aron, lector de clausewitz
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Revista de Instituciones, Ideas y Mercados N 55 | Octubre 2011 | pp. 39-70 | ISSN 1852-5970
ARON, LECTOR DE CLAUSEWITZ*
Pablo Antonio Anzaldi **
Resumen: Este artculo analiza la teora poltica de Raymond Aron desarro-
llada a lo largo de tres dcadas, en la cual poltica, guerra y tecnologa se
analizan y fundamentan en una rigurosa y original interpretacin de los
escritos de Clausewitz. Se seala aqu que el Clausewitz de Aron construy
los cimientos de una teora poltica integral.
Abstract: This paper examines Raymond Arons political theory, construed
along three decades, in which politics, war and technology are analyzed and
based in a rigorous and original interpretation of Clausewitz writings. It points
out that Arons Clausewitz set a rationale for an integral political theory.
Raymond Aron fue uno de los pensadores ms consistentes y multifacticos
del siglo XX. Se cuenta entre los pocos o muy pocos que resistieron con natural
lucidez el encandilamiento que las tendencias pasajeras ejercieron sobre tantos
intelectuales franceses en su tiempo. La presin del ambiente pudo serle til
como acicate para la investigacin serena y concluyente, pero nunca fue arras-
trado por otra marea que la que emerga de su especial talento. Hay en su
pensamiento una particular moderacin poltica que resulta de la combinacinentre el dominio de la teora y la fina percepcin de las realidades.1
Como intrprete, Aron es invariablemente confiable porque dijo o escribi
algo siempre valioso sobre muchos de los grandes pensadores polticos de
* El presente artculo est basado en la tesis de Maestra La teora de las relaciones Inter-
nacionales de Raymond Aron: fundamento y desarrollo (PUC, 2007).
** Magster en Ciencia Poltica (Pontificia Universidad Catlica de Chile). Magster en
Defensa Nacional (Escuela de Defensa Nacional ). Posgrado en Ciencia Poltica y
Sociologa (FLACSO). Candidato a Doctor en Ciencias Polticas (UCA). Correo elec-
trnico: [email protected]
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Occidente. La obra de Carl von Clausewitz ha sido objeto privilegiado de
la consideracin aroniana y su hermenutica se consagra en clave racio-
nalista como la ms importante. Las sucesivas aproximaciones a Clausewitz
configuran distintos momentos de un pensamiento sobre la historia viviente
a escala planetaria.
Nuestra estrategia investigativa interpreta al pensamiento aroniano como
un proceso de desarrollo en el que pueden establecerse tres fases o momentos,
determinados por tres respectivos modos de conceptuar la relacin entre la
poltica, la guerra y la tcnica.2 Las distintas presentaciones de su trayectoria
intelectual aparecen como un progresivo ahondamiento en el crculo virtuosoentre la teora clausewitziana y la realidad poltica del mundo. El primer
momento los aos 50 se fundamenta en la tesis de la primaca de la
tcnica sobre la guerray de sta sobre la poltica. El segundo momento, corres-
pondiente a la publicacin de Paz y guerra entre las naciones, en 1962, se
focaliza en la construccin de una teora crtica de las Relaciones Internacionales,
y expresa una concepcin de transicin, en la que destaca una fuerte pero
provisoria interpretacin de Clausewitz. El tercer momento, correspondientea la publicacin de Pensar la guerra. Clausewitz, en 1976, despliega la tesis
de la primaca de la poltica sobre la guerra y la tcnica, y se fundamenta en
una interpretacin racionalista del pensamiento del autor alemn.
Este artculo busca explorar la unidad esencial de todos estos momentos
en el pensamiento de Aron, y ofrecer un fragmento preliminar para el estudio
de lo que Aron escribi sobre Clausewitz. Sugerimos que en Pensar la guerra
Aron alcanza la ms alta comprensin del pensamiento de Clausewitz,pues lo desliga del lenguaje de las Relaciones Internacionales y lo reconstruye
afrontando la poltica, la guerra y la paz como dimensiones existenciales
de la historia. De ese modo, Clausewitz recobra esplendor expresivo y
potencia analtica para clarificar los procesos contemporneos.
La meditacin sobre Clausewitz nos acerca al movimiento inagotable
de la historia porque representa algo ms significativo que lo que ofrece el
panorama de las teoras generales de las Relaciones Internacionales (Arenal
Moya, 1994; Hoffmann, 1991). Aron era ajeno a las ilusiones utopistas de
la paz y a las ilusiones militaristas de la guerra. Tampoco condescenda
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con las posturas afectadas del realismo clsico, como el reduccionismo a
los intereses nacionales y la poltica de poder. Cuando Hitler decidi
la operacin Barbarroja, estaba respondiendo al inters nacional? Cuando
Stalin despus de una depresin ocasional decidi arrasar los campos para
resistir en la profundidad del territorio ruso, responda a los imperativos
de la poltica de poder? Para Aron la poltica no slo implica clculo
sino tambin pasiones, ideales, fines, odios. Si la tendencia a refugiarse en
una hiptesis terica hasta el punto de hacer irreconocible la realidad es un
peligro que trat de evitar, no es porque restase importancia a las ideas
sino ms bien lo contrario: Aron pensaba que la realidad poltica funcionabaen consonancia con las ideas. Nunca solt amarras con la historia poltica,
en tanto le proporcionaba los materiales de la realidad; ni circunscribi su
meditacin a una nica tesis fuerte (en rigor una hiptesis), para as captar
las ideas que operaban en la realidad.
Aron fue un liberal ilustrado, algo usual en el siglo XIX pero un tanto
extrao hoy da. Al poner su simpata del lado del ideal nos ensea que el
ideal debe conciliarse con situaciones histricas, polticas y sociales. Lasociedad liberal es profundamente pacifista y rodea a las personas con toda
clase de ilusiones, preocupaciones menores y satisfacciones. Aron es un
liberal que remueve los espejismos generados en el movimiento espontneo
de la sociedad liberal y presenta una imagen de la vida en la que hombres
serios luchan entre s por fines serios. Pensar sobre la guerra es un esfuerzo
penoso que requiere pericia e imaginacin, porque es difcil entender por
qu los hombres se matan. Aron y Clausewitz nos ensean a tomarnos enserio la guerra, entre otras cosas, porque para ellos la guerra es una de las
posibilidades de la poltica y sta es el destino de la vida del hombre sobre
la tierra.
Los aos 50 y 60
En Un siglo de guerra total (Aron, 1973), publicado originalmente en
1951, la guerra y la poltica emergen como fenmenos independientes y en
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tensin. La guerra es jerrquicamente superior en el orden de determinacin
del proceso histrico:
Las guerras son esencialmente impronosticables. Pero las guerras del siglo
XX lo son mucho ms que las del pasado. Las mismas situaciones que
preparan una guerra moderna se destruyen al nacer. Es la batalla en y por
s, y no el origen del conflicto o del tratado de paz, lo que constituye el
hecho importante y produce las consecuencias de mayor alcance (Aron,
1973: 14).
La guerra invierte la relacin de efecto de determinadas condiciones
cobrando entidad independiente. La batalla es el factor autnomo en el
proceso mismo de la guerra. La tesis de la primaca de la tcnica avala la
independencia y superioridad de la batalla sobre la poltica. El mismo
Aron escribir sobre esas pginas, aos despus, que el tema de la tecni-
ficacin del mundo pertenece tanto a Saint Simon y a Marx como a Spengler
y Heidegger. Lo que se discuta inmediatamente despus de la guerra y sesigue discutiendo todava hoy es el porvenir que trae consigo la revolucin
tcnica, el destino que reserva a Occidente (Aron, 1985:288). Su afirmacin
de que la fuerza motriz de la evolucin de aqul tiempo era tcnica recapitula
la lnea de pensamiento que destaca la gravitacin de la tcnica y su peligro.
El mbito de los medios se mueve por s mismo, independiente de los orgenes
y fines. La guerra es polticamente inmanejable. La sorpresa tcnica
destroz los lmites diplomticos y las consideraciones polticas, los finesse tornaron ilimitados, la guerra impuso su lgica destructiva a la poltica,
desenvolvindose como guerra a muerte. La capacidad destructiva de la
guerra determin la prdida de influencia de los diplomticos y la disolucin
de la tradicin diplomtica de los Estados europeos. La guerra aparece como
una realidad autnoma, como guerra total, una guerra a ultranza. El
dinamismo de la guerra total impone sus propios objetivos, polticamente
dislocados. De principio a fin, la dinmica de la guerra total arrastra a los
actores hacia la destruccin. La exigencia de rendicin incondicional a
Alemania en la Primera Guerra Mundial emerge como un epifenmeno de
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la guerra total y no como una poltica seleccionada entre otras posibles (Aron,
1973). La guerra se apoya en la tcnica. La tcnica es infundada, real por
s misma y arco ltimo que ajusta al conjunto.
En esta primera fase, el pensamiento aroniano describe una sucesin abi-
garrada de fenmenos empricos. Se trata, pues, de una fase pre-clausewitziana
en relacin a la evolucin posterior de su pensamiento que resaltaremos en
los prximos prrafos.
En 1962 la publicacin de Paz y guerra entre las naciones (en adelante
Paz y guerra) marca un hito en la produccin terica aroniana y en la historia
de la disciplina de las Relaciones Internacionales. Las fuentes tericas delvoluminoso texto adquieren una dimensin en cierto sentido inabarcable,
ya que implican una muy amplia produccin terica, que incluye conceptos
y anlisis provenientes de varias ciencias humanas. El esfuerzo aroniano
de ordenacin conceptual se motiva en el objetivo de escribir un libro que
adquiera la vigencia de un clsico. Aron recupera la idea segn la cual las
grandes crisis son aclaradas en los grandes libros, como La repblica de
Platn,La poltica de Aristteles, El Leviathn de Hobbes y el Tratadopoltico de Spinoza; as como en Locke, Montesquieu y Rousseau, que escri-
bieron en el perodo comprendido entre la revolucin inglesa y la francesa
(Aron, 1963:19). Las crisis de la ciudad antigua y de la cristiandad europea,
las revoluciones inglesa y francesa, se beneficiaron con grandes intrpretes
que se inscriben en la tradicin del pensamiento occidental. La evocacin
de las grandes crisis del pasado y sus filsofos muestra la autoconciencia
aroniana de la relacin entre la bipolaridad sovitico-norteamericana y supropio pensamiento.
La tarea crtica de rescate del pensamiento de Clausewitz se inicia en
Paz y guerra. Clausewitz proporciona la base sobre la que Aron edifica la
teora. La primera parte del libro denominada Teora, conceptos y sistemas
integra conceptos de distintos registros tericos: una cierta interpretacin
del pensamiento de Clausewitz, combinada con figuras inspiradas en el con-
ductismo y la teora de sistemas. Aron construye una sntesis terica con
elementos de diversa procedencia sometidos a examen crtico lo que cons-
tituye una novedad en la disciplina de las Relaciones Internacionales. A
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pesar de la variedad de autores trabajados y perspectivas examinadas, Paz
y guerra encuentra en Clausewitz el ncleo de la teora de las Relaciones
Internacionales. Pero el pensamiento del autor alemn ha sido desigualmente
interpretado. Por ello Aron distingue conceptos fundamentales como guerra
absoluta y guerra real, y relaciona la teora de Clausewitz con una idea de
lo poltico como fenmeno problemtico y conflictivo. En funcin de ello,
examina dos fuentes de hostilidad: la posicin geopoltica y la diferencia
ideolgica, que se imbrican en la circunstancia poltica, particularmente en
la enemistad norteamericano-sovitica:
Los dos son enemigos aunque se asemejen porque la presencia de uno de
ellos trae consigo la eliminacin del otro (una vez ms dejando aparte el
caso de los neutrales). Casi no importa saber si los representantes de uno u
otro campo hacen la misma cosa (no la hacen); basta con que se persigan
unos a otros para que la hostilidad sea inevitable (Aron, 1963:640).
La imposibilidad de la formacin de una voluntad general originada enlas voluntades particulares de los Estados patentiza la contradiccin funda-
mental entre la Organizacin de Naciones Unidas y el idealismo wilsoniano
que la inspira, por un lado, y los Estados nacionales fundados en el principio
de soberana y decisin sin juez ni ley superior, por otro. En la enemistad
norteamericano-sovitica, en cambio, la estatalidad se presenta mediatizada
por la lucha revolucionaria mundial, impulsada desde los Estados revolu-
cionarios. Aron lleva el razonamiento hasta la hiptesis de construccin deuna federacin planetaria que deje atrs la era de la estatalidad, y organice
a la Humanidad entera bajo una nica institucionalidad. En una situacin
imaginaria de ese tipo cuyas condiciones de posibilidad son tan difciles
que dependen del azar postula la continuidad de la lgica de la enemistad:
Puede concebirse una sociedad humana sin enemigos? () no es equivocado
decir que el orden poltico es inseparable de las hostilidades () por debajo
de un Estado planetario, los grupos no viviran en paz si, como las conciencias
segn Hegel, cada uno quiere la muerte del otro (Aron, 1963: 877).
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La tesis de la conflictividad esencial de lo poltico recuerda al ascenso de
la experiencia de la conciencia desde la certeza sensible hasta el saber absoluto
en la Fenomenologa del espritu, el esplendente libro de Hegel que Aron
estudi en el seminario de Alexandre Kojve. (Por otra parte, Aron presenta
una proximidad evidente con la distincin de lo poltico como amigo-enemigo
que expuso Carl Schmitt con diversos fundamentos: antropolgico (Schmitt,
1984), jurdico internacionalista (Schmitt, 1979) y teolgico (Schmitt, 1985).
No hay espacio aqu para ahondar en esta proximidad). Sin embargo, la impronta
racional de Aron lo mantuvo apartado de toda escatologa, atenindose ms
bien a la prudencia como conocimiento de la circunstancia poltica.
La reconstruccin del pensamiento de Clausewitz
Cundo ley Aron por primera vez a Clausewitz? Las respuestas aportadas
por Aron son contradictorias:
Le por primera vez la obra maestra de Clausewitz hace unos veinte aos,
hacia 1955, cuando se public la traduccin francesa de la seora Naville,
en tanto reflexionaba sobre las consecuencias politicoestratgicas de los
armamentos nucleares. En la era atmica, la subordinacin de los jefes
militares a los jefes del Estado o del gobierno adquieren un carcter de evi-
dencia y necesidad (Aron,1989:4).
Esa primera lectura es cuatro aos posterior a la publicacin de Un
siglo de guerra total en 1951, afirmacin que se contradice con el comentario
que el mismo Aron hiciera en otra oportunidad, respecto de su colaboracin
en la revista de asuntos blicos Combate de la Francia Libre, editada desde
Inglaterra durante la Segunda Guerra:
Era la segunda vez que entraba en contacto, esta vez por su intermedio, con
el pensamiento de Clausewitz. La primera vez fue durante mi permanencia
en Alemania antes de la guerra (Aron, 1984:74).
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Como nuestro trabajo no es biogrfico, sino terico poltico, las diferencias
en los relatos revisten una importancia anecdtica. En cualquier caso el
pasaje de la construccin terica de Un siglo a Paz y guerra, y de sta a
Pensar la guerra, constituye un camino de esclarecimiento y asimilacin
de la teora clausewitziana. Si bien Aron aborda en las dos ltimas el problema
terico e histrico de la poltica y la guerra, sugerimos que la teora de la
poltica mundial puede buscarse ms provechosamente en Pensar la guerra
que en Paz y guerra, pues el ncleo terico clausewitziano de la primera
alcanza una coherencia y altura sorprendentes, y despeja la extensin mul-
tidisciplinaria de la segunda.Una de las diferencias fundamentales entre ambas obras se manifiesta
en el pasaje de una concepcin instrumental de la guerra a una concepcin
poltica existencial, la totalidad poltica, que es el esquema superior que
encuadra la condicin instrumental y construye conocimiento mediante sn-
tesis conceptuales. En Paz y guerra, la paz y la guerra se presentan como
funciones del diplomtico y del soldado, lo que remite a la concepcin webe-
riana del poltico como profesin (Weber, 1997: 1062-1106) y tambin alconductismo. En Pensar la guerra, en cambio, Aron reconstruye el pensa-
miento de Clausewitz enDe la guerra como teora dialctica concreta de
la poltica, y devuelve la imagen de un pensador radicalmente distinto al
que Liddell Hart llam el Mahdi de las masas (1933:119).
El concepto de totalidad poltica
Aron nos recuerda que Clausewitz no concluy el Tratado, como llama
al libroDe la guerra (Vom Kriege) que el autor alemn tena en preparacin
(Aron, 1989:75-6).3 Comenzado en 1816, deba revisarse a partir de la
Nota final y laAdvertencia de 1827 y modificarse en su conjunto, si bien
slo el captulo primero del libro primero puede considerarse terminado.
Al no haberla completado Clausewitz, la revisin es una cuestin abierta
y conjetural. Por cierto, las variaciones bosquejadas y el captulo men-
cionado despliegan herramientas, principios y conceptos para la reinter-
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pretacin y comprensin mediante una lectura activa, tan imperiosa como
difcil.
Aron se embarca en dicha tarea y emancipa a la obra de las condiciones
tcnico-militares de la poca que abundan en las partes tcticas y operacionales.
En este sentido, rescata el concepto de totalidad poltica como uno de los
ncleos teoricos fuertes del libro. La interpretacin aroniana es un anlisis y
reconstruccin expositiva del pensamiento de Clausewitz sobre la poltica
como totalidad moviente por la tensin dialctica entre paz y guerra.
Aron encuentra dos sentidos del tmino poltica en Clausewitz:politics
o situacin poltica, ypolicy o lnea poltica/plan poltico del jefe de Estado(inteligencia del Estado personificado). La guerra es parte del intercambio
poltico en el primer sentido. La poltica, como situacin o accin, puede
ser una de paz o guerra. As:
Clausewitz pasa del condicionamiento de la guerra por la poltica a la idea
decisiva de la accin poltica por las armas, punto de vista superior que funda
la unidad del concepto de guerra pese a la diversidad de guerras y la dualidadde las especies. No es la concepcin inicial de la guerra absoluta lo que
permite subsumir en un solo concepto la diversidad histrica de las guerras
sino la naturaleza intrnsecamente poltica de la accin blica. Ya el Mariscal
de Sajonia evite a menudo la batalla o Napolen la busque siempre, la guerra
sigue siendo guerra porque, en uno y otro caso, los Estados actan polti-
camente por la violencia, sean cuales fueren las modalidades de esta ltima
(Aron, 1989:105).
La unidad de composicin extrnseca de las profesiones en la que el
diplomtico es agente de negociacin y el soldado agente de guerra es
relevada en Pensar la guerra por una totalidad orgnico-estructural concreta,
la totalidad poltica, en la que la paz y la guerra aparecen como posibilidades
y situaciones de la que emergen los instrumentos. La interpretacin de
Aron descubre en Clausewitz una teora de la poltica integral, que anticipa
y crea las condiciones para el desarrollo que cobrara en el Siglo XX en
autores como Carl Schmitt y el mismo Aron:
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Ya no se trata de oponer las guerras donde interviene mucho la poltica a
aqullas que no parecen politizadas. Se trata de reconocer dos proposiciones
fundamentales: las guerras moderadas a la manera dieciochesca o las guerras
de estilo napolenico son igualmente polticas; unas y otras expresan, en su
diversidad, la diversidad del comercio entre los Estados segn las pocas.
Las guerras a muerte, de estilo napolenico, parecen pura guerra, mientras
que las del Rococ son ante todo polticas. Pero unas no son menos polticas
que otras (Aron, 1987:333).
La guerra y la paz son posibilidades fundamentales de la poltica. Estedescubrimiento aroniano est decisivamente determinado por Clausewitz,
para quien en su punto de vista ms elevado, el arte de la guerra se transforma
en poltica, pero, por supuesto, en una poltica que libra batallas en lugar
de escribir notas diplomticas (Clausewitz, 1960: 568). Punto de vista
ms elevado, el de la totalidad que Aron rescata al afirmar que la poltica
se vale de caones o de notas; recurre a la violencia tanto como a la palabra
(1989:333). En correspondencia con ello, la representacin de la totalidadimplica que la poltica posee prioridad ontolgica y formal sobre las funciones
del diplomtico y del soldado.
El jefe poltico-estatal es la inteligencia del Estado personificado: opera
sobre la totalidad poltica, en la paz y en la guerra. El jefe militar tambin
es poltico, pero concentra su actividad en una parte de la poltica, la que
intercambia disparos. Como la parte al todo, el jefe militar se subordina al
jefe poltico. La distincin de niveles en la totalidad poltica permite ordenarlas definiciones: la poltica es la inteligencia del Estado personificado, la
estrategia es la combinacin y explotacin del resultado de las batallas, y
la tctica es la conduccin de la fuerza militar en la batalla. En caso de
reunirse las capacidades diplomticas y militares en una nica persona, sea
civil o militar, ser, objetivamente, poltica.
La comunidad de pensamiento de Clausewitz y Aron resulta ostensible:
La identidad de naturaleza entre el acto blico y el acto poltico plantea dos
proposiciones mayores: la poltica-objeto determina la guerra y los caracteres
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que ella presenta; la poltica-sujeto la conduce con miras a los fines que
sugiere o impone la poltica-objeto; el instrumento militar, como cualquier
otro instrumento, debe ser manipulado de acuerdo con su naturaleza y sus
leyes, pero el instrumento se somete a la voluntad de quien lo manipula. El
acto de fuerza sigue siendo intrnsecamente un acto poltico, un elemento
de la dialctica de las voluntades enfrentadas (Aron, 1987:178).
El sistema conceptual
Para Aron, Clausewitz plantea la relacin entre teora y prctica, en tanto
anlisis abstracto y observacin, filosofa y experiencia, no deben despre-
ciarse ni excluirse recprocamente: cada trmino es garanta del otro
(1989:74). Clausewitz se aproxima al dualismo filosfico kantiano, aunque
las dificultades de preservar la tensin entre los esquemas trascendentales
y los fenmenos de la experiencia lo inclinan hacia sta, en sentido inverso
a la precipitacin idealista de la filosofa alemana post-kantiana:
El autor jams se apart de las exigencias del rigor filosfico, pero cuando
el hilo de ste ltimo se volvi demasiado delgado, el autor prefiri romperlo
y atenerse a los fenmenos correspondientes de la experiencia (1989:74).
Manejando la teora y preservando la referencia emprica, Aron recons-
truye el sistema conceptual del autor alemn y constata que las definicionesde la guerra parecen divergentes, ya que:
() una definicin de la guerra en dos trminos, la guerra es un acto de
violencia destinado a constreir al adversario a ejecutar nuestra voluntad
(I,1,2) a una definicin en tres trminos: Extraa trinidad compuesta por
la violencia original de su elemento, que es necesario considerar como
una pulsin natural ciega, por el juego de la probabilidad y el azar, que la
transforma en una libre actividad del alma, y por la naturaleza subordinada
de un instrumento poltico, mediante el cual retorna al puro entendimiento
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(i, 1, 28). En cada una de estas etapas del camino que conduce de la definicin
original a la definicin trinitaria, nuevos conceptos clave enriquecen el an-
lisis (Op. Cit., p.82).
En el punto de partida, Aron explica la diferencia entre la definicin
monista y la trinitaria, dilucidando los conceptos de guerra absoluta y guerra
real. En el pasaje de uno a otro se desplegar un sistema conceptual cuya
comprensin es la clave de acceso a la teora clausewitziana y, en sentido
contrario, su desconocimiento es la fuente de los malentendidos. El pasaje
de lo ms simple y abstracto a lo ms concreto y rico en determinacionesmediante adiciones y variaciones es un modo filosfico que Aron denomina
mtodo de la modificacin. En funcin de esto, seala que:
() las proposiciones verdaderas en esta etapa inicial del anlisis, en el nivel
conceptual, no tienen validez definitiva. Se aplican a la guerra en s, aislada
de sus orgenes y sus fines, no a la guerra real, pero Clausewitz quiere demos-
trar precisamente que no se puede ni se debe separar una guerra real de susorgenes y fines (Aron, 1989: 83).
En su breve introduccin Clausewitz explica el pasaje de los conceptos
puros (simples) a los conceptos sintticos (complejos), en los que articula
el juego de la diferencia entre los conceptos de guerra absoluta y guerra real:
Nos proponemos considerar, en primer lugar, los diversos elementos de
nuestro tema; luego sus distintas partes o divisiones y finalmente el todo en
su ltima conexin. Procederemos, de este modo, de lo simple a lo complejo.
Pero en esta cuestin, ms que en alguna otra, es necesario comenzar por
referirse a la naturaleza del todo, ya que en esto la parte y el todo deben ser
considerados simultneamente (Clausewitz, 1960:9).
El primer momento establece la analoga entre la guerra y el duelo.
Aron se detiene en la frase que afirma que no hay violencia moral fuera
del concepto del Estado y de la ley. Subraya tres conceptos en la definicin
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monista: violencia, objetivo y fin. Para Clausewitz, la violencia moral slo
es concebible en el interior de los Estados y bajo la ley. Fuera de ellos, el
derecho y los usos aparecen como restricciones insignificantes (1960:14).
Entre duelistas la violencia es excluyentemente fsica y no puede haber
violencia moral, pues sta slo es concebible dentro del Estado y bajo la
Ley. La concepcin clausewitziana supone la natural inocencia (no puede
haber violencia moral sino nicamente fsica) del estado de naturaleza y
del estado de guerra, con lo que se inscribe en el interior de la huella hob-
besiana. En particular, la inocencia del estado de naturaleza en la poltica
entre los Estados legitima a la guerra. Sin embargo, esa posicin no lohace especialmente belicista, ni partidario de una eclosin indiscriminada
de acciones armadas. Por el contrario, la legitimidad de la guerra en Clausewitz
requiere la consideracin del supuesto de la estatalidad de los contendientes
y de la particular situacin histrico espiritual de los siglos XVIII y XIX,
en la que la guerra justa es aquella en la que intervienen enemigos justos,
esto es, Estados soberanos (Schmitt, 1979: 174-201). Por ello, para ser rec-
tamente apreciada, la definicin del duelo debe ser mediatizada con lacomprensin del conjunto del libro de Clausewitz y respecto de la totalidad
histrico espiritual. Aron ubica las citas en su encadenamiento sistemtico:
Las proposiciones verdaderas en esta etapa inicial del anlisis, en el nivel
conceptual, no tienen validez definitiva. Se aplican a la guerra en s, aislada
de sus orgenes y sus fines, no a la guerra real, pero Clausewitz quiere demos-
trar precisamente que no se puede ni se debe separar una guerra real de sus
orgenes y sus fines. Por qu la guerra, segn esta consideracin abstracta,
conduce necesariamente a los extremos? Por qu este ascenso deriva de la
lgica, o la esencia, del duelo o la lucha? Su razn ltima es la accin recproca
de las fuerzas y las voluntades enfrentadas, cada cual intentando imponer
su ley a otra (Aron, 1989:83).
Esta accin recproca presenta tres aspectos: intencin hostil, fuerza
moral, y fuerza fsica (medios). El choque de los duelistas conduce a un
ascenso a los extremos en el que la magnitud de las fuerzas est recprocamente
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determinada en un proceso creciente, que termina con el abatimiento de uno
de los contendientes y la victoria del otro. El duelo como tipo ideal es el
punto de partida que se superar en el ascenso hacia formas ms concretas:
Esta primera etapa del anlisis nos sugiere una serie de parejas conceptuales:
objetivo militar y fin poltico, intencin hostil y sentimiento de hostilidad,
entendimiento y sensibilidad, medios materiales y fuerza moral, ascenso a
los extremos. En definitiva, y sobre todo, ninguna de las frmulas que figuran
en los cinco primeros pargrafos se aplica a las guerras reales, se aplican
todas a la guerra segn el concepto o la filosofa, al acto de violenciaaislado del medio social que lo condiciona y del fin que cada actor quiere
alcanzar, en otros trminos aislado de la poltica en los dos sentidos de la
palabra,politics ypolicy (Ibid.).
Como muestra Aron, las dificultades de comprensin de la trama filosfica
deDe la guerra determina los errores interpretativos, tanto en simpatizantes
como en detractores. Los casos emblemticos del conde Schlieffen y deLudendorff, por el lado de los adherentes, y de Liddell Hart, por el de los
detractores, conciben el concepto de guerra absoluta como imperativo
categrico y reflejo de la guerra real. Aron reflexiona si Schlieffen fue a
Clausewitz lo que Lenin a Marx: brillante jefe, mediocre intrprete
(1989:29).
El Tratado de Clausewitz, acorde al modo idealista alemn, no pas la
prueba de la interpretacin de los jefes militares de una poca positivista eideologizada. Clausewitz aclara la cuestin desde el inicio:
Hay que reconocer que el espritu humano difcilmente se sometera a esta
ensoacin lgica. De ello resultara a menudo un intil despilfarro de fuerzas
que necesariamente encontrara un contrapeso en otros principios del arte
de gobernar; se requerira una tensin de la voluntad que no estuviera en
equilibrio con el fin fijado, y que en consecuencia no podra ser provocada,
pues la voluntad humana jams extrae su fuerza de sutilezas lgicas (Clau-
sewitz, 1960:13).
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La primaca del arte de la conduccin poltica adecua la relacin entre
concepto absoluto y situacin real, y resguarda la proporcin entre medios
y fines. Aron establece la puntuacin de su hermenutica detenindose
particularmente en esa frase aclaratoria, que pas desapercibida a tantas
generaciones de lectores:
Nunca se insistir demasiado sobre este texto, el nico donde Clausewitz,
de manera irrecusable, explcita, previene contra una interpretacin falsa
de sus conceptos o su mtodo: lejos de que la guerra absoluta sea un ideal
al cual conviene acercarse, el arte poltico ordena mantener el equilibrioentre los intereses en juego y los esfuerzos que insumen. La necesidad
abstracta del ascenso a los extremos no constituye en ningn momento un
imperativo praxeolgico. Cuando se consideran las guerras reales, la posi-
bilidad de descenso determina y debe determinar la conduccin tanto como
la necesidad abstracta del ascenso (Aron, 1989:85).
La guerra absoluta es el concepto abstracto. La introduccin de las deter-minaciones concretas constituye un paso hacia su expresin definitiva. El
pasaje de lo absoluto como elemento lgico hacia lo real como reunin de
las mltiples determinaciones en el concepto de lo concreto, patentiza la
politicidad constitutiva de la guerra:
La segunda etapa del camino que conduce de la definicin monista a la
definicin trinitaria comienza con la confrontacin del concepto (o la defi-
nicin abstracta) con la realidad, segn el mtodo denominado de modificacin
() Los luchadores ahora encarnados en Estados poseen un territorio, recur-
sos, aliados. La guerra se desarrolla a travs del espacio, lleva tiempo, no
surge como un relmpago, se inserta en el curso de las relaciones interestatales
(Aron, 1989:85).
El ascenso a los extremos es la tendencia intrnseca del concepto lgico
de guerra absoluta. Aron entiende que este concepto se asemeja con la guerra
de la primera especie, y se diferencia de la denominada segunda especie de
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absoluta y guerra real, relacin entre fin poltico y objetivo militar, tendencia
a la proporcionalidad entre la magnitud del primero y la importancia del
segundo, modificacin de dicha proporcionalidad por las tensiones o las
pasiones, leyes de probabilidad, desarrollo de la guerra en el espacio y el
tiempo (Aron, 1989:85).
La guerra entrelaza las tensiones entre fin poltico y objetivo militar, y
se desarrolla inmersa en el juego de las pasiones y sujeta a la intervencin
intempestiva de la fortuna. La fuerte influencia que Maquiavelo ejerci en
la formacin intelectual de Clausewitz, subrayada enrgicamente por Aron,se integra en la sntesis de lo real concreto como modo terico de pensar
la guerra, consumando una suerte de revolucin terica en relacin al
empirismo de Jomini y al dogmatismo racionalista de Von Bullow. No hay
recetario ni frmulas para triunfar en la guerra, ya que el movimiento de
las intenciones, sentimientos, fuerzas y azares que intervienen colocan al
jefe poltico y militar en la situacin de hacer un esfuerzo superior al de
Newton (Clausewitz, 1960:545).En un paso por ordenar el dinamismo de las guerras concretas y combinar
adecuadamente la relacin entre orden y desorden, Aron descubre que la
lgica subyacente de Vom Kriege se desenvuelve con una particular dialctica,
que Aron denomina dialctica de la polaridad. Como esquema trascendental
de abordaje de las guerras concretas, la dialctica de la polaridad posibilita
comprender el fundamento de la guerra de la segunda especie, el descenso
hacia la observacin armada y la paz negociada:
Esta tercera etapa aporta, pues, el concepto de polaridad, la asimetra del
ataque y la defensa, la oposicin entre lo intelectual y lo afectivo, entre el
entendimiento y las cualidades morales. Estas ltimas no se oponen solamente
a las fuerzas materiales, se oponen a las abstracciones de la teora pura y a
los clculos del entendimiento (Aron, 1989:85).
Finalmente, Aron encuentra en la cuarta etapa expositiva un ltimo
paso en el trnsito hacia la guerra real como totalidad concreta, que rene
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en un nuevo plano las ideas anticipadas en el plano abstracto en el que se
presenta la guerra absoluta. La situacin poltica enfrenta Estados que per-
siguen fines contrapuestos. La primaca de los fines expresa la racionalidad
de la poltica entre los pueblos civilizados. De la racionalidad de la poltica
se deriva la racionalidad de la guerra, que la prolonga y contina. La totalidad
de la poltica como unidad de las posibilidades de la paz y la guerra sobre-
determina la funcin instrumental y el dominio de las intenciones hostiles
sobre los sentimientos hostiles:
Retomando la idea ya utilizada una primera vez: la poltica. Los dos sentidosde la poltica se distinguen claramente: la guerra entre pueblos civilizados
surge de una situacin poltica y es provocada por un motivo poltico. El
fin poltico constituye, pues, la consideracin suprema en la conduccin de
la guerra (Aron, 1989:87).
Esta cuarta y ltima etapa reasume los elementos expuestos en las etapas
previas, subordinndolos a la primaca de la poltica. El concepto de polaridadsistematiza la relacin entre las fuerzas materiales y morales, el ataque y la
defensa, lo intelectual y lo afectivo, que encuentran orden y sentido a partir
de la funcin determinante de la poltica, considerada como inteligencia
del Estado personificado y conocimiento amplio de la situacin (Clausewitz,
1960:25).
La reconstruccin del sistema conceptual clausewitziano posibilita
entender por qu a pesar de lo inconcluso, Vom Kriege es una extraordinariaobra retrica, que puede organizarse desde ciertas claves hermenuticas
desplegadas en el libro primero y en laAdvertencia de 1827. El inters
que ha preservado Vom Kriege a travs de los aos se corresponde con
sus numerosas cualidades, con el despliegue de conceptos llenos de sentido
y con las dificultades de interpretacin de una obra que se percibe excep-
cional. Entre sus pliegues coexiste una interpretacin instrumental de la
guerra en funcin de una teora de la poltica en tanto inteligencia del
Estado personificado, y una morfologa de la poltica como totalidad
existencial histrico concreta.
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En efecto, para expresar la dimensin interna de las guerras reales,
Clausewitz crea la notable categora de extraa trinidad (wunderliche
Dreifaltigkeit). De cuo romntico y reminiscencias teolgicas la extraa
trinidad no es un concepto abstracto, construido para superarse a medida
que avanza en los niveles de concrecin. Por el contrario, es un predicado
de lo real, que representa a la guerra real en tanto posibilidad estructural
de la poltica:
() la definicin trinitaria aporta, no obstante, una novedad decisiva: slo ella
vale para las guerras reales y ella vale para todas las guerras reales. Aljensems o menos de la guerra absoluta, las guerras no son menos guerras desde
el momento en que nos remitimos a la definicin trinitaria, que sirve de fun-
damento tanto a la teora como a la historia y la doctrina (Aron, 1989:88).
El trnsito de una especie a otra, en principio determinado por el cambio
en las relaciones entre fin poltico y objetivo militar, transforma la fisonoma
de la guerra. El pensamiento dialctico de Clausewitz se anuda en la cons-tatacin de la guerra como camalen: sigue siendo tal, pero cambia de
color. La guerra como camalen remite a la historicidad y complejidad de
las guerras, ya que la guerra es un camalen en los dos sentidos del trmino,
la guerra es otra de coyuntura en coyuntura, compleja en cada coyuntura
(Aron, 1987: 40).
El primer aspecto, la confluencia del odio (Hass), la enemistad (Feindschaft)
y la violencia primitiva de su esencia (ursprngliche Gewaltsamkeit) comociego impulso natural (blinder Naturtrieb), se corresponde con el pueblo (Volk).
El segundo aspecto est constituido por notas ms elevadas: el juego del
azar y las probabilidades que remiten al talento y valor de la actividad libre
del alma, correspondiente al jefe militar y su ejrcito. La diferencia con la
escuela de base geomtrica se manifiesta en la apreciacin de las operaciones
militares como un verdadero arte, y del jefe militar como artista. La teora
del genio militar expuesta en el captulo tercero del Libro primero desarrolla
la teora del genio de origen kantiano, que concibe la creacin artstica como
fenmeno superior e independiente de las reglas del arte. En el tercer aspecto,
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finalmente, la guerra es un instrumento poltico e implica el dominio del enten-
dimiento del gobernante poltico.
La metamorfosis de la guerra es un movimiento estructuralmente deter-
minado por la primaca de uno u otro de los componentes de la trinidad, no
es un devenir catico. La organizacin y gravitacin relativa de cada aspecto
determina la especie de la guerra.
La unidad de los tres momentos sintetiza los momentos instrumental y
existencial, y configura una peculiar razn dialctica cuya diversa modalidad
concreta de articulacin en cada caso determinan la especie de guerra:
Ya que todas las guerras reales comportan, aunque en proporciones diferentes,
los tres elementos pasin del pueblo, libre actividad del alma del jefe militar,
entendimiento poltico y direccin de la guerra por el Estado, por qu no
buscar las causas de la guerra que asciende a los extremos, as como las causas
de las guerras que descienden hasta la observacin armada? (Aron, 1989:107).
La extraa trinidad de la guerra posibilita captar la particular combinacinhistrico-concreta que aproxima o aleja a una guerra real del concepto absoluto
de guerra. Las guerras que se aproximan a la perfeccin no son ms ni menos
polticas que las otras: la poltica misma determina su carcter absoluto (Aron,
1987:91). La trinidad se presenta existencialmente en la guerra:
La definicin trinitaria aporta, no obstante, una novedad decisiva: slo ella
vale para las guerras reales y ella vale para todas las guerras reales. Aljense
ms o menos de la guerra absoluta, las guerras no son menos guerras desde
el momento en que nos remitimos a la definicin trinitaria, que sirve de fun-
damento tanto a la teora como a la historia y la doctrina (Aron, 1989: 88).4
Sobre el mtodo de Clausewitz
En un horizonte alejado en el tiempo de la relacin entre el idealismo alemn,
el romanticismo y las ciencias naturales, el desmontaje de la gravitante
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herencia positivista en la construccin del discurso cientfico puede apro-
ximarnos a la comprensin del vocabulario cientfico de Alemania a comien-
zos del siglo XIX. Como hemos visto, Aron denomina mtodo de la
modificacin al movimiento que ensambla los conceptos de guerra absoluta,
guerra real y dos especies de guerra.
Los autores post-marxistas vincularon el mtodo de Clausewitz con Kant
y con Hegel (Lenin, 1979). En el libro primero de Pensar la guerra, Aron
dice que no pone en duda que el pensamiento o el mtodo de Clausewitz
es en alguna medida dialctico. Queda por saber en qu sentido (1987:272).
Aron constata en Vom Kriege la polaridad de conceptos: guerra absoluta-guerra real, fuerzas morales-fuerzas materiales, ataque-defensa, medios-
fines, etc. Hay por lo tanto un mtodo dialctico, entendiendo por tal una
concepcin amplia de manejo de las oposiciones. No obstante, la tesis de
la influencia hegeliana sobre Clausewitz parece discutible:
En qu se basa la tesis del hegelianismo de Clausewitz? En un primer hecho,
irrecusable; comandaba la Escuela General de Guerra en Berln mientrasHegel enseaba en la Universidad y reinaba all sin rival. En un segundo
hecho, tambin irrecusable: el mtodo clausewitziano puede ser llamado dia-
lctico. Queda por saber si este mtodo debe algo a la filosofa hegeliana
(Aron, 1989:274).
La proximidad fsica e institucional entre Hegel y Clausewitz en el Estado
prusiano5 no le parece a Aron un elemento de prueba suficiente para acreditarinfluencia intelectual (Aron, 1987:275). Por el contrario, Aron despeja las
coincidencias fortuitas y se concentra en la analtica terica:
La esencia de la dialctica histrica de Hegel, la sntesis que supera las con-
tradicciones en el tiempo y otorga un sentido racional al devenir no aparece
en ningn momento en el Tratado. No puede aparecer: en la medida en que
se atisba una filosofa clausewitziana de la historia, pertenece a la posteridad
de Maquiavelo; la poltica slo edifica obras perecederas, carcomidas por el
tiempo, que dejarn indiferentes a nuestros bisnietos Se dir que a falta
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de una dialctica histrica la dialctica conceptual de Clausewitz s se aproxima
a la de Hegel? Tambin aqu se impone una respuesta negativa Antes que
buscar reminiscencias hegelianas, ms valdra evocar la polaridad de la elec-
tricidad positiva y la electricidad negativa (1989: 275-276).
La interpretacin aroniana distingue la identidad fundamental de la seme-
janza formal, ya que una dialctica que se asemeja a la electricidad remite
a la poca en general ms que a la filosofa hegeliana en particular. Pero la
generalidad de la poca no excluye las necesarias precisiones. La comn
utilizacin de un mtodo que emplea conceptos puros progresivamentesustituidos por conceptos reales no parece suficiente para establecer una
influencia. El problema se resuelve en el planteamiento de la relacin entre
los conceptos y la realidad:
Esta relacin, que hemos estudiado en diversas ocasiones () se presta
quizs a interpretaciones diversas. Lo que en cambio no se presta a ninguna
duda es que la dualidad de las nociones y la realidad vivida no desembocajams en el concepto hegeliano, en el universal concreto (1989: 277).
El universal concreto hegeliano invierte la concepcin ms extendida
de lo universal como abstracto y lo particular como concreto. Para Hegel,
lo universal puede ser abstracto o concreto. Lo universal abstracto implica
un movimiento de negacin de lo universal por lo particular y ste a su vez
puede invertirse, negndose esta primera negacin, y obtenindose un uni-versal concreto, que representa la totalidad del concepto. Lejos de estar
vaca y ser pobre en determinaciones, es absolutamente rica en contenido,
siendo lo universal abstracto un momento aislado e imperfecto del concepto
que es, as, universal concreto. El paralelismo entre guerra absoluta (universal
abstracto) y guerra real/ extraa trinidad (universal concreto) presenta una
semejanza formal que no anula la diferencia sustantiva:
El concepto puro de la guerra excluye en cuanto tal todo principio de mode-
racin, no conduce por s mismo al segundo momento. El anlisis conceptual
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no revela, en el primer momento, la presencia de un segundo que niegue el
precedente. La diferencia entre el modelo de la lucha entre dos hombres y
el de la guerra entre dos Estados es la que introduce mltiples modificaciones
y permite concebir el descenso a la observacin armada (Aron, 1989: 276).
El pasaje del concepto de guerra absoluta al de guerra real y extraa
trinidad est determinado por la modificacin y agregacin de variables.
Para Aron, despliega una operacin de sustitucin y adicin ms que una
negacin de la negacin. Poco dado a enunciaciones apresuradas, y refractario
a las primeras impresiones, Aron descarta la influencia hegeliana y entiendeque, en relacin a Kant, la concordancia parece ms verosmil:
Si se quiere encontrar un origen filosfico a la extraa trinidad del primer cap-
tulo, yo pensara ms bien en la tabla kantiana de las categoras (1989: 277).
La extraa trinidad resuena a la tabla de las categoras,6 que agrupa las
doce posibilidades que tiene un juicio para que el fenmeno (lo que semuestra) sea pensable como objeto (Kant, 1995). Refiere, por lo tanto, a la
objetualidad del objeto, a las condiciones de posibilidad del objeto en tanto
tal. En cambio, la sntesis entre objetividad y fenmeno emprico depende
del esquematismo trascendental, que brota de la obscuridad de la imaginacin
trascendental.
La filosofa crtica kantiana plantea el conocimiento como construccin
de la unidad de los niveles puro (intuiciones puras espacio y tiempo; cate-goras; juicio, esquemas trascendentales) y emprico, fenmenos sensibles
que impresionan la receptividad de los sentidos. El dualismo kantiano resulta,
pues, de la operacin de enlace mediante la imaginacin trascendental de
los niveles puro y emprico.
La articulacin entre guerra abstracta, dos especies de guerra y extraa
trinidad parece otorgar objetividad emprica a la objetividad trascendental
de las categoras de cantidad, respectivamente: unidad, pluralidad y totalidad.
Aron sostiene que el mtodo de modificacin implica una particular dialctica
en la que no hay negatividad sino polaridad. Si hay que elegir entre la
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influencia de Kant o la de Hegel, nadie debera titubear: la de Kant es ms
verosmil que la de Hegel (1989: 278), aunque se trate de semejanzas for-
males ms que estructurales (1989: 281).
Aron tambin considera la posible influencia de Montesquieu, y explora
una serie de tentativas que abonan esa hiptesis: la propia manifestacin
de Clausewitz en la Primera Nota donde afirma que El Espritu de las
leyes le sirvi vagamente de modelo al escribir captulos cortos y mal
eslabonados. La coincidencia en el uso del trmino naturaleza, o bien como
esencia o bien como caracteres intrnsecos de una cosa: ambos usos
estn en el soporte de la guerra absoluta, como guerra segn su naturaleza;y en el de guerras reales, cada una de acuerdo a su propia naturaleza.
Finalmente, Aron sugiere que a Clausewitz para comprenderlo, el intr-
prete debe situarlo donde le corresponde, entre los que Meinecke revist
en su libro Die Entstehung des Historismus, y no ver en l un lector de
Kant y Hegel (1989:282).
La tradicin historicista alemana ha desplegado un proceso de investi-
gacin, desentraamiento y ordenacin del sentido de la historia en el queconvergen progresivamente la filosofa de la historia y la historia de la
filosofa. Clausewitz puede inscribirse en esa saga en tanto el orden conceptual
encuadra al desorden real, abriendo espacios novedosos de anlisis y sus-
citando nuevas intelecciones y exploraciones.
Teora poltica a la altura planetaria
En el libro segundo de Pensar la guerra, Aron extracta ciertas tesis centrales
de Clausewitz para el anlisis de la situacin histrica del siglo XX. El punto
de partida es el examen de las armas nucleares, cuya capacidad destructiva
amenaza la existencia de toda la especie humana y pone en duda la naturaleza
poltica de la guerra que las utilice. Aron no desconoce la semejanza entre
guerra absoluta, primera especie de guerra y uso de armas nucleares. Por
el contrario, introduce la cuestin de las armas nucleares en el interior del
esquema clausewitziano de transicin de una especie de guerra a otra:
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La destruccin de Hiroshima y Nagasaki por bombas atmicas indica la
culminacin del ascenso, la aplicacin brbara del principio de aniquilacin
interpretado en sentido material. Esos mismos acontecimientos parecen cons-
tituir retrospectivamente el origen de un movimiento en sentido contrario.
Del exceso del potencial destructivo renace el espritu de moderacin. La
amenaza sustituye a la accin; la disuasin, a la decisin (Op.Cit.: 105).
El arma atmica, en lugar de despertar la voluntad guerrera y romper
el molde diplomtico, desarrolla la otra posibilidad fundamental de la poltica,
la que modera los objetivos y adecua los fines. Aron discute polmicamentecon la tesis que entiende a las armas nucleares como armas absolutas, pues
pone en cuestin la separacin entre fin poltico e instrumento militar. El
pasaje de la guerra de aniquilamiento hacia la observacin armada desde
la primera a la segunda especie de guerra encuadra la disuasin.
El ascenso a los extremos en el esquema de la Destruccin Mutua Ase-
gurada entre las superpotencias nucleares enfrentadas los Estados Unidos
y la Unin Sovitica cede el lugar a la realidad poltica concreta. En funcinde ello, Aron analiza crticamente la literatura estratgica estadounidense,
puntualmente On Escalation de Herman Kahn (1965) y The Strategy of Con-
flictde Tomas Schelling (1964) en tanto muestran un modo de entender la
estrategia basados en un razonamiento formal, despojado de contenido
poltico e histrico concreto (incluso escoge esos autores porque les reconoce
una particular calidad intelectual). Ambos ofrecen distintos escenarios de
crisis y guerras nucleares posibles: armas contra recursos, armas contraciudades, armas contra armas, primer atacante, represalia gradual, represalia
masiva, etc. Para Aron la confusin reside, una vez ms, entre el esquema
terico y el concepto poltico concreto:
El movimiento de ascenso deriva necesariamente del esquema del duelo
entre dos luchadores que quieren imponerse mutuamente su voluntad. El
movimiento de descenso puede resultar del control del entendimiento pol-
tico sobre las pasiones, sobre la conservacin de la proporcionalidad
entre el objetivo y los esfuerzos, sobre la comunicacin entre los duelistas,
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cada cual adivinando lo que quiere el otro, luego lo que debe temer y lo
que es lcito esperar (1989:133).
El pasaje del movimiento de ascenso al movimiento de descenso describe
una onda en la que el duelo de voluntades es sustituido por el entendimiento
poltico, que introduce cierta proporcin entre la magnitud del esfuerzo y
la calidad del objetivo. Una consideracin atenida a la historicidad de la
estatalizad lo que Schmitt encuadr como la historicidad del nomos de
la tierra muestra la fuerza estabilizadora que el marco histrico-poltico
ejerce sobre el entendimiento poltico, que en Clausewitz es inteligenciadel Estado personificado y decide concretamente sobre la cuestin de la pro-
porcin entre esfuerzos y fines. No es, pues, un clculo abstracto, sino un
concepto ensamblado en una situacin poltica concreta.
La crtica de Aron a los exponentes norteamericanos de la estrategia
toma como modelo la crtica de Clausewitz a la escuela estratgica de Von
Blow: es la crtica al dogmatismo, a la universalizacin de una particularidad,
a la elevacin al plano estratgico de una situacin tctica (Aron, 1987:134).La verdad resulta de la reunin de las determinaciones concretas en el con-
cepto, y sta condicin se opone crticamente al modo abstracto, entendido
como el razonamiento basado en principios universales sin la investigacin
sobre el caso concreto:
No hay solucin que combine las ventajas de las doctrinas opuestas; conviene
elegir en funcin de la coyuntura concreta, con todos sus elementos polticos
y psicolgicos, no a partir de un esquema y de razonamientos abstractos
(1989: 137).
El significado de Vom Kriege trasciende la traduccin conceptual de
las guerras napolenicas, se abre como teora poltica de la guerra y contiene
un mtodo de anlisis cuya dialctica interna confluye en las guerras reales.
En consecuencia, el conocimiento de la historia de la guerra radica en el
desentraamiento de las relaciones entre la totalidad de la formacin social
y el instrumento militar:
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Tomemos como punto de partida la historicidad de todas las guerras y la
complejidad interna de cada guerra. Clausewitz insiste sobre uno de los
factores de esta historicidad, la relacin entre el ejrcito y el pueblo, ms
no ignora los otros: las armas, los inventos de la ciencia, la organizacin de
los poderes pblicos, la naturaleza de las entidades polticas, los lmites y
las reglas de la sociedad de Estados (1989: 139).
La vigencia de Clausewitz no es dogmtica, sino terico poltica y est
sujeta a la investigacin de la historicidad de la guerra, de su metamorfosis
en funcin de las realidades polticas y las totalidades histrico-concretas,sociales.
La naturaleza de la guerra no se manifiesta como devenir catico de
la existencia. Refractario a las visiones impresionistas y a los aforismos
de ocasin, Aron como lector de Clausewitz plantea un anlisis de la
realidad concreta de la bipolaridad atmica. En la medida que supera la
apariencia y el efecto ilusorio, desentraa el ncleo poltico de la cosa
real. La crtica de Clausewitz al dogmatismo de su poca es el antecedenteque Aron resignifica frente a lo que entiende como exponentes de un nuevo
dogmatismo. Por cierto, puesto en su contexto, lo dogmtico se interpreta
como atenido a combinaciones lgicas sin consideracin suficiente de
materiales empricos. En algn sentido, la crtica aroniana al dogmatismo
recuerda la apreciacin de Kant sobre Hume en tanto lo despert del
sueo dogmtico, as como tambin al Marx de la Crtica de la economa
poltica. Para Aron, la idea de la superacin de la naturaleza poltica delas guerras por las armas atmicas reitera el dogmatismo en una nueva
fase histrica. Frente a la imagen del paroxismo nuclear, juzga la utilidad
de las armas atmicas como aval de la disuasin en el descenso hacia la
observacin armada y revela que la carrera armamentstica abre una serie
de modalidades posibles de guerra (1989:140).Los arsenales atmicos de
las superpotencias rivales no determinan ni el apocalipsis ni la paz perpetua,
sino la continuidad de la metamorfosis de las guerras y de su naturaleza
poltica. La elucidacin de Vom Kriege dispone una caja de herramientas
tericas para investigar la situacin concreta. Esta nueva indagacin de
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la realidad poltica mundial produce una modificacin conceptual y semn-
tica en relacin a la denominada guerra fra.
Aron distingue la paz y la guerra por la naturaleza del medio. Ni sim-
blica ni social, la guerra es violencia organizada y la paz es la ausencia
de violencia organizada. La distincin especfica de la guerra como violencia
organizada fundamenta la crtica a la tesis que universaliza y extiende la
violencia a las esferas social y simblica. La extensin de un concepto
de guerra de ese tipo propio de cierta teologa de la liberacin y de
cierta sociologa de la violencia amenaza con deformar el contorno, el
contenido concreto y la consistencia comprensiva del concepto de guerra(Aron, 1976:191). En consonancia, la distincin paz / guerra por la natu-
raleza del medio configura una teora para entender la rivalidad entre los
Estados Unidos y la Unin Sovitica como una situacin poltica, no como
una guerra (Aron,1985:631-632).Una carrera armamentstica que no des-
emboca en una guerra es una situacin novedosa de la poltica, pero no
un vuelco de la historia:
La suspicacia sostiene la carrera armamentista; el inters comn frena el
ascenso a los extremos y lo encauza hacia la observacin armada. Las
dos decisiones, relativas a los armamentos y la disuasin, son insepara-
blemente polticas y estratgicas, una y otra dependen del entendimiento
(1989: 179).
Las armas atmicas sitan a los contendientes en un lugar paradjicamentemoderado: ninguno de los dos es tan insensato como para desatar un holo-
causto comn. Los fines polticos de los EE.UU. y la URSS no contemplan
el suicidio comn (en cambio, Hitler hubiera preferido el hundimiento mutuo).
La carrera armamentstica favorece la disuasin y desplaza la guerra hacia
los pases perifricos. La capacidad destructiva de las armas atmicas es
un acicate para la razonabilidad. La poltica domina a la condicin tcnica.
Las armas nucleares son un instrumento. La determinacin de la influencia
de las armas atmicas en la situacin de rivalidad sin guerra est dominada
por la comprensin poltica:
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Ninguno de los dos Grandes contempla una victoria de aniquilacin que
excluya la capacidad de segundo golpe por parte del rival; la guerra de los
dos Grandes, suponiendo que errneamente se asimile a una rivalidad con
una guerra, pertenece a la segunda especie (busca de conquistas limitadas
a las fronteras sin decisin radical) Ahora bien, en la guerra de la segunda
especie, tampoco subsiste ninguna necesidad, ni siquiera en abstracto. La
Razn no impone ninguna ley. El entendimiento poltico-estratgico prevalece,
el estoque o el florete sustituyen al espadn (Aron, 1979: 179).
Para Aron no hay tal guerra fra, sino una rivalidad poltica entre elOccidente liberal y el campo socialista. El modelo abstracto del duelo y
el ascenso a los extremos estn excluidos. La observacin armada nuclear
entre las superpotencias desplaza la guerra a la periferia del sistema
internacional.
Conclusiones
Como hemos visto, la evolucin del pensamiento de Raymond Aron est
enlazada a la profundizacin en el pensamiento de Clausewitz. El encuentro
entre ambos alcanza su nivel plenario en Pensar la Guerra. Tanto en el plano
de las categoras como en su integracin al anlisis de la poltica mundial,
las cada vez ms penetrantes lecturas de Vom Kriege realizadas por Aron
otorgan una renovada vigencia a las tesis clausewitzianas. En considerablesfragmentos de Pensar la Guerra se hace difcil distinguir cuando Aron habla
por si mismo y cuando habla Clausewitz: tal es la identidad y la mimesis
que el autor francs alcanza con el autor alemn.
Su prosa clarificante preserva la potencia retrica de Clausewitz al tiempo
que lo actualiza en una sistematizacin impresionante referida a la realidad
poltica y al campo de la cultura. Pensar la guerra se cuenta entre los ms
grandes libros en la historia de la teora poltica. Por cierto, en la disciplina
de las Relaciones Internacionales suele considerarse a Paz y guerra como
la palabra final de Aron en la materia. Sin embargo, parece como hemos
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tratado de demostrar que Pensar la guerra alcanza un grado superior de
desarrollo y configura, por lo tanto, una obra an ms importante.
La interpretacin aroniana del proyecto terico de Clausewitz restablece
una teora dialctica, abierta y orgnica. La crtica a las interpretaciones
usuales posibilitan que la vigencia de Clausewitz emerja ante todo en la
fidelidad al mtodo, es decir, en la investigacin de la historicidad de la
guerra, de su metamorfosis en funcin de las totalidades histrico-concretas,
del anlisis de la situacin poltica y de los objetivos polticos de los Estados
en pugna. A propsito, en los aos de la bipolaridad norteamericana-sovitica,
Aron nunca eludi el apoyo razonado a una de las opciones. En este sentido,la indagacin sobre Clausewitz fue decisiva para configurar un pensamiento
de la contradiccin poltica a escala planetaria. Desde la cada del muro de
Berln, la intensidad de la bipolaridad fue relevada por nuevos escenarios
en constante devenir y configuracin. En la personalidad intelectual y poltica
de Aron, la radicalidad del pensamiento de Clausewitz se adecua al aspecto
paradjico de un liberalismo poltico y combativo nacido de la oposicin a
la tirana sovitica y la crtica al marxismo leninismo.Por otra parte, Clausewitz y Aron descubren el velo que oculta la situacin
poltica y la totalidad histrico poltica, de la que emergen los modos de
guerrear. Toda guerra es poltica porque se origina en una situacin poltica,
pone en juego contradicciones entre objetivos polticos y desemboca en un
cierto tipo de paz, configurada como situacin poltica con arreglo a objetivos
polticos.
Por cierto, Clausewitz sin la interpretacin de Aron hubiese seguidosiendo un autor importante, pero sujeto a controversias interminables y
desiguales. A partir de Pensar la guerra, Vom Kriege encuentra un pensa-
miento en paralelo que renueva la relacin entre las partes y el todo en el
interior del texto, y que desarrolla una hermenutica en la que convergen
los horizontes de poca. De este modo, Clausewitz adquiere una renovada
vigencia y Aron, una vez ms, confirma su talento clsico.
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notas
1 La caracterizacin de Aron como exponente de la gran tradicin ilustrada francesa de
los siglos XVIII y XIX ms que como cientista social del siglo XX fue sealada por eldestacado politlogo e internacionalista chileno Manfred Whilhelmy (Conversacin pri-
vada: 2007).
2 La cuestin acerca de la autoconciencia de Aron sobre la trayectoria de su propio pen-
samiento pertenece a la biografa, por lo tanto, est fuera de nuestra investigacin.
Conviene destacar algunos indicadores como la alusin al gnero filosfico-periodstico
(Aron, 1983:279), y cuando manifiesta insatisfaccin ante el tratamiento de Clausewitz
en Paz y Guerra entre las Naciones (Aron, 1988:4). De todos modos, la hermenutica
pertenece al lector ms que al autor. Por otro lado, la ubicacin temporal de las fases
del pensamiento aroniano es aproximada y ha sido trazada en funcin de la aparicin
de los textos.
3 LaAdvertencia de 1827sostiene que existen dos especies de guerra y ambas continan
la poltica por otros medios. Agrega, adems, que en cuanto al libro VIII, el plan de guerra,
es decir la preparacin conjunta de una guerra, ya existen varios captulos en preparacin,
pero stos no pueden siquiera ser considerados como verdadero material; slo constituyen
un trabajo simple y tosco a travs de la masa con el fin de reconocer, en el curso mismo
del trabajo, los puntos importantes. La Nota Final seala que slo el captulo primero
del libro 1 debe considerarse terminado (Aron, 1989:75-6).
4 De modo tal que, por ejemplo, las guerras de gabinete del primer equilibrio europeo en
el Siglo XVIII encontraban en el entendimiento poltico y la conduccin militar su elemento
determinante, mientras las guerras de la edad media y, en otro sentido, las guerras revo-
lucionarias de base campesina del siglo XX se nutren del pueblo.
5 Hegel era el filsofo ms famoso de su tiempo. Bstenos con recordar que a sus clases,
en la Universidad de Berln, concurran unos doscientos alumnos, mientras que a las de
Schopenhauer lo hacan apenas media docena.
6 Tabla de las categoras: 1.De la cantidad: Unidad, Pluralidad, Totalidad; 2.De la cualidad:
Realidad, Negacin, Limitacin; 3.De la relacin: Inherencia y subsistencia (substantiaet accidens), Causalidad y dependencia (causa y efecto), Comunidad (accin recproca
entre agente y paciente); 4.De la modalidad: Posibilidad-imposibilidad, Existenciano-
existencia, Necesidad-contingencia.
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