¿adios a la posmodernidad? oscar martínez resumen la

8
¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La Posmodernidad surgió como una rebelión ante la Modernidad, ya que su finalidad era la de desmentir la farsa que tenía como Filosofía la Modernidad, pero realmente lo que ésta logró no fue más que una neta prolongación de este ciclo histórico a partir del siglo XVIII. La Modernidad se caracterizaba por la multiplicidad de sentidos, consumidores, consumidos, apatía política, etc. El problema realmente radica en una identidad cultural: la Modernidad se caracteriza por la crítica, la racionalidad y la utopía, mientras que la Posmodernidad se caracteriza por la desconstrucción de modelos y paradigmas de una sociedad universal. Palabras claves: Modernidad, Posmodernidad, cultura, razón. Fragmentariedad, multiplicidad de sentidos, consumidores y consumidos, relativismos, cultura light cultura shopping, vacío, apatía política, siesta de fin de siglo. Desconfiado del sueño de omnipotencia de la Edad Moderna y alertado por el estrépito de sus derrotas -la masacre de Hiroshima, los campos de exterminio, , el fracaso de las utopías revolucionarias, el hambre, la desocupación y la marginalidad como la otra cara del progreso-, el pensador posmoderno embistió contra cuatro siglos la ambición racionalista. Para el autor de sentido y riesgo de la vida cotidiana, el posmodernismo pretendió diferenciarse de la Modernidad, pero no fue más que su prolongación. Mucho antes que su semblante se viera desfigurado por las presiones de la moda la posmodernidad quiso ser una auténtica rebelión. ¿Rebelión contra qué? Contra una demanda de credibilidad por parte de la Edad Moderna que ya no podía justificarse. Oscar Martínez Moderna fue la confianza en el progreso como cura de todos los males. Moderno el sueño de un Occidente ejemplar como modelo de civilización. Moderno, incluso, el ideal de una revolución redentora capaz de disolver las desigualdades. Moderna, así mismo, la sacralización del arte, la apotesis de la ciencia, la exaltación de la democracia participativa. A estos fervores se opuso el Posmodernismo decretando su inconsistencia. A todos los denunció, a todos los dio por extenuados. Al hombre rebosante de coherencia, de que hablaba la Modernidad, le antepuso un espejo que lo reflejaba vacío, vaciado, consumidor y consumido; habitante sin rumbo del orden y del cálculo. Donde antes se decía unidad la denuncia posmoderna sostuvo que no había sino dispersión. Donde imperaba el absoluto ella desnudo el auge inagotable de lo relativo. Donde se afirmaba el saber, descubrió que no había otra cosa que creencias. Identidad /Posmodernidad Con todo, el problema de la identidad ha sido tal vez el problema esencial de nuestra cultura. Ha estado presente ante el fenómeno de la Modernidad y lo está ante la Posmodernidad. La Modernidad se caracteriza principalmente por la crítica, la racionalidad y la utopía. "La edad Moderna -dice Octavio Paz- se inicia con la crítica a la eternidad cristiana v con la aparición de otro tiempo"... "La Modernidad desvaloriza la eternidad; la perfección se traslada al futuro, no en

Upload: phungtu

Post on 12-Feb-2017

219 views

Category:

Documents


3 download

TRANSCRIPT

Page 1: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD?

Oscar Martínez

RESUMEN La Posmodernidad surgió como una rebelión ante la Modernidad, ya que su finalidad era la de desmentir la farsa que tenía como Filosofía la Modernidad, pero realmente lo que ésta logró no fue más que una neta prolongación de este ciclo histórico a partir del siglo XVIII. La Modernidad se caracterizaba por la multiplicidad de sentidos, consumidores, consumidos, apatía política, etc. El problema realmente radica en una identidad cultural: la Modernidad se caracteriza por la crítica, la racionalidad y la utopía, mientras que la Posmodernidad se caracteriza por la desconstrucción de modelos y paradigmas de una sociedad universal. Palabras claves: Modernidad, Posmodernidad, cultura, razón. Fragmentariedad, multiplicidad de sentidos, consumidores y consumidos, relativismos, cultura light cultura shopping, vacío, apatía política, siesta de fin de siglo. Desconfiado del sueño de omnipotencia de la Edad Moderna y alertado por el estrépito de sus derrotas -la masacre de Hiroshima, los campos de exterminio, , el fracaso de las utopías revolucionarias, el hambre, la desocupación y la marginalidad como la otra cara del progreso-, el pensador posmoderno embistió contra cuatro siglos la ambición racionalista. Para el autor de sentido y riesgo de la vida cotidiana, el posmodernismo pretendió diferenciarse de la Modernidad, pero no fue más que su prolongación. Mucho antes que su semblante se viera desfigurado por las presiones de la moda la posmodernidad quiso ser una auténtica rebelión. ¿Rebelión contra qué? Contra una demanda de credibilidad por parte de la Edad Moderna que ya no podía justificarse. Oscar Martínez Moderna fue la confianza en el progreso como cura de todos los males. Moderno el sueño de un Occidente ejemplar como modelo de civilización. Moderno, incluso, el ideal de una revolución redentora capaz de disolver las desigualdades. Moderna, así mismo, la sacralización del arte, la apotesis de la ciencia, la exaltación de la democracia participativa. A estos fervores se opuso el Posmodernismo decretando su inconsistencia. A todos los denunció, a todos los dio por extenuados. Al hombre rebosante de coherencia, de que hablaba la Modernidad, le antepuso un espejo que lo reflejaba vacío, vaciado, consumidor y consumido; habitante sin rumbo del orden y del cálculo. Donde antes se decía unidad la denuncia posmoderna sostuvo que no había sino dispersión. Donde imperaba el absoluto ella desnudo el auge inagotable de lo relativo. Donde se afirmaba el saber, descubrió que no había otra cosa que creencias. Identidad /Posmodernidad Con todo, el problema de la identidad ha sido tal vez el problema esencial de nuestra cultura. Ha estado presente ante el fenómeno de la Modernidad y lo está ante la Posmodernidad. La Modernidad se caracteriza principalmente por la crítica, la racionalidad y la utopía. "La edad Moderna -dice Octavio Paz- se inicia con la crítica a la eternidad cristiana v con la aparición de otro tiempo"... "La Modernidad desvaloriza la eternidad; la perfección se traslada al futuro, no en

Page 2: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

el otro mundo, sino en este"... "La siempre diferida perfección residió en el futuro y sus paraísos"... "La Modernidad nació con la afirmación del futuro como tierra prometida". En la Posmodernidad se produce lo que sus filósofos han llamado la descontrucción de los modelos y arquetipos que propugnan un paradigma de sociedad universal, el consumismo, por ejemplo; y por otra, en el terreno de las realidades, se construye una realidad homogénea y estandarizada mediante los procesos de globalización. En el caso particular de América Latina, ante la fragmentación-globalización habría que agregar el de la transitoriedad-permanencia. Al sentido transitorio de los mismos en la Posmodernidad. Nunca como ahora se han descartado las cosas con tanta facilidad a causa de lo precario de su duración. Parece la lógica del consumo que es a su vez la lógica del opio. Ante ésta, las sociedades como la nuestra no logran reponerse de la transitoriedad y permanecen insertos en una pseudorealidad. Frankestein y su rebelión es la metáfora práctica del drama de nuestro tiempo en el que los objetos o sus símbolos se han impuesto sobre las personas, en la que las criaturas esclavizan a sus creadores, o los amos se convierten en mascotas de sus supuestas mascotas. Esto implica un nuevo pacto sociológico que nos loa avizora Carlos Fuentes en El espejo enterrado: "El paso de civilización consiste en reconocer que somos y pertenecemos a un área policultural, dueña de una enorme variedad de tradiciones de donde escoger elementos para un nuevo modelo de desarrollo (¿?) - el subrayado es nuestro- y sin razones para estar casados con una sola solución... Somos parte de las Américas que tiene una viva tradición indígena y una tradición medieval, agustiana y tomista.... La América española si tuvo una civilización preeuropea y una cultura política medieval.... El valor de la historia es su variedad concreta y no su uniformidad abstracta" (Se-rrano C. Alejandro, "Identidad Posmodernidad", Letra Inversa, 26-09-99). Para Rigoberto Lanz, "el derrumbe de los viejos paradigmas resuena entre nosotros como clausura de los mitos de un Progreso entusiastamente simbolizado en tanto patrón universal. Es cierto que en América Latina no hemos vivido una Modernidad clásica... Pero de allí no se colige que seamos un continente inédito y aislado de los procesos mundiales de la civilización occidental. Hay demasiadas evidencias de nuestra pertenencia a la Modernidad Europea, independientemente del modo singular con que esa modernidad se residencia en América". Esta aseveración no excluye las diferencias cualitativas que consecuentemente con la posmodernidad nos exigen una contextualización. ¿Posmodernidad agnóstica? Independienternente de la valoración de la Posmodernidad, para Santiago Kovadoloff, algunos creen ver en ella una tendencia agnóstica, pero es equivocada por cuanto al agnosticismo descree de la posibilidad del conocimiento. El posmodernismo, en cambio, asegura conocer la naturaleza de los hechos sociales y, en particular, la índole de la Modernidad. En efecto, sobre el auge de sus males y aún sobre su derrumbe y su ruina, ha elaborado el Posmodernismo una diagnóstico final que se hizo célebre y para muchos sigue siendo verosímil todavía. ¿Cabe llamar Posmoderno al pensamiento crítico ejercido sobre las contradicciones de la Modernidad? La Modernidad jamás se limitó a ser complaciente consigo misma. Tampoco ha sido unívoca en la concepción de sus valores. Si algo la distingue, me parece, es su escasa uniformidad. Su trayectoria, quién lo niega, está sembrada de inauditos desaciertos y catástrofes vergonzosas. Pero abundan en ella logros que son admirables; su atmósfera fue propicia para el debate, la

Page 3: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

refutación del dogma y la denuncia de la arbitrariedad, logros que se revierten cuando ella misma en gran medida suplantó el dogma que combatió. Sin embargo, una visión optimista de esta Modernidad no es una convicción compartida por el pensador posmoderno. De la Modernidad tiene este una visión determinante: la concibe como un todo nefasto y la condena sin apelación. Modernidad/ Imagen del mundo Heidegger caracterizó la Modernidad como la época de la imagen del mundo. El fundamento de esa imagen lo imponía la Razón ejerciendo, sobre el sentido de lo real, un control que se consideró a sí mismo suficiente. La Modernidad imaginó un hombre para el cual el conocimiento es conocimiento de objetos: discernibles, mesurables, cuantificables. En otras palabras, estableció que el acceso a la verdad era la aproximación (el arribo) al objeto racional y experimentalmente determinado. Desde Descartes hasta los enciclopedistas no faltaron quienes respaldaran esta noción. Pero no menos modernos fueron quienes se mostraron remisos a reducir la verdad a lo que de ella se podía comprender en términos puramente objetivos o exclusivamente lógicos; de suyo, combatiendo hasta ahora sobreviven también un sinnúmero de fenómenos que quedaron al margen de este rigorismo positivista como los elementos religiosos, artísticos y filosóficos apuntados antes por Hegel. Ante la imposibilidad de dar una explicación convincente, sobrevinieron nuevas incertitudes (Martín, Gustavo, Homológicas, 1983,11). La Modernidad distanció al hombre de Dios e intentó con la Razón responder todas sus preguntas, pero el balance registrado al final del milenio da cuenta de su fracaso: la humanidad entera experimenta una sacralización del mundo laico y vuelve a apuntar al cielo en busca de respuestas. El hombre, pensaron otros, en mucho más que su propio saber, mucho más lo que sabe sobre las cosas y algo infinitamente más complejo que la pura coherencia. Sánchez, Malebranche y Pascal, Montaigne, Lichtemberg Hume y Kant, Schellig, Kierkegaard y Schopenhauer, fueron entre otros, las cabezas que invitaron a matizar la rigidez del racionalismo, sin dejar de ser modernos en la ponderacia de la realidad. Lo eran precisamente por su voluntad crítica y su innegable disposición al análisis. Pese a todo, el Posmodernismo no vacila en emitir su veredicto: Todo lo moderno debe ser impugnado pues su naturaleza es perniciosa. Su gangrena puede verse al repasar las secuelas de su amarga labor cuatro veces centenaria. De ella es expresión -como señala marcos Levario Turcott en su artículo "Crítica al Posmodernismo" - un individuo sometido, segmentado y supeditado a grandes promesas redentoras que no sólo no se cumplieron, sino que desvirtuaron su esencia humana, su libertad. El desenlace atroz de la utopía revolucionaria, la desorientación finalmente sembrada por ese repertorio de nociones en las que la Modernidad pretendió fundar su propuesta - Humanidad, Sujeto, Representación, Sentido, Verdad - son deudores de un concepto central y santificado: el de UNIVERSALIDAD, al cual la Razón se pliega dócilmente al precisar sus deberes y derechos. La mirada severa que repasa su ruina y refrenda el deceso de la Modernidad se autodenomina posmoderna. Es esa misma que, al dejar a sus espaldas el quebranto de la razón omnisciente, se vuelve a hacia nosotros y nos interroga sobre el porvenir.

Page 4: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

Obsolescencia de lo moderno He aquí el rasgo dominante del tiempo que vivimos. El pensador posmoderno no se propone dinamitar el racionalismo, sino demostrar que han sido sus íntimas contradicciones las que así lo hicieron. De esos mismos escombros forman parte las aspiraciones de los relatos que se pretenden exhaustivos, la concepción de la Historia como un conjunto de leyes, reperterio, sumisas a la Razón, la reinvidación de un significado homogéneo para hechos entre sí muy diferentes, el etnocentrismo que disfraza su vocación excluyente con los ropajes de un propósito civilizador. La Modernidad imperialista, cínicamente aferrada al ideal del progreso que pretende homologar el auge del egoísmo al bienestar de la Humanidad, devota de un feroz Mercantilismo, intolerante para todo lo que pueda contrariarla, cruel, manipuladora de la Ley del Derecho, la Modernidad cae por fin, de su pedestal sin sustancia. Diagnóstico de lo moderno El diagnóstico posmoderno señala en la dirección correcta pero generaliza hasta la frivolidad en sus conclusiones. Las centralidades, y el logocentrismo en particular es una enfermedad severa que tiene su tumor principal en la Razón con estragos espantosos. La idea del Orden y su aplicación en la manía de ordenar al mundo, es definitivamente una pretensión demoníaca. El pensar de las Jerarquías es depósito por naturaleza. El pensamiento de los Universales se hace insostenible. La manía de construir la Verdad en. correspondencia Sujeto-Objeto, Causa-Efecto, Practica-Teoría, aparece desfasado y no logra incluir la totalidad de la realidad que pretende dibujar. El Progreso, entendido como una ideología disparada, una ontología inevitable es un fracaso. El dominar la Naturaleza con un pensamiento único, disciplinado y certificado por la escuela no es otra cosa que una pretensión de poder que desvirtúa cualquier resultado positivo. Para Rigoberto Lanz, en el centro de este estremecimiento (La crisis de la lógica de sentido) se encuentra el modelo cognitivo básico con el que se pensó en Occidente a partir del siglo XVIII. No se trata de un cuestionamiento ingenuo a la razón como función constituyente del cerebro y de lo humano. De lo que sí se trata es de un desmontaje radical (arqueológico-genealógico-deconstructivo), de un modelo de Razón, de un dispositivo congnitivo, de una legalidad epistémica, de un sistema de claves de inteligibilidad, de una configuración de saberes, de una lógica de representaciones, del cemento de las prácticas discursivas, de una ciertas racionalidad para el funcionamiento cultural, de los contenidos involucrados en determinados modos de subjetivación. La Razón que está en crisis es ésta" (Lanz R., El discurso Posmoderno, crítica a la Razón escéptica. Caracas, 1995). Intra modernidad o pos modernidad Para Santiago Kovadloff, la sospecha de Pos modernidad se convierte en certeza de intra modernidad: quiero decir que lo que se postula como ruptura en verdad no es más que una prolongación.¿O es que su idealización del individuo políticamente prescindente no tiene mucho de burguesa? ¿O es que su exaltada visión de la apatía entre el drama social no tiene mucho de conservadora? ¿Y que son el romanticismo, la idealización del individuo y la belle indifference,

Page 5: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

sino expresiones francamente modernas? ¿No va en esto el posmodernismo a la zaga y no a la vanguardia que dice encarnar? Por cierto, ya no estamos en el Siglo de las Luces; por cierto, el malestar de la cultura sepultó las ingenuas aspiraciones positivistas, y los campos de exterminio comprometieron para siempre las aspiraciones lineales del Progreso. Por cierto, ser ya no significa ser Sujeto solamente ni ante todo. Pero no es la Modernidad la que con todo esto ha muerto, sino sus configuraciones más clásicas y sobre todo, el más convencional y prejuicioso de sus perfiles. En esta versatilidad radica el desafío que hace su inusual complejidad. El auge de la crítica de sus desaciertos e inconsistencia es indicio y parte de su vitalidad, no la prueba crucial de su decadencia. Es esta su proteica actitud para el cambio y su infinita plasticidad para atravesar el conflicto. La Posmodernidad, si es solo negación de Modernidad, queda envuelta en aquello mismo que impugna y de ese modo, lo quiera o no, la perpetúa. Es que como enseña Hegel, la antítesis tarda en saber que forma un todo con la tesis contra la que furiosamente combate. Los restos de la modernidad La Técnica, La Democracia y El Mercado. El pensador posmoderno hace suyo el descontento del momento y asegura que al rehunir la búsqueda de un modelo social alternativo, o al resistirse de ir en pos de una determinada TECNICA o en la búsqueda de una nueva teoría sobre la realidad, escapa a la siembra de contradicciones que denuncia. Todo proyecto, asevera, está viciado de nulidad. Privado de Sentido al Porvenir, promueve la inmersión apasionada en la inmediatez. Una Razón posmoderna, riposta Rigoberto, se deslatra de los contenidos culturales de la Modernidad para que pueda a su vez ejercer una crítica severa al Discurso Técnico, (no sólo a su mala utilización), a la Razón científica en cuanto tal (no solo a las "desviaciones" de la ciencia). Se aboga por una razón polifónica, descentrada, fundante y efímera al mismo tiempo. Esta es necesariamente recortada, modesta, fragmentaria, deliberadamente antitolitaria. Débil, diferencialista, multiculturalista y fraguada en la simultaneidad de los tiempos, el pluralismo de las indeterminaciones, en el desorden, en las turbulencias. Es esta una razón discreta que se coloca en el límite de las nuevas socialidades, en la multiplicidad de sentidos y en la complejidad de la vida, en la desbordante diversidad de las miradas. Esta razón, así concebida se sitúa plácidamente en la sin -razón con las pulsiones irracionales, con la riqueza inmensa de la sensibilidad, con tantos otros modos de acercamiento al mundo. Esa razón no renuncia a los retos del conocimiento, no es agnóstica, ya dijimos, a la construcción-comprensión de la realidad. Pero en ningún caso, esta naturaleza del pensamiento teoréticamente constituido, ha de confundirse, y menos ser sustituido por la inspiración estética (por muy fecunda que ésta sea). Ahora bien, este relativismo ¿no se transforma en una fascinación para bajo esta luz respirar liberados del canto de las sirenas dogmáticas? ¿Este no será un retorno, por un atajo a la sofistica tardía? Todo lo justifica argumentando que nada es cierto. Pare-ce que no, al menos en lo que de Nihilismo se trata con su variante de Nadaísmo el cual se fue defintivamente por una opción estética, opción que en el párrafo anterior, Rigoberto quiso evitar.

Page 6: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

Sin duda la posteridad reconocerá al pensador posmoderno el fervor de una denuncia necesaria. Occidente agota el siglo en el ejercicio desembozado de un poder prepotente sumido en la vergonzosa inoperancia moral que le imponen sus desigualdades o el cinismo con el que se sitúa ante el dolor que muchas veces siembra para afianzar su desarrollo. La intrascendencia alcanzada por el valor de la vida humana no solo resalta en la miseria tenaz y expandida, en la ignorancia alentada, en el deambular solitario de millones de hombres y mujeres sin hogar y cobijo. También se la reconoce en la pavorosa vacuidad de una ideología que todo lo reduce a comprar y vender. EL MERCADO. No se equivoca el pensador posmoderno al enfatizar tantas contradicciones. Pero el destino del hombre es y será político mientras el hombre aspire a ser humano. La política pude remediar sus propios males, y en ella solo la DEMOCRACIA es capaz de probar que no estando a la altura de sus propios ideales solidarios, puede mantenerlos como una autoexigencia irrenunciable. Los males de la política contemporánea: la masificación, el delito, la perversa complicidad entre la ciencia y el crimen, los genocidos, los mercados que todo lo aplastan conducen a verla como el peor mal y desvirtúan su comprensión como el deber ineludible por excelencia. La política se presenta finalmente como el único recurso civilizado con que contamos para emprender la conciliación necesaria entre el interés privado y el público. El único, al menos visible hoy, para atenuar el drama de la injusticia social. Al final El combate contra la Modernidad realizado con saña, sin pausa ni media, puede conducir al pensador posmoderno a extraviarse en la generalización. Que la Modernidad haya contribuido a la secularización de la vida política es algo que él subestima. El ideario del Derecho le parece vacío y su incumplimiento lo con-funde con inutilidad congénita. El avance de las reivindicaciones civiles nada le dice. Recuerda las torturas, la discriminación racial pero no la lucha contra ellas. Con todo, el pensador posmoderno no es pesimista. Si lo fuera haría silencio. Hace todo lo contrario: habla, escribe expléndidamente y es convincente. Puede parecer contradictorio cuando afirma que del hombre nada se puede esperar y sin embargo lo convoca, lo provoca, lo desvela. Se desvive en suma por ser recorrido. Apocalíptico y simplista, forma parte de una crisis que supo definir pero que aún espera hoy un confrontamiento en conjunto que logre superar el condicionante MODA, con el cual aún hoy se le señala y que se _ aboque a la búsqueda de un rumbo más sustancial. Que logre en definitiva la estructura, si es que se permite esta palabra, epistemológica con la cual pueda articular el nuevo pensamiento que se pretende. Para no simplemente llamar posmoderno al pensamiento crítico ejercido sobre las contradicciones de la modernidad, se busca urgentemente una epistemología, una nueva teoría que posibilite un nuevo conocer... ¿Dónde está el nuevo paradigma?... ¿Otra racionalidad? Parece que éste Posmodernismo; así entendido más que Pos, es Intra y a este hay que decirle adiós. Y para superar la condicionante MODA, hace falta superar la Posmodernidad, en la necesidad de hallar un rumbo más sustancial. Un rumbo políticamente más sano, filosóficamente más hondo, socialmente más responsable. Sin duda, una labor gigantesca.

Page 7: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

GOOD-BYE TO POST-MODERNISM? By Oscar Martinez SUMMARY Post-modernism emerged as a rebellion against Modernism because his purpose was to disprove its farce as philosophy of Modernism. But what it really achieved was just an extension of this historical cycle since the 18th century. Modernism was characterized by a multiplicity of meanings, consumers, consumed, political apathy, etc. The problem really lies in a cultural identity: Modernism is characterized by criticism, rationality and utopia; while Post-modernism is identified by the deconstruction of models and paradigms of a universal society. Key words: Modernism, Postmodernism, culture, reason, progress. ¿AU REVOIR LA POSTMODERNITÉ? Par Oscar Martínez RÉSUMÉ La postmodernité a surgi comme une rébellion face á la modernité. Car son but était de démentir la farce qu'avait comme philosophie la modernité. Ce que la postmodernité a pourtant réussi n'a été qu'une nette prolongation de ce cycle historique á partir du XVIIIe siécle. La modernité se caractérisait par une multiplicity de sens, des consommateurs, des consommés, une apathie politique... En réalité, le probléme tient á une identité culturelle: la modernité se caractérise par la critique, la rationalité et 1'utopie, tandis que la postmodernité se caractérise par la déconstruction de modéles et paradigmes d'une société universelle. MOTS CLÉ: modernité, postmodernité, culture, raison, progrés. BIBLIOGRAFIA BARCELONA,P: POSMODERNIDAD Y COMUNIDAD. EL REGRESO DE LA VINCULACIÓN SOCIAL, TROTTA, MADRID 1996. BAUDRILLARD, J.: DE LA SEDUCCIÓN, CÁTEDRA 1979. BAUDRLLARD, J. FOSTER, H. HABERMAS, J Y OTROS.: LA POSMODERNIDAD, KAIROS 1995. BOYNE, R. RATTANSI, A.: POSMODERNISM AND SOCIETY. MCMILER, LONDON, 1990. CASULLO, N.: EL DEBATE MODERNIDAD POSMODERNIDAD, EL CIELO POR ASALTO. TROTTA, MADRID 1990 FOUCAULT, M.: VERDAD Y PODER, EN UN DIALOGO SOBRE EL PODER. MADRID. 1984, 128-145. FOUCAULT, M.: MICROFISICA DEL PODER, MADRID, 1975. FOUCAULT, M.: VIGILAR Y CASTIGAR. MADRID, 1984.

Page 8: ¿ADIOS A LA POSMODERNIDAD? Oscar Martínez RESUMEN La

FUKUYAMA, F: EL FIN DE LA HISTORIA Y EL ULTIMO HOMBRE. PLANETA. BARCELONA 1992. FRIEDMANN, J.: "CULTURAL LOGICS OF THE GLOBAL SYSTEM: A SKETCH: THEORY, CULTURE AND SOCIETY". 5/2-3. 1988.(POSMODERNISM) 447-460. JAMESON, F.: POSMODERNISM OR THE CULTURAL LOGIC OF LATE CAPITALISM, VERSO, LONDON 1984.(VERS. ESP. TROTTA, MADRID) 1995. JAMESON, F.: EL GIRO CULTURAL, ESCRITOS SOBRE EL POSMODERNISMO. MANANTIAL, MADRID 1992. KUNG, H.: PROYECTO DE UNA ÉTICA MUNDIAL. TROTTA, MADRID 1990. LANZ, R. Y FOLLARI, R.: ENFOQUES SOBRE POSMODERNIDAD EN AMÉRICA LATINA. SENTIDO. CARACAS 1998. LANZ, R.: EL PENSAMIENTO SOCIAL. HOY. TROPYKOS, CARACAS 1992. Oscar Martínez LANZ, R.: EL DISCURSO POSMODERNO: CRITICA A LA RAZON ESCEPTICA. UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA, CARACAS 1993. LIPOVETSKY. G.: EL CREPUSCULO DEL DEBER. LA ETICA INDOLORA DE LOS NUEVOS TIEMPOS DEMOCRATICOS. ANAGRAMA, BARCELONA 1996. LIPOVETSKY G.: EL IMPERIO DE LO EFIMERO. ANAGRAMA 1993. LYOTAR, J. F.: LA CONDICION POSMODERNA. INFORME SOBRE EL SABER. CATEDRA, MADRID 1986. MAGNUS, B.: «THE END OF PHILOSOPHY"; EN H.J. SILVERMAN Y D. IHADE (EDS.), HERMENEUTICSAND DECONSTRUCCION. STATE UNIV. OF THE NEWW YORK. PRESS. 1985. MALIANDI, R.: DEJAR LA POSMODERNIDAD. ALMAGESTO 1993. MARTINEZ, X.: «CRISIS DE LA MODERNIDAD: RADICALIZACION DE LA RACIONALIDAD INSTRUMENTAL O RECONSTRUCCION DEL PLANTEAMIENTO ILUSTRADO". RELEA 3. CARACAS 1997. MCCARTY, T.: IDEALES E ILUSIONES. RECONSTRUCCION YDECONSTRUCCION EN LA TEORIA CRITICA CONTEMPORANEA. TECNOS, MADRID 1992. RAMOS TORRE, R.: «APUNTES SOBRE EL HOMO TRAGICUS«. RELEA 3. CARACAS 1999. RIPALDA, J. M.: DE ANGELIS. FILOSOFIA, MERCADO YPOSMODERNIDAD. TROTTA, MADRID 1996.