92368504 taller de jabones marzo2012

FABRICACIÓN ARTESANA DE JABONES TALLER DE INTRODUCCIÓN

Sábado, 31 de marzo de 2012

Alicia Núñez

FABRICACIÓN ARTESANA DE JABONES. TALLER DE INTRODUCCIÓN ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Manos y Colores ~ página 3 ~ Marzo 2012

Contenido de este manual

~ INTRODUCCIÓN ~ ..................................................................................................................... 5

Porqué hacerse en casa el propio jabón ........................................................................................ 5

Qué es el jabón ................................................................................................................................. 5

El jabón a lo largo de la historia..................................................................................................... 7

Jabones y detergentes ...................................................................................................................... 8

Tipos de jabón ................................................................................................................................ 10

~ EL JABÓN BASE ~ ..................................................................................................................... 16

Instrucciones previas ..................................................................................................................... 16

Utensilios necesarios ..................................................................................................................... 17

Ingredientes básicos y proporciones ........................................................................................... 18

Tabla de saponificación ................................................................................................................. 19

Sobreengrasado .............................................................................................................................. 21

Elaboración del jabón básico ........................................................................................................ 21

Receta: Jabón base de aceite reciclado ........................................................................................ 23

Receta: Jabón base de aceite de oliva (jabón de Castilla) ......................................................... 24

Receta: Jabón de Aloe vera ........................................................................................................... 24

Receta: Jabón de leche ................................................................................................................... 25

Receta: Jabón de limón .................................................................................................................. 26

Receta: Jabón de rosas ................................................................................................................... 26

Receta: Jabón de miel .................................................................................................................... 27

~ EL JABÓN REFUNDIDO O TERAPÉUTICO ~ ..................................................................... 28

Utensilios......................................................................................................................................... 28



Elaboración ..................................................................................................................................... 28

Receta: Jabón refundido exfoliante de harina de maíz ............................................................. 30

Receta: Jabón refundido emoliente de chocolate y miel .......................................................... 30

Receta: Jabón refundido terapéutico para pieles sensibles ...................................................... 31

Otras recetas ................................................................................................................................... 31

~ JABÓN DE LAVADORA EN POLVO ~ ................................................................................. 32

Útiles necesarios ............................................................................................................................. 32

Ingredientes .................................................................................................................................... 33

Elaboración ..................................................................................................................................... 33

~ DÓNDE APRENDER MÁS Y DIRECCIONES ÚTILES ~ .................................................... 34

Comprar material .......................................................................................................................... 34

Información en internet ................................................................................................................ 35

Bibliografía ...................................................................................................................................... 36

Seguimos en contacto .................................................................................................................... 37



~ INTRODUCCIÓN ~

Porqué hacerse en casa el propio jabón

Las razones para fabricar en casa nuestros propios jabones son múltiples y variadas:

* En los jabones para fregar los platos o lavar la ropa, aprovechamos el aceite usado en vez de tirarlo: Ahorramos dinero y disminuimos la contaminación.

* Controlamos el origen de las sustancias que forman nuestro jabón. Así podemos evitar los productos químicos dañinos para nuestra familia y para el medio ambiente.

* Al seleccionar los ingredientes, podemos fabricar jabones pensados para casos concretos: para lavar ropa muy sucia, para lavar la vajilla, jabón de tocador, gel y champú, jabones adaptados a nuestro tipo de piel y a problemas específicos, etc.

* Somos más autosuficientes.

* Nos libramos de parte del arsenal químico de nuestros armarios.

* Podemos hacer regalos útiles muy originales.

* Es muy fácil y una vez que conocemos las bases podemos dejar volar la imaginación e ir probando nuevos ingredientes y decoraciones.

* ¡Es divertido!

Qué es el jabón

Los jabones y detergentes son capaces de unirse a las partículas de grasa y emulsionarlas con el agua, para que puedan ser arrastradas. Así es como limpian.

Todos los jabones están formados por moléculas con una “cabeza”, y una larga “cola”. La cabeza es “hidrofílica” o “polar”, se ve atraída por el agua. En cambio, la cola repele el agua y es soluble en grasa. Es “hidrófoba”. Debido a esto, el jabón, en contacto con el agua forma unas esferas microscópicas denominadas “micelas”, que atrapan en su interior las partículas de grasa. Si cortáramos por la mitad una micela, tendría este aspecto:



Un químico nos diría que el jabón es una sal que resulta de la reacción de un ácido graso (que es una cadena de átomos de carbono con bastantes átomos de hidrógenos y un par de átomos de oxígeno en un extremo) con una base fuerte.

En la sustancia que solemos llamar jabón, la base fuerte es el hidróxido de sodio o sosa (NaOH) o el hidróxido potásico o potasa (KOH). Los “jabones” que forman los iones de sodio (Ca2+) y Magnesio (Mg2+) con los ácidos grasos son sustancias insolubles que aunque se llamen jabones para la química, no emulsionan las grasas. En las aguas duras algunos iones de Calcio reaccionan con las grasas y las vuelven insolubles y por eso se necesita más jabón para conseguir retirar la suciedad.

Los ácidos grasos que vamos a emplear para hacer jabón son productos orgánicos que provienen de plantas y de animales. Normalmente están en forma de molécula de triacilglicérido (llamada normalmente triglicérido), que tiene 3 ácidos grasos agrupados por una molécula de glicerol (normalmente llamada glicerina).

La fórmula de la unión del glicerol con tres ácidos grasos para formar un triglicérido sería esta:

Para hacer jabones necesitamos que los ácidos grasos estén libres, y que las cabezas polares de los mismos reaccionen con el ión sodio contenido en la sosa. A esto se le llama saponificación.



Así que lo que debemos hacer es romper el triglicérido y volver a convertirlo en glicerol y ácidos grasos. Al quedar libres los ácidos grasos, reaccionarán con el sodio, quedando libres iones (grupos OH), que reaccionarán con la molécula separada, formado la glicerina. Además, antes y después del proceso hay agua, en la que se ha debido disolver la sosa para que sea reactiva. De forma esquemática, pasa esto:

Al inicio tendremos grasas y una disolución de sosa en agua. Tras la reacción de saponificación tendremos jabón, glicerina, y el agua inicial. En la mayor parte de las fórmulas que empleamos, la glicerina se queda en el jabón final, aportando hidratación a la piel, y la mayor parte del agua se debe evaporar.

El jabón a lo largo de la historia

Ahora mismo, hacer jabón es tan sencillo como tener una receta, ir a la tienda a comprar los materiales, mezclarlos y dejarlos reposar. Sin embargo cuando aparecieron los primeros jabones no se conocía la sosa ni la potasa, y las grasas estaban llenas de impurezas. Los procesos eran más complicados y lentos.

Las primeras sustancias que se agregaron al agua para emulsionar las grasas no fueron los jabones, sino las hojas y raíces de algunas plantas que contienen saponina, una sustancia orgánica que también tiene en la misma molécula una parte que es soluble en agua y otra parte que es soluble en grasas. El funcionamiento es parecido al del jabón, pero su molécula es más compleja y no se sintetiza fácilmente. Actualmente se comercializan las “nueces de lavado”, que son las pieles exteriores del fruto de un árbol denominado Sapindus mukorossi que crece al norte de la India.



Se cree que los primeros jabones se comenzaron a hacer hace más de 3.000 años. Actualmente el hidróxido sódico o sosa se produce mediante varios procedimientos químicos (por ejemplo, es un subproducto de la elaboración del cloro), y se puede comprar en cualquier droguería o supermercado. Sin embargo, es demasiado inestable para encontrarse puro en estado natural. Los primeros productores de jabón se utilizaba la ceniza de algunas plantas, como la Salsola kali o barrilla, también denominada almajo de jaboneros, trotamundos o capitana. Esta planta vive en terrenos secos y pedregosos de todo el planeta y es común verla a finales del verano rodando por carreteras y eriales. Tiene una gran concentración de sosa en su tallo y hojas. También se empleaba el hidróxido potásico obtenido de las cenizas de algunos tipos de helechos, y la ceniza de huesos.

Uno de los primeros jabones conocidos es el Jabón de Aleppo. Se trata de un producto de la ciudad siria de Aleppo, donde aún se sigue obteniendo de forma muy parecida a como se obtenía en la antigüedad. El jabón se hace con aceite de oliva, al que se le añade al final del proceso entre un 2 y un 30% de aceite de baya de laurel. Se realiza mediante un proceso en caliente: durante tres días el aceite hierve en grandes cubas junto con la sosa para asegurar una buena saponificación. Después se extiende en el suelo formando capas, se corta, y se deja en curación de más de nueve meses. Cuanta mayor cantidad de aceite de baya de laurel, más propiedades terapéuticas, y mayor es también el coste. Aunque no se utilizan colorantes, conservantes o perfumes, últimamente se le puede encontrar con añadido de aceites esenciales que le pueden proporcionar diferentes propiedades, o mejorar las que ya tiene.

Otros jabones con historia son el jabón de Marsella, realizado con diversos aceites vegetales, empleando en la mezcla agua de mar, y el jabón de Castilla, fabricado enteramente con aceite de oliva. Los maestros jaboneros guardan con celo las recetas de estos jabones antiguos.

A lo largo de los siglos se ha mejorado la limpieza de las grasas, cada vez con menos impurezas, y se han purificado también las bases utilizadas, hasta tener concentraciones del 99%, lo que simplifica mucho el proceso de saponificación y mejora las condiciones de limpieza de los jabones. Poco a poco se le han ido añadiendo sustancias que mejoraban su olor, su comportamiento en el agua, o su poder blanqueante.

Uno de los blanqueantes más utilizados ha sido el perborato de sodio, que actualmente se va sustituyendo por el percarbonato de sodio, cuyos residuos, a base de carbonatos, no son tan contaminantes como el boro, que en concentraciones elevadas es tóxico.

Jabones y detergentes

La gran revolución en el lavado, especialmente de ropa y vajilla, se ha debido a la sustitución de los jabones simples por detergentes de composición muy compleja. Los detergentes están formados por una enorme diversidad de sustancias, algunas derivadas



del petróleo, que buscan mejorar el comportamiento limpiador, la limpieza de manchas orgánicas, y el lavado en aguas duras. Cualquier detergente actual contiene:

* Agente tensoactivo o "surfactante": Es el componente que realiza un papel similar al del jabón. Hay tensioactivos aniónicos (los más utilizados en las viviendas), catiónicos y no-iónicos .

* Anfóteros: utilizados en champús y cremas.

* Agentes coadyuvantes.

o Polifosfatos: ablandan el agua y permiten lavar en aguas duras. Son difíciles de eliminar en las depuradoras.

o Silicatos solubles: ablandan el agua, dificultan la oxidación sustancias como el acero inoxidable o el aluminio.

o Carbonatos: ablandan el agua.

o Perboratos: blanquea manchas obstinadas.

* Agentes auxiliares:

o Sulfato de sodio: evita que el polvo se apelmace facilitando su manejo.

o Sustancias fluorescentes: absorben luz ultravioleta y emiten luz visible azul. La ropa “resplandece”.

o Enzimas : rompen las moléculas de proteína , eliminando manchas de restos orgánicos como leche, sangre, etc. Son eficaces en frío.

o Carboximetilcelulosa: es absorbida por los tejidos e impide, por repulsión eléctrica, que el polvo se adhiera a los mismos.

* Estabilizadores de espuma.

* Colorantes.

* Perfumes.

Cuando estas sustancias se empezaron a añadir, a principios del siglo XX, nadie pensó que algunas de ellas pudieran dar problemas en los ríos a los que iban a parar las aguas residuales. A partir de los años 50, a medida que aumentaba la población, la higiene en las casas, y sobre todo desde que se introdujeron las lavadoras semiautomáticas, se comprobó que algunos componentes, como los derivados del benceno, no eran degradados por las



bacterias de los ríos, y se acumulaban produciendo espumas y contaminación. Actualmente en los países desarrollados está prohibido el empleo de detergentes no biodegradables.

La contaminación que se produce en la actualidad suele ser más sutil y menos visible, pero se extiende no solo a los ríos, sino a los suelos, a la atmósfera, a las aguas subterráneas y sobre todo, a nuestro propio organismo. La industria química evoluciona a gran velocidad, creando sustancias nuevas a un ritmo mayor que el de las pruebas que deben hacerse. Muchos de los aditivos utilizados actualmente están bajo sospecha de producir desórdenes metabólicos, incluyendo problemas en la fertilidad (de personas y animales), alergias o mutaciones que pueden originar procesos malignos. Curiosamente, los productos que pueden ser más problemáticos son aquellos que realmente no se necesitan para mantener la ropa limpia: los suavizantes y los perfumes.

Tipos de jabón

Como hemos visto antes, los jabones son el resultado de saponificar una grasa orgánica con sosa (hidróxido de sodio, NaOH) o potasa (hidróxido de potasio, KOH). Las propiedades de los jabones resultantes van a depender de:

* De la base que empleemos: sosa o potasa. Los jabones de potasa son más blandos y en el ámbito artesanal solo se utilizan para producir jabones líquidos, de los que no vamos a hablar en este taller.

* Las proporciones empleadas de los productos. Es muy importante pesar bien los productos para que en la mezcla final no quede sosa sin saponificar. La sosa es un producto muy irritante incluso en cantidades pequeñas. Tampoco podemos emplear un gran exceso de grasa, porque impediría al jabón realizar su labor. Un exceso de agua tampoco es recomendable, porque los jabones tardan más en secarse y acaban deformándose.

* El tipo de grasas que empleemos.

o En primer lugar, se deben diferenciar los ácidos grasos saturados de los no saturados. En los primeros, todas los átomos de Carbono están unidos al máximo de moléculas de Hidrógeno (están saturados de hidrógeno), mientras que en los segundos existen al menos dos átomos de carbono que forman una unión doble entre sí, y necesitan menos átomos de Hidrógeno. Se observa muy bien gráficamente:



o Los ácidos grasos saturados suelen ser sólidos a temperatura ambiente. Su cadena carboxílica es recta y flexible y se adapta mejor al proceso químico de saponificación, lo que proporciona jabones más duros, espumosos y duraderos. Sin embargo resecan la piel y pueden llegar a ser irritantes.

o Los jabones de ácidos grasos insaturados son más blandos, tardan más en alcanzar la saponificación total, y son más propensos al enranciamiento. Esto es debido a que la cola carboxílica de su molécula está doblada y es más rígida. Sin embargo, sus moléculas se parecen más a las grasas naturales de la piel, y suelen ser más hidratantes. Un ejemplo de ácidos grasos que dan resultados bastante diferentes, aunque tenga una fórmula casi similar, son los siguientes:



o Los ácidos grasos de cadena larga generalmente producen jabones más duros y con más espuma que los de cadena corta, aunque hay excepciones.

o Los aceites normalmente están formados por varios tipos de ácidos grasos. Las características que aportan al jabón algunos aceites son las siguientes:

Grasa/aceite Endurece la pastilla de

jabón Limpia

Hace espuma ligera

Hace espuma permanente

Suaviza Solidifica rápido

Oliva ++ ++ Girasol ++ ++

Almendra dulce

++ ++ ++

Caléndula ++ ++

Colza ++ ++ Ricino ++ ++ ++

Manteca de cacao

++ ++ ++ ++

Coco ++ ++ ++ ++ Jojoba ++ ++

Palma ++ ++ ++ Cacahuete ++ ++

Soja ++ ++

Germen de trigo

++ ++

o Cada aceite proporciona unas propiedades diferentes. Muchas veces se equilibra un jabón blando, como el de aceite de girasol, con aceites que lo endurezcan, como el de coco o la manteca de cacao. En ocasiones se añade cera de abeja, que saponifica parcialmente, para dar consistencia al jabón. A pesar de ser un jabón un poco blando, el de aceite de oliva 100% es uno de los mejores que existen. Sin embargo, se recomienda que la proporción de aceite de girasol no supere nunca el 15% de la mezcla.

o Algunos aceites, como el de aguacate y el de karité contienen porcentajes elevados de sustancias insaponificables, que aportan propiedades nutritivas al jabón, pero lo hacen más blando y menos resistente al paso del tiempo. Otros aceites, como el de coco, producen jabones de gran calidad, pero “limpian” en exceso, resecando la piel. Se aconseja no poner más de un 30% de aceite de coco en las grasas totales.

* El proceso de saponificación elegido. Hay básicamente tres tipos de procesos:

o Proceso en frío. Es el que emplearemos en el taller. Se realiza a temperatura ambiente, y hasta unos 55-60ºC. La glicerina se conserva en el jabón resultante.



Para utilizar este jabón es necesario esperar un mes a que el jabón esté totalmente saponificado. Se suele realizar un sobre-engrasado del jabón, añadiendo aceites al final del proceso, o utilizando una proporción de sosa ligeramente inferior a lo que dice la receta. El jabón también sale diferente si los jabones se hacen a temperatura ambiente, o a una temperatura superior.

o Proceso en caliente. Se realiza entre 80 y 100ºC, llegando muy cerca de la temperatura de ebullición. El proceso es más largo y complejo que el de saponificación en frío y los resultados no son mejores. Sin embargo, este jabón se puede utilizar inmediatamente, porque el calor consigue que la saponificación se complete rápidamente

o Proceso en ebullición completa: Los ingredientes se mezclan en ebullición durante largo tiempo, removiendo de forma constante. Cuando el jabón está finalizando, se añade sal para hacer un “sangrado”, que separa la glicerina con el agua por un lado, y el jabón por otro. Se suele utilizar en grandes lotes de jabón, de carácter industrial o semindustrial. Las altas temperaturas hidrogenan parcialmente los ácidos grasos, lo que hace un jabón más estable, pero comparativamente, con menos propiedades hidratantes.

* Los ingredientes extra. Aquí triunfa la imaginación: aceites esenciales, aromas, colorantes, elementos que proporcionan texturas como harinas, ralladura de naranja, adornos finales con pétalos, etc. También se pueden añadir conservantes naturales (normalmente aceite de pepita de pomelo) o antioxidentes (normalmente vitamina F) para aumentar la duración de jabones de aceites insaturados. En cualquier caso, si no se está siguiendo una receta, conviene ir introduciendo los extras en pequeñas dosis. Los más importantes son:

o Aceites nutritivos o terapéuticos. Se deben añadir al final del proceso, antes de enmoldar, de forma que la sosa altere lo menos posible sus propiedades. Se trata de aceites de jojoba, karité, aguacate, rosa mosqueta, caléndula, germen de trigo, almendras… que dejan una ligera película sobre la piel, protegiéndola.

o Aceites esenciales. Obtenidos por presión o destilación en función del tipo de planta, contienen concentrados gran parte de las propiedades de la planta. Además de proporcionar aroma, pueden tener propiedades terapéuticas para la piel u otros órganos, dado que pueden ser absorbidas, penetrando al torrente sanguíneo. Se deben usar con moderación, solo unas gotas cada vez. Hay que tener en cuenta que se trata de sustancias muy concentradas, y por otro lado, la mayor parte de la sustancia se irá con el agua del aclarado. Conviene que sean de la mejor calidad, sin escatimar dinero. Un botecito de 10 ml puede durar muchos jabones. Totalmente contraindicadas en embarazadas



y bebés. Solo se podrían utilizar los cítricos (limón, naranja, mandarina, bergamota). Los más comunes son los siguientes:

• Albahaca: Descongestiona la piel, repele insectos, ayuda en casos de debilidad, fatiga y ansiedad.

• Árbol del té: Es un potente desinfectante y antiviral y regenera células muertas.

• Bergamota: calma la ansiedad, sube el ánimo.

• Geranio: Hidratante, regenerador celular, tonificante.

• Lavanda: Relajante, desinfectante. Bueno en pieles sensibles y quemaduras.

• Limón: Cicatrizantes, Bueno para regenerar las células y para las manchas de la piel.

• Naranja: Relajante, regenerador de la piel.

• Tomillo: estimulante, antibiótico, combate la fatiga.

o Hidrolatos: se trata de la fracción líquida de la destilación con la que se obtienen los aceites esenciales. Se pueden utilizar directamente como tónico para el cutis. En jabones no se utilizarán para diluir la sosa, pues se perderían todas sus propiedades. Los utilizaremos para hacer jabones refundidos. Los más utilizados:

� Agua de azahar. Calmante, recomendado para pieles secas.

� Agua de hamamelis. Especialmente recomendada para pieles muy sensibles y rojeces., mixtas o grasas.

� Agua de rosas. Ligeramente astringente. Calma las pieles irritadas.

� Agua de lavanda. Refrescante. Para pieles frágiles con quemaduras, picaduras, o con acné. Favorece la cicatrización.



o Extractos aromáticos, aromas o fragancias. Se trata simplemente de aportar aroma al jabón. Debe ser compatible con el olor del propio jabón. Hay una gran diferencia entre los aromas extraídos de la naturaleza y los sintéticos, tanto en calidad, como en precio.

o Especias. Aromatizan y dan color: azafrán, cúrcuma.

o Partículas exfoliantes: café molido, azúcar o sal, semillas de mijo o de amapola, etc.

o Colorantes. Si queremos un jabón natural, no le aportaremos ni aromas ni colorantes. No obstante, existen sustancias que no son peligrosas para la piel ni para el medio ambiente, como el alga clorella (color verde), café, canela, naranja, zanahoria, cacao, etc. También se pueden emplear pigmentos minerales (ocres y tierras naturales molidas). De cualquier forma, los colorantes naturales no darán colores tan vivos como los sintéticos.

* Las circunstancias. En ocasiones una receta que siempre ha salido a la perfección, falla: se endurece antes de tiempo, se corta, no se acaba de secar… Hay circunstancias difíciles de controlar al 100%, incluyendo variaciones en la composición de los ingredientes, temperatura ambiente, forma de batir, …

Por último, se puede fabricar jabón refundido a partir del jabón elaborado y ya curado, rayándolo y mezclándolo a fuego muy suave con sustancias que den poderes nutritivos o terapéuticos al jabón. Al estar terminada la saponificación, la sosa no atacará a los nuevos componentes, conservando intactas su propiedades. Elaboraremos este tipo de jabones en el taller.

Existe además un tipo de jabón diferente: el jabón de glicerina. Se utiliza como base una barra de glicerina sólida, de un tipo específico para hacer jabón. La técnica para hacer estos jabones es muy simple: se corta la barra en trozos, se funde a fuego lento, se añaden aromas



o colorante, y se enmolda. Se trata de un jabón poco natural, pues la glicerina suele elaborarse a partir de derivados del petróleo.

~ EL JABÓN BASE ~

Instrucciones previas

Para empezar, un poco de orden:

* Hacer el jabón base es muy fácil, pero es importante seguir las proporciones marcadas por las recetas en el agua, la sosa y el aceite. Si vas a multiplicar las cantidades, hazlo proporcionalmente y ten las nuevas cantidades preparadas antes de ponerte a hacer el jabón.

* Salvo excepciones, todas las cantidades se dan en peso, no en volumen. Un utensilio principal será una pequeña báscula digital de cocina con precisión de 1 gramo y posibilidad de ponerle tara. Si no lo hacemos así, puede salir un jabón caústico, que queme, o un jabón muy graso, que no lave bien, o un jabón que no se haga sólido.

* Las proporciones que se dan en este manual son para hacer un molde de bizcocho rectangular de tamaño mediano, lleno hasta arriba. Puedes hacer menos cantidad, pero será más difícil de batir y mezclar.

* Ten a mano y preparados todos los utensilios y materiales y tomate tu tiempo para hacer las cosas bien.

* Apunta en una libreta la receta que haces, y posteriormente, etiqueta los jabones con sus ingredientes principales y la fecha de fabricación. Así recordarás cuándo cumple el plazo de reposo del jabón (1 mes).

* Atención: los aceites esenciales están contraindicados en cualquier jabón para bebés, embarazadas y madres lactantes.

Trabajando con sosa:

* La sosa debe ser de una pureza de al menos el 95%, y estar totalmente seca, en forma de perlas o escamas, en un recipiente hermético, pues absorbe rápidamente la humedad del aire y se estropea. El envase debe estar etiquetado como producto peligroso.



* La sosa es caústica. Debemos proteger bien la superficie de trabajo, con manteles plásticos, nuestra ropa con delantal o bata, las manos y los brazos con guantes largos de goma. También podemos emplear gafas protectoras.

* Los jabones recién hechos contienen una proporción elevada de sosa sin saponificar, por lo que también habrá que mantenerlos protegidos, y no tocarlos con las manos desnudas.

* Para trabajar con sosa es obligatorio poder ventilar la habitación, y tener agua corriente al lado. Si ocurre un accidente, lo más importante es, rápidamente, lavar con agua limpia toda la piel y los objetos o muebles sobre los que haya caído sosa. Es conveniente tener a mano una botella de vinagre, que podemos utilizar para asegurar de que, una vez limpiado con agua, se neutraliza totalmente. Si se salpican los ojos hay que lavarlos inmediatamente con agua limpia, al chorro, durante al menos 1 minuto, y acudir al médico.

* Los cacharros que empleemos para la disolución de sosa se deben etiquetar o lavar inmediatamente tras su uso. No se debe dejar reposando una disolución de sosa en un lugar en el que hay adultos que no saben lo que es, niños o animales domésticos.

* No se pueden emplear utensilios de aluminio o zinc en contacto con la sosa porque se corroen. Sí se puede utilizar los de acero inoxidable, plástico resistente y cristal, aunque éstos últimos irán quedando cada vez más empañados. Se pueden utilizar espátulas de madera, pero se deben lavar inmediatamente después de su uso.

* Al mezclar el agua con la sosa se produce mucho calor. La fuente de la mezcla debe estar sobre una superficie resistente. Al hacer la mezcla, se debe echar la sosa en el agua, y no al contrario, porque la reacción puede producir turbulencias y salpicaduras de sosa. Además, esta mezcla produce rápidamente vapores muy irritantes. Es mejor hacer la mezcla bajo la campana extractora, o al menos mantenerse alejado.

* Al acabar, las fuentes, utensilios y zona de trabajo se deben lavar añadiendo un poco de vinagre. La batidora precisa una limpieza a fondo.

* Guarda los ingredientes corrosivos etiquetados correctamente, en un lugar seco, sin calor excesivo, protegido de animales domésticos y niños. Guarda también fuera de su alcance los moldes con los jabones recién hechos.

* Los recipientes y utensilios usados para elaborar jabón se pueden utilizar para cocinar, una vez lavados con agua y un poco de vinagre.

Utensilios necesarios

* Báscula de cocina con precisión de 1 gr.



* Una cacerola o fuente de acero, cristal o plástico resistente, de unos dos litros de capacidad, para hacer la mezcla.

* Cuencos de cristal o plástico para pesar ingredientes.

* Espátula. Mejor de silicona.

* Un termómetro de cocina puede ser útil, pero no es imprescindible.

* Batidora eléctrica (si se te da bien, también lo puedes batir a mano)

* Varillas de batir.

* Cuchara.

* Protección: mantel resistente, delantal o bata, guantes largos, y es conveniente ponerse gafas.

* Paño de cocina para recoger posibles salpicaduras.

* Moldes de silicona, plástico resistente o metal (no aluminio). También vale una caja de madera forrada con papel encerado.

* Colador fino, para la receta con aceite reciclado.

* Cuchillo y rallador para la receta con Aloe vera.

Ingredientes básicos y proporciones

Los ingredientes básicos y sus cantidades para producir unos 900 gr de jabón y llenar un molde típico de bizcocho rectangular son:

* Aceite base: si es de oliva, 630 gr. Para otros aceites, consultar la tabla de saponificación (más adelante).

* Agua destilada, o del grifo dejándola reposar 24 horas para eliminar el cloro: 190 gr

* Sosa caústica: 85 gr

* Opcional: Aceites nutritivos. Se recomienda no utilizar más del 10% del aceite base, hasta 60 gr, más o menos, (dos o tres cucharadas). Se puede ir variando la proporción en función del resultado

* Opcional: Aceites esenciales. De 5 a 10 gotas.

Si se varían las cantidades, hay que asegurarse de todas cambien proporcionalmente.



Tabla de saponificación

Cada tipo de aceite necesita una cantidad específica de hidróxido de sodio (sosa cáustica) para producir la saponificación. Con un exceso de sosa, el jabón irritará la piel y puede producir quemaduras, pero si falta sosa el jabón puede quedar blando y enranciarse antes.

Lo más fácil es partir de una receta garantizada con las proporciones ya establecidas. Sin embargo, puede que tengamos a mano aceites diferentes de la receta, o queramos emplear una mezcla de aceites diferente. Para calcular cuanta sosa se corresponde a nuestra mezcla de aceites utilizamos la tabla de saponificación.

El número que aparece a la izquierda de cada tipo de aceite es la cantidad de sosa que se necesita para un gramo de ese aceite. Utilizando una sencilla regla de tres podemos calcular cualquier cantidad. Por ejemplo:

* Ejemplo 1 (un solo aceite). Quiero emplear 200 gr de aceite de soja: Si para 1 gramo de aceite de soja necesito 0,135 gramos de sosa, para 100 gramos necesitaré 13,50 gramos de sosa (0,135× 100)=13,60 gramos de sosa.

* Ejemplo 2 (mezcla de aceites). Quiero emplear una mezcla de 300 gr de aceite de oliva, 100 de manteca de cacao y 100 de aceite de coco:

o 300 x 0,135 = 40,5 gr de sosa que saponificarán el aceite de oliva.

o 100 x 0,137 = 13,7 gr de sosa que saponificarán la manteca de cacao.

o 100 x 0,190 = 19 gr de sosa que saponificarán el aceite de coco.

o En total necesito para mi jabón 40,2 + 13,7 + 19 = 73,2 gr de sosa.

En estas cantidades no se deben considerar las grasas o aceites esenciales que se añaden en el punto de cuajado. Precisamente lo hacemos así para que se saponifiquen lo menos posible.

Respecto al agua de disolución, dado que sólo es el vehículo de la reacción y no interviene en la misma, basta con echar la suficiente para disolver la sosa y batir la mezcla cómodamente. La mayoría de las recetas utilizan aproximadamente 2,5 gramos de agua por cada gramo de sosa, salvo excepciones (en el jabón de lavadora de este taller se emplean 4 gramos de agua por gramo de sosa, porque se realiza un “sangrado” posterior que elimina el agua sobrante).

A continuación se incluye una tabla con el índice de saponificación para la sosa (NaOH) de unos cuantas grasas y aceites. Se debe tener en cuenta que son valores medios, puesto que los aceites del mercado pueden variar ligeramente su composición de ácidos grasos. Por esta razón, estos índices de saponificación varían según la fuente consultad. Si se emplea



potasa (KOH) en vez de sosa (NaOH), el índice de saponificación se debe multiplicar por 1,4025.

En cualquier caso, en internet existen “calculadoras” de recetas de jabón que facilitan mucho el uso de diferentes aceites. En el capítulo final se cita la calculadora de “mendrulandia.net”.

INDICE DE SAPONIFICACIÓN (I.S.) (gramos de NaOH por gramo de aceite)

Aceite o grasa I.S.

Aceite de aguacate 0,133 Aceite de semilla de albaricoque 0,135

Aceite de almendra 0,139

Aceite de semillas de algodón 0,138 Aceite de semillas de amapola 0,138

Aceite de salvado de arroz 0,128 Aceite de avellana 0,136

Aceite de flor de azafrán 0,136 Aceite de borraja 0,136

Manteca de cacahuete 0,136 Aceite de semillas de calabaza 0,135 Aceite de semillas de cáñamo 0,137

Manteca de cacao 0,137

Aceite de chufas 0,136 Aceite de coco 0,190

Aceite de colza (cánola) 0,124 Aceite de semillas de girasol 0,134

Aceite de bayas de laurel 0,069 Aceite de semilla de lino (linaza) 0,136

Manteca de karité 0,128 Aceite de nuez de macadamia 0,139

Aceite de maíz 0,136 Aceite de semillas de mostaza 0,123

Aceite de nuez 0,136 Aceite de nuez de Brasil 0,175

Aceite de oliva 0,135 Aceite de oliva reciclado 0,145

Aceite de palma 0,141 Aceite de pistacho 0,135

Aceite de semillas de pomelo 0,135 Aceite de prímula 0,136

Aceite de ricino 0,128 Aceite de semillas de sésamo 0,133

Aceite de soja 0,136



INDICE DE SAPONIFICACIÓN (I.S.) (gramos de NaOH por gramo de aceite)

Aceite o grasa I.S.

Aceite de germen de trigo 0,132

Aceite de semillas de uva 0,129 Margarina 0,136

Cera de abejas 0,069

Lanolina, grasa de lana de oveja 0,074 Aceite de hígado de bacalao 0,132

Manteca de cerdo 0,138

Sebo y grasa de cabra 0,139 Grasa de gallina 0,138

Grasa de oca 0,136 Aceite de pescado 0,136

Sebos de ovino 0,138 Sebo de manteca y grasa de vacuno 0,140

Aceite de visón 0,140

Sobreengrasado

La mayoría de los jaboneros utilizan recetas sobreengrasadas para hacer jabón. El sobreengrasado consiste en añadir un exceso de la grasa necesaria para saponificar la sosa empleada, de forma que quede una pequeña parte de la grasa sin saponificar. Como resultado tenemos, por un lado, un margen de seguridad: aunque no estemos seguros de la pureza de nuestra sosa, o nuestra báscula no es completamente fiable, tendremos la garantía de que toda la sosa desaparece de nuestro jabón. Y por otro lado, los aceites no saponificados quedarán en nuestra piel, dejándola ligeramente hidrtada.

Se aconseja un sobreengrasado de entre un 5% y un 15%, en función de nuestros gustos y necesidades. Por debajo, el jabón puede dejar la piel reseca, y por encima, el jabón no limpiará bien.

Las recetas que aquí se exponen suelen tener un porcentaje del 8% de exceso de aceites (se indica).

Elaboración del jabón básico

1. Se pesa el agua y se vierte al recipiente de mezcla.



2. Una vez pesada, verter con cuidado la sosa en el agua. Remover un poco y apartarse. Estará unos 5 minutos desprendiendo vapores irritantes. Se puede dejar debajo del extractor.

3. Remover despacito con la espátula para asegurarnos de que se ha disuelto todo. Esperar a que baje a una temperatura por debajo de 60 ºC.

4. Agregar el aceite. Si el aceite está muy frío, se tarda más en cuajar, por lo que es conveniente calentarlo antes de agregarlo, hasta unos 30-40 ºC. Si es reciclado, previamente hay que filtrarlo.

5. Mover suavemente con las varillas.

6. Se va acelerando el batido manual, o se bate la mezcla con la batidora de brazo en su posición más lenta.

7. A medida que espesa se puede ir subiendo la velocidad de batido. Se debe mantener el batido todo el tiempo.

8. La mezcla irá espesando hasta que en un momento dado sea tan densa que si echamos por encima gotas de la propia mezcla, van haciendo dibujo en la superficie. Este el punto de “cuajo” o de ”traza”. En función de los aceites empleados, la temperatura y los ingredientes extra, este punto se puede conseguir a los cinco minutos, o tardar más de una hora. Es muy importante seguir batiendo hasta llegar a la traza. Si se deja enfriar el jabón en estado líquido, la parte de aceite sin mezclar se separará del agua y el jabón no se podrá utilizar.

9. En el punto de traza es el momento de echar los posibles aceites nutritivos, esencias o aceites esenciales. Se bate un poco más para que estas sustancias se incorporen a la mezcla.

10. Se vierte en los moldes.

11. Se debe apuntar la fecha para que tengamos la seguridad de que se completa la maduración antes de su uso. Puede ser en nuestra libreta, en un post-it pegado en el molde, …

12. Los moldes se dejarán en un lugar cálido, donde reposará, cubierto con film de cocina y una manta vieja, de 12 a 48 horas. Es el tiempo necesario para pueda desmoldarse, aunque cada jabón requiere su tiempo.

13. Cuando tiene suficiente consistencia para no deformarse, se saca del molde y se corta en pastillas. Si se espera más tiempo puede que se cuartee al cortarlo. Los maestros jaboneros emplean un cortador de lámina o de hilo. Nosotros emplearemos un



cuchillo largo y fino. Por ejemplo, un cuchillo jamonero. Si se trata de moldes individuales no es necesario desmoldar hasta más adelante.

14. Se deja madurar en un lugar seco durante 1 mes, para que termine de saponificar.

15. Pasado el mes, ya se puede utilizar. Se pueden guardar las pastillas en recipientes, todas juntas hasta que las vayamos a utilizar, o envolverlas individualmente con papel o celofán, y poner una etiqueta con el nombre del jabón y la fecha de fabricación. Antes, se pueden eliminar las irregularidades o darle forma con un cuchillo. Guarda las posibles virutas de las pastillas, o los trozos que se rompan al cortar las pastillas para hacer jabón refundido.

16. Importante: en la misma libreta en la que apuntamos los ingredientes del jabón, se deben apuntar las observaciones del proceso y la descripción del jabón resultante, para ir mejorando nuestra receta.

Receta: Jabón base de aceite reciclado

Se parece mucho al jabón que hacían nuestras abuelas para aprovechar el aceite usado, pero contamos con varias ventajas importantes: una es que tenemos a nuestra disposición sosa de gran pureza mientras que ellas contaban con sosa de menor calidad, o de calidad muy variable. Por esta razón ellas normalmente tenían que calentar la mezcla. La segunda ventaja es que conocemos exactamente las cantidades que hay que mezclar para saponificar y no dejar sosa en el jabón.

Este jabón es útil para lavar a mano vajilla y ropa delicada. Se puede emplear también para quitar la grasa de la encimera y de la placa de la cocina y muchos otros usos. Sin embargo no es aconsejable utilizarlo como jabón de tocador.

Para su elaboración se sigue la ya descrita, pero las cantidades se modifican ligeramente debido a que el aceite reciclado tiene un índice de saponificación ligeramente diferente. El sobreengrasado empleado es el mínimo para asegurarnos de que no queda sosa sin reaccionar (lo más importante en este jabón es que limpie bien, no que hidrate la piel). Las cantidades a emplear son las siguientes:

* 649 gr Aceite de oliva reciclado, filtrado con un tamiz fino o un paño. (3% de sobreengrasado). 630 gr si no se desea sobreengrasado.

* 203 gr Agua destilada, o del grifo dejándola reposar 24 horas para eliminar el cloro.

* 91 gr Sosa caústica.



Si el aceite huele mal, probablemente está rancio. La sosa elimina la mayor parte de los olores del aceite, pero no el olor a rancio. El jabón resultante conservará el mal olor y no se podrá usar para la ropa, aunque sí para otros usos.

Si el aceite no está producido en nuestra propia casa, debemos asegurarnos de que es aceite de oliva.

Receta: Jabón base de aceite de oliva (jabón de Castilla)

Es uno de los mejores jabones de tocador del mundo. Sólo se emplea aceite de oliva virgen extra, y mejor aún si es ecológico.

Se emplean las cantidades de la receta general, con un sobreengrasado del 8%:

* 680 gr de aceite de oliva virgen extra (630 gr. si se quiere sin sobreengrasado).

* 190 gr de agua sin cloro.

* 85 gr de sosa caústica.

Para pieles secas o delicadas, en el punto de traza se puede añadir una cucharada de aceite de germen de trigo, o una cucharadita de germen de trigo, otra de aceite de jojoba, de rosa mosqueta y de aguacate. Pero se debe tener en cuenta que los jabones enriquecidos con aceites sin saponificar tienen una duración menor.

También se pueden añadir unas gotas de aceites esenciales que aportarán propiedades y aroma. Aunque hay expertos jaboneros que piensan que es una pena gastar en jabón los carísimos aceites esenciales, yo disfruto con el olor mientras me lavo las manos.

Si el jabón es para bebés o mujeres embarazadas o lactantes, no se deben emplear aceites esenciales.

Receta: Jabón de Aloe vera

En este jabón empleamos el aceite de almendras mezclado con el de oliva, junto con aloe vera, que tiene un efecto calmante e hidratante. La cera de abeja le aporta suavidad, facilita el espesamiento durante la saponificación, y extiende la duración del jabón. En general los jabones que llevan ingredientes orgánicos diferentes del aceite son más sensibles a los mohos.

Partimos de los siguientes ingredientes (sobreengrasado del 8%):

* 444 gr de aceite de oliva virgen extra (411 gr si se quiere sin sobreengrasado).



* 200 gr de aceite de almendras (185 gr. Si se quiere sin sobreengrasado).

* 8 gr de cera de abejas

* 190 gr de gel de aloe vera (o 85 gr de agua y 85 gr de gel de aloe vera)

* 81 gr de sosa caústica

Para iniciar el proceso, ponemos los aceites a calentar al baño maría para que se deshaga la cera. El calor debe ser suave, alcanzando justo la temperatura de fusión de la cera, sin que se caliente más.

Mientras, pelamos las hojas del aloe vera y trituramos el jugo con la batidora, hasta conseguir los 190 gr (se puede mezclar con un poco de agua).

La sosa se disuelve en el aloe vera, se espera a que baje un poco la temperatura y se mezcla con las grasas ya totalmente disueltas, siguiendo el procedimiento normal.

En el punto de traza se puede añadir unas gotas de aceites esenciales, como puede ser menta.

Receta: Jabón de leche

Este jabón aprovecha las propiedades de las grasas que contienen la leche de vaca, oveja o cabra y respeta las pieles más delicadas. Cuanta más grasa tenga la leche, mejor, es decir, por este orden: oveja, cabra y vaca.

Los ingredientes son los mismos que para el jabón base, sustituyendo el agua por leche. Con un sobrengrasado del 8% son los siguientes:

680 gr Aceite de oliva virgen extra. (630 gr. si se quiere sin sobreengrasado).

20 gr. de manteca de cacao

200 gr Leche de oveja, cabra o vaca.

85 gr de sosa caústica

5 gotas de aceite esencial de limón

La elaboración se debe iniciar poniendo el aceite al baño maría junto con la manteca de cacao, con el fin de que ésta última se vaya fundiendo. Solo tomar la temperatura justa para que la manteca se disuelva en el aceite de oliva. Inmediatamente se saca del fuego y se deja reposar para que baje un poco la temperatura, al menos hasta 40ºC. Cada poco tiempo se le da una vuelta con la espátula, para que la temperatura sea homogénea y se mezcle bien la manteca con el aceite.



Después, en otro recipiente, se pone la leche y se añade la sosa. Al verter la sosa, la disolución toma un color naranja debido al calor y a reacciones químicas con los diferentes componentes de la leche. Se produce además un gas con fuerte olor, que es mejor no respirar. En poco tiempo pasa a un tono marrón, que nos indica que la leche está perdiendo algunas propiedades. Esto se evita utilizando la leche muy fría, incluso parcialmente congelada, y añadiendo los aceites inmediatamente tras la disolución de la sosa.

La esencia, como siempre, se añade al llegar al punto de traza.

Receta: Jabón de limón

El limón aporta cualidades de limpieza y a la vez, es un suavizante natural para las manos. Una crema hidratante muy simple para manos consiste en una mezcla de glicerina vegetal con zumo de limón.

Los ingredientes, con un 8% de sobre engrasado son los siguientes:

* 680 gr de Aceite de oliva virgen extra (630 gr. si se quiere sin sobreengrasado).

* 10 gr de cera de abeja.

* 90 gr de agua sin cloro.

* 100 gr de zumo de limón


* La ralladura de un limón grande

* 15 gotas de aceite esencial de limón

La elaboración se debe iniciar poniendo el aceite al baño maría junto con la cera, con el fin de que ésta última se vaya fundiendo. Solo tomar la temperatura justa para que la cera seel aceite de oliva. Inmediatamente se saca del fuego y se deja reposar para que baje un poco la temperatura, al menos hasta 40ºC. Cada poco tiempo se le da una vuelta con la espátula, para que la temperatura sea homogénea y se mezcle bien la cera con el aceite.

La rayadura y el aceite esencial se añaden en el punto de traza.

Receta: Jabón de rosas

Este jabón tiene una buena mezcla de aceites, blandos (oliva y girasol) y duros (manteca de cacao y coco). Si se emplea aceite de girasol, suele ser necesario compensar con un aceite que proporcione dureza al jabón, a menos que no te importe una textura mantecosa. El agua de rosas no aporta apenas aroma, pues éste se pierde con el contacto con la sosa. Sin embargo retiene otros principios activos.



Por otro lado, empleamos benjuí como fijador del aroma. Los aromas sintéticos duran años sin necesidad de fijador, sin embargo, los aromas totalmente naturales se van perdiendo poco a poco.

En este jabón se emplean pétalos como decoración. Como el resto de los jabones, la fórmula lleva un 8% de sobreengrasado.

* 270 gr. de aceite de oliva

* 200 gr. de aceite de coco

* 110 gr. de aceite de girasol

* 100 gr. de manteca de cacao

* 93 gr. sosa caústica

* 390 gr. de agua sin cloro o agua de rosas (hidrolato de rosas)

* 1 cucharada sopera de pétalos de rosas

* 15 gotas de aceite esencial de rosas

* 15 gotas de benjuí (fija el aroma)

En el punto de traza se añade una parte de pétalos de rosas y la esencia. El resto de pétalos se pone como decoración en la base del molde, de forma que quede en la cara superior del jabón.

Receta: Jabón de miel

Este jabón es estupendo para toda clase de pieles, pero te tiene que gustar el aroma de la miel. Con un 8% de sobreengrasado, los ingredientes son:

* 680 gr. de aceite de oliva virgen

* 10 gr. de cera de abeja

* 200 gr. de infusión de miel (una cucharada de miel mezclada en el agua caliente hasta que se diluya)

* 85 gr. de sosa

* 60 gr. de miel

* 1 cucharadita de aceite esencial de romero



La esencia, junto con la miel, se añade en el punto de traza.

~ EL JABÓN REFUNDIDO O TERAPÉUTICO ~

Un jabón base ya curado se puede fundir al calentarlo con un líquido, y se solidifica al dejarlo enfriar y secar. Vamos a aprovechar esta propiedad del jabón para agregar sustancias cuyos principios activos, agregados durante la saponificación se pierden debido al poder corrosivo de la sosa.

La proporción aproximada que usaremos es de 120 gr de jabón con 80 gr de líquido.

Para hacer jabones refundidos lo mejor es emplear el jabón base más sencillo (de aceite nuevo), sin adición de grasas, aromas o aceites esenciales en el punto de traza.

Las sustancias que le podemos añadir a este jabón pueden ser muy sencillas. Por ejemplo, utilizando como líquido un hidrolato de lavanda o una infusión de manzanilla, tendremos un jabón más suave.

Pero también puede ser muy complejo: leche, sustancias exfoliantes, arcillas, aceites nutritivos, aceites esenciales, chocolate, infusiones que proporcionen color (menta, ortiga, hibisco)… Solo se debe tener en cuenta que cuantas más sustancias sin saponificar lleve el jabón, mayor es el riesgo de enranciamiento o de que salga moho. Para evitar esto, algunas recetas añaden aceite de semilla de pomelo, un conservante natural, en una proporción del 0,5% del peso total del jabón (es decir, 5gr por kg de jabón). Esto no cuenta para algunos aceites esenciales que son bactericidas, como el de limón o el de árbol del té.

Utensilios

* Cacerola y recipiente para calentar al baño maría.

* Báscula de cocina

* Espátula de madera o silicona.

* Molde

Elaboración

1. Se ralla el jabón con un rallador fino de cocina (importante: evitar el rallador de pan).

2. Se pesa el jabón, y se pone en un recipiente a calentar al baño maría.

3. Se pesa el líquido que vayamos a utilizar y lo vamos añadiendo poco a poco al recipiente del jabón, removiendo con una espátula (la textura no permite el uso de



batidora). Hay que intentar no crear mucha espuma. Mientras, continúa a fuego lento.

4. Aunque al principio parece que no se va a disolver, con paciencia se consigue una pasta homogénea.

5. Se retira del fuego, y se añaden los ingredientes deseados.

6. Se continúa batiendo hasta que la pasta se vuelva otra vez homogénea.

7. Se untan los moldes con aceite de girasol para que desmolden mejor.

8. Antes de echar el jabón en los moldes, se puede decorar la base con canela, pétalos, ralladura de limón o naranja, etc. Siempre en muy poca cantidad.

9. Rellenar el molde evitando las burbujas de aire. Se puede alisar la superficie con una espátula mojada en agua caliente.

10. Se deja enfriar (entre 12 y 24 horas más menos) y se desmolda con cuidado. Se desmoldará mejor dejándolo en la nevera o en el congelador una noche. El jabón aún está blando.

11. Se deja secar en un lugar seco y ventilado, si es posible sobre un tamiz o rejilla, unos 7 días.

12. Cuando se haya endurecido, se puede usar inmediatamente.

Notas:

* Añadiendo una cucharadita de leche se consigue antes la mezcla homogénea. Si se pone leche (unos 5 gr) hay que descontarlo del líquido.

* No es conveniente que la temperatura suba mucho, porque perderemos propiedades de los principios activos.

* Es mejor añadir poca cantidad de productos, sobre todo al principio.

* El agua que se emplee para las infusiones debe ser sin cloro. Por ejemplo, dejando en reposo agua del grifo (en Madrid) unas 24 horas.

* Las recetas están pensadas para hacer 6 jabones de tamaño medio.



Receta: Jabón refundido exfoliante de harina de maíz

La harina de maíz, molida en grano grueso, es un estupendo exfoliante que se puede utilizar en todo el cuerpo, añadiendo manzanilla, que es calmante. El color amarillo de la harina da tonalidad al jabón.

Los ingredientes son:

* 360 gr de jabón base rallado

* 225 gr de infusión de manzanilla

* 15 gr de leche (para facilitar la disolución)

* 75 gr de harina de maíz molida gruesa.

Se elabora como la receta base, añadiendo la harina a la pasta de jabón, y mezclando muy bien. De forma alternativa, se puede utilizar como exfoliante café molido, que también aporta un aroma energizante, o semillas de amapola o de mijo.

Si se desea añadir aroma, éste tiene que casar bien con la manzanilla de la infusión. Quizá aroma de manzana, o algún aceite esencial de tomillo o lavanda.

Receta: Jabón refundido emoliente de chocolate y miel

Es muy aromático debido al chocolate y a la miel, y vistoso porque el chocolate se añade de forma que haga veteados.


* 360 gr de jabón base rallado.

* 210 gr de leche entera.

* 60 gr de miel.

* 3 cucharadas de chocolate negro rallado.

* 3 cucharaditas de especias molidas: clavo de olor, canela y cardamomo.

Se elabora como la receta base, excepto:

* La miel se añade por debajo de 38 ºC

* El chocolate se añade justo antes de pasar al molde, y solo se bate ligeramente para que se mantenga el veteado.



Receta: Jabón refundido terapéutico para pieles sensibles

Este jabón posee propiedades calmantes y emolientes, pensado para pieles muy sensibles o con eccemas.


* 360 gr de jabón base rallado.

* 225 gr de infusión concentrada de malva (1 gr de flor en 80 gr de agua). También se puede sustituir por un hidrolato de hamamelis de buena calidad, procedente de agricultura ecológica.

* 15 gr de leche (para facilitar la disolución)

* 15 gr (una cucharada) de aceite de jojoba.

* 15 gr (una cucharada) de aceite de hipérico.

Se elabora como la receta base.

Otras recetas

Este tipo admite infinidad de recetas, que se pueden acoplar a las necesidades de cada persona. Solo es necesario añadir los ingredientes en pequeñas dosis, hasta conseguir el efecto buscado. A modo de ejemplo:

* Jabón de algas: con 10 gr de algas marinas. Las algas contienen minerales que la piel necesita. Se puede aromatizar con aceite esencial de ylang-ylang.

* Jabón de arcilla: con 1 cucharadita de arcilla verde. La arcilla ayuda en la acción de limpieza del jabón, especialmente al arrastrar la grasa de poros.

* Jabón de zanahoria: con una zanahoria pequeña rallada y 1 cucharadita de aceite de bunjuí que mantiene el bonito color anaranjado que aporta la zanahoria.

* Jabón de caléndula: con 10 gr de pétalos secos de caléndula y una cucharadita de aceite de caléndula. La caléndula regenera las pieles irritadas y ayuda a cicatrizar.

* Jabón de cacao: 10 gr de manteca de cacao y una cucharadita de chocolate rayado. La manteca de cacao es uno de los mejores hidratantes naturales.



~ JABÓN DE LAVADORA EN POLVO ~

Se trata de un jabón de lavadora en polvo que aprovecha aceite usado. Es sencillo de hacer, y cunde mucho: deja la ropa limpia con una pequeña dosis. Se emplea percarbonato (antes se usaba perborato), una sal blanqueante que sirve además para “sangrar” el jabón. Como este blanqueante es más activo a temperaturas altas, nuestro jabón funciona mejor en temperaturas medias, por encima de 30ºC. Por debajo de esta temperatura también se puede utilizar, pero el blanqueante no será tan eficaz.

El percarbonato, bastante menos contaminante que el perborato, está sustituyendo a este último en prácticamente todos los usos que tenía. Los residuos finales del percarbonato son sales carbonatadas, inocuas, mientras que el perborato genera sales de boro, más peligrosas.

La receta incluye medio vaso de suavizante. Normalmente no lo uso, y el jabón queda muy bien, y la ropa, también. Puedes utilizar suavizante ecológico. La única marca que conozco es Ecover.

Si deseamos que la ropa tenga un poco de olor, podemos poner en el cajetín del suavizante tres gotas de nuestro aceite esencial preferido. Por el cajetín del suavizante pasa el agua del último aclarado, por lo que el olor permanecerá en la ropa de forma discreta.

Para la realización de este jabón aplican todas las advertencias sobre trabajar con sosa del capítulo inicial.

Útiles necesarios

* Báscula de cocina con precisión de 1 gr.

* Un recipiente de plástico resistente para hacer la mezcla. Es conveniente que tenga gran capacidad (al menos el triple del aceite más el agua empleados).

* Jarra medidora

* Espátula de silicona (para rebañar el envase).

* Un palo o una cuchara de madera para remover al principio.

* Batidora eléctrica (si se te da bien también lo puedes batir a mano)

* Protección: mantel resistente, delantal o bata, guantes largos, y es conveniente ponerse gafas.



* Paño de cocina para recoger posibles salpicaduras.

* Colador fino.

* Recipiente grande con agujeros para colar el jabón (viene muy bien un cajón de fruta. Los hay de varios tamaños y se consiguen fácilmente cerca de casa).

* Tela para filtrar el jabón. La tela se coloca sobre el recipiente para colar.

* Bolsa de plástico grande

Ingredientes

* 1 litro de agua

* 1 litro de aceite usado


* 250 gr de percarbonato

* Opcional: ¼ vaso de suavizante.

La receta original multiplica estas cantidades x 4, utilizando una cubeta grande.

Elaboración

Ponemos en un barreño de plástico 1 litro de agua y le vamos añadiendo la sosa con cuidado removiendo despacio con el palo hasta que la sosa se deshaga. Dejamos que se enfríe un poco. Cuidado con los vapores, porque son muy irritantes.

A continuación le echamos el aceite y removemos con el palo o las varillas hasta que esté bien mezclado. Podemos usar también la batidora, pero a baja velocidad. Le añadimos el percarbonato y el suavizante, y movemos de forma continua durante unos 10 minutos. Dejamos de mover y volvemos a mover otros 10 minutos.

Dejamos de mover y esperamos una media hora, a que suba y se cuaje (como una papilla muy espesa). En esta etapa se separan el agua sobrante y el jabón. El agua arrastra parte de la glicerina, y los restos de sosa no saponificada, por lo que el líquido es caústico.

Tras este tiempo, sobre el fregadero o la ducha se coloca el escurridor de pasta forrado con la tela fina, y se vuelca el contenido del barreño, procurando no salpicar.

Se deja escurriendo entre 12 y 24 horas, removiendo de vez en cuando con las manos (SIEMPRE con guantes) para que se los bloques grandes se vayan rompiendo.



Después se pone el jabón resultante en una bolsa de plástico, que debe permanecer abierta durante unos días, hasta que el jabón se haya secado. De vez en cuando (una vez cada día o cada dos días) hay que remover el jabón con las manos (con guantes) para que al secarse se quede en polvo.

Al cabo de un mes puede utilizarse en la lavadora, utilizándose como cualquier otro detergente, en dosis similares a las los jabones concentrados.

~ DÓNDE APRENDER MÁS Y DIRECCIONES ÚTILES ~

Comprar material

* http://www.dejabonesyvelas.com Productos ecológicos. Muchos son producción nacional (lo cual no quiere decir que sean más baratos, curiosamente). Venta online.

* http://www.esenciaslozano.com/ Desde Murcia. Tienen productos propios y de importación, con gran calidad y buen precio. Tienda online, el servicio es rápido. Lo malo: solo tienen formatos grandes.

* http://www.labiatae.com/ También ecológicos, también de producción nacional, esta vez la empresa está en Granada. Gran calidad.

* http://www.ecoaromuz.com/ . Y otra más, ecológica, esta vez desde Valencia. Además de aceites, venden plantas e infusiones para hacer infusiones, o aceites aromatizados.

* http://www.granvelada.com/ Venden toda clase de productos que se te puedan ocurrir para hacer jabones, cosmética y velas, regalos y mil cosas más.

* Jabonería Suval. C/ Zunzunegui Local-4 Collado Villalba, 28400 Madrid. Una gran ventaja: está cerca. Una desventaja: parece no tener productos ecológicos. También venta online. http://www.jaboneriadesuval.com/materias-primas

* Droguería Manuel Riesgo, C/Desengaño, 22, Madrid. Todo tipo de productos químicos, incluyendo una sosa de gran calidad. Sin embargo, no se aconseja comprar aquí los hidrolatos, aceites nutritivos y aceites esenciales, porque suelen proceder de aún no tienen línea ecológica. En la tienda puedes conseguir listados de precios de productos para hacer jabón. Tienen página web con algo de información, pero no tienda online por ahora: http://www.manuelriesgo.com

* http://www.aroma-zone.com/ Página muy interesante, con productos de muy buena calidad que venden online, y muchísima información sobre el uso de aceites esenciales, y mil ingredientes de jabones y cremas. Lo malo: aunque están traduciendo la página, casi todo está en francés.



* http://www.gisellamanske.com Página alemana, pero con traducción al inglés y al español.

Recomendaciones generales a la hora de la compra:

* Para que salga bien el jabón la sosa debe tener una pureza de más del 95%. El envase tanto de la sosa como del percarbonato debe poder volver a cerrarse de forma hermética cuando solo has usado parte. No compréis las bolsas de sosa de las droguerías.

* Los aceites esenciales y algunos hidrolatos pueden conseguirse en herbolarios.

* Existen hidrolatos y aceites esenciales de muchos precios. Los de buena calidad con sello ecológico puede ser hasta cuatro veces más caros que otros. Recomiendo comprar los materiales con etiqueta de certificación ecológica siempre que sea posible:

Certificado europeo de agricultura

ecológica

Certificado autonómico de

agricultura ecológica

Sello de la agencia privada certificadora más importante en el

Reino Unido

Sellos de Ecocert, la agencia privada reguladora de

certificación ecológica en muchos países europeos.

Información en internet

Hay miles de páginas webs dedicadas al tema, pero estas son los que conocemos más:

* http://www.mendrulandia.net : Una maravilla de página dónde se puede consultar casi todo sobre el jabón. Hay que destacar el apartado del foro, donde te pueden resolver cualquier duda que tengas sobre tu jabón. Y si te gusta el tema y comienzas a hacer experimentos con distintos tipos de aceites, la calculadora de Mendrulandia es imprescindible.



* http://lacostilladeadan.foroactivo.net/: Otro foro de jabones con información útil y usuarios que te responden a cualquier pregunta.

* http://elinformadorcosmetico.blogspot.com.es/ Blog con exhaustiva información sobre el mundo de la cosmética desde el punto de vista de un experto.

* http://www.ewg.org/skindeep/ ¿Quieres saber si tu cosmético favorito lleva sustancias que pueden ser problemáticas? Busca la marca y el producto en esta página web (en inglés, pero fácil de entender).

* http://www.aemps.gob.es/cosmeticosHigiene/cosmeticos/docs/inventario_cosmet_junio06.pdf Inventario y nomenclatura común de ingredientes empleados en productos cosméticos o “lista INCI” (International Nomenclature Cosmetic Ingredients).

* http://espiritubosque.blogspot.com.es/2012/02/para-futuras-mamas-y-bebes-remedios.html Paloma, de El Espíritu del Bosque nos cuenta las precauciones especiales de jabones y cremas para futuras mamas y bebés.

* http://www.ecologistasenaccion.org/article292.html Apúntate estas ecorecetas de limpiadores efectivos y baratos realizados con productos prácticamente inicuos y elimina el arsenal químico de tu casa.

* http://video.google.es/videoplay?docid=2274879277986233280&hl=es Video de Documentos TV (La 2 de RTVE) sobre los productos químicos tóxicos y como nos pueden afectar. Especialmente interesante a partir del minuto 12, donde hablan de los limpiadores domésticos.

Bibliografía

Con la tremenda cantidad de información que existe en internet, da la sensación de que te puedes informar allí de todo. Sin embargo hay un libro básico y altamente recomendado:

* “Guía práctica para hacer jabón” de Susan Cavitch. Editorial Paidolibro.

Y si te te interesa hacer jabones más complejos, te recomiendo:

* “Jabones líquidos” de Catherine Failor. Editorial Paidolibro.

* “Haciendo jabones transparentes” de Catherine Failor. Editorial Paidolibro.

* “Elaboración de jabones artesanales” de Paola tomanelli. Editorial Drac.

* “El libro del jabón artesanal” de Melinda Coss. Editorial Paidolibro.



Seguimos en contacto

Si tienes dudas o problemas al hacer los jabones, no dudes en preguntarme ¡Estaré encantada de ayudarte y oír tus experiencias! Me puedes dejar un mensaje en [email protected] o hablar conmigo en el 654911518.

92368504 taller de jabones marzo2012

Documents