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© Ediciones Universidad de Salamanca América Latina Hoy, 57, 2011, pp. 79-115 LIBERALISMO RADICAL, REFORMISTA Y FRUSTRADO: ORÍGENES DE LOS REGÍMENES NACIONALES EN AMÉRICA CENTRAL Radical, reformist and aborted liberalism: origins of national regimes in Central America James MAHONEY Universidad de Northwestern, Estados Unidos [email protected] BIBLID [1130-2887 (2011) 57, 79-115] Fecha de recepción: 15 de octubre del 2010 Fecha de aceptación y versión final: 28 de febrero del 2011 RESUMEN: Durante el siglo XX, los países de América Central se caracterizaron por tener regímenes políticos muy diferentes: el autoritarismo militar en Guatemala y El Salvador; la demo- cracia progresista en Costa Rica y el autoritarismo tradicional en Honduras y Nicaragua. Este artícu- lo explica los resultados de estos distintos regímenes mediante la exploración de las reformas agrarias y de la construcción del Estado llevadas a cabo por los líderes políticos durante el siglo XIX y prin- cipios del periodo de reformas liberales del siglo XX. Basándose en las diferencias de la transfor- mación del Estado y de las estructuras de clases, se pueden identificar tres tipos de liberalismo: liberalismo radical en Guatemala y El Salvador; liberalismo reformista en Costa Rica y liberalismo frustrado en Honduras y Nicaragua. Se argumenta que estos tipos de liberalismo condujeron a los países de América Central a caminos contrarios al desarrollo político, culminando así en regí- menes con resultados diversos. Palabras clave: liberalismo radical, liberalismo reformista, liberalismo frustrado, regímenes, América Central. ABSTRACT: During the twentieth century, the countries of Central America were characte- rized by remarkably different political regimes: military-authoritarianism in Guatemala and El Sal- vador, progressive democracy in Costa Rica and traditional-authoritarianism in Honduras and Nicaragua. This article explains these contrasting regime outcomes by exploring the agrarian and state-building reforms pursued by political leaders during the nineteenth– and early twen- tieth century liberal reform period. Based on differences in the transformation of state and class

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  • Ediciones Universidad de Salamanca Amrica Latina Hoy, 57, 2011, pp. 79-115

    LIBERALISMO RADICAL, REFORMISTA Y FRUSTRADO:ORGENES DE LOS REGMENES NACIONALESEN AMRICA CENTRALRadical, reformist and aborted liberalism:origins of national regimes in Central America

    James MAHONEYUniversidad de Northwestern, Estados Unidos [email protected]

    BIBLID [1130-2887 (2011) 57, 79-115]Fecha de recepcin: 15 de octubre del 2010Fecha de aceptacin y versin final: 28 de febrero del 2011

    RESUMEN: Durante el siglo XX, los pases de Amrica Central se caracterizaron por tenerregmenes polticos muy diferentes: el autoritarismo militar en Guatemala y El Salvador; la demo-cracia progresista en Costa Rica y el autoritarismo tradicional en Honduras y Nicaragua. Este artcu-lo explica los resultados de estos distintos regmenes mediante la exploracin de las reformas agrariasy de la construccin del Estado llevadas a cabo por los lderes polticos durante el siglo XIX y prin-cipios del periodo de reformas liberales del siglo XX. Basndose en las diferencias de la transfor-macin del Estado y de las estructuras de clases, se pueden identificar tres tipos de liberalismo:liberalismo radical en Guatemala y El Salvador; liberalismo reformista en Costa Rica y liberalismofrustrado en Honduras y Nicaragua. Se argumenta que estos tipos de liberalismo condujerona los pases de Amrica Central a caminos contrarios al desarrollo poltico, culminando as en reg-menes con resultados diversos.

    Palabras clave: liberalismo radical, liberalismo reformista, liberalismo frustrado, regmenes,Amrica Central.

    ABSTRACT: During the twentieth century, the countries of Central America were characte-rized by remarkably different political regimes: military-authoritarianism in Guatemala and El Sal-vador, progressive democracy in Costa Rica and traditional-authoritarianism in Honduras andNicaragua. This article explains these contrasting regime outcomes by exploring the agrarianand state-building reforms pursued by political leaders during the nineteenth and early twen-tieth century liberal reform period. Based on differences in the transformation of state and class

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    structures, three types of liberalism are identified: radical liberalism in Guatemala and El Salva-dor, reformist liberalism in Costa Rica and aborted liberalism in Honduras and Nicaragua. It isargued that these types of liberalism set the Central American countries on contrasting paths ofpolitical development, culminating in diverse regime outcomes.

    Key words: radical liberalism, reformist liberalism, aborted liberalism, regimes, CentralAmerica.

    I. INTRODUCCIN1

    En el curso del siglo XX los pases de Amrica Central se caracterizaban por teneralgunos de los sistemas polticos ms diversos en el mundo: duros regmenes militaresautoritarios en Guatemala (1954-1986) y El Salvador (1948-1979); un rgimen progre-sista democrtico en Costa Rica (1949-presente), y regmenes autoritarios tradicionalesen Honduras (1932-1982) y Nicaragua (1936-1979)2. Dadas las muchas similitudes his-tricas y contextuales que comparten estos pases una experiencia colonial comn, orien-tacin cultural, ubicacin geogrfica y una posicin en la economa mundial capitalistaes sorprendente este contraste en sus regmenes. De hecho, durante varias dcadasdel siglo XX, Amrica Central fue la regin con sistemas polticos ms violentos de Am-rica Latina (Guatemala y El Salvador); el sistema poltico ms estable y menos militar(Costa Rica); el arquetipo de una Repblica bananera (Honduras), y una dictadura per-sonalista (Nicaragua)3.

    Este artculo explica estos resultados opuestos mediante la exploracin de las refor-mas agrarias y de la construccin del Estado, impulsadas por los lderes polticos delsiglo XIX en Amrica Central, durante una poca conocida como el periodo de lasreformas liberales. Durante esta poca, las lites polticas liberales de toda la regin

    1. Por sus comentarios y crticas a los primeros borradores de este artculo, el autor agradece aJos Itzigsohn, Kenneth Shadlen, Richard Snyder y a los crticos annimos del Journal of Latin Ame-rican Studies de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. Este artculo se public originalmenteen el Journal of Latin American Studies, 2001, vol. 33: 221-256. Amrica Latina Hoy, Revista de Cien-cias Sociales agradece la autorizacin otorgada por la revista britnica para su publicacin en espaol.Traduccin del ingls al espaol a cargo de Carlos Martnez-Rivera y revisin editorial de FlaviaFreidenberg.

    2. Las fechas que figuran como correspondientes a los regmenes son aproximadas, no todos losacadmicos estn de acuerdo sobre su comienzo y final. El mejor trabajo sobre la poltica para la regina finales del siglo XX sigue siendo, probablemente, el de J. DUNKERLY (1988).

    3. En trminos per cpita, el nivel de represin en Guatemala y El Salvador fue superior a otrosepisodios ms famosos de violencia estatal de Amrica Latina. Por ejemplo, los regmenes burocr-tico-autoritarios de Amrica del Sur tuvieron slo una fraccin del nmero de detenciones, desapari-ciones y asesinatos de los regmenes militares autoritarios de Guatemala y El Salvador. Para las discusionesvase: J. DUNKERLY (1988: 430-431) y W. STANLEY (1996: 1-4, 281-281). Costa Rica es la democraciams antigua de Amrica Latina y ha funcionado sin ningn tipo de aparato militar (las Fuerzas Arma-das fueron abolidas en 1949) y con niveles generosos de bienestar social. Honduras y Nicaragua hanestado durante mucho tiempo entre los pases polticamente menos modernos de Amrica Latina.

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    promulgaron reformas que expandieron significativamente la agricultura comercial,aumentando as las exportaciones y mejorando enormemente el papel del Estado dentrode la sociedad y la economa. Dentro de este contexto similar, sin embargo, la maneraespecfica en que los liberales transformaron las instituciones estatales y de clases socia-les vari ampliamente entre los pases.

    Bajo un modelo de liberalismo radical, que caracterizaba a Guatemala y a ElSalvador, los liberales llevaron a cabo polticas que socavaron estructuras comunalesde tenencia de la tierra, promovieron la rpida expansin agraria capitalista y directa-mente amenazaron la supervivencia a largo plazo de las comunidades campesinas y delos pequeos productores. Este modelo vio el establecimiento de estructuras de clasessociales polarizadas y un aparato estatal militarizado. Por el contrario, bajo el liberalis-mo reformista en Costa Rica, los liberales promovieron un cambio menos rpido haciala agricultura comercial y permitieron que los pequeos y medianos agricultores se con-virtieran en unidades productivas centrales en la economa agraria. Este modelo fue tes-tigo de la creacin de una economa agraria avanzada pero no polarizada y un Estadocentralizado, pero no militarizado. Por ltimo, bajo el liberalismo frustrado en Hon-duras y Nicaragua las reformas liberales diseadas para promover la modernizacin dela sociedad no se establecieron con xito. En este modelo la intervencin extranjera soca-v el proceso en curso de una transformacin liberal, permitiendo as que las estructu-ras del Estado y las agrarias cambiaran de un periodo preliberal a uno posliberal.

    Estos tres patrones de reformas liberales liberalismo radical, reformista y frustra-do sentaron las bases estructurales para el desarrollo de regmenes militares autori-tarios, democrticos y autoritarios, respectivamente. El argumento presentado aques que los diferentes modelos de transformacin liberal del siglo XIX condujeron a fuer-tes contrastes entre los pases de Amrica Central, especialmente en el carcter de susregmenes polticos nacionales del siglo XX.

    II. MARCO TERICO Y EXPLICACIONES RIVALES

    Para explicar los resultados polticos divergentes en Amrica Central es necesariomirar profundamente en el pasado e identificar un episodio de coyuntura crtica, quese da cuando las decisiones de un actor llevan al establecimiento de patrones estruc-turales que tendrn efectos causales a largo plazo. El concepto de coyuntura crtica serefiere a un momento de decisin histrico que ocurre cuando los actores adoptan unaopcin en particular (por ejemplo, una estrategia poltica) entre dos o ms alternati-vas4. Estas coyunturas son crticas porque, una vez que se selecciona una opcin, sehace cada vez ms difcil volver al punto inicial cuando continan disponibles mlti-ples alternativas. Mientras que antes de una coyuntura crtica una amplia gama de

    4. El concepto de coyuntura crtica fue desarrollado por S. LIPSET y S. ROKKAN (1967: 37). Elmejor anlisis sobre coyunturas crticas en Amrica Latina es de R. B. COLLIER y D. COLLIER (1991).

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    resultados puede ser posible, despus de una coyuntura crtica la gama de resultadosposibles se reduce considerablemente5.

    Un marco de coyuntura crtica es atractivo para los estudiosos de los cambios delos regmenes polticos, en parte porque permite a los analistas reconocer la causali-dad de las competencias de los agentes y sus estructuras6. Una coyuntura crtica puedeser entendida en periodos caracterizados por la flexibilidad y contingencia cuando lasdecisiones de los actores tienen un impacto importante en el desarrollo de institucio-nes y estructuras polticas duraderas. Estas instituciones y estructuras creadas duran-te momentos crticos pueden tener efectos causales persistentes y embarcar a los pasesen distintas trayectorias de desarrollo poltico, conducindolos as a resultados de reg-menes contrastantes. En fin, las decisiones claves tomadas durante periodos de coyun-tura crtica pueden llegar a ser incorporadas en las instituciones y estructuras que tienenefectos causales a largo plazo.

    En lo que sigue, se desarrollar un argumento de coyuntura crtica que pone de relie-ve la importancia del periodo de las reformas liberales. Pese a que se centrar la aten-cin en el papel de las agencias durante este periodo, el argumento es ante todo un anlisisde las races histrico-estructurales de los diferentes regmenes de la regin. Se harmenos nfasis en el papel de los actores y las acciones humanas como mecanismos devinculacin de los modelos estructurales establecidos durante el periodo de las refor-mas liberales con los resultados de los regmenes subsiguientes. Esto no es para restarleimportancia a estos mecanismos de vinculacin; de hecho, un anlisis ms completo debe-ra tenerlos en cuenta7. Sin embargo, se presenta una explicacin parcial y probabils-tica enfocada en las principales causas histricas que condujeron al establecimiento ycaractersticas de esos regmenes.

    El argumento aqu expuesto sobre el periodo de las reformas liberales como unacoyuntura crtica contrasta de manera importante con otras explicaciones de las diver-gencias polticas en Amrica Central. Por un lado, se enfatizan periodos alternativos quelos estudiosos han puesto de relieve como el periodo colonial, la depresin de la dca-da de 1930 y el periodo de las reformas sociales y polticas de 1940 y 1950. Si bien elperiodo colonial tuvo claramente un impacto importante en el desarrollo de AmricaCentral8, las diferencias entre sus pases durante este tiempo fueron lo suficientementepequeas como para haber dejado resultados de los futuros regmenes polticos sinresolver. De acuerdo al ndice de Palmer (1977: 379-383) sobre la penetracin colonialespaola en Amrica Latina, las instituciones coloniales eran bastante pronunciadas enGuatemala y luego disminuyeron en el sur, de tal manera que Costa Rica se encon-tr muy aislada dentro del Imperio colonial. Sin embargo, dicho ndice revela que no

    5. Vanse las discusiones sobre path dependence de P. PIERSON (2000: 251-268) y J. MAHONEY(2000: 507-548).

    6. G. MUNCK (1993: 475-498) y J. MAHONEY (1999: 3-32).7. El autor ofrece una discusin completa de estos mecanismos en un estudio ms amplio sobre

    el que se basa este artculo. Vase J. MAHONEY (2001).8. Para un argumento interesante que enfatiza en la importancia de las instituciones coloniales,

    vase L. WORTMAN (1982).

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    hubo grandes diferencias entre los pases vecinos. Basado en el nivel de penetracin colo-nial espaola, no se esperara que El Salvador, Honduras y Nicaragua respecto a Cos-ta Rica desarrollaran regmenes polticos muy distintos. De hecho, con base en estosdatos, slo en los casos de Guatemala y Costa Rica se pueden esperar resultados pol-ticos marcadamente diferentes.

    Otros analistas afirman que la depresin de la dcada de 1930 fue un momento deci-sivo en el desarrollo poltico centroamericano. Por ejemplo, Baloyra-Herp sostiene quela depresin llev a la creacin de un sistema poltico de despotismo reaccionario,que caracteriz a la regin (con excepcin de Costa Rica) hasta finales del siglo XX (1983:295-319)9. El despotismo reaccionario se entiende que sustituy un modelo anterior dedominacin oligrquica trayendo una coalicin de grandes financieros, banqueros yfuncionarios militares al poder (Baloyra-Herp, 1987: 297-308). Baloyra-Herp sostieneque la depresin tuvo este efecto porque presion desde abajo para que se llevarana cabo las reformas de tierra y laborales y forz a la oligarqua tradicional a llamar a esaotra lite para restaurar el orden poltico a travs de la represin del Estado.

    En contraste con Baloyra-Herp, aqu se argumenta que la depresin no fue un pun-to determinante de transicin en el desarrollo poltico de Amrica Central. Quien escri-be este artculo est persuadido por los analistas como Woodward y Yashar que sostienenque la depresin no condujo a un cambio de rgimen en la regin: las dictaduras esta-blecidas en la dcada de 1930 compartan caractersticas centrales con los sistemas depolticas liberales anteriores (Woodward, 1985: 215; Yashar, 1997: 238). Adems, el autorde este artculo es escptico con la afirmacin de Baloyra-Herp, quien afirma que laspresiones desde abajo asociadas con la depresin forzaron a las lites a instalar dic-taduras reaccionarias. Por ejemplo, las presiones desde abajo hacia el sector medio enGuatemala y El Salvador ocurrieron a mitad de la dcada de 1920 y no en la dcada de1930, tras la Depresin. En ltima instancia, estas presiones fueron ineficaces. Y mien-tras en Nicaragua ocurra la Revolucin de Sandino desde 1927 a 1933, en Hondurasse daba un aumento del activismo en las plantaciones bananeras durante la dcada de1930. Esto podra ser visto como un tipo de representacin de presin de las clases bajassugerida por Baloyra-Herp. Estos movimientos estaban dirigidos por Estados Unidos yno amenazaban el bienestar de las clases dominantes nacionales.

    Por ltimo, algunos acadmicos apuntan a las dcadas de 1940 y 1950 como unapotencial coyuntura crtica en la historia de Amrica Central. En su libro fundamentalDemanding Democracy, Yashar (1997) hace este argumento en un esfuerzo por explicarla aparicin del autoritarismo militar en Guatemala y la democracia en Costa Rica.Yashar argumenta que el periodo de las reformas liberales fue importante en la medi-da en que ayud a producir contextos de reformas contrastantes durante la dcada de1940 y 1950. Sin embargo, ella sostiene que tanto Guatemala como Costa Rica emer-gieron del periodo de las reformas liberales con similares regmenes polticos no demo-crticos. Por el contrario, las diferencias claves en las coaliciones y contracoalicionesde las reformas, que se generaron durante las dcadas de 1940 y 1950, afectaron

    9. Para una posicin ms matizada, vase V. BULMER-THOMAS (1987).

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    directamente la formacin de un rgimen militar autoritario en Guatemala y un rgi-men democrtico en Costa Rica. Yashar sostiene que sin los sucesos de las dcadas de1940 y 1950, Guatemala y Costa Rica podran haber continuado una trayectoria de rgi-men similar.

    Aunque se podra cuestionar el grado en que los sistemas polticos de Guatemalay Costa Rica fueron similares antes de mediados de la dcada de 194010, la explicacinde Yashar para estos dos pases es bastante convincente. Sin embargo, los tres pases deAmrica Central que no fueron analizados por Yashar (El Salvador, Honduras y Nica-ragua) sugieren la importancia del periodo de reformas liberales en comparacin conel periodo de las reformas sociales de las dcadas de 1940 y 195011. Por ejemplo, duran-te la dcada de 1940 en El Salvador se vio el surgimiento de un movimiento de refor-mas importantes, pero fue moderado en sus objetivos y estrategias. Este proceso fue msparalelo al movimiento de reformas de Costa Rica que al que vivi Guatemala durantelas dcadas de 1940 y de 1950. As, basado en la evidencia del periodo de reformasposterior a la Segunda Guerra Mundial, se esperara que El Salvador hubiera conso-lidado un rgimen nacional ms similar al de Costa Rica que al de Guatemala. Delmismo modo, los movimientos de reformas moderadas se movilizaron contra los dic-tadores personalistas tanto en Honduras y Nicaragua durante la coyuntura de 1944, pero,en ltima instancia, no tuvieron consecuencias en la configuracin de la poltica nacio-nal. El hecho de que estos movimientos de reforma social no fueran capaces de afectarel cambio de rgimen sugiere que el legado del autoritarismo tradicional del periodode las reformas liberales ya estaba bien consolidado para la dcada de 1940.

    Mientras se ofreca un argumento estructural a nivel macro, este anlisis tambincontrasta con esfuerzos recientes de los historiadores para incorporar la ideologa, la cul-tura, el gnero y la poltica local en el estudio del cambio histrico12. Al igual que estosestudios, el marco terico aqu expuesto hace hincapi en las relaciones de poder, inclu-yendo estructuras de clases asimtricas en la zona rural. Sin embargo, al explicar los resul-tados polticos nacionales se adopta un enfoque macro que pone relativamente menosnfasis en la poltica local y la variacin entre pases. Esto es cierto pese a que el traba-jo del autor a nivel nacional est formado por los anlisis de los historiadores que haniniciado la laboriosa tarea de construir la historia local con informacin de los archivosregionales. Del mismo modo, se minimiza la importancia de la cultura y la identidadcomo factores explicativos en la justificacin de las divergencias polticas. La posicin

    10. A principios del siglo XX, Costa Rica se caracterizaba por un rgimen electoral cada vez mscompetitivo, mientras que Guatemala y los dems pases de Amrica Central se caracterizaban pordictaduras personales similares a las que prevalecan en el siglo XIX. Los observadores en Amrica Cen-tral de finales de este siglo y principios del XX tomaron nota de las frecuentes diferencias extremasentre Guatemala y Costa Rica. Vase, por ejemplo, H. H. BANCROFT (1887) y D. G. MUNRO (1918).Nuevos trabajos sobre Costa Rica basados en investigaciones primarias y estadsticas demuestran tam-bin un rgimen electoral competitivo a principios del siglo XX. Vase F. E. LEHOUCQ e I. MOLINA (2006).

    11. Para una discusin ms detallada sobre los movimientos de reformas de estos casos, vaseJ. MAHONEY (2001).

    12. Por ejemplo, A. CHOMSKY y A. LAURIA-SANTIAGO (1998).

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    del autor es que las variables culturales y de identidad se pueden utilizar con mayor pro-vecho si se usan en explicaciones que vinculen las relaciones organizativas y estructu-rales. As, en el siguiente anlisis se consideran la cultura e identidad slo en la medidaen que sean justificadas a nivel organizativo e institucional en las clases sociales, grupospolticos y actores del Estado13.

    El argumento que se presenta a continuacin es ms compatible con anlisis hist-ricos comparativos de Amrica Central, que subrayan la importancia de una estruc-tura de clases agraria, tales como los estudios de James Dunkerley (1988), LowellGudmundson (1995), Jeffery M. Paige (1994) y Robert G. Williams (1994). Estos aca-dmicos demostraron convincentemente que pases como Guatemala y El Salvador, enlos cuales se cre una estructura de clases agraria polarizada durante el siglo XIX,eran mucho ms propensos a desarrollar regmenes autoritarios que pases como Cos-ta Rica, en el cual se construy una estructura de clases ms armoniosa. El argumentoaqu expuesto se basa en estos trabajos con el objetivo de desarrollar un nuevo mar-co comparativo que enlace las opciones de poltica liberal con la creacin de estruc-turas de clase agraria.

    Al mismo tiempo, se sostiene que los Estados liberales no eran simples instrumen-tos de un grupo o clase en particular. Ms bien, estos aparatos del Estado estaban enca-bezados por dictadores personalistas que ejercan una autonoma sustancial de todoslos grupos sociales ms importantes. Por tanto, para entender el curso del periodo dereformas liberales se analizarn las acciones y opciones individuales que tomaron losdictadores liberales.

    Adems, se propone que la transformacin de las estructuras del Estado durantelas reformas liberales era de crucial importancia para un futuro desarrollo poltico. Alo largo de la historia moderna de Amrica Latina las relaciones de las clases polari-zadas han cerrado la eventualidad para que la democracia sea una posibilidad hist-rica nica cuando se combina con un Estado altamente militarizado. Si Guatemala yEl Salvador no hubieran sido testigos de una militarizacin amplia durante la dcadade 1920, sin todava revelar estructuras de clases polarizadas, es muy probable quehubieran evitado ms tarde en el siglo XX un autoritarismo duro. Igualmente, se sos-tiene que las causas que llevaron a la implantacin de la democracia en Costa Rica seencuentran no slo en el rea rural, sino tambin en el desarrollo limitado de los mili-tares durante el siglo XIX y principios del siglo XX.

    13. Relacionado con el nfasis en la cultura, los historiadores tambin estn comenzando a hacerpreguntas sobre las conexiones entre el gnero y el cambio macroestructural en la historia de Amri-ca Latina. Por ejemplo, E. DORE y M. MOLYNEUX (2000). Aunque se cree que esto es una fructferaserie de consideraciones para los estudiosos del cambio de rgimen, en la actualidad se carece de infor-macin sistemtica relativa a las variaciones en estas prcticas a travs de los cinco pases de AmricaCentral que podran ser tiles para la tarea explicativa que se tiene que realizar.

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    III. PANORAMA GENERAL

    Durante el periodo de las reformas liberales, los pases de Amrica Central fue-ron testigos de una importante expansin de la agricultura comercial a travs de la pro-duccin del caf y el banano para su exportacin. El tiempo de este periodo vara entrecada pas, pero corresponde aproximadamente entre 1870 y 1930, con la excepcinde Costa Rica, que inici un episodio de reformas mucho antes (1821), y Nicaragua,que inici su periodo liberal relativamente tarde (1893). Esta etapa de modernizacinde la sociedad se denomina la reforma liberal, porque los dirigentes polticos que ejer-can el control sobre el gobierno adoptaron el liberalismo como ideologa14.

    El periodo de las reformas liberales surgi de un conflicto centenario entre las fac-ciones liberales y conservadoras de la lite de Amrica Central15. Este conflicto pudohaber reflejado inicialmente importantes diferencias socioeconmicas, pero a mediadosdel siglo XIX ambas facciones polticas atrajeron la membresa de las mismas clases adi-neradas de las lites rurales y de los comerciantes. Con la creciente demanda mundialhacia las potenciales exportaciones de Amrica Central a mediados del siglo XIX, los con-servadores abandonaron poco a poco su compromiso con el sistema de propiedad comu-nal y acordaron con los liberales respecto a la necesidad de privatizar la tierra y exportarla agricultura (Gudmundson y Lindo-Fuentes, 1995). Sin embargo, contrario a los libe-rales moderados, los conservadores abogaron por una transicin ms gradual y menosprofunda hacia la agricultura comercial. Por tanto, no fue hasta que los liberales toma-ron el poder que ocurri una explosin de la agricultura comercial y de la exportacinde productos primarios.

    Uno o dos presidentes liberales fueron especialmente influyentes en cada pas pro-mulgando legislaciones que definieron la direccin del cambio para todo el periodo. Estospresidentes claves fueron: Justo Rufino Barrios (1873-1885) en Guatemala; Rafael Zal-dvar (1876-1883) en El Salvador; Braulio Carrillo (1838-1842) y Toms Guardia (1870-1882) en Costa Rica; Marco Aurelio Soto (1876-1883) en Honduras, y Jos Santos Zelaya(1893-1909) en Nicaragua. En el anlisis que sigue se resaltarn las opciones polticasde estos lderes.

    14. El liberalismo centroamericano fue construido sobre la base de la oposicin social hacia laIglesia y otras entidades corporativas, el sector pblico que promova el capitalismo agrario y el cons-titucionalismo autoritario. Para estas discusiones vase R. L. WOODWARD (1984: 292-294).

    15. Trabajos bsicos de la divisin entre los liberales y conservadores durante el siglo XIX inclu-yen a: H. PREZ GRIGNOLI (1989), L. GUDMUNSON y H. LINDO-FUENTES (1995), T. L. KARNES (1961),M. RODRGUEZ (1978) y R. L. WOODWARD (1965).

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    Fuente: Elaboracin propia.

    Los liberales se enfrentaron a opciones fundamentales acerca de cmo conseguirla modernizacin de la sociedad, especialmente en relacin con la transformacin de laagricultura. Aqu se distingue entre dos estrategias bsicas de la modernizacin agr-cola que fueron las alternativas que tenan los liberales: una estrategia poltica dereforma y una estrategia de poltica radical. Como muestra la Tabla I, las estrate-gias de polticas radicales y de reformas polticas son definidas en tres dimensiones: alcan-ce de la privatizacin, el tamao de las propiedades promovidas y el nivel de coaccindel Estado. En trminos del alcance de la privatizacin (la medida en que las tierrascomunales fueron objeto de privatizacin), los casos oscilaron entre Honduras, dondelas reformas agrcolas implicaban cambios limitados a las estructuras de tenencia de lastierras anteriores y El Salvador y Nicaragua, donde todas las tierras comunes estabansujetas a la privatizacin. Guatemala y Costa Rica se encuentran entre estos extre-mos, en la medida en que los liberales conservaron importantes extensiones de tierracomn durante gran parte o todo el periodo de la reforma. En trminos del tamao dela propiedad de la tierra comercial promovida por los liberales, los casos van desde lapromocin directa de las grandes plantaciones en Guatemala, pasando por la promo-cin de fincas grandes y pequeas en El Salvador, Nicaragua y Honduras, y hasta losesfuerzos por favorecer la agricultura familiar en Costa Rica. Por ltimo, respecto al nivelde coaccin del Estado, los pases pasan desde el uso de mano de obra altamente coer-citivo en Guatemala y Nicaragua al uso de alguna coercin en un sistema de trabajobsicamente libre en El Salvador y a una relativa ausencia de coercin pblica en la pro-mocin del trabajo en Honduras y Costa Rica.

    TABLA I. ESTRATEGIAS DE POLTICAS AGRCOLAS

    Guatemala

    El Salvador

    Nicaragua

    Honduras

    Costa Rica

    Alcance de laprivatizacin de la tierra

    (1 = mnimo;3 = mximo)

    Amplio(2)

    Completo(3)

    Completo(3)

    Parcial(1)

    Amplio(2)

    Tamao de lapropiedad promovida

    (1 = mnimo;3 = mximo)

    Grandes propiedades(3)

    Grandes/Pequeaspropiedades

    (2)

    Grandes/Pequeaspropiedades

    (2)

    Grandes/Pequeaspropiedades

    (2)

    Pequeas propiedades(1)

    Nivel de coaccindel Estado

    (1 = mnimo;3 = mximo)

    Alto(3)

    Moderado(2)

    Alto(3)

    Bajo(1)

    Bajo(1)

    Tipo de estrategiapoltica

    (Suma de losresultados)

    Radical(8)

    Radical(7)

    Radical(8)

    Reformista(4)

    Reformista(4)

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    Ediciones Universidad de Salamanca Amrica Latina Hoy, 57, 2011, pp. 79-115

    Fuente: Elaboracin propia.

    Diferentes estrategias de poltica estn fuertemente asociadas a diferentes tipos deperiodos de reformas liberales (ver Grfico I). Cuando son implementadas con xito,una estrategia de poltica radical da origen al liberalismo radical, como ocurri en Gua-temala y El Salvador. Asimismo, en el caso de Costa Rica la ejecucin exitosa de unaestrategia de reforma llev al liberalismo reformista. Por el contrario, cuando una estra-tegia de poltica particular no se ejecuta exitosamente, como fue en los casos de Hon-duras y Nicaragua, el resultado es un liberalismo frustrado.

    Estas diferentes estrategias polticas estaban arraigadas entre s segn factores socioe-conmicos y demogrficos. Los lderes liberales no operaban en un vaco estructu-ral. Sin embargo, las causas inmediatas de una determinada estrategia poltica eran amenudo polticas: los liberales perseguan la estrategia poltica que mejor les permi-ta mantener y mejorar el poder poltico. Por tanto, al comprender la adopcin de unadeterminada estrategia poltica es til examinar el entorno poltico que enfrentaban losliberales.

    Los orgenes del liberalismo radical, reformista y frustrado tenan mucho que vercon las opciones polticas de los dirigentes liberales que controlaban el gobierno a laaltura del periodo de las reformas. Por el contrario, las consecuencias de estos trestipos de liberalismo fue proveer una base estructural para la fundacin de regme-nes militares-autoritarios, democrticos y autoritarios tradicionales. El periodo de lasreformas liberales fue precisamente una coyuntura crtica porque las opciones de los acto-res llevaron a la creacin de diferentes instituciones y estructuras que dieron forma avas de desarrollo a largo plazo.

    GRFICO I. ESTRATEGIAS DE POLTICAS Y TIPOS DE REFORMAS LIBERALES

    Estrategia de poltica radical(Guatemala, El Salvador

    y Nicaragua)

    Estrategia de polticareformadora

    (Costa Rica y Honduras)

    Liberalismo Radical(Guatemala y El Salvador)

    Liberalismo Frustrado(Nicaragua y Honduras)

    Liberalismo Reformista(Costa Rica)

    Exitosa Fracasada Fracasada Exitosa

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    Ediciones Universidad de Salamanca Amrica Latina Hoy, 57, 2011, pp. 79-115

    Las diferentes instituciones y estructuras creadas por los liberales nos permiten iden-tificar tres tipos distintos de liberalismo centroamericano: liberalismo radical en Gua-temala y El Salvador, liberalismo reformista en Costa Rica y liberalismo frustrado enHonduras y Nicaragua. Como sugiere la Tabla II, cada uno de estos patrones compar-te dos caractersticas que definen el periodo de las reformas liberales: una importanteexpansin de la agricultura comercial y la incorporacin de las economas locales en elmercado internacional como principal fabricante de productos. Sin embargo, los cincopases varan significativa y especficamente en cmo fueron transformadas las estruc-turas del Estado y de clases16.

    TABLA II. TIPOS DE REFORMAS LIBERALES

    Liberalismo Liberalismo LiberalismoRadical Reformista Frustrado

    (Guatemala y (Costa Rica) (Nicaragua yEl Salvador) Honduras)

    Expansin masiva de la agriculturacomercial S S S

    Incorporacin al mercadointernacional S S S

    Surgimiento de una burguesa agrcolacon poder poltico significativo S S No

    Surgimiento de un aparato estatalcentralizado S S No

    Surgimiento de unas estructurasde clase polarizadas S No No

    Surgimiento de un poderoso aparatomilitar-coercitivo S No No

    Fuente: Elaboracin propia.

    Las transformaciones producidas durante el periodo de las reformas fueron msextensas bajo el liberalismo radical, lo cual caracterizaba a Guatemala y El Salvador.En estos casos, los dictadores presidenciales vieron la sustitucin de los Estados dbil-mente centralizados y no burocrticos por aparatos ms grandes y centralizados, juntocon las instituciones burocrticas especialmente las poderosas ramas militares y de segu-ridad que penetraron el territorio nacional. Del mismo modo, la privatizacin delas tierras y la creacin de reformas laborales desarraigaron el sistema preliberal de tie-rras basado en la propiedad comunal y en la proteccin de los bienes eclesisticos. Ensu lugar, se crearon propiedades privadas y plantaciones que produciran caf para la

    16. Estas transformaciones estructurales (tal como se resume en la Tabla II) se refieren a los cam-bios que se haban cristalizado al final del periodo de las reformas liberales, que para la mayora de lospases se dan a finales de la dcada de 1920.

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    exportacin. Junto con estos cambios, una burguesa agraria compuesta por una litede plantadores y procesadores de caf lleg a ejercer una influencia significativa den-tro del Estado, aun cuando las relaciones de las clases rurales se hicieron altamente pola-rizadas y las lites del caf tuvieron que enfrentarse con campesinos cada vez msmarginados y conflictivos. Las tensiones de este sistema de clase estatal-agrcola se resol-vieron en el siglo XX a travs de la llegada de un gobierno militar institucional.

    Aunque menos amplio en su alcance transformador, el liberalismo en Costa Ricaimplic el establecimiento de nuevas condiciones estructurales que eran igualmente tras-cendentales para el futuro desarrollo. Al igual que en Guatemala y El Salvador, CostaRica fue testigo de una transicin al capitalismo agrario mediante la privatizacin de lastierras y la expansin masiva de la exportacin del caf. Del mismo modo, el periodode reformas liberales supuso una centralizacin del Estado y el surgimiento de una bur-guesa agraria en el sector del caf que disfrutaba de una ventaja poltica significati-va dentro del Estado fortalecido. Sin embargo, en otros aspectos cruciales Costa Ricase diferenciaba de Guatemala y El Salvador. Ms importante an, el liberalismo refor-mista de Costa Rica no llev ni a la creacin de una fuerte rama militar coercitiva quetuviera una posicin destacada en el Estado, ni a una economa rural marcada por lasestructuras de clases polarizadas y un alto potencial para las revueltas en la clase bajaagraria. La ausencia de estos rasgos estructurales adicionales proporcion una basepara su futura democratizacin.

    Los liberales en Honduras y Nicaragua fueron los menos exitosos en la regin almomento de establecer nuevos patrones estructurales. Al final del periodo de las refor-mas, el Estado se mantuvo relativamente descentralizado y careca de poder autnomo.Adems, la economa agraria mientras experimentaba una transicin hacia la agricul-tura comercial era todava relativamente subdesarrollada y marcada por una clase domi-nante local muy dbil. Muchas de las explicaciones para la limitada extensin de lasreformas en Honduras y Nicaragua corresponden a la intervencin de Estados Unidos,que sirvi para distorsionar y minimizar los cambios en el Estado y las relaciones de cla-ses. De hecho, los periodos de las reformas liberales en estos pases fueron frustradosprecisamente porque la intervencin de Estados Unidos socav los procesos de trans-formacin que se encontraban en curso. En ltima instancia, el liberalismo frustradodej a Honduras y Nicaragua con un Estado subdesarrollado y estructuras de clases quepermitieron que formas tradicionales de autoritarismos persistieran durante gran par-te del siglo XX.

    Los tres tipos de regmenes polticos producidos por los diferentes patrones de libe-ralismo autoritarismo militar, democracia y autoritarismo tradicional variaron a lo lar-go de dos dimensiones bsicas. En primer lugar, los regmenes difieren en cuanto a lanaturaleza de la lite gobernante con casos que van desde el gobierno militar institu-cional en Guatemala y El Salvador; al gobierno por polticos libremente elegidos en Cos-ta Rica; y al reinado de los gobernantes tradicionales en Honduras y Nicaragua. Ensegundo lugar, los regmenes se diferenciaron con respecto al principal medio a travsdel cual las lites generaron apoyo y/o la conformidad de los grupos de la sociedad. Enesta dimensin, los casos oscilaron entre la utilizacin significativa de instrumentos

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    coercitivos en Guatemala y El Salvador para el empleo de las prcticas democrticas ymovilizaciones electorales en Costa Rica y el uso corrupto del patrocinio para comprarapoyo poltico en Nicaragua y Honduras. Pese a que esta clasificacin de rgimen esslo una caracterizacin estilizada, captura las principales caractersticas de las diver-gencias polticas que se encontraban en Amrica Central durante el siglo XX.

    IV. LIBERALISMO RADICAL Y AUTORITARISMO MILITAR: GUATEMALA Y EL SALVADOR

    Los periodos de reformas guatemaltecas y salvadoreas se iniciaron casi al mismotiempo en 1871 cuando, despus de dcadas de lucha, los liberales derrotaron de mane-ra decisiva a los conservadores. Los lderes reformistas moderados personas que defen-dan un modesto conjunto de transformaciones relativamente graduales inicialmentellegaron al poder. Sin embargo, estos moderados se mostraron incapaces de estabili-zar su gobierno, dando rpidamente paso a las administraciones radicales de Justo Rufi-no Barrios en Guatemala y Rafael Zaldvar en El Salvador. Para explicar los fracasosde los reformistas y los xitos de los radicales es necesario centrarse en los procesos deconstruccin del Estado. En los turbulentos finales del siglo XIX, los lderes de Gua-temala y El Salvador surgieron y cayeron del poder de acuerdo a su xito en la construc-cin de un aparato militar y burocrtico capaz de derrotar a sus enemigos y movilizarseguidores.

    IV.1. Estabilizacin radical

    El ascenso de Barrios a la presidencia en Guatemala ilustra la importancia de laconstruccin del Estado con el liberalismo radical17. La llamada Revolucin Liberal de1871 trajo inicialmente al poder al moderado Miguel Garca Granados. Barrios habasido un participante importante en la Revolucin de 1871 y fue nombrado ComandanteMilitar del distrito occidental centrado en Quetzaltenango. Mientras el presidente Gar-ca Granados dirigi sus energas a la supervisin de la reforma constitucional, que lollev a tener una ria con las lites, Barrios sali a la tarea de organizar un ejrcito yconsolidar una base de poder. Estos esfuerzos le permitieron a Barrios desarrollar supropio pequeo Estado en el oeste y lo puso en condiciones de forzar la mano deGarca Granados hacia una direccin ms radical (Garca Laguardia, 1985: 118-119). Gar-ca Granados pronto se encontr con que tena que depender de las capacidades mili-tares de Barrios para sofocar los cada vez ms comunes levantamientos sociales18. ComoGuatemala entr en una guerra con Honduras y Garca Granados tuvo que irse a las

    17. Para este periodo vase W. M. CLERGEN (1994), H. J. MILLER (1976) y M. P. HOLLERAN (1949).Muchas de estas fuentes primarias que han informado historias sobre este periodo pueden ser encon-tradas en J. M. GARCA LAGUARDIA (1985).

    18. Vanse el Decreto n. 16 y el Decreto n. 18 (Recopilacin de las leyes emitidas por el gobier-no democrtico de la Repblica de Guatemala, tomo I, 1874: 13-15).

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    lneas del frente en 1872 y 1873, tuvo que nombrar dos veces a Barrios como presidenteinterino, lo que le permiti a este ltimo llevar a cabo reformas para fortalecer el Estado,que incluan la expansin militar y una expropiacin masiva de todas las propiedadesde la Iglesia19. Una vez que tuvo formalmente el control de la presidencia, Barrios ase-gur de inmediato su posicin buscando la modernizacin militar. Antes de 1871 Gua-temala no poda decir que en verdad tena un ejrcito nacional El ejrcito de Guatemalao ejrcitos eran en gran medida ad hoc an eran efectivamente milicias locales oturbas mal armadas (McClintock, 1985: 10).

    En 1873, Barrios trabaj para crear un cuerpo de oficiales profesionales ponindoseen contacto con una misin militar espaola para establecer y dirigir una academia mili-tar moderna y una escuela de formacin20. An ms, el nuevo gobierno liberal:

    se enfoc en colocar a la milicia en una posicin ms o menos regular. Despus de 1871es posible diferenciar al ejrcito regular, que en tiempos de paz rara vez sumaba ms de2.000 4.000 miembros y que se guarneca en los centros urbanos y fronteras, de la mili-cia. Mientras que la principal tarea del ejrcito era la defensa nacional, la milicia a pesarde actuar como reserva para el ejrcito y poder ser movilizada en tiempos de la guerrasirvi como el instrumento estatal principal para el control y represin del campo en laausencia de una fuerza policial rural (McCreery, 1994: 180)21.

    La profesionalizacin y expansin de los militares durante el mandato de Barriospromovi los intereses de los cultivadores del caf proporcionndoles un aparato coer-citivo para mantener el orden en el campo (McClintock, 1985: 10-11). Sin embargo, lasreformas militares tambin fueron consistentes con la agenda de Barrios para asegurary aumentar su poder personal. De hecho, Barrios no dud en utilizar el ejrcito en mane-ras que chocaban con los intereses de los hacendados cuando quera avanzar sus pro-pios intereses polticos (McCreery, 1994: 220).

    Una historia similar se puede decir del lder liberal salvadoreo Zaldvar despusde que asumiera la presidencia en 1876. Al igual que Barrios, Zaldvar llev a cabo refor-mas para el fortalecimiento del Estado sobre todo para aumentar la capacidad militar,lo que le permiti consolidarse en el poder. Un intento anterior para organizar unejrcito permanente en El Salvador ocurri bajo la administracin de Gerardo Barrios(1860-1863), pero esta fuerza fue derrotada y destruida por las fuerzas de Guatema-la en 1863 (Alvarenga, 1994: 35-36; Lindo-Fuentes, 1990: 64). Un Decreto de 1876abogaba por la creacin de una fuerza permanente de 1.427 miembros y especificabael nmero de tropas, oficiales y generales que tendra cada uno de los departamentosdel pas (Leistenschneider, 1972: 38-53). Como ha sealado Alvarenga, esta reforma

    19. Los decretos pueden encontrarse en muchos lugares incluyendo los documentos de J. M.GARCA LAGUARDIA (1977 y 1985).

    20. Decreto n. 85 (Recopilacin de leyes, tomo I, 1874: 141-154).21. Para las reformas militares iniciadas en el periodo de 1871-1873 vase: Organizacin del Bata-

    lln permanente, Decreto n. 66, Decreto n. 81, Decreto n. 83, Decreto n. 85 y Decreto n. 98 (Reco-pilacin de leyes, tomo I, 1874: 79-80, 103-105, 132-134, 135-137, 140-141 y 183-184).

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    acab con un sistema tradicional de reclutamiento militar basado en la negociacin conlos grupos indgenas. Por primera vez el Estado podra contar con un ejrcito nacio-nal que no dependa en alianzas con las comunidades corporativas (Alvarenga, 1994:35). De hecho, los militares se convirtieron en una manera de socavar la coherencia inter-na de las comunidades indgenas, quienes haban desempeado anteriormente un papelcrucial en los movimientos armados que desestabilizaron a casi todos los gobiernos ante-riores. En resumen, al igual que Barrios, Zaldvar asegur su poder personal mediantela construccin militar y expansin del Estado.

    IV.2. Estrategias de poltica radical

    Una vez que consolidaron su poder, Barrios y Zaldvar siguieron estrategias de pol-ticas radicales mediante la promulgacin de legislacin que promovi una transforma-cin revolucionaria del campo. En Guatemala las reformas bsicas de la tierra fueronuna serie de decretos que privatizaron cantidades importantes de terrenos baldos quepertenecan al Estado y que abolieron los arrendamientos a largo plazo de tierras muni-cipales (las tierras del censo) (Mndez Montenegro, 1960: 123-124, 131-133, 133-144,153-154, 162-172). Pese a que casi un milln de hectreas de tierras comunales se dis-tribuyeron como parcelas privadas desde 1871 hasta 1883 (Herrik, 1974: 237), la pri-vatizacin de tierras se aplic de manera selectiva y con cautela, de manera que lossistemas de tierras comunales permanecieran intactos para los campesinos (McCreery,1994; Williams, 1994; Handy, 1984; Kauck, 1988). En El Salvador, la pieza central dela reforma agraria fue la privatizacin de todas las tierras ejidales y comunales (Leis-tenschneider, 1972: 328, 364-368). Las estimaciones del total de tierras afectadasvaran, pero si se incluyen las tierras baldas desocupadas entonces ms de la mitad dela superficie del pas se vio afectada22. La aplicacin efectiva de esta poltica respecto a latierra fue un proceso largo y complicado, pero se convirti en una de las reformas agra-rias ms extensas en la historia de Amrica Latina.

    Bajo el mandato de Barrios, Guatemala institucionaliz uno de los sistemas de reclu-tamiento de trabajadores ms coercitivos en la era de la postindependencia de Amri-ca Latina. Barrios revivi proyectos de trabajo de la era colonial que estuvieron pormucho tiempo latentes (conocidos como mandamientos) con el fin de conseguir tra-bajadores para las plantaciones. Como demuestra McCreery, los proyectos de trabajoforzoso eran importantes, en gran parte, debido a que facilitaron la prctica de la ser-vidumbre por deudas, lo que se convirti en algo comn23. En El Salvador, el gobiernonunca impuso proyectos de trabajo y los trabajadores rurales fueron tcnicamente libres.No obstante, se promulgaron leyes contra la vagancia en los distritos de produccin de

    22. Vase adems A. A. LAURIA-SANTIAGO (1999: 193), R. MENJVAR (1980: 99), D. BROWNING(1971: 60) y H. LINDO-FUENTES (1990: 130).

    23. Ver D. MCCREERY (1983: 735-759; 1986: 99-117). Adems, vase A. CAZALI VILA (1976:35-93).

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    caf que fueron importantes para evitar que campesinos ocuparan tierras ilegalmente yobligar a las personas a firmar contratos de trabajo. Como la concentracin de tierrasse intensific en las primeras dcadas del siglo XX, surgieron bajo el control de los hacen-dados ncleos de campesinos trabajadores cerca de las plantaciones ms grandes y loscampesinos sin tierra corran el riesgo de sanciones coercitivas si no participaban en laeconoma cafetalera como trabajadores permanentes (Browning, 1971: 169-171; Men-jvar, 1980: 124).

    Aunque las historias de estas reformas, por lo general, sugieren que eran llevadas acabo en nombre de los cultivadores de caf24, la principal fuente utilizada para estos estu-dios los decretos de tierra y trabajo ms relevantes no respaldan de forma convin-cente tal conclusin. Una interpretacin alternativa con mejor apoyo emprico comienzareconociendo que estos Estados liberales bajo el mandato de Barrios y Zaldvar fueronen realidad dictaduras personalistas y no slo un espacio para los intereses de los cul-tivadores de caf. En una tesis doctoral indita, David Kauck presenta con claridad loocurrido durante el gobierno de Barrios:

    Es fcil exagerar la extensin de las reformas agrarias radicales, es decir, [i.e., liberalesradicales] eran simplemente una expresin de los intereses de los hacendados. En Guate-mala, el poder poltico se concentr en una burocracia civil y militar bajo el control de undictador personal. Aunque el rgimen de Barrios fue claramente receptivo a las preocu-paciones de los hacendados, stos no mandaban. Por poner demasiado nfasis en el gra-do en que los hacendados como clase social podan influenciar la poltica del Estado esfcil perder de vista (1) el hecho de que algunas de las polticas agrarias radicales tenanms que ver con los esfuerzos de Barrios para consolidarse en el poder que con las pre-ocupaciones de los hacendados; y (2) el grado en que el carcter personalista del Estadocondicion la ejecucin de las polticas de reforma agraria (Kauck, 1988: 148-149).

    Observaciones similares podran hacerse para El Salvador. El presidente Zaldvarque no era un cultivador de caf, pero haba trabajado como vicerrector universita-rio se rode principalmente de asesores liberales fuera de la lite cafetalera. Las prue-bas disponibles sugieren que, al igual que Barrios, Zaldvar gobern de una maneraaltamente personalista con el fin de incrementar su poder (Domnguez Sosa, 1958: 9;Figeac, 1952: 267-333; Lpez Vallecillos, 1964: 116-117).

    Una vez que se reconoce que los Estados de Barrios y Zaldvar fueron dictaduraspersonalistas con relativa autonoma de las lites del caf, pueden tener sentido los pro-cesos del liberalismo radical que de otro modo seran ininteligibles. Por ejemplo, se pue-de fcilmente entender por qu Barrios, a veces, se pona del lado de los campesinosen los litigios por las tierras y por qu no persigui agresivamente la privatizacin de

    24. Entre los acadmicos que adoptan esta idea para Guatemala figuran: E. BALOYRA-HERP (1983),J. C. CAMBRES (1985), A. Y. DESSAINT (1962) y E. TORRES RIVAS (1969). Entre los acadmicos que adop-tan esta idea para El Salvador figuran: D. BROWNING (1971), M. FLORES MACAL (1983), R. GUIDOSVJAR (1988) y A. WHITE (1973).

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    las tierras en las zonas donde la resistencia campesina era ms probable (Williams, 1994:121). Del mismo modo, se puede entender por qu Zaldvar intent apaciguar a losgrupos campesinos potencialmente hostiles, haciendo que el proceso de adquisicin detierras se realizara de manera complaciente hacia los pequeos productores (Lauria-Santiago, 1999).

    Por otra parte, el reconocimiento de una autonoma relativa de los Estados libe-rales en Guatemala y El Salvador permite ver que las reformas de la construccin delEstado eran un requisito previo esencial para el desarrollo comercial agrcola. Debi-do a que los acadmicos han asumido que el Estado liberal fue una consecuencia de laeconoma del caf, casi todas las obras en el periodo de las reformas liberales han afir-mado que el desarrollo agrcola comercial impuls procesos de construccin del Esta-do en Guatemala y El Salvador. Sin embargo, la relacin inversa es igualmente cierta:el capitalismo agrario era a menudo un subproducto de los esfuerzos orientados a laconstruccin del Estado. Muchas de las reformas de la construccin del Estado, que enltima instancia beneficiaron a los productores de caf, eran originalmente concebi-das para socavar el poder local de los gobiernos municipales y aumentar la autoridad delos jefes polticos leales (Herrick, 1974: 219-224; McCreery, 1976: 438-460; Lindo-Fuen-tes, 1990: 46-47). Igualmente, los esfuerzos militares iniciales fueron motivados princi-palmente por consideraciones polticas y no por un deseo por mejorar el bienestar dela lite cafetalera, pese a que las reformas pueden haber tenido este efecto. En suma,una reconceptualizacin del Estado como dictaduras personalistas de Barrios y Zald-var sugiere que el proceso de construccin del Estado a menudo estaba detrs del desa-rrollo de la agricultura comercial en Guatemala y El Salvador.

    IV.3. Militarizacin del Estado y polarizacin de clases

    La implementacin de estrategias de polticas radicales en Guatemala y El Salva-dor puso en marcha procesos mutuamente constitutivos de militarizacin del Estadoy polarizacin de clases. La polarizacin de las estructuras de clases no podra haberocurrido sin la expansin de las Fuerzas Armadas y la militarizacin del Estado fue impul-sada, en parte, por la presencia de estructuras de clases cada vez ms polarizadas.

    El aumento de la militarizacin del Estado en Guatemala ocurri en el contextoen el cual dominaba una economa enfocada en el caf. Las exportaciones de caf sehaban triplicado durante el periodo que gobernaba Barrios. Durante el siglo XX Gua-temala se encontraba entre los principales exportadores mundiales de caf. Aunque hubouna variacin regional considerable, las grandes plantaciones dominaron el panoramadel caf para el pas en su conjunto. Los datos de Robert Williams (1994: 65) para 1890muestran que el 52,7% de todas las fincas de caf ya eran plantaciones capitalistasa gran escala. La economa cafetalera, sin embargo, no era un mercado regulado pors mismo que operaba independiente de la intervencin del Estado. Por el contrario,los militares se encargaron de llevar a cabo las operaciones del Estado incluyendo lasupervisin del bienestar de la economa cafetalera (Wesley Bingham, 1974: 105).

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    Del mismo modo, las polticas de privatizacin iniciadas por Zaldvar en El Salva-dor ampliaron dramticamente la economa del caf. El volumen de las exportacio-nes del caf se cuadruplic desde 1875 hasta 1890; en el cambio de siglo el caf constituael 75% de todos los ingresos de exportacin y, para 1930, las exportaciones del cafsalvadoreo equivalan ms o menos a las de Guatemala (Luna, 1971: 202-203). Pese aque las pequeas fincas se promovieron en mayor medida que en Guatemala, la plan-tacin de grandes fincas finalmente surgi como la unidad central de la produccin decaf. En el momento del primer censo del caf en 1939, el 37% de las fincas de caferan grandes fincas capitalistas con ms de 100 manzanas25 de tierra (Williams, 1994: 77).

    La aplicacin efectiva de las reformas de privatizacin de la tierra en El Salvadorfue un arduo proceso. Zaldvar se vio obligado a conceder a los propietarios de los eji-dales al menos tres extensiones para la titulacin de sus tierras (Luna, 1971: 188-192)y los presidentes posteriores no parecen haber sido ms exitosos en la rpida supresindel sistema de tierras comunales. Los historiadores ahora estn comenzando a entenderel proceso, que a menudo era altamente desorganizado, a travs del cual las tierras comu-nales y ejidales se dividieron en parcelas privadas durante el periodo de las reformas.La investigacin pionera de Lauria-Santiago (1999: 233) sugiere que la mayora de lospequeos usuarios de ejidales y los ocupantes comunales adquirieron el ttulo de las tie-rras y se convirtieron con xito en campesinos propietarios de tierras, aunque conuna riqueza diversa26. Sin embargo, las semillas para la concentracin de la tierra se plan-taron a finales del siglo XIX. Especficamente, la divisin de las tierras congel a loscampesinos en capas diferenciadas, intensificando as las diferencias entre ellos y relegandoa los campesinos ms pobres a las parcelas que no les garantizaran a sus herederos unasubsistencia continua (Lauria-Santiago, 1999: 233).

    La creacin de una polarizada economa del caf en El Salvador fue posible por yfuncion para expandir los altos niveles de militarizacin del Estado. En 1892, el ejr-cito inclua unos 5.000 soldados, que estaban repartidos a lo largo de cada uno de los16 departamentos del pas, con una notable concentracin de tropas en la capital27. Loms importante es que despus de 1912 la Guardia Nacional comenz a ejercer una pre-sencia ms permanente en la vida de los campesinos y trabajadores de las plantaciones.En comparacin con la polica rural anterior, la Guardia Nacional fue significativamentemayor, mejor financiada y estaba casi totalmente concentrada en la regin cafetalera delOeste (Ching, 1998).

    En suma, en la dcada de 1920, la polarizacin de las clases sociales y la militari-zacin del Estado en Guatemala y El Salvador sirvieron de base para una trayectoriasimilar de futuro desarrollo poltico, en el que el conflicto de los campesinos-colonos ycampesinos del Estado, junto con la reaccin de los militares a este conflicto, jugaronun papel decisivo. El timing especfico para un autoritarismo militar completo estaba

    25. 1 manzana es equivalente a 1,73 acres.26. Para una discusin ms detallada vase J. MAHONEY (2001).27. Ejrcito de la Repblica, Seccin Guerra y Marina, 24 de enero de 1892, Archivo General de

    la Nacin, San Salvador, El Salvador.

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    relacionado con las protestas sociales y la movilizacin de clases contra las institucio-nes del liberalismo radical. As, en El Salvador se gener en 1932 una protesta de cam-pesinos contra los terratenientes que provoc una masacre de unos 30.000 campesinosy llev a que los militares comenzaran a gobernar con autonoma. El autoritarismo mili-tar fue plenamente consolidado cuando las presiones urbanas de la dcada de 1940 soca-varon un gobierno militar personalista y convencieron al ejrcito de que un gobiernomilitar institucionalizado era necesario para poner freno a la protesta social28.

    En Guatemala, un autoritarismo militar a gran escala surgi de los esfuerzos de lasreformas sociales y democrticas de 1944-1954 en las cuales los civiles y lderes pro-gresistas del ejrcito trataron de romper con el pasado liberal mediante la democrati-zacin de los gobiernos nacionales, la incorporacin de la clase trabajadora urbana enla poltica y la redistribucin de las riquezas y del poder en el campo29. Aunque se haprestado mucha atencin a la funcin de Estados Unidos y de la Agencia Central deInteligencia (CIA, en ingls) para debilitar este esfuerzo de reforma, lo cierto es que unavez que los reformistas reorganizaron las estructuras de clases en el campo, el ejrcitoguatemalteco estaba a punto de apoderarse del gobierno (Handy, 1994; Jonas, 1991;Yashar, 1997). Incluso en ausencia de la intervencin de Estados Unidos, un golpemilitar en aquel entonces era probable que ocurriera dada la meta adoptada por losreformistas, como el presidente Jacobo Arbenz, de alterar el orden rural existente. ComoJim Handy sugiere:

    Fue en el campo que [las reformas del 1944-1954] llevaron a la oposicin ms vehemen-te, y fue principalmente debido a la administracin de las actividades en el campo que lasrelaciones entre ste y el ejrcito se pusieron tensas. Esta oposicin fue la ms importan-te para forzar la renuncia de Arbenz (Handy, 1994: 4).

    En este sentido, la combinacin de unas relaciones de clases en el campo muy pola-rizadas y el papel preponderante de las Fuerzas Armadas dentro del Estado patronesestructurales cuyos orgenes se remontan al siglo XIX parecen que tuvieron una impor-tancia crucial en el fracaso de la reforma de 1944-1954 y en el inicio de un autoritaris-mo militar en Guatemala.

    V. LIBERALISMO REFORMISTA Y DEMOCRACIA: COSTA RICA

    El liberalismo reformista en Costa Rica vio un proceso de renovacin sustancial delEstado y la economa agraria; sin embargo, no dio lugar a altos niveles de polarizacinde clases en las zonas rurales y a la militarizacin del Estado. Ms bien, se desarroll

    28. Historias de la Revuelta del 1932 y sus consecuencias en El Salvador se pueden encontraren T. P. ANDERSON (1971), E. CHING (1998) y R. DALTON (1972). Sobre el desarrollo de las protestassociales y la institucionalizacin de un gobierno militar en la dcada de 1940, vase P. PARKMAN (1988).

    29. Sobre el periodo de 1944-1954 en Guatemala vase J. HANDY (1984), P. GLEIJESES (1991),S. JONAS (1991) y D. YASHAR (1997).

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    una economa de pequeos productores de caf caracterizada por una estructura de cla-ses relativamente armoniosa, la relativa ausencia de una oligarqua terrateniente y unpapel limitado de las Fuerzas Armadas en el mantenimiento del orden social. Estas carac-tersticas estructurales eran muy propicias para el desarrollo de una democracia dura-dera en el siglo XX.

    El liberalismo reformista en Costa Rica fue un proceso largo que comenz con laindependencia en el 1821 y dur hasta principios del siglo XX. La llegada temprana delas reformas liberales costarricenses corresponde a su herencia colonial. Aunque muchosacadmicos exageraron la importancia de los pequeos propietarios de tierras y la demo-cracia rural establecida durante el periodo colonial de Costa Rica, la provincia, sinembargo, se distingui en Amrica Central por su ausencia de minerales preciosos, sualta poblacin indgena, que serva como fuerza trabajadora, y su significativa exporta-cin de cultivos30. Como consecuencia, las bases de apoyo conservador la Iglesia, lasinstituciones coloniales del Estado y las lites terratenientes tradicionales brillaronpor su ausencia en Costa Rica, lo que permiti a los liberales tomar el poder sin tenerretos significativos por parte de los defensores del orden conservador. Por otra parte,el aislamiento de Costa Rica del resto de la regin le permiti mantenerse al margen dela Federacin de Amrica Central (1823-1938) organizacin dominada por los liberalesy escapar de la destruccin y resurgimiento conservador que se sum a las experienciasde la Federacin en otras partes de Amrica Central (Herrate, 1955). Por tanto, mien-tras que en los otros pases centroamericanos los liberales inicialmente derrotaron alos conservadores junto con el fracaso de la Federacin, en Costa Rica se las arreglaronpara comenzar con xito un periodo independiente de reformas.

    El largo proceso del liberalismo reformista, que sigui a la independencia en Cos-ta Rica, puede ser dividido en dos fases: la primera, en la cual se estableci una econo-ma agraria no polarizada y una segunda, en la cual se construy un aparato estatalcentralizado, pero no militarizado.

    V.1. La creacin de una economa cafetalera de pequeos agricultores

    Debido a la debilidad colonial de los conservadores, los liberales en Costa Ricase enfrentaron a menos problemas polticos que en Guatemala y El Salvador. El xitopoltico de los liberales en Costa Rica se enfatiz ms en haber ganado el apoyo de lascomunidades campesinas que en la lucha poltico-militar para derrotar a los conserva-dores. En consecuencia, los liberales siguieron una estrategia de poltica de reformamediante el fomento del uso de la tierra por los pequeos productores, en lugar de pri-vilegiar el desarrollo de las fincas a gran escala. Desde el principio, la privatizacin de

    30. La interpretacin de la democracia rural en Costa Rica puede encontrarse en muchostrabajos como R. FACIO (1972: 34), C. MONGE ALFARO (1976: 143-145, 156-161, 168-170, 223-226) yJ. L. VEGA (1981). Para una excelente crtica sobre esta posicin vase: L. GUDMUNDSON (1995) eI. MOLINA JIMNEZ (1991).

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    tierras comunales en Costa Rica dio preferencia a los que ya ocupaban un terreno deter-minado (Williams, 1994: 44). En la dcada de 1820, la produccin del caf fue promovidapor los cuatro principales gobiernos municipales de Costa Rica ubicados en la Mese-ta Central, especialmente en la ciudad dominada por los liberales: San Jos. Desde 1822hasta 1839, unas 70.000 hectreas de terrenos baldos se distribuyeron a bajo costo osin costo alguno como propiedad privada (para todo el periodo de 1584-1821 slo sedistribuyeron alrededor de 90.000 hectreas de estas tierras) (Cardoso, 1977: 172). Losprimeros registros de propiedad de la tierra muestran claramente la importancia dela participacin que tenan las pequeas fincas en la colaboracin de esta economacafetalera emergente. Por ejemplo, los datos recopilados por Carolyn Hall (1991: 85)muestran que en la dcada de 1840 slo 11 de 89 fincas de caf en la Meseta Centralcontrolaban ms de 50 manzanas de tierra. Adems, la finca con ms rboles de cafsembrados (70.000 rboles) no era particularmente un rea amplia de tierras (cubra almenos 60 manzanas). Lowell Gudmundson (1986: 81) seala que en un contexto com-parativo, los primeros patrones de tenencia de tierra en Costa Rica con el caf eran pococoncentrados. Generalizando para todo el periodo entre 1840 y 1935, Ciro F. S. Car-doso (1977: 176) escribe que exista un predominio absoluto de las pequeas fincastanto en nmero como en el total de tierras ocupadas.

    En el sector rural de Costa Rica, una lite de terratenientes que no estaba arrai-gada se enfrent contra un campesinado semifeudal que estaba atado al trabajo a tra-vs de plantaciones que funcionaban con bonos serviles (como en Guatemala) o a unproletariado rural cada vez ms hambriento de tierra (como en El Salvador). En cam-bio, la oligarqua cafetalera de Costa Rica constitua una lite en virtud de su controlsobre los aspectos comerciales no de las tierras de la produccin de caf como la finan-ciacin, el tratamiento y comercializacin de la cosecha (Cardoso, 1977; Sancho-Riba,1982; Paige, 1997). De este modo, una clase dominante estaba presente en Costa Rica, perono fue equivalente a una lite para las clases ms visiblemente explotadas de Guatemalay El Salvador.

    La decisin de las autoridades liberales para conseguir la modernizacin agrco-la mediante la promocin de los pequeos agricultores fue en un inicio fuertemen-te condicionada por las realidades socioeconmicas, especialmente la ausencia deambos en una incipiente burguesa agraria y una fuerza laboral para trabajar en lasplantaciones. Sin embargo, ni una sola vez surgi una burguesa agraria y se hizo evi-dente que las mejores tierras del caf se encontraban en las zonas ms densamentepobladas del pas. El gobierno nacional continu con su estrategia de reforma. Bajola administracin de Braulio Carrillo (1838-1842), las pequeas fincas todava eranalentadas por polticas agrarias y laborales que fueron implementadas con el uso dela coercin. Carrillo no se enfrent al ambiente hostil que llev a los liberales de Gua-temala y El Salvador a llevar a cabo sus polticas radicales para poder consolidar elpoder. En su lugar la relativa ausencia de oponentes polticos que rechazaran un pro-grama liberal de desarrollo le permiti consolidar una reforma como estrategia pol-tica nacional de desarrollo.

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    V.2. Divisiones de lites y reformas militares

    Durante la mayor parte del siglo XIX las intensas divisiones dentro de la base de lalite comercial cafetalera impidieron la correcta transferencia del poder gubernamen-tal. Pese a que las divisiones en la lite de Costa Rica complicaron los orgenes familia-res y regionales (Stone, 1971: 11-31; 1990), su gravedad no era ajena a la economa delcaf. En particular, la presencia de estructuras de clases no polarizadas promovi ladivisin entre la lite. As, mientras las lites cafetaleras de Guatemala y El Salvador eranllevadas a presentar un frente relativamente unido ante la posibilidad de una Revolu-cin campesina, la lite costarricense se poda dividir en dos facciones distintas sin poneren riesgo su supervivencia y economa. Los mecanismos electorales restringidos eran tc-nicamente para ayudar a resolver las divisiones dentro de las clases y controlar la trans-ferencia ejecutiva. Sin embargo, facciones opuestas a la lite habitualmente ignoraronlas reglas electorales y se peleaban entre ellos mismos para tener el control del gobier-no nacional (Pochet, 1983: 119-124; Creedman, 1971: 32-36; Gonzlez Vzquez, 1972).De hecho, a mediados del siglo XIX la mayora de los presidentes se vieron obligados aabandonar su cargo (Busey, 1961: 55-70).

    Las Fuerzas Armadas jugaron un papel importante en este sistema poltico inesta-ble. Frecuentemente intervinieron en nombre de una determinada faccin o familia dela lite cafetalera con el fin de desestabilizar o derrocar al gobierno de oposicin. Sinembargo, pese a su prominencia en las lites polticas, el Ejrcito costarricense era peque-o en comparacin con los estndares y no jug su papel como el ejecutor soberano delorden en el campo.

    A diferencia de Guatemala y El Salvador la militarizacin del campo no era necesaria parapromover o proteger la industria del caf y los militares no siempre proporcionaron unservicio especial para los plantadores de caf El Ejrcito de Costa Rica parece no haberhecho ninguna contribucin positiva al desarrollo de la economa del caf (Kauck, 1988:189-190).

    Una estabilidad poltica significativa no fue alcanzada hasta la administracin de TomsGuardia (1870-1882). El general Guardia lleg al poder a travs de un golpe de Esta-do respaldado por la poderosa familia Montealegre de la lite cafetalera. Sin embargo,una vez en el poder demostr tener habilidades para la consolidacin de una base deapoyo en el Ejrcito, independiente de la oligarqua cafetalera. Lo hizo profesionalizandoy despolitizando a las Fuerzas Armadas. Guardia logr transformar al Ejrcito de seruna extensin poltica de la clase dominante, a una organizacin autnoma y profesio-nal. Lo logr mediante el establecimiento de nuevos cdigos militares, empleando a lalite prusiana para entrenar a las tropas. Adems, regulariz y aument los salarios; desa-rroll nuevas instalaciones y escuelas de formacin militar y reestructur el liderazgomilitar (Sols Salazar y Gonzlez Pacheco, 1991; Hernndez, 1975: 75-84).

    La diferenciacin entre los militares y la lite comercial cafetalera se intensifican ms bajo las dictaduras del general Prspero Fernndez (1882-1885) y el general

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    Bernardo Soto (1885-1889). Los esfuerzos de Guardia por profesionalizar y despoliti-zar a los militares ya se haba logrado, permitiendo a esos Generales reducir los gastosde defensa sin provocar un golpe de Estado. A su vez, una reduccin en el gasto en defen-sa limit an ms la capacidad de los militares de intervenir en la poltica nacional.

    La centralizacin del Estado y las reformas para profesionalizar a los militares enca-bezadas por Guardia hicieron poco probable que Costa Rica siguiera el camino militarde Guatemala y El Salvador. Aunque los militares nunca jugaron una parte significati-va en el control de la economa cafetalera, haban estado estrechamente vinculados a laclase dominante a travs de su papel en la solucin de controversias entre las lites. Conlas reformas de Guardia, los militares dejaron de servir a esta funcin poltica. A media-dos de la dcada de 1880, los militares perdieron gran parte de su raison dtre: no eranesenciales para mantener el orden social ni tampoco formaban parte integral de la pol-tica al nivel de las lites. El porcentaje del presupuesto nacional destinado al gastomilitar disminuy rpidamente a mediados de la dcada de 1880 y luego durante lassiguientes cinco dcadas (Fischel, 1990)31. La eventual abolicin del Ejrcito en 1949 sur-gi del largo camino en el cual las Fuerzas Armadas fueron con el tiempo marginadasde la poltica costarricense.

    V.3. Democratizacin y poltica competitiva

    La despolitizacin y la marginacin de los militares dejaron a la lite cafetalera sinlos mecanismos tradicionales para resolver sus divisiones internas y mantener el con-trol directo del Estado. La dictadura de Guardia demostr que era posible que un sololder pudiera gobernar con autonoma de la clase social dominante. Para que la clasesocial mantuviera cierta influencia dentro del Estado, la lite tuvo que encontrar nue-vos mecanismos para ejercer presin poltica y sobrellevar las divisiones internas.

    Este mecanismo tom la forma de la competencia electoral y la democratizacin.Despus de 1889, la mayora de los presidentes de Costa Rica llegaron al poder a tra-vs de elecciones y dejaron su cargo al final del trmino para el que estaban oficialmenteelegidos (Busey, 1991; Salazar Mora, 1990). Estas elecciones eran usualmente fraudulentasy dieron una competencia poltica real nicamente a las lites. A finales del siglo XIX ya principios del siglo XX, Costa Rica no era completamente democrtica (Samper, 1988:157-222; Lehoucq, 1993; Yashar, 1997). No obstante, la poltica competitiva de este tiem-po s sembr las semillas para un futuro democrtico en la medida que cuando habadivisiones polticas los actores que competan eventualmente fueron a las clases bajaspara conseguir su movilizacin electoral. En Costa Rica, donde las relaciones de clases enel sector agrario no estaban polarizadas y el Estado estaba prcticamente desmilitariza-do, los grupos subordinados podan incorporarse polticamente sin interrumpir la cohe-sin social del pas.

    31. La nica gran excepcin para el declive gradual de los gastos militares desde 1880 al 1930fue la dictadura militar de Tinoco (1917-1919).

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    En la dcada de 1920 y, en especial, la de 1930 la nueva clase media urbana y la cla-se trabajadora comenzaron a demandar su incorporacin al escenario electoral con loscomunistas que comenzaban a hacer importantes apariciones en las elecciones nacio-nales (Acua Ortega y Molina Jimnez, 1991; Samper, 1988). Los polticos encontra-ron el apoyo potencial de estos grupos imposible de resistir. A principios de la dcadade 1940 una faccin de la lite tradicional dirigida por el presidente Rafael ngel Calde-rn busc la movilizacin de la clase trabajadora y los comunistas durante una disputacon las facciones opositoras32. La alianza entre los comunistas y Caldern coincidi conun gran esfuerzo gubernamental para promover legislacin sobre bienestar social. Alatender el tema del bienestar social e incorporar en la poltica nacional a la clase tra-bajadora, Caldern aument su nivel en el proceso eleccionario. Ahora las eleccionesno eran slo un asunto de las lites sino un escenario donde los problemas sociales yeconmicos eran discutidos. Unas elecciones fraudulentas no podan ser toleradas por ellado de las lites que estaban perdiendo. En este contexto, las elecciones del 1948, quefueron unas elecciones menos democrticas que completamente democrticas, desen-cadenaron una corta guerra civil entre las diferentes facciones de la lite. En efecto, laguerra les ense a los actores de esta lite que slo tenan disponible una de dos opcio-nes: aceptar una democracia completamente competitiva o experimentar una inestabi-lidad social extrema, que en aquel entonces amenazaba con ser acompaada por cualquiersistema poltico que careciera de una democracia completa.

    La mayora de las facciones eventualmente accedieron a la primera opcin sentan-do las bases para un sistema poltico contemporneo en Costa Rica. Como este anlisissugiere, fue un error suponer que la democracia de Costa Rica surgira de inmediatoluego de los eventos que rodearon la Guerra Civil del 1948. Ms bien, se desarroll gra-dualmente del sistema poltico competitivo que fue originalmente establecido duranteel siglo XIX. Este sistema electoral competitivo en s mismo tena races que se remon-taban a las estructuras estatales y agrarias desarrolladas durante las reformas liberales.As, mientras el rgimen democrtico no pudo existir sin los eventos de la dcada de1940, sus orgenes fundamentales se remontan mucho ms a su pasado lejano.

    VI. LIBERALISMO FRUSTRADO Y AUTORITARISMO TRADICIONAL:HONDURAS Y NICARAGUA

    Las transformaciones estructurales del periodo de las reformas liberales fueron menosextensivas durante el liberalismo frustrado en Honduras y Nicaragua. Hasta bien entra-do el siglo XIX el Estado se mantuvo descentralizado y careca de poder autnomo; ade-ms la economa agraria estaba completamente sin desarrollar y marcada por una clasepoltica dominante dbil. Una gran parte de la explicacin de la escasa extensin de latransformacin se puede apoyar con la intervencin realizada por Estados Unidos. En

    32. Sobre el periodo de la dcada de 1940 y de la alianza entre Caldern y los comunistas va-se: M. ROJAS BOLAOS (1970), M. ROSENBERG (1981) y O. SALAZAR MORA (1981 y 1995).

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    ambos pases, la intervencin estadounidense distorsion y minimiz los cambios doms-ticos trayendo una responsabilidad compartida por el patrn de liberalismo frustrado.

    Auque Honduras y Nicaragua comparten un patrn similar de liberalismo frustra-do antes de la intervencin de Estados Unidos, los dos pases siguieron polticas dis-tintas. En Honduras, el presidente Marco Aurelio Soto y los liberales posteriores trataronde implementar una estrategia de reformas como hicieron los liberales en Costa Rica.En cambio, los liberales en Nicaragua bajo el liderazgo del presidente Jos Santos Zela-ya iniciaron una estrategia de poltica radical como haba ocurrido en Guatemala y ElSalvador. Por tanto, en ausencia de una intervencin extranjera, Honduras bien pudohaber seguido un patrn de reformas liberales como las que caracterizaron a Costa Rica,mientras que en Nicaragua se pudo experimentar un patrn del liberalismo radical comoel que caracteriz a Guatemala y El Salvador.

    VI.1. Contrastando las estrategias polticas

    Despus de tomar el poder en 1876 y con la ausencia de Barrios en GuatemalaMarco Aurelio Soto y su jefe liberal en Honduras, Ramn Rosa, siguieron una polticade reformas que era similar al programa liberal puesto en marcha en Costa Rica. Ellosoptaron por dicho programa en parte porque el ambiente poltico no demandaba unaestrategia radical para la consolidacin del liberalismo. Como en Costa Rica, las fuer-zas conservadoras y los oponentes del liberalismo eran dbiles o inexistentes en Hon-duras (Arancibia, 1991: 29-30; Delgado Fiallos, 1994: 43; Reina Valenzuela y Argueta,1978). As, como los lderes liberales del siglo XIX en Costa Rica, Soto y Rosa trataronde promover el comercio agrcola a travs de pequeas propiedades y motivando altosniveles de participacin de campesinos en la produccin agraria para la exportacin.Sus reformas agrcolas claves fueron incorporadas en el Decreto para el Fomento dela Agricultura de abril del 1877 (Soto y Rosa, 1877). Pese a su disgusto con el sistematradicional de tierras, Soto crea que las pequeas fincas representaban el futuro de Hon-duras (Valenzuela y Argueta, 1978: 111). En consecuencia, la legislacin para la reforma

    no atac directamente los derechos de las comunidades y municipalidades para poseer ydistribuir tierras, sino que les anim para que usaran sus propiedades existentes mante-niendo as la misma relacin de tenencia de la tierra que exista anteriormente (Williams,1994: 93).

    De hecho, entre los liberales de Amrica Central, esta reforma agraria era la quemenos destrua el sistema de tierras comunal y ejidal.

    Los liberales hondureos no hicieron ningn esfuerzo por usar alternativas coerci-tivas como los esbozos de trabajo forzado de Guatemala en la promocin comercialde la agricultura. Soto aument el tamao de las defensas disponibles, pero no esta-bleci un ejrcito permanente en Honduras. Tampoco us el Ejrcito como el princi-pal mtodo para extender el poder del Estado en la sociedad. Ms bien abog por un

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    papel regulador no coercitivo para gobernar las relaciones empleados-patrono en lascuales las autoridades locales forzaron convenios de trabajo y aseguraron que los emplea-dos recibieran sus salarios a tiempo (Molina Chacano, 1976: 28).

    Durante la administracin de Soto, el banano obtuvo una mayor atencin guber-namental cuando los pequeos campesinos de la aislada Costa Norte comenzaron aproducir la fruta para su exportacin. A finales de 1880, el banano represent ms deun cuarto de las exportaciones totales, ms del doble que el ganado, que era el pro-ducto exportador tradicional de Honduras (Molina Chacano, 1976: 44). En esta faseinicial, la produccin del banano era realizada por actores domsticos que vendan elproducto en mercados locales competitivos para exportadores de los Estados Unidos,quienes a su vez lo enviaran a ciudades como Nueva Orleans y Mobile (Kepner y Soo-thill, 1935: 95-96; Abbey Brand, 1972: 110-114). Daro Euraque (1991: 18) ha plan-teado como tesis que el fracaso de Honduras para consolidar su economa cafetaleraestuvo vinculado al surgimiento de esta economa bananera: El surgimiento del bananoa partir del 1870 canaliz el capital comercial hacia el cultivo del banano y no hacia elcultivo del caf. Los inversionistas eran ms propensos a buscar ganancias de la indus-tria del banano y era a travs de esta cosecha no el caf que Honduras iba a pasara un comercio agrcola33.

    A finales del siglo XIX, Honduras estaba experimentando un patrn de amplias refor-mas liberales similares a las que Costa Rica llev a cabo a principios del siglo XIX. Aun-que el banano, en lugar del caf, era el principal producto de exportacin, no hay ningunarazn de peso para creer que ante la ausencia de una intervencin econmica de Esta-dos Unidos, Honduras no pudo desarrollar una economa de exportacin exitosa entorno a los pequeos agricultores.

    Mientras que una intervencin extranjera impidi un proyecto reformista liberalcomo el de Costa Rica o en Honduras, en Nicaragua fue el liberalismo radical el quefue frustrado. Como en los estudios de Guatemala y El Salvador, los principales anli-sis del periodo de reformas liberales nicaragenses asumen que el Estado Nacional lide-rado por el gobierno de Zelaya (1893-1909) fue simplemente un instrumento de las litescafetaleras34. Sin embargo, durante todo el periodo de reformas la lite cafetalera esta-ba ampliamente dividida, por lo que Zelaya pudo usar estas divisiones para implemen-tar un sistema de gobierno altamente personalista. De hecho, ante los persistentesmovimientos armados de la oposicin (Matus, 1962: 1-44), Zelaya encamin reformas mili-tares similares a las de Barrios y Zaldvar. A finales de 1895, orden la creacin de unnuevo Ejrcito nacional especificando la distribucin de la infantera, generales debrigada, divisiones y as sucesivamente a travs de las nuevas zonas militares delpas (Gaceta Oficial, 1895: 2-3). Antes de esta legislacin no exista en Nicaragua un

    33. Claro, ante la ausencia de un capital extranjero masivo para invertir, las ganancias de la indus-tria bananera bien se pudieron haber usado para estimular la economa cafetalera para que este sectorde la economa tambin pudiera ser comercializado durante el periodo de las reformas liberales.

    34. Ejemplos claros incluyen a . R. VARGAS (1990), I. FERNNDEZ (1978), J. WHEELOCK ROMN(1975) y J. L. VZQUEZ (1983).

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    ejrcito profesional. El tamao exacto del Ejrcito y de otras fuerzas coercitivas a tra-vs del periodo de reformas no es conocido, pero es muy probable que las fuerzasactivas constituyeran entre 1.000 a 3.000 miembros en tiempos de paz y con un tama-o mucho ms amplio cuando la milicia era activada para la guerra35.

    El aumento de la capacidad militar y otras reformas estatales facilitaron la polticaradical de Zelaya para transformar la agricultura. Comenzando 1895, el gobierno liberaldio pasos para socavar el sistema comunal de tierras, en el cual los indgenas poseancolectivamente grandes porciones de tierras, especialmente en la parte norte central, cer-ca de pueblos como Matagalpa y Jinotega. Durante varios aos, la legislacin comenza reemplazar el sistema de tierras comunales y ejidales con el de la propiedad indivi-dual de las tierras, basado en el modelo de grandes plantaciones36. En 1906, el gobier-no simplemente aboli todas las tierras comunales y ejidales.

    Zelaya tambin trabaj para que los plantadores de caf pudieran resolver su esca-sez crnica de trabajadores (Teplitz, 1973: 195-212). Requiri que toda persona desem-pleada buscara empleo, si no enfrentara crcel. Adems, los trabajadores que tuvieranms de 14 aos estaban obligados a registrarse ante los jueces de agricultura y llevarconsigo una tarjeta de trabajo donde se especificaba su estatus de empleado y suendeudamiento37. Para luchar contra los problemas de los trnsfugas, una extensin delEjrcito se puso en marcha para que las fuerzas del Ejrcito, guardias civiles, guardiasde caballera y de montaa trabajaran para los dueos de los terrenos como cazadores delos fugitivos.

    Antes de que Estados Unidos forzara la resignacin de Zelaya en 1909, los contor-nos generales de la economa nicaragense comenzaban a tomar una forma que tenaun parecido asombroso con las repblicas cafetaleras de Guatemala y El Salvador.La poltica de trabajo de Zelaya era especialmente similar a la utilizada por Barrios enGuatemala, donde se instal un sistema de trabajo obligatorio. En cambio, la polticade tierra en Nicaragua era ms parecida a la de El Salvador, donde las tierras comu-nales y ejidales fueron eliminadas. Por tanto, con base en las reformas legislativas deZelaya y de los liberales nicaragenses, hay una buena razn para imaginar que este passeguira un camino similar al de los liberales radicales de Guatemala y El Salvador.

    VI.2. Intervencin extranjera y liberalismo frustrado

    La intervencin de Estados Unidos tanto econmica como poltica provoc elfracaso de los programas de reformas y polticas radicales en Honduras y Nicaragua.

    35. Vanse E. A. MONTALVN (1977) y B. I. TEPLITZ (1973). Sin duda, el gobierno exager en1896 cuando reportaba que el tamao de su Ejrcito consista en 6.000 personas. Vase El EjrcitoNacional (Gaceta Oficial, Managua, 4 de marzo de 1896: 3). En su mensaje presidencial de 1901, Zela-ya dijo que su gobierno tena disponibles unos 34.000 soldados. Vase Mensaje del Presidente de laRepblica a la Asamblea Nacional Legislativa (Diario Oficial, Managua, 7 de agosto de 1901: 1).

    36. Esta legislacin puede ser vista en I. FERNNDEZ (1978: 58-75).37. Ley sobre agricultura y trabajadores (Gaceta Oficial, Managua, 2 de octubre de 1894).

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    Aunque la intervencin tambin ocurri en los enclaves bananeros de Guatemala y Cos-ta Rica durante el periodo de reformas, tuvo lugar slo despus de que las mayores trans-formaciones liberales se haban llevado a cabo. Como resultado, en Guatemala y CostaRica la presencia extranjera fue retirada de la economa cafetalera controlada nacio-nalmente y nunca amenaz con socavar las transformaciones estructurales desenca-denadas por las estrategias radicales y de reformas polticas. En cambio, la intervencinextranjera en Honduras y Nicaragua impidi directamente que los actores liberales pudie-ran llevar a cabo determinadas estrategias polticas hasta su conclusin lgica.

    La intervencin e intromisin estadounidense en Honduras fue iniciada por el sec-tor minero (Finney, 1973 y 1979), pero fue el control extranjero de la industria bana-nera el que sell el futuro desarrollo agrcola y del Estado en Honduras. El desarrollodel sector bananero fue el resultado de las polticas de concesin en las que los gobier-nos liberales facilitaron terrenos a cualquier inversionista interesado en usar la Costa Nor-te (Euraque, 1997; Brand, 1972). Rpidamente, los inversionistas con mucho dinerotomaron ventaja de estas oportunidades dando lugar a una explosin de la exportacindel banano en el siglo XIX (Lanez y Meza, 1973: 145). A principios del siglo XX, las expor-taciones del banano constituan aproximadamente la mitad de todas las exportacionesy, para 1930, las exportaciones de la fruta representaban casi el 90% de todas las expor-taciones (Barahona, 1989: 114).

    La incorporacin de Honduras en el mercado mundial mediante el banano fue manoa mano con la dominacin estadounidense de la economa. No hay cifras exactas delporcentaje que Estados Unidos controlaba de las exportaciones hondureas, pero parafinales de la dcada de 1920 las cifras llegaron al 100%. De hecho, Arancibia (1991:40) indic que en 1923, cuando Honduras era el principal exportador del banano, unacompaa de Estados Unidos United Fruit Company representaba el 70% de todaslas exportaciones hondureas (y, por tanto, ms de la mitad del total de las exporta-ciones del pas).

    La soberana nacional de Honduras se perdi