salimos a caminar

Buenos Aires

Manuela Monterubianesi - Veronica FrancoMartín Villegas

Sobre este libro

En este libro hemos decidido mostrar desde nuestra visión como habitantes de esta ciudad, algunas imágenes que pensamos que son representativas de tres as-pectos distintos con los que convivimos día a día. Por un lado, tenemos el haci-namiento que es común en cualquier metrópolis de gran tamaño, como lo es nuestra ciudad de Buenos Aires. Por otro lado llevamos la escala hacia algo mas puntual: Retratar una de las calles mas importantes de la ciudad, Lavalle. Final-mente decidimos retratar las caras de la ciudad, no sus habitantes sino sus comercios, yuxtaponiendo distintos estilos, edades y clases.

Calle LavalleLavalle es una concurrida calle, que es peatonal desde Avenida Leandro N. Alem hasta Carlos Pelllegrini, y se inicia en la llamada zona centro de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su actual nombre le fue dado en 1878, en honor de Juan Galo de Lavalle.

Conocida durante todo el siglo XX como “la calle de los cines”, desde los años '90 ha sufrido una progresiva decadencia.

Recorre los barrios de San Nicolás, Balvanera y Alma-gro con dirección este-oeste. Se caracterizó por su gran cantidad de salas de cine, de los cuales hoy quedan unos pocos. Comenzó a tener un tramo peatonal en 1978. Corre paralelamente a la Avenida Corrientes, teniendo a 100 m numerosas estaciones de la Línea B de subterrá-neos. También tiene un gran número de negocios de ar-

tesanías y recuerdos, ideal para el turista.

Comercios (clasico y moderno)

Las cafeterias de Buenos Aires forman parte de la cultura de esta ciudad. El porteño es asiduo de las cafeterias donde se reune para hablar, estudiar, ne-

gociar o solamente pasar un buen rato.

El hacinamiento de la ciudad

La saturación urbana se traduce en el hacinamiento de la po-blación en una reducida superficie, lo que resulta perjudicial para la salud física y psíquica de los individuos. La falta de es-pacio urbano conduce peligrosamente al sacrificio de las áreas verdes, necesarias para la vida (proporcionan oxígeno) y a la concentración de habitantes en reducidas viviendas, con la con-siguiente pérdida de privacidad. Todo esto hace que la calidad

de vida al interior de las ciudades se deteriore y sea fuente de numerosos conflictos.