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    La realizacin de tesis doctorales en Arqueologalleva experimentando algunos cambios en los ltimos

    10 / 15 aos y otros estn empezando a producirse,principalmente con la implantacin del Plan Bolonia(2010) y la nueva modalidad de obtencin del ttulode doctor a travs de publicaciones.

    En Espaa la direccin de tesis doctorales esun rea bastante des-regulada en la prctica, sinuna delimitacin clara de lo que debe ser una tesisdoctoral. Pero por otro lado, se ha ido creando unacreciente burocracia enojosa e ineficiente, al menosen garantizar la aprobacin de buenas tesis. De al-guna manera es el Salvaje Oeste, en el que el bueno(el estudiante graduado) se siente abandonado con

    pocas indicaciones claras, consejos tiles y estndaresbien explicitados; el feo (el director) generalmente segua por la rutina y experiencia previa, y el malo (laadministracin universitaria) multiplica la burocracia

    pero desconoce realmente lo que significa realizar unatesis doctoral. Si a esto le aadimos la coexistencia

    de las tesis tradicionales y el nuevo formato de titula-cin de doctorado por publicaciones, se entiende queel escenario acadmico no resulta muy estimulante.Y, sin embargo, precisamente por todo ello es msnecesario que nunca reflexionar sobre el estatus deldoctorado en nuestra disciplina y la encrucijada enla que nos encontramos.

    Exponer la experiencia de las tesis tradicionales,con sus luces y sombras, discutir qu debe ser unatesis doctoral en Arqueologa, como se realizan ypara qu sirven realmente es una parte del problema.Discutir como debe ser el doctorado por publicaci-

    ones, asumido sin debate alguno por la universidadespaola, su pertinencia, las maneras en que cadauniversidad y casi cada facultad estn organizandolos detalles administrativos creo que es la otra cara

    El valor del doctorado en arqueologa a

    comienzos del siglo

    The value at the outset of 21st century

    of a doctorate in archaeology

    Gonzalo Ruiz Zapatero(editor)

    25 2015

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    de la moneda. Creo que hay slidas razones para de-fender el modelo tradicional de tesis doctoral porquedemuestra dos cosas fundamentales: la capacidad depensamiento propio y la capacidad de hacer y dirigirinvestigacin. Pero la doble ruta abre, ciertamente,nuevas vas para (re)pensar las tesis doctorales enArqueologa.

    Qu debe ser una tesis doctoral? Quin debeestablecer las normativas? Cmo asegurar unos

    mnimos niveles de calidad y homologacin? Serlo mismo redactar una tesis doctoral que convalidarla titulacin de doctor por unos pocos artculos?Como afectar a la homologacin europea del ttu-lo de doctor? Para qu sirve realmente el ttulo dedoctor? Son algunas preguntas a las que este dossierpretende ayudar a contestar ofreciendo materialespara afrontar ms crticamente la situacin presentey el futuro prximo.

    El llamado proceso de Bolonia para crear el EspacioEuropeo de Educacin Superior (EEES) iniciado en1996 y culminado en 2010 pretenda armonizar lossistemas universitarios de distintos pases europeos

    para facilitar la movilidad de los titulados universita-rios en Europa. El EEES se articul en torno a doscuestiones centrales, por un lado el establecimientode una estructura de estudios de Grado (4 aos),Mster (1-2 aos) y Doctorado (3 aos) y por otroel empleo de una unidad de estudio, los crditos,que miden los tiempos de docencia y trabajo de losestudiantes. Aqu, al margen de la desvirtuacin deBolonia por culpa de las adaptaciones de los gobi-ernos de conservadores y socialistas y los recortesde la crisis de 2008, nos interesa destacar la intro-duccin del Mster, sin apenas tradicin acadmica

    previa en Espaa, y el establecimiento del Doctoradoregulado a 3 aos que culmina con la tesis doctoral(una aguda crtica en Hernando y Tejerizo 2011). Laintroduccin de la modalidad de obtencin del ttulode doctor mediante compilacin de publicaciones, enlos ltimos 4 o 5 aos completa el escenario actualdel doctorado.

    La enseanza de la arqueologa tradicionalmentebasada en el criterio de autoridad, la clase magis-

    tral y unos pocos manuales, era fundamentalmentelibresca, temticamente incompleta, en cierta medidaobsoleta y limitada geogrfica y culturalmente. Seevaluaba casi exclusivamente por exmenes escritos,sin clases prcticas ni trabajo de campo que cadaestudiante deba procurarse por su cuenta. En suma,mucho voluntarismo y fuertes dosis de voluntariadopara terminar las licenciaturas de 5 aos que en Fi-losofa y Letras o ms tarde en algunas universidadesen Historia formaban a los futuros arquelogos yarquelogas. Sobre la estratigrafa de este sustratose levant, metafricamente, el edificio de Bolonia.

    La reforma en nombre de Bolonia cambi algunas

    cosas, aunque se mantuvieron muchas inercias y elprofesorado ni se renov ni cambi sustancialmente.La cultura boloesa introdujo ms control sobrela actividad docente en general (que haba vividoa su aire a la sombra de la libertad de ctedra), yas los estudiantes pudieron construir mejor y mspersonalizadamente sus curricula con las asignaturasoptativas. Trabajos y ensayos fueron sustituyendoque no reemplazando a los exmenes escritos ylas prcticas, al menos formalmente, se incluyeron enlos horarios aunque su verdadero carcter prctico hasido sin duda muy cuestionable (figura 1). La mxima

    Figura 1. Estratigrafa boloesa (segn Ruiz Zapatero).

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    de los burcratas-pedagogos se extendi como unreguero de plvora: aprende a aprender. Igual queel ingenio estudiantil rebautizo a los crditos ECTS(European Credit Transfern System) como Estudia, C, T, Solo. Que resuma bien la percepcin de lossupuestos cambios revolucionarios a nivel didctico.

    Las formas de evaluacin se fueron diversificandoy los Trabajos de Fin de Grado (TFG) devinieron enun remedo de las antiguas tesinas. Pero si algo define

    bien el intento de reforma en nombre de Boloniaes la odiosa burocracia, que especialmente con lasnuevas tecnologas de la informacin anega todo elsistema docente y que cuenta con un gran aliado enla igualmente odiosa jerga de los burcrata-pedagogos(Azcrraga 2011: 39-41), que alcanza su mxima ex-presin en el lxico de las fichas contenidas en las700 u 800 pginas que exige la descripcin de unsolo Grado.

    Los 60 crditos de un Mster son necesarios parapoder matricular el doctorado, que cuenta con unasEscuelas de Doctorado difusamente configuradasy un sistema infantilizado de seguimiento de los

    doctorandos que movera a la sonrisa en las buenasuniversidades europeas (Collis 2008). El doctoradoha ido configurndose como algo solo accesible real-mente para quien ha logrado una beca, porque conlos tiempos duros de los ltimos aos la necesidadde invertir en cualquier otra cosa que pueda llevara un trabajo y el disparo desorbitado de los preciosde los msteres en las universidades pblicas haneliminado casi por completo los intentos de reali-zar tesis doctorales sin contar con una beca. Estecontexto es el que ayuda a entender, al menos enparte, el surgimiento y crecimiento del doctoradopor compilacin de publicaciones.

    En el contexto anterior la defensa de la universidadpblica, la crtica rotunda a los enfoques neoconser-vadores que pretenden rentabilizar econmicamente laenseanza con un hipcrita reduccionismo mercanti-lista y la reivindicacin de la enseanza universitariacomo palanca para la igualdad de oportunidades de-ben formar parte de las actitudes de quienes creemosfirmemente en los valores de la enseanza pblica.

    Las tesis en Humanidades tienden a ser ms com-

    plejas que en ciencias, bsicamente porque se precisade tiempo para conocer el estado de la cuestin,trazar un plan de investigacin coherente, realizartodas las lecturas necesarias y producir un discur-so escrito que d buena cuenta de la investigacinrealizada. Los tiempos de las tesis en arqueologaeran variables pero muchas de las buenas tesis sedemoraban 5 o 6 aos o ms incluso. Los tiemposde las becas, la exigencia de las lecturas de tesis enlos plazos determinados y el carcter eminentementeprctico que deben poseer los actuales doctorandoshan remodelado el perfil de las tesis y desde luegosu extensin. Si hace 2, 3 o 4 dcadas la tesis eran

    ambiciosas temticamente y extensas (ms de 1.000pginas casi lleg a ser habitual) hoy el alcancetemtico se ha rebajado drsticamente y tambin loha hecho su extensin. Lo primero lo contemplo conpena y resignacin mientras que lo segundo lo celebroporque se acerca al principio bsico de escribir paraser publicado. Algo prcticamente imposible en lasantiguas y extensas tesis doctorales. Y en este sentidoes donde, una vez ms, hay que situar el caso deldoctorado por publicaciones.

    Un solo ejemplo puede servir para ilustrar lodicho ms arriba. La tesis doctoral de M. DoloresFernndez-Posse (Universidad de Granada) sobre lacultura mesetea del Bronce denominada Cogotas Ifue un gran estudio extenso que orden por vez pri-mera e interpret el complejo panorama de este grupoarqueolgico y sus proyecciones por las periferias dela Pennsula Ibrica. La magnfica tesis de Fernndez-Posse (1980) no fue publicada como monografa perounos pocos artculos excelentes cumplieron casi elmismo cometido. Dcadas ms tarde Francisco JavierAbarquero, desde la Universidad de Valladolid, retomel tema de Cogotas I y con inteligentes aportacionessu tesis (1997) se publico aos ms tarde como unaextensa y completa monografa en 2005. En los doscasos, los resultados publicados habran sido impo-sibles sin haber pasado por la condicin previa deinvestigacin doctoral. Estamos condenados a que lasiguiente actualizacin del tema se realice por publi-caciones coordinadas de una tesis por compilacin?Me temo que vamos en esa direccin y no estoy nadaseguro de que sea la mejor manera.

    Es el doctorado la mejor escuela de formacin deinvestigadores en Arqueologa? Pues sinceramente creoque, salvo algunas contadas y honrosas excepcionesque han logrado ser excelentes investigadores sinleer una tesis doctoral, la respuesta rotunda es s, yan se puede matizar ms. Para m es un requisito

    necesario aunque no suficiente, ya que a pesar de sercumplido no garantiza la plena capacidad de hacerbuena investigacin arqueolgica. Claro que esto nosllevara a discutir el nivel de exigencia de las tesis

    Figura 2. Una visin irnica? de la renovacin universitaria(segn El Roto).

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    doctorales y los planteamientos ticos de quienes lasdirigen. Pero eso es otra historia. Quizs otra historiapara abordar en el futuro prximo.

    En este dossier se ha intentado ofrecer una visinplural, desde distintos ngulos, y con contribuyentesmuy diferentes que incluyen un coordinador de Doc-torado con buena experiencia (J. Ruiz de Arbulo),un investigador nato de mucha proyeccin interna-cional (M. Domnguez Rodrigo), un arquelogo que

    ha trabajado eficazmente en empresa de gestin einstituciones no-universitarias (A. Villa Valds), unjoven doctorando que prepara su doctorado por pu-blicaciones (H. Arraiz Rodriguez) y este coordinadorque a su vez cuenta con una experiencia doctoral y

    AZCRRAGA, J. A. (2011). Universidades manifiestamentemejorables. Claves de Razn Prctica, 209: 36-44.

    COLLIS, J. (2008). Careers in Archaeology. En: D. M.

    PEARSALL (ed.). Encyclopedia of Archaeology. Elsevier-Academic Press. Amsterdam: 958-966.

    Bibliografa

    HERNANDO LVAREZ, C. y TEJERIZO GARCA, C. (2011).La arqueologa y la academia: del siglo XIX al PlanBolonia. Revista Arkeogazte, 1: 53-69.

    de direccin de un Mster en Arqueologa Prehistri-ca (G. Ruiz Zapatero). La visin caleidoscpica delconjunto de contribuciones pienso que proporcionaideas, argumentos y sugerencias para reflexionar msy mejor sobre el futuro del doctorado y las tesis enArqueologa.

    Gonzalo Ruiz ZapateroDepartamento de Prehistoria, Facultad de Geografa e Historia

    Universidad Complutense, 28040, [email protected]

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    El nuevo escenario

    universitario de

    las tesis doctorales

    Reflexiones de un

    coordinadorJoaqun Ruiz de Arbulo

    Desde el ao 1999, una vez firmada la declara-cin de Bolonia para regular la convergencia entrelas diferentes enseanzas universitarias europeas, elllamado Espacio Europeo de la Educacin Superiores hoy una realidad incuestionable. Se trata sin dudade un desafo inmenso que cuenta ya con 47 pasesparticipantes en el 2015 y el nmero sigue aumen-

    tando. Segn el espritu de Bolonia, la semejanzade los programas y curriculaacadmicos tiene comofin asegurar la igualdad de oportunidades en los mer-cados de trabajo, favoreciendo adems la movilidadde estudiantes y docentes. Pero sobre todo, en ltimotrmino, debe servir para mejorar la educacin su-perior y adecuarla a las nuevas necesidades de unassociedades cada vez ms dinmicas y diversificadascon mercados que son ya globales. Para adaptarseal nuevo EEES, Espaa regul su sistema educativouniversitario con nuevas leyes y acuerdos en los aos2001, 2005 y 2007 fijando una nueva trayectoria deGrado (4 aos) / Mster (1 o 2 aos) / Doctorado

    (3/4 aos). En el ao 2011, se public adems el RealDecreto 99/2011 (BOE 35 de 10/02/2011) destinadode forma especfica a regular las nuevas enseanzasoficiales de doctorado. Para ello, se crearon en cadaUniversidad las nuevas Escuelas de Doctorado.

    Los resultados de esa primera reforma que todo elcolectivo universitario emprendimos sin tiempo parala reflexin se aprecian ya con cierta claridad. Y locierto es que el objetivo comn de la convergenciaha producido un resultado del todo paradjico. Hoyen da, nos resulta imposible saber qu conocimien-tos acadmicos ha adquirido durante cuatro aosun graduado en Historia, por ejemplo con mencinArqueologa o Prehistoria, a no ser que conozcamoscual ha sido su plan de estudios concreto. Todosson diferentes, algunos en poco, otros en mucho.Adems, la aparicin de nuevos grados generalistas,por ejemplo en Humanidades, y tambin los nuevosgrados especficos en Arqueologa (y Prehistoria)ofrecen una todava mayor complejidad a la hora deplantear los siguientes estudios de postgrado. En losfamosos msteres que el alumno paga a precio deoro, las variantes acadmicas de los graduados sontan notables que resultan difciles de conjugar. Paracolmo, si el mster no alcanza un nmero mnimo

    de alumnos (en Catalunya deben ser al menos 20)queda amenazado de cierre. As que todos los alum-nos interesados han de ser bienvenidos y por ello laformacin altamente cualificada que se presupone a

    un mster se diluye de forma notable, casi diramosque irrecuperable.

    Pero el EEES es inmenso y se supone que elgraduado sabr encontrar en el mismo la opcinque ms le conviene, por ejemplo, cmo no, la msprestigiosa. En busca de esos alumnos / clientes, to-das las instituciones universitarias han iniciado unacarrera para ser visualizadas a partir de criteriosde excelencia investigadora a nivel mundial! Y

    cmo poder fijar esa excelencia? Los mecanismos sonen realidad muy simples y se fundamentan en esoque llaman Benchmarking, es decir la necesidad deestablecer mecanismos de comparacin (y aplicarlosde forma exhaustiva y permanente) para evaluar lacalidad cientfica, ya se trate de la actividad de uninvestigador, de un equipo o del trabajo de toda unainstitucin.

    Estos mecanismos de evaluacin de la calidad,surgidos de las ciencias econmicas mercantiles ycuya bondad o perversidad no nos corresponde ahorajuzgar, se vienen aplicando igualmente desde hace yavarias dcadas a las publicaciones cientficas peridicas.Las revistas cientficas han pasado a ser mejores opeores en funcin de unos determinados ndices deimpacto extrados de una serie de parmetros quedeben ser cumplidos. A partir de los mismos la pu-blicacin de un determinado trabajo de investigacinen una u otra revista pasa a asumir directamente laconsideracin tenida a la misma. Es decir, nuestrotrabajo ser mejor o peor valorado simplemente enfuncin de donde lo hayamos publicado.

    Para ello, como tambin sabemos, los artculosson sometidos a revisiones previas con el sistema depares ciegos (peer reviews) en que dos evaluadores

    annimos, escogidos por la revista, aconsejan a suconsejo de redaccin sobre la publicacin o no decada uno de los artculos y sobre las correccionesa aadir a los mismos. Los anteriores comits delectura simplemente han desaparecido por conside-rarse endogmicos. Y otro tanto ha ocurrido conlos consejos de redaccin que ahora tambin debenser abiertos y transversales.

    Figura 1. Estructura bsica de las enseanzas universitariasen tres ciclos: Grado, Mster y Doctorado segn el Plan

    Bolonia.

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    El resultado de todo esto ha sido la creacin deunos ndices de calidad que se han convertido paratodos los investigadores, sea cual sea su especialidad,en una autntica obsesin ya que en base a los mismosliteralmente vamos a ser puntuados, ya se trate delos distintos investigadores agrupados en un equipoque se presenta a una convocatoria de proyectos ode los jvenes doctores que presentan sus CV en unau otra Agencia de Calidad para poder ser acredita-

    dos. Hablamos de los ISI o ndices de citacin, elScience Citation Index, la agencia Thomson Reuter,los Journal Citation Reports y los cuartiles. Trminostodos ellos ya imprescindibles.

    En fin, pido perdn al lector por recordarle cosasque ya conoce. Pero toda esta explicacin previa vieneal caso. Quien esto escribe, profesor universitario,comenz a escuchar hace unos aos esta nueva no-menclatura como representante de su Departamentode Historia e Historia del Arte en las reunionesmensuales de la entonces Comisin de Doctoradode mi Universidad presidida por la vicerrectora deinvestigacin. Era mi obligacin presentar ante esta

    comisin integrada por una veintena larga de miem-bros de las diferentes especialidades impartidas ennuestra Universidad los nuevos proyectos de tesisdoctorales entregados para que la comisin autori-zara sus tribunales y lecturas. El protocolo exigadar a conocer el tema, planteamiento y calidad dela tesis, proporcionando datos concretos para valorarla trayectoria investigadora del doctorando: estanciasde investigacin en el extranjero, participaciones encongresos y sobre todo qu publicaciones en revistascientficas haba ya realizado. La frase ms elogiosaen este ltimo caso era siempre: (El doctorando) hasido primer firmante en una revista (o revistas) del

    primer cuartil.Fue entonces cuando pudimos comprobar que

    muchas de las tesis que se presentaban a la comisinde doctorado, sobre todo de Medicina o las distintasIngenieras Qumicas, se presentaban habitualmentebajo la forma de la unin de varias publicaciones,habitualmente tres o cuatro (todas ellas con firmacolectiva naturalmente) precedidas de una intro-duccin y una bibliografa final a menudo reducidao sencillamente omitida por innecesaria. La merarecopilacin de los artculos justificaba as el pasode la tesis ante un tribunal que debera por tantosimplemente valorar la trayectoria del doctorandoa travs de la evaluacin conjunta de una lnea detrabajo justificada por esas publicaciones. Nadie nospregunt nunca si en nuestra rea tal sistema eraconsiderado conveniente o no. Y cuando en su mo-mento intentamos contrastar opiniones se nos hizover que el nuevo sistema se haba reconocido comoel ms conveniente en el mundo cientfico actual yque su aplicacin deba ser estricta.

    Poseer publicaciones previas en parte o en todoera pues considerado obligatorio por la comisinpara aprobar la lectura de una nueva tesis. As quetuvimos que ir encontrando nuestro propio estilo a

    la hora de presentar ante la comisin las nuevas tesisde Arqueologa. Valorar, por ejemplo, que la tesis encuestin sobresala en la mesa entre todas las demspresentes simplemente por su infinitamente mayor

    nmero de pginas aunque a lo mejor no tuvierapublicaciones previas. Podran quizs, me preguntabayo, ser tambin reconocidos como criterios de bench-marking el peso y la extensin? Pero la vicerrectoraaceptaba pocas bromas con estos temas y era mejorno ironizar demasiado. Por lo tanto, de acuerdo conlos compaeros de rea, aceptamos las nuevas reglasy pasamos a sugerir a nuestros nuevos doctorandosque en lugar de ir elaborando y redactando su tesis

    a la antigua como una nica monografa lentamentegestada, intentaran ir dividindola en captulos que deforma obligatoria deban ir presentando a congresosy si fuera posible, mejor an, a revistas. Y as lovenimos haciendo desde el ao 2009. Estemos o node acuerdo, esto es ahora lo obligado, nos dicen, enel mundo de las ciencias.

    Con el sistema de la presentacin de tesis porartculos la propia idea de que un tribunal se renapara poner una calificacin puede parecer inclusosuperada. Acaso los evaluadores de las revistas, aun-que annimos, y los propios consejos de redaccinno han justificado ya por s mismos el inters de los

    trabajos ahora reunidos? Y tiene sentido, en ltimotrmino, que el investigador dedique los meses y losaos a preparar un nico tema original de formaindividual, cuando forma parte de un equipo conproyectos en marcha que deben ser dados a conocerlo ms rpidamente posible? Nuestras universidadesya no colaboran. Ahora deben competir. Literalmen-te. Y estas son las normas tenidas hoy por las msoportunas a efectos de justificar ante los ciudadanoslas inversiones pblicas en la investigacin. Pero hande ser realmente el nico criterio vlido?

    La propia idea de lo que debe ser una tesis doctoral,en qu momento de la vida cientfica debe realizarsey durante cuanto tiempo, tambin ha sido objeto deuna importante reforma. Cada universidad tena unalarga lista de tesis matriculadas pero inacabadas yeso no era considerado digno de los parmetros decalidad. Haba que reducir ese nmero como fuerapara que todas las tesis pudieran ya adaptarse al EEESsiguiendo el modelo de grado / mster / tesis. Se hanfijado fechas concretas para que las tesis pendientessean presentadas y de forma normativa se ha decididoel nmero de tres aos como el tiempo adecuado,mejor dicho obligado para realizar una tesis. Noms tiempo. Si eso llega a ocurrir el doctorando y

    tambin su director sern penalizados. Pero tampocomenos, ejm, porque el doctorando debe pagar a laUniversidad una matrcula anual en concepto de lashoras de tutela que su director le dedica. Y claro,resultara demasiado fcil poder matricular una tesisjusto antes de acabarla y pagar as tan solo un aode tutela. Debes pagar tres aos de matrcula de tesis,ni uno ms ni uno menos.

    Son normas lgicas, s, quizs incluso obligadas,pero que pierden todo su sentido si las aplicamosdesde la cerrazn mental y administrativa. Y esa eso debera ser nuestra responsabilidad. Un ejemplo:cmo valorar la tesis doctoral de un mdico que ha

    trabajado en un consultorio durante dcadas y quepresenta como tesis un determinado estudio sobreuna poblacin de pacientes con datos recogidos a lolargo de dcadas? Deberemos rechazar la bondad e

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    inters cientfico de ese estudio porque no ha sidopublicado a trocitos anteriormente en una revistamdica prestigiosa? Y por qu haba de serlo? Estefue sin duda un caso fcil de defender, asumido sinningn problema ni reticencia por parte de toda lacomisin, pero el cumplimiento de nuestras propiasreglas cada vez resulta ms enojoso.

    Y un libro? Qu tiene de malo escribir un libropara que los responsables de nuestras agencias de

    calidad se nieguen tajantemente a reconocerlo comouna evidencia de excelencia acadmica? Por qu,nos preguntamos, los cientficos llamados purosdesprecian as los libros? Ser porque no generanpatentes? O porque no todas las editoriales for-man parte del negocio anglosajn de las revistasindexadas? Las ciencias de la Historia y en generallas llamadas ciencias humanas no tienen por qu sermejores ni peores que las dems. Un simple respetoa esta diversidad resolvera lo que actualmente nosatrevemos a calificar de error y de injusticia. Valgaun ejemplo: en el contrato-programa que el InstitutCatal dArqueologia Clssica acaba de firmar con

    mi Universidad para los prximos seis aos, entrelos objetivos que la institucin debe alcanzar, lapublicacin de libros y la realizacin de congresosforman parte de un ltimo apartado residual del20 %, literalmente acta como un ltimo apartadode varios. Las publicaciones en revistas indexadas,cmo no, forman el primer apartado de los objeti-vos. Los libros son considerados una banalidad... yorganizar congresos una cosa aparentemente de pocaimportancia. No sabemos entender la razn.

    La aplicacin del Real Decreto 99/2011 sobre eldoctorado provoc la siguiente reforma que en estosaos ha iniciado su andadura. Mi Universidad, como

    todas, ha creado una Escuela de Posgrado y Doctoradoque centra sus esfuerzos en ofrecer a los doctorandosun entorno apropiado de formacin, siendo la calidad,la excelencia y la atraccin de talento internacionalsus principales objetivos.

    Y en eso estamos. Cada rea cientfica cuenta ahoracon un coordinador pero tambin con una comisinacadmica propia que debe aceptar a los nuevosdoctorandos, distribuir las direcciones, verificar elproyecto de trabajo (PlaInv) y los informes anualesde seguimiento (DAD) despus de su aprobacin porlos directores. Tambin en ltimo trmino aprobar lalectura de las tesis. Todo ello va generando informesy ms informes. La antigua Comisin de Doctoradoha sido convertida en el Comit de Direccin de laEscuela de Doctorado y el director de esta escuelaha sustituido al vicerector como presidente de dichocomit. El principal papel del mismo sigue siendoel control mensual de las nuevas tesis antes de sulectura solo que ahora, desde el ao 2013, todo serealiza mediante aplicativos informticos.

    La crisis no nos ha perdonado. Nuestros tribunalesya no son de cinco sino de tres miembros aunquecreemos justo reconocer que esta medida puede re-sultar de utilidad. El acto de lectura resulta mucho

    ms gil y se establece un dilogo ms fluido conel doctorando. El pblico del acto sin duda lo agra-dece y los directores ya no sufren tanto para reunira los tribunales. Y se anuncian nuevos cambios. Por

    ejemplo, por qu no permitir que un estudiante dedoctorado actualmente profesor en una universidad

    de Mxico pueda leer su tesis por Skype ante untribunal disperso en sus respectivas universidades?Sin duda significara un ahorro de tiempo y dineropblico. En nuestro comit de doctorado ya se hadiscutido esta posibilidad y sus supuestas bondades,pero de momento aun no ha sido puesta en prctica.Afortunadamente. Nunca hemos participado en unade estas sesiones digitales en que el sistema no hayadejado colgado a alguno de los miembros en uno uotro momentos.

    Volviendo a la cuestin principal, no creemos queel problema sea que una tesis sea leda por artculoso bien como una monografa lentamente trabajada

    durante aos. Todo lo contrario, ambos sistemas sernaptos si se circunscriben a una determinada lgica deinvestigacin y de lo que se trata es que precisamenteesta lgica pueda ser plural. Ese sera el punto aalcanzar y parece de sentido comn. Mantengamos unapluralidad sana en el benchmarking y podremos serevaluados, no podemos negarnos a ello, sin sentirnosinsultados. Como record hace muchos aos, en losinicios de la aplicacin de Bolonia, un catedrtico deHistoria del Derecho Espaol, sus jvenes doctoresdifcilmente podran publicar sus estudios comopapersen revistas indexadas escritas en ingls, y para quhabran de hacerlo en su disciplina?

    Mientras yo estaba todava redactando este textosolicitado por el profesor Ruiz Zapatero, nuestra Escuelade Doctorado nos ha distribuido una publicacin digital(accesible desde Google) aparecida en la prestigiosaTimes Higher Education (THE). La firma Paul Jumpy su ttulo es PhD: is the doctoral thesis obsolete?Should the foundations of a 21st-century academiccareer still be built on the traditional model? Ellector encontrar en ella un punto de opinin actualy acreditado sobre nuestro tema de debate escritolgicamente desde la perspectiva siempre tan insulary cerrada como tambin sabia y pragmtica de los

    britnicos. Tiene sentido que el joven investigadordedique aos enteros a un nico tema de investi-gacin en el mundo altamente competitivo y casiinmediato de unas ciencias tan dinmicas como las

    Figura 2. El humor para llevar mejor la burocracia de losdo1torados segn Bolonia (segn Ruiz Zapatero).

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    actuales? Son realmente necesarias muchas pginaspara hacer una tesis o debemos ahorrarnos explicitarmetodologas y desarrollos? Seguimos los profesoresuniversitarios presos de nuestras manas y tradicionesinamovibles al margen de la vida real?

    Es sin duda un debate necesario y cada cual ten-dr que formarse en el mismo una opinin. La mase limita a reconocer que los grados de cuatro aoscon el sistema de cuatrimestres no logran preparar

    suficientemente a los alumnos, agobiados por un grannmero de asignaturas que apenas comienzan ya hanterminado. Y vuelta a empezar. No digamos ya si losgrados pasan a ser como se pretende un simple pri-mer ciclo de tres aos. Que los msteres, pagados aprecio de oro (lo hemos dicho ya?), pueden mejoraralgo esa preparacin es cierto, pero difcilmente lovan a lograr consiguiendo un nmero equilibrado dealumnos con perfiles previos similares y su ritmo deasignaturas sigue siendo brutal. As que al menos,para aquellos pocos que logran llegar, un doctoradogarantiza por fin, durante un tiempo, una cierta es-tabilidad investigadora en todos los sentidos. Y eso

    repercute intelectualmente de forma muy positiva,sin ninguna duda.Otra cosa diferente es que signifique realmente

    algo en el currculo profesional. Y tal cosa es tambinresponsabilidad de las agencias de calidad y de nues-tros responsables ministeriales para los cuales tenerun doctorado para acceder a una carrera docenteen un IES vale apenas algo ms que tener realizadosun par de cursillos, pongamos por ejemplo de vela ypaddle, y no pretendemos ser irnicos. Las mismasagencias y los mismos responsables nos dicen hoyque un joven profesor de instituto, doctor despusde tantos esfuerzos, no puede formar parte de un

    proyecto estatal de investigacin porque trabajar enla enseanza media se considera incompatible conla investigacin.

    As nos va. Que se nos van. Y tenemos la sensacinde haber contribuido en su formacin para nada.Y de haberlos perdido justo cuando haban alcan-zado su momento ms lcido y ms capaz. Cuandoempezaban a ser mejores que nosotros.

    Joaqun Ruiz de ArbuloCatedrtico de Arqueologa de la Universitat Rovira i Virgili

    e investigador del Institut Catal dArqueologia Clssica

    [email protected]

    Queremos estar

    entre las primeras

    200 universidades del

    mundo?Manuel Domnguez-Rodrigo

    En pleno siglo XXI, muchos acadmicos ibricos anno han cobrado conciencia de que estn insertos enun mundo acadmicamente globalizado, en el que lainvestigacin se pondera en baremos de impacto (esdecir, de influencia real) sobre la progresin de conoci-miento y que ste se expresa fundamentalmente (perono exclusivamente) en ingls. Una parte importantede nuestra Academia est fosilizada y los especmenesdel Prmico que ocupan mucha ctedras, ANECA ycomisiones varias que regulan cmo funciona nuestraprogresin acadmica, siguen inconscientemente ensu deriva gentica apegados a criterios de excelenciade investigacin en los que lo poltico cobra tantovalor como lo intrnseco de la investigacin. Quela experiencia como gestor tenga casi tanto pesocomo la trayectoria investigadora de un candidatoa acreditacin de ctedra, o que el conocimiento sepondere segn peso de la tesis doctoral son smbolosde nuestro firme anclaje al sistema acadmico-feudalque se perpeta a s mismo. Un candidato con diezartculos enNatureno tiene opciones de acreditarse enla ANECA como catedrtico si jams ha desempeadoun cargo de gestin. En cambio, un secretario dedepartamento sin un solo artculo de impacto puedeser (de hecho es habitualmente) acreditado para cate-drtico. Un doctorando que ha invertido aos de suvida en la monumentalidad de 1.000 pginas de unatesis doctoral que leern (con suerte) media docenade personas (generalmente ninguna del tribunal quela juzga) y que luego es abandonada en los estantesde la seccin menos consultada de la biblioteca tam-poco genera conocimiento, porque semejante trabajono tiene impacto real en la comunidad acadmica.Slo se convierte en objeto de cita erudita con unpoco de suerte. El resultado final es evidente: Espaa

    no cuenta con ninguna universidad en la lista de lasprimeras 200 universidades del mundo, en ninguno delos marcos de evaluacin que ponderan el impacto deconocimiento que se generan en dichas instituciones.Slo aparecemos en rankings de opinin (como QSWorld University Rankings), en donde la recogidade informacin es tan sesgada y no orientada alimpacto en conocimiento, que slo cuenta el nmerode simpatizantes que apoyan una institucin u otraen funcin de criterios estrictamente subjetivos (unaexperiencia vital positiva con la universidad de Turnpuede conducirme a incluirla en el cuestionario comouna de las universidades mejores de Europa, sin tener

    que justificarlo de ningn modo).Hablemos de baremos serios. Por ejemplo, losbaremos usados por el ranking de Shanghi son:nmero de alumnos de la universidad que ha llegado

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    a ser Premio Nobel o premios de mxima categoraen cada disciplina (10 %), nmero de profesores dela universidad que ha llegado a ser Premio Nobelo premios de mxima categora en cada disciplina(20 %), nmero de investigadores de la universidadque tengan ndices H de impacto elevados (20 %) (estendice se obtiene del nmero de citas que recoge eltrabajo de cada investigador, es decir, de la influenciareal de su investigacin en la comunidad cientfica

    internacional), artculos publicados enNature o Science(20 %), nmero de artculos de impacto elaborados enla institucin (20 %) y produccin per capita de cadaprofesor de la universidad (10 %). Como puede verse,con la salvedad del ltimo punto, que influye soloen un 10 % de la puntuacin final, el resto de cri-terios no depende de proporciones o nmero de deprofesores, por lo que el tamao de la universidadno influye. Esto ltimo debera ser algo a favorde varias universidades espaolas. Por ejemplo, laUniversidad Complutense es una de las mayores deEuropa, con ms de 6.000 profesores. Slo con quecada uno produjera un mnimo de un artculo de

    impacto por ao, nuestra universidad se dispararaa puestos mucho ms decentes del ranking. El hechode no figurar en este rankingsolo muestra el letargode nuestra universidad. Es importante recalcar quesolo se entra en estas listas a travs de investigacinde impacto, y sta empieza con la tesis doctoral.

    La modalidad de tesis por artculos surge en elmundo anglosajn como expresin de excelenciaacadmica, en la que una investigacin doctoral nosolo queda refrendada por un tribunal de tesis, sinotambin por los comits evaluadores de las publica-ciones ms prestigiosas, y por el impacto real quedicha investigacin tiene por su potencialidad en ser

    usada y citada. El concepto para el doctorando esde mayor reto que el formato de tesis tradicional yrequiere generalmente ms tiempo y esfuerzo.

    En Espaa, este concepto se aplica con relativo xitoen varias disciplinas de las ciencias experimentales,porque se pone especial nfasis en los criterios deexcelencia que recogen las revistas de mayor prestigio.Generalmente, las opciones son tres publicaciones enrevistas de cada especialidad situadas en los ndicesde impacto mtrico (es decir, basados en el nmeroreal de citas que recoge cada trabajo publicado enla revista) pertenecientes al cuartil superior o a losdos cuartiles superiores. En otras instituciones mselitistas, se pide un baremo de impacto mnimo, in-distintamente del nmero de trabajos. Esto producetesis brillantes que empiezan a ser usadas y citadaspor la comunidad acadmica en el momento que fi-nalizan y que no deben esperar aos en ser vistas enformato de publicacin cientfica. Nuestras disciplinasexperimentales, inevitablemente vinculadas a un mun-do acadmicamente competitivo, han percibido queo se adaptan a esta modalidad o no generan conoci-miento al ritmo que la sociedad moderna exige. Sinembargo, las humanidades en nuestras universidades,subvencionadas por el Estado y por lo tanto, a este

    respecto, al margen frecuentemente de la realidadsocial en la que viven, se permiten ignoran estascorrientes internacionales y mantienen estructurasconceptuales tan inamovibles como la anatoma de

    un cangrejo herradura, que es virtualmente idnticoen la actualidad al de hace 400 millones de aos.

    La reaccin mayoritaria en las universidades es-paolas en las que he tenido oportunidad de ver elfenmeno es de resistencia al cambio. En los depar-tamentos de Prehistoria y Arqueologa que conozcodonde se ha debatido esta opcin, la mayor partede los acadmicos se muestran en contra. Piensanque es la manera de hacer tesis con poco esfuerzo.

    Semejante concepto slo pueden mantenerlo aqullosque rara vez o nunca han publicado un artculo deimpacto, sobre todo en revistas de los cuartiles su-periores. Sin embargo, el marco legal es bien claro.Esta versin de tesis doctoral ha llegado y no puededetenerse. Ante la normativa genrica, las disciplinasde humanidades en este pas han optado por estrate-gias diversas: unas adoptan sin ms razonamiento loscriterios que se adaptaron en ciencias experimentalesy otras, ms retrgradas, han decidio crear su propianormativa para no perder el tren de la modernidad.Voy a comentar esta ltima opcin y voy a usarcomo ejemplo mi propia universidad, la Complutense,

    supuestamente uno de los buques seeros de la flotaacadmica nacional.

    Bajo la justificacin de que los investigadoresde humanidades no pueden medirse por el mismorasero que los de ciencias experimentales, los de-canatos de varias facultades de humanidades de laUCM han acordado unas normas, consistentes entrevarios puntos en los siguientes: un mnimo de cua-tro artculos publicados en los ltimos cinco aosanteriores a la fecha de defensa y que abarcan losdos primeros cuartiles (de los ndices mtricos deimpacto seleccionados) o la calificacin de A o B derevistas includas en ndices de calificacin categri-

    ca. Esta nueva normativa abre la puerta a las tesisbasura, y mata el principio de excelencia con el quela modalidad de tesis por artculos nace y se aplicaen el mundo anglosajn. Es lamentable ver que envarias universidades espaolas, esta modalidad hapermitido la defensa de tesis que no podran pasarningn tribunal internacional por no reunir ningunode los requisitos bsicos de calidad. Algunas de lasrazones las expongo a continuacin.

    Una tesis por artculos de impacto exige una in-vestigacin de calidad, que a buen seguro no puederealizarse en uno o dos aos. La investigacin menory expeditiva tiene muy mala salida en las publicacio-nes de mayor impacto. Si a esto aadimos que buenaparte de las revistas de mayor impacto, por sometera varios procesos de revisin a los manuscritos en-viados, requieren ms de un ao en aceptar o no untrabajo, el exigir al doctorando cuatro trabajos enlos ltimos cinco aos slo sera viable si se aceptanrevistas menores en muchas reas. Por poner unejemplo, Current Anthropology es una de las revistasde mayor impacto en Antropologa y Arqueologa yel promedio de tramitacin de un manuscrito oscilaentre dos y tres aos. Luego, el primer requisito dela normativa aprobada en la Complutense ya indica

    que las exigencias de calidad han de ser bajas.Sin embargo, esto no es lo peor de la normativaque se presenta para aprobacin. Lo peor es que losndices de calidad seleccionados como vlidos son tan

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    sumamente heterogneos que incluyen ndices mtricosque usan algoritmos para evaluar el alcance real delas citas (ej., SJR, JCR o Scopus) junto con ndicescategricos que no evalan realmente el impacto realde la investigacin, sino la internacionalizacin delas revistas. Por ejemplo, varios de estos sistemas(ej., ERIH) clasifican como A revistas de gran interna-cionalizacin, B a revistas de poca internacionalizaciny C a revistas de mbito nacional. La internacio-

    nalizacin se mide en funcin de la diversidad deinvestigadores de otras nacionalidades que publicanen esas revistas. En este sistema, el impacto de lainvestigacin no juega un papel relevante. Ademsde estos ndices, la normativa propuesta permite lautilizacin de ndices como el ANEP y CARHUS+,que no solo no cuantifican el impacto real de laspublicaciones, sino que establecen baremos de calidadbasados exclusivamente en publicaciones espaolas.De hecho, en muchas de las revistas en estos ndicesno abundan trabajos que se citen, ni siquiera dentrode nuestras fronteras. El problema de los ndicescategricos (tan cultivados en nuestra Europa pol-

    ticamente compleja) es que es ms importante quecada pas o comunidad est representada polticamenteen estos ndices indistintamente de sus mritos en lacreacin de conocimiento. Por ello es ms importanteguardar las formas: que la revista sea internacional,es decir, que los comits tengan miembros de variasnacionalidades, que haya revisin por pares, que almenos se publique de vez en cuando en ms de unidioma, que se publique regularmente... Todo ello nogarantiza en ningn momento que el conocimientopublicado tenga impacto acadmico real. De hechocuando se cotejan el SCI con algunos de estos ndices(ej., ERIH) pocas coincidencias se observan en varias

    de las revistas clasificadas por los ltimos como tipoA y su impacto acadmico real. Y no nos engaemos,incluso en estas ltimas las revistas anglosajonas sonhegemnicas.

    Es curioso observar que en la primera propuestade la normativa que pretenda aceptar la UCM en-tre los ndices aceptados no se encontraba el ndicems usado en el mundo anglosajn (y en el nortede Europa), que es el SCI (Science Citation Index deThompson-Reuters) y su versin para las humanidades,el SSCI (vase la Web of Knowledge). Adems, en lanormativa elaborada se llega a aceptar como vlidoscaptulos de libros, que a pesar de estar regulados

    por un sistema de revisin por pares, no suelen es-tar sujetos a valoracin mtrica de su impacto real.A qu conduce la aceptacin de este conjunto tandiverso de ndices de calidad? Pues a la aceptacincomo tesis de artculos de mbito local que no tie-nen un impacto acadmico real. Y si no, juzguemosel siguiente ejemplo: Un doctorando de prehistoriaque se presente con tres publicaciones en Nature ennuestra facultad ser rechazado con esta normativa,mientras que otro con dos publicaciones en Pyrenney dos en Complutum (o similar) ser aceptado (nin-guna de estas dos revistas est incluida en ningnndice de calidad de impacto mtrico no categrico,

    y por supuesto ambas son virtualmente desconocidasinternacionalmente).Ante mi estupor frente a esta normativa, que confir-

    ma los temores de aquellos acadmicos honestos que

    vean en esta modalidad de tesis la puerta a la tesisbasura, la respuesta que se me dio desde alguno delos decanatos que la redactaron fue que si se mante-nan los baremos de los ndices de impacto mtricoreal, muchos departamentos quedaran fuera por nopoder generar investigacin aceptable en este tipo derevistas. Y tan importante como esa consideracin,aducan, era el hecho de que aceptar los baremosde impacto real supona doblegarse a los requisitos

    impuestos por el imperialismo acadmico anglosa-jn. Semejante respuesta, por otro lado acorde conla filosofa postmoderna hegemnica en buena partede los departamento de humanidades en Espaa, yen especial de Arqueologa y Prehistoria, es paradig-mtica del sinsentido al que el posmodernismo hasumido a una parte importante de la flora intelectualde nuestro pas. A Estados Unidos le da francamenteigual si en Espaa las tesis se leen en un formatotradicional o a modo de artculos. La sumisin alimperio est ms en la mente cuyas sinopsis estndesencajadas que en la realidad acadmica. Si Espa-a quiere adoptar un papel igual de relevante que

    Burundi en materia acadmica, el imperio no vaa poner objecin alguna.

    Es esto lo que queremos los que somos inves-tigadores? Queremos incentivar al alumnado a sermediocres aceptando la va ms rpida de convertirseen doctores mediante tesis por artculos en revistasde bajo o nulo impacto internacional, con lo queesto puede suponer para el abandono de la tesis deformato tradicional? O, en cambio, queremos motivaral alumnado a que considere que una tesis tiene queser una labor de esfuerzo y de investigacin real? Yosugiero lo segundo y en este contexto el alumno debeconsiderar la modalidad de una tesis por artculos no

    como una salida fcil, sino todo lo contrario, comouna va an ms difcil que la modalidad volumtricatradicional y que debe dar excelencia al alumno, aldepartamento y facultad y al final a la universidadmisma donde se defiende.

    Cmo nos encaminamos en esa direccin? Primero,siendo muy exigentes con el tipo de publicaciones yaceptando slo artculos en revistas de alto impactointernacional. Segundo, valorando dicho impacto comoimpacto cientfico real y por ello, abandonando variosde los ndices de calidad propuestos en la normativaque son ndices locales (ANEP y CARHUS+) o ca-tegricos (ERIH). Se puede dejar aqullos que sonmtricos y basados en algoritmos de cuantificacinreal de citas a nivel internacional (SCI, SJR, JCR oScopus). Y tercero, o se exigen tres artculos comomximo o si se piden ms no se puede limitar elmargen cronolgico a slo publicaciones de los ltimoscinco aos. Existen otras frmulas an ms exigentes(como colocar un umbral mnimo de impacto) queencontrarn mayor resistencia en nuestras facultadesde humanidades. No es imposible competir con lasciencias experimentales en el campo de las publi-caciones de impacto (ver ejemplos en Etxebarra yGmez-Uranga, 2010).

    Con una normativa como la descrita, yo, defensor aultranza de la validez acadmica de la tesis en formatoartculo, tendr que renegar de ella porque conducira la anttesis de lo que este tipo de tesis debe ser. De

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    lo que se trata no es de cambiar el statu quo sinode abrir una segunda va para convertirse en doctorque aporte excelencia real a nuestra universidad yla saque de su pseudo anonimato. Afortunadamente,otras universidades espaolas no han abrazado eldesvaro normativo de la Complutense y han adoptadocriterios similares a los que funcionan en facultadesde ciencias. Queda por ver si abrazan realmente laexcelencia limitando las publicaciones a revistas dealto impacto o se lanzan al vaco existencial de con-vertirla en un trmite o en una fbrica de tesis contasas que aporte fondos a las maltrechas economas

    universitarias. El primer concepto es elitista: solo unospocos pueden conseguirlo. El segundo, simplementeestril y a la larga, pernicioso. Mucho me temo quebuena parte de las humanidades en nuestro pas vana seguir el ejemplo de la Complutense y tirarse alvaco. El resultado ya lo anticipan varios acadmicosen un libro notable: La Universidad Cercada. Testimo-nios de un naufragio (J. Hernndez, A. Delgado-Galy X. Pericay, eds., Anagrama).

    Manuel Domnguez-RodrigoIDEA (Instituto de Evolucin en frica)

    Museo de los OrgenesPlaza de San Andrs 2, 28005 Madrid

    Departamento de Prehistoria, Universidad ComplutenseProf. Aranguren s/n, 28040 Madrid

    [email protected]

    Bibliografa

    ETXEBARRIA, G., GOMEZ-URANGA, M. (2010). Use ofScopus and Google Scholar to measure social sciencesproduction in four major Spanish universities.Scientometrics, 82: 333349.

    Soy arquelogo, he

    defendido una tesis

    por compendio de

    publicaciones y voy a

    explicar mi caso

    ngel Villa Valds

    Cundo

    En junio de 2013, con la cincuentena recin ad-quirida y media parte de este tiempo dedicada alejercicio profesional de la Arqueologa, defend miTesis Doctoral en la Universidad de Oviedo. Orienta-da al estudio de las comunidades castreas del rea

    occidental de Asturias, ni su temtica ni sus conclu-siones aadan grandes novedades a lo comunicadodurante los aos precedentes en un variado reperto-rio de foros, reuniones acadmicas y colaboracioneseditoriales. Si alguna originalidad aportaba, sta nofue otra que el formato elegido pues se formalizcomo compendio de publicaciones; una modalidadrecientemente implantada en nuestra universidad, conalgn antecedente entre las ciencias experimentalespero an indita en el mbito de la Arqueologa yotros estudios de humanidades.

    Por qu

    Debo, en todo caso, iniciar las reflexiones que sobreeste procedimiento me solicita el profesor Ruiz Zapa-tero con una advertencia: hasta el mismo momentode su formalizacin, nunca consider desarrollar otrotipo de tesis que la tradicional. Aunque interesadopor las innovaciones que en tantos aspectos han sa-cudido el quehacer del investigador, ha sido la mauna prctica convencional de la Arqueologa, atentaesencialmente al registro y procurando una prontapublicacin de resultados con la intencin, nuncadisimulada, de establecer un contexto arqueogrficode referencia para los ms de mil aos durante los

    que, hoy sabemos, los poblados fortificados consti-tuyeron el modo de asentamiento hegemnico en elterritorio objeto de estudio. De esta manera fueronviendo la luz sucesivos trabajos cuya elaboracin,ajena a la servidumbre que ndices y factores de im-pacto imponen a quienes deben cotizar con premuraen el parqu universitario, pudo en buena medidaorientarse hacia los foros y reuniones especializadasconvocados a lo largo de estos aos.

    Aquella dinmica de excavacin, estudio y publicacinse vio sbitamente abortada como consecuencia dealgunos acontecimientos inverosmiles favorecidos porel clima de matonismo poltico que imper en nuestra

    comunidad autnoma a fines de la pasada dcada.Baste sealar que, al tiempo que se producan ingresosy ascensos sbitos en la escala administrativa, en unproceder indito, otros colegas eran inhabilitados y se

    Figura 1. La escalera asimtrica para un doctorado porpublicaciones con verdaderos estndares internacionales y

    otro con estndares nacionales (segn Ruiz Zapatero).

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    bloqueaba su acceso tanto a los materiales recuperadosen sus excavaciones como a la documentacin objetode sus trabajos de investigacin y tesis.

    Ante la evidencia de que ni los onerosos intentosjurdicos ni las reclamaciones administrativas habrande corregir un atropello consumado con la ms incom-prensible indiferencia de las instituciones competentes,la investigacin y los compromisos acadmicos enmarcha hubieron de orientarse hacia cauces transi-

    tables sin el estudio directo de los materiales y enpenosas circunstancias para sus titulares. Y he aquel motivo de mi renuncia al formato convencional detesis para acogerme a la modalidad de compendio depublicaciones. De pronto, la que se presentaba comoabrumadora e interminable labor para culminar elitinerario acadmico, se vio necesariamente abocadaa una muerte sbita, en absoluto deseada, peropor fortuna asequible gracias a la labor desarrolladadurante los aos anteriores. Irnica paradoja la deque el impulso definitivo para culminar este recorridoacadmico fuese consecuencia del pertinaz empeode aquellos que con fruicin propiciaron el fin de

    los trabajos de campo y la persecucin inclementede los investigadores con ellos vinculados. UmbertoEco escribi en su celebrrima obra sobre el temaque se puede hacer una tesis digna aun hallndoseen una situacin difcil, causada por discriminacionesrecientes o remotas. Si por digna puede considerarseaquella galardonada con el Premio Especial de suUniversidad, sirva mi ejemplo para animar a quienespudieran verse en situacin similar.

    Cmo

    El reglamento por el que se establecieron las ba-

    ses para la presentacin de las tesis por compendiode publicaciones fueron publicadas en el BoletnOficial del Principado de Asturias con fecha 25 deagosto de 2011. El requisito indispensable era queel documento estuviese constituido por un conjuntode trabajos publicados por el doctorando sobre unamisma lnea de investigacin. Deban reunirse, al me-nos, tres artculos o captulos de libro aceptados conposterioridad a la primera matrcula en el periodo deinvestigacin de los estudios de doctorado. Era nece-sario que el director de la tesis confirmase que todosellos ofrecan una aportacin cientfica significativa,cualidad que, adems, habra de ser respaldada conla inclusin del medio de publicacin en el ScienceCitation Index o sustituido, de no ser aplicable estecriterio, por las bases relacionadas por la ComisinNacional Evaluadora de la Actividad Investigadorapara estos campos cientficos. Los requerimientosfundamentales se completaban con la elaboracinde una memoria en la que, amn de atender lapresentacin de objetivos, discusin y conclusiones,deban justificarse previamente la unidad temtica yla bibliografa de apoyo.

    El repaso de la obra hasta entonces publicada meofreca un panorama aceptable para salvar con xito el

    muro burocrtico y suficiente para, en mi opinin y apesar de los estudios pendientes, hilvanar un discursoen el que integrar los resultados obtenidos. Sirvieron desoporte al guin un grupo de 17 artculos. Una parte,

    la principal, cumpla suficientemente las exigenciasreglamentarias, mientras que la otra estaba constituidapor publicaciones incluidas en libros o revistas conmenor repercusin curricular pero cuyos contenidosconsider igualmente tiles en la construccin deldiscurso general. De su articulacin en la memoria,con ligeras actualizaciones y alguna correccin, resultun volumen (sin anexos) que superaba ligeramentelas 200 pginas y cuya estructura difera en poco del

    formato habitual de una tesis convencional.

    Para qu

    Como sealaba en la presentacin, la mitad de mivida ha estado dedicada al ejercicio profesional de laArqueologa, en la actualidad con destino en el Mu-seo Arqueolgico de Asturias, pero antes lo fue en elServicio de Patrimonio Cultural de la Consejera deCultura y con anterioridad, durante ms de una dcada,en el ejercicio libre de la profesin. Los contenidos demi tesis se nutren de los resultados recogidos, princi-palmente, en este ltimo mbito, intervenciones cuyo

    contexto administrativo no eran proyectos de investi-gacin sino seguimientos realizados en obras civiles,minera o intervenciones orientadas a la consolidacin,conservacin y puesta en valor de yacimientos.

    A pesar del cambio de escenario administrativo, apesar del relevo de interlocutores y de la diversidadde problemas especficos que saturan el quehacercotidiano, en esencia, los criterios, mtodos y objeti-vos siguieron siendo los mismos, enriquecidos por laexperiencia, pero reafirmando la evidencia de que, conindependencia del contexto en que se desarrolle, cadaintervencin arqueolgica es susceptible de aportardatos de inters. Por desgracia, no parece ser sta

    una opinin que hoy comparta un sector considerablede nuestro gremio. En una deriva tan perversa comopoco inocente, se ha ido instalando de forma paula-tina pero eficaz una visin del ejercicio arqueolgicode principios variables y procedimientos adaptadosa las casusticas ms delirantes en pos de objetivosque amplan engaosamente el campo de negocio (yde competencias) pero que dificultan, cuando no laimpiden manifiestamente, la rentabilizacin cientfica.Arquelogos de gestin, arquelogos administrativos,arquelogos comerciales, al fin arquelogos prt--porterdispuestos a resolver cualquier obstculo en elcamino hacia el progreso. Son los tcnicos, proba-

    blemente la expresin ms odiosa con que de manerahabitual se hace referencia a los profesionales de laarqueologa, en particular a aquellos cuya actividadse vincula de una u otra forma con la intervencinde las administraciones pblicas. Esta (des)califica-cin es reivindicada con particular entusiasmo pordeterminado tipo de individuos que amparados enuna titulacin genrica ejercen sus cometidos sin elmenor atisbo de curiosidad intelectual. Son tcnicos,no investigadores. Su labor es guiar a la ciudadanay, muy particularmente, a su estamento poltico porlos arcanos laberintos del patrimonio cultural sin queel viaje resulte demasiado incmodo y procurando,

    si adems fuese posible, evitar mayores daos a losbienes protegidos. Con la laboriosidad y buen hacerdel par de pcaros que tejieron el traje del emperador,son esta banda de cortesanos y oportunistas (junto

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    con quienes no hemos sabido hacerles frente) losresponsables de que buena parte de la actividad ar-queolgica que hoy se practica (y se factura) resulteun ejercicio rutinario y en gran medida estril; unaarqueologa que en lugar de conocimiento produceformularios, bulas y folletos tursticos cargados delogotipos institucionales. Dramtica deriva pues entresus ms graves consecuencias se cuenta la marginali-dad a la que se ha visto abocado un sector destacado

    de la profesin, arquelogos y arquelogas que handejado de ser comercialmente competitivos por sucompromiso con la prctica rigurosa, coherente yresponsable del oficio. Sin la contribucin de estaspersonas son papel mojado los fines que justificaronel contrato social que soporta la prctica de la Ar-queologa pblica y sta, sin su participacin, no serms que una impostura profesional cuya inconsistenciala condenar, tarde o temprano, a la desaparicin.

    La defensa en estos ltimos aos de meritoriostrabajos doctorales surgidos del compromiso con suoficio de algunos de estos colegas o las publicacionesque recogen la fructfera convergencia del ejercicio

    libre de la profesin y la investigacin universitariason pruebas de lo evidente, esta Arqueologa es po-sible, es til y es socialmente rentable.

    Tesisbusiness y tesis para clase turista?

    Cuentan que una celebrrima folklrica a la preguntade si gustaba de consumir cava nacional respondialgo as como: por supuesto, en Navidad siemprecenamos con cava y luego ya brindamos con champndel bueno. Con un sentido similar aconsej a uncolega, para entonces con una extensa y notable obrapublicada, su directora de tesis cuando apremiado

    por los plazos, la edad y los garbanzos le sugiri laposibilidad de acogerse a la modalidad de compendio:hombre, Fulanito, despus de tanto esfuerzo cmovas a renunciar a una tesis de verdad?.

    Probablemente ste sea el sentir general, al menosen el mbito de las humanidades, y la cuestin esrealmente supone esta nueva modalidad una deva-luacin en la exigencia de la calidad investigadora?,determinar en el futuro una segregacin en tesis deprimera o segunda segn su formato? Si nos atene-mos a las definiciones ms recurridas para describirlo que debera ser una tesis doctoral, quienes hanescrito sobre el tema coinciden en sealarla como

    un trabajo de investigacin cientfica, original en suscontenidos o planteamientos y que aporta algunanovedad al estado de la cuestin de la materia tra-tada. Si la tesis supone la validacin de la capacidadinvestigadora del doctorando o si sta debiera serculmen y no comienzo ms o menos laureado de unalnea de estudio son debates bizantinos en un entornoacadmico marcado por la prisa, la competencia ferozy una complejidad burocrtica insoslayable.

    As pues, carcter cientfico, originalidad y contri-bucin al conocimiento son los valores que han desostener una tesis doctoral al uso. Por consiguiente nohay razn para considerar que la labor investigadora

    dada a conocer en artculos o captulos de librosdesmerezca, por el hecho de su publicacin previa,de una tesis convencional. Es ms, probablementelos mecanismos de evaluacin aplicados hoy por las

    revistas cientficas y los consejos editoriales para laaceptacin de originales (con todas las objecionesque se quieran plantear a estos procedimientos) serevelan como garantas cuando menos similares aljuicio de tribunales que la normativa vigente con-diciona severamente en su composicin y proceder.

    Algo similar puede argumentarse en cuanto a laoriginalidad. Son muchos los trabajos en los que sereconocen prrafos extrados literalmente de publica-

    ciones anteriores del doctorando que se integran connormalidad en el texto, procedencia que se ampla acualquier otro autor cuando la tesis, reconzcase ono, es de compilacin. En mi mbito de estudio noson extraos los ejemplos con excelentes calificaciones,autnticos centones en su segunda acepcin, en los quelos prrafos entrecomillados suman pginas y, por logeneral, no contienen apenas ilustraciones de propiaelaboracin. Segn parece el ejercicio de reflexin ysntesis consustancial con la toma de una fotografay, especialmente, la elaboracin de un dibujo es unhecho que muchos de nuestros colegas no alcanzana comprender y, en consecuencia, desprecian (perosta es otra historia).

    Tampoco la contribucin al conocimiento en unamateria parece que deba ser vinculada necesariamen-te al formato en que se presente el estudio. Todosconocemos las consecuencias, tantas veces repetidas,del investigador entregado a la redaccin del artculoperfecto o la tesis pendiente del ltimo retoque quenunca lleg: excavaciones inditas, materiales des-contextualizados y documentacin de utilidad irreme-diablemente devaluada. En este sentido, las exigenciascurriculares que hoy se imponen para acceder al m-nimo beneficio acadmico incentivan la produccincientfica que, an con los riesgos que la premuraimplica, favorecen la actualizacin de resultados queen otras circunstancias y retenidos en pos de msaltos objetivos probablemente nadie llegase a conocer.

    En otras ocasiones, y tampoco aqu se advierte grandiferencia entre lo publicado y la temtica de algunastesis, la innovacin pasa exclusivamente por el uso denuevas tecnologas con las que tras la abstrusa aplica-cin de algoritmos sobre los ms avanzados sistemasde informacin geogrfica y remote sensing alguienconsigue revelarnos que de cada diez asentamientosprehistricos establecidos en la cuenca hidrogrficade algn ro, cinco son la mitad (Mastropiero dixit).As como la tontera no sabe de fronteras geogrficasni disciplinares y puede alcanzarnos en cualquier for-

    mato, el resorte capaz de provocar la revisin de loestablecido y estimular el cambio del paradigma msarraigado suele pasar, y la historiografa es prdiga enejemplos, por el umbral de un buen artculo.

    Sinceramente confo en que el tono general deesta colaboracin no resulte al lector insolente enexceso, no es mi intencin provocar ni ofender, entodo caso, citando a T. E. Lawrence, no pretendoser imparcial, yo estoy luchando por mi causa en mipropio estercolero.

    ngel Villa ValdsMuseo Arqueolgico de Asturias

    C/ San Vicente, 333003 Oviedo - Asturias

    [email protected]

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    362 Revista dArqueologia de Ponent 25, 2015, 349-369, ISSN: 1131-883-X

    Debat

    Tesis por artculos. El

    mejor vehculo para el

    mundo cientfico actual

    Hctor Arriz Rodrguez

    En la actualidad los estudios universitarios seencuentran en periodo de adaptacin a una regu-lacin que pretende homogeneizarlos en todo elterritorio de la Unin Europea y lo ms notablede esta transformacin gira en torno a los ttulosde grado y mster. A nadie le es ajena la discusinsobre la estructura que deben adoptar stos, aunquedicho debate derive hacia una discusin sobre laproblemtica social, ms que acadmica, en torno ala duracin y el precio de los mismos. En cuanto alobjeto de este artculo, este maremgnum legislativono ha dejado de lado los estudios de doctorado y ha

    propiciado la aprobacin de dos reales decretos enlos ltimos ocho aos (RD 1393/2007 y RD 99/2011).Entre otros cambios, los estudios de doctorado hanabandonado los clsicos cuatro aos de duracinen los que se inclua una carga lectiva de carc-ter terico ahora asumida por los msteres, paraadoptar una forma casi exclusiva de tesis doctoralde tres aos de duracin (a tiempo completo). Enlos anteriores planes de estudios, en los que estosestudios estaban estructurados en DEA (diploma deestudios avanzados o equivalente) y tesis doctoral, alrecin licenciado se le procuraba una especializacinterico-prctica. En la actualidad, la falta de espe-

    cificidad en los conocimientos previos al comienzode la tesis es paliada durante el mster, que dirigelos pasos del alumno hacia una determinada ramadel conocimiento, por lo que teniendo en cuenta lareduccin temporal, la formacin del doctorando secircunscribe, esencialmente, hacia la investigacin.Adems de este recorte en la duracin, la implan-tacin de las nuevas tesis doctorales por compendiode publicaciones plantea una nueva posibilidad deenfocar su realizacin y ha de llevar aparejada unarevisin de los objetivos de estos estudios para lamejor eleccin del modelo de tesis. Es por todo elloel momento de reflexionar seriamente sobre el papel

    del doctorado en el desarrollo de la vida acadmicay profesional, sus objetivos y utilidad. Es la fasefinal de un proceso formativo o el inicio de unacarrera profesional? Un trabajo de Hrcules cien-tfico que marcar a fuego la trayectoria profesionalo simplemente el inicio de la carrera investigadora?Otra cuestin, incmoda pero necesaria, es reflexi-onar sobre para qu sirve realizar un doctorado,qu individuo sale de la facultad con el ttulo dedoctor, cul es su capacitacin acadmica y cul esel valor aadido que le aporta su nueva calificacinprofesional.

    Todas estas preguntas tienen una respuesta en el

    artculo 5 del RD 99/2011, que en su primer apartadolista las competencias que debe adquirir quien obtengael ttulo de doctor, citando libremente:

    1. Comprensin sistemtica de un campo de estudioy dominio de las habilidades y mtodos de inves-tigacin relacionados con dicho campo.

    2. Capacidad de concebir, disear o crear, poner enprctica y adoptar un proceso sustancial de inves-tigacin o creacin.

    3. Capacidad para contribuir a la ampliacin de lasfronteras del conocimiento a travs de una inves-tigacin original.

    4. Capacidad de realizar un anlisis crtico y deevaluacin y sntesis de ideas nuevas y complejas.5. Capacidad de fomentar, en contextos acadmicos

    y profesionales, el avance cientfico, tecnolgico,social, artstico o cultural dentro de una sociedadbasada en el conocimiento.

    6. Capacidad de comunicacin con la comunidadacadmica y cientfica y con la sociedad en gene-ral acerca de sus mbitos de conocimiento en losmodos e idiomas de uso habitual en su comunidadcientfica internacional.A tenor de lo expuesto en el Real Decreto, queda

    claro que el fin del ttulo de doctor ha de ser la

    preparacin completa como cientfico del alumnoque se embarca en dichos estudios, desarrollando lascompetencias necesarias que le permitan desenvolverseprofesionalmente en la investigacin y personalmenteasumiendo como propias las cualidades del pensamientocientfico. Una vez reconocida la riqueza que tienenestos estudios, y que cada cual valorizar segn sucriterio, la principal eleccin sera elegir el modelode tesis doctoral a realizar. Cul de los dos modeloses el ms efectivo para el cumplimiento de los obje-tivos que dicta la reglamentacin? La ardua tarea depublicar una tesis doctoral requiere de una formacinespecfica previa (tanto tcnica como intelectual) y

    de una planificacin de la investigacin compatiblecon ambos modelos, as que, en principio, ambosson capaces de cubrir los primeros cinco objetivos,que dependen ms de la labor docente del directory de la predisposicin del doctorando a asumir losvalores cientficos. Pero si nos fijamos en la ltima delas competencias a desarrollar, podemos argumentara favor de las tesis por artculos frente al formatotradicional. En cuanto a la capacidad de comuni-cacin con el mundo acadmico y cientfico habraque cuestionarse sobre cul es la principal fuente deinformacin en la ciencia moderna, y nadie habrque discuta que las revistas cientficas son la fuente

    ms comn de obtencin de informacin sobre lasinvestigaciones de terceros. De las tesis clsicassuele publicarse un escaso nmero de ejemplaresy su disponibilidad a travs de medios telemticosno es siempre la ms adecuada, adems, no existenbuscadores ni bases de datos donde consultar la granmayora de los trabajos publicados (aunque Dialnety Tesis Doctorales en Red van paliando esta lagunapara los trabajos espaoles). Por otro lado, el uso ge-neralizado de las revistas cientficas, la disponibilidadde grandes bases de datos que facilitan la bsquedade informacin, la implantacin por parte de laseditoriales de sistemas de alerta de novedades y la

    disponibilidad inmediata de la informacin a travsde internet, hacen de los artculos el medio mspotente de comunicacin de la produccin cientfica.

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    Por todo lo expuesto, reiteramos que los resultadosde una tesis por compendio de publicaciones sonms accesibles para la comunidad cientfica. Otroaspecto habla de la capacidad de comunicacin en losidiomas de uso habitual en la comunidad cientficainternacional, lo que prcticamente es un eufemismopara referirse a la lengua inglesa. En qu idiomase publican las revistas de mayor impacto para lamayora de ramas cientficas? Ingls. Una tesis por

    publicaciones, cuyos artculos hayan sido publicadosen revistas de elevado impacto tendrn, con casi com-pleta seguridad, alguno de sus componentes escritoen ingls, algo que no es obligatorio en una tesistradicional. Un tercer aspecto, que podramos tildarde anecdtico, es la comunicacin con la sociedad.No es trabajo del doctorando hacer llegar al granpblico los resultados de su investigacin, pero nohay ms que abrir la seccin de ciencia de cualquierejemplar de la prensa generalista, leer la presentacinde novedades cientficas y observar cmo la mayorade investigaciones all referidas tienen como fuenteartculos publicados en revistas cientficas.

    Dejando a un lado los objetivos dictados por elReal Decreto, hay que tener en cuenta que el recintitulado ha de enfrentarse al mercado laboral paraintentar conseguir una posicin postdoctoral, es decir,ha de sumergirse de lleno en un entorno competitivoen el que ha de confrontar su historial cientfico alde otros doctores. Cabe preguntarse cul es la mejorposicin de salida a la hora de conseguir un puestopostdoctoral y qu estrategia debera haber seguidodurante el doctorado a la hora de realizar su tesis sipretende tener las mximas posibilidades de obtenerun contrato. En la carrera cientfica de hoy en da,el mayor peso dentro del currculum lo ocupan los

    artculos en revistas con ndice de impacto, por lo queno se entiende, desde una visin tacticista, no haberrealizado una tesis por compendio de publicaciones.Es muy comn el caso de doctores que dedican largosperiodos despus de la defensa de sus tesis a publicarlos artculos que les sern necesarios para obtenercontratos con los que continuar su labor profesional.Por qu no aprovechar el periodo de doctorado pararealizar este trabajo al mismo tiempo? Qu necesidadhay de duplicar la comunicacin de los resultados desus investigaciones? Podemos decir sin lugar a dudasque el nuevo modelo de tesis aventaja al tradicionalen este aspecto.

    El asunto al que ms hacen referencia los defensoresde las tesis tradicionales es la calidad intrnseca decada uno de los modelos. Es cierto que el formatoartculo obliga a hacer esfuerzos de sntesis que enocasiones no permiten discutir algunos de los as-pectos de la investigacin, que por menos relevantes(aunque no necesariamente intrascendentes) quedanfuera de la publicacin, lo que supone una ventajade las tesis tradicionales que no limitan el debatecientfico. Esto es fcilmente subsanable ya que,aunque basado en la voluntad del doctorando, estepodr aadir cuanta informacin desee al manuscrito

    de su tesis doctoral por compendio de publicaciones,ya que las tesis por publicaciones son vlidas cum-pliendo los requisitos impuestos por cada universidadsobre los artculos que la conforman, pero no se ven

    limitadas en la adicin de informacin accesoria. Porotro lado, a la hora de ser evaluada, una tesis porcompendio de publicaciones aade, a los revisoresy al tribunal de tesis comunes a ambos modelos, almenos dos revisores annimos y elegidos de maneraindependiente por los editores de la revista, paracada artculo. Esto eliminara toda suspicacia quepudiera venir del hecho de que los revisores y eltribunal de la defensa son nombrados a propuesta

    del doctorando y del director de tesis aunque hayande pasar el filtro de la comisin de doctorado. Elnmero de artculos no es cuestin balad, la mayorparte de las universidades exige tres artculos parapoder defender una tesis, lo que teniendo en cuentala duracin que deben tener los nuevos doctorados(tres aos) deja un ratio de un artculo al ao, quecomparado con los cinco en seis aos que se exigenpara los sexenios de investigacin de un investigadorde la universidad espaola lleva a la cuestin esjusto exigir ms a un investigador en formacin quea un profesional con experiencia? Si la sencillez deuna tesis por artculos viene dada por la cantidad

    de artculos exigidos habra que repensar cmo seevala la produccin cientfica de los profesionalescon experiencia. Retomando el asunto de la produc-cin cientfica del director, cmo no aprovechar eltrabajo del alumno para mejorar el currculum deldirector? Quien dirige una tesis es parte importantede las investigaciones del doctorando, as que siendojusto que este aparezca como autor de sus artculos,estas pasan a formar parte del historial investigadordel director, otro argumento a favor de las tesis porcompendio de publicaciones.

    Por otro lado, pareciera que este debate entre

    modelos de tesis doctoral expulse, de manera obliga-toria, uno de los formatos de los planes de estudio,presentando el debate como un falso dilema entre dosmodelos que pueden convivir. Lo anterior expuesto

    Figura 1. Algunos investigadores jvenes prefieren la tesispor artculos porque resulta el mejor camino para la

    investigacin eficaz y de altura.

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    sobre las tesis por artculos puede verse cuestionadopor el objeto formal de la tesis, que por tratar untema demasiado local o abarcar un asunto capaz deocupar aos de trabajo para dar resultados escuetos,fuese improductivo en cuanto a produccin de art-culos o incluso porque los, a veces desesperantes,plazos de las editoriales cientficas, aconsejen tomarel camino de la tesis en formato tradicional.

    Tras todo lo expuesto, qu duda hay de la mayor

    utilidad de las tesis por artculos? No ha pretendidoesta reflexin minusvalorar las tesis presentadas enlos ltimos tiempos bajo el formato tradicional yque han dado lugar a resultados excepcionales, sinodefender un nuevo modelo, ms prctico en la co-municacin cientfica, ms til para el desarrollo dela carrera profesional y ms exigente en cuanto alnmero de revisores, aunque sea parcialmente, deltrabajo desarrollado. Una de las labores del doctora-do es recoger a los recin graduados y convertirlosen investigadores, pero para ello es imprescindibleque los estudios se adapten al medio en el que seva a desarrollar la futura carrera del nuevo doctor.

    Quiz deba uno preguntarse, en otro foro, si son losartculos la mejor manera de desarrollar y valorarel trabajo cientfico, pero mientras la comunicacincientfica transcurra por los caminos del presente, lastesis por artculos son la opcin ms rentable a lahora de optimizar el tiempo y el trabajo.

    Hctor Arriz RodrguezDepartamento de Prehistoria

    Facultad de Geografa e HistoriaUniversidad Complutense de Madrid

    C/ Profesor Aranguren, s/n28040 Madrid

    [email protected]

    Las tesis doctorales:

    entre el Salvaje Oeste

    y la responsabilidad

    compartidaGonzalo Ruiz Zapatero

    1. Mi posicin sobre la manera en que se ha re-gulado el doctorado por publicaciones en las univer-sidades espaolas me temo que, utilizando palabrasde Javier Maras (2015), es otro anacronismo msque achacarme. Soy cada vez ms consciente de quemis ideas y planteamientos sobre lo que debe ser launiversidad y el trabajo acadmico son viejas, dema-siado tradicionales y me temo que poco receptivas alas nuevas formas de enseanza e investigacin. Y

    eso incluye, evidentemente, dirigir la investigacinde los estudiantes. Es lo malo de hacerse mayor.Con todo, voy a intentar una valoracin de la dobleva del doctorado lo ms ponderada posible aunqueinevitablemente, y as quiero que sea, resulte subje-tiva y partidista.

    Mi primera crtica va dirigida al conjunto del siste-ma universitario (Ministerio, Comunidades Autnomasy Rectorados universitarios) por haber introducidola modalidad del doctorado por publicaciones sinningn tipo de consulta a la comunidad universitariani debate acadmico alguno. La mxima distincinen la carrera universitaria pienso que mereca ms

    consideracin y respeto.Una vez la puerta legal se abri, cada universidad

    se ha apresurado a determinar las condiciones dela obtencin del ttulo de doctor mediante publi-caciones. Con lo que la diversidad de requisitos essignificativa entre las universidades y an dentro delas universidades grandes entre los diferentes grados,crendose una geometra ciertamente variable. Locierto es que en las facultades de ciencias constituyeuna modalidad con una cierta antigedad derivadadel hecho especfico de la complejidad y necesidadde inversin de tiempo de jvenes investigadores enproyectos de equipos amplios. La compensacin deaos siguiendo experimentos y trabajo de laboratorioes firmar trabajos conjuntos y luego conseguir el doc-torado por el prestigio de las publicaciones realizadas.En muchas especialidades de ciencias esto no solofunciona bien sino que se ha convertido casi en lanica va de obtencin de un doctorado. Y no estoyen contra de ello, siempre que se asegure el trabajoreal de los graduados, y su preparacin para hacery dirigir investigacin, que es lo que esencialmentereconoce un doctorado. Pero en las Humanidades (s,somos un poco especiales) creo que el funcionamientode este modelo es ms complicado y menos seguro,

    por no hablar de que me resisto a que nos ponganel mismo uniformea todos los campos disciplinares.Las peculiaridades de cada campo de investigacinhacen imposible que los criterios sean homogneos. Las

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    8 pasos: a) tener claro por qu se va a embarcaruno en una tesis y como elegir un tema que resultesimultneamente interesante, relevante y factible;b) realizar una planificacin temporal cuidadosa yrealista, que sirva para activar seales de alarma sillega el caso; c) aprender a trabajar de forma autnomay solicitar (proporcionar en el caso del director) ayuday orientacin y seguir razonablemente el planning;d) acordar (la preferencia la tiene el doctorando)

    la manera ms efectiva de tener sesiones/reunionesde seguimiento/consulta; teniendo en cuenta que elgrado de diversidad es muy grande; e) asegurar queen paralelo al trabajo de la tesis se van publicandoalgunos trabajos conexos en revistas y/o congresos;es complicado pero muy necesario; f) realizar porparte del director un examen detallado de como vaquedando la tesis para evitar problemas y prisas alfinal y ofrecer todo el apoyo posible en los duroscierres de tesis; g) preparar concienzudamente la pre-sentacin y defensa de la tesis (Viva) y h) considerarlas estrategias posibles para publicar la tesis, con elconvencimiento de que el ltimo peldao deseable de

    una tesis doctoral es su publicacin (figura 1). Y unconsejo final y fundamental para el doctorando: noelijas a un director que te necesita a ti ms que ta l o ella (Brabazon 2013: 3).

    Es cierto que la situacin actual se asemeja dealguna forma al Salvaje Oeste, en el que el bueno (elestudiante graduado) se siente abandonado con pocasindicaciones claras, consejos tiles y estndares bienexplicitados;el feo (el director) generalmente se guapor la rutina y experiencia previa, en un trabajo pocovalorado y excluido de los malditos reconocimientosde crditos (algo que en absoluto lamento, casi alcontrario) y el malo (la administracin universitaria)

    multiplica la burocracia, los papeles, las aplicacionestelemticas y otras lindezas por el estilo pero descono-ce totalmente lo que significa de verdad realizar unatesis doctoral. Empezando por la tontera de disear

    Figura 1. Los pasos de una tesis doctoral tradicional (segn Ruiz Zapatero).

    monografas, por ejemplo, tienen un valor contrastadoen Humanidades pero no en ciencias duras, con todarazn. Y el valor sagrado del paper en publicacionesprestigiosas de estas ltimas no debera ser el nicoindicador en Humanidades.

    La doble va del doctorado es ya un hecho, porlo que s se puede expresar an con las reservaspropias de la falta de trayectoria del doctorado porpublicaciones un anlisis comparativo de los valo-

    res de la tesis tradicional o convencional y el nuevomodelo.

    2. Para analizar la tesis tradicional parto de mipropia experiencia (alrededor de 15 tesis dirigidas, 8en curso de elaboracin y participacin en cerca de70 tribunales de tesis), en la que lo ms importantees lo mucho que he aprendido de muchas doctorandasy doctorandos de gran talento. En todos los sentidos,no slo sobre los contenidos especficos sino, sobretodo, de la riqueza de sus planteamientos tericos ymetodolgicos, sus estilos de escritura, las ilustracionescreativas y otros detalles aparentemente menores pero

    que engrandecen a sus autores y mejoran a sus lectores.Y por otro lado cuento con el seguimiento que herealizado de los aspectos educativos e investigadoresde la disciplina (Ruiz Zapatero 1998, 2005 y 2009) ascomo la escasa literatura anglosajona sobre el tema(Collis 2008; Smith 2009; VV.AA. 2004), aunque elinters creciente se observa en sesiones que la AAEha organizado, sesiones de congresos recientes de laAAE (Estambul 2014) y otras instituciones.

    El ciclo de desarrollo de una tesis tradicional enArqueologa no ha recibido entre nosotros, hasta dondeconozco, ninguna reflexin escrita. Mi conviccin esque una buena tesis est basada, desde el lado del

    licenciado o graduado, en la pasin por el tema, lahumildad, la voluntad y la fuerza de determinacin parallevarla a cabo. Y desde el acuerdo y el sentimientocompartido con el director (Brabazon 2013), implica

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    tesis de tres aos, concediendo medio ao a buscardirector, la de crear unas comisiones que evalan silos doctorandos progresan adecuadamente o no yla de afirmar como si hubieran descubierto el Me-diterrneo que deben atender congresos y publicar,gran novedad! Eso s, nada se dice de ayudas paraasistir a congresos internacionales con financiacinespecfica como s hacen los doctorandos de otrospases de nuestro entorno. En Alemania un docto-

    rando cuenta con la ayuda econmica para asistircomo oyente a un congreso relacionado con su temade tesis, en Espaa debe pagarse todo aunque inclusopresente una comunicacin. Las obviedades sirvenpara tapar las verdaderas carencias. En fin, comodije hace unos aos en una reunin de mi Facultad,para hacer buenas tesis hacen falta bsicamente doscosas: doctorandos con talento y ganas de trabajar ydirectores con inteligencia y sensibilidad para ayudary mejorar a sus estudiantes. Y compartir la respon-sabilidad de esa deslumbrante aventura intelectual enla que el director empieza haciendo de gua y acabasiendo guiado a nuevos territorios de conocimiento.

    El valor de la tesis doctoral tradicional reside, enmi opinin, en tres cuestiones fundamentales: primera,desarrolla eficazmente la autonoma de pensamiento;segunda, crea una aportacin original al conocimientoy tercera, como resultado de las anteriores, propor-ciona una formacin slida para hacer investigacinpropia y la capacidad necesaria para dirigir la inves-tigacin de otros (figura 2). Pero la universidad esterrenal y estas grandes palabras no impiden que seaprueben tesis mediocres y an francamente malas.Lo que implica mirar a quienes dirigen y formanparte de las comisiones correspondientes, a los quese debera exigir toda la tica profesional necesaria.

    Un desideratum, no del todo imposible en tiemposde las nuevas tecnologas de la comunicacin, podraser grabar las defensas de tesis, para difundirlas enacceso libre y crear un repositorio accesible a toda lacomunidad acadmica. Es posible que algunas inter-venciones y calificaciones se pensaran dos veces anteesta situacin. En todo caso el argumento contra latesis tradicional de que se pasan trabajos mediocresy malos no es un argumento definitivo. Si a pesarde ser actos pblicos y conocerse los miembros deltribunal existen situaciones poco ejemplares, alguienpiensa de verdad que con el sistema por compilacinde artculos esto va a mejorar?

    Pero, en mi opinin, las buenas tesis se sitanvalorando los dos ejes pensamiento propio y apor-tacin al conocimiento por encima del doctoradopor publicaciones. Aunque ciertamente este ltimomodelo puede incrementar su valor en funcin de labuena calidad de los artculos (ver figura 2).

    En la tesis tradicional, a partir de un diseo previose va desarrollando el trabajo como un despliegue dehabilidades, mtodos y produccin de conocimientoque va creciendo en el tiempo, desde cierta incerti-dumbre inicial en un proceso que tiene por objetivosu reduccin (ver figura 3). Es cierto que la tesis

    convencional una vez finalizada con xito tiene dosposibilidades: ser publicada en forma de monografao mediante varios artculos y dormir el sueo de losjustos en los anaqueles de la institucin universitaria.

    En cualquier caso estoy de acuerdo en que la calidadfinal la mide, en grandsima medida, su publicacin.

    3.Pero vayamos ahora al doctorado por compilacinde publicaciones. Los valores concretos del nmerode artculos necesarios para conseguir el ttulo oscilaligeramente pero 3 o 4 son lo habitual. Los criteriosde indicadores de las revistas tambin difieren, desdelos casos de algunas universidades con ciertas exi-

    gencias de calidad que se expresan concretamente enla inclusin de las revistas en index internacionalesbien contrastados, hasta los casos imprecisos que selimitan a decir revistas de reconocido prestigio; ytodos intuimos en qu puede acabar siendo el valorde semejante criterio. La autora y esto para mes crucial puede ser colectiva, a veces con algunalimitacin (no ms de 6 u 8 coautores) y con la nicareserva de que el artculo propuesto para conseguirel ttulo de doctor no puede ser empleado por otrocoautor para hacer lo mismo. Cmo conocer la apor-tacin real de un autor en un texto firmado por 12investigadores? No hace falta que explique como se

    organizan las firmas de algunos trabajos en los quealguien pone solamente los materiales o los datosobjetos de estudio sin escribir una sola lnea. Porltimo, las publicaciones deben circunscribirse a 5aos y tener una relacin temtica orgnica. Lo que,paradjicamente, deja fuera casos ms que razonablescomo quien lleva 15 o 20 aos trabajando y publi-cando abundante e inteligentemente sobre un temaconcreto. Yo no tendra el ms mnimo inconveniente

    en otorgar el doctorado, pero en mi Facultad eso noser posible por el lmite de los 5 aos.En el caso ms comn, es decir el estudiante

    de posgrado que ha terminado un mster y quiere

    Figura 2. Comparacin entre el doctorado tradicional y eldoctorado por compilacin de publicaciones, considerando

    dos variables: la autonoma de pensamiento y lacontribucin a la creacin de conocimiento (segn Ruiz

    Zapatero).

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    empezar su trayectoria para lograr el doctorado,eso significa que el director tiene que rpidamentequemar etapas. Deben pensar el tema de investiga-cin, trocearlo en partes susceptibles de ser artculospublicables e ir pensando a qu revistas se dirigirnlos textos. Es decir, hay que disear inicialmente yde