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De la Pinkerton al espionaje posmoderno 12 EDITORIAL NÚMERO • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • pág. 2 ¿simbolismo pernicioso? crónica pág. 6 ESTIMADOS LECTORES: Llegamos este abril con una crónica sobre la reciente visi- ta a La Habana de la artista norteamericana Beyonce. También entrevistamos a Iván Le- jardi, reconocido Dj del movimiento de mú- sica electrónica cubana, y al pintor Mario mario garcía portela gente en busca de la identidad ¿perdida? 60 • abril 2013 • tierra oscura para caminar pág. 4-5 © internet dj iván lejardi música una joven mirada al dj cubano ¿El final o el principio de una vida? fotorreportaje 14 pág. 11 beyonce crónica el problema son los androides 3 ¿gozando en la habana? García Portela, un maestro de nuestra pin- tura paisajística. Les proponemos un foto- rreportaje en el que se muestra a jóvenes cu- banos que han podido reencauzar sus vidas desde el espacio, frecuentemente adverso en otras latitudes, de las penitenciarías cuba- nas. Mantenemos los artículos habituales de Alba Rico y Jorge Wejebe, al tiempo que incluimos otros con los que redondeamos la propuesta, nunca suficiente, de temas sobre los que usted puede pensar y pensarse. El próximo mes LA CALLE DEL MEDIO estará cum- pliendo cinco años, así que esperamos que lo celebren junto a nosotros de la mejor ma- nera posible: leyéndonos. CM drones y ollas 7 © sheyla valladares © cortesía del entrevistado © ares

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De la Pinkerton al espionaje posmoderno

12e d i t o r i a l

NÚMero

• ISSN: 1999-8090 • $1.00 •

pág.

2¿simbolismo pernicioso?

crónica

pág.

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EstimaDos lEctorEs: Llegamos este abril con una crónica sobre la reciente visi-ta a La Habana de la artista norteamericana Beyonce. También entrevistamos a Iván Le-jardi, reconocido Dj del movimiento de mú-sica electrónica cubana, y al pintor Mario

mario garcía portelagente

en busca de la identidad ¿perdida?60

• abril 2013 •

tierra oscura para caminar

pág.

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© internet

dj iván lejardimúsica

una joven mirada al dj cubano

¿El final o el principio de una vida?fotorreportaje

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pág.

11beyoncecrónica

el problema son los androides

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¿gozandoen la habana?

García Portela, un maestro de nuestra pin-tura paisajística. Les proponemos un foto-rreportaje en el que se muestra a jóvenes cu-banos que han podido reencauzar sus vidas desde el espacio, frecuentemente adverso en otras latitudes, de las penitenciarías cuba-

nas. Mantenemos los artículos habituales de Alba Rico y Jorge Wejebe, al tiempo que incluimos otros con los que redondeamos la propuesta, nunca suficiente, de temas sobre los que usted puede pensar y pensarse. El próximo mes LA CALLE DEL MEDIO estará cum-pliendo cinco años, así que esperamos que lo celebren junto a nosotros de la mejor ma-nera posible: leyéndonos. CM

drones y ollas

7© sheyla valladares

© cortesía del entrevistado

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cróNic

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LIUDMILA PEÑA HErrErA Tomado del blog Poesía de Isla

Aquello hAbíA sido una sor-presa: después de mirar tanto a través de las vidrieras de Artex los pulóveres con la imagen del Che, por fin tenía entre mis ma-nos aquella prenda blanquísi-ma con el hombre que más he admirado en la vida. No era mi talla: casi otra como yo cabía en él, pero no importaba, porque la magia de mi costurera se en-cargaría de los ajustes.

Ah, pero llegó él, pidiendo con esos ojillos a los que no sé decir que no y le regalé el puló-ver. «Quisiera llevármelo cuan-do me vaya para que todo el mundo sepa a la legua que soy cubano», me dijo. Y ya no me dolió tanto desprenderme del primer pulóver del Che que te-nía, porque ese símbolo de lu-cha y justicia se iría a otras tie-rras representando el orgullo de ser de Cuba.

Después me he tropezado en la calle con otras mucha-chas y muchachos que lo lle-van en el pecho, a la espalda, prendido en la cabellera… Aunque también he visto otros que anuncian desde su vestua-rio simbologías extrañas y di-ferentes. Conozco algunas: el símbolo de la paz, de equipos de fútbol, de pelota, banderas extranjeras, escudos e identifi-caciones de hoteles, publicidad de productos extranjeros… En fin, todo un conjunto de for-mas y colores que no siempre el portador entiende. A veces, ¡hasta frases en idiomas extra-ños vamos mostrando a todos sin saber si son ofensas las que llevamos con nosotros cami-nando por las calles!

«Es la globalización, no hay más que hablar», dicen algunos. «¿Qué globalización de qué? Yo me visto con lo que me regalan», dice otro. Y una muchacha pau-sada añade: «Pero a mí aunque me regalen cien camisetas que

digan SEXY o PLAYBOY no me pongo ni una, porque no quie-ro vestirme como si llevara en la frente algo así como: Mírame como sexy que no soy nada me-jor».

Entonces es cuando me pongo a pensar qué estará pa-sando con los cubanos para que llevemos casi con más or-gullo un símbolo extranjero que uno nacional. ¿Por qué ex-

traña coincidencia hay tantos jóvenes interesados en vestirse como extranjeros que parecer-se un poco a sus abuelos? ¿Por qué veo yo en la calle más pren-das con banderas de Brasil, In-glaterra y Estados Unidos que cubanas? ¿Será desarraigo o desaciertos de las políticas na-cionales con lo que a la indus-tria vinculada con el asunto respecta?

nuevos modelos de guayaberas para hombres y mujeres? ¿Por qué se va perdiendo el gusto en los más jóvenes, incluso niños, por las prendas tejidas?

Por suerte, también puedo hablar de quienes visten orgu-llosos las que identifican a sus equipos favoritos del béisbol nacional. O de quienes guar-dan con celo sus pulóveres del Primero de Mayo o el 26 de Ju-lio para fechas significativas. Y hasta conozco a otra muchacha que convirtió un inmenso pu-lóver con la imagen de los Cin-co en una camiseta modernísi-ma en la que no se perdía ese mensaje de libertad que tenía la prenda original. Vaya, una alternativa creadora de hacer más atractivos estos símbolos, lo cual indica, sin dudas, que muchas cosas fallan hoy en el marketing y la industria ligera del país para conservar nuestra identidad desde el vestir de los adolescentes y jóvenes.

Parece un tema sencillo. Pe-ro deténgase a observar cuán-tos de sus vecinos o familiares andan con manillas o con tenis hasta las rodillas, con mallas, o con cualquier otro accesorio que los hace ver como importa-dos. Y no hablo de símbolos que hagan referencia a temas políticos o luchas sociales. Pero se trata de la nacionalidad, de lo que nos hace cubanos, desde la cultura, el deporte, la econo-mía, la historia y también, por qué no, la política.

Ah, y que quede claro, no propongo una batalla campal contra los símbolos extranje-ros, sino de potenciar los nues-tros. Justo es, y ya va siendo hora, en el preciso instante en el que el país se mira a sí mis-mo por dentro, de valorar es-tos asuntos y proponer alter-nativas. Los símbolos han de ser nuestros aliados en la bús-queda y realce de la identidad nacional. CM

Ya sabemos de los precios de Artex. Elevadísimos para un joven de hoy. Está claro que las guayaberas cuestan un ojo y… ya usted sabe. Es verdad que los tejidos también encarecen. Pero vuelvo a preguntar: ¿es que estas producciones están pensadas solo para el extranje-ro que visita Cuba y las ve co-mo souvenirs? ¿Por qué no en-contramos a precios asequibles

¿Simbolismo pernicioso?

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ArACELYS AVILÉSTomado del blog Chelykaleidoscopio

DesDe hace unos años me he vuelto una «planificadora». To-das las tareas, proyectos pen-dientes, hasta la más mínima gestión, llegan a atormentarme si no están en un papel. Solo encuentro sosiego cuando ese cúmulo de «lo por hacer», deja de revolotear sobre mi cabeza como diablitos con lanzas y se va a dormir a mi agenda, en ocasiones hasta con fecha y procedimiento de cómo deben cumplirse. He tenido que va-lerme de un sistema (el de ano-tar y tachar) para que mi des-memoria no me haga perder el rumbo.

En su esencia, la burocra-cia busca algo parecido, ser un mecanismo útil aunque no siempre lo logre. Según el es-critor checo Milan Kundera, su par austríaco Adam Stifter fue el primero en teorizar so-bre el significado existencial de la burocracia, cuando en su novela El otoño de la vida plan-tea el conflicto de Risach, un alto funcionario que abando-na su puesto en una oficina pa-ra instalarse en el campo. Afir-ma Kundera que Risach traba-jaba en una administración, pe-ro a medida que esta se fue am-pliando, tuvieron que contratar un mayor número de emplea-dos, no siempre competentes; por ello, se hizo imprescindible crear un sistema que permitie-ra hacer las operaciones nece-sarias «sin que la desigual efi-ciencia de los funcionarios las pervirtieran o las debilitaran». Para Risach, los mecanismos se complejizaron demasiado, por eso decidió huir al campo, don-de la vida aún conservaba su espontaneidad.

La burocracia en sí no con-cibe la espontaneidad, es un conjunto de reglas preconcebi-das, un modo de organizarse, un mecanismo que intenta que un Estado, una empresa, cum-plan procesos más allá de la desmemoria o las motivaciones de las personas, también más allá de sus impulsos más pri-mitivos, y es aquí donde se con-tradice al creer que puede eclip-sar la subjetividad de cada per-sona. Es como si intentáramos acomodar en una piña las bolas del billar, todas caben dentro del triángulo de manera casi perfecta, porque hay uniformi-dad entre ellas; sin embargo, las personas no somos iguales, a veces ni siquiera parecidas.

Hasta aquí llegamos a la conclusión de que la burocra-cia no puede superar el factor humano, depende de él para su funcionamiento, y lo peor de todo es que nosotros como individuos dependemos de la manera en que la burocracia ha organizado nuestras vidas. Es decir, el mundo moderno no podría existir sin procedi-mientos burocráticos. A saber, todos los días nos enfrenta-mos con disímiles de ellos: en primer lugar tenemos un do-cumento de identidad que les dice a los demás quiénes so-mos; si vamos a viajar, hay que sacar un pasaje con antelación, un papelito que resume los de-rechos del viajante; si se com-pra en una tienda, queda re-gistrado y obtienes un com-probante de pago. Cada vez que intentamos una acción en la que entran a jugar otras ins-tituciones, hay un mecanismo creado para que tu relación con ellas sea lo más armoniosa posible y, además, quede cons-tancia de ello.

Según algunos estudiosos, cuando los trámites funcionan a la perfección, pues entonces hay burocracia, porque el pro-cedimiento ha dado resultado; en el caso contrario, estamos hablando de burocratismo.

Las aberraciones de la buro-cracia llegan cuando hay exceso de reglamentaciones, cuando hay una mala interpretación de las leyes creadas, etc., de eso sa-bemos bastante, pero es el fac-tor humano quien pervierte el mecanismo.

A lo que quiero llegar es a que la burocracia en sí no es el problema, aunque lo genere de alguna manera. Es el hombre, ese ser voluble y lleno de contra-dicciones, quien crea el procedi-miento burocrático, es él quien lo malinterpreta, es él quien de-ja de cumplir por pereza, des-motivación, falta de honradez, etc. La burocracia vendría a ser como un cubo lleno de agua que cargamos a diario y que en cualquier tropiezo puede de-rramarse y convertirse en otra cosa. Es usual que después de creado un proceder, el buró-crata se tire de bruces sobre él a descansar como en un col-chón de pluma, sin cuestionar-se jamás su efectividad; es usual también que las perso-nas dejen de pensar, de deci-dir, en vistas de que todo está contenido en «los papeles», en un dictamen frío que también puede volverse obsoleto, por-

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lecturasEl problema

son los androides

que ese dictamen, ese procedi-miento preconcebido, no es más que eso, una especie de androide sin alma, de autóma-ta, puesto ahí para que cumpla siempre las mismas órdenes de la misma forma.

Parece que el robot puede andar solo, que es indepen-

diente, pero necesita siempre del ser humano para que le dé cuerda, para que lo repare, le cambie las piezas. El hombre mismo puede volverse un au-tómata, contagiado por esa fie-bre de inmovilismo. Hay que mirar la burocracia no como a la tortuga de Mafalda, sino co-

mo ese animalito que puede ser nuestro aliado, no aliado para esconderse, dejar de pen-sar, trabajar menos, sino para hacer más simple la vida de los otros. Todo depende de usted mismo, porque, en todo caso, el problema no es la burocra-cia, sino los burócratas. CM

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MÚsic

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YENTSY PÉrEZ rANGEL

En El amplio EspEctro de la música popular cubana se ha ve-nido generando en las últimas dos décadas un creciente movimiento de música electrónica que actúa con estrategias alternativas den-tro del mercado discográfico cuba-no. Su posicionamiento institucio-nal, primeramente en la Asocia-ción Hermanos Saíz (AHS) y más tarde en el Laboratorio Nacional de Música Electroacústica (LNME), ha comenzado a gestar las contra-dictorias rutas hacia el reconoci-miento de la figura musical creati-va del Dj. No obstante, su visibili-dad dentro de la sociedad sigue suscribiéndose, en algunos casos, a la subvaloración por parte de las

entidades encargadas de la con-tratación, la difusión y la produc-ción musicales.

El circuito de la música elec-trónica popular engloba una am-plia gama de estilos que fueron surgiendo en países como Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, los cuales han tenido una marca-da influencia en la denominada era pos-industrial. La saturación de la música dance en la década del 80 y principios de los 90, desató un nuevo camino para la denomi-nada pos-dance o electrónica ex-perimental, que hoy es sujeto de nuestra mirada contemporánea. En Cuba, a pesar del déficit tecno-lógico y material que requiere este

tipo de práctica, se comenzaron a realizar trabajos desde los años 90, los cuales más tarde se han ex-tendido a través de los artistas Na-cional Electrónica, Dj Capi-tán, Dj Roberto, Dj Obi, Dj Sander Black y muchos otros.

Hoy no son pocas las plazas públicas y clubes que cuentan con la presencia de los Dj cubanos. Esta música ha venido ganando espacios habituales en importan-tes centros de la capital habane-ra como el Centro Cultural Ber-tolt Brecht, La Tropical y el Par-que Villalón, ese que hace algu-nos años fuera cuna de las obras experimentales de Juan Blanco y Carlos Fariñas. En ocasión espe-cial, LA CALLE DEL MEDIO conver-só con Iván Lejardi, joven Dj pro-ductor que ha logrado con su mú-sica interactuar en disímiles es-pacios dentro de la escena alter-nativa cubana.

Lejardi es miembro del Movi-miento Nacional de Video de Cu-ba (MNVC), la AHS, el LNME y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Su trabajo ha sido distinguido en certámenes como los Premios Lucas, en los que obtu-vo en el año 2010 reconocimientos en las categorías mejor videoclip para música electrónica, mejor vi-deoclip de efectos visuales y mejor videoclip para figura novel. Su producción en sentido general ha comprendido disímiles espacios como la música para teatro y tele-visión, también ha compartido con otros estilos musicales como el rap, la trova, el rock y la canción. Pero a pesar de su reconocimiento social, confieso que hace algunos meses no tenía ni idea de a quién me estaban presentando dentro de la AHS nacional. Luego descubrí que se trataba de un joven creador a quien no dejé caminar ni dos pa-sos para comenzar a confrontar algunas inquietudes e ideas que creo que padecemos muchos musi-cólogos y el público en general con respecto a la música electrónica y sus dinámicas de desarrollo.

Para comenzar, me gustaría cono-cer qué entiendes por música elec-trónica.

Realmente no tengo un concepto definido, pero te voy a hablar de lo que pudo ocasio-nar en mí. Por ejemplo, soy graduado de Artes Plásticas y el vínculo vino desde esa ex-presión. Decidí trabajar desde la plástica sobre formato digi-tal como los dibujos animados o el video-art. Partiendo de ahí comencé a producir la música de mis proyectos, empecé co-mo Dj en el Club Karachi, y de la relación que tuve ahí con el público comencé a interesar-me más seriamente en este ti-po de trabajo. Pero la música electrónica que yo escuchaba desde los 90 era lo que se cono-cía como discoteca o música dance, y me apegué mucho a D’Joy de Cuba. Este Dj produc-tor es uno de los veteranos den-tro del movimiento de música electrónica, y participó en el cambio entre la música elec-trónica que se usaba y la más experimental. En esta época se

distinguían dentro de esta es-cena Chemical Brothers, The Prodigy, The Cristal Method y otros. A grandes rasgos, consi-dero que para mí ha sido el medio para expresar mi crea-ción.

Sabes que dentro de los cáno-nes ortodoxos de la música acadé-mica y popular cubana, la electró-nica se plantea nuevas rutas den-tro de las técnicas para componer y reproducir la música. Desde esta perspectiva, quizás, ha sido sub-valorada por algunos estudiosos, partiendo de que muchas veces sus protagonistas no tienen una for-mación profesional en música. En este sentido, coméntanos cómo se gesta el proceso de creación dentro de este estilo contemporáneo.

A pesar de que muchos de los Dj y Dj productores no ten-gan una formación musical académica y técnica, una de las cualidades principales es tener un excelente oído para la pos-terior producción de la música. Otro de los elementos impor-tantes es dominar los softwares digitales con los que se concibe esta creación electrónica. De alguna manera los Dj se en-frentan a una formación, al nu-trirse de diferentes corrientes musicales en las que analizas los rasgos que pueden estar funcionando en un tipo de mú-sica y en otro. Luego, todo ello se aplica a un software de pro-ducción musical, que si bien hay algunos que te ofrecen loops, otros dependen total-mente de tu creación.

Dentro de los softwares más utilizados se encuentran Sony Soundforge, Ableton live, Protools, Recycle y otros, yo prefiero el Properller head reason y el Fruity Loops. El acto de componer es muy relativo, pero periódica-mente cuando me siento, lo pri-mero que hago es concebir la melodía y luego voy añadiendo elementos. Otras veces experi-mento con todas las opciones que me proporcionan los pro-gramas y ahí comprendo mu-chas de sus funciones. Partien-do de estudiar, también pue-den salir temas.

Pero también has incluido dentro de tu trabajo músicos aca-démicos que han sido visiblemente reconocidos por su competencia interpretativa. Si bien se han in-sertado dentro de la creación elec-trónica, su trabajo ha sido plena-mente coherente con los géneros y el tipo de música en la que se han insertado.

Pues sí, me siento muy or-gulloso de haber trabajado con músicos como Yasek Manza-no, Javier Amado Esteban –saxofonista que ha trabajado con disímiles agrupaciones, entre ellas Habana Sax–, Redy Fernández –flautista premio Jojazz–, el pianista Andy Rubal –que es premio CUBADISCO en el concurso de interpreta-ción sonera–, y otros.

Siempre hemos mantenido que la creación no es un fenómeno exclusivo del autor, sino que en el acto creativo tiene gran peso el consumo y/o asimilación de los te-

mas. Atendiendo a esta afirma-ción, cuando compones este tipo de música, ¿cómo logras articular la relación de la obra en sí con los in-tereses de la audiencia?

En mi caso hoy produzco los dos tipos de vertientes: la música bailable, que realmen-te es la que más funciona en los espectáculos comerciales en vivo, y la experimental o de concierto. Esta última está con-cebida para otro tipo de espa-cios, un público minoritario que gusta de la electroacústi-ca. De forma general, cada una tiene bien caracterizadas sus plazas, porque la audiencia de la música bailable electrónica lleva sus expectativas específi-cas que no las cumple el otro estilo. Por ello, cada una re-quiere de un trabajo diferente y específico, incluso hay que tomar en cuenta hasta el esce-nario donde se ejecuta. Cuan-do creo, siempre pienso en el público que asiste a mis con-ciertos, pero también dejo fluir libremente las ideas.

Cuando me hablas de dos ver-tientes dentro de la música elec-trónica, ¿cuáles son los géneros que las protagonizan y las hacen divergentes?

Realmente hay una fuerte tendencia a hacer música para bailar, ya que es la que más fun-ciona para una mayor cantidad de público. Desde esta perspec-tiva los géneros que más se han trabajado son el house progresivo y el minimal techno. Desde la mi-rada más experimental –que como ya te dije, es más minori-taria–, se trabaja a partir del trip hop o el dubstep, que aunque se ha hecho bastante popular, si-gue perteneciendo a esta co-rriente.

Teniendo como referente que en los escenarios donde es prota-gonista la música electrónica pri-ma la supremacía de conciertos en vivo en los que se pueden gestar nuevos procesos de construcción y elaboración musical, ¿cómo se tra-baja la materialización discográ-fica de proyectos electrónicos?

Por lo general dentro de la música bailable uno va produ-ciendo temas en función de la audiencia y a partir de las ca-racterísticas del público que te está escuchando. Pero si se va a trabajar desde una postura más experimental, se puede concebir una estructura disco-gráfica en función de tu con-cepto y tu discurso.

Dentro de mis proyectos he querido trabajar sobre la in-fluencia que ha dejado en mí la música new age de Enya, Enig-ma, Vangelis. De esta forma surgieron fonogramas como Cero, BIO.M.A. y Welcome to el mundo, los cuales tienen su propio discurso, pero todos enlazados desde esta tenden-cia o estilo. Cero fue concebido en una primera etapa, en la que trabajé sobre el poder des-tructivo del ser humano y sus relaciones con el medio am-biente. Luego vino BIO.M.A., que fue pensado a partir de la permanencia y desaparición

Una joven mirada al Dj cubano

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de las civilizaciones antiguas, así como su papel dentro de la cultura internacional. Por otro lado, Welcome to el mundo es una compilación de algunos de mis trabajos dentro de la elec- troacústica, que no se estruc-tura a partir de una única idea, sino que tiene el objetivo de mostrar algunas de las zonas de desarrollo de mi creación; por ello he incluido tanto mú-sica electrónica para escuchar como para bailar. Fue un pro-yecto que presenté al CU-BADISCO 2013 y estuvo nomi-nado en un evento tan impor-tante como ese.

Ya que me hablas de ello, ¿qué puede significar incluir la música electrónica dentro de este premio al disco cubano?

En sentido general, es un gran orgullo y algo que me ha tenido tenso durante mucho tiempo. Tienes la oportunidad de que tu música la escuchen personas que tienen un alto prestigio dentro de nuestro contexto, además de interac-tuar con las propuestas de otros Dj. Creo que ha sido una buena oportunidad para noso-tros mismos desarrollar y ele-var nuestra creación. Este tipo de certamen debe permanecer dentro del país, ya que para muchos constituye un estímu-lo, mucho más si tu propuesta es de producción totalmente independiente.

Cuando me dices que en tu tra-bajo se fusionan varias tendencias de la música electrónica, me gus-taría conocer cómo se articula el público que asiste a tus conciertos si pudieran estar compartiendo ambas escenas.

Hay un público que va a los conciertos de música popular, al que de seguro le gusta tam-bién el otro tipo de produc-ción, más de concierto, pero no es la mayoría. De forma gene-ral el público de música elec-trónica se crea altas expectati-vas en cuanto a la diversión que puede tener en los espec-táculos de esta música. La di-versión para cada persona se puede expresar de diferentes formas, pero en esencia van a bailar y a disfrutar, casi siem-pre en grupos de amistades, de la conjunción entre la música y la imagen.

Si bien la música electrónica es un movimiento que viene desa-rrollándose en Cuba desde los 80, ha visto en los últimos años un cre-ciente número de espacios de so-cialización en todo el país, aunque con más fuerza dentro de la capi-tal. En esto ha sido importante la labor del LNME y la AHS, que a través de una intensa gestión cul-

tural han logrado articular even-tos, conferencias y festivales que potencian la creación.

El propio evento «Rotilla» fue un festival que como defen-sor de la música electrónica funcionó muy bien. Ahora ha mutado un poco. Fue un mo-mento importante porque no tuvo antecedentes. «Primavera en La Habana», que es otro fes-tival pero de música electroa- cústica, siempre fue mucho más elitista y experimental.

El «Rotilla» se inició como una fiesta en la playa y para el público fue muy atractiva, la vida bohemia de la casa de campaña en alternancia con el disfrute de la música electróni-ca. Luego fueron añadiendo grupos de hip-hop y rock, lo que a mi entender fue un error, porque fue perdiendo su esencia. Estoy de acuerdo en darles espacios a todos, pe-ro si la primicia era que con-vergieran diferentes expresio-nes, para eso existen otros eventos como las «Romerías de Mayo», por ejemplo.

También está el festival «Pro-electrónica» que lo lleva PM Record, este tiene como característica que se toca neta-mente música producida por los Dj. Ahí también puede es-tar un punto débil hacia la pro-yección y concepción de la mú-sica electrónica y es que no so-lo la función de un Dj es pro-ducir la música, sino que tam-bién puede ser muy interesante el trabajo de mezclar. No creo que el buen trabajo de un Dj solo pueda estar valorado a través de sus producciones, si-no también debe ser vista su destreza en la mezcla de pis-tas, de conformar un discurso electrónico coherente en la unión de varios temas o frag-mentos de ellos. El Dj produc-tor se profesionalizó en Cuba, pero el Dj que no produce no ha tenido reconocimiento so-cial ni institucional. El Dj que mezcla, que tiene buen gusto, que sabe llevar al público un mensaje coherente, también es un artista. Su trabajo requiere la elaboración profesional de la propuesta sonora.

En el caso especial de La Habana, el LNME inició el proyecto Villalón en octubre del 2011 como un evento no lu-crativo dedicado a la promo-ción de la música electrónica y de algunos de los Dj producto-res de su catálogo. Estos con-ciertos se realizan en el parque del mismo nombre de la capi-tal y ha mantenido desde sus inicios una gran aceptación del público.

También el LNME presen-tará entre los días 2 y 15 de ju-nio del 2013 el evento SONO-RICA, una gira nacional de música electroacústica y elec-trónica que cuenta con el aus-picio del Centro Nacional de Música de Concierto y del Ins-tituto Cubano de la Música, así como con la colaboración en-tre otros de la Rueda Produc-ciones y de la AHS.

SONORICA tendrá su aper-tura el día 2 de junio en Santia-go de Cuba y se extenderá con presentaciones el 3 en el pro-pio Santiago, el día 4 en Baya-mo (Granma), el 5 en la ciudad de Holguín, los días 6 y 7 en Camagüey, el 8 en Santa Clara, los días 9 y 10 en Cienfuegos, el 11 en Matanzas, el 13 en San Antonio de los Baños (Artemi-sa) y los días 14 y 15 en La Ha-bana, y culminará con un gran concierto en el céntrico parque capitalino Villalón.

Me estarán acompañando varios Dj como D’Joy de Cuba, Reitt, OBI, BJoyce y va a ser una oportunidad única, porque así tendremos contacto con la au-diencia de todo el país. Su pro-gramación incluirá conferen-cias en los principales centros dedicados a la enseñanza de la música en cada provincia, que se abrirán al público en gene-ral. Serán ofrecidas por el com-positor y director del Departa-mento de Composición de la Facultad de Música del Institu-to Superior de Arte, el maestro Juan Piñera; por el productor de música electrónica e inte-grante del Proyecto Nacional Electrónica Edwin Casanova, y por la musicóloga Gisell Pu-po. Estas conferencias permi-tirán a especialistas y estu-diantes, así como al público in-teresado, un acercamiento a las más recientes formas de creación musical con el uso de tecnologías, así como a un co-nocimiento especializado de la música electrónica y su pro-ducción nacional.

Las estrategias divulgación y promoción que son formuladas dentro de la música electrónica comprenden el universo que en-cierra la escena alternativa en nuestro país. Teniendo en cuenta la producción de la música desde un enfoque enteramente indepen-diente en el que el artista asume todos los costos del producto, así como su gestión, es interesante analizar cómo se articulan estos mecanismos actuales.

Pues sí, la música nuestra se distribuye de muchas mane-ras vinculada siempre al tipo de producto que se está pro-moviendo. Los conciertos son

muy efectivos. En la mensaje-ría móvil se utiliza una base de datos de números telefónicos que han sido previamente re-cogidos dentro y fuera de los espacios de ejecución de esta música. También se utilizan publicaciones digitales, las cuentas de facebook así como la televisión. En el caso especial de la música, no existe actual-mente un disco de música elec-trónica licenciado por una ca-sa discográfica. Esta es una de las problemáticas cruciales de nuestra escena, hay muchas obras de música electrónica pero no un disco, ni al menos una compilación (institucio-nal). En sentido general, la for-ma más común por la cual la audiencia accede a los temas es a través de la piratería; es de-cir, copiando los temas a través de memorias o teléfonos.

Otro de los factores que inci-den en la creación de música elec-trónica es la importancia que se le atribuye a los recursos tecnológi-cos visuales como una forma de conformación de construcciones identitarias.

Yo creo que la música elec-trónica está muy apegada a la visualidad de un escenario, e incluso pudiera estar determi-nando una propuesta visual dentro del videoclip. Indepen-dientemente del show en sí, yo creo que el Dj tiene que ir acompañado no solamente con luces y con máquinas de hu-mo, sino con una narrativa vi-sual que esté en completo enla-ce con lo que musicalmente es-tá pasando. Dentro de otros ti-pos de música, la banda acapa-ra la atención del público, pero en el caso del Dj es una perso-na con una mesa de trabajo, y la interacción del creador con el público es muy escasa. Es ahí donde la narrativa visual que comprende luces, panta-llas y efectos dentro del esce-nario, juegan un papel crucial.

En nuestra conversación he-mos estado hablando de un movi-miento de música electrónica en Cuba. ¿Crees que la creación de los Dj se articula en este sentido?

Yo sí creo que existe un movimiento de música electró-nica, y que se está fortalecien-do cada vez más. Lo que pasa es que todavía hay mucho des-conocimiento sobre esta ex-presión de la música por parte del público y de los propios ar-tistas. Yo he estado en festiva-les y eventos en los que el Dj está realizando básicamente la función de un equipo de músi-ca. Este es un ejemplo de las subvaloraciones de esta figura, puesto que no se le está dando

importancia al Dj, quien preci-samente no tiene que ser pro-ductor. Mi guerra personal en este sentido es con los sonidis-tas que no entienden esta cul-tura, ya que en muchos casos ellos están convencidos de que pueden suplir el rol del Dj.

La aparición de un creciente número de Dj ha llevado al públi-co a una mayor asimilación de es-te tipo de construcciones musica-les. Pero soy consciente de las dife-rencias que se sufren en la propia gestión de producción musical en-tre cada uno de ustedes. ¿A qué crees que se deban las divergen-cias de criterios y cómo hacer para erradicarlas?

En esencia el problema ge-neral de la música electrónica, viéndolo desde nosotros los creadores e intérpretes, es que no existe un concepto base de cómo se debe trabajar esta ex-presión musical. Conocemos a grandes rasgos la historia de Juan Blanco y Carlos Fariñas, de cómo ellos comenzaron a indagar y a crear su obra de música electroacústica. Pero lo que pasa dentro de nuestro movimiento es que existe mu-cha dicotomía en los criterios sobre los tipos de géneros y có-mo se trabajan. Eso ha creado entre nosotros mismos una ca-rencia de información a conse-cuencia de no tener un sistema rector del pensamiento y los conocimientos sobre esta mú-sica. Por lo cual entre todos es-tamos en una búsqueda de ele-mentos que unifiquen ese co-nocimiento, un consenso de relaciones productivas para la cultura en sentido general. Realmente creo que el tecni-cismo se está dando a la mar-cha, es decir, paralelamente a la creación y promoción de la obra de los Dj, y es algo que es-tá sufriendo el propio público. Utilizando a la AHS como me-diador, estamos tratando de crear talleres de superación para los Dj cubanos, todos muy jóvenes por cierto.

Dentro del movimiento de mú-sica electrónica a nivel nacional, ¿qué crees que distinga la creación de Iván Lejardi que la ha hecho re-conocible para la audiencia?

Es una pregunta difícil. Me considero uno de los pocos en Cuba que cultiva esencialmen-te música electrónica new age. Está Dj Thellus que realiza una producción que puede tener puntos de contacto, pero real-mente son muy escasas las si-militudes en este sentido. En la música que está concebida pa-ra bailar sí existe un pensa-miento más homólogo entre los integrantes del movimien-to que la cultivan. Creo que el receptor logra individualizar la creación a partir de la selec-ción tímbrica, los recursos que se elaboran e incluso cómo son desarrollados.

Creo que lo que me hace más visible es que me gusta mucho lo que hago y que dis-fruto haciéndolo, por ello no pierdo las oportunidades de trasmitirlo a mi público. CM

Yo sí creo que existe un movimiento de música electrónica, y que se está fortale-ciendo cada vez más. Lo que pasa es que to-davía hay mucho desconocimiento sobre esta expresión de la música por parte del público y de los propios artistas

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SHEYLA VALLADArES QUEVEDO

«El paisaje es la casa gran-de del hombre, de todos los hombres. Allí anidan sus sueños y también sus vidas, las alegrías y las tristezas, los recuerdos y el tiempo, visto desde una dimen-sión mayor. Pintarlo es pintarnos a nosotros mis-mos, porque lo que hace-mos es reconstruir parte

de la historia personal y co-lectiva».

Con estas palabras abría el catálogo de la exposición del pin-

tor cubano Mario García Portela Retratos del bosque en 2007. Fueron escritas por Toni Piñera y sirven para definir sin estereotipos el trabajo de este maestro del movi-miento paisajístico cubano. Al mis-mo tiempo, son el pretexto ideal para invitarlo a conversar sobre sus proyectos inmediatos y sobre

algunas peculiaridades de su obra pictórica, o lo que es lo mismo, su relación con la naturaleza.

Cinco años después de su últi-ma presentación, el artista entregó al público cubano una nueva muestra de su pintura, en la que venía trabajando hacía algún tiempo y que puede considerarse un parteaguas en su ejecutoria, no por los temas sobre los que reflexio-na, sino por el formato al que apela para desarrollarlos.

Tierra oscura es el nombre del conjunto pictórico que pudo ser apreciado desde diciembre hasta marzo en la galería «El reino de es-te mundo» de la Biblioteca Nacio-nal «José Martí». En ella, García Portela vuelve sobre sus temas de siempre, el entorno natural, el bos-que, y fundamentalmente, los ár-boles, para con su habitual mane-ra de utilizar los colores hacernos «mirar mirándonos» a través de los fragmentos del paisaje que en esta ocasión nos propone.

Tierra oscura es otra muestra de las formas de mi trabajo. En ella está presente nuevamente la tierra, desde una perspecti-va muy barroca, pues utilizo mucho el contraste de luz y sombra. De igual modo es una visión de la tierra como planeta para llamar de algún modo la atención sobre la «oscuridad» que se cierne sobre ella.

Para esta exposición, Ma-rio García Portela preparó un grupo de cuadros a tamaño na-tural. Este detalle no es el úni-co revelador de los rumbos ar-tísticos por donde se mueven ahora mismo las necesidades expresivas del autor. Las imá-genes están compuestas frag-mentadamente, unas y otras forman un rompecabezas donde cada una de sus pie-zas tiene vida y significado propios, sin que rompan el discurso final. Todo ello pa-ra reafirmarnos que la im-portancia del todo radica precisamente en la savia que podemos extraer de cada una de las partes que

lo componen. En ellos están presen-tes fracciones de la vida que trans-curre en este minuto, cuando un hombre puede ser la síntesis de la humanidad toda, y de la vida que fue, cuyos pedazos queridos se re-acomodan en la memoria del au-tor, bajo otra luz quizá, pero sin perder su relevancia.

La exposición no necesaria-mente tiene que decir que es cubana. Tengo el empeño de universalizar el paisaje. Son cuadros que se separan, abor-dan la idea de la fragmentación de la unidad a través de los troncos que guardan la ener-gía, la huella del hombre. Tam-bién esa posible desintegración refleja la que ahora mismo ca-racteriza el mundo, la que vive la familia.

Una vez más el árbol es la pre-sencia ineludible en esta entrega. Y es que en la obra de este pintor pi-nareño, deudor de Domingo Ra-

mos y Tiburcio Lorenzo, el árbol ha sido uno de los componentes de la naturaleza más revisitado, siempre con el objetivo expreso de dignificar-lo, sacarlo de su posible anonimato para proponer otras lecturas.

Básicamente la relación mía con la naturaleza es a partir de los árboles y sus troncos. Yo tengo centenares de fotos de ca-si todos los troncos del Vedado. Por donde camino me gusta sa-lir con la camarita y detenerme a tirar fotos, según la luz que esté dando sobre un árbol. Ten-go más imágenes de eso que de otro tipo de cosas. Sobre todo en los últimos años, quizás in-fluenciado por vivir aquí y te-ner frente esos troncos que son una maravilla. En Pinar del Río yo vivía en la ciudad y no veía esa cantidad de troncos tan her-mosos. Me ha interesado mu-cho el problema del árbol. Yo veo en él una cosa tan impor-tante, siempre lo he respetado mucho.

En esta etapa creadora, Mario García Portela está utilizando nuevamente la gama cromática que constituye su estilo propio: los blancos, las tierras, la sombra tos-tada, el ocre, el amarillo. Estos son sus colores identitarios, y vienen de un lejano lugar muy dentro suyo, más allá de un acomodamiento por sus problemas de la vista.

Estos colores son unos co-lores muy neutros. A mí no me llama la atención, no me gus-tan para trabajar los colores primarios y secundarios. Nin-gún color de los míos es ni pri-mario ni secundario. Quizás es lo contrario a lo que hace todo el mundo, pero yo no lo hago para ir en contra de na-die, sino porque me gusta, tal vez influenciado por mi ma-má, que pintaba muy bien y era profesora de primaria y le gustaba mucho esa gama de colores.

En su taller del Vedado, el ar-tista ha compuesto la más recien-te muestra de su camino expresi-vo, tomándose su tiempo, sin apre-surarse, nunca convencido del úl-timo trazo. Durante la conversa-ción no pudo dejar de confesar que le cuesta trabajo dar por termina-da una obra. Hasta dar la pince-lada definitiva pueden pasar mu-chos meses y la obra puede, inclu-so, haber sido expuesta; lo que in-dudablemente habla de su preo- cupación constante por el detalle. Pintar un nuevo cuadro, seguirlo entre sueños, afanosamente, se convierte en una aventura que no está dispuesto a dejar de vivir.

Me sigue pasando lo mismo que cuando comencé a pintar. Cuando estoy pintando me pa-rece que es el mejor cuadro del mundo, pero hay que hablar con él. Te tiene que decir lo que necesita, lo que le falta y le so-bra, porque a veces somos muy barrocos y recargamos las pin-turas. Hay que ser valiente, es lo que he aprendido, y dejarlo respirar. Cuando regresas a él, si tienes que rehacerlo, pues se rehace. CM

Tierra oscura paracaminar

ConversACión Con MArio GArCíA PortelA

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SANTIAGO ALbA rICOEspecial para LA CALLE DEL MEDIO

hAy AlGo verda-deramente odioso en el gesto de los hermanos Tsar-naev, los dos terro-ristas chechenos que atentaron contra los corredo-res de la maratón de Boston el pasado 18 de abril: no solo cau-saron muerte y mutilaciones con poco dinero, sino que lo hicieron además mediante los enseres más domésticos y más antiguos, los que asociamos a la alimentación, el calor del hogar y la reproducción de la vida. Matar con ollas –llenas de clavos y no de judías– es co-mo insultar con flores o ensu-ciar con nieve: una contradic-ción dolorosa que hace más dolorosa y terrible su acción. Es, por así decirlo, un atentado también contra las ollas, con-tra la idea de «olla» y todas sus blanduras adyacentes.

Matar con poco dinero y matar con utensilios de cocina –un atentado, pues, de andar por casa– da a ese gesto un au-ra particularmente bárbara que desmiente, por lo demás, el paralelismo en el que los dos hermanos querían apoyar su injustificable atentado: «es lo que viven todos los días los ha-bitantes de Iraq y Afganistán». No es verdad. Los habitantes de Iraq y de Afganistán no mue-ren como consecuencia de un atentado con una olla domésti-ca; son asesinados desde el ai-re, mediante la más cara y so-fisticada tecnología, en un re-lámpago que es imposible atri-buir a una voluntad y mucho menos a una «contradicción an-tropológica». Los bombardeos aéreos, lo he dicho muchas ve-ces, tienen algo olímpico y me-tafísico; son la ejecución suma-rísima e impersonal, casi auto-mática, de la justicia divina. El hecho de que la muerte llegue a través de un soporte tecnológi-co y con una intervención mí-nima de la mano, convierte su advenimiento en algo tan natu-ral como la caída de la nieve y en algo tan inocente como la deposición de una paloma. Al contrario de lo que ocurre con el atentado de Boston, cuyas víctimas señalan a sus autores como culpable fuente subjetiva, las víctimas de los bombardeos son señaladas por la mirilla del avión como objetivos «objeti-vos» y, por lo tanto, como ori-gen pecaminoso de la acción. Nos impresionan mucho las muertes a cuchillo y odiamos mucho a los degolladores; nos impresionan mucho las muer-tes baratas contenidas en ollas domésticas y odiamos mucho, por tanto, a los chechenos (o a

los palestinos o a los talibanes o a los yihadistas de Al-Qaeda). Nos impresionan muy poco, en cambio, aunque sean más nu-merosas, las muertes caras y sofisticadas producidas por los aviones; y odiamos mucho me-nos –o incluso admiramos– a los que las planean y ejecutan.

Este retroceso de la mano aplicado a la tecnología de gue-rra ha alcanzado su colofón en los llamados «drones», esos pte-rodáctilos o dígitos alados, pe-gasos e insectos teledirigidos, que pueden recabar informa-ción y eventualmente asesinar a miles de kilómetros sin nece-sidad de un piloto. Como sabe-mos, el número de bombardeos mediante drones se ha multi-plicado durante el gobierno de Obama, quien ha realizado y sigue realizando operaciones cotidianas no solo en Iraq y Afganistán, sino también en Ye-men, Somalia y Pakistán. A tra-vés de los «bombardeos no tri-pulados», la naturalización de la tecnología, y la despersonali-zación de la destrucción, alcan-za cotas difícilmente imagina-bles para esos humanos anti-guos –la mayor parte de noso-tros– que seguimos represen-tándonos secuencias causales muy rudimentarias: de hombre a hombre, de hombro a hom-bro, de martillo a escombro. La posibilidad de desmigajar una aldea desde un sillón situado a miles de kilómetros, mientras se toma un café y se fija una cita telefónica con el médico o con la novia, añade a la despropor-ción entre cielo y tierra y a la desigualdad entre «mirones» y «mirados» un nuevo abismo: el que separa radicalmente los cuerpos de las tecnologías. El simple hecho de tener cuerpo, de conservar un cuerpo –allí donde el consumo de mercan-cías parece haber dejado atrás, en una polvareda de imágenes, la mortalidad misma– es casi un llamado al bombardeo y, en todo caso, una justificación de

sus efectos: los que siguen siendo mortales (todos esos pueblos y clases inferiores sin acceso a los mercados) de-ben morir. Tienen cuerpo, lue-go son frágiles; luego hay que romperlos.

Podemos decir sin exagerar que el objetivo de los bombar-deos son los cuerpos; su radical antihumanismo no apunta a los civiles o a los enemigos si-no, más allá, a la idea misma de fragilidad. Quizás no es verdad que no haya ningún paralelis-mo entre el atentado de Boston y los bombardeos de Iraq o Afganistán. Quizás sin saberlo la acción monstruosa de los hermanos Tsarnaev constituye una crítica radical de esa mons-truosa civilización cuya máxi-ma aspiración material es el re-troceso definitivo de la mano y la superación mercantil de la mortalidad. Quizás los herma-nos Tsarnaev escogieron el es-cenario de su atentado porque estaba lleno de inocentes, sí, co-mo los mercados de Kabul o los barrios de Faluya. Pero en todo caso una maratón es sobre todo un acontecimiento «corporal», uno de los pocos lugares aún modernos donde los partici-

pantes son convoca-dos como «cuerpos», donde los seres humanos comparecen como «anti-dro-nes»: tripulados por ellos mis-mos, coincidentes con sus pro-pios pies. La olla asesina, meto-nimia de todos los cuidados do-mésticos, devuelve a las vícti-mas sus piernas –en el momento de arrancárselas. El atentado de Boston, como el memento moris de la antigüedad, recuerda a los estadounidenses y a los occidentales en general lo que procuran olvidar por to-dos los medios: tenéis cuerpo, luego sois frágiles, luego hay que romperos. La conclusión de este silogismo, por supuesto, debería ser «luego hay que cui-daros», pero es la propia civili-zación del dron, que no siente piedad por los afganos y los ira-quíes, la que ha quebrado toda coherencia antropológica.

En este juego de réplicas –o de potlachs en un espejo negro– a alguno de estos «lobos solita-rios», como se complacen en llamarlos los periódicos, se le ocurrirá algún día llevar la pa-radoja hasta el extremo. Pon-drá ollas explosivas no en el ca-

mino de los corredo-res de una maratón, sino

en las camas de los enfer-mos estadounidenses, en los cartones de los pobres esta- dounidenses y en los sillones de los viejos estadounidenses. Nos sentiremos horrorizados y con razón, pero ese mons-truo podría pensar que matar-los a ollazos –a ellos, últimos refugios de los cuerpos, nega-dos y despreciados– es la úni-ca forma de hacerlos aparecer. Estamos a punto de llegar a esa escala «ideal» invertida en la que rematar a las víctimas del mercado será la única ma-nera de acusar a sus verdugos y reivindicar su dolor. En cuanto a las víctimas de los drones, no pueden ni siquiera aspirar a fungir de revelación.

Si no queremos reducir las relaciones humanas a una gue-rra desigual y feroz entre dro-nes y ollas, es necesario trans-formar de manera urgente las condiciones de la economía y la tecnología, para que los cuer-pos y las cocinas restablezcan la posición a que estaban desti-nadas en el orden antropológi-co de la humanidad. CM

Drones y ollas

lecturas

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AHMED PÉrEZ MOrEJÓN

unA De lAs PersonAs que, indiscutiblemente, habría ex-perimentado mayor alegría con la histórica victoria de la escua-dra de béisbol de República Dominicana sobre la grama del AT&T de San Francisco, es Juan Bosch, figura cimera de las le-tras en el hermano país y uno de los luchadores políticos de mayor calibre en el continente durante la pasada centuria.

La vida azarosa de Juan Emilio Bosch Gaviño es digna (como la del resto de los patrio-tas de la región) de una novela o de ser llevada al celuloide. Hi-jo del catalán José Bosch Subi-rats y de la puertorriqueña Án-gela Gaviño, vino al mundo en predios de La Vega, en Repúbli-ca Dominicana, el 30 de junio de 1909, y falleció en su país el 1ro. de noviembre de 2001.

Fue un niño inquieto, con marcada inclinación por la lec-tura, si bien –como el resto de

los chicos de la pequeña comu-nidad rural de Río Verde donde vivió durante la infancia– esta-ba en contacto con la naturale-za y participaba de los juegos predominantes en la época.

Exiliado casi un cuarto de siglo como resultado de la per-secución del tirano Rafael Leó-nidas Trujillo (durante ese pe-ríodo residió 19 años en Cuba),1 jamás perdió los lazos que lo vinculaban con los sectores más populares de su pueblo.

Al regreso a su tierra natal, luego de la caída del sátrapa, fue electo presidente el 20 de diciembre de 1962, en el pri-mer escrutinio libre efectuado en décadas. En aquella jorna-da histórica Bosch recibió el 58, 7 % de los votos, muy por de-lante de su principal contrincan-te, Viriato A. Fiallo de Unión Cí-vica Nacional, quien obtuvo el respaldo del 30,1 % de los parti-cipantes en el sufragio. Unos meses más tarde, el 25 de sep-

tiembre de 1963, un artero golpe de Estado, aupado por la oligar-quía nacional, los militares y una parte de la jerarquía ecle-siástica, en contubernio con el imperialismo yanqui, le impidió proseguir llevando adelante las transformaciones emprendidas en beneficio de la población.

Escritor prolífico, cosechó lauros en todos los géneros en que incursionó. Impresiona so-bremanera constatar que en el cuento, ensayo político, testi-monio, o la novela (pese a que escribió solo dos) hizo aporta-ciones relevantes. Específica-mente en la cuentística se le considera un emblema del Río Bravo a la Patagonia.2

Dentro de su vasta produc-ción escrita, que incluye más de cincuenta textos, descuellan La Mañosa (1936); Apuntes sobre el arte de escribir cuentos (1962); El pentagonismo sustituto del impe-rialismo (1967); El oro y la paz (1975); La Revolución de Abril

(1980); El Estado, sus orígenes y de-sarrollo (1987). Mención espe-cial merece De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe, frontera imperial. Este volumen, publi-cado originalmente por la edi-torial Alfaguara, en 1970, ha si-do catalogado por los estudio-sos del tema como una de las obras de mayor resonancia con-tinental de todos los tiempos.

A pesar de que sus textos han sido examinados por nu-merosos académicos, una de las aristas prácticamente des-conocida de su ejecutoria inte-lectual son los nexos que Bosch establece entre deporte y política, enlazados desde la perspectiva histórica, con el objetivo de que la población quisqueyana –propensa al co-nocimiento de la actividad muscular, por múltiples razo-nes, como el resto de las na-ciones caribeñas– ganara cla-ridad en asuntos de mayor ca-lado, al identificarlos con los prismáticos de la cultura físi-ca. La brevedad de este traba-jo nos permite ilustrar dicha conexión únicamente con dos ejemplos relacionados con disciplinas atléticas emblemá-ticas.

Así incursiona en el pasado de los pueblos árabes, materia hasta nuestros días constante-mente distorsionada por los em-porios mediáticos portadores de enfoques que desconocen la raíz del conflicto israe- lo-palestino, y que excluyen ade-más las masacres perpetradas por el sionismo en la región. Lanzado a la piscina con la ele-gancia de un clavadista que eje-cuta saltos de elevada dificultad, se «aprovecha» del conocimien-to popular de una leyenda del pugilismo para adentrarse en

diversos períodos del desarrollo de aquellas naciones.

«Ese orgullo de ser árabe fue la primera etapa de la for-mación o el desarrollo de lo que hoy se llama nacionalismo árabe, que ha sido la base polí-tica sobre la cual se han esta-blecido las naciones que for-man la llamada Liga Árabe y ha sido también la fuente de la simpatía con que se ven en el mundo varios aspectos del Is-lam, entre ellos su posición an-te los problemas raciales. Para nosotros el ejemplo vivo de esa simpatía y ese respeto está en Casius Clay, que se hizo maho-metano y cambió su nombre por el de Mohamed Alí, y por cierto, Mohamed Alí se llamó el hombre que inició el movi-miento que conocemos con el nombre de Renacimiento Ára-be; y para que ustedes se den cuenta de los extraños caminos que usa a veces la historia para dar paso a un proceso, ese Mo-hamed Alí a que acabamos de referirnos, no al campeón mun-dial de boxeo sino al que llevó ese nombre casi 200 años antes que él, era mahometano como Casius Clay y como Casius Clay no había nacido en ningún país árabe. El Mohamed Alí que ini-ció el Renacimiento Árabe era descendiente de turcos y había nacido en el año 1769 en la Ma-cedonia Griega, allí donde ha-bía nacido 2125 años antes Ale-jandro el Grande».3

Evidentemente que el béis-bol ocuparía un lugar promi-nente a la hora de establecer ca-nales de comunicación con el gran conglomerado social do-minicano, habida cuenta de las tradiciones centenarias que po-see dicha disciplina en la isla vecina.

Juan Bosch y el deporte

Casius Clay o Mohamed Alí.

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1 Bosch fue uno de los participantes de la expedición de Cayo Confites, organizada con el propósito de derrocar a Trujillo. En la misma también intervino el joven estudiante de De-recho Fidel Castro Ruz. Sesenta y cuatro años después de aquellos sucesos, Fidel recorda-ba al intelectual caribeño: «Estando en la isla, un día llegó un grupo de dominicanos y, en-tre ellos, Juan Bosch. Muy pronto hicimos amistad. Entre tanta gente en el Cayo a mí me gustaba conversar con él; de todos los dominicanos que conocí fue el que más me impre-sionó. Lo recuerdo como un hombre mayor. Cumplí 21 años en el Cayo, y pienso que Bosch ya tendría unos 36 o 37 años. Su conversación realmente conmovía, la forma en que se ex-presaba; parecía un hombre muy sensible. Vivía muy modesto allí, al igual que todos los demás, y creo que sufría lo mismo que la gente. Yo no lo conocía, no sabía que era el escri-tor, el historiador, el intelectual. Lo vi como un dominicano honorable, de conversación agradable, que decía cosas profundas y sensibles; trasmitía todo eso. Se le veía como una persona que sentía los sufrimientos de los demás, estaba sufriendo por el trabajo duro de la gente. Además vivía la emoción, porque era el intelectual, al fin y al cabo, que se incor-pora a la acción, llegada la hora de la lucha –un poco como hicieron Martí y otros muchos intelectuales de nuestra propia guerra. Pudiéramos decir que era allí el hombre de mayor calibre, el más destacado. Muchas veces nos íbamos para el extremo de la isla y conversá-bamos; sus palabras me marcaron mucho. Así nos hicimos amigos. La amistad tiene un mérito por su parte, él ya era una personalidad y yo era un estudiante joven que no signifi-caba nada entre tantos jefes, coroneles… Yo era un teniente y mandaba un pelotón. Sin em-bargo, Bosch me trató con mucha deferencia y consideración». Katiuska Blanco Castiñeira. Fidel Castro Ruz. Guerrillero del Tiempo. Conversaciones con el líder histórico de la Revolución Cu-bana, Primera Parte, Tomo I, Casa Editora Abril, La Habana, 2011, pp. 382-383. Por la con-ducta mantenida a lo largo de toda su vida el Consejo de Estado le otorgó a Bosch la Orden «Félix Varela» en 1984, y la Orden «José Martí», en 1987; esta última la más alta condecora-ción que confiere el Estado cubano.

2 El Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez llamó «maestro» muchas veces a Bosch a partir de considerarlo, en una etapa de su vida, como una de las mayores influen-cias narrativas. El origen de la ascendencia sobre el escritor colombiano se remonta a 1958, cuando Bosch impartió un ciclo de conferencias en la Universidad Central de Venezuela. Por ese entonces Caracas vivía bajo el entusiasmo provocado por el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. El asunto escogido por Bosch para las disertaciones fue su concepción sobre la técnica idónea para escribir relatos cortos. Un cuarto de siglo más tarde, al desatarse una cruenta represión en República Dominicana, «el Gabo», cons-ternado ante la idea de que peligrara la vida del intelectual, escribió rápidamente una misi-va al presidente José Joaquín Balaguer, en la que le dejaba saber: «En el mundo entero se reconoce al profesor Juan Bosch como el dominicano más ilustre y respetable. La protec-ción de su vida y su bienestar no solo es una obligación histórica, sino una responsabilidad personal de su Excelencia». Juan Bosch. El pentagonismo sustituto del imperialismo, Ed. Cien-cias Sociales, La Habana, 2007, p.158.

3 Juan Bosch. Breve historia de los pueblos árabes, Academia Nacional de la Historia, El Libro Menor, Caracas, 1992, pp. 87-88.

4 Sosa es todo un símbolo del béisbol latinoamericano. Samuel Sosa Peralta, simplemente Sammy en el mundillo beisbolero, nació en San Pedro de Macorís el 12 de noviembre de 1968. Bateó más de 60 cuadrangulares en tres campañas, único en superar esa cifra tal can-tidad de veces. La producción fue: 1998: 66 HR; 1999: 63: 2001: 64. Todas esas temporadas vistió la camisa de los Cachorros de Chicago, club donde se desempeñó durante 13 años. El carismático número 21 calzó además los spikes con los Medias Blancas por tres contiendas, con los Rangers de Texas en dos ediciones, y con los Orioles de Baltimore en una oportuni-dad. Fue seleccionado en seis ocasiones al Juego de las Estrellas. En 1998, cuando se vio in-merso en la trascendental batalla con Mark McGwire por quebrar el récord de 61 cuadran-gulares de Roger Maris, que databa de 1961, Sosa conectó 198 hits con 158 impulsadas y 134 anotadas. En el caso de los propulsados hacia el plato su marca máxima la alcanzó en el 2001, con 160, algo que también consiguió en las anotadas con 146. En el 2000 despachó 38 dobles, nunca rebasó la cifra de 40, mientras que en 1990, con los White Sox, obtuvo 10 tri-ples. Tres años después con 33 HR y 36 BR –en 1995 repitió la proeza con 36 HR y 34 BR–, logró formar parte de la exclusiva agrupación de los bateadores con más 30 bambinazos y 30 estafadas en una misma temporada. De por vida robó 234 almohadillas. Su slugging fue de 534, con average de 273. En el 2003 se convirtió en el decimoctavo pelotero, primero de

Latinoamérica, en conectar 500 bambinazos. En el 2007, con el aliento de sus compañeros en Texas, se erigió en el primer hispano en inaugurar el casillero de los 600 jonrones. Su carrera concluyó ese propio año con total de 609 palos de vuelta completa, 1 667 impulsa-das y 1 475 anotadas. El elemento más negativo en su brillante recorrido, como sucedió con muchos toleteros, fue que se ponchó en 2 306 ocasiones con apenas 929 boletos; lo que im-plica que se retiró 2,48 veces hacia la cueva por la vía amarga por cada pasaporte recibido. Es el séptimo jonronero de toda la historia, dentro de la MLB, relación que encabezan, an-tes de comenzar la contienda del 2013, Barry Bonds (762); Hank Aron (755); Willie Mays (660); Ken Griffey Jr. (630) y Alex Rodríguez (629), este último llamado a destrozar la marca de Bonds. Confieso que me impactó profundamente observar el homenaje que Sosa le tri-butó al invencible Comandante Presidente de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías, unas horas después de su deceso. Sosa desfiló ante el féretro. A la salida de la instala-ción, visiblemente emocionado, recordó el inmenso legado del Comandante Chávez. De José Alberto Albert Pujols, nacido en Santo Domingo el 16 de junio de 1980, apenas diré que es el único pelotero de todos los tiempos en conseguir, en cada una de sus primeras diez campañas, más de 30 cuadrangulares, una cifra de anotadas superior a las 100 carreras y promedio ofensivo por encima de 300. Entre el 2001 y el 2011 fue el emblema de los Carde-nales de San Luis. Desde el 2012, y durante la próxima decena de contiendas, viste el uni-forme de los Angelinos de Los Ángeles. Muchos guarismos se podrían ofrecer de Don Pe-dro Martínez. Baste señalar que, entre 1998 y el 2004, fue sencillamente el mejor lanzador ligamayorista. Con los Medias Rojas de Boston alcanzó sus desempeños más relevantes, al punto que dentro del mítico club, con una historia legendaria, es el de mejor promedio de ganados y perdidos, con 760, tercero en ponches propinados (1 683); sexto en victorias (117) y décimo en PCL con 2, 52.

5 Juan Bosch. «Bosch responde alusión de tipo personal», en Discursos Políticos: 1970, tomo III, Presidencia de la República Dominicana, Santo Domingo, 1999, pp. 397-404.

6 Juan Marichal es, inobjetablemente, uno de los lanzadores más descollantes de todos los tiempos, no solo en Latinoamérica, sino a nivel global. Durante su trayectoria por la Major League Baseball (arribó a esa competición en 1960) acumuló dígitos impresionantes, al punto que fue elevado al Hall of Fame en 1983, y se convirtió en el tercer pelotero latino en ser exalta-do a Cooperstown, luego de que se escogiera al puertorriqueño Roberto Clemente en 1973 y al cubano Martín El Inmortal Dihigo en 1977. En toda su carrera Marichal ganó 243 partidos (segundo pitcher del área en victorias, por detrás del nicaragüense Dennos Martínez y de-lante del cubano Luis Tiant), con PCL de 2, 89. El cenit de su actuación ocurrió vistiendo la franela de los Gigantes de San Francisco, entre 1960 y 1973, novena con la que alcanzó 238 triunfos, más que ningún otro lanzador desde que la franquicia se trasladara a la costa cali-forniana en 1958. Con ese uniforme logró incluirse nueve veces dentro del All Stars de la Liga, así como acumuló en seis temporadas más de veinte victorias. Todo ello lo llevó a ser el líder histórico de ese conjunto, en choques completos (244); lechadas (52), entradas trabajadas (3 444) y ponches propinados (2 281). En 1975 su dorsal 27 fue retirado del róster de los Gigan-tes, y se convirtió en el segundo pelotero en disfrutar de ese honor dentro de dicha escuadra, luego de que en 1972 se sacara de circulación la camiseta 24 del mítico jardinero Willie Mays. Tal merecimiento ha sido extendido únicamente a otros nueve hombres –entre ellos Christy Mathewson, Mel Ott, Monte Irvin y el boricua Orlando Cepeda–, en una organización que acumula 129 años de historia y múltiples pergaminos, los más recientes haberse erigido co-mo titulares de las Series Mundiales de 2010 y 2012. El estilo de lanzar de Marichal, elevando la pierna izquierda prácticamente al cielo, ha quedado como uno de los que imponía más respeto de todos los tiempos. En la década de los 90 de la centuria anterior ocupó la cartera de Ministro de Deportes en su país. De carácter afable siempre se declaró admirador del béisbol cubano. El hecho de que fuera una estrella no impidió que se convirtiera en objeto de discriminación, dada su condición de latino. Sobre esa política segregacionista, presente to-davía a través de disímiles manifestaciones, se quejó reiteradas veces el inigualable Roberto Clemente. En una de ellas señaló: «El jugador latinoamericano no tiene el reconocimiento que merece. Tampoco el jugador negro, a menos que haga algo realmente espectacular, como Willie Mays. Estamos satisfechos con nosotros mismos, sí. Pero después de que termina la temporada, nadie se preocupa por nosotros… Juan Marichal es uno de los mejores lanzado-res del juego, pero ¿se le invita a los banquetes? Alguien dice que vivimos demasiado lejos. Esa es un excusa despreciable». James D. Cockcroft. Latinos en el béisbol, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2005, p. 118.

Conociendo el lugar que ocupa la pelota dentro del siste-ma de relaciones culturales de su pueblo, a todas luces con una connotación que rebasa con creces los límites deportivos, Bosch se vale de las asociacio-nes relacionadas con la vasta terminología beisbolera, cons-ciente de que de esa forma el gran público decodificará sin contratiempos la raíz del men-saje emitido por él.

Con esa percepción feno-ménica en el morral, Bosch en-cara a su oponente con la ro-bustez de Sammy Sosa, Albert Pujols o Pedro Martínez.4

Exhibiendo una aceleración en el swing, echa a volar la blan-ca esférica hasta depositarla en el graderío ensordecedor que aplaude su batazo sideral. In-vestido de la cadencia de los na-rradores que recrean las inci-dencias del desafío en las cabi-nas colocadas en lo alto de los estadios, enseña varios lanza-

mientos –no descuidemos que se trata de un jugador de la épo-ca romántica del béisbol, dota-do por igual de destreza con el madero y en la custodia de cualquier cojín o de las prade-ras, unido a la potencia en su brazo de tirar–, de su amplio repertorio monticular.

«El Dr. Balaguer se puso anoche el uniforme del equipo La Representativa, se subió en la lomita y sin calentarse si-quiera el brazo comenzó a pi-char un juego de serie corta, que según anunció, seguiría es-ta noche. El público sabía que el que estaba en el home era yo, y seguramente esperaba que hoy empezaran los batazos, si bien hay sin duda alguna gente que está segura de que voy a salir ponchado. Lo de salir pon-chado es difícil, porque el Dr. Balaguer estaba anoche wild y no pudo tirar ni un solo strike, y lo de empezar hoy a batear no es aconsejable porque todavía

falta saber lo que va a decir el Dr. Balaguer esta noche, cuan-do, según anunció, hablará de las cosas en que coincidimos y de aquellas en que no estamos de acuerdo. (…) El Dr. Balaguer tiró anoche una de esas bolas que vale por cuatro; fue cuando dijo que yo hago “la apología de la división de clases”. La pa-labra “apología” quiere decir alabanza, y yo no alabo la divi-sión de clases. (…) Vamos a ver cómo pichea hoy el Dr. Bala-guer. ¿Seguirá tirando bolas o tirará algunos de los “escrú-bols” de Marichal? Yo estoy dispuesto a batear más que Ri-cardo Carty, porque sé que el pueblo espera que mi average pase de 400».5

Obsérvese la alusión al dere-cho Juan Marichal, quien para la fecha en que Bosch realiza la ré-plica ante quienes intentan deni-grarlo, 12 de enero de 1970, era uno de los más encumbrados ser-pentineros de todo el orbe.6 CMJuan Marichal.

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CHArLY MOrALES VALIDO(Tomado de revista On Cuba)

Pese a los incomprensibles si-lencios y el supuesto perfil bajo de su visita, Beyonce alborotó a esta Habana poco habituada a que la caminen superestrellas mundiales rodeadas de escapa-rates careperros y funcionarios sigiliaos. Tanto lío y tanta cosa, si total, mulatonas más escultu-rales y voluptuosas anuncian el Apocalipsis en cada esquina habanera…

Claro, ninguna de ellas ha ganado 17 Grammys por su excelencia musical, ni le han cantado al presidente de Esta-dos Unidos, ni han vendido millones de álbumes, ni son un símbolo racial y sensual reconocido en medio mundo, ni filman videos medio lésbi-cos con Shakira y Lady Gaga, ni mucho menos están casa-das con un multimillonario magnate de la industria dis-cográfica…

Por cierto, mucho barullo con la Beyonce, pero de Jay-Z nadie decía nada. «Será por feo», especula El Tocayo. Qui-zás. Lo tuve frente a frente, intercambié par de palabras con él, y les juro que si me lo to-po en Centro Habana, fácil-

mente lo confundo con un ven-dedor de aromatizante.

Por eso me choca tanto el se-cretismo alrededor de la visita del célebre matrimonio. Si ellos de verdad hubieran querido ano-nimato en su quinto aniversario, tenían lugares menos concurri-dos que el Parque de la Fraterni-dad para merodear. Incluso pa-sarían por cubanos si no vinie-ran con su trouppe, y cuando más, alguien pensaría: «Coñó, cómo se parece esa mulata a Beyonce… Ná… Con el baro que tiene esa je-va, qué va a ser ella…» Que tam-poco aquí la gente ve tanto TMZ, ni tanto MTV… Y ya les dije que el vidrio los ayuda, sobre todo a Beyonce…

La cosa es que, sabrá Dios por qué, decidieron venir a La Habana. Dicen que los invitó el Ministerio de Cultura, pero na-die lo confirma, aunque sus visi-tas a La Colmenita y al Instituto Superior de Arte son sugerentes. Además… ¿por qué La Habana y no un cayo? Eso sí, nada de de-claraciones, nada de fotos oficia-les ni conferencias de prensa. Lo pidieron y se les respetó.

Pero siempre alguien habla, y me enteré de que La Colmeni-

ta les regalaría un espectáculo privado en su sede central. Allá me colé, con la promesa de no fotografiarlos ni de incordiar-los con preguntas indiscretas. Y sin la certeza de que apare-cieran…

Fueron dos horas de zozo-bra que pasé elucubrando posi-bles abordajes, enfoques, títu-los para la crónica que ni si-quiera sabía si escribiría. Cuan-do ya no sabía si estaba en Ha-banastation o en Sin embargo, Carlos Alberto Cremata, el di-rector de La Colmenita, advir-tió que posiblemente la función fuera suspendida, pues había una multitud alrededor del ho-tel Saratoga para ver a Beyon-ce, y sus guardaespaldas no re-comendaban salir. «Es la vida de quienes no tienen vida», co-mentó Tin.

Pero vinieron. No quisie-ron hacerles ese feo a los niños. Beyonce llegó elegante y dis-creta, sin aspavientos, con una sonrisa gentil en la mirada y la roja boca. Llevaba un vestido naranja y una chaqueta oscura, el pelo en trenzas recogido en un moño a lo Miriam Makeba, y ademanes suaves y delicados. Nada que ver con el huracán de pelo suelto que desata en esce-

el colmo del abuso, aquellos ni-ños les dieron una clase magis-tral de percusión, cerrando con Los Van Van y su timba con pop, «pa que los yumas no… no se crean que nosotros no».

Aquello era ya un pande-monio. Yo no sabía si tomar no-tas, bailar o gritar «qué dicha ser cubano», mientras los niños acababan de vapulear emocio-nalmente a Beyonce colándole en el coro timbero un inespera-do «I’m a single lady, I’m a single lady», que hizo a la artista sacar su cara de «What the…???», y agradecer el gesto entre risas con el característico giro de manos del «Oh, oh, oh…» final. Apoteósico.

«Gracias. It was beautiful», les dijo Beyonce a todos cuando terminaron. Firmó autógrafos, se fotografió con muchos. Me escabullí a un costado y casi cuando se iban, le pregunté a Jay qué le había parecido. «Im-pressive, man, very impressive», me contestó. «¿Y no jugarías un par-tido de basket con los cubanos?», insistí, consciente de su pasión por ese deporte. Soltó una risa divertida, casi burlona, algo así como «Basket? Cuba? Are you se-rious?», y se despidió con un leve movimiento de cabeza, llevado por su guardaespaldas.

Fuera del teatro, un grupo de vecinos contemplaba desde las esquinas. Atardecía, y la gente en La Habana tiene de-masiado ajetreo como para an-darles cayendo atrás a los fa-mosos. Además, para perseguir a Beyonce y a Jay-Z ya están los congresistas cubanoamerica-nos, que acaban de escribirle a la Oficina de Activos Extranje-ros del Departamento del Teso-ro de Estados Unidos, pregun-tando qué tipo de visa recibie-ron los artistas, y cuestionán-doles que hubieran venido a Cuba a celebrar su aniversario.

Así es la vida. Unos inten-tan tender puentes, otros se em-peñan en dinamitarlos. Por suerte, a los cubanos nos sienta un estribillo que popularizó la Beyonce cuando era una Des-tiny Child, y decía…

«I’m a survivor, I’m not goin’ give up, I’m not goin’ stop, I’m goin’ work harder, I’m a survivor, I’m goin’na make it, I will survive, Keep on survivin’». CM

¡Goza Beyonce!

na. A su lado, Jay-Z vestía una sobria camisa oscura, elegante y sereno. Llevaba su eterna mi-rada cansada y algo de esa alta-nería gangsta que parece indis-pensable para sobrevivir en su mundo.

«Hola, hola», saludó Beyon-ce en perfecto español, con una tremenda humildad que no pa-recía prefabricada, sino genui-na. Su esposo llegó en silencio, y se dispusieron ambos a dis-frutar de uno de los clásicos de La Colmenita, La Cenicienta se-gún los Beatles. Desde mi puesto apenas podía distinguirles el rostro, por la oscuridad y por-que tampoco iba a estar de vo-yeur, faltara más. Todo fue gra-cioso y apacible, y la pareja mi-raba el espectáculo con son-riente displicencia, hasta que la banda infantil rompió con tron-co de Let it be timbero que pare-cía decirles: «Hey, esto no es una obrita escolar. Y aprendan que no somo eternos».

Ahí se chivó el caché: las es-trellas del R&B y el hip-hop es-taban marcando la clave cuba-na, y para el cierre del espectá-culo, ya Beyonce estaba en el pa-sillo bailando con fiñes, emocio-nada y quizás loca por soltarse las trenzas. Como colofón y en

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lecturas

¡Goza Beyonce!

JOrGE WEJEbE CObO

AllAn Pinkerton tenía poco más de 20 años, una bella mu-jer que mantener, un revólver colt en la cintura y las agallas para aprovechar la oportuni-dad que se le presentó una ma-ñana de 1845 al descubrir, mien-tras buscaba madera para fa-bricar toneles, un campamento de delincuentes en un bosque cercano a la ciudad de Illinois y percibir la posibilidad de esca-par de una gris existencia de inmigrante escocés.

Colaboró con el sheriff, quien llevó sus fuerzas al lugar, participó en la detención de los prófugos e inició una carrera exitosa de caza-recompensas e investigador privado. Ya en 1849 quedó nombrado detecti-ve principal de Chicago. Pero poco después el cargo de servi-dor asalariado de la ley le que-daba pequeño a sus ambicio-nes e imaginación.

En la década de 1850, junto con el abogado Edward Ruc-ker, fundó la North-Western Police Agency, la cual más tar-de se convertiría en la Agencia Pinkerton, primer servicio pri-vado e integral de seguridad de Norteamérica y probable-mente del mundo.

La insignia de la agencia era un ojo abierto de par en par con el lema: «Nunca dormimos» (We Never Sleep). Curiosamente, más de 100 años después se fundaría en Cuba bajo el patro-cinio de EE.UU. –durante la dictadura del general Fulgen-cio Batista–, el Buró de Repre-sión de Actividades Comunis-tas (BRAC), en cuyo logotipo destacaba un ojo en el vértice superior de un triángulo que incluía la isla de Cuba.

Según la biografía más co-nocida de Pinkerton, durante la Guerra Civil norteamericana descubrió una conjura para asesinar al presidente Abra-ham Lincoln y se ganó la con-fianza del mandatario, quien utilizó esta organización como servicio de protección personal y de inteligencia.

Sin embargo, en la noche del 14 de abril de 1865, ni al exi-toso investigador ni a ninguno de sus agentes se les ocurrió la elemental medida de proteger la puerta de acceso a la platea del teatro Ford en la capital es-tadounidense, donde se encon-traba el presidente y por la que entró el asesino John Wilkes Booth y descargó un disparo mortal en la cabeza de Lincoln con una pequeña pistola de-rringer y luego escapó.

El acontecimiento al parecer no enturbió la carrera de Pinker-ton, quien se encontraba en el punto más alto de su éxito muy diferente al ya lejano año 1836, cuando en su natal Escocia se

para proteger a tan poderosos viajeros y sus intereses, con lo cual se consolidaba la fama de la organización en esos años lo-cos de la conquista del oeste americano.

El 1ro. de julio de 1884 mu-rió Pinkerton a causa de una caída que le provocó una heri-da en la lengua y una infección generalizada. A su muerte era ya un hombre acaudalado, aun-que estaba lejos de poseer una de las mayores fortunas de la época. Todavía su negocio ten-dría que esperar más de 100 años para producir los prime-ros multimillonarios.

A este hombre se le adjudica sentar las bases de los métodos de identificación basados en la organización de archivos foto-gráficos, la práctica de la infiltra-ción de agentes encubiertos entre maleantes y organizaciones per-seguidas por las autoridades y, en sentido general, la metodolo-gía de investigaciones crimina-les, cuyas experiencias quedaron reflejadas en varios libros.

La agencia prosiguió con sus asociados y uno de los ma-yores beneficios económicos que probablemente recibió fue de las arcas españolas, de don-de salía una paga abundante por la vigilancia y persecución de los exiliados cubanos y, en especial, de José Martí durante la década de 1890.

Hoover, Dulles y el nuevo milenioEn 1895 nació Edgar Hoo-

ver, futuro fundador de otra agencia policíaca en 1924, el Bu-ró Federal de Investigaciones (FBI), pero aunque heredó al-gunas de las tradiciones de la Pinkerton, marcó un cambio radical al desalojarla gradual-mente de los planos estelares de las funciones de seguridad

incorporó a la Asociación de Trabajadores de Inglaterra, a cu-yos miembros se les conoció co-mo «los cartistas», pues elabora-ron la Carta del Pueblo exigien-do el voto universal y secreto.

Para entonces, Pinkerton era un joven radical partidario del movimiento, y al parecer llegó a los EE.UU. huyendo de la represión oficial; sin embar-go, sus inicios políticos no le impidieron aliarse a grandes capitalistas para proteger sus intereses, penetrar el movi-miento sindical norteamerica-no y conducir a sus agentes rompehuelgas a cometer asesi-natos de trabajadores. De esa forma, la agencia escaló a la cresta de la ola de modernidad del capitalismo estadouniden-se en expansión como el órga-no de seguridad de las grandes compañías del acero, minería, el transporte, los bancos, etc.

Galería de tiro móvilUn ferrocarril atravesaba el

oeste y era utilizado por los nuevos ricos instalados en lujo-sos carros-coches, enchapados en maderas preciosas, con am-plios ventanales por los que se divertían en disparar, por sim-ple distracción y la emoción de la apuesta, a los inmensos reba-ños de bisontes o contra algún indio distraído que se pusiera al alcance de sus fusiles win-chester. Esto provocaba las pro-testas de las mujeres, por el rui-do de los disparos y los resi-duos de pólvora que ennegre-cían sus costosos vestidos. Al-gunas veces eran prostitutas de lujo, acompañantes ocasionales de los poderosos magnates en sus arriesgados viajes.

Esta era una escena habi-tual que ocurría bajo la atenta y servil mirada de los hombres de la Pinkerton, contratados

del Estado, las cuales pasarían a ser responsabilidad esencial-mente del gobierno.

Hoover, a diferencia de Pinkerton, tenía su trabajo co-mo un fin, por lo que dedicó to-da su vida a perfeccionar su or-ganización hasta morir al fren-te de la misma en 1972, y dejó como legado un sistema de pro-tocolos de actuación que regu-laban hasta los colores de los trajes y de las corbatas de los oficiales. El fundador del FBI alcanzó el poder por los secre-tos que reunía en su gabinete negro sobre las más encumbra-das figuras (incluidos varios mandatarios), y se hizo insusti-tuible e imprescindible en su cargo para más de cinco presi-dentes norteamericanos.

Otra personalidad que con-solidó el papel del Estado en el espionaje durante el pasado si-glo fue Allen Dullles, nacido en 1893 dentro de una familia de gran poder económico. Se hizo abogado, multiplicó su fortuna en la década de los 30 represen-tando a importantes firmas de negocios –incluidos intereses de la Alemania hitleriana–, transi-tó por los incipientes servicios de inteligencia exterior durante la Segunda Guerra Mundial en Europa, y fue fundador de la CIA y su jefe entre 1953 y 1961.

El FBI y la CIA llevaron el arte de la inteligencia y la con-trainteligencia a su máximo es-plendor en los EE.UU. y en el extranjero, como las principa-les agencias federales ocupadas en monopolizar los secretos de amigos y enemigos bajo siete llaves durante más de 50 años de guerra fría contra la URSS y el campo socialista.

La iniciativa particular en este campo parecía destinada esencialmente al espionaje in-dustrial, protección personal, de negocios, traslados de valo-res, investigaciones de críme-nes y delitos, o simplemente a comprobar la fidelidad de cón-yuges, entre otras funciones.

Pero los mejores tiempos pa-ra los negocios particulares de seguridad estaban por venir con la llamada posmodernidad, ini-ciada para algunos teóricos con la desaparición de la URSS y el socialismo europeo entre 1989 y 1991 y el triunfo definitivo y glo-bal del capitalismo. Aunque el momento culminante para las nuevas empresas fue después del 11 de septiembre del 2001, con el derribo de las Torres Gemelas de Nueva York y el inicio de la gue-rra contra el terrorismo.

Según la administración de George Bush, el terrorismo solo podría ser enfrentado con éxito con una doctrina de defensa flexible, más creativa y menos convencional que las llevadas hasta el momento para oponer-se a la URSS y el campo socialis-ta con inmensos ejércitos, todo lo cual era historia pasada.

En la década de 1990 Rusia –en transición al capitalismo– no tenía fondos para pagarles los sueldos a los oficiales encar-gados de los cohetes atómicos,

ni control efectivo sobre sus di-visiones de tanques (muchos de los cuales eran vendidos de contrabando al exterior por los propios jefes), y grandes unida-des de la marina de guerra se oxidaban atracadas en los em-barcaderos esperando ser ven-didas como chatarra, mientras los marineros se empleaban co-mo artesanos para sobrevivir.

Uno de los cambios intro-ducidos ante la nueva situación, fue abrir el presupuesto de de-fensa para contratar los servi-cios de las florecientes firmas particulares que replicaban las tareas de la CIA, el FBI y el Pen-tágono, pero en estrecha coor-dinación con esas instancias.

El propio jefe del Pentágo-no Donald Rumsfeld, en el 2001, tenía grandes intereses asociados a esos negocios que multiplicaron su fortuna, y dio luz verde a la privatización de tareas de seguridad nacional –antes solo de incumbencia es-tatal–, lo que transformó la co-munidad de inteligencia de ca-ra al nuevo milenio.

Solamente durante 2006 el Pentágono invirtió alrededor de 40 mil millones de dólares en contratos con empresas de se-guridad e inteligencia, muchas de ellas ejércitos particulares provistos de blindados y heli-cópteros –como la Blackwater–, para servicios en la ocupación militar de Iraq y Afganistán.

Mientras hoy, en cualquier parte del mundo, se puede obte-ner información de espionaje para la administración esta- dounidense o se desestabiliza a gobiernos según las cláusulas de acuerdos que se cierran con algunas de las cientos de firmas privadas en las cuales el 70 por ciento de los ejecutivos fueron o son miembros de la comunidad de inteligencia, aunque compi-ten entre sí en un mercado que ya supera las ganancias de la in-dustria del cine de Hollywood.

En 1999 la Pinkerton fue comprada por la transnacional sueca de seguridad Securitas AB, una de la más importantes del mundo con filiales en Amé-rica del Norte y del Sur, Europa y Asia, y capitales de cientos de millones de dólares. Algo que nunca pudo soñar el joven Pinkerton cuando, para ganar-se un puñado de billetes y dejar su trabajo de carpintero de to-neles, se jugaba la vida como caza-recompensas. CM

fuentes principalesNaomi Klein. La Doctrina del Shock.

El auge del capitalismo de desastre, Ed. Ciencias Sociales, La Haba-na, 2009.

http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Empresa_militar_privada&oldid=65160089

http://www.forodeseguridad.com/artic/segcorp/7208.htm

http://mesaredonda.cubadebate.cu/noticias/2011/06/21/was-hington-post-espionaje-eeuu-esta-fuera-control/

ht tp://l ibr insula.bnjm.cu/1-205/2004/septiembre/37/docu-mentos/documento122.htm

De la Pinkerton al espionaje posmoderno

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FotorrePortaJe

texto: ENrIQUE UbIETA GÓMEZfotos: DAYLÉN VEGA MUGUErCIA Y ENrIQUE UbIETA GÓMEZ

nADie está en lA CárCel por voluntad pro-pia. Nadie quiere estar. Pero la sociedad castiga con el encierro a las personas que violan la ley. Sin embargo, la cárcel puede ser un simple al-macén de desahuciados, o un taller para formar y rescatar seres humanos. La voluntad política de una Revolución determina. «De todos los pro-gramas, el que más me apasiona es el de conver-tir a las prisiones en escuelas, porque es el más humano, justo y socialista de verdad», dijo Fidel en el año 2000. Periodistas extranjeros –TVE, Reuters, Russia Today, entre otros– y cubanos, compartimos una intensa jornada en dos gru-pos. El nuestro visitó un establecimiento y un centro penitenciarios, palabras que marcan una diferencia de régimen para los internos. La san-ción puede ser cumplida en condiciones severas, medias o mínimas. No importa la cantidad de años a cumplir, el interno puede transitar por las tres categorías de acuerdo con su comporta-miento, con sus antecedentes. La población pe-nal femenina en Cuba es de solo 4 000 internas, mucho menor que la masculina, que ronda los 40 mil. Estuvimos en la prisión de mujeres más grande del país, ubicada en el Guatao. Este esta-blecimiento tiene capacidad para 500, pero la ci-fra de internas no alcanza el máximo posible. Continuamente son trasladadas a otros lugares de régimen medio o mínimo. Todas las internas con las que conversé aprenden o estudian algo. Las profesoras, las cocineras, las activistas de sa-lud, las instructoras de arte, son también inter-nas. Una artesana es ingeniera. Una maestra que imparte un curso de secretaría ejecutiva es abogada, cumple una sanción de 12 años por trá-fico de drogas. Pero el delito más común es el de malversación. A una mujer joven que acaba de ser internada por ese delito le cuesta hablar, se le anuda la garganta, es ingeniera industrial, su vi-da se torció pero no está acabada. Quizás toda-vía no lo sabe. Entre las extranjeras, 18 en total, el delito tipo es la droga, son «mulas» de paso equivocado por La Habana. Claudia es bolivia-na, madre soltera de tres hijos, no podía salir adelante y se convirtió en «mula». La apresaron en La Habana. Aquí trabaja en una fábrica textil y recibe un salario mensual de 1 000 pesos; ade-más, ha aprendido algunos oficios: es peluquera, bordadora, cocinera. Su conducta es buena. Es-tuvo ingresada en un hospital por una isquemia cerebral, pero no le cobraron nada. Como a cual-quier cubana. Cada quince días recibe la visita de un sacerdote porque es católica. Le quedan diez meses. Una mexicana dice que prefiere cumplir su condena en Cuba porque la cárcel en su país es muy violenta. Las internas, cada cierto tiempo, pueden compartir por doce horas con sus esposos o novios en habitaciones cómodas y privadas. A veces, se embarazan y tienen, claro, los mismos derechos que cualquier mujer cuba-na. Viven con sus hijos hasta que cumplen un año de edad. Durante nuestra visita, las vimos llorar, reír, jugar voleibol, recibir o impartir cla-ses, cantar o recitar, bailar. Los pabellones están en buen estado. Pero esto es una cárcel, lo sé. Ellas no están de paseo. Sin embargo, creo, es-toy seguro, que no serán años totalmente perdi-dos en sus vidas. En este fotorreportaje se inclu-yen también fotos del Combinado del Este, del Centro Penitenciario de La Lima, de la Prisión de Mujeres del Guatao y del Centro de Jóvenes por Conducta de Guanabacoa. CM

¿El final o el principio de una vida?

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LA CALLEDEL MEDIOAbrIL 2013

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El múltiple trino

INCLUYE POEMAS DE...

A. A. G.

CoMPilADA y anotada por el poeta y periodista cubano Luis Suardíaz (1936-2005), la Colección Sur Editores publicó reciente-mente una nueva edición de la an-tología El múltiple trino. Treinta y cinco poetas del siglo xx. Este libro constituye una variada conjun-ción de voces poéticas de dieci-nueve países, con la peculiaridad de que todos los autores allí re-unidos nacieron en 1902. Ilustra-do en su cubierta con un esplén-dido dibujo de la poeta cubana Nancy Morejón, más allá de la curiosidad que sin duda suscita, el volumen deviene grato recorri-do por la poesía del siglo xx en la que, junto a composiciones de poetas desconocidos hasta ahora por el lector cubano, se incluyen poemas de los consagrados Car-los Drumond de Andrade, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Langston Hughes, Nazim Hikmet, Jorge Carrera Andrade, Dulce María Loynaz y Nicolás Guillén. Una breve nota del compilador prece-de en cada caso la selección poé-tica de los antologados. Gracias a esos vivaces apuntes plenos de sabiduría y revelaciones de inte-rés biográfico, se propicia un contacto mucho más cercano y rico del lector con la vida y el quehacer de estos autores. A ma-nera de muestra, que ojalá los estimule a ir en su búsqueda, reproducimos aquí algunos de los textos recogidos en esta sin-gular antología.

· la paloma ·

Se equivocó la paloma.Se equivocaba.

Por ir al Norte fue al Sur.Creyó que el trigo era agua.Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;que la noche, la mañana. Se equivocaba.

Que las estrellas, rocío, que la calor, la nevada.Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa; que tu corazón, su casa. Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.Tú en la cumbre de una rama.)

Rafael Alberti (España, 1902-1999)

· yo también ·

Yo también canto a América.

Soy el hermano más oscuro, Me mandan a comer a la cocinaCuando llega visita,Pero me río,Y como bienY me hago fuerte.

MañanaMe sentaré a la mesaCuando llegue la visita.Nadie se atreverá A decirme«Come en la cocina»,Entonces.

Además,Verán qué hermoso soyY se avergonzarán.

Yo también soy América.

Langston Hughes (Estados Unidos, 1902-1967)

· se llegara a la luna ·

Se llegará a la luna y más lejos también y aun allí donde no puedan llegar los telescopios ¿pero cuándo por fin en nuestra Tierra ya nadie tendrá hambre?

¿y ya nadie tendrá miedo de otro? ¿nadie podrá mandar sobre ninguno? ¿nadie será humillado? ¿y nadie robará la esperanza de nadie? Si yo soy comunista es porque he respondido / a esta pregunta.

Nazim Hikmet (Turquía, 1902-1963)

· el caribe ·

En el acuario del Gran Zoo, nada el Caribe. Este animal marítimo y enigmático tiene una blanca cresta de cristal, el lomo azul, la cola verde, vientre de compacto coral, grises aletas de ciclón.En el acuario, esta inscripción: «Cuidado: muerde».

Nicolás Guillén (Cuba, 1902-1989) CM

¿El final o el principio de una vida?

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fIAMbrE CASErO EMPANADITAS DULCES

··········

harina de trigopolvo de hornear

salazúcar moreno

huevoaceite

mantequillavino seco

relleno dulceaceite para freír

1 ¼ tazas1 cucharadita¼ cucharadita1 cucharada2 unidades2 cucharadas3 cucharadas2 cucharadas1/3 taza

· i n g r e d i e n t e s ·pa r a c u a t r o c om e n s a l e s

LA CrEATIVIDADDE LA COCINA

COMEr EN CASA

DAfNIS PrIETO PrOVErb TrIOintérprete: DAfNIS PrIETO PrOVErb TrIODafnison Music, 2012

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ProPuestAsMusiCAles

LA CALLEDEL MEDIOAbrIL 2013

A cargo de AILEr PÉrEZ, IJOrkI MOrALES y CArMEN SOUTO

EL SONGO DE TODOSautor: MAYkEL bLANCO CUEVASintérprete: MAYkEL bLANCO Y SU SALSA MAYOr E INVITADOSCD A toda máquinabis Music/ Planet records, 2012

LA CULPAautor: ISrAEL rOJAS fIELintérprete: bUENA fECD DialEGrEM, 2013

SALE EL SOLautor: MArIALY PACHECOintérprete: MArIALY PACHECO TrÍOCD Spaces WithinPinnacles records, 2013

DESEOS EN PENUMbrAautor: YAMIL rEYES bALLESTErintérprete: DÈJÁ VúCD Perfecto balanceSqcha records, 2012

TUMbAO PA’ bEbOautor: rObErTO CArLOS rODrÍGUEZ (CUCUrUCHO)intérprete: rObErTO CArLOS rODrÍGUEZ (CUCUrUCHO)CD Ni antes ni despuésProducciones Colibrí, 2012

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AGUA DEL POZOintérprete: ALEX CUbADir.: kATHI PrOSSEr

Video Clip

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fErIA INTErNACIONAL CUbADISCO 2013del 18 al 26 de mayo Pabellón Cuba (23 y N, El Vedado)

esPacio

60abril2013

NÚMero directorenrique ubieta gómez

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MADELAINE VÁZQUEZ GÁLVEZ

lA neCesiDAD de readaptar los con-sumos a las disponibilidades de recur-sos alimenticios, el incremento de los conocimientos sobre las virtudes de muchas plantas alimenticias y la trans-culturación culinaria, así como la per-tinencia de mejorar los hábitos alimen-tarios para evitar las enfermedades crónico-degenerativas, han conducido a la ampliación de la gama de recetas, y la creatividad se presenta como un atri-buto indiscutible.

Si bien las cocinas más clásicas sen-taron una forma de cocinar, en las que los ingredientes y sus cantidades eran prácticamente inamovibles, actual-mente se percibe una mayor flexibili-dad en las formas de preparar los ali-mentos. De ahí que se observan alter-nancias de muchos productos: se pue-den encontrar en los recetarios inter-nacionales unos ñoquis de boniato (en la receta clásica son albondiguillas de papa y queso, fundamentalmente), o unas bolas de malanga o yuca, como alternativa de las papas rellenas.

Los grupos culinarios posibilitan, bajo tecnologías similares, las combi-naciones más disímiles. Por ejemplo, las sopas ofrecen un amplio diapasón que fluctúa desde –en apariencia– un sencillo consomé, hasta las sopas más complicadas, en las que intervienen elementos espesantes (sopas crema y sopas puré), o una gran variedad de productos vegetales y cárnicos.

Las ensaladas se consideran las preparaciones que exhiben una mayor variedad de ingredientes. En la prácti-ca culinaria las ensaladas resultan ca-da vez más sorprendentes, por los sa-bores y texturas que exhiben. No solo se elaboran ensaladas clásicas de to-mate, lechuga o aguacate, sino que es-tas incorporan hojas verdes (espinacas, acelga, chaya) y semillas de calabaza, marañón y ajonjolí, además de flores, frijoles, tofu (queso de soja), frutas y muchos otros productos.

Las salsas también exhiben una gran versatilidad culinaria. A partir de las cinco salsas básicas de la cocina clá-sica (española, de tomate, bechamel, holandesa y mayonesa) se pueden ob-tener cientos de variedades de salsas, sin contar aquellas que se han creado por la búsqueda de variantes más lige-ras (vinagretas) con profusión de plan-tas aromáticas en su composición.

La cocina fría es muy pródiga en el surtido de preparaciones, que incluyen platos de gran originalidad como cevi-ches, huevos rellenos, patés, terrinas, rollitos, quiches (pasteles rellenos), ca-napés, aspic (preparaciones moldeadas en gelatina y guarnecidas), entre otros. Este tipo de entrantes constituye la ba-se de las llamadas mesas buffet, en las que la variedad de platillos resulta ver-daderamente reveladora.

Las pastas (coditos, espaguetis, ta-llarines, raviolis, lasañas, canelones, ñoquis, pizzas, entre otras) se combi-nan en cientos de formas –acompaña-

varia

dos

···

·····

picadillo prensado

cebollatomate de cocina

lechugaajosal

vinagreaceite

1 libra 1 unidad mediana2 unidades medianas1 taza3 dientes½ cucharadita3 cucharadas2 cucharadas

· e l a b o r a c i ó n ·Envolver el picadillo en un paño o nylon, y amarrar fuerte las puntas ¶ Colocar en cazuela apropiada con agua a tempe-ratura ambiente ¶ Tapar y cocinar du-rante una hora, aproximadamente, con baja intensidad de calor ¶ Extraer y re-frescar; quitar la envoltura y refrigerar ¶ Aparte cortar los vegetales y picar fino el ajo ¶ Preparar un aderezo con el ajo, la sal, el vinagre y el aceite ¶ Acompa-ñar el embutido con los vegetales y el ali-ño por encima.nota: Se debe quitar la envoltura original del

picadillo y manipular cuando está semicon-gelado. Si se hace en olla de presión no se po-ne el pistón. Se puede preparar también co-mo plato caliente, y se recomienda cocinar con baja intensidad de calor.

· e l a b o r a c i ó n ·Mezclar la harina con el polvo de hornear, la sal y el azúcar ¶ Poner sobre la mesa en forma de volcán ¶ Colocar en el cen-tro los huevos batidos, el aceite y la man-tequilla derretida ¶ Mezclar y añadir el vino seco ¶ Amasar bien y dejar reposar durante una hora ¶ Amasar nuevamente (rectificar la textura si fuese necesario, añadiendo más harina) ¶ Estirar la masa con un rodillo o botella, marcar con un platico de café, recortar, colocar el relle-no, doblar el disco y cerrar, marcando los bordes con un tenedor ¶ Freír las empa-nadillas en aceite bien caliente. nota: Se puede rellenar con mermeladas, dulce de

coco y jaleas.

· i n g r e d i e n t e s ·pa r a s e i s c om e n s a l e s

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das también de frijoles y verduras– pa-ra sustento de una de las cocinas más famosas en la actualidad: la italiana.

Los postres se dividen en dos gran-des grupos (repostería y pastelería), para engrosar un voluminoso acápite de recetas. La creatividad popular, junto a los aportes de los grandes chefs, han propiciado recetas tan nota-bles que hoy nos sorprenden por su perfecta alquimia. Diversas frutas, es-pumas y figuras de caramelo pueden acompañar flanes, buñuelos, empana-dillas, pasteles, natillas, pudines, cre-pas, soufflés, mousses, turrones, tar-tas, entre otras delicias.

La propia cocina vegetariana ha si-do una de las más prolíferas y se desta-ca por las más diversas creaciones de platillos, así como por la readaptación a su estilo de muchos platos convencio-nales. De esta forma, sustituye las car-nes por la soya texturizada, los quesos de origen animal por tofu, los canelo-nes se rellenan con espinacas, mien-tras que los tamales se guarnecen con aceitunas, alcaparras o vegetales sal-

teados. Esta cocina utiliza profusamen-te todos los derivados de la soya, las se-tas, las algas marinas, las semillas olea-ginosas, los cereales integrales y el glu-ten de trigo.

En resumen, la creatividad en la cocina, como condición ineludible del proceso de enriquecimiento de las culturas culinarias locales y mundial, ha sido también uno de los factores que colocan a la cocina actual en una etapa de evolución sin precedentes, y a la vez ha contribuido a la supervi-vencia, la readaptación y enriqueci-miento del consumo mundial de ali-mentos. Como elemento divergente se presenta el aumento de los consumos de comida rápida, o fast food, en la que no prevalecen los hábitos sanos y lo-cales, y la creatividad está supeditada exclusivamente a las reglas de juego del mercado. En tal sentido, vale privi-legiar los procesos de consumo local con criterios de sostenibilidad, en los que la creatividad se proyecte como factor legítimo y desarrollador de la cultura alimentaria. CM