Había una vez un canguro que iba saltando, en ese momento dio un brinco y cayó encima de un elefante. El elefante se sacudió y lo tiró a un río, el canguro cayó y dijo: ¡socorro! ¡socorro!

El elefante no sabía de donde venían esos gritos, de pronto miró hacia el río y lo vio que estaba ahogándose.

Ahí el elefante corrió a salvarlo con su larga trompa y lo sacó del río.

Cuando el elefante lo sacó, el canguro reaccionó y le contó al elefante como había pasado todo. De ahí se fueron para el hogar del elefante y desde ese momento fueron amigos.

Al día siguiente salieron a dar un paseo por el bosque y de pronto fueron rodeados por unos animales demasiado malos. El canguro dijo: “tenemos que ser valientes para enfrentarlos”, hablaron entre ellos y arreglaron el problema, después siguieron su camino y llegaron a un lugar donde habían muchos animales.

Ellos pensaban que los animales que vieron los iban a atacar y salieron y se fueron para la casa. Cuando llegaron todo estaba desordenado y el elefante preguntó: ¿qué pasó aquí?, el canguro temblaba de miedo y el elefante le dijo: “quédate tranquilo que no va a pasar nada” , los dos salieron a buscar quien había hecho eso, pero les habían colocado una trampa y ellos cayeron a un hueco. En ese momento el canguro saltó lo más alto y salió, consiguió un laso y se lo tiró al elefante para que subiera.

En ese instante secuestraron al canguro, el elefante lo llamaba pero el canguro no respondía. El canguro se defendió, se escapó y le dijo al elefante que buscaran un refugio para esconderse.

Al día siguiente todo fue una maravilla porque los dos amigos encontraron la pareja ideal y formaron una nueva familia, hicieron una casa en la montaña, tuvieron muchos hijos y formaron un hogar como ningún otro. Cuando salían a pasear, todo animal que los veía les decía: ¡que bonita familia señor canguro cuídela mucho y a usted también señor elefante!.

La mañana siguiente se arreglaron y con sus hijos fueron al parque de diversiones y cuando estaban jugando en el gusano había un niño que se iba a caer y el canguro saltó y lo salvó. Luego se fueron para la casa y desde allí vivieron felices para siempre.

El domingo siguiente hubo dos ceremonias con torta y mucho más. Ese día salieron a bailar todos, a las novias las sacaron a bailar dos rinocerontes que eran muy extraños y los dos novios se pusieron furiosos porque no les gustaba que bailaran con extraños y por eso se fueron para la casa.

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