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Aquelarre PRIMER SEMESTRE de 2014. Número 26 Centro Cultural Universidad del Tolima

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    Centro CulturalUniversidad del Tolima

  • Universidad del TolimaAo 2015

    Volumen 14 N 27ISSN 1657-9992

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  • N 27

    Abril de 2015

    Revista de filosofa, poltica, arte y cultura

    Centro Cultural de la Universidad del Tolima

  • Revista del Centro Cultural de la Universidad del Tolima.

    RectorDr. Jos Herman Muoz ungo

    DirectorJulio Csar Carrin Castro

    EditorJohan Sebastan Gutirrez Mosquera

    Consejo EditorialBoris Edgardo MorenoCsar Augusto Fonseca rquezGabriel Restrepo ForeroJavier Vejarano DelgadoManuel Len CuartasMara Anglica Mora BuitragoMara Victoria Valencia Robles

    Diseo y diagramacinLeonidas Rodrguez Fierro

    ImpresinLen Grficas Ltda.

    Tiraje 2.000 ejemplares

    Direccin postal: Centro Cultural Universidad del Tolima Barrio Santa Helena - IbaguTelfono: (+)57-8-2669156 - IbaguCorreo electrnico: [email protected]

  • Tabla de contenido

    Carta del editor. Cinco dcadas del nacimiento de las FARC.EP .................................9

    MEMORIA

    Los 50 aos de las farc-ep ........................................................................................15Carlos A. Lozano Guilln

    Seleccin de textos de Alfredo Molano sobre orgenes del conflicto armado

    Limpios y Comunes ............................................................................................21

    Nacimiento de las Farc: De El Davis a Villarrica ..................................................27

    Asalto a Marquetalia ............................................................................................35

    El legendario comandante de las farc rememora 70 aos en la guerrilla ..............43

    Carta abierta a Alfonso Cano ....................................................................................49Medfilo Medina

    Respuesta a Medfilo Medina ...................................................................................63Timolen Jimnez

    PERSONAJES

    rase una vez Manuel Marulanda Vlez .....................................................................85Yezid Arteta Dvila

    En dilogos: Sargento Pascuas: 50 aos en las Farc .....................................................95Tony Lpez

    Las otras voces de la historia: mi encuentro con Ral Reyes ....................................111Miguel ngel Beltrn Villegas

    DILOGOS

    Acuerdos de la Uribe ...............................................................................................123

    Los papeles de Tlaxcala ...........................................................................................127

    Resolucin de paz ...................................................................................................159

    Agenda comn por el cambio hacia una nueva Colombia .......................................161

    Acuerdo General para la terminacin del conflicto y la construccin de una paz estable y duradera....................................................................................................163

    ARCHIVO FOTOGRFICO ....................................................................................169

    CONFLICTO Y NACIN

    Colombia: guerra, conflicto histrico y solucin poltica .........................................181Miguel Eduardo Crdenas Rivera A

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  • Colombia, mucha nacin? .....................................................................................197Herbert Braun

    Programa agrario de las Farc-Ep ..............................................................................205

    ACERCA DEL TERRORISMO

    Acerca del terrorismo ..............................................................................................213Julio Csar Carrin Castro

    La posicin marxista acerca del terrorismo individual ..............................................215Len Trotsky

    El terrorismo de Estado en Amrica Latina .............................................................221Antonio Garca Nossa

    Terrorismo y respuesta justa ....................................................................................227Noam Chomsky

    ndice de ilustraciones ............................................................................................239

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  • Universidad del TolimaAo 2015

    Volumen 14 N 27ISSN 1657-9992

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    Portada: Tirofijo / Fernando Botero / leo sobre lienzo / 1999 / 45.72 x 33.02 cm / Museo Botero, Banco de la Repblica / Bogot.

    Aquelarre, revista no venal, editada por el Centro Cultural de la Universidad del Tolima.

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  • Carta del editor

    Cinco dcadas del nacimiento de las farc.ep

    El presente del pasado es la memoria

    Ms de medio siglo y Colombia an vive la ltima de sus guerras, la que se distin-gue adems porque es la que hemos vivido y la que nos han contado, la misma que sin reparos ha cobrado la vida, el tiempo y las ideas de hombres y mujeres que han hecho parte de la nacin de naciones que es Colombia.

    El 9 de abril de 1948, luego de la muerte del lder popular Jorge Eliecer Gaitn, el pas inici una de las dcadas ms violen-tas y desafortunadas de su historia; miles y miles de familias campesinas vieron ante sus ojos cmo el cielo azul y las dulces estepas verdes de las montaas, se tean de rojo. La violencia haba comenzado. Las hordas de conservadores pacificaban los campos colombianos a machete y plomo, la chulavita estaba dispuesta a la carroa y el Ro Grande de la Magdalena se crispaba a la cada de los cuerpos.

    El control de amplias extensiones del territorio nacional, por parte de los gamonales y los terratenientes ya era para ese entonces un lugar comn, la poltica estaba tomada por los ideales conservadores y la economa se proyec-taba dependiente y servil de los intereses de las potencias. La modernidad no era ms que un discurso.

    Mientras Europa y Estados Unidos le pre-sentaban a la humanidad el nuevo orden mundial, luego de la aparente victoria del ejrcito aliado contra las fuerzas del na-zismo; el comunismo se alzaba como una nueva amenaza global para paz, segn lo dictaminaba el gobierno norteamericano, nuestro pas reciba un nuevo modelo de democracia de la mano del Golpe de Estado que ejecut el general Gustavo Rojas Pinilla al supuestamente dem-crata presidente conservador, Laureano Gmez, el 13 de junio de 1953.

    La dictadura se recuerda porque, adems de traer la televisin y otros desarrollos tecnol-gicos y arquitectnicos al pas, increment de manera amplia y sostenida, el nmero de estudiantes asesinados por el rgimen.

    El dictador cayo y la benemrita demo-cracia colombiana se mantuvo.

    El 18 de mayo de 1964, bajo el gobierno de Guillermo Len Valencia, y como una iniciativa ms de pacificacin del territo-rio nacional, 16 mil hombres se tomaron a Marquetalia; una pequea poblacin al sur del departamento del Tolima, en don-de un puado de campesinos insurrectos, herederos de las prcticas de autodefensas masivas campesinas de los aos 40 y de la resistencia liberal, tuvieron que enfrentar no slo las circunstancias y avatares de la represin nacional, sino el proyecto expansionista del imperio. A

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  • Se dice que en ese instante no eran ms de 20 los hombre en armas, que quien los diriga era Pedro Antonio Marn, ms conocido como Manuel Marulanda Vlez o Tirofijo un campesino, amigo de ban-doleros, un guerrillero; se cuenta tambin que todo lo que sucedi fue un desafo a la imaginacin, pero fue como la historia se escribi; por cada hombre que se alz en armas, y permaneca en las montaas, 800 soldados fueron enlistados y puestos al frente para terminar de manera defini-tiva los despojos de la guerra partidista, y el enclave de las guerrillas comunistas.

    Ninguno de los 16 mil hombres, ni el general Jos Joaqun Matallana quien dirigi la operacin, ni el mismo presi-dente de la republica pudieron percibir ms all del inmediatismo victorioso de su trabajo, la ms amplia expresin del momento histrico al que acudan, los 20 hombres que resistan en la profundidad de la montaa, daban inicio a lo que con los aos se denominara las FARC.EP las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia ejercito del pueblo, la guerrilla ms antigua del continente, que ha vivido ininterrumpidamente 50 aos de historia poltico-militar, y que sin lugar dudas se convirti en un importantsimo sujeto poltico, en un sujeto histrico, que da cuenta de lo que en estos cinco decenios ha sido el sustrato del acontecer poltico que se ha forjado en el campo colombiano y, por supuesto, un elemento clave de la tremenda historia nacional.

    El presente del presente es la accin

    Luego de Marquetalia nada de cordura quedara en el pas. As como la muerte

    de Jorge Eliecer Gaitn inaugur la vio-lencia, Marquetalia inaugur la guerra contra-insurgente y 50 aos despus el pas persiste en recordar las interminables cotidianidades por las que varias genera-ciones de colombianos han atravesado, circunstancias que han sido, a la luz de la historia, desgarradoras, infames e insoportables.

    Las FARC.EP. se convirtieron en una or-ganizacin poltico-militar de orientacin comunista, que se traz como objetivo la toma del poder para la transforma-cin radical de los aspectos sociales de miseria y desigualdad en las que el pas se encuentra inmerso, segn ellos, como resultado de los interminables gobiernos de la oligarqua; el mtodo para la toma del poder, fue la combinacin efectiva de las formas de lucha, la poltica y la militar. Estas ideas se desplegaron por el territorio nacional y la guerrilla creci, se estableci en varios frentes, comandancias y un Es-tado Mayor que coordina y orienta todas las decisiones de la organizacin.

    Con el paso de los aos ciertos comba-tientes fueron ganando reconocimiento al interior de la filas guerrilleras en el quehacer de la guerra y la poltica, ins-taurndose como referente moral para los insurrectos; Manuel Marulanda Vlez, Jacobo Arenas, Alfonso cano, Ivn Mr-quez, solo por recordar algunos nombres.

    Pero mientras la guerra se desarrolla, el gobierno nacional y la guerrilla, han in-tentado en varias ocasiones acercamientos de carcter poltico, con la intencin de finalizar el conflicto armado social e histrico de los colombianos. Desde la Uribe en 1984, pasando por Tlaxcala en

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  • 1991, San Vicente del Cagun en 1997 y la Habana en el 2012, Colombia ha visto y escuchado por los medios de comuni-cacin cada uno de los procesos de paz entre el gobierno nacional y la insurgencia de las FARC.EP.

    Mucho ha transcurrido en estos procesos, desde la toma a Casa Verde, el mtico campamento del secretario a de las FARC.EP en el municipio de la Uribe en el departamento del Meta, ordenada el 9 de diciembre de 1990 por el presidente Csar Gaviria Trujillo, pasando por el establecimiento de la zona de distensin el 7 de noviembre de 1998 en los munici-pios de Mesetas, La Uribe, La Macarena, Vista Hermosa, todos del departamento del Meta y San Vicente del Cagun, en departamento del Caquet; y como no recordar la silla vaca el 7 de enero de 1999, en la instalacin de la mesa de negociacin de la paz en San Vicente del Cagun, en la que el presidente Andrs Pastrana asisti pero el lder guerrillero Manuel Marulanda lo dej esperando, aludiendo aos despus que su ausencia fue producto de una amenaza en contra de su vida; y as muchos ms, recuerdos, ancdotas y curiosidades en cada nuevo intento de negociacin, tres de las cuatro mesas de negociacin de la paz que se han conocido, fallaron.

    Ahora, en el 2015, la mesa de negocia-cin de paz para Colombia, completa 3 aos de actividades; se pact en ella una agenda de debate y negociacin que rigurosamente ha entregado al pas tres informes, 1) La agenda poltica para el desarrollo agrario integral, dado a conocer en la Habana el 21 de junio del 2013; 2) Participacin poltica, dada a

    conocer el 8 de diciembre de 2013 y 3) Solucin al problema de las drogas il-citas entregado el 16 de mayo del 2014. Todos estos borradores de acuerdo, que se han establecido, slo cobran validez si en la mesa las partes llegan a firmar el Acuerdo General de Finalizacin del Conflicto.

    El presente del futuro es la imaginacin

    Como parte del proceso de discusin que a la fecha desarrollan las FARC. EP y el go-bierno nacional en la mesa de negociacin en la Habana, Cuba, la insurgencia pro-puso la constitucin de la comisin His-trica del Conflicto y sus Vctimas (CHCV) la que fue aprobada por negociadores el da 5 de agosto de 2014, y que tiene la responsabilidad de servir como insumo fundamental para la comprensin de la complejidad del conflicto y de las respon-sabilidades de quienes hayan participado o tenido incidencia en el mismo, y para el esclarecimiento de la verdad.

    Es desde la perspectiva de escudriar la historia de lo que ha transcurrido en estos dolorosos cincuenta aos de guerra entre las FARC.EP y el Estado Colombiano, que la Revista Aquelarre del Centro Cultural de la Universidad del Tolima hace esta nueva entrega editorial; una compilacin de documentos y artculos que se presen-tan desde mltiples miradas del pasado y el presente y que nos brindan nuevas esperanzas de futuro.

    El primer bloque comprende los 50 aos de existencia y presencia de las FARC. EP en el conflicto colombiano, se divide a su vez en tres momentos, el primero, A

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  • Memoria, en el que iniciamos acompa-ados por Carlos Lozano Guillen, quien como director del semanario Voz del Partido Comunista Colombiano, nos comparte un artculo especial para este nmero, luego de la mano del maestro Alfredo Molano, quien en su ardua tarea de investigacin, reconstruye los inicios de la guerrilla, seleccionamos cuatro de sus textos de la serie, Origen del conflicto armado publicados por el peridico El Espectador; y para finalizar, contamos con la presencia del profesor Medfilo Medina en un intercambio epistolar; en carta enviada al entonces comandante de las FARC.EP, Alfonso Cano, en la cual expone algunas interpretaciones acerca de los orgenes y la historia de las FARC.EP; carta que luego, por la circunstancia de la muerte de Cano, sera respondida por el ahora comandante de la guerrilla Timo-len Jimnez, el 13 de enero del 2012.

    Luego de este primer captulo, continua-mos con Personajes, donde presentamos los perfiles de tres comandantes de las FARC.EP. Por ltimo, cerramos con la

    compilacin de algunos documentos de los procesos de negociacin, la Uribe, Tlaxcala, el Cagun y la Habana, y adi-cionamos un archivo fotogrfico.

    El siguiente bloque es Conflicto y nacin, que contiene algunos insumos tericos, bsicos para la discusin actual. Finali-zamos este nmero de Aquelarre, con la seccin Tolle lege (Toma, lee) planteando una discusin en torno al cotidiano con-cepto de Terrorismo, tan socorrido por los polticos y los comunicadores, pero tan esquivo de atrapar, en este intento re-cogimos las tesis de len Trotsky, Antonio Garca Nossa y Noam Chomsky.

    Esperamos, con mucho optimismo y alegra que nuestro esfuerzo editorial nutra desde las palabras y la disertacin, la construccin de la Paz en Colombia, una paz como lo pretende la mesa de negociacin de la Habana, duradera y con justicia social.

    Sebastin GutirrezEditor

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  • Los 50 aos de las farc-epUna Historia que no puede ignorarse

    Las FARC-EP surgieron hace 50 aos llamando al dilogo y a la solucin poltica del conflicto

    Carlos A. Lozano Guilln*

    La fecha histrica de la fundacin de las Fuerzas Armadas Revolu-cionarias de Colombia-Ejrcito del Pueblo (FARC-EP) es el 27 de mayo de 1964, cuando se produjo el primer enfrentamiento del pequeo grupo de campesinos, encabezados por Manuel Marulanda Vlez, decididos a resistir la agresin de 16 mil soldados a Mar-quetalia, enviados por el presidente

    Guillermo Len Valencia a arrasar la pequea poblacin tolimense en el sur del pas, considerada una repblica in-dependiente por la caverna derechista colombiana, liderada por el entonces senador conservador lvaro Gmez Hurtado, uno de sus ms prominentes voceros, asesinado hace 19 aos, vaya paradoja, por conspiradores militares y civiles golpistas.

    * Director de VOZ y dirigente del Partido Comunista Colombiano

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  • Se inici as una nueva etapa del conflicto social y armado colombiano, que dio vida a la guerrilla ms antigua del continente, que tiene su origen en la resistencia arma-da campesina a la violencia conservadora de la segunda mitad de la dcada de los aos 40 del siglo XX.

    La cruenta Operacin Marquetalia se inici el 18 de mayo de 1964, en ejecu-cin del Plan Laso, elaborado por el Pen-tgono de los Estados Unidos. Incluy movilizacin de tropas por aire, tierra y agua en cantidad de 16 mil uniformados, con participacin de infantera, artillera y aviacin. Los campesinos, despus de movilizar a sus familiares (mujeres, nios y ancianos), decidieron resistir la agresin oficial en un nmero no superior a 20.

    El 27 de mayo, como ya se dijo, se produjo el primer combate y, por esta razn, para las FARC-EP, desde el punto

    de vista histrico, equivale a la fecha de fundacin de la organizacin insurgente. Aunque en lo formal, la decisin funda-cional fue en la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, realizada entre el 25 de abril y el 5 de mayo de 1966, dos aos despus.

    El peso del acontecimiento del ataque a Marquetalia, primero, y a Riochiquito, El Pato y Guayabero despus, es el que le da trascendencia a la decisin de Manuel Marulanda y de los guerrilleros del sur del pas de conformar una guerrilla a ni-vel nacional no solo para resistir sino para buscar el poder mediante la aplicacin de la guerra de guerrillas.

    Sin embargo, es dable anotar que desde que se conoci, en abril de 1964, de la existencia del Plan Laso, los campesinos de Marquetalia llamaron al Gobierno al dilogo y a buscar un acuerdo poltico

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  • que evitara la confrontacin. Contri-buyeron en este sentido la direccin nacional del Partido Comunista Colom-biano, algunos parlamentarios liberales, entre ellos varios del MRL de Alfonso Lpez Michelsen, y conocidos prelados de la Iglesia catlica, como monseor Germn Guzmn y el padre Camilo To-rres. Pesaron ms en el establecimiento, como siempre, las voces destempladas del militarismo y del guerrerismo y la orden de Washington.

    El semanario VOZ, a la sazn VOZ de la Democracia, la primera VOZ, denunci en abril de 1964 la existencia del Plan Laso y el inminente ataque a Marque-talia: El gobierno de Guillermo Len Valencia decidi clausurar el peridico con el argumento de que la informacin era mentirosa. Signific un golpe a la libertad de prensa y reflejo del desprecio frentenacionalista por la democracia real. As naci VOZ Proletaria, la segunda VOZ.

    Las FARC-EP surgieron hace 50 aos lla-mando al dilogo y a la solucin poltica del conflicto, como antes lo hicieron las guerrillas y los campesinos de la resisten-cia armada en los aos 40 del siglo pasa-do, cuando exigieron la tierra para el que la trabaja y en 1953, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, demandaron la Asamblea Nacional Constituyente soberana y democrtica en rechazo a la de bolsillo del rgimen militar.

    Se puede decir, a la luz de la historia, que los antecedentes de las FARC-EP fueron la lucha guerrillera contra las dictadu-ras conservadoras de Mariano Ospina Prez y Laureano Gmez, la resistencia

    armada campesina en el Frente Nacional bipartidista y la realizacin de la Primera y Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, en 1964 y 1966. Es en esta ltima cuando se define con claridad la orientacin tctica y estratgica de las FARC, como guerrilla de nuevo tipo por el legendario Jacobo Arenas.

    ()los destacamentos guerrilleros del Bloque Sur nos hemos unido en esta Conferencia y constituido las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que iniciarn una nueva etapa de lucha y unidad con todos los revo-lucionarios de nuestro pas, con todos los obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales, con todo nuestro pueblo, para impulsar la lucha de las grandes masas hacia la insurreccin popular y la toma del poder para el pueblo, dice la declaracin poltica de la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur.

    El tema agrario fue fundamental en su incidencia, aunque tras el asesinato de Jorge Elicer Gaitn, el 9 de abril de 1948, el carcter de la democracia se con-virti en factor importante tambin. El Estado violento, cerrado a las libertades pblicas y a las garantas democrticas, fue entendido por los guerrilleros como un obstculo para la reforma agraria y los cambios sociales y para la existencia de partidos polticos de oposicin y de izquierda en el sistema bipartidista.

    Desde las dictaduras conservadoras, a partir de 1946, los latifundistas armaron bandas criminales a su servicio, apoyadas por la polica chulavita y el Ejrcito, para impedir la lucha agraria de los campesinos. Fue una manera de cerrar A

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  • las posibilidades de la lucha democrtica. Numerosos dirigentes campesinos fueron asesinados y encarcelados y otros adopta-ron el camino de las armas para enfrentar el terrorismo de Estado.

    En respuesta a la violencia reaccionaria, promovida desde las alturas del poder, surgieron los primeros grupos guerrille-ros en la mitad del siglo pasado. Manuel Marulanda Vlez, comandante de las FARC-EP hasta su muerte, los enumera as en su clebre texto Cuadernos de campaa:

    Bajo la direccin de los liberales

    a. A partir de 1950, Bilbao, Horizonte. La ocasin, La Quebrada y Rioverde.

    b. A partir de 1951, Herrera, El Agarre y El Socorro. Todos en el municipio de Rioblanco.

    Bajo la direccin de los comunistas

    a. A partir de 1949, Chical, Horizon-te, La Marina e Irco, municipio de Chaparral.

    b. A partir de 1950. El Davis, municipio de Rioblanco; Paujil, Pearrica, mu-nicipio de Ataco.

    c. A partir de 1951, Crdoba, Sucre, municipio de Chaparral.

    d. A partir de 1952. El Davis II, muni-cipio de Chaparral, Cambrn, mu-nicipio de Rioblanco y Saldaa o el Infierno, municipio de Ataco.

    e. En 1953: Calamar, en el municipio de Chaparral, lnea divisoria con el de Ortega.

    La Primera Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, el 20 de julio de 1964, adopt

    el Programa Agrario que se convirti en una ley de la organizacin guerrillera. La defini as: A la reforma agraria de menti-ras de la burguesa oponemos una efectiva reforma agraria revolucionaria que cambie de raz la estructura social del campo co-lombiano, entregando en forma comple-tamente gratuita la tierra a los campesinos que la trabajan o quieran trabajarla, sobre la base de la confiscacin de la propiedad latifundista en beneficio de todo el pueblo trabajador. Es lo que define con claridad, desde la perspectiva de las FARC, la gnesis del conflicto, afectada por la precariedad de la democracia y el despotismo del poder de la oligarqua dominante.

    Las FARC-EP, convertida en una fuerza guerrillera poltica y militar, se convirtie-ron en parte fundamental de la realidad colombiana. Su naturaleza poltica, mu-cha veces soslayada por la gran prensa y los belicistas, ha sido reconocida aun por sectores de la burguesa que han aceptado el dilogo en bsqueda de la solucin poltica del conflicto mediante un acuerdo nacional.

    La pluma de estirpe campesina, pero clara y precisa, de Manuel Marulanda Vlez, narra as lo que calific como un salto a 1964, cuando surgieron las FARC con el antecedente de la resistencia armada campesina y de otros grupos guerrilleros de mediados del siglo pasado: Saltamos a 1964. En mayo de este ao, previa una gigantesca campaa de prensa reac-cionaria contra la imagen de repblica independiente creada por el Pentgono norteamericano para descalificar las re-giones campesinas donde los campesinos desarrollaban una vida independiente de la influencia de los partidos tradicionales,

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  • la represin oficial inicia una nueva eta-pa guerrillera. El primer blanco de esta guerra civil no declarada fue Marquetalia y luego extendida a otros lugares como Riochiquito, El Pato y Guayabero(). (Cuadernos de Campaa).

    Cunta tragedia y cuntas muertes de colombianas y colombianos no se hubie-ran evitado, si el gobierno prepotente y autoritario de Guillermo Len Valencia (conservador), en 1964, segundo del Fren-te Nacional, engendro antidemocrtico de la oligarqua bipartidista, hubiera aceptado el llamado de los campesinos del sur del pas y de tantos dirigentes polticos de posiciones democrticas, para establecer el dilogo y la solucin poltica del conflicto social en la defensa de la tierra y de los derechos de los campesinos. As surgieron las FARC-EP que se convirtieron en una fuerza poltica y militar de influencia en el pas. Es un hecho poltico y social inne-

    gable si se hace la lectura autntica y veraz de la historia colombiana.

    Timolen Jimnez, comandante del Es-tado Mayor Central de las FARC-EP tras el asesinato de Alfonso Cano, sucesor de Manuel Marulanda, explic las razones por qu aos despus a la sigla FARC le agregaron las letras EP: La Sptima Conferencia Nacional Guerrillera cele-brada en el ao 1982, dispuso que se aadiera a las cuatro letras de nuestra sigla FARC las letras EP, que nos daran a conocer en adelante como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejrcito del Pueblo, con el propsito de expresar que a nuestro carcter poltico militar revolucionario se aada un vn-culo indestructible con la lucha de masas del pueblo colombiano, que las FARC perseguamos la toma del poder para nuestro pueblo, partiendo de la idea fun-damental de que sera ese pueblo el que A

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  • unido, organizado y movilizado deba protagonizar los profundos cambios que reclamaba la patria. No ha sido nunca nuestra idea suplantar al pueblo de Co-lombia, obrar a su nombre sin contar con su respaldo, pretender imponerle una u otra forma de lucha. Nuestros enemigos, los ms rabiosos enemigos del pueblo colombiano, siempre se han empeado en presentarnos como una gente extra-a, aparecida quizs de dnde, cargada de ideas forneas, ajena por completo a las realidades histricas, econmicas y sociales de nuestro pas. Nada ms falso.

    Cincuenta aos despus, en el gobier-no actual de Juan Manuel Santos, las FARC-EP estn sentadas en una mesa de dilogo en La Habana, buscando la paz con democracia y justicia social. Aunque enfrentando las mismas mezquindades de la clase dominante, pero con evidentes logros: tres de los seis puntos de la agenda

    han sido adoptados (Desarrollo Agrario Integral, Participacin Poltica y Solucin al problema de las drogas ilcitas), as sea de manera parcial. Al tiempo estn en dis-cusin los temas de vctimas y del fin del conflicto, este ltimo por una comisin de militares y guerrilleros.

    Es la demostracin del fracaso de la lucha contrainsurgente. Plan Laso y Plan Co-lombia, de diseo yanqui, mas todos los planes militares con asesora internacional, fracasaron porque no lograron el objetivo de aplastar a las guerrillas, incluyendo los planes militaristas de la seguridad demo-crtica del uribismo mafioso.

    Es lo que demuestra que el nico camino es el dilogo, el de la solucin poltica que modifique las causas del conflicto. Los 50 aos de las FARC-EP son parte de la historia colombiana que no puede ignorarse.

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  • -Captulo II-

    Limpios y Comunes*Alfredo Molano Bravo**

    Manuel Marulanda Tirofijo escribi en Cuadernos de Campaa sobre El Davis: Era un inmenso refugio humano en el corazn de la zona de operaciones. / Archivo - El Espectador

    El Davis fue una hacienda ganadera en la hoya del ro Cambrn, sobre el lomo de la cordillera Central, en el sur del Tolima, donde los Loaiza crearon un comando guerrillero. Con la llegada de las columnas de marcha que venan de Coyaima, Irco, Chaparral, y de cientos de familias sueltas, el movimiento lleg a ser un pueblo de ms de 2.000

    habitantes. Era escribi Manuel Ma-rulanda en Cuadernos de Campaa un inmenso refugio humano en el corazn de la zona de operaciones, cuya vida trans-curra en condiciones de organizacin exiliada en una regin liberal.

    En esa poca de asedio de los chulavitas, y un poco ms tarde del Ejrcito, los bienes

    * Tomado del peridico El Espectador** Profesor y socilogo de la Universidad Nacional de Colombia, periodista y escritor.

    Seleccin de textos de Alfredo Molano sobre orgenes del conflicto armado

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  • eran colectivos hasta la ropa era com-partida entre familias y la comida muy escasa. Los adultos conformaban partidas para salir de la zona a buscar comida o a realizar operativos militares. Las mujeres se encargaban de coser y lavar la ropa y de la rancha o preparacin de alimentos; los viejos cultivaban maz, frjol, yuca, pltano y caa panelera, y los nios ayudaban en diversas labores, incluida la preparacin militar en un comando llamado Batalln Sucre. Un guerrillero recuerda: Nadie poda estarse quieto o haciendo pereza. Todos y todas tenamos que estar haciendo algo, aportando para la subsistencia. Haba hospital, campo de paradas, fbrica de cotizas de fique, almacn general o comisariato, comedo-res generales, armera, escuela, guardera para nios, juez, y se lleg a construir refugios antiareos.

    Las comisiones que salan a combatir solan ser mixtas, compuestas por uni-dades de los Loaiza o limpios o liberales, y de los comunes, es decir, comunistas, y para coordinar las operaciones fue creado el Estado Mayor Unificado, compuesto por ambas fuerzas. Con el pasar de los das, las acciones conjuntas dieron lugar a una diferencia profunda: las armas ganadas en los combates alegaban los comunistas no eran propiedad priva-da de los comandantes sino propiedad colectiva del movimiento. En realidad, la organizacin de los limpios era una es-pecie de gamonalismo armado contra los conservadores y la polica chulavita. Los comunistas, orientados por el Partido, tenan un programa social que reivindi-caba los derechos a las tierras baldas y las garantas polticas a la oposicin. Hacia finales de 1951 El Davis se dividi en dos

    sectores: El Davis propiamente dicho, mandado por Isauro Yosa, Mayor Lister, y Luis Alfonso Castaeda, alias Richard, llamados Comunes, y el sector de La Ocasin de los liberales, o Limpios, donde vivan don Gerardo y sus leales.

    El rompimiento definitivo se produjo cuando los comunistas adoptaron el programa aprobado por la llamada Con-ferencia del Movimiento Popular de Li-beracin Nacional, conocida como Con-ferencia Boyac, reunida el 15 de agosto de 1952, a la que asistieron delegados de las guerrillas del Llano, de Santander, de Antioquia y de Sumapaz. La Conferen-cia cuyo verdadero lugar de encuentro

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  • fue Viot, Cundinamarca se propona la construccin de un gobierno popular que restableciera libertades democrticas, decretara una reforma agraria que pu-siera en prctica el principio de la tierra es para quien la trabaja, devolviera la integridad de las comunidades indgenas, nacionalizara las minas, separara la Iglesia del Estado, creara un ejrcito nacional y democrtico y adoptara una poltica internacional independiente.

    Los liberales no asistieron a la reunin y el conflicto entre ambas tendencias qued planteado. Los combates entre liberales y comunistas fueron frecuentes y muy fuertes porque se llev a cabo escribi Marulanda entre hombres de ley que prefieren morir antes que huir. En un ataque liberal al comando de El Davis perdieron la vida dos hijos de don Gerardo Loaiza y uno de los Garca. Charro Negro, Ciro Trujillo y Marulanda se solidarizaron con la causa comunista.

    La Conferencia Boyac se desarroll mientras El Davis era cercado por las tropas del gobierno y, quiz por esta razn, como una estrategia para reducir la presin sobre su centro, las guerrillas intentaron tomarse la base area de Apiay, que por lo dems fue un descalabro, y provocaron combates en zonas perifricas como Calarma, Las Hermosas, Gaitania y Santiago Prez. Hay que recordar que por aquellos das las guerrillas de Guadalupe en el Llano emboscaron un contingente del Ejrcito en Puerto Gaitn, Meta, y le causaron 98 bajas. Ramsay, un investiga-dor norteamericano, calcula que en 1951 las guerrillas del Llano tendran unos 3.000 hombres; las del sur del Tolima,

    6.000, y las de Cundinamarca y Antio-quia, 12.000. Es decir, unas 36 unidades orgnicas en conjunto, sin unidad de mando. Por su parte, el Ejrcito tena 15.000 soldados, y la Polica, 25.000. La situacin era muy peligrosa para un gobierno debilitado en lo poltico.

    En el sur, la respuesta del gobierno con-servador fue la represin brutal con las FF. MM. o con las bandas de chulavitas y pjaros. Se masacr el pueblo de Belalc-zar, Cauca; se bombarde El Lbano; los diarios El Espectador y El Tiempo y las casas de Lpez Pumarejo y Carlos Lleras Restrepo fueron incendiados. Segn el libro La Violencia en Colombia, haba en el pas focos de resistencia armada contra el gobierno que tendan a conformar un movimiento guerrillero unificado del que la Direccin Liberal Nacional fue un apoyo vergonzante y calculador y el Comit Central del Partido Comunista un orientador clandestino. No cabe duda de que esta amenaza fue un factor defini-tivo del golpe de Estado contra Laureano Gmez encabezado por Rojas Pinilla 13 de junio de 1953 e impulsado por el liberalismo y por una mayora conservadora.

    Rojas Pinilla inaugur su gobierno bajo el lema No ms sangre, no ms depreda-cin; paz, justicia y libertad para todos. A los pocos das decret una amnista y un indulto general, tanto para gue-rrilleros como para aquellos servidores pblicos que por causa de excesivo celo en el cumplimiento de sus funciones hubiesen cometido delitos. Los aviones del gobierno bombardearon con hojas volantes las zonas de conflicto llamando a la entrega de armas. A

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  • Tras un corto perodo de completo des-concierto y con el respaldo de la DLN, entregaron armas las fuerzas del Llano, Magdalena Medio, Antioquia, Cundina-marca. Al sur del Tolima lleg a caballo una comisin encabezada por los doctores Rafael Parga Corts, Ismael Castilla y Se-veriano Ortiz, conocidos jefes liberales de Chaparral, a negociar la entrega. Por otra va, Alfonso Meja Valenzuela, mayor del Ejrcito, y un sacerdote Larrazbal bus-caron acuerdos con los liberales, quienes, cansados de la guerra, aceptaron poco a poco las condiciones.

    Los generales Mariachi, Valencia y Pa-sillo, que haban pertenecido al sector comunista y que constituan una de las fuerzas ms representativas de los limpios, entregaron sus armas en Santa Ana. Los dems mandos fueron hacindolo paso a paso. Don Gerardo Loaiza fue nombrado alcalde de Rioblanco. Los comunes sospe-charon que se trataba de una nueva fase del conflicto en la que los limpios se vol-veran aliados del gobierno y cambiaran sus viejos fusiles por armas de dotacin oficial contra las fuerzas de los comunes.

    Las guerrillas del Bloque Sur o de El Davis no aceptaron los trminos propuestos por Rojas, al que llamaron el delincuente ms villano del pas, quien conquist su ttulo a base de asesinatos y masacres (como) la matanza colectiva en la Casa Liberal de Cali siendo comandante del Ejrcito en 1949, y uno de los ms develados servidores del imperialismo norteamericano y su poltica de guerra.

    Cabe recordar que Marulanda fue testigo en ese ao de las quemas de Ceiln, El Dovio, La Primavera y de la ms cruda violencia en el Valle, dirigida por un alia-do de Laureano Gmez y de Rojas Pinilla, ngel Mara Lozano, alias el Cndor. Ante el Senado, en 1959, Rojas confes: l me ayud en la pacificacin del departamento (del Valle).

    En octubre de 1953 el Bloque Sur llam a continuar la lucha como movimiento de autodefensa de masas hasta lograr el retiro de todas las fuerzas represivas; la devolucin de las fincas a las vctimas de la poltica de sangre y fuego; la recons-truccin de sus viviendas; la reposicin de sus bienes; el suministro de auxilios

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  • en dinero, semillas, herramientas; la cons-truccin de escuelas, centros sanitarios, vas de comunicacin, y la parcelacin de tierras. Ante la divisin con los limpios, los comunes crearon el Ejrcito Revolucionario de Liberacin, con una organizacin similar a la del Ejrcito Nacional: compaas, escuadras y gue-rrillas, jerarquas mayores, capitanes, sargentos y un estricto reglamento, que inclua a la poblacin civil.

    Rojas Pinilla haba decretado la amnista y el indulto de manera condicional y dio un plazo para la entrega de armas, al trmino del cual volvi a declarar la guerra al movimiento guerrillero, que brevemente oper de manera unificada. Hay que tener en cuenta que Rojas fue un protegido de Mariano Ospina Prez, que lo nombr director de Aerocivil y ministro de Comunicaciones. Toda la regin se vio entonces envuelta en san-grientos combates. Ms de 5.000 hom-bres, dice Marulanda, apoyados por la aviacin y estrenando fusiles punto 30, cercaron El Davis. Los liberales pactaron de nuevo un acuerdo; los comunistas constituyeron las comisiones rodadas al mando de Ciro Trujillo, Charro Ne-gro, y Andrs Bermdez, El Llanero, se qued con 75 hombres en la zona para defenderla; finalmente fueron copados por el Ejrcito y sus mandos fusilados. La poblacin civil fue evacuada al ritmo y en la medida en que los comandos se abran paso.

    Al desintegrarse El Davis, Richard sali con su gente para Calarma; Avenegra, otro de los mandos, se perdi por los lados de Natagaima, y Yosa se refugi en Gaitania. Marulanda escribi: Al cesar

    en el ao 53 la lucha guerrillera, por en-trega de la mayora de los combatientes liberales, los comunistas subjetivamente no podan continuar por su cuenta y riesgo el movimiento. Entonces opt por constituir, en compaa de Charro Negro, un comando clandestino, abso-lutamente mvil, que se conoci como el de Los Treinta, con 26 hombres y cuatro mujeres.

    La gran mayora de cuadros tanto li-berales como comunistas se fundaron como colonos en las regiones de Gaitania y San Miguel. Toda esa tierra la abrimos a hacha y sembramos comida y caf, cuenta Jaime Guaracas. Baln, quien fue guardaespaldas de Marulanda, recuerda: colonizamos la zona entre los 30 que quedamos. Hicimos trochas para sacar madera y hacer fincas, comisionbamos para el Cauca y para el Huila, para Caldas y para el Valle; en todas partes crebamos cadenas y enlaces; se consiguieron prs-tamos de la Caja Agraria para cultivar caf, se sembr comida y hasta ganado llegamos a tener. A

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  • Los Treinta se emplazaron entre Mar-quetalia llamada en ese tiempo el Tmaro y Riochiquito, mientras Lister, Richard, Cardenal formaron una columna de marcha que se desplaz con armas, mujeres, nios y bestias desde Gaitania hasta Villarrica, en el oriente del Tolima, por los caminos de Prado, Dolores, La Colonia. All encontraron a Ciro Trujillo. Las organizaciones que existan en Sumapaz y Tequendama

    albergaron el destacamento. Aos des-pus, Isauro Yosa contaba: Villarrica era una regin donde uno poda moverse tranquilo porque todos saban quines ramos y a qu habamos venido. Los camaradas eran muy respetados. Yo me mantena dando charla, dando orienta-cin, organizando, porque sabamos que la calma era corta. Si la paz anocheca, no amaneca.

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  • -Captulo III-

    Nacimiento de las Farc: De El Davis a VillarricaAlfredo Molano Bravo

    El lder izquierdista Juan de la Cruz Varela (centro) cuando ya era el lder campesino que inspir el movimiento guerrillero. / Fotos: Archivo - El Espectador

    Quienes impulsaron y festeja-ron el golpe de Rojas Pinilla tenan calculado que su papel de rbitro durara entre el 13 de junio de 1953 y el 7 de agosto de 1954. Rojas no pensaba as y present ante la Asamblea Nacional Constituyente (Anac) que se-sionaba desde cuando fue convocada por Laureano Gmez dos proyectos

    ntimamente ligados: la eleccin de Rojas Pinilla como presidente legtimo y una ley que prohiba el comunismo. Sustent el primer proyecto en la imperiosa necesi-dad de consolidar el orden pblico y el segundo en la infiltracin comunista.

    Los partidos tradicionales, que ya co-menzaban a temer la instauracin de una

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  • dictadura militar salvo el laureanismo y sectores marginales del Partido Liberal, sentaron su protesta. Mariano Ospina, mentor del general y jefe supremo, quien adems presida la Anac, hizo aprobar las normas en la reunin convocada para agosto de ese ao. El movimiento estudiantil, muy cercano al liberalismo, organiz en junio una manifestacin en memoria de Gonzalo Bravo Prez, cado durante una protesta contra Abada Mn-dez en 1928.

    En la puerta de la gloriosa Universidad Nacional cay esta vez Uriel Gutirrez. Al da siguiente hubo otra manifestacin an ms grande y el batalln Colombia, acabando de regresar de Corea, dispar contra los estudiantes: 10 muertos y 40 heridos. El Gobierno declar que infiltrados comunistas y agentes laurea-nistas haban disparado contra la tropa. Durante tres meses el Gobierno agit esta acusacin por todos los medios: El comunismo sovitico busca apoderarse de la patria.

    La ley anticomunista fue aprobada como acto legislativo nmero 6, firmado por Mariano Ospina Prez y el ministro Lucio Pabn Nez. La ley colombiana fue co-piada de The subversive activities control act of 1950, impulsada por el senador Jose-ph McCarthy. Esta enmienda, pieza maes-tra de la Guerra Fra, fue la herramienta para desplegar la ms brutal persecucin de la izquierda norteamericana, cuyas ms co-nocidas vctimas fueron los esposos Julius y Ethel Rosemberg, acusados de espionaje a favor de la URSS y ejecutados en la silla elctrica en 1953. Fueron perseguidos tambin Charles Chaplin, Arthur Miller, Elia Kazn, John Steinbeck.

    Con base en esta ley se impidi la entrada al pas de Pablo Neruda. La ley que prohi-ba el comunismo en el pas se sustentaba en los hechos del 8 y el 9 de junio y en el levantamiento del 9 de abril. La Corte Suprema de Justicia concluy en diciem-bre que en las muertes de los estudiantes no tomaron parte el comunismo ni la subversin laureanista.

    Los culpables de pertenecer, colaborar, simpatizar con el comunismo podan ser condenados a prisin entre uno y cinco aos o confinados en una colonia penal agrcola. El Servicio de Inteligen-cia Colombiano (SIC) fue el encargado de definir quin era rojo. Para Rojas, guerrilleros intelectuales eran Eduardo Santos y Alberto Lleras. De otro lado, la ley buscaba ganar el apoyo del gobierno de EE. UU. para la reeleccin del segun-do libertador, como gustaba ser llamado el jefe supremo. La poltica de guerra fra adoptada por Rojas Pinilla tuvo su ms cruel y brutal desarrollo en la llamada Guerra de Villarrica, situada en la falda occidental del Pramo de Sumapaz, en el oriente del Tolima.

    A partir de los aos 40 el movimiento agrario entr en una fase poltica y mu-chos de sus dirigentes fueron a elecciones con distinta suerte. Juan de la Cruz Varela fue elegido a la asamblea del Tolima entre 1945 y 1949. Gaitn gan las elecciones de 1947 y al ao siguiente fue asesinado. En Fusa y Pasca, los nueveabrileos se tomaron la alcalda y apresaron a las au-toridades, igual a lo sucedido en Ceiln, Valle, y en muchos municipios liberales del pas. El levantamiento dur una semana.

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  • En Villarrica, que era un pueblo liberal, hubo tres muertos conservadores el 10 de abril, pero rpidamente se retorn a la normalidad. En agosto, Laureano haba dicho desde Espaa: Creo que la guerra civil es inevitable, quiera Dios que la ganemos nosotros. La violencia conserva-dora comenz en agosto en San Bernardo, donde miembros de la polica chulavita asesinaron a tres y dejaron 15 heridos.

    En octubre, Juan de la Cruz sufri un atentado en Arbelez, pueblo eminente-mente conservador, despus de lo cual el dirigente se refugi en el alto Sumapaz. Justamente en ese ao fue nombrado director de la colonia de Villamontalvo Eduardo Gerlein, un barranquillero que

    andaba siempre escoltado por la chula-vitas y que haba llegado a conservatizar la regin. Segn Roco Londoo, pocos das despus asesinaron a 140 personas en la vereda San Pablo cuando los llevaban presos para la crcel de Cunday.

    Los homicidios, la quema de ranchos y la violacin de nias continuaron durante todo el ao. Al final los campesinos haban organizado su resistencia bajo la modalidad de autodefensas campesinas. Su primera operacin consisti en atacar una patrulla del Ejrcito, all resultaron muertos 19 soldados. El Gobierno bom-barde la vereda de Mercadillas, donde se desarroll la accin.

    Varela fue uno de los principales orga-nizadores de la autodefensa. Los ms importantes grupos se organizaron en las veredas El Roble y Galilea, en Villarrica, y El Palmar, en Icononzo. En esta vereda ingres Varela al Partido Comunista en 1952. Una asamblea de autodefensas lo eligi comandante del grupo junto con otros campesinos: Luis Enrique Hernn-dez, alias Solito; Salomn Cullar, alias Vencedor, y Rafael Castellano, Tarzn, originalmente de las autodefensas de Vio-t; Vctor Jimnez, alias Ronceras, y Luis Mayusa, alias Gaviln, que haba sido parte del comando de Chical, Tolima, bajo el mando de Isauro Yosa.

    El ataque a El Palmar se produjo en di-ciembre de 1952 y dio lugar a otra marcha de unas 4.000 personas hacia Villarrica. Los enfrentamientos fueron constantes y sangrientos. De Villarrica la marcha continu hacia el alto Sumapaz buscando refugio en el pramo, donde Varela reor-ganiz a la gente y form las autodefensas A

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  • de la regin. Los insurgentes atacaron el puesto militar de La Concepcin, la base militar ms importante del Ejrcito en el alto Sumapaz.

    Con Varela en el Partido Comunista, el grueso de las autodefensas sigui las di-rectrices del comit central, uno de cuyos ms ilustrados dirigentes, Gilberto Vieira, haba orientado la lucha agraria en la re-gin del Tequendama. Varela particip en la clebre Conferencia Boyac en 1952; en julio de 1953 tom contacto con el general Duarte Blum, a raz de lo cual el Gobierno atendi las demandas de las au-todefensas y convinieron una entrega de armas que, segn los viejos guerrilleros, fue ms bien un acto simblico porque la mayora de armas buenas quedaron en manos de los guerrilleros. Uno de los puntos principales de la exigencia de los campesinos fue un plan de parcelacin y de devolucin de las tierras despojadas por los conservadores a sus legtimos propietarios. En la entrega de armas apareci Avenegra, que lleg de la regin de Natagaima, donde lo habamos dejado en el captulo anterior.

    El Gobierno cre la Oficina de Reha-bilitacin y Socorro y el Instituto de Colonizacin e Inmigracin. El Partido Comunista, que conoca de sobra el an-ticomunismo del general, no comparti del todo la decisin y adicion a las de-mandas agraristas la amnista general y el levantamiento del Estado de Sitio, para lo cual cre el Frente Democrtico. Seis meses despus se hicieron regulares las quejas de los campesinos que al regresar a sus tierras las encontraron ocupadas o vendidas y los programas de rehabili-tacin nunca arrancaron.

    El mismo general Duarte Blum, que haba hecho los acuerdos y recibido las armas, declar a la misin militar nor-teamericana que esas promesas de ayuda econmica no se han cumplido. El teso-rero del Partido Liberal dijo: Se ofrecen pajaritos de oro y todo no queda ms que en un pantaln de dril, una camisa y un salvoconducto. En estas condiciones, numerosos grupos de campesinos que se haban desmovilizado se enmontaron de nuevo con sus familias.

    El coronel Cullar Velandia, cinco das despus de ser nombrado jefe civil y

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  • militar del Tolima, en marzo de 1955, denunci la agitacin comunista en Ortega y Villarrica y dio comienzo a una drstica limpieza a fin de poner coto a la depredacin. Poco despus, el oriente del Tolima fue declarado zona de operaciones militares: se decret el toque de queda, se levant un empadronamien-to general y se construy un campo de concentracin en Cunday.

    Hubo redadas generales a mediados de abril en las que fueron trasladadas a centros de trabajo unas 4.000 personas y 250 presos fueron remitidos al campo de concentracin. Uno de ellos fue Isau-ro Yosa, Mayor Lister. Paralelamente, el Gobierno emiti un decreto que limitaba la libertad de prensa e impeda entregar informacin relacionada con actos ile-gales o deshonrosos de las FF. AA., bajo pena de crcel. La guerra comenz de nuevo. A fines de abril de 1955 el Go-bierno inform de manera sucinta sobre las operaciones militares, que en primera fase se haban hecho para despejar el eje Cunday-Villarrica-Berln.

    El Batalln Colombia se apost cerca de Villarrica y los combates entre fuerzas reagrupadas del Sumapaz y el Ejrcito fueron aumentando en frecuencia y en composicin de fuerzas. En mayo hubo un enfrentamiento que dur tres das, en el que aparece ya la figura de Luis Mo-rantes, que el pas conocer como Jacobo Arenas, y quien haba continuado la agi-tacin emprendida por Erasmo Valencia.

    Juan de la Cruz Varela le escribi al Gobierno denunciando que la represin del Ejrcito haba obligado a 2.000 tra-bajadores a refugiarse en las montaas

    para salvar sus vidas. El Gobierno aduca que la regin haba sido infiltrada por el comunismo sovitico y que si haba problemas de tierra era porque los comu-nistas se haban apoderado de las tierras de humildes labriegos.

    Navas Pardo, amigo ntimo de Rojas y jefe del Ejrcito, deca que en el pas haba 15.000 bandidos en operacin, de los cuales 3.000 era comunistas. Los militares hablaban de que en el Tolima se haban creado superestados. Al embajador nor-teamericano le comunic que Lister, un lder de la guerra civil espaola, haba muerto con otros de origen alemn, checo e inclusive ruso.

    El embajador de EE. UU., en un informe al Departamento de Estado escribi que el anlisis de la Brigada de Orden Pblico del Tolima ha llegado a la conclusin de que todos los habitantes del rea rural son bandidos en potencia. Pero el anlisis falla en presentar evidencia satisfactoria de infiltracin e inspiracin comunistas en la accin guerrillera. La lucha en los alrededores de Villarrica recordaba un guerrillero dur entre seis y ocho meses defendiendo posiciones decamos que tenan que matarnos para poder sacarnos de ah.

    Los guerrilleros, bajo el mando de co-mandantes que tenan experiencia de la resistencia tanto en Sumapaz como en el sur del Tolima, organizaron la que se llam La Cortina, una lnea defensiva de trincheras donde esperaban impedir el avance de las tropas oficiales. res, in-clusive colchones, camas, gallinas (ver recuadros).

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  • La embajada norteamericana inform a su gobierno que entre el 7 y el 10 de junio Villarrica haba sido destruida por el bombardeo areo y por el incendio cau-sado por las bombas napalm. La Fuerza Area nos inform privadamente que la FAC arroj aproximadamente 50 bombas napalm fabricadas aqu (en Colombia), lo que permiti la captura de la Colonia, que haba sido zona de colonizacin desde los aos 40 y que el Ejrcito consideraba la sede del movimiento comunista. Felipe Salazar Santos, jefe liberal del Tolima, escribira ms tarde: Fue una ocupacin militar y poltica de tierra arrasada contra todo lo sospechoso de comunista. Segn Navas Pardo, la ofensiva rompi la organizacin comunista en el oriente del Tolima.

    Desde el golpe militar, Rojas entr en conversaciones con el gobierno de EE. UU. para comprar armas por un valor de 150 millones de dlares, suma que era superior al total de asistencia militar a Amrica Latina. Se dijo que el Gobierno gast la cosecha cafetera de 1954, que alcanz los ms altos precios de la dcada, en armas y pertrechos. En mayo de 1955 haba comprado 3.000 bombas napalm, que, como se sabe, son gasolina espesada que al estallar se derrama a una tempe-ratura de 700 grados centgrados. No obstante, el embajador norteamericano cuestion el negocio de las armas, consi-deradas por l mismo como de terror porque supondra un uso que podra ser desaprobado por todo el continente.

    Sin embargo, ante la insistencia de los militares colombianos que haban deter-minado que la guerra contra las guerri-llas se deba terminar el 8 de junio para

    conmemorar el golpe de Estado, acept que la misin area en Bogot auxiliara tcnicamente a la FAC en la preparacin de bombas. As concluyen Silvia Galvis y Alberto Donado en su biografa sobre Rojas Pinilla: El bombardeo fue de ma-nufactura mltiple: asesora norteameri-cana, materia prima europea y mano de obra colombiana.

    La violenta y desproporcionada ofensiva de las FF. MM. sobre Villarrica oblig a los guerrilleros no slo a romper la cortina, sino a cambiar radicalmente de estrategia y a convertir su fuerza en lo que se llam guerrilla rodada o mvil. Estas guerrillas hostigaron al Ejrcito con el objetivo de permitir que la poblacin civil fuera evacuada hacia el alto Sumapaz, donde el movimiento de autodefensa organizado por Varela haba sido y segua siendo muy

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  • fuerte, El Ejrcito tema el enfrentamiento y en cierta medida lo evit a pesar de bom-bardeos y ametrallamientos espordicos. Otro contingente civil compuesto emigr hacia la Hoya de Palacio en las cabeceras del ro Duda, que bota sus aguas al Gua-yabero. Fueron marchas verdaderamente heroicas. Cientos de familias sin comida, con nios, animales domsticos, brtulos.

    Perseguidas por tierra y aire por las FF. MM., lograron en seis meses escapar de la ofensiva e instalarse en las regiones altas del macizo de Sumapaz. Otras fueron evacuadas y fundaron colonizaciones en las vertientes del ro Guayabero, del Ariari y de El Pato. Toda la vertiente del Orinoco. Algunas regresaron a Villarrica.

    Roco Londoo afirma que los coman-dantes guerrilleros formaron cinco contingentes, uno al mando de Richard que, como se recordar, haba llegado desde El Davis; el segundo al mando de Diamante; el tercero al mando de Palo-negro; el cuarto con Avenegra, tambin del sur del Tolima, y el quinto con Tar-zn, venido del Tequendama, y de Luis Mayusa, Gaviln. En diciembre se reuni una conferencia de comandantes a la que asistieron, entre otros, Varela, Vencedor, y Anzola, dirigentes guerrilleros, con el fin de organizar la resistencia armada y la colonizacin de las regiones de La Uribe y El Duda.

    Tambin se habl de crear un ejrcito de liberacin nacional. Entre 1955 y 1957 las dos estrategias complementarias de sostener una guerra de guerrillas rodadas

    desde el Guayabero y el Cagun hasta el Magdalena, y al mismo tiempo colonizar la vertiente oriental del Sumapaz desde el Ariari, en Meta, hasta El Pato, en Caquet-Huila, se pusieron en prctica. Fue lo que se ha llamado la colonizacin armada. Mientras esto suceda y Rojas fundaba la Tercera Fuerza, Alberto Lleras Camargo y Laureano Gmez firmaban el Pacto de Benidorm en Espaa, base del Frente Nacional.

    En el oriente del Tolima, Juan de la Cruz Varela entr en conversaciones con Rafael Parga Corts que conversaba tambin con Mariachi en Planadas, en el sur del departamento, exigiendo garantas del Gobierno para volver a sus fincas y regresar a sus dueos legtimos las tierra usurpadas, abrir lneas de crdito barato, dotar de herramienta e insumos a los agricultores, abrir la crceles, adjudicar baldos sin costo, levantar el estado de sitio y desmontar las guerrillas de paz y las bandas de pjaros y chulavitas.

    El gobierno de Alberto Lleras institu-y el Plan Nacional de Rehabilitacin Nacional. Manuel Marulanda Vlez se acogi y, sin entregar armas, fue nom-brado inspector de la carretera entre Planadas, Gaitania, San Luis y Aleluya. Los combatientes y sus familias que se refugiaron en las regiones de Marquetalia y Riochiquito y los que lo hicieron en el Ariari, el Guayabero y El Pato, adelanta-ran el desmonte de selvas y la fundacin de fincas. Seran las que los militares y lvaro Gmez llamaran Repblicas Independientes.

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  • -Captulo III-

    Asalto a MarquetaliaAlfredo Molano Bravo

    La luna de miel entre Rojas Pinilla y los partidos tradicionales se comenz a romper a principios de 1956. El precio del caf se desplo-m. De un promedio de 80 centavos de dlar la libra en el ao 54, baj en 1957 a 65 centavos libra. La economa, que hasta entonces se haba mostrado solvente, se resinti y la banca y la industria acusaron creciente malestar. De otro lado, liberales y conservadores no tenan duda de que la intencin del Jefe Supremo era hacerse reelegir por la ANAC entre el 58 y el 62, apoyado en la Tercera Fuerza, el nuevo partido. Para rematar, el enriquecimiento de la familia Rojas era comidilla de toda reunin. Belisario Betancur, Guillermo Len Valencia, Alberto Lleras Camargo impulsaron una alianza conspirativa. La sede de la Andi se convirti en el cuar-tel general donde se organiz la cada del rgimen. La Iglesia y un sector de militares se unieron al movimiento y el 10 de mayo de 1957 Rojas y su familia salieron rumbo al exterior.

    Por aquellos das las columnas de marcha que haban huido organizadamente de Villarrica con cerca de 10.000 personas se fundaron en las regiones de El Pato, Guayabero y el Ariari, y crearon, segn el general Valencia Tovar, las repblicas

    independientes. Charro Negro, Manuel Marulanda y Ciro Trujillo dominaron, con unos pocos hombres armados, los caminos entre Riochiquito y Gaitania y dirigieron la colonizacin campesina armada de estas ltimas zonas desde los campamentos guerrilleros de La Smbula en Cauca y El Tmaro en Tolima. Segn Jaime Guaracas uno de los comandan-tes, los guerrilleros tumbaron selva,

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    Seleccin de textos de Alfredo Molano sobre orgenes del conflicto armado

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  • sembraron maz y fundaron el pueblo de Riochiquito.

    No eran estas zonas las nicas que haban vuelto a la pelea. Sumapaz, el norte del Valle, el oriente de Huila, el occidente de Cundinamarca, Quindo, el noroeste de Antioquia, el Magdalena Medio, guerri-llas y cuadrillas de bandoleros retomaron las armas. A diferencia del gobierno de Rojas, que consideraba la violencia a decir de Gonzalo Snchez, gran estudioso del fenmeno una gigantesca ola de criminalidad, para el Frente Nacional en sus primeros das se trataba de una verdadera guerra civil no declarada. Sobre esta premisa Alberto Lleras cre, un mes despus de posesionarse como presidente, la Comisin Especial de Rehabilitacin y, poco despus, la Comisin Nacional

    Investigadora de las Causas de la Violen-cia, que iniciaron acercamientos con los grupos armados buscando negociar su desmovilizacin a cambio de programas sociales: tierras, crditos, vas, asistencia tcnica, salud, educacin. Las mismas promesas de siempre. El dao de la violencia en vidas haba sido enorme: 240.000 homicidios.

    El Gobierno puso el nfasis del plan de rehabilitacin en el departamento del Tolima, donde era gobernador Daro Echanda, que ofreca volver a pescar de noche, y donde la violencia haba sido particularmente brutal: 35.000 casas campesinas haban sido incendiadas. A pesar de los diagnsticos que mostra-ban la ntima relacin de la tierra con la guerra, las inversiones se dirigieron principalmente hacia la construccin de obras pblicas.

    En 1959 se emplearon 6.700 hombres en 110 frentes de trabajo, en uno de los cuales Manuel Marulanda fue inspector jefe de carretera. Muchos de sus com-paeros, sin desarmarse puesto que el programa no lo exiga, trabajaron bajo sus rdenes en la construccin de la carretera Aleluyas-El Carmen. El general Belarmi-no Pinilla, quien fue despus comandante de la flotilla de helicpteros que ocup Marquetalia, recuerda que Tirofijo tra-bajaba de noche como taxista en Neiva para redondear el sueldo.

    Los guerrilleros volvieron a trabajar el campo. Charro Negro recibi un prs-tamo y se dedic a negociar bestias y a dar funciones de cine en los pueblos con una mquina que el programa le facilit. Isauro Yosa compr una mejora

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  • e hizo un hato lechero. Joselo se fund en Planadas. Isaas Pardo abri una finca. Usted no se imagina lo que era ese hom-bre derribando monte, recuerda Jaime Guaracas, su compaero, que coloniz tierra en Gaitania. Marulanda compr una casa en Gaitania; mientras tanto, Ciro Trujillo se empeaba en construir el pueblo de Riochiquito. Las guerrillas de autodefensa se transformaron en un movimiento agrarista. Charro Negro fue nombrado presidente de la Unin Sindi-cal de Agricultores de Tolima y Huila, y Ciro Trujillo ocup idntico cargo en la Unin de Agricultores de Riochiquito y Tierradentro.

    Cabe recordar que el 1 de enero de ese ao Fidel Castro entr victorioso a La Habana y poco despus el Che Guevara en Punta del Este acus a Estados Unidos de importar a Amrica Latina la Guerra Fra. En Colombia, el presidente Lleras Camargo haba aprobado el Plan Lazo, a la sombra de la Alianza para el Progreso, siendo comandante del Ejrcito el general Ruiz Novoa, que haba dirigido el Bata-lln Colombia en Corea. Se trataba de una estrategia que daba gran importancia a los efectos psicolgicos de la accin cvico-militar inspirada en la doctrina de Seguridad Nacional. El triunfo de la Revolucin cubana impuls como reaccin a ella y a su influencia regional la aplicacin de esta teora como una estrategia de contencin del comunismo. Al ser nombrado Ruiz Novoa ministro de Guerra por el presidente Valencia (1962-1966), convirti el Plan Lazo en funda-mento de la guerra contrainsurgente.

    El programa de rehabilitacin integr tambin a excombatientes del liberalismo

    como los generales Mariachi y Arboleda, que se haban separado de los comunes y sostenan con ellos una guerra abierta. Mariachi acus al movimiento agrario de Marquetalia del robo de 200 reses; Isaas Pardo respondi: Las tomamos porque el Gobierno no nos ha cumplido las pro-mesas. Mariachi invit a Charro Negro a una reunin en Gaitania para arreglar el problema. Charro asisti. Se trataba de una emboscada de la cual no sali vivo.

    Marulanda viaj a Neiva y a Ibagu a denunciar el asesinato. La respuesta del Ejrcito fue clara: Ya vamos para all a imponer orden. Marulanda enten-di el mensaje y de regreso a Gaitania reorganiz a sus hombres, que dejaron abandonadas las herramientas de trabajo y volvieron a los fusiles. Era el 11 de enero de 1960.

    El movimiento agrario de Marquetalia se transform en Autodefensa Regular, que, segn testimonio de Guaracas, fue crea-da con la misin de estar patrullando, previendo cualquier peligro para poder trabajar ms tranquilos. No obstante, Marulanda mont emboscadas contra el Ejrcito en las carreteras El Carmen y el Alto, donde les quit varios fusiles a las tropas del Gobierno. La reaccin de la Sexta Brigada fue, segn el propio Ma-riachi, armar un grupo de exguerrilleros liberales o limpios.

    A mediados de 1961 el Partido Comunis-ta cit a una conferencia de autodefensas en El Tmaro que desde entonces se llam Marquetalia a la que acudie-ron delegados de El Pato, Natagaima y Guayabero y donde los representantes del comit central hicieron a Marulanda A

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  • una fuerte crtica por las acciones contra la fuerza pblica. Marulanda argument que l no se iba a dejar liquidar ni por el Gobierno ni por los limpios.

    Poco tiempo despus, el Ejrcito ocup El Hueco, uno de los campamentos de las autodefensas, de donde la fuerza pblica pudo pasar a San Miguel y La Suiza, ya en el corazn de Marquetalia. El control sobre el movimiento de los pobladores, la informacin sobre sus parcelas y la limi-tacin de su abastecimiento se hicieron crticos. La estrategia de control sobre un rea determinada busc impedir, segn el general lvaro Valencia Tovar, que las guerrillas de Marquetalia se regaran por toda la regin, que era precisamente el objetivo que Marulanda plante en esa conferencia y que est implcito en la expresin guerrilla rodada.

    A principios del ao 62, el Ejrcito entr a Natagaima en son de guerra por con-siderar que el Partido Comunista ejerca de hecho la autoridad sobre la zona, que por lo dems haba sido sede del Consejo

    Supremo de Indias, fundado por Quintn Lame en 1920, de donde haba salido aos atrs una de las marchas hacia El Davis. La gente huy a las mrgenes del ro Anchique.

    Las tropas oficiales mataron, segn se denunci, ms de 15 personas, entre ellas a Avenegra, que haba regresado de Villa-rrica. En honor a esos muertos se organiz un grupo de autodefensa que se llam 26 de Septiembre, fecha de la masacre. Un mes despus, lvaro Gmez pronunci su famoso discurso sobre las repblicas independientes. Lleras Camargo hizo caso omiso del ataque de Gmez, pero el alto mando del Ejrcito tom nota y comenz a elaborar la gigantesca operacin militar que denomin Operacin Soberana.

    Ms all de los aspectos puramente tcti-cos, lo esencial de la nueva estrategia fue la poltica de acercamiento a la poblacin civil. El Plan Lazo elabor estrategias di-ferentes para las regiones de Marquetalia y Riochiquito. Mientras para Marque-talia plane una operacin militar de

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  • tierra arrasada, para Riochiquito ensay al comienzo operativos cvico-militares. Gilberto Vieira denunci en la Cmara los planes militares y responsabiliz al Gobierno de los efectos que ello pudiera traer al pas.

    Durante todo el ao 1963, Marulanda ampli la influencia de las autodefensas regulares a una gran rea comprendida por Balsillas, Aipe, Palermo, rganos, Chapinero, San Luis, La Julia, Aipecito, en Huila; El Carmen, Natagaima, El Pat, Monte Fro, Praga, Casadecinc, Santa Rita, Sur de At y Gaitania, en Tolima. Esta amplia regin fue la que en realidad constituy la denominada Repblica Independiente de Marquetalia, donde, previendo los operativos del Ejrcito, las guerrillas se dedicaron a cultivar maz y arroz, a construir depsitos para almace-nar alimentos y pertrechos, a organizar a la poblacin civil bajo unas normas de convivencia y a adiestrar unidades y mandos militares. Dice Guaracas: Ese ao se orient construir caletas en la profundidad de la selva y almacenar all la provisin que ms se pudiera, segn las posibilidades de cada familia. Pensbamos que si una familia tena que esconderse tuviera por lo menos para seis meses de sobrevivencia... Estbamos creando zonas de reserva.

    A fines del ao las autodefensas, des-pus de celebrar la Nochebuena y el Ao Nuevo, se atrincheraron en puntos estratgicos para esperar la ofensiva de las Fuerzas Militares. Valencia Tovar dice que en marzo de 1964 hubo siete ataques de la guerrilla al Ejrcito que le causaron nueve bajas. Ese mismo mes, un avin desconocido hasta entonces para

    las guerrillas, el T-33, hizo los primeros vuelos rasantes sobre el can del At. Por esos das Arturo Alape fue enviado por el Partido Comunista a Guayabero, y Jacobo Arenas y Hernando Gonzlez a Marquetalia.

    El 16 de abril nos confundimos en un abrazo fraterno con Manuel Marulanda y un grupo de muchachos que ya espe-raban el avance de la tropa, escribi Jacobo en su Diario de la Resistencia. Una de las primeras medidas tomadas por los guerrilleros fue citar a una con-ferencia para informar sobre la Opera-cin Marquetalia, que se vea venir, y nombrar un secretariado de resistencia compuesto por Marulanda, Isauro Yosa y los recin llegados. Escribieron una carta abierta al presidente Guillermo Len Valencia donde puntualizaron: Nuestro delito, que la locura de vues-tra excelencia estimula, reside en nuestra firme oposicin al sistema bipartidista del Frente Nacional.

    La conferencia adopt una estrategia fun-damental: La movilidad absoluta y total de las guerrillas y la no aceptacin de una guerra de posiciones. La preocupacin central consisti, en ese momento, en la evacuacin de la poblacin civil del teatro de guerra. Fue una tarea ardua y triste. Guaracas recuerda que los hombres acompaaban a sus mujeres y a sus hijos hasta el lomo de la cordillera, donde los despedan y regresaban a los comandos. Las familias cargaban lo poco que podan llevar a cuestas una muda, un par de gallinas, algn marrano hacia lugares previamente determinados por el secre-tariado o estado mayor del movimiento llamado Bloque Sur. A

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  • El 18 de mayo a las 9 de la maana Cara-col inform que la Operacin Soberana contra la Repblica Independiente de Marquetalia haba comenzado. Maru-landa dijo, segn Guaracas: Ahora s se nos vienen para ac. El Gobierno emprendi la operacin con el experi-mentado Batalln Colombia al mando de Jos Joaqun Matallana y efectivos de los batallones Tenerife, Roocke, Boyac, Galn, comandados por el brigadier Currea Cubides.

    Oficialmente, el general Valencia Tovar sostuvo: Los efectivos sumados apenas pasaban de 1.200 hombres; la guerrilla calcul que la fuerza oscil entre 10.000 y 16.000 soldados, apoyados por aviones T-33 y por siete helicpteros. Segn Gua-racas, las guerrillas estaban compuestas por 30 hombres armados. El arma ms ventajosa era una carabina San Cristbal; las dems, ocho fusiles M1, y el resto, fusiles de perilla. Gregorio Fandio, sargento que particip en los combates, da una cifra exacta: 3.375 militares.

    Segn El Espectador, el Ejrcito la consi-der una operacin civilizadora. El 21 de mayo public en primera plana un reportaje de Jack Brannan. El ejrcito (de EE.UU.) revel hoy (en Washington) que ha contribuido a la eliminacin de los bandidos que aterrorizaron la campia de Colombia durante los ltimos 16 aos. Un vocero militar aadi que el Ejrcito suministr asesores de operaciones blicas especiales y helicpteros al Ejrcito co-lombiano. Desde 1958 los merodeadores perdieron todos sus objetivos polticos y se dedicaron meramente al robo y al asesinato... y se calcula que en 10 aos mataron 23.000 personas.

    El primer gran encuentro tuvo lugar en La Suiza, sobre el ro At, el 20 de mayo. Fue un combate intermitente que permiti a la guerrilla de Isaas Pardo montar una emboscada donde cayeron los primeros soldados. La radio escribi Jacobo inform de un oficial muerto y varios soldados heridos. Guaracas, que particip en el combate, no habl de bajas, pero s de trilla al Ejrcito. El 7 de junio, El Espectador titul: Ola de terrorismo anoche en el pas: 28 bombas en Bogot, 5 en Medelln, 1 en Manizales y 3 en Palmira.

    El 14 de junio, la FAC bombarde con proyectiles de alto poder el altiplano de Marquetalia, que era la sede del co-mando de Marulanda. El bombardeo fue acompaado por ametrallamientos areos que facilitaron el desembarco de 400 unidades aerotransportadas. El hoy general Belarmino Pinilla, quien coman-daba como capitn la flotilla de helicp-teros, recuerda as la accin: Habamos construido una base para helicpteros en la cordillera, donde congregamos la tropa de asalto, unos 400 hombres. Para esa operacin utilizamos cuatro helicp-teros: dos Iraquois y dos Kamande giro entremezclado. Acordamos hacer un circuito elptico que recorramos a pru-dente distancia. Las mquinas cargaban y descargaban alternativamente la tropa en un potrero donde estaba el comando central de Tirofijo. Yo fui el primero en entrar a Marquetalia en el helicptero con Matallana. Hice un vuelo estacionario a 10 metros de la choza sabiendo que los guerrilleros estaban ah, pero al ornos salieron disparados de la sorpresa tan berraca. Yo le haba dicho a Matallana: ah no se puede aterrizar, entonces hago

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  • un vuelo estacionario y ustedes saltan y que Dios los proteja.

    El recuerdo de Guaracas coincide en este punto: Abandonamos el campo y que-mamos la casa de Marulanda porque no se iba a permitir que el enemigo se sirviera de sus cosas. Un par de francotiradores di-ficultaron el avance de la tropa. Matallana declar que la lentitud en coronar el ob-jetivo se deba al minado del rea. Jacobo dio cuenta de que el 15 de junio dos cazas lanzaron bombas sobre el caletero donde se concentraba la mayora de las familias en la selva. Quince nios resultaron muertos. Guaracas confirm el episodio. El general Pinilla lo niega: Nunca bombardeamos blancos civiles, pero confiesa s utilizamos napalm. Marulanda haba instruido a su gente: Cuando los aviones ametrallan o bombardean, lo estn hacien-do a tientas, no estn apuntando sobre cada uno de nosotros porque no nos ven. No hay que asustarse ni perder el control ni la moral porque quien pierde el control queda bajo la accin del pnico, y en ese momento no se sabe para dnde coger. Se advirti tambin un brote de lo que los guerrilleros llamaron viruela negra, cuyos sntomas eran una fiebre altsima y la aparicin de llagas.

    Las guerrillas no pudieron contener la fuerza del Ejrcito y se movieron hacia lo que se conoca como el alto de Trilleras, que Marulanda haba sealado como el sitio de reunin. Segn Guaracas, 25 hombres pasaron la noche esperando el combate, divertidos por los chistes de Marulanda. Fue la ltima noche que bamos a dormir cerca de nuestras casas. A las 4 de la maana se comenz a pre-parar la emboscada. El Ejrcito entr en

    el rea despus de un intenso bombardeo y cuando todo les pareca dominado, la guerrilla atac y, segn Jacobo, caus siete muertos y 20 heridos al Ejrcito. Guara-cas coment sobre el combate: Fue una pelea larga, muy buena. Cerca de all el Ejrcito intent otro desembarco para izar la bandera nacional, pero la guerrilla lo impidi hasta ltima hora.

    El 18 de junio, por fin, el Ejrcito logr asegurar el rea. Los altos mandos, dice Jacobo con sorna, hicieron entrega al Gobierno, con la presencia de varios ministros, de Marquetalia libre de ban-doleros. Cuatro das ms tarde, cuando el Gobierno celebraba el triunfo, fue activada una bomba de alto poder que permiti a los guerrilleros recoger una ametralladora calibre 50 y varios fusiles. El 22 de junio el Ejrcito ocup total-mente la regin con lo que escribi Jacobo la guerra pasaba de la resis-tencia a la guerra guerrillera autntica. La guerrilla se hizo invisible y el Ejrcito perdi todo contacto con ella. A

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  • Los bombardeos continuaron intermi-tentes sobre posiciones que la guerrilla haba abandonado. En medio de ellos, el secretariado de resistencia cit el 20 de julio a una asamblea que aprob el Programa Agrario cuyo primer punto convocaba a la lucha por una reforma agraria autntica: que cambie de raz la estructura social del campo, entregando en forma gratuita la tierra a los campesi-nos que la trabajen o quieran trabajarla, sobre la base de la confiscacin de la propiedad latifundista.

    El segundo punto deca que los colonos, ocupantes arrendatarios, aparceros agre-gados recibiran ttulos de propiedad sobre los terrenos que explotaran y se creara la unidad econmica en el campo, y llam a la creacin de un Frente nico del Pueblo. Guaracas opin que la de-claracin fue la respuesta a la ocupacin

    de todo ese territorio de colonizacin de Marquetalia, donde los campesinos haban descargado sus hachas para fundar y construir un rancho.

    La revista Life inform pormenoriza-damente los resultados de la Operacin Marquetalia: los bandoleros no slo no haban sido derrotados sino que haban logrado consolidarse como fuerza guerri-llera. Conclua que la ocupacin militar haba costado 300 millones de pesos. A lo que Ruiz Novoa respondi con un no tanto. Segn los clculos de Jaco-bo, se haban incendiado 100 ranchos, ocupado los terrenos abiertos, devorado 100.000 gallinas, robado 10.000 reses, encarcelado 2.000 campesinos y asesi-nado 200.

    La guerrilla se esfum, se volvi un fan-tasma para el Ejrcito

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  • -Captulo VI-

    El legendario comandante de las farc rememora 70 aos en la guerrilla

    Entrevista con Jaime Guaraca en La Habana

    Alfredo Molano Bravo*

    La historia de la fundacin de las Farc, hoy en medio de un proceso de negociacin con el gobierno y tras medio siglo de guerra.

    Jaime Tarsicio Guaraca tiene hoy 82 aos y vive en Cuba. Acompa a Marulanda desde muy nio, fue uno de los guerrilleros ms aguerridos en Marquetalia y el segundo al mando de las Farc una vez fundadas. Fue dete-nido y torturado en Palmira. En Cali, un consejo de guerra lo conden a 35 aos y estuvo preso en la isla de Gorgona. Al levantarse el Estado de sitio fue liberado y regres a las guerrillas. Hizo parte del

    secretariado durante las conversaciones de Casa Verde entre el gobierno de Belisario Betancur y la Coordinadora Guerrillera Simn Bolvar.

    Lo entrevist en La Habana y comenz as la conversacin:

    Jaime Guaraca:Primero quiero saludar al vilipendiado y sufrido pueblo colom-biano.

    * Profesor y socilogo de la Universidad Nacional de Colombia, periodista y escritor.

    Seleccin de textos de Alfredo Molano sobre orgenes del conflicto armado

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  • Alfredo Molano Bravo: Cuntenos de sus orgenes, de sus padres, de su niez.

    J.G.: Mi padre fue un campesino de Natagaima, que de joven pag el servicio militar y cuando termin se cas con mi madre, que era de San Luis. Ambos tolimenses, medio indgenas pijaos. Se fueron a tumbar monte a un punto de nombre Las Mercedes, municipio de

    Santiago Prez. Abrieron una pequea finca de la que se abastecieron para abrir otra mejora que llamaron San Isidro. Ah nac yo. Se cultivaba especialmente caf, maz, frjol, y se sembraba pasto para criar ganado.

    Cuando mataron a Gaitn omos la no-ticia en el radio de un viejo liberal. La gente vena ya asustada porque los gallos cantaban a las 8 o 9 de la noche y eso era seal de malas noticias. Va a haber muertos...

    A.M.B.: Y cmo comenz la violencia?

    J.G.: Apenas mataron a Gaitn, el Partido Liberal dio la orden de que todos los re-servistas se presentaran en Santiago Prez, porque Mariano Ospina, el presidente, or-den armar a los conservadores en muchas regiones del pas. A La Estrella lleg un contingente de polica y de godos civiles armados. Al otro da mataron tres colonos a puro machete y les pelaron el cuero de la cara. Vino el saqueo, quemaron la escuela, el pueblito mismo, y recogieron reses, caballos y mulas. La vereda qued deso-lada. Quemaron nuestro rancho. Muchos vecinos pegaron para Bilbao, para los lados de Herrera, porque se oy el rumor de que por all se estaba organizando algo. Y fue verdad: don Gerardo Loaiza, primo de Manuel Marulanda, estaba organizando la guerrilla liberal. Mis hermanos, como muchos vecinos de La Estrella, comen-zaron en el comando de los Loaiza. En el ao 49 se organizaron comandos en La Estrella, Pea Rica, San Miguel y El Paujil, comandado este por Ciro Trujillo. Las armas eran escopetas de fisto, una que otra de cpsula y muy contadas veces una carabina 22. Todos seguan el ejemplo

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  • que vena de La Herrera, donde estaban los Loaiza.

    A.M.B.: Eran todos liberales?

    J.G.: S, pero tambin se organiz otro comando mandado por Isauro Yosa, un campesino comunista que form su gue-rrilla con jvenes de las veredas de Irco, Charal y Horizonte, municipio de Cha-parral. Desde el comienzo lo acompaaron Luis Alfonso Castaeda, capitn Richard, Canario y Joselito, muertos ambos con el grado de capitn. Gerardo Loaiza los invit a unirse con los de La Herrera. Isauro, mayor Lister, acept, pero se fue con familias, ancianos, nios, puercos y gallinas. Fund el comando de El Davis en socia con don Gerardo, general Loaiza, y Leopoldo Garca, general Peligro.

    A.M.B.: Cmo era El Davis?

    J.G.: Era una meseta muy hermosa que se eligi para hacer el comando. Con la gente que lleg huyendo del Tolima y del Huila se form una ciudad chiquita. No eran 50 familias, pasaban de 200. Fue un campamento muy bien montado, con varias organizaciones: de los 15 aos hasta los 40, y a veces hasta los 50, eran guerrilleros de fila que cumplan cual-quier misin militar. Con los mayores de 50 se construan ranchos, cultivaban comida, hacan alpargatas y trabajaban el cuero para hacer cartucheras. Las mujeres remendaban, cocinaban, lavaban; algunas eran enfermeras y otras enseaban a leer a nios y a ancianos. Los hombres de fila salan a pelear o a llevar abastecimiento porque lo que se cultivaba no alcanzaba.

    Cuando yo llegu no haba cumplido

    12 aos. Dur unos das en el Batalln Sucre, donde participaban los nios de 10 a 14 aos; a los 15 ya se poda pasar a la fila de guerrilleros. Un da desert de los pioneros, me present en la fila de los disponibles y me aceptaron como guerri-llero. No haba cumplido los 13 todava.

    A.M.B.: Cmo fue el rompimiento entre liberales y comunistas? A

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  • J.G.: Cuando la direccin liberal supo, protest y le dijo a Gerardo que no ad-mita ese tipo de socias. Don Gerardo le hizo caso, reuni a los comunistas, los comunes, y les dijo: Los comunistas nos han traicionado con una ideologa trada de Rusia. Aqu rompemos. La asamblea aprob. Pedro Antonio Marn, que todava no era Marulanda, y Jacobo Pras Alape, que ya era Charro Negro, se opusieron y templaron Gaitania.

    En eso recibi el poder Laureano Gmez y fue peor, meti al Ejrcito. Tirofijo, Charro Negro y Lister, Isauro Yosa, mandaron evacuar las familias a Pea-rrica, donde se fund el comando de Marquetalia.

    A.M.B.: Con Rojas Pinilla cambiaron las cosas?

    J.G.: Rojas tom el poder y promulg una amnista general para los alzados en armas. Marulanda, Charro Negro y Lister des-confiaban. Nos formaron y Charro dijo: Los que quieran seguir peleando, den un paso al frente. Lo dimos slo 10 mu-chachos y un adulto que se llam Mundo Viejo; despus nos juntamos 26 hombres y cuatro muchachas y salimos del Tolima a Ro Chiquito. El resto se fue a Villarrica a coger caf. La otra gente armada se fue a sus regiones a tumbar monte y a hacer finca, sobre todo en El Tmaro, que Cha-rro bautiz Marquetalia. Hasta que Rojas rompi fuegos y bombarde Villarrica en 1955. Mucha gente lleg huyendo al Pato y al Guayabero; otra regres al sur del Tolima. Rojas cay al ao siguiente.

    A.M.B.: Algo cambi con el Frente Nacional?

    J.G.: Lleras Camargo dio unos das de paz, que llam la Pacificacin. Contra-taron a Marulanda para trabajar en la carretera entre El Carmen y Gaitania; Charro se puso a negociar en bestias; Lister, a hacer finca. Pero no entregaron armas; el Gobierno no las pidi. Prepara-ba el ataque. A Mariachi, que haba sido compaero nuestro, se lo ganaron y nos lo pusieron de frente: el 11 de enero de 1960 mataron por la espalda a Charro Negro. Manuel nos dijo: El Gobierno se nos viene. As fue. La tropa entr a Gaitania. Comenz el acoso. El Ejrcito se embosc en los caminos, amanecan, rode casas, instal un mortero y nos intimidaba a bombazos. Despus meti la accin cvico-militar a sacar muelas. Hicieron un censo, apuntaban hasta las gallinas. Marulanda, al ver reducido el espacio, a comienzos de 1961 prepar un grupo de muchachos en el arte mi-litar para convertirlos en guerrilleros; a ese grupo entr Miguel Pascuas. Por primera vez, financiados por la regional del Partido Comunista, nos dieron cobija, hamaca y tenis en vez de alpargatas de fi-que. Manuel preguntaba: qu hacer? El nico que tiene armas nuevas y buenas es el Ejrcito; va tocar salir a cogerle uno que otro fusil. Y por ese camino nos fuimos.

    En el 62 el Ejrcito decidi lanzar un operativo grande. Le hicimos resistencia. Alcanz a llegar a San Miguel, pero se devolvi, en parte por la protesta que se le hizo en Bogot y Cali. Pero cerr la puerta en Gaitania, donde se aposent. Nada entraba ni sala del pueblo.

    A.M.B.: Cmo fue la Operacin Mar-quetalia?

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  • J.G.: El 25 de julio de 1961, lvaro Gmez Hurtado, el hijo de Laureano, habl de las repblicas independientes, que en realidad eran comandos que tuvo la guerrilla en las dictaduras de Mariano Ospina Prez, Laureano Gmez, Urdane-ta Arbelez y Rojas Pinilla. En marzo del 62 comenzaron los operativos; en abril ya estbamos esperndolos.

    Hubo que evacuar la poblacin civil, que era nuestro problema, y quedamos solos. Fue un lo muy tremendo convencer a las mujeres para irse. No queran.