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    DANIEL KAHNEMAN. MAPAS DE RACIONALIDAD LIMITADA: PSICOLOGA PARA UNA ECONOMA CONDUCTUAL

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    La labor considerada por el Comit del Nobel fue realizada conjunta-mente con Amos Tversky (1937-1996) durante una larga e inusual colabo-

    racin muy estrecha. Juntos, exploramos la psicologa de las decisionesy creencias intuitivas y examinamos su racionalidad limitada. Herbert A.Simon (1955, 1979) haba propuesto mucho antes que aqullos quetoman decisiones deberan ser considerados como racionales en un sen-tido limitado, y haba planteado un modelo en el que la maximizacin dela utilidad era sustituida por la satisfaccin. Nuestra investigacin preten-de obtener un mapa de racionalidad limitada, explorando los sesgos sis-temticos que distinguen las creencias que tiene la gente y las eleccionesque realiza respecto a las creencias y elecciones ptimas supuestas en losmodelos del agente racional. El modelo del agente racional fue nuestropunto de partida y la principal fuente de nuestra hiptesis nula, peroTversky y yo consideramos que nuestra investigacin era bsicamenteuna contribucin a la psicologa que, como un beneficio secundario,poda generar una posible contribucin a la economa. Fuimos arrastra-dos hacia la conversacin interdisciplinaria por economistas que confia-ban en que la psicologa poda ser una fuente provechosa de hiptesispara la teorizacin econmica, e indirectamente una fuente de hiptesispara la investigacin econmica (Richard H. Thaler, 1980, 1991, 1992). Encierta medida, esta esperanza se ha convertido en realidad, dando lugar aun programa activo de investigacin desarrollado por los economistasconductuales (Thaler, 2000; Camerer et al., en curso de publicacin; paraotros ejemplos, vase Kahneman y Tversky, 2000).

    Mi labor con Tversky incluye tres programas de investigacin diferen-tes, algunos de los cuales fueron desarrollados con otros colaboradores.El primero exploraba la heurstica que utiliza la gente y los sesgos a losque tiende cuando realiza diversas tareas relacionadas con el hecho dejuzgar algo en un contexto de incertidumbre, incluyendo las evaluacionesy predicciones de las pruebas (Kahneman y Tversky, 1973; Tversky y Kah-neman, 1974; Kahneman et al., 1982). El segundo se centraba en la teoraprospectiva (prospect theory), un modelo de eleccin en un entorno deriesgo (Kahneman y Tversky, 1979; Tversky y Kahneman, 1992) y conaversin a las prdidas en las elecciones libres de riesgo (Kahneman etal., 1990, 1991; Tversky y Kahneman, 1991). La tercera lnea de investiga-cin se ocupaba de los efectos marco (framing effects) y de sus implica-

    ciones para los modelos del agente racional (Tversky y Kahneman, 1981,1986). El presente ensayo revisa estas tres lneas de investigacin a la luzde los avances recientes en la psicologa de la eleccin y el juicio intuiti-vos. Muchas de las ideas presentadas aqufueron anticipadas informal-mente hace ya algunas dcadas, pero el intento de integrarlas dentro deuna aproximacin coherente al juicio y a la eleccin es reciente.

    A menudo, los economistas critican la investigacin psicolgica porsu propensin a generar listas de errores y sesgos, y por su fracaso a lahora de ofrecer una alternativa coherente al modelo del agente racional.Esta queja solamente est justificada en parte: las teoras psicolgicas delpensamiento intuitivo no pueden competir con la elegancia y la precisinde los modelos normativos formales de la creencia y la eleccin, pero estoes simplemente otra forma de decir que los modelos racionales no sonrealistas desde una perspectiva psicolgica. Adems, la alternativa a

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    modelos precisos y sencillos no es el caos. La psicologa aporta concep-tos integradores y generalizaciones de nivel intermedio, que se ganan la

    credibilidad gracias a su capacidad de explicar aparentemente fenmenosdistintos en dominios diversos. Dentro de este espritu, este ensayo ofre-ce un tratamiento unificado de la eleccin y el juicio intuitivos, que sebasa en un estudio previo de las relaciones entre las preferencias y lasactitudes (Kahneman et al., 1999) y ampla un modelo de heurstica del jui-cio propuesto recientemente por Kahneman y Frederick (2002). Las ideasque nos guan son (i) que la mayor parte de los juicios y de las eleccionesse efectan intuitivamente; (ii) que las reglas que gobiernan la intuicinson generalmente similares a las de la percepcin. Consiguientemente, eltratamiento de las reglas de las elecciones y los juicios intuitivos se basa-r ampliamente en analogas visuales.

    En el apartado 1 se plantea una distincin entre dos modos genricosde funcin cognitiva, que corresponden aproximadamente a la intuicin yel razonamiento. En el apartado 2 se describen los factores que determi-nan la accesibilidad relativa de los diferentes juicios y respuestas. En elapartado 3 se relaciona la teora prospectiva con la proposicin general deque los cambios y las diferencias son ms accesibles que los valoresabsolutos. En el apartado 4 se explican los efectos marco sobre la base desu diferencial de notabilidad y accesibilidad. En el apartado 5 se examinaun modelo de sustitucin de atributos del juicio heurstico. En el apartado6 se describe una familia concreta de la heurstica, denominada heursti-ca del prototipo. En el apartado 7 se estudia la interaccin entre el pensa-

    miento intuitivo y reflexivo, y el apartado 8 sirve para finalizar el ensayo.

    1. LA ARQUITECTURA DE LA COGNICIN: DOS SISTEMAS

    En este anlisis se diferencian dos modos de pensar y decidir que, agrandes rasgos, corresponden a los conceptos habituales de razonamien-to e intuicin. Razonamiento es lo que hacemos cuando calculamos elproducto de 17 por 258, cumplimentamos el formulario del impuestosobre la renta, o consultamos un mapa. Utilizamos la intuicin cuandoleemos la frase Bill Clinton es un hombre tmido con un tono levemen-

    te gracioso, o cuando vemos que nos resistimos a comer un pedazo de loque nos consta que es chocolate que se ha moldeado con el molde de unaaraa (Rozin y Nemeroff, 2002). El razonamiento se hace deliberadamen-te y con mucho esfuerzo, mientras que el pensamiento intuitivo pareceque se presenta de forma espontnea en la mente, sin clculo o bsque-da consciente, y sin esfuerzo. La observacin superficial y la investigacinsistemtica indican que la mayor parte de los pensamientos y las accio-nes son normalmente intuitivos en este sentido (Gilbert, 1989, 2002; Wil-son, 2002; Epstein, 2003).

    Aunque el pensamiento sin esfuerzo es lo normal, tambin se efectaalgn control de la calidad de las operaciones mentales y de la conductamanifiesta. No expresamos cada pensamiento que se nos ocurre o actua-mos en funcin de cada impulso. Pero el control es normalmente laxo, y per-mite que se expresen muchas valoraciones intuitivas, incluyendo algunas

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    que son errneas (Kahneman y Frederick, 2002). Ellen J. Langer et al. (1978)aportan un ejemplo muy conocido de lo que denominan conducta mecni-

    ca. En su experimento, un colaborador trata de colarse en una fotocopia-dora utilizando diversas excusas programadas. La conclusin fue que losenunciados que tenan la forma de una peticin no calificada fueron recha-zadas (por ejemplo, Perdn, me permite usar la fotocopiadora?), peroque casi todos los enunciados que tenan la forma general de una explica-cin fueron aceptados, incluyendo Perdn, me permite usar la fotocopia-dora porque quiero hacer fotocopias? La superficialidad es asombrosa.

    Frederick (2003, comunicacin personal) utiliz rompecabezas sencillospara estudiar el autocontrol cognitivo, tal como en el ejemplo siguiente:Un bate y una bola cuestan en total 1,10. El bate cuesta 1$ ms que la bola.Cunto cuesta la bola? Casi todo el mundo muestra una tendencia iniciala responder 10 centavos, debido a que la suma 1,10$ se desglosa deforma natural en 1$ y 10 centavos, y 10 centavos es ms o menos la mag-nitud correcta. Frederick observ que muchas personas inteligentes sucum-ben a este impulso inmediato: el 50 por ciento (47/93) de un grupo de estu-diantes de Princeton y el 56 por ciento (164/293) de los estudiantes de laUniversidad de Michigan dieron la respuesta equivocada. Claramente,estos encuestados dieron su respuesta sin revisarla previamente. La sor-prendentemente elevada tasa de errores habida en este problema tan sen-cillo pone de manifiesto lo poco que se controla el producto de un pensa-miento asociativo realizado sin esfuerzo: la gente no est acostumbrada apensar en serio, y a menudo se contenta con confiar en un juicio convin-

    cente que le viene rpidamente a la cabeza. De forma sorprendente, Frede-rick ha descubierto que los errores en este rompecabezas y en otros delmismo tipo eran predictores significativos de elevadas tasas de descuento.

    En los ejemplos considerados hasta ahora, la intuicin estaba vincu-lada a malos resultados, pero el pensamiento intuitivo puede ser tambinpotente y preciso. Mediante la prctica prolongada, se adquieren destre-zas notables y sus resultados se producen rpido y sin esfuerzo. El pro-verbial maestro de ajedrez que pasa por una partida y anuncia mate delas blancas en tres sin detenerse est actuando intuitivamente (Simon yChase, 1973), al igual que la enfermera con experiencia que detecta indi-cios prcticamente imperceptibles de una insuficiencia cardiaca inminen-

    te (Klein, 1998; Gawande, 2002).

    Recientemente, la diferencia entre la intuicin y el razonamiento ha sidoun tema de considerable inters para los psiclogos (vase, por ejemplo,Chaiken y Trope, 1999; Gilbert, 2002; Sloman, 2002; Stanovich y West,2002). Existe un acuerdo sustancial respecto a las caractersticas que dife-rencian a los dos tipos de procesos cognitivos, para los que Stanovich yWest (2000) propusieron los rtulos neutrales de Sistema 1 y Sistema 2. Enel esquema del grfico 1 se resumen dichas caractersticas. Las operacionesdel Sistema 1 son rpidas, automticas, sin esfuerzo, asociativas, y a menu-do estn cargadas emocionalmente; adems, vienen determinadas por lacostumbre y consecuentemente son difciles de controlar o modificar. Lasoperaciones del Sistema 2 son ms lentas, consecutivas, requieren un granesfuerzo, y estn controladas de forma deliberada; son tambin relativa-mente flexibles y, potencialmente, vienen determinadas por reglas.

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    Grfico 1TRES SISTEMAS COGNITIVOS

    La diferencia en lo que se refiere al esfuerzo proporciona las indica-ciones ms tiles respecto a si un determinado proceso mental se debe-

    ra asignar al Sistema 1 o al Sistema 2. Debido a que la capacidad totalpara el esfuerzo mental es limitada, los procesos que conllevan esfuerzotienden a perjudicarse mutuamente, mientras que los procesos que no lorequieren ni causan ni padecen muchas interferencias cuando se combi-nan con otras tareas. Por ejemplo, la capacidad de un conductor paramantener una conversacin es un indicador muy sensible de la cantidadde atencin que exige normalmente la tarea de conducir. En cientos deexperimentos psicolgicos, se ha utilizado la doble tarea con el fin demedir la atencin requerida por diferentes actividades mentales (parauna revisin, vase Pashler, 1998). Las investigaciones en las que se hautilizado el mtodo de la doble tarea indican que la funcin de autocon-trol se incluye dentro de las operaciones que requieren esfuerzo del Sis-

    tema 2. La gente a la que la mantiene ocupada una actividad mental muyexigente (por ejemplo, tratando de retener en la cabeza varias cifras) esmuy probable que responda a otra cuestin soltando lo primero que levenga a la mente (Gilbert, 1989). La frase el Sistema 2 controla las acti-vidades del Sistema 1 ser utilizada en nuestro caso como una formaabreviada de la hiptesis respecto a lo que pasara si se viera trastocadoel funcionamiento del sistema 2. Por ejemplo, se puede predecir sintemor a equivocarse que el porcentaje de errores en la pregunta del batey la bola aumentar si a los encuestados se les plantea esta pregunta almismo tiempo que tratan de retener una lista de palabras en su memo-ria activa.

    En la terminologa que ser utilizada aqu, el sistema perceptivo y lasoperaciones intuitivas del Sistema 1 generan impresionesde los atributosde los objetos de percepcin y pensamiento. Estas impresiones no son

    CONTENIDO

    PROCESO

    PERCEPCIN IntuicinSistema 1

    RazonamientoSistema 2

    RpidoParalelo

    AutomticoSin esfuerzoAsociativo

    Aprendizaje lentoEmocional

    LentoConsecutivoControlado

    Con esfuerzoRegido por reglas

    FlexibleNeutral

    Representaciones conceptualesPasado, presente y futuro

    Se puede evocar con el lenguaje

    PerceptosEstmulo corriente

    Vinculadoa los estmulos

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    voluntarias y no se precisa que se expliciten verbalmente. Frente a ellas,los juicios son, siempre, explcitos e intencionales, con independencia de

    que se expresen o no abiertamente. As, el Sistema 2 interviene en todoslos juicios, con independencia de que tengan su origen en impresiones oen un razonamiento deliberado. El rtulo intuitivo se aplica a juiciosque reflejan impresiones directamente.

    El grfico 1 sirve para ilustrar una idea que gui la investigacin querealizamos Tversky y yo desde el primer momento: que los juicios intuiti-vos ocupan una posicin que quizs se corresponda a la historia evolu-tivaentre las operaciones automticas de la percepcin y las operacio-nes deliberadas del razonamiento. Todas las caractersticas que los estu-diosos de la intuicin han atribuido al Sistema 1 son, tambin,propiedades de las operaciones perceptivas. Sin embargo, y en contrastecon la percepcin, las operaciones del Sistema 1 no se limitan al proce-samiento del estmulo corriente. Al igual que el Sistema 2, las operacio-nes del Sistema 1 trabajan con conceptos acumulados ascomo con per-ceptos, y pueden ser evocadas por medio del lenguaje. Esta perspectivade la intuicin indica que la amplsima reserva de conocimiento cientficodisponible acerca de los fenmenos perceptivos puede ser una fuente dehiptesis valiosas respecto al funcionamiento de la intuicin. La estrate-gia consistente en recurrir a las analogas procedentes de la percepcin seaplica en el apartado siguiente.

    2. LA DIMENSIN DE LA ACCESIBILIDAD

    Una propiedad que caracteriza al pensamiento intuitivo es que se nosviene a la mente de forma espontnea, como perceptos. El trmino tcni-co para la facilidad con la que los contenidos mentales nos vienen a lacabeza es accesibilidad (Higgins, 1996). Para comprender la intuicin,debemos entender por qu algunos pensamientos son accesibles y otrosno. En el resto de esta seccin se introduce el concepto de accesibilidadmediante ejemplos derivados de la percepcin visual.

    Considrense los grficos 2a y 2b. Cuando miramos el objeto del gr-

    fico 2a, tenemos impresiones directas de la altura de la torre, del rea delcubo de arriba, y quizs del volumen de la torre. Para traducir estas impre-siones en forma de unidades de altura o volumen se precisa una opera-cin deliberada, pero en smismas las impresiones son muy accesibles.No existe impresin perceptiva para otros atributos. Por ejemplo, el reatotal que ocuparan los cubos si la torre fuera desmantelada no es accesi-ble en trminos perceptivos, aunque puede ser calculado mediante unprocedimiento deliberado tal como multiplicar el rea de cada cubo por elnmero de ellos. Por supuesto, la situacin cambia radicalmente en elgrfico 2b. Ahora los cubos estn colocados y se obtiene inmediatamen-te una impresin del rea total, pero no de la altura de la torre que sepodra levantar con los mismos.

    Algunas propiedades relacionales son accesibles. As, basta un vista-zo para observar con toda claridad que los grficos 2a y 2c son diferentes,

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    Grfico 2EJEMPLOS DE ACCESIBILIDAD DIFERENCIAL

    pero tambin para ver que son ms similares entre sde lo que cada uno

    de ellos lo es con el grfico 2b. Y son accesibles algunas propiedadesestadsticas de los conjuntos, mientras que otras no. Por ejemplo, consi-drese la pregunta Cul es la longitud media de las lneas del grfico3? Esta pregunta es fcil. Cuando un conjunto de objetos del mismo tipogeneral se presenta a un observador bien sea simultneamente o suce-sivamente se calcula automticamente una representacin de dichoconjunto, la cual incluye informacin muy precisa respecto a la media(Ariely, 2001; Chong y Treisman, 2003). La representacin del prototipoes muy accesible, y tiene el carcter de un percepto: nos hacemos con laimpresin de la lnea representativa sin haberlo pretendido. El nicocometido que tiene el Sistema 2 en esta tarea es el de trazar el mapa dela impresin de la longitud tpica en la escala apropiada. En claro con-

    traste, la respuesta a la pregunta Cul es la longitud total de las lneasincluidas en el grfico? no nos viene a la mente sin realizar un esfuerzoconsiderable.

    Tal como lo demuestra el ejemplo de las medias y las sumas, algunosatributos son ms accesibles que otros, tanto en lo que se relaciona conla percepcin como con el juicio. A los atributos producidos automtica-mente y de forma rutinaria por el sistema perceptivo o por el sistema 1,de forma no intencionada y sin esfuerzo, se les ha denominado valora-ciones naturales (Tversky y Kahneman, 1983). Kahneman y Frederick(2002) recopilaron una lista parcial de estas valoraciones naturales. Ade-ms de propiedades fsicas tales como el tamao, la distancia y el volu-men, la lista incluye propiedades ms abstractas como la similitud, la pro-pensin causal, la capacidad de sorprender, la valencia afectiva y elhumor.

    Grfico 2 a Grfico 2 b Grfico 2 c

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    Grfico 3ACCESIBILIDAD DIFERENCIAL DE PROPIEDADES

    ESTADSTICAS

    La evaluacin de los estmulos como buenos o malos es una valora-cin natural especialmente importante. Las pruebas, tanto conductuales(Bargh, 1997; Zajonc, 1998) como neurofisiolgicas (por ejemplo, LeDoux,2000), concuerdan con la idea de que la valoracin respecto a si los obje-tos son buenos (y deberan ser aproximados) o malos (deberan ser ale-jados) se realiza rpida y eficientemente mediante circuitos neuronalesespecializados. Un experimento notable sealado por Bargh (1997) sirvepara ilustrar la velocidad del proceso de evaluacin y su conexin directacon la aproximacin y el alejamiento. A los participantes se les mostr enuna pantalla una serie de estmulos, y se les instruy para que respon-dieran a cada estmulo tan pronto como apareciera, moviendo una palan-ca que cubra la pantalla. Los estmulos consistan en palabras cargadas

    afectivamente, algunas positivas (por ejemplo, AMOR) y otras que gene-raban rechazo (por ejemplo, VMITO) pero este aspecto fue irrelevantepara la labor de los participantes. La mitad de ellos respondieron accio-nando la palanca hacia s mismos y la otra mitad accionndola haciafuera. A pesar de que la respuesta se puso en marcha en menos de unsegundo, mucho antes de que se registrara conscientemente el significa-do del estimulo, el valor emocional de la palabra tuvo un efecto conside-rable. Los participantes fueron relativamente rpidos a la hora de accio-nar la palanca hacia smismos (aproximacin) en el caso de las palabraspositivas, y lo mismo ocurri cuando se trataba de alejar la palanca en elcaso de las palabras que generaban rechazo. Las tendencias a aproximaro a alejar fueron provocadas por un proceso automtico no sometido a

    control consciente voluntario. Diversos psiclogos se han referido a lainfluencia de este sistema de evaluacin primigenio (incluido en nuestrocaso en el Sistema 1) sobre las actitudes y preferencias que la gente adop-

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    ta conscientemente y deliberadamente (Zajonc, 1998; Kahneman et al.,1999; Slovic et al., 2002; Epstein, 2003).

    En el anlisis anterior se establece una dimensin de la accesibilidad.En un extremo de dicha dimensin encontramos operaciones que tienenlas caractersticas de la percepcin y del Sistema 1 de carcter intuitivo:son rpidas, automticas y no requieren esfuerzo. En el otro extremo sonlentas, consecutivas y requieren un esfuerzo, de tal manera que la gentenecesita contar con una razn especial para emprenderlas. La accesibili-dad es un continuo, no una dicotoma, y algunas de las operaciones queexigen esfuerzo lo requieren en mayor medida que otras. Es probableque algunos de los determinantes de la accesibilidad sean genticos;otros se desarrollan gracias a la experiencia. La adquisicin de destrezasincrementa gradualmente la accesibilidad de las respuestas tiles y delas vas productivas para organizar la informacin, hasta que el rendi-miento cualificado se presenta casi sin esfuerzo. Este efecto vinculado ala prctica no se limita a las habilidades motoras. Un maestro del ajedrezno ve la misma mesa que el novicio, y, con una prctica prolongada,puede llegar a verse tambin, prcticamente sin esfuerzo, la torre en unaformacin de cubos.

    Por supuesto, las impresiones a las que se tiene acceso en cualquiersituacin concreta estn determinadas principalmente por las propieda-des reales del objeto considerado: es ms fcil ver una torre en el grfico2a que en el grfico 2b, debido a que en el ltimo la torre es meramente

    virtual. El que se destaque fsicamente determina tambin la accesibili-dad: si se muestran simultneamente una carta verde grande y una azulpequea, la verde nos vendr a la mente primero. Sin embargo, la aten-cin deliberada puede vencer a la notabilidad: el que se den las instruc-ciones necesarias para buscar un objeto pequeo aumentar la accesibi-lidad de todos sus rasgos.

    Se tienen efectos anlogos de notabilidad y de atencin voluntariacon estmulos ms abstractos. Por ejemplo, los enunciados El equipoA vence al equipo B y el equipo B perdi frente al equipo A transmi-ten la misma informacin, pero, debido a que cada uno de ellos centrala atencin sobre su sujeto gramatical, llevan a diferentes ideas. La acce-

    sibilidad refleja tambin estados transitorios de activacin asociativa.Por ejemplo, la mencin de una categora social conocida aumenta tem-poralmente la accesibilidad de las caractersticas asociadas con el este-reotipo de la categora, tal como lo muestra la reduccin del umbral dereconocimiento de las conductas como indicios de dichos rasgos (Fiske,1998).

    Como saben muy bien los diseadores de vallas publicitarias, los est-mulos relevantes desde un punto de vista motivacional y llamativosdesde una perspectiva emocional atraen la atencin de forma espont-nea. Las vallas son tiles para los anunciantes debido a que el hecho deque se preste atencin a un objeto hace que todas sus caractersticas seanaccesibles incluyendo aqullas que no estn vinculadas a su significadoemocional o motivacional bsico. Las situaciones calientes de granexcitacin emocional y motivacional aumentan en gran medida la accesi-

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    bilidad de pensamientos que se relacionan con las emociones inmediatasy las necesidades actuales, y reducen la accesibilidad de otro tipo de pen-

    samientos (Loewenstein, 1996, 2000; Elster, 1998). Uno de los efectos delo trascendentes que son las emociones respecto a la accesibilidad sepuede encontrar en un importante estudio de Rottenstreich y Hsee (2001),los cuales mostraron que la gente es menos sensible a las variaciones dela probabilidad cuando valora la posibilidad de obtener resultados carga-dos emocionalmente (besos y descargas elctricas) que cuando los resul-tados son de tipo monetario.

    En el grfico 4 (adaptado de Bruner y Minturn, 1955) se incluye unaformulacin estndar de los efectos del contexto respecto a la accesibili-dad. Un estmulo ambiguo que se percibe como una letra dentro de unconjunto de letras se ve, sin embargo, como un nmero cuando se sitaentre nmeros. Dicho en trminos ms generales, las expectativas (cons-cientes o no) son un determinante poderoso de la accesibilidad.

    Grfico 4UN EJEMPLO DEL EFECTO DEL CONTEXTO

    SOBRE LA ACCESIBILIDAD

    Otro punto importante que ilustra el grfico 4 es la supresin comple-ta de la ambigedad en la percepcin consciente. Este aspecto queda anu-lado en el caso del lector que ve las dos versiones muy prximas entre s,pero cuando se muestran las dos lneas de forma separada, los observa-dores no llegan a ser conscientes de forma espontnea de la interpreta-cin alternativa. Ven la interpretacin del objeto que es ms probableen su contexto, pero no tienen indicios subjetivos de que podra ser vistode una forma diferente. Adems de en la percepcin, se suprimen laambigedad y la incertidumbre en las valoraciones intuitivas. La duda esun fenmeno del Sistema 2, una conciencia de la habilidad que uno tienepara plantearse ideas incompatibles acerca de la misma cosa. La conclu-sin fundamental de los estudios de las decisiones intuitivas, tal como lasdescribe Klein (1998), es que los tomadores de decisiones experimenta-

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    dos trabajan bajo presin (por ejemplo, los jefes de las compaas debomberos casi nunca tienen que elegir entre diferentes opciones, debido

    a que en la mayora de los casos slo les viene a la mente una).

    El sistema cognitivo compuesto que ha sido esbozado aqu es unmecanismo computacional impresionante. Se adapta bien a su entorno ycuenta con dos sistemas de ajuste ante los cambios: un proceso de cortoplazo que es flexible y requiere esfuerzo, y un proceso de largo plazo con-sistente en la adquisicin de destrezas que al final generan respuestasmuy eficaces con costes reducidos. El sistema tiende a ver lo que se espe-ra ver una forma de adaptacin bayesiana y, adems, es capaz de res-ponder eficazmente ante las sorpresas. Sin embargo, esta creacin mara-villosa difiere en aspectos importantes de otro paradigma, el agente racio-nal planteado en la teora econmica. Se analizan algunas de estasdiferencias en los apartados siguientes, en los que se revisan varios resul-tados conocidos en clave de efectos de la accesibilidad. Al mismo tiempo,se analizan algunas de sus posibles consecuencias para la teorizacin enla economa conductual.

    3. CAMBIOS O ESTADOS: TEORA PROSPECTIVA

    Una propiedad general de los sistemas perceptivos es que estn dise-ados para aumentar la accesibilidad de los cambios y las diferencias. La

    percepcin depende de la referencia: Los atributos percibidos de un est-mulo focal reflejan el contraste entre dicho estmulo y un contexto de est-mulos previos y concurrentes. En este apartado se mostrar que las eva-luaciones intuitivas de los resultados dependen de la referencia tambin.

    El papel que tiene la estimulacin previa en el campo de la tempera-tura es muy conocido. Al sumergir la mano en agua que est a 20C se laencontrar, con agrado, templada, tras una inmersin prolongada enagua bastante fra, y, en el otro sentido, estar agradablemente fra tras suinmersin en agua mucho ms caliente. El grfico 5 muestra la depen-dencia de la referencia de la visin. Los dos cuadrados interiores tienen lamisma luminosidad, pero no parece que brillen lo mismo. La clave de la

    demostracin est en que la brillantez de un rea no es una funcin quedependa de un nico parmetro, cual es la luz que llega al ojo desde talrea, de la misma manera que la experiencia tenida con la temperatura nodepende nicamente de la temperatura a la que uno est expuesto endicho instante. Para describir la brillantez percibida o la temperatura seprecisa tambin un parmetro relacionado con un valor de referencia(denominado a menudo nivel de adaptacin), en el que influye el contex-to de la situacin previa y actual.

    Desde la posicin ventajosa del estudioso de la percepcin, es bas-tante asombroso el hecho de que en el anlisis econmico estndar sesuponga que la utilidad de los resultados de las decisiones est determi-nada nicamente por el estado final de la dotacin, con lo que es inde-pendiente de la referencia. En el contexto de las elecciones con riesgo, elorigen de este supuesto se puede asociar al brillante ensayo en el que se

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    Grfico 5LA DEPENDENCIA DE LA REFERENCIA EN LA PERCEPCIN

    DE LA LUMINOSIDAD

    defini por primera vez la teora de la utilidad esperada (Bernoulli,1738). Bernoulli supona que los diferentes niveles de riqueza tenan unautilidad concreta, y propona que la regla de decisin en las eleccionesrealizadas en un contexto de riesgo fuera la de maximizar la utilidadesperada de la riqueza (la esperanza moral). El lenguaje del ensayo de

    Bernoulli es preceptivo se refiere a lo que es sensato o razonablehacer pero la teora se planteaba tambin como una descripcin de laselecciones de una persona razonable (Gigerenzer et al., 1989). Como enla mayora de los tratamientos modernos de la toma de decisiones, enel ensayo de Bernoulli no se considera que haya ninguna tensin entrelo preceptivo y lo descriptivo. La proposicin de que los que toman deci-siones evalan los resultados sobre la base de la utilidad de los estadosfinales en cuanto a los activos se refiere ha sido conservada en el anli-sis econmico durante casi 300 aos. Esto es bastante sorprendente, yaque se puede mostrar fcilmente que es errnea; la denominar el errorde Bernoulli.

    Tversky y yo construimos numerosos experimentos mentales cuandoiniciamos el estudio de la eleccin en un contexto de riesgo que llev a laformulacin de la teora prospectiva (Kahneman y Tversky, 1979). Ejem-plos tales como los Problemas 1 y 2 que se indican ms abajo nos con-vencieron de lo inadecuada que era la funcin de utilidad basada en lariqueza como explicacin de la eleccin.

    Problema 1Aceptaras esta apuesta?

    50% de posibilidades de ganar 150 $50% de posibilidades de perder 100 $

    Modificaras la eleccin si tu riqueza total se redujera en 100$?

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    Habr pocos interesados en la apuesta del Problema 1. Los resultadosobtenidos mediante experimentos muestran que la mayora de la gente

    rechazar una apuesta en el que las posibilidades de ganar o perder estnequilibradas, salvo cuando la posible ganancia sea como mnimo el doblede la posible prdida (por ejemplo, Tversky y Kahneman, 1992). Porsupuesto, la respuesta a la segunda pregunta es negativa. A continuacinconsideremos el Problema 2:

    Problema 2Qu es lo que preferiras?

    Perder 100$ con certezaO

    50% de posibilidades de ganar 50 $50% de posibilidades de perder 200 $

    Modificaras la eleccin si tu riqueza total aumentara en 100$?

    En el Problema 2, la apuesta parece ser mucho ms atractiva que laperdida segura. Los resultados de los experimentos indican que la granmayora de los encuestados respecto a problemas de este tipo prefierenla bsqueda de riesgos (Kahneman y Tversky, 1979). En este caso, denuevo, no se puede tomar en serio la idea de que una variacin de 100$en la riqueza total podra influir en las preferencias.

    Examinamos muchos pares de elecciones de este tipo en nuestras pri-meras investigaciones, y concluimos que el muy brusco cambio desde laaversin a la bsqueda de riesgo no se poda explicar convincentementea travs de una funcin de utilidad basada en la riqueza. Las preferenciasparecen estar determinadas por las actitudes frente a las ganancias y lasprdidas, definidas respecto a un punto de referencia, y la teora de Ber-noulli y sus sucesoras no incluan tal punto. Consecuentemente, propusi-mos una teora alternativa para el riesgo, en la que la utilidad se vincula alas ganancias y a las prdidas variaciones de la riqueza en vez de nivelesde la misma. Una de las innovaciones derivadas de la teora prospectiva

    fue que se present explcitamente como una teora descriptiva formal delas elecciones que la gente efecta realmente y no como un modelo detipo normativo. Esto fue un cambio respecto a una larga historia de elec-cin de modelos que servan para perseguir un doble objetivo, como lgi-ca de carcter normativo y como modelos descriptivos idealizados.

    Las predicciones que diferencian a la teora prospectiva se deducen de laforma de la funcin de valor, la cual se muestra en el grfico 6. La funcin devalor se define sobre la base de las ganancias y las prdidas y se caracterizapor tres rasgos: (1) es cncava en el campo de las ganancias, con lo que pro-picia la aversin al riesgo; (2) es convexa en el dominio de las prdidas, favo-reciendo asla bsqueda de riesgos; (3) lo ms importante, es una funcinque se quiebra bruscamente en el punto de referencia, y con adversin a lasprdidasms empinada para las prdidas que para las ganancias, por unfactor de cerca de 2-2,5 (Kahneman et al., 1991; Tversky y Kahneman, 1992).

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    Grfico 6UNA FUNCIN DE VALOR ESQUEMTICA DE LOS CAMBIOS

    Si, tal y como se ha sealado aqu, la formulacin de Bernoulli es cla-ramente incorrecta como modelo descriptivo de la eleccin de riesgos, lapregunta es por qu se ha mantenido este modelo durante tanto tiem-po?. La respuesta parece ser que la asignacin de utilidad a la riqueza es

    un aspecto de la racionalidad y, consecuentemente, es compatible con lahiptesis general de racionalidad de la teorizacin econmica (Kahne-man, 2003a). Veamos ahora el Problema 3:

    Problema 3Dos personas reciben el informe mensual de su corredor de bolsa:A la persona A le dice que su riqueza pasde 4M a 3MA la persona B le dice que su riqueza pasde 1M a 1,1M

    Cul de las dos personas tiene ms razones para estar satisfechacon su situacin financiera?

    Cul de las dos est ms contenta en ese momento?

    El Problema 3 resalta las interpretaciones opuestas de la utilidad pre-sentes en las teoras que definen los resultados como niveles y comocambios. En el anlisis de Bernoulli slo es relevante la primera de las dospreguntas de dicho problema, y slo importan las consecuencias de largoplazo. En abierto contraste, la teora prospectiva se preocupa de los resul-tados de corto plazo, y la funcin de valor es posible que refleje una anti-cipacin de la valencia e intensidad de las emociones que se tendrn enel momento de transicin de uno a otro estado (Kahneman, 2000a, b;Mellers, 2000). De estos conceptos de utilidad, cul es ms til?. Lanorma cultural respecto a lo que es una toma de decisiones razonablefavorece a la perspectiva de largo plazo si se la compara con la preocu-pacin por las emociones efmeras. Efectivamente, la adopcin de una

    VALOR

    PRDIDAS GANANCIAS

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    perspectiva amplia y de largo plazo es una de las dimensiones del signi-ficado de racionalidad en el lenguaje cotidiano. Consecuentemente, la

    interpretacin de la utilidad de los resultados en clave de niveles finalesse ajusta bien a un modelo de agente racional.

    Estas consideraciones confirman el status normativo y preceptivo dela definicin bernoulliana de resultados. Por otra parte, una preocupacinexclusiva por el largo plazo puede ser estril desde un punto de vista pre-ceptivo, debido a que el largo plazo no es aqul en el que se vive la vida.La utilidad no se puede separar de la emocin, y las emociones se desen-cadenan por medio de cambios. Una teora de la eleccin que se olvidecompletamente de sentimientos tales como el sufrimiento ocasionadopor las prdidas y el arrepentimiento derivado de los errores no sola-mente no es realista desde un punto de vista descriptivo, sino que llevatambin a recomendaciones que no sirven para maximizar la utilidad delos resultados tal como se sienten realmente esto es, la utilidad tal comola conceba Bentham (Kahneman, 1994, 2000a; Kahneman et al., 1997).

    El error de Bernoulli La idea de que los portadores de la utilidad sonlos niveles finales no afecta solamente a la toma de decisiones en unentorno de riesgo. En efecto, la hiptesis incorrecta de que la dotacin ini-cial no importa es la base del teorema de Coase y de sus mltiples aplica-ciones (Kahneman et al., 1990). El error de la independencia de la referen-cia forma parte de la representacin estndar de los mapas de indiferen-cia. Para un psiclogo es desconcertante el hecho de que dichos mapas no

    incluyan una representacin de las tenencias actuales, respecto a los diver-sos bienes, de aqullos que toman las decisiones el equivalente del puntode referencia de la teora prospectiva. Por supuesto, el parmetro no seincluye porque la teora del consumidor supone que no es relevante.

    La idea central de la teora prospectiva que la funcin de valor sequiebra en el punto de referencia y la aversin a las prdidas se volvitil para los economistas cuando Thaler (1980) la utiliz para explicar laselecciones libres de riesgo. Concretamente, la aversin a las prdidasexplicaba un incumplimiento de la teora del consumo que Thaler identi-fic y denomin el efecto dotacin: el precio de venta de los bienes deconsumo es mucho ms elevado que el precio de compra, a menudo se

    multiplica por un factor de 2 o ms. El valor que tiene un bien para un indi-viduo parece ser ms elevado cuando dicho bien se ve como algo quepuede ser perdido o dejado que cuando el mismo bien se considera comouna ganancia potencial (Kahneman et al., 1990, 1991; Tversky y Kahne-man, 1991).

    Cuando, con el fin de dotarles con un bien (una taza), se eligi deforma aleatoria a la mitad de los participantes en un mercado experimen-tal y se permiti el comercio, el volumen del mismo fue cerca de la mitadde la cantidad que se habra predicho bajo el supuesto de que el valorfuera independiente de la dotacin inicial (Kahneman et al., 1990). Loscostes de transaccin no explicaban este ejemplo que iba en contra delteorema de Coase, debido a que la misma institucin no daba seales deque hubiera reticencia a comerciar cuando los objetos del comercio eranvales monetarios. Los resultados indican que los participantes en estos

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    experimentos no valoraban la taza como un objeto que podan tener yconsumir, sino como algo que podan lograr o perder. Curiosamente, List

    (2003a, b) observ que la magnitud del efecto dotacin se reduca sus-tancialmente en el caso de aquellos participantes que contaban conmucha experiencia en el intercambio de cromos de deportes. Los quecontaban con experiencia (que eran tambin consumidores) eran menosreticentes al intercambio de un bien por otro no solo cromos de depor-tes, sino tambin tazas y otros bienes como si hubieran aprendido abasar su eleccin en el valor de largo plazo, en vez de en las emocionesinmediatas asociadas con lograr o perder objetos.

    La dependencia de la referencia y la aversin a las prdidas sirven paraexplicar varios fenmenos relacionados con la eleccin. La observacintan conocida de que las prdidas se valoran por encima de los costes deoportunidad se explica fcilmente si se considera que estos resultados seevalan en diferentes partes de la funcin de valor. En el mundo del dere-cho se admite en diversas formas la distincin entre las prdidas realesy las vinculadas con los costes de oportunidad (Cohen y Knetsch, 1992) ylo mismo ocurre en las instituciones consuetudinarias relacionadas con lasnormas acerca de lo que es justo en el mercado (Kahneman et al., 1986).La aversin a las prdidas contribuye tambin al muy documentado sesgodel estatu quo (Samuelson y Zeckhauser, 1988). Debido a que el punto dereferencia es generalmente el estatu quo, las propiedades de las demsalternativas se evalan viendo si son ventajosas o desventajosas respectoa la situacin actual, y las desventajas de las alternativas pesan ms que

    sus ventajas. En distintos captulos de Kahneman y Tversky (2000) se reco-gen otras aplicaciones del concepto de aversin a las prdidas.

    4. EFECTOS MARCO

    En la exposicin de cubos del grfico 2, la misma propiedad (la alturatotal de un conjunto de cubos) era muy accesible en un caso y no en otro,a pesar de que ambas presentaciones contenan la misma informacin.Esta observacin pasa totalmente desapercibida no parece que nosescandalice el que se perciban automticamente algunos atributos del

    estmulo mientras que otros deban ser calculados, o que el mismo atri-buto sea percibido en una de las presentaciones de un objeto y deba sercalculado en otra. En el contexto de la toma de decisiones, sin embargo,observaciones similares plantean un desafo importante al modelo delagente racional.

    El supuesto de que las preferencias no se ven afectadas por las varia-ciones intrascendentes respecto a la descripcin de los resultados ha sidodenominado extensionalidad (Arrow, 1982) e invariancia (Tversky y Kah-neman, 1986), y se considera un aspecto esencial de la racionalidad. Lainvariancia no se cumple en los efectos marco, en los que descripcionesequivalentes extensionalmente hablando llevan a elecciones diferentes, al

    modificar la notabilidad relativa de los diferentes aspectos del problema.Tversky y Kahneman (1981) presentan su anlisis de los efectos marcobajo la forma del problema siguiente:

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    La enfermedad asitica

    Suponga que los Estados Unidos se estn preparando frente albrote de una enfermedad asitica poco corriente, que se prevquematar a 600 personas. Se proponen dos programas alternativospara combatirla. Suponga que los clculos cientficos exactos delas consecuencias del programa son los siguientes:

    Si se elige el programa A, se salvarn 200 personas

    Si se elige el programa B, hay una probabilidad de un tercio de quese salven 600 personas y una probabilidad de dos tercios de queno se salve ninguna.

    Bajo esta presentacin del problema, una mayora considerable delos encuestados estn a favor del Programa A, indicando con ello quehay aversin al riesgo. A otros encuestados, seleccionados de forma ale-atoria, se les pasa una pregunta en la que el mismo relato inicial vieneseguido de una descripcin diferente de las posibilidades:

    Si se elige el Programa A, morirn 400 personas

    Si se elige el Programa B, hay una probabilidad de un tercio deque no muera nadie y una probabilidad de dos tercios de que mue-

    ran 600 personas

    Una mayora considerable de los encuestados se muestran ahora afavor del Programa B, la opcin de bsqueda de riesgo. A pesar de queno hay diferencias sustantivas entre las versiones, suscitan diferentesasociaciones y evaluaciones. Esto se puede ver ms fcilmente en laopcin cierta, debido a que a los resultados seguros se les da mayor pon-deracin que a los resultados de probabilidad elevada o intermedia (Kah-neman y Tversky, 1979). As, la certeza de ahorrar vidas es desproporcio-nadamente atractiva, mientras que se tiene una desproporcionada aver-sin al hecho de aceptar la muerte segura de gente. Estas respuestas

    afectivas inmediatas favorecen respectivamente a A respecto a B y a Brespecto a A. Al igual que ocurre en los grficos 2a y 2b, las diferentesrepresentaciones de los resultados realzan algunos rasgos de la situaciny ocultan otros.

    En un ensayo sobre la tica de la poltica, Thomas C. Schelling (1984)present un ejemplo convincentemente realista de los dilemas ocasiona-dos por el hecho de enmarcar. Schelling da cuenta de un estudio en el quepeda a sus estudiantes que evaluaran una poltica impositiva que llevaraa una mayor exencin fiscal a los hijos de los ricos que a los de lospobres. Como era de esperar, sus estudiantes consideraron que dicha pro-puesta era indignante. Posteriormente, Schelling seal que en el cuadroimpositivo estndar la situacin por defecto era la correspondiente a unafamilia sin hijos, con ajustes especiales para las familias que tenan hijos,y logr que la clase acordara que el programa impositivo existente se

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    podra reformular considerando como caso por defecto a una familia condos hijos. En esta formulacin, las familias sin hijos pagaran un recargo.

    Debera ser este recargo tan grande para los pobres como para losricos?. Por supuesto que no. Las dos versiones de la pregunta acerca decmo tratar a los ricos y a los pobres desencadenan una preferencia intui-tiva en el sentido de proteger a los pobres, pero estas preferencias sonincoherentes. El problema planteado por Schelling resalta un puntoimportante. Los efectos marco no son una curiosidad de laboratorio, sinouna realidad omnipresente. El cuadro impositivo debe ser enmarcado deuna u otra manera, y cada marco aumentar la accesibilidad de algunasrespuestas y har que otras sean menos probables.

    En este sentido, los economistas conductuales han tenido un intersconsiderable por un caso concreto de los efectos marco, aquel en el quela eleccin entre dos posibilidades A y B depende de que se designe biena A o bien a B como opcin por defecto. La opcin designada por defec-to tiene una gran ventaja en dichas elecciones, incluso en el caso de deci-siones que tienen una importancia considerable. Eric J. Johnson et al.(1993) describen un ejemplo convincente. Los estados de Pennsylvania yNueva Jersey ofrecen a los conductores la posibilidad de elegir entre unapliza de seguro que permite contar con el derecho de demandar sin nin-gn tipo de restricciones, y una pliza menos cara que limita tal derecho.La pliza sin restricciones es la que se aplica por defecto en Pennsylvania,y la opuesta es la que se aplica por defecto en Nueva Jersey, y las solici-tudes de cobertura total se sitan, respectivamente, en el 79 por ciento y

    el 30 por ciento en los dos estados. Johnson y Daniel G. Goldstein (2003)calculan que los conductores de Pennsylvania gastan 450 millones dedlares anualmente en una cobertura total que no compraran si su elec-cin estuviera enmarcada tal como lo est la de los conductores de NuevaJersey.

    Johnson y Goldstein (2003) comparan tambin las proporciones de lapoblacin inscrita en programas de donacin de rganos en siete paseseuropeos en los que la incorporacin era automtica (por defecto) y cua-tro en los que no era automtica. Si se obtiene el promedio correspon-diente al conjunto de los pases considerados, la inscripcin en dichosprogramas se situaba en el 97,4 por ciento en los primeros y en el 18 por

    ciento en los segundos. La aceptacin pasiva de la formulacin fijadatiene consecuencias importantes en este caso, al igual que ocurre en otrosestudios recientes en los que la seleccin, en los cuestionarios que los tra-bajadores cumplimentaban para establecer su contribucin 401 (k), de larespuesta por defecto predominaba en su eleccin final (Madrian y Shea,2001; Choi et al., 2002).

    El principio bsico del efecto marco es la aceptacin pasiva de la for-mulacin dada. Debido a esta pasividad, la gente fracasa a la hora deconstruir una representacin cannica para todas las descripciones exten-sionalmente equivalentes del estado del asunto considerado. No calculanespontneamente la altura de la torre que se puede construir con un con-junto de bloques, y no transforman espontneamente la representacinde los rompecabezas o de los problemas de decisin. Lgicamente, nadiees capaz de reconocer que 137 x 24 y 3.288 son el mismo nmero

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    sin realizar algunos clculos detallados. Una mente finita no puede lograrla invariancia.

    La imposibilidad de la invariancia lleva a que se tengan dudas impor-tantes sobre el realismo descriptivo de los modelos de la eleccin racio-nal (Tversky y Kahneman, 1986). En ausencia de un sistema que genere,de una forma fiable, representaciones cannicas apropiadas, las decisio-nes intuitivas sern moldeadas por los factores que determinan la accesi-bilidad de los distintos rasgos de la situacin. Los rasgos que son muyaccesibles influirn en las decisiones, mientras que los rasgos poco acce-sibles sern olvidados en gran medida y la correlacin entre la accesibi-lidad y el juicio reflexivo de la relevancia en una situacin de informacincompleta no es necesariamente elevada.

    Un supuesto especialmente poco realista del modelo del agente racio-nal es que los agentes efectan sus elecciones en un contexto inclusivoexhaustivo, que incorpora todos los detalles relevantes de la situacinpresente, ascomo de las expectativas acerca de todas las oportunidadesy riesgos futuros. Hay muchas pruebas en favor de la afirmacin contra-ria, que seala que las perspectivas de la gente respecto a las decisionesy los resultados se caracterizan normalmente por marcos limitados(narrow framing) (Kahneman y Lovallo, 1993) y por los conceptos, rela-cionados, de clculo mental (mental accounting) (Thaler, 1985, 1999) yagrupamiento de las decisiones (decision braketing) (Read et al., 1999).

    A continuacin se exponen algunos ejemplos del predominio delmarco limitado. La decisin de aceptar o no una apuesta se considera nor-malmente como una respuesta a una oportunidad nica, no como unaocasin para aplicar una poltica general (Keren y Wagenaar, 1987;Tversky y Redelmeier, 1992; Kahneman y Lovallo, 1993; Benartzi y Thaler,1999). Las decisiones de los inversores respecto a inversiones concretasparece que se consideran de forma aislada en relacin a las correspon-dientes al resto de la cartera del inversor (Barberis et al., 2003). El hori-zonte temporal que los inversores tienen en cuenta a la hora de evaluarsus inversiones parece ser injustificadamente corto una observacin quecontribuye a explicar la paradoja del premio de las acciones (Benartzi yThaler, 1995). Finalmente, el predominio del marco de los resultados res-

    pecto a las ganancias y prdidas frente al marco correspondiente a lariqueza, que ya fue considerado en el apartado anterior, se pueden verahora como un ejemplo de marco limitado. Todos estos ejemplos com-parten un rasgo cual es que las decisiones que se toman en marcos limi-tados se alejan de la neutralidad respecto al riesgo ms de lo que lo hacenlas decisiones que se toman en un contexto ms inclusivo.

    El predominio de los marcos limitados es uno de los efectos de laaccesibilidad, lo cual se puede comprender volviendo a las representa-ciones de cubos del grfico 2. El mismo conjunto de cubos se enmarcacomo una torre en el grfico 2a, y como una formacin plana en el grfi-co 2b. Aunque es posible ver una torre en el grfico 2b, es mucho msfcil verla en el grfico 2a. En general, los marcos limitados reflejan laestructura del entorno en el que se toman las decisiones. Las decisionesa las que se enfrenta la gente se plantean de una en una, y el principio de

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    aceptacin pasiva indica que sern consideradas tal como se van plante-ando. El problema considerado y las consecuencias inmediatas de la elec-

    cin sern mucho ms accesibles que todas las dems consideraciones y,como resultado, los problemas de decisin sern enmarcados de unaforma mucho ms limitada de lo que supone el modelo racional.

    5. SUSTITUCIN DE ATRIBUTOS: UN MODELO DE HEURSTICA DEL JUICIO

    El primer programa de investigacin que Tversky y yo emprendimosconjuntamente consista en una serie de estudios de diversos tipos de jui-cios sobre acontecimientos inciertos, incluyendo predicciones numricasy valoraciones de las probabilidades de las hiptesis. La conclusin queplanteamos en una revisin de este trabajo fue que la gente se basa enun nmero limitado de principios heursticos que reducen la complejatarea de valorar probabilidades y predecir valores a operaciones de juiciomucho ms sencillas. En general, estas heursticas son muy tiles, pero aveces llevan a errores severos y sistemticos (Tversky y Kahneman,1974, p. 1124). En el artculo se presentaban tres heursticas representa-tividad, disponibilidad y anclaje que se utilizaron para explicar una doce-na de sesgos sistemticos en las valoraciones realizadas bajo incertidum-bre, incluyendo predicciones no regresivas, olvido de la informacin delnivel base, exceso de confianza y sobrevaloracin de la frecuencia deacontecimientos que se recuerdan con facilidad. Algunos de los sesgos se

    identificaron mediante el error sistemtico cometido al calcular cantida-des conocidas e informacin estadstica. Otros se definieron sobre la basede las discrepancias entre las regularidades de las valoraciones intuitivasy los principios de la teora de la probabilidad, la inferencia bayesiana y elanlisis de regresin.

    Recientemente, Kahneman y Frederick (2002) han revisado de nuevolos primeros estudios sobre la heurstica del juicio y han propuesto unaformulacin en la que la reduccin de las tareas complejas a operacionesms sencillas se logra mediante una operacin de sustitucin de atribu-tos. Los juicios se supone que estn mediados por heursticas cuando elindividuo valora un atributo objetivoconcreto de un objeto de juicio sus-

    tituyndolo por otra propiedad de ese objeto el atributo heursticoelcual nos viene ms rpidamente a la cabeza (p. 53). En contraste con losprimeros trabajos, la concepcin de Kahneman y Frederick de la heursti-ca no se limita al dominio de los juicios bajo incertidumbre.

    Para ver un ejemplo perceptivo de la sustitucin de atributos, consi-drese la pregunta: Cul es el tamao de los dos caballos del grfico 7,tal y como estn trazados en la pgina?. En realidad, las imgenes tienenel mismo tamao, aunque el grfico genere una ilusin convincente. Elatributo objetivo que intentan evaluar los observadores tiene, en trminosobjetivos, dos dimensiones pero son incapaces de verlo as realmente.Sus juicios trazan una impresin tridimensional (el atributo heurstico) enforma de unidades de longitud que son apropiadas para el atributo obje-tivo, y las reduce al tamao de la pgina. Esta ilusin viene causada porla diferente accesibilidad de las interpretaciones de la imagen que compi-

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    ten entre s. La impresin tridimensional es la nica impresin de tamaoque se le presenta a los observadores ingenuos los pintores y los fot-

    grafos experimentados tienen la capacidad necesaria para obtener mejo-res resultados y ello ocasiona una ilusin en lo que respecta a la per-cepcin del tamao de la imagen.

    En un estudio de Strack et al. (1988) se muestra el papel de la sus-titucin de atributos en un contexto diferente. Estudiantes universita-rios respondan a un estudio en el que se incluan las dos preguntassiguientes, una tras la otra: En general, ests muy contento con tuvida? y Cuntas citas tuviste el ltimo mes?. La correlacin entreambas preguntas era 0,12 cuando se hacan en dicho orden. En el casode los encuestados a los que se les hacan las mismas preguntas en elorden inverso la correlacin era 0,66. La interpretacin psicolgica deesta elevada correlacin1 es de tipo deductivo, pero sencilla. Induda-blemente, la pregunta relacionada con las citas provoca en muchosencuestados una evaluacin de su vida amorosa que est cargadaemocionalmente. Esta evaluacin era muy accesible cuando se situa-ba a continuacin la pregunta relacionada con la felicidad, y fue traza-da en la escala de la felicidad general. En la interpretacin que se ofre-ce aqu, los encuestados respondan a la pregunta relacionada con lafelicidad informando de lo que les vena a la mente, y no eran capacesde darse cuenta de que estaban respondiendo a una pregunta que nose haba planteado una ilusin cognitiva anloga a la ilusin visualdel grfico 7.

    Grfico 7ILUSIN DERIVADA DE LA SUSTITUCIN DE ATRIBUTOS

    Fuente: fotografa de Lenore Shoham, 2003.

    (1) El valor observado igual a 0,66 subestima la correlacin real entre las variables de inte-rs debido a la existencia de errores de medida en todas las variables.

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    La prueba ms directa de la sustitucin de atributos la presentaronKahneman y Tversky (1973) en una labor de prediccin categrica. En su

    experimento haba tres grupos experimentales. Los participantes inclui-dos en el grupo nivel base evaluaban las frecuencias relativas de losestudiantes licenciados en nueve categoras de especializacin2. Lasmedias calculadas se situaban en un rango que iba del 20 por ciento enlas Humanidades y las Ciencias de la educacin al 3 por ciento de laBibliotecologa.

    A los otros dos grupos de participantes se les mostr la misma listade reas de especializacin de los licenciados, y la siguiente descripcinimaginaria de un estudiante licenciado.

    Tom W. es muy inteligente, aunque carece de verdadera creativi-dad. Precisa orden y claridad, y sistemas muy cuidados y ordena-dos en los que cada detalle est en su sitio. Su escritura es bas-tante aburrida y mecnica, de vez en cuando animada gracias ajuegos de palabras un tanto cursis y a ramalazos de fantasa enclave de ciencia ficcin. Tiene un fuerte impulso competitivo. Pare-ce que tiene poca sensibilidad y poca simpata respecto al resto dela gente y no disfruta de la interaccin con los dems. A pesar deser egocntrico, tiene un profundo sentido moral.

    Los participantes en un grupo de similitud clasificaron los nuevegrupos de acuerdo con el grado en el Tom W. se parece a un estu-diante licenciado tpico (en ese campo). La descripcin de Tom W. seconstruy de forma deliberada en el sentido de hacerlo ms repre-sentativo de los campos menos poblados, y esta manipulacin dioresultado: la correlacin entre los promedios del ranking de represen-tatividad y del nivel base calculado fue 0,62. Los participantes delgrupo de probabilidad clasificaron los nueve campos de acuerdo conla probabilidad de que Tom W. se hubiera especializado en cada unode ellos. Los encuestados que pertenecan al ultimo grupo eran estu-diantes licenciados en psicologa de las universidades ms importan-tes. Se les dijo que el esbozo de la personalidad hab a sido realizadopor un psiclogo cuando Tom W. haba estado en el instituto, sobre labase de test de personalidad de dudosa validez. Con esta informacinse trataba de desacreditar a dicha descripcin como fuente de infor-macin vlida.

    La lgica estadstica es sencilla. Se le debe dar poco peso a una des-cripcin basada en informacin poco fidedigna y las predicciones realiza-das en ausencia de pruebas vlidas deben revertir al nivel base. Este razo-namiento implica que los juicios de probabilidad deberan estar muy

    (2) Las categorias eran Administracin de empresas; Informtica; Ingeniera; Humanidadesy Ciencias de la educacin; Derecho, Bibliotecologa, Medicina, Ciencias fsicas y de lavida; Ciencias sociales y Trabajo Social.

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    correlacionados con los correspondientes niveles base en el caso del pro-blema de Tom W.

    La psicologa del asunto tambin es sencilla. La similitud existenteentre Tom W. y diversos estereotipos es una valoracin natural muy acce-sible, mientras que los juicios de probabilidad son difciles. Por ello, seespera que los encuestados sustituyan el requerido juicio de probabilidadpor el de similitud (representatividad). Consecuentemente, las dos ins-trucciones el considerar la similitud o la probabilidad deberan provo-car juicios similares.

    En el grfico 8a se presenta la lnea de dispersin de los juiciosmedios de los dos grupos. Como se puede apreciar, la correlacin entrelos juicios de probabilidad y de similitud es casi perfecta (0,98). La corre-

    lacin entre los juicios de probabilidad y el nivel base es 0,63. Los resul-tados concuerdan perfectamente con la hiptesis de sustitucin de atri-butos. Confirman tambin que hay un sesgo de olvido del nivel base enesta labor predictiva. Los resultados son particularmente convincentesdebido a que las respuestas eran clasificaciones. La gran variabilidad delas clasificaciones promedio de ambos atributos indica que las respuestasestn muy consensuadas, y que hay una coincidencia casi total en lavarianza sistemtica.

    Grfico 8DOS PRUEBAS DE LA SUSTITUCIN DE ATRIBUTOS EN UNA

    LABOR DE PREDICCIN

    En el grfico 8b se exponen los resultados de otro estudio del mismotipo, en el que a los encuestados se les facilit la descripcin de una mujerllamada Linda, y una lista de ocho posibles resultados correspondientes a

    sus actividades y su empleo en dicho momento. Los dos puntos principa-les de la lista eran el 6 (Linda es una cajera de banco) y el 8, de tipo con-juntivo, (Linda es una cajera de banco y un miembro activo del movi-

    rango

    media(probabilidad)

    rango

    media(probabilidad)

    rango media (similitud) rango media (similitud)

    (a)Tom W.

    (b)Linda

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    miento feminista). Las otras seis posibilidades eran muy heterogneas yno estaban relacionadas (por ejemplo, maestra, trabajadora social vincu-

    lada a problemas psiquitricos). Como en el problema de Tom W., partede los encuestados clasificaron los ocho resultados en funcin de la simi-litud de Linda respecto a los prototipos de las categoras; el resto clasifi-caron los mismos resultados de acuerdo con la probabilidad.

    Linda tiene 31 aos, est soltera, es muy franca y muy brillante.Se especializ en filosofa. En supoca de estudiante se preocu-p muchsimo de las cuestiones relacionadas con la discrimina-cin y la justicia social y particip tambin en manifestacionesantinucleares.

    Como era de esperar, el 85 por ciento de los encuestados del grupo desimilitud clasificaron al punto de tipo conjuntivo (el 8) en una posicinms elevada que sus constituyentes, indicando que Linda se asemeja msa la imagen de una cajera de banco feminista que a la imagen estereoti-pada de una cajera de banco. Esta ordenacin de los dos puntos es bas-tante razonable en el caso de los juicios de similitud. Sin embargo, esmucho ms problemtico el hecho de que el 89 por ciento de los encues-tados en el grupo de probabilidad situaran tambin a la pregunta de tipoconjuntivo en una posicin ms elevada que sus componentes. Estepatrn de juicios de probabilidad viola la monotonicidad, y ha sido deno-

    minado la falacia de la conjuncin (Tversky y Kahneman, 1983).La observacin de que los sesgos de los juicios son sistemticos se

    admiti rpidamente como un elemento relevante para el debate acercadel supuesto de racionalidad en la economa (vase, por ejemplo, Dia-mond, 1977; Grether, 1978; Kunreuther, 1979; Arrow, 1982). Ha habidotambin algn debate respecto al papel de los sesgos de juicio especfi-cos de los fenmenos econmicos, especialmente en las finanzas (porejemplo, De Bondt y Thaler, 1985; Shiller, 2000; Shleifer, 2000; Rabin,2002). Extensiones recientes del concepto de la heurstica para el campodel afecto pueden ser de especial relevancia para el dilogo entre la psi-cologa y la economa, debido a que ambas descansan sobre el conceptocentral de la preferencia. Como ya se apunt previamente, la valenciaafectiva es una valoracin natural, que se calcula automticamente y queest accesible siempre. Por ello, este atributo evaluativo bsico(bueno/malo, agrada/desagrada, acercar/evitar) es un candidato a sustitu-to en cualquier labor que exija una respuesta favorable o desfavorable.Slovic y sus colegas (vase, por ejemplo, Slovic et al., 2002) lanzaron elconcepto de heurstica de los afectos. Mostraron que el afecto (agradar odesagradar) es el atributo heurstico de numerosos atributos objetivo,incluyendo la evaluacin de los costes y beneficios de diversas tecnolog-as, la concentracin admisible de productos qumicos, e incluso los resul-tados econmicos previstos de diversos sectores. En un artculo tituladoacertadamente Risk as Feelings, Loewenstein et al. (2001) justificaron laproposicin afn de que las creencias acerca de los riesgos son a menudoexpresiones de las emociones.

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    Si atributos objetivo diferentes sufren un fuerte influjo ocasionadopor la misma reaccin afectiva, cabe esperar que la dimensionalidad de

    las decisiones y los juicios acerca de los objetos valorados sea injustifi-cadamente reducida. En efecto, Finucane et al. (2000) observ que los jui-cios de la gente respecto a los costes y beneficios de diferentes tecnolo-gas estn correlacionados negativamente, en particular cuando se reali-zan los juicios con muy poco margen de tiempo. Una tecnologa queresulta agradable se considera que tiene un coste reducido y grandesbeneficios. Es muy probable que estos juicios estn sesgados, habidacuenta de que la correlacin entre los costes y los beneficios es en gene-ral positiva en el mundo de las elecciones reales. En el mismo sentido,Kahneman et al. (1997) presentaron pruebas respecto a que diferentesrespuestas ante los bienes pblicos (por ejemplo, disposicin al pago,ndices de satisfaccin moral por contribuir) arrojan esencialmente clasi-ficaciones intercambiables de un conjunto de cuestiones vinculadas conlas polticas. En este caso, de nuevo, una respuesta afectiva bsica pare-ce ser el factor comn.

    Kahneman et al. (1997) indicaron que las decisiones de la gente amenudo expresan evaluaciones afectivas (actitudes), que no se ajustan ala lgica de las preferencias econmicas. Por ello, para comprender laspreferencias, es posible que tengamos que entender la psicologa de lasemociones. Y no podemos dar por hecho que las preferencias que soncontroladas por las emociones del momento sern coherentes interna-mente, o incluso razonables segn el criterio, ms sereno, del razona-

    miento reflexivo. En otras palabras, las preferencias del Sistema 1 no con-cuerdan necesariamente con las preferencias del Sistema 2. En el aparta-do siguiente se mostrar que algunas elecciones no son losuficientemente sensibles a las variaciones de la cantidad y los costes yse describen mejor como expresiones de una respuesta afectiva quecomo preferencias econmicas.

    6. HEURSTICAS DEL PROTOTIPO

    Los resultados expuestos en el grfico 8 muestran que en los juicios

    que los sujetos efectan respecto de los problemas de Tom W. y Linda sesustituye el atributo objetivo de probabilidad requerido por el ms acce-sible atributo de similitud (representatividad). La finalidad de este aparta-do es incorporar la heurstica de la representatividad dentro de una clasems amplia de heursticas del prototipo, que comparten un mecanismopsicolgico comn la representacin a travs de sus prototipos y unospatrones de sesgos sorprendentemente sistemticos.

    En la muestra de lneas del grfico 3, la longitud media (tpica) de las lne-as era muy accesible, pero lo suma de sus longitudes no. Ambas observa-ciones son bastante generales. Los experimentos psicolgicos clsicos hancomprobado la proposicin siguiente: siempre que miramos o pensamos enun conjunto (grupo, categora) que es lo suficientemente homogneo comopara tener un prototipo, la informacin relacionada con este ltimo es acce-sible automticamente (Posner y Keele, 1968; Rosch y Mervis, 1975). El pro-

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    totipo de un conjunto viene caracterizado por los valores medios de laspropiedades ms notables de sus miembros. La gran accesibilidad de la

    informacin del prototipo realiza una funcin adaptativa importante. Per-mite que los estmulos nuevos sean clasificados eficientemente, mediantela comparacin de sus rasgos con los de los prototipos de la categora3.Por ejemplo, el prototipo almacenado de un conjunto de lneas permitetomar una decisin rpida sobre una nueva Pertenece dicha lnea al con-junto?. No hay una funcin que sea igual de obvia para el clculo autom-tico de las sumas.

    La reducida accesibilidad de las sumas y la elevada accesibilidad delos prototipos acarrean consecuencias importantes en las tareas querequieren juicios sobre conjuntos, tal como ocurre en los ejemplossiguientes:

    (i) prediccin de categoras (por ejemplo, la probabilidad de que lacategora de los cajeros de banco incluya a Linda como un miembro);

    (ii) fijar el precio de una cantidad de bienes privados o pblicos (porejemplo, el valor en dlares para cada persona de evitar que un ciertonmero de aves migratorias se ahoguen en una balsa de petrleo);

    (iii) evaluacin global de una experiencia del pasado que se prolongaen el tiempo (por ejemplo, la aversin general ante un procedimientomdico doloroso);

    (iv) evaluacin del apoyo que le da a una hiptesis una muestra deobservaciones (por ejemplo, la probabilidad de que una muestra de bolasde color haya sido extrada de una determinada urna y no de otra).

    Los objetos de los juicios correspondientes a estas tareas son conjun-tos o categoras, y los atributos objetivo tienen una estructura lgicacomn. Los atributos extensionalesestn regidos por un principio gene-ral de agregacin condicionada, segn el cual cada elemento del conjun-to aporta al valor total una cantidad que depende de los elementos yaincluidos. En los casos ms sencillos, el valor es aditivo: la longitud totaldel conjunto de lneas del grfico 3 es simplemente la suma de sus longi-tudes por separado. En otros casos, cada elemento positivo del conjuntoincrementa el valor agregado, pero la regla de combinacin es no aditiva(normalmente, sub-aditiva)4. Los atributos del prototipo de la categora noson extensionales son promedios, mientras que los atributos extensio-nales son similares a las sumas.

    (3) La informacin acumulada respecto a los ejemplares individuales contribuye tambin ala categorizacin.

    (4) Si la valoracin est relacionada monotnicamente con una escala aditiva (tal como elrecuento subyacente del nmero de pjaros), a la estructura formal se la conoce en la lite-

    ratura de la medicin como una estructura extensiva (Luce et al., 1990, captulo 3).Puede haber tambin atributos que carezcan de una escala aditiva subyacente, en esecaso el rtulo con el que se la denomina en la literatura es el de estructura de concate-nacin positiva (Luce et al., 1990, captulo 19, vol. 3, p. 38).

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    El razonamiento precedente lleva a la hiptesis de que las tareas queexigen la valoracin de variables extensionales sern difciles en trmi-

    nos relativos, y a que se pueden generar respuestas intuitivas para sus-tituir el atributo objetivo extensional por un atributo del prototipo. Lasheursticas de los prototipos incorporan un atributo objetivo que esextensional, y un atributo heurstico que es una caracterstica del proto-tipo de la categora. La heurstica del prototipo se vincula con dos sesgosimportantes, lo cual generaliza el sesgo de representatividad que se plan-te en la seccin precedente:

    (i) Violacin de la monotonicidad. Al aadir elementos a un conjuntose puede reducir el promedio, llevando a que el clculo de la variableobjetivo arroje un resultado menor, en contra de la lgica de las variablesextensionales. La valoracin habitual en el sentido de que es menos pro-bable que Linda sea una cajera que una cajera feminista sirve para ilustrareste sesgo.

    (ii) Olvido de la extensin. Manteniendo las dems cosas igual, unincremento en la extensin de una categora aumentar el valor de losatributos extensionales, pero no modificar los valores de sus atributosprototpicos. El olvido aparente del nivel base de las reas de especiali-zacin en las valoraciones realizadas sobre Tom W. es un ejemplo a esterespecto.

    A continuacin se describen algunos estudios en los que se han exa-minado ambos sesgos en diferentes contextos.

    6.1. Fijacin de los precios de los bienes

    El precio de un conjunto de bienes es una variable extensional. Si elprecio es evaluado sobre la base del atractivo de un elemento prototpicodel conjunto, se predice la violacin de la monotonicidad y el olvido de laextensin.

    Olvido delmbito.- Se ha observado un olvido completo o casi com-pleto de la extension en estudios relacionados con la disposicin a pagarpor los bienes pblicos, en los que dicho efecto se denomina olvido del

    mbito. El ejemplo ms conocido es un estudio de Desvousges et al.(1993) en el que los encuestados indicaban su disposicin a contribuir condinero a la prevencin del hecho de que se ahogaran las aves migratorias.El nmero de pjaros que se salvaran variaba en las diferentes sub-muestras. Se estimaba que las cantidades que estaban dispuestas a pagarlas familias eran 80$, 78$ y 88$, para salvar a 2.000, 20.000, o 200.000pjaros, respectivamente.

    En este caso el atributo objetivo es la disposicin a pagar (WTP eningls), y el atributo heurstico parece ser la emocin asociada a la ima-gen de un pjaro ahogndose en el petrleo, o quizs la imagen de unpjaro al que se salva de ahogarse (Kahneman et al., 1999).

    Frederick y Fischhoff (1998) resumen numerosos casos de dicho olvi-do delmbitocorrespondientes a estudios de la disposicin a pagar por

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    los bienes pblicos. Por ejemplo, Kahneman y Knetsch descubrieron quelos encuestados en Toronto estaban dispuestos a pagar prcticamente lo

    mismo para limpiar los lagos de una pequea zona de Ontario que paralimpiar todos los lagos de dicha provincia (sealado en Kahneman, 1986).El olvido del mbito es un aspecto central a la hora de aplicar el mtodode valoracin contingente (CVM en ingls) a la evaluacin del valor eco-nmico de los bienes pblicos, y se ha debatido intensamente (vase, porejemplo, Carson, 1997). Los defensores de dicho mtodo han dado cuen-ta de experimentos en los que haba cierta sensibilidad ante el mbito,pero incluso en dichos casos tales efectos son mnimos, demasiadopequeos como para adaptarse a la lgica econmica de la fijacin deprecios (Diamond, 1996; Kahneman et al., 1999).

    Violacin de la monotonicidad.-List (2002) da cuenta de un experi-mento que confirma, en el contexto de un mercado real, la violacin dela preponderancia (dominance) que ya haba sealado previamente Hsee(1998) en relacin con una hipottica labor de fijacin de precios. En elexperimento de List, los que comerciaban con cromos de deportes ledaban un valor considerablemente ms elevado a un conjunto de diezcromos denominado sin usar/casi en perfecto estado que a un con-junto en el que se incluan los mismos diez cromos y tres ms descritoscomo en mal estado. En una serie de experimentos seguidos, Alevy etal. (2003) confirmaron tambin que exista una diferencia importante(planteada originalmente por Hsee) entre los precios que la gente pagacuando slo ve uno de los bienes (evaluacin por separado), o cuando

    valora ambos bienes simultneamente (evaluacin conjunta). Los bieneseran similares a los que se haban utilizado en el experimento de List. Laviolacin, predicha, de la preponderancia se observ en la evaluacinpor separado, especialmente en los participantes en el mercado relativa-mente inexpertos. Dichos individuos ofrecan un promedio de 4,05$ porla conjunto de cromos pequeo, y solamente 1,82$ por el ms grande.La violacin de la preponderancia se elimin completamente en la situa-cin correspondiente a la evaluacin conjunta, en la que la oferta por elconjunto pequeo y grande eran en promedio iguales a 2,89$ y 3,32$,respectivamente.

    Alevy et al. (2003) observaron que el Sistema 1 parece que controla lasrespuestas en la evaluacin por separado, mientras que el Sistema 2 seajusta a la norma preponderante cuando tiene ocasin de hacerlo. Comofruto de la experiencia obtenida en el mercado, se observaba un determi-nado efecto, tanto en este estudio como en el de List (2002): en las ofer-tas de los vendedores muy experimentados se observaba tambin que seviolaba la monotonicidad en la evaluacin por separado, pero el efectoera mucho ms pequeo.

    6.2. Evaluacin de episodios prolongados

    La utilidad global de una experiencia que se prolonga a lo largo del

    tiempo es un atributo extensional (Kahneman, 1994, 2000a, b; Kahnemanet al., 1997), y la duracin de la experiencia es una medida de su exten-sin. El atributo prototipo correspondiente es la utilidad experimentada

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    que se asocia con un momento representativo del episodio. Tal como sepredice de acuerdo con la sustitucin de atributos, las evaluaciones glo-

    bales del episodio muestran tanto olvido de la duracin como violacinde la monotonicidad.

    Olvido de la duracin. En un estudio descrito por Redelmeier y Kahne-man (1996), los pacientes a los que se les hicieron colonoscopias informa-ron sobre la intensidad del dolor cada 60 segundos durante la prueba(vase grfico 9), y posteriormente realizaron una evaluacin global deldolor que haban padecido. La correlacin entre la evaluacin global y laduracin de la prueba (que iba desde los 4 hasta los 66 minutos en dichoestudio) era 0,03. Por otra parte, las evaluaciones globales estaban corre-lacionadas (r = 0,67) con un promedio del dolor registrado en dos instan-tes: cuando el dolor estaba en su nivel mximo, y exactamente antes deque finalizara la prueba. Por ejemplo, el paciente A del grfico 9 realiz unaevaluacin ms negativa de la prueba que la facilitada por el paciente B. Elmismo patrn de olvido de la duraciny evaluaciones mximo/final hasido encontrado en otros estudios (Fredrickson y Kahneman, 1993; paraun anlisis, vase Kahneman, 2000a). Estos resultados concuerdan con lahiptesis de que el episodio prolongado (que se puede considerar comoun conjunto ordenado de momentos) se representa en la memoria enforma de un momento caracterstico de la experiencia.

    Grfico 9INTENSIDAD DEL DOLOR SEGN DOS PACIENTES

    SOMETIDOS A UNA COLONOSCOPIA

    Violacin de la preponderancia. Se realiz un experimento clnico ale-atorio tras el estudio de la colonoscopia descrito previamente. A la mitadde los pacientes no se les quit el aparato inmediatamente, una vez quefinaliz la exploracin clnica. En vez de ello, el mdico esper cerca de un

    minuto, sin mover el aparato. Durante el periodo extra la experiencia fuedesagradable, pero el procedimiento utilizado garantizaba que la colo-noscopia nunca terminara con un dolor severo. Los pacientes realizaron

    intensidaddeldolor

    intensidaddeldolor

    Tiempo (minutos) Tiempo (minutos)

    Paciente A Paciente B

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    una evaluacin global considerablemente ms favorable en estas condi-ciones experimentales que en las condiciones de control (Redelmeier et

    al., 2003).

    Se ha confirmado tambin la violacin de la preponderancia a la horade elegir. Kahneman et al. (1993) expusieron a los participantes a dospruebas relacionadas con la presin del fro, una con cada mano: un epi-sodio corto (inmersin de una mano durante 60 segundos en agua queestaba a 14C), y un episodio largo (el corto ms otros 30 segundosdurante los cuales el agua se fue calentando gradualmente hasta los15C). Cuando se les pregunt posteriormente cul de las dos experien-cias preferiran repetir, una mayora considerable eligi la prueba larga.La regla de evaluacin mximo/final que se describi previamente predi-ce este patrn en lo que respecta a la eleccin. Se encontraron violacio-nes de la preponderancia similares con sonidos desagradables de volu-men y duracin variables (Schreiber y Kahneman, 2000). Estas violacio-nes de la preponderancia indican que las elecciones entre experienciasconocidas se realizan mediante un proceso intuitivo basado en elegir pormedio del gusto Los episodios prolongados se representan en la memo-ria a travs de un momento caracterstico y el que el episodio sea atrac-tivo o que genere rechazo es algo que viene determinado por la utilidadrecordada de ese momento (Kahneman, 1994). Cuando se va a realizaruna eleccin, se elige la alternativa que se asocia con la utilidad recorda-da ms elevada (que gusta ms). Este modo de elegir es probable quelleve a elecciones en las que no se maximice la utilidad que se experi-

    mentar realmente (Kahneman et al., 1997).

    6.3. Otras heursticas del prototipo

    El patrn de resultados observados en diversos estudios de las heu-rsticas del prototipo lleva a la necesidad de una interpretacin unificada,y plantea un desafo importante a aquellos tratamientos que se centransolamente en un campo. Diversos autores han planteado interpretacionesalternativas del olvido del nivel base (Cosmides y Tooby, 1996; Koehler,1996), de la falta de sensibilidad ante el mbito en WTP (Kopp, 1992), y delolvido de la duracin (Ariely y Loewenstein, 2000). En general, sin embar-

    go, estas interpretaciones son especficas de tareas concretas, y no sepueden transferir a los casos de olvido de la extensin en las dems tare-as que han sido consideradas. Frente a ello, la explicacin que aquse haofrecido (y que se desarrolla con un mayor detalle en Kahneman y Frede-rick, 2002) se puede aplicar de la misma manera a las diversas tareas querequieren una valoracin de un atributo objetivo extensional.

    Los casos que se han considerado son slo ilustraciones, no una listaexhaustiva de heursticas del prototipo. Por ejemplo, el mismo tipo depensamiento no extensional explica por qu el calculo medio del nmeroanual de asesinatos en Detroit es el doble que el clculo del nmero deasesinatos en Michigan (Kahneman y Frederick, 2002). Explica tambinpor qu los analistas profesionales le asignan una mayor probabilidad aun terremoto en California que ocasiona una inundacin en la que seahogarn ms de1.000 personas que a una inundacin en alguna parte

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    de Estados Unidos en la que se ahogarn ms de 1.000 personas(Tversky y Kahneman, 1983).

    Como muestran estos ejemplos, no est garantizada la defensa contrala violacin de la monotonicidad. Cmo podra un analista del futuro queasigna una probabilidad a una inundacin mortfera garantizar (en tiem-po finito) que no hay un subconjunto de ese acontecimiento que apare-cera incluso con una mayor probabilidad?. Dicho en trminos ms gene-rales, los resultados resumidos en este apartado indican que hay una pro-funda incompatibilidad entre las capacidades y las reglas operativas delas elecciones y los juicios intuitivos y los estndares normativos respec-to a las creencias y las preferencias. La lgica de la creencia y de la elec-cin requiere una evaluacin precisa de variables extensionales. En com-paracin, el pensamiento intuitivo funciona mediante ejemplos o prototi-pos que tienen la dimensionalidad de los ejemplos individuales y carecende la dimensin relacionada con la extensin.

    7. LOS LMITES DEL PENSAMIENTO INTUITIVO

    Los juicios que la gente expresa, las acciones que realiza y los erroresque comete dependen de las funciones de control y de rectificacin delSistema 2, asi como de las impresiones y tendencias generadas por el Sis-tema 1. En este apartado se resume una seleccin de conclusiones e ideas

    acerca del funcionamiento del Sistema 2. En Kahneman y Frederick (2002)y Kahneman (2003b) se ofrece un tratamiento ms detallado.

    Los juicios y las elecciones son normalmente intuitivos, cualificados,no problemticos y razonablemente satisfactorios (Klein, 1998). El predo-minio de los efectos marco, y otros indicios de tratamiento superficialtales como el problema del bate y la bola, indican que la mayora de lagente no piensa muy detenidamente y que el Sistema 2 controla las valo-raciones de una forma muy ligera. En algunos casos, sin embargo, elseguimiento que realiza el Sistema 2 descubrir un error potencial, y serealizar un esfuerzo para corregirlo. El asunto de este apartado se puedeformular en terminos de accesibilidad: Cundo nos vienen a la mente

    dudas acerca de nuestros juicios intuitivos?. La respuesta, como ocurrehabitualmente en la psicologa, se plantea en forma de una lista de facto-res relevantes.

    La investigacin ha comprobado que la capacidad para evitar los erro-res del juicio intuitivo se reduce por las presiones respecto al tiempo(Finucane et al., 2000), por la participacin simultnea en una tarea cog-nitiva diferente (Gilbert, 1989, 1991, 2002), por la realizacin de la tarea enla tarde en el caso de gente alondra y en la maana en el caso delgente lechuza (Bodenhausen, 1990) y, sorprendentemente, por estar debuen humor (Isen et al., 1988; Bless et al., 1996). A la inversa, las presta-ciones del Sistema 2 estn correlacionadas positivamente con la inteli-gencia (Stanovich y West, 2002), con el rasgo que los psiclogos handenominado necesidad del conocimiento (que en lneas generales es sila gente considera que pensar es algo divertido) (Shafir y LeBoeuf, 2002),

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    y con la exposicin al pensamiento estadstico (Nisbett et al., 1983; Agno-li y Krantz, 1989; Agnoli, 1991).

    El tema de las condiciones precisas bajo las cuales es ms probable quese eviten los errores de la intuicin tiene inters metodolgico para los psi-clogos, debido a que cuando se considera este factor se resuelven algunascontroversias de la literatura de las ilusiones cognitivas (vase Kahneman yFrederick, 2002; Kahneman, 2003b). Una de estas cuestiones metodolgicastiene adems un considerable inters sustantivo: se trata de la distincinentre la evaluacin por separado y la evaluacin conjunta (Hsee, 1996).

    Por ejemplo, en el caso de la evaluacin por separado del estudio deList de las violaciones de la preponderancia, grupos diferentes de opera-dores pujan por dos conjuntos de cromos de bisbol; en la evaluacinconjunta cada operador evaluaba ambos conjuntos al mismo tiempo. Losresultados fueron radicalmente diferentes. La violacin de la monotonici-dad, que era muy clara en la comparacin entre grupos, se elimin en elcaso de la evaluacin conjunta. Los participantes en esta ltima se dieroncuenta claramente de que uno de los conjuntos de bienes inclua el otro,y que consecuentemente vala ms. Una vez que descubrieron la relacinde preponderancia, los participantes limitaron sus ofertas para seguir laregla. En estas decisiones acta como mediador el Sistema 2. As, parecehaber dos modos de eleccin diferentes: la eleccin de acuerdo con elgusto selecciona la opcin ms atractiva; la eleccin de acuerdo conreglas se somete a una limitacin explcita.

    La teora prospectiva plantea la misma distincin entre los modos deeleccin (Kahneman y Tversky, 1979). El proceso normal corresponde a laeleccin de acuerdo con el gusto: el que toma decisiones evala cada unade las apuestas del conjunto de eleccin, y posteriormente selecciona laque tiene mayor valor. En la teora prospectiva, este modo de eleccinpuede llevar a que se seleccione una opcin dominada.5 Sin embargo, lateora considera tambin la posibilidad de elegir mediante reglas: si unade las opciones domina claramente sobre la otra, el que toma las decisio-nes seleccionar la opcin dominante sin ms evaluacin. Para contrastareste modelo, Tversky y Kahneman (1986) montaron un par de apuestasque cumplan tres criterios: (i) la apuesta A dominaba a la apuesta B; (ii)

    el valor, segn la teora prospectiva, de B era mayor que el de A; (iii) lasapuestas eran complejas, y la relacin de preponderancia slo quedabaclara tras la agrupacin de los resultados. De acuerdo con lo esperadocomo consecuencia de otros resultados del efecto marco, la mayora delos pa