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5/20/2018 15-16%20-%20Jean%20Delorme%20-%20El%20evangelio%20seg+%A6n%20san%20Marcos%20(Cuadernos%20B+%A1blicos%2001... http://slidepdf.com/reader/full/15-1620-20jean20delorme20-20el20evangelio20sega6n20san20marcos20cuadernos20ba1blicos20015-0161  uadernos bíblicos lean elorme  evangelio  segun s arcos  er o  ivino

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  • Cuadernosbblicos

    lean Delorme

    El evangelio,

    segunsan Marcos

    Verbo Divino

  • CONTENIDO

    DESCUBRIENDO DE NUEVO EL EVANGELIO DE MARCOS 7Un evangelio desconcertante 7Quin es Marcos? 8Claves para su lectura 9Cundo fue escrito? 10

    Manuscritos de Marcos en una cueva de Qumran? 11

    PRIMERA LECTURA: LA GEOGRAFIA DE MARCOS 13Un plan puramente geogrfico choca con muchas dificultades 13Un espacio organizado en torno a una doble oposicin: Galilea Jerusaln Pas

    donde hay judos - pas donde hay paganos 14

    SEGUNDA LECTURA: EL DESARROLLO DE UN DRAMA 17Jesucristo, hijo de Dios 17Dios proclama a Jess hijo ed Dios (1, 213) 18Los hombres se preguntan; los demonios saben (1, 148, 26) 18Una respuesta humana: T eres el Cristo (8, 27 9, 1) 19La respuesta de Dios (9. 213) 20Discusin acerca del ttulo hijo de David (1013) 20La respuest de Jess (14, 5564) 21Respuesta del hombre: Es el hijo de Dios (15, 39) 22El secreto mesinico, resorte dramtico del evangelio de Marcos 22

    Como leer los evangelios? 24Cul es la situacin actual de la exgesis de los sinpticos? 29

    TERCERA LECTURA: JESUS V LOS DISCIPULOS 31

    1.' ETAPA:DESDE LA LLAMADA DE LOS CUJ\TRO PRIMEROS DISCIPULOS HASTA LA INSTI-TUCION DE LOS DOCE (1, 16 - 3,19) 34La llamada de los cuatro primeros discpulos (1, 16-20) 34La jornada de Cafarnan (1, 21-39) 35La llamada de Lev (2, 1314) 38Jess y sus discpulos solidarios frente a los adversarios (2, 15 3, 6) 39Hacia la segunda etapa (3, 7-19) 392.' ETAPA:DESDE LA INSTITUCION DE LOS DOCE HASTA SU MISION (3, 13 - 6, 6a) 41a) El grupo Jess-discpulas-gente frente a los adversarios (3, 20-35) 41b) Jess y sus discpulos frente a la gente (4-5, 43) 42

    Las PARABOLAS (4, 1-34) 42Cuatro MILAGROS para la enseanza de los discpulos (4, 35 5, 43) 46

    c) Jess y sus discpulos frente a los parientes de Jess (6, 1-6) 52

  • 3.' ETAPA:DESDE LA MISION DE LOS DOCE HASTA LA PROFESION DE FE DE PEDRO (6,6b-8, 26) 53a) La misin de los doce (6, 6b13) 53b) Intermedio: Herodes, Jess y Juan Bautista, o el ambiente dramtico de la mi

    sin (6, 1429) 55c) La mesa puesta. Desde el regreso de los doce a la profesin de fe de Pedro

    (6, 30 8, 26) 571. Primera multiplicacin de los panes (6, 30-44) 582. Una nueva multiplicacin de los panes (8, 1-9) 633. El pan de los hijos repartido a los paganos (7, 24-30) 665. La curacin del sordomudo (7, 31-37) 67

    Sentido actual de los relatos de milagros 72

    4.' ETAPA:EL CAMINO DEL HIJO DEL HOMBRE, DESDE LA PROFESION DE FE DE PEDROHASTA LOS ANUNCIOS Y LA PROXIMIDAD DE LA PASION (8, 27 10. 52) 73a) La profesin de fe de Pedro y el primer anuncio de la pasin y de la resurrec

    cin (8, 27 9, 29) 731. Quin soy yo? (8, 2733) 732. Primera instruccin de Jess a los discpulos (8, 34 - 9, 1) 76

    Los diversos niveles de interpretacin de las palabras de Jess 783. La gloria como trmino del camino doloroso: la transfiguracin (9, 2-13) 794. La curacin de un poseso (9, 1429) 80

    b) El segundo anuncio de la pasin y la vida cristiana (9, 30 10, 31) 811. Anuncio de la pasin e instruccin a los discpulos (9, 30-50) 812. Problemas de vida cristiana (10, 1-31) 85

    c) Tercer anuncio de la pasin, luz para los discpulos (10, 3252) 871. Tercer anuncio de la pasin (10, 32-34) 872. La peticin de los hijos de Zebedeo (10, 3545) 873. Un ejemplo de verdadero discpulo: el ciego de Jeric (10,46-52) 90

    La historicidad de los evangelios 90

    5.' ETAPA:JESUS EN JERUSALEN (11, 1 - 13, 57) 92

    1. El enfrentamiento de Jess con Jerusaln 922. La entrada en Jerusaln (11, 1-11) 933. La purificacin del templo (11, 15-19) 954. La higuera seca (11, 12-14,20-26) 965. Controversia en Jerusaln (11, 27 - 12, 44) 986. La destruccin del templo y la venida del hijo del hombre: Vigilad! (13, 1-37) 99

    6.' ETAPA:LA PASION y LA RESURRECCION (14, 1 . 16, 8) 101a) La cima del libro 101b) Caracteres del relato 102c) El relato de la pasin y de la resurreccin 104

    1. Desde el complot hasta el arresto: Jess ante su muerte (14, 1-42) 1042. Del arresto a la muerte de Jess (14, 43 . 15,41) 1063. De la muerte de Jess a la maana del domingo (15, 42 - 16, 8) 109

    El final actual del libro (16, 9-20) 111

  • CB1516

    Jean Delorme

    El evangeliosegn

    san Marcos

    EDITORIAL VERBO DIVINOAvda. de Pamplona, 41

    31200 ESTELLA (Navarra) - Espaa1990

  • 4Lanzados por el padre Gourbillon, estos "Cahiers Evangile" apa-recieron por primera vez hace ms de veinte aos y eran conocidoscon el nombre de Cahiers rouges. Publicados por la Ligue Catholi-que de l'Evangile (que pas a ser luego Evangile et vie), ayudaron ysiguen ayudando todava a muchos cristianos -fieles, religiosas,sacerdotes- de Francia y de los pases de misin a descubrir labiblia.

    Permaneciendo fieles a lo que constituy su xito (seriedad de laexgesis, facilidad de lectura, deseo de fomentar el encuentro perso-nal con Jesucristo), comienzan hoy una nueva carrera.

    Evangile et vie se ha convertido, bajo la instigacin del episcopa-do y de la A. C. F. E. B. ("Association catholique francraise pourl'tude de la Bible"), en Service biblique Evangile et vie, esto es, en unservicio que, modestamente y sin monopolio de ninguna clase, enrelacin con otros organismos como por ejemplo los Equipes derecherche biblique, intenta ayudar a todos los que, sin ser especialis-tas, desean que se les eche una mano en la lectura de las escrituras:cristianos aislados, comunidades, circulos bblicos, casas editoria-les... Esta nueva serie de "Cahiers Evangile" quiere ser un instrumen-to adaptado cada vez mejor a esta tarea.

    Es para nosotros una satisfaccin contar en ella con este Evange-lio segn san Marcos, de Jean Delorme. Sacerdote de la dicesisde Annecy y profesor de la facultad catlica de Lyon, Jean Delormees conocido por sus colegas como un exegeta competente y aprecia-do por los no especialistas por la forma sencilla y llena de humor conque sabe introducir en una lectura espiritual de la escritura. Especia-lista en Marcos -est preparando un comentario para la coleccin"Sources Bibliques" y ha colaborado en la traduccin ecumnica dela biblia-, ha presentado este evangelio en un curso para sacerdotesen junio de 1972. El texto de aquel curso, recogido por PhilippeRoland, repasado y completado por Jean Delorme, es el que encon-traris en estas pginas. Hemos procurado conservar lo mejor posi-ble el estilo oral que constituye su mejor sabor y hemos reproducido

  • alguno de los "cuestionarios" que podrn guiaros en el estudio perso-nal de algunos textos.

    Era imposible decirlo todo en tan pocas pginas; por eso, estefolleto no pretende sustituir a un comentario. Nos ensear a descu-brir las lneas maestras de un evangelio ms rico de lo que parece aprimera vista y nos introducir en el drama que all se desarrolla.Tanto el pastor como el simple fiel encontrarn en este cuaderno unexcelente "instrumento de trabajo y de meditacin, que les permitirsituar los pasajes recogidos en el leccionario 1 dentro del dinamismodel conjunto de la obra.

    Etienne Charpentier

    I Puede verse la lIsta en la p. 118.

    5

  • Introduccin

    Descubriendo de nuevoel evangelio de Marcos

    El primer contacto con el evangelio de Marcosresulta un poco desconcertante. Quiz sea el evan-gelio menos conocido. Ha tenido la desgracia de serel primero que se compuso; instintivamente. recurri-mos a M ateo y a Lucas. que al parecer \0 conocieronbien y que resultan por lo visto ms completos. En eluso de la iglesia catolica. Mateo ha ocupado la pri-mera plana durante siglos; se lea en la liturgia y separta de l para explicar los evangelios. Luego venaLucas. porque pareca menos judo. mejor adaptadoa una mentalidad griega como la nuestra.

    Marcos tuvo que aguardar a una poca recientepara volver a encontrar -o para encontrar sin ms.ya que nunca se le conoci de verdad- cierta popu-laridad. Fue alrededor del ao 1900 cuando los his-toriadores lo pusieron en el candelero; lo juzgabanmucho ms creble que los otros evangelios. muchoms cercano a la historia de Jess.

    Actualmente. se ha vuelto a l por otro motivo.esto es. por el inters que demuestra hacia la huma-nidad de Jess. Muchos se interesan tanto porJess como hombre que incluso existe hoy ciertatendencia a poner entre parntesis todo lo que lesensearon en el catecismo sobre la divinidad deJess. Y en este sentido se utiliza fcilmente aMarcos.

    Un evangeliodesconcertante

    Pero cuando nos acercamos a l por l mismo.nos sentimos sorprendidos al encontrar en l algodistinto.... al menos si lo leemos de cabo a rabo.deseosos de descubrir su eje central. Esta sorpresase debe a varios motivos.

    Estamos habituados a leer el evangelio a trozos.en pequeas dosis. Cuando se lee a Marcos deseguido. nos choca comprobar que forma un hermo-so conjunto. de la misma manera que se sorprende-ra aquel que slo ha visto los trozos de pia enlata-da y se encuentra de pronto con una hermosa piaentera. Consumimos a Marcos habitualmente entrozos enlatados. tan bien manejados y esterilizadosque podran ser muy bien de Mateo o de Lucas. Lostextos no conservan ningn sabor diferente. Por eltono de su voz. no sabemos reconocer si son deMarcos o de Mateo...

    Tambin lo leemos mal por culpa de la costum-bre. Al haberlo escuchado en pequeas dosis, tene-mos cierta idea de lo que ocurri en tal episodio. Yesta idea es ms fuerte que el trozo que estamos

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  • leyendo y la proyectamos inconscientemente sobreese texto. Y adems, la idea que proyectamos nosviene ordinariamente... del evangelio de Mateo queconocemos mejor.

    Por eso nos sentiremos pronto desconcertados sinos interesamos por Marcos en virtud de l mismo.Si no es as, quiz sea sta la seal de que nunca lohemos ledo con atencin.

    Pongamos un ejemplo. Tenemos una idea ya for-jada de antemano del retrato de Jess que nos daMarcos. Nos han dicho: "Marcos es maravilloso; susrelatos estn sacados siempre de la realidad viva; suevangelio es una serie de flashes sobre Jess. Allest, dormido sobre un cabezal, durante la tempes-tad, en aquel rincn de popa. O bien, mirad cmotoma de la mano a la hija de Jairo para que se levan-te; slo a l se le ocurre pensar que debera tenerhambre; cuando se vuelve de un viaje tan largocomo el de la muerte, seguramente habr buen ape-tito... Marcos ha sabido captar los detalles de la rea-lidad viva y los ha plasmado en sus relatos",

    Pero no es as. Haced la cuenta de esos relatos"sacados de la realidad viva..." No son nada alIadode tantos otros relatos esquemticos, de una aridezque da pena. Cuando necesitamos detalles y quere-mos ver los sentimientos que tiene al elaborar sustextos, quedamos desconcertados. Marcos haalcanzado cierta reputacin a partir de unos peque-os trozos; pero la verdad es que esa reputacin noes seria. Si os acercis a su evangelio dicindoosque vais a encontrar en l el retrato ms vivo deJess, os sentiris pronto decepcionados.

    Porque el Jess de Marcos es enigmtico. Mues-tra a veces un comportamiento que nos extraa.Ante muchos actos o palabras de Jess no tenemosms remedio que preguntarnos: pero qu quieredecir?, qu es lo que intenta hacernos compren-der?

    Marcos nos repite continuamente que los disc-pulos no comprendieron nada. Pero nunca nos dicequ es lo que tenan que haber comprendido.

    El Jess de Marcos es realmente desconcertante;quiz sea se el motivo de que resulte tan atractivo.

    8

    Lucas nos deja siempre con la impresin de que hacomprendido muchas cosas y que nos las quieresugerir. Marcos nos deja ante lo incomprensible.Nos plantea preguntas sin respuesta; es a nosotrosa los que nos toca responder.

    Si deseamos familiarizarnos con l, es absoluta-mente indispensable estudiarlo como un todo,intentar descubrir su construccin de conjunto. Mar-cos tiene en sus manos los materiales que ha recibi-do de la comunidad, pero hace con ellos un montajepropio, que es el que tenemos que descubrir. Es pre-ciso que hallemos esos puntos en que insiste y queparecen diseminados por una y otra parte. Esmenester leerlo de cabo a rabo para buscar su uni-dad. No es posible estudiar un trozo sin colocarlodentro de su contexto, en el conjunto del libro.

    Quin es Marcos?Es tan necesario saber quin es Marcos para

    comprender su libro? Resulta entretenido tomar unlibro sin saber de dnde viene; se lo lee, se lo vuelvea leer y entonces se consigue situar a su autor. Yeste mtodo no es tan falso como a primera vistaparece, ya que en el fondo sabemos muy pocascosas de Marcos y lo ms satisfactorio que de lsabemos est sacado de su mismo libro. Es que haylibros que se presentan solos; no es necesario quenos pongan en la primera pgina la fotografa de suautor. As, pues, leed a Marcos; eso es lo msimportante.

    Lo que dice de Marcos latradicin

    Se pueden rastrear algunas indicaciones, bastan-te magras y tardas, en los padres de la iglesia. Elprimero que nos habla de l, unos 80 aos despus

  • del evangelio de Marcos, es Papas, obispo de Hie-rpolis, hacia el ao 140. Nos habla de "Marcos,intrprete de Pedro", que reprodujo ciertos relatossobre Jess, pero aparentemente "sin orden algu-no". El juicio de Papas no es muy amable; para l,se trata de un amasijo de narraciones. Pero es inte-resante el hecho de que lo presente como "intrpre-te de Pedro"; por tanto, se le sita en Roma.

    Un poco ms tarde, san reneo nos dice igual-mente que el evangelio de Marcos fue escrito enRoma, segn el testimonio de Pedro, pero despusde la muerte del apstol.

    De estos datos y de algunos otros se puedededucir que este libro naci con ocasin de la muer-te de Pedro y relacionado con l. Lo cual nos sitaen Roma, por los alrededores del ao 64.

    El testimonio de losHechos de los apstoles

    Quin es Marcos? Para Ireneo, se trata delJuan-Marcos de quien nos hablan los Hechos de losapstoles; su madre daba hospedaje en Jerusaln ala comunidad cristiana cuando la liberacin dePedro (Hech 12, 12). Nos volvemos a encontrar coneste Marcos "en Babilonia" (esto es, en Roma)segn 1 Pe 5, 13. Son las dos indicaciones del Nue-vo Testamento que nos sirven de apoyo general.Entretanto, los Hechos de los apstoles nos dicenque Marcos form parte del equipo misionero deBernab y de Pablo, pero que renunci pronto a pro-seguir el viaje (Hech 13,5 y 13). Cuando la segundamisin, Bernab se lo quiso llevar de nuevo, peroPablo se neg a ello; "se produjo entonces una tiran-tez tal que acabaron por separarse el uno del otro",escribe pudorosamente Lucas (Hech 15, 36-40).

    Claves para su lecturaDe todo esto, qu es lo que podemos conservar

    para que nos ayude a comprender su libro?

    La experiencia misionera de Marcos. Expe-riencia desgraciada, en primer lugar; pero Juan Mar-cos se encontraba todava en los primeros pasos desu vida apostlica y no estaba suficientemente pro-bado. La primera carta de Pedro nos lo muestra conl en Roma (1 Pe 5, 13). Acompaa tambin aPablo durante su primera cautividad en Roma (Col4, 10). As, pues, Marcos no se qued en Palestina.Tiene una experiencia misionera en tierras paganas.Nos lo confirma la lectura de su evangelio y vere-mos que aquella experiencia debi de ser bastanteardua.

    Su relaci6n con Pedro. Est bien demostrada.Por qu ha insistido en ella la tradicin? Ante todo,para poner el testimonio contenido en este librobajo la autoridad del apstol. Nos ayuda esto acomprender este libro? S, en cierta medida. Cuandose habla de Pedro en este evangelio, nunca es parahalagarlo, sino todo lo contrario. Se dice con fre-cuencia: " Mirad qu viva esta narracin! Estamosescuchando a un testigo ocular; es el mismo Pedroel que nos habla ...". Es posible, pero cuando se vequ pequeo es este nmero de relatos "en vivo",en comparacin con los que resultan demasiadoesquemticos, no cabe ms remedio que pensar: sien el fondo de todo esto est el testimonio dePedro, es un testimonio fijado ya dentro de unesquema fcil de grabar en la memoria. Y es espe-cfico de Pedro este testimon io? Podra muy bien serde algn otro.

    La relacin con Roma. Esto nos puede permitirprecisar ciertas cuestiones que se plantean al leereste libro: cul es el rea geogrfica que supone?,'- dnde ha podido nacer un libro como ste? Cuandoleemos a Marcos, nos damos cuenta de que ha sidoescrito para pagano-cristianos, para los cristianosconvertidos del paganismo, a los que es precisoexplicar las costumbres judas, ya que no estn alcorriente de ellas. Por ejemplo, no cabe ms reme-dio que indicarles que, cuando los judos vuelven dela compra, tienen que purificarse por haber tenidocontactos que les han hecho impuros; necesitan

    9

  • tambin lavar los platos de tal manera... (Me 7). Unlibro semejante ha tenido que nacer en tierra paga-na. Escrito en Rom a? Las cosas cuadran perfecta-mente.

    Tambin es curioso comprobar el lugar que ocu-pan las persecucones en este evangelio. La fe queexige Marcos es una fe que se vive en una situacinde oposicin, de conflicto, una fe contestada, por lacual es preciso aceptar el riesgo, ya que el ambientela rechaza como rechaza a los creyentes. Estasnumerosas alusiones a una situacin de persecucinse explicaran muy bien si el libro ha nacido enRoma, alrededor de la muerte de Pedro, esto es,durante la persecucin de Nern en el ao 64.

    Cundo fue escrito?El primer dato sera por tanto este contexto de

    persecucn, en Roma, por el ao 64.

    10

    Otro dato es el que nos ofrece la destruccin deJerusaln en el ao 70. Pero aqu los especialistasno estn ni mucho menos de acuerdo. "Leed el cap-tulo 13 -dicen algunos-; se anuncia all la destruc-cin de Jerusaln y es evidente que no ha tenidolugar todava; no observamos all ninguna de esaspequeas indicaciones tan precisas que nos muevena decir, en Mateo y en Lucas, que estos dos autoresescribieron despus de la catstrofe". "Cuidado -di-cen otros-; de ese captulo 13 se deduce una cosapor lo menos, esto es, cierta fiebre apocalptica,cierta espera de la venida de Cristo. Pues bien, sabe-mos que esta fiebre se desarroll sobre todo en eljudasmo, despus del ao 70, al ser destruido eltemplo. Por tanto, poda ser oportuno recordar a loscristianos que Jess haba anunciado aquella ruina yque no haba relacionado su vuelta con la cada deJerusaln, sino que haba dado solamente una con-signa: vigilad!". En cualquier hiptesis, se puedepensar que este libro fue compuesto alrededor delao 70.

  • Manuscritos de Marcosen una cueva de Qurnran?

    Hemos de decir unas palabras sobre una hiptesisreciente, la de J. O. Callaghan.' Este jesuita espaol,profesor en el Instituto biblico de Roma, trabaja en elestudio de los fragmentos de manuscritos encontra-dos en una de las cuevas del Mar Muerto. Estos frag-mentos (llamados de la cueva 7 de Qumrfln) fueroneditados en 1962, pero'como slo contienen unas cuantas letras, nadie habia logrado identificarlos hasta aho-ra. Pues bien, O'Callaghan cree que dos de estos frag-mentos reproducen a Mc 4, 28 Y 6, 52-53. Este ltimotexto es especialmente interesante, ya que no se tratade un relato que habria podido pertenecer a las fuen-

    ~es utilizadas por Marcos, sino de un versiculo de tran-sicin atribuido al propio Marcos.

    Por otra parte los papirlogos, al estudiar la materiaempleada y el tipo de escritura, fechan estos manus-critos alrededor del ao 50 de nuestra era. Es la fechaque se atribuye al evangelio de Marcos; se tratariaentonces de algo realmente sensacional. l Qu pensarde todo ell07

    En cuanto a la fecha, los resultados de la papirologiano permiten sealar con absoluta certeza la fechaexacta de un manuscrito. La evoluci6n de la escritura,especialmente, no es tan rllpida en todos los ambien-tes y ciertos usos arcaicos pueden perpetuarse largosaos en ambientes tradicionales. Aunque sea en otroterreno, esto es, en el del estilo, las religiosas de laVisitaci6n escribian hasta hace muy poco sus cartascomo en tiempos de san Francisco de Sales.

    l Se trata precisamente del evangelio de Marcos7Los manuscritos en cuestin no traen mlls que unascuantas latras, algunas de las cuales son lo r.uficiente-m!!nte borrosas para que quepa duda de su identifi-cacin. Asi, pues, la hiptesis se basa en este hecho:

    . n este fragmento hay algunas letras: en el texto deMarcos se encuentran las mismas letras, en la mismaposici6n. Se trata, por ello, de una hip6tesis seria, perofrgil todavia. 2

    Finalmente, la presencia de textos cristianos enQumrfln seria una novedad tan inesperada que resulta

    atrevido admitirla sobre la base de este solo fragmen-to, identificado a su vez de una forma hipottica.

    Por otro lado, no es preciso saber la fecha exacta delos evangelios y conocer a sus autores, para poderleerlos.

    Lo esencial es leerlos. Y es lo que vamos a hacerahora con el evangelio de Marcos.

    I El artculo de O'Callaghan apareci en Bblica 53(1972) 91-100; vase su presentacin en Documentationcatholique 1.609 (21 mayo 1972) y J. Briend: Bible et TerreSainte 143 (julio-agosto 1972); Id. Los papiros griegos dela cueva 7 de Qumran. BAC, Madrid 1974.

    2 A ttulo de ejemplo, vase lo que los primeros edftoresde estos manuscritos creyeron leer en uno de los fragmen-tos:

    J.[J. ~i' ~.[]'~ "'" ~l[. zy&J'~,t"'lq[ev

    Jit"f)ZG[OCallaghan. por su parte. ley:

    J\j',I{f7[J;;'fr;'XL

    Descubre as los versculos 6. 52-53 de Marcos, si seescriben esos versculos en lneas de 20 a 23 letras:

    L(jJ'j~/.;lVJ ~";:i. 7r/~; 5.;'7rl~c,J~:J.),A'~'J a.~'!-;t:J'1 ' [xct?Xb. r.:;(,)P('}-][~).v). t.3l\r ~~[:t.hcpc(jxv"c,:; 1

    ~~A~f)-(.. 'J d.; r'::]VVIj'7[.xp=-: %cd][T:?crW?!~~fJr;

  • la geografa de Marcos;el drama que se desarrolla en su evan-gelio;la relacin de Jess con sus discpulos.111.

    Hay que leer el evangelio de Marcos comoun conjunto. Para ayudar a esta lectura, vamosa intentar tres distribuciones posibles, tres lec-turas globales, intereslmdonos sucesivamentepor:

    l.11.

    Primera lectura

    LA GEOGRAFIA DE MARCOS

    Un plan puramente geogrfico......choca con muchas dificultades

    Jess se desplaza con frecuencia en Marcos; estcontinuamente en camino. Por ello se ha intentadomuchas veces sealar el orden de este evangelio apartir de la geografa. Pongamos como ejemplo elque propona la Biblia de Jerusaln:

    1,1-13: Preparacin del ministerio de Jess ENJUDEA;

    1, 14-7, 23: Ministerio de Jess EN GALILEA;7,24-10: Viajes de Jess FUERA DE GALILEA;11-13: Ministerio de Jess EN JERUSALEN;14-16: Pasin y resurreccin EN JERUSALEN.

    Es verdad que un plan semejante se basa enobservaciones exactas; sin embargo, no es satisfac-torio y no siempre los especialistas se muestran deacuerdo, sobre todo para la parte 1, 14 a 10.

    Algunos introducen un corte en 7, 24, ya que senos dice que en aquel momento Jess sale dePalestina. Efectivamente, Marcos escribe: "Partien-do de all (esto es, de los alrededores del lago deTiberadesl. se fue a la regin de Tiro y de Sidn".Como conocemos bien la geografa, decimos: Tiro,Sidn, la Decpolis, Cesarea de Filipo estn fuera de

    13

  • Palestina; Jess entonces cruz la frontera. Pero,conoca M arcos la geografa lo mismo que noso-tros? Es posible dudar de ello. La verdad es quejams estuvo a orillas del lago de Tiberades. Cuan-do vemos que Jess se desplaza, a partir de 7, 24,resulta imposible seguir su itinerario por un mapa,ya que si nos atenemos a los nombres citados porMarcos, comprobamos que aquel itinerario no pasa-ba por las rutas romanas que tan bien conocemos.

    Otros establecen una divisin a partir de 6, 30, yaque desde aquel momento Jess pasa varias vecesde una parte a otra del lago. Es verdad, pero ya lohaba hecho tambin antes...

    Esta clasificacin, puramente geogrfica, puedeayudarnos a comprender a Marcos? La respuesta esdudosa.

    Un espacio organizadoSin embargo, hay algo que conviene retener de

    ella, con tal de que comprendamos que no se tratade pura geografa o de pura historia (es probable,por ejemplo, que Jess fuera varias veces a Jerusa-ln, como nos dice explcitamente Juan). sino de"geografa teolgica", por as decirlo. El espacio deMarcos est organizado, esto es, se pone a los luga-res en cierta relacin unos con otros.

    Una doble oposici6n:Galilea-Jerusaln

    La oposicin entre GALILEA y JERUSALEN esimportante en el conjunto del libro. La primera parte(1, 14-9) se desarrolla en Galilea. Luego Jess vienea Judea y sube a Jerusaln (c. 10) y el libro se acabaen Jerusaln (c. 11-16). Se observa que la pocagalilea, siempre que se menciona a Jerusaln,es en un sentido hostil. Y, al final de la seccinque transcurre en Jerusaln, se dice en dos

    14

    ocasiones que Jess "despus de su resurreccinpreceder a sus discpulos a Galilea". De Galilea esde donde tiene que partir de nuevo el evangelio,despus de la resurreccin, lo mismo que fue enGalilea donde Jess empez a proclamarlo. Jerusa-ln, por su parte, es la ciudadela de la oposicin, laciudad de donde viene el ataque ms rabioso contraJess (3, 22) y donde los responsables de la nacinlo condenan a muerte y lo entregan a los paganos.

    Pas donde hay judospas donde hay paganos

    La otra oposicin aparece sobre todo en la pocagalilea, entre pas donde hay judos y pas donde haypaganos. Se manifiesta de dos maneras:

    Est, en primer lugar, la oposicin entre las dosorillas del lago. En los c. 4 y 5 la cosa est clara: unade las orillas es juda, la otra pagana (el pas de laDecpolis). No est tan claro en 6, 30-44. Sinembargo, cuando Jess vuelve a esta parte del lago(6, 53). se encuentra con la oposicin de los fariseosy de los letrados venidos de Jerusaln 7, 1). En ladiscusin sobre la pureza de los alimentos, Jessrompe abiertamente con las tradiciones recibidas delos judos (7, 1-23). Y esta ruptura se traduce en lageografa: Jess sale de all y se va al pas de Tiro,donde se encuentra con una pagana (7, 24-26).

    A partir de entonces se multiplican las indicacio-nes geogrficas y se habla de regiones en dondeviven paganos: Tiro, Sidn, la Decpolis, Cesarea deFilipo (7, 24-31; 8, 27). En 8, 10, despus de lamultiplicacin de los panes, Jess vuelve a la orilla"juda" del lago. Pero una vez ms es para encon-trarse all con la oposicin de los fariseos que recla-man un signo extraordinario para creer. Jess se loniega, "y dejndolos, se embarc de nuevo y se fuea la orilla opuesta" (8, 13).

    As, la Galilea de Marcos no tiene fronteras. Enella se oponen dos espacios: uno es el de los fari-seos y letrados, que se cierra sobre s mismo; el otro

  • es el que Jess abre delante de s al pasar a lospaganos. Marcos insiste en ello, ya que ve all la pre-paracin de la misin entre los paganos.

    Por consiguiente, esta geografa tiene un sentido.La forma como Jess se mueve dentro de ellamuestra ya su direccin, inaugura ese movimientoque tiene que impedir para siempre al evangeliodejarse encerrar dentro de cualquier tipo de Jeru-saln.

    La manera con que Marcos organiza su espacionos permite entonces una primera distribucin de sulibro.

    Adems, es posible dirigir otra mirada panormi-ca sobre su evangelio, no ya bajo el punto de vistadel espacio, sino pensando en el drama que en l sedesarrolla. Esta nueva lectura va a llevarnos a unanueva distribucin del libro, que no coincide nimucho menos con la primera.

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  • Segunda lectura

    ELDE

    DESARROLLOUN DRAMA

    En ese espacio geogr6fico dibujado por Mar-cos se desarrolla un drama. Vamos a intentarseguirlo a travs de todo el evangelio.

    ..Jesucristo, hijo de Dios" (1, 1)"Comienzo del evangelio de Jesucristo, hijo de

    Dios": as es como empieza el libro. No se trata deun ttulo, sino de la primera frase. Y lo que comienzaes el evangelio. El evangelio, en aquella poca, no esun libro, sino la buena nueva predicada y acogida enla fe por los cristianos. Pensad en Pablo cuandoescribe a los romanos: "No me avergenzo delevangelio, que es una fuerza de Dios para la salva-cin de todo el que cree" (Rom 1, 16). Esto noscoloca inmediatamente en una perspectiva de predi-cacin y de fe. La buena nueva es predicada y esrecibida en la fe.

    Se trata, por consiguiente, de la buena nueva deJess, el Cristo, hijo de Dios. Conviene separar aJess de Cristo, ya que aqu Cristo e hijo de Diosson dos ttulos atribuidos a Jess. Todava no nosvamos a preguntar qu es lo que esos ttulos contie-nen. De momento, nos basta con saber que se tratade unos ttulos conocidos por Marcos y por sus lec-tores; con esos trminos es como los cristianosexpresan su fe en Jess.

    Si Marcos pone esos dos ttulos al comienzo, esporque resultan importantes para l; ser interesan-te averiguar dnde y cmo vuelven a aparecer en sulibro. Sealmoslo brevemente.

    Cristo: Jess es reconocido como tal una solavez por un hombre, Pedro, a quien se le imponeinmediatamente silencio (8, 29-30); Jess noaprueba este ttulo ms que en el curso de su proce-so (14, 61-62).

    Hijo de Dios: revelado como tal por Dios en elbautismo (1, 11) yen la transfiguracin (9, 7), divul-

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  • gado por los demonios (3, 11 ; 5, 7l. este ttulo tieneque permanecer en secreto. Pero Jess lo aceptadurante su proceso (14, 61-62) Y un hombre, unpagano, lo pronuncia al pie de la cruz (15, 39).

    Dios proclama a Jess"hijo de Dios" (1, 2-13)

    Desde la segunda frase del libro aparece Juanbautista para anunciar a aqul de quien se nos aca-ba de decir que es "el Cristo", "el hijo de Dios".lLuego entra en escena Jess, que llega a hacersebautizar; entonces viene una voz del cielo: "T eresmi hijo amado; en ti me complazco" (1, 11). Se tratade una revelacin divina que nos manifiesta desde elprincipio que Jess es el hijo de Dios.2

    Los hombres se preguntan;los demonios saben (1, 14-8, 26)

    A partir de 1, 14, Jess proclama su mensajesobre la inminencia del reino de Dios; nos ofrece sussignos por medio de sus palabras y de sus hechos,pero no habla de s mismo. Durante esta manifesta-cin del reino que se acerca (1, 14-8, 26L se escu-chan algunas revelaciones hechas por los demoniosy algunas preguntas planteadas por los hombres.

    Los demonios saben,pero tienen que callarse

    A partir de este momento -es curioso-, sola-mente los demonios pronuncian las palabras "hijode Dios" o expresiones semejantes. Y en cada oca-sin Jess les manda callarse; por otra parte, en elauditorio no hay nadie que parezca prestarles aten-cin; ninguno se dice: " Caramba! Ser ste acaso

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    el hijo de Dios?". La cuestin ni siquiera parece aso-mar. Leamos los textos:

    - "S quin eres t: el santo de Dios", exclamaun demonio (1, 24); Jess le manda callar. Luegoexpulsa a muchos demonios (1, 34); no se nos diceentonces cmo llamaban stos a Jess, sino queJess les obligaba a callar, "pues le conocan". Porconsiguiente, se trata de un secreto: Jess no quiereser reconocido.

    - "Los espritus inmundos, al verle, caan a suspies y gritaban: T eres el hijo de Dios'. Pero l lesmandaba enrgicamente que no le descubrieran" (3,11-12).

    - "Al ver de lejo~ a Jess, (el endemoniado)corri y se postr ante l y grit con gran voz: 'Qutengo yo contigo, Jess, hijo de Dios altsimo? Teconjuro por Dios que no me atormentes', Es que lle haba dicho: 'Espritu inmundo, sal de este hom-bre', Y le pregunt: Cul es tu nombre? Le contes-ta: 'Mi nombre es Legin, porque somos muchos' "(5,6-9). Tenemos que vrnoslas aqu con un nom-bre: el demonio sabe el nombre de Jess; Jess lepregunta al demonio su nombre. Todo esto resultabastante desconcertante.

    As. pues, los demonios saben quin es Jess.Pero, y los hombres?

    Los hombres se preguntan:quin es ste?

    La primera vez que Jess manifest su autoridadsobre un demonio, los espectadores se preguntaron:"Qu es esto? Una doctrina nueva, expuesta con

    1 Vase el comentario de P. Ternant: Assembles du Sei-gneur 6 (1969) 41-53.

    2 Vase el comentario de F. Jacquemin: Assembles du Sei-gneur 12 (1969) 48-66. Para captar mejor la diferencia entrebautismos esenios, bautismo de Juan, bautismo cristiano, laseel estudio deJo Delorme, La pratique du bapteme dans le judais-me contemporain des origines chrtiennes: Lumiere et Vie 26(1956) 21-60.

  • autoridad. Manda a los espritus inmundos y le obe-decen" (1, 27).

    Despus de que Jess hubo calmado la tempes-tad, sus discpulos se dicen entre s: "Quin es s-te, que hasta el viento y el mar le obedecen?"(4,41).

    Ms adelante, escuchamos las diversas opinionesque da la gente sobre Jess: "Algunos decan: 'Juanel bautista ha resucitado de entre los muertos y poreso actan en l fuerzas milagrosas'. Otros decan:'Es E/as'; otros: 'Es un profeta como los dems pro-fetas'" (6,14-15). Herodes por su parte deca:"Aquel Juan, a quien yo decapit, se ha resucita-do" (6, 16).

    i Qu extrao resulta todo esto! As, en esta pri-mera parte la voz divina afirma en el bautismo queJess es realmente el hijo de Dios; pero luego sola-mente los demonios lo declaran como tal y Jess leshace callar. Los hombres, por su parte, no hacenms que preguntarse...

    Sin embargo, hay un ttulo que nadie discute, unsolo ttulo, que precisamente no aparece en la pri-mera frase del evangelio, el de hijo del hombre.Jess se lo atribuye a s mismo en dos ocasiones(2, 10 y 28). Pero tambin entonces este ttuloresulta bastante enigmtico...

    Una respuesta humana:"T eres el Cristo" (8, 27-9, 1)

    A partir de 8, 27, nos encontramos con una nove-dad. La profesin de fe de Pedro es un episodio cen-tral, al comienzo de la segunda gran parte del libro.Se recogen las opiniones de la gente (como en 6,14-16): "Quin dicen que soy yo? Unos dicenesto..., otros dicen lo otro... " Se trata de la respuestade los hombres. En nombre de los discpulos, Pedroresponde: "T eres el Cristo". Es la primera vez, des-de el comienzo del libro, que aparece esta palabraen el evangelio. "T eres el Cristo": esta es la res-puesta a la que llegan los discpulos, respuesta a la

    cuestin que se planteaban despus de calmada latempestad: "Quin es ste?"

    Para Marcos, se trata de una buena respuesta, yaque corresponde a la afirmacin del comienzo dellibro y Jess no la rechaza. Sin embargo, prohbeque se hable de eso; exige que se mantenga ensecreto.

    Cuando los demonios declaran lo que es, Jessimpone secreto para dejar que los mismos hombresse planteen la cuestin. Ahora los hombres recono-cen lo que es y l les dice: "Guardaos esto paravosotros; no hablis de ello"...

    Poco despus, se nos dice claramente por quhay que guardar secreto. Cuando se le dice a Jess:"T eres el Cristo", responde: "El hijo del hombretiene que sufrir". Secreto y anuncio de lapasin-resurreccin: he aqu cmo progresa esteevangelio.

    La profesin de fe de Pedro seala por tanto unanueva etapa: "Jess empez a ensearles que...",escribe Marcos. AqueJJo tiene el aire de una ense-anza que va a durar; de hecho, nos encontramoscon tres anuncios de la pasin-resurreccin. Tresveces es una cifra simblica que significa repeticine insistencia; quizs hubo m~ ocasiones. Esteanuncio de la pasin-resurreccin explica en ciertomodo el porqu del secreto. Es verdad que el textono lo dice explcitamente: "Jess no quera que sedijera que era el Cristo, porque, al ser hijo del hom-bre, tena que sufrir..."; pero se trata de algo equiva-lente y ms adelante veremos el vnculo que hayentre secreto y anuncio de la pasin.

    Podemos decir por consiguiente: el ttulo de"Cristo" queda prohibido de momento, hastaque Jess no haya cumplido con su destino dehijo del hombre que tiene que pasar por lapasin-resurreccin. Esta idea quedar en claroms adelante.

    En la primera parte de este texto, Pedro desem-pea el primer papel de una forma positiva, al ser elportavoz de los discpulos en su reconocimiento deJess como Cristo. En la segunda parte, representa

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  • ese papel de una forma negativa; toma aparte aJess para decirle: " Djate de eso! No es cuestinde que vayas a sufrir. ..", y Jess le pone de vuelta ymedia. Pedro lo haba tomado aparte, pero Jess sevuelve a los discpulos respondiendo a Pedro; porconsiguiente, se dirige tambin a ellos: "T eres unescndalo! Lejos de m, Satans! Vete de aqu!".Esto quiere decir: "Vuelve a tu postura de discpulo;no eres t el que tiene que hablar; i afuera, Satans!;tus ideas son las de los hombres, pero no las deDios".

    y Jess desea guiarse por las perspectivas deDios. El secreto queda explicado: Jess tiene unamisin que cumplir y, mientras no la cumpla, no hayque decir que es el mesas.

    La respuesta de Dios (9, 2-13)Tras la respuesta de los hombres, viene la res-

    puesta de Dios. El relato de la transfiguracin (9, 2-13) culmina en la afirmacin: "Este es mi hijo ama-do'? Esta declaracin recoge la del bautismo y es lavoz de Dios. Por tanto, no hay error posible: Hijoamado quiere decir hijo nico, el hijo que tiene conel Padre una relacin absolutamente incomparablecomo no la puede tener ningn otro. En el bautismo,la voz se diriga a Jess: T eres mi hijo amado, y enMarcos se trata de una interpelacin sin asistentes,sin testigos; es una revelacin secreta, para Jess.Aqu, en la transfiguracin, la palabra divina se diri-ge a los tres discpulos; es una revelacin privadaconcedida a tres testigos solamente; una revelacinque sigue siendo secreta.

    Al bajar de la montaa, Jess les dice, efectiva-mente, que no cuenten a nadie lo que han visto,"hasta que el hijo del hombre resucite de entre losmuertos" (9, 9). Se trata de un secreto hasta la rea-lizacin del programa pasin-resurreccin. Aqu estclaro. El secreto recae sobre su cualidad de hijo deDios, hasta la realizacin del programa.

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    Discusi6n acerca del titulo"hijo de David" (10-13)

    A partir del captulo 10, nos encontramos con unnuevo giro. En "Jeric (10, 46-50), un ciego se ponea gritar: "iHijo de David, ten piedad de m!". Se tra-ta, una vez ms, de una respuesta humana: hijo deDavid quiere decir prcticamente mesas, ya queste era esperado como descendiente de David, almenos en una de las lneas de la esperanza juda.Significa reconocer a Jess como el descendientede David prometido para que renueve la realeza deIsrael. En esta ocasin, Jess va camino de Jerusa-ln; algunos podan creer que va a tomar las riendasdel poder. Por dos veces, el ciego lo proclama "hijode David"; Jess no protesta ni le impone silencio.

    La entrada en Jerusaln (en el c. 11) se describecomo una entrada triunfal, aunque quiz con dema-siada modestia; seala, sin embargo, la voluntad deobtener una especie de triunfo y las aclamacionesson en esta ocasin: 'Bendito el reino que viene, elde nuestro padre David!"

    En dos ocasiones, por consiguiente, Jess esreconocido como el rey davdico que viene a tomarposesin de su reino.

    En las discusiones que surgieron poco despusen Jerusaln, se suscitan varias cuestiones sobrela misin de Jess: " Con qu autoridad hacesesto?; quin te ha dado autoridad y poder paraobrar de esta manera 7"; no se trata slo del dere-cho, sino tambin de la capacidad, del poder parahacerlo. Jess no responde; se contenta con remitira la misin del bautista: "Empezad por plantear lacuestin a propsito del bautista, comprometeosrespecto a l; ms tarde, veremos lo que ocurre con-migo..... (11, 27-33).

    Un poco ms adelante, Jess pasa al ataque:uCmo pueden los escribas decir que el Cristo eshijo de David, si el mismo David, movido por el Esp-

    3 Vase el comentario de X. Lon-Dufour en Estudios deevangelio. Estela, Barcelona 1969, 77-118.

  • ritu Santo, afirm: 'Dijo el Seor a mi Seor? El pro-pio David lo reconoce como Seor. Cmo puedeser su hijo?" (12, 35). Para Jess, por tanto, estettulo no es satisfactorio: cmo puede ser hijo deDavid, si es su seor?

    La discusin sobre este ttulo de "hijo de David"se prolonga durante toda la estancia de Jess enJerusaln y hasta el anuncio de la destruccin deesta ciudad. Es realmente el d"8ma que aqu explo-ta: Jess entra en Jerusaln como hijo de David, yqu es lo que ocurre? No es recibido como tal. Tieneque retirarse del templo y desde la pendiente delmonte que est enfrente, el monte de los olivos,anuncia a los cuatro primeros discpulos la destruc-cin de Jerusaln. Revelacin en privado del destinode la ciudad: "No hay que contar con la realeza dav-dica" (c. 13).

    Toda su estancia en Jerusaln es una especie dediscusin en torno al hijo de David.

    La respuesta de Jess (14, 55-64)y nos encontramos ahora con la pregunta oficial:

    el interrogatorio de Jess ante el sanedrn. El sumosacerdote le plantea la cue:;tin de una forma muysolemne: " Eres t el Cristo, el hijo del bendito?"(14, 61). Volvemos a encontrarnos aqu con los dosttulos importantes, mientras que ha desaparecido elde "hijo de David"; la cuestin ha quedado liquida-da. "Eres t el Cristo, el hijo de Dios?". En qusentido puede decir esto el sumo sacerdote? Nosimporta poco. Por el contrario, lo que vemos muybien es que esto se sita dentro de la lnea del librode Marcos. Es realmente la cuestin fundamental,ya que recoge los dos ttulos de la primera frase delevangelio, aquella frase que nos daba de antemanola respuesta: "Evangelio de Jess, el Cristo, hijode Dios". Lo que afirma aqu la fe cristiana: eso eslo que el sumo sacerdote pregunta ahora a Jess.

    Y qu es lo que responde Jess? Por primera

    vez en toda esta discusin, Jess toma una posturaabierta. Declara: 'Yo lo soy". Por lo menos, en elevangelio de Marcos; en Mateo su respuesta no estan clara: "T eres el que lo dice".

    Jess, el Cristo, hijo de DiosAs. pues, Jess acepta el ttulo de Cristo, de

    hijo de Dios, para designarse a s mismo. Pero aa-de a continuacin: "Veris al hijo del hombre senta-do a la diestra del poder y venir entre las nubes delcielo" (14, 62). Recordemos los anuncios de lapasin-resurreccin: "Es menester que el hijo delhombre sea rechazado, que sufra mucho, que seacrucificado y que resucite al tercer da".

    El proceso se ha emprendido ya; Jess estdelante de sus jueces; la condenacin es inminente.Pero Jess anuncia el verdadero resultado. Adndelleva el proceso que se ha incoado? "Veris al hijodel hombre sentado junto al Padre, esto es, glorifi-cado al lado de Dios, disponiendo del poder de Diosy viniendo sobre las nubes del cielo para el juicio,para llevar a cabo un acto que en la teologa judaestaba reservado a Dios". Efectivamente, es Dios elque juzga y Jess se atribuye las prerrogativas divi-nas, las funciones reservadas a Dios. "Sentado a laderecha de Dios", comparte su poder. Primitiva-mente, en el salmo 110, esta frase iba dirigida al reydavdico; ste se sienta a la derecha del poder, encuanto que ejerce en la tierra la realeza que Dios,desde el cielo, mantiene sobre todo el universo.

    Cuando los judos lean aquel texto para aplicr-selo al mesas, crean que ese mesas ocupara eltrono terreno que representa la realeza celestial deDios. Dios reina en el cielo, pero tiene un trono en latierra: el trono del mesas que ejercer su realezasobre la tierra.

    Jess, por su parte, declara: "Veris al hijo delhombre sentado a la diestra del poder y venir entrelas nubes del cielo... " Por consiguiente, se atribuyeun trono celestial; Jess viene entre las nubes del

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  • cielo como el hijo del hombre de Daniel, paraejercer el juicio universal. Se ve claramente queJess se atribuye entonces prerrogativas divinas.

    Un blasfemo...

    Cul es la consecuencia de esta respuesta?:"Qu necesidad tenemos ya de testigos? Habisodo la blasfemia" (14, 63). Es un blasfemo el quese atribuye hasta ese punto prerrogativas exclusivasde Dios. Hay varias formas de blasfemia, pero estarespuesta es una de ellas: se ataca directamente alpoder mismo de Dios.

    La blasfemia no est en el hecho de que Jessdiga: "Yo soy el hijo del bendito", ya que es posiblediscutir sobre este punto, sino en lo que dijo a conti-nuacin. "Yo soy el Cristo, el hijo del bendito yveris... ; esto se manifestar en el hecho de que yoejercer poderes divinos..." La respuesta de Jessva mucho ms all de lo que se le pregunta y porencima de sus propias palabras. En efecto, estaspalabras podan ser objeto de discusin: "Decs queJess es el Cristo, pero qu quiere decir eso? Pre-tendis asegurar que es el hijo de Dios? Y qu sig-nifica esto 7". Es preciso darle un contenido a estaspalabras. Pues bien, el contenido est ahora perfec-tamente claro. Es la primera vez que Jess se pro-nuncia, y lo hace precisamente en el momento enque se cumple su destino. Este ttulo no poda afir-marse de verdad y con todo su sentido antes de queJess muriera y resucitase.

    Respuesta del hombre:"Es el hijo de Dios" (15, 39)

    La consecuencia no resulta ahora extraa. Cuan-do Jess muere, podemos finalmente tener la res-puesta de un hombre, la de un pagano -j no es unacasualidad !-, la del centurin romano al pie de la

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    cruz: "Verdaderamente este hombre era hijo deDios" (15, 39).

    Con ello queda rizado el rizo. A partir de estemomento, nos dice Marcos, podis decir queJess es el hijo de Dios, porque lo habis vistomorir. El hecho de que ese hombre a quien procla-mis como hijo de Dios sea el crucificado, desinflatodos los mitos de hijo de Dios que podrais aplicar aJess... Jess es el Cristo, pero es curiosa su mane-ra de serlo; no es eso precisamente lo que espera-bais. Es el crucificado el que es hijo de Dios. Ah esprecisamente donde radica el punto neurlgico delevangelio de Marcos. Eso es lo que quiere meter enla cabeza de los cristianos.

    El secreto mesi6nico,resorte dram6tico del evangelio

    "Evangelio de Jesucristo, hijo de Dios". Cmomanifest Jess que l era el Cristo, el hijo de Dios?Volved a mirar todo el itinerario que hemos tenidoque seguir. Solamente a partir de fa cruz tendrisderecho a decir que es el Cristo. Hasta entonces setrataba de un secreto.

    Cuando se repasa la vida de Jess, surge fcil-mente la extraeza: por qu no se aprovechaba delas revelaciones que haca el diablo? Si hubieraisestado en su lugar, qu habrais hecho vosotros?:"Mirad, hermanos mos, hasta el diablo se ve obliga-do a reconocerlo: yo soy el hijo de Dios". Es esomismo lo que con frecuencia se hace en el catecis-mo: "Jess ha probado que era hijo de Dios". Lo haprobado de verdad? No! Lo ha ocultado! No serel catecismo demasiado ortodoxo? O al contrario,no ser Marcos un tanto heterodoxo? Un librocomo el suyo no podra escribirse actualmente.

    Jess oculta que es el hijo de Dios. Y las reve-laciones de los demonios que lo proclaman "hijo deDios" eran precisamente el mayor peligro; la revela-

  • clan anticipada es el mejor medio de estropear elasunto. En san Marcos, el secreto mesinico no esen primer lugar una teora sobre la manera comonace la fe, sino el resorte dramtico del libro. Es unaespecie de teologfa: la forma con que Marcos veel desarrollo de la revelacin de Jess como Cristo,como hijo de Dios. Esa forma de ver las cosas essuya particular. En todos los lugares en que se afir-ma, se reconoce la escritura y el estilo de Marcosque presenta sus materiales; Mateo y Lucas no losiguieron en esto. Por tanto, no se puede tratar deeste problema ante todo en el terreno de los aconte-cimientos, preguntndose por ejemplo: "Por qu

    Jess quiso mantener oculta su identidad?"; hayque preguntarse en primer lugar por qu Marcospresenta de este modo la revelacin de Jess comoCristo e hijo de Dios. Y esta pregunta es tanto msnecesaria cuanto que Marcos insiste en el hecho deque, en varias ocasiones, Jess prohibi que sehablara de sus milagros, as como en el hecho deque sus parbolas encerraban un secreto.4

    4 Puede consultarse el libro, a veces un poco tcnico perosiempre apasionante, de Minette de Tillesse, Le secret messia-nique dans I'vangile de Marc. Cerf. Pars (col. "Lectia divi-na", 47).

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  • Cmoleerlos evangelios

    Nos encontramos ahoraenfrentados con una cuestinde mtodo de lectura de losevangelios. Estudimosla.Esto nos ayudar a ver cmohay que clasificar las cuestio-nes, sin plantearlas todas almismo tiempo.

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    1. La obrade un telogo

    En general, las cuestiones queprimero plantean los lectores deMarcos son de orden histrico.Os olvidis de que tenis en lamano un libro y os trasladis conla imaginacin a los aconteci-mientos que narra. Decs: "losdemonios declararon esto, Jesshizo estas cosas y las gentes noacababan de entender".

    Instalarse en el texto...

    En vez de instalaros en elacontecimiento, instalaos antesen el texto. Comprenderisentonces que a Marcos le intere-sa poco saber si las gentesentendieron no; lo que le inte-resa es decir que aquello tenaque quedar en secreto y que,para l. ese secreto no se habarevelado todava. Por tanto, setrata de una tcnica del libro quehay que tener en cuenta, de unresorte dramtico de la obraque hay que respetar.

    "De acuerdo, diris; pero...cmo pudo ocurrir eso en elterreno de los acontecimien-tos?" .

    . ..para descubrir suteologa ...

    Esa cuestin del "aconteci-miento" es la ltima que hay que

    plantearse. En efecto, hay queempezar por las cuestiones lite-rarias. Cuando tomis un libroen las manos, tenis que situarosante todo en el nivel de suescritura para descubrir allicierta concepcin teolgicadel autor.! Cul es la concep-cin teolgica de Marcos? Mar-cos comprendi que Jess noera un Cristo cualquiera, un hijode Dios cualquiera, y que eramuy peligroso afirmarlo como talolvidndose de que era el crucifi-cado.

    ...hecha en funcin delas necesidadesde los cristianos

    y as es como Marcos haceteologa, teologa prctica o pas-toral, esto es, no una teologaabstracta para los siglos venide-ros, sino un libro para respon-der a las necesidades de sutiempo. Los cristianos de enton-ces corran quiz el peligro deconcebir a Jess, el Cristo, el hijode Dios, de una manera pococonforme con la historia deJess el crucificado. "Vosotrosrepets -parece decirles Mar-cos- que Jess es el Cristo, el

    I iCuidado! Hay que ser prudentespara evitar la confusin demasiado fre-cuente, entre el nivel literario y el nivelteolgico. Un ndice literario no es nece-sariamente un ndice teolgico. Unateologa se basa en algo muy distintoque en ndices puramente literarios.

  • Seor que reina en los cielos,que es el hijo de Dios, que tieneel poder divino..., que vais a verloreaparecer sobre las nubes...i Muy bien! Pero, y su vida?Qu es lo que hacis con ella?Vosotros segus estando al nivelde la vida. Todava no estisentre las nubes. En vuestra vida,qu es lo que hacis de ese dra-

    7"ma ..

    He aqu una de las afirmacio-nes ms claras de Marcos. Cadavez que Jess anuncia la pasin-resurreccin, es para detener esaconfesin de fe que est ya apunto: "T eres el Cristo; enton-ces haz esto... T eres el hijo deDios; entonces haz esto...". Esexactamente lo mismo que ledeca Satans a Jess en eldesierto, segn san Mateo. "No-declara Jess-; primero lapasin, luego la resurreccin;despus, ya veremos". Y en cadauno de los anuncios de supasin, Jess saca las conse-cuencias para sus discpulos: "Ypara vosotros se trata de lo mis-mo: si algn da ha de haber glo-ria, se trata de que tomis ahorala cruz".

    Por tanto, se trata de una teo-loga pastoral. Por qu era ne-cesario repetir a los cristianos:" Cuidado! Vuestro Cristo es elcrucificado; no hay ningn otro.y no creis que vuestro hijo deDios, vuestro Cristo, os va alibrar con una varita mgica de lanecesidad de pasar por donde lpasr. Porque esos cristianos

    viven en un contexto de persecu-ciones. Es caracterstico que, apartir de 8, 33, se van multipli-cando las alusiones a la persecu-cin. La teologa de Marcos res-ponde a una necesidad de suslectores.

    2. Un telogo queinterpreta unastradiciones

    y ahora ya podemos dar unpaso ms y preguntarnos: hainventado Marcos esa teologacon toda sus piezas? No. Peroaqu hay que avanzar progresiva-mente. No digamos: Marcos nohace ms Que reflejar a su modola manera prudente y pedaggi-ca con que Jess debi hablar des mismo; Jess no poda pre-sentarse como mesas sin excitarel recelo de las autoridadesromanas y sin dar pbulo al equ-voco de un mesianismo polticomal comprendido. Esto es proba-blemente verdad, pero no explicaesa insistencia de Marcos, quenunca menciona esa motivacinpor parte de Jess. El plan deMarcos es ms teolgico y cate-qutico.

    Pero, en favor de su teora delsecreto levantado por la pasin-resurreccin, ha encontradoalgunos elementos en las tra-diciones que ha recogido.organizado y puesto en for-ma. y es ahora otra tcnica la

    que entra en juego, la de la his-toria de las tradiciones queintenta reconocer los materialesde que dispona Marcos.

    y en estos materiales se des-cubren concretamente tres ele-mentos que eran capaces de darfundamento a esta visin de lascosas.

    al Los relatos deexorcismos

    En los relatos de exorcismos(se conocen algunos que proce-den de fuentes no cristianas), ladiscusin sobre el nombre deldemonio y el nombre del exorcis-ta es un elemento importante.Forma parte de la tcnica de)exorcismo; nombrar a alguien espoder interpelarlo, tener podersobre l; para echar a un demo-nio, hay que apoderarse de lnombrndolo; y la defensa deldemonio en estos relatos consis-te en pronunciar el nombre delexorcista: "Yo s muy bien quineres, t; t no tienes poder sobrem porque conozco tu nombre;por tanto, soy yo el que tengopoder sobre ti". As, pues, seintenta anular la fuerza deladversario diciendo su nombre.Por eso Jess impone silencio alendemoniado que le interpela(1, 25) u obliga al demonio adecir su nombre (5, 9).

    Marcos ha conservado entreotros dos relatos de exorcismosen los que el diablo declara a

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  • Jess: "T eres..:". Pero, precisa-mente en estos dos casos, el dia-blo no recoge los dos ttulos queestn en discusin, el de "Cristo"y el de "hijo de Dios". La primeravez grita: "T eres el santo deDios" (1. 24). y la segunda: 'Teres el hijo del altsimo" (un ttu-lo que se encuentra en el lengua-je helenista para designar a ladivinidad) (5, 7).

    Marcos se apoya en estacomprobacin que aparece ensus fuentes y saca de all la con-clusin de que Jess no queraque el diablo dijera que era elhijo de Dios. Haba, por consi-guiente, en los relatos recibidosde la tradicin un elemento quepoda aprovechar Marcos en elsentido de la teologa que desa-rrollaba.

    b) Los relatos demilagros

    Otro elemento poda conducira Marcos en este mismo sentido:en algunas narraciones de mila-gros se ve a Jess evitar 'a lagente, huir de la publicidadinmediata. Ms adelante, volve-remos sobre ello. En esos relatosesta actitud no significa unavoluntad de ocultar la interven-cin del poder divino, sino, alcontrario. la de favorecerla yatestiguarla: Dios obra en mediode cierto misterio sagrado. Peroesas narraciones poda releerlasMarcos en funcin de su visin

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    de la vida de Jess bajo el signodel secreto.

    e) Las tradiciones"mesianistas"sobre Jess

    Finalmente, hay otro elemen-to, de apariencia contradictoria,que ofrece a Marcos sus mate-riales. Concierne ms especial-mente al empleo del titulo de"mesias" (o Cristo).

    Se trata, por ejemplo, de latradicin de la confesin mesi-nica de Pedro en Cesarea de Fili-po, de la narracin de la curacinde Bartimeo, el ciego de Jericque llamaba a Jess hijo deDavid, del relato de la entradade Jess en Jerusaln saludadocomo el rey prometido para larestauracin del reino de David,o tambin del relato del procesode Jess ante el sanedrn y antePilato. Todos estos relatos con-tradecan aparentemente a lateora del secreto. Pero precisa-mente es curioso el uso que deellos hace Marcos.

    Al recoger la declaracin dePedro ante el primer anuncio dela pasin (8, 27-33). Marcosquiere sealar que el ttulo deCristo est todava lleno deequvocos para Pedro y para losdiscpulos. Ellos piensan en unCristo dentro de la perspectivade los hombres y no de la deDios. Los dems relatos, sobretodo el de Bartimeo (10, 46-52)y el de la entrada en Jerusaln

    (11; 1-11), los relaciona Marcoscon la ltima (y segn l la ni-ca) estancia de Jess en Jerusa-ln. Y la continuacin del relatobasta para demostrar que Jessno comprende su obra de mesaslo mismo que quienes lo acla-man. El secreto quedar levanta-do en el relato de la pasin y asse disiparn todos los equvocos.Quiz no era intil sealar enRoma (donde probablementecompuso Marcos su libro) queinterpretar en un sentido polticohostil a los romanos el ttulo deCristo que los cristianos daban aJess era caer en un error sobrelas intenciones de Jess y eldesarrollo de su vida.

    3. l Qu piensande ellolos historiadores?

    La tesis de Marcos puedeinteresar a los historiadores.Constituye un testimonio msdel hecho de que, durante la vidade Jess y ms tarde durante lapri mera difusin del evangelio,se dio un conflicto entre lasdiversas interpretaciones (juda,romana, cristiana) de Jess y desu obra.

    Hay que admitir sin duda queen torno a Jess se manifestcierta fiebre mesi6nica endeterminados momentos de suvida. De lo contrario. sera inex-plicable la condenacin de Jessa la crucifixin como "(pretendi-do) rey de los judos", que atesti-

  • gua el letrero clavado en la cabe-cera de la cruz. Aunque fuera porerror o por odio, la verdad es queciertos hechos o palabras deJess tuvieron que ser explota-das en este sentido.

    Por otra parte, hay que admi-tir tambin que Jess acept6 latarea de manifestar, no deocultar, que se acercaba el rei-no de Dios; lo publicaban ymostraban sus seales. Estosupone la conciencia de unamisin divina y de una relacinnica con Dios que se expresaren el lenguaje de la filiacin. Yesto es ms importante quesaber si Jess se afirm o nocomo el mesas. Parece msprobable que manifest una granreserva frente a un ttulo tancomprometido por los sueosque poda fomentar. Tambin esun hecho (y la teora de M arcosno lo contradice, sino todo locontrario) que, al aplicar a Jessese ttulo despus de la resurrec-cin, los cristianos de origenjudo lo entendan de una mane-ra muy distinta de como hubie-ran podido hacerlo antes de lapasin. Es que para el Cristoresucitado no poda pensarse enun trono poltico sobre la tierra.

    4. l Qu es lo queesto significa hoypara nosotros7

    y falta todava por plantear laltima cuestin, la de la actuali-

    zacin del evangelio de Marcos.Tiene realmente un significadopara nosotros?

    Nosotros creemos en Cristo,hijo de Dios; si nos olvidamos deque es el crucificado, si nos olvi-damos de la forma con que todoesto influy sobre su vida huma-na, corremos el peligro de cortarlas amarras y de caer en unaespecie de mitologa.

    Este peligro es quiz hoy unpoco mayor. Desde hace algunosaos, se ha vuelto a descubrir alCristo resucitado, se pone elacento en la resurreccin, en laaccin del Cristo invisible, en supresencia activa en la marcha delos acontecimientos, en el pro-greso de la humanidad; se inten-ta identificar a veces el reino deDios, su cercana, esto es, laaccin de Dios entre los hom-bres. con el progreso de lahumanidad, visto en una pers-pectiva a veces marxista, a vecesteilhardiana. Se dice: "Cristo haresucitado; est en tal accin;est en el corazn del mundo.....Es verdad, pero hay que enten-derlo debidamente: qu es elcorazn del mundo?, dndehabis escuchado sus latidos? Simarchis en esa direccin, cui-dado con la mitologa, corris elpeligro de crear un nuevo mito sios olvidis de que Jess es elcrucificado. El que est pre-sente en el coraz6n del mun-do es el crucificado. Fijaos encmo apareci la accin del rei-no de Dios en tiempos de Jess;

    no tuvo lugar en el sentido delmesianismo triunfal tal como loentendan los judos. En las ideo-logas modernas sobre el progre-so de la humanidad, que caminacontra todo y sobre todo haciaun porvenir maravilloso, puedehaber alguna reliquia de aquelmesianismo.

    Pero hay una diferencia entreel mesianismo judo y el nuestro.

    El mesianismo judo era"vertical": los judos soabanen una especie de xito absolu-tamente seguro y lo esperabande una intervencin de arriba.Dios realizara el milagro cuandol quisiera.

    Nuestro mesianismo serams bien "horizontal": seespera ese xito de una fuerzaoscura inmanente en el mundo.El creyente se siente hoy tentadode poner cuanto antes una eti-queta: "Esto es el reino de Diosque est actuando; esto es elCristo resucitado". M arcos, porsu parte, declara: "Jesucristo, elhijo de Dios" no es una etiquetaque pueda ponerse sobre un pro-ceso puramente natural; es otrognero de proceso en dondeacta el mismo Dios de una for-ma desconcertante. Y sin embar-go se desarrolla en la vida huma-na. La historia de Cristo es real-mente una historia de hombre; sino hubiera habido hombres, nohabra habido tampoco un cruci-ficado; si Jess no hubiera sidoun hombre entre los hombres, nohabra sido el crucificado. La his-

    27

  • toria de la humanidad, en ciertamanera, conduce a la cruz.

    Este es precisamente el moti-vo central de Marcos. Y nosdamos perfectamente cuenta deque sigue afectndonos hoy a

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    nosotros. En este drama escritopor Marcos se percibe unacorrespondencia muy estrechaentre el comienzo y el final dellibro. La fe que se afirma alcomienzo del libro no puede

    expresarse ms que a partirde la pasin V de la resurrec-cin de Cristo. Si se dice anteso si se la dice sin pensar en ello,nos engaamos sobre Cristo, nosengaamos sobre el hijo de Dios.

  • de la exgesissinpticos

    situacin actualde los

    La

    Simplificando las cosas, podramos decir que la historiade la exgesis de los evange/os snpticos se ha desarrolla-do en tres etapas:

    1 . La bsqueda de las fuentes escritas

    Esta bsqueda fue esencialmente obra del siglo XIX. Seintentaba resolver la "cuestin snptica". Partiendo de lassemejanzas y de las diferencias entre Mateo, Marcos yLucas, se buscaban los textos que estaban en la base de lostres evangelios.

    2. El mtodo de la historia de las formas(Formgeschichteschulel

    Hacia 1920, los alemanes Dibelius y Bultmann orientaronla investigacin hacia el ambiente original donde se forma-ron las tradiciones recogidas por los evangelistas. Se inten-taba caracterzar mejor las necesidades a las que respondanesas diferentes tradiciones.

    riales. Para ello, se utilzaban los resultados de las dos eta-pas precedentes.

    Todava queda trabajo por hacer al nivel de la primeraetapa, porque los especialistas estn lejos de haber llegado aun acuerdo sobre las fuentes de los tres sinpticos. El padreBoismard acaba de realizar un trabajo monumental en estesentido, proponiendo una nueva teora que tendr que serdiscutida por los especialstas.' Tambin hay que perfeccio-nar el anlisis de las tradiciones y de la manera con que sefueron formando. Fnalmente, no se pueden olvdar certasadquisiciones evidentes del mtodo de la historia de laredaccin, en las que se inspiran muchas de las pginas deeste cuaderno.

    Actualmente, empieza a aparecer otro mtodo, inspiradoen las adquisiciones de la lingustica reciente, que intentadar cuenta del funcionamiento de la significacin en los dis-cursos y en los textos. Por ejemplo, el anlsis estructural delos relatos ntenta poner de releve los prncipos de organ-zacin de esos textos, constituyendo en cierto modo unagramtica del relato. En esta perspectiva, ya no interesa laprehistoria del texto, la manera con que se constituy a par-tir de sus tradiciones o de sus fuentes, sino que se le tomatal como est, para buscar alli cmo funcionan los diversoselementos que hacen que tenga un sentido. Este mtodo seencuentra an en sus primeros balbuceos en lo que se refie-re a los textos bblcos

    3. La historia de la redaccin

    A partir de 1960, empez a abrirse paso una corrientenueva, que se nteresaba sobre todo por lo que dejaba caercomo residuos el mtodo de la historia de las formas, estoes, por todos esos detalles menudos caractersticos deMateo, de Marcos o de Lucas, se preocupaba por la maneracon que los evangelistas reunieron y transformaron las tradi-ciones o las fuentes que utilizaban, con la finaldad de preci-sar su teologa o su punto de vista particular sobre sus mate-

    1 P BenOlt y M E BOlsmard, Synopse des quatre Evangiles enfrancais T I textes T 11, commentaire Cerf Pans 1965-1972,265 Y 456 P El tomo I ha Sido editado en castellano por Descle deBrouwer, Bilbao 1975

    El tomo I que presenta los textos, es mdispensable para quiendesee trabajar con seriedad en los evangelios

    El tomo II ofrece para cada uno de los pasales evanglicos unIntento de reconstruccin de las etapas por las que pas (fuentes yredaCCiones sucesivas) y formula, sobre la formacin de los evange-liOS una nueva hiptesis que tendrn que valorar los especialistasEs dificil recomendar este tomo 11 al lector no iniciado

    29

  • Tercera lectura

    JESUS y LOS DlselPULOS

    Ya hemos hecho dos lecturas del evangelio deMarcos y hemos descubierto dos distribucionesposibles de su libro:

    - una distribucin en funci6n del espacio,segn el lugar geogrfico donde se desarrolla laaccin;

    - una segunda distribucin en funci6n del dra-ma que all se desarrolla; hemos ido siguiendo sudesenlace a travs de dos grandes partes desde elcomienzo del libro hasta la conclusin en la que unhombre, un pagano, reconoce a Jesucristo comohijo de Dios.

    Vamos a seguir ahora una tercera distribucin,ms complicada, pero tambin ms precisa, siguien-do las relaciones que se establecen entre Jessy los discpulos, Jess y la gente, Jess y susadveffiarios. '

    Efectivamente, se da en Marcos una relacin muyestrecha entre Jess y sus discpulos continuamen-te a su lado; pero esa relacin se establece tambin

    en funcin de las relaciones entre Jess y la gente,Jess y sus adversarios. Se tiene de esta forma untringulo, unas relaciones complejas que se mantie-nen entre estos tres polos: la gente, los adversarios,los discpulos.

    Desde este punto de vista, el conjunto del libro sepuede organizar en seis etapas, que empiezan y ter-minan regularmente por medio de una escena en laque Jess est solo con sus discpulos y prepara conellos el futuro:

    1. Desde la llamada de los cuatro primeros dis-cpulos hasta la institucin de los doce (1, 16-3, 12).

    2. Desde la institucin de los doce hasta suenvo a misionar (3, 13-6, 6a).

    3. Desde la misin de los doce hasta la profe-sin de fe de Pedro (6, 6b-S, 26).

    4. Desde la profesin de fe de Pedro hasta losanuncios y la proximidad de la pasin (S, 27-10,52).

    31

  • 5. El enfrentamiento en Jerusaln (11,1-13,57).

    6. El cumplimiento de los anuncios de la pasiny de la resurreccin (14,1-16,8).

    Pero estas seis etapas no se presentan de la mis-'Tla manera; las cuatro primeras preparan las dosfinales, que transcurren por entero en Jerusaln;adems, se juntan en parejas. '

    Desde el punto de vista del drama (la segundalectura), el evangelio se divide en dos grandes par-tes, centradas en la profesin de fe de Pedro (8,29).

    Desde el punto de vista de la catequesis delos discpulos, hay que distinguir ms bien trespartes:

    -la llamada de los discpulos (1, 16-6, 6a).Llamados por Jess, forman a su alrededor un grupoque toma poco a poco su propia fisonoma respecto

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    a los adversarios y respecto a la gente (1. 8 y 2.8etapa);

    -la formaci6n de los discpulos (6, 6b-10).Jess se consagra a la formacin de sus discpulos,introducindolos en la comprensin de su persona,de su obra y de su propia misin. Pero Marcos insis-te tambin en la incomprensin de los discpulos:incomprensin de la persona y de la obra de Jess,antes de la profesin de fe de Pedro, e incompren-sin del camino que lleva a la gloria, despus de s-ta (3.a y 4. a etapa);

    - la revelaci6n en Jerusaln (11-16): 5.8 y 6.8etapa.

    El cuadro sinptico que acompaa nos permitircomparar estas tres distribuciones del evangelio deMarcos y ver cmo se completan mutuamente.

  • TRES DISTRI BUCIONES DEL LI BRO

    1. SEGUN EL ESPACIO 2. SEGUN EL DESARROLLODEL DRAMA

    3. SEGUN LAS RELACIONESPERSONALES

    1-13 A orillas del Jordan1 1 13 La voz celestial llama a Jesus

    "mi hijo amado"1 13 Jesus y Juan bautista

    B. JESUS SE REVELA

    A. QUIEN ES JESUS7

    8, 27 Pedro dice Tu eres el Cristoy la voz celestial Este es mihijo amado

    Jesus dice El hijo del hombresera rechazado muerto yresucitara (8, 27-10, 52)

    a Fracaso del hijo de David enJerusalenel hiJO del dueo de la Viael hiJO de David (11-13)

    Jesus se declara ante el sane-drln Cristo, hijo de Dios

    Dlscuslon sobre el rey de losjudloS

    Un pagano dice este hombreera hijo de Dios

    DesconCierto de las mUjeresante la revelaclon de la resu-

    16, 8 rreCClon

    3 7

    I6 6

    B. DIFERENCIA ENTRE JESUS VSUS DISCIPULOS

    1.8 etapa: Presentacin del tringu-lo de personajes

    1 14 Jesus y sus dlsclpulos frente a3 6 la gente y los adversarios2.8 etapa: ruptura con los adversa-

    rios y parientes de JessLos dlsclpulos quedan aparta-

    dos de la gente y se distinguende los adversarios y de lagente

    3. 8 etapa:6 6b Jesus y la falta de inteligencia

    I de los dlsclpulos sobre su pro-8 26 pla mlSlon y la de Jesus

    4. 8 etapa:8 27 Jess y la falta de inteligencia

    I de los dlsclpulos sobre su pro-10 52 plO camino y el de Jesus

    A. JESUS V SUS DISCIPULOS, LAGENTE, LOS ADVERSARIOS

    C. JESUS V LOS DISCIPULOSFRENTE A SUS ADVERSARIOSEN JERUSALEN

    5. 8 etapa:11, 1 El enfrentamiento de Jesus con13, 37 sus adversanos en Jerusalen

    6. 8 etapa:14, 1 Jesus prepara a sus dlsclpulos

    Ipara el drama de la paslon(14 1-42)

    a Jesus solo ante los Jueces y ver-I dugos (14 43-15,41)t Las mUjereS y el sepulcro de Je-

    16, 8 sus (15, 42-16, 8)

    La proximidad del reino de Diosmanifestada por las palabrasy los actos de poder deJesus pero la Identidad deJesus debe permanecer ocul-talos demoniOs saben perohan de guardar SilenCIOlos hombres se preguntan (1,14-6, 6a)

    Opiniones de la gente sobreJesuslos dlsclpulos asociados a sumlSlon son Incapaces decomprenderlo (6, 6b-8, 26)

    a

    1

    A. MINISTERIO EN GALILEA VMAS ALLA DE LAS FRONTE-RAS

    a16, 8 AnunCIO de la reunlon en Gali-

    lea

    11, 1 MInlsterlO y paslon de Jesus enJerusalen

    Las dos Orillas del lago (4-5)a Nazaret y aldeas vecinas (6, 1

    13)Las dos Orillas del lago (6, 30-7,

    23)Terntorlos ludiOS y terrltonos

    paganos (7, 24-9, 29)Travesla de Galilea y estancia

    en Cafarnan a ocultas (9,9,50 30-50)

    10, 1-52

    1, 14 En Cafarnan y fuera de Cafar-n8un (1, 16-3, 35)

    B. SUBIDA A JERUSALEN

    C. EN JERUSALEN

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  • 1.8 ETAPA

    Jess llama a sus discpulos

    DESDE LA LLAMADA DE LOS CUATROPRIMEROS DISCIPULOS HASTA LAINSTITUCION DE LOS DOCE (1, 16-3, 12)

    Esta etapa comienza bruscamente con una esce-na de vocacin.

    La llamada de los cuatro primerosdiscpulos (1, 16-20)

    Es bien conocida la historia. A las orillas del lago,Simn y Andrs, ms tarde Santiago y Juan apare-cen preparando las redes para pescar. Jess los lla-ma... "y el/os le siguieron". Un relato demasiadoseco y sorprendente. Antes, no tenemos ms que unttulo general para resumir el ministerio de Jess enGalilea: "Despus que Juan fue preso, marchJess a Galilea y proclamaba la buena nueva deDios: 'El tiempo se ha cumplido y el reino de Diosest cerca,' convertos y creed en la buena nueva'"(1, 14-15).

    Despus de este ttulo general, el primer relato enel que se ve a Jess en contacto con las gentes, enuna escena muy concreta, es esta llamada a los cua-tro discpulos. Se percibe claramente que el lugarde este episodio no est impuesto por razonesde orden biogrfico. Cmo conocan aquellos

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    hombres a Jess? Un desconocido se encuentra conellos y les dice: "Seguidme!", y ellos le siguen... Esalgo inconcebible psicolgica e histricamente. Noes verosmil que el primer acto del ministerio pbli-co de Jess haya sido el de llamar a los cuatro. Sieste episodio ocupa el lugar inicial, es por un motivodistinto del de escribir una biografa en donde lascosas se van narrando tal como sucedieron en larealidad de la vida.

    Lucas, por otra parte, lo ha visto con claridadcuando deja esta escena para ms tarde: Jess sepresenta primero a la gente; ms tarde, en medio dela gente, se destacan algunas personas y l las lla-ma. Lucas es el evangelista que demuestra mayoresfuerzo en hacer 'Ias cosas verosmiles desde elpunto de vista psicolgico.

    El orden de Marcos obedece a otras preocupacio-nes, que iremos descubriendo poco a poco.

    Inmediatamente despus de esta escena, veriscmo ellos penetran en Cafarnan (1, 21). As,pues, Jess va acompaado entonces por susdiscpulos. Esa es la imagen de Jess en Mar-cos: Podis suponer siempre que los discpulosestn con l. No habr ms que una excepcin, per-

  • fectamente comprensible: cuando Jess enva a losdoce a misionar. Pero es curioso comprobar cmoentonces Marcos no tiene nada que contar sobreJess. Cuando los discpulos salen a misionar, elrelato se detiene y Marcos se pone a referirnos laopinin de Herodes sobre Jess y a relatarnos elasesinato de Juan bautista. Y el relato se reanudacon el regreso de los doce.

    Finalmente, la nica vez en que Jess aparecesolo es en Getseman. Para su pasi6n, Jess estsolo: los discpulos han huido. Esta visin de Jesssolo resulta entonces dramtica.

    Desde el comienzo, por tanto, Jess est siemprecon sus discpulos y Marcos no puede decir nada del si los discpulos no estn a su lado. Esto explicaperfectamente que la llamada de los cuatro figureen la cabeza del relato. Se trata de una eleccin deli-berada del autor.

    A continuacin, por consiguiente, Jess, seguidode los cuatro discpulos, entra en accin. Es lo quese ha dado en llamar "la jornada de Cafarnan".Este relato merece un estudio ms largo, que ospermitir seguramente ejercitaros personalmente enla lectura de un texto.

    "La jornada de Cafarnan"(1, 21-39)

    El da de sbado, Jess y sus discpulos entran enCafarnan (1, 21). Luego, se habla del "atardecer"(1, 32). Finalmente, el ltimo episodio tiene lugar"de madrugada" (1, 35-39). As, este conjunto sesita en una unidad de tiempo y de lugar.

    Podrais empezar por un ejercicio de lectura espontllnea,sin pretensiones. por una lectura amena, como si fuera laprimera vez que lo leis, subrayando todo lo que os extraa-ra si no estuvierais habituados. Despus de esa lectura y dehaberla comprendido bien. fijaos en lo que ms se os ha gra-bado. en lo que ms os ha impresionado de ese "reportaje"( ser acaso un reportaje 7) Qu es lo que Marcos ha recal-cado de forma especal 7 Qu es lo que habis subrayado en

    el texto 7 No tengis miedo de hacer una lectura subjetivista,en la que os comprometis a vosotros mismos, en la que osproyectis en el texto (desde luego, sin aadir nada, ya queparts nicamente del texto).Luego, buscad la unidad de ese trozo: hay realmenteuna unidad 7 No slo de lugar y de tiempo, sino una unidadde lo que se revela en Jess (cmo concibe su misin)?Qu es lo que anuncia esta jornada, tal como nos la cuentaMarcos 7...Podris entonces comparar vuestra lectura con la que seos propone en las pginas siguientes. Podris tambin con-frontarla con un tipo particular de lectura, como el que pro-pone el Leccionario dominical. donde se relaciona a Mc 1,21-28 con Dt 18, 15-20, y a Mc 1,29-39 con Job 7, 1-7:estas relaciones nos ofrecen una perspectiva, una ilumina-cin, pero que no es ms que una luz entre otras varias.

    Jess anuncia el evangelio (1, 14-39)

    A) DIVERSAS MIRADASSOBRE EL TEXTO

    La "jornada de Cafarnan" no se sostiene por ssola; est sealando algo que ocurri antes "entranen Cafarnan": luego Jess no est solo; se recuer-da la vocacin de los discpulos) y se abre a un "des-pus" ("vayamos a otra parte": 1, 38). De hecho, launidad comienza en el versculo 14.

    El espacio

    Empecemos por las observaciones ms claras,las que definen el espacio en el que se desarrolla laaccin. Se obtiene entonces el siguiente cuadro:

    Predicaba en Galilea (14).A la orilla del mar (16, 19).Entran en la ciudad (21).Entran en la sinagoga (21).Salen de la sinagoga (29).Entran en la casa (29).Reunin en la puerta de la ciudad (la plaza pblica) (33).Sale de la ciudad hacia el desierto (35).Va a otra parte, a las aldeas cercanas (38).Fue predicando por toda Galilea (39).

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  • Se cierra as el ciclo. Lo que ocurre en Cafarnan,en el centro y especialmente en la sinagoga, es unejemplo de lo que ocurre en un espacio ms amplio(toda la Galilea). En Cafarnan ensea y expulsa aun demonio. Es lo que hace tambin en toda la Gali-lea, lo que puede producirse por todos los sitios pordonde pasa Jess. Segn Marcos, se podra multi-plicar indefinidamente la que ha descrito en Cafar-nan, centro de la misin.

    Esta oposicin mayor Cafarnan/G alilea enterava acompaada de otras oposiciones;

    - la sinagoga, lugar de la oracin pblica,- la casa, lugar de la vida privada,- la puerta de la ciudad, lugar de la vida pblica.De esta forma, Marcos engloba todo el espacio

    imaginable, religioso y profano, privado y pblico. Esuna manera de sealar que la acci6n de Jessinteresa al ser humano por entero, en todas susdimensiones.. Est tambin la oposicin ciudad/desierto. La ciu-dad es el Jugar de la accin, el desierto es el de laoracin solitaria. Pero el desierto hace de lugar detrnsito para "ir a otra parte". No hay exclusivismopara la misin; la misin est siempre ms all; peroes el desierto, la soledad, lo que sirve para lanzar lamisin.

    De este modo, las indicaciones de lugar no son"inocentes"; tienen un significado. Se trata de unacomposicin literaria de Marcos o corresponden auna realidad? Las dos cosas; se refieren a una reali-dad, pero se trata de una composicin literaria, yaque es un texto. El espritu ha ejercido tambin suactividad, ha subrayado, unificado y organizado cier-tos hechos entre otros varios. Ha hecho de la unidadespacial el smbolo de otra unidad.

    El evangelio

    Hay otro principio unificador que aparece en losversculos 14 y 39: la proclamaci6n del evange-lio. La palabra "evangelio" se encuentra en el ver-

    36

    sculo 14 ligada a la palabra "predicar". Lo que sepredica, en Marcos, es siempre el evangelio (tanto siesta palabra aparece explcitamente como si estimplcita). En el versculo 39, encontramos simple-mente "predicando" (se sobrentiende: el evangelio).As, pues, Galilea es el espacio para el evangelio.

    Qu significa "predicar el evangelio"? Qu ocu-rre cuando se muestra a Jess en accin? Doscosas: Jess realiza

    -una enseanza,- actos de poder: curaciones y exorcismos. l

    Estos dos aspectos estn sintetizados en el ver-sculo 27 en una pregunta: "Qu es esto? Una doc-trina nueva, expuesta con autoridad. Manda a losespritus inmundos y le obedecen". La enseanza deJess y su poder son una misma y nica demostra-cin de lo que es Jess. Esta misma agrupacinvuelve a aparecer en el versculo 39: "Recorri todaGalilea predicando en sus sinagogas y expulsandolos demonios".

    Tenemos, pues, una nocin muy activa der evan-gelio. La autoridad de Jess se manifiesta dedos maneras: enseando V expulsando losdemonios. Hay que relacionar esto con lo que sedice en el versculo 14: "EI reino de Dios est cer-ca". En Jess se ve que Dios est actuando. Diosreina, acta como un rey. Proclamar el evangelio esdemostrar por medio de la palabra que Dios actaen los acontecimientos.

    El poder de Jess se manifiesta en la sinagoga,luego en la casa, finalmente en la puerta de la ciu-dad: se comprende todo el espacio urbano. Se ejer-ce expulsando a los demonios y curando a los enfer-mos. Hay que distinguir concretamente entreenfermos y endemoniados? Aqu, por lo menos,

    1 No queda sitio para estudiar los relatos de las curacionesque tuvieron lugar en Cafarnan. Puede verse X. Lon-Dufour.La curacin de la suegra de Simn Pedro (1,29-31) en Estudiosde Evangelio, 119-143; G. Gaide. Gurison d'un lpreux (1,40-45): Assembles du Seigneur 37 (1971) 53-61; Id., Le paralyti-que pardonn et guri: Assembles du Seigneur 38 (1970)79-88.

  • Marcos los sita en la misma categorfa. En la sina-goga, se trata de un endemoniado; en la casa, de unapersona enferma. Pero esta enferma tiene fiebre y lacuracin consiste en expulsar la fiebre. Se trata de lainfluencia nefasta de un demonio que se va cuandoJess lo echa. Tenemos que recordar aquf aquellavieja creencia, que atestigua inclusQ el evangelio deLucas, del que se sabe que era mdico (Col 4, 14).En el versfculo 32, los enfermos y los endemoniadosllevados a la puerta de la ciudad estn asociadosdentro de la misma categorfa.

    Publicidad y secreto

    El anuncio del evangelio (enseanza y actos depoder) tiene como resultado la popularidad deJess: "bien pronto su fama se extendi por todaspartes" (1, 28); "la ciudad entera estaba agolpada"(1,32); "todos te buscan" (1,37). La publicidad dela accin de Jess queda indicada al principio:"march Jess a Galilea y proclamaba la buenanueva" (1, 14), Y al fin: "recorri toda Galilea predi-cando" (1, 39).

    Pero, como contrapunto, est la consigna desilencio: "Jess le conmin: 'Cllate!''' (1, 25).Jess se march al desierto (1, 35L el desierto de laoracin, pero tambin el desierto de huida de la gen-te. Y cuando sta le busca, Jess no vuelve a ella,sino que se va a otra parte. Se da un contraste, muyestudiado ciertamente, entre popularidad y secreto.La popularidad se expresa bajo la forma de una pre-gunta: "Qu es esto?". En efecto, Jess es visible,habla como nadie ha hablado. Pero todavia no hayrespuesta para esta pregunta; hay que guardarsecreto.

    B) LEER EL TEXTO HOYAsi, pues, hay varios temas que constituyen la

    unidad del texto: el espacio, el anuncio del evange-

    lio, la publicidad y el secreto... Si queremos profun-dizar en ellos, se puede estudiar uno de esos temas,buscar sus correlaciones con los dems, viendo c-mo una indicacin est pidiendo otra.

    Por ejemplo, las indicaciones relativas alespacio tienen un profundo significado. Se dir:Jess se inserta en la vida religiosa de su tiempo (lasinagoga). Es verdad. Pero no se encierra dentro deella; va tambin a la gente y se inserta en la vidaprofana. En Marcos, slo se presenta a Jess en lasinagoga en tres ocasiones. La tercera vez es enNazaret y alli se le cierra la puerta (6,2). A partir deaquel momento, Marcos no nos presenta ya nunca aJess en la sinagoga. El evangelio no se quedaencerrado en el mundo "religioso".

    Tenemos asi un criterio seguro para actualizar lapalabra de Dios. Partimos del punto central delpasaje en que dice Jess: "El reino de Dios est cer-ca" (1, 14). Esto se manifiesta en la palabra y en laaccin de Jess; pero se manifiesta en todas partes:en privado, en pblico, en la vida religiosa, en la pro-fana. Lo mismo ocurre hoy; la intervencin de Diosse ejerce en todos los sectores de la vida y tenemosque dar testimonio de ello con nuestra palabra.Anunciar el evangelio ser demostrar cmo liberaDios del mal a los hombres de hoy.

    Tambin se puede estudiar la autoridad deJess en su enseanza, preguntarse en qu con-siste la novedad de su enseanza. Es acaso por sucontenido? Marcos no habla de ello, sino que insisteen el poder de su palabra. La enseanza es nuevaporque est llena de autoridad. Es lo contrario que lade los escribas, que slo tienen una autoridad profe-sional: son profesionales de la escritura, de la inter-pretacin de la ley, transmitiendo una tradicin queno hacen ms que repetir. Por el contrario, Jesshabla sin titulo alguno; su autoridad proviene dealgo distinto de su cualidad profesional, es unaautoridad que viene de arriba. La gente se dacuenta de ello y le pregunta: "Con qu autoridadhaces esto?" (et. 2, 10; 2, 28). Hoy sabemos muybien que, al lado de los que tienen una autoridad

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  • basada en su competencia profesional, estn aque-llos cuya palabra se impone con cierta evidenciaporque suena como un testimonio autntico. Sitenemos una funcin de enseanza en la iglesia,podemos preguntarnos: somos unps escribas querepiten una leccin bien aprendida, o somos testi-gos? Pero interviene otro elemento, o sea, la autori-dad soberana de Cristo, ante la cual tenemos siem-pre que borrarnos a nosotros mismos, porque tantonosotros como nuestros oyentes hemos de some-ternos a esa autoridad, de la que no somos ms queservidores. 2

    Una cuesti6n difcil:la presencia de los demonios

    Los demonios aparecen ya en este pasaje. Tienenincluso una forma de presencia realmente extraa.Saben que Jess es el Cristo. Casi nos entran ganasde poseer su ciencia; i si pudiramos saber tantocomo ellos! Pero es una impresin falsa: si el demo-nio habla, es para echar la zancadilla; quiere revelarla identidad de Jess para que fracase su misin.Por eso Jess le manda callar. La clave de este "se-creto mesinico" no se nos da aqu todava, peropronto la tendremos; en resumen, antes de la pasinde Jess se corra el riesgo de engaarse diciendoque Jess era "el Cristo" o "el hijo de Dios". CuandoPedro le llame de ese modo (8, 29), Jess tendrque invitarle a un discernimiento: 'Tus pensamien-tos son los de Dios o son los de los hombres?". Dehecho, en tiempos de Jess, haba muchos indivi-duos que se presentaban como "cristos" y habamuchas maneras de comprender el ttulo de "hijo deDios". Por eso habla el demonio.

    A los demonios se les llama espritus inmun-dos. En nuestro lenguaje, se tiene la tendencia apensar inmediatamente en la impureza sexual. Perono se trata de eso. En el lenguaje bblico, "inmundo"o "impuro" quiere decir "contrario a lo sagrado".Est el Dios santo; y .todo lo que es incompatible

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    con l es designado con la palabra "impuro". Losdemonios forman parte de las fuerzas de oposicin ala santidad divina; por eso Jess expulsa a los esp-ritus inmundos. En compensacin, estn las cosassantas. Slo Dios es santo, pero su santidad sedifunde por todo lo que le pertenece, por todo lo quele est consagrado. Y esto se realiza de una maneratotal en Jess. Por eso, el demonio lo llama "el san-to de Dios" (1, 24). Y como se da una oposicinabsoluta entre el mal y la santidad divina, la venidade Jess, del santo de Dios, hace estallar la guerra.Es el desorden, la batalla, el terror, el pnico. Jessno es solamente el mdico que viene a traernos elremedio. Su venida desencadena la erupcin delmal;3 la publicacin del evangelio suscitar las per-secuciones. Se vislumbra en Marcos una concep-cin dramtica de la encarnacin. La encarna-cin no es una aventura bonita y barata...

    Despus de esta "jornada de Cafarnan", vuelvea comenzar en 2, 13 una escena de vocacin seme-jante a la de los cuatro primeros discpulos.

    La llamada de Lev (2, 13-14)Jess se encuentra en la orilla del mar; de pasa-

    da, ve a Lev sentado en el despacho de impuestos.Le dice: "Sgueme"; Lev se levanta y le sigue.

    Vemos luego a Jess en casa de Lev; muchospublicanos y pecadores estn sentados a la mesacon Jess y sus discpulos (2, 15-17). Es la primera

    2 Puede verse tambin el comentario de G. Gaide, Les deux"maisons" (Me 3, 20-35): Assembles du Seigneur 41 (1972)39-53.

    J En el evangelio, los demonios no intervienen nunca msque bajo el aspecto de su influencia sobre los hombres, porejemplo la enfermedad, excepto en el caso de la tentacin en eldesierto. Jess viene a acabar con la influencia diablica sobreel mundo; por eso se le muestra curando a los endemoniados.Hoy evidentemente se tomaran ms precauciones para identifi-car al demonio en los epilpticos, paranoicos, esquizofrnicos,etctera. Pero aquellos eran otros tiempos.

  • mencin de "Jess con sus discpulos". Se nospresentan como solidarios frente a las objeciones delos adversarios, que hacen su aparicin en este cap-tulo segundo.

    Jess y SUS discpulos solidariosfrente a los adversarios (2, 15-3, 6)

    Acaba de tener lugar la primera discusin (2, 1-10); los adversarios atacan personalmente a Jesspor haber perdonado los pe~ados del paraltico. Apartir del versculo 15, se enfrentan con Jess, aun-que la objecin se les hace a los discpulos: "Qu?Es que come y bebe con los publicanos y pecado-res?" Y es Jess el que les responde. Luego atacana los discpulos, aunque presentan su objecin aJess: "Por qu, mientras los discpulos de Juan ylos discpulos de los fariseos ayunan, tus discpulosno ayunan?" (2, 18-22). Esta ltima objecin serefiere al hecho de que los discpulos, al pasar porun campo sembrado de trigo un da de sbado,haban desgranado algunas espigas.

    En todos estos episodios resalta de forma eviden-te la solidaridad de Jess y sus discpulos frente alos adversarios.

    Los adversarios hacen pues su aparicin en elcaptulo 2 para atacar a Jess y a los discpulos. En3, 6, se les ve fomentando un complot contra Jess.Las cosas van demasiado aprisa; los fariseos se re-nen enseguida en consejo con los herodianos paraacabar con Jess.

    En 1, 14-45, tenamos sencillamente, como fon-do del cuadro, a Jess con sus discpulos y la popu-laridad de Jess.

    En 2-3, 6, aparecen los adversarios; la gente casino se presenta, aunque se la menciona en 2, 13.

    Ya est formado el tringulo: Jess y susdiscpulos -la gente- los adversarios. La pre-sentacin de los personajes es muy rpida en contrade lo que se podra esperar; es inconcebible que losfariseos, tras unas cuantas controversias, pensaran

    Lectura cristianade los evangelios

    CUG/ldo leemos el evangelio, es importante des-('/{hrir ell Ilosotros mismos las aspiraciones pro-fundas que llevamos dentro de nosotros, a las que

    "c~pollde precisamente el Cristo del evangelio. Elcl'all~elio e'(ige de nosotros cierto tipo de compor-lamiellto. Pero, por qu nos exige que obremosde c~e modo? Cul es la raz del comportamien-lo que ~e nos exige? Por ejemplo: Jess va acomer a casa de Lev; acoge a los pecadores; hayall ulla revelacin de Dios, de lo que l es, y Diosquiere vivir en nosotros. Nosotros tambin quere-mm que Dios viva en nosotros. Hay una parte de

    1l()50tro~ mismos que est profundamente