dejame contar cuentos antologia

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  • 8/22/2019 Dejame Contar Cuentos Antologia

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    Esta antologa se ha elaborado con el aporte de los integrantesdel Foro de cuento infantil Seva: escritores conocidos, incipientes,narradores, han cedido a este increble mundo virtual que es la web,cuentos y narraciones propias, editadas e inditas.

    Cuando propuse la idea de reunir escritos en un lugar comn, mepareci una apuesta solidaria con quienes comparten este Foro y muchoshabitantes silenciosos de Internet, que puedan asomarse. Logramos entretodos, poner a disposicin de los lectores, producciones que dan cuentadel entusiasmo, el oficio y la pasin por la literatura y los nios /as. Unasntesis, a veces, difcil de lograr. Pero la palabra puede casi todo enese misterio que encierran los casi. S pudo lograr este trabajo en el quecolabor como una lectora crtica sin el objetivo de hacer un editingformal. Es una propuesta para mostrar escrituras diversas hacia unafranja etaria amplia.

    Los autores de Iberoamrica pertenecen a cuatro pases:Argentina, Espaa, Per, Puerto Rico y Venezuela. Nos hubiera gustado

    muchsimo y me animo a ponerlo en plural, contar con el aporte deescritores de otros pueblos. Pero aqu estamos, para que nos dejen contarcuentos y los multipliquen por todos lados las/los cuentacuentos, losadministradores de blogs, los talleres literarios, y los mediadores, enespecial que son como los encantadores de serpientes, animan, hacenposible que nuestros chicos tomen la palabra.

    Cada cuento lleva al pie, adems del nombre del autor, su pgina

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    web y en todos los casos su correo electrnico para alentar el intercambio.Creo que es una manera de reconocer lecturas, propiciar msproducciones, mejorar la escritura con la mirada del lector y saber qupiensan los nios, qu expectativa ambiciosa, no?

    Agradezco la confianza depositada en m y el respeto, que es

    mutuo. Si como dice Andr Breton las palabras hacen al amor, looriginan, lo constituyen, tantas palabras unidas por el deseo de dar yrecibir, seguramente movilizarn buenos encuentros en la literatura.Nuevos y buenos.

    [email protected]

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    Lluvia, lluvia, arco iris, vienes y te vas mojandomis cabellos.

    Lluvia, lluvia, arco iris, vienes y te vasdejando tu recuerdo.

    Lluvia, grupo Menudo 1980

    Nubela naci una maana tibia sobre una Isla del Caribe. Erauna nube blanca y ondulante como el merengue. Se haba formado poco apoco absorbiendo vapor de agua de lagos, ros, quebradas y, sobre todo,del mar que rodeaba la Isla. Como era an muy joven estaba en procesode aprender.

    Las nubes guardan partculas con memoria de otras nubes que seformaron antes, crecieron, engordaron, archivaron recuerdos como fichasde biblioteca y un da volvieron a regar la tierra. Por esta razn, a medidaque Nubela creca y viajaba por diferentes reas sobre la isla reconocalos lugares que tena en la memoria dormida.

    A veces se detena a jugar y a compartir con sus hermanas. En

    algunas ocasiones se entristeca al ver espacios que en otra poca estabanpoblados de rboles, completamente secos. Los haban sembrado conestructuras de cemento que al alterar el balance de la naturaleza,propiciaban que regiones enteras de la isla sufrieran de una terrible sequa.La prdida de cosechas era notable. Al anochecer apenas se escuchaba laalgaraba de los coques. Solo se senta el sonido intermitente de uno queotro coqu, coqu, lnguido y tenue de los minsculos batracios.

    Un da la nube se acerc a un lugar rodeado de montaas en elcentro de la isla del cual no tena memoria ya que era de recienteconstruccin. Haban edificado una casa orfelinato en una granja donde

    criaban animales y cultivaban la tierra. Apenas tenan que ir al mercadoya que la granja les provea los alimentos para subsistir. Con el sobrantepreparaban postres y otras golosinas para vender en la ciudad.

    Nubela era muy curiosa y al decidir bajar un poco para observar lafinca estuvo a punto de tropezar con un cerro.

    Oh, perdn, lo molest? pregunt.

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    No, pero la prxima vez ten ms cuidado le contest el cerrocon voz gruona.

    Abochornada, se alej de inmediato no sin antes ver una escenaque la hizo acongojarse. Le dio mucha pena. Un grupo de nios junto ala directora del hospicio haban formado un crculo y todos con las

    manos unidas oraban clamando al cielo para que lloviera. El dineroescaseaba y el pago de la hipoteca, dinero que un banco les habaprestado para construir el Hogar, estaba a punto de vencer. Si no llovapronto tendran que cerrarlo. Los nios no tenan otro lugar donde vivir.

    Necesitaban agua para regar las calabazas con las que horneabanlos postres que tanto se vendan.

    Agua para rociar los rboles frutales con los que preparaban lasmermeladas que hacan la delicia de los compradores.

    Agua para los animales, para que las vacas dieran mucha leche y

    poder alimentar a los nios, adems de preparar el dulce, tan solicitadopor los habitantes del lugar.

    Y agua para subsistir pues el pozo de agua potable que supla lasnecesidades del hogar se estaba secando.

    Nubela se puso muy triste y se le escap una lgrima que fuea caer sobre la mano de la directora quien pens que era un aviso delcielo.

    La nube decidi buscar una solucin al problema y fue en busca desus hermanas.

    Tienen que ayudarme, de lo contrario, unos nios no tendrn qucomer ni dnde dormir. No tienen familia ni siquiera otro techo que loscobije.

    Ests segura? preguntaron.

    Por supuesto. Lo acabo de comprobar con mis propios ojos yodos.

    Pues iremos contigo.

    Las nubes empezaron a llegar en tropel sobre las tierras del asilo.

    Se fueron fundiendo unas con otras hasta tornarse grises. Al condensarsey ponerse oscuras pudieron reflejar sobre la tierra su propia sombra.

    De pronto una chispa radiante Zas! surc el espacio y el ruidoPlashsh! no se hizo esperar. Nubela junto a las hermanas se derramaronpor completo sobre el orfanato.

    Llova y llova.

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    Los ros que nacan en las montaas se llenaron de agua y bajaronpor las laderas en una carrera desenfrenada llenando los lagos yquebradas. El cerro grun se sonri al sentir la caricia de la lluvia. Elagua comenz a subir hasta llenar los pozos. Los nios y ladirectora danzaban y rean mientras reciban el agua como un bautismo

    del cielo.Ese anochecer la serenata brindada por los coques se escuch en

    todos los rincones de la isla.

    Las nubes todas se entregaron por una causa noble y desaparecieron, peroquedaron partculas con sus memorias en espera de que otras nubes lasabsorban y tomen su lugar.

    [email protected]

    Nac en una Isla del Caribe: Puerto Rico. Tengo la dicha de tenercuatro hijos y cinco nietos sanos. Soy qumica de profesin y poseo

    licencia de Corredora de Bienes Races. Luego de terminar una Maestraen Creacin Literaria, comenc a escribir en este siglo orientada haciauna poblacin adulta. He publicado tres libros de cuentos: Hijas deHrcules, Anarqua, conflagracin... transgresiones y Ecosde unaquimera. Las aventuras de Kirilo presentada en el 2011 es mi primeranovela juvenil. En el 2012 publiqu un hbrido entre cuento ynovela titulado Portal de los vientos. Mi sueo es poder ilustrar mispropios cuentos infantiles. Estoy tomando clases de dibujo con eseobjetivo.

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    Ven, Spunky, ven susurraba Erika, y enseguida haca unsonido como shhhhhhhhh, movindose despacio, de rodillas, por el pisode la iglesia, rebuscando por escondrijos y recovecos. Se sent en el pisocon lgrimas en los ojos. Esto se va a convertir en un desastre. Y todopor culpa ma.

    No te la lleves, le haba advertido su mam, pero ella no hizo caso. Esmi mascota y tiene derecho a que la bendigan igual que a todas lasdems Y se fue con su mascota. Ahora no la encontraba y estabadesesperada. Sac el telfono celular del bolsillo y llam a su mejoramigo.Papi le dijo, a punto de empezar a llorar. Spunky se me escap, ypor ms que la busco no aparece. Oy la pregunta y le contest bajito: En la Parroquia Apstoles Pedro y Pablo.Cerr los ojos, apret los dientes y se quit el telfono de la oreja. Mirhacia afuera por si alguien se haba asustado por el grito de su pap, quede seguro se oy hasta en la China. Erika empez a llorar tan fuerte quela terrible voz al telfono se calm enseguida.Voy para all, no te preocupes. Y colg la llamada.

    Pero Erika s estaba preocupada. Entre lgrimas vio como Spunky pasabade un escondrijo a otro y se levant deprisa para buscarla, pero no laencontr donde crea que estaba. Aterrada, vio como empezaba a llegar lagente con sus mascotas.El primero fue un hombre que traa una jaula con dos periquitos.Enseguida entr una seora que cargaba entre los brazos un inmenso gato.El gato se dej sentir con agudos maullidos que le pusieron a Erika lospelos de punta.Ay Dios! Aqu va a haber problemas se dijo, y mir con terror haciadonde haba visto a Spunky. Ansiosa mir hacia la puerta esperando ver

    a su padre, aunque saba que era muy pronto para que llegara, porque lviva un poco lejos. Lo que vio fue a cuatro personas entrar con susperros, algunas con ms de uno. De ah en adelante empez a llegar ungento. Como estaban en una zona rural, adems de los tantos perros ygatos, trajeron cerditos, gallinas, palomas, gansos, guineas, patos, conejos,tortugas, cabros, ovejas. A una vaca y un caballo los dejaron afuera,frente a la entrada, desde donde pudieran alcanzar la bendicin a

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    impartirse. Pronto la parroquia estuvo llena de feligreses y de nerviososanimales haciendo alboroto. La nia fue a sentarse en el ltimo bancomirando hacia la puerta de entrada, con su cartera de paja debajo delbrazo, muy apretada a su cuerpo.Se oy el cntico de entrada y el sacerdote camin por el pasillo del

    centro hasta llegar al altar. Se volvi de frente y se dirigi a la gente.Hablaba sobre San Francisco de Ass y de su amor por todas las criaturasvivientes. Sobre el cario y los cuidados que deban prodigarse a losanimalitos. Erika record el da en que su pap le trajo a Spunky. Fuepara su cumpleaos. A l no le pareci raro que le pidiera ese regalo;siempre la comprenda y trataba de complacerla. Mami no estaba deacuerdo, pero la acept, y ella fue la nia ms feliz del mundo.De alguna forma el sacerdote estaba acortando la misa, quizs porque losperros cada vez ladraban ms fuerte, los gatos se encrespaban, los cerdosgruan, las gallinas correteaban y los dems animales se manifestaba

    como podan.Pronto empezaran a pasar al altar, cada quien con su mascota para querecibiera la bendicin Ya los asistentes empezaban a ponerse de piecuando Erika vio a su pap parado en la puerta. La mir y ella le hizoseas haca donde crea que estaba Spunky.l se dirigi a ese lugar con tranquilidad, como si nada le preocupara. Lavio enseguida y se le acerc despacio, pero Spunky lo not y se deslizveloz hacia el altar.El sacerdote precisamente estaba bendiciendo a un cerdito, cuandoSpunky le cruz por delante a la viejita que lo cargaba. La viejita lanz

    un grito y se desmay. El cerdito escap chillando y al instante se formtremenda algazara, porque todos los animales se alborotaron. Ladraban,maullaban, chillaban y muchos salieron volando! Cuando los feligresesvieron a Spunky, con sus buenos seis pies de largo deslizarse por elpasillo del centro, los que no salieron en estampida gente yanimales se subieron a los bancos gritando como locos. Ya casi en lasalida el pap de Erika agarr a Spunky y logr meterla dentro de la grancartera de paja en la que ella la guardaba cuando salan de paseo.Mucho trabajo le cost al sacerdote lograr que las pocas personas yanimales que quedaban en la iglesia se tranquilizaran. Les record como

    el Santo de Ass protegi la vida del lobo feroz ante los enfurecidosaldeanos, porque todas las criaturas de Dios merecen nuestro amor.Entonces mir a Erika: Nia, ven con tu mascota para bendecirla y aspuedas llevrtela.Ella le pregunt qu si tena que sacarla de la cartera de paja y elsacerdote le contest que la bendicin de Dios la alcanzaba aunqueestuviera adentro. Cuando termin le dijo al padre: Por qu no leregala a la nena un perrito para que lo traiga el ao que viene?

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    Erika sonri de contenta y dijo que s.Cuando iban saliendo le pregunt: Me regalaras un pitbull para miprximo cumpleaos? l mir para la iglesia de donde no sala ni unsuspiro y le contest:Tendr que pensarlo.

    [email protected]

    Puertorriquea, lectora, escritora, madre, abuela y bisabuela. Yode nia lea todos los libros de literatura e historias sagradas antes delinicio el curso escolar, era asidua visitante de la biblioteca escolar, ya ensexto grado haba ledo todas las novelas y cuentos disponibles en ella.As he continuado leyendo y disfrutando.. Con estos antecedentesinevitablemente tena que intentar ser escritora. He publicado la novelaPinsalo bien, Yogui y estn a la espera: En busca de un poderoso yCuentos Perrunos.Vivo en un campo, en Salinas, donde sembramos rbolesfrutales, as que tambin me siento ser agricultora. Creo en Dios y amo

    mi patria.

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    Era el primer da de nuestro tercer grado. La directora noshaba hecho formar fila y entrar al aula. Elijan un banco y uncompaero. Ya vendr la seorita dijo, y sali cerrando la puerta. Nosabamos nada sobre la maestra, que aspecto tena, si era joven, si eranueva en la escuela o alguna conocida. En realidad ni sabamos dndeestaba.Seguimos la sugerencia de la directora. Nos sentamos casi como el aoanterior.Esperamos. No vena. Los varones comenzaron a ponerse nerviosos.Gritaban, se paraban. Mariano y Diego, cundo no!, comenzaron atirarse lpices uno al otro. De pronto, una voz detrs de la puerta, dijo:Chicos, alguno sera tan amable de abrir la puerta por m?

    Silencio absoluto. Yo estaba por pararme cuando Carolina, que siemprefue una chupa medias, me gan de mano.

    Todos nuestros ojos giraron hacia la persona que entraba, buscando paraver si era la maestra, y por fin conocerla. La mujer entr. Traa en susmanos una montaa de cosas: el registro de asistencia, dos carpetas, un

    grueso fajo de papeles, dos cartulinas- una verde, la otra amarilla-, unmapa enrollado, cinco libros (un atlas, el libro de lectura, el de CienciasSociales, una Geometra y un diccionario gordo), una regla larga, untransportador, dos cajas con tizas, (blancas y de colores) y el borrador.Llevaba su bolso al hombro, un paraguas y un abrigo en el brazo.Nos asustamos, no por su cara que oculta por tanta cosa aun no habamosvisto, sino pensando que ese material era el que iba usar ese da en clase.Y era el primer da! Qu nos esperara despus!

    Todos seguimos mirando su espalda cuando se diriga al escritorio. En elpiso haba un lpiz. Pequeo. Inocente. El pie de la maestra se apoy

    sobre l. El lpiz se desliz. Contuvimos la respiracin.Sus piernas se elevaron. Altas. Muy altas. Su espalda se inclin. Haciaabajo. Ms abajo! Al piso! La ley de gravedad en plena accin!Nuestras miradas siguieron la cada de la maestra y el vuelo de las doscartulinas, del registro de asistencia, de los papeles que proyectados haciael techo se separaron en forma de abanico. Las carpetas que salieron porlos aires se abrieron, desparramando ejercicios de geometra por un lado y

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    poesas por el otro. La regla y el comps dieron una volteretamezclndose con las tizas liberadas. El borrador sali lanzado como uncohete en Cabo Kennedy. El mapa gir hacia arriba desenrollndose enlas alturas.

    Los libros volaron bajito, sobre todo el diccionario gordo.

    Milagrosamente, la cartera, el paraguas y el abrigo permanecieron conella.

    Todo eso haba pasado en milsimas de segundo. Despus empez elaterrizaje. Los libros que estaban ms cercanos fueron los primeros enalcanzar el cuerpo de la maestra. Luego cay el mapa de Amrica. Sucara qued bajo Mjico, con la ciudad de Mjico instalada, justo, sobre lanariz. Una a una, bajaron las tizas, seguidas de las cajas vacas. La reglay el transportador, acostumbrados a trabajar juntos,descendieron coordinados. Las hojas cayeron por todos lados. Una

    carpeta, abierta aterriz sobre Venezuela, sobre ella cay el registro yluego las dos cartulinas, que quedaron en forma de cruz sobre el cuerpo.La carpeta de los poemas, sin hojas, descendi en el mar Caribe y comouna lluvia, todas las poesas se precipitaron sobre nosotros.

    El borrador? Ja!, descendi en picada, justo en la cabeza de Carolina.Y la maestra? Estaba all, bajo todo el saber del mundo, y aun sin dar lacara.La actividad del da, hasta ahora, haba sido mirar a esa mujerdesconocida que por un motivo u otro nos ocultaba el rostro. Desconcertados, con las bocas abiertas, los treinta alumnos mirbamos elAconcagua convertido en una sierra sobre su cuerpo.

    De pronto, una mano sali por debajo de los Estados Unidos y se movisaludando y una voz parti desde Guatemala diciendo: Buenos das,chicos! Soy la seorita Silvia... Por favor, que alguien llame a ladirectora! Ay!... Urgente!Todos miramos a Carolina, que llorabatocando su cabeza coronada por un chichn de color morado. Caro nohizo ningn intento para moverse.As que, agradecida al borrador, me par y sal corriendo hacia ladireccin para buscar ayuda. Me mora por conocer la cara de lamaestra!

    Silvia!- grit la directora cuando entr.Aqu Ay! fue la respuesta.Chicos, salgan al patio, por favor, fue la orden que sigui.Todos, apretados como fsforos en una caja nueva, espiamos. Algunoscon el cogote estirado, otros agachados.Desde nuestro escondite, vimos la ambulancia, los doctores quedescendieron, la camilla donde la llevaron.Luego, quedamos vagando por el patio en un recreo inesperado, hasta que

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    la secretaria nos hizo pasar al aula a recoger nuestras cosas.Seria, nos dijo:Como ya saben la maestra se accident, por eso maana vendr unasuplente.Salimos en silencio.

    Encima del escritorio quedaba todo el material de estudio de la seoritaSilvia, plano como una llanura.

    [email protected]

    Nac en un barrio dnde las calles tenan nombres de poetas.Cuando tena ocho aos, eleg mi primer libro en una librera. Era unaantologa de poesas infantiles. Ese libro fue mi compaero, lo llevaba atodos lados y al que se cruzara conmigo, le lea una poesa. Y luego deese libro vinieron otros, llegaron los de ciencia. Me recib de Bioqumicay comenc a trabajar como bacteriloga. Ese mundo me apasion poraos. Un da fui invitada a un taller de escritura y toda mi vida gir degolpe, comenc a escribir y a acercarme especialmente a la LIJ. En

    pleno cambio de carrera mi vida tuvo otro giro, me mud aCanad donde aun resido dedicada a la escritura y a la coordinacin detalleres.

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    MANUEL REMIENDOS nunca dice la verdad. Por cada mentirale crecen los dedos, las uas, la cabeza, la boca y en las pesadillas ve suspies convertirse en patas de una vaca salvaje. Hoy se sali del aula, sinpermiso de la maestra. Se subi al techo a buscar un nido de pjaros.Grit a todo pulmn, para llamar la atencin: Aqu hay una brjula de unbarco pirata Hurra!!!

    Manuel Remiendos, qu haces all en ese peligro donde puedespartir las tejas y caerte al piso!? Le reclam preocupada la maestraRosario al menudo.

    Estoy en busca de un tesoro respondi l, como si nada malosucediera. Por qu te has salido de la clase de matemticas?Ya me s toditos los nmerosManuel Remiendos no pudo bajar por el rbol donde subi. Las

    hormigas cabeza apache estaban alborotadas. Debajo de las ramasrevoloteaban las abejas. La maestra no pudo subir por la escalera, porquele dio miedo. Los bomberos no pudieron llegar, porque habaemergencias en la ciudad.

    Manuel Remiendos esa noche so que un espantapjaros pataslargas le hizo una brujera. Le crecan las orejas, las uas. Las sombras loperseguan por el patio oscuro de la escuela. Eran las doce de la noche. Lamaestra Rosario ya no le extenda los brazos para ayudarlo y l se orinen la cama.

    El espantapjaros de patas largas, persegua en el sueo a ManuelRemiendos. Ya lo alcanzaba para robarle los cuadernos. Ambos corrancomo sombras entre los rboles de la plaza, donde aparecen gorilas sincabeza.

    La maestra Rosario tambin tuvo pesadillas.

    [email protected]

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    Del libro indito Catalina Gala bajo la lluvia y otros cuentos

    Nac en La Grita, Tchira, ciudad andina al pie de los pramos, enun valle rodeado de aldeas, casas con chimeneas que parecen barcos, condestino a esos azules de los pjaros. Aprend a leer y escribir de la manode la costurera Mara Ins, mi madre. Escuchaba los poemas que mi padreescriba, el fotgrafo de cmara de cajn en la calle, Argimiro de Jess.Un poco ms grande me hice periodista y trabaj en el diario El Nacional,en la fuente de literatura. En Caracas he pasado treinta y nueve aos. Lacigea me trajo a este lado del jardn en 1952, por eso el trece de eneroabro ventanas para recibir banderas y pjaros. He publicado algunoslibros, en peridicos, revistas y dicto talleres para aprender a viajar, soar

    y crecer con la magia constructora de las palabras. Cuando la dicha esplena, me alejo a San Nicols de la Lejana, all en el ltimo pueblo delmar oriental venezolano, donde nacen mis pginas que se hacen con laespuma de olas, cuentos de caballitos de amor y recuerdos de la infancia.

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    Entre los lectores circula una leyenda desde hace muchos aos. Escomn escucharla de boca de los padres cuando en la noche arropan a sushijos. Dice as:"En otro tiempo cuando no existan los lectores, ni los libros, cuandoeran pocas y pequeas las palabras, las personas se levantaban a lamaana para ir al trabajo, desayunaban, se despedan de su familia conun beso y partan. Trabajaban sumergidos en planillas y papeles, suscaras eran grises, sus ojos carecan del brillo que enriquece las miradasque guardan sueos por cumplirse. Su andar cansino, cabeza gacha.

    Humor rabioso y furibundo vestan las ciudades de aquel tiempo.Al final de la jornada, retornaban a sus hogares, en los que por eseentonces no se vea un libro ni en el rincn ms chiquito de la casa deningn habitante. Tampoco se vea un libro en un basural, ni incendiado,ni sobre una mesa de luz, ni escondido debajo de un colchn por resultarprohibido, ni siquiera de sostn de una mesa con una pata ms corta. Eraun mundo sin libros a la vista, y por cierto, si algn habitante se topabacon uno de ellos, lo miraba con desdn o indiferencia.En esos hogares familiares casi no se escuchaban palabras al final delda, ni en el medio, ni al comienzo, ni tarde, ni temprano. Los nios se

    iban a dormir con un simple y escueto: "Buenas noches". A ningn niose le contaba o lea historia alguna. Solo hacan lo que deban hacer,cumplan las reglas, acataban. No soaban, nadie osaba hacerlo, porquenadie imaginaba que se pudiera soar, tampoco nadie soaba que sepudiera imaginar.Por la maana en el desayuno nadie contaba sueos o pesadillas. Noimaginaban, no fantaseaban, ni siquiera mentan, no se enamoraban, nojugaban en casas abandonadas, no buscaban cofres con joyas, niescondan tesoros, ni se vestan de piratas, no escriban cartas dedeclaracin de amor al chico o a la chica que les gustaba, no saltaban de

    rbol en rbol jugando a los sper hroes. No tenan con qu enriquecersus fantasas, ni su vocabulario, ni sus aventuras. No tenan cmoadornar sus sueos o agrandar sus pesadillas. Era un tiempo casi sinpalabras, no lean, ni les lean.Pero un da, en un pueblo del mundo sin lectores, ubicado en el centrodel mundo, lleg un extrao forastero. Algunos dicen que traa un burrocargado de libros, otros que andaba en una carreta.Eran libros con colores extraordinarios e imgenes fantsticas, que

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    contaban aventuras sorprendentes, y a pesar de que muchos adultosrepudiaron al forastero por miedo a lo que pudiera causar el objeto tanextrao, a la mayora le gan la curiosidad que despertaban los raros"libros", que as el forastero nombraba llamaba esa extraeza.El rumor corri de boca en boca, y se extendi hacia el norte del mundo,

    hacia el sur, hacia las montaas y hacia el mar. La noticia del forasteroque viajaba con un burro o con una carreta con bueyes, cargado delibros que lea y ofreca lleg a cada rincn del mundo.Poco a poco la gente comenz a hablar ms. Tenan palabras para decir,historias que contar. Todos queran hablar y escuchar. Porque todostenan algo para narrar.Los libros comenzaron a hallarse en lugares inslitos. En el bao, en lacocina, olvidados en el jardn, en la mesa del comedor, bajo loscolchones, en la cucha del perro, sobre las ramas de los rboles, en lasgarras de un len.

    Los lectores fueron tomando la forma de sus libros, se volvan soadores,escapistas, misioneras, bucaneros, doncellas. Se volvan otros.Desde entonces, ocurre que en las noches, una historia se cuela en algn

    sueo. Dicen que los guardianes de esta leyenda son los nios, serverdad?

    www.radio-unangelparatusoledad.blogspot.com

    Mi nombre es Mara, adoro leer desde muy chica, disfrutosumergindome en los libros y siendo parte de sus aventuras. Aventurasque fueron quedando en m y fueron construyendo sus cuevitas, sushogares y sus amores. Esas historias un da golpearon la puerta y pidieronpermiso para ir a jugar.Comenc por contarlas a otros, para que pudieran disfrutarlas, descubr

    que mi voz tena matices que me hacan rer o llorar, y quienes lasescuchaban quedaban eclipsados como si los timbres de la meloda lossumergiera en un conjuro.Sucedi tambin que un da me puse a jugar con un lpiz que me gui elojo ah supe que l sera quien las transportara desde mi interior al patiode juegos. Ese da comenc a escribir y hacerlo suele ser un viaje a loprofundo de m.

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    Faltaban pocos das para el cumpleaos de mi abuelita y no saba

    qu regalarle. Quera que fuera algo especial. De pronto se me ocurriuna idea. Yo misma le hara algo con mis manos ya que ella siempre esthaciendo cosas para m. Hornea el ms sabroso bizcocho de chocolate ylas galletitas ms ricas, hace desaparecer las manchas de mi ropa comopor arte de magia, pega botones saltarines, baja, sube y arregla ruedosrebeldes, hace zurcidos invisibles y hermosos bordados, crea los lazosms bellos e inventa y elabora toda clase de disfraces.

    Se me ocurri que podra dibujar para ella algo que le gustara mucho.Despus de pensarlo por un rato supe qu. Le hara un retrato de miabuelo. Enseguida busqu papel y lpices y empec a trabajar.En la parte de arriba del papel hice un crculo. Ya tena hecha la cabeza ala que le aad unos cuantos pelos porque mi abuelo es casi calvo. Dentrodel crculo dibuj dos ojos redondos y luminosos como dos cucubanosdebajo de unas cejas muy anchas. En el medio una nariz un poco grande ydebajo una boca en forma de luna nueva. Todava no se pareca. Entoncesme di cuenta de lo que le haca faltaba: los anteojos y el bigote. Despusde dibujarlos not que faltaba algo ms y lo aad enseguida: las orejas.Listo! La cara de mi abuelo me miraba desde el papel.Segu hacia abajo y dibuj el cuello. Luego los hombros y los brazos. Alfinal las manos grandes y fuertes. Son importantes las manos de miabuelo. Ya estn arrugadas porque es muy viejito. Su piel es dura yspera porque han trabajado mucho. Pero sus caricias son casi tan suavescomo las de mi abuela.Lo dems fue fcil. Dibuj el pecho, la barriga, las piernas y los pies.Sobre el pecho pint una camisa amarilla con tres botones y un bolsillo.Marqu la cintura dibujando una correa. Tap las piernas pintando unospantalones azules y los pies con unos zapatos negros.Ya est! Pero segua mirando el dibujo y pensando que deba aadir algo

    ms. Dibuj en una mano las tijeras de podar y en la otra una rosa rojacomo las que recorta del jardn para mi abuela. Ahora, s, estabacompleto mi dibujo. Entonces lo enroll y lo amarr con una cinta decolores.

    A mi abuela le gust muchsimo su regalo de cumpleaos. Tanto que mepidi que, como hacen los artistas, le aadiera mi firma y la fecha.

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    A los pocos das cuando regres a visitarla mi dibujo estaba colgadoen la sala en un marco muy bonito. Mi abuelo me ense un marco igualque estaba vaco y me dijo:Para el cumpleaos de tu abuela dibujaste lo que a ella ms le gusta, y me gui un ojo. Para el mo quisiera que dibujaras lo que ms me

    gusta a m.Por eso busqu papel y lpices y empec a trabajar. Ya hice, en la partede arriba del papel, un crculo que ser la cabeza. Esta no ser tan fcilde dibujar. Mi abuela tiene una hermosa cabellera corta, riza y gris. Esoes ms difcil que dibujar los tres pelos de mi abuelo.

    [email protected]

    Publicado en 2003 - SerieAmigos, Santillana / Puerto Rico

    Soy la segunda de una familia de ocho hermanos y numerosos tos yprimos. Desde pequea me gustaron mucho los cuentos y, por suerte,siempre encontr quien me los contara o leyera cuando todava no sabaleer. Luego, para ayudar a mi mam a entretener a mis hermanos, meconvert en cuentera. Sin embargo nunca pens que algn da escribiracuentos. La emocin de la maternidad fue el impulso que me revel mivocacin escondida. Escrib para mis hijos nanas y cuentos deseandotransmitirles mi amor por las palabras. Y as, tratando de convertirlos enlectores vidos, como era yo, ellos me han transformado en escritora.

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    La mam de Lucrecia estaba muy preocupada porque War, el gato,en una de sus aventuras haba perdido el cascabel que llevaba en su collar.Lucrecia intentaba seguirlo para ver adnde haba estado pero l seescapaba y no lo poda encontrar.Entonces se meti en la casa de las muecas y les pregunt a sus juguetessi alguno tena una idea para descubrir a War, las muecas, los osos y losotros chiches quisieron colaborar pero solo el viejo gato de pelucheamarillo le dijo lo que poda haber pasado.

    - Lucrecia, yo vi llegar a War muy agitado y golpeado en estos das y

    creo que s porque.- Por qu? - pregunt la nena.- Los gatos somos muy paseanderos, nos gusta visitar los techos de las

    casas del barrio, los jardines y maullar de noche para cortejar a las gatitasbonitas. Pero a veces nos metemos en los.Lucrecia al or atentamente lo que dijo su peluche, se decidi a investigaren que andaba War. Fue a la habitacin de su mam y sac un cofre llenode cosas tiles que guardaba para momentos especiales. Como encontrarel cascabel era algo muy especial comenz a sacar: sogas, tizas, guantes,pegamento, clavos y tambin llaves, velas, un reloj y una calculadora.

    Hasta que al fin encontr algo interesante: la crema para volverseinvisible que le dieron en la juguetera del barrio. Nunca la haba usadopero este era el momento para hacerlo. En un minuto Lucrecia se habapasado la crema desde el pelo hasta la punta de sus zapatillas rojas.Muy segura se escondi y esper que su gato saliera a dar una vueltacomo todas las tardes y lo sigui.War siempre corra y se escapaba cuando la vea fuera de la casa peroesta vez pareca no verla ni orla. Iba apurado por la vereda y no parecani acordarse del cascabel que mam le haba puesto en el collar. Derepente Pruch! El gato dio un salto y cay parado sobre el muro de una

    pequea casa llena de flores y enredaderas. Lucrecia estaba muy cerca,pero tal vez gracias a la crema para volverse invisible, l no la vea ycaminaba sobre el muro contorneando su cuerpo, de ac para all conmucha elegancia dando de vez en cuando unos largos maullidos estirandosu cuello.Todo pareca ms o menos normal hasta que no s de dnde aparecieronjunto a el gato muchos otros gatos, mas grandes y sucios que War. Fuehorrible; ellos le daban manotazos con sus uas afiladas y lo queran tirar

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    del muro, Lucrecia ya no poda aguantar ms, cerr los ojos y dese conmuchas ganas que los gatos callejeros no daaran a su War y como porarte de magia Plufff! Todos huyeron rpidamente.Menos War que segua all cansado pero firme como un prncipe,entonces la nena se acerc y pudo ver que de la casa sala una abuela con

    una mantilla rosa que le cubra la espalda y entre sus brazos traa unahermosa gata siamesa, blanca y coqueta.Lucrecia qued maravillada y ms todava cuando vio que la gata tenacolgado de su collar el cascabel de War.En ese instante, la nia haba descubierto el misterio, lo que pasaba eraque su gato se haba enamorado y como buen enamorado tena queregalar algo a su amada, l le regal su cascabel.Lucrecia volvi a su casa contenta, se dio un buen bao porque tenamiedo de que despus de tanta aventura su mam no le sirviera la cena.

    [email protected]

    Segundo premio en el concurso Cuentos para Lucrecia de la revistavirtual El Mangrullo

    Nac en el ao 1971, en Buenos Aires Argentina. Soy mam decuatro hijos. Soy diseadora web y grfica. He creado el sitio webLemeun Cuento, dedicado a la Promocin de la lectura y la literatura infantil yjuvenil en el ao 2000, por l recib el Premio Pregonero 2011 en la Feriadel Libro Infantil de Bs.As. Cuento con el apoyo de escritores, padres,docentes y lectores de todas las edades. Hace poco comenc a publicarmis obras, Fresilinda y el jardn mgico, en Puerto Rico. Tambin lo hiceen Argentina en CD y en formato e-book. El misterio del cascabel se

    public en la Revista Literaria El Mangrullo. En la Antologa A lahora de la siesta Magia y Rebelda, he publicado poemas. Colaboro conla AALIJ, como Coordinadora de Prensa. Amo escribir para el pblicoinfantil.

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    A orillas del Ro Duendario, se levanta una ciudad como un racimo

    de uvas de cemento. Una ciudad con abanico de barrios, rompecabezasde calles, cinturn verde de rboles.La vida all, durante la semana, se parece a un enjambre en torno a lafbrica de reconocimiento mundial. El humo de sus chimeneasdiariamente le escribe mensajes al pueblo de los pjaros, mientras elbullicio de los recreos le pinta una sonrisa de cal a los tapiales.La ciudad gira en continuo movimiento, hasta que el fin de semana, invitaa descansar a orillas de su ro. Las horas hacen equilibrio en elpentagrama de los domingos.

    En esa tranquilidad y disfrutando de las pequeas grandes cosas, pasanlos das.Pero siempre hay un pero... Esa maana la radio interrumpi la msicay dio la noticia: "ltimo momento... en la fbrica SUELTANOR S.A. seencuentra alojada una MAXIMANCHA, desconocindose su procedenciae intenciones.Fue como si una piedra hubiera roto la paz y saltaran astillas de vidrio portodos lados.El locutor sigui hablando, pero ya nadie lo escuchaba. La gentecomentaba y no haba rincn al que no llegaran comentarios exagerados,

    inventados, cambiados.-Ser txica?, beneficiosa?, mortal?... En fin...la MAXIMANCHAestaba instalada en la fbrica como un len con su melena de sombras,agazapada, esperando el momento oportuno para dar el zarpazo.La maana se oscureci como si la noche hubiera tendido su cama en elcielo. El gallo de la veleta gir sin norte ni sur. Junto a laMAXIMANCHA marchaba un cortejo de silencios y de miedos.Los que la vieron estaban muy asustados. Algunos dijeron que habatratado de asfixiarlos. Otros, que tena colmillos negros y garras. Cadauno daba su versin.

    El Sr Intendente junto a Defensa Civil, cit a la poblacin para unareunin en el Club Sportivo a las 21. All estuvieron todos .Opinaban,hablaban, inventaban, hasta que el Dr. Tirabajo dijo:

    -Yo exijo que se demuela o se cierre la fbrica, ya bastante nosmolesta con sus ruidos, humos y ahora suma la presencia de estaMaximancha.

    -Pero Ud. est loco... grit enojado Juancito Laborante. Si

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    desaparece la fbrica dnde vamos a trabajar?, la ciudad morira de apoco.

    -Peor es que debamos morir nosotros como moscas!, dijo doaTremebunda Malaonda

    - Lo que sucede, dijo un ecologista, es que la ciudad creci y la

    fbrica qued dentro de los barrios y eso no es correcto. Nadie seescuchaba. Hasta que el cura se subi a una silla y pidiorden. Milagrosamente la gente call.La Maximancha se haba asomado por la ventana, luego desapareci... elsilencio era mortal.El ingeniero Inventutti aprovech para pedir calma y atencin. Luego dealgunas explicaciones tcnicas buscaron entre todos posibles soluciones.Ideas por aqu, planes por all. La poblacin entera iba a colaborar.Esa noche casi nadie durmi. Tenan que tener bien claros los detallespara no fallar. Por la maana lleg el pueblo entero a la fbrica

    SUELTANOR S.A. Llevaban palas, patines, patinetas, termos, mates,tortas, plantas, plantines, floresAnte una orden, los hombres comenzaron a cavar una zanja alrededor dela fbrica. Cuando estuvo concluida, levantaron juntos y a la vez, elextremo sur de la fbrica y los chicos colocaron debajo las patinetas.Luego fueron a la parte norte (el frente) y haciendo el mismo trabajo,pusieron los patines. Despus con fuerza y muchsimo cuidado, el pueblounido empuj para trasladar la fbrica de lugar.La acomodaron a un costado del ltimo barrio en medio de una verdeplantacin.

    En su lugar, los abuelos de inmediato, armaron una plaza con losplantines y las flores.Una misin ya estaba cumplida. Las mujeres cebaron mate con torta.Ahora faltaba cazar a la Maximancha.Para esto el ingeniero Inventutti prepar dos enormes espejos circularespegoteados con miel que deban ser colocados en la boca de las doschimeneas de la fbrica. Aqu colaboraron los alpinistas que subieroncomo gatos. Apenas la Maximancha se vio reflejada pens que al fintena alguien como ella para conversar .Cuando se acerc, qued pegadaen la miel. La dulce trampa fue un xito. De este modo pudieron

    acercarse y escuchar qu tena para decirles.Se trataba de una nube pequea sin familia, no una Maximancha. Sehaba perdido y entrado a la fbrica sin saber bien dnde estaba, niimaginando lo que causara. Como la chimenea estaba sucia su blancurase tizn con holln. Por eso al salir manchaba y asustaba. No era mala nicontaminaba. Lo nico que buscaba era compaa. Se senta muy sola.Mientras hablaba se le humedecan los ojos.Su historia desconcert a todos. Borr la preocupacin y agreg un

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    habitante ms al lugar.Desde entonces, la ciudad a orillas del Ro Duendario tiene nube propia.Limpia los vidrios claros de la maana, nubla calles y barrios a pedido,tambin llueve a domicilio.Cuando est cansada, se pliega y duerme adentro de este cuento.

    [email protected]

    Soy argentina y vivo en las sierras de Crdoba, tengo cuatro nietas.

    Nac un 1 de septiembre, mes de la primavera en mi pas, ser por esoque siento en mi cabeza un revoltijo de trinos y en lugar de flores, menacen historias? Las escribo y algunas se convierten en libros. Hoy medicen seora Cuentacuentos porque voy feliz sembrando y cosechandopalabras por todas partes, lugares inslitos habitados por personas quedisfrutan de estos relatos.

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    Germn es un mentiroso, pero es mi amigo. Ayer por la maanatenamos que hacer un control de lengua a primera hora. Antes deempezar, don Marcelo nos dej repasar los cuatro temas durante diezminutos. Luego, cuando estbamos en el primer aviso para guardar loslibros, apareci Germn por la puerta, recin cado de la cama. Todavallevaba las arrugas de la almohada marcadas en su cara. Cuando Germnllega tarde a clase, don Marcelo, el profe de lengua, no quiere ni orlehablar.

    Puntualidad, Germn. Puntualidad y diligencia, dos virtudesque se aprenden en la infancia nuestro profe suele hablar as, un pocoraro. Sobre todo antes de los controles. Pero no es mala persona, slo unpoco calvo.

    Hoy no ha sido culpa ma, don Marcelo. Me han entretenido se excus Germn.

    Ah, ya! Supongo que ha vuelto a escaparse la familia dejirafas que tenis en el cuarto de bao. No importa. Sintate le ordenel profe que ya empezaba a ponerse nervioso.

    Todos, incluso Noem, nos quedamos quietos, esperando que

    Germn empezara con alguna de sus historias. No poda fallar. Germndud unos instantes, y al fin dijo:

    No, don Marcelo, nada de jirafas. Eran japoneses.

    El primero fue Gustavo, pero luego todos nos echamos a rer. Elprofe arrug la nariz, se quit las gafas, las puso muy despacio sobre lamesa, y se pas la mano por la calva, yo creo que para hacer tiempo y noponerse a gritar.

    Mira, Germn, no empecemos. Llegar tarde es una falta grave,pero el cachondeo, s, cachondeo repiti alzando la voz, no lo puedo

    consentir.Y lo ms curioso es que Germn pona cara de pena, como si se le

    acabara de morir su perro. Aunque el resto de la clase no par de rer, yodej de hacerlo, porque Germn es mi amigo, y saba que iba a tenerproblemas.

    Eran espas japoneses con cmaras de fotos en miniatura, y yoles he seguido por la calle antes de ir a la polica, porque estaban...

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    Aunque don Marcelo se puso rojo, eso fue slo el principio,porque luego su cara empez a tomar un color azul grisceo, para llegarfinalmente al verde pimiento. Al profe no le llegaba la voz a la garganta.Trat de hablar, o de gritar, pero slo consigui tartamudear y mover losbrazos en el aire, como si fuera un enorme pjaro de cien kilos a punto de

    echar a volar.Ayer Germn estaba inspirado. Seguro que no se haba preparado

    el control, y quera conseguir que se aplazara. Aprovechando que donMarcelo no poda decir ni po, tom carrerilla y dijo todo lo que se leocurri.

    Y como se me estaba haciendo tarde y no quera perderme laprimera hora, le he pedido ayuda a mis abuelos, Metralleta y Patapalo continu, ponindose de puntillas.

    Germn estaba muy nervioso. Daba pequeos saltitos sin moverse

    del sitio, pero yo saba que estaba decidido a contar toda la historia,pasase lo que pasase.

    Meee... Meetralleee... ta y Paa... Patapaaa... nuestro profe nopoda siquiera terminar las palabras. El sudor le caa desde la frente haciala barbilla.

    Gustavo, que es un pelota, sali de la clase con un vaso deplstico para llenarlo de agua y revivir a don Marcelo, pero cuandoentraba por la puerta, de regreso del servicio, Noem le puso la zancadilla,y el vaso de agua nos reg a todos los de la primera fila. El profe seguabatiendo alas delante de la pizarra.

    No es que mis abuelos se llamen as, no crea, pero as es comolos conocen sus amigos. Metralleta, la abuela, se dedicaba a atracarbancos. Esconda el arma en la bolsa de hacer punto, aunque ella dice queno era ninguna metralleta, sino agujas del siete y ovillos de lana.

    Yo ya me conoca la historia, porque Germn me la haba contadomuchas veces, as que me dediqu a terminar los ejercicios de ingls,porque la seoritaHow-do-you-do haba dicho que los iba a recoger ayer,y lo malo de How-do-you-do es que cuando dice que va a hacer algo, lohace.

    Pero mi abuelo, Patapalo, la convenci, y ya no atraca bancos.Mi abuelo es genial. Durante toda su vida trabaj de pirata. Se qued cojoy tuerto hace ya muchsimos aos, y deca que no lo contrataban enningn sitio.

    Piii... piraaa... tartamude el profe torciendo la boca de unaforma muy rara. Sacuda las manos y se las estrujaba como si fueran dosesponjas llenas de agua.

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    Mi amigo Germn no tiene mala uva ni es desobediente, perocuando empieza ya no puede parar. El muy tonto segua tratando deconvencer a don Marcelo. Mir mi reloj: haba pasado ms de la mitad dela clase.

    Mi padre, cuando yo era ms pequeo, me dijo que la cojera del

    abuelo era de mentira, que lo que tena era mucho cuento y ganas decalentarnos a todos la cabeza.

    Ahora el que sudaba era Germn. Le temblaba la voz, y mirabaunas veces al profe y otras a nosotros, como pidiendo ayuda.

    Germn, cllate de una vez y sintate en tu sitio logr deciral fin don Marcelo en un susurro que slo pudimos or los de la primerafila. Pero ya no haba nada que hacer.

    Supongo que me dijo eso para que yo no tratara de imitarlo,porque no habra sido un buen ejemplo para m, pero un da mi abuelo...

    Sara y Arturo, que son los mayores y los ms fuertes de la clase,fueron corriendo hasta la pizarra y sujetaron al profe, que haba empezadoa dar vueltas como una peonza antes de caer al suelo. Lo arrastraron hastasu mesa y lo sentaron en la silla. Luego volvieron a sus pupitres ycontinuaron con los ejercicios de ingls, como yo. La hora de clase estabaa punto de terminar y Germn segua hablando.

    ...Patapalo me cont la verdad. Incluso me ense la banderanegra con la calavera que guardaba en el fondo de un bal, y me dijo quesu barco se llamaba El fantasma holands.

    Ninguno de nosotros escuch la sirena que anunciaba el cambiode hora. Ni don Marcelo, que tena la cabeza hundida entre los brazoscruzados encima de su mesa, ni Germn, que haba contado la aventurams extraa de los ltimos meses, as que la entrada de How-do-you-docasi nos pill por sorpresa.

    Vamos, vamos, don Marcelo, que ya pas todo. No se ponga as,que todos podemos tener un mal da. Lo esperan los chicos de 5 B decaHow-do-you-do tirando del brazo de nuestro profe para levantarlode su silla y conseguir que abandonara el aula.

    Despus de ingls, durante el recreo, todos pudimos escuchar lasrisas que salan de la Sala de Profesores. Don Marcelo, con un ataque dehipo, peda la expulsin de Germn. Lo ms seguro es que lo castiguensin recreo durante las prximas dos semanas, y sus padres tengan quevenir a hablar con el Faquir, el jefe de estudios, pero eso es todo. Elexamen de lengua no se har hasta el viernes.

    Por la tarde, al terminar las clases, vino el abuelo de Germn arecogerlo a la salida del colegio. Tenan que ir al dentista, creo. Yo ya he

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    estado varias veces en casa de Germn, as que no me sorprendi, peroNoem, Arturo, Sara, Gustavo, y hasta el Faquir, How-do-you-do y donMarcelo se quedaron con la boca abierta al ver aparecer al abuelo deGermn con un parche en el ojo, arrastrando una pierna y un pauelorojo en la cabeza. Slo le faltaba el loro de colores en el hombro y un

    garfio al final del brazo. Patapalo! exclamaron todos al verlo avanzar tambaleante

    por el patio.

    En marcha, rufin le grit a mi amigo con una voz quepareca un trueno.

    Germn mostr una clara sonrisa de triunfo. Agarr a su abuelo dela mano y desaparecieron calle abajo.

    Y no digo nada ms, que luego dicen que soy yo el que cuentacuentos. Cada cual que piense lo que quiera. Adems, aunque Germn sea

    un mentiroso, va a seguir siendo mi amigo, as que me da lo mismo.

    [email protected]

    www.enriquepaez.com

    Un barco cargado de cuentos, Editorial SM, Serie Naranja, Madrid,1996.

    Soy licenciado en Literatura Hispnica por la UniversidadComplutense de Madrid, tengo publicados ms de 30 libros entre novelas,ensayos, libros de texto y antologas, y he sido traducido a diezidiomas. En 1991 gan el Premio Lazarillo de Creacin Literariaotorgado por el Ministerio de Cultura de Espaa por mi primera novelaDevulveme el anillo, pelo cepillo,Editada por Bruo. Despus llegaronAbdel (SM), Un secuestro de pelcula (SM), La Olimpiada de losanimales (Panamericana), Eu me chamo Suzana, e vo? (Aletria),Cuatro muertes para Lidia (Bruo), y muchas ms. Doy clases en Madridy Nueva York, y colaboro con el Instituto Cervantes. Fund y dirig elTaller de Escritura de Madrid de 1993 a 2008. El ensayo Escribir:Manual de tcnicas narrativas, (Ed. SM y Crculo de Lectores), es un

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    referente en los tratados de creacin literaria. Actualmente coordino laRed Internacional de Cuentacuentos www.cuentacuentos.eu , dirijo elTaller de Escritura www.tallerdeescritura.com , y me dedico a escribirsiempre que puedo.

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    Coma galletitas, s. Se las tiraba el pblico.Y mucha fruta fresca, s. La traa el cuidador.Trepaba a lo ms alto, s. Tena cuatro manos.Se columpiaba fcil, s. Colgado de la cola.Lo mojaba la lluvia? No, la jaula tena techo.Poda andar a su gusto? No, la jaula tena rejas.Un da enganch de la camisa al cuidador. Y le sac el llavero.Saba usar la llave, s. Lo haba visto usarla.Se escap de la jaula, s. Encerr al cuidador.

    El cuidador coma galletitas, s. Se las tiraba el pblico.Y fruta fresca, s. Se la alcanzaba el mono.Trepaba a lo ms alto? No, slo tena dos manos.Se columpiaba fcil? No, le faltaba una cola.Vio que vena el dueo del zoolgico. S, corriendo al mono.El mono abri la reja, s. Y escap el cuidador.El mono entr a la jaula, s. Con la llave en la mano.El dueo del zoolgico entr detrs. A sacarle la llave.El mono sali pronto, s s s. Dej encerrado al dueo.Qued ah muy tranquilo? No! Gritaba fuerte.

    El mono se escap de rama en rama, s. El cuidador, corriendo.

    [email protected]

    En la punta de la lengua. Cuentos cortos y cortitos. Ed. Sudamericana.Bs.As. .2012

    Nac en Buenos Aires en 1950, es decir, en el milenio pasado.Un da, para blanquear mi edad, dej de teirse. No haca falta pintarse elpelo para seguir haciendo lo que me gustaba: nadar, andar en bicicleta,jugar, leer, cantar, rer y escribir lo que salga.

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    Los chicos son personas con las que me entiendo bien, as que les dedicotiempo: de conversacin, de juego, de lectura, de escritura y de juegootra vez. Tal vez por eso vengo jugando a la maestra desde que era unanena.Como a todo el mundo, hay cosas que no me gusta hacer, por ejemplo

    cocinar platos complicados ni tampoco sencillos, pero s prepararcuentos hasta encontrarles el punto (ni crudos ni recocidos). Entre losltimos libros que jugu estn Los viejitos de la casa, Llaves, Haiku, Elcazador de incendios, Dale?, Manos brujas, En la punta de la lengua,Baldanders, Maqueta y muchos ms.Pienso que escribir es como cantar y bailar: las palabras se acomodan yhacen msica. Es una msica que a veces cuenta, a veces canta, y a vecescuenta y canta al mismo tiempo.

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    La brujita Chimichanga, cogi en un cazo un poco de agua caliente

    del caldero que haba en el fuego, para hacerse un t de ala de mosca. Enese momento, apareci una nube negra con lunares blancos que envolvitoda la casa. No se vea nada. Encendi su varita mgica y se quedsorprendida de lo que estaba pasando. Todos los cacharros de la cocina,incluido el caldero de cocer pcimas, estaban volando y queran atraparla,hasta la tacita de t de mosca prob carsele encima y quemarla.

    Menos mal que ella era una bruja diurna y tena grandes poderes,logr que el agua se quedara paralizada en el aire.Oy unas carcajadas horripilantes, y encima de la lumbre asom un lunar

    blanco con la cara llena de verrugas de la bruja nocturna Picaflor.JA, JE, JO, tu tiempo se est acabando, y volvers al valle de lastinieblas, Chimichanga. Se acab eso de divertir a los nios.

    Nuestra brujita, se acerc a la repisa de la chimenea, iluminndosecon su vara, cogi uas de dragn rojo y aire pestilente de Trolls, lo echorpidamente al fuego. Una gran llama ascendi por la chimenea y cayeronunas cuanta verrugas y una peluca que ardieron con rapidez. Se oa unlamento, que ms que lamento era como un relinchar de caballo.

    La nube desapareci y todos los elementos de la cocina volvieron asus respectivos lugares, incluso el t de ala de mosca a la taza de

    porcelana de la bruja.Chimichanga sali al jardn, mir hacia arriba, y en el tejado de la

    chimenea haba una nueva veleta, un lunar blanco que no paraba de darvueltas y ms vueltas.

    La bruja sonri y volvi a meterse en su casa.

    [email protected]

    Soy escritora, ilustradora y cuentacuentos. He realizado muchoscursos destinados a mi formacin profesional, publiqu en la Revista

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    virtual de Imaginaria: El Ciempis Bailarn, El Secuestro de los tresReyes Magos.Cuentos Gamberros, varios autores Lijeros. Editados por:Dohodn Ediciones. Tirindol Medioconejo: con ilustraciones propias,editado por Booklane Editions y Alas de Acero, Booklane. BiligualEdition. Tengo placer de ser una cuentacuentos y me doy a conocer

    como la abuela ngela, por lo menos en este foro.

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    Abracadabra! Abracadabra!, que colorada se vuelva lacabra murmur Leandra ABRACADABRA! ABRACADABRA! grit, pero el animalitovolteo, movi juguetn la cola y dando un salto se perdi entre lossembrados de papa.Soy un fracaso, no entiendo, he repetido esta palabra tan difcil y no helogrado que se vuelva colorada, ni siquiera un poco rosada, qu le voy adecir a mi pap?, no sirvo para los hechizos, era mi tarea para hoy.Efectivamente, era la nica hija del ms grande hechicero de la Villa deMatucana. Acababa de cumplir los nueve aos y ya deba seguir los pasos

    de sus padres. Porque la madre tambin era una afamada zahor.Es tan bonita toda negra y con motas blancas, por qu tendra yo quecambiarle el color?La pequea muy preocupada lleg a su casa y esper lo peor.Hijita, cmo estuvo la tarea?Mal, muy mal papi. Dije las palabras pero la cabra sigui tan negra ysus manchas tan blancas como al comienzo.El viejo hechicero mene la cabeza y con gran dulzura le dijo:Es que no has puesto toda tu fuerza, tu empeo, qu palabra fue?Abracadabra.

    Quiz podramos probar con birlibirloqueo o mejor an abraxaj. stasno fallan. Ay, qu palabras! Qu palabras!, realmente sera una gran bruja sipudiera pronunciarlas pens la nia. Da tras da trat de repetirlashasta que el domingo ya pudo decirlas con soltura:Birlibirloqueo, birlibirloqueo. Abraxaj, abraxaj. Ahora, solo me faltaencontrar a la cabra.La busc en los sembrados de papa, nada. En los durazneros, tampoco,pareca que se la haba tragado la tierra. Hasta que al fin la divis entrelas alfalfas.

    Te encontr! Te encontr! Ahora no te escapars de mi gran poder.Pero nia, por qu me persigues?Leandra no entenda nada. Una cabra le hablaba.

    Porque eres mi tarea respondi asombrada.Tu tarea? S, con un pase de mis manos y pronunciando las palabras mgicassers una cabra colorada.

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    Qu?, eso es imposible No es cierto!Abracadabra! Abracadabra! Qu muy colorada se vuelva esta cabra!grit y el animal sigui tan negro y tan moteada como antes. Entoncescerrando los ojos muy fuertemente grit an ms:Birlibirloqueo! Birlibirloqueo! , que al fin se cumpla mi deseo y en

    aquel campo de alfalfa todo qued igual.Ya desesperada y a punto de llorar gimi:Abraxaj, abraxaj que de rojo se pinte la cabra.Y como era de esperarse en este valle del Seor, la pequea cabra nocambi de color. Leandra rompi a llorar y tanto llor y llor que a lacabra se le quebr el corazn.Mira pequea brujita, no tengo problemas en cambiar de color si eso tehace feliz. Acompame.Qu, t tambin eres bruja?Para nada, solo que no me gusta ver llorar a nadie. Si quieres que me

    vuelva colorada, colorada ser.La nia trat de seguir a la cabra pero pronto se le perdi entre la maleza.Esper y esper y cuando ya se marchaba, un fuerte sacudn movi losarbustos cercanos.Abrindose paso gilmente apareci la cabrita todacolorada,pero toooda colorada. No puede ser! No puede ser!, entonces, de verdad ya soy unaBRUJA!Leandra corri a su casa y a gritos cont la historia a sus padres. Elhechicero la tom en sus brazos y la tir al aire como siempre haca

    cuando estaba alegre.sta es mi hija! sta es mi hija! repeta. La madre slo atin a decir:Ests segura que fue tu hechizo?S! S!

    Aquella noche pasada la alegra, Leandra fue a su cama pero nopudo dormir. Cerr los ojos, cont ovejitas, ni pizca de sueo. Contsapos, tampoco, entonces cont cabras y le fue peor porque all estaba suamiga, toda colorada siendo la burla de las dems cabras. Cada vez quecerraba los ojos, ah estaba, otra vez el animal rojo, llorando yavergonzado.

    Leandra!, duerme ya- le pidi su madre.Mami, no puedo. Cada vez que cierro los ojos aparece ella.Quin? La cabrita coloraday las otras que se burlan de ella la niarompi a llorar y le cont la verdad de lo sucedido. Bueno, maana la buscas y le quitas el hechizo, cunto estarsufriendo! Nunca se ha visto una cabra roja.Pero fue la tarea que me dio pap

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    S, ya lo s. Pero sin hacer sufrir a otros, aunque te lo ordenen.Leandra, no durmi, trat de repetir toda la noche las palabras mgicas alrevs para deshacer el embrujo, como le haba enseado su padre.Bradacabra, bradacabra. Oquelobirlibir, Xajbraa, xajbraa, xajbraa aldespertar la maana ya casi las deca perfectamente y arrepentida pero

    dudosa se deca:A lo mejor de verdad ha sido mi hechizo.Muy temprano fue a buscar la cabra y la encontr cerca al ro. Coma lapobre, tristemente resignada las hierbas del camino mientras, gruesaslgrimas le brotaban de los ojos.Perdname, te volver toda negra y tendrs tus motas tan blancas comoesas nubes. Todo, todo estar como antes. Bradacabra, bradacabra!Oquelobirlibir! Xajbraa, xajbraa, xajbraa! grit ansiosa.Qu te pasa nia?, has perdido el juicio?Pero ests coloradota y llorando, todo por mi culpa.

    Claro, por supuesto que estoy llorando, pero no por tu culpa, es elairampo me ha cado tambin en los ojos y desde entonces no hacen msque lagrimear. As que iba camino a baarme.Mira, estas hierbas estn tan verdes y frescas. Hum! Hum!, tena queprobarlas!Ests segura? pregunt incrdula. Hay brujita, cmo crees que me he puesto toda colorada? Clmate,ahora me meto al agua y vers que saldr como nueva.Y meneando su cola entr a las aguas de aquel manso riachuelo quepronto se ti de un intenso y hermoso color carmn.

    [email protected]: m. Planta tintrea del Per, parecida al capto, cuya semilla daun hermoso color carmn, con el que se colorean los helados.

    Soy mdica-cirujana y pediatra con mencin en Nutricin eInvestigacin del Instituto de Investigacin Nutricional de Lima. Dirijoprogramas de Investigacin en la ONGD Proyecto Vida. Me heformado en literatura infantil, soy miembro de APLIJ: Asociacin

  • 8/22/2019 Dejame Contar Cuentos Antologia

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    Peruana de Literatura Infantil y Juvenil y del circulo literario CrearCreando. Mam y abuela de cinco nietas. Entre mis publicaciones puedocitar a Kusiwualpa y el camino de los espejos,Incienso y retama:crnica de una despedida y una coleccin Chiquititos de cuentos parachicos de 2 a 5 aos, en coautora, entre muchas otras. Recib distinciones

    y reconocimientos por mi trabajo en la LIJ.

    sDiseo y Edicin Grfica realizado porMara Fernanda Macimiani,integrante del Foro de Cuento Infantil Seva, creadora de Leme un

    Cuento: [email protected]

    Espero que este proyecto llegue a muchos lectores y deje en ellos unasemilla de amor y fantasa, ingredientes esenciales para disfrutar de lavida como lo que es, un cuento que cada uno va escribiendo da a da