antologia de cuentos

41

Upload: yisselrobles

Post on 06-Aug-2015

76 views

Category:

Education


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Antologia de cuentos
Page 2: Antologia de cuentos

ESCUELA NORMAL EXPERIMENTAL DE EL FUERTE

“PROF. MIGUEL CASTILLO CRUZ”

LICENCIATURA EDUCACIÓN PRIMARIA

“ANTOLOGIA DE CUENTOS”

TERCER GRADO

ASIGNATURA:

Prácticas Sociales Del Lenguaje

ASESOR:

Rosa Imelda Ayala Ibarra

ALUMNA:

Diana Laura Castro Armenta

SEGUNDO SEMESTRE

GRUPO: “A”

FECHA:

JUNIO DEL 2015

“PARA VIAJAR

Page 3: Antologia de cuentos

INDICE INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………..4

CUENTOS INFATILES

BLANCA NIEVES Y LOS SIETE ENANOS………………………………………….6

Ficha Didáctica…………………………………………………………………………10

Evidencias………………………………………………………………………………11

PETER PAN……………………………………………………………………………12

Ficha Didáctica…………………………………………………………………………15

Evidencias………………………………………………………………………………16

PULGARCITO………………………………………………………………………….17

Ficha Didáctica…………………………………………………………………………21

Evidencias………………………………………………………………………………22

GULLIVER EN EL PAÍS DE LOS ENANOS……………………………………......23

Ficha Didáctica………………………………………………………………………….29

Evidencias……………………………………………………………………………….30

EL GATO CON BOTAS…………………………………………………………….....31

Ficha Didáctica………………………………………………………………………….33

Evidencias……………………………………………………………………………….34

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………….35

3

Page 4: Antologia de cuentos

INTRODUCCIÓNSi bien es cierto sabemos que es de gran importancia que todas las

personas aprendan a leer y a escribir, es por ello que en las escuelas primarias se enfocan mucho más en esas dos cuestiones, pero desafortunadamente en la mayoría de las instituciones educativas se les enseñan a los alumnos a escribir y sobre todo a leer por mera obligación o compromiso, de igual forma en casa los papás prácticamente fomentan la lectura en sus hijos por pura obligación, cuando debe de ser todo lo contrario a esto.

El que los niños y las personas en general, lean por compromiso es algo que no deja nada bueno en nosotros como sociedad, pues jamás logramos comprender nada de lo que leemos y no se adquieren aprendizajes significativos en nosotros y mucho menos en los niños, al final el leer resulta una actividad muy tediosa y monótona que para cualquiera de nosotros no tiene sentido alguno y prácticamente creemos que leer es pérdida de tiempo.

Y ese es el ejemplo que les estamos dando a nuestros niños que el leer realmente no es importante para subsistir, es ahí donde surge el problema de comprensión que los niños no logran desarrollar al 100%, ya que la comprensión lectora no nada más forma parte del español, sino de todas las asignaturas que acompañan a los niños a lo largo de sus estudios académicos y en su vida personal.

Por todo lo anterior, en los últimos años se ha dado mucho más auge al tema de la lectura, pero no por compromiso, sino por gusto, por placer, por comprender mucho más y adquirir conocimientos y aprendizajes significativos reales. Este tema se ha visto mucho más en la educación primaria pues es donde los niños entran de lleno a familiarizarse con los libros y por ende con la lectura.

Al mismo tiempo se ha tomado conciencia de cómo se tendría que fomentar la lectura en los niños y que esta sea por placer y no por obligación, que sea divertida y no monótona, se tomó como partida el significado de leer que es prácticamente el adquirir experiencias e información; ser activo. Se lee atribuyendo a los signos escritos o impresos un sentido; se lee organizando las palabras, las frases y la totalidad de una obra en unidades de significado. Por otra parte, este proceso contribuye enormemente al desarrollo de las facultades del intelecto, las emociones y la imaginación.

Un buen lector es aquel que lee por voluntad propia y no porque se lo imponen, que lee por gusto y no por compromiso, que leer por comprender y no por memorizar; Sólo quien lee mucho llega a ser buen lector. Los conocimientos, las expectativas y las experiencias de cada persona desempeñan un papel decisivo en esta tarea. Para cada lector, la lectura de un mismo texto se vuelve algo personal.

Page 5: Antologia de cuentos

La interrogante para esta situación seria ¿Cómo formar buenos lectores?, la respuesta a esto se enfocaría principalmente a los niños, donde se necesita que tanto docentes y padres de familia fomenten la lectura en sus alumnos e hijos por gusto y voluntad propia, si se logra que eso los niños descubrirán que leer es una actividad gozosa, un medio que los ayudara a entender varias situaciones de la vida cotidiana y a la vez a las demás personas y de esa forma leerán mejor y podrán recibir los beneficios de la lectura misma, podrán estudiar, informarse y gozar.

Otro de los puntos de gran relevancia es la lectura en familia y en voz alta, si los padres de familia leen con sus hijos 15 minutos diarios y en voz alta, se lograra una mejor comprensión en los niños, al mismo tiempo que estén formando en sus hijos el hábito de leer, aclarando que al momento de leer es importante que a los niños les guste lo que están leyendo pues si no es así, ellos no le pondrán mucha importancia.

Todo esto acompañado de estrategias didácticas con las que se apoyen para transformar la lectura en algo mucho más divertido y que al mismo tiempo deje aprendizajes en ellos. Es por ello que en aula se busca que los textos y las lecturas sean puestas en práctica con dichas estrategias innovadoras y con actividades permanentes donde los alumnos se involucren y participen activamente en la lectura, un ejemplo de esto podría ser el que los docentes implementes la lectura por día, donde se lea un cuento diario que sea del interés de los alumnos, pero que al mismo tiempo el maestro al momento de leerlo, utilice la estrategia de caracterización de alguno de los personajes principales del cuento, con ello lograra mantener la atención de los alumnos.

Por otra parte el cuento estaría acompañado de alguna actividad que sea provechosa para los alumnos y que deje conocimientos en ellos, al final otorgándoles un premio a los que realizaron dicha actividad. Esta estrategia didáctica para fomentar la lectura de forma permanente, en la mayoría de las veces tiene un resultado positivo en el aula, pues por una parte los alumnos salen de la rutina diaria al mismo tiempo que se divierten y miran el leer otra manera de aprender e interactuar con sus demás compañeros.

Por último es de gran importancia el que el docente involucre a sus alumnos en la lectura, es decir, que en algunas ocasiones permita a sus alumnos que sean los protagonistas del cuento y ellos lo cuenten frente al grupo, pues de esa forma también los niños aprenden a desenvolverse frente a un grupo de personas, al mismo tiempo que van comprendiendo lo que leen.

4

Page 6: Antologia de cuentos

5

Page 7: Antologia de cuentos

Había una vez, una pequeña princesa que tenía el cutis blanco como la nieve, los labios y mejillas rojos como la sangre, y los cabellos negros como el ébano. Su nombre era Blanca Nieves.

A medida que crecía la princesa, su belleza aumentaba hasta el punto que su madrastra, la reina, se puso muy celosa. Llegó un día en que la malvada madrastra no pudo tolerar más su presencia y ordenó a un cazador que la llevara al bosque y la matara. Como ella era tan joven y bella, el cazador se apiadó de la niña y le aconsejó que buscara un escondite en el bosque.

Blanca Nieves corrió tan lejos como se lo permitieron sus piernas, tropezando con rocas y troncos de árboles que la lastimaban. Por fin, cuando ya caía la noche, encontró una casita y entró para descansar. Todo en aquella casa era pequeño, pero más lindo y limpio de lo que nadie se pueda imaginar. Cerca de la chimenea estaba puesta una mesita con siete platos muy pequeñitos, siete tacitas de barro y, al otro lado de la habitación, se alineaban siete camitas muy ordenadas. La princesa, cansada, se echó sobre tres de las camitas, y se quedó profundamente dormida.

Cuando llegó la noche, los dueños de la casita regresaron. Eran siete enanos, que todos los días salían para trabajar en las minas de oro, muy lejos, en el corazón de las montañas.

-¡Caramba, qué bella niña! -exclamaron sorprendidos-. ¿Y cómo llegó hasta aquí?

Se acercaron para admirarla con cuidado de no despertarla. Por la mañana, Blanca Nieves sintió miedo al despertarse y ver a los siete enanos que la rodeaban. Ellos la interrogaron tan suavemente que ella se tranquilizó y les contó su triste historia.

-Si quieres cocinar, coser y lavar para nosotros -dijeron los enanitos-, puedes quedarte aquí y te cuidaremos siempre.

Blanca Nieves aceptó contenta. Vivía muy alegre con los enanos, preparándoles la comida y cuidando de la casita. Todas las mañanas se paraba en la puerta y los despedía con la mano cuando los enanos salían para su trabajo.

Pero ellos le advirtieron:

7

Page 8: Antologia de cuentos

-Cuídate. Tu madrastra puede saber que vives aquí y tratará de hacerte daño.

La madrastra, que, en realidad, era una bruja, y consultaba a su espejo mágico para ver si existía alguien más bella que ella, descubrió que Blanca Nieves vivía en casa de los siete enanos. Se puso furiosa y decidió matarla ella misma. Disfrazada de vieja, la malvada reina preparó una manzana con veneno, cruzó las montañas y llegó a cabaña de los enanos.

Los animales del bosque vieron atónitos y asustados a la reina y comenzaron a correr en dirección hacia la mina de los enanitos, al parecer para advertir a estos últimos de lo que está pasando en su casita ya que saben de qué Blancanieves podría estar en peligro.

Blanca Nieves, que sentía una gran soledad durante el día, pensó que aquella viejita no podía ser peligrosa. La invitó a entrar y aceptó agradecida la manzana, en apariencia deliciosa, que la bruja le ofreció. Pero, con el primer mordisco que dio a la fruta, Blanca Nieves cayó desvanecida.

Al darse cuenta de que Blancanieves cayó, la reina grito riéndose maliciosamente que ahora era la más bella. Sin embargo nada más salir de la casa se desató una tormenta, agregando que los enanitos advertidos por los animales del bosque de la presencia de la reina, venían raudamente y comenzaron a perseguirla; esta comenzó a correr entre tropezones hasta trepar un cerro, tras ella los enanitos les seguían.

Al llegar a la parte alta del cerro, la reina, en un último intento por deshacerse de los enanitos coge una rama y con ella trata de mover una roca para que ruede en dirección hacia los enanitos, pero cuando ya estaba a punto de lograrlo, un relámpago origina un derrumbe de rocas haciendo que la reina caiga al vacío y la roca también pero en dirección hacia ella. Los enanitos al llegar a la parte alta observan atónitos la escena y dos buitres que también vieron vuelan en dirección hacia abajo

De vuelta a la casita, los siete enanitos encontraron a Blanca Nieves en el suelo. No respiraba ni se movía. Los enanos lloraron amargamente porque la querían con delirio. Por tres días velaron su cuerpo, que seguía conservando su belleza -cutis blanco como la nieve, mejillas y labios rojos como la sangre, y cabellos negros como el ébano.

8

Page 9: Antologia de cuentos

-No podemos poner su cuerpo bajo tierra -dijeron los enanos. Hicieron un ataúd de cristal, y tras colocarla allí, la llevaron a la cima de una montaña. Todos los días los enanos iban a velarla.

Un día un príncipe, que paseaba en su gran caballo blanco, vio a la bella niña en su caja de cristal y pudo escuchar la historia de labios de los enanitos. Se enamoró de Blanca Nieves y logró que los enanos le permitieran llevar el cuerpo al palacio donde prometió adorarla siempre. El príncipe no pudo resistir la tentación de besar sus rojos labios de fresa. Entonces ella despertó de su largo sueño. Hubo gran regocijo, y los enanos bailaron alegres mientras Blanca Nieves aceptaba ir al palacio y casarse con el príncipe. Y fueron felices para siempre.

FI

9

Page 10: Antologia de cuentos
Page 11: Antologia de cuentos

11

Page 12: Antologia de cuentos
Page 13: Antologia de cuentos

Wendy, Michael y John eran tres hermanos que vivían en las afueras de Londres. Wendy, la mayor, había contagiado a sus hermanitos su admiración por Peter Pan. Todas las noches les contaba a sus hermanos las aventuras de Peter.

Una noche, cuando ya casi dormían, vieron una lucecita moverse por la habitación.  Era Campanita, el hada que acompaña siempre a Peter Pan, y el mismísimo Peter. Éste les propuso viajar con él y con Campanilla al País de Nunca Jamás, donde vivían los Niños Perdidos...

- Campanilla os ayudará. Basta con que os eche un poco de polvo mágico para que podáis volar.

Cuando ya se encontraban cerca del País de Nunca Jamás, Peter les señaló:

- Es el barco del Capitán Garfio. Tened mucho cuidado con él. Hace tiempo un cocodrilo le devoró la mano y se tragó hasta el reloj. ¡Qué nervioso se pone ahora Garfio cuando oye un tic-tac!

 

Campanilla se sintió celosa de las atenciones que su amigo tenía para con Wendy, así que, adelantándose, les dijo a los Niños Perdidos que debían disparar una flecha a un gran pájaro que se acercaba con Peter Pan. La pobre Wendy cayó al suelo, pero, por fortuna, la flecha no había penetrado en su cuerpo y enseguida se recuperó del golpe.

Wendy cuidaba de todos aquellos niños sin madre y, también, claro está de sus hermanitos y del propio Peter Pan.

Procuraban no tropezarse con los terribles piratas, pero éstos, que ya habían tenido noticias de su llegada al País de Nunca Jamás, organizaron una emboscada y se llevaron prisioneros a Wendy, a Michael y a John.

13

Page 14: Antologia de cuentos

Para que Peter no pudiera rescatarles, el Capitán Garfio decidió envenenarle: contando para ello con la ayuda de Campanilla,   quien deseaba vengarse del cariño que Peter sentía hacia Wendy. Garfio aprovechó el momento en que Peter se había dormido para verter en su vaso unas gotas de un poderosísimo veneno.

Cuando Peter Pan se despertó y se disponía a beber el agua, Campanilla, arrepentida de lo que había hecho, se lanzó contra el vaso, aunque no pudo evitar que la salpicaran unas cuantas gotas del veneno, una cantidad suficiente para matar a un ser tan diminuto como ella. Una sola cosa podía salvarla: que todos los niños creyeran en las hadas y en el poder de la fantasía. Y así es como, gracias a los niños, Campanilla se salvó.

  Mientras tanto, nuestros amiguitos seguían en poder de los piratas. Ya estaban a punto de ser lanzados por la borda con los brazos atados a la espalda. Parecía que nada podía salvarles, cuando de repente, oyeron una voz:

- ¡Eh, Capitán Garfio, eres un cobarde! ¡A ver si te atreves conmigo!

Era Peter Pan que, alertado por Campanilla, había llegado justo a tiempo de evitarles a sus amigos una muerte cierta. Comenzaron a luchar. De pronto, un tic-tac muy conocido por Garfio hizo que éste se estremeciera de horror. El cocodrilo estaba allí y, del susto, el Capitán Garfio dio un traspié y cayó al mar. Es muy posible que todavía hoy, si viajáis por el mar, podáis ver al Capitán Garfio nadando desesperadamente, perseguido por el infatigable cocodrilo.

El resto de los piratas no tardó en seguir el camino de su capitán y todos acabaron dándose un saludable baño de agua salada entre las risas de Peter Pan y de los demás niños.

Ya era hora de volver al hogar. Peter intentó convencer a sus amigos para que se quedaran con él en el País de Nunca Jamás, pero los tres niños echaban de menos a sus padres y deseaban volver, así que Peter les llevó de nuevo a su casa.

- ¡Quédate con nosotros! -pidieron los niños.

- ¡Volved conmigo a mi país! -les rogó Peter Pan-. No os hagáis mayores nunca. Aunque crezcáis, no perdáis nunca vuestra fantasía ni vuestra imaginación. De ese modo seguiremos siempre juntos.

- ¡Prometido! -gritaron los tres niños mientras agitaban sus manos diciendo adiós.

FIN

Page 15: Antologia de cuentos

14

Page 16: Antologia de cuentos

16

Page 17: Antologia de cuentos
Page 18: Antologia de cuentos

Había una vez unos leñadores muy pobres que tenían siete hijos, todos ellos varones. El más joven de todos, que era también el más astuto, nació muy pequeño, del tamaño de un pulgar, y por eso todos le llamaban Pulgarcito.

Una noche Pulgarcito oyó hablar a sus padres de la difícil situación en la que se encontraban ya que apenas ganaban lo suficiente para alimentar a sus siete hijos. Pulgarcito se entristeció mucho al oír a sus padres, pero rápidamente se puso a darle vueltas a la cabeza para encontrar una solución.

A la mañana siguiente, reunió a sus hermanos en el pajar y les contó lo que había oído.

- No os preocupéis, yo os diré lo que haremos.

- ¿Ah sí? ¿El qué? - dijo el mayor, que era un poco incrédulo

- El próximo día que vayamos al bosque a recoger leña con madre y padre nos esconderemos y cuando se harten de buscarnos y vuelvan a casa saldremos y emprenderemos un viaje en busca de riquezas y oro. 

- Pero, ¿y si nos perdemos en el bosque? De noche está muy oscuro… - dijo el más miedoso - No te preocupes. Iré dejando caer miguitas de pan a lo largo del camino así, cuando queramos volver a casa sólo tendremos que seguirlas.

La idea convenció a los siete y prometieron guardar el secreto.

Esa misma tarde los padres les dijeron que necesitaban que les ayudaran a recoger ramas en el bosque. De modo que siguieron el plan establecido y cuando sus padres se cansaron de buscarlos y se fueron a casa, creyendo que habían vuelto allí, salieron de sus escondrijos.

Pero la noche cayó antes de lo esperado y se levantó una tormenta tremenda. Algunos empezaron a impacientarse y decidieron que lo mejor era volver a casa. Pero… ¡qué sorpresa tan desagradable cuando Pulgarcito miró al suelo! Las migas no estaban. Sólo había un par por detrás de él y del resto nada. Se las habían tenido que comer los pájaros, no había otra explicación.

Rápidamente Pulgarcito se subió a un árbol para tratar de divisar algún lugar al que dirigirse y logró distinguir una luz. 

- ¡Veo una casa! ¡Iremos por allí! 

Así que los niños continuaron andando durante horas hasta que lograron llegar a aquella casa. Estaban empapados y muertos de hambre. Una mujer les abrió la puerta.

- Buena mujer, somos siete niños que se han perdido y no tenemos adónde ir. ¿Podría dejarnos pasar?

18

Page 19: Antologia de cuentos

- Pero, ¿no sabéis quién vive aquí?

Los niños negaron con la cabeza y la mujer les explicó que esa era la casa del ogro, su marido, y si los veía no se lo pensaría dos veces y los echaría a la cazuela. Pero los niños estaban tan exhaustos que no les importó y pidieron a la mujer que por favor les dejara pasar. Al final accedió, les dio de cenar y los escondió bajo la cama.

En cuanto llegó el ogro a casa comenzó a gritar.

- ¡¡Huelo a carne fresca!!

Los niños estaban temblando bajo la cama rezando porque no mirase allí, pero el malvado ogro los encontró. Quiso comérselos en ese mismo instante pero su mujer logró convencerle de que lo dejara para el día siguiente ya que no había ninguna prisa y tenían comida de sobra. 

Se acostaron a dormir en la misma habitación en la que dormían las siete hijas de los ogros y Pulgarcito observó que cada una de las niñas llevaba una corona de oro en la cabeza. 

Cuando todo el mundo dormía Pulgarcito tuvo una de sus ideas. No se fiaba de que el ogro cambiara de opinión y se los quisiera comer en mitad de la noche, así que por si acaso, les quitó a las niñas las coronas y las puso en las cabezas de sus hermanos y en la suya. 

Efectivamente Pulgarcito tuvo razón, y en mitad de la noche el ogro entró en la habitación. 

- A ver a quien tenemos por aquí… ¡Uy no, estas no! ¡Estas son mis hijas!

Así que gracias a la corona el ogro se comió a sus hijas creyendo que eran Pulgarcito y sus hermanos.

En cuanto salió de la habitación y lo oyó roncar, Pulgarcito despertó a sus hermanos y se marcharon de allí corriendo. 

A la mañana siguiente el ogro se dio cuenta del engaño y se puso sus botas de siete leguas para encontrarlos. Estuvo a punto de cogerlos, pero los niños lo oyeron llegar y se escondieron bajo una piedra. El ogro, acabó agotado de tanto correr en su búsqueda así que se sentó en el suelo y se quedó dormido. Salieron de su escondite y Pulgarcito ordenó a sus hermanos que volvieran a casa.

- No os preocupéis por mí. Me las apañaré para volver.

Con mucho cuidado Pulgarcito le quitó las botas de siete leguas al ogro, se las calzó, y como eran unas botas mágicas que se adaptaban al pie de quien las

19

Page 20: Antologia de cuentos

llevara puestas, le quedaron perfectas. Con ellas se fue directo a casa del ogro. 

- Señora, vengo de parte del ogro. Me ha dejado las botas de siete leguas para que viniese lo antes posible y os pidiese auxilio. Unos ladrones lo han atrapado y dicen que lo matarán inmediatamente si no les dais todo el oro y plata que tengáis.

La mujer se lo creyó todo y entregó a Pulgarcito todo el oro y plata que tenían. Cargado de riquezas volvió a casa y sus padres y hermanos lo recibieron con los brazos abiertos. Desde entonces ya nunca más volvieron a pasar necesidad.

Aunque hay quien dice que la historia no acabó en realidad así, y afirman que Pulgarcito una vez tuvo las botas del ogro fue a hablar con el Rey. Pulgarcito había oído que el Rey estaba preocupado por su ejército, ya que se encontraba a muchas leguas de palacio y no había recibido ninguna noticia suya. Así que le propuso convertirse en su mensajero y llevarle tantos mensajes como necesitara. El Rey aceptó y Pulgarcito estuvo desempeñando durante un tiempo este oficio, tiempo en el que amasó una buena fortuna. Cuando hubo reunido suficiente volvió a casa de sus padres y todos juntos fueron muy felices.

FIN

20

Page 21: Antologia de cuentos
Page 22: Antologia de cuentos

22

Page 23: Antologia de cuentos
Page 24: Antologia de cuentos

Durante muchos días, el hermoso velero en el que viajaba Gulliver había navegado plácidamente hasta que, al aventurarse por las aguas de las Indias Orientales, una violentísima tempestad empezó a zarandear el barco como si fuera una cascara de nuez. Impresionantes olas barrían la cubierta y abatían los mástiles con sus velas. Al llegar la noche, una gigantesca ola levantó el barco por la parte de popa y lo lanzó de proa contra el hirviente remolino entre un espantoso crujir de maderas y los gritos de los hombres.

   -¡Sálvese quien pueda! - Gritó el capitán.

   No hubo ni tiempo de arrojar los botes al agua y cada uno trató de ponerse a salvo alejándose del barco que se hundía por momentos.

   Empujado por el viento, cegado por la espuma, Gulliver nadaba en medio de las tinieblas. Pasaba el tiempo y la fatiga hacía presa en él.

   "Mis fuerzas se agotan", pensaba; "no podré resistir mucho"

   De pronto, noto que su pie chocaba contra algo firme. Unas brazadas más y se encontró en una playa.

   - ¡Estoy salvado! - murmuró con sus últimas fuerzas, antes de dejarse caer sobre la arena. Al punto, se quedó profunda y plácidamente dormido.

   Él no podía saber que había llegado a Liliput, el país donde los hombres, los animales y las plantas eran diminutos. Por otra parte, no había tenido tiempo de ver nada ni a nadie. En cambio, los vigías de ese reino sí le vieron a él y corrieron a la ciudad para dar la voz de alarma.

   - ¡Ha llegado un gigante!

   Inmediatamente todas las gentes de Liliput se encaminaron hacia la playa, no sin temor. Llegaban despacito y, desde lejos curioseaban al grandullón.

   - Tenemos que impedir que nos ataque - dijo un leñador-. ¡Vayamos a por cuerdas para atarle!

   En medio de una frenética actividad, todos se dedicaron al acarreo de estacas y cuerdas. Luego rodearon a Gulliver y empezaron a clavar las estacas en la arena con gran habilidad. Seguidamente, treparon sobre su cuerpo y fueron realizando un trenzado de cuerdas habilidoso y práctico, sujetando las cuerdas en las estacas.

   El sol había empezado a calentar cuando un viejecito que se apoyaba en un diminuto bastón, toco sin querer la nariz del prisionero, que estornudó aparatosamente.

24

Page 25: Antologia de cuentos

   ¡Que conmoción! Muchos hombres salieron despedidos, otros emprendieron la huida. Gulliver notó que delgadas cuerdas lo sujetaban y sintió algo que le pasaba sobre el pecho; dirigió la mirada hacia abajo y descubrió una diminuta criatura con arco y flecha en las manos y un carcaj a la espalda. No menos de otros cuarenta seres similares corrían por su cuerpo.

   En su prisa por huir, algunos rodaron y se hicieron numerosos coscorrones. Muertos de miedo, los liliputienses fueron a esconderse tras las rocas, los árboles o en las madrigueras.

   - ¿Qué es esto? - exclamó el náufrago-. ¿Quién me ha hecho prisionero?

   Sin más que un pequeño esfuerzo se incorporó, haciendo saltar las cuerdas. Y al observar de reojo el temor con que se le contemplaba, fue incapaz de contener la risa.

   Quizá porque le vieron reír y porque no se levantaba, los liliputienses avanzaron un poquito hacia el extraño visitante.

   - Acercaos, no soy ningún ogro - dijo Gulliver.

   Pero se dio cuenta de que no le entendían y fue probando con los muchos idiomas que conocía hasta acertar con el utilizado en Liliput.

   - Hola amigos...

   Los liliputienses vieron en estas dos palabras buena voluntad y se acercaron un poco más. Por otra parte, como jamás habían visto gigante alguno, tampoco querían perderse el acontecimiento.

   Pero el náufrago estaba hambriento y, con su mejor sonrisa, dijo:

   - Amigos, os agradecería que me trajerais algo de comer.

   Un poco por la sonrisa y otro poco porque les convenía conquistar su favor, los hombrecillos le aseguraron que iba a estar muy bien servido. Con gran presteza le presentaron una opípara comida. Cierto que los bueyes de Liliput eran como gorriones para el visitante y necesitó unos pocos para saciar su apetito. En cuanto a los barriles de vino, se le antojaban dedales e iba despachando cuantos le servían con la mayor facilidad.

   Mientras comía, los liliputienses se dedicaron a contarle su vida y milagros. Supo el viajero que estaban gobernados por Lilipín I, rey justo y bueno y que por aquellos días se hallaban en guerra con los enanos del país vecino. Esta situación les afligía mucho.

25

Page 26: Antologia de cuentos

   - ¡Mirad! - Anunció un enano pelirrojo. Ahí llegan Sus Majestades.

   En efecto, los monarcas, rodeados de toda su corte, se acercaban deferentes, tras abandonar su lindo carruaje en el que llegaron, curiosamente arrastrado por seis ratones blancos.

   La reverencia con que Gulliver recibió a los soberanos agradó mucho al rey Lilipín y extasió a la reina Lilipina. Pronto el rey y el viajero entablaron una animada conversación.

   Descubrió Gulliver que el monarca era inteligente, pues le habló de las máquinas que usaban para cortar árboles y arrastrar la madera, y de otros ingenios muy interesantes. También Lilipín descubrió la valía del viajero.

   - Veo que posees una gran inteligencia, Gulliver, y espero que te agrade el favor que mis súbditos te dispensan. Todos deseamos que te encuentres en Liliput como en tu propia casa.

   - Estoy muy agradecido, Majestad - respondió Gulliver, inclinándose.

   - Ejem... Si alguien atacara tu casa la defenderías. ¿No es así?

   - Así es, Majestad, pero... no os comprendo...

   Entonces el soberano, con aire doliente, explicó al visitante el problema que le había caído encima a causa de su guerra con los enanos del país vecino. Y como Gulliver había cobrado simpatía a los liliputienses, replicó:

   -En este momento me considero en mi casa, señor; por lo tanto, voy a defenderla. ¿Dónde están los enemigos de Liliput, que desde ahora lo son míos?

   En ese momento, a galope de un caballo diminuto, se presentó un despavorido mensajero.

   -¡Majestad! - anunció, casi sin aliento-. ¡Sucede algo espantoso! La flota enemiga se está acercando a nuestra isla, dispuesta a atacarnos.

   El rey y Gulliver; seguidos de algunos cortesanos, subieron a un montecillo desde el que se divisaba el horizonte; sobre las olas pudieron descubrir cientos y cientos de diminutos barcos, muy bien pertrechados, rumbo a Liliput.

   - ¡No podremos hacerles frente! - se lamentaban los liliputienses.

   - ¡Acabarán con todos nosotros!

   Gulliver, sereno y arrogante, dijo:

26

Page 27: Antologia de cuentos

   - Tranquilos, amigos; permitid que sea yo quien reciba a la flota. Os aseguro que van a conocer la derrota. Y ahora id a refugiaos en el bosque y dejadme solo.

   Ante el asombro general, le vieron entrar en el agua y, sin mas que alargar los brazos, fue apoderándose de los barcos enemigos con sus enormes manos. Enseguida empezó a repartir los barcos por sus ropas, como su fueran avellanas, con sus guerreros dentro. Se llenó los bolsillos y, los que sobraron, los colgó de los botones de su levita y hasta puso alguno en los lazos de los zapatos. Regresó luego a la playa y fue colocando los barquitos en hilera. Bien dispuestos ya y plantado ante ellos, Gulliver exigió:

   - ¡Ríndanse si no quieren perecer!

   Naturalmente, más muertos que vivos, los enemigos de Liliput se rindieron como un solo hombre.

   Viendo tamaña maravilla, después de lo mucho que aquella guerra le había hecho sufrir, Lilipín I, con la voz rota de la emoción, gritó:

   - ¡Viva el gran héroe Gulliver!

   Las gentes, delirantes de entusiasmo, atronaron la playa con sus aclamaciones. Los más ancianos abrazaban a sus hijos, que ya no tendrían que enzarzarse en guerras, puesto que el enemigo estaba vencido. Las mujeres lloraban y reían a un tiempo.

   Seguidamente, en medio de un gran ceremonial, el soberano nombró a Gulliver generalísimo de sus ejércitos.

   - Agradezco el honor, Majestad, pero creo que no vais a necesitar más generales. El enemigo está vencido y espero que vuestras guerras hayan terminado para siempre.

   - ¿Y que importan las guerras teniéndote a ti como aliado? - replicó el monarca, un tanto fanfarrón.

   - Sólo seré vuestro aliado si devolvéis la libertad a los prisioneros. Su rey os dará palabra de no volver a atacaros.

   Así sucedió y los dos monarcas firmaron una paz duradera y hasta intercambiaron regalos. Luego, el propio Gulliver puso los barquitos en el agua, con sus tripulaciones dentro y despidió la flota vencida agitando su mano.

   - es un poco raro el gigante - pensaba el rey Lilipín I, sin comprender del todo tanta generosidad.

27

Page 28: Antologia de cuentos

   - ¡Qué gesto tan elegante! - dijo Lilipina con un largo suspiro, aludiendo a la generosidad del vencedor.

   Honrado, aclamado y querido, Gulliver pasó en Liliput varios años. El pueblo entero había colaborado en construirle una gran casa con todas las comodidades. Sin embargo, el viajero sentía nostalgia de su patria y de su familia. Por otra parte, comprendía que con él allí, las provisiones de los liliputienses corrían el peligro de acabarse, pues comía el solo tanto como el país entero.

   Un día le habló al monarca con toda sinceridad, manifestando su nostalgia.

   - ¡oh, como siento que no quieras quedarte para siempre, Gulliver!

   La reina Lilipina, que era aguda, preguntó con una sonrisa:

   - ¿Te irás andando, Gulliver?

   - Sabéis que eso es imposible, señora. Pero algún día puede llegar un barco...

   Con frecuencia atisbaba el horizonte desde un montículo y cierto día apareció el ansiado barco no lejos de la costa y el viajero le hizo señales para que se aproximara.

   El velero se acercó a la playa y Gulliver se despidió de sus amigos.

   Los reyes y el pueblo entero le entregaron regalos, todos diminutos, pero muy apreciados por el viajero. Con verdadero afecto estuvieron en la playa, agitando sus manos, hasta que vieron la silueta graciosa del velero perderse en la lejana bruma.

FIN

28

Page 29: Antologia de cuentos
Page 30: Antologia de cuentos

30

Page 31: Antologia de cuentos
Page 32: Antologia de cuentos

Había una vez un muchacho joven que vivía en la calle con su gato. El muchacho era pobre, y llevaba puestas ropas araposas. El joven casi no tenía para comer, y lo único que se llevaba al estómago era lo que podía encontrar en la basura para su gato y para él.

Un día, el gato, que se daba cuenta de la pobreza extrema de su amo, cogió unas botas, un sombrero y una capa, los limpió hasta que parecieron nuevos y se los puso. A continuación, el gato con botas se fue a cazar al campo, y cuando volvió con un jabalí a sus espaldas, se lo llevó al rey, y le dijo: “Excelentísimo señor, mi amo el marqués le regala este jabalí para que lo disfrute con su familia“.

El rey le dio las gracias, y esa noche en el castillo del reino se cenó jabalí asado, a la salud del marqués.

Al día siguiente, el gato se volvió a poner las botas y volvió a cazar un jabalí para regalárselo al rey en nombre del marqués.

El gato con botas repitió durante una semana sus regalos al rey.

Un día, mientras el gato con botas y su amo estaban en el río bañando y lavándose, pasó la carroza del rey cerca del río. El gato con botas lo vio, y rápidamente le dijo a su amo que se quitara toda la ropa..

La carroza del rey paró junto al río para descansar, y el rey vio al gato con botas, y le preguntó: “¿Qué hacéis tú y tu amo en el río?“. A lo que el gato contestó: “Han robado a mi amo el marqués y le han quitado toda la ropa!“.

El rey rápidamente le dio un traje elegante al supuesto marqués y él y el gato con botas subieron a la carroza real.

Dentro de la carroza iba la hija del rey, una muchacha muy hermosa. Sólo hizo falta una mirada, y los dos muchachos se enamoraron… Ahora, el muchacho que vivía en la calle sin dinero, ni ropa elegante, ni comida, se había convertido en el príncipe del reino, y todo esto gracias a su amigo, el gato con botas.

FIN

32

Page 33: Antologia de cuentos
Page 34: Antologia de cuentos

34

Page 35: Antologia de cuentos

CONCLUSIÓN Tomando de referencia algunos puntos que se mencionaron en la

introducción, se llegó a la conclusión, que tanto la lectura y escritura serán dos situaciones de gran importancia para la sociedad en general, pues sin ellas no seriamos nada. Dichas situaciones se empiezan a desarrollar en las personas desde los primeros años de vida, pero casi siempre son impuestas y no las realizan por gusto, sino por obligación.

Es por ello que se decidió el implementar en las aulas de clases, de las escuelas primarias, de diferentes comunidades, una de las estrategias que se mencionaron al principio de esta antología, el implementar como actividad permanente la lectura de un cuento diario, de acuerdo al gusto de los niños y del grado en el que se encuentren, todo esto acompañado de una caracterización de dichos cuentos, poniendo en juego los personajes principales del cuento, con lo cual se lograría mantener la atención de los alumnos, mientras se leía. Acompañado todo esto de algunas actividades acordes a la lectura, dejando en los alumnos aprendizajes significativos en ellos.

A pasar que la estrategia para algunos de los docentes titulares les pareció algo tediosa, para los alumnos resulto ser todo lo contrario, pues durante la semana en que se desarrolló dicha estrategia, los alumnos se mostraron muy interesados en los cuentos y en realizar las actividades que iban acompañando a la lectura, era impresionante el observar, la motivación de los niños por saber que cuento seria él que se miraría al día siguiente y la actividad que realizarían.

A pesar de que se esperaba un resultado no muy favorable de la estrategia, el resultado fue todo lo contrario pues los alumnos respondieron y participaron muy bien involucrándose en el cuento de una manera muy divertida, mientras lo comprendían. Con todo lo anterior pudimos comprobar que a los niños si les gusta leer y conocer más sobre diversos temas, al mismo tiempo que se imaginan todo lo que las palabras dicen.

Solo es cuestión de general ambientes de aprendizajes menos monótonos y más divertidos, que a los alumnos les llame la atención y se interesen por leer no por obligación, sino por placer, por gusto, por imaginar, por adentrarse a mundos nuevos donde ellos sean los protagonistas principales de las historias que se cuenten.

La sociedad tiene que cambiar, tiene que tomar conciencia que leer no es una pérdida de tiempo, sino que es viajar a otros mundos sin pagar nada, es adquirir conocimientos, sin tener que ir a una universidad de prestigio y de muy altas condiciones económicas, es tener poder acerca de cualquier tema a tratar con las personas que te rodean.

35