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PLURALENSEMBLE CICLO DE CONCIERTOS FUNDACIÓN BBVA DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA 2009-2010 Retrato III Igor Stravinski Retrato I Luis de Pablo Director: Fabián Panisello Soprano: Alda Caiello Entrevista en vivo por José Luis García del Busto 9 octubre 2009 27 octubre 2009 Retrato II Peter Eötvös Director: Jean-Philippe Wurtz Soprano: Allison Bell Entrevista en vivo por Álvaro Guibert 15 diciembre 2009 Retrato III Igor Stravinski Director: Zsolt Nagy Violín: Ema Alexeeva Barítono/Narrador: Nicholas Isherwood Presentado por Tomás Marco 16 febrero 2010 Retrato IV Cristóbal Halffter Director: Cristóbal Halffter Solistas de Pluralensemble Entrevista en vivo por José Luis Pérez de Arteaga 19 marzo 2010 Retrato V Jörg Widmann Clarinete: Jörg Widmann Piano: Siegfried Mauser Entrevista en vivo por Siegfried Mauser 20 abril 2010 Retrato VI Arnold Schönberg Director: Fabián Panisello Solista: Salome Kammer Solista: Karel Ludvik Presentado por Luis Suñén 12 mayo 2010 Retrato VII Música contemporánea de España y de Iberoamérica Director: Wolfgang Lischke Solistas de Pluralensemble Presentado por Tomás Marco Lugar Sala de Cámara Auditorio Nacional de Música, Madrid Hora 19:30 h Imprescindible solicitar invitación Tlf.: 91 365 99 82 · [email protected] Pluralensemble Palacio del Marqués de Salamanca Paseo de Recoletos, 10 · 28001 Madrid Tlf.: + 34 91 374 54 00 [email protected] www.fbbva.es Calle Toledo 95, 3.º 28005 Madrid Tlf.: + 34 91 365 99 82 [email protected] www.pluralensemble.com

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PLURALENSEMBLE

CICLO DE CONCIERTOS FUNDACIÓN BBVADE MÚSICA CONTEMPORÁNEA 2009-2010

Retrato III

Igor Stravinski

Retrato I

Luis de Pablo

Director: Fabián PaniselloSoprano: Alda CaielloEntrevista en vivo por José Luis García del Busto

9octubre2009

27octubre2009

Retrato II

Peter Eötvös

Director: Jean-Philippe WurtzSoprano: Allison BellEntrevista en vivo por Álvaro Guibert

15diciembre2009

Retrato III

Igor Stravinski

Director: Zsolt NagyViolín: Ema AlexeevaBarítono/Narrador: Nicholas IsherwoodPresentado por Tomás Marco

16febrero2010

Retrato IV

Cristóbal Halffter

Director: Cristóbal HalffterSolistas de PluralensembleEntrevista en vivo por José Luis Pérez de Arteaga

19marzo2010

Retrato V

Jörg Widmann

Clarinete: Jörg WidmannPiano: Siegfried MauserEntrevista en vivo por Siegfried Mauser

20abril2010

Retrato VI

Arnold Schönberg

Director: Fabián PaniselloSolista: Salome KammerSolista: Karel LudvikPresentado por Luis Suñén

12mayo2010

Retrato VII

Músicacontemporáneade España yde Iberoamérica

Director: Wolfgang LischkeSolistas de PluralensemblePresentado por Tomás Marco

LugarSala de CámaraAuditorio Nacional de Música, Madrid

Hora19:30 h

Imprescindible solicitar invitaciónTlf.: 91 365 99 82 · [email protected]

PluralensemblePalacio del Marqués de SalamancaPaseo de Recoletos, 10 · 28001 MadridTlf.: +34 91 374 54 [email protected]

Calle Toledo 95, 3.º28005 MadridTlf.: +34 91 365 99 [email protected]

Retrato III · Igor StravinskiDirector invitadoZsolt Nagy

Barítono/NarradorNicholas Isherwood

ViolínEma Alexeeva

ProgramaI. Presentación a cargo de

Tomás Marco 20'Príncipe Igor Stravinski,

de Mauricio Kagel 18'

II. Historia del soldado,de Igor Stravinski 40'

IntervienenClarinete: Carmen Domínguez

Corno inglés: Robert SillaFagot: Enrique Abargues

Trombón: José Enrique CotolíTrompeta: César AsensiTrompa: Elies Moncholí

Tuba: Manuel DávilaViola: Ana M.ª Alonso

Contrabajo: Pablo MúzquizPercusión: César Peris

Percusión: Jaime Fernández

Director artísticoFabián Panisello

Coordinación artísticay producción

Mara Mendialdua

Martes, 15 de diciembre de 2009 · 19:30 hAuditorio Nacional de Música, Sala de Cámara

Duración aproximada del concierto:primera parte 38', descanso 20' y segunda parte 40'

Igor Stravinski, interpretado y reinterpretado

Historia del soldado,

de Igor StravinskiPara cualquiera en las mismas cir-

cunstancias que Stravinski se en-

contró al comienzo de la Primera

Guerra Mundial, esta podría haber

significado el final de su carrera o,

en el mejor de los casos, un consi-

derable retardo. En realidad, había

despegado muy poco antes de los

acontecimientos puesto que El pá-

jaro de fuego data de 1910, solo

cuatro años antes de la conflagra-

ción y era una época en que las

comunicaciones distaban de las

actuales y carecía de medios de

difusión masiva de la música como

hoy lo son el disco o la radio. Sin

embargo, Stravinski contaba con

dos ventajas: procedía del máximo

altavoz artístico de la época, París,

y su carrera había sido lanzada por

un promotor de fama tan acrisolada

como Sergéi Diágilev. Otro elemen-

to decisivo era que, aunque su más

revolucionaria obra hasta la época,

La consagración de la primavera,

se había estrenado pocos meses

antes del estallido de la guerra, el

enorme escándalo con que se reci-

bió había llegado a todos los ám-

bitos cultos del Planeta. Es más,

poco después del estreno, ya era

considerada una obra maestra por-

que las novedades que habían pro-

vocado el rechazo inicial se estu-

diaban ya como un nuevo camino

para la música y como una muestra

de un talento inmenso. Por eso,

cuando Stravinski se refugia en

Suiza para escapar a los efectos

de la guerra, era ya una personali-

dad que lideraba toda la corriente

renovadora de la música europea,

al menos la que pasaba por el foco

parisino.

Hasta entonces, el compositor ruso

–faltaban años para que se natu-

ralizara francés y más tarde norte-

americano– se había distinguido

tanto en un nuevo empleo del ritmo

como en un nuevo tratamiento de

la gran orquesta dentro del espec-

táculo escénico. Otras fuentes, co-

mo el uso de la escala octofónica

u octatónica, no serían percibidas

y analizadas hasta más tarde. Si

los comienzos orquestales des-

velaban al alumno de Rimski-

Kórsakov, la evolución muestra un

empleo instrumental absolutamen-

te nuevo con el uso de las tesituras

extremas o el regusto por los tim-

bres puros o en mixturas antiimpre-

sionistas. Pero la sociedad del

tiempo bélico no deja mucho lugar

a las grandes orquestas ni a los

espectáculos caros por lo que, agu-

zando el ingenio ante la adversidad,

Stravinski va a realizar una nueva

revolución y esta vez a través del

uso novedoso de los pequeños con-

juntos y de unos géneros teatrales

que pueden calificarse sencillamen-

te como de cámara.

Aunque todas las obras del período

suizo son características, sin duda

la más famosa es Historia del sol-

dado, que suele clasificarse como

ballet pero que, según indica el

propio autor en la partitura, es «para

ser leída, representada y bailada».

La idea fue del propio compositor,

que tradujo una serie de cuentos

rusos de Alexander Afasaniev y

los dio al escritor suizo Charles-

Ferdinand Ramuz para que le reali-

zara un libreto. De ahí salió la obra,

que en su versión completa tiene

un narrador y cuenta con actores y

bailarines para los diversos perso-

najes. Básicamente es una inter-

pretación popular del mito de

Fausto, ya que nos habla de un

soldado que regresa a casa sin

más bagaje que un violín (eviden-

temente, su alma), una estampa y

el retrato de su novia. El diablo le

aborda y acaba cambiándole el

violín por un libro. Pero como ni el

soldado sabe leer ni el diablo tocar

el violín, acaban marchando juntos

durante lo que el soldado cree que

son tres días pero en realidad son

tres años. Al cabo de ellos, nadie

le reconoce en su pueblo y su novia

se ha casado. Tras otras andanzas,

acaba recuperando su violín y cu-

rando con él a una princesa enfer-

ma con la que se casa sin que por

ello, al final de la historia, el diablo

deje de triunfar.

Montar la obra en aquella época

no era fácil y Stravinski recurrió

a un industrial de Winterthur,

Wernert Reinhart (1884-1951),

también notable clarinetista aficio-

nado, que pagó la representación

en el Teatro de Lausanne el 28 de

septiembre de 1918 bajo la direc-

ción de un entonces muy joven

Ernest Ansermet y con bailarines

como Georges Pitoëff y Ludmilla

Pitoëff, que luego se harían céle-

bres. En agradecimiento, Stravinski

dedicó a Reinhart la obra, le regaló

el manuscrito y le escribió las Tres

piezas para clarinete solo.

Además de un violín de importante

papel, la obra lleva clarinete, fagot,

corneta de pistones (hoy día se

hace con trompeta), trombón y per-

cusión. La versión completa consta

de once números en dos partes,

pero la habitual versión de concier-

to es una suite en ocho números

que Ansermet estrenó en el

Wigmore Hall de Londres el 20 de

julio de 1920. También hay otra

versión para violín, clarinete y piano

estrenada en Lausanne el 8 de

noviembre de 1919, contando entre

los intérpretes a Werner Reinhart.

Musicalmente, la obra es de una

novedad verdaderamente extra-

ordinaria y asombra el mundo tím-

brico y rítmico que Stravinski arran-

ca de tan reducido conjunto.

Hay que llamar la atención sobre

la manera en que los elementos

cultos y populares se dan cita para

transfigurarse en una esencia mu-

sical que es únicamente stravins-

kiana, así como el empleo de la

percusión con un carácter plena-

mente solista y desligada de un

papel secundario en lo rítmico y en

el color. Es también un camino

abierto hacia la música del futuro,

algo que resulta innegable en la

cualidad sonora de toda la obra.

Príncipe Igor Stravinski,

de Mauricio KagelLa vanguardia surgida en los años

cincuenta y sesenta, como conse-

cuencia de la introducción del se-

rialismo integral, se volcó muy di-

rectamente en la especulación

instrumental con un alto grado de

abstracción, pero también tuvo un

aspecto por el cual se investigó en

un teatro musical (teatro instrumen-

tal se le llamó a veces) que presen-

tó aspectos escénicos y consistía

más bien en conciertos visuales

que no eran estrictamente pertene-

cientes al mundo de la ópera. A

ese género corresponden obras

como Originale, de Stockhausen,

antes de su enorme empeño operís-

tico de sus últimos años; Aventures,

de Ligeti o La pasión según Sade,

de Bussotti. Pero, sin duda, el gran

representante de esa tendencia es

el germano-argentino Mauricio

Kagel, que dedicó la mayor parte

de su producción a esas investiga-

ciones.

El caso de Kagel es particularmente

curioso porque se insertó plena-

mente en la cultura alemana; era

considerado alemán pero en reali-

dad llegó a ella como adulto ya

formado musicalmente. Nacido en

Buenos Aires en 1931 (de origen

alemán, eso sí, aunque judío), se

formó con Alberto Ginastera y fue

maestro interno del Teatro Colón.

Emigró a Alemania en 1957 y pron-

to se integró en la vida musical de

ese país como director y composi-

tor. Aunque realizó importantes

obras instrumentales, como la or-

questal Heterophonie (1961), su

campo de acción más celebrado

fue el teatro musical, en el que

realizó obras basadas en la para-

doja, la ironía y un peculiar sentido

del humor que no era ni enteramen-

te alemán ni propiamente argentino

sino muy personal. Obras como Sur

Scène (1960), Match (1964) o

Tremens (1965) cimentaron una

carrera en la que hay intentos de

muchos tipos hasta Stadttheatre

(1970), que emplea de manera nue-

va todos los elementos de un gran

teatro de ópera.

Muchas músicas y músicos del pa-

sado tuvieron su peculiar visión por

parte de Kagel, como Beethoven en

Ludwig van (1980), Händel y Brahms

en Variaciones sin fuga (1972),

Haydn en La recreación del mundo,

o Bach en La Pasión según San Bach

(1985). Eso sin contar su música

para instrumentos antiguos, exóti-

cos o fuentes sonoras inusuales,

así como humoradas del género de

Mare Nostrum (1975), en la que las

regiones del Mediterráneo son des-

cubiertas, pacificadas y convertidas

por una tribu amazónica.

Con estos antecedentes, no resulta

raro que Kagel también dedicara su

atención a Igor Stravinski, y de ahí

nació su obra Príncipe Igor Stravinski

que, como se descubre a primera

vista, mezcla al autor de La consa-

gración de la primavera con la céle-

bre ópera de Borodin, El príncipe

Igor. A decir verdad, aunque esta

mezcla es de la cosecha de Kagel,

la idea de que escribiera una obra

sobre Stravinski fue de la Biennale

de Venecia, que se la encargó para

la edición de 1982.

Como es sabido, Igor Stravinski está

enterrado en el cementerio de Ve-

necia que, a su vez, ocupa por com-

pleto la isla de San Michele, un

lugar verdaderamente impresio-

nante que sugirió al pintor Arnold

Böcklin su cuadro La isla de los

muertos sobre el que Rachmaninov

realizaría un poema sinfónico con

el mismo título.

La idea era celebrar un concierto

en la isla, pero Kagel concibió un

verdadero espectáculo en el que un

cortejo de góndolas fúnebres debía

acercarse a la isla como coreografía

de la interpretación. Pero el día del

estreno se desató una importante

tormenta y el espectáculo se redujo

estrictamente al concierto en la

iglesia del cementerio: Chiesa di

San Michele in Isola. Fue el 5 de

octubre de 1982.

Kagel tomó como texto el aria del

acto II de El príncipe Igor, pero usó

la traducción de Hubert Franz y

Winfried Zillig al alemán, que es el

idioma empleado, y de hecho el

título original de la obra es Fürst

Igor Stravinski. En el aria original

se narra la actitud valerosa del prín-

cipe capturado por los tártaros al

que la prisión no quebranta. Pero

Kagel cambió algunas cosas de la

traducción y la expresión del prínci-

pe acaba siendo un tanto grotesca,

si bien se ha dicho que, pese a todo,

es una de las obras más «expresi-

vas» escritas por un autor que nunca

pretendía serlo.

La obra usa una voz de bajo con

todas las alternancias entre el

canto y el habla entonada como en

el Sprechgesang, y un pequeño con-

Notas al programade Tomás Marco

Igor Stravinski

El compositor ruso Igor Stravinski

nació en Oranienbaum (Rusia) en

1882, fue nacionalizado francés y

posteriormente estadounidense.

Una de las fechas clave que señalan

el nacimiento de la llamada música

contemporánea es el 29 de mayo

de 1913, día en que se estrenó el

ballet de Stravinski La consagración

de la primavera. Su armonía polito-

nal, sus ritmos abruptos y disloca-

dos y su agresiva orquestación pro-

vocaron en el público uno de los

mayores escándalos de la historia

del arte de los sonidos.

El ruso, el neoclásico y el dodeca-

fónico son, a grandes rasgos, los

tres períodos en los que puede di-

vidirse la carrera compositiva de

Stravinski. Alumno de Nikolái Rims-

ki-Kórsakov en San Petersburgo, la

oportunidad de darse a conocer se

la brindó el empresario Sergéi Diá-

gilev, quien le encargó una partitura

para ser estrenada por su compañía

en la temporada parisiense: El pá-

jaro de fuego.

Su rápida evolución culminó en la

citada La consagración de la prima-

vera y en otra partitura destinada

al ballet, Las bodas, instrumentada

para la original combinación de cua-

tro pianos y percusión, con partici-

pación vocal. En estas obras el

músico llevó al límite la herencia

de la escuela nacionalista rusa has-

ta prácticamente agotarla.

Su estilo experimentó entonces un

giro que desconcertó a sus propios

seguidores: en 1920 dio a conocer

un nuevo ballet, Pulcinella, recrea-

ción, a primera vista respetuosa, de

la música barroca a partir de com-

posiciones de Giovanni Battista

Pergolesi. Comenzaba así la etapa

neoclásica. Con la Sinfonía en tres

movimientos y la ópera La carrera

del libertino concluye esta etapa,

tras la cual Stravinski volvió a sor-

prender al adoptar el método dode-

cafónico sistematizado por su cole-

ga y rival Arnold Schönberg.

Igor Stravinski murió en Nueva York

en 1971. En la actualidad, es consi-

derado uno de los referentes incues-

tionables de la música del siglo XX.

junto instrumental compuesto por

corno inglés (inicialmente era oboe

da caccia), trompa, tuba, dos per-

cusionistas y viola. Usa deliberada-

mente los registros medios y graves

de los instrumentos para lograr una

expresión de carácter más funera-

rio. La percusión utliza instrumentos

bastante singulares, entre ellos un

sematerión, que es una especie de

tabla usada por la iglesia ortodoxa

que se toca con un martillo. Kagel

prescribe que el intérprete (segundo

percusionista) vaya vestido, sin

excepción, de riguroso blanco y

deba estar oculto hasta el compás

doscientos once, aunque también

puede estar tapado por un biombo

y verse solo los calcetines (sin za-

patos) y llevar el sematerión sobre

el hombro. Mientras, toca oculto

otros instrumentos y en el compás

indicado se coloca junto al director

para realizar el final de la obra.

Tanto vocal como instrumentalmen-

te, Kagel procura obtener sonidos

infrecuentes o poco ortodoxos, pero

la obra se desarrolla como una

elegía, de nuevo cuño, eso sí, que

muestra no solo una aproximación

irónica a Stravinski sino también

una real admiración. Mezcla de

sentimientos que están presentes

en otras obras sobre diferentes

músicos de alguien que, como

Kagel, usaba el humor grotesco y

la ironía como una defensa artís-

tica. Con su muerte en 2008, la

música de la vanguardia histórica

perdió a una figura singular.

Zsolt Nagy Nicholas Isherwood

Nicolas Isherwood realizó su debut

operístico, a la edad de veinticinco

años, en la Royal Opera House (Lon-

dres) interpretando el papel de Lu-

cifer en Donnerstag aus Licht, de

Stockhausen. Este fue el comienzo

de una asidua colaboración con

este compositor a lo largo de vein-

titrés años.

Considerado uno de los más desta-

cados intérpretes del repertorio

vocal antiguo y contemporáneo, ha

colaborado con los directores Joel

Cohen, William Christie, Peter

Eötvös, Paul McCreesh, Nicholas

McGegan, Kent Nagano, Zubin

Mehta, Helmuth Rilling y Gennadi

Rozhdestvensky, así como con los

compositores Sylvano Bussotti,

Elliott Carter, George Crumb, Hans

Werner Henze, Mauricio Kagel,

György Kurtág, Olivier Messiaen,

Giacinto Scelsi y Lannis Xenakis,

en las más prestigiosas salas mu-

sicales de todo el mundo, incluyen-

do La Scala de Milán, Royal Festi-

val Hall de Londres, Théatre des

Champs Elysées de París, Festival

de Salzburgo, Conservatorio

de Moscú, Concertgebouw de

Ámsterdam, Staatsoper de Berlín,

Konzerthaus de Viena y Festival de

Tanglewood. Ha actuado también

en Brasil, México, Nueva Zelanda,

Australia, China, Japón y Corea.

Nicolas Isherwood ha grabado cin-

cuenta y tres CD y varios DVD. En

la actualidad, está escribiendo el

libro Técnicas de canto para la edi-

torial Bärenreiter. Imparte clases

magistrales y conferencias en

centros como los Conservatorios

de París y Milán, IRCAM (Institut

de Recherche et Coordination

Acoustique/Musique) de París,

Freie Universität de Berlín y la Uni-

versidad de Stanford. Es también

profesor de canto y ópera en la

Universidad de Oregón.

Zsolt Nagy nació en Gyula, Hungría,

en 1957. Estudió dirección en la

Academia de Música de Budapest

con István Párkai, y fue becado

posteriormente por la Fundación

Soros para ampliar sus estudios en

Milán y en París. Participó en los

seminarios impartidos por Peter

Eötvös durante los festivales

húngaros de Bartók de 1985-89, y

posteriormente trabajó como asis-

tente de Eötvös en el Instituto

de Música Contemporánea de

Karlsruhe (Alemania) y como direc-

tor del Instituto de Música Escénica

de dicha ciudad.

Desde 1999 es el director artístico

de los Israel Contemporary Players,

y desde 2002 es profesor de Direc-

ción de Orquesta en el Conservato-

rio Superior de París. Asimismo,

fue el director artístico de las clases

magistrales para directores organi-

zadas por la Janacek Philharmonic

Orchestra en Ostrava (República

Checa) y de las clases magistrales

para jóvenes directores de música

contemporánea en Jerusalén

(Israel).

Zsolt Nagy ha trabajado con or-

questas y ensembles como las or-

questas de la RAI en Milán y Turín,

la Orquesta Sinfónica de Jerusalén,

la Orquesta Sinfónica de la BBC,

los BBC Singers, la Orquesta

Nacional de Hungría, la Orquesta

RIAS de Berlín, la Orquesta de la

Radio de Hilversum, la Orquesta

Filarmónica Geidai de Tokio, la Or-

questa de la Radio de Finlandia,

las Orquestas Sinfónicas de

Stuttgart, Baden-Baden y Colonia,

Ensemble Itinéraire en París,

London Sinfonietta, Ensemble

InterContemporain, Ensemble Con-

trechamps de Ginebra, Ensemble

Varianti de Stuttgart, Klangforum

Wien y Musikfabrik NRW.

Ha realizado más de quinientos

estrenos, así como numerosas gra-

baciones para la radio y CD. Ade-

más, ha obtenido un premio espe-

cial por la promoción de la música

contemporánea israelí.

Ema Alexeeva Pluralensemble

Nacida en Sofía (Bulgaria), Ema

Alexeeva realizó a los doce años

su primera gira de conciertos en

Zimbabue. Posteriormente, actuó

en importantes salas de diversos

países: Portugal, Israel, Alemania,

Italia, Francia, Holanda, Argentina

y España.

En 1994 fue aceptada en la Escuela

Superior de Música Reina Sofía de

Madrid, en la cátedra de violín del

profesor Zakhar Bron, donde com-

pletó sus estudios hasta 1999.

Durante este período obtuvo dos

veces consecutivas el Premio a la

Alumna más Sobresaliente de la

Cátedra de Violín, que recibió de

manos de S. M. la Reina Doña

Sofía. En el año 2002 logró su diploma

superior en el Real Conservatorio

Superior de Música de Madrid.

Ha actuado como solista en orques-

tas sinfónicas y de cámara y ha

realizado recitales en España, Fran-

cia, Bulgaria y Argentina, entre

otros países. Ha grabado para la

radio y la televisión búlgaras, Radio

Nacional de España, Radio France

y para los sellos ColLegno (Alema-

nia) y Verso (España). Asimismo,

ha sido concertino de la Orquesta

de Cámara de la Escuela Superior

de Música Reina Sofía, bajo la

dirección de maestros como Lorin

Maazel, James Judd, Yehudi

Menuhin y Zubin Mehta. Bajo la

batuta de este último, actuó como

solista en un concierto posterior-

mente editado en CD. En la actua-

lidad es miembro de la Orquesta

de la Comunidad de Madrid y violín

solista de Pluralensemble.

Pluralensemble es un conjunto ins-

trumental especializado en música

de los siglos XX y XXI, nacido con

la vocación de difundir la música

contemporánea, especialmente la

creada en España. Buscando siem-

pre la más alta calidad interpreta-

tiva, desarrolla anualmente una

temporada estable de conciertos

y giras, alternando el más exigente

repertorio de solista con obras de

conjunto.

A lo largo de sus trece años de

vida, ha desarrollado sus tempo-

radas de conciertos en el Auditorio

Nacional de Música, el auditorio

del Museo Thyssen-Bornemisza

y el Círculo de Bellas Artes de

Madrid, y ha intervenido con gran

éxito de crítica y público en festi-

vales y auditorios como Musica

(Estrasburgo), A Tempo (Caracas),

Présences (París), Ars Musica (Bru-

selas), Manca (Niza), Spaziomusica

(Cagliari), Aspekte (Salzburgo),

IFCP Mannes (Nueva York), Konzer-

thaus (Berlín), Festival de Música

de Alicante, Quincena Donostiarra,

o el Auditorio 400 del Museo Na-

cional Centro de Arte Reina Sofía

de Madrid. Para este año tiene

además prevista su participación

en la WDR de Colonia, el Festi-

val Nous Sons del Auditori de Bar-

celona y el Festival de Otoño de

Varsovia.

Ha realizado grabaciones de música

de autores como David del Puerto,

César Camarero, Peter Sculthorpe

o Fabián Panisello, y tiene prevista

la aparición de tres discos mono-

gráficos sobre la obra de cámara

de Ravel, Ligeti y José Manuel López

López.

Colabora habitualmente con otros

ensembles internacionales como

el Ensemble Orchestral Contempo-

rain, así como con solistas como

Dimitri Vassilakis, Pilar Jurado,

Marco Blaauw, Miquel Bernat o

Ananda Sukarlan, y directores como

Zsolt Nagy, Daniel Kawka o Jean

Paul Dessy.

Kniaz Igor · El príncipe Igor(Príncipe Igor Stravinski, de Mauricio Kagel)

Historia del soldado(Historia del soldado, de Igor Stravinski)

Ni sná, ni ótdija izmúchennoi dushé,

Mnié noch ne shlyót otrádi y zabvénia.

Vsió próshloe ya vnof perezhiváiu,

Adín v tishí nachéi:

Y Bózhia známenia ugrózu,

Y bránnoy slávi pir vesióliy,

Mayú pabédu nad vragóm,

Y bránnoy slávi górestniy kaniétz,

Pogróm, y rány, y moy plen,

Y guíbel vsej maij palkóv, chéstna,

Za ródinu gólavi slozhívshij.

Paguíbla vsió, y chest mayá y sláva,

Pazóram stal yá zemlí radnóy.

Plen, pastídni plen vot udél atnine mo_

¡Da misl, shto vse viniát miniá!

¡Oh dáite, dáite mne svabódu,

Ya moi pazór suméiu iskupít;

Spasú ya chest svayú y slávu,

Ya Rus ot niédruga spasú!

¿Uzhéli dien za dnióm vlachít v plenú besplódna,

I znát, shto vrag terzáet Rus?

Vrag, shto liúti bars.

¡Stónet Rus v kogtiáj magúchij,

Y v tom vinít aná miniá!

¡Oh dáite, dáite mnié svabódu,

Ya svoi pazór suméiu iskupít,

Ya Rus at niédruga spasú!

Ni sna ni ótdija izmúchennoi dushé;

Mne noch ne shliót nadiézhdi na spasénie;

Lish próshloe ya vnof perezhiváiu,

¡Adin v tishí nachéy, y niet isjóda mnié!

¡Oh tiázhka, tiázhka mnié!

¡Tiázhka saznánie bessília maevó!

El sueño y el sosiego de mi alma atormentada huyen,

la noche no me trae olvido ni consuelo.

En el silencio de las noches,

en mi soledad yo siento revivir lo vivido:

el nefasto presagio divino,

y el festín alegre del guerrero

que victorioso viene del combate,

y del guerrero triunfante el fin amargo,

la derrota, la herida, el cautiverio,

mis huestes, que con sus vidas la patria honraron,

caídas todas.

La prez y la honra, a ambas las he perdido,

y a mi patria también he deshonrado.

El cautiverio, el cautiverio vil es mi destino.

¡No dejo de pensar que en mí todos ven al culpable!

¡Oh!, devolvedme, devolvedme mi libertad,

redimiré entonces mi deshonra

y salvaré con ello mi honor y nombre.

¡A Rusia yo salvaré del enemigo!

¿Vivir así, cautivo, sin acción,

sabiendo que el enemigo con Rusia se ensaña?

El enemigo es cual bestia feroz,

y Rusia entre sus garras gime,

¡y es a mí a quien de ello Rusia culpa!

¡Oh!, devolvedme, devolvedme mi libertad,

redimiré entonces mi deshonra.

¡A Rusia yo salvaré del enemigo!

El sueño y el sosiego de mi alma atormentada huyen,

la noche no me trae añoranza;

en el silencio de las noches, en mi soledad, siento revivir lo vivido.

¡No hallo esperanza!

¡Oh, qué dolor! ¡Cuánto dolor siento!

¡Qué doloroso es sentirme impotente!

Aria del acto II de El príncipe Igor, de Alexandre Borodin, cantada en Príncipe

Igor Stravinski,de Mauricio Kagel.

Kniaz Igor El príncipe Igor

(Un pequeño escenario móvil dis-

puesto sobre un tablado. Un basti-

dor a cada lado. Sobre uno de estos

bastidores está sentado el lector,

delante de una pequeña mesa con

una botella de vino blanco; la or-

questa está instalada sobre el otro.)

1. Marcha del soldado

LECTURA:

Vuelve a su casa un soldado,

camino largo y cansado.

LECTURA:

Permiso de quince días.

En camino todavía.

LECTURA:

Tiene prisa por llegar

y dejar de caminar.

Se alegra, casi ha llegado,

camino largo y cansado.

(El telón se levanta. La música

continúa. El decorado representa

la orilla de un arroyo. El soldado

entra en escena.)

LECTURA:

Mirad, un lugar hermoso.

(El soldado se sienta junto al arroyo.)

Ser soldado es muy gravoso.

Poco dinero, piernas cansadas,

todas mis cosas desordenadas.

¿Mi San José? ¿Se habrá perdido?

(Es la medalla de plata dorada con

su santo preferido.)

Ya está aquí. Sigue buscando.

Saca cosas envueltas en papel,

saca un espejo tan viejo

que es muy difícil mirarse en él.

Pero la foto, ¿dónde estará?

(La foto de su novia, la tiene que

encontrar.)

Parece que aparece. Muy bien,

sigue buscando,

sigue buscando y por fin

saca del saco un pequeño violín.

EL SOLDADO:

(Afinando el violín.) Como pagué

poco al comprarlo me resulta difícil

afinarlo.

2. Pequeños airesal borde del arroyo

EL DIABLO:

¿Me regalas tu violín?

EL SOLDADO:

¡No!

EL DIABLO:

¡Véndemelo!

EL SOLDADO:

No.

EL DIABLO:

(Dejando su cazamariposas y

cogiendo con la mano el libro que

llevaba bajo el brazo izquierdo.)

Este libro te puedo ofrecer.

EL SOLDADO:

No sé leer.

EL DIABLO:

No es necesario saber.

Este libro es un tesoro.

Ábrelo, verás que tiene

billetes,

bienes

y oro.

EL SOLDADO:

Primero tengo que verlo.

EL DIABLO:

Perfectamente de acuerdo.

(Le da el libro al soldado, que se

pone a leer moviendo los labios y

siguiendo los renglones con el dedo.)

LECTURA:

Plazos, cambios, bolsa, acciones,

pagarés, cotizaciones.

EL SOLDADO:

Leo, es verdad, pero no entiendo

nada.

EL DIABLO:

Sigue y verás como todo se aclara.

EL SOLDADO:

Quiero avisarle primero de que este

violín vale poco dinero.

EL DIABLO:

Mejor para ti.

EL SOLDADO:

Entonces está bien así.

(Le da el libro al diablo y lo vuelve

a leer.)

LECTURA:

Plazos y cambios, cotizaciones.

Sábado, bolsa del 31.

¿Qué día es hoy? Martes 27.

Vaya, este libro muestra el futuro.

Dice los pasos nuevos del mundo.

EL DIABLO:

(Bruscamente, después de haber

intentado inútilmente tocar el violín.)

Falta un detalle por aclarar.

EL SOLDADO:

¿Qué es lo que pasa?

EL DIABLO:

No sé tocar,

vendrás a enseñarme a mi casa.

EL SOLDADO:

Tengo un pequeño permiso

tan solo de quince días.

EL DIABLO:

En mi coche viajarás

más rápido todavía.

EL SOLDADO:

Mi tiempo es un bien escaso.

EL DIABLO:

No será mucho el retraso.

EL SOLDADO:

Pero mi madre y mi novia

están hartas de esperar.

EL DIABLO:

Las podrás recompensar.

EL SOLDADO:

¿En qué pueblo vive usted?

EL DIABLO:

Muy cerca, vamos, haré

que estés bien alimentado,

bien cuidado, descansado.

Con dos días nada más

rico por siempre serás.

EL SOLDADO:

¿De comer qué me daría?

EL DIABLO:

Carne tres veces al día.

EL SOLDADO:

¿De beber?

EL DIABLO:

Vino rosado.

EL SOLDADO:

¿Y tendré para fumar?

EL DIABLO:

Cigarros puros habanos

Historia del soldado

de la mejor calidad.

(Se baja el telón.)

LECTURA:

Y por fin lo convenció.

Haremos lo que usted quiera.

Tú mismo serás testigo

de que cumplo mis promesas.

Y así fue. Pudo el soldado

comer, beber con largueza.

Lo trataron dulcemente,

fueron dos días de fiesta.

El uno aprendió a tocar

con facilidad las cuerdas

del violín, mientras el otro

reconocía las letras

misteriosas del futuro.

Fueron dos días de fiesta.

Llegó por fin la mañana

del tercero. Abre la puerta

el viejo. ¿Cómo has dormido?

¿Cómo estuvo ayer la cena?

¿Estás listo para irte?

¿He cumplido mis promesas?

José le dice que sí.

Pues en marcha, le contesta.

Suben al coche los dos,

los caballos se despiertan

en un trote enrarecido

que se agita y se acelera.

Agárrate, dice el viejo,

porque estos caballos vuelan,

cabalgan sobre los aires,

para no pisar la tierra.

José quisiera bajarse

y no encuentra la manera,

terriblemente asustado,

mientras el coche se eleva

como un rayo fugitivo

sobre los campos de avena.

Pierde la noción del tiempo,

sube hasta perder la cuenta

de los días y las noches,

del alba y de las estrellas.

Pero de pronto descienden,

bajan hasta una alameda

que conoce, la recuerda,

es la entrada de su pueblo,

el corazón se le alegra.

3. Marcha del soldado(repetición)

Bueno ya estamos en casa,

un soldado que regresa.

Señora Martín, buen día,

¿no me oye?, ¿no contesta?

Por allí se acerca Luis

sobre su vieja carreta.

Ese es Luis, mi gran amigo,

¿qué pasa?, ¿qué ocurre?, espera,

¿no me reconoces, Luis?

Soy yo que ya estoy de vuelta.

¡Amigos, este es mi pueblo,

esta es su plaza, su iglesia!

¡Hombres, mujeres y niños,

venid, vuestro amigo llega!

Soy José, soy el soldado

que regresa de la guerra.

Pero de golpe en la calle

se cierran todas las puertas.

Parece que tienen miedo,

una tras otra se cierran.

Entonces piensa en su madre,

la ve venir, se le acerca,

ella grita y sale huyendo,

también le cierra la puerta.

Voy a buscar a mi novia,

¿dónde está? Cuando la encuentra

la ve casada y con hijos.

Ella tampoco lo espera.

(Gran silencio. En voz baja.)

¿Qué me pasa? ¿Qué ha ocurrido?

Bribón, bandido, corneja,

ahora sé quién eras tú,

ahora me salen las cuentas.

(Fuerte.)

No tres días, son tres años.

(Bajo.)

Soy un muerto que regresa.

Me han tomado por fantasma.

(Pausa. En voz fuerte.)

Bandido, bribón, corneja,

nunca debí hacerte caso

por cansado que estuviera.

A ningún desconocido se le puede

abrir la puerta.

(Se levanta el telón. El decorado

representa el campanario del pue-

blo visto a cierta distancia. Aparece

el diablo vestido como tratante de

ganado. Espera, apoyado en su

bastón, en medio de la escena.)

Tuve que desconfiar,

obré con mucha simpleza.

Malas palabras engañan

por falta de inteligencia.

Se quedó con mi violín.

¿Qué puedo hacer? Triste fecha.

¿Qué puedo hacer? Mi destino,

como las tardes enfermas,

se me extiende ante los ojos,

cubierto de nubes negras.

4. Pastoral.Música de la segunda escena

(Se levanta el telón. Igual decorado.

El diablo sigue en la misma posi-

ción.)

EL SOLDADO:

(Entre bastidores.)

¡Corneja, bribón, bandido!

(Aparece con el sable desenvainado

y se lanza sobre el diablo.)

EL DIABLO:

(Sin moverse.)

¿Pero qué te ha sucedido?

EL SOLDADO:

(Retrocediendo, aunque todavía

amenazante.)

¡Canalla, bestia, bribón!

EL DIABLO:

Recuerda tu educación.

Cálmate, vamos a ver,

dime qué piensas hacer.

(El soldado baja la cabeza. Silencio.)

Parece que has olvidado

el libro que yo te he dado.

EL SOLDADO:

Entre mis cosas está.

EL DIABLO:

Entonces tienes de más.

¿No dices que eres soldado?

Vamos a ver si es verdad.

(Gritando.)

¡Firme soldado! ¡Ahí está!

(Señalando la espada.)

Esa espada, guárdala.

(El soldado envaina la espada.)

Tu mochila ponla allí.

(Le señala el fondo del escenario.

El soldado obedece.)

Eso es. Vuelve ahora aquí.

Recobra tu posición.

¡Quítate la gorra! Ten.

(Le lanza una gorra.)

Póntela. ¡Presta atención!

Esta te sienta muy bien.

Quítate la guerrera. Ponte firme.

Te daré una chaqueta antes de irme.

(El soldado se quita la guerrera.)

¡Firme! No hemos terminado.

¿Y el libro? ¿Lo has olvidado?

(El soldado señala hacia su mochila.)

¡Corre a buscarlo, soldado!

(El soldado va hacia su mochila. El

diablo lo observa. El soldado regis-

tra en la mochila y saca varios

objetos, el espejo, la medalla...)

Deja lo demás ahí.

Coge el libro y vuelve aquí.

(El soldado vuelve con el libro en

la mano.)

Cuídalo mucho, no seas suicida,

porque del libro depende tu vida.

(Guarda el libro bajo el brazo del

soldado.)

Deja que el libro te marque el

camino

y la riqueza será tu destino.

(Saca el violín de su bolsillo.)

Que cada uno disfrute lo suyo,

yo con lo mío, tú con lo tuyo.

(Se lleva al soldado. La escena se

queda vacía un momento.)

LECTURA:

El soldado leyó con usura

y la lectura produjo dinero,

mucho dinero, siempre dinero.

Tuvo en el libro su mejor socio,

pasó del ocio a los negocios

y por buscar beneficio propicio

fue vendedor ambulante su oficio.

(Redoble de tambor.)

EL SOLDADO:

Señoras y señores, damas y caba-

lleros, acérquense. Hay para todos

los gustos. Tintes en negro, azul

marino, azul de las Indias, azul tur-

quesa, azul pastel y azul cielo. Tin-

tes de arena y almáciga, tintes en

gris, gris oscuro, gris gris, gris perla,

violeta púrpura. Tintes negros como

el carbón, pardos, caquis. Telas de

todas las medidas, de 140, 130,

120, 110, telas de todos los largos,

fantásticas telas, crespones de la

China, telas satinadas, precios de

antes de la guerra...

(Redoble de tambor.)

LECTURA:

En poco tiempo reunió

una fortuna muy grande.

Se pueden hacer negocios

cuando el futuro se sabe

y se conocen las cosas

antes que las cosas pasen.

Dominó a toda la gente

con sus artes infernales.

Hay libros que son tesoros

si uno sabe aprovecharse.

Puedes pedir lo que quieras,

ningún placer va a sobrarte,

disfruta de tu codicia

antes que la muerte gane

la batalla de la vida.

Pide, no tengas bastante.

Un deseo, mil deseos,

hoy todo puede comprarse,

el mundo estará a tus pies,

basta con que tú lo llames.

José lo piensa, es verdad,

hoy todo puede comprarse,

pero la duda lo asalta

y acaba por amargarle

los placeres que produce

su ambición de comerciante.

¿De qué me sirve riqueza

que se deshace en el aire?

Este todo es una nada

de vacío y falsedades,

cosas que no llevan dentro

más que un abismo salvaje.

Por detrás de la corteza

me falta lo más amable,

las viejas cosas queridas,

las cosas más importantes.

5. Pequeños airesal borde del arroyo

LECTURA:

Fin de semana tranquilo.

Es sábado por la tarde.

Como flor de primavera

la felicidad se abre

entre la gente sencilla

del campo y de las ciudades.

Gente sin preocupaciones,

lo que tienen lo comparten,

no necesitan dinero,

ni lujo, ni vanidades.

Unos riegan su jardín,

otros hablan en la calle.

Las niñas juegan al corro

en la hierba de los parques.

Solo el soldado está solo,

en la memoria le arden

las viejas cosas queridas,

las cosas más importantes.

EL SOLDADO:

Aunque ya lo tengo todo,

soy más infeliz que nadie.

Mis riquezas son más pobres

que mis pobrezas de antes.

Satanás, tú me has robado,

tú no puedes explicarme

los secretos de la vida,

sus más humildes verdades.

Tu libro no me responde,

tus consejos no me valen.

¿Qué puedo hacer? ¿Qué me falta?

Dímelo si es que lo sabes.

(De pronto suena el teléfono.)

Del banco. Llamen más tarde.

Suena otra vez. Por favor

dejen ya de molestarme.

Solo quisiera que el libro

me explicase sin ambages,

lo que puedo hacer ahora

para vivir como antes.

(Se levanta el telón: el soldado apa-

rece sentado en su despacho ho-

jeando el libro. Mira a su alrededor.)

EL SOLDADO:

Despierto envidias, mi fuerza es

temida, pero estoy muerto, me falta

la vida.

(El diablo, vestido de vieja vendedora,

asoma la cabeza por el bastidor iz-

quierdo, sin ser visto por el soldado.)

Enormemente rico, soy rico enor-

memente,

enormemente muerto entre la gente.

(El diablo asoma la cabeza por el

bastidor de la derecha. El soldado,

sin verlo todavía, tira el libro al

suelo.)

EL DIABLO:

(Llamando. Con voz de falsete.)

Señor, ¿Puedo molestarle?

(Entra.)

EL SOLDADO:

¿Qué quiere usted?

EL DIABLO:

Solo hablarle...

(Se acerca poco a poco.)

Si puede ser...

(Recogiendo el libro y dándoselo

al soldado.)

este libro, señor, me parece se

le ha debido caer.

EL SOLDADO:

(Cogiendo el libro.)

¿Algo más?

EL DIABLO:

Señor, quisiera...

Tengo mis cosas en la escalera,

son baratijas en realidad.

EL SOLDADO:

Gracias.

EL DIABLO:

Señor, por piedad.

EL SOLDADO:

(Sacando su monedero.)

Tome.

EL DIABLO:

Yo tengo dignidad,

solo acepto el beneficio

que da mi humilde oficio.

Más que limosna, querría

traerle mi mercancía.

(Sale bruscamente. Vuelve con la

mochila del soldado y la deja en el

suelo.)

Observe, observe, señor...

(Cada vez más rápido.)

regalos para el amor.

Anillos, encajes, gemas...

Aunque usted no está casado.

Diga que no sin problemas.

¿Y este medallón dorado?

(Negación del soldado. Como con

sorpresa.)

¿Tampoco? ¿No? ¿Y un espejo?

O tal vez

este retrato enmarcado.

(El soldado se vuelve hacia él.)

¿Algo le gusta por fin?

¿Dice que no? Le aconsejo

(Saca el violín del soldado y se lo

muestra al público.)

este pequeño violín.

(El soldado se levanta bruscamente.

El diablo se vuelve hacia el público

y habla por encima del hombro

mientras se retira.)

EL SOLDADO:

¿Cuánto vale?

(Se pone a seguirlo.)

Cuánto, digo.

(El soldado se precipita sobre él y

el diablo se esconde el violín en la

espalda.)

EL DIABLO:

Hagamos trato de amigos.

(Le da el violín.)

Después fijará el dinero.

Pruebe a tocarlo el primero.

(El soldado se lanza sobre el violín.

Intenta tocarlo pero el violín per-

manece mudo.)

6. Marcha del soldado

LECTURA:

Camino largo y cansado.

Vuelve a su casa un soldado.

De nuevo en camino está,

cansado de caminar.

Un río junto a un ciprés.

¿Dónde va? Yo no lo sé.

LECTURA:

Ya ni siquiera lo sabe,

ya no lo sabe ni él mismo.

Abandonó sus riquezas,

a nadie nada le dijo.

Porque no aguantaba más

escapar le fue preciso.

Y con su antigua mochila

volvió a ponerse en camino.

LECTURA:

Vuelve a su tierra a vivir,

va buscando su país.

Después ya no. No puede ser,

porque no sabe volver.

Esperar. Desesperar.

Caminar. Siempre caminar.

LECTURA:

Ahora ya está en otra tierra,

otra tierra y otro pueblo.

A la puerta de un albergue

se detiene y piensa: entremos.

Entra. Pide que le sirvan

un vaso de vino bueno.

El lugar está tranquilo,

lleno de silencio y sueño.

Prendidas con lazos rojos,

cortinas de color hueso,

cortinas de muselina,

sombra en la mesa, recuerdos,

y a través de los cristales

las hojas que mueve el viento.

Pero de pronto, el aviso

de un tambor rompe el silencio.

(Redoble de tambor.)

Es por la hija del rey,

la preferida del reino,

que está enferma, que no habla,

rechaza los alimentos,

pasa sus días con llanto,

pasa sus noches con sueño.

Y el rey nos manda decir,

por el tambor mensajero,

que le entregará su hija

a quien procure el remedio.

El pregón ha terminado

y justo en ese momento

un hombre se le aproxima

llamándole compañero.

Aunque no nos conozcamos,

es de soldado tu aspecto

y también fueron las armas,

mi trabajo de otro tiempo.

Por eso me he decidido,

quiero darte este consejo.

Ya has oído lo que acaba

de anunciar el pregonero.

Tú eres libre, yo casado,

aprovecha el desconcierto

y preséntate en palacio,

fingiendo que eres médico.

Puedes convertirte en rey,

no pierdes en el intento.

(El lector pega un puñetazo

en la mesa.)

EL SOLDADO:

¿Por qué no?

(Nuevo puñetazo.)

Después de todo...

Gracias y adiós, compañero.

Enseguida se levanta

decidido en el empeño.

A las puertas del palacio

los guardias lo detuvieron

y cuando le preguntaron,

respondió: vengo dispuesto

a casarme con la dama

favorita de este reino.

7. Marcha real

(Se apagan todas las luces. El lector

ha encendido las dos velas que hay

sobre su mesa.)

LECTURA:

Ha comenzado la música,

el rey me ha recibido,

me pregunta si soy médico,

con seguridad le digo,

que soy médico soldado

y que conozco mi oficio.

Mira que muchos lo intentan

sin cumplir lo prometido.

Pero yo tengo un remedio

que será muy efectivo.

Mañana vendrás a verla,

vendrás a verla conmigo.

(El lector tiene una baraja de cartas

en la mano. Baraja las cartas.)

Esto marcha, me parece que voy

por muy buen camino.

Mi compañero tenía razón

cuando lo predijo.

Ella necesita un hombre,

yo una mujer necesito.

(El telón se levanta. Se ve una ha-

bitación de palacio en la oscuridad.

El soldado está sentado con un

juego de cartas en una pequeña

mesa muy parecida a la del lector,

en la que, igualmente, hay encen-

didas dos velas. Una botella y un

vaso, como el lector.)

EL SOLDADO:

A ver qué dicen las cartas,

corazones, corazones.

Es posible que mañana

se cumplan sus predicciones.

(Bebe.)

Si llegase a suceder,

necesito una mujer,

princesa pudiera ser.

(El diablo se coloca junto al solda-

do, estrechando el violín contra su

corazón.)

EL DIABLO:

Estoy aquí desde ayer.

(Silencio. El soldado baja la cabeza

y ya no se mueve.)

EL DIABLO:

(Girando alrededor de la mesa.)

Tu enfado te ha traicionado.

Eras rico y respetado.

Por una cabezonada,

vas a quedarte sin nada.

(Nuevo silencio. El soldado sigue

sin moverse.)

Te hizo albergar ilusiones

la reina de corazones.

¿Creíste escapar del tedio?

(Enseñándole el violín.)

Solo yo tengo el remedio.

(Se pone a dar vueltas alrededor

del soldado, haciendo malabaris-

mos con el violín.)

LECTURA:

(En voz baja.)

Es verdad, no queda nada.

Él tiene la solución.

Está mi vida embargada.

(Se para bruscamente. Enseguida

el lector se da la vuelta y se dirige

de golpe al soldado.)

LECTOR:

Ánimo, con decisión

puedes ganar la jugada.

EL SOLDADO:

(Inmóvil.)

Contra el diablo no puedo hacer

nada.

LECTURA:

Él te tiene prisionero,

porque le debes dinero.

(El soldado levanta la cabeza y mira

al lector.)

Perdiendo el dinero estarás salvado,

juega a las cartas, acaba arruinado.

EL SOLDADO:

(Al diablo, bruscamente.)

Me queda dinero ¿juega usted?

EL DIABLO:

(Deteniéndose extrañado.)

¿Qué?

EL SOLDADO:

¿Quiere usted jugar conmigo?

EL DIABLO:

¡Querido amigo!

(Coge una silla.)

Muy bien.

(Se sienta.)

EL LECTOR:

(Al soldado.)

Por ambicioso tendrá su castigo.

Si pierdes todo libre te quedas.

EL SOLDADO:

(Sacando dinero de sus bolsillos.)

Oro, billetes, monedas.

EL DIABLO:

(Poniendo el violín encima de sus

rodillas.)

Vamos a jugar.

EL SOLDADO:

¿A cuánto?

EL DIABLO:

A diez céntimos el tanto.

EL SOLDADO:

Por menos de dos francos yo no

juego.

EL DIABLO:

Está bien, pero no te quejes luego.

(El soldado baraja las cartas.

El diablo corta.)

El libro perdido, perdido el violín

y ahora malgasta por fin su botín.

(Juegan. Gana el diablo.)

Ahora empieza su tormento.

Se quedará sin sustento.

(Juegan. Gana el diablo.)

Desesperado y hambriento.

(Juegan. Gana el diablo.)

Lo ves, estás acabado,

arruinado, abandonado.

(Juegan. Gana el diablo.)

LECTURA:

(Al soldado.)

¡Ánimo! Juega otros cien.

EL SOLDADO:

Juego otros cien.

EL DIABLO:

(Ya pesadamente.)

Ha perdido el juicio también.

(Juegan. El diablo gana.)

LECTURA:

(Gritando.)

Juega más, sube el dinero.

EL DIABLO:

(Hablando con dificultad y guardan-

do el violín bajo su brazo.)

Con más calma, caballero.

(Juegan. Gana el diablo.)

De este modo,

pudiera perderlo todo.

LECTURA:

(Dirigiéndose al soldado.)

Juega toda tu fortuna.

No abandones.

EL SOLDADO:

Todo a una,

ahí va toda mi fortuna.

(Saca de sus bolsillos todo el dinero

que le queda y lo echa sobre la

mesa.)

EL DIABLO:

(Levantándose lentamente.)

As de picas, as de picas, ¿y tú qué?

EL SOLDADO:

La reina de corazones.

EL DIABLO:

Vuelvo a ganar otra vez.

(Vacila.)

LECTURA:

Lo ves, lo ves.

(El soldado aparta su silla y se pone

las manos en sus muslos, inclinán-

dose hacia adelante, para observar

al diablo que vacila cada vez más.)

Vacila, se va a caer,

espera, levántate,

dale algo de beber,

dile que brindas con él.

EL SOLDADO:

(Acercándose al diablo con una

copa.)

¿Quieres beber algo? ¡Ten!

(El diablo, titubeando, hace un

gesto.)

Esto le sentará bien.

(Le obliga a beber. Llena otra vez

la copa.)

A votre santé, Monsieur.

(Llena de nuevo la copa.)

Otra más...

EL DIABLO:

No abuse usted.

LECTURA:

Atención. ¡Se va a caer!

(En efecto, el diablo cae sentado

en la silla. Después se vuelca so-

bre la mesa.)

EL SOLDADO:

¡Qué frágil! ¡Qué frágil es!

(Se acerca al diablo y tiende la

mano hacia el violín.)

Eh, eh, ¿lo puedo coger?

(Movimiento convulsivo del diablo.)

LECTURA:

Parece que aún tiene sed.

EL SOLDADO:

(Vaciando varias veces la copa en

la boca del diablo.)

Toma, toma. Al fin, al fin...

(Espera un instante. El diablo no

se mueve.)

LECTURA:

Vuelve a tocar tu violín.

(El soldado coge el violín rápida-

mente. Se pone a tocarlo al lado

del diablo.)

8. Pequeño concierto

LECTURA:

Princesa, puedo aseguraros,

que estoy dispuesto a curaros.

Dentro de nada estaré,

señora, al lado de usted.

Señora, la libertad

da siempre seguridad.

Voy a intentarlo, me siento fuerte.

He salido de la muerte, os libraré

de la muerte.

9. Tres danzas:tango, vals, ragtime

EL DIABLO:

Todo va bien, es verdad,

pero las cosas pueden cambiar.

Que cuide de su destino

quien se cruce en mi camino.

Porque espero impaciente ese día

en que la princesa pierda su alegría.

Y en cuanto al príncipe digo,

que tenga mucho cuidado conmigo.

Antes que llegue el invierno,

quiero llevarlo al infierno.

10. Danza del diablo

11. Gran coral

LECTURA:

Nadie ha sabido juntar

lo ganado y lo perdido.

Un hombre no puede ser

lo que es y lo que ha sido.

LECTURA:

Olvida lo que has perdido.

No se puede tener todo.

Está prohibido.

Una felicidad es toda la felicidad.

Nadie ha sido dos veces feliz.

Soy feliz, pensó el soldado.

Pero un día ella le dijo:

«háblame de tu pasado».

Viví en un pueblo pequeño,

Libreto de Ferdinand Ramuz (traducción al español de Carmen Domenech)

tuve madre, fui soldado.

Apenas parece un sueño,

un sueño mal recordado.

LA PRINCESA:

Tal vez pudiésemos ir.

EL SOLDADO:

Tú sabes que está prohibido.

LA PRINCESA:

Estaremos poco tiempo,

nadie podrá descubrirnos.

(Ella lo anima y le insiste.)

Mi amor, yo iría contigo,

te apetece más que a mí,

no te niegues al destino.

(Él se acuerda de su madre,

no consigue resistirlo.)

EL SOLDADO:

Mi pobre madre, tal vez

podamos aún reunirnos,

tal vez se quiera venir

con nosotros al castillo.

(En este momento se ve pasar al

diablo por delante del telón, que

está bajado, con un precioso traje

rojo.)

LECTURA:

Los dos se ponen en marcha,

juntos los dos han partido.

Ya están muy cerca del pueblo

donde el soldado fue niño.

La torre del campanario

se ve al final del camino.

Él se apresura al andar,

ella no puede seguirlo.

(El diablo vuelve a pasar por delante

del telón.)

Se queda solo el soldado,

terriblemente perdido.

12. Marcha triunfal del diablo

(Se levanta el telón. Igual decorado

que en la segunda escena: los lími-

tes fronterizos y el campanario del

pueblo. Se ve que el soldado se da

la vuelta y hace señales. Se pone

de nuevo en camino, llega a la fron-

tera. El diablo aparece delante de

él. Tiene de nuevo el violín y lo

toca. Durante la música, el soldado

baja la cabeza. Sigue al diablo, muy

despacio, pero sin oposición. Lo

llaman entre bastidores. Se detiene

un momento. El diablo insiste. El

diablo y el soldado salen de la es-

cena. Lo llaman por última vez.)

“L’histoire du soldat”Music by Igor Stravinski.Libretto by Charles Ferdinand Ramuz.Spanish translation by Carmen Domenech.Music copyright 1924, 1987, 1992 Chester Music Ltd., 14-15 Berners Street, London W1T 3LJ, UK,worldwide rights except the United Kingdom, Ireland, Australia, Canada, South Africa and all so-calledreversionary rights territories where the copyright is held jointly by Chester Music Ltd. and SchottMusic GmbH & Co. KG, Mainz, Germany.Libretto copyright 1924, 1987, 1992 Chester Music Ltd., 14-15 Berners Street, London W1T 3LJ, UK.Translation copyright 2002 Chester Music Ltd., 14-15 Berners Street, London W1T 3LJ, UK.