adoración nocturna
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Ritual de Adoración que para cuestiones prácticas es importanteTRANSCRIPT
ORACIONES PREPARATORIAS Acto de homenaje Soberano Señor Sacramentado: presente está la Guardia Real nocturna de tu divina Persona. No por nuestros méritos, sino por tu infinita misericordia, llegamos a los pies de tu trono. R/. Gracias, Señor.
Nuestra consigna es adorarte por los que no te adoran; bendecirte por los que te blasfeman y maldicen; expiar nuestros propios pecados, con íntimo dolor del corazón, y desagraviarte por los que en el mundo entero se cometen; unir nuestra intenciones
y súplicas con las tuyas para aplacar la ira de Dios justo y hacer que desciendan sobre la tierra las bendiciones de su misericordia. Pero, como tienes dicho: «pidan y recibirán, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá»; llamamos ahora a la puerta de tu Sagrado Corazón, suplicándote por intercesión de María Santísima y de nuestros Santos protectores que nos recibas y que nos escuches en audiencia privada. Como a monarca omnipotente y misericordioso, te presentamos con la mayor humildad y confianza el memorial de nuestras súplicas.
Se presentan al Señor las peticiones
Despáchalas favorablemente, si conviene a tu gloria y a nuestra salvación eterna. Puesto que no sabemos lo demás que hemos de pedir para agradarte, sugiérenos Tú mismo las peticiones que quieras otorgar, y que el Espíritu Santo ore en nosotros con gemidos inenarrables. R/. Amén.
ORACIÓN de san Bernardo a la Santísima Virgen María
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María! Que jamás se ha oído decir que haya sido desamparado alguno que reclamase tu auxilio e implorase tu protección. Animados por esta confianza, acudimos a ti, ¡oh Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo
el peso de nuestros pecados, nos ponemos a tus pies, ¡oh Madre del Verbo! No deseches nuestras humildes súplicas; antes bien, óyelas favorablemente. R/. Amén.
ORACIÓN en honor a san Pascual Bailón
¡Oh Dios, que condecoraste a tu bienaventurado confesor Pascual con un amor admirable para los misterios de tu precioso Cuerpo y Sangre! Concédenos por tu bondad que merezcamos conseguir aquella unción del Espíritu que él percibió en este divino convite. R/. Amén.
ORACIÓN a los santos Ángeles
Te suplicamos, Señor, que resides en esta morada, que alejes de ella todas las asechanzas del enemigo; que tus Ángeles, que habitan aquí nos guarden, nos protejan y mantengan la devoción, bendiciéndonos Tú desde este augusto Sacramento y permaneciendo siempre tu gracia con nosotros. R/. Amén.
COLECTA para la comunicación de oraciones de todas las Secciones Adoradoras
Dulcísimo Jesús, Sacerdote eterno y Redentor amantísimo, que desde esta Hostia consagrada estás rogando al Eterno Padre por nosotros, atiende benignamente, por los méritos de tu divino Corazón, las súplicas de todos los adoradores, que en México y en el mundo entero unidos en un mismo espíritu de amor y reparación, te hacemos vela en estas horas, a fin de que cuantos en ellas nos hemos entristecido por verte menospreciado, podamos gozarnos juntamente contigo, contemplándote adorado y glorificado por los Ángeles y los hombres en los siglos de los siglos. R/. Amén.
ORACIÓN Imperada por el Consejo Nacional
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! protege con tu sagrada protección al Sumo Pontífice, que es el primero de tus hijos, tu vicario en la tierra, Padre y Pastor que rige en lugar tuyo nuestra almas. Asístelo, defiéndelo, dale la vitoria sobre sus enemigos que lo son tuyos; mira que cuando a él lo persiguen, en realidad a ti te persiguen. ¡Oh buen Jesús! une íntimamente con tu Corazón
Santísimo que es horno ardiente de caridad, a todos los obispos del mundo, ilumínalos, enciéndelos, vivifícalos, con tu divino Espíritu para que gobiernen su respectiva grey, conforme a tus amorosos designios. ¡Oh Corazón Divino! mira el
miserable estado del mundo, y la necesidad de santos obreros que trabajen en él. Envía ¡oh Padre de familia! buenos operarios a tu viña. Haz que se formen, según tu Corazón, en los seminarios destinados a este objeto. Hazlo por tu gloria y por
la salvación de tantas almas, redimidas con tu Sangre. Mira que según sean los sacerdotes, así serán los fieles congregados en su rededor. ¡Oh Corazón Sacratísimo! concede a tus ovejas celosos pastores que sean ardientes pregoneros de tus Palabras de vida eterna y fieles dispensadores de tus sacramentos. Aviva en las almas, que has escogido en los institutos religiosos, ligadas más estrechamente a ti mediante los santos votos, el espíritu de oración, de sacrificio, de recogimiento interior y de ejemplar observancia. ¡Oh Corazón Benditísimo! has de nuevo tuyos esos hogares de donde parece haberte expulsado satanás. Vuelve a reinar ¡oh Rey de Amor! en nuestras casas, como en templos a ti consagrados. Une a tu Divino Corazón los corazones de los padres y de los hijos, de los patrones y obreros, de los ricos y de los pobres, tan tristemente divididos por la discordia y el egoísmo. ¡Oh Señor! se Tú el verdadero Padre de todas las familias de la tierra para que juntas formemos un día tu dichosísima familia del cielo. R/. Amén.
PRECES POR LOS SACERDOTES -‐ A nuestro santo padre el Papa, Llénalo de tus dones, Señor. -‐ A los Cardenales y representantes pontificios, Dales tu luz, Señor. -‐ A los arzobispos y obispos, Dales tu gracia, Señor. -‐ A los sacerdotes párrocos, Dales el entusiasmo por tu gloria, Señor. -‐ A los sacerdotes vicarios, Guíalos, Señor. -‐ A los sacerdotes formadores de seminarios, Ilumínalos, Señor. -‐ A los sacerdotes Directores Espirituales de la Adoración Nocturna Mexicana, Inflámalos en amor a la Eucaristía, Señor. -‐ A los sacerdotes religiosos, Perfecciónalos, Señor. -‐ A los sacerdotes diocesanos, Santifícalos, Señor. -‐ A los sacerdotes confesores y directores espirituales, Hazlos dóciles instrumentos del Espíritu Santo. -‐ A los sacerdotes predicadores, Instrúyelos, Señor.
-‐ A los sacerdotes misioneros, Sostenlos, Señor. -‐ A los sacerdotes asistentes de la Acción Católica, Dirígelos en todas su empresas, Señor. -‐ A los sacerdotes profesores y directores de la juventud, Inflámalos de tu amor, Señor. -‐ A los sacerdotes directores de los obreros, Dales amor a los pobres, Señor. -‐ A los sacerdotes encargados de los hospitales, Dales caridad y abnegación, Señor. -‐ A los sacerdotes enfermos, Dales paciencia, Señor. -‐ A los sacerdotes ancianos, Sostenlos, Señor. -‐ A los sacerdotes aislados, Acompáñalos, Señor. -‐ A los sacerdotes turbados, Dale paz, Señor. -‐ A los sacerdotes jóvenes, Cuídalos, Señor. -‐ A los sacerdotes perseguidos y calumniados, Defiéndelos, Señor. -‐ A los sacerdotes en peligro, Líbralos, Señor.
-‐ A los sacerdotes tentados, Dales fortaleza, Señor. -‐ A los sacerdotes difuntos, Dales la gloria, Señor. -‐ A los seminaristas y aspirantes al Sacerdocio, Dales perseverancia en su vocación, Señor. -‐ A todos los Sacerdotes, Transfórmalos en Ti, Señor. -‐ Y que el Espíritu Santo los posea, Y que por ellos se renueve la faz de la tierra. ORACIÓN Divino Corazón de Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria del Eterno Padre; te rogamos por todos los Sacerdotes. Señor, llénalos de fe, de celo y de amor. Amén.
ORACIÓN POR LA VOCACIONES
¡Oh Jesús, Pastor eterno de las almas! Dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada; Señor, gemimos en la orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos y laicos santos, te lo pedimos por la intercesión de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu Dulce y Santa Madre, ¡Oh Jesús! Danos sacerdotes según tu corazón. Amén.
CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (En Pentecostés o Vigilia más próxima)
Oh Espíritu Santo, Espíritu Divino de luz y de amor: yo te consagro durante mi vida y para la eternidad, mi inteligencia, mi corazón, mi voluntad y todo mi ser. Que mi inteligencia sea siempre dócil a tus celestiales inspiraciones y a la enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, de la cual eres el guía infalible; que mi corazón esté siempre inflamado en el amor de Dios y del prójimo; que mi voluntad sea siempre conforme a la voluntad divina, y que toda mi vida sea fiel semejanza a la vida y a las virtudes de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien, al Padre y a Ti, oh Espíritu Santo, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. R/. Amén.
ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL GENERO HUMANO
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (Fiesta de Cristo Rey o Vigilia más próxima)
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos humildemente postrados delante de tu altar: tuyos somos y tuyos queremos ser; a fin de poder vivir más estrechamente unidos a Ti, todos y cada uno de nosotros espontáneamente nos consagramos en este día a tu Sacratísimo Corazón. Muchos, por desgracia, jamás te han conocido: muchos despreciando tus mandamientos, te han desechado. Oh Jesús benignísimo, compadécete de unos y de otros y atrae a todos a tu Corazón Santísimo.
Oh Señor, se Rey no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Ti, sino también de los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Se Rey de
aquellos que, por seducción del error o por el espíritu de discordia, viven separados de Ti, devuélvelos al puerto de la verdad y la unidad de la fe, para que en breve se forme un sólo rebaño bajo un sólo Pastor. Se Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría, dígnate atraerlos a todos a la luz de tu Reino. Mira finalmente con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que fue tu predilecto; descienda también sobre ellos, como bautismo de redención y de vida, la Sangre que un día contra sí reclamaron. Concede, oh Señor, seguridad y libertad a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; has que de uno al otro confín de la tierra no resuene sino esta única voz: ¡Alabado sea el Corazón Divino de Jesús, causa de nuestra salud!; a Él se entonan cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. R/. Amén.
ACTO DE REPARACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(Fiesta del Sagrado Corazón o Vigilia más próxima)
¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago de los ingratos más que olvido, negligencia y menosprecio!, venos postrados ante tu altar para repara con especiales actos de amor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren tu amantísimo corazón. Más recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad, de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos ante todo, obtener para nuestras almas tu divina misericordia dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no solo nuestros propios pecados sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad o no quieren seguirte como Pastor y Guía, o
quebrantando las promesas del bautismo, han sacudido en su abismo el yugo de tu ley. Nosotros queremos expiar tan abominables pecados como especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida, las innumerables asechanzas tendidas contra los inocentes, la profanación de los días festivos, las detestables injurias proferidas contra Ti y contra tus Santos, los insultos dirigidos a tu Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del Amor y en fin los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos del magisterio de la Iglesia por Ti fundada. ¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Más, entre tanto, como reparación del honor divino quebrantado, uniéndola con la expiación de la Virgen nuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, te ofrecemos la satisfacción que Tú mismo ofreciste un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de tu gracia,
repararemos nuestros pecados propios y los ajenos y la indiferencia de las almas hacia tu amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley
evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos además por impedir que seas injuriado y por atraer cuantos podamos para que vayan en tu seguimiento. ¡Oh benignísimo Jesús! por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, te suplicamos que recibas ente voluntario acto de reparación; concédenos que seamos fieles a tus mandatos y tu servicio hasta la muerte y otórganos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la Gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vives y reinas, Dios por todos los siglos de los siglos. R/. Amén.
ACTO DE PROLAMACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS COMO REY DE MÉXICO Y JURAMENTO DE SUMISIÓN Y FIDELIDAD
(11 de enero o vigilia más próxima)
¡VIVA CRISTO REY! CORAZÓN SACRATÍSIMO del Rey pacífico:
radiantes de júbilo como fieles vasallos, venimos hoy a postrarnos al pie del trono que te ha erigido y consagrado nuestra piedad; gozosos te proclamamos a la faz del mundo, Rey inmortal de la nación mexicana al aceptar tu soberanía sobre todos los pueblos.
Queremos coronar tu frente ¡Oh CRISTO REY! con una diadema de corazones mexicanos y poner en tu mano el cetro de un poder absoluto para que rijas y gobiernes a tu pueblo amado. Eres Rey como afirmaste en tu Pasión , porque eres el Hijo de Dios. Por tanto, ¡Oh Monarca amabilísimo! Este pueblo tuyo que tiene hambre y sed de justicia, que se ampara en tu celestial realeza, te promete entronizar tu Corazón en todos sus hogares pobres o
ricos y rendirte el homenaje que mereces reconociendo tus derechos santísimos sobre todo el orbe.
Consagramos a tu Corazón Sagrado la Iglesia de México, con todos sus pastores, ministros y comunidades religiosas; patria querida con todos sus
gobernantes; sus hogares; las familias con todos sus miembros, ancianos, adultos o niños; a los amigos y a los enemigos y, muy particularmente, a las madres, las esposas y a las hijas destinadas a modelar el corazón del futuro pueblo mexicano, para que triunfes y reines en todos los habitantes de esta nación.
Todos ¡Oh Cristo!, con ardiente júbilo te juramos fidelidad como nobles y generosos vasallos. Habla,
pues; manda, reclama y exige un imperio; pídenos la sangre y la vida, que son tuyas, porque totalmente te pertenecemos y resueltos estamos a dártela por defender tu bandera hasta que triunfe y sea exaltado, reverenciado y amado para siempre tu herido Corazón.
Ya reina en México tu Corazón Divino; y, desde la santa montaña consagrada a ti, enjugará las lágrimas, detendrá la sangre, curará las heridas de esta república conquistada por María de Guadalupe. Tú dominarás en ella con el cetro suavísimo de tu misericordia; y en la paz como en la guerra, en la agitación como en la tranquilidad, nos verás con benignos ojos y extenderás tus benditas y poderosos manos
para bendecirnos. Y nosotros, como todas las generaciones futuras, te aclamaremos por siempre por nuestro Rey y Salvador. Allí acudirán las multitudes a pedirte gracias y a ofrecerte con alma y vida, guardar tu santa ley, y Tú, Redentor amoroso de los hombres, atrae a tu corazón adorable a los pecadores para
convertirlos, a los pobres para fortalecerlos, a los obreros para desengañarlos contemplándote en el humilde taller de Nazaret, a los patrones para guiarlos.
Recobra tu dominio sobre tantas almas apóstatas desorientadas y engañadas con falsa y perversas doctrinas; conserva la fe en nosotros y despréndenos de los miserables bienes del mundo; calma los odios y une a los hermanos, ilumina a los ciegos, perdona a los ingratos; pero sobre todo, concede a tu Iglesia la libertad y la paz que tanto deseamos. Derrite con el fuego de tu divino pecho, Jesús misericordioso, el hielo de las almas; establece tu dominio en todos los pueblos de nuestra patria e introduce tu caridad a las cárceles, a los hospitales, a las escuelas, a los talleres; haz un trono para Ti en cada corazón mexicano, porque los pastores y las ovejas, los padres y los hijos nos gloriamos de ser tuyos. Danos por fin, una muerte santa, sepultándonos en la herida preciosa de tu Corazón de amor, para resucitar en los esplendores del cielo, cantando eternamente:
Corazón santo, Tú reinas ya; México, tuyo, Siempre será
¡VIVA CRISTO REY!
CONSAGRACIÓN A SANTA MARÍA DE GUADALUPE
(octubre y diciembre)
Oh Virgen Santísima de Guadalupe, amadísima Madre y Señora Nuestra, que te dignaste fijar en esta nación esos tus ojos misericordiosos y escogerla como herencia tuya, ¿qué pudo moverte a descender de los cielos hasta nuestro árido Tepeyac sino el singular amor que nos tienes y la inmensa miseria nuestra? ¡Gracias, Señora! Que los ángeles te alaben por tan insigne favor, que las naciones todas te bendigan y que México postrado a tus plantas te aclame a voz en cuello: «Tú eres la gloria de nuestro pueblo».
Pediste un templo y te ofrecemos millares. Nos llamas «hijitos míos muy queridos» y, nosotros, aceptando tan dulce título, que nos conmueve hasta las lágrimas, queremos llamarte nuestra Reina, nuestra Madre, y ser, no sólo tus súbditos fieles y tus hijos amantísimos, sino también tus humildísimos esclavos. Manda, altísima Señora, que estamos prontos a obedecerte. Reina nuestras almas y eleva tu trono en nuestros corazones; reina en nuestros hogares y líbralos de todo mal; protege a la Iglesia y hazla gloriosa y libre; vela sobre nuestra nación feliz, a pesar de todo porque la amas, y otórgale siempre la paz. Perdona a los hijos ingratos y transgresores, robustece la fe de quienes te aclaman e invocan; concédenos en fin, que formando tu corte aquí en la tierra, vayamos a cantar contigo las alabanzas eternas ante el trono de Dios. R/. Amén.
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE GUADALUPE
(Diciembre)
Oh Dios, que habiéndonos puesto bajo el amparo singular de la Santísima Virgen María, quisiste colmarnos de perpetuos beneficios; te pedimos nos concedas que cuantos hoy nos regocijamos con su conmemoración en la tierra, disfrutemos de su presencia en el cielo. Por Cristo nuestro Señor.
R/. Amén.
León XIII
ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Señora Nuestra de Guadalupe, que también a la tierra de México ha querido dar especiales muestras de benevolencia, y has prometido consuelo y ayuda a aquellos que te aman y siguen! Mira benigna a todos tus hijos: ellos te invocan con confianza.
Conserva en nuestras almas el don precioso de la gracia divina. Haznos dóciles a la voluntad del Señor, de tal manera que cada vez más se extienda su reino en los corazones, en las familia, en nuestra querida nación.
¡Oh Virgen Santísima! permanece con nosotros en las fatigas del trabajo cotidiano, en las alegrías, en las penas y dificultades de la vida, de modo que nuestro espíritu inmortal pueda elevarse, libre y puro, a Dios y servirlo gozosamente, con generosidad y fervor.
Defiéndenos de todo mal, Reina y Madre de México; y has que seamos fieles seguidores de Jesús, que es Camino, Verdad y Vida, a fin de que un día podamos, de tu mano, alcanzar en el cielo el premio de la visión beatífica. R/. Amén.
Juan XXIII
ORACIÓN A SAN JOSÉ (Marzo y octubre)
A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación y después de implorar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Por aquella caridad con que la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, oh providentísimo
custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción, asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha contra el poder de las tinieblas, y como en
otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora defiende a la Iglesia Santa de Dios, de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad y a cada uno de nosotros protégenos con tu perpetuo patrocinio, para que a ejemplo tuyo y sostenidos con tu auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna bienaventuranza. R/. Amén.
León XIII