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BENEDICTO XVI AUDIENCIA GENERAL Plaza de la Libertad de Castelgandolfo Miércoles 31 de agosto de 2011 El pueblo de Dios que reza: Arte y oración El color amarillo en letras o de fondo indica es texto de la catequesis. http://www.vatican.va/holy_father/bened ict_xvi/audiences/2011/index_sp.htm Las imágenes y su simbolismo, son del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. Adaptación a diapositivas, febrero 2012. Emilio Perucha Herranz Icono de Cristo Pantocrátor (el que todo lo gobierna), Teófanes de Creta (1546) Monasterio de Stavronikita (Monte Athos). Nos recuerda las palabras del Salmista: «Tú eres el más bello de todos los hombres, En tus labios se derrama la gracia» (Salmo 45,3).

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BENEDICTO XVI AUDIENCIA GENERAL

Plaza de la Libertad deCastelgandolfo

Miércoles 31 de agosto de 2011

El pueblo de Dios que reza: Arte y oración

El color amarillo en letras o de fondo indica es texto de la catequesis.http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2011/index_sp.htmLas imágenes y su simbolismo, son del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.

Adaptación a diapositivas, febrero 2012. Emilio Perucha Herranz

Icono de Cristo Pantocrátor (el que todo lo gobierna),Teófanes de Creta (1546)Monasterio de Stavronikita (Monte Athos).

Nos recuerda las palabras del Salmista:«Tú eres el más bello de todos los hombres,En tus labios se derrama la gracia» (Salmo 45,3).

Queridos hermanos y hermanas:Durante este período, más de una vez he llamado la atención sobre la necesidad que tiene todo cristiano de encontrar tiempo para Dios, para la oración, en medio de las numerosas ocupaciones de nuestras jornadas.

La Adoración de los Magos. Gentile da Fabriano (1423). Galería de los Uffizi, Florencia (Italia).

El Señor mismo nos ofrece muchas ocasiones para que nos acordemos de él.

Hoy quiero reflexionar brevemente sobre uno de estos canales que pueden llevarnos a Dios yser también una ayuda en el encuentro con él:

es la vía de las expresiones artísticas,parte de la «via pulchritudinis» —«la vía de la belleza»— de la cual he hablado en otras ocasiones yque el hombre de hoy debería recuperar en su significado más profundo.

Miniatura sobre los días de la Creación. Biblia de Souvigny, Biblioteca Municipal, Moulins (Francia).

Mosaico del Ábside (s. XIII), Basílica de San Clemente, Roma (Italia). Particular: la Cruz, árbol de vida. Reproducción autorizada por los Padres Dominicos Irlandeses.

Tal vez os ha sucedido alguna vez ante una escultura,un cuadro,algunos versos de una poesía o un fragmento musical, experimentar una profunda emoción,una sensación de alegría,es decir,de percibir claramente que ante vosotros no había sólo materia,un trozo de mármol o de bronce, una tela pintada,un conjunto de letras oun cúmulo de sonidos, sino algo más grande,algo que «habla», capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el alma.

Jesús da la comunión a los Apóstoles, Joos Van Wassenhove (s. XVI). Galería Nacional de las Marcas, Urbino (Italia).

En esta pintura, Jesús se acerca a los Apóstoles junto a la mesa y les da la comunión, uno a uno.Es un género pictórico que muestra la profunda piedad eucarística de la Iglesia a través de los siglos.

Sin la Eucaristía no podemos vivir» decía el mártir Emérito a principios del s. IV, durante una de las más crueles persecuciones anticristianas, la de Diocleciano, en el año 304 (Actas de los mártires de Abitene, cap 11 y 7, 16).

Una obra de arte es fruto de la capacidad creativa del ser humano,que se cuestiona ante la realidad visible, busca descubrir su sentido profundo y comunicarlo a través:del lenguaje de las formas, de los colores,de los sonidos. El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de ir más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de infinito. Más aún,es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Una obra de arte puede abrir los ojos de la mente y del corazón, impulsándonos hacia lo alto.

Mosaico de lMarko Ivan Rupnik (1996) en la pared de la Encarnación de la Capilla “Redemptoris Mater”. Ciudad del Vaticano.

En el mosaico María, símbolo de la Iglesia, con su mano izquierda recoge de la herida del costado de Jesús sangre y agua, que representan los sacramentos de la Iglesia.

Pero hay expresiones artísticas que son auténticos caminos hacia Dios, la Belleza suprema;más aún,son una ayuda para crecer en la relación con él,en la oración.Se trata de las obras que nacen de la fe y que expresan la fe. Podemos encontrar un ejemplo cuando visitamos una catedral gótica:quedamos arrebatados por las líneas verticales que se recortan hacia el cielo y atraen hacia lo alto nuestra mirada ynuestro espíritu,mientras al mismo tiempo nos sentimos pequeños,pero con deseos de plenitud…

Tríptico de los siete sacramentos de Roger Vande Weyden (s. XV). Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes (Bélgica).

En el recuadro de la izquierda, que muestra una capilla lateral,se representan los sacramentos del Bautismo, la Confirmación, administrada por el Obispo y la Penitencia.

El tríptico representa una iglesia en la cual se están celebrando los siete sacramentos. En el centro se levanta. con majestad, la Cruz. Al pie del crucificado están María, desfallecida y sostenida por Juan, y las piadosas mujeres.Al fondo, un sacerdote celebrante, eleva la Hostia después de la consagración, como indicando que el sacrificio de la Cruz se actualiza en la celebración de la Eucaristía, bajo las especies de pan y vino.

En el recuadro derecho se representan los sacramentos del Orden, administrado también por el obispo, el Matrimonio y la Unción de los enfermos.

O cuando entramos en una iglesia románica: se nos invita de forma espontánea al recogimiento y a la oración.Percibimos que en estos espléndidos edificios está de algún modo encerrada la fe de generaciones.O también,cuando escuchamos un fragmento de música sacra que hace vibrar las cuerdas de nuestro corazón, nuestro espíritu se ve como dilatado y ayudado para dirigirse a Dios. Vuelve a mi mente un concierto de piezas musicales de Johann Sebastian Bach, en Munich, dirigido por Leonard Bernstein.

Ilustración del Tetraevangelio de Jacob Copista (s. IX).

Representa la última Cena, en una sala grande en el piso superior, con la institución de la Eucaristía. (cf. Marcos 14, 15).Biblioteca de los Padres Armenios Mequitaristas, Viena (Austria).

En la imagen, Jesús aparece con los Apóstoles en torno a una mesa con forma de cáliz.Sobre la mesa están las especies eucarísticas: el pan y el vino.La sala, que se abre sobre un fondo arquitectónico muy elaborado, con edificios y un tabernáculo circular con siete columnas, simboliza la Iglesia, morada del Cristo eucarístico.Un detalle significativo lo da el Apóstol Juan, que apoya su cabeza sobre el pecho de Jesús (c. Juan 13,25). Indica la comunión de la caridad que la Eucaristía produce en el fiel; es la respuesta del discípulo a la invitación del Maestro.

Es profundamente verdadero lo que escribió un gran artista, Marc Chagall:que durante siglos los pintores mojaron su pincel en el alfabeto colorido de la Biblia.

¡Cuántas veces entonces las expresiones artísticas pueden ser ocasiones para que nos acordemos de Dios, para ayudar a nuestra oración otambién a la conversión del corazón!

San Juan contempla a la Inmaculada Concepción, El Greco (s. XVI). Museo de la Santa Cruz (depósito de la Parroquia de Santa Leocadia, Toledo (España).

María, la Panaghia (la toda santa),es la obra maestra del Espíritu Santo, Panaghion.

En esta imagen,María aparece rodeada de ángeles músicos en fiesta. Su cabeza queda iluminada por el resplandor de la caridad divina del Espíritu Santo, simbolizado por la paloma. María es la madre y la protectora de la Iglesia (a los pies de la Virgen se percibe un edificio sagrado).

Mediante su eficaz intercesión materna ante Jesús, María atrae sobre la iglesia la abundancia de las gracias celestiales, significada por el rosal en flor.

Paul Claudel, famoso poeta, dramaturgo y diplomático francés, en la basílica de «Notre Dame» de París, en 1886, precisamente escuchando el canto del Magníficat durante la Misa de Navidad,percibió la presencia de Dios.

No había entrado en la iglesia por motivos de fe; había entrado precisamente para buscar argumentos contra los cristianos,y, en cambio, la gracia de Dios obró en su corazón.

El sermón de la montaña del Beato Angélico (s. XV). Museo de san Marcos, Florencia (Italia).

El monte de las bienaventuranzas, con su elevación sobre la tierra y su cercanía al cielo, simboliza un lugar excelso para el encuentro con Dios. Jesús Maestro, sobre una cátedra privilegiada, la roca, y con el dedo índice de la mano derecha dirigido al cielo, señala la procedencia divina de sus palabras de vida y felicidad. El rollo, que aprieta con su mano izquierda muestra la plenitud de su doctrina, que Él entrega con confianza a sus Apóstoles, invitándoles a predicar el Evangelio a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los Apóstoles, situados como corona a los pies del Maestro, aparecen con aureola para indicar su fidelidad a Jesús y su testimonio de santidad en la Iglesia;solamente uno, casi escondido a la derecha, tiene una aureola negra, para sugerir su infidelidad a la Buena Nueva.

Queridos amigos, os invito a redescubrir la importancia de este camino también para la oración, para nuestra relación viva con Dios.

Las ciudades y los pueblos en todo el mundo contienen tesoros de arteque expresan la fe ynos remiten a la relación con Dios.

Icono copto, presenta el relato bíblico de Pentecostés (Hechos de los Apóstoles 2, 1-4).

En la imagen de la paloma, símbolo del Espíritu Santo, sale un cono de intensa luz que envuelve a María y a los Apóstoles.Es la luz que ilumina la mente de los Apóstoles,comunicándoles los dones de ciencia, sabiduría y entendimiento de las realidades divinas,pero también los dones de piedad, fortaleza, consejo y temor de Dios.Sobre sus cabezas se posan además, lenguas de fuego, para indicar la plenitud de la caridad divina que les empujará a ser anunciadores del Evangelio a todos los pueblos.La abundancia de la gracia, en efecto,hará posible que los Apóstoles sean entendidos por todos, pues la lengua de la caridad es universal a todos accesible.

A la división de lenguas entre los pueblos, Pentecostés contrapone el remedio de la unidad de las Gentes.

Por eso,la visita a los lugares de arte no ha de ser sólo ocasión de enriquecimiento cultural —también esto—, sino sobre todo un momento de gracia,de estímulo para reforzar nuestra relación ynuestro diálogo con el Señor,

Icono de las principales fiestas litúrgicas,que marcan la oración de la Iglesia.

En el centro domina la representación del Misterio pascual: la resurrección de Jesús ysu ascensión al cielo.

para detenerse a contemplar —en el paso de la simple realidad exterior a la realidad más profunda que significa— el rayo de belleza que nos toca,que casi nos «hiere» en lo profundo y nos invita a elevarnos hacia Dios.

Oración de Jesús en el huerto, El Greco (s. XVI), Museo de Arte, Toledo (Ohio, Estados Unidos).

«Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó le dijo uno de sus discípulos:

“Señor, enséñanos a orar”» (Lucas 11, 1).

Jesús respondió enseñando el Padre nuestro.

Termino con la oración de un Salmo, el Salmo 27: «Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo» (v. 4).

Esperamos que el Señor nos ayude a contemplar su belleza, tanto en la naturaleza como en las obras de arte, a fin de ser tocados por la luz de su rostro, para que también nosotros podamos ser luz para nuestro prójimo.

Gracias.

Ángeles cantores de Jan Van Eyck (1423),Políptico de la Catedral de Gante (Bélgica).La imagen representa un grupo de ángeles ápteros (sin alas) que rezan cantando. Aparecen revestidos de suntuosos ornamentos sagrados, como indicando que están celebrando una solemne acción litúrgica…en efecto, además de ser mensajeros de Dios, enviados para anunciar a los hombres la voluntad divina, tienen el oficio de alabar al Señor en la liturgia celestial (cf. Apocalipsis 8, 2).Como en la visión de la escala de Jacob –«he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por aquella escalera»– Génesis 28, 12) los ángeles son dinámicos e incansables mensajeros que unen el cielo con la tierra.Entre Dios y la humanidad no hay silencio e incomunicabilidad, sino dialogo continuo y comunicación incesante.Y los hombres, destinatarios de esta comunicación, deben afinar su sensibilidad espiritual para escuchar y comprender este lenguaje de los ángeles, que sugieren palabras buenas, sentimientos santos, acciones misericordiosas, comportamientos caritativos y relaciones edificantes.