin por la familiaBorbn, llegando a manifestar su preferencia por el lis blanco (smbolo

borbnico) frente al guila negra (iconografa propia de la Casa de los Austrias). Semejantes ideas expresa una obra redactada en 1779 que le vali un premio de Elocuencia en el concurso anual que convocaba laReal Academia Espaola. El ttulo del laudatorio no era otro que Elogioa Felipe V , padre de Carlos III y esposo de Isabel de Farnesio.

I.7. Viera, aprendiz de historiador

Tanto l como su hermano Nicols, personaje que continuamente seencontraba enfermo, fueron desde su llegada a La Laguna adscritos a laparroquia de Nuestra Seora de los Remedios, dndosele a l la oportuni-dad de bucear en los papeles viejos que conservaba el archivo parroquial.

Aquel depsito y otros de la ciudad de los Adelantados suponan unamina que explot convenientemente cuando le dieron la oportunidad, y mientras acopiaba datos de carcter cientfico, distraa el genio en escribiralgunos textos que satisfacan, primero, las obligaciones de la parroquia y le descubran, despus, como un interesante pensador dieciochesco.

En este marco hace la trascripcin en 1764 de las Actas de las

Congregaciones, Conferencias del clero de La Laguna sobre Casosde Conciencia, Sagrados Ritos y Ceremoniaspor mandato del obis-po Delgado y Venegas. Igualmente dedicada a asuntos clericales unasquintillas A Fray Domingo Prraga que predicando del gran Padre San Agustn, al referirse al pasaje de Josu, y parada del Sol, le dio undesmayo, se par y no prosigui el sermn.

Pero su entusiasmo ms ntimo apuntaba a empresas elevadasdedicando su tiempo real a profundizar sobre el asunto que hasta


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Su capacidad crtica supone una nota de superacin de matiz ticomuy prxima a la esttica neoclasicista, por cuanto que cree en el valor

de la renovacin de su labor al levantarse sobre unas ruinas inmoralesque se encuentran dentro del tenebroso barroquismo. A ello debemossumar la elaboracin de un plan, de un mtodo de accin que igual-mente constituye una caracterstica de los nuevos tiempos. En el prlo-go del primer libro aclara: Por tanto en la ejecucin de este proyectome he propuesto seguir un plan, de cuyo vasto, pero indispensable paradesempear la idea de una Historia Natural y Civil

Un plan pergeado a comienzos de la dcada de los 60 del sigloXVIII, ya que el 27 de junio de 1763 da por concluido el primer libro bajo el extenso ttulo de Noticias de la Historia General de las IslasCanarias. Contiene la Descripcin geogrfica de todas. Una idea del origen, carcter, uso y costumbres de sus antiguos habitantes: De losdescubrimientos, y conquistas que sobre ella hicieron los Europeos:

De su Gobierno Eclesistico, Poltico y Militar: Del establecimiento, ysucesin de su primera Nobleza: De sus Varones ilustres por dignida-des, empleos, armas, letras y santidad: De sus fbricas, produccionesnaturales, y comercio; con los principales sucesos de los ltimos aos.Despus se ocupara de redactar otros seis libros que seran concluidosen 1766, despus de tres aos de ardua tarea.

No podemos decir que la Historia de Canarias de Viera y Clavijo seaun producto fraguado en el seno de la Tertulia de Nava, pues an cuan-do en los aos que se concibi el clrigo era una pieza estructural de lamisma, pero s se nota la mano de algunos de sus miembros. Fernandode la Guerra le proporcion al joven Viera muchos datos recogidos enlos documentos que se guardaban en el Cabildo lagunero.

Viera quiso auxiliarse estableciendo una especie de red de corres-ponsales desperdigados por todas las islas que, va epistolar, le remi-


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tan informacin que l en La Laguna procesaba adecuadamente. Endicha red estuvieron adems de Jos Antonio de la Guerra y Fernando

de Molina Quesada, Jos Van de Walle en La Palma, Fernando de laGuerra desde Lanzarote y Fuerteventura, y un amigo annimo que leremiti abundantes noticias sacadas del Archivo Secreto de la Catedralde Santa Ana en Las Palmas de Gran Canaria.

Acabada la redaccin de los siete libros, cosa que aconteci en 1766,el original qued guardado a la espera de dineros y medios tcnicos quehicieran factible su divulgacin, hecho que se verificara en 1772, cuan-do Viera y Clavijo resida ya en la capital de Espaa.

I.8. Viera se encuentra con la Ciencia

Aunque lo que hoy conocemos como ciencia pura estaba a mediados

del siglo XVIII en otro estadio del conocimiento, y mucho menos des- vinculada de las humanidades, un joven Viera empezaba a demostrarinters por estos asuntos. Cierto es que sus preocupaciones verdade-ras estaban concentradas en la historia, en la filosofa y en materiasdel pensamiento que de una u otra forma afectaban a su devocin depredicador profesional. Sin embargo, en 1769, su curiosidad por las

ciencias y por la naturaleza despierta de forma sbita emprendiendouna carrera en estos conocimientos que nunca abandonara. Su primercontacto tiene fecha exacta, el 3 de junio de 1769, siendo la experienciala observacin de un sencillo eclipse de sol. l y otros compaeros de laTertulia de Nava (Gaspar de Franchy, Agustn de Bthencourt y Castro,Juan Urtusustegui, Guillermo Mahory) pudieron contemplar utili-zando periscopios de precisin, desde la azotea de una casa del Puertode la Cruz, el paso de Venus sobre el disco solar. De la experiencia sali



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el opsculoObservaciones delcuya incidencia en las ciencias es nfi-mo por cuanto que Viera ofrece en l datos del movimiento planetario

atendiendo al horario; pero como prueba del inters que los ilustra-dos canarios tenan por los fenmenos naturales no tiene precio. En talsentido, estamos seguros de que debi existir una convocatoria previapara poner de acuerdo a los concurrentes y que stos se dieran cita alas 6 de la maana en una azotea concreta. Igualmente tiene su interslo ocurrido los 50 minutos siguientes. Y por ltimo hemos de valorarque, al menos uno de los testigos, Viera, dejase testimonio escrito parael futuro.

El experimento es visto en la actualidad como algo casi infantil,pero debemos valorar la calidad del mismo en el contexto que ofrecaCanarias a mediados del siglo XVIII.

No pas mucho tiempo antes de que Viera sintiera otro impulso pa-racientfico. Esta vez en La Laguna, en el anochecer del da 18 de enero

de 1770, cuando media poblacin se ech a la calle para ver un resplan-dor rojizo de un cielo inflamado opinando los ms sabedores del lugarque los montes de Taganana ardan por los cuatro costados. Viera y Clavijo fue un testigo excepcional del fenmeno, y al punto asegur aquin quiso orle que aquello no era otra cosa que una aurora boreal. Dela experiencia naci unaCarta filosfica sobre la Aurora Borealen la

que el autor describe y explica el fenmeno en cuestin.


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II. V IERA SE VA A M ADRID

Jos de Viera y Clavijo no poda imaginar lo que le cambiara la vida en el transcurso del ao 1770 cuando tuvo la oportunidad de ha-cer lo que deba haber sido un breve viaje a Madrid, capital de Espaa,

para contactar con una imprenta lo suficientemente cualificada comopara imprimir su Historia General de Canarias. l, en 1770, no te-na dinero, viva mantenido en casa de sus padres en La Laguna y lode hacer de sus manuscritos libros era una utopa caprichosa que nopoda permitirse. Su sueo se hizo realidad gracias a la desinteresa-da colaboracin de sus amigos de la Tertulia, quienes se mostraron

dispuestos a sufragar el viaje y la manutencin de Viera mientras es-tuviera en la Villa y Corte. Una agraciada colaboracin que llev alclrigo a lanzarse a una aventura de la cual, de antemano, era difcilsalir bien parado. No era un hombre de mundo, no tena nombre nifortuna, y slo contaba con su inteligencia para mantenerse a flote enun Madrid cortesano que se repeta en sus sueos desde que Cristbaldel Hoyo le haba inoculado el veneno clasicista que su sola presenciadesprenda.


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Aprovech la coyuntura que le ofreci Pedro Manuel Fernndez de Villegas quin tena la obligacin de personarse en Madrid para tomar

posesin de un cargo en el Concejo de Castilla en sustitucin de supuesto en la Audiencia de Canarias.Despus del verano, el 12 de octubre de 1770 se despidi de sus ami-

gos en el puerto de Santa Cruz de Tenerife tomando camarote en unaembarcacin inglesa que, previa escala en Las Palmas de Gran Canaria,donde deba abordarla Fernndez de Villegas, pondra rumbo a Cdiz. A finales de ao ya estaba Viera instalado en Madrid, solo y auxiliadopor unas pocas cartas de recomendacin y la amistad de quien sera susalvacin, el presbtero Agustn Ricardo Madan.

Este sacerdote de origen orotavense, Villa en la que naci en 1738, haba estudiado en Oviedo y vila donde se doctor en Cnones (1763), os-tentando a partir de 1766 el cargo de racionero de la Catedral de Canarias. Al ao siguiente, al tener noticias de la convocatoria de oposiciones a la

ctedra de hebreo de los Reales Estudios de san Isidro de Madrid, deci-de presentarse a las mismas teniendo que embarcar para la capital deEspaa a fin de prepararse unos exmenes que acabara aprobando.

A fin de resolver su manutencin, Agustn Ricardo Madan se em-ple como maestro, como ayo, en casa de un prcer del racionalismoespaol, en casa de Jos Joaqun de Silva Bazn quin tena un hijo en

edad de aprender las instrucciones bsicas. La entrega al estudio, dadala dificultad de las oposiciones en las que estaba enfrascado, le obliga ceder su trabajo a Viera quin se encontraba en Madrid desprotegidoen busca de una labor que le rentase algn beneficio.

El encuentro entre Jos de Silva, marqus de Santa Cruz de Mudela, y Jos de Viera y Clavijo tiene carcter de hallazgo por cuanto el arist-crata actu como generoso mecenas de un aprendiz de cientfico en unmarco, la Ilustracin, que acoga a sendos espritus.


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Jos Joaqun de Silva Bazn Meneses y Sarmiento no era un arist-crata al uso, ms bien formaba parte de una especie un tanto infrecuente

para la poca. Perteneca a una familia poderosa que ejerca la polticaactiva en el siglo XVIII espaol, los Silva. Su vinculacin al movimientoilustrado internacional no era simple teora, sino que en sus propiedadespracticaba un humanitarismo que le llev a poseer una serie de escuelasintegradas en fbricas y explotaciones agrcolas. Fue un conocido protec-tor de artistas y literatos, contando en su propia casa de Madrid con unlaboratorio en el que se recreaban algunos genios nacionales.

Su talento le llev a ser nombrado acadmico en la Real Academia dela Historia, de la cual fue director; igualmente dirigi entre 1789 y 1790los derroteros de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y ostent el mismo cargo en la Real Academia Espaola, Consejero per-sonal del Rey Carlos IV, formaba frecuentemente parte del squito delmismo al ser, desde la infancia del futuro rey, su ayo personal.

Cuando Viera conoci al marqus, ste era viudo y su nico hijo,Francisco de Silva, estaba necesitado de un ayo, persona que deba serdel entero agrado del marqus, pues el mismo residira en su propiacasa. La satisfaccin de Silva fue tanta que pronto vio en Viera muchoms que un sirviente adoptndolo como un amigo de la familia quegozaba de privilegios poco usuales en los instructores civiles que eran

contratados por los clanes pudientes de la poca.Frasquito de Silva, hijo de don Jos Joaqun, marqus del Viso, que-d entonces bajo la proteccin de Viera, encontrndose ste en el epi-centro de un orbe cultural de gustos refinados que nada tenan que vercon su procedencia. A pesar de ello, pronto se acomod al nuevo ambiente como l manifiesta en sus Memoria de 1812.

En el acto se enfrasc en la educacin del joven preparando apuntessobre filosofa ( Idea de una buena lgica), historia ( Epitome de la his-

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toria de Espaa ), y materias varias ( Nociones de cronologas, pocas,eras, lustros, lunaciones, etc.)

Estos apuntes se los dictaba luego a Francisco de Silva en Madrid,en El Escorial, en San Ildefonso, o en Aranjuez, pues una de las obli-gaciones del padre, como consejero del Prncipe de Asturias era lade acompaar al sucesor al trono all donde ste se desplazase. Josde Silva procuraba no despegarse de su hijo hacindole viajar y conl, sumndose al cortejo, Jos de Viera quin lejos de parecerle estos viajes una incomodidad los aceptaba de buen gusto por cuanto queentenda que era una oportunidad nica para conocer el vasto terri-torio espaol.

II.1. Viera, Acadmico

Contando con la proteccin del marqus de Santa Cruz de Mudela,no le fue difcil encontrar en Madrid una imprenta de calado mediocomo la regentada por Blas Romn para publicar en 1772 el primerode los cuatro tomos de que consta su Noticias de la Historia General de las Islas Canarias . Al ao siguiente, en 1773, logr publicar el se-gundo, sirvindole esta publicacin como aval para firmar la solicitud

de ingreso en la Academia de la Historia. La respuesta acadmica lelleg en febrero de 1774 admitindolo como acadmico correspondien-te, e iniciando a la vez una carrera meterica que le llevara en 1777 aser nombrado, a instancias de Pedro Rodrguez Campomanes, directorde la institucin, supernumerario. Su discurso de ingreso, laOracinGratulatoria , vers sobre la Historia y el protagonismo que la actual Academia deba cobrar en la investigacin y divulgacin de la misma alentenderla como una ciencia moderna.


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Su presencia ente los acadmicos se hizo cada vez ms frecuente yaque empezaba a sentar ctedra con su entusiasmo por las tareas en-

comendadas. As lo demostr en 1776 cuando se le nombr censor delibros impresos. Leer y enjuiciar, a partir de la moral del momento,todo cuanto se imprima. Una tarea que a l le llen de satisfaccin porcuanto que slo se trataba de leer y no de moverse.

De mayor calado fue la encomienda de hacer los Extractos de lasnoticias de Castilla la Vieja(1777), una tarea, la de contrastar grandes volmenes de informacin, que ya haba hecho en alguna ocasin, y con la cual adquirira una prctica que pondra en mxima explotacina su regreso a Canarias.

De su plena adaptacin a la Academia queda constancia en sus libros y escritos, pero tambin en los premios que obtuvo a travs de concur-sos literarios. En 1778 Viera prueba fortuna en el concurso convocadopor la Academia Espaola con el poema pico El Segundo Agatcles

o Corts en Nueva Espaa, quedando el mismo fuera de la conside-racin del jurado. Otra suerte corri al ao siguiente con el poemaElogio de Felipe V, Rey de Espaa, una composicin biogrfica que vitoreaba al Borbn, y con la que gan el Primer Premio de Elocuencia.El premio comportaba adems la publicacin ntegra de la obra en lostalleres tipogrficos de Joaqun Ibarra. La obra de Viera no supone nin-

gn hallazgo literario, pero el capitn de infantera del ejrcito francsBongars la encontr tan interesante que lleg a publicar el Elogi o en1780, despus de hacerle la correspondiente traduccin.

Aos ms tarde, en 1782, repite el premio con un Elogio al obispo de vila, Alonso Tostado, siendo igualmente publicado por Ibarra, el mejor impresor, sin duda, que haba aquellos das en la corte madrilea.

Poco a poco consolida su nombre dentro de una institucin oficialque le proporcionaba un privilegio, el de investigador que empezaba a

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ser solicitado por otros autores que queran, en su afn enciclopedista,incluir a Canarias en sus respectivos trabajos. Viera y Clavijo se convir-

ti, por as decirlo, en el portavoz de Canarias en Madrid. Un abande-rado insular que en 1776 escribi la voz Canarias para el DiccionarioGeogrfico que publicaba Luis Antonio Nicolle de La Croix (1779). Y algo similar ocu

biografías de científicos canarios - josé de viera y clavijo

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