apuntes incendio

Manuel Francisco Moreno Arancibia; Perito Judicial de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso Experto Asesor Consultor en Prevención de Riesgos

Teléfonos: 02-6980126; 09-3202131; 09-969820; E-Mail: [email protected]

PROTECCION CONTRA

INCENDIOS

APUNTES DE CLASES

SANTIAGO – CHILE AÑO 2008



INTRODUCCION

Dentro de las áreas del desarrollo profesional de la Prevención de Riesgos, Existe una extensa gama de posibilidades de aplicación laboral que ocupan el interés de quienes han optado por esta disciplina. A mi modo de ver, uno de los aspectos de la prevención que concita una latente preocupación, dado sus características intrínsicamente riesgosas y potencialmente peligrosas y amenazantes, incluso para la vida misma del ser humano, es el fuego y su posible degeneración destructiva conocida con el nombre de incendio. Es en base a esta premisa de potencialidad amenazante y altamente destructiva de este fenómeno, que he decidido realizar este estudio que pretende abarcar todos los aspectos que constituyen este flagelo. Desde una visión detallada de lo que es el fuego mismo, la relación del hombre con este, su aplicabilidad a la vida cotidiana y a los procesos de producción en que desarrolla su actividad, hasta los diferentes modos o métodos de combate de incendios que se emplean en la actualidad. Los diferentes capítulos van gradualmente desarrollando todos los aspectos del tema que se estudia. El primer capítulo “GENISIS DEL FUEGO”, versa sobre las primeras nociones históricas que se registran sobre el fuego y su evolución, las diferentes teorías relativas a su constitución, su transmisión, propagación, las etapas o fases del fuego, clasificación de los fuegos y los métodos para su extinción. El capitulo segundo “INGENIERIA DE LA PROTECCIÓN CONTRA INCENDIO”, versa sobre el desarrollo de esta ciencia que esta vinculada directamente con los problemas y situaciones de los incendios, y que se divide en tres grandes ramas que son: a) La Protección Pasiva o Estructural, la que tiene como objetivo general el Impedir o Limitar la propagación de los incendios dentro de las estructuras, se refiere al diseño de construcción de edificios destacando la importancia de las medidas precautivas en lo referente a siniestros. b) La Protección Preventiva o Prevención, cuyo objetivo general es el evitar la gestación de los incendios, refiriéndose al estudio de las reglamentaciones preventivas, y c) La Protección Activa o Extinción de Incendios, se refiere a un estudio detallado de los medios de extinción, manuales y automáticos, empleados en los modernos métodos de combate contra incendios. Incluyendo además una visión de importancia y necesidad de la formación de brigadas contra incendios. Es gracias,

Manuel Francisco Moreno Arancibia

Autor Tesis año 1995.



LA CREACIÓN

“DEUS CREAVIT CAELUM ET TERRAM INTRA SEX DIES” (Dios creo el cielo y la tierra en seis días)

* “Primo die fecit lucem, * Secundo die fecit firmamentum, quod vocavit caelum. * Tertio die coëgit aquas in unum locum, et eduxit e terra plantas et arbores. * Quarto die fecit solem, el lunam, et stellas. * Quinto die, aves quae volitant in aëre, et pisces qui natant in aquis. * Sexto die omnia animantia; postremo hominem; et quievit die séptimo”.

LA GENISIS La tierra en un comienzo fue una masa de materiales ardientes,

con muchos gases y vapores. 3.500: La tierra se enfrió y su superficie se hizo sólida. Se

formaron grandes nubes que al enfriarse provocaron lluvias por miles de años, dando paso a la creación de los océanos, mares, lagos, lagunas, y ríos.

3.000: Los primeros seres vivientes se desarrollaron en el agua.

Eran pequeñas bacterias que al evolucionar dieron origen a plantas acuáticas.

600: La aparición de las plantas verdes permitió la presencia de

oxígeno. En algún momento hubo oxígeno suficiente para el desarrollo de la vida animal. Los primeros animales fueron esponjas y corales.

400: Algunos animales evolucionaron como vertebrados,

surgiendo así los peces y los anfibios.



280: Cambió el clima sobre la tierra, tornándose seco y caluroso. Se secaron las lagunas y murió la mayoría de los anfibios. Algunos evolucionaron, dando lugar a los reptiles.

190: Entre 200 y 65 millones de años atrás vivieron los

dinosaurios, que eran enormes reptiles. Hace 65 millones de años desaparecieron todos los dinosaurios del planeta.

70: Paralelamente se desarrollan los mamíferos (animales que

tienen piel o pelo, dan nacimiento a crías y los alimentan con su propia leche), que sobrevivieron a los dinosaurios, adoptando lentamente las formas que hoy en día conocemos.

2: Millones de años aparecieron los primeros hombres sobre la

tierra, dando paso a la prehistoria o época de la Barbarie. Prehistoria: Periodo de vida del hombre anterior a la invención de

la escritura.

GENESIS DEL FUEGO

Al fuego le temen todos los hombres y animales. Es algo que conocemos desde siempre y que tratamos de evitar se está dentro de nuestras posibilidades. Es tan grande el terror que experimenta el hombre ante el fuego que, de acuerdo a costumbres paganas, se ha simbolizado el infierno como el reino del fuego, el peor castigo potencial que se cierne sobre nuestras almas después de la muerte.

Sin embargo, el fuego es un factor preponderante en la vida humana, no sólo considerado bajo la función que representa en la actualidad, sino por la importancia que tuvo en la vida del hombre desde tiempos antiquísimos.

Cuando el hombre primitivo descubrió los medios o métodos

para obtener fuego, se inició la era de la civilización, pues, ese descubrimiento marca una división, que históricamente separa la época primitiva conocida como “Barbarie” de lo que se conoce como la historia antigua.



Durante el desarrollo de la época primitiva o barbarie en el Vº milenio A.C. (Edad de piedra, Periodo Paleolítico: Paleo = antiguo y Lithos = piedra, o edad de la piedra tosca; y Periodo Neolítico: Neo = nuevo y Lithos = piedra o edad de la piedra pulimentada), el fuego le permitió al hombre protegerse de las fieras, abrigarse y mejorar su dieta alimenticia al poder cocinar algunas cosas que en su estado natural son incomibles o de mal sabor, al mismo tiempo le permitió salir de las cavernas a conquistar el mundo. De esta manera el hombre llega al IIIº Milenio A.C. (Edad de los metales), donde su avance en el conocimiento del fuego le permitió fundir los primeros metales tales como el oro, cobre, bronce y hierro, creando de esta manera mejores herramientas y armas con las que pudo defenderse mejor de sus propios congéneres o de cazar mejorando las posibilidades de su dieta alimenticia.

La aplicación del fuego en la vida del hombre fue un proceso

continuo y progresivo, adquiriendo cada vez mayor importancia, llegando a constituirse en pilar fundamental para el desenvolvimiento de las diversas actividades que permitieron la expansión y desarrollo de la industria.

La fuerza extraordinaria que genera el fuego por su enorme

energía bajo el dominio del ser humano, se destina a producir mayores beneficios y comodidades a la sociedad en general, deja de ser un valor positivo y económico cuando se escapa a ese control, o sea, cuando el fuego no es producido para fines determinados y se transforma en el enemigo más terrible, despiadado y destructor por excelencia que para el hombre existe.

También desde épocas antiguas, ante los destrozos y desastres

producidos por aquellos fuegos incontrolables, el ser humano se vio en la obligación de encauzar sus esfuerzos para luchar contra él, a fin de evitar las devastadoras secuelas que provoca en su avance arrollador y tras ese objetivo, el hombre fue creando y construyendo maquinarias y estrategias para el control y extinción de éste, interesándose en el estudio de este fenómeno, al que se denominó “Incendio”.

Es así, que los primeros antecedentes de una organización

creada por el hombre para combatir incendios, los encontramos en el período Republicano de Roma, año 69 a 70 A.C. La historia relata que



un incendio de gigantescas proporciones casi hace desaparecer la capital latina y como siempre ocurre un coro de lamentaciones siguió a la desgracia; ante este hecho un aristócrata romano llamado Marco Licinio Craso, quien visualizando la catástrofe, creó una brigada de esclavos y vigías para combatir futuros incendios.

Tan loable iniciativa, sin embargo fue transformada por Craso en un lucrativo negocio. Craso tenía apostado vigías en altas torres, los que tan pronto divisaban una columna de humo en la ciudad daban aviso a éste y se dirigían al lugar del incendio.

Allí se iniciaba un dramático diálogo entre los afectados y este aristócrata el que le ofrecía la compra de la propiedad afectada a un precio irrisorio, una vez efectuada la operación de venta, Craso ordenaba a sus esclavos que apagaran el incendio con todos los instrumentos de que disponía su organización.

Craso murió el año 53 A.C., convertido en uno de los personajes más odiados, pero más ricos de Roma. Obviamente este sistema quedó en desuso, hasta que el año 26 A.C., el joven edil Marco Egnacio Rufo, formó con esclavos públicos “Los apagadores de incendios” que a diferencia de Craso, no cobraba por los servicios, protegiendo y salvando las propiedades de los romanos. Rufo estructuró las primeras brigadas, organizó un sistema funcional para apagar incendios y adquirió una gran fama de hombre de bien. Gracias a esto, llegó a ocupar los más altos cargos edilicios en la República. Pero, combatido y acusado de aprovecharse de sus “apagadores” para lograr sobresalir, fue desprestigiado y debió renunciar a los cargos y a su sistema creado.

Al asumir Cesar Augusto, como emperador de Roma, (año 7

A.C.), se preocupó de dotar al Imperio de una organización para el combate del fuego o incendio, dejando el servicio de éste en manos de esclavos y libertos, la mayoría de ellos bárbaros extranjeros, por lo que tuvo que modificar rápidamente el sistema, debido a los grandes abusos que cometían los integrantes de esta organización.

Fue entonces que se decidió por dividir administrativamente la ciudad en siete regiones, con una cohorte de 2.000 hombres para los servicios de emergencias, a cargo de cada una de ellas.

Un total de 14.000 hombres velaban por la seguridad de las personas y de los edificios de la capital latina (Roma), los que fueron capacitados en el uso de sus deferentes herramientas de ataque contra los incendio, y fueron tomando diferentes especialidades entre



las que se contaban: “Los Aquari” que usaban cubetas de esparto tejido y alquitranado para transportar el agua a lo largo de hileras formadas entre una fuente de agua y el sitio del incendio; “Los Siffonari” arrojaban agua al fuego por medio de unos cipos, bomba de mano de latón parecidas a una aguja hipodérmica pero de 1,20 metros de largo; “Los Uncinarii” usaban unas lanzas provistas de ganchos, con las que sujetaban los techos y paredes en llamas, hachas, escalas, mantas, esponjas, etc.; Con la expansión del Imperio Romano por toda Europa, norte de África y Medio oriente, el sistema de cohorte se extendió también por todos esos territorios, llevando la idea de una organización contra el fuego o incendio hasta los lugares más apartados.

Edad Media: Con la invasión bárbara (siglo Vº D.C.),

desapareció el Imperio Romano, pero en Bizancio se mantuvo el esquema de cohortes. Luego, ésta fue adoptada por los nuevos países europeos, cambiándose el nombre de cohortes por el de Compañías de combate de incendios, adoptando para ellas nuevas técnicas e implementándolas con nuevos materiales de combate conforme a los nuevos tiempos y dándoles a las Municipalidades y a cada Estado su organización y mantenimiento.

La organización bomberil nace históricamente en la Roma

republicana de los años 69, 70 A.C., pero con la caída del Imperio (siglo Vº D.C.), desaparece esta forma organizada de combate contra incendio, reapareciendo posteriormente junto con el renacimiento (siglo XVº). Tras un considerable desarrollo se promueven nuevamente estas organizaciones, especialmente en los países sajones, los que realizan interesantes avances en equipos y técnicas de combate contra incendios, lo que se reflejará posteriormente en América del Norte, que en los siglos XVII y XVIII logra consolidar una completa y bien equipada organización voluntaria contra incendio, que incluye entre sus integrantes al notable Benjamín Franklin.

En España, estos avances no tienen una mayor trascendencia y ello se refleja en la América Hispana, en la cual no existió una organización similar a la de América del Norte.

En Chile, las iniciativas bomberiles se remontan a la época

colonial, donde los primeros antecedentes de una rudimentaria organización, fue efectuada por el gobernador de Chiloé, quien



dispuso a comienzos del siglo XIX, “La obligación a sus habitantes a mantener en sus casa un Odre lleno de agua para atacar el fuego en caso de incendio”.

La Independencia trae nuevas ideas y don José Miguel Carrera, presidente de la Junta, plantearía la necesidad de contar con “una o dos bombas de incendio que puedan acudir con prontitud a los siniestros”.

En los primeros tiempos de la Republica, la ocurrencia de un gran incendio en 1827, llevaría a un grupo de ciudadanos encabezados por los señores Benjamín Mackenna, Diego Barros y Francisco Javier Urmeneta, a ofrecer y organizar una compañía de bomberos. Simultáneamente, el Gobierno disponía que el Cabildo debería proveer de elementos contra incendio a los serenos. (Por diversas razones ambas iniciativas no se concretaron).

Al crearse por don Diego Portales, los Batallones Cívicos, unidades integradas por albañiles, carpinteros y aguateros que abastecían de este vital líquido a la ciudad ya que no existían cañerías que proporcionaran agua, estos tenían la obligación de acudir con sus elementos en cada ocasión que se producía un siniestro, tomando a su cargo el servicio contra incendio y que se denominó “Batallón de la Bomba”. Desdichadamente, con ocasión de los hechos acaecidos en Santiago el 20 de Abril de 1.851 y los enfrentamientos a que dieran lugar; el batallón de la bomba fue diezmado frente al antiguo cuartel de artillería (Miraflores y Alameda), cuando intervenía para restaurar el orden junto a otras unidades leales al gobierno.

Las unidades de tipo municipal que se organizaron posteriormente, tanto en Santiago como en Valparaíso, serán sobrepasadas por los siniestros que en ambas ciudades ocurrían, y a raíz del gran incendio del 15 de Diciembre de 1.850, que redujo a cenizas gran parte del sector comercial del activo y búllante Puerto de Valparaíso, un grupo de distinguidos ciudadanos encabezados por don Tomas Ramos, organiza una unidad voluntaria que bajo el nombre de Cuerpo de Bomberos de Valparaíso nace oficialmente el 30 de Junio de 1851, siendo la primera organización perdurable en el tiempo en nuestro país; Posteriormente tras el catastrófico incendio de la Iglesia de la Compañía el 8 de Diciembre de 1863, se crea el Cuerpo de Bomberos de Santiago.

Fue así, como a través del tiempo se fueron creando y perfeccionando las técnicas, tácticas, estrategias y los estudios pertinentes sobre este fenómeno de tan extraño comportamiento



llamado “Incendio” y que conforme van avanzando los años dan paso primeramente al estudio de la “Teoría del Fuego” para más tarde llegar a la ciencia denominada “Ingeniería de la Protección Contra Incendio”, donde conoceremos la más moderna teoría del fuego denominada “Teoría del Tetraedro del Fuego”.

POR TANTO, al desarrollar estos apuntes de Clase, las primeras

preguntas que debemos formularnos son:

¿QUÉ ES EL FUEGO?

¿CÓMO SE GENERA?

¿CÓMO SE EXTINGUE?

¿CUÁLES SON LAS MEDIDAS PREVENTIVAS?

¿QUÉ ES LA INGENIERÍA, DE PROTECCIÓN CONTRA INCENDIO? ***********

El Fuego El fuego es un factor preponderante en la vida humana, no sólo considerado bajo la función que representa en la actualidad, sino que su importancia gravitó desde tiempos antiquísimos. Decíamos anteriormente que cuando el hombre primitivo descubrió los medios o métodos para obtener fuego, se inicio la era de la civilización, pues, ese descubrimiento marca una división, que históricamente separa la época conocida como “Barbarie” de la historia antigua. La aplicación del fuego en la vida general, fue en forma continua y progresiva, adquiriendo cada vez mayor impulso, siendo el pilar fundamental para el desenvolvimiento de las diversas actividades que permiten la expansión y desarrollo de todas las industrias. Esa fuerza extraordinaria que genera el fuego por la enorme energía que desarrolla y que, siempre bajo el dominio del ser humano, es destinada a producir mayores beneficios y comodidades a la sociedad en general, deja de ser un valor positivo y económico cuando



escapa a ese control, o sea, cuando el fuego no es producido para fines determinados, y entonces se transforma en un enemigo terrible, despiadado y destructor por excelencia. También desde épocas antiguas, ante los destrozos y desastres producidos por esos fuegos, el ser humano se vio obligado a encauzar sus esfuerzos para luchar contra el fuego, a fin de evitar las secuelas que provoca en su avance arrollador y tras ese objetivo, el hombre fue creando y construyendo maquinarias y elementos para el control y extinción de los incendios, interesándose en el estudio de la “Química del Fuego”. ¿QUÉ ES EL FUEGO? El fuego puede definirse como la oxidación rápida de los materiales combustibles con desprendimiento de luz y calor. En realidad, lo que produce el fuego, son los vapores que desprenden los materiales combustibles al mezclarse con ciertas proporciones con el oxígeno del aire y ser calentados a una temperatura determinada. Por tanto, para que el fuego exista, es necesario que se reúnan tres elementos que mencionaremos, y que los describe la “Teoría del Triangulo del fuego”. Por mucho tiempo el fuego se representó como un triángulo. Pero ahora la teoría moderna de la combustión lo representa como un tetraedro. Sin embargo, la teoría del “triángulo del fuego”, aún describe adecuadamente el proceso de ignición. Un triángulo, debe tener tres elementos mutuamente dependientes, cada uno debe cumplir ciertos criterios de longitud y posición para que el triángulo esté completo. Al igual que el triángulo, el fuego requiere de tres elementos para existir. Cada elemento individual es dependiente de los otros dos para que se produzca la combustión. Estos elementos son: a) “Combustible” (elemento o agente reductor), b) “Oxigeno” (elemento o agente comburente), y c) “Calor”. La otra teoría mucho más moderna data del año 1960, y su postulador el doctor Arthur Guise, llama “Teoría del Tetraedro del Fuego”. Esta teoría moderna considera un cuarto elemento o factor necesario para que un fuego se sostenga, propague o aumente su



tamaño. Este factor es denominado reacción química en cadena y que se produce entre el combustible y el agente comburente u oxígeno, en una zona que podríamos llamar de nadie, donde a medida que el fuego arde, las moléculas (radicales libres) del combustible, o agente reductor, se reduce a moléculas más simples dentro de la llama, produciendo el aumento de la temperatura y cambios fundamentales dentro de los colores y la llama. Esta teoría está representada por una figura geométrica compuesta por cuatro lados denominada tetraedro y está basada en el principio de la teoría del triángulo del fuego, vale decir, que un lado de esta figura está representado por el material combustible (agente reductor), el otro por la fuente de calor o temperatura, el otro por la fuente de oxígeno (agente comburente), y cerrando esta figura encontraremos la reacción química en cadena. La NCh 933.Of 97, sobre Prevención de incendio en edificio; Terminología, defina la palabra Fuego como: “Una combustión caracterizada por la emisión de calor acompañada de llamas, de humo o de ambos. Los hay de clase A, B, C, y D”. Fuegos Clase “A”: Son los que involucran materiales combustibles ordinarios tales como: maderas, géneros, papeles, gomas y algunos plásticos. Esta clase de fuego requiere de un agente extintor absorbente del calor como lo es el agua, u otro agente que interrumpa la reacción química en cadena. Una característica que distingue a los fuegos clase “A”, es que pasan de una combustión superficial a una profunda y resplandeciente donde hay presencia de brasas. El agente extintor deberá penetrar al material que se encuentra ardiendo. (dejan residuos o cenizas). Fuegos Clase “B”: Son los que involucran a Líquidos y gases inflamables, grasas, alquitranes, lacas, pinturas a base de aceite y otros líquidos volátiles. Generalmente este tipo de fuego ocurre en los estanques abiertos o cuando se produce un derrame o escape del líquido inflamable. Estos fuegos pueden extinguirse removiendo el combustible o el oxigeno por enfriamiento o interrupción de la reacción química en cadena.



Fuegos Clase “C”: Son los que involucran a equipos eléctricos o electrónicos, tales como tableros eléctricos, motores, calentadores, fotocopiadoras, radio transmisores, radios receptores, instalaciones de alumbrado. Para la extinción de esta clase de fuego se deberá contar con el uso de un agente extintor que no sea conductor de corriente para evitar accidentes por electrocución. Una vez que la corriente eléctrica se ha interrumpido y el equipo se ha desenergizado, se puede combatir el fuego con agentes extintores comunes de clase “A” o “B”. Fuegos Clase “D”: Son los que involucran a los metales que arden, como el magnesio, sodio, litio, potasio, bario, titanio, zirconio. Etc. Estos fuegos requieren del uso de un agente extintor inerte como el polvo químico seco (PQS), para aislar el oxigeno y el calor que alcanza a temperaturas que fluctúan entre los 2.500 y 3.500 ºC. Otros agentes extintores adecuados pueden ser, las arenas fundentes (de fundición) y los agentes extintores especialmente desarrollados para ser utilizados en la neutralización de determinados metales combustibles. Por tanto, el fuego es el resultado de la combinación de un material combustible, Calor o temperatura suficiente para que se desprendan los vapores y gases de los material combustibles y puedan lleguen a su temperatura de ignición y finalmente el Oxigeno necesario que lo encontramos en el aire (entre un 15 y 21 %). a) Material Combustible, o agente reductor: Si nos atenemos estrictamente a los fundamentos químicos de la combustión, debemos considerar que todos los materiales existentes en nuestra madre naturaleza son o pueden ser combustibles, bajo ciertas condiciones. Estas condiciones requeridas son:

1) Estado físico en que se encuentren. 2) Grado de división, en el caso de los materiales sólidos. 3) Temperaturas a que se encuentren sometidos, etc.

Para los efectos corrientes, suele considerarse como combustibles sólo a aquellos materiales que, bajo las condiciones normales de trabajo, pueden entrar en combustión. Los más importantes, tanto por sus usos industriales como domésticos son:



madera, papel, aceites, gasolina, carbón, alcoholes, gas licuado, hidrocarburos en general etc. La combustibilidad de un material depende del estado físico y sigue un orden ascendente de sólido, líquido, y gas. Al hablar de combustibilidad nos referimos a la facilidad de producir fuego en tales tipos de combustibles, lo que está ligado, naturalmente, a sus temperaturas de inflamación. Otro factor que influye en la combustibilidad, es la superficie que ofrecen para su contacto con el oxigeno y para la propagación o disposición del calor. En los sólidos, esta íntimamente ligada con el grado de división de la materia y así vemos que la combustión se genera y mantiene con mucha mayor facilidad en materiales finamente divididos. En los líquidos este problema se hace presente a través de la presión de vapores, pues, son los vapores los que se inflaman y el volumen de éstos que se desprende está en función de la temperatura a que se encuentre el material combustible. Los gases de por si presentan gran superficie de contacto, de modo que su combustión se produce fácilmente. En un sentido general, podemos considerar líquidos y gases como un solo tipo de combustibles, al menos en este sentido. Para el caso de los sólidos podemos ilustrar esto con un ejemplo: Aplicamos un fósforo a un poste, la llama de un fósforo puede producir una temperatura superior a los 1.500 ºC., pero no produce el calor suficiente para iniciar la inflamación de la madera. Ello se debe a que el poste trasmite y absorbe el calor y además, parte de éste se pierde por irradiación. De hecho, es posible que comience la inflamación en el punto donde la llama del fósforo toca la madera; pero apenas aquel se retira, la absorción y la irradiación disipan el calor más rápidamente de lo que este se genera y el fuego se extingue. Sin embargo, si se aplica el calor a una gran extensión de la superficie del poste, el calentamiento de este disminuye considerablemente la disipación y el fuego puede continuar. Cuando los trozos de madera son pequeños; por ejemplo viruta, el calor producido por el fósforo puede ser suficiente para mantener la combustión y ésta se propagará, luego, fácilmente; ello se debe a que el calor perdido por absorción es menor que el caso anterior, debido al menor volumen en que debe repartirse. Además, la superficie de contacto con el oxigeno es mucho mayor, lo que permite una más rápida propagación del fuego.



Cuando el material combustible está aún más finamente dividido, como es el caso de una nube de polvo en el aire, vapores de líquidos o gases combustibles, se requiere solo una pequeña cantidad de calor para producir la combustión y ella es tan rápida que genera calor suficiente para mantenerse a si misma. b) El Oxigeno, agente comburente: El segundo elemento necesario para la generación de un fuego es el oxígeno y éste lo encontramos en nuestra atmósfera diaria, conocido también como el aire que respiramos y que está compuesto de un 78 % de Nitrógeno, un 21 % de Oxígeno, y un 1 % de gases varios. El nitrógeno del aire (78 %), únicamente sirve para diluir el oxígeno y normalmente, no entra en reacción. En una atmósfera de oxígeno puro (21 %), muchas sustancias que no son consideradas como combustibles, se quemarán rápidamente, y en una de aire enriquecido por oxígeno, los fuegos serán de mayor intensidad. c) CALOR, o temperatura: El tercer elemento es necesario para la generación del fuego es el calor, cuya manifestación perceptible es la temperatura, que todo cuerpo al arder (oxidarse) desarrolla, se conoce como “Caloría”, que es la cantidad de calor que produce un kilogramo de ese cuerpo al arder totalmente. ¿CÓMO SE GENERA? Los vapores o gases desprendidos por las sustancias inflamables o combustibles tienen que mezclarse con el aire o el oxígeno, en proporciones apropiadas, para que se produzca el fuego (en atmósferas con bajo porcentaje de oxígeno, menos del 15 %, no se produce fuego). En toda combustión se generan residuos o ciertos volúmenes de gases inertes cuya naturaleza química depende de la combustión del material quemado, tales como el Carbón (C), Monóxido de carbono (CO), Dióxido de carbono (CO2), Agua (H2O), Anhídrido Sulfuroso (SO2), Nitrógeno (N) o gases nitrosos, Cloro (Cl), etc. Estos gases acompañados de partículas sólidas en suspensión (cenizas), forman los humos que suelen acompañar al fuego.



El fuego, como ya hemos dicho, produce cambios en el material que se quema (oxidación con desprendimiento de gases), frecuentemente, estos cambios generan sub-productos que pueden poner en peligro la vida de las personas que se encuentran cerca de un incendio o combatiéndolo (bomberos). La mayoría de los materiales combustibles como lo hemos dicho anteriormente contienen carbón. Durante el desarrollo de un incendio, estos materiales liberan dióxido de carbono (CO2), y aún más frecuente monóxido de carbono (CO). Si hubiese suficiente oxígeno para completar la combustión, lo cual rara vez sucede, el gas liberado sería principalmente dióxido de carbono. Sin embargo cómo la mayoría de las sustancias no se queman completamente, el principal producto de la combustión es el gas de monóxido de carbono. El monóxido de carbono es un gas inodoro, insaboro e incoloro que cuando se inhala, inhibe el oxígeno de la sangre, impidiendo la llegada de éste a los órganos vitales a través del sistema circulatorio. La exposición prolongada a altas concentraciones de monóxido de carbono puede ser fatal para la vida humana. El dióxido de carbono en cantidades menores aumenta el ritmo respiratorio y hace que se inhale cantidades mayores de otros gases producidos por la combustión. El dióxido de carbono a altas concentraciones desplaza el oxígeno al punto de comprometer la vida humana. La presencia de los gases de combustión del fuego puede también implicar una baja del nivel de oxígeno. A medida que el nivel de oxígeno en la sangre disminuye menos oxígeno llega al cerebro, se pierde la facultad de juicio y eventualmente causará daños severos. Todas las personas expuestas a un incendio, especialmente los bomberos, deberán estar alerta a este riesgo potencial durante su permanencia, debido a que los elementos combustibles tales como los plásticos, lanas, compuestos químicos y materiales de construcción, al quemarse producen otros gases tan dañinos como el monóxido de carbono. Como ya hemos mencionado el fuego emite luz y calor y está generalmente acompañado por temperaturas altas en extremo (reacción química en cadena), calentando el aire cercano a éste por convección; y estas exposiciones al aire caliente pueden causar quemaduras severas en la piel y en el sistema respiratorio que a menudo son fatales. La llama abierta produce quemaduras por contacto directo y un agotamiento más rápido por la exposición al calor.



Donde hay fuego generalmente hay humo y esto es una combinación de gases y de productos de combustión de líquidos y sólidos en suspensión en el aire. Además del peligro que revisten los gases tóxicos, el humo limita enormemente la visualidad causando pánico y desesperación en la gente. El contacto con partículas en suspensión de humo irritará los ojos, nariz, boy las vías respiratorias. Mantención: Siendo la combustión una reacción exotérmica (que produce calor), resulta que el calor generado en ella contribuirá a mantener la temperatura del combustible en un nivel elevado. Así, podemos decir que el fuego se mantiene por sí mismo. El fuego se inicia generalmente, en forma muy lenta, pero a medida que el calor generado va calentando las zonas vecinas, nuevas cantidades de materiales entran en combustión, lo que hace aumentar considerablemente el calor generado. De esta manera se acelera la inflamación, por la elevación de la temperatura y el fuego se propaga cada vez con mayor rapidez (reacción química en cadena). Esto nos demuestra lo vital e importante que es el factor tiempo en el combate de los incendios. Esta propagación de fuego se puede transferir a través de tres sistemas, por conducción, por radiación y por convección. Propagación: a) Por Conducción: El calor se trasmite o transfiere a través de los materiales sólidos de un cuerpo a otro por contacto directo de estos o por intermedio de un agente conductor. La cantidad de calor que será transferida dependerá de la conductibilidad del material a través del cual el calor está pasando. No todos los materiales tienen la misma conductibilidad de calor, por ejemplo el aluminio, el cobre y el acero son buenos conductores. Los materiales fibrosos tales como las telas, los papeles, no son buenos conductores. b) Por Radiación: En la radiación el calor es conducido por medio de ondas calóricas de un cuerpo a otro, de la misma manera que es conducida la luz a través del espacio. Las ondas de calor se mueven en línea recta y no son absorbidas sino en un mínimo grado por el aire o por sustancias transparentes como el vidrio, sino que son absorbidas casi completamente por los cuerpos opacos. Un ejemplo de radiación es el calor generado por una estufa sobre otro elemento, obviamente



la distancia existente entre la fuente de radiación y el cuerpo radiado es muy importante, debido a que dependerá de éste el grado de temperatura absorbida por este último. c) Por Convección: Es el calor transferido por medio de la circulación de aire caliente que hace que los gases fríos, siendo más pesados, se muevan hacia la fuente generadora de temperatura y desplacen o empujen hacia arriba a los aires calientes. Así, por ejemplo, el calor generado por una estufa es distribuido a través de toda una habitación calentando el aire de ésta por conducción. El aire circula y transfiere el calor a objetos distantes por convección. El aire caliente se expande y se eleva y por esta razón la transferencia de calor por convección casi siempre ocurre en una dirección ascendente. Esta transferencia es directamente proporcional a la diferencia de temperatura entre dicho cuerpo y el aire que lo rodea. ¿CÓMO SE EXTINGUE? La teoría de la extinción del fuego está basada en la interrupción de uno o más factores de los elementos esenciales del proceso de la combustión. La combustión con llama puede ser extinguida reduciendo la temperatura, eliminando el combustible, el oxigeno o deteniendo la acción de la reacción química en cadena. Si el fuego se encuentra en la etapa latente, solamente existen tres opciones para su extinción: reduciendo la temperatura, eliminando el combustible o eliminando el oxígeno. Extinción por reducción de la temperatura: Uno de los métodos más comunes de extinción y más baratos que podemos encontrar es por enfriamiento con agua, este elemento tiene la propiedad de penetrar a los lugares más íntimos, además que, al convertirse en vapor, aumenta su volumen 1.700 veces y al aumentar de volumen el vapor de agua desplaza al aire (oxígeno). Este proceso de extinción tiene como objetivo enfriar el combustible hasta el punto de no producir vapores suficientes que puedan encender. La reducción de la temperatura depende de la aplicación de un caudal adecuado de agua en forma apropiada, para así poder lograr establecer un balance adecuado y no provocar más daños que los dejados por el fuego.



Extinción por eliminación del combustible: En algunos casos el fuego puede ser extinguido eficientemente con la remoción de la fuente de combustible. Esto se puede lograr deteniendo el flujo de un combustible líquido o gaseoso, o removiendo el combustible sólido del área del fuego. Otro método de eliminación del combustible es permitir que el fuego continúe hasta que el combustible afectado sea consumido en su totalidad, evitando su propagación o confinándolo a un área determinada. Extinción por dilución del oxígeno: El método de extinción por dilución del oxígeno es la reducción de la concentración de éste dentro del área del fuego. Esto se puede lograr introduciendo un gas inerte dentro del fuego o separando el oxígeno del combustible por intermedio de la sofocación. Extinción por inhibición de la reacción química en cadena: A través de este método se inhibe esta reacción que es la que permite que la temperatura de las llamas aumente progresivamente en presencia de combustible y oxigeno. Aunque no se entiende claramente cómo sucede, ciertos productos químicos tienen la propiedad de inhibir el fuego. Los agentes químicos inhibidores más efectivos son: hidrocarburos halogenados, sales alcalinas y sales de amoníaco. Los hidrocarburos se aplican en forma gaseosa, incluyendo el halón 1211. Las sales alcalinas púrpura K, monees y súper K, se aplican en forma de polvo. Las sales del amonio que incluyen el fosfato monoamonio también se aplican en forma de polvo y cuando uno de estos químicos se aplica en cantidades suficientes, las llamas se inhiben y el fuego se apaga.

¿CUÁLES SON LAS MEDIDAS PREVENTIVAS? ¿QUÉ ES LA INGENIERIA DE LA PROTECCIÓN CONTRA INCENDIO?



ALGUNOS INCENDIOS CATASTROFICOS

AÑO CIUDAD DAÑOS 67 Roma ¿?; ¿?; ¿?. 1666 Londres 14.000 casas 1812 Moscu 30.000 casas 1871 Chicago 17.500 casas 1872 Boston 800 casas 1925 Manizales 42 manzanas 1949 Chunking 1.000 casas 1953 Corea 20.000 casas 1955 Tumaco 50% de la ciudad 1955 Valparaíso (pob. Gómez Carreño) 30 casas. 1956 Cali 2.000 casas 1973 Massachussets 300 edificios

******************************************************* 1863 Santiago, Chile (Iglesia de la Compañía), 2.000 muertos 1948 Sewel, Chile (interior mina) 500 muertos 1980 Las Vegas, EEUU (Hotel MGM) 85 muertos 1981 Santiago, Chile (Torre Santa María) 11 muertos 1982 Tacoa, Venezuela (Estanque Fuel Oil) 150 muertos 1984 San Juanico, México (Escape de gas) 750 muertos 1985 Cubatao, Brasil (Refinería) 600 muertos 1985 Bradford, Inglaterra (Estadio) 56 muertos 1986 San Juan, Puerto Rico (Hotel Dupont) 96 muertos 1986 Chernobyl, URSS (Central Nuclear) ¿? muertos 1986 Caracas, Venezuela (Torre Cemica) 15 muertos 1988 Islamabad, Pakistán (Hotel) 120 muertos 1989 Ufa, URSS (Planta química) 500 muertos Estos son algunos de los incendios catastróficos ocurridos en nuestro globo terráqueo que han afectado a edificaciones, y lo que es aún más grave a vidas humanas. Invito a ustedes hacer un nuevo catastro de incendios catastróficos de las ultimas dos décadas, enfocado a número de habitaciones y vidas humanas perdidas. (Primer trabajo de investigación, ¿Póngale fecha?).

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