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La ciudad que pasó por el río. La canalización del río San Francisco y la construcción de la Avenida Jiménez en Bogotá a principios del siglo XX The City Passing by the River. The San Francisco River Canalization and Construction of Avenida Jiménez de Quesada in Bogota at the Beginning of the 20th Century A cidade que passou pelo rio. A canalização do rio San Francisco e a construção da Avenida Jiménez de Quesada em Bogota na década dos anos vinte do século XX María Atuesta Ortiz * Territorios 25 / Bogotá, 2011, pp. 191-211 ISSN: 0123-8418 ISSNe: 2215-7484 * Economista e historia- dora de la Universidad de Los Andes; Contratista del Departamento Nacional de Planeación-DNP (Co- lombia). Correo electróni- co: [email protected] 191 Recibido: 23 de mayo de 2010 Aprobado: 23 de agosto de 2010 Para citar este artículo Atuesta, M. (2011), “La ciudad que pasó por el río. La canalización del río San Francisco y la construcción de la Avenida Jiménez de Quesada en Bogotá a principios del siglo XX”, en Territorios 25, pp. 191-211.

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  • La ciudad que pas por el ro. La canalizacin del ro San Francisco y la construccin de la Avenida Jimnez en Bogot a principios del siglo XXThe City Passing by the River. The San Francisco River Canalization and Construction of Avenida Jimnez de Quesada in Bogota at the Beginning of the 20th Century

    A cidade que passou pelo rio. A canalizao do rio San Francisco e a construo da Avenida Jimnez de Quesada em Bogota na dcada dos anos vinte do sculo XX

    Mara Atuesta Ortiz*

    Territorios 25 / Bogot, 2011, pp. 191-211ISSN: 0123-8418ISSNe: 2215-7484

    * Economista e historia-dora de la Universidad de Los Andes; Contratista del Departamento Nacional de Planeacin-DNP (Co-lombia). Correo electrni-co: [email protected]

    191

    Recibido: 23 de mayo de 2010Aprobado: 23 de agosto de 2010

    Para citar este artculoAtuesta, M. (2011), La ciudad que pas por el ro. La canalizacin del ro San Francisco y la construccin de la Avenida Jimnez de Quesada en Bogot a principios del siglo XX, en Territorios 25, pp. 191-211.

  • Mara atuesta Ortiz

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    ResumenEl artculo se ocupa del proceso de canalizacin del ro San Francisco y la construccin de la Ave-nida Jimnez de Quesada en Bogot a principios del siglo XX. Entendiendo al anterior como un proyecto que se inscribi en la poltica modernizadora de la poca, se identifican los diferentes momentos de la canalizacin, asocindolos con la estructura espacial de la ciudad y las condiciones locales de los distintos entornos del ro. Dicho proyecto fue financiado por medio del mecanismo de contribucin de valorizacin, y al tomar esto como base para su anlisis se puede entender cmo la ejecucin del mismo respondi a ciertas condiciones en los usos del espacio y el trazado vial de la ciudad. De esta manera, se logra hacer un acercamiento a las dinmicas sociales que moldearon la configuracin del espacio bogotano a principios del siglo XX.

    AbstRActThe document refers to the San Francisco river canalization and subsequent construction of the Avenida Jimnez de Quesada. Understanding that the project was ascribed to the modernizing policy of the time, the investigation identifies the different stages in the canalization process, and shows its relations with the spatial structure of the city and the local conditions that developed on the river surroundings. The financing of the project through the property increase duty permits an illustration of the progress of canalization and construction of the Jimnez Avenue process, providing a less technical and more social meaning to the sequence in which the project executed. Consequently, the document approaches the shaping dynamics of Bogots spatial structure at the beginning of the XX century.

    ResumoO artigo ocupa-se do processo de canalizao do rio San Francisco e a construo da Avenida Jimnez de Quesada em Bogota a princpios do sculo XX. Entendendo o anterior como um projeto que se inscreveu na poltica modernizadora da poca, se identificam os diferentes momentos da canalizao, associando-los estrutura espacial da cidade e as condies locais dos distintos ambientes do rio. O financiamento do projeto atravs do mecanismo de contribuio de valorizao permite entender como se desenvolve o processo da canalizao e construo da Avenida Jimnez, proporcionando um significado menos tcnico e mais social ao ordem mesmo da execuo do projeto. Desta maneira, se consegue fazer uma aproximao s dinmicas sociais que moldaram a configurao do espao bogotano a princpios do sculo XX.

    Palabras clavemodernizacin, contribu-cin de valorizacin, ca-nalizacin, calle, avenida.

    Key Wordsmodernization, property increase duty, canaliza-

    tion, road, avenue.

    Palavras chavemodernizao, contri-buio de valorizao, ca-nalizao, rua, avenida.

  • La ciudad que pas por eL ro

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    Introduccin

    El proyecto de canalizacin del ro San Francisco y la construccin de la Avenida Jimnez no parece haber generado mucho debate entre los representantes de la lite poltica bogotana. En las primeras dcadas del siglo XX se percibe que era posible establecer un consenso respecto a las ne-cesidades de canalizacin de los ros San Francisco y San Agustn. Sueos de cana-lizacin, higiene y progreso son concep-tos que aparecan recurrentemente en los discursos del mbito poltico de una poca que plante la posibilidad de inscribirse en un proyecto modernizador.

    En este orden de ideas, el proyecto de canalizacin del ro San Francisco y la cons-truccin de la Avenida Jimnez de Quesada fue promovido en un contexto en el que las polticas de intervencin del espacio estu-vieron asociadas con la idea del progreso material y moral de la ciudad. Dichas pol-ticas motivaron, entre otros aspectos, que la obra fuera financiada primordialmente bajo el sistema de contribucin de valori-zacin; un sistema poco usual, ya que at la efectiva ejecucin del proyecto a los pagos que hicieran los propietarios de predios colindantes al ro.

    Al examinar la materializacin del pro-yecto, desde su formulacin como poltica pblica hasta la apertura de la Avenida Ji-mnez, se plantea que aunque este comen-z a ejecutarse con base en el cumplimiento de una poltica establecida por el gobierno municipal, su proceso de ejecucin no res-pondi a directrices de un sistema de plani-

    ficacin centralizado: su ejecucin, inscrita en un contexto de polticas modernizado-ras y financiada bajo el esquema de contri-bucin de valorizacin, estuvo determinada por condiciones locales y distritales.

    Mientras que las condiciones locales se estudian por medio de eventos particulares que exigen una revisin del proceso cua-dra por cuadra, las condiciones distritales invitan a pensar en el contexto urbano de la ciudad de ese momento y las relaciones entre los distintos sectores que la compo-nan, exigiendo una revisin del proceso en tres grandes etapas.

    Un proyecto de modernizacin para la ciudad

    El ro San Francisco atravesaba Bogot, desde los cerros orientales hasta el cruce con el ro San Agustn en la calle 6 con carrera 13. Este determin en un principio el desarrollo de la trama urbana de la ciudad y adquiri importancia en el funcionamien-to y organizacin de diferentes prcticas cotidianas (ver Imagen 1). Sin embargo, en las primeras dcadas del siglo XX, con la propagacin de un discurso higienista, se fortaleci la propuesta de canalizacin del ro como un evento primordial para la modernizacin urbana; el ro desapareca en funcin de la materializacin de una poltica higienista que se manifestaba me-diante la intervencin del espacio pblico. La necesidad de canalizar fue planteada ini-cialmente en 1884, ao en el que se orde-n continuar con la ampliacin del puente

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    de San Francisco (carrera 7 con calle 15) (ver Imagen 2) y canalizar el tramo de este lugar al puente de Cundinamarca (carrera 8 con calle 14). A pesar de estas primeras iniciativas, la propuesta de canalizacin no se concret. Fue solo hasta principios del siglo XX, con la Ley 10 de 1915 que se dio inicio al proceso normativo que culminara con la ejecucin efectiva del proyecto. En ese entonces, un primer argumento a favor de la canalizacin, fueron las psimas con-diciones en las que se encontraba el ro, las cuales fueron asociadas al incremento de enfermedades en la ciudad.

    Despus de un cuidadoso y detenido estudio de las causas que pueden ocasionar las enfermedades [] en la hoya del ro San Francisco que aun no ha adquirido el Municipio y que dista solamente de unos 300 metros del sitio de donde se capta el agua se ha concentrado la poblacin desalo-jada de los predios vecinos comprados por el Municipio. Las deyecciones de las habitaciones de esa parte han sido arrastradas por las lluvias directamente al cauce del ro contaminando as de un modo directo las aguas que sirven para el abasto de la ciudad (Junta Central de Higiene, 1918, p. 230).

    Imagen 1. Plano exposicin del parque de la Independencia, 1910

    Fuente: Galera de planos del Museo de Bogot, disponible en http://www.museodebogota.gov.co/img/galerias/planos2/index.htm

    Imagen 2. Puente de San Francisco

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, 1927, reg. XI-811a.

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    El uso del ro como botadero de des-perdicios y recolector de deyecciones con-virti sus aguas en corrientes malolientes que circulaban cargadas de enfermedades por toda la ciudad. Sin embargo, este pro-blema se vena presentando desde fina-les del siglo XIX, sin provocar mayores intervenciones sobre las condiciones de circulacin del mismo. Por esta razn, el mencionado problema no es suficiente para explicar las causas que dieron inicio e im-pulsaron el proceso de canalizacin.

    La propuesta de canalizacin como un proyecto imperante para la ciudad y la eje-cucin efectiva del proyecto en las primeras dcadas del siglo XX, estuvieron asociadas con el incremento de la poblacin sin que este se viera reflejado en un incremento proporcional de la frontera urbana, lo que agrav los problemas de salubridad de la ciudad: mientras que entre 1898 y 1918 el nmero de habitantes de la ciudad se increment en un 76% (pas de 78.000 a 137.383 habitantes), para 1914 Bogot preservaba la estructura de su antiguo casco colonial, el cual se extenda de la calle 1 a la 26 y del Paseo Bolvar a la Estacin de la Sabana (Zambrano, 2007) (ver Imagen 3).

    El hacinamiento causado por el incre-mento de la poblacin y la preservacin de la frontera urbana no solo contribuyeron a la propagacin de enfermedades, sino que tambin determinaron transformaciones en la composicin fsica de Bogot.

    Con el aumento de la poblacin esas casas van modificndose y desapareciendo. De una casa antigua se hacen dos modernas, reduciendo los

    Imagen 3. Planos del desarrollo urbano de Bogot, 1790; 1890; 1930

    Fuente: Galera de planos del Museo de Bogot, disponible en http://www.museodebogota.gov.co/img/galerias/planos2/index.htm

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    patios y suprimiendo los solares. Entre tanto que las casas estrechas en su interior, las angostas calles continan con sus antiguas dimensiones y las casas y parques no aumentan en la proporcin que deberan (El Tiempo, 1914, 27 de mayo).

    La transformacin de las condiciones fsicas de la ciudad y su efecto sobre las cir-cunstancias de habitabilidad, as como los problemas de salubridad, estimularon una serie de crticas fundamentadas en consi-deraciones hechas sobre la higiene. A co-mienzos del siglo XX, la higiene era una de las obsesiones que yaca detrs de diferentes proyectos de poltica y obra pblica. Segn Carlos Ernesto Noguera, desde la ltima dcada del siglo XIX se dio principio a la consolidacin del dispositivo higinico como una poltica que iba ms all de la preservacin de la salud de la poblacin y propenda por el control y gobierno de las prcticas sociales (Noguera, 1998). Argu-menta que en este perodo se empezaron a adoptar medidas higinicas en relacin con el saneamiento del espacio urbano, las mejo-ras pblicas, el ornato y la higiene personal.

    De esta manera, el argumento de No-guera permite identificar que la conso-lidacin del dispositivo higinico dio estructura a una poltica que contemplaba en la desaparicin del ro una va hacia la modernizacin del espacio y la sociedad urbana. No solo fueron las psimas condi-ciones de salubridad las que motivaron la canalizacin; la existencia del ro estaba des-articulada de la consolidacin de un pro-yecto de modernizacin urbana reflejado en la necesidad de intervenir el espacio en

    funcin tanto de la buena salubridad, como de la esttica y la urbanizacin de la ciudad.

    Es necesario que tanto el Municipio como el Departamento y la Nacin, simultneamente se preocupen porque la obra se haga con rapidez y tomen inters por la urbanizacin de la ciudad, aprovechando la canalizacin [] sera el caso de construir una avenida []. Esta va vendra a ser para la ciudad la solucin mejor al problema de las calles angostas que hoy son la nica entrada [] son ellos en apariencia bellos rincones de un Bogot antiguo y castellano, condenado a cederle el puesto a los modernos tiempos de civilizacin y progreso (El Grfico, 1924, 29 de marzo).

    La configuracin del espacio moderno estaba ligada a la eliminacin de algunos rasgos tpicos de la ciudad (ver Imagen 4) y la esttica no se defina por medio de lugares de conmemoracin de tradiciones urbanas, sino de renovacin y progreso. Segn Fabio Zambrano la intervencin del espacio a principios del siglo XX estaba asociada con la apuesta por utilizar el espa-cio pblico como un lugar de educacin del ciudadano (Zambrano, 2007). Por la misma va, Carlos Uribe Celis plantea que la satisfaccin de las exigencias del desarro-llo del capital, que tienen lugar en los aos veinte, requera de la aplicacin de reformas encaminadas a la formacin de hombres nuevos. De este modo, la transformacin del espacio en lugares de renovacin estuvo relacionada con la necesidad de crear una sociedad del progreso.

    En este orden de ideas, adems de ser un argumento de salubridad pblica, la

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    poltica bogotana, respecto a la idea de la desaparicin del ro como un evento apre-miante para el desarrollo de la ciudad: En-tre las obras ms importantes que necesita Bogot para su perfeccionamiento y desa-rrollo la canalizacin del ro San Francisco es quiz la ms urgente (El Grfico, 1924, 29 de marzo) (ver Imagen 5).

    La ejecucin de tan urgente obra motiv la adopcin de diversos mecanis-mos de financiacin. La Ley 10 de 1915 estableci como medio de financiacin del proyecto, un auxilio de treinta mil pesos oro concedido por el Gobierno nacional. Al ao siguiente, en el Acuerdo 10 de 1916 se valid la financiacin por medio de vales de la Tesorera Municipal y se reglament que los dueos de los predios ubicados en terrenos colindantes al ro deban contri-buir con la materializacin del proyecto.

    Tres aos despus, mediante el Acuer-do 62 de 1919 se especific que los dueos de los predios beneficiados con la ejecucin del proyecto deban pagar por la construc-cin del colector fronterizo al ro. Adicio-nalmente, la Ley 99 de 1922 estableci que se podra obligar a las personas a que con-tribuyeran proporcionalmente con el saldo de los costos que ocasionara encausar y cubrir los cauces naturales o artificiales que daban curso a las aguas sucias procedentes de sus casas, fbricas, establecimientos, etc. De esta manera, y de forma incipiente, el mecanismo de contribucin de valorizacin se constituy como uno de los mecanismos utilizados para la financiacin de la obra.

    En estudios hechos sobre la aplicacin de mecanismos de contribucin de valori-

    propuesta de canalizacin adquiri legiti-midad bajo los fundamentos de una poltica modernizadora que planteaba la necesi-dad de intervenir el espacio en funcin del progreso de la ciudad y la sociedad. Dicha poltica tuvo manifestacin a principios del siglo XX y cogi fuerza en la tercera dcada del siglo, perodo en el que se realizaron importantes intervenciones del ro.

    La contribucin de valorizacin para la financiacin del proyecto

    En los documentos de la poca se percibe que haba cierto consenso entre la lite

    Imagen 4. Lavadoras del ro San Francisco: calle 17 con carrera 3

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, 1923, reg. XI-847a.

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    zacin en Amrica Latina se argumenta que Colombia es un caso particular porque ha sido posible la institucionalizacin de los principios y la tica que define al siste-ma que se establece a pesar de la existencia de frgiles recursos tcnicos y humanos en la administracin pblica (Furtado y Smo-lka, 2001). Antes de especificar por qu la financiacin del proyecto de canalizacin del ro y la construccin de la Avenida Jim-nez se bas principalmente en el desarrollo de este esquema particular de financiacin, es conveniente aclarar cul es la tica y cules los principios que particularizan al sistema de contribucin de valorizacin.

    La tica de la contribucin de valo-rizacin se define como la compensacin que hacen los dueos de propiedad raz

    en retribucin al beneficio diferencial que reciben por la realizacin de una obra de inters pblico. Por ende, la aplicacin del mecanismo es caracterizada como un cobro de tipo local que, a diferencia del impuesto, no se causa en perodos fijos sino que representa un pago extraordinario. De esta manera, el desarrollo de un esquema de financiamiento basado en la contribu-cin de valorizacin responde a situaciones muy particulares debido a que est sujeta a la disponibilidad a pagar de los dueos de propiedad raz en un momento coyuntural. En este caso, la financiacin del proyecto es un claro ejemplo de la aplicacin temprana del mecanismo, estando la institucionali-zacin de la tica de la contribucin de valorizacin inscrita bajo un contexto de polticas modernizadoras. Este legitim el uso de fuentes de recursos alternativas para realizar obras consideradas necesarias, y que no podan ser financiadas de otra manera por la escasez de recursos a la que el Muni-cipio haca alusin recurrentemente.

    En su carcter de miembro de la comisin nom-brado para estudiar el asunto de canalizacin del ro San Francisco, inform verbalmente que se reuni la comisin y se trat largamente este importante asunto, pero como la realizacin de una obra tan complicada, necesita un capital con que no cuenta el Municipio, se ha visto que debe hacerse por ahora una obra con la cual se pueda impedir la inundacin del ro [...]. Es preciso, por tanto, solicitar inmediatamente la ayuda pecunia-ria de los vecinos ribereos que van a beneficiarse con la canalizacin (Registro Municipal, 1918, 26 de noviembre).

    Imagen 5. Puentes de Arrubla y Caldas en la Avenida Jimnez: construccin entre la carrera 7 y la 8

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, reg. IX-699b.

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    Las nociones de escasez de recursos y la percepcin de la urgencia de la canalizacin fomentaron la bsqueda de soluciones de fi-nanciamiento alternativas que legitimaron la implementacin de un mecanismo de finan-ciacin basado en las contribuciones hechas, sin motivo de retribucin monetaria, por parte de los propietarios que se beneficiaban con la materializacin del proyecto.

    Retomando que el cobro de la contri-bucin es un cobro de tipo local y extraor-dinario pagado por los beneficiarios de un proyecto de obra pblica, este debi estar condicionado a la disponibilidad y capaci-dad de pago de los propietarios de predios colindantes al ro. Bajo esta premisa, se revisar la aplicacin del mecanismo de financiacin conforme a la identificacin de las condiciones locales y distritales que incidieron en la disponibilidad del capital necesario para la materializacin del pro-yecto, dndole coherencia al largo proceso de canalizacin.

    Un proyecto local

    El proceso de canalizacin tuvo inicio en 1917, con el tramo sobre la carrera 12, de la calle 11 a la 12. En 1921 se iniciaron los trabajos de cobertura desde el parque Germania (carrera 3-A) hasta el edificio El Tiempo (carrera 6). Para 1927, en un lapso de seis aos, el tramo canalizado iba desde la carrera 3-A a la carrera 12. Final-mente, para 1948 ya estaba cubierto todo el tramo desde la carrera 2 hasta la carrera 13 con calle 6.

    Al ao siguiente de la construccin del tramo de colector en las calles 11 y 12 (ver Imagen 6 y 7), en un memorial se da nota de una inundacin entre las calles 12 y 13, en el punto en que el tramo de colector construido interceptaba con el tramo de ro no canalizado. La inundacin motiv a los propietarios de los predios afectados a enviar un memorial al alcalde por el cual se aleg que la localizacin del trayecto cons-truido se haba decidido de acuerdo con condiciones econmicas y no sociales. Se imputaba que lo racional hubiera sido co-menzar la obra por la parte superior (Anales de Ingeniera, 1917).

    De acuerdo con una consulta tcnica, la mejor manera de canalizar un ro es si-

    Imagen 6. Colector del ro San Francisco: antes de la canalizacin los frentes de las casas daban la espalda al ro

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, reg. XI-851a.

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    guiendo el sentido del curso de las aguas para evitar inundaciones. Dichas inunda-ciones se presentan cuando las crecidas del ro superan la cantidad mxima de agua que puede circular por el colector, generando desbordes en los tramos previos al mismo. Por tanto, el orden en el que se canalizaron los distintos tramos del ro San Francis-co no fue coherente con las mencionadas tcnicas de ingeniera. La coherencia de la canalizacin estuvo ms relacionada con las caractersticas locales y estructura urbana de la ciudad, en que las primeras se derivan de las condiciones del entorno inmediato y las segundas se determinan por medio de las condiciones del trazado viario y las particu-laridades sociales y econmicas que caracte-rizaban a los distintos sectores de la ciudad.

    Despus de la promulgacin de los pri-meros Acuerdos que reglamentaron el uso

    de contribuciones para el pago de la obra, la canalizacin del ro San Francisco comenz a ejecutarse en el sector comprendido entre las carreras 4 y 12 (ver Imagen 8).

    Los crditos a favor del tesoro municipal y a cargo de los seores [] y de la Sociedad Indus-trial de Ingenieros, procedentes de los anticipos autorizados por los Acuerdos nmero 5 y 29 del presente ao, se destinan para sufragar los gastos de rellenar, terraplenar y pavimentar pro-visionalmente el cauce del ro San Francisco en el trayecto de la carrera 4 a la carrera 12 (Proyecto de Acuerdo, 1925, 3 de agosto).

    El Informe de Comisin del que se re-cogi la cita estableci que el pago de los costos de las obras de la carrera 4 a la 12 se hara, en gran medida con los reintegros de dinero hechos por los propietarios. La

    Imagen 7. Trabajos de canalizacin entre las calles 11 y 12

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, 1916, reg. II-82a.

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    Sociedad Industrial de Ingenieros y los seores nombrados en el documento eran a la vez contratistas y prestamistas del pro-yecto, cumpliendo una funcin primordial en el desarrollo del mismo. Estos cobraban a cada propietario por cada metro de frente de la canalizacin proporcionando de an-temano los recursos para la ejecucin del proyecto (Proyecto de Acuerdo, 1925, 3 de agosto).

    El nfasis en el mecanismo de financia-cin permite identificar que aunque la obra no dependi estrictamente de los pagos inmediatos de los propietarios, los crditos para su financiacin s dependan de los reintegros futuros que estos deban realizar y la presencia de inversionistas que perci-

    bieran la posibilidad de obtener beneficios con la ejecucin del proyecto.

    Aunque, como se ver ms adelante, el dinamismo econmico y las particulari-dades sociales de cada sector incidieron en la disponibilidad de crdito para la ejecu-cin del proyecto, tambin se identifican condiciones particulares a cada predio que facilitaron la disponibilidad de recursos ofrecidos por los mismos propietarios que disponan del capital. Las inundaciones del ro San Francisco son un ejemplo de ello (ver Imagen 9).

    En 1918, en una sesin entre diferentes miembros del gobierno municipal se hace referencia a una oferta hecha por los seo-res Samper: estos se ofrecan a suministrar

    Imagen 8. Proceso de canalizacin entre 1917 y 1948. El trazado del ro, en azul, y su canalizacin, en rojo, son adiciones de la autora*

    Fuente: Plano de la Galera de planos del Museo de Bogot, disponible enhttp://www.museodebogota.gov.co/img/galerias/planos2/index.htm

    * Para ver detalle de color en: http://revistas.urosario.edu.co/index.php/territorios/article/view/1852/1639

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    el dinero necesario para adelantar los tra-bajos de canalizacin entre las calles 12 y 13, a cambio de alguna garanta de parte del municipio. La sesin concluy con la necesidad de nombrar una comisin que se entendiera con la compaa de los her-manos para el suministro de un emprstito destinado a la construccin de los colec-tores de este tramo (Registro Municipal, 1918, 25 de noviembre).

    Este hecho suscita aclaracin: los seo-res Samper tenan un predio sobre dicho tramo y la canalizacin sera beneficiosa pa-ra ellos porque con ella evitaban el riesgo de posibles inundaciones. Tal fue el caso de la inundacin del 22 de marzo de 1917 en las calles 12 y 13, que dej sumergido el canal de ventilacin de los transformadores de los seores Samper a 1,10 m (Anales de Inge-niera, 1917). De esta manera, se evidencia

    que la disponibilidad de capital proveniente de los propietarios de predios colindantes al ro que a su vez perciban los beneficios directos de la materializacin del proyecto, permiti que este comenzara a ejecutarse en ciertas zonas de la ciudad que no fueron precisamente las ms pertinentes segn las tcnicas de ingeniera antes mencionadas.

    Adems de la disponibilidad de crdi-to, la disponibilidad a pagar incidi en el proceso mismo de la canalizacin y estuvo asociada con las condiciones propias de los propietarios de predios colindantes al ro. La canalizacin del tramo circundante al Matadero Municipal es un ejemplo de ello; en una demanda de nulidad de una reso-lucin que ordenaba sellar las habitaciones de dos propietarios de la zona, se hizo la siguiente denuncia:

    Los demandantes hicieron constar que en repe-tidas ocasiones le haban ofrecido al Municipio costear la parte que les correspondiera para la canalizacin, puesto que el Municipio era colin-dante, como dueo del local de matadero, que recibe las emanaciones deletreas del ro con perjuicio de los habitantes de la ciudad que se proveen de la carne que all se beneficia (Pulecio, 1923, 30 de noviembre).

    Tres aos ms tarde, un memorial expe-dido por un grupo de propietarios del mis-mo sector, solicitaba que no se les obligara a pagar por el cauce del Matadero y la Plaza de Ferias (Registro Municipal, 1926, 5 de noviembre). De acuerdo con la denuncia citada anteriormente, la canalizacin y el cubrimiento del ro en este sector de la

    Imagen 9. Inundacin en la desembocadura de la quebrada San Bruno con el ro San Francisco

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, reg. XI-836b.

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    ciudad debi ser una de las prioridades del municipio. Sin embargo, los trminos de la ejecucin del proyecto en esa zona no empezaron a concretarse hasta 1926, despus de que ya haba sido canalizado todo el tramo de la carrera 3-A a la 12. La explicacin de este hecho parece estar relacionada con la disponibilidad a pagar de los propietarios y del municipio; el papel del municipio como propietario colindante pudo generar disputas y contradicciones en las formas de pago dispuestas. Por lo anterior, es probable que el municipio no estuviera determinado a cumplir sus labores como propietario colindante, retardando el proceso mismo de la canalizacin.

    De esta manera, se deduce que la ma-terializacin de la obra dependi de una serie de condiciones locales que incidieron sobre la disponibilidad de crdito y a pagar de los propietarios de predios colindantes al ro que tenan los recursos y perciban los beneficios directos de la canalizacin. La canalizacin fue en un principio un pro-yecto ejecutado para solucionar una serie de problemas locales que afectaban direc-tamente a los propietarios de predios co-lindantes.

    Un proyecto para la ciudad

    El proceso de canalizacin se puede cata-logar en tres grandes etapas: la primera, de la carrera 4 a la 12; la segunda, de la carrera 12 hasta su interseccin con el ro San Agustn; y la tercera, de la carrera 2 a la 3-A, dejando descubierto el tramo des-

    de la carrera 2 hacia los cerros orientales. Esta descripcin por etapas dilucida una estrecha relacin entre el orden temporal de los tramos canalizados y la proyeccin y alcance que tuvo la Avenida Jimnez: la proyeccin de una va que facilitara la mo-vilidad en la ciudad, fue desde un principio una finalidad explcita del proyecto de ca-nalizacin. El ro desapareca con el fin de dar paso al nacimiento de una avenida que transformara el mapa vial de la ciudad (ver Imagen 10).

    En la dcada de los aos veinte, la Ave-nida Coln y la Repblica (actual carrera sptima desde la calle 15 hacia el norte de la ciudad) eran dos vas importantes de la ciudad. La Avenida Coln comenz a ser

    Imagen 10. Edificios de la Avenida Jimnez

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, reg. VII-499a.

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    construida a finales del siglo XIX y en ella se ubic la Estacin de la Sabana adonde llegaban las lneas del ferrocarril de Girar-dot y la Sabana. Adems, esta conectaba a Bogot con el Camelln de Occidente, por donde llegaban y salan las mercancas transportadas por el ro Magdalena. La Avenida la Repblica hizo las veces de una importante ruta de acceso a los productos provenientes de la Sabana y fue una va al-rededor de la cual se establecieron las pri-meras urbanizaciones de expansin hacia el norte de la ciudad.

    Dadas las anteriores caractersticas, la imaginada Avenida Jimnez de Quesada sera, eventualmente, una arteria de cir-culacin centralizada que comunicara a la Avenida la Repblica (en la carrera 7 con 15) con la Plaza de San Victorino (en la carrera 12 con 12) y la Avenida Coln, facilitando el acceso vial al interior de la ciudad y estableciendo una conexin entre las rutas de acceso vial con el exterior de la ciudad (ver Imagen 11).

    LA GRAN AVENIDA JIMNEZ DE QUE-SADA-La mxima importancia e imprescindible necesidad de esta obra que atravesando el centro de la ciudad ha de venir a acabar con la pavorosa congestin del trfico en nuestras estrechsimas calles [] parece que el Consejo se ocupa en una negociacin con los propietarios de esos pre-dios para formar all una plaza que por la amplia avenida se unir con la carrera 7 en la calle 15 descongestionando as el trfico en la parte ms importante de la ciudad (El Grfico, 1926, 15 de noviembre).

    Adems, en un artculo de El Grfico (1924, 29 de marzo) puede leerse que sera el caso de construir una avenida que venga a ser como la prolongacin de la Avenida Coln y que termine en la parte alta de Bogot siguiendo el lecho del ro.

    La proyeccin de la Avenida y los be-neficios que esta traera para la movilidad de la ciudad y la dinmica econmica de los establecimientos ubicados sobre la misma fueron, sin duda, un factor determinante de la rpida materializacin del proyecto en el tramo de la carrera 4 a la 12. De nuevo, se identifica una razn adicional para entender por qu el ro no comenz a canalizarse desde el extremo oriental de la ciudad, lo que hubiera sido tcnicamente ms lgico segn un proceso de planificacin.

    El tramo canalizado en la segunda eta-pa es el correspondiente al que inicia una cuadra al sur de la Plaza de San Victorino y termina en el punto de interseccin del ro San Francisco con el ro San Agustn. Este trayecto corresponde a la curva que tomaba el curso del ro, despus del Puente de los Micos (carrera 12 con calle 13), pasando por el occidente del actual barrio Santa Ins y el Cartucho, el oriente de la actual Avenida Caracas y Plaza de los Mrtires, hasta terminar en el Puente Uribe (calle 6 con carrera 13) (ver Imagen 12). Las condiciones de este sector siempre fueron las de una zona de comercio con un flujo permanente de personas y dinero lquido.

    La Plaza de los Mrtires, ubicada entre la calle 10 y 11 con carreras 13 y 15, era a finales de los aos cuarenta, el paradero de buses que llegaban y salan de la ciudad. En

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    1953 el cronista Gonzlez Toledo inform que ms de doscientos buses entraban dia-riamente a este lugar de la ciudad. Descri-bi como esta cualidad fomentaba la expan-sin de un conglomerado de servicios de hostera y lugares de piquete, frecuentados por los choferes y viajeros que arribaban a la zona, siendo el ingreso y circulacin de

    viajeros un factor que converta el territo-rio en un terreno atractivo para el robo, el embuste y la prostitucin.

    En el Acuerdo 31 de 1917 se otorgaba el nombre de Avenida Jimnez de Quesa-da a la calle que reemplazara cada trayecto canalizado del ro San Francisco. A pesar de ello, el trayecto aqu mencionado nunca se

    Imagen 11. Avenida Jimnez: conectando la Avenida la Repblica y la Avenida Coln, 1948

    Fuente: Galera de planos del Museo de Bogot, disponible en http://www.museodebogota.gov.co/img/galerias/planos2/index.htm. Las 3 avenidas sealadas y sus nombres son adiciones de la autora.

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    convirti en avenida. El ro fue reemplaza-do por una calle demasiado estrecha para cumplir con las condiciones de una avenida monumental; ubicada en una zona cuyas caractersticas sociales no eran las de orgu-llo ni las de mostrar, nunca represent una va de comunicacin importante para la ciu-dad. Adems, la canalizacin de este tramo no particip de las expectativas de fomento al dinamismo econmico caracterstico del sector del primer tramo mencionado, dis-tinguido por la presencia de centros finan-

    cieros y polticos, hoteles de lujo y locales de comercio formal.

    El edificio Cubillos, el edificio Matiz, el edificio de El Tiempo y el Hotel Granada, todos ubicados en el primer tramo canali-zado, representaron construcciones mo-dernas que comenzaron a particularizar el frente de la monumental Avenida Jimnez. El tramo de la Avenida se convirti en un espacio representativo del lujo y el confort, pero tambin del crecimiento e impulso de la economa por medio de grandes centros

    Imagen 12. Curso del ro San Francisco desde la Plaza de San Victorino hasta el cruce con el ro San Agustn, 1948

    Fuente: Galera de planos del Museo de Bogot, disponible en http://www.museodebogota.gov.co/img/galerias/planos2/index.htm. El curso del ro es adicin de la autora.

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    financieros y comerciales poco semejan-tes al comercio informal y las actividades ocultas que tenan lugar pocas cuadras al occidente de la gran Avenida. Este hecho permite reiterar un argumento que se ha venido construyendo a lo largo del trabajo: el proyecto de canalizacin y construccin de la Avenida Jimnez estuvo ligado a una serie de ideales modernizadores que pro-pendan por la renovacin del espacio en funcin del progreso material de la ciudad.

    El tramo respectivo a la tercera etapa es el correspondiente a la parte del ro que circulaba en el barrio las Aguas (ver Ima-gen 13), caracterizado por Felipe Gonzlez Toledo por el arraigo a las actividades tradi-cionales. Estas se anteponan a las grandes transformaciones de la ciudad e inscriban al espacio en lo que se podra interpretar como una cpsula del tiempo que le permi-te al autor entrar en contacto con el alma viva de la vieja Bogot (Gonzlez, 1951).

    En una crnica sobre la calle del Embu-do (carrera 2, entre calles 13 y 14), Gon-zlez Toledo la describa como un lugar sin historia, sin cambio. Destacaba como el maestro zapatero Francisco Forero y su familia habitaban en la misma casa construi-da por don Joaqun Forero haca setenta aos: la casa era un taller de zapatera que haba atendido la demanda de punteras, tacones, botines de caa de abotonadura y mocasines de coca-colos. De esta mane-ra, mientras que el tiempo se haca presente gracias a las distintas modas de zapatos, los Forero seguan habitando la misma casa y ejerciendo la misma labor de siempre. Al-go similar ocurra con la casa de los Daz,

    plomeros de oficio; la de Tatano Pinilla, encuadernador; la de la seora Conchita, duea de un negocio de comestibles; y la de Gaitn, vendedor de estampillas y papel sellado (Gonzlez, 1951).

    El aspecto que adquiere dicho sector en la crnica es el de un rea residencial cuyo dinamismo econmico estaba fuertemente ligado al desarrollo de economas locales soportadas en el establecimiento de tiendas y talleres. En efecto, el barrio las Aguas se caracterizaba por la existencia de algunos establecimientos de produccin de papel, sombreros, tejidos, vidrios y cerveza. Aun-que la operatividad de la mayora de estos establecimientos no prosper y su cualidad productiva concluy antes de finalizar el si-glo XIX, en las primeras cuatro dcadas del siglo XX el barrio segua caracterizndose

    Imagen 13. Plaza de las Aguas

    Fuente: Sociedad de Mejoras y Ornato, 1898, reg.XI-842a.

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    por la presencia de talleres manufactureros que a la vez funcionaban como lugares de habitacin. En este sentido, las trans-formaciones promovidas por una nueva ideologa modernizadora no invadieron los establecimientos y las formas de organiza-cin social de la zona, de la misma manera como ocurri en el sector del primer tramo canalizado.

    La tarda irrupcin de la Avenida Jim-nez en este tramo no puede caracterizarse por las mismas transformaciones fsicas y sociales, representativas de la tendencia modernizadora que se experimentaba en otros espacios de la ciudad. En este orden de ideas, la Avenida adquiri un carcter diferente; fue perdiendo su monumentali-dad y sus esplndidas cualidades se fueron transformando en las caractersticas de una calle y, eventualmente, un ro que no se termin de canalizar.

    La no canalizacin del ro San Francis-co hacia el sector del Paseo Bolvar estuvo vinculada con las condiciones del entorno y el mercado inmobiliario. En la dcada de los veinte, las polticas urbanizadoras de las entidades municipales entraron en con-flicto con los sectores marginales. Estos lugares representaban una limitacin a la materializacin del ideal de modernizacin urbana, no solo por sus condiciones poco higinicas, sino tambin por las limitan-tes que imponan al mercado inmobilia-rio. Tal era el caso del Paseo Bolvar: en 1936 Julio Vergara reconoca que parte de la motivacin para realizar una inversin pblica responda a los beneficios que se pudieran obtener de la valorizacin de los

    predios aledaos. La dificultad de adquirir los predios ubicados en el sector del Paseo Bolvar desincentiv la inversin necesaria para la ejecucin del proyecto en esa zona (Vergara, 1936).

    Irnicamente, el ro no se canaliz en el lugar en donde debi empezar el proce-so mismo segn las tcnicas de ingeniera y la lgica modernizadora que propenda por el control de las prcticas sociales ca-ractersticas de este sector de la ciudad. El discurso modernizador cumpli la funcin de legitimar la urgencia de la canalizacin y engrandecer la importancia de la Avenida Jimnez, pero fueron las condiciones loca-les, las expectativas de crecimiento y dina-mismo econmico, y las condiciones de la red vial urbana las que facilitaron la rpida financiacin del proyecto en unos lugares ms que en otros, siendo la contribucin de valorizacin el mecanismo de financiacin que permiti e impuls tan particular forma de materializacin.

    Conclusin

    Al estudiar el proceso de canalizacin se ha podido seguir el hilo de la materializa-cin de un ideal modernizador que plan-te la inminencia de la transformacin de los espacios tradicionales, en lo que seran grandes edificios con fachadas de piedra, amplias avenidas habilitadas para la rpida circulacin de los automviles, o centros de reunin caracterizados por la sofisticacin de los cafs, salones de t y grill-rooms. En efecto, las condiciones materiales de la ciu-

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    dad cambiaron bajo el halo de la moderni-zacin, la cual ha sido estudiada por medio del discurso higienista que pretenda el control de las prcticas sociales y brindaba una justificacin cientfica a la necesidad de reemplazar los espacios tradicionales por espacios de progreso.

    La contribucin de valorizacin, iden-tificada como una herramienta utilizada para la financiacin de las polticas moder-nizadoras de la poca, ha sido un elemento fundamental en este estudio. En particular, se comprob su pertinencia para la ejecu-cin de la obra, acomodando el esquema de financiacin a las condiciones de la es-tructura urbana y los factores locales que incidieron en el desarrollo del proyecto.

    Respecto a las condiciones de la estruc-tura urbana: la movilizacin dentro y hacia las afueras de la ciudad; la ubicacin de los centros econmicos, de comercio, habita-cin y turismo en la ciudad; y la caracteri-zacin hecha de los tres sectores estudiados incidieron en la aparicin temprana de la Avenida Jimnez en unos tramos y la apa-ricin tarda de la calle en otros. Por otro lado, con respecto a las condiciones locales, se ha identificado cmo la disponibilidad a pagar y la disponibilidad de crdito estuvie-ron relacionadas con las prcticas asociadas con la existencia del ro y las condiciones sociales y econmicas de los dueos de los predios colindantes, determinando as el curso en el que se ejecut el proyecto de canalizacin.

    De ese modo, la historia de la canaliza-cin y la posterior construccin de la calle

    o avenida han sido abordadas como com-ponentes de la historia urbana de Bogot en las primeras dcadas del siglo XX. El ro y la Avenida existieron en una ciudad que creca y transformaba su aspecto fsico obedeciendo a las condiciones locales y de la estructura urbana de la ciudad, ms que a un esquema de planificacin centralizado. De manera similar al hilo conductor de una historia, el curso del ro, la Avenida y la calle permiten la reconstruccin de las dinmicas que tuvieron lugar en diferentes sectores de Bogot, articulndolas y permitiendo la construccin de una trama urbana para la ciudad.

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