aron, lector de clausewitz

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  • 7/30/2019 ARON, LECTOR DE CLAUSEWITZ

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    Revista de Instituciones, Ideas y Mercados N 55 | Octubre 2011 | pp. 39-70 | ISSN 1852-5970

    ARON, LECTOR DE CLAUSEWITZ*

    Pablo Antonio Anzaldi **

    Resumen: Este artculo analiza la teora poltica de Raymond Aron desarro-

    llada a lo largo de tres dcadas, en la cual poltica, guerra y tecnologa se

    analizan y fundamentan en una rigurosa y original interpretacin de los

    escritos de Clausewitz. Se seala aqu que el Clausewitz de Aron construy

    los cimientos de una teora poltica integral.

    Abstract: This paper examines Raymond Arons political theory, construed

    along three decades, in which politics, war and technology are analyzed and

    based in a rigorous and original interpretation of Clausewitz writings. It points

    out that Arons Clausewitz set a rationale for an integral political theory.

    Raymond Aron fue uno de los pensadores ms consistentes y multifacticos

    del siglo XX. Se cuenta entre los pocos o muy pocos que resistieron con natural

    lucidez el encandilamiento que las tendencias pasajeras ejercieron sobre tantos

    intelectuales franceses en su tiempo. La presin del ambiente pudo serle til

    como acicate para la investigacin serena y concluyente, pero nunca fue arras-

    trado por otra marea que la que emerga de su especial talento. Hay en su

    pensamiento una particular moderacin poltica que resulta de la combinacinentre el dominio de la teora y la fina percepcin de las realidades.1

    Como intrprete, Aron es invariablemente confiable porque dijo o escribi

    algo siempre valioso sobre muchos de los grandes pensadores polticos de

    * El presente artculo est basado en la tesis de Maestra La teora de las relaciones Inter-

    nacionales de Raymond Aron: fundamento y desarrollo (PUC, 2007).

    ** Magster en Ciencia Poltica (Pontificia Universidad Catlica de Chile). Magster en

    Defensa Nacional (Escuela de Defensa Nacional ). Posgrado en Ciencia Poltica y

    Sociologa (FLACSO). Candidato a Doctor en Ciencias Polticas (UCA). Correo elec-

    trnico: [email protected]

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    Occidente. La obra de Carl von Clausewitz ha sido objeto privilegiado de

    la consideracin aroniana y su hermenutica se consagra en clave racio-

    nalista como la ms importante. Las sucesivas aproximaciones a Clausewitz

    configuran distintos momentos de un pensamiento sobre la historia viviente

    a escala planetaria.

    Nuestra estrategia investigativa interpreta al pensamiento aroniano como

    un proceso de desarrollo en el que pueden establecerse tres fases o momentos,

    determinados por tres respectivos modos de conceptuar la relacin entre la

    poltica, la guerra y la tcnica.2 Las distintas presentaciones de su trayectoria

    intelectual aparecen como un progresivo ahondamiento en el crculo virtuosoentre la teora clausewitziana y la realidad poltica del mundo. El primer

    momento los aos 50 se fundamenta en la tesis de la primaca de la

    tcnica sobre la guerray de sta sobre la poltica. El segundo momento, corres-

    pondiente a la publicacin de Paz y guerra entre las naciones, en 1962, se

    focaliza en la construccin de una teora crtica de las Relaciones Internacionales,

    y expresa una concepcin de transicin, en la que destaca una fuerte pero

    provisoria interpretacin de Clausewitz. El tercer momento, correspondientea la publicacin de Pensar la guerra. Clausewitz, en 1976, despliega la tesis

    de la primaca de la poltica sobre la guerra y la tcnica, y se fundamenta en

    una interpretacin racionalista del pensamiento del autor alemn.

    Este artculo busca explorar la unidad esencial de todos estos momentos

    en el pensamiento de Aron, y ofrecer un fragmento preliminar para el estudio

    de lo que Aron escribi sobre Clausewitz. Sugerimos que en Pensar la guerra

    Aron alcanza la ms alta comprensin del pensamiento de Clausewitz,pues lo desliga del lenguaje de las Relaciones Internacionales y lo reconstruye

    afrontando la poltica, la guerra y la paz como dimensiones existenciales

    de la historia. De ese modo, Clausewitz recobra esplendor expresivo y

    potencia analtica para clarificar los procesos contemporneos.

    La meditacin sobre Clausewitz nos acerca al movimiento inagotable

    de la historia porque representa algo ms significativo que lo que ofrece el

    panorama de las teoras generales de las Relaciones Internacionales (Arenal

    Moya, 1994; Hoffmann, 1991). Aron era ajeno a las ilusiones utopistas de

    la paz y a las ilusiones militaristas de la guerra. Tampoco condescenda

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    con las posturas afectadas del realismo clsico, como el reduccionismo a

    los intereses nacionales y la poltica de poder. Cuando Hitler decidi

    la operacin Barbarroja, estaba respondiendo al inters nacional? Cuando

    Stalin despus de una depresin ocasional decidi arrasar los campos para

    resistir en la profundidad del territorio ruso, responda a los imperativos

    de la poltica de poder? Para Aron la poltica no slo implica clculo

    sino tambin pasiones, ideales, fines, odios. Si la tendencia a refugiarse en

    una hiptesis terica hasta el punto de hacer irreconocible la realidad es un

    peligro que trat de evitar, no es porque restase importancia a las ideas

    sino ms bien lo contrario: Aron pensaba que la realidad poltica funcionabaen consonancia con las ideas. Nunca solt amarras con la historia poltica,

    en tanto le proporcionaba los materiales de la realidad; ni circunscribi su

    meditacin a una nica tesis fuerte (en rigor una hiptesis), para as captar

    las ideas que operaban en la realidad.

    Aron fue un liberal ilustrado, algo usual en el siglo XIX pero un tanto

    extrao hoy da. Al poner su simpata del lado del ideal nos ensea que el

    ideal debe conciliarse con situaciones histricas, polticas y sociales. Lasociedad liberal es profundamente pacifista y rodea a las personas con toda

    clase de ilusiones, preocupaciones menores y satisfacciones. Aron es un

    liberal que remueve los espejismos generados en el movimiento espontneo

    de la sociedad liberal y presenta una imagen de la vida en la que hombres

    serios luchan entre s por fines serios. Pensar sobre la guerra es un esfuerzo

    penoso que requiere pericia e imaginacin, porque es difcil entender por

    qu los hombres se matan. Aron y Clausewitz nos ensean a tomarnos enserio la guerra, entre otras cosas, porque para ellos la guerra es una de las

    posibilidades de la poltica y sta es el destino de la vida del hombre sobre

    la tierra.

    Los aos 50 y 60

    En Un siglo de guerra total (Aron, 1973), publicado originalmente en

    1951, la guerra y la poltica emergen como fenmenos independientes y en

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    tensin. La guerra es jerrquicamente superior en el orden de determinacin

    del proceso histrico:

    Las guerras son esencialmente impronosticables. Pero las guerras del siglo

    XX lo son mucho ms que las del pasado. Las mismas situaciones que

    preparan una guerra moderna se destruyen al nacer. Es la batalla en y por

    s, y no el origen del conflicto o del tratado de paz, lo que constituye el

    hecho importante y produce las consecuencias de mayor alcance (Aron,

    1973: 14).

    La guerra invierte la relacin de efecto de determinadas condiciones

    cobrando entidad independiente. La batalla es el factor autnomo en el

    proceso mismo de la guerra. La tesis de la primaca de la tcnica avala la

    independencia y superioridad de la batalla sobre la poltica. El mismo

    Aron escribir sobre esas pginas, aos despus, que el tema de la tecni-

    ficacin del mundo pertenece tanto a Saint Simon y a Marx como a Spengler

    y Heidegger. Lo que se discuta inmediatamente despus de la guerra y sesigue discutiendo todava hoy es el porvenir que trae consigo la revolucin

    tcnica, el destino que reserva a Occidente (Aron, 1985:288). Su afirmacin

    de que la fuerza motriz de la evolucin de aqul tiempo era tcnica recapitula

    la lnea de pensamiento que destaca la gravitacin de la tcnica y su peligro.

    El mbito de los medios se mueve por s mismo, independiente de los orgenes

    y fines. La guerra es polticamente inmanejable. La sorpresa tcnica

    destroz los lmites diplomticos y las consideraciones polticas, los finesse tornaron ilimitados, la guerra impuso su lgica destructiva a la poltica,

    desenvolvindose como guerra a muerte. La capacidad destructiva de la

    guerra determin la prdida de influencia de los diplomticos y la disolucin

    de la tradicin diplomtica de los Estados europeos. La guerra aparece como

    una realidad autnoma, como guerra total, una guerra a ultranza. El

    dinamismo de la guerra total impone sus propios objetivos, polticamente

    dislocados. De principio a fin, la dinmica de la guerra total arrastra a los

    actores hacia la destruccin. La exigencia de rendicin incondicional a

    Alemania en la Primera Guerra Mundial emerge como un epifenmeno de

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    la guerra total y no como una poltica seleccionada entre otras posibles (Aron,

    1973). La guerra se apoya en la tcnica. La tcnica es infundada, real por

    s misma y arco ltimo que ajusta al conjunto.

    En esta primera fase, el pensamiento aroniano describe una sucesin abi-

    garrada de fenmenos empricos. Se trata, pues, de una fase pre-clausewitziana

    en relacin a la evolucin posterior de su pensamiento que resaltaremos en

    los prximos prrafos.

    En 1962 la publicacin de Paz y guerra entre las naciones (en adelante

    Paz y guerra) marca un hito en la produccin terica aroniana y en la historia

    de la disciplina de las Relaciones Internacionales. Las fuentes tericas delvoluminoso texto adquieren una dimensin en cierto sentido inabarcable,

    ya que implican una muy amplia produccin terica, que incluye conceptos

    y anlisis provenientes de varias ciencias humanas. El esfuerzo aroniano

    de ordenacin conceptual se motiva en el objetivo de escribir un libro que

    adquiera la vigencia de un clsico. Aron recupera la idea segn la cual las

    grandes crisis son aclaradas en los grandes libros, como La repblica de

    Platn,La poltica de Aristteles, El Leviathn de Hobbes y el Tratadopoltico de Spinoza; as como en Locke, Montesquieu y Rousseau, que escri-

    bieron en el perodo comprendido entre la revolucin inglesa y la francesa

    (Aron, 1963:19). Las crisis de la ciudad antigua y de la cristiandad europea,

    las revoluciones inglesa y francesa, se beneficiaron con grandes intrpretes

    que se inscriben en la tradicin del pensamiento occidental. La evocacin

    de las grandes crisis del pasado y sus filsofos muestra la autoconciencia

    aroniana de la relacin entre la bipolaridad sovitico-norteamericana y supropio pensamiento.

    La tarea crtica de rescate del pensamiento de Clausewitz se inicia en

    Paz y guerra. Clausewitz proporciona la base sobre la que Aron edifica la

    teora. La primera parte del libro denominada Teora, conceptos y sistemas

    integra conceptos de distintos registros tericos: una cierta interpretacin

    del pensamiento de Clausewitz, combinada con figuras inspiradas en el con-

    ductismo y la teora de sistemas. Aron construye una sntesis terica con

    elementos de diversa procedencia sometidos a examen crtico lo que cons-

    tituye una novedad en la disciplina de las Relaciones Internacionales. A

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    pesar de la variedad de autores trabajados y perspectivas examinadas, Paz

    y guerra encuentra en Clausewitz el ncleo de la teora de las Relaciones

    Internacionales. Pero el pensamiento del autor alemn ha sido desigualmente

    interpretado. Por ello Aron distingue conceptos fundamentales como guerra

    absoluta y guerra real, y relaciona la teora de Clausewitz con una idea de

    lo poltico como fenmeno problemtico y conflictivo. En funcin de ello,

    examina dos fuentes de hostilidad: la posicin geopoltica y la diferencia

    ideolgica, que se imbrican en la circunstancia poltica, particularmente en

    la enemistad norteamericano-sovitica:

    Los dos son enemigos aunque se asemejen porque la presencia de uno de

    ellos trae consigo la eliminacin del otro (una vez ms dejando aparte el

    caso de los neutrales). Casi no importa saber si los representantes de uno u

    otro campo hacen la misma cosa (no la hacen); basta con que se persigan

    unos a otros para que la hostilidad sea inevitable (Aron, 1963:640).

    La imposibilidad de la formacin de una voluntad general originada enlas voluntades particulares de los Estados patentiza la contradiccin funda-

    mental entre la Organizacin de Naciones Unidas y el idealismo wilsoniano

    que la inspira, por un lado, y los Estados nacionales fundados en el principio

    de soberana y decisin sin juez ni ley superior, por otro. En la enemistad

    norteamericano-sovitica, en cambio, la estatalidad se presenta mediatizada

    por la lucha revolucionaria mundial, impulsada desde los Estados revolu-

    cionarios. Aron lleva el razonamiento hasta la hiptesis de construccin deuna federacin planetaria que deje atrs la era de la estatalidad, y organice

    a la Humanidad entera bajo una nica institucionalidad. En una situacin

    imaginaria de ese tipo cuyas condiciones de posibilidad son tan difciles

    que dependen del azar postula la continuidad de la lgica de la enemistad:

    Puede concebirse una sociedad humana sin enemigos? () no es equivocado

    decir que el orden poltico es inseparable de las hostilidades () por debajo

    de un Estado planetario, los grupos no viviran en paz si, como las conciencias

    segn Hegel, cada uno quiere la muerte del otro (Aron, 1963: 877).

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    La tesis de la conflictividad esencial de lo poltico recuerda al ascenso de

    la experiencia de la conciencia desde la certeza sensible hasta el saber absoluto

    en la Fenomenologa del espritu, el esplendente libro de Hegel que Aron

    estudi en el seminario de Alexandre Kojve. (Por otra parte, Aron presenta

    una proximidad evidente con la distincin de lo poltico como amigo-enemigo

    que expuso Carl Schmitt con diversos fundamentos: antropolgico (Schmitt,

    1984), jurdico internacionalista (Schmitt, 1979) y teolgico (Schmitt, 1985).

    No hay espacio aqu para ahondar en esta proximidad). Sin embargo, la impronta

    racional de Aron lo mantuvo apartado de toda escatologa, atenindose ms

    bien a la prudencia como conocimiento de la circunstancia poltica.

    La reconstruccin del pensamiento de Clausewitz

    Cundo ley Aron por primera vez a Clausewitz? Las respuestas aportadas

    por Aron son contradictorias:

    Le por primera vez la obra maestra de Clausewitz hace unos veinte aos,

    hacia 1955, cuando se public la traduccin francesa de la seora Naville,

    en tanto reflexionaba sobre las consecuencias politicoestratgicas de los

    armamentos nucleares. En la era atmica, la subordinacin de los jefes

    militares a los jefes del Estado o del gobierno adquieren un carcter de evi-

    dencia y necesidad (Aron,1989:4).

    Esa primera lectura es cuatro aos posterior a la publicacin de Un

    siglo de guerra total en 1951, afirmacin que se contradice con el comentario

    que el mismo Aron hiciera en otra oportunidad, respecto de su colaboracin

    en la revista de asuntos blicos Combate de la Francia Libre, editada desde

    Inglaterra durante la Segunda Guerra:

    Era la segunda vez que entraba en contacto, esta vez por su intermedio, con

    el pensamiento de Clausewitz. La primera vez fue durante mi permanencia

    en Alemania antes de la guerra (Aron, 1984:74).

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    Como nuestro trabajo no es biogrfico, sino terico poltico, las diferencias

    en los relatos revisten una importancia anecdtica. En cualquier caso el

    pasaje de la construccin terica de Un siglo a Paz y guerra, y de sta a

    Pensar la guerra, constituye un camino de esclarecimiento y asimilacin

    de la teora clausewitziana. Si bien Aron aborda en las dos ltimas el problema

    terico e histrico de la poltica y la guerra, sugerimos que la teora de la

    poltica mundial puede buscarse ms provechosamente en Pensar la guerra

    que en Paz y guerra, pues el ncleo terico clausewitziano de la primera

    alcanza una coherencia y altura sorprendentes, y despeja la extensin mul-

    tidisciplinaria de la segunda.Una de las diferencias fundamentales entre ambas obras se manifiesta

    en el pasaje de una concepcin instrumental de la guerra a una concepcin

    poltica existencial, la totalidad poltica, que es el esquema superior que

    encuadra la condicin instrumental y construye conocimiento mediante sn-

    tesis conceptuales. En Paz y guerra, la paz y la guerra se presentan como

    funciones del diplomtico y del soldado, lo que remite a la concepcin webe-

    riana del poltico como profesin (Weber, 1997: 1062-1106) y tambin alconductismo. En Pensar la guerra, en cambio, Aron reconstruye el pensa-

    miento de Clausewitz enDe la guerra como teora dialctica concreta de

    la poltica, y devuelve la imagen de un pensador radicalmente distinto al

    que Liddell Hart llam el Mahdi de las masas (1933:119).

    El concepto de totalidad poltica

    Aron nos recuerda que Clausewitz no concluy el Tratado, como llama

    al libroDe la guerra (Vom Kriege) que el autor alemn tena en preparacin

    (Aron, 1989:75-6).3 Comenzado en 1816, deba revisarse a partir de la

    Nota final y laAdvertencia de 1827 y modificarse en su conjunto, si bien

    slo el captulo primero del libro primero puede considerarse terminado.

    Al no haberla completado Clausewitz, la revisin es una cuestin abierta

    y conjetural. Por cierto, las variaciones bosquejadas y el captulo men-

    cionado despliegan herramientas, principios y conceptos para la reinter-

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    pretacin y comprensin mediante una lectura activa, tan imperiosa como

    difcil.

    Aron se embarca en dicha tarea y emancipa a la obra de las condiciones

    tcnico-militares de la poca que abundan en las partes tcticas y operacionales.

    En este sentido, rescata el concepto de totalidad poltica como uno de los

    ncleos teoricos fuertes del libro. La interpretacin aroniana es un anlisis y

    reconstruccin expositiva del pensamiento de Clausewitz sobre la poltica

    como totalidad moviente por la tensin dialctica entre paz y guerra.

    Aron encuentra dos sentidos del tmino poltica en Clausewitz:politics

    o situacin poltica, ypolicy o lnea poltica/plan poltico del jefe de Estado(inteligencia del Estado personificado). La guerra es parte del intercambio

    poltico en el primer sentido. La poltica, como situacin o accin, puede

    ser una de paz o guerra. As:

    Clausewitz pasa del condicionamiento de la guerra por la poltica a la idea

    decisiva de la accin poltica por las armas, punto de vista superior que funda

    la unidad del concepto de guerra pese a la diversidad de guerras y la dualidadde las especies. No es la concepcin inicial de la guerra absoluta lo que

    permite subsumir en un solo concepto la diversidad histrica de las guerras

    sino la naturaleza intrnsecamente poltica de la accin blica. Ya el Mariscal

    de Sajonia evite a menudo la batalla o Napolen la busque siempre, la guerra

    sigue siendo guerra porque, en uno y otro caso, los Estados actan polti-

    camente por la violencia, sean cuales fueren las modalidades de esta ltima

    (Aron, 1989:105).

    La unidad de composicin extrnseca de las profesiones en la que el

    diplomtico es agente de negociacin y el soldado agente de guerra es

    relevada en Pensar la guerra por una totalidad orgnico-estructural concreta,

    la totalidad poltica, en la que la paz y la guerra aparecen como posibilidades

    y situaciones de la que emergen los instrumentos. La interpretacin de

    Aron descubre en Clausewitz una teora de la poltica integral, que anticipa

    y crea las condiciones para el desarrollo que cobrara en el Siglo XX en

    autores como Carl Schmitt y el mismo Aron:

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    Ya no se trata de oponer las guerras donde interviene mucho la poltica a

    aqullas que no parecen politizadas. Se trata de reconocer dos proposiciones

    fundamentales: las guerras moderadas a la manera dieciochesca o las guerras

    de estilo napolenico son igualmente polticas; unas y otras expresan, en su

    diversidad, la diversidad del comercio entre los Estados segn las pocas.

    Las guerras a muerte, de estilo napolenico, parecen pura guerra, mientras

    que las del Rococ son ante todo polticas. Pero unas no son menos polticas

    que otras (Aron, 1987:333).

    La guerra y la paz son posibilidades fundamentales de la poltica. Estedescubrimiento aroniano est decisivamente determinado por Clausewitz,

    para quien en su punto de vista ms elevado, el arte de la guerra se transforma

    en poltica, pero, por supuesto, en una poltica que libra batallas en lugar

    de escribir notas diplomticas (Clausewitz, 1960: 568). Punto de vista

    ms elevado, el de la totalidad que Aron rescata al afirmar que la poltica

    se vale de caones o de notas; recurre a la violencia tanto como a la palabra

    (1989:333). En correspondencia con ello, la representacin de la totalidadimplica que la poltica posee prioridad ontolgica y formal sobre las funciones

    del diplomtico y del soldado.

    El jefe poltico-estatal es la inteligencia del Estado personificado: opera

    sobre la totalidad poltica, en la paz y en la guerra. El jefe militar tambin

    es poltico, pero concentra su actividad en una parte de la poltica, la que

    intercambia disparos. Como la parte al todo, el jefe militar se subordina al

    jefe poltico. La distincin de niveles en la totalidad poltica permite ordenarlas definiciones: la poltica es la inteligencia del Estado personificado, la

    estrategia es la combinacin y explotacin del resultado de las batallas, y

    la tctica es la conduccin de la fuerza militar en la batalla. En caso de

    reunirse las capacidades diplomticas y militares en una nica persona, sea

    civil o militar, ser, objetivamente, poltica.

    La comunidad de pensamiento de Clausewitz y Aron resulta ostensible:

    La identidad de naturaleza entre el acto blico y el acto poltico plantea dos

    proposiciones mayores: la poltica-objeto determina la guerra y los caracteres

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    que ella presenta; la poltica-sujeto la conduce con miras a los fines que

    sugiere o impone la poltica-objeto; el instrumento militar, como cualquier

    otro instrumento, debe ser manipulado de acuerdo con su naturaleza y sus

    leyes, pero el instrumento se somete a la voluntad de quien lo manipula. El

    acto de fuerza sigue siendo intrnsecamente un acto poltico, un elemento

    de la dialctica de las voluntades enfrentadas (Aron, 1987:178).

    El sistema conceptual

    Para Aron, Clausewitz plantea la relacin entre teora y prctica, en tanto

    anlisis abstracto y observacin, filosofa y experiencia, no deben despre-

    ciarse ni excluirse recprocamente: cada trmino es garanta del otro

    (1989:74). Clausewitz se aproxima al dualismo filosfico kantiano, aunque

    las dificultades de preservar la tensin entre los esquemas trascendentales

    y los fenmenos de la experiencia lo inclinan hacia sta, en sentido inverso

    a la precipitacin idealista de la filosofa alemana post-kantiana:

    El autor jams se apart de las exigencias del rigor filosfico, pero cuando

    el hilo de ste ltimo se volvi demasiado delgado, el autor prefiri romperlo

    y atenerse a los fenmenos correspondientes de la experiencia (1989:74).

    Manejando la teora y preservando la referencia emprica, Aron recons-

    truye el sistema conceptual del autor alemn y constata que las definicionesde la guerra parecen divergentes, ya que:

    () una definicin de la guerra en dos trminos, la guerra es un acto de

    violencia destinado a constreir al adversario a ejecutar nuestra voluntad

    (I,1,2) a una definicin en tres trminos: Extraa trinidad compuesta por

    la violencia original de su elemento, que es necesario considerar como

    una pulsin natural ciega, por el juego de la probabilidad y el azar, que la

    transforma en una libre actividad del alma, y por la naturaleza subordinada

    de un instrumento poltico, mediante el cual retorna al puro entendimiento

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    (i, 1, 28). En cada una de estas etapas del camino que conduce de la definicin

    original a la definicin trinitaria, nuevos conceptos clave enriquecen el an-

    lisis (Op. Cit., p.82).

    En el punto de partida, Aron explica la diferencia entre la definicin

    monista y la trinitaria, dilucidando los conceptos de guerra absoluta y guerra

    real. En el pasaje de uno a otro se desplegar un sistema conceptual cuya

    comprensin es la clave de acceso a la teora clausewitziana y, en sentido

    contrario, su desconocimiento es la fuente de los malentendidos. El pasaje

    de lo ms simple y abstracto a lo ms concreto y rico en determinacionesmediante adiciones y variaciones es un modo filosfico que Aron denomina

    mtodo de la modificacin. En funcin de esto, seala que:

    () las proposiciones verdaderas en esta etapa inicial del anlisis, en el nivel

    conceptual, no tienen validez definitiva. Se aplican a la guerra en s, aislada

    de sus orgenes y sus fines, no a la guerra real, pero Clausewitz quiere demos-

    trar precisamente que no se puede ni se debe separar una guerra real de susorgenes y fines (Aron, 1989: 83).

    En su breve introduccin Clausewitz explica el pasaje de los conceptos

    puros (simples) a los conceptos sintticos (complejos), en los que articula

    el juego de la diferencia entre los conceptos de guerra absoluta y guerra real:

    Nos proponemos considerar, en primer lugar, los diversos elementos de

    nuestro tema; luego sus distintas partes o divisiones y finalmente el todo en

    su ltima conexin. Procederemos, de este modo, de lo simple a lo complejo.

    Pero en esta cuestin, ms que en alguna otra, es necesario comenzar por

    referirse a la naturaleza del todo, ya que en esto la parte y el todo deben ser

    considerados simultneamente (Clausewitz, 1960:9).

    El primer momento establece la analoga entre la guerra y el duelo.

    Aron se detiene en la frase que afirma que no hay violencia moral fuera

    del concepto del Estado y de la ley. Subraya tres conceptos en la definicin

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    monista: violencia, objetivo y fin. Para Clausewitz, la violencia moral slo

    es concebible en el interior de los Estados y bajo la ley. Fuera de ellos, el

    derecho y los usos aparecen como restricciones insignificantes (1960:14).

    Entre duelistas la violencia es excluyentemente fsica y no puede haber

    violencia moral, pues sta slo es concebible dentro del Estado y bajo la

    Ley. La concepcin clausewitziana supone la natural inocencia (no puede

    haber violencia moral sino nicamente fsica) del estado de naturaleza y

    del estado de guerra, con lo que se inscribe en el interior de la huella hob-

    besiana. En particular, la inocencia del estado de naturaleza en la poltica

    entre los Estados legitima a la guerra. Sin embargo, esa posicin no lohace especialmente belicista, ni partidario de una eclosin indiscriminada

    de acciones armadas. Por el contrario, la legitimidad de la guerra en Clausewitz

    requiere la consideracin del supuesto de la estatalidad de los contendientes

    y de la particular situacin histrico espiritual de los siglos XVIII y XIX,

    en la que la guerra justa es aquella en la que intervienen enemigos justos,

    esto es, Estados soberanos (Schmitt, 1979: 174-201). Por ello, para ser rec-

    tamente apreciada, la definicin del duelo debe ser mediatizada con lacomprensin del conjunto del libro de Clausewitz y respecto de la totalidad

    histrico espiritual. Aron ubica las citas en su encadenamiento sistemtico:

    Las proposiciones verdaderas en esta etapa inicial del anlisis, en el nivel

    conceptual, no tienen validez definitiva. Se aplican a la guerra en s, aislada

    de sus orgenes y sus fines, no a la guerra real, pero Clausewitz quiere demos-

    trar precisamente que no se puede ni se debe separar una guerra real de sus

    orgenes y sus fines. Por qu la guerra, segn esta consideracin abstracta,

    conduce necesariamente a los extremos? Por qu este ascenso deriva de la

    lgica, o la esencia, del duelo o la lucha? Su razn ltima es la accin recproca

    de las fuerzas y las voluntades enfrentadas, cada cual intentando imponer

    su ley a otra (Aron, 1989:83).

    Esta accin recproca presenta tres aspectos: intencin hostil, fuerza

    moral, y fuerza fsica (medios). El choque de los duelistas conduce a un

    ascenso a los extremos en el que la magnitud de las fuerzas est recprocamente

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    determinada en un proceso creciente, que termina con el abatimiento de uno

    de los contendientes y la victoria del otro. El duelo como tipo ideal es el

    punto de partida que se superar en el ascenso hacia formas ms concretas:

    Esta primera etapa del anlisis nos sugiere una serie de parejas conceptuales:

    objetivo militar y fin poltico, intencin hostil y sentimiento de hostilidad,

    entendimiento y sensibilidad, medios materiales y fuerza moral, ascenso a

    los extremos. En definitiva, y sobre todo, ninguna de las frmulas que figuran

    en los cinco primeros pargrafos se aplica a las guerras reales, se aplican

    todas a la guerra segn el concepto o la filosofa, al acto de violenciaaislado del medio social que lo condiciona y del fin que cada actor quiere

    alcanzar, en otros trminos aislado de la poltica en los dos sentidos de la

    palabra,politics ypolicy (Ibid.).

    Como muestra Aron, las dificultades de comprensin de la trama filosfica

    deDe la guerra determina los errores interpretativos, tanto en simpatizantes

    como en detractores. Los casos emblemticos del conde Schlieffen y deLudendorff, por el lado de los adherentes, y de Liddell Hart, por el de los

    detractores, conciben el concepto de guerra absoluta como imperativo

    categrico y reflejo de la guerra real. Aron reflexiona si Schlieffen fue a

    Clausewitz lo que Lenin a Marx: brillante jefe, mediocre intrprete

    (1989:29).

    El Tratado de Clausewitz, acorde al modo idealista alemn, no pas la

    prueba de la interpretacin de los jefes militares de una poca positivista eideologizada. Clausewitz aclara la cuestin desde el inicio:

    Hay que reconocer que el espritu humano difcilmente se sometera a esta

    ensoacin lgica. De ello resultara a menudo un intil despilfarro de fuerzas

    que necesariamente encontrara un contrapeso en otros principios del arte

    de gobernar; se requerira una tensin de la voluntad que no estuviera en

    equilibrio con el fin fijado, y que en consecuencia no podra ser provocada,

    pues la voluntad humana jams extrae su fuerza de sutilezas lgicas (Clau-

    sewitz, 1960:13).

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    La primaca del arte de la conduccin poltica adecua la relacin entre

    concepto absoluto y situacin real, y resguarda la proporcin entre medios

    y fines. Aron establece la puntuacin de su hermenutica detenindose

    particularmente en esa frase aclaratoria, que pas desapercibida a tantas

    generaciones de lectores:

    Nunca se insistir demasiado sobre este texto, el nico donde Clausewitz,

    de manera irrecusable, explcita, previene contra una interpretacin falsa

    de sus conceptos o su mtodo: lejos de que la guerra absoluta sea un ideal

    al cual conviene acercarse, el arte poltico ordena mantener el equilibrioentre los intereses en juego y los esfuerzos que insumen. La necesidad

    abstracta del ascenso a los extremos no constituye en ningn momento un

    imperativo praxeolgico. Cuando se consideran las guerras reales, la posi-

    bilidad de descenso determina y debe determinar la conduccin tanto como

    la necesidad abstracta del ascenso (Aron, 1989:85).

    La guerra absoluta es el concepto abstracto. La introduccin de las deter-minaciones concretas constituye un paso hacia su expresin definitiva. El

    pasaje de lo absoluto como elemento lgico hacia lo real como reunin de

    las mltiples determinaciones en el concepto de lo concreto, patentiza la

    politicidad constitutiva de la guerra:

    La segunda etapa del camino que conduce de la definicin monista a la

    definicin trinitaria comienza con la confrontacin del concepto (o la defi-

    nicin abstracta) con la realidad, segn el mtodo denominado de modificacin

    () Los luchadores ahora encarnados en Estados poseen un territorio, recur-

    sos, aliados. La guerra se desarrolla a travs del espacio, lleva tiempo, no

    surge como un relmpago, se inserta en el curso de las relaciones interestatales

    (Aron, 1989:85).

    El ascenso a los extremos es la tendencia intrnseca del concepto lgico

    de guerra absoluta. Aron entiende que este concepto se asemeja con la guerra

    de la primera especie, y se diferencia de la denominada segunda especie de

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    absoluta y guerra real, relacin entre fin poltico y objetivo militar, tendencia

    a la proporcionalidad entre la magnitud del primero y la importancia del

    segundo, modificacin de dicha proporcionalidad por las tensiones o las

    pasiones, leyes de probabilidad, desarrollo de la guerra en el espacio y el

    tiempo (Aron, 1989:85).

    La guerra entrelaza las tensiones entre fin poltico y objetivo militar, y

    se desarrolla inmersa en el juego de las pasiones y sujeta a la intervencin

    intempestiva de la fortuna. La fuerte influencia que Maquiavelo ejerci en

    la formacin intelectual de Clausewitz, subrayada enrgicamente por Aron,se integra en la sntesis de lo real concreto como modo terico de pensar

    la guerra, consumando una suerte de revolucin terica en relacin al

    empirismo de Jomini y al dogmatismo racionalista de Von Bullow. No hay

    recetario ni frmulas para triunfar en la guerra, ya que el movimiento de

    las intenciones, sentimientos, fuerzas y azares que intervienen colocan al

    jefe poltico y militar en la situacin de hacer un esfuerzo superior al de

    Newton (Clausewitz, 1960:545).En un paso por ordenar el dinamismo de las guerras concretas y combinar

    adecuadamente la relacin entre orden y desorden, Aron descubre que la

    lgica subyacente de Vom Kriege se desenvuelve con una particular dialctica,

    que Aron denomina dialctica de la polaridad. Como esquema trascendental

    de abordaje de las guerras concretas, la dialctica de la polaridad posibilita

    comprender el fundamento de la guerra de la segunda especie, el descenso

    hacia la observacin armada y la paz negociada:

    Esta tercera etapa aporta, pues, el concepto de polaridad, la asimetra del

    ataque y la defensa, la oposicin entre lo intelectual y lo afectivo, entre el

    entendimiento y las cualidades morales. Estas ltimas no se oponen solamente

    a las fuerzas materiales, se oponen a las abstracciones de la teora pura y a

    los clculos del entendimiento (Aron, 1989:85).

    Finalmente, Aron encuentra en la cuarta etapa expositiva un ltimo

    paso en el trnsito hacia la guerra real como totalidad concreta, que rene

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    en un nuevo plano las ideas anticipadas en el plano abstracto en el que se

    presenta la guerra absoluta. La situacin poltica enfrenta Estados que per-

    siguen fines contrapuestos. La primaca de los fines expresa la racionalidad

    de la poltica entre los pueblos civilizados. De la racionalidad de la poltica

    se deriva la racionalidad de la guerra, que la prolonga y contina. La totalidad

    de la poltica como unidad de las posibilidades de la paz y la guerra sobre-

    determina la funcin instrumental y el dominio de las intenciones hostiles

    sobre los sentimientos hostiles:

    Retomando la idea ya utilizada una primera vez: la poltica. Los dos sentidosde la poltica se distinguen claramente: la guerra entre pueblos civilizados

    surge de una situacin poltica y es provocada por un motivo poltico. El

    fin poltico constituye, pues, la consideracin suprema en la conduccin de

    la guerra (Aron, 1989:87).

    Esta cuarta y ltima etapa reasume los elementos expuestos en las etapas

    previas, subordinndolos a la primaca de la poltica. El concepto de polaridadsistematiza la relacin entre las fuerzas materiales y morales, el ataque y la

    defensa, lo intelectual y lo afectivo, que encuentran orden y sentido a partir

    de la funcin determinante de la poltica, considerada como inteligencia

    del Estado personificado y conocimiento amplio de la situacin (Clausewitz,

    1960:25).

    La reconstruccin del sistema conceptual clausewitziano posibilita

    entender por qu a pesar de lo inconcluso, Vom Kriege es una extraordinariaobra retrica, que puede organizarse desde ciertas claves hermenuticas

    desplegadas en el libro primero y en laAdvertencia de 1827. El inters

    que ha preservado Vom Kriege a travs de los aos se corresponde con

    sus numerosas cualidades, con el despliegue de conceptos llenos de sentido

    y con las dificultades de interpretacin de una obra que se percibe excep-

    cional. Entre sus pliegues coexiste una interpretacin instrumental de la

    guerra en funcin de una teora de la poltica en tanto inteligencia del

    Estado personificado, y una morfologa de la poltica como totalidad

    existencial histrico concreta.

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    En efecto, para expresar la dimensin interna de las guerras reales,

    Clausewitz crea la notable categora de extraa trinidad (wunderliche

    Dreifaltigkeit). De cuo romntico y reminiscencias teolgicas la extraa

    trinidad no es un concepto abstracto, construido para superarse a medida

    que avanza en los niveles de concrecin. Por el contrario, es un predicado

    de lo real, que representa a la guerra real en tanto posibilidad estructural

    de la poltica:

    () la definicin trinitaria aporta, no obstante, una novedad decisiva: slo ella

    vale para las guerras reales y ella vale para todas las guerras reales. Aljensems o menos de la guerra absoluta, las guerras no son menos guerras desde

    el momento en que nos remitimos a la definicin trinitaria, que sirve de fun-

    damento tanto a la teora como a la historia y la doctrina (Aron, 1989:88).

    El trnsito de una especie a otra, en principio determinado por el cambio

    en las relaciones entre fin poltico y objetivo militar, transforma la fisonoma

    de la guerra. El pensamiento dialctico de Clausewitz se anuda en la cons-tatacin de la guerra como camalen: sigue siendo tal, pero cambia de

    color. La guerra como camalen remite a la historicidad y complejidad de

    las guerras, ya que la guerra es un camalen en los dos sentidos del trmino,

    la guerra es otra de coyuntura en coyuntura, compleja en cada coyuntura

    (Aron, 1987: 40).

    El primer aspecto, la confluencia del odio (Hass), la enemistad (Feindschaft)

    y la violencia primitiva de su esencia (ursprngliche Gewaltsamkeit) comociego impulso natural (blinder Naturtrieb), se corresponde con el pueblo (Volk).

    El segundo aspecto est constituido por notas ms elevadas: el juego del

    azar y las probabilidades que remiten al talento y valor de la actividad libre

    del alma, correspondiente al jefe militar y su ejrcito. La diferencia con la

    escuela de base geomtrica se manifiesta en la apreciacin de las operaciones

    militares como un verdadero arte, y del jefe militar como artista. La teora

    del genio militar expuesta en el captulo tercero del Libro primero desarrolla

    la teora del genio de origen kantiano, que concibe la creacin artstica como

    fenmeno superior e independiente de las reglas del arte. En el tercer aspecto,

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    finalmente, la guerra es un instrumento poltico e implica el dominio del enten-

    dimiento del gobernante poltico.

    La metamorfosis de la guerra es un movimiento estructuralmente deter-

    minado por la primaca de uno u otro de los componentes de la trinidad, no

    es un devenir catico. La organizacin y gravitacin relativa de cada aspecto

    determina la especie de la guerra.

    La unidad de los tres momentos sintetiza los momentos instrumental y

    existencial, y configura una peculiar razn dialctica cuya diversa modalidad

    concreta de articulacin en cada caso determinan la especie de guerra:

    Ya que todas las guerras reales comportan, aunque en proporciones diferentes,

    los tres elementos pasin del pueblo, libre actividad del alma del jefe militar,

    entendimiento poltico y direccin de la guerra por el Estado, por qu no

    buscar las causas de la guerra que asciende a los extremos, as como las causas

    de las guerras que descienden hasta la observacin armada? (Aron, 1989:107).

    La extraa trinidad de la guerra posibilita captar la particular combinacinhistrico-concreta que aproxima o aleja a una guerra real del concepto absoluto

    de guerra. Las guerras que se aproximan a la perfeccin no son ms ni menos

    polticas que las otras: la poltica misma determina su carcter absoluto (Aron,

    1987:91). La trinidad se presenta existencialmente en la guerra:

    La definicin trinitaria aporta, no obstante, una novedad decisiva: slo ella

    vale para las guerras reales y ella vale para todas las guerras reales. Aljense

    ms o menos de la guerra absoluta, las guerras no son menos guerras desde

    el momento en que nos remitimos a la definicin trinitaria, que sirve de fun-

    damento tanto a la teora como a la historia y la doctrina (Aron, 1989: 88).4

    Sobre el mtodo de Clausewitz

    En un horizonte alejado en el tiempo de la relacin entre el idealismo alemn,

    el romanticismo y las ciencias naturales, el desmontaje de la gravitante

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    herencia positivista en la construccin del discurso cientfico puede apro-

    ximarnos a la comprensin del vocabulario cientfico de Alemania a comien-

    zos del siglo XIX. Como hemos visto, Aron denomina mtodo de la

    modificacin al movimiento que ensambla los conceptos de guerra absoluta,

    guerra real y dos especies de guerra.

    Los autores post-marxistas vincularon el mtodo de Clausewitz con Kant

    y con Hegel (Lenin, 1979). En el libro primero de Pensar la guerra, Aron

    dice que no pone en duda que el pensamiento o el mtodo de Clausewitz

    es en alguna medida dialctico. Queda por saber en qu sentido (1987:272).

    Aron constata en Vom Kriege la polaridad de conceptos: guerra absoluta-guerra real, fuerzas morales-fuerzas materiales, ataque-defensa, medios-

    fines, etc. Hay por lo tanto un mtodo dialctico, entendiendo por tal una

    concepcin amplia de manejo de las oposiciones. No obstante, la tesis de

    la influencia hegeliana sobre Clausewitz parece discutible:

    En qu se basa la tesis del hegelianismo de Clausewitz? En un primer hecho,

    irrecusable; comandaba la Escuela General de Guerra en Berln mientrasHegel enseaba en la Universidad y reinaba all sin rival. En un segundo

    hecho, tambin irrecusable: el mtodo clausewitziano puede ser llamado dia-

    lctico. Queda por saber si este mtodo debe algo a la filosofa hegeliana

    (Aron, 1989:274).

    La proximidad fsica e institucional entre Hegel y Clausewitz en el Estado

    prusiano5 no le parece a Aron un elemento de prueba suficiente para acreditarinfluencia intelectual (Aron, 1987:275). Por el contrario, Aron despeja las

    coincidencias fortuitas y se concentra en la analtica terica:

    La esencia de la dialctica histrica de Hegel, la sntesis que supera las con-

    tradicciones en el tiempo y otorga un sentido racional al devenir no aparece

    en ningn momento en el Tratado. No puede aparecer: en la medida en que

    se atisba una filosofa clausewitziana de la historia, pertenece a la posteridad

    de Maquiavelo; la poltica slo edifica obras perecederas, carcomidas por el

    tiempo, que dejarn indiferentes a nuestros bisnietos Se dir que a falta

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    de una dialctica histrica la dialctica conceptual de Clausewitz s se aproxima

    a la de Hegel? Tambin aqu se impone una respuesta negativa Antes que

    buscar reminiscencias hegelianas, ms valdra evocar la polaridad de la elec-

    tricidad positiva y la electricidad negativa (1989: 275-276).

    La interpretacin aroniana distingue la identidad fundamental de la seme-

    janza formal, ya que una dialctica que se asemeja a la electricidad remite

    a la poca en general ms que a la filosofa hegeliana en particular. Pero la

    generalidad de la poca no excluye las necesarias precisiones. La comn

    utilizacin de un mtodo que emplea conceptos puros progresivamentesustituidos por conceptos reales no parece suficiente para establecer una

    influencia. El problema se resuelve en el planteamiento de la relacin entre

    los conceptos y la realidad:

    Esta relacin, que hemos estudiado en diversas ocasiones () se presta

    quizs a interpretaciones diversas. Lo que en cambio no se presta a ninguna

    duda es que la dualidad de las nociones y la realidad vivida no desembocajams en el concepto hegeliano, en el universal concreto (1989: 277).

    El universal concreto hegeliano invierte la concepcin ms extendida

    de lo universal como abstracto y lo particular como concreto. Para Hegel,

    lo universal puede ser abstracto o concreto. Lo universal abstracto implica

    un movimiento de negacin de lo universal por lo particular y ste a su vez

    puede invertirse, negndose esta primera negacin, y obtenindose un uni-versal concreto, que representa la totalidad del concepto. Lejos de estar

    vaca y ser pobre en determinaciones, es absolutamente rica en contenido,

    siendo lo universal abstracto un momento aislado e imperfecto del concepto

    que es, as, universal concreto. El paralelismo entre guerra absoluta (universal

    abstracto) y guerra real/ extraa trinidad (universal concreto) presenta una

    semejanza formal que no anula la diferencia sustantiva:

    El concepto puro de la guerra excluye en cuanto tal todo principio de mode-

    racin, no conduce por s mismo al segundo momento. El anlisis conceptual

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    no revela, en el primer momento, la presencia de un segundo que niegue el

    precedente. La diferencia entre el modelo de la lucha entre dos hombres y

    el de la guerra entre dos Estados es la que introduce mltiples modificaciones

    y permite concebir el descenso a la observacin armada (Aron, 1989: 276).

    El pasaje del concepto de guerra absoluta al de guerra real y extraa

    trinidad est determinado por la modificacin y agregacin de variables.

    Para Aron, despliega una operacin de sustitucin y adicin ms que una

    negacin de la negacin. Poco dado a enunciaciones apresuradas, y refractario

    a las primeras impresiones, Aron descarta la influencia hegeliana y entiendeque, en relacin a Kant, la concordancia parece ms verosmil:

    Si se quiere encontrar un origen filosfico a la extraa trinidad del primer cap-

    tulo, yo pensara ms bien en la tabla kantiana de las categoras (1989: 277).

    La extraa trinidad resuena a la tabla de las categoras,6 que agrupa las

    doce posibilidades que tiene un juicio para que el fenmeno (lo que semuestra) sea pensable como objeto (Kant, 1995). Refiere, por lo tanto, a la

    objetualidad del objeto, a las condiciones de posibilidad del objeto en tanto

    tal. En cambio, la sntesis entre objetividad y fenmeno emprico depende

    del esquematismo trascendental, que brota de la obscuridad de la imaginacin

    trascendental.

    La filosofa crtica kantiana plantea el conocimiento como construccin

    de la unidad de los niveles puro (intuiciones puras espacio y tiempo; cate-goras; juicio, esquemas trascendentales) y emprico, fenmenos sensibles

    que impresionan la receptividad de los sentidos. El dualismo kantiano resulta,

    pues, de la operacin de enlace mediante la imaginacin trascendental de

    los niveles puro y emprico.

    La articulacin entre guerra abstracta, dos especies de guerra y extraa

    trinidad parece otorgar objetividad emprica a la objetividad trascendental

    de las categoras de cantidad, respectivamente: unidad, pluralidad y totalidad.

    Aron sostiene que el mtodo de modificacin implica una particular dialctica

    en la que no hay negatividad sino polaridad. Si hay que elegir entre la

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    influencia de Kant o la de Hegel, nadie debera titubear: la de Kant es ms

    verosmil que la de Hegel (1989: 278), aunque se trate de semejanzas for-

    males ms que estructurales (1989: 281).

    Aron tambin considera la posible influencia de Montesquieu, y explora

    una serie de tentativas que abonan esa hiptesis: la propia manifestacin

    de Clausewitz en la Primera Nota donde afirma que El Espritu de las

    leyes le sirvi vagamente de modelo al escribir captulos cortos y mal

    eslabonados. La coincidencia en el uso del trmino naturaleza, o bien como

    esencia o bien como caracteres intrnsecos de una cosa: ambos usos

    estn en el soporte de la guerra absoluta, como guerra segn su naturaleza;y en el de guerras reales, cada una de acuerdo a su propia naturaleza.

    Finalmente, Aron sugiere que a Clausewitz para comprenderlo, el intr-

    prete debe situarlo donde le corresponde, entre los que Meinecke revist

    en su libro Die Entstehung des Historismus, y no ver en l un lector de

    Kant y Hegel (1989:282).

    La tradicin historicista alemana ha desplegado un proceso de investi-

    gacin, desentraamiento y ordenacin del sentido de la historia en el queconvergen progresivamente la filosofa de la historia y la historia de la

    filosofa. Clausewitz puede inscribirse en esa saga en tanto el orden conceptual

    encuadra al desorden real, abriendo espacios novedosos de anlisis y sus-

    citando nuevas intelecciones y exploraciones.

    Teora poltica a la altura planetaria

    En el libro segundo de Pensar la guerra, Aron extracta ciertas tesis centrales

    de Clausewitz para el anlisis de la situacin histrica del siglo XX. El punto

    de partida es el examen de las armas nucleares, cuya capacidad destructiva

    amenaza la existencia de toda la especie humana y pone en duda la naturaleza

    poltica de la guerra que las utilice. Aron no desconoce la semejanza entre

    guerra absoluta, primera especie de guerra y uso de armas nucleares. Por

    el contrario, introduce la cuestin de las armas nucleares en el interior del

    esquema clausewitziano de transicin de una especie de guerra a otra:

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    La destruccin de Hiroshima y Nagasaki por bombas atmicas indica la

    culminacin del ascenso, la aplicacin brbara del principio de aniquilacin

    interpretado en sentido material. Esos mismos acontecimientos parecen cons-

    tituir retrospectivamente el origen de un movimiento en sentido contrario.

    Del exceso del potencial destructivo renace el espritu de moderacin. La

    amenaza sustituye a la accin; la disuasin, a la decisin (Op.Cit.: 105).

    El arma atmica, en lugar de despertar la voluntad guerrera y romper

    el molde diplomtico, desarrolla la otra posibilidad fundamental de la poltica,

    la que modera los objetivos y adecua los fines. Aron discute polmicamentecon la tesis que entiende a las armas nucleares como armas absolutas, pues

    pone en cuestin la separacin entre fin poltico e instrumento militar. El

    pasaje de la guerra de aniquilamiento hacia la observacin armada desde

    la primera a la segunda especie de guerra encuadra la disuasin.

    El ascenso a los extremos en el esquema de la Destruccin Mutua Ase-

    gurada entre las superpotencias nucleares enfrentadas los Estados Unidos

    y la Unin Sovitica cede el lugar a la realidad poltica concreta. En funcinde ello, Aron analiza crticamente la literatura estratgica estadounidense,

    puntualmente On Escalation de Herman Kahn (1965) y The Strategy of Con-

    flictde Tomas Schelling (1964) en tanto muestran un modo de entender la

    estrategia basados en un razonamiento formal, despojado de contenido

    poltico e histrico concreto (incluso escoge esos autores porque les reconoce

    una particular calidad intelectual). Ambos ofrecen distintos escenarios de

    crisis y guerras nucleares posibles: armas contra recursos, armas contraciudades, armas contra armas, primer atacante, represalia gradual, represalia

    masiva, etc. Para Aron la confusin reside, una vez ms, entre el esquema

    terico y el concepto poltico concreto:

    El movimiento de ascenso deriva necesariamente del esquema del duelo

    entre dos luchadores que quieren imponerse mutuamente su voluntad. El

    movimiento de descenso puede resultar del control del entendimiento pol-

    tico sobre las pasiones, sobre la conservacin de la proporcionalidad

    entre el objetivo y los esfuerzos, sobre la comunicacin entre los duelistas,

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    cada cual adivinando lo que quiere el otro, luego lo que debe temer y lo

    que es lcito esperar (1989:133).

    El pasaje del movimiento de ascenso al movimiento de descenso describe

    una onda en la que el duelo de voluntades es sustituido por el entendimiento

    poltico, que introduce cierta proporcin entre la magnitud del esfuerzo y

    la calidad del objetivo. Una consideracin atenida a la historicidad de la

    estatalizad lo que Schmitt encuadr como la historicidad del nomos de

    la tierra muestra la fuerza estabilizadora que el marco histrico-poltico

    ejerce sobre el entendimiento poltico, que en Clausewitz es inteligenciadel Estado personificado y decide concretamente sobre la cuestin de la pro-

    porcin entre esfuerzos y fines. No es, pues, un clculo abstracto, sino un

    concepto ensamblado en una situacin poltica concreta.

    La crtica de Aron a los exponentes norteamericanos de la estrategia

    toma como modelo la crtica de Clausewitz a la escuela estratgica de Von

    Blow: es la crtica al dogmatismo, a la universalizacin de una particularidad,

    a la elevacin al plano estratgico de una situacin tctica (Aron, 1987:134).La verdad resulta de la reunin de las determinaciones concretas en el con-

    cepto, y sta condicin se opone crticamente al modo abstracto, entendido

    como el razonamiento basado en principios universales sin la investigacin

    sobre el caso concreto:

    No hay solucin que combine las ventajas de las doctrinas opuestas; conviene

    elegir en funcin de la coyuntura concreta, con todos sus elementos polticos

    y psicolgicos, no a partir de un esquema y de razonamientos abstractos

    (1989: 137).

    El significado de Vom Kriege trasciende la traduccin conceptual de

    las guerras napolenicas, se abre como teora poltica de la guerra y contiene

    un mtodo de anlisis cuya dialctica interna confluye en las guerras reales.

    En consecuencia, el conocimiento de la historia de la guerra radica en el

    desentraamiento de las relaciones entre la totalidad de la formacin social

    y el instrumento militar:

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    Tomemos como punto de partida la historicidad de todas las guerras y la

    complejidad interna de cada guerra. Clausewitz insiste sobre uno de los

    factores de esta historicidad, la relacin entre el ejrcito y el pueblo, ms

    no ignora los otros: las armas, los inventos de la ciencia, la organizacin de

    los poderes pblicos, la naturaleza de las entidades polticas, los lmites y

    las reglas de la sociedad de Estados (1989: 139).

    La vigencia de Clausewitz no es dogmtica, sino terico poltica y est

    sujeta a la investigacin de la historicidad de la guerra, de su metamorfosis

    en funcin de las realidades polticas y las totalidades histrico-concretas,sociales.

    La naturaleza de la guerra no se manifiesta como devenir catico de

    la existencia. Refractario a las visiones impresionistas y a los aforismos

    de ocasin, Aron como lector de Clausewitz plantea un anlisis de la

    realidad concreta de la bipolaridad atmica. En la medida que supera la

    apariencia y el efecto ilusorio, desentraa el ncleo poltico de la cosa

    real. La crtica de Clausewitz al dogmatismo de su poca es el antecedenteque Aron resignifica frente a lo que entiende como exponentes de un nuevo

    dogmatismo. Por cierto, puesto en su contexto, lo dogmtico se interpreta

    como atenido a combinaciones lgicas sin consideracin suficiente de

    materiales empricos. En algn sentido, la crtica aroniana al dogmatismo

    recuerda la apreciacin de Kant sobre Hume en tanto lo despert del

    sueo dogmtico, as como tambin al Marx de la Crtica de la economa

    poltica. Para Aron, la idea de la superacin de la naturaleza poltica delas guerras por las armas atmicas reitera el dogmatismo en una nueva

    fase histrica. Frente a la imagen del paroxismo nuclear, juzga la utilidad

    de las armas atmicas como aval de la disuasin en el descenso hacia la

    observacin armada y revela que la carrera armamentstica abre una serie

    de modalidades posibles de guerra (1989:140).Los arsenales atmicos de

    las superpotencias rivales no determinan ni el apocalipsis ni la paz perpetua,

    sino la continuidad de la metamorfosis de las guerras y de su naturaleza

    poltica. La elucidacin de Vom Kriege dispone una caja de herramientas

    tericas para investigar la situacin concreta. Esta nueva indagacin de

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    la realidad poltica mundial produce una modificacin conceptual y semn-

    tica en relacin a la denominada guerra fra.

    Aron distingue la paz y la guerra por la naturaleza del medio. Ni sim-

    blica ni social, la guerra es violencia organizada y la paz es la ausencia

    de violencia organizada. La distincin especfica de la guerra como violencia

    organizada fundamenta la crtica a la tesis que universaliza y extiende la

    violencia a las esferas social y simblica. La extensin de un concepto

    de guerra de ese tipo propio de cierta teologa de la liberacin y de

    cierta sociologa de la violencia amenaza con deformar el contorno, el

    contenido concreto y la consistencia comprensiva del concepto de guerra(Aron, 1976:191). En consonancia, la distincin paz / guerra por la natu-

    raleza del medio configura una teora para entender la rivalidad entre los

    Estados Unidos y la Unin Sovitica como una situacin poltica, no como

    una guerra (Aron,1985:631-632).Una carrera armamentstica que no des-

    emboca en una guerra es una situacin novedosa de la poltica, pero no

    un vuelco de la historia:

    La suspicacia sostiene la carrera armamentista; el inters comn frena el

    ascenso a los extremos y lo encauza hacia la observacin armada. Las

    dos decisiones, relativas a los armamentos y la disuasin, son insepara-

    blemente polticas y estratgicas, una y otra dependen del entendimiento

    (1989: 179).

    Las armas atmicas sitan a los contendientes en un lugar paradjicamentemoderado: ninguno de los dos es tan insensato como para desatar un holo-

    causto comn. Los fines polticos de los EE.UU. y la URSS no contemplan

    el suicidio comn (en cambio, Hitler hubiera preferido el hundimiento mutuo).

    La carrera armamentstica favorece la disuasin y desplaza la guerra hacia

    los pases perifricos. La capacidad destructiva de las armas atmicas es

    un acicate para la razonabilidad. La poltica domina a la condicin tcnica.

    Las armas nucleares son un instrumento. La determinacin de la influencia

    de las armas atmicas en la situacin de rivalidad sin guerra est dominada

    por la comprensin poltica:

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    Ninguno de los dos Grandes contempla una victoria de aniquilacin que

    excluya la capacidad de segundo golpe por parte del rival; la guerra de los

    dos Grandes, suponiendo que errneamente se asimile a una rivalidad con

    una guerra, pertenece a la segunda especie (busca de conquistas limitadas

    a las fronteras sin decisin radical) Ahora bien, en la guerra de la segunda

    especie, tampoco subsiste ninguna necesidad, ni siquiera en abstracto. La

    Razn no impone ninguna ley. El entendimiento poltico-estratgico prevalece,

    el estoque o el florete sustituyen al espadn (Aron, 1979: 179).

    Para Aron no hay tal guerra fra, sino una rivalidad poltica entre elOccidente liberal y el campo socialista. El modelo abstracto del duelo y

    el ascenso a los extremos estn excluidos. La observacin armada nuclear

    entre las superpotencias desplaza la guerra a la periferia del sistema

    internacional.

    Conclusiones

    Como hemos visto, la evolucin del pensamiento de Raymond Aron est

    enlazada a la profundizacin en el pensamiento de Clausewitz. El encuentro

    entre ambos alcanza su nivel plenario en Pensar la Guerra. Tanto en el plano

    de las categoras como en su integracin al anlisis de la poltica mundial,

    las cada vez ms penetrantes lecturas de Vom Kriege realizadas por Aron

    otorgan una renovada vigencia a las tesis clausewitzianas. En considerablesfragmentos de Pensar la Guerra se hace difcil distinguir cuando Aron habla

    por si mismo y cuando habla Clausewitz: tal es la identidad y la mimesis

    que el autor francs alcanza con el autor alemn.

    Su prosa clarificante preserva la potencia retrica de Clausewitz al tiempo

    que lo actualiza en una sistematizacin impresionante referida a la realidad

    poltica y al campo de la cultura. Pensar la guerra se cuenta entre los ms

    grandes libros en la historia de la teora poltica. Por cierto, en la disciplina

    de las Relaciones Internacionales suele considerarse a Paz y guerra como

    la palabra final de Aron en la materia. Sin embargo, parece como hemos

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    tratado de demostrar que Pensar la guerra alcanza un grado superior de

    desarrollo y configura, por lo tanto, una obra an ms importante.

    La interpretacin aroniana del proyecto terico de Clausewitz restablece

    una teora dialctica, abierta y orgnica. La crtica a las interpretaciones

    usuales posibilitan que la vigencia de Clausewitz emerja ante todo en la

    fidelidad al mtodo, es decir, en la investigacin de la historicidad de la

    guerra, de su metamorfosis en funcin de las totalidades histrico-concretas,

    del anlisis de la situacin poltica y de los objetivos polticos de los Estados

    en pugna. A propsito, en los aos de la bipolaridad norteamericana-sovitica,

    Aron nunca eludi el apoyo razonado a una de las opciones. En este sentido,la indagacin sobre Clausewitz fue decisiva para configurar un pensamiento

    de la contradiccin poltica a escala planetaria. Desde la cada del muro de

    Berln, la intensidad de la bipolaridad fue relevada por nuevos escenarios

    en constante devenir y configuracin. En la personalidad intelectual y poltica

    de Aron, la radicalidad del pensamiento de Clausewitz se adecua al aspecto

    paradjico de un liberalismo poltico y combativo nacido de la oposicin a

    la tirana sovitica y la crtica al marxismo leninismo.Por otra parte, Clausewitz y Aron descubren el velo que oculta la situacin

    poltica y la totalidad histrico poltica, de la que emergen los modos de

    guerrear. Toda guerra es poltica porque se origina en una situacin poltica,

    pone en juego contradicciones entre objetivos polticos y desemboca en un

    cierto tipo de paz, configurada como situacin poltica con arreglo a objetivos

    polticos.

    Por cierto, Clausewitz sin la interpretacin de Aron hubiese seguidosiendo un autor importante, pero sujeto a controversias interminables y

    desiguales. A partir de Pensar la guerra, Vom Kriege encuentra un pensa-

    miento en paralelo que renueva la relacin entre las partes y el todo en el

    interior del texto, y que desarrolla una hermenutica en la que convergen

    los horizontes de poca. De este modo, Clausewitz adquiere una renovada

    vigencia y Aron, una vez ms, confirma su talento clsico.

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    notas

    1 La caracterizacin de Aron como exponente de la gran tradicin ilustrada francesa de

    los siglos XVIII y XIX ms que como cientista social del siglo XX fue sealada por eldestacado politlogo e internacionalista chileno Manfred Whilhelmy (Conversacin pri-

    vada: 2007).

    2 La cuestin acerca de la autoconciencia de Aron sobre la trayectoria de su propio pen-

    samiento pertenece a la biografa, por lo tanto, est fuera de nuestra investigacin.

    Conviene destacar algunos indicadores como la alusin al gnero filosfico-periodstico

    (Aron, 1983:279), y cuando manifiesta insatisfaccin ante el tratamiento de Clausewitz

    en Paz y Guerra entre las Naciones (Aron, 1988:4). De todos modos, la hermenutica

    pertenece al lector ms que al autor. Por otro lado, la ubicacin temporal de las fases

    del pensamiento aroniano es aproximada y ha sido trazada en funcin de la aparicin

    de los textos.

    3 LaAdvertencia de 1827sostiene que existen dos especies de guerra y ambas continan

    la poltica por otros medios. Agrega, adems, que en cuanto al libro VIII, el plan de guerra,

    es decir la preparacin conjunta de una guerra, ya existen varios captulos en preparacin,

    pero stos no pueden siquiera ser considerados como verdadero material; slo constituyen

    un trabajo simple y tosco a travs de la masa con el fin de reconocer, en el curso mismo

    del trabajo, los puntos importantes. La Nota Final seala que slo el captulo primero

    del libro 1 debe considerarse terminado (Aron, 1989:75-6).

    4 De modo tal que, por ejemplo, las guerras de gabinete del primer equilibrio europeo en

    el Siglo XVIII encontraban en el entendimiento poltico y la conduccin militar su elemento

    determinante, mientras las guerras de la edad media y, en otro sentido, las guerras revo-

    lucionarias de base campesina del siglo XX se nutren del pueblo.

    5 Hegel era el filsofo ms famoso de su tiempo. Bstenos con recordar que a sus clases,

    en la Universidad de Berln, concurran unos doscientos alumnos, mientras que a las de

    Schopenhauer lo hacan apenas media docena.

    6 Tabla de las categoras: 1.De la cantidad: Unidad, Pluralidad, Totalidad; 2.De la cualidad:

    Realidad, Negacin, Limitacin; 3.De la relacin: Inherencia y subsistencia (substantiaet accidens), Causalidad y dependencia (causa y efecto), Comunidad (accin recproca

    entre agente y paciente); 4.De la modalidad: Posibilidad-imposibilidad, Existenciano-

    existencia, Necesidad-contingencia.

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