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Año 2030, una conversación muy interesante... Me llamo Marta y tengo 55 años. Os preguntaréis, ¿por qué se presenta? Y os contesto, por nada particular, para que sepáis a quien leéis antes de llegar a la firma al final del repor- taje, sólo por eso ;). Hace unos días encontré un periódico de hacía 15 años nada menos. No recuerdo por- que lo tenía en papel ni porque lo guardé pero la cosa es que estaba en una caja en el arma- rio. Al echar un vistazo a esta reliquia ví un artículo sobre e-Learning y b-Learning e inme- diatamente apareció una sonrisa en mi cara, ya que hace justo 15 años hice un curso de for- mación sobre este tema. Supongo que por eso guardé el periódico. Aquel fue el comienzo de un cambio en mi manera de ver el mundo. Os pongo algunos datos del artículo para poneros en antecedentes. En el artículo se definía el e-Learning como “el uso de las tecnologías basadas en internet pa- ra proporcionar un amplio abanico de soluciones que aúnen adquisición de conocimientos y habilidades” (1) y el b-Learning como “el modo de aprender que combina la enseñanza pre- sencial con la tecnología no presencial” (2) . Estas definiciones iban acompañadas de diversos gráficos y datos estadísticos que nos informaban de la situación de este tipo de educación unos años antes. Por poner algunos ejemplos: En el año 2013 cerca del 95% de los profesores utilizaban las entonces denominadas Nuevas Tecnologías de Comunicación (NTiCs) para prepa- rar las clases (Tabla 1) y ya hacía tiempo que las Universidades espa- ñolas habían desarrollado campus virtuales para facilitar el acceso a contenidos, consultas o tutorías; in- cluso el 52% de ellas ya ofrecían al- gún curso en la Red! (3) . Tabla 1. Porcentaje de alumnos en centros educativos donde el profesorado informe del uso de las TiCs.

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Año 2030, una conversación muy interesante...

Me llamo Marta y tengo 55 años. Os preguntaréis, ¿por qué se presenta? Y os contesto,

por nada particular, para que sepáis a quien leéis antes de llegar a la firma al final del repor-

taje, sólo por eso ;).

Hace unos días encontré un periódico de hacía 15 años nada menos. No recuerdo por-

que lo tenía en papel ni porque lo guardé pero la cosa es que estaba en una caja en el arma-

rio. Al echar un vistazo a esta reliquia ví un artículo sobre e-Learning y b-Learning e inme-

diatamente apareció una sonrisa en mi cara, ya que hace justo 15 años hice un curso de for-

mación sobre este tema. Supongo que por eso guardé el periódico. Aquel fue el comienzo de un

cambio en mi manera de ver el mundo.

Os pongo algunos datos del artículo para poneros en antecedentes.

En el artículo se definía el e-Learning como “el uso de las tecnologías basadas en internet pa-

ra proporcionar un amplio abanico de soluciones que aúnen adquisición de conocimientos y

habilidades” (1) y el b-Learning como “el modo de aprender que combina la enseñanza pre-

sencial con la tecnología no presencial” (2).

Estas definiciones iban acompañadas de diversos gráficos y datos estadísticos

que nos informaban de la situación de este tipo de educación unos años antes.

Por poner algunos ejemplos:

En el año 2013 cerca del 95% de

los profesores utilizaban las entonces

denominadas Nuevas Tecnologías de

Comunicación (NTiCs) para prepa-

rar las clases (Tabla 1) y ya hacía

tiempo que las Universidades espa-

ñolas habían desarrollado campus

virtuales para facilitar el acceso a

contenidos, consultas o tutorías; in-

cluso el 52% de ellas ya ofrecían al-

gún curso en la Red! (3).

Tabla 1. Porcentaje de alumnos en centros educativos donde

el profesorado informe del uso de las TiCs.

En pocos años la implantación del e-Learning en la formación en empresas aumentó

de manera espectacular, pasó de un 9% en 2004 a un 25% en 2008 (tabla 2)

y un 8% de las em-

presas habían ya in-

corporado un tipo e-

learning, las MOOCs,

en su Formación In-

terna (4).

Me gustó ver de nuevo esta información, ya que recordé la dificultad de plasmar

en datos cuantitativos algo tan complejo como una forma de aprender.

Tras leerlo me vinieron a la cabeza recuerdos, ideas y sensaciones de ese curso,

ya que aquel nuevo método de enseñanza no sólo nos proporcionó materiales, sino que

nos abrió un mundo de oportunidades, de conocimientos, de información y de formas

de hacer las cosas.

Tabla 2. Evolución de las metodologías de la formación.

Tabla 3. Impacto positivo de las TIC sobre el alumnado en algunos campos (Acuerdo de

los directores de centro)

Reflexionando sobre ello, y aprovechando que podía no trabajar ese día (a veces me

organizo para tener algún día libre a la semana), di un paseo hasta el parque del Retiro.

A mi llegada me senté

en las escalinatas del lago

junto a un abuelo, luego des-

crubrí que se llamaba Igna-

cio, y su nieta Ruth, de unos

7 años.

Nunca he conseguido no escuchar las conversaciones que me rodean ;); ellos estaban ha-

blando de cómo el uso de las TICs (Tecnologías de la Comunicación) habían cambiado las clases

desde la época del abuelo. Era imposible no unirse a la conversación después de esta inespera-

da coincidencia!. Me gustó el tono en el que hablaban. Tengo un recuerdo entrañable de aque-

lla mañana, fue una experiencia enriquecedora que me ha hecho plasmar por escrito algunas

de las ideas que comentamos.

Ignacio: ¿Pero cuántos profesores tienes?

Ruth: uhmm, tres y uno virtual.

La cara de Ignacio fue un poema, jajaja. La pregunta era inevitable ¿qué es eso de un profesor virtual?. Ruth le explicó que noooo, que en su clase le llamaban así porque Juan, el

profesor virtual, les daba la clase de otra forma, les enseñaba a navegar por internet y a

buscar la información buena. A mí me encantó la forma de explicárselo y que Ignacio no frun-

ciera el ceño y dijera algo negativo, sino que continuara preguntándole con curiosidad si eso

también lo hacía su hermana mayor, Eva, en el instituto. La respuesta fue afirmativa.

Su nieta Eva sabía discriminar información, trabajar en equipo con sus compañeros, tanto de

su clase como de otras y evaluar el trabajo hecho, tanto el suyo como el de sus compañeros y

profesores (5). La frase de Ignacio fue: “Esta chica es muy lista y, aunque todavía no sabe qué

quiere ser, en su instituto nadie le presionaba para que lo decida!!”.

Parece ser que en ese centro fomentaban la comunicación, el descubrimiento de sí

mismos y el “aprender a aprender” para, al final, conseguir

ser felices, entre otras cosas, claro. Cada alumno contaba

con un tutor que le ayudaba en conseguir averiguarlo (6). La

idea me gustó así que decidí investigar más al respecto.

Cuando Ruth se fue a jugar, su abuelo y yo continua-

mos con nuestra conversación. Ignacio me comentó que ade-

más de sus dos nietas, tenía un nieto mayor, Javi, que estudiaba en la Universidad de Alcalá

de Henares.

Le pregunté qué carrera estudiaba Javi y lo curioso es que no estudiaba una carrera

como las de nuestra época. Su nieto había elegido las asignaturas según sus habilidades y gus-

tos. Como su nieto le decía, “había diseñado su itinerario junto a su tutor, uniendo la educa-

ción social y el arte”. Lo bueno es que había podido elegir temario de distintas facultades. Al-

gunas eran presenciales y otras no, algunas hasta eran a través de videoconferencias. Como

además trabajaba, podía ganar algo de dinerillo y organizar sus estudios, su trabajo, las

prácticas en empresas y su vida. En ese momento Ignacio me sorprendió subiendo el tono de

voz ¡Qué vida, si no tiene tiempo y está todo el día enganchado a la tablet!

Después de reírnos, me comentó, orgulloso, que su nieto era muy responsable su edad.

Le habían concedido una beca (ya no era tan difícil conseguirla como en su época) y ade-

más, en un trabajo de clase en equipo (luego averigüé que se trababa de una webquest), ha-

bían conseguido que varias empresas grandes, incluida la de su padre, donaran los equipos

informáticos que ya no utilizaban al instituto de su hermana. Eso había hecho que su nieto

se sintiera muy orgulloso y además le permitió conocer gente muy interesante.

Ya sólo nos quedaba hablar del padre de familia, jaja, su hijo Álvaro que trabajaba en

una multinacional francesa que distribuía cemento a toda Europa. Por lo que me contaba

tuve la sensación de que su hijo estaba muy contento en su empresa. Parece que, aunque no

era muy grande, utilizaban los métodos más avanzados y no escatimaban recursos en la

formación que daba a sus empleados. Los equipos de trabajo eran GTA. Me quedé sorprendi-

da,. No conocía el funcionamiento de los GTA pero no quise interrumpirle. Lo busqué des-

pués en el autobús camino a casa. Los GTA o

Grupos de Trabajo Autónomos parecen ser una

forma muy interesante de trabajar que cada vez

más empresas implantan (7). Por los comentarios

que me hizo sobre la formación que recibía su hi-

jo, supuse que estaba basada en e-Learning y b-

Learning según los casos, en función de las dis-

tancias, las diferencias horarias, los resultados

obtenidos, las evaluaciones realizadas por los propios trabajadores y la optimización de los

recursos.

El comentario de Ignacio fue: “Como cada uno está en un país, no pueden juntarse. Yo creía que no aprenderían así, pero que va, cada uno propone y comenta y las cosas que hacen unos les sirven a los otros. Es interesante, en mi época nos habría venido bien algo así, sobre todo los famosos tutores, que acaban siendo más amigos que profesores”.

Le pregunté sobre cómo su hijo había conseguido ese trabajo y me dijo que como

parte de su formación en la universidad, realizó prácticas presenciales en un ambiente la-

boral real y que eso le había servido para aprender cómo mejorar y hacia dónde dirigirse,

según sus habilidades, necesidades y gustos.

En ese momento volvió Ruth, colorada como un tomate. Al vernos hablar nos dijo que

parecía que estábamos de Asamblea, como las que ella y su hermana tenían en clase. Le pre-

gunté en qué consistían y nos explicó que se trataba de hacer una reunión cortita al comen-

zar la clase en la que se preguntaban cómo iban las cosas, se organizaban las tareas y se dis-

tribuían según las cosas a hacer. Me gustó saber que los jóvenes se organizaban entre sí.

Sin darnos cuenta habían pasado dos horas y tenían que irse a comer, por lo que nos

despedimos. Durante mi vuelta a casa en transporte público, me hice resumen mental de lo

comentado con Ignacio y Ruth. Yo había hablado poco pero me sentí a gusto por ese silencio

voluntario.

Había recibido tanta informa-

ción que no paraban de aparecer

imágenes en mi mente. La que más

recuerdo es un tren, con vagones

cuyo tamaño variaba según se acer-

caban a la locomotora pero todos

conectados, con un sol radiante al

fondo. Me pareció una bonita metá-

fora sobre la formación continua.

Al llegar a casa leí de nuevo el artículo y me paré en las conclusiones. Os las transcribo:

“Las nuevas tecnologías no son el objetivo, son herramientas para conseguir lo que el

sentido común y los datos indican y no deben sustituir al resto, debe complementarlo, deben

trabajar en equipo. Independientemente del momento, lo más complicado siempre es contar

con la voluntad de conseguirlo y de trabajar para ello...

Parece que disponemos de los conocimientos necesarios para conseguir los cambios, las

cosas van en la buena dirección, pero no podemos olvidar que la educación es un proceso ac-

tivo con muchos actores (profesores que necesitan formación, tutores con aptitudes y ganas,

alumnos que se sientan valorados y responsables de su propia educación, familias que no sólo

juzguen sino que se implique y actúen, empresas con visión global, políticos que vean más allá

de sus despachos y las elecciones, recursos imprescindibles, economías que valoren la educa-

ción como fuente de riqueza, etc). El secreto puede estar en no olvidar cuál es el destino y lo

que hace falta para llegar. Así, aunque llueva, diluvie o haya tornados y a veces no veamos el

sol, el tren no descarrilará, aunque a veces se pare o cambie de rumbo.

Ese es un posible camino, ¿no os parece?”

Tras mi conversación de hoy con Ignacio y Ruth, quince años después de la publicación de ese

artículo, creo que ese camino no sólo ha sido posible sino que ha sido y es un éxito. Ahora

queda mantenerlo.

Bibliografía y Fuentes:

1. Rosemberg, M.J., Foshay, R. (2000). E-learning: Strategies for delivery knowledge

in the digital age. Performance Improvement. Vol.41, Issue 5, Págs. 50-51

2. Coaten, N. (2203) Blended e-learning. Educa Web, 69, 6 de octubre. Disponible en

(http://educaweb.com/esp/servicios/monografico/formacionviertual/1181076.asp)

3. Schell, R (2002). “E-learning, la pata necesaria”. Expansión&Empleo, 11 de junio

de 2002. (http://expansionyempleovd.recoletos.es/edicion/

noticia/0,2458,155307,00.html)

4. DOCEBO Report 2014. www.docebo.com

5. www.prometeo.us.es/e-learning en lo referente a métodos de evaluación en ense-

ñanza.

6. www.mecd.gob.es/educación para la estructuración del sistema educativo: enseñan-

za

7. http://www.aibarra.org/enfermeria/Profesional/Supervision/GTA.htm

− Tabla 1. Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesora-

do (2013)

− Tabla 2. www.elogos.es. Élogos (2009)

− Tabla 3. Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesora-

do (2013)

− Fotos: http://www.freedigitalphotos.net/images/agree-terms.php

− Dibujo del Retiro. http://madridfree.com/xl-sketchcrawl-en-el-retiro/