antonio garcia - la crisis de la libertad economica - revista trimestral de cultura moderna no. 1 ...

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LA CRISIS DE LA LIBERTAD ECONOMICA (1) POR ANTONIO GARCIA PROFESOR DE LA FACULTAD NACIONAL DE DERECHO ESPECIAL PARA "UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA" La represión por medio de tarifas, controles y contingentes Las crisis y las guerras han roto el ritmo de crecimiento uni- versal del capitalismo y el sentido de que la solidaridad es una condición necesaria a ese crecimiento. Todas las herramientas de la economía y de la técnica suponen un objetivo universalista, un mercado mundial unitario, pero toda la política económica contemporánea se inspira en principios más o menos autosufi- cientes y nacionalistas. (Debe advertirse que el concepto de na- cionalismo sólo es usado en un sentido de negación y encerra- miento). La fortificación del Estado, consecuencia de la suma de poderes extraordinarios reunidos en él para afrontar situaciones extraordinarias (aún en aquellos países formalistas que tratan de mantener la apariencia democrática) ha hecho fácil la pro- pagación de los sistemas represivos y tendientes a desmembrar el mercado nacional del mercado internacional y a romper la soli- daridad de los precios mundiales. Esta ha sido la técnica econó- mica -más o menos standard- empleada para proteger los mercados nacionales de las fuerzas externas y de la anarquía. Cada país ha tratado de construír aparte sus propias murallas de protección nacional y de resolver los problemas de la depresión a costa de los demás. Por esta causa ha sido físicamente imposi- ble el que alguna nación aislada mantuviese principios liberales (1) 1·;1 ecollollli"ta colomuiallo doctor Alltollio García. publicará ell breve un lluevo libro, con el título de "Bases de la :Economía Contemporánea, Ensayo de un·a COIle('I)(~iúll Org(lIliea de la !1JcolloluÍa". I1Jstas p:.íginas pertenecen al menciona- do VOhUll l'll. - 165-

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  • LA CRISIS DE LA LIBERTADECONOMICA (1)

    POR ANTONIO GARCIAPROFESOR DE LA FACULTAD

    NACIONAL DE DERECHO

    ESPECIAL PARA "UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA"

    La represin por medio de tarifas, controles y contingentes

    Las crisis y las guerras han roto el ritmo de crecimiento uni-versal del capitalismo y el sentido de que la solidaridad es unacondicin necesaria a ese crecimiento. Todas las herramientas dela economa y de la tcnica suponen un objetivo universalista,un mercado mundial unitario, pero toda la poltica econmicacontempornea se inspira en principios ms o menos autosufi-cientes y nacionalistas. (Debe advertirse que el concepto de na-cionalismo slo es usado en un sentido de negacin y encerra-miento). La fortificacin del Estado, consecuencia de la suma depoderes extraordinarios reunidos en l para afrontar situacionesextraordinarias (an en aquellos pases formalistas que tratande mantener la apariencia democrtica) ha hecho fcil la pro-pagacin de los sistemas represivos y tendientes a desmembrar elmercado nacional del mercado internacional y a romper la soli-daridad de los precios mundiales. Esta ha sido la tcnica econ-mica -ms o menos standard- empleada para proteger losmercados nacionales de las fuerzas externas y de la anarqua.Cada pas ha tratado de construr aparte sus propias murallas deproteccin nacional y de resolver los problemas de la depresina costa de los dems. Por esta causa ha sido fsicamente imposi-ble el que alguna nacin aislada mantuviese principios liberales

    (1) 1;1 ecollollli"ta colomuiallo doctor Alltollio Garca. publicar ell breveun lluevo libro, con el ttulo de "Bases de la :Economa Contempornea, Ensayo deuna COIle('I)(~ill Org(lIliea de la !1Jcollolua". I1Jstas p:.ginas pertenecen al menciona-do VOhUll l'll.

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  • en su poltica econmica, ya que esta posicin habra sido anula-da por las corrientes universales y slo podra conducir a unabancarrota nacional. Esta posicin romntica no ha sido natural-mente adoptada por las grandes potencias industriales, contralo-ras de la moral capitalista, sino por los pequeos pases dbilesy deudores que por sostener un exiguo crdito internacional soncapaces de llevar sus naciones a la horca. Por va humorsticaobservo que los pases ms empeados en mantener, ya desata-da la Gran Depresin, los principios ms ortodoxos del liberalis-mo capitalista, fueron los desprovistos de capital, los absolutosdependientes del comercio exterior, los exportadores de mate-rias primas y alimentos, los colonos que en el escenario de la eco-noma internacional desempean el papel de "el que recibe lasbofetadas". En esta extensa rea colonial, la utilizacin de con-troles de cambios, cuotas, moratorias de deuda, contingentes, etc.,lleg cuando la crisis haba pisado el terreno ms bajo y cuandolos precios de sus mercancas de exportacin se haban deprecia-do mucho ms que los de las mercancas industriales.

    T oda esto quiere decir que las medidas que ms fcilmentese propagan no son las que defienden la libertad sino las queacaban con ella. Nada se ha universalizado ms rpidamente quelas tendencias de aislamiento nacional. Luego que Estados Uni-dos, Inglaterra, Alemania, Francia, inician la guerra de arance-les, establecen las cuotas, devalan la moneda y negocian porsistemas de privilegios bilaterales, ya nadie puede detener esta ca-rrera exclusivamente normada por la ley de las represalias. N ose compra al pas especializado que produce ms barato, sino alque ha concedido contingentes, con el que se tienen tratados declearing o de compensacin, o en el que se mantienen fondos blo-queados. No cuentan ni la clsica divisin internacional del tra-bajo ni el principio de los costos comparativos.

    Los aranceles proteccionistas y los contingentes buscan dis-locar -por medios flexibles o rgidos- el sistema de los pre-cios internacionales: con los aranceles se trata de poner a cubier-to de la concurrencia una masa de mercancas nacionales, liber-tndolas de la obligacin de vender al nivel de los precios mun-diales; con los contingentes se sealan las cantidades que es po-sible importar, esto es, se fija drsticamente la oferta de mer-cancas importadas, en un mercado nacional: he ah cmo -sobretodo en el ltimo caso- se ha roto la solidaridad internacional

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  • de lo.s precios, logrando separar de tal modo los canales de unaeconoma con el mercado externo, que bien pueden verificarsemovimientos independientes de precios, de ascenso en el inte-rior y de descenso en el exterior. Y cul es el objeto de estas li-mitaciones radicalesr Disminur las corrientes de importacin eimpedir la existencia de saldos deudores en la balanza de pagos.Este es su objeto pero no su precio. Los aranceles y los cambiosprotectores efectan un alza del costo de la vida y por lo tanto,una elevacin del costo de produccin. As que, los industrialesprotegidos podrn vender a precios altos en el interior, pero esta-rn ms incapacitados que antes para exportar sus mercancas y ha-brn disminudo las entradas reales, el poder de compra de losempleados, los campesinos y los obreros. Su ganancia extra espues una acumulacin de prdidas sociales y una reduccin delmercado nacional futuro. Con esta medida proteccionista se ha-br creado una situacin de privilegio para un grupo industrial,sin una contrapartida de obligaciones: la de no vender sus mer-cancas a precio de monopolio, ya de no comprar las materias pri-mas nacionales a precio de mercado forzoso, la de no pagar lamano de obra empleada a precio de mercado libre. Debido a estecarcter simplista de la poltica arancelaria, por cuanto el Estadono interviene para hacer beneficiar de las ganancias extras -lascreadas por el privilegio fiscal- a todas las clases de la nacin,ste ha servido para impedir el endeudamiento internacional ypara elevar en el interior los precios de ciertas mercancas, peroha hecho tambin que la crisis sea ms extensa y profunda y quesus cargas sean ms desproporcionadamente repartidas.

    Los ms fuertes impactos contra el sistema capitalista, en es-tado de crisis, surgieron de las dos ms altas culturas capitalis-tas: Inglaterra, el pas clsico de la primera revolucin indus-trial, y Estados Unidos, el pas clsico de la segunda revolucintcnico-econmica. La tarifa proteccionista norteamericana de1930; la Conferencia de Otawa de 1932, que crea un trato pre-ferencial entre los miembros del Imperio Britnico; la devalua-cin de la libra esterlina en 193 1 Y la posterior devaluacin deldlar, echan por tierra el edificio de la solidaridad internacional-cuyos principales huspedes eran Estados U nidos e Inglate-rra- e imponen un ideal de nacionalismo atrabiliario y auto-suficiente.

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  • Inglaterra crea una economa de circuito imperial, porque susnecesidades como nacin exportadora son mucho ms altas quelas de U. S. A.

    Este descoyuntamiento internacional se protocoliza jurdi-camente con los pact~s bilaterales de clearing o compensacin,que llevan al comercIO de trueque y a la utilizacin de la mo-neda como simple unidad de cuenta, como magnitud aritmticapara realizar operaciones de contabilidad. Los acuerdos de clea-ring condujeron a forzar la exportacin de las naciones ms d-biles o a que se acumularan a favor de la parte ms fuerte cr-ditos que no era posible liquidar, o a vender a ritmo lento y com-prar a ritmo acelerado, haciendo cortes de cuentas semanales o deperodos muy cortos, pero ensearon cosas tan importantes comola de que el comercio internacional poda continuar operando sinla libre concurrencia, sin el oro y sin fondos de divisas. Esta es,a mi juicio, la ms profunda enseanza revolucionaria de la cri-sis, porque socava la estructura misma del sistema monetario tra-dicional. Si era posible canjear directamente servicios y mercan-cas -por el procedimiento de las compensaciones o el trueque-las naciones pobres de medios internacionales de pago industria-les o agrcolas haban encontrado un medio especfico para negociar entre s. Qu representa este hecho? Nada menos que unprincipio de independencia econmica de las naciones dbiles ycoloniales, ya que si entre ellas no haba podido realizarse uncomercio activo se deba principalmente a su pobreza de divisasy a la obligacin forzosa de vender y comprar en los grandes pa-ses capitalistas acreedores. El colonialismo de pre-crisis tenapues una doble base: la dependencia unilateral y absoluta a unmercado de capitales, servicios y mercancas y el aislamiento delos mercados vecinos o de pases en igual servidumbre econmi-ca. (Es por esta causa que nuestros pases latino-americanosnunca tuvieron una poltica propia ---con objeto de servicio na-cional- ya que estaban manejados por "mercados patrones" y"monedas patrones" y que sus autoridades econmicas slo ser-van de sello de caucho para refrendar las decisiones impuestasdesde fuera. Y por esta causa, Colombia compraba en los Esta-dos Unidos el cacao de Costa Rica o el arroz del Per y los pa-ses europeos negociaban en los mercados norteamericanos el pe-trleo, el estao, el caf o los bananos de Latino-Amrica).

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  • Consecuencia natural de la poltica nacionalista ya diseadaes el control de los cambios internacionales, establecido para ma-nejar -por los bancos centrales generalmente- la negociacinde giros provenientes del comercio exterior. De este modo seelimin la libre concurrencia en el terreno de las divisas (rde-nes para disponer de depsitos en el extranjero), fijndose prc-ticamente por el Estado el precio de la moneda en el mercadointernacional y llevando indefectiblemente al rgimen de la mo-neda dirigida. Esta poltica origin el nacimiento de un mecanis-mo complejo, destinado a hacer efectiva la estabilizacin de loscambios -por medio de fondos de estabilizacin- y a contro-lar las importaciones, creando turnos o preferencias de impor-tacin para determinadas mercancas, segn el carcter de su ne-cesidad nacional. Este rgimen de emergencia, convertido lugoen sistema normal por la recurrencia de la crisis, supona lgica-mente la inconvertibilidad de la moneda dentro de las fronterasnacionales. Ni en Inglaterra, ni en Francia, ni en Colombia, nien ningn pas, la presentacin de un billete al banco emisorobligaba a un desembolso en oro. Legalmente podan los bille-tes definirse como cantidades determinadas de metal, pero enla prctica eran estas monedas fiduciarias.

    Tres cuestiones fundamentales se deducen de esta serie dehechos: la posibilidad de desprender el manejo y las garantasinteriores de la moneda (y la cuestin de los precios nacionales)del manejo y las garantas de los cambios internacionales, man-teniendo un fondo de oro y divisas exclusivamente para el co-mercio exterior; la substitucin del oro por las divisas en unmercado internacional libre y la posibilidad de determinar el va-lor interno de la moneda por el Estado, en un rgimen de mono-polio de la emisin. Estas tres cuestiones significan la bancarrotade la tcnica tradicional en materia de monedas y cambios y el,aparecimiento de un campo insospechado de accin econmicapara el Estado. Ahora poda emprenderse en mayor o menor es-cala la estatizacin de la economa, por mtodos racionales o br-baros, pero las teoras del automatismo del mercado, de la armo-na espontnea de los intereses, de la accin perturbadora del Es-tado, haban pasado definitivamente a la historia. Pero --comoya lo he advertido- no al entierro del liberalismo econmico:todos los sistemas enterrados dejan un patrimonio de ideas, ya

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  • que no con vida propia, con posibilidades de vida artificial o deinjertos, en nuevos sistemas ideolgicos.

    Al anularse el principio de la constitucin comercial del di-nero -en el interior de las economas nacionales- se reempla-z por otro insospechadamente revolucionario: el de la constitu-cin estatal del dinero, para usar una expresin de Knapp y Wa-gemann, o el de la valorizacin nominal. Este hecho significaque el Estado, en la economa del capitalismo reformado por lacrisis (como antes lo fue por la Primera Guerra Mundial), sehaba apoderado de los centros de control por la fuerza de lascircunstancias y en parte por su propia voluntad. A partir de es-tos acontecimientos, la estatizacin toma dos caminos: el totali-tario, que emplea una tcnica de guerra en el manejo de lasfuerzas econmicas, y el democrtico, que busca la conciliacinentre intereses privados y pblicos, y no orienta las fuerzas na-cionales en un sentido de organizacin blica. (Pero es necesa-rio advertir que en ambos casos, con unos u otros procedimientosy objetivos, se persigue defender el principio elemental del sis-tema capitalista: el de la ganancia). Desde este punto de vista,se podra definir el totalitarismo como un sistema capitalistadespojado de toda libertad de accin y gobernado por un siste-ma poltico de ascendencia medioeval. El totalitarismo como fe-nmeno genrico es un capitalismo de guerra convertido en ma-nera de existencia normal. Sus mtodos de gobierno econmicolos ha sacado de las dos grandes escuelas experimentales: lasguerras y las crisis.

    Se ha elaborado -por adicin paulatina en los ltimos vein-te aos- un intrincado rgimen de controles que obstaculizanla movilidad internacional de los factores de la produccin: nilos capitales son libres, pese a que sus movimientos se continandeterminando por el ms alto rendimiento, ni las mercancas sonlibres, ni las migraciones son libres. Las emigraciones se hanconvertido, de formas de cooperacin econmica o sistemas decrear factores positivos en la balanza de pagos (participando enla oferta de servicios en el mercado exterior), o modos de elimi-nacin de sobrantes demogrficos, en elementos de dominio ysujecin de otros pases, especialmente los de mayor atraso y me-nor organizacin defensiva. (Es la nueva aplicacin de la viejaestrategia incsica de los "mitimaes", consistente en trasladargrupos organizados de poblacin a sociedades conquistadas o por

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  • conquistar: en la tcnica militar esta operacin es la denominada"creacin de cabezas de puente"). La contrapartida de esta po-ltica es el establecimiento de discriminaciones econmicas, ra-ciales o nacionales, de la inmigracin, empezando por los pasesque sostuvieron la necesidad de respetar la libre circulacin dehombres -como Estados U nidos- formados precisamente conun inmenso material inmigratorio. De aqu surge y se acua elconcepto de "raza no aceptada", "nacin no aceptada", "clase noaceptada": contribucin bastante apreciable al equipamiento doc-trinario del fascismo. En cuanto a nuestros pases latino-ameri-canos, incapaces de entender el problema inmigratorio y de adop-tar una lnea de conducta positiva, cerraron tercamente las puer-tas oficiales de entrada, dejando que por las puertas falsas ingre-sasen corrientes seleccionadas clandestinamente por su capacidadde soborno. No existiendo pues la seleccin racional de inmigran-tes -seleccin nicamente basada en las necesidades sociales yen la capacidad de la poblacin importada- se verific mec-nicamente una seleccin negativa.

    As como el siglo XIX fue un perodo de grandes baraja-mientos universales de la poblacin, una continuada sangra deAlemania, Inglaterra, Irlanda, Italia, para vitalizar organismosnuevos como Estados U nidos, Australia, Argentina, el siglo XX-especialmente a partir de la post-guerra- restablece las prc-ticas coloniales represivas de la inmigracin. Y es bueno decirque los iniciadores de esta poltica son los pases cuyas mayorashan tenido que "nacionalizarse" en una sola generacin.

    InternacionalisJlzo capitalista y diferenciacin nacional

    El siglo XIX -a pesar o por causa de las crisis de superpro-duccin- fue un siglo notoriamente optimista: los liberales cl-sicos crean en la formacin de un mercado internacional perfec-to, en el que el equilibrio se mantena mecnicamente, por elmutuo control de las fuerzas de oferta y demanda, y los socia-listas clsicos crean en la generacin de una revolucin univer-sal espontnea, elaborada mecnicamente en el subsuelo del mer-cado capitalista. Smith era un optimista al hablar del equilibrioautomtico, pero Engels tambin lo era al esperar un derrumba-miento automtico. U no y otro exageraban el carcter del capi-talismo, como paraso terrenal o como infierno. Uno y otro se

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  • basaban en una ntima conVICClOnrespecto al carcter tpico delproceso capitalista. Segn esta concepcin, el libre cambio espe-cializara a las naciones en la produccin de ciertas mercancas,dadas ciertas condiciones naturales y costos, sin impedir que ca-da una de ellas tuviera una semejante formacin capitalista. Noestimando en su justo valor la importancia de la acumulacinoriginaria de capital, los economistas clsicos no advirtieron cla-ramente la importancia de la diferenciacin nacional y de la des-igualdad de las personas internacionales en las relaciones econ-micas. 0, por lo menos, no sospecharon el grado de desigualdada que llevara el comercio de libre competencia y la exportacinde capitales.

    En el campo de la teora poltica, dos son los economistasque a mi juicio exhiben una ms exacta comprensin de este pro-blema del desarrollo desigual del capitalismo: Federico Lizt yNicols Lenin. La diferencia que hay entre ambos plantea-mientos del "desarrollo desigual", es la misma que existe entreetapas econmicas separadas por medio siglo de evolucin y ex-periencias. Lizt expone el problema en la ra clsica del capita-lismo y respecto a naciones diferenciadas por la acumulacin ca-pitalista.

    Lenin formula la ley del "desarrollo desigual" en la ra im-perialista, respecto a naciones diferenciadas no slo por el gra-do de evolucin de su capitalismo sino tambin por las formasde subordinacin colonial. N o es pues una diferencia de criteriospolticos -por ser Lizt liberal y Lenin socialista- sino de rea-lidades econmicas (en la etapa imperialista lo caracterstico esla exportacin de capitales y el control de los mercados y lasfuentes de materias primas, utilizando diversos procedimientosde dominio poltico).

    No slo me parece falso el sentar que el proceso del capita-lismo es internacionalmente tpico, sino el que hay grupos de na-ciones con procesos tpicos. Nada ms irregular y atpico que elcrecimiento capitalista, si bien est regido por unos mismos prin-cipios finalistas y por una misma disponibilidad tcnica: y estono slo puede afirmarse al comparar el desarrollo de los pasescapitalistas y el de los coloniales, sino al relacionar entre s a losms representativos de los primeros: Inglaterra, Estados U nidos,Alemania y Japn. Para elaborar un cuadro esquemtico que de-termine los desarrollos desiguales es fundamental inclur a la

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  • Unin Sovitica (en su etapa de la NEP y el capitalismo de Es-tado, ya que la ra de los planes es predominantemente socia-lista) .

    Capitalismo ingls

    Edificado sobre una amplia tradicin manufacturera y ban-caria; su inmensa acumulacin originaria de capital hace posibleque realice la revolucin en la industria, los transportes y el co-mercio; su condicin insular facilita su acondicionamiento comocentro de gravedad del capitalismo; la carencia de materias pri-mas y alimentos en su propio territorio, lo lleva a incorporar asu Imperio poltico el ms dilatado grupo de colonias -seleccio-nado por una estrategia econmica de auto-aprovisionamiento-y a establecer vnculos estables con mercados libres; la necesidadde cooperacin internacional de sus industrias en cuanto se mue-ven con materias primas importadas explica su adhesin al princi-pio de la espontnea divisin internacional del trabaj o; su anti-gua tradicin mercantitl y bancaria hace posible la ms completaformacin de una moral capitalista, atemperada por la tradicinseorial aristcrata; la posesin de colonias, la aplicacin del prin-cipio de los costos comparativos, la necesidad de una ganaderalanar para la obtencin de fibras textiles y la activa participacinde la aristocracia terrateniente en el Gobierno son causa de lacoexistencia de la empresa capitalista con el cuasi-feudo seorial.

    Capitalismo norteamericano

    La tradicin de pequeos talleres y granjas campesinas lecrea una base democrtica y le asegura un inmenso mercado in-terior; la condicin de pas de pequeos empresarios, que man-tiene Estados Unidos hasta bien entrado el siglo XIX, lo haceamplio y liberal para la absorcin de nuevos capitales, hombresy tcnica; en ninguna parte se adquiere una tan clara compren-sin del carcter revolucionario de la tcnica capitalista, asenta-da sobre la maquinizacin, la racionalizacin y el uso del crdi-to; el hecho geogrfico de ser casi un continente -con todas laszonas climatolgicas y casi todas las materias primas industria-les- y el hecho poltico de haber resistido los movimientos ra-dicales separatistas, conservando la unidad de Gobierno, expli-can el que la produccin sea absorbida en sus 9/10 por el mer-cado interior y que el capitalismo se haya desarrollado como un

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  • sistema autnomo y auto-suficiente; ningn pas, exceptuandola Unin Sovitica -podra como los Estados U nidos- consti-tur un "sistema capitalista aislado", si bien a condicin de con-gelar una gran masa de capitales sobrantes y de renunciar a mer-cados de altos precios para sus mercancas, su mano de obra y susprstamos.

    La unidad poltica de 48 Estados de posibilidades y necesi-dades complementarias, es la causa fundamental de esa poderosavitalidad y resistencia del capitalismo norteamericano: la ausen-cia de trabas nacionales y de barreras de aduana ha hecho fcil yeconmica la autosuficiencia: as ha podido llegar el mineral dehierro a los altos hornos de Pittsburg a travs del territorio delEstado de Ohio, sin que ste tenga que ser defendido por unaalianza de Pensylvania y el Kentucky. Si la guerra de secesinhubiera creado varias repblicas de Norte Amrica, "los Esta-dos U nidos habran tenido una historia tan gloriosa y tan san-grienta como el Viejo Mundo" -al decir de Francis Delaisi-( 1) pero su capitalismo sera anmico y colonial. El uso en granescala de los motores de explosin, el petrleo y la electricidad,el crdito y la organizacin del trabajo (en lo que va de Taylora Ford) produce una acumulacin incesante y voluminosa de ca-pitales y una concentracin no menos incesante y acelerada: esas como -burlando la ley anti-monopolista- un grupo finan-ciero logra la constitucin de los ms gigantescos monopolios in-ternacionales y realiza la ms audaz poltica imperialista. El rit-mo de acumulacin y concentracin capitalistas adquiere una ma-yor celeridad en la post-guerra, por haberse convertido la UninNorteamericana en el acreedor ms grande del mundo. Slo lospases europeos -acreedores antes de la guerra- deban des-pus de sta ms de dieciocho mil millones de dlares.

    El extraordinario avance de la tcnica, tanto en un sentidode velocidad como de participacin colectiva en ese desarrollo(que supone una multiplicacin constaate de las especializacionesy una reduccin del campo de trabajo individual) crea una ms-tica nacional: la mstica de la tecnocracia.

    Este carcter de los Estados U nidos, da pie para afirmar queconstituye la ms extensa y elstica reserva del capitalismo. Unpas que naci con las doctrinas del beneficio individual y del

    (1) HCoutra

  • libre examen y cuyas bases son las de un hemisferio autosuficien-te, no abandona de un siglo a otro su tradicin capitalista. Encontraste con esta opinin, la escuela geopoltica alemana deHaushofer se bas en el concepto del carcter decadente del ca-pitalismo norteamericano y el agotamiento de su poder mundial,lo que constituye una falla decisiva del pensamiento geopolticoalemn. (1)

    Capitalismo alemnA la inversa del anterior -eonstrudo como un movimiento

    ascensional de abajo a arriba, tocando al Estado el ltimo turnoen la transformacin de las empresas, en el perodo de la GranDepresin y el New Deal- el capitalismo alemn -como con-junto orgnico- se construye de arriba a abajo, del Estado a labase. Desde su punto de partida es un capitalismo de Estado,razn esta de su vertiginoso crecimiento y su disciplinada orga-nizacin. La revolucin alemana de 1848 (verificada cuandoAlemania es una red de talleres artesanales, pequeas industriasy seoros junkers), revela hasta dnde las clases medias e in-dustriales haban comprendido la necesidad de la unin polti-ca: Marx, Lizt y Engels -desde distintos ngulos de clase-participan en esta revolucin burguesa que prepara la UnidadAlemana, hostilizada por Prusia, Austria y Baviera de una par-te y de la otra por Inglaterra, temerosa de perder los mercadosalemanes con la unificacin nacional. Dos son los hechos bsicos enel desarrollo del capitalismo alemn: la Unin Aduanera -tandeseada por F. Lizt para crear un sistema nacional de circulacinde riquezas- y la Unidad Poltica -tan esperada por Engelsy Marx- como premisa indispensable de una revolucin indus-trial y capitalista, realizada con la guerra franco-prusiana. Laorganizacin econmica se realiza dentro de un marco que hasido caractersticamente alemn: la cartelizacin de empresas yla autarqua financiera. Los medios de construccin que movili-za el Estado, son los depsitos y ahorros de los pequeos bancosnacionales y los miles de millones de marcos que recibe de Fran-cia como reparacin de guerra. La estatizacin del capitalismo osu organizacin en ententes financieras es un hecho que aceptanlos doctrinarios alemanes, en el terreno liberal o en el socialista,

    (1) IOGPol)Oltica'~, IIans ,Y. \Veigert. l\lxico, 1943. l~"ondo Cultura lJcon6mieu.pgs. 213, 215. 2-20.

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  • de Lasalle a Kautzsky y de Lizt a Rathenau. Por eso Nitti sequeja de que los socialistas alemanes jams han comprendido lalibertad.

    La guerra de 1914-18 lleva a Alemania al desastre de Ver-salles, a la quiebra de su organizacin interior y al naufragio dra-mtico de su sistema monetario. El tratado de Versalles buscaplicar la tcnica financiera aprendida en la guerra franco-pru-siana e impuso a Alemania cargas que rebasaban el nivel de sucapacidad de resistencia: fue as como la asfixia de la economaalemana se empez a convertir en desastre del capitalismo in-ternacional. Una vez ms se experiment que -en un sistemade cambio- la desorganizacin en el sistema de crdito y pro-duccin de un pas, tiene inmediata repercusin en los sistemasbancarios e industriales de los dems, efectundose una ola dereaccin mundial en la produccin y el consumo. El capitalismonorteamericano -tan avezado en la experiencia de que es me-nester financiar a los deudores para que paguen- ide el PlanDawes, para restablecer en Alemania el tipo oro, equilibrar lospresupuestos y la moneda y hacer posible el ahorro de un exce-dente de recursos (inicialmente 100 millones de marcos oro pormes). Mediante este Plan, era casi imposible la acumulacin decapital en Alemania, pero los acreedores obtenan rendimientosde su informe deuda. De este modo empiezan a acudir al merca-do alemn -en busca de tasas altas de inters- los capitalesociosos de sus contendores en la guerra. La Gran Depresin, queencuentra una economa debilitada y anmica hace fcil el cami-no del nacional-socialismo al Poder: entonces comienza -con laayuda financiera de los grandes pases capitalistas- la organi-zacin de una economa de guerra, disciplinada y rgida, dirigi-da dictatorialmente por el Estado. Su sentido de la autarquaest determinado por los estrategas de la guerra econmico-mili-tar. A pesar de las grandes limitaciones a la ganancia, de la su-jecin de la empresa a los planes del Estado, del pesado sistemade impuestos, sus bases no son distintas a las del capitalismo, si-no sus modos de sometimiento de la economa a una direccinpoltica. Su organizacin militar no sirve para cnstrur un nue-vo sistema econmico, sino para que la accin imperialista sedesarrolle sobre una base de conquista militar. H aqu cmo yano es valedero cientficamente el principio liberal, repetido anpor Benham, Reboud, Truchy, Nitti, ete., de que la economa

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  • capitalista es la anttesis de la dictadura econmica, estando mo-dificadas las caractersticas del capitalismo clsico: absolutismode una propiedad privada sin funciones sociales, libertad de em-presa y libre eleccin de los consumidores.

    Capitalismo japons

    El capitalismo japons es un capitalismo de tipo feudal: sue?Cistenciademuestra que la estructura industrial y financierapuede ser acoplada a la antigua del feudalismo. El capitalismonace dentro de un pleno rgimen de dictadura y manejado poruna oligarqua financiera, que aplica a la produccin y al mer-cado un desptico criterio feudal. Pero ni aun as -advierte D.Cosio Villegas- Japn ha podido salvar en 50 aos el 'trechoque la humanidad occidental salv en 500 o 600, habiendo que-dado emparedado entre un feudalismo que no se desmoron porcompleto y un capitalismo que no logr cuajar del todo (1),pero combinando la servidumbre y la violencia feudal con ladeslumbradora tcnica capitalista. Ni la economa de carteles ytrusts de Estados U nidos y Alemania tiene remotos paraleloscon esta economa poderosamente concentrada: las cuatro gran-des familias de Mitsui, Mitsubishi, Sumitomo y Yasuda, que enlos ltimos aos han procedido a constitur una slida unidad(por los procedimientos capitalistas de unificacin financiera olos feudales de matrimonios), poseen el 70% de todo el capi-tal invertido. Slo la casa Mitsui domina el 15 % de todo el co-mercio, la banca y la industria japonesas. Lgicamente, la orga-nizacin poltica del Japn -pese a las frustradas tentativas deadopcin de principios liberales- tiene que expresar los rasgosde esta colosal concentracin de riqueza y de esta diferenciacinmedioeval de clases: de otro modo no podran tener 100 fami-lias lo que no poseen 15 millones de ellas. La organizacin po-ltica debe responder a un objetivo: el dominio de 500 hombresprivilegiados sobre un pueblo de 73 millones. En la "cspideexiste una minora impresionante por su nmero, su riqueza yuna organizacin compacta y tupida; en la base, una mayoraque tiene los caracteres exactamente opuestos: enorme en nme-ro, pobre, suelta, sin fuerza de ataque ni aptitud de defensa".

    (1) Danic'l Cosio Villpg"UR. "I'~l fasei~lllo jU1)ons". ::\Ixeo. Fondo de CulturaEenu(ntiea, l4:.!.

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  • ( 1). En este terreno, el liberalismo careca de significado prc-tico, y el fascismo -entendido como "dictadura capitalista", se-gn Laski, como "capitalismo en estado de guerra", segn Caleo Lippman, como capitalismo sujeto a dictaduras de inspira-cin feudal- era un rgimen desprendido de la misma natu-raleza de los hechos sociales.

    Capitalismo de la URSSN o me refiero a esta sntesis -por rebasar mi propsito-

    ni al inorgnico capitalismo de la poca zarista, ni al perodo defranca socializacin y sometimiento integral de la economa a undesarrollo planificado y socialista. Contemplo la ra iniciada conla NEP y el capitalismo de Estado.

    La URSS tiene -como Estados U nidos- un verdadero ca-rcter de continente econmico: cubre una sexta parte del mun-do y est equipada geogrficamente para el auto-abastecimiento.La existencia de grandes distancias entre las distintas regionessoviticas, ha decidido la poltica de crear reas regionales quepuedan relativamente satisfacer sus propias necesidades, por lomenos en las lneas de artculos de consumo inmediato y vital.Es pues una forma regional y cientfica de la autarqua.

    La pobreza de medios interiores de construccin y el bloqueocapitalista a la URSS, fueron la causa principal de la NEP (2),poltica que abra la posibilidad real de una importacin de ca-pitales y de la elaboracin de un capitalismo ruso, bajo el controldirecto del Estado. Esta poltica operaba sobre las bases de que

    (1) Oh. eit., pg. 16.(2) "Nueva Poltica Econ6Inica", iniciada por Lenin en 1921, utilizando nuevR-

    Inente las grandes instituciones de la econollla nlonetaria, ('1

  • el capitalismo poda servir a la Unin Sovitica, sin peligro parala revolucin, si se impeda el control de las industrias llaves ocentros nerviosos de la economa sovitica (los transportes, losbancos, el comercio exterior, la extraccin de oro, etc.), pero semantena para los capitales inmigrantes el incentivo de un altonivel de ganancias. Este fue el comienzo de la formidable acu-mulacin de tcnica y capitales de la Unin Sovitica y la ra-zn de los inmensos sacrificios del pueblo sovitico, presentadosante el mundo como la seal de quiebra del sistema ruso. La po-sesin de un gran arsenal de maquinarias y tcnicos, puso encondiciones a la URSS de superar su ra capitalista e iniciar lasocializacin por medio de planes. Lo que debo sealar como lams valiosa experiencia de este perodo capitalista de la URSS,es que en menos de un decenio la economa sovitica salv ladistancia recorrida en un siglo por la economa capitalista deotros pases: la causa de esta velocidad insospechada en la acu-mulacin de capitales y experiencias es el que la plusvala pro-ducida por el pueblo sovitico no se utilizaba para reparto de be-neficios privados -en forma de intereses o de aumentos de sa-larios- sino que se destinaba nuevamente a la inversin, a lacreacin incesante de reservas. Al adoptarse posteriormente elsistema de planes, se logra cientficamente imprimir un ritmo aldesarrollo nacional, y dirigir tcnicamente los esfuerzos colecti-vos, ahorrando energa humana, capitales y materias primas.Las caractersticas esenciales de estos planes -realizables en pe-rodos econmicos de cinco aos- son la alta velocidad de cre-cimiento, la movilizacin prevista y regulada de todas las fuer-zas nacionales y el objetivo socialista de la produccin. Es esteobjetivo -el de la mejor satisfaccin de las necesidades socialeso la creacin de reservas de beneficio social, y no el lucro priva-do- la causa de que la URSS no tenga sobreproduccin ni, con-secuencialmente, crisis cclica. Si se produce para las necesidadesdel hombre y no para sus medios de compra, la sobreproduccines un imposible fsico, menos donde la economa no es un juegode suerte y azar sino un mecanismo tcnico de racionalizacin yahorro. La rapidez de la socializacin puede medirse por el des-plazamiento de la economa privada en la distribucin de larenta nacional: de 1928 a 1931 pasa la participacin de dichaeconoma de 46,3 % a 18,3%' Con razn afirma Wagemann,Director del Instituto de Coyuntura de Berln, que el aumento

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  • de energas econmicas en Rusia slo es comparable al enormeprogreso econmico de los Esados U nidos despus de la gue-rra. (1)

    La experiencia rusa -yen menor escala la de otros pases-demuestra que puede predeterminarse y condicionarse un desa-rrollo conjunto nacional, cuando existe una "enrgica voluntadde dominar de modo absoluto y sistemtico todas las fuerzas dela economa y la organizacin social".

    La aplicacin de la ley del desarrollo desigual y de la su-bordinacin necesaria de un grupo de naciones a otras de tipoimperial, en calidad de economas simplemente complementariaso agregados econmicos (2), lleva a las ms trascendentales con-clusiones:

    19 Hace imposible el rgimen de libertad econmica, desdeluego que la desigualdad se asienta sobre la concentracin de ca-pitales y de poder coactivo;

    29 No obstante que la concentracin de capitales y de rique-za lleva a la anulacin de la libertad econmica -en el terrenode las relaciones sociales o de las internacionales- esta concen-tracin no equivale a una organizacin del capitalismo, a la eli-minacin de las luchas entre las grandes ententes, a la solucinprivada de las pugnas o, en sntesis, al aparecimiento de un su-perimperialismo) entendido como una trustificacin de los trusts,consorcios, cartel s o dems asociaciones monopolistas;

    39 El desarrollo desigual produce una subordinacin nece-saria de un grupo de naciones a otras de tipo imperial, en calidadde economas simplemente complementarias o agregados econ-micos: cuando la subordinacin se efecta por medio de la ex-portacin de capitales para el control de los mercados industria-les y las fuentes de materias primas, energa y alimentos, adquie-re un carcter tpicamente imperialista;

    49 El desarrollo desigual no es una ley de simple vigenciaeconmica, sino que comprende las relaciones de orden polticoy cultural: las diferencias estructurales del Estado que provie-

    (1) Estructura y ritnlo dE' la ccononla IlIllIHlial". E. "~agf.'lllann. Pg. 261. Edit.Labor. Barcelona. 1!J37.

    (2) "Con las naciones pasa lo mismo que con los individuOK: hay nacionesricas y naciones pobres, naciones f'xplotadoras y naciones explotad-as. La riquezadc los grandcs Imperios sc ha constitudo a costa de la miscria del resto del mun-do".-J. Silva Herzog. Pg. 20ll. "1,Puede durar el capitalismo '!". F'rederic AlIen.Mxico. 1931l, lHig. VI.

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  • nen de la distinta compOS1ClOnsocial y las distintas leyes nacio-nales de poblacin, hacen ms hondas y complejas las pugnas en-tre naciones;

    5(/ La medioevalizacin del capitalismo -por adopcin desistemas feudales de gobierno poltico- es slo una consecuen-cia del papel directivo que las aristocracias seoriales (cuyo es-pe j o es la Edad Media) desempean dentro de los regmenescapitalistas de ciertas naciones (junkers prusianos, landlors ingle-ses, etc.) ;

    69 No existiendo una constitucin estatal standard, la tcni-ca imperialista difiere con la organizacin poltico-econmica delos grandes pases industriales: en unos acta el Estado como lapropia fuerza motora del imperialismo, haciendo de las tenden-cias expansionistas tendencias dirigidas estatalmente; en otrosbusca el Estado no comprometerse directamente en las tareas deconquista econmica y constitucin de monopolios, si bien nopuede desligarse de su rbita de intereses.

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