en 1919 por vez primera la procesion de la virgen

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Santa Cruz de ayer y hoy", 1989/07/16

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DÍA Ifa Prevea del domingoc^ w *•*

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H OY, día de la Virgen ma-rinera, cantan y encantanlas empavesadas que,

multicolores y restallantes alviento de la mar alta y libre, vue-lan de tope a tope de los palos.

Hoy, día mariano y marinero,los hombres de la mar celebranla festividad de la Virgen delCarmen. Unos lo harán entre dosazules —cielo y mar por todohorizonte-— vigilando albas, cru-zar de nubes y barrenar de estre-llas en la fiesta alta de los cie-los. Son los que dan guardia alpropio rumbo y al horizonte so-bre la lámina azul —constan-temente variable y perpetua en sujuventud de eternidades— mien-tras, en el corazón del corazón,nacen evocaciones fecundas, delas que vienen envueltas en poe-sía viva.

En este día de la Virgen mari-nera, otros hombres de la mar seanimarán a, desde la cosía, des-granar las cuentas del rosario delos recuerdos. Son los que cum-plieron ampliamente y entera-mente con su vocación —con sudestino— y ahora todo lo mirancon sosiego y paz. Y es que yatienen paz divina, están de vueltade todos los caminos que, sinorillas ni linderos, cruzan los an-chos océanos; tras los años demar y mar, hoy están en el viviramable y en el querer perpetuode los suyos.

Hoy —cuando nos vuelve ynos envuelve el alma blanca yfresca de la infancia— el recuer-do para los que cruzan la mar,duro camino de tempestades ypeligros, en este día de la Virgenmarinera. Como siempre, Ellales guía —les guiará— tanto en-tre la noche de mil sombrascomo bajo la luz gastada de laniebla.

Santa Cruz de Tenerife, ciudadmarinera, celebró por vez prime-ra la procesión marítima de laVirgen del Carmen allá por 1919—hace justamente sesentaaños— fecha que bien señaló lavuelta a la normalidad portuariatras el bélico y terrible galoparde los jinetes de la guerra por tie-rras de Europa. Han pasado añosy décadas y, como entonces, Ellapaseará hoy sobre la pureza ri-zada de las olas de frescura, so-bre el agua quieta y a la sombrade los cerros de piedra. Lo haráentre el sonar y resonar de las si-renas, el canto alegre de las ban-deras, el de las campanas de latorre centenaria de la Concep-ción y las de los barcos—siempre fieles, firmas ymaduras— que mordieron el es-pacio y fueron sonido entre laniebla.

Hoy, una vez más claros atar-deceres de lejana infancia. Re-cuerdos de barcos y estampasmarineras que ya no son en lamar. Quillas en lastres y otrasque, hundidas hasta las marcas,esperaban hacerse a la mar cho-rreando humos y latiendo en susentrañas viejas alternativas tri-ples, lentas pero seguras, debuen rendimiento económico.

En el recuerdo, los veleros quetenían por sueño una victoria so-bre las olas que, blancos de ve-las abiertas, iban y venían por lamar con la limosna de la brisa enfoques, cangrejas, trinquetillas yescandalosas. Eran las goletas ybalandras —«Joven San Blas»,«Paula», «Felisa», «Joven Ma-ría Candelaria», «Santiago»,«Granadilla», etc.— que vivíanrezumando sal y sombra verdede las planchas de cobre mien-tras el viento y el sol cantabanen las lonas.

Ya lejos retumba la queja azulde la mar. Ya no embarca la Vir-gen del Carmen por la antigua ysiempre nueva marquesina, pero,en el espacio del Atlántico quese hizo puerto —verdadera puer-ta de la Isla— siempre tendráElla su ruta sobre la mar de laaurora, mar de plata, bajo las al-turas secas de la amplia cordille-ra de Anaga.

Hoy, como siempre, un salu-do blanco de gaviota para quiensiempre bien guía a los hombres

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En 1919, por vez primera laprocesión de la Virgen

del Carmen

Desde !a§ primeras horas de la mañana, las embarcaciones de los servicios portuarios —fondeadas entre la marquesina y la plazade Ruiz— se empavesaban y engalanaban

de la mar entre el trueno de losocéanos. Ellos sienten esos fue-gos interiores que les llevan ha-cia arriba, hacia Dios. Llevanpor la vida, como a los costadosde los barcos por la cinta azul einfinita de la mar, sus luces desituación; a babor, la roja les ha-bla quedamente de malos fuegosy, a estribor, la verde les da hon-das, profundas esperanzas; contales luces y con la grande —laque brilla a tope del mayor, comosi estuviera en sus frentes— ellossaben que podrán seguir segurosen el rumbo y la derrota por lasaguas turbulentas.

Hoy, festividad de la Virgendel Carmen, el puerto de SantaCruz de Tenerife —un regalo decolor azul, un azul palpitante debarcos y banderas— canta conlas empavesadas. Hoy, ráfagas deniñez, recuerdos de recuerdos,evocación de la paz casera y dor-mida —paz antigua— de la vie-ja y buena ciudad de Santa Cruz.Como siempre, olor a mar des-nuda, nieve blanca de la sal y,desde la centenaria farola—felizmente renacida— evoca-mos cuando, en años idos, lan-zaba sus puñaladas de luz marafuera.

Por los caminos de la mar, quecomo los caminos de Dios soninfinitos, nos llegaron alegrías yconsuelos, pero también tristezasy amarguras. Santa Cruz de Te-nerife —mariana y marinera—nació al filo de la ola, a la verade la mar, junto al viejo Atlánti-co que cortó como una espada laantigua proa.

Hoy, amarrada a la costa,como una clara nave, la ciudadrendirá homenaje a la Patrona delos hombres de la mar. Y lo harácuando el sol fallece —cuando elcielo todo parece que navega—y la cordillera de Anaga, tenaz-mente sola, se empapa de cre-púsculo.

Hoy, como desde hace pocosaños, el sincero recuerdo para elPadre Luis de Eguiraun, sepul-tado bajo tierra y oraciones en laantigua parroquia en que vivió ydesde la que tanto amó a la Isla,a todas las Canarias. Hoy, comosiempre, Ella resplandecerá conpromesas y, mientras buscamos

dentro del corazón nuestros re-cuerdos, comprendemos que,cada día, uno se va gastando enla vida, que nos ha crecido la an-gustia sin saberlo. Pero, si biensentimos —hondo, muy hondo—el río de los años, Ella, la Vir-gen que desde hace setenta añospasea por las domesticadas delpuerto de Santa Cruz, nos harásentir a todos una dulzura pro-funda en el corazón.

Pasada la cumbre de la vida—cuando vienen a herirnos la ni-ñez y la juventud— Ella nos trae-rá un poco de fe, una veta de es-peranza y un resquicio de cari-dad.

HACE 70 AÑOS

La procesión marítima de laVirgen del Carmen se organizópara, precisamente, darle graciaspor la vuelta de la paz al mun-do, por la vuelta de los barcosextranjeros al puerto de SantaCruz, que para ellos vivía y deellos vivía, al igual que la Islatoda.

Aquel 16 de julio de 1919 ama-neció con buena siembra de go-letas y balandras —los velerosdel «salpreso» y el «vivero»— ensu tradicional fondeadero situa-do entre la marquesina, la playade Ruiz, el muellito «del carbón»y el antiguo fuerte de San Pedro,ya convertido en cuartel del Gru-po de Ingenieros.

Fondeado frente a la playa deSan Antonio, el carguero holan-dés «Moerdijk» arrancaba para,poco después, continuar por lasplanchas el vertido a las gabarrasde la Eider Dempster del carbónque abarrotaba sus bodegas. Ha-bía llegado el día 23 —ya enlastre— fue despachado paraMontevideo y Buenos Aires.

De 2.845 toneladas y 87 me-tros de eslora, el «Moerdijk» erael antiguo «Nortcliffe» que, paraarmadores ingleses, fue botadoen 1905 en los astilleros de la J.Blumer and Co., en Sunderland.Era el clásico carguero de cascode cajas —enmarcado por bran-que recto y popa de espejo—que, con una alternativa triple ycalderas escocesas, daba 9 nudosde media. Tras unos años bajo

bandera holandesa, el «Moer-dijk» volvió a la inglesa cuando,adquirido por la naviera Ñón-hern Navigation Co. —filial dela G. Nisbet and Co., deGlasgow— fue rebautizado«Blairberg».

La primera escala de aquelhistórico 16 de julio de 1919 lallevó a cabo el vapor brasileño«Guanabara» que, al mando delcapitán Madeira, venía de Cor-cubión para hacer consumo, re-frescar la aguada y embarcar ví-veres frescos. Realizó tales ope-raciones —también hizo ajustesen la máquina— y, el día 18, viróanclas y fue despachado por Ha-milton y Compañía para Per-nambuco, hoy Recife.

De 1.278 toneladas y 63 me-tros de eslora, el «Guanabara»—de la naviera Lloyd Nacional,de Río de Janeiro— había naci-do a la mar en los astilleros ho-landeses de la L. Smit & Zoonen 1907. Resbaló por la grada conel nombre de «Antwerpen II»,el cual cambió posteriormentepor el de «Maréchal Deodoro»y, más tarde, por el que en estasaguas lució.

Ya en el tráfico costero en lascostas de su país, el «Guanaba-ra» fue adquirido por la Cia. Na-cional de Navegacao Costeira, deRío de Janeiro, que le dio nom-bre de «Itacava». Con el resto dela flota de la empresa —«Itabe-ra», «Itagila», «Itapuy», etc.—hizo las líneas regulares sudame-ricanas con otros veinticuatro va-pores a los que, luego, se unie-ron las motonaves «Itaguassu» e«Itaverava» y la goleta de trespalos y motor auxiliar «Itamar-ca», de 1.499 toneladas.

Cuando ya las embarcacionesdel puerto —las del «tren de lan-chas», remolcadores, aljibes flo-tantes y falúas de lasconsignatarias— comenzaban aengalanarse para celebrar la fes-tividad de la Virgen del Carmen,procedente de Las Palmas arri-bó el correillo «La Palma», dela Compañía de Vapores CorreosInterinsulares Canarios. Llegó almando del capitán Reina y, en suatraque habitual, realizó opera-ciones de descarga y carga hastaque, finalizada la procesión, si-

guió viaje a Santa Cruz de LaPama.

Otro correo —en esa ocasiónel «Reina Victoria», de laTrasmediterránea— llegó proce-dente de Cádiz con pasajeros,correspondencia y carga. Estabaal mando del capitán Salgado y,una vez terminó las faenas dedescarga, carboneo y carga, con-tinuó a Las Palmas y puerto deprocedencia.

Barco de larga historia, el«Reina Victoria» —con los«Delfín», «Atlante» y «Hespéri-des»— hizo la línea de Canariasbajo la contraseña de la navieraNavegación e Industria hasta quefue transferido a la Trasmedite-rránea.

De 1.247 toneladas de registrobruto y 75 metros de eslora, erabarco rápido y con buena aco-modación para pasajeros. Habíasido botado en 1907 en los céle-bres astilleros de la Swan, Hun-ter and Wigham Richardson, enNewcastle, y era de fina y ele-gante estampa marinera, con pa-los y chimenea en candela y elpuente barnizado de color caoba.

En 1931, el «Reina Victoria»fue rebautizado «Ciudad de Me-lilla» y, en los años 50, bajó aCanarias como correillo interin-sular. Aquí puso el mismo sonarde sirena y aletear de la empa-vesada hasta que, vencido por losaños —que no por la mar— en1959 fue desguazado.

La siguiente escala fiíe la delvapor inglés «Oakmere»—capitán Caley— que, con car-ga general en tránsito, arriboprocedente de Bathurst. Hizocarbón en fondeo —también re-frescó la aguada-- yf al anoche-cer, fue despachado por CoryHermanos para Liverpool.

DE 1.111 toneladas y 80 metrosde eslora, el «Oakraere» habíanacido a la mar en los astillerosalemanes de la Bremer Vulkan,de Vegesack, en los cuales habíasido botado en 1905. Se llamabaentonces «Anatolia» y largabacolores alemanes pero, más tar-de, fue rebautizado «Poltolia» y,en 1919, cedido, en concepto dereparaciones de guerra, al Ship-ping Controller británico. Prime-ro rebautizado «Millgate», lue-go pasó a la Manchester SpanishLine, naviera que mantenía ser-vicio regular frutero con lospuertos del Mediterráneo espa-ñol.

Cuando por aquí recaló, el«Oakmere» venía fletado por laBromport S.S. Co, filial de la Le-ver Brothers, y llevaba en sus bo-degas un cargamento de produc-tos africanos, en especial cocospara la obtención de aceite des-tinado a la fabricación de jabón.

A media mañana, por el Surrecalaron dos vapores que, ensus chimeneas empenachadas dehumo lucían —blancas sobrerojo— sendas cruces de malta, lacontraseña de los «cristos», o«blancas», de la Houlder Line in-glesa, naviera ligada desde 1890al puerto, de Santa Cruz de Te-nerife.

Primero dio fondo el «Baro-nesa» —capitán Goodrick y enviaje desde puertos del Plata aLondres— y luego lo hizo el«Routon Grange» que, al man-do del capitán Miller, venía deMontevideo con carga generalpara Amberes, Mientras hacíancarbón y la aguada, se celebró laprocesión cuyo 70 aniversariohoy celebramos con la mismasencillez e íntima devoción queentonces.

De 3.663 toneladas brutas y131 metros de eslora, el «Baro-nesa» era un frigorífico botadoen 1918 en los astüleros de la Sr.R. Dixon and Co., en Middles-brough; estaba equipado con dosalternativas y, de mucha bodegay buena marcha, con sus geme-los —«Princesa», «Duquesa» y«Marquesa»— hizo la línea delPlata hasta que, en agosto de1946, fue vendido y desguazadoen Bélgica.

El «Routon Grange» —de8.020 toneladas y 116 metros deeslora— era mixto de carga y pa-saje que, en 1913, fue botado enlos astilleros de la Northumber-land and Co., en Newcastle onTyne, para la citada Houlder. En1934 fue adquirido por armado-res alemanes y, el 10 de enero de1942 —con el nombre de «ElsieSchulte»— se hundió a la alturade Tromso.

De los barcos que saludaroncon sirenazos y banderas a laVirgen del Carmen hace setentaaños, sólo el «La Palma» volve-rá, desde NUVASA, a recordar—a mirar por sus escobenes— elpaso de la Virgen marinera.

Juan A. Padrón Albornoz

SORTEO DEL ORO19 de Ju&o de 1989.

¡Tu ganas!+ Cruz Roja Española

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