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Texto sobre las nociones básicas de la Psicología analítica de Carl Jung, basado en sus obras.

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I .as I leras, Antonio.Manual de Psicología Junguiana. - laed. - Buenos Aires: Trama, 2008.228 p.; 23x16 cm. (Psykhopómpos)

ISBN 978-987-21314-2-5

1. Ensayo Argentino. I. TítuloCDD A864

© by Antonio Las Meras para Editorial TramaCampana 3238. piso 5(1417) Ciudad Autónoma de Buenos Aires.República Argentinawww.antoniolasheras.com.arwww.jung-argentina.com.arinfo@jung-argentina.com.ar

Autor: Dr. Antonio Las MerasTexto establecido por: Lie. Silvina Laura Mazal. (Psicóloga. UBA)Área técnica: Viviana Griselda del RíoDiseño de tapa: Roxana LanzilottiFoto del Dr. Las Meras: Nacho GattoAgradecemos la asistencia de Mariano Las Meras

Se prohibe la reproducción total o parcial de este libro, a través de mediosópticos, electrónicos, químicos, fotográficos o de fotocopias, sin la previaautorización por escrito del autor.LA FOTOCOPIA DE LIBROS ES UN DELITO

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723Impreso en la Argentina / Printed in Argentina.

M a n u a l deP s i c o l o g í a

J u n g u i a n a

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INTRODUCCIÓN

• Principales conceptos distintivos de la Psicología de losArquetipos desarrollada por Cari Gustav Jung.

• Lo Inconsciente Colectivo.• El universo onírico.• Origen y función de las neurosis.• Los Complejos.• El trabajo psicoterapéutico.• Individuación: aspiración del análisis junguiano.• La Psicología Junguiana en la Argentina actual.

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Manual de Psicología .lunguitinii

Principales conceptos distintivos de la Psicología delos Arquetipos desarrollada por Cari Gustav Jung

Entre los nacidos en Occidente durante el Siglo XX. Cari GustavJung (Suiza, n. 28/7/1875; f. 6/6/1961) es una de las personalidades másfascinantes. Médico psiquiatra, pilar de la moderna Psicología de loInconsciente, antropólogo, políglota, experto en esoterismo, Filosofía,Historia y Arqueología; investigador de la Alquimia y la simbología,estudioso de la Astrología, convencido del status científico de laParapsicología, interesado en el fenómeno ovni y autor de poesía.

Una aproximación a las variados y enigmáticos temas humanísticosque interesaron al sabio suizo la tendremos recordando que«Psicopatología de tos llamados fenómenos ocultos» (1899) es eltítulo de su primera obra, tesis con la que se doctoró en Medicina. Se tratade una investigación sobre cierta muchacha -prima suya- que oficiaba demédium en sesiones espiritistas, muy de moda por aquel entonces. «Sobrelas cosas que se ven en e! cielo», fue su último libro, publicado un añoantes de su muerte. Analiza allí aspectos psíquicos que pueden extraersede los testimonios sobre apariciones de ovnis. (*).

«Siete sermones para los muertos» es un libro de poemas, escritoen latín durante sujuventud, producto de momentos de intensas irrupcionesurquetípicas a su Consciencia que le produjeron inusuales estadosespirituales.

Pero sin dudas, lo más conocido sobre el Maestro de Zürich es eltema de lo Inconsciente Colectivo. Pero, ¿Qué es lo InconscienteColectivo?

(*) La primera edición castellana fue hecha por Sur, legendario sello propiedad deVictoria Ocampo.

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A n l o n i o Las I l e í a s

Lo Inconsciente Colectivo

Freud produjo acertadamente la idea de «lo inconsciente» enreemplazo del tradicional «subconsciente» utilizado durante siglos. Aceptarla existencia de una subconsciencia significaba suponer que ésta tiene unarelación de dependencia con lo Consciente. La lúcida visión freudianapermitió entender que la cuestión es a la inversa. Ese aspecto profundodel psiquismo - bautizado inconsciente - es lo que establece la conductahumana y poco puede hacer el mundo consciente al respecto.

Lo inconsciente, al momento del nacer el individuo, es sólo potencia,esbozo, algo que habrá de formarse, paulatinamente, con -principalmente -emociones, sentimientos, sueños, recuerdos, frustraciones, realizaciones,éxitos, tristezas y alegrías.

Las investigaciones de Jung sobre mitología universal y análisis demiles de sueños, lo llevaron a proponer la existencia de dos aspectosinconscientes. Lo «Inconsciente Personal», bastante similar al inconscientefreudiano, y lo «Inconsciente Colectivo», raíz y esencia del alma humana.A diferencia del resto de la psique, este aspecto es inconsciente en todosu sentido y se encuentra plenamente constituido al momento delnacimiento.

Lo Inconsciente Colectivo está constituido cual si se tratara delechos secos de antiguos ríos (las estructuras arquetípicas) que, de vez envez, reciben agua (los arquetipos) y, entonces, se manifiesta. Estasestructuras son el resultado de los momentos emocionales esenciales yfundantes de la Humanidad. Allí está la arquitectura de los arquetipos que,luego, cada civilización, en todos los tiempos, dará a luz: Dios, loDemoníaco, el Bien, el Mal, el miedo a la oscuridad, el Héroe, el AncianoSabio, la Diosa, la Doncella y tantos otros. Jung describió algunosarquetipos muy peculiares, como el Ánimus, aspecto psíquico masculinoque, originado en lo Inconsciente Colectivo, habita en el psiquismo de lamujer, y el Ánima, aspecto psíquico femenino del varón.

En «Símbolos de Transformación», uno de sus libros fundamentales,Jung aclara que «... no he descubierto un rasgo hereditario propio de

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Manual de Psicología

una raza, sino un carácter humano universal. No se trata derepresentaciones mentales innatas, sino de una disposición funcionala emitir las mismas ideas o ideas muy semejantes. Llamé,posteriormente, arquetipo a semejante disposición».

El universo onírico

En Psicología Compleja existe una precisa clasificación quediferencia los sueños compensatorios de los no compensatorios. El análisisde los sueños, a través del método de amplificación - creado por el mismoJung- reviste gran importancia en la búsqueda por desentrañar el psiquismo.Los compensatorios coinciden en su descripción con el Psicoanálisisfreudiano. En cambio, los no compensatorios incluyen los arquetípicos,anticipatorios, traumáticos, pro ícticos y parapsicológicos.

El primer sueño relatado en análisis suele mostrar, habitualmente,una visión del problema en cuestión y un esbozo de la forma en que habráde resolverse. «Dime lo que sueña un hombre y te diré lo que es»,afirma un proverbio árabe.

Para su análisis la Psicología Junguiana propone un trabajo activopor parte del soñante; de manera que la interpretación surja de éste. Enel mej or de los casos, el analista realizará una tarea de mutua colaboracióny reflexión conjunta; pero nunca será quien imponga una idea. Para queesto resulte más viable, Jung recomendaba llevar un cuaderno donde anotartodo recuerdo onírico y que, una vez avanzado el trabajo analítico, fuerael consultante mismo quien realizara las interpretaciones, que seríanprofundizadas en la sesión.

«En cuanto me es posible - aclaraba Jung - no interpreto jamásun sueño por sisólo. Por regla general un sueño pertenece a una serie.Lo mismo que en lo consciente reina una continuidad, prescindiendodel hecho de que es periódicamente interrumpida por el sueño, igualhay quizá también una continuidad en los procesos inconscientesincluso más estricta que en los procesos del consciente».

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A l l l o m o l . ; i s I l i ' l ' i i s

Origen y función de las neurosis

Jung aceptaba que en los orígenes de la Humanidad, cuando loanimal prevalecía en el hombre, la libido fue sexual. Pero, conforme nuestraespecie fue diferenciándose más y más de los animales, esa energía fuemodificándose hasta la actualidad, por lo que aquella carga instintivadesapareció casi totalmente. De manera tal que la Psicología Complejadenomina «libido» a la energía psíquica en sí misma sin otorgarle correlatoalguno con lo sexual. «Protolibido desexualizada» la denominará Jung.

Explica el suizo que «la causa de las neurosis estribafundamentalmente en una incapacidad para resolver un problemaactual, siendo una actitud mental que puede hacerse permanente yagudizarse más y más- cada día».

La Psicología Junguiana encuentra en las neurosis, además deaspectos negativos, el hecho positivo de que en ellas se pueden encontrarlas semillas de nuevas posibilidades de desarrollo personal. Por otro lado,las causas de las neurosis no están únicamente en el impulso sexual o losdeseos de poder, sino en el impulso cultural y las necesidades espiritualesque adquieren gran importancia en la segunda mitad de la vida. Aquelloque provoca las neurosis no deberá buscarse, exclusivamente, en el pasadodel individuo sino - particularmente - en su presente; pues es en el ahoradonde su libido no está consiguiendo que la persona supere determinadosobstáculos que lo llevarían a un nuevo estado de desarrollo que suConsciencia anhela.

Los Complejos

El concepto de «complejo», inmediatamente adoptado por elpsicoanálisis y tan popularizado, es un hallazgo junguiano. Complejo sedenomina a una manifestación que acontece en lo Inconsciente Personal,cuya raíz se encuentra en lo Inconsciente Colectivo y que requiere lai nía -vención de un fenómeno de represión para producirse. Expresa Jungque lales complejos «...brotan del inconsciente e invaden la mente

Millllltll tic Psicología .

consciente de obsesiones e impulsos desconcertantes einexpugnables es un error deplorable considerar la psique humanacomo algo meramente individual y estudiarla tan solo desde un puntode vista personal. Semejante explicación no puede admitirse, sino enlo que respecta a las relaciones y quehaceres cotidianos y ordinariosdel individuo». En sus conferencias, cuando alguien preguntaba sobre loscomplejos que uno tiene, Jung interrumpía diciendo: «Uno no tienecomplejos... los complejos lo tienen a uno».

El trabajo psicoterapéutico

El análisis junguiano se hace cara a cara frente al analista. Igualmentepuede convenirse realizar la sesión caminando por un parque o modificarel tiempo de la misma. Algunas sesiones pueden convertirse en amenosdiálogos y otras estar constituidas por actividades vivenciales, como laimaginación activa, de modo que puedan lograrse determinadassensaciones, emociones y sentimientos; todo enriquecedor en la búsquedapor conseguir la «individuación» (que nada tiene que ver con«individualidad»), meta del análisis creado por el sabio suizo.

Jung atendía a cada uno de sus consultantes de acuerdo a la situaciónespecífica del mismo y su proyecto de vida, partiendo de la base de queno hay dos seres iguales. El trabajo se hacía de manera flexible. Jungentendía que las «técnicas previamente establecidas» (asociación libre, usodel diván, etc.) eran más un obstáculo que una ayuda. Cuando el tratamientoparecía estancarse, Jung daba a su consultante tres posibilidades para,juntos, elegir una: dar por terminado el trabajo analítico, hacer confeccionaruna carta natal del analizado o consultar el I Ching (Libro de lasMutaciones). Estas conductas, que le valieron el sobrenombre de «Magode Zürich», muestran su tendencia a utilizar, en la indagación del espíritu,lodo lo que consideraba apropiado y no solamente lo que la universidadle había enseñado o aquello que estaba establecido por los usos ycostumbres, sino igualmente lo aprendido a través de otras maneras deindagar el Universo y conocer sus leyes, como es el esoterismo.

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A m o n i o Las U n a s

I ',s inlcivsunte señalar que Jung no usaba la expresión «pacientes»,< Kv ia en cambio - «la gente que trabaja conmigo» con clara coincidenciacon el hecho de que el entrenamiento analítico implica responsabilidad ycompromiso de ambas partes. Es un trabajo de rol activo para dosprotagonistas.

Individuación: aspiración del análisis junguiano

La «individuación» o integración de los opuestos que conforman lapsique es la aspiración del análisis junguiano.

Lograr individuarse es conseguir el estado particular de amplificaciónde la Consciencia que permite que todos los aspectos del psiquismo serelacionen armónicamente.

Cada persona puede buscar este estado, teniendo en cuenta que laindividuación en sí misma es más una búsqueda - uno de cuyos senderoses el análisis junguiano - que una concreción posible. Jung expresaba que,a su juicio, Jesús y Buda habían conseguido esto y que, tal vez, otros sóloobtuvieron su individuación después de la muerte.

La vida humana tiende hacia una finalidad y las neurosis tienen porobjeto impedir alcanzarla. Una neurosis obsesiva detiene el curso de lavida haciendo que la Consciencia del individuo apenas le permita algunasconsideraciones sobre situaciones futuras que, en verdad, le son posibles.Los síntomas depresivos, en cambio, disuelven toda inquietud por elpresente poniendo un acento exacerbado en el pasado con lo que - a lavez - anulan todo interés por el futuro diluyendo la idea de imaginarproyecto alguno. Otra forma de impedir esta natural evolución hacia laconcreción del «proyecto trascendente de vida» es cuando casi todo elinterés queda puesto en los problemas de la vida cotidiana, lo que haceque igualmente no se produzca la requerida «mirada hacia delante».

El análisis junguiano es un entrenamiento (término más adecuado queel de «tratamiento») tendiente a conseguir que el consultante disuelva esosesquemas de conducta que perturban o impiden - según la intensidad decada caso - la realización de aquellas acciones que son necesarias paraque los deseos positivos de vida tengan concreción.

La Psicología Junguiana en la Argentina actual

En la actualidad, la Psicología Junguiana, Compleja, Profunda o delos Arquetipos - como se suele denominar al resultado de su trabajo -muestra un marcado incremento en el interés de los trabajadores en cienciashumanísticas de América y Europa. Argentina no ha escapado a estefenómeno: particularmente a partir de 1981 en que tuvieron lugar enBuenos Aires las Primeras Jornadas Argentinas de Psicología Junguiana(* *) a la que asistieron alrededor de dos centenares de personas entrepsicólogos, médicos, antropólogos, filósofos, escritores y estudiantes.Algunos años más tarde se realizaron las Segundas Jornadas Argentinasde Psicología de Jung (***). A partir de entonces, el estudio de laPsicología Junguiana comenzó a hacerse frecuente en las universidadesargentinas, sobre todo después del Primer Congreso Argentino delPensamiento Junguiano (****) realizado en 1985. En la actualidad CariGustav Jung ha dejado de ser un desconocido para los estudiantes dePsicología y Medicina. O, solamente, ese discípulo de Freud que se peleó

(**) Las Primeras Jornadas Argentinas de Psicología de Jung se realizaron enjuniode 1981 en el auditorio cedido por la Librería Española ubicada en uno de los sitiosmás tradicionales de la ciudad de Buenos Aires: calle Florida casi Plaza San Martín.Fueron sus autoridades: Prof. Abraham Haber (Presidente), Prof, Dr. Vicente Rubino(Vicepresidente) y Prof. Dr. Antonio Las Meras (Secretario General).(***) Las Segundas Jornadas Argentinas de Psicología de Jung fueron organizadaspor el Instituto de Ciencias del Hombre (hoy Instituto Humanístico de BuenosAires), los días 14 y 15 de julio de 1984 y tuvieron lugar en el ámbito de la SociedadCientífica Argentina, Fue electo presidente de las mismas el Prof. Dr. Antonio LasHeras, Hubo tres mesas redondas y 17 exposiciones, destacándose la de LakhanLal Mehrotra, entonces Embajador de la India en la Argentina, titulada «Carta aJung sobre Hinduismo».(****) El Primer Congreso Argentino del Pensamiento Junguiano (1985) fuepresidido por el Prof. Dr. Antonio Las Heras y realizado en las Salas A y B del CentroCultural Gral. San Martín. El acto inaugural consistió en la lectura de un breve ensayode Ernesto Sábalo sobre la vigencia de C. G. Jung y palabras - entre otros - delSecretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires Dr. PachoO'Donnelly del Prof.Dr. Diego Zabaleta en representación de la Academia Nacional de Medicina queauspició el encuentro.

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A m o n i o I,as

con el padre del Psicoanálisis y que tenía «ideas raras». Atrás quedaronlos tiempos en que, como relató el Prof. Dr. Aldo E. Imbriano en elencuentro de 1985, ni siquiera había oído hablar de Jimg cuando estudiabaPsicología Médica en la Facultad de Medicina de la Universidad deBuenos Aires.

El 21 de junio de 2005, coincidiendo con el Solsticio de Invierno.se fundó la Asociación Junguiana Argentina (AJA); institución que albergaa gran parte de los profesionales que se dedican a la investigación,promoción, atención clínica y difusión del pensamiento junguiano en laArgentina. Desde su creación, la AJA ha realizado cada año un Congresoanual: el Congreso Argentino Anual «Cari G. Jung». con la participaciónde los mayores exponentes del campo junguiano de la Argentina y delexterior. Estos eventos contaron con el auspicio de la Embajada de Suizaen la Argentina siendo, el tercero, declarado de interés Cultural y Científicopor la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires(*****). Asimismo la AJA realiza jornadas, cursos, ateneos clínicos,seminarios y, actualmente está en ejecución el primer curso de formaciónde posgrado de Analistas Junguianos del país. Los miembros de la AJAtambién han sido invitados a disertar en diferentes ámbitos académicos,

(*****) El Primer Congreso Argentino Anual «CarlG. Jung» se realizó en la SociedadCientífica Argentina del 14 al 16 de septiembre de 2005; el segundo tuvo lugar del10 al 12 de noviembre de 2006 en las instalaciones del Centro Cultural ArturoJauretche; y el tercero sesionó del 13 al 15 de septiembre de 2007 en el Museo Roca;todos ellos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Fueron sus auspiciantes: laEmbajada de Suiza en la Argentina (contando en los actos de apertura con laspalabras de la Agregada Cultural de esta Embajada, Isabelle Petersen-Mauhourat),la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), laFundac ión ACTA, la Fundac ión El Libro, la Asociación de Formación eInvestigación en Psicología Analítica (APIPA), la Fundación Praxis Freudiana, laAsociación Argentina de Ciencias Psicofisíológicas, la Editorial Trama, el InstitutoHumanístico de Buenos Aires, el Taller Escuela Kríptos y el periódico «Junguianosde la Argentina». El congreso del año 2007, como mencionamos antes, fue declaradode Interés Cultural y Científico por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de BuenosAires, lo que indica el profundo y significativo valor que se le otorga actualmentea la difusión de! pensamiento y la obra de Cari (1 Jung en la Argentina.

c ien t í f i cos y culturales, como lo son el Hospital Borda, la AsociaciónArgen t ina de Psiquiatría (interviniendo en sus Congresos AnualesInternacionales), la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, lal Inivcrsidad del Salvador, la Sociedad Científica Argentina; entre otras.I ,a Comisión Directiva de la AJA está constituida por los siguientesmiembros fundadores:

Presidente Honorario: Dr. Vicente Rubino (Doctor en Medicina,l IB A. Doctor en Psicología, UAJFK).

Presidente: Dr. Antonio Las Heras (Doctor en Psicología Social,l IAJFK, Gran Cruz Kennedy, 1998).

Vicepresidente: Dr. Rodolfo Fischer (Médico Psiquiatra. LIBA. ExJefe Servicio 17 Hospital de Salud Mental José T. Borda).

Secretaria General: Dra. Ana Brenda Horwitz (Médica. LIBA).Tesorera: Lie. Silvina LauraMazal (Psicóloga, LIBA).Vocal Titular: Lie. Roberto Torres (Psicólogo, LIBA).Revisora de Cuentas Titular: Dra. Teresita Faro de Castaño

( I )octora en Psicología, UB).

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Capítulo I

La «personalidad» en la Psicología Junguiana.Elementos que conforman la «personalidad»

* Lo Consciente.* La Consciencia.* La Persona. .*ElYo,

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Mtiintcil de ¡'sicología JHIIÍÍII ¡iiiiii

¿Qué es la personalidad para Jung?

Para el sabio suizo la personalidad es una totalidad a la quedenomina psique, siendo el resultado de la conformación de todos loselementos que constituyen la estructura psíquica, a la que definimos como«la suma de los procesos mentales».

El ser humano es. esencialmente, un portador de libido, entendiendopor libido la energía total de la psique, y no circunscripta a la energía sexual,I Jbido es arbitrio, capricho, voluntad, gusto, placer, lascivia, lujuria. Peroeso no es la psique, únicamente. Además de la esfera consciente, existelo Inconsciente, que la Psicología Junguiana, divide en dos aspectos: loPersonal, donde se hallan aquellos contenidos que hemos reprimido uolvidado, y lo Inconsciente Colectivo, constituido por las estructurasarquetípicas, que deben entenderse como potencialidades innatas traídas0 >i no herencia de la especie humana y existente desde el momento mismodel nacimiento y que habrán de manifestarse ya en épocas infantiles.

Jung expresa que el campo de incumbencia de la Psicología seencuentra limitado al estudio de la personalidad. Lo que si bien podemosescribirlo en pocas palabras, desarrollarlo es, sin embargo, una tarea ardua,.ivotadoray, seguramente, ímproba. Difícilmente llegaremos alguna vez a1 oiiocer todos los elementos que conforman dicha personalidad, susInteracciones y sus funciones individuales. «La Psicología no es - dice el• . . i b i o suizo - ni biología, ni fisiología, ni ninguna otra ciencia que,precisamente, este conocimiento de la psique».

Aquí el individuo no es tomado como una suma de partes. Tampocoalgo semejante a una reunión de piezas que se van incorporando corno sise (rutara del armado de un rompecabezas. Jung rechaza esta idea porentero. Nada más alejado de la verdad que la suposición de que la

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A m o n i o l , , i s l leras

personalidad se va formando parte por parte y que, si todo resultasatisfactorio, llegará el día en que - probablemente - se encuentre unacierta unidad con organización suficiente para actuar con coherencia. Jungsostiene, en cambio, que cada ser humano nace con la personalidad. «Elhombre no lucha por ella» a causa de que la tiene desde el instante mismodel nacimiento, así como tiene un corazón, y toda su conformación orgánicaque le es fundamental para seguir el devenir como ente viviente.

Esta integridad llamada «personalidad» tiene la característica demanifestar distintos grados posibles de diferenciación, coherencia yarmonía. Lo que cada uno debe hacer durante su vida - dirá Jung - esbuscar alcanzar el máximo grado de integridad que le resulte posible. Aeste proceso lo llama «Individuación», que puede ser un proceso evolutivoespontáneo o el objetivo hacia lo que tiende la psicoterapia analíticajunguiana, la psicoterapia sintético-simbólica.

Cada individuo debe cuidar el desarrollo de esta totalidad. Porqueuna personalidad rota y fragmentada en sistemas separados, autónomosy conflictivos origina deformaciones interiores. Esto es, una personalidaddisociada: neurótica o psicótica.

Jung buscó a través de su psicoterapéutica, ayudar a que losconsultantes pudieran lograr esa integridad - si es que la habían perdido- o hacerla más desarrollada, si es que ya la tenían en forma incipiente. Elpensador suizo tendía así a la obtención de una psicosíntesis. Que es unabuena forma de definir al Proceso de Individuación. Sólo hipotéticamentese puede obtener la individuación total. Cada persona debe intentar hacerprogresos consecutivos que, a través de la integración de los contenidosarquetipales a la Consciencia, su captación, comprensión y asunción, leaproximan más a tal Individuación que es un proceso de integración y nouna búsqueda de perfección.

Las figuras simbólicas claves de Occidente y Oriente, como Jesúsy Buda, son quienes consiguieron -siempre al decir de Jung- máximarealización en lo que a Individuación hace. Su transformación les permitióconseguir trascendencia. Una forma de inmortalidad. Pasaron a convertirseen símbolos arquetípicos. Representan el deseo de la Humanidad poralcanzar lo que para la mayoría suele resultar imposible.

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Miiiiiitil ilc ¡'sicología .

Llegando a este punto Jung pensaba que ese Proceso dehuí i v ¡duación, que sugiere tanto esfuerzo y es tan difícil de concretardurante nuestra vida terrenal, podía completarse luego de la muerte. DiceI .aurens van der Post, quien fuera su amigo personal, que: «El estabaconvencido de que la psique objetiva del hombre, en una parte esencialde ella misma, se comportaba como si no hubiese muerte. Como siella existiera fuera del tiempo y del espacio, y por lo tanto, noestuviese sujeta a ¡a majestad de la muerte»*. Lo cual es decomprobación bastante simple: por lo usual la gente se comporta como sifuera a existir casi por la Eternidad y esta manera de proceder es,ineludiblemente, producto psíquico. Puede aceptarse que se debe a unmecanismo neurótico de la negación de la realidad y de la fmitud de lavida humana pero también podría deberse a un saber inconsciente de quealguna esencia misma de uno permanece tras la muerte física y tal «esencia»mantiene en vigencia aspectos psíquicos distintivos de la persona comolo es, en especial, el Yo.

Si la psique no desaparece después de la muerte física, entoncesresultaría lógico que el Proceso de Individuación continúe. Y hasta quesea relativamente simple de obtener y completar toda vez que queda unol ibre de los elementos y necesidades del mundo físico, incluyendo loperceptivo. Un antecedente de este pensamiento ha de encontrarse enI Matón, a quien Jung estudió muy bien. El filósofo griego sostenía que lamuerte es ésta. Cuando uno transita por la Tierra está muerto porque estáalado al «fardo de carne». Los límites son precisos: el físico. Mientrasque antes de lo que llamamos nacimiento y después de lo que conocemosromo muerte (a través de los otros, porque la muerte es una experiencia111 K- nos muestra su existencia a nivel social, pero individualmente nunca1. 11-111 locemos hasta que ocurre y dej a de servir como experiencia) nuestra. i l m a (la psique junguiana no diferiría mucho de ese concepto) es,\ u (laderamente, libre de expresarse sin barreras. Lo que tanto el filósofoi ' i iq'.o como el Sabio de Zürich están, en este caso, poniendo de manifiesto• •u su posición frente a una de las eternas preguntas humanas: ¿sigue

* v . in l ) i : r Post, Laurens, «Jung y La historia de nuestro tiempo».

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Ai i lon io l .as 1 1 eras

existiendo nuestra personalidad después de la muerte?. ¿.Subsiste unsiendo capaz de mejorar alcanzando elevados estadios espirituales o setrata de un estático ser definido por la muerte misma... o todo aspectopsíquico se disuelve en la muerte?.

El filósofo griego tenía su certeza. Jung alertaba en el sentido de quehabía que prestar atención a esas intuiciones y «visiones» que llegan desdeel psiquismo profundo. Y, es suficiente con preguntar al ser humano y consaber algo de ritos, leyendas y mitos, para comprender cabalmente quela idea de la permanencia de una forma de vida consciente después de lamuerte, donde seguimos conservando nuestra identidad construida en esteplaneta, es común denominador a todos los tiempos y civilizaciones. ¿Quécomunidad no ha creído en la existencia de alguna forma, peculiar porcierto, de continuidad de vida tras la muerte física?. Jung entendía,entonces, que había que atender a esta «información» voceada por loinconsciente e inclinarse a suponer la posibilidad de una continuación dela personalidad en un «Mas Allá». Aunque jamás haya dicho qué era odónde lo ubicaba. Seguramente Jung pensó mucho sobre esto. Pero, fiela su espíritu, se abstuvo de difundirlo por no contar con elementoscomprobados o de evaluación suficiente. Y. en ese sentido, el sabio suizosiempre hizo gala de un excelente manejo de responsabilidad intelectual.Aunque algunos, que no alcanzan a interpretar o a comprender sus palabrasy el espíritu que animaba a las mismas, lo hayan tildado de místico, paradescalificarlo como científico.

Elementos que conforman la personalidad

Jung divide a la personalidad en tres grandes aspectos, por utilizarun término que nos parece adecuado. Los tres se encuentran vinculadosa través de diversas interacciones, algunas de las cuales veremos después.Los estratos son: lo Consciente, lo Inconsciente Personal y lo InconscienteColectivo. Cada uno esta integrado por diversos componentes.

Para aclarar y mostrarnos los diversos estados de la estructura dela psique, el Maestro de Zürich apela, metafóricamente, a ciertas imágenes:

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Mniiiiíil tic l'xico/o^iii

«Debemos describir y explicar un edificio, cuyo piso superior seconstruyó en el siglo XIX; el piso bajo data del siglo XVI. y unaobservación mas detallada de los muros da como resultado que estoshan sido reedificados de una torre, vivienda del siglo XI. En el sótanodescubrimos fundamentos romanos y debajo de él una cueva, en cuyofondo encontramos instrumentos de piedra en la capa superior y restosde fauna de ese tiempo en la capa inferior. Esta sería.aproximadamente, la imagen de nuestra estructura psíquica».*

Lo Consciente

Es común confundir - aún entre profesionales - lo Consciente conuno de sus aspectos que es la Consciencia. Entonces, se tiende a suponerque cuando Jung habla de Consciencia se refiere a todo lo Consciente. Yesto, en Psicología Compleja, es un error. En lo Consciente describimos,además de la Consciencia propiamente dicha, los siguientes elementos: lamanifestación de la Persona o Máscara, y el Yo (Ego). Lo que interesadestacar es este momento es que - desde la óptica junguiana - laConsciencia no es sinónimo de lo Consciente, sino, apenas, uno de suselementos.

La Consciencia

Es la única parte de la psique que todo individuo conocedirectamente. A través de las cuatro funciones psíquicas (pensamiento,sensación, sentimiento e intuición) la Consciencia se halla en condicionespara crecer continuamente y aumentar su expansión en un procesoevolutivo, siempre que el individuo tome la decisión de seguirevolucionando. Influyen en las experiencias de la Consciencia, también,dos actitudes generales: la extroversión y la introversión. De lai • 'tnbinación de las funciones psíquicas y las actitudes generales surgirán

* hing. Cari G., «Problemas psíquicos del mundo actual».

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A n t o n i o l . i i s l l c n i s

disposiciones que orientarán a la mente consciente, funciones todas alservicio de la adaptación del individuo y de la especie. Las vicisitudes dela expansión de la Consciencia se encuentran simbolizadas en todos losrelatos sobre la vida y obra de los héroes míticos. El Mito del Héroe noes otra cosa que la puesta en símbolos de la transformación de laConsciencia hasta llegar a elevados estadios.

A medida que transcurre la existencia del individuo su Conscienciadebería aumentar su grado de Individuación; es decir, diferenciarse cadavez más de las otras personas. Se establece el YO y el NO-YO. Jungexplica que éste es el inicio del Proceso de Individuación. Sería la auténticaambición de convertirnos en seres únicos e irrepetibles.

El factor decisivo para esto es la Consciencia.El término Individuación designa un proceso por el cual una persona

llega a ser un "individuo7; esto es. una unidad o totalidad separada de losdemás e indivisible. Pero, claro, esto conlleva el concepto de originalidady creatividad. En modo alguno de repetición o adopción de modeloscopiados. Así, el comienzo de la Consciencia como «autoconsciencia» esel comienzo de la Individuación. Esto significa que se trata de un procesocuya iniciación coincide, prácticamente, con los primeros momentos devida de cada individuo. Lo que es absolutamente lógico ya que nadie queno tuviera comprensión racional de su existencia podría intentar un camino(ni imaginaría tal cosa) que le permitiera llevarlo a percibirse como«totalidad» separada del resto. Es interesante en este sentido recordar quehay grupos de los llamados «tribales» donde se manifiesta el «nosotros»pero la idea de «yo» como persona separada del resto aún no ha surgido.

La Individuación y la Consciencia se unen en el desarrollo de unaPersonalidad. Así el infante no se «siente» un individuo, separado de losdemás (de los humanos que lo rodean) puesto que su Consciencia no seencuentra suficientemente desarrollada todavía para eso. Lo uno va conel otro. Pero, valga una vez más la aclaración, esto no significa que lapsique no se encuentre constituida, sino que aún no alcanzó el gradonecesario de desarrollo. Mas todos los elementos constitutivos ya seencuentran en el infante.

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Manual de Psicología Jimguiana

La Persona o Máscara

Jung denomina Persona a un aspecto del psiquismo que forma partede lo Consciente, que está en contacto directo y continuo con el mundoexterior. Se trata de una «parcela de psique colectiva». La única conjurisdicción directa en el campo de lo Consciente. Es el «rostro externo»de la psique. Extrae este término del griego «pwsophon», que significamáscara, nombre de los disfraces-armaduras que los actores griegosusaban sobre sus rostros cuando realizaban actuaciones teatralesrepresentando animales, dioses o seres humanos; instrumentos al serviciode la sobrevivencia.

Situado en el estrato consciente, sus raíces se extienden - profundas -en lo Inconsciente Colectivo. Hay en cada individuo, desde el momentode su nacimiento, elementos innatos que determinarán - primariamente -el tipo de máscara a desarrollar para enfrentar los desafíos del mundoexterior. Jung ha sido el primer investigador en descubrir la condición innatadel «rostro externo» de la psique.

La Persona es configurada por tres circunstancias:a.-) Lo innato.b.-) Aquello que los demás esperan de uno y que el individuo conoce

que se espera de él a causa de su vida en sociedad.c.-) Lo que el individuo desea ser, por un lado. Y lo que quiere

mostrar a los otros que es. No sólo la situación presente, sino también através de su proyecto de vida.

Hay quienes van «preparando» su Máscara para enfrentararmónicamente situaciones futuras que incumben a la relación con el mundoexterior. A veces, una Máscara que permita representar posiciones a lograrbrinda más seguridad a quien la utiliza. Es el caso de los estudiantesuniversitarios que adoptan posturas, gestos y actitudes propias de losegresados en actividad, En este caso la Máscara se ha formado con talrapidez que manifiesta hoy lo que será habitual - con naturalidad y noforzadamente como ocurre en estos casos - mañana. Pero ocurre que alAdelantarse de este modo el estudiante «siente» que está más cerca de

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A n t o n i o Las l l e r a s M i l / l i l i l í Je / ' M t ' i i ' n y j , / . / i / l l i ' , l i l t l i u i

convertirse en quien desea. Esto es. cree obtener mayor respeto del mundoexterior, sintiéndose más seguro, más aplacado.

Así toma conformación la Máscara. A través de un alambicadoproceso donde intervienen varios factores que interactúan entre sí. A veceslo innato cederá un poco ante el embate de una presión externa y ambosdarán mayor o menor oportunidad a lo que, en el orden de lo Consciente,el individuo desee ser, mostrar o quiere representar. Otras veces, elentusiasmo personal cambiará a la Máscara drásticamente. Y así, en infinitascombinaciones. Esas «manos» moldean la Máscara hasta obtener unresultado que permita el objetivo buscado: comunicarse fluidamente conel mundo exterior.

Entendemos que. si bien la Máscara o Persona sigue en continuocambio durante toda la vida del individuo, las variaciones sólo lo son enel detalle: la conformación general se produce - habitualmente - cuandoel individuo se aproxima a su tercer década de vida. Entonces ya sabe loque desea ser, conoce la presión del medio ambiente y ha oídoreiteradamente las «voces» arquetípicas (aunque, quizá, no se haya dadocuenta conscientemente que está obedeciendo o incorporando «cosas»,elementos significativos, que llegan desde «adentro» de él).

En esa condición, aparentemente consciente, en que el individuo seconfirma a sí mismo que es aquello en lo que habrá de convertirse, existeuna libertad relativa que se halla en relación inversa con el grado denecesidad, que es donde interviene el mundo arquetipal. Laspredisposiciones innatas, aquellas que harán que - aún sin saber cuál esla causa racional, que muy probablemente ni exista.- se dedique con graninterés a una cosa y descarte otras. Esto, en ocasiones excepcionales, sueleapreciarse en algunos niños. Los llamados «precoces». ¿Qué extrañoelemento ha actuado en esas psiques -todavía escasamente desarrolladas-para que, sin motivo aparente, en familias sin antecedentes, nazca unvirtuoso?. Sin duda, allí el aspecto arquetípico de la Persona actúo coninusitada energía.

La Persona o Máscara es una manifestación de la psique colectiva,que si bien es innata no trabaja en las profundidades, sino a nivel de laConsciencia, como «rostro externo» de la psique, Asimismo recibe

mi l u í - n i ias ex te rnas que refuerzan, la moldean, cosa no habitual en estei i p u d r i onflguraciones. No es común encontrar una instancia ftindada porUn arquetipo que pueda ser moldeada o infinida por la sociedad. Y con la- I i < . 1 1 . 1 asi sucede. El medio ambiente tiene intervención directa. Lni - . i l u l a i l , la sociedad lo que hace es fortalecer una estructura innata, ñola• "ii ,n nye sino que agrega un esfuerzo, quizá provocando una «rigidez»• n l . i I V i s o n a o Máscara. La sociedad admitirá un Dalí-en apariencia-i n l . . i | i i e c i d o : pero castigará severamente a un oficinista que pretendai i l i l i / a i las mismas ropas y el bigote engominado que fueron habituales eni - l Limoso pintor español. ¡Ni hablar del intento de imitar sus desplantes!.

/.Por qué motivo ocurre esto?. Simple y sencillamente a causa dei p u - la sociedad admite, para cada persona, un tipo -o una gama-poih l a n í o s decir, de Máscaras. Tendiendo a encasillar al hombre. Fuera' K c l l o hay que enfrentarse a la sociedad (como hizo Dalí, para seguir con- • I > - | i - m p l o ) . Lo más probable es que la estructura sociocivilizatoriaganec imponga el castigo: la soledad. O quizás algo peor: la enfermedad mental,l a m b i é n una forma de soledad. Pero, en caso que aquella Máscara nolité | tresentando una mentira y falsedad, sino algo que el individuo además

(ai convencido puede realizar, entonces es posible que sea suya laV K (o í ia. La sociedad habrá de admitirlo. Lo considerará pionero. Lei r i u l n a honores. Buscará aprender de él, Lo que antes era destierro luego

•Teso hacia la gloria.Si nos atenemos a una lectura psicológica, aquí también tenemos

una intervención arquetípica. Estaría respondiendo al Arquetipo de Muertev K i -surrección. Morir (la soledad) para alcanzar una renovación espirituali l . i resurrección).

Algo similar ocurre con Jung y su pensamiento. Él, en buena manera,.< a | >;; i rió de la Máscara que el medio quería imponerle. Fue una gran lucha

I Mago de Zürich. Freud le había designado su discípulo predilecto,iba dispuesto que Jung fuese su sucesor. Es decir, la sociedad (en

iso psicológica, de profesionales médicos dedicados al estudio deluiálisis) había dictaminado cuál sería el rol del sabio suizo. Entonces,

omcnzó su lucha. Una lucha interna, desgarradora. Porque Jung. u n 11 ueiidía lo que sobrevendría después que él decidiera rebelarse a tales

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Antonio Las l leras

designios. Que decidiera adoptar la Persona de acuerdo a sus deseos eintuiciones. Jung escuchaba con atención las palabras de su inconsciente.Particularmente del Inconsciente Colectivo u objetivo. Tuvo sueños ypremoniciones. Comprendió que habría de tomar un sendero que no ledepararía satisfacciones con aquella sociedad científica, pero que sí lastendría para consigo mismo.

Después, decidió decir lo que consideraba su verdad. Y le llegó eldestierro. Freud y los psicoanalistas lo excomulgaron. Jung escribía aLaurens van der Post: «He quedado solo...-». Solamente dos no loabandonaron: Riklin y Maeder. Fueron las consecuencias de quebrar lodispuesto. De no adaptar su Máscara a las exigencias del medio ambiente.

Arquetípicamente ésta habría sido la «muerte» del estudioso suizo.Quien no se amilanó por esto. Seguro de su proceder, continuó indagando.Y, no muchos años después, el proceso fue invirtiéndose. La gente empezóa aproximarse a Jung y las obras y los reconocimientos internacionalesfueron multiplicándose. La lucha había resultado fecunda. Hoy, cuandoadvertimos a gran cantidad de jóvenes profesionales, de las más variadaslíneas humanísticas, buscando aprender Psicología Junguiana, bien claronos queda tal «resurrección». La sociedad científica y el público culto engeneral, tienden a acercarse al conocimiento de esta disciplina. Cosa queya ocurría en vida del sabio quien recibía en su casa a estudiososdistinguidos de todas partes del mundo que se aproximaban con el deseode consultarlo e intercambiar ideas.

Seríamos injustos si no reconociéramos que Sigmund Freud vivióun proceso similar. Como todo creador verdadero tuvo que romper conlos cánones de lo establecido. Para ello debió quebrar, también, lasimposiciones que el medio ambiente dictaba para su Persona. Si bien laruptura de Jung fue cruel e hiriente, la de Freud con la sociedad médicaen particular y científica en general y hasta diremos con la sociedad víenesaen general, no lo fue menos. Tal vez, por ser una cuestión ventilada, casi,públicamente, el dolor fue mayor. Freud no se doblegó y alcanzó a ver envida cómo el Psicoanálisis adquiría reconocimiento y se diseminaba pordoquier. En este sentido, hay que indicar que al psicólogo vienes le interesócrear un movimiento psicoanalítico y ocupó mucho tiempo en ello. En

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. m i l ' H . .1 1 1 n i ; - 1 - . - . l o no le importó nunca. Ni siquiera atendía al pedido deu J i ii Ipulos y seguidores que le solicitaban la formación de una escuela.\ | n mis si .u cedió en los úl t imos años de su vida a formar analistas

i i . i i i i is metódicamente a través de su instituto donde la enseñanza esn extremo. Al respecto el sabio suizo había expresado que su

. i m l ' i i mu era que dicho establecimiento no perdurara más allá de unaMI ion y que, luego, se disolviera; lo que no ocurrió. Jung decía estono admi t í a la existencia de «junguianos» en particular por expreso

i i i i i o i .1 la aparición del «junguianismo». Según su visión todos los «ismos».un Je , l . i vorables y éste sería desastrozo. Jung no aceptaba discípulos

i MI, no estaba entre sus intereses dejar «cosas establecidas» sino,' . i m p l r m c n l e , puntos de partida para nuevos trabajos o para que se< h • u n c í a sobre los mismos. En síntesis: Cari Gustav Jung nunca supusoi | i u l i a h í a hal lado una verdad revelada, monolítica e inamovible sino,prcí ¡sámente, todo lo contrario.

Máscaras engañosas y patológicast

I ; , \ istcn, también, Máscaras engañosas. Personas que muestran unañ u igi 11 a su medio ambiente pero, en realidad, sólo lo hacen a efectos de

problemas o lograr una mejor convivencia que les permita alcanzarrio: lines predeterminados. Así «da una impresión favorable» den i d o con lo que se espera de él, mientras sabe - incluso conscien-i ' - n l c - que sus propósitos son otros. Es el caso típico del estafador.

I I p h >blema será la posibilidad que existe siempre de que alguna vez llegue' iiocngañarse y, por Ley de Enantiodromía, se convierta en aquello que

1 1 . 1 representar pero no ser.Si la estructura personal no está bien desarrollada surgen problemas

11\ i vencía social. El individuo se muestra agresivo, ofende y presentais signos de no estar capacitado para mantener relaciones fluidas.

I'ara lograr una convivencia armónica, en general, las personas crean. i ras que les permiten presentarse de una manera tal que no muestrancu verdad encierran. Exhibir todas las virtudes y todos los defectos

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A n t o n i o l .as I l e í a s

suele acarrear problemas. Por ello es prudente, muchas veces, aparentarfrente a los demás. Para ellos ésa es nuestra actuación. Pero no saben -al menos no conscientemente - que somos actores. No es como en elteatro que estamos seguros de que se trata de una personificación. Aquíestamos en el escenario de la vida real. Donde todos somos un pocoactores y debemos utilizar nuestras Máscaras para una mejorrepresentación del papel asignado. La Persona.

De acuerdo a esto habrá personas sumamente tímidas que hanconstruido Máscaras de dulzura y locuacidad sin lo cual serían incapacesde intentar enfrentar al medio ambiente al que perciben hostil ydesagradable. Otros, que desean parecer probos y correctos brindaránuna imagen de absoluta e impecable decencia cuando, en su interior, reinala inmoralidad. Pero saben que les irá mejor mostrándose así. Construyeronsu Máscara y saben utilizarla. Los ejemplos son innumerables. Y todosconocemos al menos uno: el nuestro.

Sin embargo, existe un caso donde la Persona o Máscara adquierecaracterísticas psicopatológicas. Es en el momento en que se produce laidentificación con el personaje. Apunto tal que el individuo no puededesprenderse de la Máscara. Ya no la utiliza con el fin de cumplir undeterminado rol frente a la sociedad, sino que la tiene en vigencia todo eltiempo. Es el caso del actor que, después de haber representado unpersonaje con gran éxito, termina identificándose con éste y creyendo,realmente, que él es «el otro». Así, fuera de escena y en la vida diaria,seguirá comportándose como si estuviera en el teatro actuando.

Otro caso bastante habitual es el del acreditado profesor que aunquese encuentre en un bar con amigos, continúa actuando como si estuvieraen la cátedra dictando conferencias.

En todos estos casos este contenido innato de la psique colectivase ha adueñado de la Consciencia por motivos personales que hay quebuscar y resolver a través de la psicoterapia.

De lo expuesto podemos extrapolar otra conclusión: hay unaMáscara o Persona premoldeada una vez que hemos crecido lo suficiente;pero además, existen variadas facetas que se han agregado a dichaMáscara: tantas como roles cumplimos en la vida. No es la misma Máscara

Manual de Psicología Jungulana

< | u < n . .unos l ' rente a un amigo, con la mujer amada o ante una mesa,n i u n ; u lora. No es la misma Máscara la que tenemos cuando tenemos

i ' < s sexuales que cuando nos dirigimos a nuestros subordinados.• l . i misma Máscara la exhibida cuando estamos conversando con

1 1 . 1 madre que la que dejamos surgir cuando participamos de una mesal o n i l . i de discusión intelectual.

I l as la se podría concluir que usamos cotidianamente distintas

Íi ' i i a s , pero en realidad se trata de variaciones de una misma melodía,

' i i j i m c i ó n produce como resultante a la Persona.Si n leí i/.ando al respecto podemos decir que esta parcela de la psique

lecti va es «la careta que el individuo tiende a adoptar, representativauna a c t i t u d que se espera de él y, esa actitud, cumple una misión de

• iti ' ' i o n contra el interior del individuo».

El Yo

Si bien el Yo ocupa una pequeña porción de la psique - si se nosi m i t e hablar de cantidades para ilustrar mejor la idea -su misión es

u u lamcntal. Actúa como llave reguladora de todo intento por penetrar a('onsciencia. El Yo es altamente selectivo.

Jung quiere significar con el término Yo a «la organización de la• u l e consciente». Está compuesto de percepciones, recuerdos,n .nnicntos y sentimientos. Todos estos cuando se encuentran dentroI marco de lo Consciente.

Mediante el Yo encontramos identidad y continuidad en la¡i.ilidad. Gracias a este elemento, cada mañana, al levantarnos,

1 1 • « • 1 1 u >s quiénes somos y quiénes fuimos ayer. El Yo permite unir la tramai i oí ico-vital de un individuo.

Para que la carga de lo Consciente sea más liviana el Yo - a travésI unción de regente que antes manifestamos - rechaza toda idea y

i u i do que pueda provocar ansiedad. Para ello todo el material psíquico•-Aleccionado. Parte se elimina (va al reservorio que es lo Inconsciente

> i l ) mientras el resto, que sigue en el campo de lo Consciente, permite

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Antonio Las Horas

las actividades cotidianas y haciendo que el individuo reconozca su historiay perciba que es resultado de una continuidad. Una continuidad que pareceno tener fisuras ni baches. A pesar de todo el material que ha sidoreprimido. Por la intervención del Yo «sentimos que hoy somos la mismapersona que ayer».

Aquí surge un interrogante básico: ¿Cómo determina el Yo que unmateria] psíquico se vuelva consciente y otros no?. Jung indica que estoestá regulado por las funciones psíquicas (o función, aunque rara vez hayapureza en esto) dominantes. En un pensamiento, por ejemplo, es muyprobable que pasen pocos materiales de tipo sentimental. Porque su poloprioritario está puesto en el pensar: en la razón y la lógica. Mientras quela contraparte (en este caso el sentir) se encuentra inhibida, oculta en algúnlugar inconsciente.

Jung considera al Yo el centro de la Consciencia. Y nos alerta en elsentido de que si se intenta añadirle contenidos de lo InconscienteColectivo existirá el peligro de que naufrague como un barco cargado enexceso.

Capítulo II

• Lo Inconsciente Personal.• Los Complejos.

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M i l l l l l í l l til' r.\Íi-i>ll>;^¡tl J l I H ^ I I I í l l l i l

Lo Inconsciente Personal

Para Jung lo Inconsciente Personal (que el filósofo Cari Gustav< . 1 1 US llamaba Inconsciente Relativo) es un aspecto específico entre lo< i > i r .cicnte y lo Inconsciente Colectivo. Este último está considerado comoliencia de la psique; que es el que Carus llamaba Inconsciente Absoluto.

Kl mejor modo de comprender lo Inconsciente -ha dicho Jung- es( ¡ t i ve/ concebirlo como órgano natural de una energía productivaespecífica, listo es válido para la totalidad inconsciente, no para un solo.1 .pecio. La falta de unión con lo inconsciente genera lo mismo que laseparación con respecto a las raíces y los instintos humanos. Si se lograica l i / a r lo que denominó función trascendente, entonces lo inconscientel i i n u l a todo el estímulo y ayuda que puede proporcionar una naturalezaI , i vorable en la fértilísima plenitud humana.

listo no es fácil. No se trata de admitir toda intervención inconsciente.1 través de la puesta en funcionamiento de cualquiera de sus aspectos—

ni lo Consciente, Esto puede provocar resultados desastrosos en elind iv iduo . Pero, debidamente controlado el proceso, los resultados sonmuy satisfactorios.

Hacer consciente lo inconsciente desde una actitud intelectiva ylaeional, no es un esfuerzo tan difícil; pero sí lo es dejar que las fuerzasInconscientes cual río caudaloso, sigan su curso y poder vivirlas y\ i vendarlas como la realidad que son.

Los peligros de trabajar con los contenidos inconscientes son11 u lehos. No aparecen tanto en cuanto se realiza el análisis de lo Inconsciente

• nal, pero el asunto cambia categóricamente al introducimos en eln i v e l colectivo. Para Jung el empleo indiscriminado, a estilo aficionado,de métodos psicoterapéuticos, equivale a jugar con fuego. Es como un

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A n t o n i o Las Meras

«aprendiz de brujo» que desencadena fuerzas superiores a las que, luego,no puede controlar. Debe desaconsejarse insistentemente. Esespecialmente peligroso este modo de proceder cuando se pone aldescubierto el estrato mitológico del alma; es decir, los contenidosarquetípicos de lo inconsciente colectivo porque su energía implícita ejercehabitualmente un efecto de fascinación sobre el analizado. En ciertos casos,la actuación psicoterapéutica puede afectar al núcleo de una psicosis latentey transformarla en una fase productiva.

En más de una ocasión el sabio suizo manifestó que, mientras tratabaa una persona, advertía que detrás de la neurosis había algo peor que podíallegar a enfermar más y, tal vez. irremediablemente, por lo cual no vacilaba«en dejar las cosas como estaban». Poco antes de que desencadenara laSegunda Guerra Mundial, por ejemplo, Jung se negó a atender a muchaspersonas que se le acercaron con pedido de cura. El motivo - dijo después- fue haber observado el afloramiento de ciertos contenidos arquetípicostan monstruosos que le llenó de temor trabajar con tales personalidadesque, en cualquier momento, ante un error terapéutico, podían desatar unaenfermedad mental grave y permanente.

A través de tales elementos sumado al análisis de Jos sueños quelos consultantes alemanes traían, Jung se convenció de que una catástrofese cernía sobre Alemania; de que una nueva y feroz guerra estaba pordesencadenarse. Los arquetipos aflorando mediante diversos símbolos,específicamente oníricos, así lo indicaban. El tiempo, desgraciadamente,le dio la razón.

En lo Inconsciente Personal, concebido junguianamente, sólo seencuentra lo que el Yo ha reprimido. Es decir, contenidos que alguna vezfueron conscientes y proceden del mundo exterior. No es como el estratocolectivo que trae toda la herencia filogenética del hombre, llegando consu carga ya desde del momento del nacimiento, nada agrega durante lavida.

Todo lo que no se adapta a la individuación es suprimido de laConsciencia por el Yo, como vimos antes. Pero como la psique se pierde,esos contenidos deben permanecer en algún sitio. Es éste, El nivel personalde lo Inconsciente. Puede suceder que fueran experiencias conscientes

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Mílllllíll 1¡C

,mkTÍores que han sido reprimidas o desechadas por razones diversas,lak-s como un pensamiento doloroso, un conflicto personal, un problemano resuelto o una cuestión moral. Aquellas cosas sin importancia, lasdemasiado débiles para llegar a la Consciencia o lo que era ajeno a lasi (nación en el momento de ser experimentado, queda en el reservorio delo Inconsciente Personal.

Así es lícito entender que una parte del Yo es Inconsciente Personal.A través de la definición junguiana no es difícil comprender que lo

Inconsciente Personal es el reservorio donde se encuentra latente lamemoria. Una cosa olvidada, algo ocurrido en la niñez por ejemplo,reaparece a la Consciencia cuando regresamos al sitio geográfico en quetranscurrió la infancia. ¿Dónde estuvo mientras tanto - por años y años -esc recuerdo olvidado? Sumido en lo Inconsciente Personal, sin duda.

Veamos los elementos comunes a este aspecto inconsciente.

Los Compiejos

«Toda neurosis - escribe Jung - está caracterizada por lapresencia de disociación y conflictos, posee complejos de tonalidadafectiva, y presenta manifestaciones de regresión y de descenso delnivel mental». Y agrega seguidamente: «La experiencia nos muestra queno puede formularse la proposición inversa». Por lo tanto, el hecho deque en lo Inconsciente Personal de un individuo haya complejos nosignifica que sea neurótico. Por el contrario hasta puede considerarse unsigno de salud. Sería anormal hallar una persona que no presente algunos.Sin embargo, esa presencia es condición necesaria para que aparezca laneurosis. Jung nos brinda un ejemplo exacto: «La histeria contiene ensu íntima naturaleza un complejo que no ha podido ser plenamentesuperado».

«También en la demencia precoz hallamos uno o varioscomplejos, que se han fijado y persisten»* .

* Jung, C. G., «Sobre la psicología de la demencia precoz».

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A m o n i o L;is I le ras

Advert imos así la importancia que nuestro autor atribuye a lapresencia de complejos. Pero, ¿qué es un Complejo?. ¿Qué entendemospor tal?. Ante todo debemos consignar que fue Jung quien introdujo estapalabra, ahora tan popular, en el vocabulario psicológico. No fue otro sinoél, quien se encargó de utilizarla por vez primera; haciéndose - después -tan común que se ha perdido el sentido original. La definición no es sencilla.Especialmente porque el propio Jung fue agregando y variando elementosreferentes a lo que la expresión «complejo» abarca.

Por eso. primeramente, vamos al origen de la palabra. Complejoproviene del latín «complexus», que significa «con estructura», «con uncuerpo». Tenemos así una aproximación general. Jung, que dominaba ellatín a la perfección, ha utilizado esta palabra intentando rescatar el sentidooriginal. De lo contrario hubiera utilizado otro término. Quiere decir quese está refiriendo a formaciones con sentido y energía propias. Podríamosdecir que se trata de un grupo de ideas asociadas cargadas con tonalidadafectiva.

En las primeras épocas de su trabajo usó también Jung para llegara los recuerdos lo que se conoce como 'test de asociación de palabras'.Estos tests revelaron una peculiaridad en las estructuras psíquicas. Latendencia que tienen las ideas a asociarse alrededor de ciertos núcleosbásicos. Estas ideas asociadas - que están fuertemente coloreadasafectivamente - recibieron de Jung el nombre de complejos de tonalidadafectiva. El núcleo es una especie de imán psicológico. Tiene valorenergético y atrae automáticamente hacia sí mismo a las ideas, enproporción con la energía que él posea. El núcleo del Complejo tiene doscomponentes: el de la disposición del sujeto y el del ambiente. Es decir,está determinado no solamente por la experiencia, sino también por lapeculiar manera que tiene el individuo de reaccionar ante la experiencia.

En ocasiones el sujeto alcanza a comprender que un Complejo estáafectándole. Pero, en realidad, sólo conoce la parte emergente - aquellaque es posible conocer - del iceberg. A tal punto que es muy probableque sepa que eso lo afectó, pero sigue desconociendo cuál es la causapor la que se formó el Complejo y, a pesar de admitir esa existencia, sigueafectándolo. Es que esos datos - por llamarlos de alguna manera - se

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Manual de Psicología

encuentran en la parte del Complejo que permanece inconsciente. Laporción mayor. Causas y raíces no serán nunca advertidas, sin análisis,por la Consciencia. Habrán de seguir creciendo, con vigor, ocultas en laoscuridad de lo inconsciente. Cuando el individuo desconoce la existenciadel Complejo - o sea, no toma consciencia de ello -, aquél parece queactuara como un personaje independiente y que las ideas y afectos quese constelizan a su alrededor, entraran y salieran de la Consciencia de unamanera autónoma e incontrolable.

Como el Complejo - cuyo núcleo siempre es un arquetipo - seencuentra dotado de intensa carga energética, puede actuar como un enteindependiente en la psique del individuo, provocándole manifestacionestales como para decir «no sé por qué actúo de esta forma». El Complejohabrá de superar las posibilidades «conscientes» de cubrirlo. Se moverá,por expresarlo de manera gráfica, por sí solo.

Ahora bien, antes dijimos que todos tenemos complejos. Jungsostenía que tampoco se puede vivir sin ellos. Siempre existen algunos queson necesarios. De tal manera puede ocurrir que transitemos la vida sinsaber que hay en la psique éste o aquél Complejo. De guando en cuando- sin que esto sea psicopatológico - el Complejo aflora. Es cuando nosencontramos haciendo o diciendo algo cuya razón no entendemos. Allíactúo el Complejo. Dejó su sitio normal y, por un momento, actúo en elestrato Consciente. Pero, reiteramos, esto se halla dentro de ios límitesde la salud y, por ende, no es síntoma de enfermedad.

A medida que el Complejo va logrando atraer nuevas asociaciones,acumula mayor cantidad de energía, la que de por sí no es poca. Si elproceso continúa el resultado será un desequilibrio. Del que el individuointentará defenderse, generalmente sin resultados. Ano ser que éste actúepsicoterapéuticamente, ya que la restante energía disponible no serásuficiente para cubrirlo.

Jung siguió estudiando los complejos hasta desmenuzarlosprofundamente pues entendía que eran factor clave en el origen de lasneurosis. Empero renunció expresamente a establecer una «teoría unitariade la neurosis», «excepto - agregó - en lo que se refiere a algunospuntos de vista generales —tales como los complejos a los que nos

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A m o n i o I , a s l l e ras

estamos refiriendo, la disociación y la regresión - que forman parte dela estructura profunda de toda neurosis»*.

Wolfgang Hochheimer en su obra «La psicoterapia de C. G Jung»(1969), expresa que, para el tratamiento junguiano de la neurosis, serequiere «en primer lugar el análisis del material inconsciente personal,es decir, el 'análisis reductivo 'de Freud. Luego, debe atenderse a laactivación arquetípica del inconsciente colectivo, que se trataanalíticamente en la segunda fase}).

De esta forma el sabio suizo se interesó por los complejos ya queeran una de las pocas cosas sobre las cuales podía emitir teoríasexplicativas. Llegó, entonces, a la conclusión de que estos complejos «erancomo pequeñas personalidades separadas dentro de la personalidadtotal: autónomos, con fuerza propia y que pueden ser muy poderosospara controlar nuestros pensamientos y conducta».

La Psicología Profunda explica que existen algunos complejos conlos que es necesario contar para que el individuo logre la sobrevivenciaen el mundo. Si fuéramos ángeles - diremos, parafraseando a Platón - notendríamos necesidad de complejos que nos acicatearan para seguiradelante en nuestra vida.

Vicente Rubino (Médico psiquiatra y psicólogo argentinocontemporáneo) bríndalos siguientes conceptos sobre el complejo: «sonestructuras. Individuos dentro del individuo, que comienzan afuncionar en forma más o menos autónoma, desunidos de laConsciencia. Grupos de contenidos psíquicos. Llevan una experienciaaparte en la zona inconsciente».

Todo Complejo tiene un núcleo y una tonalidad afectiva.NÚCLEO DEL COMPLEJO: Es el portador de significación. (Su

origen es siempre arquetípico),TONALIDAD AFECTIVA: depende de:a.-) Disposición personal.b.-) Vivencias del mundo externo.El Complejo está formado por representaciones (imaginación,

percepción) y elementos afectivos.

* Jung, C. G., «Psicología y Educación».

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Miiniiiil ilc ¡'sicología .

Todo Complejo tiene un rol definido.l i a dicho Jung que «una persona no tiene un complejo: el

• omplejo la tiene a ella». Lo cual habla claramente de la fuerza eimportancia de la actividad del mismo. Mas, como escribimos antes, estono siempre es dañino. Así los complejos pueden ser - y frecuentemente(u - i IITC - fuentes de inspiración e impulsos absolutamente necesarios parai ihicner importantes logros. De alguna manera podríamos decir que loscomplejos son las musas inspiradoras que llegan desde el Monte Olimpopara inundar a la psique de creatividad.

A medida que Jung estudiaba más y más los complejos fue¡id virtiendo que no podían tener un origen único radicado en situacionesque fueron conscientes y que, después, quedaban reprimidas en loInconsciente Personal. La enorme cantidad de energía que son capacesde desplazar estos complejos llevó a Jung a buscar otros lugares denacimiento posibles. Estas individualidades autónomas «deben originarseen algo que se encuentre mucho más arraigado en el hombre», pensó.Algo que debía estar en cada individuo presente desde el momento delnacimiento. Traído desde la concepción misma. Un elemento que intervienecada vez más a medida que cada ser humano se constituye como tal, ensu crecimiento biológico.

Jung -entonces- disconforme con la explicación freudiana de quelos complejos habrían nacido a causa de malas experiencias ocurridasdurante la niñez, pasó a sostener que su origen se encuentra en algo anteriora toda experiencia.

De esta forma comienza a indagar en los más profundos estratos dela psique. Entiende que hay algo más que lo Inconsciente Personal.

Freud, que aceptaba un solo y único estrato inconsciente, lodescribió como compuesto especialmente por contenidos que alguna vezhabían sido conscientes y que, después, fueron reprimidos. Consideró,además, la presencia de algunos «elementos arcaicos». Los cuales nuncafueron conscientes. Por el contrario, eran heredados. Empero, nuncaotorgó mayor importancia a tales «elementos arcaicos».

Jung habrá de retomar este desconocimiento de Freud y, junto conlas «representaciones colectivas» que Lucien Levy Brühl descubre en las

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comunidades primitivas, con el pensamiento de los filósofos románticoscomo Shelling, Carus, Troxler, Von Schubert y Creuzer, y, con losfenómenos parapsicológicos que observa personalmente, conseguirádescubrir un aspecto hasta el momento no considerado del psiquismohumano y plasmar de este modo su concepción de ese fondo arcaicouniversal, originario y objetivo, al que denominó Inconsciente Colectivo.

Capítulo III

• Lo Inconsciente Colectivo.• Arquetipos.• Complejos y arquetipos.• En torno a los arquetipos.• Mándalas.• Arquetipos y Mándalas.

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Miiniiii/ i/r ¡'sicología .

Lo Inconsciente Colectivo

Jung sostiene que el hombre llega a la vida con lo Inconsciente< 'olccti vo manifiesto. En este caso no hay diferencia entre alguien nacido\ crecido en Buenos Aires y un esquimal que no conoce otra cosa que el1 1 u i polar. Lo Inconsciente Colectivo se constituye con la misma esencia.I >c igual forma que podemos asegurar que aquel esquimal y este porteñoI icncn un corazón similar y para igual función. Cada uno posee el propio.( 1 , 1 1 -o. Por otro lado existen algunas diferencias debidas a la necesidad de.11 laptación al medio. Pero la estructura y razón de existencia del corazón.ü ' i ie siendo la misma. Su función también. Y si, una vez muertos ambos,

i el ¡rasemos sus corazones y los exhibiéramos sin el cuerpo, nadie duraríacu rotular de «corazón» a ambas piezas anatómicas. Igual ocurre con loI 1 iconsciente Colectivo. Es algo propio a la especie humana, sin distincionesde razas, ni de lugares geográficos.

A Jung no le ha sido fácil explicar cómo se transmite este aspectopsíquico de padres a hijos. Por ello apeló a ejemplos como el que; u abamos de dar. Así como se hereda un riñon y los pulmones, se heredaun estrato psíquico en especial. O sea que podríamos hablar de unatransmisión genética, puesto que es imposible desconocer la existencia delo Inconsciente Colectivo a través del estudio de mitos, leyendas, símbolosv sueños, advertimos elementos comunes a todos los hombres, pueblos,comunidades y culturas. Elementos que también advertimos en las(i vilizaciones extinguidas y en otras, contemporáneas, que jamás tuvieronconocimiento de sus mutuas existencias. ¿Qué es lo que hace que en todosse encuentren estos elementos comunes? Debemos pensar, sin duda, enuna instancia unificadora. Siempre hablando del aspecto psíquico, claro.

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A n t o n i o l , ; i s I Icnis

Y para ello, una buena respuesta-de sólida demostración- es la existenciade lo Inconsciente Colectivo.

Este estrato, a diferencia de los órganos del cuerpo, no vadesarrollándose a medida que el individuo crece en años. Se mantiene igual.Será siempre el mismo. Porque las pocas cosas nuevas que puedenacumularse en este estrato profundo son hechos esenciales de la especiey no tópicos individuales. Nada personal afecta lo Inconsciente Colectivo.En cambio, éste siempre actúa sobre lo inconsciente personal y laConsciencia. A veces produciendo resultados tan desastrosos que elindividuo llega a la demencia. Esto sucede, como veremos después, cuandoun arquetipo invade la Consciencia.

Lo Inconsciente Colectivo es el reservorio de todos los pasos desdeel primer ser unicelular que vagaba por los mares de la Era Primaria oPaleozoica hasta el mismo homo sapiens, y cuantas variaciones permitieronque hoy seamos nosotros. Pero, probablemente, también lo conformancada uno de los hechos fundacionales del Universo desde aquella semillacargada de potencia -el momento del Big Bang y aún antes de ello-comenzó a diseminar sustancia en el vacío cósmico.

Es como si fuera una pura potencialidad. Carga de energía.Pensamos que, en algún modo, se aproxima a lo que en Oriente,particularmente en la. India, se conoce con el nombre de registrosakhasicos. Y Jung, profundo conocedor de la Alquimia y del orientalismo,debió haber sabido de este pensamiento hindú. Quizá se inspiro en él, oreforzó así su hipótesis de trabajo.

En la India, desde hace miles de años, se habla de una memoriacósmica llamada crónica akhasica, término que en sánscrito puedetraducirse~como un gran archivo donde se encuentra la totalidad de lasabiduría. Sin duda, lo Inconsciente Colectivo guarda una extraordinariasemejanza con esta suposición varias veces milenaria.

Sintetizando, lo Inconsciente Colectivo es, entonces, común a todala Humanidad. Salvo por minúsculas variaciones accidentales pero nosustanciales, es idéntico a unos y a otros, Porque, al fin y al cabo, todosdescendernos de un gran tronco único.

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Manual ¡le l'xicolo^íu .

Semejante concepción obliga a reflexiones importantes. Porque,entonces, ¿cuántas cosas heredamos? Muchas más de las que podemosponer en práctica durante la vida, sin duda. ¿Y cuántas cosas que hacemossi n saber porque tienen su origen en afloramientos a la Consciencia de esasformaciones colectivas?

Cuando sentimos miedo en la oscuridad, por ejemplo. Y nosdetenemos a pensar «¿a qué le estoy temiendo si no hay nadie?». En verdad- dirá Jung - lo que ocurre es que en ese momento, a causa de esa situaciónespecial, hemos dejado de ser nosotros para quedar atrapados en el«ancestral miedo a la oscuridad». Un sentimiento que se actualizó, y quesigue actualizándose desde el potencial generado en el estrato colectivo acausa del natural temor que ha sentido el hombre originario, en la situacióndesencadenante, cuando debía vivir en las cavernas o sobre los árboles.y quedaba sin luz. Estaban, entonces, todos desprotegidos. La familia, suspocas pertenencias, los alimentos que hubiera logrado acumular. En laoscuridad él era nadie. Apenas un desposeído. Impotente frente a lasinclemencias del tiempo y la astucia de las fieras, a muchas de las cualesla Naturaleza dotó de características que el ser humano no posee. Moverseen silencio. Ver detalladamente en la oscuridad.

Y a todo sumémosle el pensamiento mágico de aquél hombre. ¿Quéterrible sentimiento de soledad, abandono e impotencia debe haberpasado?. Cada vez que llegaba la noche. Cuando el fuego recogido porla coincidencia de la caída de un rayo en las cercanías que incendiaba elbosque, por un descuido se apagaba.

El miedo a la oscuridad; el pánico en su mayor grado debiéramosdecir, anida raigalmente en la estructura psíquica rudimentaria del hombreprimitivo. Todos, en mayor o menor medida, nos sentimos molestos cuandose produce una oscuridad repentina de la que ignoramos la causa. Quiénmás, quién menos, siempre se sufren molestias cuando debemospermanecer una noche, en soledad, en una casa grande o que ha estadodeshabilitada o que esta alejada de las otras. Allí están emergiendocontenidos arquetípicos. Elementos albergados en lo InconscienteColectivo, y que se hicieron manifiestos en los días en que el homínidoera una fiera más entre tantas.

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Tiempo, por otro lado, en que la estructura psíquica de losindividuos, por ser bastantes simples (escasa Consciencia, pocas cosasque reprimir) podía vivenciar más cosas con menos dificultad en loinconsciente. Hasta cabe preguntarse si en aquellos primeros tiempos delhomo existía la posibilidad de hacer una diferencia válida entre InconscientePersonal y Colectivo. Entendemos que sí. Ya que aunque el hombre reciénse estuviera conformado como tal, traía consigo elementos psíquicoshereditarios y representativos de los procesos anteriores, a los quepodríamos calificar de estrictamente zoológicos y remontarnos hasta losvegetales.

Lo Inconsciente Colectivo es la fuente de fuerzas dominantes queexpresan imágenes latentes, habitualmente denominadas en la PsicologíaJunguiana imágenes primordiales, «primeras», «originales».

Como se desprende de lo expuesto se trata de imágenes ancestrales,de gran carga energética, capaces de hacer que el individuo tenga una«vocación» determinada que ni él, ni ninguno es capaz de determinar dedónde y por qué causa surgió. Dado que se heredan predisposiciones, yteniendo en cuenta que - en cada individuo - suelen primar unas y no otras,el resultado final es que llegamos a este mundo con determinadasinclinaciones e inquietudes que hacen que nos sean más simples unas queotras cosas. Predisposiciones que ya se manifiestan - generalmente - enla niñez, no pudiendo atribuirse a experiencias ocurridas durante la vidadiaria o debidas a influencias del medio así como las circunstancias que acada quien le ha tocado vivir.

La forma de concebir el mundo en que habrá de nacer el individuoya se encuentra innata en él, como una imagen virtual, y los contenidos delo Inconsciente Colectivo son responsables de esa peculiar manera depercepción la que, a su vez, generará determinadas maneras de acción yno otras. «Percibimos fácilmente ciertas cosas y reacciones ante ellas dedistintas maneras debido a que lo Inconsciente Colectivo se hallapotencialmente predispuesto y latente hacia ellas»*.

Este Inconsciente Colectivo u Objetivo es un aspecto inconscientediferente del Personal. Es el material desconocido y oceánico del que

* Hall, C, y Norby, V. J. «Conceptos fundamentales de la Psicología de Jung».

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Mniii/ti/ i/.1 l'fiicolo^iu

i . n . i ( 'onsciencia. Podemos inferir su existencia en parte por1 . 1 1 1 1 Id comportamiento instintivo: los «impulsos a la acción sin

. i . mu < ( in sc i en t e» , o más precisamente (puesto que hay muchash 1 1 mi i \ ad;is inconscientemente que son por entero personales yi l n i l n u - n k - merecen el apelativo de instintivas), «una acción

s heredada e inconsciente y acontece en forma uniforme y

i .1 nos loca aclarar el concepto de experiencias heredadas.1 1 u i" u» 11 u i ere decir que se trate de una determinada experiencia

• > lo ( | i i r se ha transmitido. No. Lo que se transmite de generaciónM ion son potencialidades «a priori» que se actualizan en

m u í . n i . r ; situaciones. Solo eso. De manera tal que el cerebro -ipurtc I I M C Ü de la mente -- ha estado siendo conformado e influidodo lo ocurrido desde que era, apenas, un órgano rudimentario en elO de un animal, o-tal vez-cuando ni siquiera existía como tal en

1 1 n is menores. Al respecto Jung escribe: «Aunque nuestra herencian rastros fisiológicos, no obstante, fueron procesos mentales' V antecesores los que trazaron estos rastros. Si alguna vez

u <i la consciencia del individuo, lo pudieron hacer solamente111,1 >/<• ¡trocesos mentales; y aunque estos procesos hayan llegadoConscientes solo a través de la experiencia individual y

t-incii tcmente se nos aparezcan como adquisiciones de cadaulna, sin embargo eran trazos ya preexistentes, que han sidounen/e 'llenados 'por la experiencia individual. Probablemente

rienda 'impresionada 'es una rotura en el lecho de un ríoíimíenle inconsciente».**

ni vimos anteriormente, Jung sostiene que hay elementos propiosl u í onsciente Colectivo que se manifiestan en todas las culturas a| por ejemplo - leyendas y mitos. Veamos como explica Frieda

I I . M I I este proceso: «Jung invirtió mucho tiempo en el estudio deiiio\. ¡jorque consideraba que son expresiones fundamentales deliinilcza humana. Cuando un mito ha sido conformado y expresado

oílected Works» Vol. Vil.ollected Works Vol.VlII».

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en palabras es cierto que es la consciencia quien le ha dado forma;pero el espíritu del mito - la urgencia creadora, que representa, lossentimientos, que expresa y evoca, e incluso en gran parte la materiadel asunto -proviene del inconsciente colectivo.»*

Esta urgencia creadora a la que hace referencia Fordham estáoriginada en la existencia de una estructura arquetípica que «emite unpseudópodo hacia la consciencia)). Esta, transforma esa «informacióno mensaje» en algo que es necesario entregar, plasmar, originar... crear.Porque se ha vuelto una necesidad dentro del individuo, o de lacolectividad. Ya que muchos de estos fenómenos suelen darsecolectivamente. Lo vemos cuando un grupo se siente identificado frente aun mismo rito o comparten la aceptación de una leyenda.

Llegamos, así, a la necesidad de indagar qué contenidos existen enlo Inconsciente Colectivo. Allí, encontraremos a las estructuras arquetípicas.

Arquetipos

Los contenidos de lo Inconsciente Colectivo son las estructurasarquetípicas. Arquetipo significa «modelo original o prototipo». Pero ladefinición, desde la Psicología Juriguiana no es tan sencilla. Menos cuandoleemos al sabio suizo que indica: «El arquetipo es el núcleo de uncomplejo». Con lo que aquellos adquieren renovada trascendencia. Loscomplejos que - siguiendo la expresión junguiana- «mueven» al hombre,tienen corno sustento básico a un arquetipo. No uno en especial. Diversosarquetipos pueden originar diferentes complejos. Y se pueden tener varioscomplejos a la vez, unos más intensos que otros...

Ya no son entonces, éstos, contenidos de lo Inconsciente Colectivo,algo lejano, oscuro y profundo de rara presencia en los estratossuperficiales de la psique. Ahora comprendemos otros de los motivos porlos que son ellos quienes rigen nuestra existencia.

Hall y Norby indican que «es muy importante para la correctacomprensión de la teoría junguiana sobre los arquetipos, que estos

* Fordham., F. «Introducción a la Psicología de Jung»

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Miiniuil ilc Psicología Junguiana

no sean considerados como cuadros totalmente desarrollados en lamente, como imágenes de los recuerdos de las experiencias pasadasJe nuestra vida. El Arquetipo de la Madre, por ejemplo, no es unafotografía de una madre o de una mujer. Mas bien es como el negativoi le lo que debe ser desarrollado por la experiencia».*

«Lo que se hereda - dice Rubino - es la estructura potencial delos arquetipos». Y agrega «no percibimos a los arquetipos, sino a susmanifestaciones simbólicas». «Los arquetipos se manifiestan a travésde proyecciones, lo que nos permite inferir la presencia de ellos».

Para Jung, una imagen primordial determinada, es decir, unarquetipo, se cumplimenta como tal, con respecto a su contenido, solamentecuando se hace manifiesto, y se completa, por lo tanto, con el material dela experiencia consciente. Volvemos aquí a la ilustrativa imagen del cauceseco del río y la experiencia rellenándolo vigorosamente.

En efecto puede considerarse que cada uno de nosotros llega a estemundo con potenciales estructuras arquetípicas que son, en nuestra psique,como un nutrido complejo de cauces de ríos, que en este momento sehallan secos. Éstos, así como sucedió en la tierra con el Cañón delColorado, fueron labrados por las «corrientes» de generaciones ygeneraciones pasadas. No corrientes de agua que lo recorren desde hacemillones de años como ocurre en el Gran Cañón, sino corrientes psíquicas,mentales. Con toda la metáfora significativa, que implica hablar deinundaciones psíquicas, remansos espirituales, erupciones psíquicas y todaotra combinación posible de este estilo.

Así, heredamos estos cauces secos. Ríos muertos. Pero nuestraexperiencia los va haciendo fértiles. Le agrega agua una vez más. Yentonces, los arquetipos dejan de ser meras estructuras para convertirseen símbolos proyectados hacia el exterior. Y, en lo interno, al recibir esa«agua» benefactora, renuevan el vigor, adquieren la capacidad de utilizary al canalizar las energías enormes que poseen llegando a intervenir en otrosestratos psíquicos que trascienden la psique colectiva.

Hall y Norby «Conceptos fundamentales de la Psicología de Jung».

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En sus primeros escritos Jung denominó a estas estructurashereditarias imágenes primordiales, expresión que toma de Burckhardt.Pero, después, comprendió que era más preciso llamar arquetipo a estosfenómenos que había descubierto. Lo hizo con el sentido que le diera SanAgustín y, antes que él, Kermes Trismegisto, la versión griega del diosegipcio Toth, quien en el Poimandres (que es la primera parte del grupoque componen la obra de Corpus Hermeticum) expresa: «.Habéis vistoen vuestra mente la imagen arquetípica». Para ese tiempo Jung ya sabiaque los arquetipos «estaban tan elevadamenle organizados y vivos enlo inconsciente, y que influían tanto sobre la imaginación consciente,que podían ser personificados o cuanto menos asumir una expresiónabstracta (...) hay un ejemplo de la vivida complejidad de este mundoen los arquetipos: las representaciones instintivas e intuitivas de lamitología griega. Este sistema espiritual es quizás el modelo másaltamente colectivo que aún poseemos. Es precisamente debido a estaexcepcional consciencia instintiva del inconsciente colectivo,demostrada en sus mitos y leyendas y en todo lo que surge de ellas,que los griegos fueron capaces de hacer una contribución tanformidable a la evolución del espíritu humano».*

Jung expresa también que los «.arquetipos son las formas innatas,apriori, de intuición,.., percepción y de aprehensión...» «Igual quelos instintos impelen al hombre a un modo específicamente humanode existencia, así los arquetipos fuerzan sus vías de percepción y deaprehensión dentro de esquemas específicamente humanos».

Sigue siendo, sin embargo, difícil llegar a comprender el conceptode Arquetipo según la Psicología Junguiana. Rubino anótalo siguiente: «Losarquetipos son formas o imágenes que tienen naturaleza colectiva yque se dan en todos los hombres que habitan y habitaron la tierra,proveyendo los temas milicos. Estas estructuras arquetípicas laspodemos observar también en el individuo en sí mismo como en lascomunidades «ágrafas» e históricas. Se trata de algo así como'modelos -patrones 'en la formación de símbolos y que se repiten desdelas tinieblas primordiales-»,

* Laurens van Der Post, «Jung y la Historia de Nuestro Tiempo».

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Completa esta exposición, que ya va adquiriendo ahora sí límitesprecisos, Frieda Fordham quien, como dijimos, cuenta con el apoyomlelectual del maestro en sus obras escritas. Dice ella: «Podemosaventurarnos a suponer que las imágenes primordiales o arquetiposse formaron durante los milenios en que el cerebro humano y laconsciencia humana iban lentamente emergiendo de un estado animal;¡H'ro sus representaciones, es decir, las imágenes arquetípicas, comotienen la cualidad primordial, se modifican o se alteran de acuerdocon la era en que aparecen. Algunos, sobre todo aquellos que indicanun cambio importante en la economía de la psique, aparecen en formaabstracta o geométrica, tal como un cuadrado, un círculo o una rueda:ya sea por separado, ya en combinación formando de modo más omenos elaborado un símbolo particularmente importante y típico. {...}Otros se presentan como formas humanas o semihumanas, como dioseso diosas, enanos, gigantes: aparecen como animales o plantas, realeso fantásticos, de los que hay ejemplos incontables en la mitología»*.

He aquí, entonces, que los arquetipos aparecen en el hombre através de formas determinadas: en las mitologías, en las leyendas, en lossueños, en ciertos deseos colectivos. Mediante el estudio de determinadossueños (Jung hablará de sueños del Inconsciente Colectivo y otros, losmás comunes, donde aparecen elementos de ambos estratos; ya que raravez existen manifestaciones oníricas puras), de las leyendas y de lasmitologías - particularmente las de culturas nativas o bien otras de enormeesplendor creativo como la egipcia, la griega y la romana - es posiblededucir la existencia de los mismos arquetipos a través de los tiempos.Lo que sucede es que, como indica Fordham, éstos presentan los«ropajes» propios de cada época. Cada tiempo y cada momento de cadacivilización reviste al arquetipo con un «maquillaje» especial y particularde ese lugar y ese momento. Le otorga un «tinte» propio donde intervienenlas circunstancias y el desarrollo de esa civilización. Con distintosemergentes visibles o imaginarios, son los mismos arquetipos de siempre.

Jung explica que las expresiones más directas de lo InconscienteColectivo se encuentran cuando los arquetipos aparecen como imágenes

* Op. cit.

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primordiales en los sueños, en estados desacostumbrados de la mente (hoyllamados estados alterados de consciencia) o en las fantasías de lospsicóticos.

Al referirse a la intervención de lo Inconsciente Colectivo en lasenfermedades mentales graves indica Jung que se despiertan los arquetipospara una vida independiente y asumen la dirección de la personalidadpsíquica, reemplazando al Ego incapaz y a su voluntad y su deseo,demasiado débiles. Agrega también que «el aislamiento en el solo Yotiene la paradójica consecuencia de la aparición en los sueños y enlas fantasías de contenidos impersonales, colectivos, que son tambiénel material de que pueden nutrirse ciertas psicosis esquizofrénicas».

Para vivir la experiencia arquetípica, obtener su análisis y concluirobteniendo la síntesis de éstos, es requisito esencial no identificarse conlos arquetipos. Porque, de suceder semejante cosa, habremos incentivadola principal característica de la reacción patológica y, estaríamos invadidospor estas fuerzas primordiales.

Cabe aquí hacer una aclaración, una división tajante, para noconfundir conceptos. El material psíquico arquetípico se encuentra tantoen lo Inconsciente de una persona normal como en quien padeceesquizofrenia. Hasta ese punto no hay diferencia. Lo que sucede es quedebe observarse si esas presencias arquetípicas están o no elaboradas.Y, en tal caso, de qué modo se encuentran hechas esas elaboraciones. Delestudio de estas dos variables habremos de poder discernir si el materialarcaico es la causa psicopatológica de la enfermedad. No de otra manera.

Jung siempre advierte acerca de ciertos ciudadanos que deben sertenidos en cuenta en el trabajo analítico de la psique. Dice que en los casosde psicosis latente, en los que basta un empujón para que aparezcamanifestante la catástrofe, puede ser suficiente para ello la admisión delestado presente o la acción de un complejo. Uno de los peligros que máspróximo está es el de la identificación con las formaciones inconscientes.Si existe una disposición lábil puede producirse un estado equivalente ala psicosis. Es por este motivo que, como dijimos anteriormente, Jung novacilaba - ante algunos casos - a dejar que la neurosis del consultantesiguiera un curso evolutivo, pues advertía que esta era la única contención

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Mniliiiil . / i ' /'.w'c •n/n;.'Jii

i n u i l . i l . i presencia de manifestaciones más graves que podrían producir,I" u . i rmplo. una psicosis.

( '011 respecto a la neurosis, Jung la considera no sólo desde el puntode \ isla clínico, sino desde la visión psicológica y social y, llega a la• mu lusión de que es una afección grave, particularmente en lo que sei • I u- iv a sus efectos en relación con el medio ambiente y el modo de vidai u i irólico, pudiendo ser la neurosis nuestro peor enemigo o nuestro mejor.mugo, por cuanto sus mecanismos tienen un doble significado: mira. n i e l a n t e y atrás, abajo y arriba. Agrega luego que no es el analizado quePC l ia curado de la neurosis, sino que es la neurosis quien lo ha curado.

Estos que preceden son conceptos muy importantes en last < msideraciones psicopatológicas que hace la Psicología Junguiana. AquíBe presenta a la neurosis como algo a través de lo cual se hace posibleuna curación. Entonces obtenemos el siguiente corolario: no se produceuna neurosis como síntoma de una perturbación psíquica, sino que laneurosis es aquello con lo que reacciona la personalidad para resolver el

disturbio.La neurosis cumple aquí un papel similar al de los glóbulos blancos

cu la sangre. Los glóbulos blancos no son el resultado de una enfermedad,de una infección por ejemplo: sino que éstos existen para contrarrestarla,para eliminarla. Algo así sucedería con la presencia de la neurosis. Atalpunto que ésta, en ocasiones según determinó Jung, está cumpliendo elpapel de dique de contención a los efectos de no dejar pasar el agua quese desliza por aquellos viejos y milenarios cauces que fueron labrados porlos arquetipos y que buscan, en ese momento, adueñarse de la Persona,lo que ocasionaría al individuo el nacimiento de una enfermedad peor paraél y para la sociedad. Una esquizofrenia, por ejemplo.

La concepción junguiana de lo inconsciente lo revaloriza respectode otras psicologías ya que no lo presenta como un depósito de basuras,de cosas dolorosas que debieron ser reprimidas, anuladas, escondidas.

Al revelar la existencia de un Inconsciente Colectivo encontramosque además de aquel estrato de despojos, existen también motivos parala alegría de vivir y las fuentes de la inspiración y creatividad. El inconscientees la «fuente de la consciencia y el espíritu creador y también del

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destructivo de toda humanidad». Se trata de una conjunción deopuestos. Un reservorio totalizador. Es, otra vez más, la presenciaenantiodrómica que habrá de hallar Jung en todos sus estudios sobre elhombre. Aquí, lo Inconsciente aparece como la arena y, a su vez, losprotagonistas luchando en esa arena. Es la cotidiana justa entre el Bien yel Mal. Con triunfos pequeños para el doctor Jekill y también para Mr.Hyde. No hay puesta definitiva. Y cuando la presenciamos es por una dedos posibilidades: o se está reprimiendo desmedidamente lo malo paramostrar lo bueno o bien se está enfermo - no ya neuróticamente, sinogravemente trastornado - y los Hyde transitan por la personalidad de laque se adueñaron. Para conseguir la primera situación enunciadageneralmente es necesario producir una neurosis. Y dejar de sentir, porsupuesto. Negarse a escuchar al inconsciente creer que nada oscuro hayen nosotros es una situación que no habrá de sostenerse equilibrada pormucho tiempo. Porque, finalmente, lo reprimido hace erupción y destruyela falsa Máscara. En el segundo caso, cuando el Mal se adueña de lapsique, el camino hacia el hospicio suele ser breve. O hacia lacárcel. Ohacia la muerte. Pero, si por algún motivo, ese reinado de la maldad fuerael resultante de ocultar el aspecto bueno que también vive en nosotros,tarde o temprano esa fuerza se mostrará en la Consciencia y,enigmáticamente para muchos, el individuo se transforma. Quizá se hagapredicador o decida iniciar una nueva vida donde se mostrará humilde,caritativo..., bueno.

Así hay casos de criminales, asesinos a sangre fría que no mostrabanremordimientos, seguros que harían mil veces más lo mismo, y que - sinembargo - un día inesperadamente transforman auténticamente su manerade comportarse. ¡Hay realmente un cambio!. Se convierten enpredicadores de la paz y la justicia. Abrazan alguna fe y trabajan por ella.

¿Qué ha pasado?. Pues tuvo lugar una síntesis de opuestos. Aquélaspecto de la Máscara que mostraba el criminal no era único. Sino elresultado de alguna necesidad que le había impuesto la circunstancia. Pero,lo que estaba sucediendo, era que la faceta del Bien estaba siendoreprimida en lo Inconsciente. Allí cobró fuerzas y cuando tuvo la suficienteintegridad se mostró a nivel consciente desplazando al aspecto de la

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Miiniidl ilc Psicología .

Máscara impuesta por la necesidad. Entonces el individuo se revela comoverdaderamente es.

Casos como estos no abundan, es cierto. Son más comunes losinversos. El hombre bueno que, repentinamente, se convierte en malo,lodos conocemos a lo largo de nuestras vidas individuos así. En cambiolos regenerados son escasos, a punto tal que -cuando ocurre algún caso-suclen ser motivo de atención por parte de los medios de difusión masiva.I )iarios, radio, televisión y revistas se ocupan de ellos. Porque se trata dealgo inusual. Quien termina estafando a su propia familia- a pesar de quese lo consideraba el hombre más probo de la tierra - es un caso máshabitual. Especialmente en el mundo moderno donde los valores y lossímbolos se pierden rápidamente, o están totalmente trastocados.Alterados. Podríamos deducir que la energía de lo malo avasalla a la psiquecon más facilidad que la de lo bueno. O, en todo caso, que es mayor elnúmero de personas que desean ser buenas y fracasan en su intento, queel de quienes se sienten necesitados a ser malos y, luego, no cambian.Adhieren a esa situación. Deja de ser ilusoria Máscara para convertirseen situación auténtica. Lo que también es lógico. El concepto que tenemosde «lo bueno» implica renunciamientos cotidianos, mientras que «lo malo»suele asociarse al placer y al goce. «La carne es débil» reza un refrán. Y,salvo excepciones - que por ello son honrosas - todos nos sentimosinclinados hacia realizaciones mezquinas, egoístas e intrascendentes. Loque, por otra parte, suele ser propiciado por la sociedad de consumo quemaneja al mundo de hoy. Jung se ocupó mucho de esto. Y dijo, en unaoportunidad, que la única solución era regresar a una civilización queprestara atención a los símbolos. Es decir una cultura capaz de atender asus necesidades interiores y complementarlas con las exteriores. Un grupohumano decidido a ocuparse por obtener el equilibrio sociopsicofísico yno que desarrolle desmesuradamente lo externo en detrimento de la obrainterna que debe construirse en cada uno de nosotros. Si no consiguiéramosintegrar lo Inconsciente a nuestra vida, seremos - siempre - incompletos.Lo que no significa dejar de gozar, ni de sentir placer. Todo lo contrario.Se trata de tenerlos pero incorporados a un sentido de la vida.

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Anton io Las Meras

Jung era un hombre que gustaba de los placeres. Fumaba, bebía,comía abundantemente, se esforzaba por mantener una adecuada relacióncon la Naturaleza, remaba, recorría largos trechos en bicicleta, era rectocon quienes lo acompañaban en el trabajo, esforzado en obtenerrealizaciones impecables, un poco huraño pero de fácil risa como enojorápido; en fin, estaban en él casi todas las posibilidades que tiene unapersona. Y he comenzado la lista con aquellas cosas que, quien no se hainteresado por la personalidad de este sabio, rara vez conoce. Jung amabala vida. Quiso una totalidad. Y eso es lo que la Psicología Junguiana persiguepara los humanos. La plena realización de cuantas posibilidades tenga elindividuo. Que sea totalizador. Todo aunado para conseguir concretar losdeseos positivos en la vida.

Y cuando decimos equilibrio no lo hacemos como sinónimo detérmino medio. Al decir equilibrio buscamos referirnos a un estado a partirdel cual se encuentren dadas las condiciones que permitirán, después,alcanzar la armonía plena. Lo que no es posible de obtener equilibrandolos platillos de la balanza, porque eso es la quietud manifiesta y duraderamientras que una vida plena implica movimiento permanente. Y la psiquees - siempre - acción, movimiento, desplazamiento, transformación. Porlo tanto - y para seguir con la comparación - debemos decir que hay quecolocar en cada platillo las cantidades que sea menester y conseguir elequilibrio (esta palabra procede del latín ecus librum y significa «nada endemasía») cambiando de lugar el punto de apoyo. Acercándolo hacia unlado. Alejándolo del otro. Así la balanza para mantenerse equilibradarequerirá cambios permanentes. Esa necesidad lleva a sentirse armónico.

Ocurre que el equilibrio es un estado en todo momento precario. Elmovimiento requerido para mantenerlo necesita de conductas armónicas.Llegado a este punto conviene recordar aquella máxima china, varias vecesmilenaria, que afirma: «Lo único inmutable es la mutación». Dicho entérminos psicológicos: la armonía sólo sucede cuando el psiquismo cambiapermanentemente de acuerdo con los estímulos exteriores y enconcordancia con las producciones de lo inconsciente.

¿Y cuáles son las proporciones ideales para lograr este estado ideal?.No existen. Cada uno deberá saber -a través de su propia experiencia- qué

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Miininil íA' l'\ifi>loi\iti .

i .m t idad debe colocar a cada lado del pie de la balanza para conseguirun equilibrio que le dé verdadera armonía sin requerir represiones y censuras.

Lógicamente que esta armonía no habrá de durar mucho. La psiqueno es un sistema energético cerrado, Jung, cuando la describe, aclara quese trata de una totalidad «parcialmente abierta», que siempre estárecibiendo energía del exterior. Esta no se pierde nunca; es canalizada y11 ansformada. Estas situaciones pueden volver a romper el equilibrio dela balanza y, por lo tanto, termina la armonía de que está gozando elindividuo, en cualquier momento. Por lo que le será necesario readaptarse.I ;n síntesis podemos decir que, para lograr la armonía es menester tenerla suficiente ductilidad que se requiere para adaptarse a la continua entradade nueva energía. Si no hay nada oculto, si se conocen detalladamentelos pormenores de nuestra psique, esas energías podrán ser transformadasen elementos útiles, provechosos, sin que haya algo que temer. Elproblema, claro se presenta cuando desconocemos nuestros problemasintrapsíquicos. Entonces la energía es absorbida por ellos y repercute enmalestares de la personalidad.

En síntesis, como escribió Jung en sus «Dos escritos sobrePsicología Analítica»: «Son los arquetipos el oculto tesoro que laHumanidad ha acumulado y del que ha producido sus dioses y susdemonios, y todos aquellos pensamientos poderosos e influyentes sinlos cuales ¡apersona dejaría de ser humana».

Un ejemplo clínico

A veces, es posible ver en las psicosis cómo se manifiestan losarquetipos avasallando lo Consciente. Durante algún tiempo trabajamoscon Eduardo Mas Colombo (Doctor en Psicología, Decano y profesortitular en Psicología de la Universidad Argentina John F. Kennedy) en unhospital en busca de símbolos que aparecieran en los discursos de suspacientes psicóticos, reveladores de presencias arquetípicas. Conseguimostener varias reuniones con uno de ellos que, analizado desde la PsicologíaJunguiana, se encontraba poseído por el Arquetipo de Dios.

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Antonio Las Heras

Como veremos luego, éste es el que más energía posee. Una vezque se adueñó de la psique las posibilidades de retrotraerlo a una situaciónpróxima a la normalidad son pocas. En el caso del individuo que tratamosesto era ya una quimera lejana. Llevaba diez años internado y, a lo sumo,se podía esperar una leve mejoría como para que pudiera continuar suvida fuera del hospital si algunos parientes decidían cuidarlo.

El individuo está convencido que es Dios. No vacila en contestar«Dios soy yo» categóricamente tras escucharnos decir: «Si Diosexistiera...»

Encontramos varias simbologías arquetípicas. Vamos a enumerar lasmás sencillas pues este texto busca eso.

Se refería reiteradas veces al numero mil. Que es un arquetipo queimplica totalidad. Luego lo veremos más detalladamente. Para el discursodel paciente «mil son mis iglesias en el exterior», «mil las estanciasque tengo».

Luego hizo referencia a una escena que transcurre en el sitio dondevivía con toda su familia cuando todavía «era un dios capaz de volar».Allí manifiesta que había una higuera. En ella estaban «tres comiendo higosy una». Palabras textuales.

La higuera tiene una serie de componentes simbólicos que se asociana arquetipos importantes. Alcanza con observar que los árboles en sí sonsiempre elementos trascendentales en todas las culturas. En la nuestrarecordamos el «arbolito de Navidad» o el manzano, denominadobíblicamente Árbol del Bien y del Mal. Pero el árbol característico porexcelencia que surge como símbolo de un emergente arquetípíco, es lahiguera. Justamente a ella se refiere el paciente. Y, muy curiosamente, vaa colocar en este símbolo, otro igualmente arquetípico - el de lacuaternidad. Sin proponérselo, por supuesto, y lo que es mas: totalmentedeshilvanado de lo que estaba diciendo, el paciente se interrumpe y dice«había tres comiendo y una)). El arquetipo actúo aquí con tal fuerza quealteró su discurso para emerger a través de un símbolo. Algo habrá sido«tocado» durante el diálogo que permitió que las simbologías arquetípicascomenzaran a aflorar una tras otra.

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M í i l l i n i l < / < • . l l i n y j l i i i l l i i

I r a s hacer algunas preguntas, vemos que se refería (como se'I pi ende de la construcción gramatical) a tres hombres y una mujer.i u . l amente esa es la mejor simbología para referirse a la cuaternidad. Que

í l e o así como un mándala perfecto. O como el cuadrado a que hacen i < i e iK i a Jung cuando indica diversos símbolos o construcciones con que. ip .n i -c i .Mi disfrazados los arquetipos.

1 .a cuaternidad también vamos a hallarla en la simbología religiosa.A l i a n / a con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es la Trinidad. A la quel u \ que agregar la Virgen María. Entonces es la Cuaternidad Perfecta.l ' 1 1 emergente arquetípico de gran vivencia en el mundo espiritual del ser

humano.Cada vez que hallamos construcciones donde aparecen tres

hombres, o figuras masculinas o elementos que podemos considerar talesi e l árbol) y un componente femenino (una mujer o algo que pueda seri onsiderado femenino: la madera) es probable que se trate de unamanifestación arquetípica.

De la misma forma se puede proceder para el análisis de otrosimbolos que esconden presencias arquetípicas. Jung se ocupó mucho de

> : , lo, pero, sin embargo, no existe una «receta» o un «método» paradescubrir arquetipos. Es necesario familiarizarse con los elementosmitológicos, con las simbologías y las figuras oníricas, para poder deduciro suponer dónde se oculta un arquetipo. Este es uno de los aspectos másdi fíciles de la Psicología Junguiana. Seguramente, si Jung no hubiera sidoun hombre culto, «el hombre mas culto que he conocido)), según unaexpresión del Conde de Keyserling; un hombre cuyos conocimientosabarcaban casi todo el espectro de las ciencias humanísticas, los arquetiposy lo Inconsciente Colectivo seguirían siendo algo desconocido. Apenassupuesto o intuido.

Para poder trabajar en el mundo de los arquetipos y estar encondiciones de descubrir sus huellas, es necesario estar suficientementepreparado en materias complementarias de la Psicología como lo son laAntropología, la Sociología, las artes y las letras, la Arqueología, Mitología,Alquimia, religiones comparadas, Filosofía Hermética y Filosofía en

general.

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A m o n i o l , ; i s I K - i i i s

Complejos y Arquetipos

Los complejos tienen varios orígenes distintos. Unos, según hemosvisto, tienen relación con lo Inconsciente Personal. Sin embargo todocomplejo guarda, en su núcleo, a un arquetipo. (Esto ya lo enunciamosanteriormente). Y de ese arquetipo recibe el Complejo gran cantidad deenergía. Lo que le permite hacerse fuerte y dominar al resto de la estructurapsíquica una vez que ha recogido la cantidad necesaria de energía. Tantolo Inconsciente Personal como lo Consciente están implicados en su esferade poder.

En la lista de causas que forman complejos debemos incluir,necesariamente, a los arquetipos. Porque siempre uno de éstos es el núcleodel Complejo. Siendo, como dijimos, el portador de significación.

Indican Hall y Norby que «el arquetipo, actuando como centro onúcleo, funciona como magneto, atrayendo a las experienciasrelevantes hacia él, para formar un complejo. Después que haalcanzado suficiente fuerza por la adición de experiencias, elcomplejo puede penetrar en la consciencia. Es solamente siendo elcentro de un complejo bien desarrollado que el arquetipo puede hallarexpresión en la consciencia y en la conducta»*.

En determinados momentos el arquetipo se hace tan poderoso queel Complejo invade a la Consciencia transformando el mundo normal ycotidiano del individuo. Llegando a casos donde el grado de deterioromental es tan elevado que la persona debe ser internada. Muchos de estosextremos son irrecuperables. El individuo no volverá a aproximarse alestado de salud mental satisfactoria jamás.

Continuemos con el caso antes mencionado del paciente queestudiamos con Mas Colombo. Tenemos allí la acción de un arquetipopoderoso. El de mayor poder. El arquetipo de Dios. Seguramente es elprimero que conformó un surco en lo Inconsciente Colectivo. Aquélindividuo que vivía en las cavernas o en los bosques y que temía a todoporque era muy impotente frente a los elementos de la Naturaleza; veía lapresencia divina también en todo. Cuanta cosa lo rodeaba adquiría para

* Hall y Norby, «Conceptos Fundamentales de la Psicología de Jung».

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Miiiuiul tic Psicología Junguiana

r l características mágicas, sobrenaturales. Por lo tanto la experiencia depercibirse manejado por algo superior debió ser fundante. Tan fuertementel u i n quedado grabadas tales experiencias en lo inconsciente, que se haseguido repitiendo la vivencia y continúa en nosotros que, a pesar de todanuestra Ciencia, todavía seguimos temiendo y pensando en un Creador,lis razonable entonces que posea una carga energética superior a losarquetipos restantes.

Pues bien, cuando el Arquetipo de Dios invade la Consciencia, elindividuo es víctima de notorios cambios en su forma de vida.

Tengamos en cuenta que el surco del Arquetipo de Dios está en cadauno de nosotros. Y esto permite explicar psicológicamente por qué en todoslos seres humanos existe la idea de una presencia divina.

Es algo innato, por su raíz arquetípica. Ahora bien, si a través de lacomunicación de experiencias en la vida de relación - y habiendo algunaspredisposiciones para ello - se van uniendo determinados sucesos -asociando, sería el término más correcto - comienza a formarse uncomplejo en torno del Arquetipo de Dios. Claro que, aclara Jung, paraque el Complejo se forme en torno de éste y no de otro arquetipo, debenexistir algunas predisposiciones individuales que. conduzcan a talproducción.

Una vez constituido, nuevos materiales y asociaciones habrán defortalecerlo hasta tal punto que, finalmente, aflora en lo Consciente.

El Complejo de Dios se hace dominante y actúa como eje de todaslas acciones del individuo. Entonces ya se apoderó de la Conscienciaprovocando un grave daño psicológico, de usual permanente por lo demás.Es cuando aquel hombre o aquella mujer va a cambiar una serie decostumbres y actitudes que hasta entonces tenían incorporadas, que le eranhabituales. Quienes los rodean y conocen dirán que «parece otro». Se loverá distinto. Y es cierto. Ya no se trata de la misma Persona. En algúnsentido puede afirmarse que se trata de otra persona. Ahora la psique seencuentra dominada por el Arquetipo de Dios que ha conseguido invadirla Consciencia tras la formación de un «Complejo de Dios». Y, segúnhemos visto, se trata del arquetipo más poderoso de entre todos losconocidos - como lo ha expresado Jung - que se enseñorea de lapersonalidad - de todos los estratos psíquicos - y, por lo tanto, se hace

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A n t o n i o I ,as l l e r a s

rector absoluto del mundo de aquel individuo, construyendo por lo demásun mundo nuevo de lo profundo inconsciente hacia el exterior. Todo loque ocurra en su vida y cuanta cosa haga estará girando en torno delComplejo y habrá de estar vinculada a la esencia del Arquetipo de Dios.

Es cuando, esa persona, dejará de ser el que era para convertirseen alguien que todo lo juzga en virtud del Bien y del Mal. Hablará deparaísos e infiernos. Se considerará profeta de Dios, creerá que dialogacon el Creador, que es un ángel de Él o - directamente - se sentirá laencarnación de Dios o Dios mismo. Esto de acuerdo a la intensidad quepresente el Complejo. la que puede modificarse con el paso del tiempo.

En la labor investigativa que emprendimos con Eduardo MasColombo hemos tenido oportunidad de analizar casos concretos deindividuos internados en hospitales que presentaban esta psicopatología.

Puede ser interesante, entonces, transcribir algunos párrafos deldiscurso de este hombre, obtenidos durante nuestras entrevistas. Se tratade una persona que lleva casi veinte años internado y que su estado dedeterioro mental es considerable pero no absoluto. El enfermo en cuestiónestá convencido de que él es el Niño Dios.

« Yo agarré, soplé, e hice el mundo. Aparté del Sol, las estrellas,que están pegadas. Como el Sol, está en el mundo. La Luna estáaparte, no está pegada».

«Todo fue hecho por mí, con un soplido. Pero no recuerdo cómolo hice».

«El demonio es algo que se siente. El demonio es un hijo mío, siexiste».

«Yo soy Dios. Todopoderoso, creador del mundo y de la Tierra».«El Espíritu Santo es el Padre Nuestro. El Padre Nuestro anduvo

dentro de mí. Ahora no sé dónde anda. Era como aire. Me parecióque estaba dentro mío». (*).

Podemos analizar, desde la Psicología Junguiana, este discurso.Atrapado por el Arquetipo de Dios, el individuo está convencido

(*) Estas transcripciones son fragmentos textuales de entrevistas tomadas en eltranscurso de muchas sesiones realizadas durante un lapso de seis meses.

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Míiintiil t/c

de que es él quien ha hecho el Universo. Aunque no recuerda cómo. Estodebe interpretarse como un vestigio de salud. O, mejor dicho, como quela actividad del arquetipo no es suficientemente intensa como parapermitirle crear una fantasía explicativa de la forma que le permitió crearlotodo. En el caso de este paciente en particular entendemos que ello sedebe a que el Complejo está cediendo. Comparando declaraciones deotros tiempos vemos que, inclusive, aparecen algunas dudas en su discurso.Ya no está tan seguro de algunas afirmaciones categóricas como porejemplo de que hubo un tiempo en que - por ser Dios - «podía volar».

Es interesante, también, el hecho de que refiera que el Demonioexiste y que es hijo suyo. Lo cual, ciertamente, está de acuerdo con laidea de que Dios todo lo ha creado; inclusive a su hijo descarriado.

Normalmente el paciente afirma ser el Niño Dios, y reconoce laexistencia de otro ser que le precede. Pero, como considera que al igualque el Espíritu Santo son una misma persona, a veces su discurso utilizaexpresiones tales como «yo soy Dios» y otras, «yo soy el Niño Dios».

De cualquier forma observamos una fantasía delirante muy bienestructurada propia de estas enfermedades y, por otra parte, acorde conla idea arquetípica de Dios del cristianismo, fe a la que pertenece elpaciente.

Alejándonos del ejemplo investigado y siguiendo con lo que puedeocurrir si la intensidad de acción del Complejo llega al máximo,encontraremos el momento en que el individuo crea que solamente él puedeguiar a la Humanidad y que es él quien puede determinar la salvación deunos y la condena de otros, Entonces su estado psicótico será definitivo,casi con certeza. Habrá perdido toda consciencia de la realidad. Esosvestigios de salud que señalamos en el ejemplo, aquí serán inexistentes.Se sentirá perseguido por quienes no le creen. Se acercarán a su prédicapersonas que presenten una cierta predisposición a esta mismapsicopatología. Se transformará en un fanático, quedando aislado delmundo. Salvo por aquellas otras personas que lo seguirán sintiendocercanas a este «salvador» puesto que ellas también tienen esos puntosde coincidencia: la predisposición recién enunciada. Claro que esto no losaben conscientemente. Es una atracción inconsciente (irracional, en

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Antonio Las Heras

cuanto que no pasa por el eje de la razón o de la lógica, sino por el polode la instancia emocional) que los hace identificarse con el «personaje»adoptado. Nunca tan claro con el concepto de «personaje» como Máscaraque en estas ocasiones. Porque el individuo no es más él mismo, sino elresultado de una serie de efectos arquetípicos que lo dominan. Algo asícomo alguien a quien se le ha cambiado el alma.

Pero, si el Complejo no se hubiera adueñado de toda la personalidad,habría podido ser utilizado beneficiosamente. De no haber llegado asituaciones extremas como las enumeradas, si ese individuo hubiera sidoposeedor de un Complejo de Dios que sólo tomara una porción de lapersonalidad, entonces sí habría sido útil a sus semejantes. Porque tendríael sentido de lo razonable, de la mesura; de lo que puede ser y de loimposible. Seguramente se habría transformado en un educador, seocuparía de ayudar a los demás en sus necesidades, y asuntos similares.Esto significa que los complejos — hemos de decirlo una vez más - bienpueden ser utilizados para obtener resultados provechosos.

Vemos, entonces, cuál es el motivo por el que un Complejo se hacenecesario para poder desarrollar una existencia civilizada así como también- en su instancia extrema - puede llevar a la persona a convertirse en unneurótico o en un enfermo mental irrecuperable generando psicosis oesquizofrenias.

Aquí nos hemos ocupado, como ejemplo, del caso en que loConsciente es dominado por el Arquetipo de Dios. El más poderoso. Pero,salvando esa problemática de «fuerza energética», lo Consciente puederesultar dominado por cualquier otro arquetipo que emerja como resultadodel desarrollo en lo Inconsciente Personal de un Complejo. Lógicamente,de acuerdo a la esencia del arquetipo será la variación que acontezca enla personalidad y los elementos que encontraremos en el discurso.

En torno a los Arquetipos

No podemos determinar cuál es la cantidad de temas arquetípicosque existen. Indudablemente, muchos ni siquiera han sido descubiertostodavía. A Jung le demandó medio siglo identificar a los más importantes.

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Míiuiiul de ¡'sicología

E, inclusive, encontró en la Alquimia datos sobre cuáles son los arquetiposíue usualmente afloran en todas las culturas.

Una enumeración tentativa podría ser la siguiente:

Arquetipo de Dios

Es el que dispone de mayor fuerza energética (y al que nos referimos¡precedentemente).

Arquetipo de la Gran Madre

i El Arquetipo de la Gran Madre tiene todos los rasgos queusualmente han sido atribuidos a las madres en todos los tiempos. Comotodo arquetipo tiene sus dos dimensiones: oscura y numinosa.Encontraremos, entonces, dos tipos fundamentales: la madre nutricia y lamadre devoradora.

Este arquetipo está siempre presente a través de diversos símbolosespecialmente observables en pueblos agricultores. Está presente en lasfestividades y ritos concernientes con la fecundidad de la Tierra y lascosechas. La Gran Madre suele hacer referencia al planeta que habitamos.O presentarse, directamente, como sinónimo de éste. El culto a laPachamama en América del Sur, sobre todo en la región próxima a laCordillera de los Andes, es un claro ejemplo (sobre el que volveremosmás adelante).

En la «Gran Madre», como manifestación arquetípica, lo femeninoaparece como principio creador independiente del hombre personificadoy por esa razón es que se la considera «virgen» y su poder y riqueza vamás allá del «principio masculino». Esta figura arquetípica la vemosrepresentada en los mitos y leyendas de todas las civilizaciones de todoslos tiempos. Así, tenemos el ejemplo de la Virgen María, de las GrandesMadres egipcias y mediterráneas, todas ellas «madres vírgenes»portadoras de un gran poder de creación y fecundidad y a quienes, por

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A n t o n i o Las Heras

sobre todo, se las venera, aún hoy en día, con el objeto de que hayaprosperidad, alimento, buenos cultivos, salud, etc.

Tenemos otros ejemplos de este tipo de «madres»: los gemelosRómulo y Remo fueron hijos de madre virgen: el Popol Vuh libro sagradode los maya-quichés dice que los gemelos Hunahpu y Ixbalanqué fueronengendrados por la joven virgen Ixquic cuando una calavera escupió sumano («en mi saliva y en mi haba te he dado mi descendencia», d i jo lacalavera a la muchacha).

En México, en un panteón azteca también podemos encontrar lahistoria de un dios hijo de madre virgen. Dice la leyenda que Coatlicue,joven noble que se dedicaba a cuidar los elementos de culto, mientraslimpiaba el templo un día encontró en el suelo una pluma de colores muyherniosos de gran belleza, la tomó entre sus manos y la contempló un buenrato colocándola, luego, en su pecho. Al l legar a su casa quisocontemplarla una vez más pero al buscarla entre sus vestidos ya no laencontró. Esa misma noche un ser resplandeciente le reveló, en sueños,que en la pluma iba una semilla fecundante que la había embarazado y quedaría a luz a un ser extraordinario. Cuatlicue parió nada menos que al diosHuitzilopochtli,

Otros héroes, dioses, semidioses y profetas han sido engendradossin que interviniera el varón: la virgen Maia engendró a Buda, y, además,Kermes, Dionisio, Adonis, Agni, Mitra, Krishna y el mismo Jesús, fuerondados a luz por madres vírgenes.

En la mitología griega, el arquetipo de la Gran Madre estuvorepresentado por Gaia (Tierra), personificando a la Madre fierra. En su«Teogonia» Hesíodo relata cómo, después del Caos, surgió Gaiadesafiante, y con ella la creación de los eternos dioses del Olimpo. Gaiallevó consigo a Urano, el cíelo colmado de estrellas - su equivalentemasculino - para cubrirla; a las colinas y a Ponto, el profundo mar quebrotó de ella misma «sin la unión del amor». Tras lo cual - dice Hesíodo -Gaia se recostó con el Cíelo y dio nacimiento al Mundo-Océano, Ceo,Crío, Jápeto, a los Titánides, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febey a Tétis. «Tras ellos nació Cronos el astuto, el más joven y terrible desus hijos, y éste odió a su lujurioso padre». Algunos autores, como

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Manual de l'.iicnlo^in Jiingitiana

Marijas Gimbutas y Barbara Walker, afirman que «Gaia como la MadreTierra es una evolución de la Gran Madre delpre-Indo-Europeo. unadiosa de la vida y la muerte, generosa pero terrible, que había sidovenerada ya desde el Neolítico Oriente próximo, Anatolia y la zonade influencia de la cultura egea, pero también más allá de Malta ylas tierras e (rus cas».

Karl Kerényi, Cari A, P. Ruck y Danny Staples, interpretan a lasdiosas Deméter como la «madre», a Perséfone como la «hija» y a Hécatecomo la «vieja», como las entendían los griegos, que constituían tresaspectos de una Gran Diosa anterior, que podría ser identificada con Reao con la propia Gaia, la Gran Madre. Los griegos nunca olvidaron que elantiguo hogar de la Madre Montaña era Creta, donde una figura en parteidentificada con Gaia había sido venerada como Potnia Theron, la «Señorade los Animales», o simplemente Potnia, la «Señora».

En Roma, la diosa Cibeles (extraída de la mitología griega), fuevenerada como Magna Mater, la «Gran Madre».

En la mitología nórdica, la Gran Madre estuvo representada por lamisma madre de Thor, quien era conocida como Jord, Hlódyn o Fjórgyn.Mientras que en la mitología lituana Gaia - -eme, también claramanifestación de este arquetipo, era hija del Sol y la Luna, y tambiénesposa de Dangus (Varuna).

Como mencionamos anteriormente, las culturas precolombinas, enespecial la incaica, creían en la Pachamama como personificación de laMadre Tierra (Gran Madre). Ella, junto con su esposo Inti, el dios delsol, eran considerados deidades generosas. El culto a Inti se perdió conel paso del tiempo, pero la Pachamama aún sigue teniendo vigencia en lospueblos de esa zona y, en especial en el Noroeste argentino, lo que indicala fuerza energética que posee el arquetipo de la Gran Madre. El culto ala Pachamama no pudo ser erradicado ni siquiera con la evangelizaciónde los aborígenes y actualmente cada 1° de agosto comienzan lasceremonias en su honor, y, además, se le hacen ofrendas cada vez quecomienza la época de siembra y cosecha y cuando se marca la hacienda.En este culto participan también aquellos que profesan la fe católica,

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A n t o n i o l . n s I le ras

Existe, asimismo, una conexión entre serpientes, lagos y deidadesfemeninas como símbolos bastante comunes para el arquetipo de la GranMadre, apareciendo con frecuencia en todas las mitologías. Podemosobservar esto, por ejemplo, en la Gran Madre Maya, Ixchel, la diosa lunarde las inundaciones, en cuya cabeza descansaba una serpiente. En México,éste es un patrón bastante común: la madre terrible de los indios Coracomo serpiente lunar acuática; la mujer serpiente de los aztecas, queotorgaba fertilidad a las plantas y los animales; la diosa obsidiana de lacaza quien, originalmente, fue un dragón en un lago: y las deidadesserpientes, madres de los indios Hichol.

Otros ejemplos los encontramos en Bachué, la Tierra Madre y madrede los hombres para algunas tribus Muisca, que, según la leyenda, sesumergió en un lago y se convirtió en una enorme serpiente.

Las diosas Madres fenicias, al igual que otras diosas mediterráneas,se representaban acompañadas por culebras.

Kuma, el espíritu supremo de los Yaruro del Orinoco, era seguidapor una serpiente y un jaguar. Estos dos animales son los representantesdel aspecto terrible y devorador del arquetipo, su vertiente ourobórica.

Los esquimales de Labrador creen en algunas diosas dueñas de losanimales de la tierra y en otras, como Sedma, doncellas de los peces.

Otro ejemplo lo encontramos en Creta, en donde la Gran Madreregía sobre la vida salvaje y se la asociaba con toros, leones y machoscabríos. En Knossos la diosa de los animales aparecía en la cima de unamontaña flanqueada por dos leones.

Las grandes diosas egeas eran principalmente diosas de la fertilidadcon poderes sobre las plantas y los animales. Eran diosas procreativas ovírgenes guerreras que avanzaban escoltadas por leones gobernando lasbestias salvajes.

Cybeles era venerada en lo alto de las montañas y estabaacompañada por animales sobre los que ejercía su dominio. Se larepresentaba sentada en un trono flanqueado por dos leones o en unacarrera tirada por los mismos animales.

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Manual de Psicología Junguiana

Astargatis, la Diosa Madre Siria, también aparecía sentada sobreilos leones al igual queAtheh, la diosa Cilicia, o la mesopotámica Lilith,diosa de la noche, alada, entronizada sobre leones.

Como hemos visto, el arquetipo de la Gran Madre puede tener dosvertientes, puede ser benévola (nutricia) o puede tener un caráctervengativo, oscuro, y así se presentaba a través de las antiguas diosas.

Esta dualidad está presente en Artemisa, la Señora de los Animalesgriega, que podía ser cruel o benévola, virgen cazadora o diosa de lafertilidad. Las Grandes Madres de la época Micénica tenían también amboscaracteres, vírgenes y diosas de la fertilidad.

A su vez, la Gran Diosa del Avesta, Ardvi, al igual que Anahita deIrán, Nana o Nanaia de Babilonia y Mesopotamia, y Astarte de Feniciafueron identificadas con Artemisa en India. Justamente allí tenemos elejemplo de la diosa Kali, como representante del Arquetipo de la GranMadre en sus dos vertientes.

Artemisa fue posteriormente asociada con la egipcia Isis y seconsideró que el eslabón entre ambas fue Bast, la diosa gata de Egipto.

En la antigua Grecia también encontramos la figura de la señora delas bestias conectada con Eros donde la magia del amor era un aspectoimportante del culto. Afrodita, en la región de Troya, no era únicamenteuna diosa del amor ya que aparecía acompañada por animales salvajes yrelacionada con la Madre de los Dioses. En los Himnos Homéricos era ladoncella de los animales, seguida por lobos, leopardos, osos y leones, quecolmaba el corazón de las bestias con amor.

De modo general el Arquetipo de la Gran Madre, cuando actúa comocomplejo psíquico tanto en el hombre como en la mujer, implica labúsqueda del retorno a la protección materna, a ese paraíso imaginariode plenitud y armonía, y en este sentido está íntimamente ligado a lasmanifestaciones del Arquetipo del Paraíso Perdido, al que nos referiremosmás adelante.

En el varón, el arquetipo de la Gran Madre se superpone muchasveces con el del Ánima, al que veremos en profundidad en un capítuloaparte.

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Anton io Las Heras

La virtud que el Arquetipo de la Gran Madre desarrolla es lacapacidad nutricia, de protección y amor. Jung sostuvo que la experienciaque haya tenido el niño o la niña con su propia madre no alcanza paracomprender las características que se le atribuyen a las figurasrepresentativas de lo «materno», tales como: la autoridad mágica de lofemenino; la sabiduría; la bondad; el aspecto protector, sustentador ygenerador de crecimiento, fertilidad y alimento; así como lo secreto, looculto, lo sombrío: el abismo; lo que devora, seduce y provoca miedo.Es por esto que afirmó que «...todos esos efectos de la madre sobre lapsique infantil pintados por la literatura no provienen meramente dela madre personal, sino más bien del 'arquetipo proyectado sobre lamadre '. el cual da un fondo mitológico a estay le presta de ese modoautoridad y numinosidad» *

La madre personal entonces, sólo influye en el hijo o hija en la medidaen que éstos proyectan el Arquetipo Materno sobre ella, y ello tiene másque ver con un desarrollo muy particular, propio de la fantasía infantilproveniente de lo Inconsciente Colectivo, que con efectos traumáticosrealmente acontecidos.

Es por esto que Jung sostenía que en aquellos casos en los que sesospechaba una neurosis infantil, él comenzaba buscando la neurosis enla madre, pues es mucho más probable que un niño tenga un desarrollonormal que neurótico, y porque en la mayoría de los casos se puede demostrarla existencia de perturbación en los padres, en especial en la madre.

Muchos de nuestros más terribles temores están arraigados en lafigura arquetípica de la Gran Madre en su aspecto ourobórico. El terrormás profundo respecto a ese aspecto devorador del arquetipo se reflejaen el mito de las vampiresas, vigente en las culturas de todo el mundo.

Yanira Alemán, en su artículo «Reflexión junguiana en torno ala literatura mágicorealista», encuentra al Arquetipo de la Gran Madrerepresentado en varias figuras de la literatura latinoamericana, sosteniendoque «... .e/ realismo mágico se nutre de los contenidos del inconscientecolectivo.» Esto nos servirá de ejemplo para ver claramente algunas de

Jung, C. G. «Arquetipos e Inconsciente Colectivo».

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Junguiana

las posibles manifestaciones de este arquetipo. Dice Alemán: «En 'Como1i\ [tía pura chocolate' de Laura Esquivel, el personaje de Mamá Elenapuede ser visto como una manifestación de la dimensión oscura deliir<itielipo de la gran madre, la que nos devora. Esto es palpabledurante toda la novela, pero se recoge magistralmente en las siguienteslineas:

' 'Realmente era difícil sostener la mirada de Mama Elena, hasta paraun capitán. Tenía algo que atemorizaba. El efecto que provocaba enquienes la recibían era de un temor indescriptible: se sentían enjuiciados ysentenciados por faltas cometidas. Caía uno preso de un miedo pueril ala autoridad materna.» (Esquivel, 1994)."

De la misma manera podemos ver a Tita como su opuesto, osea, en el lado luminoso del arquetipo de la gran madre, la madrenutriente. Tifa era la que cocinaba en la casa y estaba encargada dealimentar a toda la familia, también es en ella que se da elsobrenatural suceso de alimentar al pequeño Roberto con sus pechosvírgenes. Como madre nutriente también califica Úrsula, de Cienaños de soledad».

El Arquetipo de la Gran Madre también aparece simbolizado portodo lo que sea profundo: abismos, valles, fuentes, grutas, mares y lagos.En otras ocasiones está representado como la casa o la ciudad que noscontiene. En general, todo aquello que se presente como de grandesdimensiones, espacioso y con la característica de abrazar, contener, ceñir,rodear, envolver, cubrir, preservar o nutrir a algo más pequeño, constituyensímbolos que se refieren a la Gran Madre.

Como ya hemos mencionado, todos nosotros proyectamos estearquetipo hacia nuestras propias madres. Pero cuando el arquetipo noencuentra una madre real disponible, tendemos a personificarloconvirtiéndolo en un personaje mitológico «de cuentos de hadas», porejemplo; o se lo busca a través de una institución como la iglesia;identificándolo con la «Madre Tierra» (como hemos visto); o en la figurade la virgen María y otras tantas que se prestan para ser depositarías < l i -la Gran Madre arquetípica. Porque, como señala Jung, «/a Gran Ma< // < •es ante todo un arquetipo [...] una imagen interior, eternizada cu I ti

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Anton io Las Heñís

Psyché;ypara la organización psíquica, a la vez un centro y fermentode unificación. Algo inmutable)).

Jung explica también las causas de este fenómeno de la doblevertiente del arquetipo y las diversas manifestaciones que hemosmencionado, en su obra «Arquetipos e Inconsciente Colectivo». Allíexpresa: «La portadora del arquetipo es en primer término la madrepersonal, porque en un comienzo el niño vive en participaciónexclusiva, en identificación inconsciente con ella. La madre no es sóloprecondición fisica, sino también psíquica del niño. Con el despertarde la consciencia del yo la participación se va disolviendo poco a pocoy la consciencia comienza aponerse en oposición con lo inconsciente,esto es con su propia precondición. De allí resulta la diferenciaciónentre el yo y la madre, cuya peculiaridad personal poco a poco sevuelve más clara. De ese modo se desprenden de su imagen todas lascaracterísticas misteriosas y fabulosas y se desplazan hacia laposibilidad más cercana: la abuela. Como madre de la madre, ella es«más grande» que ésta. No es raro que tome los caracteres de lasabiduría al igual que los propios de la brujería. Pues cuanto más sealeja el arquetipo de la consciencia tanto más clara se vuelve ésta ytanto más nítida figura mitológica toma el arquetipo. El paso de lamadre a la abuela representa un 'ascenso de rango 'para el arquetipo.»Y luego agrega que: «Al volverse mayor la distancia entre lo conscientey lo inconsciente, la abuela materna se transforma, por ascenso derango, en la «Gran Madre», con lo cual ocurre frecuentemente quelas oposiciones interiores de esta imagen se separan de ella. Surge porun lado un hada buena y por el otro una mala, o bien una diosabenévola y luminosa y otra peligrosa y sombría. En el Occidenteantiguo y en especial en las culturas orientales, las oposicionespermanecen a menudo unificadas en una figura, sin que la conscienciaexperimente esta paradoja como algo perturbador. Así como lasleyendas de los dioses muchas veces están llenas de contradicciones,lo mismo ocurre con el carácter moral de sus figuras.» Y de esa maneraes que surge esta ambigüedad en las diosas míticas, fieles representantesdel Arquetipo de la Gran Madre.

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Respecto a esto, Jean Markale (reconocido especialista en culturacéltica y autor de numerosos estudios sobre la civilización medievaleuropea), en su libro «El Amor Cortés o la pareja infernal», transfiereesta imagen de la diosa arquetípica a la figura de la dama del medioevo,manifiestando que: «... la dama es siempre una diosa, encarnación deI odas las bellezas, de todas las perfecciones, pero es a menudo cruely siempre 'ambigua', como son todas las divinidades.» Y en estesentido equipara la función de la dama con la de la diosa en su aspecto de«iniciadora» del hombre. Es por esto que agrega: «(El) particular papelde la dama del amor cortés (debe buscarse en) la imagen de la diosaprimitiva, iniciadora del hombre y dispensadora de los bienesespirituales y materiales.» «...en la mayoría de las tradicionesreligiosas antiguas, se siente e! sufrimiento como un elemento quepermite trascenderse y alcanzar lo inaccesible. En un plano másconcreto, cada vez que la divinidad es una diosa, su aspecto se vuelvede gran ambigüedad: se la presenta, a la vez, como atractiva yrepulsiva, como hermosa y cruel, como buena y mala. El ejemplo másclaro es, en la India, el personaje de la diosa Kali.»

Con esto queda claro cómo se manifiesta el Arquetipo de la GranMadre simbólicamente tanto en las diosas primitivas como en sus«encarnaciones» (madre personal, abuela, «dama», etc.). Pero, además,para comprender cabalmente la gran carga energética que posee estearquetipo, citaremos otro pasaje del libro de Jean Markale. Éste expresa:«,.. las sectas gnósticas, en su sistemática búsqueda de una tradiciónque se remonte a la noche de los tiempos y halle su culminación en elmensaje evangélico, sintieron muy pronto el deseo de invocar unadivinidad femenina que recordara las antiguas diosas-madres, y capazde cristalizar todas las pulsiones del ser humano hacia el supremoconocimiento. Para los teóricos de la gnosis, el Espíritu Santorepresentaba la Madre de la Santísima Trinidad. La palabra con quese designaba al Espíritu Santo era neutra en griego, pero femeninaen arameo y hebreo. La gnosis pronto sustituyó el neutro griego'pneuma'(literalmente el «aliento») por la palabra femenina 'sofia'(la «sabiduría»), término empleado, indiferentemente, en masculino

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o femenino, pero que designa claramente los rasgos y caracteresfemeninos de la divinidad.))

Robert Graves, famoso autor de obras literarias y mitológicas,también centró su interés en la figura de la Gran Madre en su aspectoarquetípico y en las figuras de las «diosas» como fuente de la que surgióla poesía y la verdadera sabiduría. Al respecto, César Fuentes Rodríguez,estudioso de la obra de Graves, afirma en su artículo «Robert Graves.Tras los pasos de la Diosa», lo siguiente: «La crítica afirma que puedeenfocarse la vida y la obra de Graves a la luí de la búsqueda de unideal poético anterior a nuestros postulados clásicos del arte y laliteratura. Su tesis apuntaba a que la poesía era un lenguaje mágicovinculado con ceremonias populares en honor de la Diosa Luna, MadreTierra, Dadora De Vida (o algún otro de sus mil nombres), y que eselenguaje fue corrompido por los invasores patriarcales,» Y luego agregaque: «Esta teoría aparece en todo su esplendor y complejidad con unlibro titulado «La Diosa Blanca», escrito entre 1920y 1935, mezclade ensayo mitográfico y compendio poética-antropológico. Losprimitivos dependían de La Tierra para todas sus cosas: alimento,protección, abrigo... tanto así que la identificaban con la vida misma.Habían notado que toda la vida era creada a partir de los cuerpos delas hembras (tanto mujeres como animales), de modo que encontraronnatural la idea de que existiera una Todopoderosa CreadoraFemenina. Esta fue desde tiempos remolos representada en sus tresfacetas emblemáticas: como doncella, como matrona y como anciana,Y las hembras eran cabezas de sus sociedades, mientras que loshombres cumplían ciclos rituales como consortes o reyezuelos y eransacrificados (más o menos simbólicamente) al término del año solar,pues como el Sol morían para renovarse a la manera del mito egipciode Osiris e Isis. La Diosa es para el poeta no sólo patrona, sino amay señora que rige su inspiración y su acción, y Graves decía que elverdadero bardo era aquel que se entregaba en cuerpo y alma, lasveinticuatro horas del día, a adorarla, de manera insobornable.»

Esto muestra claramente el poder que el Arquetipo de la GranMadre ha ejercido sobre las más antiguas civilizaciones y sobre los

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hombres dedicados al estudio de los mitos en general. Y en la últimai v lerenda hecha sobre el artículo de Fuentes Rodríguez, podemosobservar su relación con el Arquetipo del Héroe.

Arquetipo de Conformidad o Arquetipo de la Persona

Ayuda al individuo para una convivencia más armónica con el mundoexterior, y permite ganar la aprobación social. Este arquetipo ya fuedescripto detalladamente en otra parte de este texto, por lo que sólo nosreferiremos a él brevemente con el objeto de recordar su significado.

Representa la imagen que presentamos en nuestra interacción conlos demás. El término «Persona» proviene del latín «prosophon» quesignifica «máscara», en el sentido de la que utiliza el actor. En efecto: es la«vestidura» que nos ponemos frente a los otros para representar el papelque la sociedad espera que cumplamos.

Este Arquetipo se denomina también de Conformidad por ser el quenos permite dar una impresión favorable con el fin de ser aceptados porlos demás, aún por aquellas personas que nos desagradan y ante las que,de todos modos, nos mostramos amables.

Un individuo puede tener tantas Máscaras como situaciones en lasque deba interactuar: en el trabajo puede usar una máscara diferente a laque presenta en el hogar o con sus amistades. Esta persona se «conforma»,entonces, de maneras diferentes ante situaciones diferentes. Sin embargo,colectivamente, son todas sus máscaras las que constituyen su Persona.

Jung sostuvo que este arquetipo resulta necesario porque facilita laadaptación al mundo social, pero agrega que hay que tener cuidado deno identificarse con él, porque constituye sólo un personaje y traeríaconsecuencias negativas en la vida, como, por ejemplo, una excesivapreocupación por lo que piensen los otros; o tener implicancias patológicasque impedirían un desarrollo normal de la personalidad total haciendo creeral individuo que es sólo aquello que quiere mostrar, dejando de lado laamplia gama de matices que posee su psiquismo, es decir, los otrosaspectos de su personalidad. En este caso, cuando el yo se i d e n t i l u . i

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exclusivamente con su papel, el arquetipo invade lo Consciente provocandouna alienación en el individuo que se verá permanentemente en tensióndebido al conflicto que se generará entre su personaje hiper desarrolladoy las partes menos desarrolladas de su personalidad. Esta identificacióndel «Yo» con la Máscara se llama «inflación», y generalmente es el resultadodel desempeño exitoso del personaje construido para adaptarsesocialmente que provoca una exageración - por parte del individuo - desu propia importancia. Las consecuencias negativas de la inflación sonmuchas: en primer lugar constituye un enorme peligro para la salud mental;puede traer aparejada la proyección de este papel sobre los demás,exigiéndoles que asuman el mismo rol; se pueden padecer sentimientosde inferioridad y auto recriminación por no poder vivir según las normasa las que debe ajustarse; puede suceder que los padres proyecten suspersonajes en sus hijos, con graves consecuencias: y se puede llegar atener profundos sentimientos de alienación respecto a la comunidad,experimentando sensaciones de soledad y abandono.

Volviendo a cómo se manifiestan los arquetipos en la literatura, enel artículo de Yanira Alemán antes citado se ofrecen los siguientes ejemplosrespecto a la identificación con el Arquetipo de la Persona: «Aquípodemosincluir a Fernanda del Carpió de Cien años de soledad. Supreocupación excesiva por el qué dirán y por presentarse de manerapositiva ante otros refleja que este personaje está dominado por elarquetipo de la persona, nos resulta graciosa en ocasiones porque estetipo de persona puede llegar a ser ridiculamente histérica y porquesus mayores preocupaciones son banales. Un ejemplo de esto es quela levitación de Remedios la bella, sólo puede provocar a Fernandael coraje de haber perdido sus sábanas.»

Arquetipo del Viejo Sabio o Anciano Sabio

También puede ser considerado un «disfraz» de Dios. Porquerepresenta el conocimiento ancestral, que no se ha obtenido mediante elaprendizaje, sino que llegó a nosotros por medios no comunes ni normales.

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I ;,n la tragedia Edipo Rey hay un viejecito misterioso y ciego que revelarála verdad a Edipo. Es Tiresias y resulta una buena simbolización de estearquetipo. (Ver Apéndice II).

El Arquetipo del Anciano Sabio es la personificación de la sabiduríay el conocimiento en su aspecto trascendental, cuando se han logradosuperar los intereses personales para abocarse a los universales y, debidoa ello, se puede ser guía de otros. Jung dio como ejemplo al Mago Merlín,consejero del rey Arturo, como un buen representante de este arquetipo:es alguien que conoce la verdad ancestral, no adquirida por la experienciasino por medios «mágicos» (entendidos como no comunes y misteriosos).

Los hombres sabios de las antiguas tribus aborígenes eran los másviejos, porque en ellos recaía el espíritu de este arquetipo, dada su edad,su experiencia y su condición de hombres ligados al conocimiento de lavida y de la historia de su pueblo. Además, se consideraba que los ancianosestaban en comunicación con el mundo de los ancestros, de quienesrecibían su sabiduría. La impronta de esta imagen ha perdurado desde hacemiles de años y hoy en día sigue siendo importante en el psiquismo humano.

Introduciendo nuevamente los ejemplos que da Yanira Alemán ensu artículo «Reflexión junguiana en torno a la literaturamágicorealista», encontramos expresado que: «Jung lo identifica (alArquetipo del Anciano Sabio) como un espíritu, por eso no es extrañoque en el realismo mágico estos personajes estén muertos. Ejemplosde manifestaciones del arquetipo del «wise oíd man/w ornan» son lospersonajes de Nacha y la Kikapú en Como agua para chocolate ,yMelquíades en Cien años de soledad. Nacha, después de muerta, ledicta a Tita las instrucciones al oído para que atendiera el parto deRosaura. Por su parte, Luz del Amanecer era una india kikapú,abuela de John, que tenía poderes de sanación e investigaba lospoderes curativos de las plantas.»

Siguiendo con la literatura, encontramos en «El juego de losabalorios» de Hermán Hesse, otro ejemplo de la expresión de estearquetipo en la figura del «Hermano Mayor» que guía a Knetch en suacercamiento al I Chíng. Este «Hermano Mayor» se transforma en su

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«Maestro» poseedor de los conocimientos vitales que le permite a Knetchel acceso a la sabiduría sagrada que encierra el Libro de las Mutaciones.

Y figuras como Confucio y Lao T'sé constituyen otros ejemplos dela personificación de este Arquetipo. Sus enseñanzas han llegado hastanosotros de manera intacta, lo que indica que son atempérales y quecontinúan teniendo la misma vigencia que en sus orígenes, justamente porprovenir de este arquetipo manifestado en estos Ancianos Sabios.

En «Arquetipos e Inconsciente Colectivo», Jung expresarespecto al Arquetipo del Anciano Sabio y a sus manifestaciones simbólicas(que denotan la gran carga energética que posee), lo siguiente: «El magoes sinónimo del anciano adivino, que se retrotrae en línea directa hastala figura del hechicero de la sociedad primitiva. Es, como el '¿mima',un demonio inmortal, que atraviesa con la luz del sentido lasoscuridades caóticas de la vida. Es el iluminador, el instructor ymaestro, un 'psychopompos' (conductor del alma), cuya personifi-cación no pudo eludir ni siquiera el mismo Nietzsche, el «destructorde las Tablas», pues hizo de la encarnación de éste en Zarathustra elespíritu superior de una época casi homérica, el portador y vocerode su propia iluminación y arrebato «dionisíacos». Es cierto que Dioshabía muerto para él, pero el demonio de la sabiduría se convirtió enalgo así como su doble viviente; tal como él dice: «Uno se convirtióen dos, y Zarathustra pasó a mi lado». Zarathustra es para Nietzschemás que una figura poética, es una confesión involuntaria. Tambiénél se había extraviado en la oscuridad de una vida apartada de Dios,descristianizada, y por eso llegó hasta él el iluminador y revelador,como fuente parlante de su alma. De allí proviene el lenguaje hier áticode Zarathustra, pues ése es el estilo de este arquetipo.

En la vivencia de este arquetipo el hombre modernoexperimenta al más arcaico tipo de pensamiento como una actividadautónoma, de la cual se es objeto. Hermes Trimegisto o el Thot de laliteratura hermética, Orfeo, el Poimandres y el Poimen de Hermas-que está vinculado con el anterior- son formulaciones de la mismaexperiencia. Si el nombre «Lucifer» no estuviera ya afectado por unprejuicio, sería muy adecuado para este arquetipo. Por eso me he

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contentado con denominarlo arquetipo del 'anciano sabio', o del'significado'».

Arquetipo de los Mil Años o Arquetipo del Año Mil

Creencia común en todos los pueblos de que cada vez quetranscurre un tiempo determinado - generalmente es «una cifra redonda»- habrá de tener lugar un holocausto y llegará e! fin de esa sociedad. Unbuen ejemplo lo tenemos en los sucesos que nos relata la Historia queocurrieron mientras Europa esperaba el año 1000 D.J.. Tambiénencontramos la acción de este arquetipo en los presagios que se hicieronpara cuando llegamos al año 2000; y los temores bastantes generalizadosen los pueblos a este respecto, aunque no existía una sola prueba concretade que el año 2000 estuviera asociado - necesariamente - a un desastremás que otro año anterior o posterior. Pero como se trata de una fuertemotivación inconsciente provocada por acción arquetípica, entoncesaparecen temores asociados a esta fecha que no sustenta la razón, ni lalógica.

Arquetipo de la Sombra

Es uno de los de mayor carga energética. (A él nos referimosdetalladamente en otro lugar de este libro.)

Arquetipo de la Creación del Mundo

Todos los mitos, leyendas e historias sobre la forma en que fuecreado el mundo coinciden en rasgos generales, aunque se trata de pueblosseparados por el tiempo y/o el espacio.*

* Azcuy, Eduardo y Sánchez, Leslie. «Los Dioses en la Creación del Hombre».

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En general, las historias de las distintas civilizaciones acerca de lacreación del mundo en lo que coinciden principalmente, a través de susmitologías, es en que incluyen la creación del primer ser humano, quegeneralmente se trata de una figura masculina o de una mujer y un hombreen forma simultánea: en las mitologías Abrahámicas (Judaismo, Cristianismoe Islamismo), se presentan las figuras de Adán y Eva; en la mitologíanórdica, la creación del mundo estuvo asociada a la aparición de Askr yEmbla, los primeros humanos; en la mitología griega, Decaulión y Purrhafueron los primeros humanos modernos (porque anteriormente existíanotras razas «no humanas»); en el hinduismo el mundo se creó junto conYama y Yami; y en la mitología incaica, si bien no tenían nombres, lacreación del mundo se produjo junto a la aparición de los dos primerosIncas, hijos del Sol (Inti).

La explicación de este fenómeno que incluye la aparición de losprimeros seres humanos casi simultáneamente a la creación del mundo,tiene que ver con que en todos los casos este arquetipo, en su expresióna través de los mitos, implica un pasaje del Caos al Cosmos, de la Nochea la Luz, de la Nada (como sinónimo de muerte) a la Vida; y es por estarazón que se introduce la vida humana como efecto de toda creacióninicial, otorgándole al hombre la posibilidad de continuar con la especie através de sus dos representantes iniciales, lo que permite reforzar el cambioabrupto de este pasaje a la Vida desde el Caos.

Arquetipo del Paraíso Perdido

Su presencia es identificable en los mitos de diferentes civilizaciones.Sobre todo en los referentes a su fundación. En América Latina la búsquedade la Fuente de Juvencio y de la Ciudad de los Césares estuvo animada,sin dudas, además de por otras razones prácticas y materiales, por lamanifestación de este arquetipo que conlleva el supuesto recuerdo de unmomento de la Humanidad original en que la vida era de armoníapermanente. Tiene, claro está, vinculaciones con el Arquetipo del Niño

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puesto que el Paraíso Perdido implica la necesidad de un alguien que cuidaa los residentes en dicha región paradisíaca.

La misma Biblia habla de un Paraíso Terrenal Perdido a causa delpecado original, y otras religiones, además del cristianismo, abogan poralcanzar ese estado de plenitud, como, por ejemplo, el estado de Nirvanaen el Budismo.

Este arquetipo refiere a la necesidad de volver al estado deprotección materno-paterna en que alguna vez nos encontramos siendoniños, momento en el cual todo era maravilloso justamente porque alguiencuidaba de nosotros. Y en este sentido lo vemos manifestado en losestados de melancolía, en los que el arquetipo ha invadido lo Conscientehaciendo creer al individuo que no hay futuro posible porque lo mejor, loideal, el «Paraíso» se perdió, quedó en el pasado, y lo l l e v apermanentemente a vivir de los recuerdos en un intento por recuperaraquello que era maravilloso y que quedó atrás; cuando, en realidad, estoes un mero espejismo, una ilusión, ya que si investigamos acerca de la vidade estas personas, generalmente hallamos que su infancia y su adolescenciaestuvo plagada por las misma dificultades que la de cualquier ser humanoy no fue en ningún aspecto «paradisíaca». Esto correspondería a la famosafrase popular «todo tiempo pasado fue mejor».

En su vertiente positiva, este arquetipo permite la búsqueda denuevos horizontes, de una vida más plena y mejor, en la creencia de quealguna vez ésta fue así y que es posible recuperarla, pero pensando en elfuturo. En este aspecto, nos encontramos con frases tales como «hay quevolver a los orígenes)) (en el sentido de recuperar los valores perdidosde nuestros ancestros o de nuestra cultura originaria), o «debemosrecuperar el tiempo perdido» (esta vez señalando que existe un futuroen el cual se puede realizar todo aquello que se dejó sin hacer por quedar«prendido» del pasado).

La idea de una «Tierra Prometida», tal como la entendieron loshebreos y algunas sociedades secretas de la época medieval, también estácaracterizada por la acción del Arquetipo del Paraíso Perdido.

Pero, en última instancia, este arquetipo a lo que alude,fundamentalmente, es a lo que expresamos antes: el deseo de regresar a

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un mundo en el que nos sabíamos protegidos por nuestros padres, enespecial, por nuestra madre.

Arquetipo del Niño

Es sencillo advertir la presencia de este arquetipo en el estratoconsciente de personas adultas que tienen dificultades para admitirse como«mayores» y actuar en consecuencia. En cambio siguen exhibiendoactitudes infantiles sin comprender - de manera responsable - que sonimpropias de la edad cronológica que tienen ahora.

Marie Louise Von Franz aborda este tema en particular en su obra«El puer aeternus». En ella, la autora trata el mal llamado complejo dePeter Pan y la presencia del Arquetipo del Niño Eterno, el puer aeternus,que se da en aquellas personas que no quieren crecer y se mantienen enuna infancia permanente, lo que las aleja del principio de realidad, de lamaduración y de la vida. Dice Von Franz: «Elpuer aeternus es, en ciertosentido, lo opuesto a un árbol, porque es una criatura que vuela y vagaerrante», refiriéndose a la oposición entre lo estable y maduro y lo volátilque tiende a desvanecerse. Respecto a esta oposición, podemos inferiralgo más. Jung, en su obra «Psicología y Simbólica del Arquetipo»,dedica una extensa parte de la misma a la interpretación simbólica del árbol.Allí, el sabio suizo expresa: «De acuerdo con el resultado de nuestroestudio del material histórico, el árbol debe ser entendido como elAntrophos, esto es como sí-mismo.» Y más adelante agrega que: «Entanto el árbol simboliza el opus y el proceso de la transformación'moral y físicamente'(«tam ethice quam physice»), resulta tambiénclaro que representa el proceso vital en general Su identidad conMercurius, el spiritus vegetativus, confirma esta idea. Dado que elopus representado por el árbol es un misterio de vida, muerte yrenacimiento, al árbol filosófico le corresponde también esesignificado y más allá aún, la propiedad de la sabiduría, lo queconstituye para la psicología un dato valioso. Ya desde antiguo, elárbol era considerado símbolo de la gnosis y la sabiduría», Y en

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«Arquetipos e Inconsciente Colectivo», Jung aclara que: «Para laAlquimia el árbol fue el símbolo de la unión de los opuestos...» «Enla historia de los símbolos el árbol aparece como el camino y elcrecimiento hacia lo que no cambia y es eterno, hacia eso que esproducto de la unificación de los opuestos y al mismo tiempo haceposible, por su eterna preexistencia, esa unificación.»

Estas palabras de Jung nos hacen comprender aún más lo que quisodecir Von Franz: el árbol, como representante del Sí-Mismo, como símbolode crecimiento y unificación de los opuestos y de la sabiduría, se oponetajantemente al puer aeternus o Arquetipo del Niño Eterno en cuanto aque éste último detiene su «crecimiento», se desprende de la tierra(imposibilidad de «echar raíces» en este mundo y de tomar contacto conla realidad) y se aleja de la posibilidad de alcanzar el estado de «mismidad»(entendido como el resultado del Proceso de Individuación).

Volviendo al texto de Von Franz, la autora destaca que el Arquetipodel Niño Eterno se manifiesta a través de un impulso que produce undespegue de la tierra firme y se entrega al vértigo de la transformacióndesde un renacer permanente, al mundo ilusorio del vuelo. Así, comocomplejo, aparece como una vida provisional, transitoria, alejada de todoproyecto trascendente de carácter personal o colectivo, tal como hemosmencionado anteriormente. Y agrega que: «es meramente el arquetipodel dios de la eterna juventud, y por tanto posee todos los rasgos deese dios: tiene un anhelo nostálgico por la muerte, se cree especial,se siente el único sensible en medio de un rebaño de rudas ovejas.Tendrá un problema con una sombra agresiva y destructiva que noquerrá vivir y que generalmente proyecta, etc. En cualquier caso notiene nada de especial». En esta obra Von Franz se ocupa especialmentedel análisis de ciertas obras literarias como «El Principito» de Saint-Exupery, en donde se muestra este mundo de fantasía infantil a través deun planeta diminuto asfixiado por árboles gigantes (como hemos visto,opuestos simbólicamente a la meta que persigue este personaje), un príncipedelicado y frágil que no crece y que es incapaz de establecer vínculosafectivos, y una fijación respecto a la serpiente (que podríamos tomarcomo un referente del Arquetipo de la Gran Madre Ourobórica). Otro

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texto que analiza Von Franz allí es «El Reino sin Espacio» de Bruno Goetz,publicado en 1925, en el que se describe a unos niños alados de los quenadie conoce su verdadera forma, fugaces, errantes, que en algún lugartienen su reino pero no se sabe dónde, que están allí y en todas partessimultáneamente, y que «seducen a todo el mundo con una danza extática».Mediante el análisis de estas obras Von Franz llega a la conclusión de queel Arquetipo del Niño por medio de estas manifestaciones recurrentes deingravidez, fugacidad, fragilidad y de incapacidad para crecer, indican elprofundo miedo de ciertas personas (en las que actúa este arquetipo comocomplejo) a la vida (fundamentalmente en lo que respecta a lasresponsabilidades que conlleva la adultez) y a enfrentar la realidad.

Yanira Alemán nos entrega más ejemplos del «puer aeternus» en elartículo ya citado: «Elpersonaje Nicolás Trucha en «La casa de losespíritus» tiene todas las características de un puer aeternus. Nicoláses muy inmaduro y se desentiende de cualquier responsabilidad. Estoqueda claro con el episodio del aborto de Amanda. Nicolás emprendemúltiples proyectos pues tenía varias habilidades, pero no dura muchoen nada; hace un gran contraste con su hermano: «Jaime habíaentrado a la universidad y Nicolás vagaba buscando su destino»(Allende, 1982). En sus relaciones con el sexo opuesto, Nicolás eraincapaz de sostener una relación seria con una mujer; era un «DonJuan».

Otro personaje en el cual se manifiesta el arquetipo del pueraeternus es en José Arcadia Buendía al principio de «Cien años desoledad». Estaba tan envuelto en sus fantasías y sueños que estoocupaba todo su ser y no se daba cuenta de la situación en que estabasu familia ni tomaba responsabilidad por la misma. Vino a reaccionarcuando Úrsula lo confrontó diciendo: «En vez de andar pensando entus alocadas novelerías, debes ocuparte de tus hijos. Míralos comoestán abandonados a la buena de Dios, igual que los burros.» (García-Márquez, 1980).»

Jung, sin embargo, descubrió otros aspectos de este arquetipo ensu vertiente positiva. De esta manera introdujo la noción del niño-dios yel niño-héroe como manifestaciones positivas del Arquetipo del Niño, que

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corresponderían a la pasión por la vida y no sólo como una fijación almundo materno, al pasado, sino como una puesta en marcha de ladimensión futura: el niño como futuro en potencia y como condición de-toda posibilidad.

Arquetipo Unidad o Totalidad

Especialmente simbolizado por todo lo mandálico; es decir quepresenta una figura, actitud o idea de circularidad. Contrariamente a loque suele creerse un mándala no es exclusivamente un dibujo. Puede seruna imagen que aparece en sueños, un poema donde el creador brindauna metáfora de unidad. De cosa inmersa en otra que a su vez es contenidapor la primera.

Jung vinculó el Arquetipo de Unidad con las apariciones de objetosvoladores no identificados (ovnis) haciendo notar que existe una relacióndirectamente proporcional entre la frecuencia de las apariciones y unaumento en la intranquilidad de los pobladores de la región donde tienenlugar las visiones. Jung especuló que, cuando los pueblos están intranquiloshay una tendencia a ver objetos luminosos blancos y redondossobrevolando el lugar.

Una epidemia mortal también podría originar observaciones de estetipo. Apoyando esta idea encontramos muchas referencias a visiones demisteriosos «soles» en narraciones procedentes de la Edad Media en lasmismas épocas en que Europa era asolada por las pestes.

Todo aquello que pueda hacer peligrar la integridad de la población- pensaba el sabio suizo - puede llevar a que empiecen a observarsemisteriosos objetos celestes.

«¿Por qué hay tanta gente que cree haber visto platosvoladores?)), se pregunta Jung*. A él no le interesa si éstos existen enverdad o si son fruto de la imaginación o de la alucinación. Jung, situadoexclusivamente en el terreno psicológico, se pregunta por el hecho de que

* Jung, «Sobre las cosas que se ven en el cielo».

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la gente - mayoritariamente - tiende a aceptar la presencia de ovnis y,además, cree haberlos observado suponiendo que se trata de vehículosinterplanetarios procedentes de otras regiones del Universo y guiados porentidades biológicas inteligentes.

Y esta indagación lleva al creador de la Psicología Compleja aestablecer que todo aquello que se describe como «circular y relleno» -particularmente si también tiene la característica de ser blanco y luminoso- esta simbolizando al Arquetipo de Unidad o Totalidad.

A través del análisis de los sueños, del estudio y desmenuzamientode los mitos, de la lectura de verdaderas obras literarias, de lacontemplación de pinturas de todos los tiempos y del estudio de referenciashistóricas puede comprenderse que, cada vez que algo reúne lascaracterísticas antes indicadas, estamos en presencia de un símbolo detotalidad.

Entonces, esta visión mandálica en los cielos que representan esosovnis amorfos pero llenos de luz y claridad enceguecedora tiene para laPsicología Junguiana, la siguiente inteipretación: una vez fortísima llega aeste planeta desde otro lugar (lo Inconsciente) y lleva- en su interior - alas criaturas que la tripulan y guían su destino (los arquetipos) procedentesde sitios que desconocemos y cuya existencia ignoramos.

Por supuesto que esto no quiere decir que Jung haya negado queexistan aparatos guiados desde otros mundos que nos estén visitando. Élen ningún momento se expidió sobre esto. Antes bien aclaró que abordabael tema desde el punto estrictamente psicológico. Mas allá de lasconfusiones con fenómenos meteorológicos y astronómicos, deequivocaciones fruto de opiniones de quienes no conocen el tema con ladebida profundidad como para emitir juicios certeros, Jung se propusoestudiar el motivo por el que el tema ovni goza de tanta difusión en todoel mundo y en todos los estratos culturales. No es una cosa que atraigaúnicamente a legos o a eruditos. Toda persona, cualquiera sea su nivel deconocimientos o estudio, se siente tentada a pensar en el tema. Salvorarísimas excepciones todos sentimos una atracción por el ovni. Esto eslo que interesó. Este aspecto psicológico. ¿Qué es lo que nos mueve aocuparnos del ovni?. ¿A qué llamado inconsciente responde el hombreen estos casos?. Su respuesta fue lo ya citado.

Arquetipo de Muerte y Resurrección

El mito griego del Ave Fénix, un pájaro fantástico capaz de renacera partir de sus mismas cenizas es un buen ejemplo de vestidura de estearquetipo. Tiene relación con lo continuo de la eternidad y con el hecho- científicamente demostrado - que nada se pierde, todo se transforma.La muerte en sí misma como final definitivo y total no existe; al menos asíse encuentra inscripto en lo Inconsciente Colectivo. El final de la vida deJesús también evidencia esta presencia arquetípica. Muerto por crucifixiónhabrá de resucitar seguidamente pero ya transformado abandonando sucondición humana y exhibiendo plenamente su condición divina.

Este arquetipo encuentra su manifestación en todas las civilizacionesde todos los tiempos a través de los ritos de «regeneración del tiempo»(por ejemplo, en los festejos del Año Nuevo), en los que subyace estanecesidad de recomenzar como si el nuevo año que se inicia fuera una nuevaoportunidad en la vida para hacer todo aquello que no se logró durante elaño anterior, como si éste último hubiese acabado (muerto) y se iniciarauna vida nueva en el año que se inicia (resurrección), En este sentido MirceaEliade en «El mito del eterno retorno» expresa: «En todas partes existeuna concepción del fin y del comienzo de un período temporal, fundadoen la observación de los ritmos biocósmicos, que se encuadran en unsistema más vasto, el de las purificaciones periódicas (purgas, ayunos,confesiones de pecados, consumición de la nueva cosecha) y de laregeneración periódica de la vida. Existe una necesidad de unaregeneración periódica. Una regeneración periódica del tiempopresupone una creación nueva, una repetición del acto cosmogónico,una abolición de la historia.» Y luego agrega que: «La creación delmundo se reproduce cada año. Permite el retorno de los muertos a lavida y mantiene la esperanza de los creyentes en la resurrección de lacarne. En estos casos esa resurrección se producirá al comienzo delaño, al principio de una nueva era. Existen lazos estrechos entre lasideas de la creación por el agua (diluvios, lluvia), el nacimiento y la

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resurrección.)) En síntesis dice que: «Una forma, sea cual fuere, por elhecho de que existe como tal, dura, se debilita y gasta; para retomarvigor es menester que sea reabsorbida en lo amorfo, aunque sólo fuerapor un instante: ser reintegrada en la unidad primordial de la quesalió; en otros términos volver al Caos (en el plano cósmico), a laorgía (en el plano social), al agua (bautismos en el plano humano,Atlántida en el plano histórico), etc.»

Arquetipo del Héroe

¿Qué es el mito del Héroe? No otra cosa que el símbolo del procesopor el cual adviene la Conciencia humana. Producto de aquel tiempo dehominización en que un animal se transformó en un producto diferente,superior a lo vegetal y animal, al tener la capacidad para adicionar cultura,simbolizar, abstraer, tener comprensión de su propia existencia finita. ElHéroe representa a la Consciencia y, en términos junguianos,simbólicamente al Principio Masculino; más precisamente un PrincipioSolar. Como los temas míticos están en imágenes arquetípicas, aquellostienen significación - permanente - para toda la Humanidad.

¿De dónde surge el Héroe y cuál es su finalidad simbólica? Antetodo digamos que la misión del aspirante es hallar la luz y una vezconvertido en un iniciado, arrojar esa luz para disipar tinieblas. O sea:otorgar consciencia. Porque él no es sino comienzo. Inicio que lo es deun todo compacto y sin opuestos. O lo que es lo mismo: sin Consciencia.La totalidad primordial que -en germen- alberga a todas las posibilidades.Lo innominado. Innombrable, (Recordemos los pasajes en textos religiososdonde se enseña que la divinidad no puede ser nombrada o que sudenominación no debe ser dicha ni escrita). El comienzo es fuente.Generador de símbolos y arquetipos. Todo y nada, Y ambos a la vez unidos.Esquema tríptico.*

* Las Heras, Antonio. «El Arquetipo del Héroe en la vida legendaria de PanchoSierra» y «El siendo Argentino a través del Mito del Héroe en Pancho Sierra», TesisDoctoral inédita.

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Todo esto significa que el mito del Héroe representa,psicológicamente, la consolidación de la personalidad. A través de diversaspruebas y aventuras, el Héroe se reconoce como ser transformador queadquiere Consciencia desarrollando y afirmando su Yo; un Yo que reconocesu Sombra y se prepara para ser un ser autónomo en la sociedad. Estamanifestación del Arquetipo del Héroe mediante el mito, remite a la etapadel desarrollo humano de la adolescencia, no sólo porque representa unmedio simbólico de separación, sino porque, a su vez, transmite un esfuerzopor resolver el problema fundamental del crecimiento que es la adquisiciónde un sentido de identidad. De esta manera, el adolescente experimentaráy adquirirá diferentes roles, se identificará con diferentes objetos externose internos, buscará la aventura como medio para medir sus capacidadesy posiblidades, hasta llegar a encontrarse con su propia potencialidad detransformación social mediante la proyección de sus ideales y objetivosque estarán representados - por sobre todo - a través de la expresión deideologías, filosofías y religiones y a la adherencia a ellas. Para llegar aadquirir ese compromiso social y esa identidad, antes se verá obligado aatravesar duelos e integrar todos aquellos aspectos de su personalidadque desconocía o que estaban escindidos por la mente infantil, para quepueda surgir un Yo diferenciado, integrado y autónomo. Tal como lo haríael Héroe, el adolescente emprende un viaje que demanda grandesesfuerzos, un verdadero viaje iniciático (ya que implica una profundatransformación) que provee lo necesario para la adquisición de la luz, dela Consciencia, indispensable para un desarrollo pleno de la personalidad.

Según el experto en simbología Erich Neumann, el mito del Héroeposee tres sub estadios bien delimitados: 1) el nacimiento del Héroe; 2)el asesinato de la Madre y 3) el asesinato del Padre.

El primero se caracteriza por un nacimiento cuya naturaleza es «pococomún, diferente o sobre-humana». Este «milagro» era atribuido por lamujer a los espíritus ancestrales o a Dios, porque no había intervencióndel hombre en la procreación, de allí tantos héroes, dioses y semidiosesnacidos de madre virgen (como hemos visto al tratar sobre el arquetipode la Gran Madre). Esta concepción es pre-patriarcaL «En el comienzo,la Gran Madre era el único creador verdadero, más tarde ella es

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embarazada por un procreador espiritual y finalmente lo hace un Rey-Diospatriarcal», afirma Neumann. A su vez, el Héroe tiene la característicade poseer dos padres y dos madres: «Además de su padre personal, hayun padre 'superior', estoes, una figura arquetípica de padre,apareciendo de igual manera, al lado de la madre personal, la figurade una madre 'superior'». El Héroe nace con la adquisición de laautoconciencia, esto es alejándose cada vez más del elemento femeninoarquetípico (lo Inconsciente) para acercarse al masculino (la Consciencia),comenzando así el proceso de diferenciación de la matriz materna parareconocerse como un ser individual ligado al principio masculino, a lospadres y a los viejos «que son el 'baluarte de la ley y el orden'». Estoimplica el pasaje del matriarcado al patriarcado. «Cielo, padre, espírituy masculino son correlacionados y representativos de la victoria delpatriarcado sobre el matriarcado...», dice Neumann.

En el segundo estadio, el Ego se encuentra delante de lo queconocemos como «la lucha con el dragón» que «representa trescomponentes principales: el héroe, el dragón y el tesoro. Al vencer aldragón, el héroe gana el tesoro, que es el producto final del procesosimbolizado por la lucha». La lucha con el dragón es la simbolizaciónde la lucha contra el arquetipo de la Gran Madre en su aspecto de madreourobórica, devoradora. El miedo al dragón es el miedo a quedar atrapadoen las garras de esta Gran Madre terrible e incestuosa que impide elsurgimiento de la masculinidad. «Superar el miedo de ser castradosignifica vencer el dominio de la madre..,». Adquirir Conscienciasignifica salir del vientre materno, símbolo de lo inconsciente. Neumannlo explica de este modo: «El arquetipo más ampliamente diseminadode la lucha con el dragón es el mito del sol, en que el héroe es devoradotodas las noches, en el oeste, por el monstruo nocturno del mar, encuya cavidad uterina lucha victoriosamente con otro dragón, un dobleen cierto sentido. El entonces nace en el este como el sol victorioso,el sol invictus; o mejor, cortando el monstruo para salir, él realiza supropio renacimiento. En esa secuencia de peligro, batalla y victoria,la luz - cuya significación para la conciencia repetidamenteenfatizamos - es el símbolo central de la realidad de! héroe.... El héroe

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no es solamente el vencedor del elemento materno, sino que tambiénmata el aspecto terrible de éste para libertar su aspecto fecundo ybenéfico».

En el tercer estadio, una vez que se ha producido con éxito elasesinato simbólico de la madre, el Héroe se ve en la necesidad de asesinaral padre. Dice Neumann que en el matriarcado la figura paterna estárepresentada por el tío materno, portador de la autoridad, de la prohibicióny del deber: «.El deseo de matar, del niño, se dirige contra esa autoridadque representa la ley colectiva».

En el patriarcado, esa oposición es reemplazada por el conflictopadre-hijo, en el que surge el deseo de asesinar al padre, sin lo cual:«ningún desarrollo de la conciencia y de la personalidad es posible».

Arquetipo de Conjunción (Sí Mismo)

Imaginariamente, podemos situarlo debajo del Yo. El Sí Mismo oArquetipo de Conjunción es un aspecto psíquico difícil para describir.Cuando se incorpora adecuadamente al Yo, se producé lo que podemosdenominar estado de mismidad. Es decir el Proceso de Individuacióncompletado. Jung afirmó que su técnica psicoterapéutica servía paraperseguir tal fin. Al menos teóricamente, sino en la práctica. Lo que ocurrees que, según vimos, lograr tal estado ideal de individuación es difícil yexcepcional. La mismidad no es cosa muy distinta. Probablemente no seráincorrecto tomar como sinónimos mismidad e individuación.

En lo concreto es el resultado de un proceso que lleva muchos añosy, como generalmente el individuo llega al psicoterapeuta con demasiadasdificultades, se torna improbable lograr esa mismidad en lo breve que esla vida humana.

Sin embargo, de alcanzarla o ubicarse lo suficientemente cerca, elindividuo logrará «establecer una síntesis total entre los distintos planosde su individualidad» consiguiendo una placentera sensación de serenidadinterior y una armonía indescriptibles. Con esto queda claro que lamismidad e individuación acabada es, prácticamente, lo mismo. Se trata

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de dos formas para indicar una misma cosa. Pero también dos caminospara arribar a idéntico destino.

Algunos autores no utilizan la traducción castellana de Sí Mismopara referirse a esta parte de la psique. Prefieren seguir con la expresiónselbst utilizada por Jung. Consideran que el Sí Mismo no es una traduccióncompleta y exacta de lo que el sabio suizo quiso indicar. Y es posible queasí sea. Sin duda Jung al referirse al selbst lo hizo con el sentido que tieneen el pensamiento hindú donde se toma como «principio supremo de launicidad del ser». Este, dirá el sabio suizo, está capacitado para incluir alo Consciente y a lo Inconsciente. Tarea que, según vimos, es incapaz derealizar el Yo solo.

Fordham definirá al selbst de la siguiente manera: «Parece como sifuera un imán que actuara sobre los diversos elementos de lapersonalidad y sobre los procesos del inconsciente; es el centro de estatotalidad, como el yo es el centro de lo consciente, por que él es lafunción que une todos los elementos opuestos en el hombre y en lamujer, consciencia e inconsciente, bueno y malo, macho y hembra,etcétera, y al hacerlo así los cambia. Para conseguirlo necesitaaceptar lo que es inferir en la propia naturaleza de cada uno, lo mismoque lo que es irracionalidad y caótico».

«El self - según la grafía inglesa - no es solamente el centro,sino que representa al hombre entero: hacer una unidad en base a quées bueno o malo, en base de masculinidad y de la femineidad, en basede las cuatro funciones del pensamiento, sentimiento, sensación eintuición: en base, en una palabra, de lo consciente e inconsciente)).*

Existen imágenes arquetípicas del Sí Mismo procedentes de loInconsciente Colectivo, que surgen en sueños encontrándose vinculadasal selbst. Imágenes diversas, imprecisas, borrosas. Un niño, o unduendecito, pueden ser imágenes oníricas del selbst. Un animal. Un huevo.El hermafrodita de amplia difusión mitológica. Un «tesoro arduo dealcanzar»: el vellocino de oro. Algunas figuras geométricas que implicantotalidad: el círculo (o mándala, del que nos ocuparemos enseguida), uncuadrado (que por presentar sus cuatro lados no tiene principio ni fin,

* Fordham, F. Op. Cit.

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lampoco). La cruz de brazos iguales. Todas representaciones simbólicasdel Sí Mismo o Arquetipo de Conjunción. En fin, cualquier elemento quetienda al logro de una totalidad donde haya síntesis de opuestos (conscientee inconsciente) es dable de ser considerado un símbolo del selbst. A eslearquetipo nos referimos en varias partes de este libro, en especial al abordarla interpretación psicológica de la Alquimia.

Mándalas

Veamos ahora, a los mándalas que aparecen en las danzas. Mándala.es una forma de decir «círculo», en Oriente. Y mándalas son los queobservamos en los grupos tribales cuando contemplamos sus danzas entorno a un tótem, del fuego, de un prisionero, de un mandatario o de unenfermo grave.

Al menos una vez, sea en el cine o por televisión, hemos tenidooportunidad de observar ciertas costumbres apaches. Este grupo habitóparte del oeste de los Estados Unidos hasta hace relativamente pocotiempo y todavía quedan descendientes que conservan estas tradiciones.Allí observamos el movimiento mandálico de manera, casi, habitual.Veamos:

a) Danzas rituales, describiendo círculos, en torno de un tótem odel fuego o de cualquier otro centro concreto que, inclusive, puede ser elposte (o postes) donde son atados los prisioneros de guerra.

b) Movimientos mandálicos durante el ataque a las caravanas decarretas con inmigrantes o columnas militares. La estrategia en estos casosconsistía en dibujar dos círculos, ambos girando en sentido contrario alotro. Es un buen sistema de batalla, sin duda. Tiende a descontrolar aladversario y a confundirlo. Pero esto no quita la presencia de la simbologíamandálica, máxime cuando la batalla es una actividad íntimamente ligadaa las posibilidades de supervivencia del grupo. Por lo tanto no es deextrañar que, inconscientemente, hayan sido incorporadas cuestionesarquetípicas que hacen al mantenimiento de la especie.

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. El brujo médico de cada tribu (igual que sucede en regiones deÁfrica) danza describiendo círculos en torno a los enfermos graves. Busca,así, sacar el espíritu maligno de aquél cuerpo. Lo que significa que sesupone que la danza así realizada (la que es combinada con imploraciones,contorsiones corporales del hechicero y cánticos) tiene la propiedad deatraer a los dioses buenos, disolviendo la influencia del Mal. Lo que vuelvea remitirnos a la vigencia del Arquetipo de Dios. Es esta una presenciainherente a la vida cotidiana de los apaches. Así como también es fácil deobservarla en culturas que no se han alejado de la vida nativa.

Elementos mandálicos asociados a ceremonias rituales losencontramos en abundancia desde las primeras manifestaciones humanas.

En la Caverna de las Manos, situada en la provincia de Santa Cruz,Argentina, hemos podido observar-junto a las manos humanas pintadaspor sus remotos pobladores hace miles de años con fines mágicos - unapequeña cantidad de círculos concéntricos. Con indudable propósitomágicomágico.

El monumento megalítico de Stonehenge, en Gran Bretaña, es uncaso destacadísimo. Se trata de una serie de anillos concéntricosconformados por enormes bloques de piedra. En el centro se advierte unbloque más bajo y redondeado que los arqueólogos llamaron Piedra delSacrificio o Altar pero que, en realidad, debe haber cumplido otrasfunciones.

Últimamente se comprobó que es a través de esa pieza que elcomplejo megalítico funciona como un observatorio astronómico medianteel cual pueden predecirse eclipses y ciertas posiciones de la Luna, elplaneta Venus y el Sol (en este caso aún en la actualidad sirve paradeterminar equinoccios y solsticios; es decir, el cambio de las estaciones).

Este monumento mandálico, asociado a lo astronómico y a lo ritual(los druidas seguían utilizándolo para su sus ceremonias hasta hace pocotiempo), fue construido por ignorados habitantes de aquellas tierras enépocas valias veces milenarias. Sin embargo, aunque los arqueólogos nosinformen que se trató de hombres cuyo desarrollo estaba en el nivel de laEdad de Piedra, igualmente dejaron una muestra fehaciente de aquellasimpresiones arquetípicas. Stonehenge es un monumento mándala. Por sus

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características de construcción, por estar asociado a lo cósmico y por sunaturaleza eminentemente ritual.

Lo importante en todos estos casos que comentamos es que se tratade mándalas que tienen un centro precioso. Son símbolos arquetípicos deunidad. Jung se preocupaba cada vez que un consultante le comentaba unsueño mandálico donde el centro estaba vacío. Esto significa, en PsicologíaCompleja, ausencia de Dios. Por lo tanto, dificultades de unidad (en todosentido: unidad persona - mundo exterior y también unidad consciente -inconsciente), las que - de ir en aumento - pueden llevar al deterioro mentalgrave.

En cambio si se trata de manifestaciones colectivas donde aparecenmándalas sin centro, Jung interpreta esto como la presencia cercana desituaciones bélicas. Es decir, situaciones colectivas asociadas con ladesunión.

Con respecto a esta ausencia de Dios en los mándalas Jung haexpresado que: «el dejar de sentir temor a Dios es el camino mas rápidopara llegar al manicomio».

Lo que no debe ser entendido como una concepción religiosa enparticular. Para la Psicología Compleja Dios es una idea innata siempreen nosotros y que recibimos arquetípicamente. La religiosidad, la idea dela existencia de un Creador, todopoderoso, es - quizá- lo único que vinculaconcretamente a todos lo hombres del orbe. A los que fueron, a los quesomos y a lo que habrán de ser.

Por eso al referirse al «temor a Dios» Jung no aborda el tema desdeun ángulo teológico - que no le correspondería - sino desde el encuadrepsicológico. Y, en este sentido, es imposible negar que la especie humana«siente», desde sus más ocultas raíces, la idea de la existencia de «algosuperior» capaz de guiarlo en los momentos difíciles y a quien recurrir paraagradecer. Ese Dios está en nosotros. No escucharlo, negar su presencia,es camino seguro hacia la enfermedad,

Jung expresó en una oportunidad que, de todos los mándalas quehabía tenido oportunidad de estudiar, los tibetanos eran los más completos.

Basta estudiar los simbolismos que aparecen en el mándala conocidocomo La Rueda Tibetana de la Vida para comprender cómo se puede

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obtener la síntesis de toda la existencia humana y cósmica en un solo dibujoque encara a la totalidad. En estas figuras la presencia del Creador escontinua. Así como también la Naturaleza.

El grado de desarrollo espiritual alcanzado por los hombres sabiosdel Tíbet, los lamas, explica el magnifico despliegue logrado en susmándalas. Fruto, bueno es aclararlo otra vez, de una predisposicióninconsciente. Ya que aún los orientales que explican las simbologías de estasobras, no lo hacen con el sentido junguiano, por supuesto; sino de acuerdocon sus creencias místicas. Al ver las figuras y conocer las explicacioneses cuando - desde la Psicología Compleja - comprendemos que se tratade manifestaciones arquetípicas.

Es interesante observar que, en estos grupos, no se encuentranindividuos neuróticos. Jung entiende que esto se debe a que llevan unavida donde los símbolos de lo Inconsciente están siempre presentes y sonaceptados de buen grado en las actividades cotidianas.

Cuando el hombre se aleja de su Yo, inconscientemente comienza aprocurarse la enfermedad.

Laurens van Der Post dirá: «Jung consideraba a la alienación ya la neurosis como una medida del extrañamiento del hombre conrespecto de su yo inconsciente; como una dolencia dirigida areencauzarlo y colocarlo en el camino correcto». *

Arquetipos y Mándalas

Aún en la ancianidad Jung continuó trabajando en la difícil tarea deidentificar los arquetipos. De esta forma llegó a la creencia de que cadanúmero desde el cero hasta el nueve son símbolos de estructurasarquetípicas.

En este sentido se.ocupó, especialmente, del número cero,evidentemente mandálico ya desde su grafía y al parecer inventada porun antiguo filósofo que vivió antaño en la India.

*van Der Post, Laurence. «Jung y la Historia de Nuestro Tiempo».

El cero representa la nada. Pero sabemos que por síntesis deopuestos ese vacío puede transformarse en «todo». Asociaciones éstasque llevan implícita la idea de cero. Todo y nada a la vez. Lo que nos lleva,nuevamente, al concepto del mándala y del Arquetipo de Dios.

El uno dividido por cero produce el Infinito. Es decir, la Totalidad.Y ¿qué es el infinito sino Dios?. Pitágoras definió el concepto de infinitocomo (.(aquella cifra que es tan grande que no puede ser aumentadani disminuida». ¿No es ésta una definición matemática del Creador?.¿Acaso no habremos de coincidir en que Dios es aquello a lo que nada sele puede quitar ni tampoco agregar?.

De ésta forma advertiremos la íntima relación que aparece entre losnúmeros, la simbología y la mística. Jung pensó justamente por esto, quecada número encierra, en su simbolismo, una esencia que es arquetípica.Lo que, dicho de otra manera, significa que a medida que el hombre fuedesarrollando las Matemáticas volcó en ellas cuestiones psíquicasinherentes a la Humanidad.

Seguramente Jung no supo que los Mayas, en AméricaPrecolombina, también conocieron y utilizaron al qero. Es hasta laactualidad un enigma de dónde obtuvieron tal conocimiento. Podemosespecular. Surgen así varias hipótesis. Lo inventaron porque susconocimientos eran lo suficientemente desarrollados como para hacerlo.Lo recibieron cuando hombres del Oriente comerciaron con ellos a travésdel Océano Pacífico. (Está comprobado que las importantes civilizacionesque poblaron lo que hoy es México, antes de la llegada de Cristóbal Colóna América, mantenían un continuo comercio con navegantes orientales. Apunto tal que hoy en los museos se exhiben ropas de seda natural, de seguraprocedencia China, que era comúnmente utilizada por la realezaprecolombina).*

Sea como fuere que hubieran obtenido el conocimiento del cero esimportante anotar que, para estos grupos, las matemáticas se asociabana cuestiones mágicas y religiosas. No es extraño, por ello, atribuirrepresentaciones arquetípicas a los números. Jung habría encontrado

* Las Heras, Antonio. «La Trama Colon». Ed. Nowtilus. Madrid, 2006.

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muchos motivos para fortalecer sus tesis sobre esto indagando en elpensamiento mágico-matemático de los mayas, por ejemplo.

Este tema puede ser ampliado. Basta con detenerse en algunosnúmeros que parecen ser «claves». El 7, por caso. Siete son los días de lasemana. Siete los colores del arco iris. Siete los sonidos de la escalamusical. Siete las grandes maravillas del mundo. Siete son los días queutilizó Dios para crear el mundo. Siete son los pecados capitales. Y asípodríamos continuar llenando varias páginas. ¿A qué se debe estapreeminencia del siete sobre otros números?. ¿Por qué su reiteradapresencia en la numerología de todas las épocas?. Indudablemente hayen esto un aspecto oculto, subterráneo, vinculado a intereses arquetípicos.

El solo hecho de que se repita la situación a lo largo de la historiaasí como a lo largo y ancho del globo terráqueo es suficiente para intuirque hay un arquetipo - muy poderoso - en la esencia del número siete.

Capítulo IV

• Arquetipo de la Sombra.• Arquetipos del Ánima y el Ánimus.• La representación del Ánima en el Santo Grial.• El Ánima en la Mona Lisa.• El Arquetipo del Ánimus manifestado.• Algunas consideraciones sobre el Ánimus desde la obra deEmma Jung.

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Arquetipo de la Sombra

Lo Inconsciente Personal incluye la Sombra. Su naturaleza, sinembargo, es arquetípica. Cada humano tiene su Sombra propia. Se tratade la parte rechazada, de todo aquello que a la Consciencia repugna.

Podemos hacer referencia a una Sombra personal y una Sombraarquetípica. Ambas conforman una sola, que es nuestra Sombra particular.Para ejemplificar mejor esto podemos decir que, si hiciéramos un gráficode la psique, la Sombra tendría una porción sumergida en lo InconscientePersonal y la parte restante en lo Inconsciente Colectivo. Es una única.Pero dos ríos vierten sus aguas en ese mismo lago.

La evidencia de una Sombra personal aparece cuando hacemosreferencia a ella para indicar los aspectos indeseables que hemos reprimidoporque todavía no llegamos a aceptarlos como propios. Es la faceta de laSombra que creamos nosotros mismos durante nuestra vida.

La Sombra arquetípica, sustentada por el Arquetipo de la Sombra,en cambio, es la parte inferior de la personalidad. Tiene relación conaquella instancia que ríos vincula a lo zoológico. Jung gustaba referirse ala Sombra llamándola «la cola del saurio», a causa de que representa laparte animal que permanece en nosotros.

La Sombra se constituye en una personalidad parcial en nuestroinconsciente, con tendencias antagónicas. Es la otra vertiente del individuo.Es nuestro «hombre primitivo» interior que nos avergüenza. Hundida enlos pantanos de lo Inconsciente Personal. Pero no es el InconscientePersonal. Sino una parte de éste sustentada por el arquetipo que es algocomún a todo integrante de la Humanidad.

Inconscientemente, artistas, literatos y creadores en general se hanreferido a la Sombra, fundamentalmente a través de simbolismos y

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alegorías. Parecidos a aquellos que encontramos en los mitos y leyendasde todos los pueblos.

La Sombra puede estar simbolizada por una imagen demoníaca, unabruja, una mujer anciana y fea - diríamos «horrible» -, una mujer sucia,encorvada; trabajando generalmente en una habitación a oscuras sobreun caldero.

No hace falta mucha imaginación para darse cuenta que aquí hemosdescrito a la imagen «arquetípica» de la bruja. Bastaría que digamos queva sobre una escoba volando por el cielo durante las noches de Luna llenapara completar el cuadro escenográfico. Y es cierto, esa imagen con laque en otros tiempos los padres atormentaban a sus hijos provoca miedo- justamente - porque simboliza todo lo malo, feo y desarmónico quehabita en el psiquismo humano. Esta tampoco es una cuestión consciente.Esa sensación desagradable hacia esta descripción ya está grabada ennosotros. No procede de un proceso establecido por la cultura.

Es arquetípica. Aunque en los tiempos que corren el «disfraz» delarquetipo se encuentre bastante desdibujado y en la fantasía de los niñosde hoy esté transformado en villanos del espacio o monstruos enigmáticosde su origen. De cualquier modo la imagen de la bruja seguirá dandotemor...

Pero, profundicemos el tema. Tenemos la idea de una mujer fea,encorvada y sucia trabajando en una habitación a oscuras (o entre lasparedes desnudas de una caverna). Sobre un caldero que revuelveincansablemente, como en las escenas de las brujas de la tragedia deMacbeth, de Shakespeare. Bajo el caldero hay llamas que se destacanquebrando la monotonía gris del panorama.

Analicemos. Esa mujer es nuestra Sombra tal como la sentimos: fea,sucia y retorcida. Así como son ciertos aspectos que conviven en y connosotros. Esa mujer trabaja. Significa que guía destinos, Que tiene unaactividad que puede dar resultado. Por eso inspira temor. Si obtiene susdeseos (si la sombra triunfa) uno queda a merced de ella.

Trabaja en una habitación a oscuras o en iguales condiciones peroen el interior de una caverna de paredes desnudas. Es lo inconscientePersonal. Un sitio del que casi nada sabemos. Un poco a causa de que no

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somos dueños de actuar sobre él y también porque como allí pusimosnuestra «basura» no queremos reencontrarla. Por lo tanto, es una regiónoscura, donde la luz - símbolo del Bien y la armonía - están ausentes.

Cada vez que la mujer revuelve el caldero el resultado puede seruna alteración de nuestra conducta. Y el caldero está en movimientoconstante. Por lo tanto el significado es que no debemos descuidar nuncala actividad de la Sombra, porque se manifiesta siempre activa.

El caldero está lleno. Normalmente lo imaginamos humeante y conuna sustancia espesa arrojando burbujas, a gran temperatura. Es lo únicocon contenido de toda la imagen. ¿Qué contiene?. Pues ninguna otra cosaque no sea esa «basura» a la que antes hicimos referencia y con la que nodeseamos volver a tomar contacto. ¡Nada menos que con esos materialestrabaja la Sombra!. Es natural, entonces, que inconscientemente nosatemoricemos con esta idea.

Existe, sin embargo, en toda esta imagen un elemento de unidad.Es decir, de síntesis de opuestos, que es la causa por la que sentimos quela actividad de la Sombra puede triunfar. La bruja maneja una vara robusta,maciza, fuerte, para introducir en el caldero y revolver la sustancia.Tenemos así, una simbolización de los genitales masculinos y femeninosrealizando una continua actividad sexual. Es lógico que tal simbolismo noshaga intuir - siempre a nivel consciente - que por lo menos una vez eseintento de procreación tendrá resultados favorables. Entonces la Sombrahabrá de enseñorearse con lo Consciente.

Pero falta, todavía, un elemento más. Es el fuego con el que calientael caldero y la sustancia que éste alberga. Se trata, como vimos, de la únicaI u/ en la escena. Que, sin embargo, no llega a encenderlo todo. No puedediseminarse. Son llamas vivaces, respetables, sanas y fuertes. Perolimitadas a un espacio concreto de la imagen.

Esas llamas son el componente arquetípico de la Sombra. La causaprimordial para que todo el sistema pueda estar en funcionamiento es queI laya energía. De lo contrario, si nada impulsara a concretar el calentamientodi: la sustancia, su erupción, su putrefacción (para utilizar el término|lquímico), los intentos de la bruja (de la Sombra) resultaríanildinitivamente- estériles. Pero no es así. Existe un componente básico

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(por eso aparece representado por el fuego situado sobre el suelo y debajodel caldero) que es lo arquetípico.

La bruja se halla cerca, pero a un lado del caldero y del fuego. Sueleser más alta que el tamaño de este último, pero como aparece encorvadarara vez supera la altura del asa sobre la que sostiene esa olla gigante.Esto también tiene un significado. Nos aclara sobre la naturaleza de laSombra (que es la bruja): tiene un nacimiento (los pies) en el mismo sitioque el fuego (los arquetipos) pero se yergue junto al caldero y su contenido(lo Inconsciente Personal). Mas aunque sea alta se mantiene encorvadaya que no puede superar este nivel porque, entonces, habría entrado enel estrato de lo Consciente. Esto recién ocurrirá si la bruja triunfa. En esecaso imaginamos a la vieja muy contenta elevando su brazo y su maderohacia arriba y danzando a los gritos. Estará un poco más erguida. Significaque su obra tuvo éxito y que penetró a la Consciencia. La Sombra,entonces, perturba a la conducta del individuo y va en pos de adueñarsede la personalidad; esto es, del psiquismo por completo.

El simbolismo se ajusta al pensamiento alquímico. La bruja busca,a través del continuo mezclar y revolver, una putrefacción. Esto significaun cambio cualitativo. Una transformación totalizadora. Donde no sóloobtiene una sustancia diferente a la que había colocado en el caldero, sinoque ella misma (la Sombra, la bruja) deja de ser lo que era. En este procesoocurre de esta forma. Veamos por qué. Si la Sombra triunfa, entoncesaccede a lo Consciente, se ha transformado. Su actividad y misión en lapsique cambian. De ocurrir esto, los contenidos inconscientes (o por lomenos algunos, aquellos con los que la Sombra está asociada) vuelven alestado consciente. La putrefacción ha sido consumada.

El caldero aquí hace las veces de atanor del alquimista. La entradade la Sombra a la Consciencia es un proceso similar - a nivel simbólico -a la transmutación de los metales. Solo que aquí habría un proceso inverso:de metales nobles a metales bajos. Pues la Sombra al invadir lo Conscienteno consigue que el individuo posea una mayor armonía psíquica, sino quehabrá de perturbarlo. Para que nuestra relación con la Sombra se asemejea un proceso alquímico en pos de la obtención de una nueva facetapositiva, debemos proceder de forma tal que aceptemos e integremos la

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existencia de esta contraparte que vive escondida en lo inconscientepugnando por saber cómo es la luz.

Jung indica que negar o reprimir la Sombra son intentos inútiles. Dehacerlo sólo logramos comprometer nuestra salud psicológica.

Claro que no es fácil aceptar que tenemos «una cola de saurio»haciendo su propia vida dentro nuestro. Esto puede significar el abandonode esfuerzos morales y el renunciamiento a ideales largamente acariciados.Pero será suficiente con que los cambiemos por otros más realistas, queverdaderamente estamos en condiciones de perseguir sin llegar a que lapersonalidad deba ser sometida a esfuerzos que, finalmente, concluiránen el fracaso.

Existe gente que está convencida de que puede ser siempre todoluz, todo día, todo Bien. Pero eso es imposible. La oscuridad, la noche yel Mal anidan en nosotros. También en la Humanidad. Cuando antes locomprobemos más sencillo será adaptarnos a nuestras verdaderascondiciones. En cambio, negarse a la comprensión de esto sólo conducea convertir la vida en derrotero de amargura y privaciones psíquicas.

La presencia de la Sombra también puede detectarse en sueños.Suele presentarse con la imagen de una persona muy inferior o primitiva ydotada de características desagradables. Cuando alguien relata que hasoñado con un individuo parecido a él, pero más chiquito, encorvado,generalmente oscuro, de mirada que asustaba, con dedos terminados engarras, probablemente no ha hecho más que tener una visión onírica desu propia Sombra. De la contraparte negativa.

«Podemos quedar poseídos por la Sombra» •- indica VicenteRubino - y agrega: «Decimos posesos en el sentido dado por los hombresdel Renacimiento.» Aquellos que Europa produjo como fruto de lairrupción del Arquetipo del Año Mil. Cuyos frutos sólo pudieron cosecharsecuatro siglos después de aquellos particulares tiempos. Posesos, como siel Demonio se hubiera adueñado de ellos. Ya que la Sombra es el aspectodemoníaco del ser humano. Si la Sombra incursiona en lo Consciente,entonces la posesión se ha concretado.

Yanira Alemán en su artículo «Reflexión junguiana en torno a laliteratura mágicorealísta» nos ofrece un ejemplo de esta posesión de la

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Sombra en la literatura: «£/ personaje mágico realista que mejorrepresenta una manifestación del arquetipo de la Sombra es Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista de El perfume, de Patrie k Suskind.Grenouille está conectado con su naturaleza animal instintiva.Además de que en muchos instantes el autor nos lo describe como«la garrapata Grenouille», el hecho de su infinito desarrollo del olfatolo aleja de la humanidad y lo acerca más al reino animal. Concordantecon una manifestación del arquetipo de la Sombra, Grenouille es unhábil asesino. Aquí se conjugan ambas dimensiones del arquetipo,la creatividad y los deseos más viles y crueles. Con el inmenso odioque llevaba en su interior contra toda la humanidad, sobresale comouna gran manifestación de la sombra colectiva.))

Es difícil vivir - sino imposible - en armonía para quien todavía noha podido discutir con su Sombra. En cambio, una vez que el terna ha sidoenfrentado y admitido para con uno mismo, surge alivio pues semejantecarga energética comienza a canalizarse adecuadamente y de maneraprovechosa. Debemos tomar comprensión de la presencia de la Sombra.Entiéndase bien: de su presencia, no de la Sombra misma. Hay que aceptarque ella existe; esta allí, al acecho...pero no darle entrada a la Conciencia.Mientras esté sólo en el ámbito de lo Inconsciente, seguiremos a mercedde sus furias.

El Proceso de Individuación - explica Jung - exige del individuoconseguir un fluido diálogo con la Sombra. Reprimirla no tiene sentido pueses sumamente poderosa. Y cuando ya no hay en psique energía suficientecomo para seguir conteniéndola, hace violenta irrupción en la conscienciatornando al individuo en algo que actúa instintivamente como un animal oun Mr. Hyde.

«Nadie es capaz de darse cuenta de su propia Sombra si no poseeuna decisión moral muy fuerte y si no orienta de nuevo sus esquemasnormativos y sus ideas»*.

Hall y Norby definen así a la Sombra: «Contiene más elementosde la naturaleza animal básica del hombre que cualquier otro

* Fordham, Frieda, «Introducción a la Psicología de Jung».

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arquetipo. Debido a sus profundas raíces en la historia evolucionaría,es quizás el más poderoso y potencialmente el más peligroso de todoslos arquetipos. Es la fuente de todo lo que es mejor y peor del hombre,especialmente en sus relaciones con los demás individuos del mismosexo». * En efecto, la Sombra está, también, vinculada a la relación entreindividuos de un mismo sexo. Regula las relaciones entre varón y varón omujer y mujer. Quien no ha incorporado armónicamente su Sombra tendrádificultades en la relación con individuos de su mismo sexo exhibiendo conéstos conductas ásperas, rudimentarias, tajantes y llenas de dolor. Tantoes así que las experiencias que el niño va teniendo con su padredeterminarán la manera en que. luego, habrá de constituirse en susmanifestaciones la Sombra. Para la niña tendrá importancia, en este asunto,la relación que mantenga con su madre durante el tiempo de la infancia.

Por un tiempo, poco o mucho, es posible reprimir a la Sombraconvirtiendo así a la persona en lo que se espera de alguien «civilizado».Pero la compensación de este esfuerzo energético se advertirá en lapérdida de un alto grado de espontaneidad lo que obliga a adquirir,proporcionalmente, una enorme rigidez para consigo mismo extensiva altrato con los otros. Es por este motivo que aquellos que brindan unasensación de ser estrictos en los aspectos morales suelen manifestarintolerancia, rigidez e irritabilidad. Un buen ejemplo de esto, a nivel deculturas, lo representa la «época victoriana». Donde todo estabaestablecido de antemano y cada individuo debía mostrarse de acuerdo conun código establecido, No es extraño que haya sido en ese contexto enque tiene lugar el nacimiento del Psicoanálisis.

¿Cuál es el motivo de esta irritabilidad continua?. Es a causa de quela energía psíquica desviada para actuar como «tapa» de la Sombra esdemasiada. Mantener esa situación obliga al individuo a no pensar ni muchomenos realizar ciertas cosas que desearía para no permitirse ningún desliz.Pues si esto ocurre lo más probable es que arrastre consigo todos loselementos de la Sombra hacia el terreno de lo Consciente. De manera máso menos consciente el individuo sabe esto. E inconscientemente lo tiene

* Hall, C. y Norby, V. J., «Conceptos Fundamentales de la Psicología de Jung».

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bien registrado. Por lo tanto debe mantenerse rígido. Para poder seguircreyendo que él sí es siempre justo y bueno. Aunque desde ya semejanteactitud, agresiva hacia el mundo exterior, no puede ser consideradaequitativa ni correcta. En realidad esa irritación y rigidez no es más que laesclavitud que cada persona de este tipo se impone y proyecta en los otros.Las actitudes ajenas son pecadoras. Las propias dignas de Dios, de laperfección.

Dice Jung que cuando discutimos con la Sombra nos convertimosde aprendices en oficiales. (Utiliza, en la comparación, las jerarquías delos «oficios» propias a los gremios. Tal como era costumbre en la EuropaMedieval).

Tras nuestro enfrentamiento con la Sombra nos toca discutir con elÁnima (o con el Ánimus si se trata de una mujer, según veremos en elapartado siguiente.) Al hacerlo así nos convertiremos de oficiales en maestros.

Decía Lao Tse - y viene al caso comentarlo aquí - que «los hombresque buscan erudición no poseen sabiduría». Quien no reconoce laSombra puede creer que es una persona plena. Mas no hay tal cosa. Escomo conseguir la erudición. Implica aceptar quedarse en un estadioreducido. En cambio, admitir la propia Sombra, discutir con ella,concientizar esa existencia, es aproximarse a la obtención de la Sabiduría.Significa ser más persona, más pleno, de mayor espontaneidad. Porqueno reconoce su verdadera situación: aceptarse como el animal másdesarrollado entre todos los animales conocidos. Y estar consciente deque el componente animal no lo hemos perdido por completo durante elproceso civilizatorio; sino que está presente en cada uno de nosotrosdispuesto a actuar en todo momento,

Discutir con la Sombra es un elemento de crecimiento personal.Aceptar el Ánima o el Ánimus implica estar situado a un paso del alcancede la Sabiduría.

Jung explica que si el hombre consigue dialogar con la Sombra paraaproximar de esta manera a sus zonas negadas a la Consciencia, se operauna transformación que beneficia a la psique en general y, a la vez, seobtiene un Yo superior a la suma de lo Consciente y la Sombra, Este seráun elemento vital para la distribución correcta de energías dentro de la

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personalidad como para la absorción de aquellos que reciben del mundoexterno.

La espontaneidad, la creatividad, las intuiciones profundas - propiasde cuando sentimos que las ideas surgen como si alguien, en nuestrointerior, las fuera entrelazando convenientemente - son logros que seobtienen cuando aceptamos la existencia de la Sombra que vive en nuestrapsique, atreviéndonos a discutir con ella. Mayor será la intensidad de todolo enumerado cuanto más conocimiento de nuestra Sombra tengamos.«Una vida sin Sombra tiende a tornarse superficial e indiferente»,escriben Hall y Norby.

La inspiración - ese arrebato inexplicable de creación repentina -es fruto particular de la aceptación de la Sombra. Este es un aspecto muyinteresante. Quien carece de intuiciones, más aun si se trata de una personade sexo femenino, está cubriendo demasiado su Sombra; y ello no lepermite aprovechar plenamente sus posibilidades psíquicas.

Ignorar a este arquetipo, según vemos, significa llevar una existenciasuperficial, reducida a los supuestos beneficios de la rigidez y la intoleranciatanto para con uno mismo como frente a los demás. Es ponerse cadenasen la psique y vivir prisionero, siendo uno el carcelero de sí mismo. Estopor temor a aceptar las cosas como son. Si la Sombra existe no es porquecada uno es malo y tiene cosas feas que ocultar, sino porque así lodeterminó - hace millones de años - la Naturaleza. Cada persona, comotodo, no puede escapar a la ley natural de contar- como un microcosmosque es - dentro suyo con todos sus polos contrarios. Por lo tanto si estánlas facetas de luz, los aspectos buenos, también debemos hallar lo oscuro,lo malo que Jung simbolizó llamándolo Sombra con evidente acierto.

Si el individuo consigue que el Yo y la Sombra actúen armónicamente,el resultado se trasunta en una vida alegre, plena de felices sentimientos ypróxima al bienestar continuo. Una existencia que vive de cerca latrascendencia y sabe lo que es llevar la serenidad en lo interno. Así lapersona estará en condiciones de realizar cosas útiles, difícilmenteperecederas, para beneficio de sus semejantes. Es decir, logrará el accesoa la verdadera creación. La que trasciende todas las fronteras y tambiénlos tiempos.

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«No es extraño que las personas creativas parezcan estarcolmadas de inclinaciones animales en la medida tal que en algunoscasos las personas más mundanas las consideran «extravagantes»,«...genio y locura.» «La Sombra del individuo muy creativo puedeinundar su ego de tiempo en tiempo, haciendo que la persona parezcatemporariamente demente». «Pero será un estado transitorio. Quepuede darse por un lapso de horas o algunos días. Seguramentedurante una reunión, un período de creación o en vacaciones. Despuésel individuo se mostrará normal porque ha permitido a la Sombraexteriorizarse. La ha obligado a consumir sus propias energías.Logrado esto la Sombra misma - escasa de vigor - regresa a su sitiodebido». *

El Arquetipo de la Sombra y el origen intrapsíquico de lasguerras

La Sombra produce manifestaciones continuamente en el mundoexterior. Jung afirma que lo que desencadena matanzas feroces y conflictosbélicos es la irrupción repentina de la Sombra cuando ésta actúa a nivelcolectivo arquetipal.

Cuando la Sombra se ha apropiado colectivamente de unacomunidad, los sueños de los individuos que la componen así como susobras de creación artística -artes plásticas, poesía, arquitectura, escultura-mostrarán mándalas de centro vacío. Ya que la irrupción de la Sombradebe considerarse, también, el ingreso de lo demoníaco a la Conscienciay -por ende- la negación de Dios y de todo punto central o eje.

En toda guerra- sostiene el sabio suizo - los pueblos que participanen la contienda - o, al menos, uno de ellos - mantuvieron la Sombrareprimida por demasiado tiempo y con un grado de exigencias imposiblesde seguir sobrellevando.

En una carta a Víctor White, Jung escribe: «Mientras el mal no seauna entidad viviente nadie tomará en serio a su propia Sombra. Plitler

* Hall y Norby, obra citada.

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y Stalin seguirán representando un mera 'accidental falla deperfección'. El futuro de la Humanidad depende en gran medida delreconocimiento de la Sombra... El mal es -psicológicamente hablando- terriblemente real. Es un error fatal disminuir su poder y en realidad,aunque más no sea metafísicamente. ...El mal no disminuye porquese lo acalle considerándolo una no-realidad o una mera negligenciadel hombre. Existía antes de él, cuando su intervención hubiese sidoimposible».

Arquetipos del Ánima y el Ánimus

El Ánima en el varón y el Ánimus en la mujer son arquetiposimportantes. Fundamentales en la evolución de la personalidad. Representanel aspecto bisexual que posee cada individuo. Estos arquetipos aparecenmuy claramente en el Hermafrodita y el Andrógino. Seres mitológicos quesi bien no son idénticos pues cuentan con diferencias esenciales, tienen comocomún denominador el hecho de que poseen los dos sexos en su cuerpo.

Conviene destacar que esto que en las personas se advierte en lasinstancias psíquicas y no físicas, sí se encuentra presente - biológicamentehablando - en los vegetales y en algunos animales que, como el caracol,pueden llegar a fecundarse a sí mismos. Por lo tanto es lógico quereminiscencias de aquellos estadios hayan quedado en los estratosprofundos de la psique humana, originados en procesos tan antiguos, queen los últimos tiempos (aunque esta expresión puede significar millonesde años) presenten gran carga energética.

En el hombre encontramos su contraparte femenina: el Ánima. Enla mujer su componente masculino: el Ánimus.

Esto no significa que, para desarrollar convenientemente supersonalidad, un varón deba adoptar actitudes femeninas. Nada de eso.Semejante cosa no implica que su Ánima esté integrada a la personalidado conscientizada. Tampoco implica que una mujer adopte característicasvaroniles.

La intervención del Ánima y del Ánimus no radica en aspectos deíndole biológica. Un individuo que incorpora este arquetipo con eficacia

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en su esquema psíquico consigue, a través de la síntesis de opuestos, abolirel género - ya no es exclusivamente mujer u hombre, sino ambas cosaspsíquicamente - en todos los sentidos, menos en el biológico donde el rolnatural se sigue manteniendo aunque con una plasticidad y profundidadimposible de alcanzar de otro modo.

«La trascendencia - dirá Jung - abolió el género, excepto en elsentido biológico».

La acción concreta del Ánima se manifiesta en el individuo a travésde sus estados de ánimo. Un hombre que haya discutido con su Ánima, eintegrado esta instancia al Yo, será mesurado en su conducta, tendráintuiciones (ese sexto sentido que pareciera ser patrimonio femenino) ysus funciones del sentir alcanzarán un desarrollo trascendente.

Cabe destacar que Jung indica que de las cuatro funciones mentalesdos son preeminentemente femeninas (sentir e intuir) y el otro paresencialmente masculinas (sensación - pensar). Por lo tanto cuando elhombre puede sentir e intuir con facilidad, se debe a que incorporó losaspectos inconscientes colectivos femeninos a su personalidad total, sindejar de lado aquel orden que le corresponde por naturaleza.

Quien no ha logrado incorporar el Ánima presentará estados deánimo inmotivados y desagradables.

El Ánimus, en cambio, se manifiesta en la mujer a través de opinionesy del pensar. Funciones propias de lo masculino.

En los sueños el Ánima aparece simbolizada por una muj er sin rostro,o con rostro no bien visible o bien representada por una mujer que - enotros tiempos - significó algo para nosotros. Una figura femeninaidealizada.

El Ánimus, durante los sueños surge a través de la presencia devarias figuras masculinas. Rara vez una sola. Se trata de imágenes borrosas,nunca bien definidas a las que difícilmente pueda vérseles el rostro.

Como manifestación del Ánima en la Literatura Universal podemosindicar a Beatriz que lo fue del Dante y a Dulcinea de Don Quijote. Allíestá el caballero (lo Consciente) y su dama (el Ánima). Expresa Jung que:«Existe en el inconsciente del varón una imagen colectiva heredadade la mujer, con cuya ayuda acepta él la naturaleza de las mujeres».

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Con la mujer ocurre igual, pero a la inversa. Sin embargo ésta imagen nosurgirá si el varón o la mujer no tienen, previamente, contacto con personasdel sexo opuesto. A través de ese conocimiento directo cada humanoconsigue hacer consciente y tangible aquella presencia arquetípica.

Para la formación y desarrollo del Ánima en la Consciencia esfundamental todo lo que sucede durante las primeras experiencias del niñocon su madre. A este respecto Fordham escribe: «No es lo únicoimportante el comportamiento de la madre con el hijo, sino asimismocómo vivencia el niño este comportamiento. La imagen materna quecada niño experimenta no es sólo una pintura detallada de la madrereal, sino que también esleí en parte configurada y coloreada por lacapacidad innata del hombre para producir una imagen de mujer: elÁnima».*

Jung expresa que cada madre así como cada mujer amada esportadora y actuaíizadora de esa peligrosa imagen especular inherente alo más profundo de la naturaleza del varón. Cuando el varón siente quedeterminada mujer le despierta una «apasionada atracción» es indudableque ello se debe a que esa figura femenina se aproxima mucho, o tiene losmismos rasgos, que la imagen estilizada femenina que habita en su Ánima.

El Ánima tiene características especiales: goza de intemporalidad-normalmente será representada como una mujer joven, pura, inmaculada-y llena de sabiduría. Esto parece un contrasentido. ¿Cómo una joven mujerpuede ser, también, poseedora de la sabiduría, expresión que debeentenderse como portadora de la trascendencia?. La respuesta la tenemosen el atributo de intemporalidad. Desde el punto de vista estrictamentepsicológico esto es lo que capto Miguel Ángel cuando esculpe «La Pietá».María es una niña, cuyo rostro emana dulzura. Pero cualquier observadorcomprenderá que allí Jesús está bien resguardado, protegido y seguro.¿Por qué percibe semejante cosa de una niña?. A causa de que estamosincorporando la vigencia de nuestra Ánima a la sensibilidad estética. EnLa Pietá, el autor plasmó en la Virgen María al Ánima de Jesús, por lotanto es como si hubiera hecho un bosquejo preciso del Ánima ideal de

Fordham, Frieda. «Introducción a la Psicología de Jung».

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todos los varones que habitaron, habitan y habitarán la Tierra. Y resultaevidente que no se equivocó en su intuición creadora porque después decenturias esta obra sigue conmoviendo a los observadores como la primeravez. O quizá más... Ya que en la actualidad no es común encontrar un arteque refleje con tanta precisión contenidos intrapsíquicos.

Por lo tanto tenemos para el Ánima su atributo de la intemporalidad.Joven sí. Pero no porque su nacimiento sea reciente. Todo lo contrario,se trata de un acontecimiento ancestral. Pero aquí no se opera el procesode envejecimiento biológico o por transcurso de la variable «tiempo».Tratándose de una imagen arquetípica ha permanecido idéntica a travésde miles y miles (¿millones?) de años.

Y es lógico que así sea pues la imagen arquetípica potencial que anidaen lo inconsciente colectivo no es la de cualquier mujer en cualquier etapade su vida. Se trata de una figura femenina agradable y con capacidad deprocrear. Una anciana podría mostrar sabiduría en su rostro, y hastaprovocarnos emociones propias de una relación madre - hijo; pero ya noes fértil. Y, entonces, la función femenina por excelencia desaparece. Conlo cual la presencia del Ánima como arquetipo se habría desvanecido hacetiempo inmemorable.

Conviene definir bien la sabiduría que transmite este arquetipo. Noes la misma que encontramos en el Arquetipo del Viejo Sabio. En éste loque percibimos es su autoridad terrible: inspira temor. En cambio si bienel Ánima también es sabía, se la reconoce a través de una imagen dedulzura que desparrama bondad y hasta cierto grado de inocencia.Tenemos la impresión, entonces, de que «algo» extrañamente lleno desentido se aferrase a ella: un conocimiento secreto o una sabiduría oculta.

Esta es la concepción luminosa del Ánima. Una de sus dos vertientes.Por supuesto aquí también existe una síntesis de opuestos, pues tenemosigualmente la vertiente sucia, oscura y sombría. Es la imagen de la mujerbruja, seductora o prostituta, la mujer fatal, como la protagonista de lanovela «El Ángel Azul».

Yanira Alemán en el artículo antes citado, aporta varios ejemplosde la manifestación del Arrima en diversas obras literarias. En uno de ellos,muestra al arquetipo en sus dos vertientes. Dice así: «El arquetipo del

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Anima se puede apreciar en infinitas ocasiones en la literatura mágicorealista»...»En «Mi vida con la ola» de Octavio Paz, me pareceinevitable no ver a esa ola como una mujer o, mejor aún, como unamanifestación del Anima con ambos lados, el luminoso y el oscuro,conjugados en una sola representación. Esa «ola» fue para elprotagonista lo que le causó sus mayores alegrías y sus mayores penas.En ocasiones le hacía sentir dichoso de tenerla y en otras lo trataba

de engañar y aniquilar: «Porque su voz era dulce y hablaba de ladeliciosa muerte de los ahoyados.» (Paz, 1994).» Además, ejemplificala «proyección» de este arquetipo en el siguiente caso: «Uno de losejemplos más claros se encuentra en «Las ciudades y el deseo». Ahíse describe la fundación de la ciudad de Zobeida de la siguientemanera: «hombres de naciones diversas tuvieron un sueño igual,vieron una mujer que corría de noche por una ciudad desconocida,de espalda, con el pelo largo y estaba desnuda.» Estos hombres seencuentran y fundan una ciudad diseñada para atrapar a la mujer.Nunca más la vieron, y hasta olvidaron el propósito original de esascalles laberínticas. El hecho de que todos esos hombres de diversasnaciones hayan tenido el mismo sueño alude al concepto delinconsciente colectivo. La mujer desnuda que todos persiguen en elsueño y se les escapa es una manifestación del arquetipo del Anima,esa mujer ideal que todos llevaban dentro y la estaban buscandoafuera.»

Armand Baker en «El Ánima de Antonio Machado: análisisjunguiano del tema de la amada en su obra» (trabajo presentado enel VI Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas en el año1980), realiza un profundo análisis acerca de cómo se manifiesta el Ánimade un escritor (en este caso la de Machado en particular) a través de laexpresión literaria. Allí expresa Baker: «Según Jung, pues, todo hombrelleva dentro de sí la imagen de la mujer eterna)}. (...) «Tambiénproyecta esta imagen en sus fantasías y en sus creaciones artísticas.Así es que la amada de Antonio Machado puede verse como laproyección de su Anima inconsciente. Por eso, en los poemas dondeel poeta habla de la amada, no parece describir una mujer real, sino

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la figura inaccesible de la mujer eterna, siempre deseada y siempreausente. En el poema XXIX, por ejemplo, Machado se dirige a una«virgen esquiva y compañera» y, en el poema XVI, dice que el pálidorostro de su amada está «Siempre fugitivo y siempre / cerca de mi...»En el poema XV, la imagen del Anima se refleja en «el óvalo rosadode un rostro conocido,»pero cuando va a besar la «amargaflor» delos labios, la imagen ha desaparecido: '¡Oh, angustia! Pesa y dueleel corazón...¿ Es ella? / No puede ser... Camina... En el azul laestrella'». ( . . . ) «Machado escribe para asimilar las emociones que letrae el Anima».

Podemos apreciar, de este modo, cómo el Ánima puede ser fuentede inspiración y, al mismo tiempo, cómo su proyección en la obra artísticaconstituye un intento por asimilar esa imagen arquetípica en la Consciencia.Esta es la vertiente positiva del arquetipo.

Por otro lado, el aspecto oscuro del Ánima surge cuando el hombrereprime su psiquismo bisexual, negando las importantes cualidades de lofemenino. Al reprimir su Ánima el hombre se transforma en una personaque desprecia todo lo que tenga que ver con el sexo opuesto y con lo quesimboliza. Es despreciativo con las mujeres, las considera infieles a todasy que solo buscan engañar al hombre. Por lo tanto suele hablar de ellascomo quien busca revancha o venganza. Desea tenerlas a sus pies paradestacar su superior condición de varón y, a la vez, porque eso implica elpoco o ningún valor que le acredita. «Las ve por el suelo» diríamosvulgarmente. En efecto, para este tipo de seres - si caracterizamos loscasos más radicalizados - las mujer es algo así como un instrumento quedebe ser utilizado sin poner en él afectos y luego descartado sin miramientosni dolor. Generalmente llegan a esta situación quienes han tenidoexperiencias negativas con su madre durante la niñez. Luego se les haceimposible, siquiera, considerar la existencia de algo en ellos que tengarelación con lo femenino. En estos casos la madre suele haber transmitidouna imagen desdibujada de los roles de la mujer porque, seguramente, tuvodificultades para aceptar su Ánimus o porque éste se apropió de suConsciencia convirtiéndola en una figura femenina pero con actitudes de

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masculinas. Esto confunde al psiquismo del niño y luego, en edad yamadura, aparece como un trastorno difícil de sobrellevar.

Un hombre dominado por su Ánima es presa continua de emociónincontrolable. Es el que actúa como si fuera una mujer a la que todoatemoriza, perturba y conmueve.

La representación del Ánima en el Santo Grial*

Un buen ejemplo de lo que es la búsqueda por incorporar lofemenino en el psiquismo del varón lo tenemos en lo que simbolizan-analizado desde la Psicología Junguiana- las Cruzadas en su intento porrecuperar el Santo Grial.

El Grial es una copa, un cáliz. Algo utilizado para colocar líquido yque éste no se derrame. Algo, entonces, con connotaciones claramentefemeninas.

Los caballeros cruzados perseguían, al menos como enunciación,un fin espiritual. Y si bien hubo en ellos situaciones de "naturaleza políticay material, no podemos dudar que fueron muchos los participantes quedecidieron ir hacia la Tierra Santa movidos por inquietudes intrapsíquicasque los hicieron actuar de esa manera. En esa empresa la mayoría perdióla vida y, casi todos, su fortuna. Es evidente, entonces, que susmotivaciones no pueden analizarse únicamente desde el punto de vista delas estrategias desplegadas por las casas reinantes y las intrigas palaciegas.Hubo, detrás de esto que también se dio, claro, una razón superior,ignorada conscientemente. Observando la fecha de la Primera Cruzadaresulta sencillo deducir que es producto de la acción del Arquetipo delAño Mil. Pero, para ese tiempo, la acción arquetípica estabacomplementada por la necesidad interior de buscar la unidad personal.Ahora ya se sabía que el mundo no habría de terminar abruptamente. Erafactible pensar en mil años más de «gracia del Señor». Entonces,psicológicamente, el varón comienza a sentir que es imperfecto debido a

* Las Heras, Antonio. «Jesús de Nazareth», Ediciones Nowtilus, Madrid, 2008.

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la falta la aceptación de sus aspectos psíquicos femeninos. Particularmenteen una cultura donde la mujer apenas si tenía un status algo superior al desirvientes y esclavos. Lo femenino en el hombre se hallaba absolutamentenegado. Como etapa previa al Renacimiento - si deseamos observar todoel fenómeno en perspectiva - se comprobará que el fenómeno de lasCruzadas ha sido necesario. Francamente, en fin, en lo objetivo, resultó- sin embargo - un intento válido de conseguir la unidad psíquica. Podráser negado conscientemente. Pero, de manera inconsciente, aquelloshombres supieron incorporar su aspecto bisexual ayudando a que lacivilización siguiera su devenir, y mantuviera activa la creatividad.

Esto encontró su escenografía en el mundo exterior a través de labúsqueda de un componente simbólicamente femenino: el Santo Grial.Históricamente el Santo Grial ha sido asimilado a la copa usada por Jesúsen la Última Cena para beber vino o bien a aquella en la que José deArimatea recogió sangre que manaba de las heridas de Jesús mientraspermanecía crucificado. Debido a esto último es que hay quienes hanentendido leer en la expresión «Santo Grial» una manera oculta de expresar«Sangre Real».

Como sea, la búsqueda por obtener esta totalidad psíquica era unaforma de buscar la incorporación de lo femenino. Aunque también es ciertoque significó el regreso al deseo de una vida plena, con satisfacciones yun intento de volver a aproximarse a Dios. No ya a un Dios destructor ydominante, sino a una concepción divina que lo muestra piadoso ybenevolente.

Estaba próxima una época de tormento, angustia y oscuridad. Dondelas pestes asolaban (como siguió ocurriendo por siglos), pero tambiénhabía pestes peores, las psíquicas: con gente que recorría los caminosflagelándose de continuo, por ejemplo. Tiempos en que el temor a Diosera llevado a su máxima expresión. Días en que la vida era un rosario detristeza, desolación y desesperación.

Ahora había quienes aspiraban a otra cosa. Intrapsíquicamente esascomunidades se preparaban para la recuperación de lo que se tuvo y ahoraestaba perdido. Eso es lo que simboliza psicológicamente el intenso deseocolectivo entorno al hallazgo del Santo Grial.

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Claro que, como hemos mencionado una constelación dearquetipos, cabe agregar la intervención de otro más: el Arquetipo de laMuerte y Resurrección. Aquella parte de la Humanidad había - desde elpunto de vista psíquico - muerto en la medianoche del 31 de diciembredel año 999. A partir de entonces se operaba una resurrección. De aquellamuerte surgió un nacimiento. Un ave Fénix colectivo.

(Emma Jung, la mujer del ilustre psicólogo suizo, estuvo ocupadadurante años, hasta el momento de su temprana muerte, estudiando loscomponentes psíquicos de la búsqueda del Grial. Ese trabajo quedó inconcluso).

Pero ese movimiento surgido en el Siglo XII no tuvo fuerza suficiente.Solamente algunos privilegiados comprendieron (tal vez de manerainconsciente, dejándose llevar por una sospecha interior) el verdadero valory sentido que, para el hombre de entonces, simbolizaba la búsqueda delSanto Grial. El fracaso de la empresa a nivel general significó que el Ánimapermaneciera reprimida. Lo bueno continuó representado por una rectitudrayana en la dureza pétrea. Lo que, si bien es útil para erigir castillosduraderos, resulta inútil para el provecho humano. Lo femenino, entonces,siguió siendo motivo de rechazo. Tanto en su aspecto psíquico como ensu manifestación biológica: la mujer. Esclava del padre mientras era solteray, tras el casamiento, servidora sumisa del marido. Lo físico y lo psíquicoque tuviera vínculos con el concepto «femenino» permaneció totalmentedesvalorizado. Más que echados a un lado, debemos decir enterrados ypisoteados.

La curva de la evolución de tal situación continuó en aumento hastafines del Siglo XIX y principios del Siglo XX con la cultura «victoriana».El resultado: una persona etiquetada donde todo era rígido, impermeabley el Mal una figura omnipresente. (Recordemos los crímenes de Jack, TheRiper, quien jamás fue hallado, ni condenado: descuartizador de prostitutas- el Ánima en uno de sus aspectos abyectos - en las calles londinensescubiertas de niebla nocturna).

Como contrapartida aparece la continuidad de un Siglo Veinte dondela mujer ocupa puestos y cumple tareas que, otrora, aparecíanexclusivamente reservadas a varones. Esto haría parecer que se ha logradocierta evolución integradora. Pero no necesariamente es así. Si dichos

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cambios se obtienen ahora a costa de una marcada desvalorización de lomasculino, quiere significar que estamos muy lejos de la armoníaperseguida.

Laurens van Der Post relata una experiencia de Jung muy interesante.Es la siguiente: «Naturalmente, hacía ya largo tiempo que Jung habíacesado de confiar puramente en el material onírico para su progreso.Se había enseñado a sí mismo conceder una inédita libertad a suimaginación para que fuese donde quiera tuviese que ir, en este lentodescenso hacia su propio infierno. Un día descendió mas profundo quenunca: tan profundamente, que podría haber estado en la tierra delos muertos, hasta que descubrió sobre una escarpada pendienterocosa, a dos figuras: un anciano de barba blanca y una bella joven.Se acercó y advirtió que ellos tenían también una serpiente negra, lacual tomó inmediatamente gran simpatía por Jung. Jung dijo que elanciano se hacia llamar Elias. Era, quizás, otra personificación del«sabio anciano» del espíritu humano. La joven se llamaba Salomé,era ciega. Esta era una visualización del elemento femenino en elhombre, que Jung habría de llamar Anima, en sus futurasdelincaciones de las pautas del inconsciente colectivo en el mundoobjetivo. La serpiente, dado que aparece mucho en mitos heroicos,como contraparte del héroe, era una confirmación simbólica del hechode que el sueño se refería a un contenido mitológico y aludía tambiéna una curación. La serpiente también es símbolo de la medicina y lafarmacopea, por eso podemos asociarla al proceso de curación)).*

No sólo a causa de que la pueda considerar «contraparte del héroe».Justamente suele verse como símbolo de la farmacéutica a un copón quelleva enroscada una serpiente. El copón, según comentamos antes, tienerelación con lo femenino y con el Grial que, en este contexto, implicatambién el aspecto espiritual que es necesario para todo proceso decuración. La serpiente está vinculada a los aspectos curativos biológicos- no espirituales - y a lo masculino, en cuanto a simbolización del falo.Observamos así que Jung sintió que la serpiente tomaba inmediata simpatía

* van Der Post, Laurence, «Jung y ¡a Historia de Nuestro Tiempo».

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por él, esto era debido a que estamos frente a un simbolismo que debeentenderse como que la curación psíquica del sabio suizo estaba avanzadae iba acelerándose paulatinamente.

El Ánima en la Mona Lisa

El Ánima, según ya fue dicho, está representada en algunas obrasde arte imperecederas. Lo arquetípico desafía al tiempo y al espaciogeográfico, resultando imperecedero. Son aquellas obras que hantrascendido los umbrales del tiempo y conmueven intensamente, aunquesean fruto de personas que vivieron hace siglos, habiendo ocupado un lugaren civilizaciones diametralmente opuestas a las que nosotros compartimos.Uno de estos casos es la Mona Lisa, también llamada la Gioconda, deLeonardo Da Vinci. ¿Qué es lo que hay en esta pintura que no ha podidoser superado, se mantiene vigente a través de siglos, atrayendoespectadores de pueblos tan diferentes?. No es por causa de un meroaparato publicitario bien montado, por cierto. Como sí ocurrió con algunasfamas efímeras del Siglo Veinte. Algo tiene esta pintura que impactanuestros contenidos íntrapsíquicos.

No debemos olvidar que la Mona Lisa es la realización de uno delos dos artistas (el otro es Migue Ángel) más importantes del Renacimiento.De Miguel Ángel ya señalamos la presencia del Ánima en su Pietá. Escomprensible que cuando el arte es verdadera creación, los contenidosdel inconsciente profundo resultan plasmados, sin saberlo perointuyéndolo, por el verdadero «maestro».

Leonardo Da Vinci, ese asombroso hombre de conocimientoenciclopédico, fue sin duda alguien, cuyos contenidos arquetípicosestuvieron de continuo aflorando a su área consciente. De esta manera-quizá por causa de precogniciones que deberá estudiar la Parapsicología-concreto invenciones deslumbrantes para sus contemporáneos así comopara muchas generaciones que le sucedieron, generando un arteimperecedero al conseguir la transmisión de lo arquetípico en su plástica.

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Jung estaba convencido que lo atractivo de Mona Lisa era suenigmática sonrisa. Pensamiento en el que concuerdan buena parte de loscríticos de arte y muchos pensadores.

Para el sabio suizo esta sonrisa simbolizaría la siempre agradabledisposición de lo femenino. La posibilidad de la eterna fructificación: noolvidemos que detrás de la figura femenina se despliega una hermosa yfértil pradera.

El amor concebido como sabiduría. Sí. Quizá eso es lo que expresa,simbólicamente. La Gioconda. La transmisión de la sensación de la suavesabiduría femenina. Natural, frugal, despejada, despierta, primaveral,accesible, respetuosa, respetada. Precisa. Siempre presente y vigente. ElÁnima elaborada a través de la pintura.

En pleno auge del Renacimiento, decíamos. Otro de los frutoslargamente elaborados tras la eclosión del Arquetipo del Año Mil y todolo que siguió después. Otro de los intentos de la Humanidad en pos deconseguir su reencuentro con una totalidad psíquica perdida hacedemasiado tiempo.

Tras Leonardo y Miguel Ángel, máximos exponentes del arterenacentista, la creación trascendente y arquetípica en el lienzo y el mármolfue disminuyendo hasta limitarse a algunos significativos pero aislados yesporádicos islotes. Es que aquél germen gestado durante tanto tiempo yque vio la luz el 31 de diciembre del 999 había perdido su fuerza y,debilitado, comenzaba a agonizar.

El Arquetipo del Ánimus manifestado

El Ánimus, como ya se dijo, es en la mujer su complemento psíquicomasculino. Tiene tres raíces. Igual que el Ánima en el hombre. Son ellas:los materiales procedentes de lo Inconsciente Colectivo que le proporcionala imagen colectiva de «varón»; el principio masculino presente en todamujer y sus propias experiencias con «lo masculino». Esta última facetatiene dos variantes: una es la experiencia recogida en la relación con elpadre durante la niñez y la forma en que esa etapa fue vivenciada. La otra

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corresponde al conocimiento y relación con los hombres que habrá deencontrar durante sus contactos con el mundo exterior.

Las experiencias con el padre son importantes aunque sólo llevan aque el Ánimus quede marcado de una manera definitiva dejando huellasque, en cualquier época de la vida- aún durante el período adulto - puedenresultar factor desencadenante de reacciones inesperadas.

Según Fordham el Ánimus puede ser representado en sueños poruna voz masculina.

Jung se refiere a las características del Ánimus diciendo que: «esmas bien semejante a una asamblea de padres o dignatarios, que danjuicios incontrovertibles, 'racionales', ex cátedra. Cuando se examinamás de cerca de estos exactos juicios, se comprueba que son casisiempre dichos y opiniones traídos mas o menos inconscientementedesde la infancia y comprimidos en forma de un canon de verdad,justicia y racionalidad normales, compendio de prescripciones, queobligan enseguida con su opinión en cuanto falta un juicio competentey consciente (cosa que ocurre con frecuencia). A veces estas opinionestoman la forma aforismos del sentido común: otras veces aparecencomo principios, que son semejantes a normas de educación: 'Siemprese ha hecho así'o 'Todo el mundo dice que esto es así'»

Si el Ánimus se apodera de la Consciencia femenina entoncestendremos una mujer con características hombrunas, autoritaria, exigente,que desprecia a las otras mujeres considerándolas inferiores a ella.Seguramente no sentirá la necesidad de ser madre y, en caso de formarpareja, lo hará con algún hombre cuya Ánima esté controlando loConsciente lo que lo convierte en un individuo con característicasfemeninas.

En cambio la mujer obtiene situaciones beneficiosas cuando puedeaceptar la presencia de este arquetipo sin permitir que invada loConsciente. La mujer podrá aprovechar este logro toda vez que tenga quemostrarse autosuficiente, agresiva y valiente. Elementos imprescindiblesen la vida de relación en el Tercer Milenio. Frente a un mundo agresivo,quedar desprovisto de defensas resulta terrible. Para la mujer, usar elÁnimus eficazmente puede ser un medio sano y correcto para neutralizar

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esta situación. Jung, indica que tanto el Ánimus corrió el Ánima son la «vozde la naturaleza», por lo que se convierten en mediadores entre loConsciente y lo Inconsciente. Pero tienen como contrariedad que se tratade un arquetipo mucho más difícil de percibir que la Sombra o la Persona.

«El Ánima y el Ánimus son escurridizos, y sólo un pequeñonúmero de individuos son capaces de percibir lo que por estos nombresse significa. Ninguno de los dos puede ser integrado totalmente en laconsciencia: algo de ambos permanece siempre rodeado de misterioen el oscuro dominio del inconsciente colectivo. Un varón, porejemplo, si acepta y llega a reconocer su Anima, puede hacerse másreceptivo o desarrollar más su sentimiento o su intuición; pero nuncapodrá él mismo apropiarse de aquellas cualidades que se proyectansobre las diosas o sobre la Virgen»... «Lo mismo es lícito afirmar dela mujer, que puede adquirir espíritu de empresa o desarrollar elpensar, que pertenece a los varones en sentido personal, pero nuncaposeerá como propios aquellos aspectos del espíritu masculino quepertenecen al inconsciente colectivo y que se manifiestan más allá delo puramente personal». *

Algunas consideraciones sobre el Ánimus desde la obra deEnuna Jung

Emma Jung, esposa del Maestro de Zürich, estudió en profundidadlas manifestaciones del Ánima en el hombre y del Ánimus en la mujer, ysus investigaciones quedaron registradas en su libro «Ánimus y Ánima».

En esta obra la autora expresa que una buena integración del Ánimusen la mujer permite que ésta sea activa, enérgica, que posea el coraje paraenfrentar las situaciones más difíciles que le presente la vida y la capacidadpara actuar de manera tal de encontrar soluciones a los problemas sindepender para ello de la decisión de un hombre. Elementos indispensablespara sobrevellar satisfactoriamente una vida en armonía. Todo esto sin

* Fordham, Frieda, «Introducción a la Psicología de Jung».

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dejar de lado su femineidad, por supuesto. Respecto a los aspectosmasculinos que el Ánimus le otorga a la mujer cuando es bien integradoexpresa: «Hablando de manera general han encontrado su utilizaciónen la vida femenina, pues ya hace tiempo que existen mujeres cuyafuerza de voluntad, objetividad y capacidad de acción sirven comofuerzas útiles en sus vidas, vividas por otro lado de formacompletamente femenina».*

Sin embargo admite que muchas veces esta integración del arquetipoa la Consciencia no se resuelve tan eficazmente.

En primer lugar, diremos que Emma Jung plantea la dificultad queexiste en reconocer la proyección del arquetipo del Ánimus, que en unprincipio se proyecta sobre el mismo padre y más tarde tal vez en unprofesor, un amigo o el marido y finalmente en figuras representativas delo masculino como lo son las instituciones, particularmente la Iglesia, elEstado, y otras relacionadas con los ámbitos científicos e incluso artísticos.Como la toma de consciencia de esta proyección es improbable que sede por vía directa, la mujer la encontrará primero a través de un hombreque será para ella una especie de guía o mediador, que también seráportador o representante de la imagen del Ánimus «en otras palabras, elánimus es proyectado en él». (**).

En un primer momento, esto no produce conflicto, ya que aparentaser una situación perfecta, especialmente si con ese hombre en cuestiónse tiene una relación positiva. Cuando esta proyección se establece en

, forma duradera en esa misma persona, se tiene la sensación de haberhallado una «relación ideal», en la que muchas mujeres creen estar felicesy satisfechas. Pero ocurre que, al mismo tiempo, esas mismas mujerescomienzan a ser atormentadas por síntomas físicos o psíquicos, siendo losmás comunes el insomnio, miedos injustificados, dolores de cabeza,perturbaciones en la visión y otras veces afecciones pulmonares. EmmaJung propone la hipótesis de que las afecciones pulmonares estánrelacionadas con el hecho de que los órganos respiratorios y el «espíritu»

*Jung, Emma, «Ánimus e Anima»** La traducción del portugués al castellano es nuestra.

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poseen una similitud, ya que las palabras ánima o pneuma equivalen a hálito,viento o espíritu; por lo tanto es bastante probable que los órganosrespiratorios reaccionan con una sensibilidad especial frente a los procesosdel espíritu (en especial con el Ánimus y el Ánima). Ella misma admite queconoció dos casos de mujeres que presentaban síntomas de enfermedadesrespiratorias agudas surgidas en un momento en el que se hallaban en francoconflicto con su propio Ánimus, que persistían a pesar de los tratamientosmédicos efectuados. Sólo cuando su Ánimus logró ser reconocido, tratadoe incorporado armónicamente, las afecciones lograron ser curadas porcompleto.

Volviendo a lo anterior, esa transferencia total de la imagen delÁnimus genera - además de una relación que aparenta ser ideal, perfectay satisfactoria - una especie de unión forzada con este hombre y unadependencia excesiva de la mujer que frecuentemente llega a serinsoportable para ella. «Este estado de fascinación y decondicionamiento absoluto sobre el otro es conocido como«transferencia», que no es otra cosa que una proyección. Proyecciónmientras tanto, no significa apenas la transferencia de una imagensobre otra persona, sino también todas las actividades que a ella lecorresponden, como por ejemplo un hombre al cual es transferida laimagen del ánimus y que al mismo tiempo tiene que asumir todasaquellas funciones que permanecen poco desarrolladas en la mujeren cuestión, sea la función o actividad del pensamiento o laresponsabilidad en relación a lo exterior. La mujer en quien el hombreproyecta su ánima debe, a su vez, sentir o crear relaciones por él, yese comportamiento simbiótico es, en mi opinión, la verdadera razónpara la dependencia forzada y el condicionamiento que surge en esoscasos.»*

Esta situación no puede durar mucho tiempo sin que sobrevengangastos importantes de energía que provocan los síntomas que anteriormentemencionamos, especialmente cuando la relación con la persona sobre lacual se coloca la proyección es de mucha proximidad o intimidad. En estos

* Jung, Emma, op. cit.

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casos comienza a notarse una incongruencia entre la imagen proyectada ysu portador. Un arquetipo, como el Ánimus, por ejemplo, nunca coincidecon una persona individual. ((En verdad, la individualidades lo contrarioal arquetipo, pues lo individual es exactamente aquello que de algunaforma no es típico, y sí tal vez una mezcla o combinación única yoriginal de trazos típicos.» (*), aclara Emma Jung. Y agrega que cuandose instala esta diferencia entre la imagen proyectada y su portador, seproduce una sensación de confusión y decepción, ya que la mujer se dacuenta de que el hombre sobre el que depositó esa imagen se comportade manera muy distinta a la que ella juzgaría conveniente. Muchas veces,en este tipo de relaciones, el hombre también ha proyectado la imagen desu Ánima sobre esta mujer, por lo que, Emma Jung considera que Ánimay Ánimus se determinan uno al otro, es decir que una manifestación delÁnima evoca el Ánimus y viceversa, con lo que se establece un círculodifícil de interrumpir.

Siguiendo con el desarrollo que plantea la esposa de Jung, cuandose descubre la incongruencia entre persona y figura ya se está en mediode un conflicto, y no queda otra cosa que hacer que «efectuar unadiferenciación entre la imagen «interna» y la persona «externa»» (*).Sólo a partir de ese reconocimiento es posible comenzar a intentar unaincorporación saludable y armónica de la imagen del arquetipo del Ánimusa lo Consciente. El primer reconocimiento de esta imagen desligada delobjeto al que había sido proyectado, resulta muchas veces «una renunciadoloroso». Entonces la mujer se ve en la ardua tarea de reconocer lanaturaleza de esta imagen arquetípica como propia.

Si todo se da adecuadamente y esta energía liberada no invade laConsciencia provocando efectos funestos sobre la mujer (perturbando lafeminidad y provocando actitudes hombrunas y fuertes depresiones),entonces puede dar comienzo a una buena integración del Ánimus.

Pero hay un aspecto del Ánimus que Emma Jung planteó por primeravez y que es de suma importancia para comprender algunas actitudes dela mujer cuando no ha logrado asumir su aspecto psíquico masculino y

* Jung, Emma, op. cit.

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que tienen que ver con aceptar las imágenes fantaseadas de ella mismacomo verdad pura y adoptar una «postura» convencida que esa es larealidad. Y lo expresa de este modo: «Una de las actividades delÁnimusmás difíciles de identificar ocurre estableciendo una imagen de deseode sí mismo. El Ánimus sabe muy bien como desarrollar una imageny tornarla creíble, de manera que muestra aquello que le gustaría ser,como por ejemplo «la amante ideal», «la conmovedora niñaindefensa», «la servidora abnegada», «la extraordinariamenteoriginal», «la que verdaderamente nació para algo mejor», etc., etc..Naturalmente, esa actividad le confiere poder sobre la persona hastael punto en que se ve forzado o se decida espontáneamente a sacrificarla imagen representada y verse como realmente se es.» (*).

Este punto es especialmente importante porque no hay quien hayaexpresado mejor este aspecto oscuro de la personalidad de la mujercuando no ha integrado satisfactoriamente su Ánimus. Todos nos hemostopado en la vida con mujeres que presentan estas características, lonotable de esto y lo que debo resaltar, es que Emma Jung lo planteó hacemuchas décadas, lo que implica que no importan las épocas, las culturasni el estrato socio económico, siempre han existido mujeres así en todoslos ámbitos. Esta manifestación del Ánimus tan frecuente, fue hallada poruna mujer, nada menos que por la esposa de Jung, ya hace de esto muchosaños, y lo llamativo es que nunca más alguien se atrevió a expresarse sobrealgo tan esencial para entender el psiquismo de la mujer. Por eso esnecesario ponerlo de relieve y dejar constancia de ello en esta obra.

Capítulo V

• Los sueños compensatorios en la Psicología Junguiana*La naturaleza de los sueños.* Fuentes de las imágenes oníricas* Mecanismos del sueño.* El lenguaje simbólico de los sueños.* Estructura general de los sueños.

• Análisis e interpretación junguiana de los sueños.• Serie onírica.« Pasos para la interpretación de los sueños.

; Jung, Emma, op. cit. (La traducción del portugués es nuestra).

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Manual de Psicología Jnnguiana

Los sueños compensatorios en la Psicología Junguiana

La Psicología Junguiana reconoce dos tipos de sueños según sufunción: los compensatorios y los no compensatorios.*

Al concebir a la psique como una estructura dinámica y global en laque tanto lo Consciente como lo Inconsciente se encuentran en permanenteinterrelación, la teoría Junguiana considera que la función principal de lossueños es la de compensación.

A diferencia de Freud, quien sostuvo que el significado de un sueñoreside en el contenido latente, Jung planteó que el sueño «no es un disfraz»y que lo que se debe interpretar es el contenido manifiesto, las imágenesoníricas mismas, tal como aparecen en el sueño. Este es un punto departida fundamental para comprender cabalmente la función de los sueñosy el modo de interpretarlos.

El sueño es una manifestación de los contenidos inconscientes queen algún momento fueron reprimidos u omitidos. Las imágenes oníricas,por lo tanto, le aportan y le incorporan a la Consciencia los datos que ésta,voluntaria o involuntariamente, ha censurado, y que surgen para mantenerel equilibrio de la psique.

Se denomina «compensación» a esta función que permite que seproduzca el mecanismo de autorregulación de la psique, poniendo a loInconsciente en relación con lo Consciente. De este modo es posiblealcanzar el equilibrio y una mayor integridad psíquica. Esta función decompensación, entonces, resulta fundamental en el proceso que apunta aalcanzar la totalidad, lo que Jung llamó selbst, el «sí-mismo», el centro, laintegración.

* I ,;is I leras, Antonio. «Sueños. El lenguaje onírico develado». Colección Anima Mundi,«ello Alhué, Ed. Albatros, Bs. As., 2005

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A n t o n i o I , ; is I K ' i BS

El término «compensar» debe tomarse como sinónimo de «igualar».«,O sea que la compensación explica que en un sueño aparezca elmaterial psíquico necesario para corregir una actitud unilateral dela mente consciente. La función compensatoria modifica la concienciade manera deliberada... »*

Jung, a diferencia de Freud que consideraba a los sueños comorealizaciones «disfrazadas» (por «deformación onírica») de deseos sexualesreprimidos, mostró cómo en algunas ocasiones puede suceder que elcontenido de lo que soñamos pueda resultar doloroso y desagradable. Yexplicó que esto acontece cuando lo que aparece en el sueño le muestraal soñante los aspectos de su vida que a nivel consciente no desea admitiry que debe aceptar, asumir y corregir, lo que difiere sustancialmente de lateoría freudiana, porque demuestra que los sueños expresan la «realidadinterior» tal como es y no como la Consciencia desearía que fuese.

Para poder determinar qué es lo que el sueño está queriendo decirse hace necesaria su interpretación, debido a que, mediante diversosmecanismos, las imágenes oníricas aparecen en forma de símbolos ometáforas que hay que desentrañar.

Recordemos que, para Jung, en lo Inconsciente hay varioscontenidos: lo que alguna vez fue consciente y luego reprimido,percepciones subliminales y reminiscencias poco importantes como paraser recordadas (que coincide con la noción de preconsciente freudiano),que conforman lo Inconsciente Personal. A su vez, también aparece uncontenido que surge de manera independiente que es lo InconscienteColectivo. Éste último, como estrato común a todos los seres humanos,contiene los «arquetipos» o «imágenes primordiales», que son símbolosancestrales, memorias, pensamientos y sentimientos, reconocidos por todala humanidad de todos los tiempos. Algunas imágenes oníricas tienen suorigen en los contenidos arquetípicos y reciben el nombre de «sueñosarquetípicos», y son aquellos a los cuales los pueblos «prealfabetos» (alos que Jung mencionaba como «primitivos», pero a sus discípulos nosparece más acertada esta otra denominación), solían llamar «grandes

* Mary Ann Mattoon «El análisis junguiano de los Sueños»

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Míi/ii/ii/ i/i- Psicología .

sueños», atribuidos exclusivamente a los «grandes hombres» (jefes de lastribus, hechiceros, sabios, etc.).

En general, las imágenes que se presentan en los sueños arquetípicosy que proceden de lo Inconsciente Colectivo, pueden ser figuras u objetosdesconocidos en la vida cotidiana del soñante que pueden parecergrotescas o remitir a temas mitológicos y religiosos y que poseen granfuerza, como dioses, demonios, dragones, guerreros, hechiceras,máscaras, tesoros, etc. O puede suceder que las imágenes no sean tanimponentes pero que se reiteren en varios sueños, como, por ejemplo.soñar con la madre, con agua, con un niño o con un anciano sabio.

Los sueños arquetípicos suelen presentarse, fundamentalmente, enlos siguientes casos: en momentos de gran tensión psíquica en los que estánenjuego problemas humanos que van más allá de los intereses personalesdel sujeto; en momentos coyunturales de la vida, es decir, cuando tienenlugar grandes cambios (durante la primera infancia: de los tres a los seisaños; en la pubertad; al comienzo de la adultez; al principio de la segundamitad de la vida; en el climaterio; antes de la muerte o en momentos decrisis); poco antes de desencadenarse una fuerte neurosis; o comopreámbulo de una psicosis (cuando el que sueña se identifica con loscontenidos inconscientes y luego se siente poseído por ellos). Este tipode sueños también suelen aparecer cuando el sujeto está en un avanzadoProceso de Individuación a través del cual ya ha logrado integrar gran partede lo Inconsciente Personal (y está más cerca del Sí-Mismo, poseyendouna gran madurez emocional, a quien sus sueños comienzan a revelarle sumayor consciencia de los intereses objetivos que atañen a la Humanidad,como problemas filosóficos o religiosos); o cuando vive en total aislamientorespecto a otros seres humanos «, ..oprimidos por la idea de que nadiemás tiene esos mismos problemas»* (a quien el sueño le «hablaría» delos grandes problemas de la humanidad, ejerciendo, a su vez, la funciónde «compensación» de la grave unilateralidad de su personalidad).

Existen algunos casos en los que los sueños arquetípicos tienen lugarcuando la persona se encuentra «estancada» en su proceso

: Jung,C.G. «Collected Works 10»

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Anton io Las l leras

psicoterapéutico. Dice al respecto Mary Ann Mattoon en la obra citadaanteriormente que: «Aunque en ese momento cualquier sueño puede serútil, Jung descubrió que si la situación es lo bastante seria, o si elpaciente no se abre a la necesaria orientación religiosa, es probableque tenga sueños arquetípicos que sugieran el modo de avanzar enuna dirección que, de lo contrario, no se le habría ocurrido a él ni al

terapeuta».Otros sueños, en cambio, derivan de la experiencia personal del

soñante, o sea de contenidos de lo Inconsciente Personal. Si bien estossueños tienen su origen en esa esfera de la psique, también pueden contenerelementos arquetípicos de lo Inconsciente Colectivo. Así, por ejemplo,un hombre puede soñar con que se encuentra en su ámbito laboralcotidiano, con las personas con las que habitualmente comparte su vida yque son de existencia física real, pero éstas o alguna de ellas pueden estarrepresentando figuras arquetípicas, según sean las cualidades que se lesatribuye en el sueño. También es posible que lo que se dé en el sueño seauna situación arquetípica. Como ejemplo de esto último podemos tomarel caso de desplazarse a grandes velocidades, volar por el espacio, poseercualidades cósmicas, ser un extraño para sí mismo, verse en medio de unasituación ritual, etc.; en donde se nota la semejanza con temas mitológicosy religiosos. En estos casos hay que tener especial cuidado a la hora derealizar la interpretación, no podemos omitir esta singularidad del sueñoporque el análisis del contenido arquetípico puede tener mayores efectosterapéuticos que el del proveniente de lo Inconsciente Personal. Tambiénexiste el riesgo de que tenga efectos negativos si no se lo interpretaadecuadamente, ya que la persona puede llegar a verse poseído por esasimágenes arquetípicas y caer presa de una psicosis.

Pero sea cual fuere la fuente de la imagen onírica o el contenido dela misma, es preciso resaltar que Jung consideraba que el «complejo»(término acuñado por el mismo Jung, que luego fue tomado por otrosautores, Freud incluido) es el verdadero camino hacia lo Inconsciente y elque «fabrica» los sueños y los síntomas. Recordemos que el Complejo sedefine como la agrupación de elementos psíquicos alrededor de contenidosde tono emocional, que aparece como incompatible con la actitud normalde la Conciencia, y cuya naturaleza es inconsciente, que se maneja en forma

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Miiiiiiiil ilc / ' . v / i nlayjti .

autónoma, produciendo perturbaciones en la memoria e influyendo sobreel lenguaje y la acción. Y teniendo en cuenta que el núcleo del complejoes siempre un arquetipo, los sueños están en relación con lo InconscienteColectivo aún cuando no sean «sueños arquetípicos» propiamente dichosy las imágenes oníricas revelen sólo contenidos arquetípicos.

Es a partir de la interpretación de los sueños, entonces, que sepuede acceder a un autoconocimiento más profundo. Y al poner a loInconsciente en relación con la Consciencia, es decir, al «integrar» loConsciente y lo Inconsciente, la personalidad puede desarrollarse demanera más completa, ampliando y despertando las cualidades latentesdel sujeto e, incluso, disolviendo síntomas (ya que el contenido oníricoalude a los complejos del soñante).

Reiteramos: la «compensación» otorga lo que se necesita paraequilibrar el psiquismo, contribuye a lograr la totalidad del individuomediante la integración de opuestos para arribar al Sí-Mismo.

Ignorar, pasar por alto o reprimir el material compensatorio de lossueños trae consecuencias tan negativas como el no prestar atención a lossíntomas físicos de una enfermedad: ésta irá avanzando hasta traertrastornos mayores y a veces fatales. Este paralelo con lo biológico esnecesario para comprender que el ignorar las señales de Ips sueños puedeoriginar una «oposición inconsciente... (de) síntomas y situaciones queirremediablemente desbaratan nuestras intenciones candentes»* Yesto es así porque el material onírico forma parte de la realidad del sujeto:su realidad inconsciente, que intenta compensar lo que está errado a nivelde lo Consciente, es decir, cuando a nivel de lo Consciente hay una actitudinadecuada, o cuando la vida consciente que se está llevando a cabo«amenaza las necesidades no percibidas por el durmiente»**

Los sueños compensatorios resultan indispensables en el Procesode Individuación planteado por Jung, en el sentido de que en éste seproduce la «asimilación de contenidos inconscientes que se tornanaccesibles por medio de los sueños ***. Al interpretar correctamentelas imágenes oníricas, o sea, al contenido manifiesto de los sueños, queexpresan los niveles más profundos del psiquismo, el sujeto «puede ser

* Jung, C.G., «Collected Works 7».** Mattoon, op. cit.*** Mattoon, op. cit

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A n t o n i o I .as I l en i s

llevado de vuelta a las leyes naturales de su propio ser»*. Laincorporación de los contenidos inconscientes a lo Consciente se inicia apartir de un conflicto psíquico basado en la resistencia de la menteconsciente ante determinados contenidos inconscientes que irrumpen enforma de sentimientos o pensamientos que le resultan incompatibles. Lossueños aportan los datos que la Consciencia debe asimilar e integrarcreando así una solución satisfactoria traducida en una nueva actitudconsciente. A medida que se avanza en el Proceso de Individuación, sellega a una nueva situación de vida que provoca un nuevo conflicto, yaque la solución anterior resulta inadecuada a esa altura del proceso, porlo que surge una nueva respuesta compensatoria del inconsciente, y, deese modo, se inicia el siguiente paso de la individuación.

«Descubrir la compensación en un sueño no es un mero ejerciciointelectual: estimula la autorreflexión que hace que el sujeto vaya másallá de los intereses de su yo entrando en comunicación con partesescindidas de su psique...» «La asimilación de los hechos psíquicosque revela el sueño suele dar por resultado una cura, o sea que el sujetoexperimenta un cambio de actitud que lo lleva, por ejemplo, aentender la razón de una emoción determinada, o a aceptar laoscuridad que hay en sí mismo.))**

Antes de pasar al análisis e interpretación de los sueños desde laperspectivajunguiana, haremos una síntesis de los procesos que intervienenen la creación de los sueños: su naturaleza, fuentes de las que provienen,sus mecanismos, su estructura general y su lenguaje simbólico.

La naturaleza de los sueños

Jung, al igual que Freud, admitía que los sueños son generados poruna actividad psíquica inconsciente. Pero como difería con él en cuanto ala concepción del inconsciente (como ya hemos visto), su modo deinterpretar las imágenes oníricas fue muy distinto. Como Jung formuló la

* Jung, C.G., «Collected Works 16»,**Mattoon, op, cit.

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hipótesis de que todo contenido psíquico tiene sus raíces en lo InconscienteColectivo, incluidos los sueños, como mencionamos anteriormente,entonces los sueños no pueden ser realizaciones de deseos sexualesreprimidos como afirmaba Freud, porque la hipótesis de Jung está basadaen el supuesto de que toda conducta y modos de percibir la experienciase hallan en estado potencial dentro del individuo antes de que se tornenreales. Al ser (los sueños) un producto de lo Inconsciente Colectivo,poseen una objetividad que otorga lo que se necesita para mantener alpsiquismo en equilibrio, más allá de los deseos conscientes o inconscientes.

Jung no explicó cuál es la manera en que los contenidos inconscientesse traducen en sueños ni mediante qué proceso un sueño ingresa a laConsciencia, pero supuso que una parte de la Consciencia permanecedurante el estado onírico, de manera tal que el sujeto pueda reconocerseen el sueño en forma de contenidos emocionales o como él mismo.

Los sueños tienen la característica de la falta de lógica y lairracionalidad, que los diferencia del contenido consciente. Esto es asídebido a que no están sujetos a limitaciones físicas ni temporales, y poreso es que pasado, presente y futuro, aparecen, a veces, fusionados en elsueño. Si bien la «irracionalidad» de los sueños es similar a la de loscontenidos mentales psicóticos, su naturaleza no es patológica, ya que,por el contrario, aporta los elementos que se necesitan para equilibrar lapsiquis.

Fuentes de las imágenes oníricas

Jung sostuvo que las imágenes oníricas están determinadaspsíquicamente, restándole importancia a los estímulos somáticos comofuente de las mismas. Los factores somáticos y físicos que algunos autoresconsideran importantes en la producción onírica son aquellos que puedeestar actuando durante el proceso del dormir, como frío, calor, ruido, luz,fiebre, dolores, etc.. Jung consideró probable que alguno de ellos fueraincorporado al sueño influyendo sobre alguna imagen, pero que de ningúnmodo ésta proviene de dicho estímulo.

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Estudios psicofisiológicos realizados con posterioridad a laformulación de Jung lograron confirmar su conclusión, en especial losefectuados en 1958 por Dement y Wolpert, quienes estudiaron a variossujetos sometidos a estimulaciones visuales, auditivas y táctiles durante eldormir no-MOR y MOR, comprobando que éstos no producían sueñosni imágenes oníricas, a menos que fueran realmente alarmantes durante elestado MOR, e incluso así, los resultados en términos de porcentaje quese obtuvieron fueron tan bajos que no fueron considerados relevantes.

Jung le dio gran importancia, como estímulo para la producciónonírica, al ambiente cotidiano del sujeto, en especial al referido a suocupación. Así un artista plástico puede soñar que se encuentra en su ateliero que está pintando, un científico que su sueño transcurre en un laboratorio,un abogado que está dentro de un tribunal, etc.

Otra de las fuentes oníricas a la que Jung le dio gran trascendenciafueron las percepciones subliminales, que incluyen ideas, pensamientos,sentimientos y percepciones sensoriales muy débiles como para llegar ala Consciencia y que se hallan en el Inconsciente Personal. Jung ejemplificaeste caso con un sueño en el que un hombre de negocios que había recibidouna propuesta comercial que, en apariencia, era totalmente lícita yhonorable. En el sueño veía sus manos y antebrazos cubiertos de cienonegro. Tiempo después se enteró que la operación había sido fraudulenta.Jung interpretó que, probablemente, este hombre había percibido,subliminalmente, que la persona con quien había hecho el trato eradeshonesta por algún detalle de su comportamiento. Pero fue tan débil supercepción que no logró captarla a nivel consciente, pero sí se reflejó ensu sueño.

Otra fuente la constituyen los recuerdos de experiencias pasadas,que pueden haber sido conscientes y luego reprimidos, como, por ejemplo,recuerdos de la infancia; o que son fácilmente accesibles para laConsciencia pero que refieren a hechos traumáticos, como experienciasen una guerra, un accidente, la muerte de algún familiar, el sufrimiento deun ser querido, etc. Éstos últimos pueden repetirse durante un lapsoprolongado de tiempo en una serie de sueños.

El ambiente y las experiencias personales del sujeto son lasprincipales fuentes de donde, en general, provienen las imágenes oníricas.

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Sin embargo Jung mencionó otra, de una creatividad ilimitada, que es loInconsciente Colectivo.

Ya expresamos que lo Inconsciente Colectivo es, para Jung, la fuentede todo el material psíquico. En lo referente a las imágenes oníricas, reflejala experiencia de toda la Humanidad, más allá de la época histórica enque se esté viviendo, otorgando un valiosísimo material para comprenderla conducta y la experiencia del ser humano, incluyendo «verdadesineludibles, pronunciamientos filosóficos, ilusiones, desenfrenadasfantasías, recuerdos, planes, premoniciones, experiencias irracionales,y aún visiones telepáticas»*.

Mecanismos del sueño

Jung no le dio demasiada trascendencia a los mecanismos deelaboración onírica (a diferencia de Freud, que los consideraba esenciales),pero admitió su existencia para forjar el lenguaje onírico, incluyendo seis:contaminación, condensación, duplicación o multiplicación, concretización,dramatización y mecanismos arcaicos.

Contaminación: consiste en relacionar entre sí objetos e ideas que,en apariencia, no tienen conexión. Esto se produce por el relajamiento delas limitaciones de la Consciencia en el estado del dormir, que permite quese efectúen diversas cadenas de asociaciones.

Condensación: además de la conexión de objetos e ideas sinrelación aparente, también se los combina para otorgarle mayor significadoemocional al sueño.

Duplicación o multiplicación: es lo opuesto a la condensación.Es la repetición de una misma imagen o su aparición en forma doble. Estemecanismo estaría indicando dualidad, aspectos diferentes de un mismoproblema o puede tener como finalidad darle un mayor énfasis al sueño.

Concretización: es el uso del lenguaje figurativo, que incluye larepresentación personificada de los complejos.

* Jung, C.G, «Collected Works 16».

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Dramatización: es la expresión en forma de relato de loscontenidos inconscientes.

Mecanismos arcaicos: son aquellos mediante los cuales surgencontenidos inconscientes de raíces arquetípicas.

El lenguaje simbólico de los sueños

El lenguaje onírico, para Jung. es muy variado. Generalmente es noverbal y puede incluir el lenguaje figurativo (figuras que se utilizan en elhabla), metáforas, juegos de palabras, imágenes fantásticas, exageracionesy figuras pertenecientes al lenguaje mitológico y religioso.

El lenguaje figurativo aparecería representado, por ejemplo, porfiguras de animales que presentan atributos de algunas personas. El leóncomo rey de la selva correspondería al poder, el zorro a la astucia, y asítantos otros.

Los juegos de palabras se manifiestan cuando en el svieño surge unaimagen que puede remitir a un vocablo que tiene similitud lingüística conotro, y que en realidad sugiere la idea del segundo y no del que la originó.Un ejemplo de esto puede darse en un sueño en el que el sujeto dice habersoñado con las «cuentas» de un collar de perlas, cuando en realidad a loque se refieren esas «cuentas» es a las deudas económicas que lo tienenpreocupado en su vida consciente.

El de las metáforas es un nivel más complejo que el anterior, ya queellas pueden indicar mediante imágenes concretas, ideas abstractas. Porejemplo, se puede soñar que se está atado con lazos que no permiten quela persona se mueva, que estaría aludiendo a la fuerte represión a la quese está sujeto en la realidad.

La exageración es otra de las características del lenguaje de lossueños. Las imágenes de objetos comunes pueden aparecer comograndiosas o amenazantes, o bien las situaciones de la vida cotidianaadquirir dimensiones sobrenaturales.

La creación de imágenes fantásticas, que pueden ir desde imágenesdiabólicas hasta seres inexistentes con toda la variedad de atributos

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posibles, se da gracias a que, durante el sueño, no intervienen laslimitaciones de la mente consciente.

Cuando aparecen figuras mitológicas en los sueños, éstascorresponderían a metáforas de seres o hechos que han existido en tiempospretéritos pero cuyo mensaje central sigue siempre en vigencia y tienencomo objetivo conectar pensamientos o ideas actuales con formas oexpresiones primitivas que se han tornado atemporales. De esta forma,una inyección puede estar representada por la mitológica mordedura deuna serpiente, un tren por un dragón, un avión por un águila, etc.

Respecto a la presencia o ausencia de colores en los sueños, Jungexplicó que aquellos que se recuerdan en colores son los que poseen unagran carga emocional. También lo atribuyó a la relación entre lo conscientey lo Inconsciente, cuando se produce un acercamiento entre ellos, quepuede ser de lo Inconsciente a lo Consciente y viceversa. Este acercamientoquedaría expresado mediante el colorido de las imágenes oníricas. Mientrasque cuando no entran en contacto, es decir cuando la Consciencia semuestra neutral respecto a las manifestaciones de lo Inconsciente, lossueños carecen de color y se recuerdan en blanco y negro o, a lo sumo,en un tono sepia.

Es importante resaltar que Jung se refería a las imágenes oníricascomo «símbolos», sin asignarles un significado fijo (como hacía Freudquien, según el propio Jung, utilizaba la palabra «símbolo» para referirse,en realidad, a «signo»). Más bien lo que Jung buscaba era «un significadoque estuviera más allá de la apariencia obvia e inmediata de laimagen, y que concordara con la experiencia del durmiente. Para élun símbolo era 'la mejor formulación posible de hechos (psíquicos)aún desconocidos o inconscientes' (Collected Works 14, par. 772), queno podían 'reducirse a ninguna otra cosa' (Let-1, pág. 143)». «Jungdescubrió que al interpretarse las imágenes oníricas como símbolosse reconoce su complejidad, se profundiza la propia comprensión deellas y se tornan accesibles a la consciencia sus significadosindividuales»*.

* Mattoon, op. cit.

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Si bien Jung admitió la existencia de símbolos «relativamente fijos»,como por ejemplo la imagen de la madre como dadora de vida y alimento,hizo hincapié en que, aún ante la presencia de este tipo de símbolos, hayque tener en cuenta la experiencia personal y la situación consciente delsujeto que sueña, quien siempre le va a otorgar un sentido diferencial o unagregado más al sentido del símbolo.

Estructura general de los sueños

Jung consideró a la estructura de los sueños como «un dramadesarrollado en el propio escenario individual». Si bien en ciertos casoslos sueños se presentan como fragmentos, afirmó que, en general, sonnarraciones similares a un cuento y que poseen una estructura con partesbien definidas.

Estableció que el sueño consta de cuatro etapas:

- La primera fase del relato de un sueño es la «exposición», queincluye la especificación del ambiente o lugar en el que se desarrolla, ladescripción de los protagonistas o dramatíspersonas, y la situación inicialdel sujeto.

- La segunda etapa es la que muestra el desarrollo del argumentodel sueño.

- La tercera parte consiste en la culminación (peripeteiá), en la cualse produce un cambio rotundo o se llega a un momento decisivo.

- La cuarta fase es la de resolución (lysis), con la cual finaliza elrelato.

Sin embargo Jung sostuvo que no basta con conocer el relato de unsueño para poder interpretarlo cabalmente, sino que se debe traducir susimbolismo, para lo cual es preciso «amplifican) cada imagen paraaumentar el caudal de información. Esta «amplificación» se realizamediante las asociaciones personales del soñante, hechos referentes a sumedio y analogías con otros sueños del pasado o sucesivos. En cambio

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Psicología Junguian

en los sueños arquetípicos, las imágenes oníricas ya se muestranamplificadas por los «paralelos arquetípicos». Sobre este tema volveremosmás adelante.

Análisis e interpretación junguiana de los sueños

Como hemos visto, los sueños expresan la realidad interior. Y comotal, esa realidad puede no ser compatible con los deseos que tenemos anivel consciente, es decir, que puede no «gustarnos». En el caso de laspesadillas, por ejemplo, presentan la característica de estar acompañadaspor sentimientos de temor y angustia. En algunos casos pueden serrecurrentes, en otros no, y aunque varíe su contenido, muchas veces éstese refiere a un mismo tema. Las pesadillas nos ofrecen un mensajeimportante porque nos dan la oportunidad de reconocer, identificar y tratarproblemas personales que, de no ser por ellas, permanecerían ocultos parala Consciencia. En general las pesadillas se presentan ante la incapacidaddel sujeto para enfrentar y resolver conflictos en la vida real. En esos casos,su correcta interpretación es de suma importancia. Pero cuando se tratade sueños traumáticos, éstos no son susceptibles de ser tratados por elanálisis porque reviven una situación real del soñante y sólo cesan cuandoel trauma es elaborado y su efecto emocional disminuye lo suficiente. Encambio, si la pesadilla no corresponde a un sueño traumático, su análisise interpretación permite dilucidar e identificar la causa que la produce yesto posibilita que sea asimilada y que se pongan en marcha los mecanismosnecesarios para corregir la actitud incorrecta, los desequilibrios que sedeban tratar y los conflictos que se tengan que resolver, lo que implicaque deje de darse o que se repita con otro final que no conlleve angustiani temor (una vez que la función compensatoria ha sido exitosa,corrigiéndose la actitud unilateral de la Consciencia).

Por todo esto es que, como parte de la realidad psíquica, es defundamental importancia tener en cuenta los mensajes que el inconscientenos envía a través de los sueños, ya que negarlos o reprimirlos sólo traeríaefectos negativos en el presente y el futuro.

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Ya expresamos el efecto terapéutico que posee una buenainterpretación de los sueños basándonos en su función compensatoria, quefacilita la autorregulación de la psique, mediante la comprensión de la basede las emociones, permitiendo cambios fundamentales de actitud, laaceptación de aspectos rechazados de la personalidad, contribuyendo, deese modo, al Proceso de Individuación.

Antes de considerar cuáles son los pasos que se deben seguir parala interpretación de los sueños, es necesario ver en qué consiste el contextoonírico.

Cada imagen onírica debe ser «amplificada», ya que, como dijo Jung,no basta con conocer el texto de un sueño. Por este motivo, se debeenriquecer la imagen mediante asociaciones y analogías hasta amplificarlaslo suficiente como para que adquieran un sentido inteligible.

Algunas de estas imágenes oníricas han sido amplificadas ya, pormedio de paralelos arquetípicos, es decir, que se buscaron amplificacionesen la Mitología, la Arqueología, los tratados de Alquimia, la historia de lasreligiones, los rituales de pueblos prealfabetos y todas las ramas de lasciencias humanísticas. A través del bagaje de conocimientos que posea elinterpretador, éste podrá saber cuál es el paralelo arquetípico que lecorresponde a una imagen onírica determinada, haciendo una profunda ymeticulosa investigación.

Sin embargo, hay sueños que presentan imágenes que deben seramplificadas mediante las propias experiencias personales del soñante,datos sobre su ambiente y otros sueños que haya tenido con anterioridad.El método que utilizó Jung fue el de las «asociaciones personales», quedifiere sustancialmente del método freudiano de «asociación libre» porcuanto ésta última se aparta cada vez más de la imagen onírica a medidaque va avanzando el proceso asociativo. En cambio Jung planteó que lasasociaciones personales describen un círculo metafórico en torno a lamisma imagen, sin alejarse nunca de ella, para contemplarla desde todoslos lados posibles.

Para que el proceso de amplificación se vea completado, es precisoobtener información acerca del ambiente del sujeto, que a veces puedeno ser consciente para el mismo, para lo cual interviene el interpretador.

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La amplificación mediante paralelos arquetípicos debe utilizarseluego de haber indagado todas las posibilidades de asociacionespersonales, para que la interpretación no resulte distorsionada. Por esoes preciso que el interpretador no posea prejuicios (entendidos comojuicios previos o «a priori») ante el relato de un sueño ni anteponga suspropias convicciones frente a lo que el sujeto vaya enunciando.

Es fundamental tener en cuenta, dentro del contexto onírico, lasituación consciente del sujeto. Ésta se refiere específicamente a lossucesos de la vida del soñante ocurridos uno o dos días antes de producirseel sueño (o incluso, a veces, varias semanas o meses), que pueden estarejerciendo un efecto importante en la producción del mismo. Estos sucesosconllevan sus correspondientes emociones, temores, pensamientos,conflictos y esperanzas de la vida del soñante mientras está despierto.

Serie onírica

Se denomina serie onírica a aquella en la que sueños anteriores y/oposteriores al que se está analizando presentan semejanzas en cuanto aimágenes, temas, amplificaciones y situación consciente del sujeto. Estosfactores comunes son los que determinan si un sueño en particularpertenece o no a una determinada serie onírica.

La serie onírica permite y ayuda a identificar temas importantes;demarca unidades oníricas (puntos más relevantes); muestra las variacionesque pueden presentarse respecto a un mismo tema; brinda la posibilidadde que se complete un sueño que se recuerda en forma fragmentada; yrefleja el Proceso de Individuación que se está llevando a cabo en eldesarrollo psicológico del soñante.

En el momento en que se procede a interpretar un sueño, es de sumaimportancia determinar si corresponde a una serie onírica. En ocasionespuede suceder que la serie no esté determinada por una cantidad sucesivade sueños que presentan factores en común, como mencionamos alprincipio, sino por su contenido, es decir, por reiteraciones de un mismosueño. Jung se refirió a éstos últimos otorgándoles tres finalidades posibles:

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- Compensación: no en el sentido de la función compensatoria quese da en un sueño único, sino como la insistencia de la compensaciónmediante la reiteración del mismo sueño porque éste aún no ha sidocomprendido o no ha sido interpretado correctamente. Una vez que selogra su completa comprensión, el sueño deja de repetirse.

- Mostrar una situación traumática para el sujeto que sueña. En estoscasos, una vez que el trauma es asimilado el sueño cesa de producirse.

- Anticipar un suceso de gran importancia para el desarrollo

psíquico del sujeto.Estos sueños son más comunes en la infancia, y es bastante

infrecuente que se den en la edad adulta.Cuando lo que se repite en una serie es el tema, tienen la finalidad

de dar un mayor énfasis a la cuestión como para que el sujeto pueda verlaclaramente y, de esa manera, aceptarla y asimilarla en su consciencia. Otrode los objetivos de la reiteración de un tema en particular es el depronosticar o revelar un cambio de actitud del soñante o de algunacaracterística de su personalidad.

A veces el primer sueño de una serie resulta incomprensible y sólose revela su sentido a través de la interpretación de los sueños posteriores.Esto quiere decir que en la serie onírica los sueños se amplifican unos conotros otorgando significados de la misma forma en que lo hacen los mitoscuando amplifican un sueño en particular.

También puede darse el caso en el que una serie onírica no tengacomo factor común la reiteración de un tema específico o la de un mismosueño, sino que haga referencia a un mismo problema particular en la vidadel sujeto. Esto acontece con la finalidad de mostrar el problema desdedistintos puntos de vista o con la intención de conducir al sujeto endeterminada dirección que requiere su desarrollo psicológico, es decir queel conflicto o problema estaría estimulando ese desarrollo e indicando elcamino a través del cual éste debe realizarse.

Si bien la serie onírica resulta de fundamental importancia a la horade la interpretación de los sueños, también puede presentar ciertascomplicaciones. Un ejemplo de esto puede darse cuando la correctainterpretación de un sueño, modifica el contenido de los sueños posteriores

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al contribuir al desarrollo psicológico. Pero si la interpretación fueraincorrecta, provocaría que los sueños siguientes corrigieran esta erróneainterpretación. Por eso, como veremos más adelante, uno de los modosde verificar la interpretación de un sueño es a través de los sueños quetienen lugar con posterioridad.

Otra complicación, menos frecuente y bastante inhabitual pero quede todos modos puede darse y hay que tenerla en cuenta, se presentacuando alguien sueña el sueño de otra persona. Este raro fenómeno sedescubre cuando en una serie onírica alguno de los sueños resulta extrañoa los ojos del soñante o cuando se interpreta mejor en relación con unatercera persona que con el soñante mismo. Esta tercera persona puedeser alguien con quien el soñante tiene una relación muy intensa o estrechao que está ejerciendo una fuerte influencia psicológica en su vida, o bienpuede tratarse de alguien que se encuentra en una situación particularmentedifícil en ese momento y con quien el soñante tiene gran empatia y porquien gasta mucha energía psíquica.

Este tipo de sueños «de otra persona» suele darse con mayorfrecuencia en los niños. Jung abordó el estudio de este fenómenoanalizando sueños de niños que poseían un tono adulto, llegando a laconclusión de que, si bien ese tono formaba parte del reflejo de su carácterarquetípico, estaban determinados psíquicamente por los problemas desus padres.

Pasos para la interpretación de los sueños

Los pasos necesarios para una correcta interpretación de los sueños,según Jung, son los siguientes:

1) Enunciar el texto del sueño y analizarlo en toda su estructura.Recordemos que el sueño, estructuralmente, presenta una exposición, undesarrollo, una culminación y una resolución. Es posible que suceda que,al narrar un sueño, el sujeto presente ciertas dificultades como, porejemplo, que dude si lo que refiere es el sueño completo o sólo un

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fragmento de éste. Existen dos tipos de fenómenos que pueden alterar omodificar el contenido de un sueño: a) que las primeras imágenes vistas aldespertar o pensamientos o ideas se entremezclen con las imágenes propiasdel sueño, a lo cual Jung consideraba tan importante como el sueño mismoporque provienen también de lo inconsciente; y b) al relatar su sueño elsujeto puede agregar material, por lo que el intérprete a veces puede verseante la dificultad de no saber qué partes provienen de lo inconsciente ycuáles no (este hecho puede evitarse escribiendo el sueño apenas sedespierta). En ocasiones puede suceder que el sujeto no recuerdeexactamente cómo fue su sueño o que se le presente en forma ambigua;en estos casos lo más apropiado es preguntarle cuáles son sus sensaciones

respecto al sueño.2) Ver y analizar el contexto en que tiene lugar el sueño que, como

ya vimos, se compone de: amplificaciones de las imágenes oníricas(asociaciones personales, información sobre el ambiente del soñante oparalelos arquetípicos); temas que interrelacionan las amplificaciones(aquellos que resultan comunes en las amplificaciones de varias imágenesoníricas); la situación consciente del sujeto (inmediata y a largo plazo); yla serie onírica en que se da un sueño específico. Al respecto, cabemencionar lo que Jung expresó en uno de sus trabajos: el sueño «no es unreflejo de contenidos inconscientes en general, sino tan sólo dedeterminados contenidos, conectados mediante la asociación yseleccionados según la situación consciente del momento...el sueñocontiene el complemento inconsciente (de la situación consciente)))*

3) Tener una actitud apropiada al interpretar un sueño, que consisteen: no dar nada por sentado respecto del significado de un sueño; recordarque el sueño no es un disfraz, sino una serie de hechos psíquicos; no esperarque el sueño sea siempre un indicador de lo que el sujeto debe hacer;considerar las características de personalidad tanto del sujeto que sueña

como del interpretador.4) Caracterizar a las imágenes oníricas como objetivas (son aquellas

que se presentan representando a la imagen real tal cual es), o subjetivas(cuando representan una parte de la personalidad del soñante).

* Jung, C.G., «Coliected Works 8».

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(• Psicología .

5) Tener en cuenta la función compensatoria del sueño:a) Identificar a qué problema o complejo se refiere el sueño.b) Evaluar la correspondiente situación consciente del sujeto (si la

actitud consciente es adecuada para enfrentar la realidad).c) Evaluar si se hace necesaria una caracterización reductiva o

constructiva de la compensación a los fines de la interpretación, de acuerdocon las imágenes oníricas y la evolución psíquica del soñante. Algunossueños pueden compensar en forma negativa (reductiva) y otros en formapositiva (constructiva). La interpretación reductiva se hace necesariacuando se debe tomar consciencia de las ilusiones, ficciones y actitudesexageradas del sujeto cuando su evolución interior no siguió el ritmo desus logros exteriores, o cuando se precise un estudio de hechos y fantasíasinfantiles. En cambio la interpretación constructiva es la que agrega a lamente consciente aquel material que ha reprimido u olvidado y que va acontribuir a su desarrollo. La decisión entre utilizar una u otra forma deinterpretación se realiza en base al material con que se cuenta, el nivel dedesarrollo psíquico del soñante y el criterio del interpretador sobre lonecesario para el sujeto en ese momento.

d) Determinar si el sueño es compensatorio al confirmar o modificarla situación consciente del soñante, o si, por el contrario, se trata de unsueño no compensatorio (anticipatorio, traumático, extrasensorial, paralelo,profético).

6) Efectuar la interpretación propiamente dicha realizando latraducción del lenguaje del sueño en relación con la situación conscientedel sujeto; verificarla en base a la comparación con otros sueños de unaserie onírica, si así se hiciera necesario; y, finalmente, enunciar lainterpretación.

7) Este último paso consiste en la verificación de la interpretacióndesde diferentes ángulos: a) ver si resulta aceptable para el soñante; b) siobra en su beneficio; c) si no resulta desmentida por sueños posteriores;y d) si los hechos que predice la interpretación ocurren en la vida real delsujeto.

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Para completar este esquema, debemos agregar que, para Jung,cuantos más datos se obtengan de parte del soñante, más probabilidadeshabrá de realizar una correcta interpretación. También advirtió acerca dela tentación por parte del interpretador de enunciar el significado de unsueño que parece ser muy claro, sin antes recoger todo el material posiblemediante las amplificaciones, por ejemplo, porque se correría el riesgode imponer ideas preconcebidas y de efectuar una interpretaciónincompleta o parcial. Con esto Jung quiso decir que se deben evitar lossupuestos teóricos a la hora de hacer una interpretación.

Recordemos que Jung, al igual que Freud, sostuvo que las imágenesoníricas constituyen símbolos, pero concebía este término de manera muydiferente a la freudiana. Freud postuló que a cada imagen le correspondíaun símbolo fijo y específico. Jung argumentó que esa manera de consideraral símbolo era confusa, y que en realidad Freud tomaba el término«símbolo» como sinónimo de «signo». Jung buscaba en la imagen oníricacomo símbolo, un significado que concordara con la experiencia delsoñante y que estuviera más allá de su inmediata apariencia. M. A. Mattoonen la obra ya citada expresa: «La distinción entre signo y símbolo esimportante para el proceso terapéutico. La interpretación de unaimagen onírica como signo le confiere un significado preestablecido(de ahí, ya consciente). Por lo tanto, los contenidos inconscientes sereprimen aún más y se perpetúa la disociación entre consciente einconsciente. Jung descubrió que al interpretarse las imágenes oníricascomo símbolos se reconoce su complejidad, se profundiza la propiacomprensión de ellas y se tornan accesibles a la consciencia sussignificados individuales)). Y luego agrega que: «Elproceso terapéuticotambién se ve afectado por el hecho de que, como signo, la imagenonírica se considera como síntoma neurótico, es decir, indeseable.Como símbolo, la imagen onírica ofrece posibilidades de desarrollopsicológico y 'facilita la transición de una actitud a otra' (CW6, par.828). Puesto que el símbolo puede facilitar tal transición, Jung lodenominó la 'función trascendente')).

Sin embargo, como mencionamos en otro apartado, Jung admitióque existen símbolos que pueden transmitir un significado relativamente

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lijo y cuya esencia no se modifica al intentar cambiar su sentido mediantelas amplificaciones personales o la situación consciente del soñante. A estossímbolos los distinguió como símbolos «culturales» y símbolos «naturales».A los culturales, Jung los definió como «...los que han expresado«verdades eternas» o siguen empleándose aún en muchas religiones.Han sufrido muchas transformaciones e incluso un proceso deelaboración más o menos consciente, y de ese modo se han convertidoen las representations collectives de las sociedades civilizadas)).* Yen cuanto a los símbolos «naturales» Jung expresó que «derivan de loscontenidos inconscientes de la psique y por lo tanto representan unaenorme cantidad de variaciones en torno de los temas arquetípicosbásicos))** Los mándalas como símbolos del «sí-mismo» son un ejemplode símbolos naturales y la cruz de la cristiandad sería un ejemplo de símbolocultural.

Recordemos que para Jung el sueño no es un disfraz, por lo tanto,al abordar la interpretación hay que considerar que las imágenes oníricasexpresan por sí mismas lo que el sueño quiere significar, porque son hechospsíquicos, la realidad psíquica del sujeto, que no reflejan ningún contenidolatente.

Otro punto importante de la teoría de Jung en cuanto al universoonírico es que el sueño puede transmitir un consejo implícito de lo que leconviene hacer o presentarle diversas opciones para resolver determinadosconflictos o problemas, pero es la esfera de lo Consciente donde está elúnico «sitio» encargado de tomar decisiones y de elegir el camino apropiadopara seguir adelante. Sólo muy rara vez el sueño puede llegar a impartirdirectivas explícitas indicando un determinado curso de acción.

Hemos expresado con anterioridad que el intérprete no debe dejarsellevar por sus propios prejuicios y que debe tener especial cuidado paraque no surjan sus propias tendencias psicológicas e ideas preconcebidas.Al respecto Jung declaró que quien interprete un sueño debe hacerlo bajola premisa de que el material onírico es «una fuente de información sobrecondiciones cuya índole desconoce, respecto de las cuales tiene tanto

* Jung, C.G.,«Collected Works 18».** Jung, C.G.,«Collected Works 18».

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que aprender como el sujeto del sueño»* Esta aclaración es necesariaporque el proceso de interpretación de los sueños se ve influido tanto porla personalidad del sujeto que sueña como por la del intérprete.

El interpretador debe asignarle significados a los sueños por mediode las cuatro funciones psicológicas que delimitó Jung: la intuición, elpensamiento, la sensación y el sentimiento. Esto quiere decir que debeparticipar del proceso de interpretación como persona total y no sólodesde los conocimientos que posee. Todas estas funciones brindan aportessignificativos a la interpretación: la intuición brinda posibilidades que ningunaotra podría, necesitando de las restantes para su verificación posterior; lasensación proporciona amplificaciones, verificándolas luego con lasimágenes oníricas originarias; el pensamiento permite analizar cada partedel sueño y verificar si la interpretación puede deducirse, razonablemente,a partir de su contexto; el sentimiento interviene en la elección de losenfoques reductivo o constructivo para evaluar las amplificaciones respectode las imágenes oníricas y a la interpretación respecto a la situación

consciente del sujeto.Para que todo esto sea posible, es indispensable que se genere una

buena empatia con el soñante, es decir, que se sea capaz de percibir lasemociones que el sueño despierta en el sujeto, manteniendo siempre unapostura objetiva en el sentido de que el interpretador no debe dejarsellevar por sus propias emociones aplicando sus propias amplificacionespersonales, o de ir más allá de lo que resulte útil para el soñante.

La conclusión es que en la teoría junguiana la interpretación de lossueños se realiza sobre la base de un proceso dialéctico entre laspersonalidades del interpretador y del soñante, y se desarrolla a partir deuna reflexión conjunta. Es por eso que Jung se refería a sus «pacientes»

como «la gente que trabaja conmigo».

* Jung, C.G.,«Collected Works 16».

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Manual <lf Psicología .

Dos ejemplos clínicos de sueños y su interpretación

En una oportunidad, uría consultante de la Lie. Silvina Laura Mazal,a la que nos referiremos como E, de cuarenta años de edad, madre solterade un niño de tres años, lleva a su sesión psicoterapéutica un sueño de suhijo, relatándolo de la siguiente manera: «se despertó en medio de lanoche llamándome 'Mami! Mami!, veni". Acudí inmediatamente y loveo parado en su cuna mirándome con los ojos muy abiertos yasustado y me dice: 'pasó algo tedible!' (imitando el vocablo de su hijoque aún no puede pronunciar la «r»). Cuando le pregunto qué pasó, mecuenta: 'esa cosa gdande estaba moldiendo a toda la gente!'. Cuandole pregunté cómo era esa cosa grande, me contestó: 'no sé, era gdandey muy peligdosa'. Lo calmé diciéndole que había sido un sueño, queno era de verdad, me contestó 'ah! Eda un sueñito', y se durmióenseguida otra vez. F. estaba en pleno proceso psicoterapéutico y seencontraba en medio de un conflicto con respecto a su maternidad. Estabacomenzando a tomar consciencia de que se abocaba demasiado a su hijoy que a veces se sentía asfixiada por él. Al mismo tiempo planteaba suimposibilidad de encontrar una pareja «por falta destiempo», ya que«trabajo muchas horas y el resto del tiempo debo dedicárselo a mihijo, que me necesita mucho» (según sus propias palabras). El sueñodel pequeño (un claro ejemplo de sueño arquetípico en la infancia), la dejómuy preocupada y por ese motivo lo llevó a la sesión. Trabajaron muchoen la interpretación del sueño del niño, hasta que la mujer logró reconocerque el impacto que le había producido tenía que ver con que, en realidad,ese sueño era un mensaje para ella misma, además de expresar algo quele estaba sucediendo a él (como vimos anteriormente, los niños puedentener sueños relacionados con la problemática de sus padres). Mediantela amplificación con paralelos arquetípicos llegaron a la conclusión de queesa «cosa grande y peligrosa» que el niño no podía describir, porque,obviamente, era la imagen de algo desconocido para él, podía reconocersecomo una serpiente de grandes proporciones (ya que «mordía»). Teniendoen cuenta el contexto del soñante (que no sólo era el del niño sino tambiénel de su madre, que lo afectaba en forma directa), o sea, su situación

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consciente; el problema que estaba planteando la mujer en ese momentode la psicoterapia; y su propia disposición a encontrar una respuestaurgente al problema frente al que se encontraba; la terapeuta llegó a laconclusión de que el mensaje del sueño era claramente un llamado deatención: la enorme serpiente que mordía a la gente era la madreourobórica, la misma madre del niño que, mediante la sobreprotección desu hijo, estaba encarnando el Arquetipo de «la Gran Madre» en su aspectode «madre devoradora». Antes de comunicarle el resultado de lainterpretación (aunque ella misma ya estaba expresando parte de su propiacomprensión del sueño), en una sesión posterior logró reconocer, es decir,que se le hizo consciente, el hecho de que en su propio hijo encontrabaaquello que «debería» buscar en una pareja, por un sueño que ella mismatuvo y que relató de la siguiente manera: «yo estaba con un grupo degente y había un muchacho joven que me llamaba la atención, derepente el resto de la gente desaparecía y quedaba sola con él. Medecía que me amaba y me abrazaba. Yo sentía un profundo amor yuna felicidad enorme. Me sentía amada y en plenitud. Repentinamenteregresaba la gente y él dejaba de prestarme atención, cuando yo lereclamaba esa indiferencia, una mujer que estaba a mi lado (quereconoció como una sobrina suya de 17 años a la que considera muymadura para su edad), me decía enojada: 'él es tu hijo! No podespedirle lo que no le corresponde! Si no podes ver la realidad, siemprete va a ir mal con los hombres'. Y en ese momento despertésumamente angustiada».

El mensaje del sueño del niño tuvo efectos en F. de tal magnitud,que pudo ver en su propio sueño lo que estaba sucediendo a nivel de loConsciente: esperaba en su propio hijo hallar el amor que «no podía»encontrar en un hombre bajo la excusa de «falta de tiempo». La sobrinale expresaba a gritos cuál era el punto central del conflicto y le explicabaclaramente que debía «ver» la realidad. Más allá de la claridad del sueño,la terapeuta se abstuvo de realizar la interpretación hasta no efectuar lasamplificaciones correspondientes mediante las asociaciones personales dela mujer. Ella misma, casi sin la intervención de la licenciada, reconoció elmensaje del sueño y se mostró aterrada ante lo que se le estaba revelando,

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mostrando ciertas resistencias, al principio, pero aceptando, finalmente,que debía cambiar de actitud. El muchacho del sueño estaba representandoa su propio Ánimus (ya que no le veía el rostro, característica del Ánimuscuando se presenta en un sueño) y éste estaba siendo (en la vida real)proyectado en su propio hijo (como lo confirmaba la sobrina). Lamuchacha, más adulta emocionalmente que ella y con mayor criterio derealidad, le indicaba su error. Es notable como hay que remitirsedirectamente a la imagen onírica para determinar cuál es su sentido,porque, alguien poco experimentado en la clínica de la interpretación,podría haber supuesto que la sobrina estaba representando a la «Sombra»de F., porque, según hemos mencionado antes, la persona del mismo sexogeneralmente representa a la «Sombra» del soñante. Pero en este caso enparticular, por las amplificaciones efectuadas, se llegó a la conclusión deque la sobrina estaba encarnando a su terapeuta. La manera patológicade relacionarse con su hijo había llevado a F. a no encontrar una relaciónexogámica, y le otorgaba la «comodidad» de no establecer ningún vínculoafectivo que implicara un compromiso. Su «complejo» se reflejaba en estadificultad de cortar el lazo endogámico por el temor que le generaba iniciaruna relación fuera del contexto familiar, con el compromiso y laresponsabilidad que ello implicaba. Cuando la mujer estuvo en condicionespsicológicas de aceptar la interpretación del sueño de su hijo, así se hizo.Lo que sucedió después, mediante el trabajo psicoterapéutico, fue que F.logró, paulatinamente, integrar su Ánimus de una manera saludable, aceptaresas «zonas oscuras» de su personalidad (la Sombra), integrándolas taneficazmente que, poco tiempo después, encontró el tiempo que «le faltaba»para conocer gente, contratar una persona que cuidara a su hijo cuandoella tenía algún compromiso social y finalmente, formar pareja con unhombre que, no sólo le brindó amor a ella, sino también al niño, que apartir del cambio de su madre y la aparición de un referente masculinofuera de su propia madre, se desarrolló en forma normal. Estos sueños(comenzando por el del niño), posibilitaron la integración de las partesescindidas de la personalidad de F., corrigiendo, medíante la funcióncompensatoria, la posición unilateral de su Consciencia, permitiendo, a

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partir de allí, que se transformara en un ser íntegro y capaz de creceremocionalmente, evitando, además, futuras psicopatologías en su hijo.

Este caso muestra la fundamental importancia del análisis einterpretación de los sueños en el Proceso de Individuación, cuyoscontenidos inconscientes tal vez no hubiesen aparecido tan claramente sino se tenía en cuenta los sueños que tuvieron lugar.

En otro caso, también de la Lie. Mazal, una mujer de 66 años a laque denominaré N.. presenta el siguiente sueño: «.Estaba en un lugarcomo una habitación. Frente a mí había dos serpientes. Una era negray la otra verde, más joven. A mi lado estaba mi hija pero era pequeña,y mi hermano, también como niño. Yo advertía el peligro al queestábamos expuestos. De repente la serpiente negra se apoya sobremi documento de identidad, manchándolo de negro y arruinándolo.En eso aparece mi papá, que era el único que podía sacar a lasserpientes porque era inmune a ellas, y yo le pedía que sacara a laserpiente negra. Él me decía que no con una actitud de totaldespreocupación. Yo le insistía cada vez más angustiada, pero él seseguía negando. Desperté desesperada».

Para conocer el contexto de N., debemos referirnos a su motivo deconsulta. Había recurrido a la licenciada por un mail que había recibidode su única hija de 39 años que vivía en el exterior con su marido y unahija, en el que le reclamaba atención y la culpaba de haberla abandonadopor no enviarle dinero para poder terminar su doctorado. La hija de N.tenía un trabajo y el marido también, pero no les alcanzaba el dinero paracubrir los gastos de los estudios de ella. Eso sí, la nieta de N. iba a uncolegio privado muy caro, practicaba patín, tornaba clases de baile, asistíaa un club social para niñas ricas y se le compraba ropa permanentementepara que no se sintiera en inferioridad de condiciones con respecto a susdemás compañeras. El marido de N. había muerto un año atrás y su madrehacía tres meses, ésta última luego de una larga enfermedad que habíadurado siete años y a la que N. había cuidado personalmente todo esetiempo. La sucesión de los bienes del marido acababa de resolverse y teníaen venta su casa. Mientras tanto, N. vivía en la casa que su hija había

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dejado aquí, con todas sus cosas y las que aquélla no había llevado alextranjero, por lo cual N. no tenía espacio prácticamente para moverseen el lugar. Había decidido vender su casa para enviarle el dinero a su hija,cosa que había hecho permanentemente desde que ésta se había ido delpaís, ya hacía varios años.

N. se sentía perturbada por el mail que había recibido y se dabacuenta que lo que la hija le imputaba era injusto, pero argumentaba queeso la hacía sentir aún más culpable. Su mayor temor era que, al vendersu casa y si su hija regresaba del exterior, ésta decidiera internarla en ungeriátrico. Esta posibilidad la llenaba de pánico. Agrego que N. sededicaba a la asistencia de niños carenciados a través de una instituciónsin fines de lucro compuesta por varios profesionales que trabajaban adhonorem, al igual que ella. Este organismo era solventado por sus propiosmiembros, mediante una cuota establecida, pero no percibían ningunaremuneración por su trabajo.

Volviendo al sueño de N., éste se produjo luego de varias sesionesen las que se trabajó el tema de la relación con su hija. N. reconocía quela estaba sobreprotegiendo y que no podía evitarlo, y que este mismohecho le estaba generando mucha frustración y angustia. Se sentíadeprimida y sin ganas de trabajar, si bien entendía que esto se debíatambién al proceso de duelo que estaba atravesando por la muerte de sumarido y de su madre.

Al preguntarle sobre el sueño, al principio dijo no entender a quése refería. Como en una parte aparecía su padre, la Lie. Mazal le preguntópor él, cómo era. Comenzó describiéndolo físicamente y luego comprendióque la pregunta apuntaba más a saber acerca de su personalidad. Loprimero que dijo fue: «Era alcohólico. Nunca estaba en casa. Aparecíay desaparecía permanentemente. Cuando estaba bien, se podía hablarcon él, pero era la menor de las veces; cuando estaba borracho esoera imposible. Fue un padre ausente, nunca pude pedirle nada porqueera totalmente impotente para hacer cualquier cosa». Luego de deciresto agregó: «en un momento del sueño me pareció que también erami marido, pero después volvía a ser mi padre». Sin la intervención dela analista continuó diciendo: «Mi madre era sumisa, le tenía miedo».

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Entonces calló. Con el fin de que siguiera amplificando, le preguntó sobresu relación con la madre y le dijo: «Conmigo era terrible. Yo no me dabacuenta, pero hizo conmigo lo que quiso. Extraño más a mi marido quea ella. Y eso que con mi marido me llevaba muy mal, pero era mejorque ella. Cuando era chica me amenazaba con que, si no me portababien y le hacía caso, iba a matarse, y tomaba un cuchillo de la cocinapara asustarme, al final consiguió lo que quería: no me dejó estudiar,no me permitió dedicarme a mi vocación que era el baile y me anulócompletamente».

Aclaraemos que N. conocía bastante de la obra de Jung, ya quehabía tomado cursos conmigo anteriormente y había leído muchas de susobras. Esto resulta importante a tener en cuenta por las asociaciones querealizó a continuación.

Como la analista no deseaba alejarse de las imágenes oníricas, lepidió que relatara qué había sentido durante el sueño, y si al despertar sele había cruzado algún pensamiento que tuviera que ver con el mismo.Respondió: «Lo que sentí durante el sueño fue mucho miedo. Y aldespertar me pregunté por qué le había pedido a mi papá que alejarade allí a la serpiente negra y no a la verde que, por ser más joven,tenía más fuerza y podía ser más peligrosa. Supuse que era porque lanegra había destruido mi documento de identidad)). Y agregó: «Lo quepuedo ver ahora es que las serpientes son imágenes arquetípicas,claro, cómo no me había dado cuenta antes?. Y que me anuncian unpeligro. Yo deseo proteger a mi hija y a mi hermano que son niños (enel sueño) y a mí misma. Claro, pero mi hija no es la de ahora, es unaniña indefensa que necesita mi protección. Yo también estoy indefensafrente a las serpientes porque tienen un poder que no puedo controlar.Sólo mi papá puede, o mi marido en un determinado momento». Semantuvo pensativa un largo rato. Luego la Lie, Mazal preguntó: «Me dijoque su madre era sumisa...pero por lo que me contó no lo era conusted. Con quién era sumisa?». Y contestó: «Sólo con mi padre, él erael único que podía dominarla. Mi madre tenía un carácter muy fuerte,pero con él era totalmente distinta. Hacía lo que él quería». A partirde esa respuesta pudo seguir asociando las imágenes oníricas con su

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situación consciente. Lo más interesante para destacar es que, lo que enun principio aparecía como absolutamente irracional paraN. comenzó acobrar sentido.

Mediante sucesivas amplificaciones se llegó a la conclusión de que,aunque para la analista resultaba evidente que la serpiente negra representabaa su madre, quien en vida se había encargado de borrar la identidad deN. mediante la prohibición de todo aquello que ella anhelaba, sometiéndolaa toda clase de amenazas (por eso «destruía» su documento de identidady en el sueño era tan peligrosa), corroborado por la expresión de N. «meanuló completamente»; no quiso comunicar esta conclusión (parcial,porque aún faltaba interpretar el resto del sueño), hasta que N. misma nolo viera con mayor claridad. También resultaba obvio que su pedido alpadre de que sacara de allí a la serpiente, era por ser él el único capaz dehacerlo, ya que ella había sido sumisa con él y le tenía miedo. Por eso elpadre se presentaba como «inmune» al peligro. Finalmente N. logró asociarla imagen de la serpiente negra con su madre agregando que: «sigo sincomprender qué significa que hubiera otra serpiente, más joven y másfuerte que la negra y, por lo tanto, más peligrosa, pero que, a pesardel peligro que representaba, yo no pedía que la saque». Continuarontrabajando hasta que N. se encontró frente el dilema de admitir o no algoque se le había ocurrido. No quería comunicárselo a su analista, por loque ésta no insistió en que lo hiciera. Finalmente expresó que tenía la sospechade que la serpiente joven era su propia hija, a la que le tenía miedo y frentea quien se sentía amenazada como lo sintió con la madre. «Por eso en unmomento mi padre se transformaba en mi marido...tal vez esperabade él lo mismo que de mi padre...pero la realidad es que ninguno delos dos me ayudó jamás ni alejó de mí ningún peligro, los dos, en esesentido, fueron impotentes». A esa conclusión llegó ella misma. Pero setuvo en cuenta que aún faltaban algunos elementos más que analizar, porejemplo, la imagen de los niños. Mediante nuevas amplificaciones, llegarona la conclusión de que esos niños eran aspectos infantiles de supersonalidad y que representaban, a su vez, sus sentimientos de indefensión.A medida que fue avanzando el proceso psicoterapéutico, también asociósu actividad dentro de la institución en la que trabajaba con esos aspectos

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suyos proyectados en los niños de la vida real: «debía cuidar a los niños

desprotegidos».Con respecto al sueño en sí, y luego de un profundo análisis de cada

imagen en particular y del sueño en general, su significado quedó claro yse lo enunció, siendo que ya, prácticamente, había sido comprendido porN. misma casi en su totalidad. El sueño manifestaba el miedo a su madre(claramente «ourobórica»), quien había dañado su identidad y laincapacidad que había tenido su padre para hacer «algo» que evitara esasituación, siendo, para N., el único que podría haberlo hecho. La apariciónesporádica de su marido, indicaba prácticamente lo mismo con respectoa su hija, quien, en la actualidad, efectuaba las mismas amenazas que sumadre y frente a quien sentía el temor de ser «atacada» si decidía internarlaen un geriátrico. A eso se sumaba el miedo a dejar de ser amada por suhija, para lo cual estaba dispuesta a seguir en peligro con tal de que estono sucediera. Su indefensión también se interpretó como su propiaimposibilidad de poner límites, tanto a la madre en su momento, como ala hija, en la actualidad. El color negro de la serpiente se relacionó, encontraposición con el verde de la otra, por la oposición vida-muerte.Mientras que la madre estaba «muerta» en la vida real y, además, había«destruido» simbólicamente su identidad al no permitirle realizarse comopersona; su hija estaba «viva» (color verde) representando un peligro actual(pérdida de su amor) y a futuro (probable internación en un geriátrico,

según la fantasía de N.).A medida que fue avanzando el proceso psicoterapéutico, N. fue

capaz de empezar a tomar decisiones sin sentirse influida por los reclamosde su hija. A su vez, logró, con algunas dificultades al principio pero luegocon mayor fluidez y espontaneidad, ponerle límites, comprendiendo yhaciendo consciente el hecho del desgaste emocional y psíquico que lehabía generado su actitud anterior. Con el tiempo empezó a abocarse anuevas actividades, y se anotó en un taller de pintura. El arte le permitióplasmar sus emociones y sentimientos y le dio la oportunidad de sentirse,por primera vez, como una persona creativa, dándole un cauce «sano» asu propia Sombra, que antes la obligaba a castigarse mediante la culpa

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frente a las demandas de su hija y de su madre. En una sesión expresóque estaba empezando a «encontrarse a sí misma».

Luego de un tiempo de análisis, se presentó con un nuevo sueño drcaracterísticas arquetípicas. Lo relató de la siguiente manera: « Yo estabafrente a usted y me daba una roca de color rosa que estaba com/>nestapor muchas otras de forma redonda, como cristales unidos <¡ucconformaban uno solo en torno a un centro. La roca o cristal erahermoso y cuando me lo daba, yo me sentía muy feliz, ¡tero a MI vez,con una gran responsabilidad. Debía cuidarlo y traérselo de nuevopara mostrarle cómo estaba. Supongo que habrá pasado ciertotiempo, pero lo que recuerdo es que llegaba el momento de volver tiverla y debía llevarle el cristal, y yo no lo encontraba. Sentí grandesesperación, hasta que finalmente recordaba que lo había puestoen el bolsillo de un saco negro. Lo iba a buscar y allí estaba ('uaiulose lo entregaba a usted para que lo viera, del cristal habían surgidohojitas verdes, como si se hubiera generado una nueva vida...».

Habiendo llegado al punto en el que se estaba avanzando en elProceso de Individuación, el sueño le estaba mostrando a N. que estabaante su «sí-mismo», su selbst, que en la imagen onírica aparecía como unaroca formada por diferentes partes unidas entre sí «en torno a un centro»(los aspectos arquetípicos «escindidos» que había logrado integrar en supersonalidad, en especial la Sombra y el Ánimus), y como centro desdeel cual era posible que surgiera vida (aludiendo a lo que Jung llamó «runciúi itrascendente»). La imagen era mandálica por su forma, siendo un símboloinequívoco del «sí-mismo» como Arquetipo de Conjunción, Recordemosque el arquetipo del Sí-Mismo o arquetipo de Conjunción suele presentarseen los sueños a través de imágenes de mándalas. Jung le otorgó una granimportancia a este tipo de figuras, ya que, por su forma, representan latotalidad, son símbolos de unidad, en los que aparecen círculos en tornoa un centro. Estos son símbolos ancestrales, y los encontramos expresadosen todas las culturas de todos los tiempos de distintas maneras: por mediode rituales en los que se baila girando alrededor de un centro (tótem, pira,altar, etc.), las danzas del médico brujo en torno al enfermo para alejar alos «malos espíritus», y en muchas otras figuras rituales, como mostramos

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en otra parte de esta obra. Todos estos ejemplos son manifestacionesarquetípicas cuyo origen, como ya sabemos, se encuentra en loInconsciente Colectivo y que se expresan en cada cultura de acuerdo asu propia idiosincrasia. En los sueños, adquiere las características propiasde la experiencia del soñante a través de los contenidos propios de suInconsciente Personal, sin perder su origen y su sentido universal yarquetípico.

En el caso del sueño de N., este símbolo aparece en un momentode su historia personal y de su proceso psicoterapéutico en los cuales ellahabía logrado comenzar a integrar sus opuestos y a conformarse como unser más íntegro. En N. se notaba ya un cambio de actitud consciente muygrande, sintiendo, a su vez que comenzaba a «encontrarse a sí misma».Su comprensión de aquél sueño anterior de las serpientes había actuadoen su beneficio otorgándole una claridad que nunca antes había tenidorespecto a su propia historia y su situación consciente, actuando comopunto inicial a partir del cual se pudo trabajar eficazmente en la integraciónde su Sombra y su Animus. Este sueño posterior, le mostraba su cambioy, a su vez, la gran responsabilidad que tenía en sus manos: cuidar de símisma para no perder lo que tanto esfuerzo psíquico le había costado.

El sueño mostraba también la función que había tenido la Lie. Mazal,como su terapeuta, dentro de su Proceso de Individuación. Le habíabrindado la «guía» que necesitaba para buscar su propio «centro»,alrededor del cual su personalidad se había ido integrando. Además, elladebía «mostrarle» la roca, lo que simboliza que sentía el compromiso éticode darle a conocer cómo cuidaba de sí misma y cómo respondía altratamiento, como una responsabilidad de no «fallarse» y no «fallarle»,en parte por el esfuerzo que esto le había insumido, y también comocompensación al trabajo que había realizado su analista. Pero, mediantelas amplificaciones efectuadas, N. reconoció que ese compromiso teníamás que ver con la comprensión de que, en el proceso psicoterapéutico,el trabajo se había hecho en forma conjunta, entre ambas, pero que ellamisma era quien, en realidad, debía cuidar de no abandonar el rumbo quehabía emprendido.

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En el desarrollo del sueño, el hecho de pensar que había extraviadola «roca» y el recordar, luego, dónde debía buscarla («en el bolsillo deun saco negro»), muestra un doble mensaje: en primer lugar, su temor aperder el rumbo nuevamente (anuncio de que la individuación aún estabaen proceso y señal de que el «complejo» subyacente podía volver adominarla si no estaba lo suficientemente atenta), y por otro lado, laseguridad de «saber dónde buscar» para recuperar lo que había logradohasta ese momento (el bolsillo del saco negro representando a lasprofundidades «oscuras» de lo Inconsciente), siendo esto último, algosumamente positivo para N., quien sintió un gran alivio al tomar conscienciade que no podía «perderse» lo que ya se había obtenido. También se tuvoen cuenta que algunos temores aún pesaban en ella (relativos al complejosubyacente) y que se relacionaban con la idea de pérdida y abandono,que debían ser trabajados en psicoterapia, quedando a la expectativa desi ese tema en particular se reiteraba en sueños posteriores.

La resolución del sueño (lysis), tuvo efectos muy positivos en N.,ya que logró reconocer los cambios positivos que habían tenido lugar ensu vida: «del cristal habían surgido hojitas verdes, como si se hubieragenerado una nueva vida...», símbolo claro de la transformación quehabía tenido lugar en su psiquismo a partir del desarrollo armónico de supersonalidad, de la toma de consciencia de sus aspectos escindidos, desu integración y de la amplitud de consciencia que esto había producido.Era verdad lo que mostraba el sueño: se había generado en N. una nuevavida en la cual comenzaba a encontrarse a sí misma y esto se reflejabaclaramente en la realidad. ParaN. (como vimos también en el primer sueñoanalizado), el color verde era símbolo de fuerza y juventud (como lo enuncióoportunamente respecto a una de las serpientes), y, amplificando, ellamisma reconoció su presencia en este sueño como un símbolo de su propio«rejuvenecimiento» personal.

Esta interpretación, obviamente, se realizó en conjunto con N.,siguiendo los pasos requeridos, aunque su significado fue fácilmenteaccesible para ambas, dada la claridad del mismo y la experiencia quehabía adquirido N. en el análisis y la interpretación de sus sueños.

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Capítulo VI

Los sueños no compensatorios en la Psicología Junguiana1 La clasificación de los sueños.

* Sueños anticipatorios.» Sueños traumáticos.* Sueños extrasensoriales.» Sueños paralelos.* Sueños profetices.

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Los sueños no compensatorios en la Psicología Junguiana

Antes de comenzar a tratar específicamente el tema de los sueñosno compensatorios, haremos una sucinta revisión de los conceptospresentados en el capítulo de sueños compensatorios para que quede biendelimitada la diferenciación entre unos y otros y para «amplificar» loexpresado anteriormente con el objeto de reforzarlo y que no quedendudas acerca de lo que Jung ha querido transmitir.

En 1920 Cari Gustav Jung explicaba que «todos los sueños tienenuna relación compensatoria con los datos conscientes, pero tal funcióncompensatoria no aparece en todos los sueños tan ciar amenté... Si bienel sueño contribuye a la regulación psíquica espontánea del individuoreuniendo automáticamente todo lo que ha sido reprimido,descuidado, ignorado, su capacidad compensadora a menudo noresulta tan clara...»*. Posteriormente introdujo modificaciones en ladescripción.

Ya hemos citado a Mary Ann Mattoon cuando expresa que esafunción compensatoria de los sueños: «pone al inconsciente en relacióncon la conscienciay brinda lo necesario para alcanzar el equilibriopsíquico y, finalmente, la integridad))** La función compensatoria delos sueños, como elemento de autorregulación de la psique, tiene comoobjetivo eliminar las tensiones cotidianas que hacen a la vida humana. Lafuente general que lleva a éste y otros tipos de compensación psíquica-de acuerdo a la escuela de la Psicología de los Arquetipos- debe buscarseen lo inconsciente Colectivo.

* Jung, C.G.,«Energética psíquica y esencia del sueño».** Mattoon, Mary Ann, «El análisis junguiano de los sueños».

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El criterio junguiano para determinar que el sueño tiene este efectode compensación en relación a lo no realizado durante la vigilia, difiere dela «teoría de Freud... cuando atribuye al sueño un papel compensador,es decir, la función de conservar el dormir sin interrupción». ConsideraJung que «es demasiado estrecha la concepción freudiana queconsidera los sueños como una función esencialmente encaminada arealizar los deseos y proteger el dormir...»*. Es necesario comprenderque Jung escribía esto a fines de la segunda década del siglo XX, buscandoexplicara sus colegas en particular y a la comunidad médica y psicológicaen general, cuáles eran las diferencias entre la Psicología Analítica, de sucreación, y el Psicoanálisis freudiano del que estaba distanciado desde unpar de años antes.

Como hemos mencionado en el capítulo de sueños compensatorios,el término «compensara, es aquí sinónimo de «igualar», siendo en estesentido, necesario el material que ofrece el sueño para corregir una actitudunilateral anivel de lo Consciente. En base aesto dice Jung que: «...unoestaría inclinado a suponer que un sujeto cuya actitud frente a la vidaes demasiado pesimista, debería tener sueños alegres y optimistas.Pero esta suposición sólo se realizará en una persona sensible a estaclase de estímulos. En cambio, si su temperamento es otro, sus sueños,como corresponde, se teñirán de negro más aún que su actitudconsciente. ...La compensación, en su esencia, hállase íntimamenteligada a la naturaleza total del individuo. Las posibilidades de lacompensación son innumerables e inagotables...» ...»La compen-sación representa una adecuada autorregulación del organismopsíquico»**,

La experiencia convenció, luego, a Jung, de que frente al materialonírico lo mejor es no partir de ningún concepto previo, «... ni siquieraque los sueños necesariamente deben ser compensatorios»***.

* Jung, C.G., op. cit.** Jung, C.G., «Energética psíquica y esencia del sueño»,***Jung,C.G.,«Collected Works Vol. VIII».

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Queda, de este modo, abierta la puerta para la aceptación de losdenominados «sueños no compensatorios» sobre los que, con anterioridada Jung, ningún autor trabajó detalladamente y que están señalados en sus«Consideraciones generales sobre la Psicología del sueño»*. Allímenciona la existencia de sueños a los que difícilmente podría considerarsecompensatorios, discerniéndolos en «prospectivos», «reactivos»,«telepáticos» y «proféticos». No produce, propiamente, una clasificación.En verdad los enuncia, por necesidad, mientras persigue explicar- lo mása fondo que le resulta posible - su punto de vista sobre la psicología delos sueños.

La clasificación de los sueños

Las clasificaciones de sueños no compensatorios son, a nuestroparecer, más producto de la labor de los discípulos directos y otrosseguidores del Maestro de Zurich, que una realización fruto de suproducción personal.

Los sueños no compensatorios se clasifican,usualmente enanticipatorios (a los que primeramente se llamó «prospectivos»),traumáticos (primeramente «reactivos»), extrasensoriales (en un principio,solamente «telepáticos») y proféticos. Nosotros agregamos a estadivisión los «sueños paralelos» a los que hemos encontrado mencionadospor Jung en su correspondencia.

Sueños Anticipatorios

Dentro de los no compensatorios, los anticipatorios han de ser losque tienen lugar con más frecuencia. Tengamos en cuenta que este tipode sueños «... preparan, anuncian o advierten acerca de determinadas

' Jung, C.G., «Colleted Papers on Arialytical Psychology».

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situaciones, a menudo mucho antes de que sucedan en realidad. Ellono entraña, necesariamente, un milagro o premonición. La mayoríade las crisis... incuban largamente (en lo inconsciente)». * Por lo tanto,el sueño anticipatorio «es el resultado de la fusión de... percepciones,pensamientos y sentimientos subliminales.» ... «.Constituyen una meracombinación anticipatoria de probabilidades que pueden coincidir conel auténtico curso de los hechos, aunque no necesariamente...coinciden en cada detalle».**

El contenido de los sueños anticipatorios suele revelar mejor elestado de ánimo interno del sujeto antes que los hechos objetivos quepueden estar por sucederle en su relación con el mundo exterior. Este tipode sueño parece aprovechar la capacidad de la esfera inconsciente parallevar al soñante una luz que, desde lo Consciente, es incapaz de hallar.Nada hay de mágico, divino o diabólico en esto. El material oníricoanticipatorio es, nada menos, que el resultado de un análisis inconscienteminucioso de lo que ya ha ocurrido en la vida del sujeto, por lo que -apartir de allí- puede inferirse lo que habrá de acontecer. La Conscienciasuele tener lo que podríamos llamar una «ceguera típica» que le impideser clarividente en el sentido literal del término: ver con toda la claridadnecesaria a lo que el ser está exponiéndose, tener en cuenta las situacionesque su presente está provocando para que desencadenen en el futuro. Porprejuicios, miedos, experiencias familiares o sociales acumuladas, el sujetoactúa conscientemente en una forma gravosa para su conveniencia. Encambio, el análisis de un sueño, puede permitirle encontrar la clave de suerror y modificar el rumbo de su vida provechosamente. Mas, comoseñalamos ya, el material onírico no suele presentarse totalmente aldescubierto. Lo que emerge suele ser el estado de ánimo, siendo menesterindagar a qué situación del mundo exterior están vinculados los datosrescatados.

* Jung, C.G. Collected Works. The Structure and dynamics of the psique. Tomo VIII.EE.UU., Princeton University Press (2a. ed.), 1960, pág. 473.** Jung, C. G, «Collected Works». Tomo VIII.

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Sobre este tipo de sueños dejó sentado Jung en su trabajo publicadoen 1920 que «la función prospectiva... es una anticipación de lasfuturas acciones conscientes, que se presenta en lo inconsciente algoasí como un ensayo previo, o como un esbozo o plan proyectado conantelación. Su contenido simbólico es, en ocasiones, el bosquejo dela solución de un conflicto. ...La realidad de tales sueños prospectivosno puede negarse. Sería injustificado llamarles pro]'éticos, pues en elfondo son tan poco profetices como un pronóstico médico ometeorológico. Se trata sólo de un previo cálculo de probabilidadesque, por cierto, puede concordar eventualmente con el curso real delos hechos, pero no debe concordar necesariamente, ni coincidir entodos sus detalles. ... Los pronósticos de la función prospectiva delsueño son a menudo francamente superiores a las conjeturasconscientes, y no es de extrañarse, puesto que el sueño proviene deuna fusión de elementos infraconscientes, o combinación de todas laspercepciones, ideas y sentimientos que por su escaso relieve hanescapado a la consciencia. Además, el sueño dispone de huellasmnemónicas subliminales que no podrían influir con eficacia en la vidaconsciente. Por eso el sueño se encuentra en una situación mucho másfavorable que la consciencia, a los efectos de un pronóstico.»*

Para ejemplificar la función anticipatoria de los sueños, citaremosun caso que Jung describió en varias partes de su obra. Se trata de unajoven que había ido a consultarlo luego de dos intentos fallidos detratamiento con otros dos analistas anteriores. Al comenzar a tratarse concada uno de ellos, había tenido un sueño. Jung se refiere a ellos de lasiguiente manera (extraído de «La interpretación Junguiana de lossueños», de Mary Ann Mattoon):

«' Tengo que cruzar la frontera con otro país, pero no encuentrola aduana donde debo dirigirme para declarar lo que llevo conmigo,y nadie puede indicarme dónde está'. (Este sueño dejó en ella la

* Jung, C. G, «Energética psíquica y esencia del sueño». Barcelona, Paidós, 1982,Págs. 109 y 110,

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impresión de que nunca podría entablar una relación apropiada consu analista; pero como alentaba sentimientos de inferioridad y noconfiaba en su propio juicio, siguió analizándose con él...durante dosmeses, aunque el tratamiento no dio frutos; entonces lo dejó. Luegofue a otro analista). Nuevamente soñó: 'Tengo que cruzar la frontera,pero la noche es oscura como boca de lobo, y no encuentro la aduana.Tras una larga búsqueda veo una lucecita a la distancia. Alguien diceque la Aduana está allí. Pero, para llegar, debo atravesar un valle yun bosque oscuro donde me extravío. Tengo miedo de seguir, peroigualmente continúo la travesía, entonces advierto que hay alguiencerca de mí. De pronto me aferra en la oscuridad, como un loco.Sacudiéndome, trato de liberarme, pero ese ser sigue aferrándome confuerza cada vez mayor, y súbitamente descubro que es mi analista'.

La mujer también interrumpió ese tratamiento al cabo de variassemanas, porque el analista inconscientemente se identificaba con lapaciente, y el resultado fue una absoluta pérdida de orientación deambas partes.

El tercer sueño tuvo lugar cuando ya se trataba conmigo:'Tengo que cruzar la frontera suiza. Es de día y veo la aduana. Cruzola frontera, entro en el edificio, y me encuentro frente a un funcionariode aduana suizo. Deja pasar a una mujer que está delante de mí, yluego llega mi turno. Sólo llevo un bolso de mano , y creo no tenernada que declarar. Pero el funcionario me mira y dice: «Qué tiene ensu bolso?». Yo contesto: «Oh!, nada», y lo abro. Él mete la mano ypara mi sorpresa, extrae algo que se vuelve cada vez más grande,hasta que veo que son dos camas completas'.

El problema era que la joven tenía cierta resistencia contra elmatrimonio; estaba comprometida, pero no se casaba por ciertasrazones; esas dos camas eran las matrimoniales. Extraje ese complejode su fuero íntimo y la hice tomar conciencia del problema; al pocotiempo se casaba». *

* Resumen corregido de relatos en «Collected Works» 16, págs. 307-312 y CW 18,págs. 346-348.

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Jung explica que los dos primeros sueños eran «anticipos de lasdificultades que experimentaría con los analistas respectivos».*Ambos tuvieron su fuente de las percepciones subliminales que la mujertuvo respecto a sus dos primeros terapeutas. En el tercer sueño seanticipaba un tratamiento más productivo y el problema subyacente quetendría que tratar con su analista actual. Jung expresó acerca de esto quela «interpretación del tercer sueño significó una desilusión para lapaciente, pero el hecho de que este sueño mostraba que había yacruzado la frontera la alentó a seguir adelante a pesar de todas lasdificultades)).**

Esa «combinación anticipatoria de probabilidades que puedencoincidir con el auténtico curso de los hechos» que mencionamos antescuando definimos a los sueños anticipatorios, se ve claramente en esteejemplo citado por el mismo Maestro de Zürich.

Sueños Traumáticos

En su trabajo de 1920 Jung escribió: «Existen ciertos sueños quepodrían llamarse simplemente sueños reactivos». Se trata de aquellos«en los que ciertos hechos objetivos han creado un trauma psíquico,cuya configuración no es puramente psíquica, sino que al mismotiempo indica una lesión física del sistema nervioso».*** Con el tiempoeste tipo de producción onírica fue conocida como «sueños traumáticos».Son los que traen «a la memoria una situación amenazadora para lavida humana, como una guerra o catástrofe natural, o reflejancondiciones físicas patológicas, por ejemplo, un fuerte dolor. Se tratade un sueño reiterado. No es compensatorio porque no guarda relacióncon la situación consciente del sujeto (salvo en lo que atañe a supreocupación por la experiencia traumática) y la 'asimilación

* Collected Works Vol. 16.** Collected Works Vol 16.** * Jung, C. G., «Energética psíquica y esencia del sueño». Barcelona, Paidós,1982. Pag. 114.

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consciente del fragmento (de la psique) reproducido por el sueño no...pone fin a la perturbación que determinó el-sueño», explica Jung. ...«No todos los sueños reiterados que rememoran experienciascargadas de emoción son traumáticos. Para que un sueño puedacalificarse de tal, su significatividad debe radicar exclusivamente enel hecho de revivir una experiencia real». ... «Los sueños notraumáticos dejan de repetirse una vez que se los ha interpretadocorrectamente. Los auténticos sueños traumáticos no son perturbadospor el análisis: siguen repitiéndose hasta que el efecto emocional deltrauma haya disminuido en medida suficiente».*

Jung, al estudiar este tipo de sueños, pudo observar que lospsiquiatras militares que trabajaron con los soldados durante la PrimeraGuerra Mundial tenían una «consciencia intuitiva» respecto a la índoleno compensatoria de estos sueños. En su obra «Recuerdos, sueños,pensamientos», lo describe así: «Los soldados, en el campo de batalla,soñaban con la guerra con frecuencia mucho menor que acerca desus hogares. Los psiquiatras militares tenían por principio básico elque todo hombre que comenzara a soñar demasiado con escenasbélicas debía ser alejado del frente de combate, dado que esosignificaba que ya no poseía más defensas psíquicas contra lasimpresiones que recibía del exterior».** Es interesante hacer notar queestos psiquiatras, quienes no habían tenido acceso aún a los conocimientosque Jung transmitió acerca de los sueños traumáticos como «nocompensatorios», habían logrado captar intuitivamente que el sueño quemostraba la situación real del soldado en estado de guerra, estabamanifestando la aparición de un «trauma» generado por la misma, por loque, sabiamente, lo alejaban de esa situación para evitar mayores perjuiciospsíquicos (aunque el daño ya se había producido), como una forma,también, de preservar lo más posible la salud psicológica de loscombatientes que podían aún ser útiles en otros lugares o sectores militares,

* Mattoon, Mary Ann, «El análisis junguiano de los sueños». Buenos Aires, Paidós,1980,pág. 170** Pag. 273 delaop. cit.

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de lo contrario, si continuaban en batalla, su suerte hubiera sido otra: unamuerte segura por la indefensión psíquica en la que se hallaban, o el retiropor causas psicopatológicas, lo que no le convenía de ningún modo a lamilicia.

Es preciso aclarar que no hace falta que la situación a la que hayaestado expuesto el sujeto sea tan extrema para que se produzca un sueñotraumático, basta con que la experiencia vivida haya sido lo suficientementeintensa emocionalmente como para producir un trauma en su psiquismoy, a partir de allí, tenga lugar su aparición en el sueño en forma,generalmente, reiterada.

Sueños Extrasensoriales

En sus trabajos iniciales al respecto, Jung solamente señala que «losfenómenos telepáticos también ejercen su influencia sobre los sueños».De acuerdo a su experiencia como psicoterapeuta y a exploracionesparticulares realizadas en diferentes culturas, concluye que existenpersonas que son «particularmente receptivas y con frecuencia tienensueños de carácter telepático». ... «He tenido oportunidad de analizarcon bastante frecuencia sueños telepáticos, cuya significacióntelepática en muchos de ellos era aún desconocida en el momento delanálisis». ... «En general la literatura sólo menciona aquellos sueñostelepáticos que anticipan 'por telepatía' en el tiempo y en el espacio,un acontecimiento particularmente afectivo; en consecuencia, se citansólo aquellos sueños cuyo asunto posee en cierta medida unaresonancia humana (por ejemplo, un deceso), que explica, o al menosayuda a comprender la premonición o la percepción a distancia. Lossueños telepáticos que me fue dado observar correspondían en sumayor parte a este tipo».* Una simple lectura del párrafo trascripto por

* Jung, C. G. «Energética psíquica y esencia del sueño». Barcelona, Paidós, 1982,Págs. 115 y 116.

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parte de cualquiera que cuente con algún conocimiento en Parapsicología,le permitirá comprender que Jung está denominando «sueño telepático»tanto a aquél propiamente dicho como a los de origen clarividente(«percepción a distancia») y los precognitivos («premonición»). Porgeneralización este tipo de material onírico terminó siendo llamado «sueñosextrasensoriales» y sus discípulos convinieron en dividirlos en dos tipos:telepáticos y precognitivos. Así lo ha hecho Mary Ann Mattoon porejemplo. Nosotros entendemos que corresponde agregar otro subtipo. Elde los «sueños clarividentes». Lo que, inclusive, permite explicar algunoscasos de deja vu o sensación de lo «ya visto» y donde la paramnesia nopuede invocarse como causa. Sobre el particular, Aniela Jaffé - discípulay última secretaria privada de Jung - señala «que la conocida sensaciónde lo ya visto pudiera tener su origen precisamente en un sueñoprecognitivo que ha sido olvidado».* Se trata de una referenciaincompleta. Porque la sensación de lo «ya visto» también puede surgir araíz de un sueño clarividente que el sujeto no recuerda pero que, al estarfísicamente por vez primera en el lugar descubierto mediante el sueño, elInconsciente trasmite el dato a la Consciencia no como si se tratara de uncontenido onírico, sino como si se tratara de un recuerdo perceptivo,objetivo y concreto, vivido con anterioridad.

Tales imprecisiones, que hallamos tanto en Jung como en Jaffe yMattoon, se deben - seguramente - a su desconocimiento de laParapsicología. Esta ciencia divide a los fenómenos extrasensoriales entres tipos. «Telepatía», que es la transmisión o captación de un contenidomental sin que en esa captación intervenga ninguno de los cinco sentidos,así como tampoco atraviesan la esfera de lo consciente como sucede enla percepción subliminal. «Clarividencia» es, en cambio, el conocimientocierto de un hecho contemporáneo cuya adquisición hubiera sidoimposible de conseguir mediante la intervención de los cinco sentidos.Pongamos como ejemplo el caso de Emmanuel Swedenborg describiendo

* Jaffe, Aniela, «Personalidad y obra de C. G. Jung», Monte Ávila Editores, Caracas,1976, Pag. 38.

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- por captación extrasensorial - el incendio que ocurría en Estocolmo,mientras estaba a decenas de kilómetros del lugar. «Precognición»,finalmente, es el conocimiento cierto de un hecho futuro al que no puedeaccederse por razonamiento, ni aún en sus formas de deducción o inferencialógica.

Cabe dejar sentado que «lo extrasensorial» propiamente dicho esalgo único. De allí que la sabiduría popular esté en lo correcto al señalarla existencia de un «sexto sentido». Es la ciencia parapsicológica la que, aefectos de un mejor entendimiento, divide a este «sexto sentido» o«captación extrasensorial» en las tres modalidades ya señaladas:clarividencia, telepatía y precognición. Pero, insistimos, sólo se trata deformas diferentes de manifestación de una misma causa.

Jung durante un tiempo entendió que los sueños extrasensorialesestaban motivados en el acceso que el psiquismo tendría a otras vías deconocimiento, como pueden serlo las parapsicológicas. Empero no fueproclive a aceptar rápidamente tal explicación, sin un previo análisisprofundo de cada sueño en el que tal intervención pudiera sospecharse.Comprendió que, en algunos materiales, la causa podría ser la criptomnesia,«recuerdos de hechos que el sujeto no reconoce como parte de suexperiencia real»* o bien de «procesos psíquicos paralelos» y - hasta -«concordancia de asociaciones».** También hay material onírico,confundible con sueños extrasensoriales, producido por situacionesparamnésicas.

Hacia el fin de su vida, Jung propuso otro camino explicativo al quedenominó «sincronicidad», prefiriéndolo antes de aceptar que eran«debidos a cualquier facultad (psíquica) supranormal». Sobre la«sincronicidad» Jung ocupó varios capítulos de su libro «La

* Masserman, J. H. «Principies of dynamic psychiatry». Philadelphia, W.B, SandersEd., 1946, Pag. 271.** Jung, C. G. «Collected Works» Torno VIII Pag. 503

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Interpretación de la Naturaleza y la Psique» donde aprovecha losresultados de las investigaciones parapsicológicas realizadas por JosephBanks Rhine en la Universidad de Duke. En ese texto señala que «elprincipio de sincronicidad (es) la coincidencia cronológica de dos omás acontecimientos que no están relacionados entre sí por un nexocausal y cuyos contenidos, por lo que respecta a su significado, soniguales o semejantes». Tales propuestas son fruto de investigacionesrealizadas en los años cincuenta.

Todo este material debe ser revisado a la luz de los nuevos hallazgosproducidos tanto en la investigación parapsicológica como en la Físicaintraatómica y la neuroquímica, vertientes que - en interesante medida -pueden estar en condiciones para aportar nuevos y reveladores datos. EnParapsicología, pongamos por caso, hay valiosos resultados deexperimentos (como los realizados en el Maimónides Dream Laboratory)donde se pide al sujeto que sueñe con determinadas imágenes o figuras -que no conoce - pero que mientras él duerme otra persona, a la distancia,estará mirando. Se trata de un experimento de percepción extrasensorialgeneral (donde tanto puede intervenir la telepatía como la clarividencia)que, en muchas ocasiones, produjo coincidencias más allá de lo esperablepor mero azar. Signo inequívoco de que una variable específica (la funciónextrasensorial) estaba interviniendo. Estos trabajos fueron, inclusive,objeto de críticos análisis.* Los parapsicólogos Montagne Ullman yStanley Krippner están especializados en investigaciones sobre lasrelaciones entre fenómenos extrasensoriales y sueños, habiendo efectuadovarías publicaciones con sus conclusiones al respecto.**

(*) Hyman, R., «Maimónides dream-telepathy experiments». Skeptical ¡nquirer.(1986) pp. 91-92.(**) - Ullman, M., Krippner, S. y Feldstein, S., «Experimentally induced telepathicdreams: Two studies using EEG-REM monitoríngtechnique». International Journalof Neuropsychiatry (1966), 2. pp. 420-437.- White, R. A., Krippner, S. y Ullman, M., «Experimentally-induced telepathic dreamswith EEG-REM monitoring: Some manifest contení variables related to psioperation» Hans Bender Editor. En 'Papers presented for the Eleventh AnnualConvention of the Parapsychological Association'. (Freiburg. Institute fürGrenzgebiete der Psychologie, 1968) pp 431-433.

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Sueños Paralelos

Aunque no suelen ser presentados dentro de la clasificaciónjuiíguiana de sueños no compensatorios y, en general, se los ignora, hayotro tipo de material onírico bautizado por Jung como «sueños paralelos».Ocurre cuando el mismo sueño tiene lugar en el psiquismo de dos o máspersonas. Una de ellas está directamente implicada con el tema onírico.Las demás no necesariamente. Para explicar las razones de este tipo dehechos, donde dos o más personas sueñan lo mismo, en forma simultáneao bien en un lapso breve, Jung recurre a la acción de fuerzas enraizadasen lo Inconsciente Colectivo. Serían casos en los que el eje de tan particularsituación es un arquetipo, el cual actuaría como agente 'transmisor' desdeel psiquismo del soñante implicado a los demás. En todo este proceso nohay - según el pensamiento junguiano - intervención de fenómenoparapsicológico alguno.* Sólo interviene lo psíquico. Al respecto convienerecordar que Jung, en algunos escritos, describe la existencia de un

- Ullman, M. y Krippner, S., «A laboratory approach to the nocturnal dimensión ofparanormal experience: Report of a confírmatory study using the REM monitoringtechnique». Biological Psychiatry (1969) I, pp. 259-270.- Krippner, S., «Electrophysiological studies of ESP in dreams: sex differences inseventy-four telepathy sessions». Journal of the American Society for PsychicalResearch 64 (1970). pp. 377 - 285.- Ullman, M. y Krippner, S., «Dream studies and telepathy: An experimentapproach». Parapsychology Foundation, Nueva York, 1970.- Krippner, S., Ullman, M y Honorton, C., «Aprecognitive dream study with a singlesubject». Journal ASPR 65 (1971). pp. 192-203.- Krippner, S., Honorton, C., Ullman, M., Masters, R, y Houston J., «A long-distance'sensory bombardment' study of ESP in dreams». Journal ASPR 65 (1971). pp. 468-475.- Krippner, S., Honorton, C. y Ullman, M., «A second precognitive dream studywith Malcom B-essent». Journal ASPR 66 (1972) pp 269-279.- Ullman, M., Krippner, S. y Vaughan, A. «Dream telepathy: Scientific experimentsin nocturna! ESP». New York, Macmillan Ed., 1973.

- Jung, C. G, «Letters». Vol.II (1951-196l),Princeton University Press, EE.UU., 1975,Pag. 541 y 542.

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«arquetipo psicoideo». Al utilizar esta expresión, se refiere a una figuracon características psíquicas y físicas a la vez. En cierta forma, y sin pediruna excesiva licencia, podríamos entender que se trata de unamanifestación del psiquismo profundo, de tal gran carga energética, queresulta capaz de concretar determinadas formas de manifestación física.Nos permitimos indicarlo de este modo, ya que Jung se preocupó en dejarconstancia que lo psicoideo no debe ser confundido con manifestaciones,imágenes o contenidos arquetípicos. Solamente al «arquetipo en sí mismo»puede considerárselo dotado de la característica psicoidea. Y al referirnosal «arquetipo en sí mismo» estamos ocupándonos únicamente de esa«magnitud incognoscible» que pertenece a la esfera que la PsicologíaJunguiana denomina lo Inconsciente Colectivo. Una fuerza no personal,inscripta como esencia en el ser humano. Sólo lo psicoideo contaría conla energética necesaria para generar hechos de sincronicidad entre los quese hallarían los sueños paralelos. A nuestro entender, tal simultaneidadonírica en diferentes sujetos sería explicable igualmente por accióntelepática, especialmente si el tema sobre el que gira lo soñado afecta a

todo el grupo de soñantes.

Sueños Profetices

Los «sueños proféticos» son, igualmente, de naturaleza extrasensorialy por referir solamente acontecimientos futuros, dentro de la ya señaladaclasificación parapsicológica de fenómenos extrasensoriales correspondena la modalidad precognitiva. No tratan de hechos personales. En estoscasos el material versa sobre una o más situaciones externas que incumbena grupos de personas y, hasta, a toda una comunidad. (Pongamos comoejemplo el caso de un miembro de una tribu que sueña sobre lo que ocurriráen la próxima temporada de caza, hecho esencial para la supervivencia

de su comunidad).

Desde muy antiguo diversas civilizaciones tuvieron en cuenta lossueños como herramienta para prevenir hechos futuros no deseables. En

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América precolombina era costumbre azteca interesarse por los sueñosdel pueblo en épocas que los tonalpouhque (astrólogos) anunciaban comopeligrosas. Así, a comienzos del Siglo XVI el emperador Moctezuma, elChico, «dio órdenes de que los sacerdotes, los ancianos, las mujeres ylos calpixquis o mayordomos provinciales le informaren de todos lossueños que se soñasen en sus dominios; y pronto fueron llegando unotras otro sueños de mal agüero. El Emperador condena a muerte alos que los habían soñado»*.

Otro ejemplo típico de adivinación de hechos futuros a través delos sueños, lo constituye el famoso «sueño del Faraón», que narra la Bibliaen el Antiguo Testamento. Recordemos que el Faraón había soñado queestaba parado al borde del Nilo y veía siete vacas gordas que salían delrío y pastaban en los campos. A continuación, otras siete vacas flacas ydemacradas emergían y se devoraban a las vacas gordas, tras lo cualsiguieron tan flacas y demacradas como antes. El Faraón despertó y volvióa dormirse, teniendo un sueño similar al anterior: siete espigas gordascrecían de un tallo y eran devoradas por siete espigas flacas y azotadaspor el viento. A continuación el Faraón soñó con el significado de estosdos sueños, pero cuando despertó, no pudo recordar esta interpretación.A los efectos de conocer qué hechos futuros estaban prediciendo sussueños, convocó a sus magos y adivinos, pero ninguno logró darle unarespuesta acertada. Nadie, en todo el reino, logró satisfacer al Faraón,hasta que, como último recurso, se citó a losef, esclavo judío que habíainterpretado, anteriormente, sueños del escanciador principal del reino(ministro de la bebida). Los egipcios consideraban a los sueños comoportadores del mensaje de los dioses que advertían acerca de los peligrosque acontecerían en la realidad y es por eso que el Faraón necesitaba conurgencia que alguien le diera una correcta interpretación a los sueños quehabía tenido. Al hacerse presente losef, el Faraón lo pone a pruebainventando un sueño. Pero losef lo corrige inmediatamente, narrándole losverdaderos sueños que habían tenido lugar. Y luego los interpretó diciendo

: de Madariaga, Salvador, «Hernán Cortés». Ed. Sudamericana, Bs. As., 1941. Pag.:

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que las siete vacas gordas y las siete espigas gordas significaban lo mismo:siete años de abundancia que Dios llevaría a Egipto. Y las siete vacas flacasjunto a las siete espigas flacas, representaban siete años posteriores degran hambruna. El hecho de que las vacas flacas y las espigas flacas secomieran a las vacas gordas y a las espigas gordas, era una clara señal deque el hambre sucedería repentinamente dominando la Tierra, haciendoque se olvidaran por completo los siete años de abundancia anteriores.Luego le dijo al Faraón lo que debía hacer para salvarse de los años dehambre. El monarca recordó, entonces, la interpretación que él mismohabía soñado (enviada por los dioses), que coincidía exactamente con lade losef, por lo que, en recompensa, designó a losef como virrey y comoencargado de resguardar el almacenamiento de cereales para los años depobreza, considerándolo el hombre más sabio del reino. Dice el AntiguoTestamento que lo que predijo losef se cumplió en la realidad y que Egiptologró salvarse gracias a su sabiduría. A través de este ejemplo se ve latrascendental importancia que se le daba a los sueños «profetices» en laantigüedad, a tal punto que, en este caso, gracias a ellos, un esclavo hebreologró gobernar Egipto.

Ya sea que la anécdota relatada anteriormente haya ocurrido o noen realidad, forma parte de la «realidad mítica» del pueblo hebreo, lo quele otorga igualmente validez y constituye una clara demostración del poderque los sueños profetices ejercían sobre los hombres de las antiguascivilizaciones, de cuya correcta interpretación dependía el futuro de todala comunidad. Al ser tan profunda y arraigada la creencia en ellos, eracomún que se dieran con mayor asiduidad.

Para concluir, debemos agregar que debe tenerse en cuenta que,para poder asegurar que lo analizado es un sueño profetice, lo anunciadotiene que haber tenido - posteriormente - cumplimiento efectivo.

Estos sueños que Cari Gustav Jung clasificó como proféticos noparecen producirse con demasiada frecuencia en la actualidad, quizásdebido a la poca atención que se les presta por parte de los mismos

soñantes, producto de su descreimiento respecto a los temasparapsicológicos, o a causa del escepticismo generalizado en la sociedadoccidental (mayormente materialista) acerca de la importancia que tieneneste tipo de sueños aunque, claro está, existen excepciones que permitenque los sueños, en general, sigan siendo analizados por aquellos que nosdedicamos, día tras día, a profundizar y ampliar la obra del Maestro deZurich, con la inestimable colaboración de nuestros consultantes, personasconvencidas de que la esencia del ser humano no está fuera, sino dentrode uno mismo.

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Capítulo VII

1 La interpretación psicológica de la Alquimia.Fases del proceso alquimico en la Psicoterapia Junguiana.

* LaNigredo.* LaAlbedo.* La Rubedo o Citrinitas.

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La interpretación psicológica de la Alquimia

Cari Gustav Jung tuvo, entre sus tantos intereses, uno especial sobreel estudio de la Alquimia y sus símbolos, entendiéndola como un procesoespiritual a través del cual lo que se produce es una transformación internadel individuo por medio de su integración, lo que conduce a un estado deplenitud, A partir de la comprensión de la Alquimia como proceso inherentea la transmutación del espíritu es que surgió el concepto central de suPsicología, que es el Proceso de Individuación.

Respecto a su interpretación psicológica y espiritual de la Alquimia,Mircea Eliade en «El Vuelo Mágico» (1952) manifestó: «Jung hacomprendido muy bien que la Alquimia, desde sus orígenes hasta sufin, no fue sólo una pre-química, una «ciencia experimental»embrionaria, sino una técnica espiritual. El objetivo de los alquimistasno era estudiar la Materia, sino liberar al Alma de la Materia. Jungllegó a esta conclusión leyendo los textos de los alquimistas clásicos.Se sorprendió ante la semejanza entre los procesos alquímicos por loscuales se pensaba obtener la piedra filosofal y las imágenes en lossueños de algunos de sus pacientes que, sin darse cuenta, estabantrabajando en la integración de su personalidad. En estudios acercade la Alquimia asiática publicados entre 1935 y 1938, mostramos quelas operaciones de los alquimistas chinos e indios perseguíanigualmente la liberación del alma y la «perfección de la materia», esdecir, la colaboración del hombre en la obra de la naturaleza. Estaconvergencia de resultados adquiridos en ámbitos diferentes y pormétodos diferentes nos parece una confirmación manifiesta de lahipótesis de Jung».

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La primera vez que Jung tomó contacto con este tema fue en 1928,cuando un libro de Alquimia chino titulado «El secreto de la flor de Oro»,llegó a sus manos. En esta obra iniciática, cuya tradición oral databa delsiglo VIII de nuestra era, encontró lo que necesitaba para relacionar supropia búsqueda interior con la de los alquimistas. Así lo expresó en«Memorias, sueños, pensamientos»: «Yo devoré prácticamente elmanuscrito, pues su contenido vino a corroborar inesperadamente misideas sobre el mándala y la circunvalación alrededor de un centro. Elcontacto con esa obra puso fin a mi aislamiento, pues a través de suspáginas logré conocer a mis precursores ideológicos y relacionarmecon ellos».

Desde ese momento, Jung se introdujo en la lectura e investigaciónde los textos alquímicos, llegando a tener una de las bibliotecas másimportantes y completas del mundo en cuanto a este tipo de obras,contando con más de doscientos títulos.

El Maestro de Zurich poseía, además, vastos conocimientos de otrosidiomas, entre ellos del griego y el latín, que le facilitaron enormemente lainterpretación de los ejemplares más antiguos.

Unoxle sus autores predilectos fue Paracelso, a quien le dedicó su«Monografía Paracélsica» (1952), confesando en sus memorias queestudiando a este alquimista es que llegó «a intuir la esencia de laAlquimia en su relación con la religión y la psicología, o mejor dicho,la Alquimia en su aspecto de filosofía religiosa».

Muchas fueron las obras alquímicas que ejercieron una fuerteinfluencia en Jung, siendo las más relevantes el «RosariumPhilosophorum», obra escrita en el año 1550 por Arnaldo Vilanova, quele sirvió de base para escribir su «Psicología de la Transferencia» en1946; y el «Mutus Líber», que data del año 1677. Aniella Jaffe, discípulay última secretaria de Jung, cita a Gerardus Dorneus como otro de susautores preferidos. En «Personalidad y obra de C. G Jung» manifiestaque «Los pensamientos de este sabio sobre el trabajo de laboratorioy la meditación, sobre las fases del «opus»y de la «conniunctio», asícomo también sobre el concepto del «Unus Mundus», proporcionarona Jung la clave para la comprensión de los anhelos alquimistas».

En 1944 Jung publica su obra «Psicología y Alquimia», en la quehace un exhaustivo análisis de los contenidos arquetípicos de algunossueños, relacionándolos con sus respectivos simbolismos alquímicos. Y,más tarde, le dedicó al tema unas ochocientas páginas en los dos primerostomos de Mysterium Coniunctionis (1955-56). El tercer volumen deesta colección, sobre la «Aurora Consurgens» fue redactado por MarieLouise von Franz, gran colaboradora de Jung que realizó valiosos aportesa su obra gracias a sus vastos conocimientos en filología, autora, además,de una biografía de Jung: «C. J. Jung. Su mito en nuestro tiempo», asícomo del libro «Alquimia».

Jung transmitió sus conceptos acerca del paralelismo que habíahallado entre su Psicología Analítica y la Alquimia, por primera vez, endos conferencias pronunciadas en los congresos de Éranos, en Ascona(Suiza): «Los símbolos oníricos del Proceso de Individuación» y «Losconceptos alquimísticos en torno a la salvación», que constituyen labase sobre la que se apoya su ensayo «Psicología y Alquimia».

Al plantear el Proceso de Individuación como meta del análisisjunguiano, Jung realizó una profunda labor a través de la cual encontróque el logro de esta ambiciada meta, tiene su correlato en el procesoalquímico mismo. Esto quiere decir que, para alcanzar la individuación,se debe atravesar por las mismas fases simbólicas que llevaron a losantiguos alquimistas a realizar sus obras de transmutación, planteando que,a través de la transformación de la materia, lo que se transformaba era elmismo espíritu del alquimista. Es por este motivo que los textos antiguosa veces resultan tan enigmáticos y aparecen «oscuros» al entendimientode los seres «profanos», ya que de lo que se trata, en realidad, es de unatransmutación que trasciende a la materia misma, siendo un verdaderocamino iniciático no accesible para quienes no pueden ver más allá de loestrictamente material. Los alquimistas lo sabían, y preservaron estesecreto de aquellos que pudieran utilizar estos conocimientoserróneamente. Es por esto que el lenguaje que utilizaron fue tan ambiguo,porque, en realidad, estaban hablando en términos simbólicos. Jung supoy logró develar este misterio gracias a su profundo interés y su tenacidadcomo investigador, que lo llevó a estudiar con detenimiento cada obra

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alquímica que llegó a sus manos, con la inteligencia y la amplitud deconsciencia necesaria para lograr una correcta interpretación de esostextos y porque, básicamente, lo que verdaderamente buscaban losalquimistas coincidía con su propia búsqueda.

Pero antes de pasar a considerar cuáles son las fases del procesoalquímico inherentes a la Psicología Junguiana, repetiremos algunosconceptos ya tratados a lo largo de este libro, con la finalidad de tenerlosbien presentes a la hora de comprender cuáles son los pasos necesariospara lograr la integración de la psique.

Hemos visto que, respecto al psiquismo humano, Jung distingue unaesfera de lo Consciente, en donde el «Yo» es el principal protagonista quenos da la idea de continuidad e identidad personal y que se relaciona ensu vida diaria con el mundo exterior (tanto con los elementos como conlas personas de su entorno); lo Inconsciente Personal, que poseecontenidos diversos: lo que alguna vez fue consciente y luego reprimido,percepciones subliminales y reminiscencias poco importantes como paraser recordadas; y una esfera que surge de manera independiente: loInconsciente Colectivo. Este último, como ya hemos expresado variasveces, es un estrato común a todos los seres humanos y contiene losarquetipos o «imágenes primordiales», que son símbolos ancestrales,«núcleos psicoideos», pensamientos, sentimientos y memorias, reconocidospor toda la Humanidad. Es la dimensión objetiva de la psique frente a lasubjetiva de lo Inconsciente Personal. Recordemos que los arquetipos sonlos referentes inconscientes que modulan la producción de imágenessimbólicas, los comportamientos y las «pautas de conducta» máselementales del ser humano. No debemos olvidar la distinción queefectuamos entre «estructuras arquetípicas», acerca de las cuales nosreferimos como «lechos secos de antiguos ríos» que de vez en cuandoreciben agua (los arquetipos) y, entonces, se manifiestan. Es en loInconsciente Colectivo, entonces, donde se encuentra la arquitectura delos arquetipos que cada civilización, en cada época, dará lugar a la creaciónde la idea arquetípica de Dios, lo Demoníaco, el Bien, el Mal, el miedo ala oscuridad, el Héroe, el Anciano Sabio, la Diosa, la Doncella, y muchosotros.

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Junguiana

Jung describió algunos arquetipos muy peculiares, como el Ánimus.aspecto psíquico masculino que, originado en lo Inconsciente Colectivo,habita en el psiquismo de la mujer, y el Ánima, aspecto psíquico femeninodel varón.

Estos últimos son arquetipos fundamentales en la evolución de lapersonalidad. Considerando que ambos arquetipos representan aspectospsíquicos, en necesario aclarar que esto no quiere decir que el varón debaadoptar actitudes femeninas, ni que la mujer haga lo propio con lasmasculinas, ya que, como expresamos recién, no se trata de aspectos delorden de lo biológico. Esto significa que, quien logra incorporar estearquetipo con eficacia, logra abolir el género a través de la síntesis deopuestos. Estos arquetipos están muy bien representados mitológicamentemediante las figuras del Hermafrodita y el Andrógino, seres que compartenla característica de tener ambos sexos en su cuerpo.

El Ánima, cuando es bien integrada por el psiquismo del hombre,se manifiesta a través de sus estados de ánimo. Y lo mismo sucede con lamujer.

Para comprender esto, recordemos que Jung planteó que, de lascuatro funciones mentales, dos son femeninas (sentimiento e intuición) ydos masculinas (pensamiento y sensación). Por lo tanto, cuando el hombrelogra integrar su Ánima, es decir que logra incorporar los aspectosinconscientes colectivos a su personalidad total, sin dejar de lado los quele corresponden por naturaleza, podrá sentir e intuir con facilidad. Si, encambio, no logró esta integración, presentará estados de ánimodesagradables e inmotivados.

En el caso de la mujer, cuando incorpora e integra debidamente suÁnimus, éste le permitirá pensar y opinar, características propias de lomasculino.

Para el desarrollo y la formación del Ánima, resulta fundamental laexperiencia que el individuo haya tenido con su propia madre durante susprimeros años de vida. Sobre esto, Frida Fordham dice que: «No es loúnico importante el comportamiento de la madre con el hijo, sinoasimismo cómo vivencia el niño este comportamiento. La imagenmaterna que cada niño experimenta no es sólo una pintura detallada

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de la madre real, sino que también está en parte configurada ycoloreada por la capacidad innata del hombre para producir unaimagen de mujer: el Anima».

Jung sostuvo que no sólo la madre sino también cada mujer amadaque aparece en la vida del hombre es portadora y actualizadora de esapeligrosa imagen inconsciente especular de lo más profundo de supsiquismo, que es su propia Ánima. Por esta razón es que existen ocasionesen las que el hombre siente, frente a determinada mujer, una «apasionadaatracción»: significa que esa figura femenina se aproxima mucho o tienelos mismos rasgos que la imagen femenina representada en su Ánima.

Recordemos que el Ánima presenta características especiales: gozade intemporalidad, y se la representa como una mujer siempre joven(debido a ese carácter atemporal). pura, inmaculada y plena de sabiduría.La juventud, además, tiene que ver con que es una imagen arquetípica queha permanecido idéntica a través de milenios. La sabiduría que se leatribuye, está en relación con la idea de que posee un conocimientosecreto, una sabiduría oculta bajo la imagen de bondad e inocencia. Estaes la vertiente luminosa del Ánima, pero también existe otra. En los casosen que el varón reprime los aspectos bisexuales de su psiquismo, negandolas importantes cualidades de lo femenino que habitan dentro de sí,entonces la imagen del Ánima será la de una mujer sucia, bruja, seductorao prostituta. Esta represión del Ánima, conduce al hombre a despreciartodo lo que esté relacionado con lo femenino y con lo que simboliza. Así,manifestará que todas las mujeres son infieles y que buscan engañar alhombre, por lo que hablará de ellas con desprecio, descalificándolas yquerrá verlas a sus pies para destacar su condición superior de varón. Aestos hombres les resulta imposible considerar la existencia en ellos dealgo femenino. En estos casos lo que ocurre es que la madre suele habertransmitido una imagen desdibujada de la mujer o tuvo seriosinconvenientes en aceptar su Ánimus, o éste se apoderó de su Conscienciaconvirtiéndola en una mujer con características muy masculinas. Cualquierade estas causas confunden al psiquismo del niño y provocan, cuando yaes un hombre, serias dificultades en la relación con el otro sexo y consigomismo.

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Mílilllíll i/e l'siculiiyjii .

Cuando el Anima invade lo Consciente y lo domina, el hombre seve atrapado por emociones que surgen de manera incontrolable, actuandocomo una mujer a la que todo la atemoriza o conmueve. Y si esto mismosucede con el Ánimus en la mujer, ésta se mostrará hostil, con fuertescaracterísticas hombrunas, exigente y autoritaria, despreciativa hacia otrasmujeres a las que considerará inferiores a ella y, seguramente, no sentirála necesidad de ser madre. A la hora de formar pareja, lo hará con unhombre a quien el arquetipo del Ánima controle su esfera consciente, porlo que tendrá, como vimos, muchas características femeninas.

Cuando la mujer logra integrar armónicamente su Ánimus a supersonalidad, entonces se verá femenina pero fuerte, valiente antesituaciones que requieran la toma de decisiones y autosuficiente cuandosea necesario.

Para comprender la interpretación psicológica que hace Jung de laAlquimia, debemos detenernos, una vez más, para recordar otro conceptofundamental de la Psicología Junguiana: el arquetipo de la Sombra. LaSombra, como hemos mencionado con anterioridad, está incluida en loInconsciente Personal, aunque su estructura es arquetípica. Podemos decirque hay una Sombra personal y una Sombra arquetípica que conformauna sola: nuestra Sombra particular.

La Sombra personal aparece cuando hacemos referencia a ella paraindicar aquellos aspectos indeseables que hemos reprimido porquetodavía no llegamos a aceptarlos como propios, Es la faceta de la Sombraque creamos nosotros mismos durante nuestra vida mediante nuestrapropia experiencia.

La Sombra arquetípica, sustentada por el Arquetipo de la Sombra,en cambio, es la parte inferior de la personalidad. Tiene relación conaquella instancia que nos vincula a lo zoológico. Por eso es que Jung serefería a ella como «la cola del satirio», a raíz de que representa la parteanimal que permanece en nosotros.

Como ya hemos mencionado, la Sombra se presenta con tendenciasantagónicas y surge como si fuera una personalidad parcial en nuestroinconsciente, como si se tratara de un «hombre primitivo» que habita ennosotros interiormente y que nos llena de vergüenza.

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Anton io l,;is I k'ias

En las producciones artísticas, este arquetipo aparece en forma desimbolismos, tal como los que encontramos en los mitos y las leyendas.Es así como puede estar simbolizada por la bruja, esa mujer demoníaca,vieja, sucia y encorvada, que trabaja día y noche sobre un caldero en unahabitación lúgubre y oscura. Esa es la representación arquetípica de laSombra. Es la imagen que tanto temor nos daba cuando éramos niñosporque, justamente, nos muestra todo lo malo, feo y sucio que se encuentraen el psiquismo. Como esa «bruja» trabaja permanentemente y sindescanso, el miedo que genera tiene que ver con que su actividad obtengalos resultados que ella desea. Y si esto fuese así (si la Sombra triunfara),quedaríamos a merced de ella, y eso nos llena de pavor. Su ámbito esoscuro y tenebroso porque habita en lo Inconsciente Personal, ese lugardel que poco sabemos y en el cual depositamos todo aquello de lo que noqueremos saber nada, la «basura» que es mejor dejar guardada. Mientrasrevuelve el caldero, algo puede salir de allí, alterando nuestra conducta.Por eso no debemos descuidar nunca la actividad de la Sombra. Si lohacemos, corremos el riesgo de que la «bruja» triunfe, invada la esferaconsciente perturbando notoriamente la conducta y con el agravante deque pueda adueñarse de la personalidad por completo. Este simbolismoestá íntimamente ligado al pensamiento alquímico. La «bruja» busca,mediante su actividad constante, una putrefacción, es decir, un cambiocualitativo, una sustancia diferente a la que era y una transformación de la«bruja» misma. Al acceder a la Consciencia y al adueñarse de ella, laSombra arrastra consigo los contenidos inconscientes asociados con ella,consumando la putrefacción. El caldero sería lo que el atanor para elalquimista. Con la entrada de la Sombra a la Consciencia se produce lomismo que con la transformación de los metales sólo que en sentido inverso,regresivo: de metales nobles a metales bajos. Porque, como hemosmencionado, al invadir la Sombra la esfera consciente, no se logra unaarmonía psíquica sino, por el contrario, se produce una perturbación quepuede tener diversos grados de patología. Por ello, para que el caminoque tome la Sombra se asemeje al del proceso alquímico, en cuanto a laobtención de una nueva faceta positiva, debemos proceder de manera deaceptar e integrar su existencia, dándole un cauce productivo.

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Negar o reprimir la Sombra es inútil, ya que se comprometeseriamente la salud psicológica. Para integrarla debidamente, Jung dijo quehay que discutir con ella, aceptando ese aspecto oscuro de nuestropsiquismo, propio, además de toda la humanidad. Es necesario aceptarla presencia de la Sombra, no de la Sombra misma, sino su existenciadentro nuestro para posibilitar que se encauce adecuadamente, sin permitirsu entrada a la Consciencia.

En «Conceptos Fundamentales de la Psicología de Jung», Hally Norby definen a la Sombra de esta manera: «Contiene más elementosde la naturaleza animal básica del hombre que cualquier otroarquetipo. Debido a sus profundas raíces en la historia evolucionaría.es quizás el más poderoso y potencialmente el más peligroso de todoslos arquetipos. Es la fuente de todo lo que es mejor y peor del hombre.especialmente en sus relaciones con los demás individuos del mismosexo». Esto resulta fundamental para comprender cómo puedemanifestarse la Sombra sí no ha sido bien integrada, ya que regula lasrelaciones entre varón y varón y entre mujer y mujer. Quien no haincorporado armónicamente su Sombra tendrá serias dificultades pararelacionarse con individuos de su mismo sexo, exhibiendo característicasde rigidez, aspereza, celos y envidia, dando como resultado relaciones muydolorosas.

Lo que determina cuáles serán las manifestaciones de la Sombra enla edad adulta son las relaciones primarias que el varón haya tenido consu padre en su infancia, y la niña con su madre.

Los intentos por reprimir la Sombra con el objeto de aparentar serun ser civilizado o para negar la existencia del Mal, resultan inútiles en elsentido de que implica un enorme gasto energético que lo único que obtienees la pérdida de un alto grado de espontaneidad y la adquisición de unaenorme rigidez consigo mismo y con los demás. Y esto se ve manifestadoen una irritabilidad constante y una intolerancia absoluta por parte delindividuo que trata de «tapar» su Sombra. Un ejemplo de este tipo depersonas lo constituyen los «moralistas», que exhiben con claridad la rigidezque los domina: las actitudes ajenas son pecaminosas, en cambio laspropias son dignas de Dios o de la perfección. Esto no es más que una

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proyección de la propia Sombra sobre los otros, lo que genera una actitudsumamente agresiva sobre el mundo exterior.

Estos intentos por reprimir la Sombra logran que ésta se torne másfuerte porque cuanta más energía psíquica se utilice para tapar suexistencia, mayor energía toma la Sombra, en oposición, en su búsquedapor ver la luz (y mayor riesgo se corre de quedar poseído por ella).

La espontaneidad, la creatividad y las intuiciones profundas, sonlogros que se obtienen cuando aceptamos la existencia de la Sombra quevive en nuestra psique, atreviéndonos a discutir con ella. Mayor será laintensidad de todo esto cuanto más conocimiento de nuestra Sombratengamos. Hall y Norby dicen al respecto: «.Una vida sin Sombra tiendea tornarse superficial e indiferente».

La inspiración creativa es uno de los resultados de la aceptación dela Sombra. Quien carece de intuiciones, más aún si se trata de una personade sexo femenino, es porque está cubriendo demasiado su Sombra, y ellono le permite aprovechar plenamente sus posibilidades psíquicas.

Hall y Norby, en la obra ya citada, expresan al respecto: «No esextraño que las personas creativas parezcan estar colmadas deinclinaciones animales en la medida tal que en algunos casos laspersonas más mundanas las consideran extravagantes», «La Sombradel individuo muy creativo puede inundar su ego de tiempo en tiempo,haciendo que la persona parezca temporariamente demente. Pero seráun estado transitorio. Que puede darse por un lapso de horas oalgunos días. Seguramente durante una reunión, un período decreación o en vacaciones. Después el individuo se mostrará normalporque ha permitido a la Sombra exteriorizarse. La ha obligado aconsumir sus propias energías. Logrado esto la Sombra misma - escasade vigor - regresa a su sitio debido.»

Por todos estos motivos es que Jung destacó como algo fundamentalla integración de la Sombra a partir de la aceptación de su existencia. ElMaestro de Zürich decía que una vez que hemos logrado discutir con ellanos convertimos de aprendices en oficiales (utilizando en esta comparaciónlas jerarquías de los «oficios» propias de los gremios, tal como eracostumbre en la Europa Medieval), Y luego de enfrentar la Sombra, nos

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toca el turno de discutir con el Ánima o el Ánimus (según sea el caso),pasando de oficiales a ser maestros.

Discutir con la Sombra es un paso necesario para el desarrollopersonal. Y aceptar e integrar el Ánima o el Ánimus implica haber dadoun paso más en pos de obtener la plenitud en el desarrollo de unapersonalidad armónica.

Luego de estas consideraciones, pasaremos ahora a referirnos alProceso de Individuación. Como ya hemos dicho, esa es la meta del análisisjunguiano, que implica la integración de los opuestos que conforman lapsique, consiguiendo una amplificación de la Consciencia que permite quetodos los aspectos del psiquismo se relacionen armónicamente.

La individuación es más una búsqueda que una concreción posible,siendo el análisis junguiano uno de los caminos posibles para esabúsqueda. Jung decía que pocos, en vida, han logrado individuarse,mencionando como ejemplos a Jesús o Buda, pero que la mayoría lograese estado después de la muerte.

La vida misma tiene una tendencia hacia la individuación, queconsiste en un impulso vital que nos lleva hacia delante, hacia esa finalidad.Pero las neurosis tienen por objeto impedir que esa tendencia natural sigasu curso, estableciendo un estancamiento de la energía que ríos impulsa aalcanzar ese anhelado «proyecto trascendente de vida».

En la neurosis obsesiva, por ejemplo, se anula en la Consciencia delindividuo la posibilidad de futuras situaciones de cambio y transformación.Los síntomas depresivos, a su vez, impiden la mirada hacia delante,concentrando su atención en el pasado y las dificultades del presente.

Otro arquetipo que debemos tener en consideración es el Arquetipode Conjunción o de Sí-Mismo. Como ya hemos expresado en otra partede este libro, este es un aspecto psíquico muy difícil de describir. Alincorporarse en forma adecuada al Yo, se produce lo que hemosdenominado con el nombre de «estado de mismidad», es decir, el Procesode Individuación completado. Al hablar de arquetipos, respecto a éste enparticular expresamos que «de alcanzarla (esta mismidad) o de ubicarselo suficientemente cerca, el individuo conseguirá «establecer una síntesistotal de los distintos planos de su individualidad», logrando una placentera

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sensación de serenidad interior y una armonía indescriptibles. Con estoqueda claro que la mismidad e individuación acabada es, prácticamente,lo mismo. Se trata de dos formas para indicar lo mismo, pero también doscaminos para arribar a idéntico destino».

Jung utilizó el término «selbst», que algunos autores prefierencontinuar utilizando ya que consideran que Sí-Mismo no es una traducciónexacta del sentido que el Maestro de Zürich quiso transmitir.

Reiteramos, entonces, que Jung, refiriéndose al selbst, lo hizo conel sentido que tiene en el pensamiento hindú donde se toma como «principiosupremo de la unicidad del ser». Éste, dirá Jung, está capacitado paraincluir a lo Consciente y a lo Inconsciente. Tarea que el Yo solo es incapazde realizar.

Recordemos que en «Introducción a la Psicología de Jung»,Frida Fordham define al selbst de la siguiente manera: «Parece como sifuera un imán que actuara sobre los diversos elementos de lapersonalidad y sobre los procesos del inconsciente; es el centro de estatotalidad, como el yo es el centro de lo consciente, porque él es lafunción que une todos los elementos opuestos en el hombre y en lamujer, consciencia e inconsciente, bueno y malo, macho y hembra,etcétera, y al hacerlo así los cambia».

Como expresamos antes, la Alquimia, para Jung, era ante todo unabúsqueda espiritual. A través de ella el alquimista, tratando de encontrarel espíritu mercurial, el «Antrophos», en los elementos de la naturaleza,esto es, en la materia, terminaba por hallarlo dentro de sí mismo, y al intentarredimir a la naturaleza se redimía a sí mismo. En «Simbolismo delEspíritu» Jung expresa que: «tanto en Oriente como en Occidente, elnúcleo central de la Alquimia está representado por la doctrinagnóstica del Anlhropos y es, por completo, con arreglo a su esencia,una peculiar doctrina de redención». Esta tarea no era sencilla enabsoluto por lo que generalmente se quedaban prendidos en la gran «redde la diosa Maya», es decir, en los entrelazamientos provocados por lasproyecciones psíquicas a través de las cuales uno ve en los demás - seanéstos personas u objetos animados o inanimados- características que enrealidad no son inherentes a ellos sino que lo son del Inconsciente Personalde uno mismo.

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Manual <lc Psicología .liniy.nitinti

El Proceso de Individuación es una tendencia innata de la psiquehumana a encontrar su centro, su Sí-Mismo, por lo tanto, mientras lotransitamos, se van develando las proyecciones que nuestro inconscienteemana, recuperándolas en forma consciente. E implica, a su vez, la tomade consciencia de la acción de los arquetipos en nuestra vida. Así, porejemplo, la identificación con el arquetipo del Anciano Sabio, nos haríacreer que somos profetas, sabios, etc.

Jung encontró que el Proceso de Individuación estaba reflejado enlos términos y símbolos alquimistas y explicó que el fracaso de muchosde quienes se abocaron a la Alquimia se debieron, como ya expresamos,a que no eran conscientes de estar atrapados por «la red Maya», es decir,del hecho de estar inmersos en una red de proyecciones, y que sólo unospocos lograron superarla.

Jung decía que la psique arcaica se encontraba fusionada eidentificada plenamente con la naturaleza - en lo que Levy-Bruhl llamó«participation mystique» - debido a la red de proyecciones inconscientesque vinculan al mundo exterior con el hombre arcaico. El hombre arcaicoes el no racionalista, anterior al Renacimiento, y el hombre de las tribusprimitivas.

El Proceso de Individuación permite que las proyecciones vayandesapareciendo; asumiéndose la Sombra se sumerge, conscientementeahora y dotado de «personalidad», en el «Unus Mundus» (en el que todose encuentra conectado entre sí, los hechos psicofísicos y los tiempospasados, presentes y futuros, dando lugar a la idea de «sincronicidad»; laidea de Unus Mundus se basa en la creencia de que la multiplicidad delmundo empírico se fundamenta sobre la unidad del mismo y que no existendos o más mundos esencialmente separados o mezclados entre sí).

Luego de estas consideraciones, necesarias para comprendercabalmente la interpretación psicológica de la Alquimia, a continuaciónrealizaremos un paralelismo entre las diferentes fases del proceso alquímicoy las del Proceso de Individuación, para comprobar que los alquimistas,a través de la transformación de la materia, buscaban su propiatransformación personal, atravesando un proceso que los llevara por elcamino de la trascendencia y la unidad.

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Antonio Las Heras

Fases del proceso alquímico en la Psicoterapia Junguiana

La Nigredo: es la primera etapa del Opus Alchemicum. «Nigredo» o«Putrefactio» es la fase de Saturno-Osiris, la del plomo, la inmersión enla materia prima que, mediante una serie de operaciones por las que espulverizada, calcinada, disuelta y fundida, se transformará en «OroFilosofal» y en «Philium» o «Lapis Philosophorum». Para Jung, estaprimera etapa corresponde a la integración del aspecto «oscuro» de lapsique humana, de todas aquellas emociones, intuiciones, percepciones ypensamientos que se han rechazado a lo largo de la vida por considerarlosindeseables. Es el encuentro con la propia Sombra. Todo lo que se habíacriticado en los demás por efecto de la proyección sobre los otros de lorechazado de uno mismo, se presenta como una parte nuestra, de la propiamanera de ser. Se desvanece la ilusión de la imagen propia que se habíaconstruido anteriormente y de la del mundo, imágenes que habían sidocreadas por la propia subjetividad, por el ego, a quien se le arrebata suomnipotencia y se ve enfrentado al poderoso Inconsciente.

Esta etapa es aquella en la que uno se sumerge en lo InconscientePersonal para hacerse consciente de todas las proyecciones que seencontraban depositadas en personas de nuestro alrededor y en objetosde nuestro entorno, «haciéndonos cargo» de lo que en verdad es nuestro,aunque aquello que encontremos no nos guste.

Esta fase supone un enfrentamiento con el Mal, con la parte oscurade la Creación, teniendo en cuenta que para Jung el Bien y el Mal coexistenen todos los hombres necesariamente. En este encuentro con el Mal, conlo negativo, con lo rechazado de uno mismo, se sientan las bases para,luego, ir al encuentro de la Luz, del Bien. Sin este encuentro con el Mal,nunca podrá hallarse el Bien, su opuesto.

Así como en la Alquimia, la «materia» debe llegar al estado másavanzado de putrefacción para comenzar a transformarse, así el psiquismodebe ahondar en las profundidades de lo Inconsciente para enfrentarsecon lo más oscuro, con los aspectos más «sucios» de uno mismo para darcomienzo a una personalidad más desarrollada, a una transmutación delespíritu.

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Manual de Psicología Junguiana

Esta primera etapa puede ser muy duradera, porque, en este procesode hacer conscientes todas las oscuridades y las personalidades parcialesautónomas (los complejos), su reconocimiento y aceptación suelen ser muyduros, difíciles y hasta dolorosos.

La Albedo: esta fase alquímica es menos violenta que la Nigredo,pero precisa de la sabiduría suficiente, de parte del alquimista, como paramantener el fuego de manera que no queme ni destruya y, al mismo tiempo,que no enfríe el proceso. Esto es representado simbólicamente como la«boda mística» de los elementos.

Psicológicamente esto hace referencia a la integración conscientede los aspectos psíquicos opuestos, es decir, del Ánima en el hombre, ydel Ánimus en la mujer.

En la Albedo continúa la tarea emprendida en la Nigredo porque,como expresó M. L. Von Franz, la Sombra se asemeja a la hidra de Lermacon la que luchó Hércules, a la que le nacían nuevas cabezas en el lugarde las que habían sido cortadas.

Pero, fundamentalmente, durante esta etapa se retiran lasproyecciones que el arquetipo del Ánima (en el caso del hombre) habíaemanado hacia las mujeres que lo rodeaban, su madre, su hermana, sunovia, su esposa, etc., para luego enfrentarse cara a cara con ella eintegrarla dentro de su ser. Para lograrlo se debe superar antes el problemade la transferencia lo que implica reconocer que en el lugar en dondeverdaderamente se encuentra la «amada» es dentro y no fuera de unomismo. Lo mismo ocurre en el caso de la mujer y el Ánimus.

En una relación amorosa entre un hombre y una mujer, además dela relación entre los Yoes conscientes, también participan a nivelinconsciente el Ánima y el Ánimus de ambos. La pasión amorosa es elresultado de la proyección de estos arquetipos en la otra persona, y comoconsecuencia de ello se da una relación basada en una común inconscienciarepleta de contradicciones. En esto radica, fundamentalmente, el peligrode las relaciones «pasionales». Esto mismo puede suceder en latransferencia entre el paciente y el terapeuta y encarna un riesgo que sedebe evitar. Sobre esto Jung trató en su libro «Psicología de la

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Transferencia», en el que también abordó el tema del papel quedesempeñaba la «Sóror Mystique» del alquimista.

La imagen que representa el encuentro y diálogo con el Anima o elAnimus es la «coniunctio», la hierogamia entre el alquimista y su «SórorMystique», entre el Rey y la Reina de los grabados alquimistas, la «bodaalquímica» de los elementos, etc. Y lo que surge de ellos es el Rebis, elAndrógino, la «cosa doble».

M. L. von Franz, en «C. G. Jung...», lo explica de esta manera:«Losparticipantes en la «boda alquímica» son descritos casi siemprecomo hermano y hermana, madre e hijo o padre e hija. Su uniónconstituye pues un incesto. Este aspecto incestuoso de tal constelaciónamorosa tiene como fin el de que hagamos consciente la proyección,es decir: nos obliga a darnos cuenta de que, en último término, se tratade una íntima unión de los componentes de nuestra propiapersonalidad, de un «desposorio espiritual», afín de que sea unavivencia interior no proyectada. A lo que se alude es a una unificaciónde los contrarios internos en el Sí-Mismo».

La Rubedo o Citrinitas: es la última fase del proceso alquímico,llamada también «Obra en Rojo o Dorado», en la que se obtiene el«Cuerpo de Diamante». En la concepción junguiana la Rubedo es elencuentro y acogimiento mutuo del Yo de nuestro ser consciente y el SíMismo o Yo de nuestro Ser total del cual formaba parte el primero sinsaberlo.

Esto conforma una nueva «coniunctio», en la que todos los opuestosse juntan y complementan armónicamente y se conectan directamente conel «Unus Mundus». Tal estado es indescriptible e inefable y constituye unMisterio. Ése es el motivo por el cual la obra alquimista más importantede Jung se titula «Mysterium Coniunctionis».

El Sí-Mismo es el Artrophos de la Gnosis, el «dios interior» de lamística, el «Mercurio Filosofal» o «Lapis Philosophomm» de los alquimistasque reúne los opuestos más irreconciliables.

Justamente en su obra Mysterium Coniunctionis es que Jungexpresa respecto a esta fase de la Rubedo que: «Se alcanza el segundo

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escalón al combinarse la «unió mentalis», esto es, la unidad delespíritu y alma, con el cuerpo. Pero sólo puede esperarse uncumplimiento del «mysterium Coniunctionis» si se ha combinado launidad del espíritu, alma y cuerpo con el «Unus Mundus» delcomienzo».

En «El Yo y el Inconsciente», Jung expresa que: «He llamado alcentro del Ser con el nombre de Sí-Mismo. Intelectualmente el Sí-Mismo no es más que un concepto psicológico, un término que sirvepara expresar la esencia incognoscible que podemos captar como tal,puesto que excede, por definición, a nuestras facultades decomprensión. «Dios en nosotros», se le podría también llamar».

Jung agrega que antes de alcanzar el Sí-Mismo, se debe realizar laintegración de los arquetipos del Niño y del Viejo Sabio, tambiénexpresados en las figuras alquimistas.

Es de tal magnitud lo incognoscible de este estado que el mismo Jungreconocía la dificultad que se le presentaba para encontrar las palabrasque lo definieran, porque, en realidad, la «coniunctio» está más allá dellenguaje.

En una carta escrita en 1957 el Maestro de Zürich expresó que: «Latranscripción de la «coniunctio» en palabras humanas es una tareaque puede conducir a la duda, pues uno se ve obligado a encontrarexpresiones y fórmulas par a un proceso que tiene lugar «in Mercurio»y no en el nivel del pensamiento y del lenguaje humanos, esto es, noen la esfera de la conciencia diferencia dora... El camino no conduceen línea recta hacia adelante, por ejemplo, desde la Tierra hacia elCielo, o de la materia al espíritu; se trata más bien de una«circumambulatio» y de un acercamiento al centro. No avanzamosdejando atrás una parte, sino cumpliendo con nuestra tarea como«mixta composita», esto es, como seres humanos entre los opuestos».

Antes de finalizar, recordemos el papel fundamental que desempeñanlos sueños en este proceso de integración de los opuestos. A través deellos surge el material necesario para captar aquellos aspectos que sonnecesarios admitir y asimilar para la autorregulación de la psique. De la

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A n t o n i o I ;i.'. I l i - i ,i .

correcta interpretación de las imágenes oníricas nace la posibilidad detrabajar sobre los complejos del soñante, su Sombra, su Ánima o Ánimus,y todo aquello que pueda ser causa de su neurosis o que le esté impidiendolograr la integridad psíquica que necesita. Toda integración precisa, comopunto de partida, un reconocimiento a nivel consciente de aquelloscontenidos inconscientes que muchas veces aparecen más claramente enlos sueños. Es por esto que resaltamos la importancia que éstos tienen enel Proceso de Individuación. Para atravesar cada uno de los pasos queJung enuncia en relación a este proceso que nos lleva hacia el Sí-Mismo,necesitamos encontrar aquello que hemos depositado fuera de nosotros,como hemos explicado, y los arquetipos sobre los que nos apoyamos paradarle un sentido a nuestra existencia, que algunas veces pueden tornarlapatológica. Y en ocasiones, todo esto no aparece tan claramente si no esa través de nuestros sueños y de la relación entre el analista y el analizado.Reconocer en nosotros lo que nos es propio, lo que «siempre nos ha sidopropio», es doloroso, pero necesario, porque permite que nos convirtamosen quienes realmente somos. Los sueños hacen un aporte imprescindiblepara hacer consciente aquello que no nos es accesible de otro modo.Colaboran en este «proceso alquímico» que tiene lugar en la psiqueiluminando el camino a seguir y «mostrando» dónde se hallan los principalesconflictos que impiden una buena integración de los aspectos escindidosde nuestra personalidad.

Es de tal magnitud la importancia que poseen los sueños en laPsicología Junguiana, que Jung partió del estudio e investigación de suspropios sueños y los de sus consultantes para llegar a conceptualizar suteoría.

La Alquimia le dio al Maestro de Zürich aquello que necesitaba paracomprender que su búsqueda no era nueva, sino que desde tiemposremotos los verdaderos sabios - aquellos que pudieron captar la esenciade la vida - habían hecho lo mismo que él, emprendiendo un camino difícilpero posible: el de la transmutación del espíritu, comprendiendo que todoser humano tiende a una finalidad, aunque el tiempo que nos brinda la vidaterrenal no sea suficiente para alcanzarla. Y esa finalidad no es otra que la«incognoscible» trascendencia del ser en su conexión con el Unus Mundus.

Capítulo VIII

1 Tipos Psicológicos en la Psicología Junguiana

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Tipos Psicológicos en la Psicología Junguiana

Jung, mediante el estudio y el profundo análisis de la personalidada la que se dedicó toda su vida, estableció lo que él denominó TiposPsicológicos, con la intención de clarificar cuáles son las característicasque prevalecen en los individuos de acuerdo a su disposición general frenteal objeto y a la función predominante que acompaña a dicha disposición.

En su obra «Tipos Psicológicos» introduce estas nociones así:«Intento a continuación una descripción general de la psicología delos tipos, considerando por de pronto los dos tipos generales quehemos designado tipo introvertido y tipo extrovertido. A continuaciónintentaré ofrecer una cierta característica de aquellos tipos másespeciales cuya peculiaridad llega a producirse por el hecho de queel individuo busca principalmente adaptarse y orientarse por lafunción en él más diferenciada. Designaré a los primeros como 'tiposgenerales de disposición', que se distinguen por la dirección de suinterés, del movimiento de su libido, y designaré a los segundos como'tipos funcionales'».

Por «disposiciones generales», Jung se refiere a tendencias innatasdel individuo en las que la libido (energía psíquica) se orienta hacia el objeto(en el caso del extravertido) o hacia el sujeto mismo (introvertido). Jungexplica que estos tipos generales de disposición se distinguen, justamente,por esta peculiar disposición respecto al objeto: «El comportamiento delintrovertido es el propio de la abstracción. En el fondo está siempredispuesto a despojar al objeto de libido, como si hubiera de venceruna prepotencia del objeto. En cambio el extravertido se comportapositivamente frente al objeto. Afirma su significación hasta tal puntoque orienta su disposición subjetiva en el sentido del objeto y la refiere

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a él en forma constante. En el fondo el objeto nunca tiene para élvalor suficiente y por eso ha de acentuarse su significación. Los dostipos son distintos por completo, su contraste llama la atención... »*.

Hay que destacar que Jung llegó a establecer este modelo luego deun extenso estudio y revisión histórica de las tipificaciones efectuadas endiferentes épocas basadas en la observación de patrones de conductaemocionales o temperamentales. La primera caracterología había sidoideada por los astrólogos orientales, con su clasificación en agua, aire, tierray fuego, que hoy en día perdura en la Astrología. Luego vinieron las delas tradiciones sufis (el Eneagrama); y las típicas de la medicina griega,que dividía a las personas en flemáticas, sanguíneas, coléricas ymelancólicas, basándose en los nombres de las secreciones corporales:flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra. Finalmente surgieron lascaracterologías de la Psicología y Psiquiatría modernas. Jung, mediantesu trabajo clínico y la observación de los individuos que lo rodeaban, llegóa esta tipificación de la personalidad, considerando que constituyen uncriterio objetivo necesario para la práctica psicológica que permite explicarciertas perturbaciones y comprender por qué algunos individuos seconducen de una determinada manera y no de otra.

En el prefacio de la obra antes mencionada él mismo aclara: «Estelibro es fruto de casi veinte años de trabajo en el área de la psicologíapráctica. Se desarrolló poco a poco en mi mente, tomando forma apartir de las innumerables impresiones y experiencias de un psiquiatraen el tratamiento de enfermedades nerviosas; del intercambio conhombres y mujeres de todos los niveles sociales; de mi relaciónpersonal con amigos y enemigos por igual; y, finalmente, de una crítica.de mis propias peculiaridades psicológicas».

Sin embargo, Jung advirtió que no es aconsejable etiquetar ocategorizar a las personas, ya que la personalidad está regida por ladinámica de la psique en permanente movimiento. Por eso en estateorización introdujo los tipos funcionales, que, como ya veremos, son losmedios través de los cuales la Consciencia se orienta hacia la experiencia,

Jung, C. G. op. cit.

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y, aunque esto signifique el predominio de una de las cuatro funcionespsicológicas por sobre las otras, las menos diferenciadas tienen laposibilidad de desarrollarse para alcanzar una personalidad más plena yarmónica (esto será detallado más adelante), aunque continúeprevaleciendo la función dominante. Jung buscó, por ese medio, clarificary proporcionar a los psicoterapeutas algunas claves orientadoras quefaciliten sus líneas de actuación; explicar las enormes diferencias existentesentre los distintos enfoques psicoterapéuticos y psicológicos vigentes (estole sirvió para comprender sus diferencias de perspectiva con Freud:mientras que Jung era introvertido, Freud era su opuesto, es decirextravertido, por lo que inevitablemente llegaban a diferentes conclusionespartiendo, prácticamente, de casos muy similares), por lo tanto el planteode «los tipos» también tuvo un claro propósito epistemológico; auxiliar alpsicoterapeuta en su propio autoconocimiento para que tuviera Conscienciade su funcionamiento psíquico y de cómo éste puede afectar a suspacientes; y proporcionar material para la investigación científicapermitiendo entender la variedad del comportamiento humano, no comoalgo fijo sino más bien mostrando las diversas perspectivas que existenen el intento de llegar a la comprensión del individuo.

Volviendo a los tipos generales, para Jung, ambos constituyendiferentes modos psicológicos de adaptación. Reiteramos: en laintroversión la energía psíquica (libido) se orienta hacia sí mismo, hacia elmundo interior (sujeto); mientras que en la extraversión, esta energía estádirigida hacia el mundo exterior (objeto).

¿A qué se refiere Jung con modos de adaptación? Para explicarlo,recurre a la Biología y expresa: «La relación entre sujeto y objeto es,biológicamente considerada, una 'relaciónde adaptación'siempre encuanto toda relación entre sujeto y objeto presupone efectosmodificadores del uno sobre el otro. Estas modificaciones constituyenla adaptación. Las disposiciones típicas respecto del objeto son, pues,procesos de adaptación. Dos vías fundamentales distintas deadaptación y de la en su virtud posible resistencia de los organismosconoce la Naturaleza. Es la una la fecundidad intensificada, con

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potencialidad de defensa y duración de vida relativamente escasasen los distintos individuos, y es la otra la provisión del individuo conmúltiples medios de su propia conservación y con fecundidadrelativamente escasa. Diría yo que este contraste biológico no sólonos brinda la analogía, sino el fundamento general de nuestros dosmodos psicológicos de adaptación. Quisiera reducirme aquí a unareferencia general, es decir, por una parte a la peculiaridad deconstante entregarse que se evidencia en el extrovertido y por otraparte a la tendencia a defenderse de los requerimientos exteriores ya evitar todo egreso de energía que se dirija directamente al objeto,que se observa en el introvertido, al mismo tiempo que la tendenciaa procurarse una posición lo más fuerte y segura posible»*.

Jung planteó que estas disposiciones psicológicas son innatas porqueescapan a la experiencia personal del individuo, es decir que la relaciónque haya tenido con su madre no influye en esta disposición. Y para esoda el ejemplo de dos hermanos nacidos de la misma madre y criados dela misma manera, que pueden presentar tipos psicológicos diferentes. Sinembargo, aclara también que esto sucede en condiciones «normales». Sila madre intenta imponer a su hijo una cierta disposición relativamenteidéntica a la suya y, por lo tanto «anormal», violentando su disposiciónindividual, lo que ocurrirá será la aparición de una fuerte neurosis posterior,cuya cura únicamente se hará posible restableciendo en él la disposiciónque le correspondía naturalmente. En todos los casos en los que, debidoa influencias externas perturbadoras, se produce una inversión del tiponaturalmente predeterminado, esto genera un fuerte perjuicio no sólopsicológico sino también fisiológico porque produce un enorme gasto deenergía que debilita y agota al organismo.

Antes de abocarnos a explicar los tipos funcionales, haremos unabreve descripción de los dos tipos generales de disposición que Jung llamótipo extravertido y tipo introvertido.

Jung, C. G. op. cit.

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El Tipo Extravertido:

Según Jung, el tipo extravertido es aquél que orienta su libido haciael objeto. Esto quiere decir que su interés está puesto en las condicionesdadas desde el exterior, siendo así que el objeto representa en suConsciencia un papel fundamental, mucho más importante que su puntode vista subjetivo. La atención está puesta en los sucesos objetivos y enlas personas y «cosas» del mundo que lo rodea. El individuo de este tiposuele acomodarse a lo dado objetivamente. Pero, dice Jung: «A un puntode vista extravertido ha de parecerle, ciertamente, semejante'acomodación' a lo objetivamente dado como una adaptación total,

pues a este punto de vista no le es dado otro criterio. Ahora bien,desde un punto de vista más elevado no puede decirse, en absoluto,que lo objetivamente dado sea, por encima de todo, lo normal. Lascondiciones objetivas pueden histórico-temporalmente o localmenteser anormales»*, Con esto quiere decir que «acomodarse» al mundo,implica muchas veces ir en contra de las leyes universales de la vida y,por esa razón, se corre el riesgo de caer en la ruina total cuando lo que lerodea cae inevitablemente. Eso no sería «adaptarse» sino «acomodarse»a las circunstancias que rodean al individuo. «La adaptación exige laobservancia de aquellas leyes que constituyen algo más universal quelas condiciones locales e histórico-temporales. En el mero acomodarsereside la limitación del tipo extravertido normal»,

Esta actitud hacia fuera, típica del extravertido, hace que preste pocaatención a la salud del cuerpo, por ser algo poco «exterior».

Todo lo que no sea concreto y objetivo es, para el extravertido, unamera «ilusión». Ese motivo es el causante de que una actitudextremadamente extravertida corra el peligro de «ser absorbido por losobjetos», perdiéndose a sí mismo por completo. En esos casos surgenperturbaciones psicológicas o físicas que poseen una significacióncompensadora, ya que obligan al individuo a restringir su atención haciael exterior. Dice Jung que: «Si los síntomas son funcionales, pueden, porsu peculiar índole, expresar simbólicamente la situación psicológica».

* Jung, C, G, op cit.

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Y pone como ejemplo el caso de un cantante que adquiere mucha famaen poco tiempo alcanzando «.rápidamente alturas peligrosas» que leexigen un gasto desmesurado de energía, al que le fallan, de repente, lasnotas altas.

Jung plantea que la forma de neurosis más frecuente en el tipoextravertido es la histeria. Al respecto dice Jung: «El «carácter» histéricoes, por de pronto, una exageración de la disposición normal,complicada luego con reacciones compensadoras por parte delinconsciente que, frente a la extraversión exagerada, imponen, porlas perturbaciones corporales, la introversión a la energía psíquica»*.

En condiciones «normales», esto es, cuando no existe unaexageración de la extraversión, el tipo extravertido presenta, en líneasgenerales y sin tener en cuenta aún el tipo funcional, las siguientescaracterísticas: es abierto, expansivo, obra en relación al ambiente, tomadecisiones en base a lo que proviene del mundo exterior y la cultura en laque está inserto, elige su carrera en relación con lo convencional o lo queconviene en ese momento determinado, hace amigos con facilidad, se rigemoralmente según la convención social, se interesa por su progresoeconómico y es influenciable en mayor o menor medida dependiendo desu grado de extraversión.

Además, en una disposición extravertida «normal» en el individuotambién se observan numerosos procesos psicológicos en los queinterviene el mecanismo de introversión. «Sólo llamamos extravertidoal hábito en el que prepondera el mecanismo de la extraversión. Eneste caso se observa siempre la función psíquica más diferenciadaaplicada extravertidamente, mientras las funciones menosdiferenciadas son aplicadas introvertidamente»**.

Jung menciona una disposición del inconsciente frente a laextraversión e introversión en el sentido de su relación compensadorarespecto a la Consciencia. Es por ello que índica que en una personalidadde tipo extravertida, cuando se produce una exageración de estadisposición consciente en la que el factor subjetivo se ve oprimido, por

* Jung, C. G. op. cit.** Jung, C. G. op. cit.

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compensación «ha de comprobarse en el inconsciente una tendenciavigorosamente egocéntrica». «En el sentido de un complementoefectivo de la disposición consciente extravertida, tiene la disposicióndel inconsciente una especie de carácter de introversión». Y agrega:«Por esta reflexión, general de todo punto, puede fácilmentecomprenderse por qué los requerimientos inconscientes del tipoextravertido tienen un verdadero carácter primitivo e infantil,egoísta». Y luego: «El acomodarse a lo objetivamente dado y suasimilación impiden que emociones insuficientemente subjetivas sehagan conscientes. Estas tendencias (pensamientos, deseos, afectos,necesidades, sentimientos, etc.), según el grado en que son reprimidasadoptan un carácter agresivo, es decir, cuanto menos reconocidas son,más infantiles y arcaicas se vuelven»*.

El Tipo Introvertido:

El tipo Introvertido, como expusimos anteriormente, es el queorienta su libido hacia el sujeto mismo, hacia la propia subjetividad. DiceJung que «La disposición introvertida ve, ciertamente, las condicionesexteriores, pero elige como decisivas las determinantes subjetivas.Este tipo se orienta, pues, según aquel factor del percibir y el conocerque representa la disposición subjetiva admisora de la excitación delos sentidos».

Sin tener aún en cuenta el tipo funcional, el tipo introvertido tomadecisiones basado en su subjetividad, al planear o elegir su carrera o susactividades lo hace sin tener en cuenta los convencionalismos, no se rigepor la moda en su manera de vestir y tampoco su moral es convencional,llevan una vida muy reflexiva, se aficionan por la lectura, comunican pocode lo que hacen por lo que aparentan ser inseguros, y suelen ser inflexiblesaunque no puedan demostrar las razones de sus juicios u opiniones. Siendola sociedad occidental exageradamente extravertida, el introvertido sedefiende exacerbando su subjetivismo.

* Jung, C. G. op. cit.

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Al factor subjetivo Jung lo define como «la acción o reacciónpsicológica que se funde con la influencia del objeto para constituirun nuevo estado de cosas». «Ahora bien, desde el momento en que elfactor subjetivo permanece en grado sumo, a sí mismo idéntico - alser las percepciones y conocimientos elementales los mismos en todaspartes y en todo tiempo, por decirlo así-puede decirse que constituyeuna realidad tan firmemente fundada como el objeto exterior».

Jung defiende el factor subjetivo como algo propio e indispensableen el individuo, ya que en el obrar normal se debe considerar tanto alobjeto exterior eomo a las apreciaciones subjetivas que surjan sobre éste.Pero explica también que puede darse una exageración de la introversión,confundiendo subjetividad con exacerbación del yo, y cuando esto ocurre,se produce una psicopatología, como en el caso de la exageración de laextraversión.

Al respecto dice: «...constituye, ciertamente, una peculiaridadcaracterística del introvertido el hecho de que, obedeciendo tanto asu inclinación como a un extendido prejuicio, confunda su yo con susujeto, elevando al yo a la categoría de sujeto del proceso psicológicocon lo que da lugar a la subjetivación de la consciencia que le enajenael objeto». Y luego agrega: «La indudable fuerza determinanteuniversal del factor subjetivo se atribuye entonces al yo, con lo quese aviva una desmedida ambición de poder y una egocentricidadrealmente necia».

Como sucede en la extraversión, frente a la exacerbación de ladisposición introvertida lo inconsciente actúa en forma compensadora. Yen este caso le otorga una mayor relevancia al objeto para facilitar larelación del individuo con su ambiente. Entonces, generalmente, el objetose sobredimensiona y adquiere características amenazantes para el sujetoque se torna dependiente en lo económico, temeroso frente a la opiniónde los demás y siente una fuerte necesidad de ser amado,

El tipo más común de neurosis en estos casos es la psicastenia, quese caracteriza por la hipersensibilidad y por un gran agotamiento reflejadoen un cansancio crónico.

En casos extremos, la forma psicopatológica que adquiere estadisposición es la psicosis.

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Los tipos funcionales:

En primer término recordemos que Jung formuló la teoría de queexisten cuatro funciones psicológicas: el pensamiento, la sensación(también llamada percepción), el sentimiento y la intuición. Habíamosmencionado, cuando tratamos los arquetipos de Ánima y Ánimus, que dosde estas funciones son esencialmente masculinas (sensación y pensamiento)y dos femeninas (sentimiento e intuición). De estas cuatro funciones hayuna que prevalece sobre las otras que permanecen menos diferenciadas.De acuerdo a cuál sea la función dominante y el tipo general de disposición,habrá de ser el comportamiento del individuo y la particular manera deobrar en su ambiente mediante esa orientación especial de su libido.

Cada individuo presenta todas las funciones, pero una se desarrollamás que las otras. A ésta Jung la denominó función superior opredominante. De las tres restantes, dos permanecen como auxiliares dela principal, mientras que la tercera es la menos diferenciada y constituye\afuncion inferior. Esta última puede permanecer inconsciente o semiinconsciente por ser la que se encuentra en un estado primitivo de evolucióny, por lo tanto, será la que el individuo no podrá controlar. El desarrollode una función en particular es algo innato pero que se encuentra moduladopor el ambiente social. La función superior es la que se utiliza para definirel tipo psicológico junto con la disposición general, ya sea introvertida oextravertida.

De las cuatro funciones, Jung considera el pensar y el sentir comofunciones racionales, ya que ambas se basan en el juicio racional; mientrasque la sensación (o el percibir) y el intuir son irracionales porque no estánsometidas a las leyes de la razón.

Funciones racionales:- Pensar: es la función que «según el supuesto previo de las

normas racionales que me son conscientes, ordena en conceptos loscontenidos de las representaciones»*.

Jung, C. G. op, cit.

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- Sentir: es el proceso que otorga a un contenido dado un valordeterminado puesto en los términos de «agrado» o «desagrado», esto es,de aceptación o recusación y que «también puede producirseaisladamente, por decirlo así, como «estado de ánimo», prescindiendodel momentáneo contenido consciente o de las percepciones delmomento»*.

Jung considera al pensar y al sentir como funciones contrapuestasen el sentido de que una «compensa» a la otra por ser ambas de tiporacional y por ello son esencialmente contradictorias. Esto quiere decirque cuando una de ellas es la predominante, la otra - al estar en el poloopuesto - es la menos diferenciada, y nunca podrá actuar como funciónauxiliar o secundaria.

Funciones irracionales:-Percibir (o sensación): «El percibir es aquella función

psicológica que transmite un estímulo físico percibido; es, pues, tantocomo percepción»**. A través de esta función los estímulos se captan através de los órganos de los sentidos e incluyen las sensaciones internascorporales (como el percibir kinestésico, vasomotor, etc.). O sea que lapercepción responde tanto al estímulo externo como al interno. Jungformula que el percibir es «percepción por vía consciente» y queconstituye un «fenómeno elemental», innato, no sometido a las leyes dela razón, por lo cual es irracional, y es la que predomina en los niños y enlos primitivos, junto con la intuición.

- Intuición: «La intuición es la función psicológica transmisorade percepciones por la vía inconsciente. Todo puede ser objeto deestas percepciones, lo mismo objetos interiores que exteriores y susconexiones»***. Jung agrega que lo que se percibe por medio de laintuición (por vía inconsciente), puede adoptar en la Consciencia las formasaparentes de percepción sensible, sentimiento o conclusión intelectual, perono es ninguna de ellas. «La intuición es una especie de adaptación

* Jung, C. G. op. cit.** Jung, C. G. op. cit.*** Jung, C. G. op. cit.

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instintiva de un contenido cualquiera». Se presenta, al igual que elpercibir, en los niños y los primitivos por ser innato «... en contraste conel carácter de lo «derivado» o «producido», propio de los contenidosdel sentimiento y el pensar.» Por ello la intuición, como la percepción,presenta un alto grado de certidumbre y seguridad.

Estas dos funciones, al igual que las anteriores, se «comportancompensadoramente», por lo tanto son opuestas y una no puede serauxiliar de la otra. Ambas son innatas, por lo tanto irracionales y constituyen«...el claustro materno donde el pensar y el sentir se desarrollan comofunciones racionales».

De la combinación de los dos tipos generales de disposición y lascuatro funciones psicológicas antes descriptas, Jung formuló ocho tipospsicológicos que detallaremos a continuación:

Upo Reflexivo Extrovertido:i

Es aquél cuya disposición general responde a la extraversión y enla que la función predominante es el pensar. En él se observa la tendenciaa subordinar todas sus manifestaciones a conclusiones intelectuales quese orientan hacia lo objetivamente dado. Este tipo no sólo se adhiereestrictamente a su fórmula, sino que pretende que los demás también lohagan, ya que si no siguen su línea de obrar en el mundo considera quecontradicen las leyes universales, por lo que suelen tiranizar a quienes losrodean. Los sentimientos, en cuanto se contradicen a la rigidez intelectual,son los que se reprimen con mayor intensidad. Pueden presentarse comoidealistas, capaces de crear instituciones de orden benéfico, porqueaparentan ser individuos muy preocupados por los demás, pero en suámbito cercano, en especial con su propia familia, es intolerante y tirano.Todo lo que provenga del lo irracional es desvalorizado, como así tambiénlo que no posea el carácter de lo objetivo. Es por ello que no sabe cultivaramistades, ya que sus vínculos se toman superficiales debido a la represiónde sus sentimientos. Y lo mismo ocurre con las experiencias religiosas ylas actividades estéticas.

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Son personas críticas (a veces en extremo) y todo lo juzgan en basea la justicia y la verdad. Se consideran a sí mismos reformadores, dueñosde la verdad y maestros de la ley, lo que les otorga, en casos extremos,una fuerte rigidez que se traduce en una grave neurosis. Este tipo se damás comúnmente en los hombres, porque, como ya enunciamos, el pensares una función típicamente masculina.

Tipo Reflexivo Introvertido:

Predomina la función del pensar y su disposición general es laintroversión, por lo que. a diferencia del tipo anterior, el individuo elaborateorías de origen subjetivo, sin tener en cuenta lo dado exteriormente, salvoen el caso de que ello permita comprobar esas teorías. Por un lado esmuy tenaz al defender sus ideas fundadas en su subjetividad, pero por otroes sumamente influenciable y explotable por otras personas al no captarlas intenciones ajenas por la mínima relevancia que le da a lo externo. Adiferencia del reflexivo extravertido, que es percibido como benefactor einclinado a ayudar a los demás, este tipo es visto externamente comoinadaptado por su carácter taciturno y su inclinación a la soledad, pero suámbito cercano llega a tenerle mucho aprecio. Tiende a profundizar lasideas pero tiene muy poca capacidad práctica. Si bien es obstinado y tercoen sus ideas, sufre de dudas e incertidumbre, pero se rehusa a pedir favoresy a acercarse a personas con influencia porque no acepta críticas y evitallamar la atención haciendo uso de todo tipo de precauciones yrestricciones. En general este tipo se da más en los hombres que en lasmujeres, por el mismo motivo expuesto en el tipo anteriormente descripto.

Así como es fácil víctima de otras personas, lo es en especial de lasmujeres ambiciosas, que logran manipularlo. Pueden permanecer solteroso presentar características de inmadurez emocional considerando a la mujercomo un ser temido. Como los sentimientos son reprimidos y su disposicióngeneral lo inclina hacia sí mismo, es pobre en relaciones afectivas y enamistades.

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Tipo Sentimental Extravertido:

Aquí encontramos una disposición general orientada hacia el objetocon predominio de la función del sentir. Este tipo se da en mayor medidaen las mujeres, debido a que el sentimiento es una función típicamentefemenina (como ya habíamos expresado anteriormente). El accionar delindividuo en este caso está guiado por los sentimientos provocados porlo externo. La actividad intelectual se ve restringida ya que no puedenrazonar sobre lo que no han sentido previamente. Se identificanrápidamente con otras personas y expresan abiertamente sus sentimientos,sin tapujos. Sus sentimientos varían de acuerdo al cambio de situacionespor estar subordinados a lo objetivamente dado, por lo tanto suselecciones amorosas se hacen en base a lo que conviene en un determinadomomento y lo que se valora es del orden de lo superficial (por ejemplo:hombre respetable, de buena familia, de buena situación económica, conprestigio, etc.). Como el pensar es la función más reprimida en este tipode personalidad, éste aflora a la Consciencia en forma de observacionesde índole negativa y desvalorizadota respecto a los objetos más valoradospor sus sentimientos. Este es uno de los caminos que elige la Sombra paramanifestarse, haciéndolo de una manera infantil y negativa.

La principa] forma de neurosis en este tipo es la histeria.

Tipo Sentimental Introvertido:

En este caso la disposición general se orienta hacia el sujeto ypredomina la función del sentir. Este tipo se presenta casi exclusivamenteen las mujeres, por la misma razón que en el tipo anterior. Al estar centradoen sí mismo, este tipo tiene la dificultad de expresar sus sentimientos enforma abierta, mostrándose callado, indiferente, inaccesible y distante.Como sus sentimientos son muy profundos, puede adoptar una actitudmelancólica. Es visto comü un individuo difícil de comprender debido asu aislamiento, lo que le impide relacionarse social y afectivamente. Carecede tacto por su dificultad de percibir al mundo exterior. No juzga ni

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manifiesta deseos de influir en los demás. Muestra un perfil bajo que lepermite pasar desapercibido o crear una imagen exterior enigmática.Manifiesta sus sentimientos sobriamente, siendo que a veces aparenta serfrío y reservado, pero en verdad siente con gran intensidad. Posee unareligiosidad oculta y una tendencia mística muy importante.

Este tipo atrae en gran medida a la persona extravertida sobre lacual provoca una notable fascinación debido a que contacta con su

inconsciente.La forma de neurosis más frecuente en este tipo es la neurastenia,

resintiéndose la salud física (en estos casos es muy común la anemia y susconsecuencias).

Tipo Perceptivo Extravertido:

El predominio de la función perceptiva (sensorial) sumado a ladisposición general extravertida (centrada en el objeto), hacen de este tipoel más «realista» de todos, es decir, el que más contacto tiene con el mundoexterior y el que posee un mayor desarrollo del sentido objetivo de loshechos. Necesita estar rodeado de estímulos externos permanentemente,pero se aburre con facilidad dando muestras de fastidio, por lo cual buscaque estos estímulos cambien continuamente. Se muestra vivaz, alegre,amable, con una gran capacidad de goce, buen camarada y de gustosestéticos muy depurados. Es mucho más habitual en los hombres que enlas mujeres por ser la percepción o sensación una función masculina.

• Es una buena compañía porque gusta de ofrecer comodidad yplaceres a sus amigos y visitas.

Su motivación constante es la de percibir al objeto y gozar de él através de sus sensaciones. Minimiza los problemas de la vida y loscompensa mediante una salida o un almuerzo. Puede ser un gozadorenfermizo (perverso) o un esteta refinado.

Los conflictos psíquicos son considerados fantasías enfermizas. Ytodo lo que piensa y siente lo reduce a fundamentos objetivos. La funciónque se reprime en este tipo es la intuición, la cual, en casos severos, se

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impone mediante proyecciones sobre el objeto, manifestándose bajo laforma de celos exacerbados y estados de angustia.

Los síntomas neuróticos más habituales son las fobias y lasobsesiones. También suelen manifestarse supersticiones y miedosrelacionados con lo sobrenatural por la atribución, inconsciente, de valormágico a los objetos.

Tipo Perceptivo Introvertido:

En este tipo la disposición general está orientada hacia el sujeto conpredominio de la función perceptiva, esto significa que su obrar está enrelación con la sensación subjetiva que le suscita el objeto. Como estácentrado en sí mismo, nunca se sabe cómo va a reaccionar porque no esposible anticipar qué impresión le dará el exterior. Por esto es que no escomprendido por los demás ni por sí mismo. Esto se debe también al hechode que sus percepciones tienen escasas o ninguna relación con lascaracterísticas objetivas de la realidad, por lo que parecen sumidos en unmundo irreal.

Es el más irracional de los tipos, y se deja llevar por las circunstanciaspor su incapacidad para seleccionar racionalmente. Es por ello que permiteque abusen de él y luego es muy vengativo.

Este tipo se presenta más frecuentemente en los hombres por tenerpredominancia una función estrictamente masculina.

Es terco y aparenta tener un gran dominio de sí mismo. Al ser laintuición la función que se reprime, la forma de neurosis que se presentahabitualmente es la neurosis obsesiva. En general suele presentar unextremado agotamiento físico.

Tipo Intuitivo Extravertido:

Aquí la función que predomina es la intuición en una disposicióngeneral orientada hacia el objeto, por lo tanto este tipo presenta la

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característica fundamental de poseer un especial sentido premonitoriosobre el futuro y las nuevas posibilidades, desechando todo aquello quese atenga a situaciones estables y de valor convencional.

Genera oportunidades para otros, pero él mismo es rnuy inconstantey cambia rápidamente de actividad por ver en cada situación nueva unanueva posibilidad. Es por esto que abandona sus proyectos a mitad decamino buscando siempre nuevas perspectivas. Tiene escaso interés porlos sentimientos ajenos como por las convenciones sociales. Posee unamoral propia. El típico representante de este tipo es el político, elcomerciante y el empresario, por estar su intuición puesta en los objetos.Otra característica que presentan es que hacen mucho hincapié en elprogreso económico y en el fomento de la cultura en general.

Se da con más frecuencia en las mujeres por ser la intuición unafunción del orden de lo femenino, pero hay hombres que también seencuadran en este tipo.

Frente al objeto se comporta con superioridad y muchas veceshasta con desconsideración, ya sea que se trate de personas, circunstanciaso hechos, porque no ve en ellos lo que son sino lo que le dicta su intuición.Frente a esto el inconsciente proyecta sobre los objetos -compen-satoriamente- parte de la Sombra del individuo en forma negativa. Siendoque la sensación es la función más reprimida, los objetos se tornanvengativos y amenazantes. Es por ello que este tipo sufre de ideasobsesivas, hipocondríacas, fobias de toda clase y sensaciones físicas querayanlo absurdo.

Tipo Intuitivo Introvertido:

Este tipo presenta una disposición general orientada hacia sí mismocon predominio de la función intuitiva. El mejor representante de este tipo,en condiciones normales, es el artista. Son muy subjetivos y muestran unagran despreocupación por los asuntos y temas exteriores, y es por elloque poseen una moral propia y no convencional. A veces pasan porexcéntricos y enigmáticos. Son inestables y se los considera poco

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confiables porque tienden al aislamiento y nunca se sabe exactamente loque piensan. Son fantasiosos y en casos extremos videntes y místicos. Vivenfuera de la realidad y en general necesitan que otro los «traiga de vuelta»al mundo real. Cometen muchos errores por no prestar atención a loexterno, y debido a su ensimismamiento a veces suelen sufrir accidentesocasionados por simples «torpezas».

Es el menos práctico de los ocho tipos psicológicos.Al ser la percepción la función opuesta a la intuición y por ello la

que se reprime intensamente, de su inconsciente surgen sensacionestraducidas en una vinculación excesiva con el objeto (personas o cosas).Es por esto que la forma de neurosis más frecuente es la obsesiva consíntomas hipocondríacos, en la que se manifiesta una hipersensibilidad delos sentidos. En casos graves se presenta la psicosis (en especial laesquizofrenia).

Cabe aclarar y reiterar algunos puntos referidos a los tipospsicológicos. Jung, recordemos, formuló esta tipificación con un objetivomuy lejano al de categorizar a los individuos, lo hizo con la intención debrindar herramientas nuevas para una mayor comprensión del psiquismohumano y de su comportamiento frente a la realidad y sus semejantes. Porotro lado, manifestó en varias oportunidades que esto no significa queresulte sencillo siempre y en todos los casos hallar tipos puros, ya que lasfunciones auxiliares permiten en gran medida la adaptación del individuoa su ambiente y las «inferiores» (reprimidas) colaboran desde loinconsciente para compensar esa adaptación cuando la situación así lorequiere mediante síntomas neuróticos. Para lograrlo, hay que poder haceruso de las cuatro funciones psicológicas - aunque siempre predomine unade ellas - para lo cual hay que estar bien entrenado y poseer cierto gradode autoconocimiento. Por ello es fundamental que el analista se preparemediante su propio proceso psicoterapéutico con otro analistajunguiano.

Hay que destacar el hecho de que Jung sostuvo que durante elProceso de Individuación el conocimiento del funcionamiento de la psiqueindividual es fundamenta] para la evolución de este proceso. Y esta teoríade los tipos es un elemento que ayuda mucho para encontrar las vías que

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llevan a saber cuáles son las funciones menos diferenciadas sobre las quehay que trabajar para un desarrollo más armónico de la personalidad.

Además, este modelo posibilita entender las diferencias y conflictosque surgen entre los individuos (tipos opuestos, por ejemplo) y la basesobre la que se sustentan determinadas formas de neurosis y padecimientospsíquicos.

Es innegable que Jung realizó un aporte valiosísimo al campocientífico a través de esta clasificación de los tipos, ampliando y abriendonuevas perspectivas para el estudio del psiquismo humano. Capítulo IX

1 Principio de Sincronicidad

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Principio de Sincronicidad

Para definir exactamente lo que Jung quiso plantear con el Principiode Sincronicidad, nada mejor que ir a la fuente misma, esto es, a laspropias palabras de Jung, para luego explicar debidamente los detalles yejemplos de este principio. Jung define a la Sincronicidad como «lacoincidencia temporal de dos o más acontecimientos, no relacionadosenlre sí causalmente, cuyo contenido significativo es idéntico osemejante». Aclarando a continuación que «Sincronicidad. entonces,nada tiene que ver con sincronismo, que significa mera simultaneidadde dos acontecimientos». «Así, pues, Sincronicidad significa en primerlugar simultaneidad de un estado psíquico con uno o variosacontecimientos externos que aparecen como paralelos significativoscon el momentáneo estado subjetivo -y en ciertos casos, viceversa».*

Esto sucede cuando un individuo comprueba que una imagen mentalsubjetiva propia es reflejada por un suceso externo, como materializandoesa imagen, sin ninguna explicación causal posible. Lo que se da es unaconcordancia en el nivel de significado de un hecho psíquico y uno materialque se producen simultáneamente. Es por esto que Jung consideró a losfenómenos de Sincronicidad como «coincidencias significativas(¡causales».

A la coincidencia significativa la denominó también «conexióntransversal» de acontecimientos. Éstos, reiteramos, no admiten unaexplicación causal, aclarando que «el elemento de enlace debe radicaren la igualdad de significado (o sentido) de los acontecimientospar alelas, o sea que su tertium comparationis es el significado».

* Jung, C. G. «La Interpretación de la Naturaleza y la Psique».

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El Maestro de Zürich presentó varios ejemplos en los que tuvo lugarel fenómeno de sincronicidad. Citaremos dos de ellos: «Una señor a jovena la que estaba tratando tuvo, en un momento crítico, un sueño en elque le daban un escarabajo dorado. Mientras me contaba el sueño,me senté de espaldas a la ventana, que estaba cerrada. De pronto oíun ruido detrás de mí, como un ligero golpeteo. Me di la vuelta y viun insecto que golpeaba contra el cristal por la parte exterior. Abríla ventana y cogí al animalito en el aire al entrar. Era lo más parecidoal escarabajo dorado que se encuentra en nuestras latitudes: unescarabajo escarabeido, la centonia dorada común (Centonia aurata),que, en contra de sus costumbres habituales, había sentido, sin duda,la necesidad de entrar en una habitación oscura en aquel precisomomento. He de admitir que no me había sucedido nada parecido niantes ni después y que el sueño de la paciente ha permanecido comoalgo único en mi experiencia.»

El segundo ejemplo es el siguiente. Narra Jung: «La esposa de unode mis pacientes, ya cincuentón, me contó una vez que, a la muertede su madre y de su abuela, se reunió una banda de pájaros por fuerade las ventanas de la cámara mortuoria. Yo había oído ya a otraspersonas historias similares. Cuando el tratamiento de su maridoestaba tocando a su fin, por estar curado de su neurosis, le aparecieronunos síntomas, aparentemente inocuos, que, sin embargo, meparecieron típicos de una enfermedad de corazón. Lo mandé a unespecialista que, después de examinarlo, me confirmó por escrito queno encontraba ningún motivo de alarma. Al volver de la consulta, conel informe médico en su bolsillo, mi paciente sufrió un colapso en lacalle. Cuando lo llevaban moribundo a casa, su mujer se encontrabaya angustiada porque, poco después de que su marido se fuera almédico, una bandada de pájaros se posó en su casa. Ella, lógicamente,recordó lo que había sucedido a la muerte de sus propios parientes, ytemió lo peor.»*

* Jung, Cari Q, op, cit.

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A través de estos ejemplos Jung también pudo determinar que lascoincidencias significativas poseen una base arquetípica, ya que tanto enel primer ejemplo (el escarabajo como símbolo de renacimiento, símbolodesconocido por la paciente de Jung) como en el segundo (la bandada depájaros relacionada a la muerte tiene una llamativa correspondencia conla creencia egipcia de que el alma era un pájaro y con la babilónica queconsideraba que las almas llevaban un vestido de plumas), los temas a losque se hace referencia provienen de lo Inconsciente Colectivo.

Respecto a esto expresó: «La gran mayoría de los fenómenos desincronicidad espontáneos que tuve ocasión de observar y analizarpermitieron reconocer sin dificultad su relación directa con elarquetipo. Este, ensimismo, es un factor psicoideo, irrepresentable.de lo inconsciente colectivo. Lo inconsciente colectivo no puedelocalizarse, por cuanto en principio se encuentra completo en cadaindividuo o se encuentra que es el mismo en todas partes. Nunca puededecirse con certeza si lo que está ocurriendo en lo inconscientecolectivo de un señalado individuo no está ocurriendo también enotros individuos, organismos, cosas o situaciones»*'.

Con el concepto de sincronicidad Jung rompió con el principio causalpredominante en la ciencia occidental, es decir, regido por la ley de causay efecto y de acción y reacción.

Jung, de alguna manera, restituyó lo que se creía en la antigüedad.Veamos cómo es esto.

En el mundo antiguo, lo humano era una parte de lo divino. Esosignificaba que lo terrenal era una expresión de la divinidad, por lo tanto,no era necesario conocer las causas de lo que acontecía en el mundohumano, ya que era una expresión del orden divino. Esto implicaba, parala civilización oriental, concebir al universo como un todo inseparable. Estacosmovisión permitía buscar las respuestas a los grandes interrogantes delser humano acerca de su trascendencia y comprender que para ello sedebía interpretar el todo por sobre los hechos particulares. Ése era el modoque tenían para conocer lo que se debía hacer para restablecer la armonía

* Jung, C. G. op. cit.

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perdida en cada caso en particular. Los sabios eran aquellos que conocíanlas reglas que regían al universo en su conjunto y que eran aplicadas a loseventos terrenales, porque «como es arriba es abajo» era la reglafundamental de este pensamiento, en el que no eran posibles lasinterpretaciones aisladas fuera del contexto universal. Tiempo y espaciono eran medibles en los términos de la ciencia occidental, y es por elloque los métodos de adivinación, en especial los oráculos, respondían aproblemas fundamentales del ser humano y brindaban la orientaciónnecesaria sin depender de los factores de causa y efecto, por lo que eranfactibles de aplicar a cada uno y a todos en general por coincidir lo«objetivo» con lo «subjetivo». Por eso cada acto adivinatorio essincronístico, porque el acierto de una premonición no responde a unacausa que lo condicione. Su función es la de revelar cómo se correspondenlo interno y lo externo en un paralelismo acausal. Esto mismo sucede conel I Ching. al que Jung estudió en profundidad y al cual consultaba casi adiario. El sabio suizo se refirió a él diciendo: «...quienquier a que lo hayainventado, estaba convencido de que el hexagrama obtenido en unmomento determinado coincidía con éste en su índole cualitativa, nomenos que en la temporal. Para él, el hexagrama era el exponentedel momento en el que se lo extraía, por cuanto se entendía que elhexagrama era un indicador de la situación esencial que prevalecíaen el momento en el que se originaba.»

Esta concepción unificadora oriental milenaria, lamentablemente sefue perdiendo a medida que creció y avanzó la civilización occidental, ycon ella comenzó la supremacía de sus propias característicasfragmentadoras del mundo. Así es como el conocimiento integrador ysintético propio de la civilización oriental se encontró en franca oposicióncon el separatista, razonador y analítico del occidental.

Cuando Jurig formula el Principio de Sincronicidad, la ciencia sebasaba en hechos comprobables mediante el método experimental basadoen la causalidad y la estadística en cuyos resultados se asentaban las leyesde todo comportamiento físico, químico y biológico de la naturaleza. Estaconcepción mecanicista de la ciencia moderna excluye los casosindividuales, formulando hipótesis y leyes generales que se contraponen a

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la idea de un universo integrado, distanciándose cada vez más de lanaturaleza misma de las cosas que de ningún modo es fragmentaria.

Jung reconoció que, para formular el Principio de Sincronicidad,Albert Einstein fue su inspirador. Jung y Einstein tuvieron varios encuentrosdurante los años 1909 y 1910 y luego entre 1912 y 1913, períodos en losque éste último ejerció la docencia en Zürich. En ese momento Einstein sehallaba trabajando en su teoría de la relatividad, lo que llevó a Jung a pensaren la posible relatividad del tiempo y el espacio.

Jung empleó el término Sincronicidad por primera vez en el año1930, en un discurso que pronunció en memoria de Richard Wilhelm, quienfuera el traductor del I Ching.

En 1928 el físico Wolfgang Pauli, se contactó con Jung en busca deayuda psicoterapéutica. De ahí en más se estableció una relación de mutuobeneficio para ambos (Pauli fue Premio Nobel de Física en 1945 apropuesta de Einstein, y en ese entonces ya había demostrado la existenciade una causalidad no local y había determinado el llamado Principio deExclusión en 1925). Pauli fue uno de los precursores de la Física Cuántica.A partir de sus estudios sobre Mecánica Cuántica y las experienciasparapsicológicas experimentadas por el propio Pauli, se fueron derivandonuevas conceptualizaciones sobre el comportamiento de la materia y delas leyes de la naturaleza que, junto a otros descubrimientos físicos comola Relación de Indeterminación o Incertidumbre de Heisenberg, así comolos Principios de complementariedad onda-partícula y la denominadaConstante de Plank, llevaron a planteos muy interesantes que apoyan laTeoría de la Sincronicidad. Así es como, por ejemplo, Miguel MartínezMigueles expresa: «las «leyes-sistemas» no son derivables de las leyesque rigen a sus componentes. Las propiedades que exhibe, por ej., unátomo en cuanto un todo, se gobiernan por leyes no relacionadas conaquellas que rigen a sus «partes separadas»; el todo es entendido yexplicado por conceptos característicos de niveles superiores deorganización. Y este principio se extiende a todos los sistemas oestructuras dinámicas que constituyen nuestro mundo: sistemasatómicos, sistemas moleculares, sistemas celulares, sistemasbiológicos, psicológicos, sociológicos, culturales, etc. La naturaleza

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de la gran mayoría de los entes o realidades es un todo polisistémicoque se rebela cuando es reducido a sus elementos. Y se rebela,precisamente, porque así, reducido, pierde las cualidades emergentesdel «todo» y la acción de éstas sobre cada una de las partes.»*

Con lo planteado por Pauli y los demás físicos cuánticos, quedódemostrado, desde la Física misma, que no se puede reducir el todo asus partes ni ser analizado fragmentariamente a partir de elementosaislados que lo constituyen. Estos descubrimientos tuvieron importantespuntos de coincidencia con el pensamiento de Jung.

La relación con Pauli permitió a Jung sostener su teoría de laSincronicidad con el apoyo de uno de los científicos más destacados dela época. Como expresamos anteriormente, también se basó en lostrabajos de otros físicos como Bohr y Heisenberg. Este último expresó:«ha resultado que a los constituyentes elementales de la materia, alos entes que un día se concibieron como la última realidad objetiva,no podemos de ningún modo considerarlos «en sí»: se escabullen detoda determinación objetiva de espacio y tiempo, de modo que enúltimo término nos vemos forzados a tomar por único objeto de laciencia a nuestro propio conocimiento de aquellas partículas».**

Jung consideró que las leyes naturales, al estar basadas enestadísticas y probabilidades, eran absolutamente relativas, ya que quedaun resto de la realidad (como la realidad psíquica) que no puede serevaluada en términos cuantitativos ni cualitativos empleando esas técnicas.Es más, sostuvo que el científico preformula interrogantes a la naturalezaa través de un método experimental relativo y «prejuiciado», con lo quesólo puede obtener respuestas parciales que luego son presentadas comoleyes generales.

Von Franz expresó respecto a esta «coincidencia de perspectiva»existente entre Jung y los físicos que: «elfísico y el psicólogo observaríanen realidad un mismo mundo a través de dos vías (channels) diferentes.Ese mundo se presentaría, si se lo observa desde el exterior, como

* Martínez Míguelez, Miguel, artículo «Conceptualización de la transdisci-plinariedad» en POLIS Revista de la Universidad Bolivaríana, Volumen 5 N°l 6 2007.** Heisenberg, «La imagen de la naturaleza en la física actual».

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«material» y, si se lo observa por introspección, como «psíquico». Ensí mismo, probablemente no sería ni psíquico ni material, sino quesería enteramente trascendente»*.

En su búsqueda de un principio que explicara el fenómeno deacausalidad, Jung estudia y analiza los conceptos de la teoríaschopenhaueriana del destino. Si bien la explicación de Schopenhauer eraestrictamente determinista fundamentada en un principio metafísico, estemodelo le sirvió a Jung como punto de partida para pensar las coincidenciassin vinculación causal pero con conexión a través del significado. «Jungtoma de Schopenhauer la idea de que casual significa la coincidenciaen el tiempo de algo que no es unido causalmente. ... Igualmente, lasanalogías de Schopenhauer permiten pensar acontecimientos queademás de estar determinados por cadenas causales diferentes,pueden vincularse entre sí mediante conexiones transversalessignificativas»**.

Veamos cómo explica Jung el fenómeno de acausalidad: «Si la leynatural fuera una verdad absoluta, no podría entonces haber procesosque se desviaran de ella. Pero dado que la causalidad es una verdadestadística, sólo vale para el promedio y deja así lugar paraexcepciones que de alguna manera deben ser experienciables, es decir,reales. Considero los acontecimientos sincronísticos comoexcepciones acausales de esa clase. Demuestran ser relativamenteindependientes del espacio y del tiempo; relativizan el espacio y eltiempo dado que el espacio no presenta en principio obstáculo algunoa su paso, y la sucesión de los acontecimientos en el tiempo esinvertida, de modo que parece como si un acontecimiento que no haocurrido todavía causa ya una percepción en el presente. Pero si elespacio y el tiempo son relativos, la causalidad también pierdeentonces su validez, puesto que la sucesión de causa y efecto se verelativizada o abolida,»***

* Von Franz, M. L. «Algunas reflexiones sobre la sincronícidad».** Gómez Rincón, Carlos Miguel, «La sincronicidad como principio deinterpretación para un mundo unitario en la obra de C, G. Jung», artículo.*** Jung, C. G. op. cit.

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Jung y Pauli han coincidido en afirmar que «Existe una estrecharelación entre acontecimientos interiores y exteriores que vivimos.Relación ésta que no puede ser explicada por principio de causa yefecto, pero sin embargo, tiene sentido para el observador.)) Esto tieneestrecha vinculación con lo citado anteriormente respecto a lo inconscientecolectivo y su presencia en cada ser individual y «en otros individuos,organismos, cosas o situaciones», lo que explicaría la íntima ligazón queexiste entre lo interno y lo externo y el hecho de la simultaneidad de loshechos sincronísticos unidos por su significación. Además, agrega Jung,en la misma obra, que: «Para la psique inconsciente espacio y tiempoparecen ser relativos; esto es, el saber se halla dentro de un continuoespacio-tiempo en el cual el espacio ya no es espacio, ni el tiempotiempo. Por lo tanto, si lo inconsciente desarrolla o mantiene ciertopotencial en dirección a la consciencia surge entonces la posibilidadde que acontecimientos paralelos puedan ser percibidos o «sabidos».»

Jung aplicó el Principio de Sincronicidad no sólo a los fenómenospsicológicos sino también a los parapsicológicos, como por ejemplo enlos estudios realizados por J. B. Rhine en la Universidad de Duke sobreadivinación de cartas mediante la PES.

Para el Maestro de Zürich fue de fundamental importancia a la horade plantear su concepto de sincronicidad, su encuentro con el mundooriental, especialmente a través del Libro de las Mutaciones (I Ching).

«A diferencia de la ciencia occidental, el método investigativodel Libro de las Mutaciones no trata de imponer una serie de estrictasrestricciones a la naturaleza. Por el contrario, al introducir el azar,le deja todas las oportunidades de expresarse. Como se ve, lo que másinteresa a la mente china es el aspecto casual de los acontecimientos,lo que nosotros consideramos una coincidencia carente de sentido.Esto, evidentemente, va en contra de todo procedimiento causalistaque exige discernir la compleja red de las leyes naturales, separando,par a poder contemplarlas con claridad, distintas cadenas de causasy efectos, y tendiendo a producir situaciones ideales. Para elpensamiento chino, en cambio, resulta más importante captar latotalidad, las formas reales que aparecen en un momento dado de

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manera fortuita y sin estar interconectadas causalmente. Se trata deaprehender un momento en su totalidad, integrando hasta el másmínimo detalle, y no de descomponerlo en sus ingredientes, buscandolas razones hipotéticas que pudieran justificar la coincidencia de loshechos».*

Siguiendo con el pensamiento chino, el Tao también fue uno de losprecursores del Principio de Sincronicidad. Jung nos recuerda que Wilhelmtradujo Tao como «nada» a diferencia de los jesuítas que lo tradujeroncomo «Dios». Tao como «nada» es sinónimo de «significado» porque,según la concepción china, «no se manifiesta de por sí en el mundo delos sentidos, del cual es solamente su organizador»**. Y agrega que:«Wilhelm lo describe como «una concepción situada en el límite delmundo de los fenómenos». En ella los opuestos «se anulan en la no-disíinción» pero siguen existiendo poíencialmenle». «La realidad,según Wilhelm, es conceptualmente cognoscible porque, de acuerdocon la concepción china, hay en todas las cosas una «racionalidad»latente. Es ésta la idea fundamental de la coincidencia significativa...»«Donde prevalece el significado, allí resulta el orden». Y luego citauna frase de Wilhelm: «El significado (Tao) se oscurece cuandofijamos nuestra vista en pequeños fragmentos de la existencia».

Volviendo a lo que hemos expresado anteriormente sobre laintervención de los arquetipos en los hechos sincronísticos, recordemosque Jung formuló que en lo Inconsciente Colectivo existe un saber absoluto,innato, que se caracteriza por: poseer un sentido trascendental, es decir,anterior a toda actividad de la Consciencia, que se manifestaría a ella pormedio de los hechos sincronísticos, por lo tanto es un saber preexistente;es atemporal, aespacial y acausal que no puede ser localizado puramenteen lo psíquico sino que también opera en los objetos, situaciones, cosas yotros individuos y, por lo tanto relacionado a un ordenamiento formalcomún entre psique y physis determinado por una similitud de significadono causal; contiene ciertas «existencias inmediatas de acontecimientos

* Gómez Rincón, Carlos Miguel, op. cit.** Jung. C. G. op. cit.

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que para la consciencia son futuros»', y que no se trata de algocognoscible, sino de un percibir, como diría Jung «el microcosmos quecontiene 'las imágenes de toda la creación'». Por lo tanto, laSincronicidad toma así el carácter de «acto creativo», expresado por elmismo Jung como «la creación continua de un ordenamiento que existedesde siempre, que se repite esporádicamente, y que no cabe derivarde antecedentes conocidos algunos». «Así, los fenómenossincronísticos representan la creación continua de ciertosordenamientos, creatio ex nihilo» *, Esto es posible gracias a que entrela psique y el mundo el arquetipo psicóideo actúa como intermediariootorgándole significado a los acontecimientos acausales. A través de estosconceptos se nota la influencia que tuvo en Jung el milenario pensamiento

chino.Para terminar de conceptualizar el Principio de Sincronicidad,

veremos que Jung estableció que éste podía adoptar tres formas posibles:«a) La coincidencia de cierto contenido psíquico con un proceso

objetivo correspondiente que se percibe ocurriendo simultáneamente.b) La coincidencia de un estado psíquico subjetivo con un

fantasma (sueño o visión) que después resulta ser un reflejo más omenos fiel de un acontecimiento objetivo, sincronístico, que ocurriómás o menos simultáneamente, pero a distancia.

c) Lo mismo, excepto que el acontecimiento percibido ocurreen el futuro y está representado en el presente sólo por un fantasmaque le corresponde.»

Sobre estos puntos Jung aclara que sólo en el primer caso unacontecimiento objetivo coincide con un contenido subjetivo, mientras queen los otros dos la Sincronicidad sólo es posible de ser verificada conposterioridad, aunque no por ello dejan de ser fenómenos sincronísticoslos que tienen lugar.

Abraham Haber en su libro «Jung y el Principio de Sincronicidad.Arquetipos y Símbolos», pone como ejemplo de uno de estos casos unsueño que tuvo en el año 1962 y al que intentó interpretar desde el

* Jung, C. G. op. cit.

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psicoanálisis. En ese sueño realizaba un viaje a Brasil en automóvil con suesposa y sus dos hijos, en el que la ruta estaba flanqueada por hortensias.Sentía que había equivocado el camino y se encontraba luego en unespacio rodeado de negocios y casas, frente a las cuales había una iglesiaen construcción. Allí se terminaba el camino y debían regresar. Dos añosdespués de tener este sueño, Haber viajó a Brasil en automóvil con suesposa y sus hijos rumbo a Curitiva. A medio del camino tomó una rutaque lo condujo por al pueblo de Gramado, donde se celebraba la fiestade las hortensias, por lo que el sendero estaba repleto de estas flores.Haber recordó de inmediato el sueño que había tenido años atrás.Finalmente llegaron al pueblo de Canela, en donde había casas y negociosy una iglesia en construcción. Allí terminaba la ruta y se dio cuenta de quehabían errado el camino, igual que en el sueño, y que no les quedaba otraalternativa más que volver. Este hecho revela que el fenómeno sincronísticopuede suceder en el futuro y sólo ser comprobado como tal luego de queéste tiene lugar. Al respecto dice Haber que este sueño anticipatorio podríahaber sido analizado como un sueño cualquiera, pero que, indudablemente,a veces «la interpretación simbólica puede forzar los significados hasta talpunto que cualquier cosa puede ser símbolo de cualquier cosa...». En estecaso en particular cualquier interpretación hubiese sido errónea, ya queera un sueño o visión anticipatoria de un hecho que tendría lugar tiempodespués en la vida real.

Haber hace constar también que este sueño tuvo lugar en unmomento coyuntural de su vida: en el período en que se estaba produciendoel pasaje a la «mitad de su vida» (faltaba poco tiempo para que cumpliera40 años), momento en el que suelen presentarse sueños arquetípicos yfenómenos parapsicológicos, hechos que le sucedieron efectivamente aHaber durante ese tiempo. Respecto a esto expresa Haber: «...AniellaJaffé aclara que el requisito «verdaderamente esencial» para eladvenimiento de un fenómeno sincronístico radica en la intervenciónde un arquetipo. La emoción o el afecto sólo adquieren importanciadecisiva cuando son ellos los que determinan el acercamiento de loinconsciente (y por lo tanto de los arquetipos) a los dominios de laconsciencia. Jung habla frecuentemente de un descenso del nivel de

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la consciencia como condición para que se produzcan fenómenossincronísticos. La energía psíquica que se retira de la consciencia, fluyehacia lo inconsciente y activa los arquetipos.» Y luego hace unaaclaración importante: «Los fenómenos sincronísticos son posiblesporque el descenso de nivel de consciencia y la consiguiente corrientede energía que fluye a lo inconsciente permite que se produzca en esecaso una relativización del espacio y del tiempo como si espacio ytiempo se pudiesen contraer, estirar o anular. Puede intentarse unparalelismo entre la relatividad espacio temporal de la física actualy la relatividad que reina en lo inconsciente colectivo. En la imagenque nos entrega la física, dos fenómenos que son simultáneos paraun observador situado en un punto de vista determinado, no lo sonpara otro observador colocado en otro punto. Un fenómeno que sepercibe después de otro, desde otro punto de vista, ocurre «antes».Un hipotético observador que pudiera trasladarse instantáneamentede un lugar a otro percibirá dos fenómenos primero en un orden ydespués en el orden inverso. El mismo fenómeno aparece desdoblado.En la esfera de la psique ocurre un desdoblamiento similar. Unfenómeno que en ciertas coordenadas temporoespaciales aparecedespués, en otras coordenadas aparece antes.» *

Debemos aclarar que Jung fue muy cauteloso al considerar loshechos sincronísticos como tales. Siempre que fuera posible algunaexplicación causal de los acontecimientos que acontecían en formasimultánea, éstos dejaban de ser sincronísticos. Jung aplicaba el términode «coincidencias significativas» sólo cuando era imposible la explicaciónpor causa y efecto. En este sentido, no negó la existencia de la causalidaden términos generales, sino que admitió la existencia de la acausalidad enalgunos fenómenos entre los que era inconcebible una relación de causa yefecto.

Con Pauli, Jung extendió el Principio de Sincronicidad a losfenómenos de la naturaleza, y ambos propusieron una modificación a laclásica imagen del mundo basada en la tríada de tiempo-espacio-

* Haber, A. «Jung y el Principio de Sincronicidad. Arquetipos y Símbolos».

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causalidad, por una apoyada en cuatro principios ordenadores con el finde establecer algún nexo entre los conceptos opuestos de Sincronicidad ycausalidad. Este «cuaternio» estaría constituido por: energía indestructible;continuo espacio-tiempo; conexión constante por efecto (causalidad) yconexión inconstante por contingencia, equivalencia o «significado»(sincronicidad).

Para comprender este «cuaternio» y el papel que juega en él lasincronicidad Jung explica que: «...creo necesario introducir, junto alespacio, el tiempo y la causalidad, una categoría que no sólo nospermita entender los fenómenos sincronísticos como una claseespecial de fenómenos naturales, sino que también abarca locontingente, por una parte, como algo común y existente desde todoslos tiempos, y, por la otra, como la suma de incontables actos decreación individual que acontecen en el tiempo».

Un ejemplo de fenómeno de sincronicidad en la vida de Jung

De los muchos casos que Jung tuvo la oportunidad de interpretarcomo fenómenos de sincronicidad, menciona uno particularmenteinteresante en el que pudo observar dos factores: un agrupamiento o«series del azar» que podrían llegar a considerarse meras «casualidades»situadas dentro de los límites de la probabilidad (ya veremos si estofinalmente fue así o no); y por otro lado la existencia de verdaderasconexiones acausales cuyo contenido se encuentra ligado a su significación.

Vayamos al ejemplo: «Para citar un ejemplo entre muchos, tengoregistrado el siguiente caso con fecha 1° de abril de 1949: «Hoyviernes. En el almuerzo nos sirven pescado. En la conversaciónalguien recuerda incidentalmente la costumbre del 'pez de abril'.Durante la mañana había yo anotado una inscripción: 'Est homo totusmedius piséis ab imo . Por la tarde una ex paciente mía a quien nohabía visto desde meses atrás, vino a mostrarme algunos cuadros depeces, singularmente impresionantes, que había pintado durante ese

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lapso. Por la noche se me mostró un bordado que representabamonstruos marinos pisciformes. El dos de abril, a las primeras horasde la mañana, otra ex paciente a la que no había visto desde hacíamuchos años, me relató un sueño en el cual, estando a orillas de unlago, vio a un pez grande que se acercaba nadando en dirección a ella,para amarrar, por así decir, a sus pies. Durante esos días estaba yoocupado en una investigación sobre el símbolo del pez en la historia.Sólo una de las personas mencionadas estaba enterada de ello»».

Y más adelante agrega: «Ciertamente, es por demás notable queel tema del «pez» se repita nada menos que seis veces en veinticuatrohoras. Pero hay que tener presente que «pescado» el día viernes escosa ordinaria. También es fácil que el primero de abril se recuerde el«pez de abril». Hacía entonces varios meses que yo estabaocupándome del símbolo del pez. Los peces se dan a menudo comocontenidos inconscientes. En consecuencia, posiblemente no sejustifique ver en todo eso más que un grupo de casualidades.Acumulaciones o series compuestas de hechos corrientes deberán porahora considerarse como casuales. Nota al pie de página: «Paracompletar lo dicho, deseo mencionar aquí que escribí esas líneassentado a orillas de un lago. Terminada la frase, di algunos pasossobre la ribera: allí yacía muerto un pez de unos treinta centímetrosde largo, al parecer intacto. En la tarde del día anterior no había allíningún pez. (Cabe presumir que lo habría pescado un ave de rapiñao un gato). Este pez fue el séptimo de la serie.»

A continuación Jung explica que hasta ese punto, podríanconsiderarse todas estas coincidencias como casuales o aciertos al azar,quedando eliminada toda posibilidad de que frieran conexiones acausalesy que este supuesto sería válido mientras no pudiera demostrarse que «lafrecuencia del suceso excede los límites de la probabilidad». Pero estosacontecimientos, además de estar ligados por un aparente azar ocasualidad, poseen un factor que los determina como sincronísticos: el delsignificado. Y como hemos expresado anteriormente, Jung distinguiósincronicidad de sincronismo para evitar, justamente, que se cayera en estetipo de errores, entendiendo con ello que los sucesos simultáneos

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conectados únicamente por el azar no poseen un significado subjetivo quelos una, es decir, no coinciden con un estado subjetivo que les otorguesignificación.

Por lo tanto, en el ejemplo citado por Jung, hallamos que losacontecimientos que se sucedieron en el transcurso de esas veinticuatrohoras fueron auténticas conexiones acausales significativas, esto es, hechosque responden al Principio de Sincronicidad.

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Apéndices

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• Aproximación al concepto de Wu Wei.

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I

Wu Wei, dejar hacer, dejar pasar. «Don't interfere», solía expresarCari Gustav Jung. Lao Tse, su Tao Te Ching y el I Ching - libro oracularde la milenaria sabiduría china - se sostienen sobre el basamento de WuWei. Pero, ¿qué es «no interferir»?. ¿Cuál es el sentido de aquellaenigmática sentencia árabe: «Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasarel cadáver de tu enemigo»?. Recordemos que una parte importante de lavida cotidiana del pueblo árabe transcurre puertas afuera del hogar. ¿Setrata, entonces, de quedarse quieto, sin hacer nada, sin producir acciones?.¿O hay un rol activo que sí debe hacerse para que Wu Wei adquierasentido?.

«Enciérrate, solo, en tu habitación: reúnete con pensamientos rectosy los amigos más extraños golpearán a tu puerta», dice una frase ancestralchina. En efecto, ese hombre, encerrado, solo pero concentrado en símismo, no está provocando ninguna actividad hacia el mundo exterior. Peroen él algo está cambiando. Hay una transformación ocasionada por lapresencia en él de pensamientos rectos. Pensamientos que, ahora, son suspensamientos. Esta putrefacción alquímica será descubierta por otros.Aunque en formas que, usualmente, pueden encontrarse fuera de lapercepción normal.

Quienes se encuentran recorriendo la misma senda, aunque lossepare una pared o la distancia, habrán de encontrarse y reconocerse aúnen el silencio solamente con un intercambio de miradas.

II

Wu Wei no implica ni dejar de hacer, ni dejar hacerirresponsablemente. Muy por el contrarío. Se trata de realizar las cosasconforme el sendero las requiere. Wu Wei significa no acortar camino ya

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Antonio Las Heras

que eso, tarde o temprano, conduce a problemas. Wu Wei es desplazarseconforme a lo debido en cada tiempo, con una velocidad eficaz para elinstante que se está viviendo.

Wu Wei es hacer. Pero hacer adecuándose al ordenamientocósmico. Sin provocar situaciones repentinas. Sin cortar lo iniciado. Sinabortar. Permitiendo que cada cosa, cada soplo, cada situación, ocurraen el momento propicio del parto. Ni antes, ni después.

III

Es un error grave creer que la aplicación del concepto de Wu Weiobliga a no realizar absolutamente ninguna acción suponiendo que «lascosas sucederán de todos modos». Nada está definitivamente escrito. Sino se hace lo que corresponde el resultado ineludible es el desastre de lapersona o del grupo; según sea el sitio en que la persona se desempeñe.Hacer mas allá de lo adecuado y recto, conduce a idénticos resultadosnefastos. Solamente se obtienen situaciones positivas cuando el movimientoes armonioso. No se trata de buscar equilibrios, que siempre son inestables,breves y se mantienen a través de tensiones que pugnan hacia eldesequilibrio. Wu Wei es la obtención de la armonía, siempre dinámica,siempre cambiante: lo único inmutable es que la mutación es permanenteen todo el Universo.

Wu Wei obliga a que la persona se integre a la Armonía Cósmica,No interferir, es cierto. Eso significa - también - actuar. Actuar de lamanera adecuada y prevista en el Plan Cósmico.

IV

Aceptar el concepto de Wu Wei requiere lo propio con la idea de«humano como parte instrumental de la Creación». Reconocerse comouna pieza - pieza clave - del Pensamiento Divino. Debiendo realizaraquellas cosas para las cuales uno fue puesto en el mundo. Si se tratara

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Manual de Psicología Jiinguiana

de vegetar, la creación nos habría hecho árbol. Si fuera para vagar,ignorantes del sentido de existencia, seríamos animales. Pero no. Somospersonas. Conscientes de existencia. De continuo siendo. Allí convergeel concepto de Wu Wei. Que, al fin, es una manera de decir que paralograr una existencia plena resulta menester no interferir con los tiemposnaturales. No abreviar, no alargar, no actuar cuando es innecesario, ponerseen movimiento solamente en el sitio adecuado, con la velocidadconveniente y llevando la carga necesaria. Quizás mucho tenga esto quever con la afirmación de San Ignacio de Loyola sobre que un hombre estáen el camino de Dios cuando es capaz de responder dos preguntas: «¿Adónde voy?» «¿Para qué voy?».

Wu Wei es, finalmente, dejarse orientar por las corrientes quedesplazan las masas acqueas del río de Heráclito. *

* Una primera versión de este trabajo fue publicada originalmente en el matutinoLa Prensa (de Buenos Aires) el 22 de mayo de 1981,

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II

• Análisis arquetípico de «La pesadilla»,poema de Jorge Luis Borges.

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Manual de Psicología Junguiana

«En «La Pesadilla» los temas son dos: el del título y los sueños(«los sueños son el género, la pesadilla de la especie»). Podemos, diceBorges, considerar los sueños como par te de la vigilia o, poéticamente,considerar que toda la vigilia es un sueño. Pero agrega, «no haydiferencia entre las dos materias». Los libros de Psicología nosdefraudan: hablan de los instrumentos o de los temas de los sueños,pero nada dicen «sobre lo asombroso, lo extraño del hecho de soñar».Característicamente, Borges concluye «que los sueños son laactividad estética más antigua». En cuanto a la pesadilla, nosrecuerda una verdad a menudo olvidada:» es, ante todo la sensacióndel horror», la pesadilla tiene un sabor del que no se habla en lostratados».

Carlos Alberto GómezLa Nación, domingo 15 de febrero de 1981

«¿Cuál es el sentido de tener sueños exclusivamentecatastróficos?. Ése es el misterio de los sueños: que uno no sueña, essoñado. Padecemos el sueño, no lo hacemos... Si nos aguarda undestino fatal, el elemento que a él conduce nos atrapa de antemanoen el sueño, tal como posteriormente nos avasallará la realidad}}.

Cari Gustav Jung

I

La pesadilla, poema que nace por un repetido sueño de Jorge LuisBorges. Sueño con presencias arquetípicas y ourobóricas que,trascendiendo lo personal, fija sus raíces en estratos profundos - últimosy primeros - de la psique. Aquellos que son patrimonio de la especiehumana y, acaso, también de la vida misma.

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Antonio Las Meras

«En los sueños puede haber también verdades inquebrantables,máximas filosóficas, ilusiones, extrañas fantasías, recuerdos,proyectos, anticipaciones, visiones telepáticas, vivencias irracionalesy sabe Dios cuántas cosas más'».*

La pesadilla es grávida en símbolos de escasa relación con asuntoscotidianos o reprimidos. Temas arquetípicos se destacan. Lo personal-propio del autor y no colectivo- está dado por la manera en que sientey engalana a esos símbolos.

Dice el poema:

«Sueño con un antiguo rey. De hierroes la corona y muerta la mirada.Ya no hay caras así. La firme espadalo acatará, leal como su perro.No sé si es de Nortumbria o de Noruega.Sé que es del norte. La cerrada y rojabarba le cubre el pecho. No me arrojauna mirada, su mirada ciega.¿De qué apagado espejo, de qué navede los mares que fueron su aventura,habrá surgido el hombre gris y graveque me impone su antaño y su amargura?.Sé que me sueña y que me juzga, erguido.El día entra en la noche. No se ha ido».

(Buenos Aires, 1975).

El afloramiento de un arquetipo * * moviliza una carga emocionalde gran intensidad. Esto hace que resulte imposible dominarlo. Esa

* Hochheimer, Wolfgang, «La psicoterapia de C. G. Jung».** Utilizamos aquí la expresión arquetipo tal como fuera concebida por Jung. Alrespecto, Desmond Varley en «Siete, El número de la Creación» (Ediciones Lidium,1980) dice: «Símbolo que tiene el poder de evocar del inconsciente una respuestaque nada tiene que ver con el pensamiento racional, pero que ejerce influenciadirecta en los pensamientos, emociones y actividades del ser humano» pág. 14.

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emoción puede ser placentera o no. Lo que se siente en estascircunstancias depende de cuestiones personales. Borges, por ejemplo,sufre frente a la visión intrapsíquica. Según comentó, se trata de un sueñorepetido varias veces. Intuyéndolo como un suceso terrible, angustiante,cargado de tensión. De allí el titulo del poema: La Pesadilla.

En los instantes del dormir, cuando lo Consciente se ha borrado ylo inconsciente personal hunde sus pies en el espacio cenagoso y oscurodonde moran los arquetipos, nace este sueño de Borges.

Hay un antiguo rey. Ciego. «Muerta la mirada» dice el verso. Ycontinúa agregando: «su mirada ciega». No hay mirada. Entonces, la visiónsólo puede ser hacia dentro.

No es Borges - biológicamente ya ciego - haciendo la descripciónde sí mismo. No. Ocurre que modela, sin proponérselo, en un acto depoiesis, a un importante arquetipo. El del Anciano Sabio. El arquetipo delsignificado, como lo llamó Jung. La representación psíquica de Dios.«Puesto que aparece en varias formas - por ejemplo, como un rey oun hombre de la Medicina o un salvador -puede tomarle claramentela palabra significado en su sentido más amplio)).*

Uno de estos casos aparece aquí. Borges «viste» al arquetipo delVenerable Sabio Anciano con la apariencia de un rey. En esto encontramosun manifiesto interés personal del autor. Se cumple, entonces, la premisadel «sueño como manifestación de deseos». Porque Borges, en su tramainconsciente, construye al símbolo del arquetipo del Anciano Sabio conla imagen de un hombre nacido hace siglos en la Península Escandinava.Resultado de las fuerzas de lo inconsciente colectivo con elementospropíos de lo inconsciente personal y las inquietudes de Borges consciente,a quien sabemos ocupado desde hace tiempo en la literatura de los paísesnórdicos y su historia.

A través del estudio de las costumbres y la literatura del mundoescandinavo, el autor se familiarizó con éstas. Pero no pudo accederdirectamente, ya que se trata de tiempos terminados. Entonces, el sueño

* Fordham, Frieda, «Introducción a la Psicología de Jung». Madrid, Morata, 1998,pág 79

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Antonio Las Heras

reconstruye. Vistiendo al arquetipo (lo colectivo) de acuerdo con lasinquietudes vigentes en Borges (lo personal).

Es interesante señalar que en los versos de la Pesadilla se encuentraseñalado el origen inconsciente de este rey. Pues Borges se pregunta dequé sitio ha venido y supone dos posibilidades: o de un espejo, o de unaembarcación con la que recorrió incansablemente los mares, encontrandoen éstos «su aventura». Cabe aclarar que tanto el espejo como los maresson símbolos de lo inconsciente, aceptados por prácticamente todas lasescuelas psicológicas.

II

El rey no es un soberano cualquiera. De ningún modo. Es unmonarca salvador. De espada fiel. Un hombre firme y justo. La imagenpaternal de Dios.

Dios padre simbolizado por un rey - omnipotente - con lascaracterísticas de padre severo y protector a la vez. Brinda abrigo yseguridad.

La presencia de este arquetipo deslumhra a Borges de tal maneraque su pesadilla se convierte en poema trascendente. Donde un reyinexistente habrá de juzgarlo «con su mirada ciega», imponiéndole «suantaño y su amargura».

Antaño: por ser poseedor de la Sabiduría de que es atributo de loEterno.

Amargura: debida a la visión personal originada, seguramente, enla insatisfacción que Borges siente al respecto de lo que realizó con supropia y única vida.

Síntesis de lo colectivo y lo individual. Integración.Un ciego. ¿Por qué un ciego?. Es que no tendría sentido un sabio

de ojos sanos. Eso es la erudición. El conocimiento que un vulgar consiguemirando a su alrededor. Pero obtener la sabiduría es otra cosa. Escondición de iniciados. Se trata de saber sin utilizar los cinco sentidos,

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recurriendo a las posibilidades interiores. Por ello el Anciano Sabiogeneralmente es descripto ciego.

Que el ciego sepa lo que el vidente desconoce, envuelve a lasituación en una atmósfera de neblina angustiante. El lector se sienteafectado, también, frente a la luz arquetípica. Haciéndola propia.

El arquetipo produce una extraña sensación. Comparable a unafigura fantasmal. Temida, sugerente y deseada a la vez.

Borges sueña a un hombre poderoso. Ciego, sí. Pero que por ellono pierde grandeza. Contrariamente, la adquiere en grado superlativo. Unhombre imponente. El rey. Duro. Firme. Alto. Descansado. Al que nadaperturba. Un monarca dotado con la suma autoridad. Un Sabio.

El rey siempre presente. Aún durante la vigilia. Así lo siente Borges.La ancianidad favorece aquí la figura del guerrero. El anciano

atemoriza. Atemoriza al autor, que es otro anciano. Seguramente un hombreal que los años recorren con sufrimiento, padeciendo, y ese anciano mortalsueña a un anciano ciego - eterno - lleno de poder.

La pesadilla se repite una y otra vez. Borges despierta angustiado.Debemos preguntarnos: ¿qué tiene de pesadíllezco soñar con un

antiguo rey, por demás anciano e inmóvil?. ¡Nada!. Nada si se consideraa esto la descripción de una manifestación onírica superficial. Pero no esasí para Borges que, inconscientemente, enhebra en los hilos de suspreocupaciones las cuentas de sus contenidos reprimidos y el dolor fértilde la abrupta aparición colectiva. Elemento cargado, en exceso, conenergía psíquica.

El arquetipo del Anciano Sabio encubre, discretamente, dos cosas:las posibilidades ocultas que todo ser humano tiene pero no suele utilizar(los fenómenos parapsicológicos) y la presencia de Dios en y frentenuestro. La primera está contenida en la segunda.

Leemos en el penúltimo verso: «Sé que me sueña y que me juzga».Ambas, características propias de Dios. ¿Quién tiene la posibilidad deconvertir el fallo de su juicio en ley ineludible?.

Las causas que provocan en Borges la sensación de pesadillacomienzan a comprenderse. Están en los contenidos simbólicos queconvierten a un sueño tranquilo en pesadilla insoportable.

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Antonio Las Heras Manual de Psicología Junguiana

El juicio. Borges sabe que ese rey se encuentra allí, a los pies de sucama, para juzgarlo. El viejo normando. Dios. El arquetipo del AncianoSabio. ¡Esto es lo que afecta a Borges!. La presencia divina.

Un rey peculiar. Tiene la capacidad de soñar al autor. «Sé que mesueña...», dice el verso. O sea, sabe que es parte y producto de él. Él esquien le dio nacimiento. Existe mientras ese rey lo sueñe. Cuando éldespierte Borges ya no existirá mas. Acentuándose la intensidad de lapesadilla. El poeta frente a quien es capaz de dar la vida y la muerte. ElEros y el Janatos. Crear y destruir. Cualidades de Dios y de loinconsciente.

III

Hay aquí un viejo asunto: ¿Somos el resultado del sueño de Dios?.¿Es el Universo producto del Divino soñar?. Surge la imagen de la rueda.De lo cíclico.

Una simbología ourobórica. El Ouróboros - la serpiente de losgnósticos, el dragón de los caballeros del medioevo - que, formando uncírculo, se alimenta con su propia cola. Sin fin, ni principio. Nacer y nutrirsede sí mismo. Ignorar el exterior para existir. Ser por derecho y decisiónpropias.

Cuando en La Pesadilla leemos: «Se que me sueña...» hallamos unouróboros poético. El soñador es, a su vez, soñado por el sujeto queprotagoniza y otorga sentido al sueño del mortal. Así el poema comienza«Sueño con un antiguo rey». Y, hacia el final, encontramos «Sé que mesueña». Incorporación de la totalidad. Comienzo, nutrición y conclusiónintegrados en los elementos del sueño. Absoluta armonía.

Así debe ser ya que Dios es sinónimo único de totalidad, concebibleen la mente humana. Dios significa lo absoluto.

Cuando Borges despierta, el ciclo sigue. Porque el rey - arquetipo-Dios está soñándolo. Las interrelaciones no desaparecen. Es unacircularidad. El ciclo misterioso. ¿Borges sueña a un rey o éste al poeta?.Mejor será decir: ambos se sueñan.

¿Cómo descartar esta última posibilidad?.Finaliza el poema. «El día entra en la noche. No se ha ido». Como

tampoco desaparece el rey aunque el poeta esté despierto. Otroouróboros. Un mándala poético. Muestra continuidad. Alambica una y otracosa para que ambas puedan ser en sus diferencias. Cada polo contienea su contrario y, tarde o temprano, se convierte en aquél. Generalmentemás temprano que tarde. Solamente la naturaleza, sin interferenciashumanas, cumple los ciclos con oportunidad.

No pudo ser más atinado el ouróboros escrito aquí. El día y la noche.Lo Consciente y lo Inconsciente. La luz y la oscuridad. Lo develado y looculto. Lo conocido y lo ignorado. La razón, la lógica y lo irracional, losensible. Lo masculino y lo femenino. El Yang y el Ying. Uno entrando enel otro. Convirtiéndose en su contrario mientras guarda a aquél en su seno.

Se reafirma la figura ourobórica. El día entró en la noche. Nodesaparece. Quedan los reflejos. Algunas claridades. No se perdió la luz.Tampoco está transformándose el día en otra cosa. ¡No!. Nada de eso.Sigue presente. Aunque no sea perceptible, ahora, que es parte de lanoche. Componente esencial para su existencia. Sin uno el otro no es tal.Por eso no deja de ser día. Como también la noche está presente cuandoel Sol produce sombras.

Al afirmar «No se ha ido» confirma la presunción de que el rey -Dios - omnipotente sigue juzgando y protegiendo. Continúa a la vera dellecho. Próximo al humano. Aunque Borges viva la vigilia y no lo sueñe ya,porque está escribiendo los versos de La Pesadilla.

El Anciano Sabio, la simbolización más antigua de Dios albergadaen lo inconsciente colectivo, emerge en este poema con esplendor y fuerzapoco comunes.

La Pesadilla es la descripción poética de cómo Borges entró en eluniverso constituido por el psiquismo más profundo, a través de una brechaonírica. El día (lo Consciente, lo luminoso, lo exterior, lo preciso) penetraa la noche (lo Inconsciente, la oscuridad, lo misterioso, el túnel, laprofundidad insondable) provocando una fructificación. La luz nodesaparece al realizar esta travesía. AI contrario. Es la integración deopuestos lo que hace posible a la totalidad.

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Antonio Las Heras

A través de la poesía, de la creación literaria, nos narra Jorge LuisBorges su descenso personal a los estratos psíquicos más profundos yoscuros. Desconocidos. Intuidos. Donde encontró que vive Dios.

III

• Los fenómenos parapsicológicos en la vida y en la obra de CariGustav Jung.

Este trabajo fue presentado en las Primeras Jornadas Argentinas de Psicología deJung, Buenos Aires, junio de 1981.

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Manual de Psicología Jutiguiana

Cari Gustav Jung no sólo fue un investigador científico de aquellosfenómenos que a principios de siglo eran llamados «ocultos». También fueun verdadero par agnosia; esto es, alguien con capacidad de producirfrecuentemente fenómenos parapsicológicos. Y, a nuestro juicio, ésta fuela causa de tal interés investigativo.

Pero antes de referirnos a Jung en sí mismo, dedicaremos algunospárrafos sobre la cosmovisión que ofrece la Antropología Parapsicológica.Para ésta, un siendo humano es producto de la interacción de cuatroestructuras que interactúan en forma especial entre sí mismas. El siendohumano nace constituido por tres estructuras: la psíquica, la física ocorporal y \aparapsicologica. Pero el rango definitivo de humano loadquiere recién cuando una cuarta estructura - la sociocivüizatoria - actúasobre el tríptico anteriormente señalado, modelándolo en una formadeterminada que en el futuro, ya joven, ya adulto, hará prevalecerdeterminadas actitudes y formas de comportamiento en lugar de otras quetambién habrían sido posibles. Esto implica que el factor parapsicológicohabrá de manifestarse o no en alguien, de acuerdo a las condicionessociocivilizatorias que hayan prevalecido durante sus primeros años devida. En lo que hace al tema que aquí nos ocupa debemos agregar que esen plena infancia y niñez cuando la persona recibe o no la autorización -inconscientemente -, e indicada por las actitudes de sus semejantescercanos (familia, amigos de la familia, vecinos, educadores) para utilizaren forma regular su potencialidad parapsicológica y, de esta forma,producir hechos extrasensoriales y/o psikinéticos. Es, precisamente, laforma en que actúe lo sociocivilizatorio sobre el recién nacido y durantesus primeros años de vida, lo que habrá de permitir que, a medida que lapersona va creciendo física y psíquicamente, se convierta en un dotado oparagnosta (términos éstos con los que se designa a quien produce confrecuencia hechos parapsicológicos, como expresamos al principio).

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Antonio Las Heras

En el caso de Cari Gustav Jung esto se comprueba plenamente, yaque sus antepasados aceptaban los hechos ocultos como cosa normal,cotidiana y de presencia común en la vida diaria. Su familia cercana -particularmente por línea materna - incluyendo a los abuelos, realizabanprácticas de lo que en aquellos días se entendía por «espiritistas» en lasque tenían lugar sucesos extrasensoriales así como movimientos de objetossin que fuerza conocida alguna pareciera guiarlos.

«...la madre de Jung, Emilia Preiswerk de Jung (1849-1923).tenía cualidades «especiales» y demostraba gran interés por lo«sobrenatural», como lo atestigua el hecho de haber escrito un diarioen el cual se refiere exclusivamente a fenómenos espectrales,presentimientos y otras «rarezas» experimentadas por ella))*. Jaffe,última secretaria y anterior consultante de Jung así lo afirma. Y refiriéndoseal sabio suizo escribe: «...su propia vida estuvo caracterizada por ungran número de experiencias en las cuales los fenómenos espontáneos,acausales o - como se llama corrientemente - ocultos, ocupaban unlugar preponderante))** Y es natural que así fuera. ¿Por qué comenzamoshablando un idioma y no otro? Sin dudas por que es el que escuchamosde quienes nos rodean (estructura sociocivilizatoria). ¿Cuál es el motivopor el que nos movemos en dos extremidades inferiores y no continuamosel gateo primigenio? La respuesta la conocemos: debido a que copiamoslo que vemos hacer a las personas que nos rodean. Bien diferente sería elcomportamiento de alguien criado por primates, aislado en una selva. (Allíno habría estructura sociocivilizatoria; apenas la estructura social de esosprimates; y un individuo criado en esa situación jamás adquiriría el rangocabal de siendo humano). Aplicando esto a C. G. Jung: ¿Cuál es la causapor la que el niño Cari -y luego el adolescente, el joven, el adulto y elanciano- produce con frecuencia fenómenos parapsicológicos?. Larespuesta es: debido a que toda su familia aceptaba esto, no lo interpretaba

* Jaffe, Aniela, «Personalidad y obra de C. G. Jung». Monte Ávila Ed., Caracas,1976, pág. 15 y 16** Jaffe, Aniela, op. cit, pág, 15

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como signos demoníacos ni funestos y algunos de ellos, además, ya losproducían. Y en este aspecto es importante destacar que su padre erapastor evangélico, igual que todos sus tíos. Esto implica haber crecido enun ambiente profundamente místico, muy favorecedor para la producciónde estos hechos ocultos.

En uno de los apéndices de su libro «Recuerdos, sueños,pensamientos» encontramos otros datos confirmatorios de nuestrahipótesis. Se trata de un apéndice escrito por la ya citada A. Jaffe - y queúnicamente se encuentra en las ediciones alemana y castellana - titulado«Algunos detalles sobre la familia de C.G. Jung». Allí leemos: «La madrede Jung... Era la hija menor del primer pastor de la iglesia evangélicade Basilea, un hombre culto y de talento poético, Samuel Preiswerk(1799-1871)... Todavía hoy se cuentan en Basilea anécdotas sobre él.En su estudio conserva Samuel Preiswerk una silla especial para elespíritu de Magdalena, con gran disgusto por parte de su segundamujer, Augusta».*

Augusta fue la abuela materna de Jung. Poseía lo que enparapsicología se denomina clarividencia (conocimiento cierto y precisode un hecho contemporáneo obtenido sin intervención de la percepción,ni la deducción o la intuición y únicamente mediante acción extrasensorial).Este «don», al parecer, lo obtuvo después de haber estado más de un díaen catalepsia. La forma en que salió de este estado resulta igualmenteextraña. A, Jaffe lo relata de esta forma: «...Augusta Preiswerk... A losdieciocho años enfermó gravemente al cuidar a un hermano afectadode escarlatina y permaneció treinta y seis horas muerta. Ya habíantraído el ataúd cuando su madre, que no podía creer en su muerte, lavolvió a la vida al ponerle una plancha sobre la nuca. «Gústele»(nombre familiar de Augusta), así se la llamaba, tenía la segundavista, lo que su familia relacionaba con el suceso de su aparentemuerte. Murió a los cincuenta y siete años».**

* Jung, C. G., «Recuerdos, sueños, pensamientos», Barcelona, Seix Barral, 1981,págs. 405 y 406** Jung, C. G., «Recuerdos, sueños, pensamientos», pág. 406

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Los datos precedentes nos ilustran sobre'cuál fue el ambiente enque nació y se crió el niño Cari Gustav. Los condicionamientossociocivilizatorios que inciden sobre las variables psicológicasinconscientes son, en su caso particular, favorables para todo aquello quela generalidad de las personas considera misterioso, peligroso y pococonveniente fomentar.

Podría objetarse que, hasta aquí al menos, no nos hemos referidoal ambiente en que concretamente se educó Cari G. Jung, mientras hemospresentado referencias sobre familiares cercanos. El análisis de lainformación disponible ha hecho posible determinar que lo que actualmenteconocemos como fenomenología parapsicológica era asunto aceptado porla rama materna de la familia. Pero, ¿esto también sucedía en la casa dondecreció y se educó? De hecho, es así. Y el mismo Jung lo relata, haciendoconstar dos cosas importantes para este trabajo: 1) Que un hechopsikinético (acción de la potencialidad parapsicológica sobre el mundoexterior sin intervención de la fuerza muscular) influyó en él poderosamente;2) Que su madre atribuía una significación trascendente a sucesos de estaíndole, a la vez que los consideraba naturales y en modo alguno originadosen fuerzas maléficas.

En el año 1898 ocurre uno de estos hechos. «Durante lasvacaciones de verano sucedió algo que debió influir en mípoderosamente. Un día estaba en mi gabinete de estudio y repasabamis libros de texto. En la habitación contigua, cuya puerta estabaentreabierta, estaba mi madre... Era nuestro comedor en el cual seveía la mesa redonda de madera de nogal. Procedía del ajuar de miabuela paterna y entonces tenía ya setenta años. Mi madre estabasentada frente a la ventana, aproximadamente a un metro de distanciade la mesa. Mi hermana estaba en la escuela y la criada en la cocina.De pronto se oyó una detonación como un pistoletazo. Me levanté deun salto y corrí al cuarto contiguo de donde había oído y o la explosión.Vi a mi madre sobresaltada en un sillón, su labor había caído de lasmanos. Dijo tartamudeando: «¿Qué, qué ha sucedido?». «Fue justoa mi lado» y miraba sobre la mesa. Vimos lo que había sucedido: Eltablero de la mesa se había roto por la mitad y no por el sitio encolado,

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sino en la madera encerada, quedé atónito. ¿Cómo podía pasar talcosa?. ¿ Una madera naturalmente encerada, pero seca ya desde hacíasetenta años, que se abre en un día de verano con una elevadahumedad habitual para nosotros? Hubiera resultado explicable en undía de invierno frío y seco junto a una estufa encendida. ¿Qué diablospudo ser la razón de tal explosión?. Realmente existen casualidadesextrañas, pensé. Mi madre movió la cabeza y dijo... «Sí, sí, estosignifica algo». Yo me sentí contrariado y disgustado por no poderresponder nada».*

Dos semanas después - estando ausente Jung - se oyó otraexplosión, igualmente inesperada. Una hora después llegó Cari a su casa.Impuesto de los hechos inició una minuciosa indagación. Finalmente hallólo que le había producido. Un cuchillo de acero, en perfecto estado, quehabía sido utilizado dos horas antes para cortar pan, yacía partido en trespartes y desprendido del mango. La causa del destrozo era imposible dedeterminar. De igual parecer fueron los «mejores afiladores de la ciudad»a los que Cari Jung consultó. La suposición halló unanimidad: para romperla hoja en esa forma alguien debía haber actuado premeditadamentehaciendo palanca contra un elemento bien resistente. Por supuesto nadade eso había ocurrido. Únicamente su madre, su hermana de 14 años y lamucama estaban en la casa durante ese momento. En término de dossemanas habían tenido lugar igual cantidad de hechos psikinéticos, de granestruendo y requiriendo intensa energía.

Para que resulte posible entender mejor cuánto afectaron a Jung estetipo de fenómenos, baste recordar lo referido por algunos visitantes a lacasa de Jung, en Küsnacht, cuando éste ya era un anciano. En ocasionesespeciales, hacía sacar de la caja fuerte empotrada en su biblioteca aquellostrozos de metal que constituyeron, una vez, en su infancia, una hoja decuchillo y los acomodaba cual si se tratara de un rompecabezas. Una vezarmados quedando a la vista, sobre la mesa de trabajo, la forma originalque aquel utensilio había tenido, Jung recordaba a su visitante la anécdotay daba una explicación de carácter parapsicológico sobre lo sucedido.

* Jung, C G. «Recuerdos, sueños, pensamientos». Pag. 116 y 117

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Hasta el último día de su vida, aquellos trozos de metal estuvieron con él.Tanto lo había conmovido, en su juventud, aquél acontecimiento.

En esa forma transcurrió la vida de C. G. Jung. A causa de loscondicionamientos sociocivilizatorios propicios que tuvieron lugar en losprimeros años de su vida, su potencial parapsíquico fue activándose ydespués, debido a su propio interés, tipo de estudios, forma de vida ypersonas que le rodeaban, la producción de estos fenómenos nuncadecayó: más bien debiéramos decir que, inclusive, en algunos momentosparticulares la frecuencia aumentó.

La necesidad de tener gente con quien conversar sobre estos temasespecíficos es reconocida por el mismo Jung. «....visité a Flournoy enGinebra y cuando progresivamente fui conociendo los límites quehabía en Freud, lo visité de vez en cuando para conversar con él. Erapara mí importante oír qué es lo que pensaba acerca de Freud y dijocosas muy agudas sobre él. Se refirió especialmente al racionalismode Freud, que todo se lo hacía comprensible y explicaba también suunilateralidad». «En 1912 sugería Fluornoy que asistiera al Congresode Munich en el que se produjo la ruptura entre Freud y yo. Supresencia constituyó un apoyo para mí». «Con él se podía hablartambién de problemas que me preocupaban científicamente, porejemplo del sonambulismo, sobre Parapsicología y Psicología de. laReligión.» «No tenía entonces a nadie con quien compartir misintereses en este terreno»,*

Jung había intentado, años antes, hallar una acogida favorable enFreud sobre las investigaciones que estaba haciendo en relación a losfenómenos ocultos. Recordemos que, precisamente, la tesis de doctoradoen Medicina que en 1899 presenta Jung, se titula «Sobre la psicopatologíade los fenómenos ocultos»** y está basada en los cambios de conductaoperados en una pariente suya practicante de sesiones espiritistas.

Empero, Jung no consigue que Freud avale esos estudios. Por elcontrario, el vienes trata de disuadirlo.

* Jung, C. G, op. cit.Pág. 380** Jung, C, G., «Collected Works»» Tomo 1. En «The Psychology and Pathology ofso-called ocult phenomena: A psychiatric study».

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Lo que sí tuvo lugar fue otra producción de fenómenos psikinéticos.Esta vez, no ya provocados por familiares, si no por el mismo Jung. «Meinteresaba oír las opiniones de Freud sobre precognición y sobreParapsicología en general». «Cuando lo visité en 1909 en Viena, lepregunté qué pensaba acerca de ello. De acuerdo con su prejuiciomaterialista, rechazó radicalmente la cuestión como algo absurdo,basándose en un positivismo tan superficial, que me fue difícil noresponderle con acritud. Transcurrieron todavía algunos años hastaque Freud reconoció la importancia de la Parapsicología y laautenticidad de los fenómenos «ocultos». Mientras Freud exponía susargumentos, yo, sentí una extraordinaria sensación. Me pareció comosi mi diafragma fuera de hierro y se pusiera incandescente - unacavidad diafragmática incandescente. Y en este instante sonó uncrujido tal en la biblioteca, que se hallaba inmediatamente junto anosotros, que los dos nos asustamos. Creíamos que el armario caíasobre nosotros. Tan fuerte fue el crujido. Le dije a Freud: «Esto hasido un fenómeno de exteriorización de los denominados catalíticos».

«Bah! -dijo él-, ¡esto sí que es absurdo!»-¡Pues no! -le respondí- se equivoca usted, señor profesor. ¡Y

para probar que llevo razón, le predigo ahora que volveráinmediatamente a oírse otro crujido!. Y, efectivamente, apenas habíapronunciado estas palabras, se oyó el mismo crujido en la biblioteca!»

«No sé aún hoy por qué tenía tal certeza. Pero sabía con todaexactitud que el crujido iba a repetirse. Freud me miró horrorizado.No sé qué pensaba o qué miraba. En todo caso este hecho despertósu desconfianza hacia mí y yo tuve la sensación de haberle hecho algo.Nunca más volví a hablarle de esto».*

Después de haber regresado a Suiza, Jung intercambió algunascartas con Freud sobre este acontecimiento. Las de éste último buscabanexplicar los crujidos (o más bien debiéramos decir, las explosiones)mediante la suposición de que se trataba del asentamiento de la maderapor las noches o de reacomodamientos de los objetos que producen

; Jung, C. G, «Recuerdos sueños, pensamientos». Pag. 164 y 165

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sonidos magnificados por el silencio nocturno. Pero de ser así, ¿por quéFreud quedó tan perturbado?. Si los ruidos le eran comunes, ¿por quétanta atención sobre el tema? ¿Por qué su sobresalto de aquella noche?Evidentemente, las racionalizaciones freudianas chocan contra la insalvablebarrera de su comportamiento frente a Jung. La presencia de los crujidosno le era - a juzgar por este análisis de los datos que estamos haciendo -para nada familiar. Es de suponer, entonces, que se trató de un fenómenoparapsicológico, de tipo psikinético, repetido por dos veces en breve lapsoy originado inconscientemente por Jung, quien de esta manera, expresósu enojo por la postura de Freud ante el tema.

Los fenómenos parapsicológicos en el vínculo médico-pacientefueron, igualmente, bastante frecuentes en Jung. Hay interesantes datos alrespecto en su libro «La interpretación de la Naturaleza y la psique»*. Enotro de sus libros. Jung refiere: «Por aquel tiempo di en B. unaconferencia. Hacia ¡a medianoche llegué al hotel - después de laconferencia había ido a comer con un par de amigos -y me metí en lacama inmediatamente. Estuve sin embargo bastante rato despierto.Hacia las dos - debía estar ya dormido - me desperté con espanto ytuve el convencimiento de que alguien estaba en mi habitación; meparecía como si alguien hubiera abierto la puerta violentamente. Abríla luz inmediatamente, pero allí no había nadie. Pensé que quizáalguien se había equivocado de puerta y miré en el pasillo, reinaba elmás absoluto silencio. Qué extraño —pensé - ¡alguien ha entrado enla habitación!. Entonces intenté recordar lo pasado y me di cuentade que me había despertado por un sordo dolor, como si algo mehubiera dado contra la frente y me hubiera golpeado en la parteposterior del cráneo. Al día siguiente recibí un telegrama, en que seme comunicaba que aquel paciente se había suicidado. Más tarde supeque se había disparado un tiro y que la bala se introdujo en la par teposterior del cráneo»**.

* Jung, C. G., «La interpretación de la Naturaleza y la Psique», Paidós, Bs. As.** Jung, C. G., «Recuerdos, sueños, pensamientos», Barcelona, Seix Barral, 1981,pág. 148

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Tenemos aquí un buen ejemplo de telepatía. Cari G. Jung recibe -en sueños - el mensaje de suicidio de su paciente. La captaciónextrasensorial toma estado consciente mediante la somatización de un doloragudo, semejante - aunque mucho menos intenso - del que debió sentiraquella persona al descerrajarse el tiro mortal. Sabe que algo ha ocurrido.Tiene la impresión de que alguien estuvo cerca de su cama, en esahabitación.

A nuestro juicio esto es producto de la captación telepática que,durante el proceso onírico, fue conformada siguiendo los mecanismospropios del sueño. El hecho telepático, entonces, se presenta en este casocomo una pesadilla que - como suele suceder cuando éstas acontecen -adquiere en el soñante sensación de vivencia. De que realmente el hechotuvo lugar en el mundo exterior y no, solamente, en lo intrapsíquico.

El mensaje que el paciente parecería estar enviando a Jung es el deun pedido extremo de ayuda. Casi simultáneo con el tiro. Tal informaciónse presenta mediante las típicas simbologías que los sueños tienen. Aquí,alguien viene a verle y lo hace con urgencia; o mejor dicho, con exacerbadaenergía («como si alguien hubiera abierto la puerta violentamente»escribe Jung).

Otra manifestación de fenómeno parapsicológico en la vida de Jungtuvo lugar en 1916, Jung lo relata de la siguiente manera: «Muypaulatinamente se perfiló en mi un cambio. En 1916, experimenté unainclinación por la creación literaria. Me sentía -por así decirio-impulsado desde dentro a formular y expresar lo que en cierto modopodría haber dicho Filemón. Así surgieron Jos Septem Sermones adMortuos con su típico lenguaje. Con ello comencé a experimentar unaintranquilidad que no sabía que significaba, o que es lo qua ''se ' queríade mi. Existía una atmósfera extrañamente cargada a mi alrededor ytenía la impresión de que el aire estaba lleno de entes fantasmagóricos.Entonces comenzaron a rondar duendes por la casa. Mi hija mayorveía por la noche una figura blanca atravesar la habitación. Mi otrahija contaba, independientemente de la prinera -que le habíanlevantado la manta de la cama dos veces por la noche y mi hijo denueve años tuvo un sueño terrorífico. Por la mañana pidió lápices de

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colores a su madre y él, que nunca había hecho un dibujo, dibujó elsueño. Lo llamaba «El dibujo del pescador.» En medio del dibujohabla un río y en la orilla estaba un pescador con la caña de pescar.Había cogido un pez. En la cabeza del pez se hallaba una chimenea através de la cual salía fuego y humo. Por la otra orilla llegaba eldiablo volando por los aires. Juraba que le habían robado el pez. Perosobre el pescador se cernía un ángel que decía: '«Tú no puedeshacerle nada: Pesca solo dos peces malos! Este dibujo lo hizo mi hijola mañana de un sábado.

El domingo por la tarde, hacia las cinco, en la puerta de la casasonó la campanilla con insistencia. Era un domingo luminoso y lasdos muchachas estaban en la cocina desde donde se podía ver elespacio abierto ante la puerta de la casa. Yo me encontraba cerca dela campanilla, la oí sonar y vi como se movía el martillo. Todoscorrieron inmediatamente hacia la puerta para ver quien llanaba...pero no había nadie! Nos miramos como alelado! Les digo que laatmósfera estaba cargada! Entonces supe que tenía que suceder algo,la casa estaba repleta de gentío, toda llena de espíritus. Los habíahasta bajo la puerta y se tenía la sensación de apenas poder respirar.Naturalmente me acuciaba la pregunta: «Por el amor de Dios ¿quées ésto?» Entonces gritaron en coro: «Regresamos de Jerusalem,donde no hallamos lo que buscábamos. Estas palabras correspondíana las primeras líneas del Septen Sermones ad Mortuos.

Entonces la inspiración comenzó afluir de mí, y en tres tardesescribí este acontecimiento. Apenas hube dejado la pluma,desapareció la legión de espectros. El aquelarre había terminado. Lahabitación se volvió tranquila y pura la atmósfera. Así hasta la nochesiguiente en que nuevamente se amotinaron y se fueron del mismomodo. Esto fue en 1916.

Este acontecimiento hay que aceptarlo tal como fue o comopareció ser. Posiblemente tuvo relación con el estado emocional enque entonces yo me encontraba y en el que podían presentarsefenómenos parapsicológicos. Era una constelación inconsciente, y laatmósfera característica de tal constelación me era bien conocida

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como numen de un arquetipo: «Es apto, se manifiesta.» El intelectodesea naturalmente apropiarse un conocimiento científico sobre unhecho de este tipo, o mejor todavía aniquilar todo lo sucedido conouna anomalía. Qué desesperación sería un mundo sin anomalías!.

Poco antes de este aconteciniento escribe una fantasía que seme fue el alma (sic). Constituyó para mí un suceso muy importante.El alma, el ánima, crea la relación con el inconciente. En cierto sentidoes también una relación con la colectividad de los muertos, al país delos presentimientos. Así pues, cuando el alma desaparece en unafantasía ello significa que se ha retirado al inconsciente o al país delos muertos. Ello corresponde a la denominada pérdida del alma, unfenómeno que se encuentra con relativa frecuencia entre losprimitivos. En el 'país de los muertos 'el alma experimenta una secretavivificación y da forma a las huellas ancestrales, a los temascolectivos del inconciente. Igual que una médium, da a los muertosposibilidad de manifestarse. Por ello muy pronto, después de ladesaparición del alma, aparecieron en mí los muertos y surgieron losSeptem Sermones Ad Mortuos. Entonces, y a partir de tal momento,los muertos se me han convertido cada vez más claramente en vocesdel inconciente: un cierto croquis y resumen del contenido general delinconciente.»

Años después, en 1920, Jung experimenta nuevamente esteencuentro con lo paranormal. Estando en Inglaterra, se produce unencuentro entre Jung y un «fantasma», mientras pasaba un fin de semanaen la casa campestre que un amigo había arrendado recientemente.Durante las noches, Jung percibía diversos fenómenos de origen dudosotales como golpes, malos olores, ruidos extraños, etc., que cada vez sepresentaban con mayor intensidad. Esto causó en Jung una profundainhibición semejante a una parálisis en en transcurso de una noche en laque, finalmente, se le presentó ante sí, a cuarenta centímetros de laalmohada en la que estaba recostado, la mitad de una cabeza de mujerque tenía los ojos muy abiertos y lo contemplaba fijamente. Esta imagendesapareció en el instante en que Jung encendió una vela. Después de esto,pasó la noche sentado, sin poder conciliar el sueño.

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Luego, Jung y su amigo supieron que en la aldea consideraban queesa casa estaba «encantada» y que espantaba a todos los que intentabanpasar la noche en ella. Jung, en un principio, interpretó esta vivencia comola exteriorización de contenidos psíquicos del inconsciente, debido a lahiper actividad desarrollada en Londres durante ese tiempo. Sin embargo,en la ciudad mencionada pudo dormir sin inconvenientes, por lo que,evidentemente, esa explicación no fue del todo satisfactoria. Más bienpodríamos afirmar que, al haber sido referida también por otros locatariosde la vivienda en cuestión, se trataría verdaderamente de un poltergeistligado a casa. Para lo cual no existe una respuesta científica que lo expliquesatisfactoriamente. Esa casa fue demolida poco después de que Jungabandonó el lugar.

Estas experiencias del Maestro de Zürich con los fenómenos«ocultos» lo llevaron a realizar experimentos mediante el uso del «IChing» y sus conocimientos de Astrología, que le permitieron llegar aplantear su concepto de «Sincronicidad». Aniella Jaffe lo expresa de estemodo: «De un significado mucho más profundo que los fenómenosocultos citados hasta aquí y el problema de las apariciones deespíritus, fue para Jung su obra, la interrogante sobre fenómenosacausales, como sujetos clarividentes, precogniciones, prácticasmánticas, etc. En base a experiencias propias con sus pacientes yconsigo mismo, y trayendo a colación los hallazgos de lasinvestigaciones de J.B.Rhine sobre percepción extrasensorial (PES)realice su contribución más significativa para la cienciaparapsicológica, mediante la introducción en el pensamiento científicodel concepto de sincronicidad. Desde entonces este conceptorepresenta el cuarto factor explicativo junto a los de tiempo, espacioy causalidad.

El trabajo básico sobre sincronicidad, cuya derivación y empleopodemos dar aquí por conocidos, apareció en 1952 con el título de«Sincronicidad como principio de conexiones y la psiquis». Que elotro trabajo de ese volumen bajo el título de «Influencias de lasrepresentaciones arquetípicas en la formación de las teorías científico-

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naturales de Kepler» sea debida a la pluma del físico Wolfgang Paulí,fue caracterizado por Osle como una 'auténtica sincronicidad')).

Si bien Jung se basó en los estudios de Rhine para comprender lanaturaleza de los fenómenos parapsicológicos, difirió con la EscuelaRhineana en cuanto a hablar sobre «facultades parapsicológicas»,prefiriendo el término «hechos parapsicológicos», ya que sostuvo que éstosse harían notar cada vez que surgiesen figuras arquetípicas capaces deestimular la producción de este tipo de fenómenos.

Habiendo mencionado ya unos cuantos casos de fenómenosparapsicológicos en el transcurso de su vida, debemos mencionar el que,a nuestro parecer, constituye el hecho más extraordinario de actividadparapsicológica en Jung, que se produce coincidiendo con el momentode su fallecimiento. Es un acontecimiento tan formidable que si no fuerapor la posibilidad cierta de comprobación histórica que tiene, estaríamosinclinados a suponer que se trata de un comentario fantasioso.

Jung practicaba escultura. Solía hacerlo protegido por la sombra deun árbol predilecto que él mismo había plantado mucho tiempo antes. El6 de junio de 1961 mientras Jung moría, un rayo surgido durante una fuertetormenta eléctrica, abatió a la planta. Ninguno podrá, claro está, certificarsi ocurrió en el preciso instante en que Jung expiraba. O si fue unos minutosantes. O, tal vez, luego. Pero sí conocemos que ambos sucesos fueroncontemporáneos. Estuvieron enlazados por una misma temporalidad. Alo sumo, separados por un lapso breve. Nunca antes tuvo lugar algosemejante en los jardines o alrededores de esta casa que Jung habitó pordécadas. Tampoco después. Que sepamos, tampoco hasta hoy. ¿Quéprobabilidades existen de que, por azar, por mero producto de lacasualidad, un árbol elegido predilecto por quien lo crió sea destruido porun rayo en el mismo - o muy cercano - momento en que tiene lugar lamuerte de su protector?. Dejo el análisis para los profesionales de laestadística. Pero conozco que la probabilidad es bajísima. Tanto, quepodríamos descartar el simple azar y entender que esta aparentecoincidencia esconde un significado.

A nuestro juicio, se trató de otro de los fenómenos psikinéticos queprodujo Jung durante su vida. Asombroso, para nosotros. Probablemente

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hizo otros, iguales a éste o más notables aún, de los que no quedaronreferencias.

Para descifrar el mensaje que existiría en aquella célebre«coincidencia» recordemos que Jung expresó, alguna vez, que soñar conun árbol que cae puede ser interpretado como un «signo» de la muerte.Aquí no se trató de un sueño. Y sí de un hecho tangible. Creemos que fuela potencialidad parapsicológica de Cari Gustav Jung la que actuó, dealgún modo, sobre la tormenta, provocando que un rayo partiera su árboldilecto coincidiendo con el momento de su muerte.

El menos avisado, tras enterarse de esto, reflexiona y seautointerroga: ¿Habrá buscado Jung llevar a Otra Realidad, a ese MásAllá de los esoteristas que tanto leyó en vida y en los que obtuvo lainspiración para su teorización de la psique, a los componentes etéreos-permítasenos escribir la idea de este modo- de aquel árbol? No hay formade responder con precisión. Pero sí, llegado a este punto, es útil recordarque cuando Jung era interrogado sobre la finalización del Proceso deIndividuación -meta anhelada de su método psicoterapéutico- sosteníaque sólo habría de completarse después de producida la muerte.

Este ensayo fue, originalmente, publicado en Gaceta de Parapsicología (BuenosAires, Año 5, N° 7 y 8, primavera 1984/verano 1983J. Posteriormente en QuaderniGnosis (Ñapóles, 1992) y en Journal of the Society for Psychical Research (Londres,Vol. 58, N° 826, enero 1992).

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IV

• Fragmentos de tres cartas de Freud a Jung sobre los fenómenosocultosy• una anécdota parapsicológica junguiana.

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Viena, 16 de abril de 1909

Temo sin embargo que vuelva usted a pensar en su padre si hablode mi relación con el espíritu golpeador, pero debo hacerlo porque esdistinto de lo que usted podría creer. Yo no niego, pues, que suscomunicaciones y su experimento me impresionaron profundamente.Me propuse, después de su marcha, observar esto, y aquí le doy misresultados. En la primera habitación se oyó un ruido inesperadamenteallí donde descansan dos pesadas estelas egipcias sobre dos tablasde roble de la librería, esto es evidente. En la segunda habitación, allídonde lo oímos, se oye un ruido muy raramente. Primeramente queríahacerlo valer como prueba si los ruidos tan frecuentes durante suvisita no se hubieran repetido después de marchar usted. Pero se hanrepetido los ruidos y nunca en conexión con mis pensamientos y nuncacuando me ocupaba de usted o de sus especiales problemas. (Ahorano añado esto como provocación). La observación quedó inválida muypronto por otras. Mi creencia, o cuando menos mi crédula solicitud,desapareció con el encanto de su presencia personal; me resulta denuevo totalmente improbable por ciertos motivos íntimos que debasuceder algo de este tipo; el mobiliario desembrujado está ante mí,como ante el poeta la naturaleza desdivinizada después de la partidade los dioses de Grecia.

Vuelvo, pues, a colocarme las cárneas gafas de padre y adviertoal querido hijo que conserve la cabeza fría y es preferible no querercomprender que sacrificar a la comprensión tan gran víctima. Muevola cabeza blanca sobre, lapsicosíntesisypienso: Sí, así son los jóvenes,sólo les proporciona auténtica alegría ir donde ellos no necesitanllevarnos, a donde con nuestro escaso aliento y cansadas piernas nonos es posible seguirles.

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Viena, 12 de mayo de 1911

...Sé que sus inclinaciones más íntimas le impulsarán al estudiode lo oculto y no dudo de que volverá al redil sumamente abrumado.Sin embargo, nada puede hacerse en contra y además lleva razón todoaquel que sigue el encadenamiento de sus impulsos. Su vocación porla demencia le mantendrá el baldón de «místico» durante muchotiempo. Pero no permanezca usted mucho tiempo en las regionestropicales. Hay que gobernar en casa...

Freud

Viena, 15 de junio de 1911

...Después de la gran lección de la experiencia con Ferenczi mehe vuelto humilde en cuestiones de ocultismo. Prometo creer todo loque de algún modo pueda convertirse en racional. Pero no quisieraque sucediese. Ud. ya lo sabe. Sin embargo mi arrogancia se ha rotodesde entonces. Me gustaría suponer que Ud. está de acuerdo conFerenczi, si uno de ustedes se propone dar el peligroso paso a laopinión pública y me imagino que ello es realizable durante el trabajocon plena independencia...

Freud

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A comienzos del año 1944 me fracturé el pie y a ello siguió uninfarto cardíaco. En estado de inconsciencia experimenté delirios yvisiones que debieron comenzar cuando estaba expuesto a uninminente peligro de morir y me daban oxígeno y alcanfor. Lasimágenes eran tan sobrecogedoras que yo mismo concluí que estabacerca de la muerte. Mi enfermera me dijo más tarde «Estaba Ud. comorodeado por un claro resplandor!» Este era un fenómeno que ella habíaobservado algunas veces en los moribundos. Estaba en el límite másextremo y no sé si me encontraba en un sueño o en un éxtasis. En todocaso comenzaron a suceder ante mí cosas sumamente impresionantes.

Mientras meditaba todavía sobre estas cosas, sucedió algo queme llamó la atención: de abajo, de Europa, se elevó una imagen. Erami médico, o mejor dicho su retrato, aureolado por una cadena deoro o de una corona de laurel dorada. Supe enseguida: ¡Ah! Este esmi médico, el que me ha tratado. Pero entonces adquirió una formaprimitiva*, un Basileus de Kos. (Basileus-rey). Kos fue famosa en laantigüedad por templo de Esculapio y fue el lugar de nacimiento delmédico Hipócrates. (Siglo VA. J.). En vida fue un avatar de esteBasileus, la encarnación temporal de la forma primitiva, que haexistido desde siempre. Ahora adoptaba su forma primitiva.

Sentí antipatía por el médico que me había vuelto a la vida. Poratraparte, estaba preocupado por él. ¡Pero si está en peligro, por elamor de dios! ¡Se me ha aparecido en su forma primitiva! Y cuandoalguien ha alcanzado esta forma ello quiere decir que debe morir.Luego pertenece ya a la sociedad de «sus hombres». De pronto mevino a la mente la terrible idea de que él debía morir en lugar mío.Me esforcé al máximo en hablarle de esto, pero no me comprendió.¿Por qué se comporta siempre como si no supiera que era un BasileusKos? ¿Y que ha adquirido ya su forma primitiva? ¡querrá hacermecreer que no lo sabe!.

* Expresión previa a la de arquetipo (A.L.H,)-

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Esto me enojó. Mi mujer me recriminaba que fuera tandescortés con él. Tenía razón; pero me molestó mucho que no quisierahablar de todas estas cosas que yo había experimentado en mi visiónsobre él. ¡Dios mío!, se lo repito, debe tener cuidado, no puede ser tanconfiado. Quisiera hablar con él sobre el particular, para que hagaalgo para sí, tenía la firme convicción de que estaba amenazado porhabérmelo mostrado en su forma primitiva.

De hecho fui su último paciente. El 4 de abril de 1944 - todavíarecuerdo con exactitud la fecha - se me permitió sentarme por primeravez en el borde de la cama y en este mismo día él se puso en cama yya no se levantó. Ese día supe que tuvo un acceso febril. Poco despuésmurió de septicemia. Fue un buen médico y tenía algo genial. De locontrario no se me hubiera aparecido como príncipe de Kos. **.

V

Cari Gustav Jung / Sigmund Freud. Para entender el conflicto.

** Las citas fueron extraídas de la obra «Recuerdos, sueños, pensamientos» de C.G. Jung, publicada por Editorial Seix Barral, Barcelona.

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«Jung tenía 36 años de edad cuando escribió Símbolos deTransformación, libro que señaló su rompimiento con Freudy asentólos cimientos de toda su obra y pensamientos futuros»

Hall, C. S.&Nordby, V. J.

El primer encuentro de Jung con la obra de Freud fue en 1900 através de la lectura de «La Interpretación de los Sueños». En su«Recuerdos, sueños, pensamientos» (dictado en la primavera de 1957,a manera de autobiografía) Jung recuerda que, en aquél primer momento,tuvo que dejarlo de lado, pues «no lo comprendía aún». Recién en 1903lo retomó encontrándolo valioso, particularmente porque el concepto de«mecanismo de represión» le sirvió para entender ciertas anomalías quetenían lugar cuando aplicaba, en algunas personas, el test de asociaciónde palabras que había diseñado.

La correspondencia entre ambos se inició en 1906 cuando Jungremitió a Freud su ensayo «Estudios Diagnósticos de la Asociación»y habría de continuar hasta 1913 con algunos momentos de tanta frecuencia,que podríamos decir que fue diaria. La jornada en que se conocieronpersonalmente (Jung visitó a Freud en la casa de éste en Viena) estuvieronreunidos conversando alrededor de trece horas. Evidentemente, amboshabían puesto en la relación -de ante mano- demasiadas expectativas ymucha pasión.

Durante estos años fueron sucediéndose diversos hechos, al principiode gran entendimiento y entusiasmo, pero que finalmente desembocaronen la conocida ruptura.

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Ante todo debemos señalar que en ningún momento ambosinvestigadores tuvieron coincidencias plenas. Sería más correcto decir querecorrían el mismo camino, viendo paisajes en ocasiones similares y, enotros, totalmente diferentes. Así, por ejemplo, se ha dado preeminenciaen señalar que la ruptura tuvo lugar a causa de la diferente interpretaciónde la «teoría sexual». (Utilizo la expresión «teoría sexual» para generalizaraquello incluido en la exhortación que Jung recuerda que Freud le expresóen 1910: «Mi querido Jung, prométame que nunca desechará la teoríasexual. Es lo más importante de todo»). Ciertamente Jung jamás estuvode acuerdo en este asunto. Pero no fue el único. Ya en 1909 habían tenidouna controversia, en la residencia de Freud en Viena, sobre la importanciade la Parapsicología y la autenticidad de los fenómenos 'ocultos'. Jungtenía sumo interés en estudiar dichas cuestiones, mientras Freud se oponíaterminantemente argumentando el daño que esto podría provocar alPsicoanálisis que siendo ya muy resistido, al mezclarse con estas áreas,suponía no sin razón, encontraría más dificultades para su reconocimiento.Jung siempre había sentido atracción por el estudio científico de laParapsicología y el Esoterismo. Tanto es así que su tesis de doctorado enMedicina se titula «Psicopatología de los fenómenos ocultos» (1899).Este asunto, quizás menos exhibido públicamente, también generódesconfianza entre ambos, colaborando para la ruptura posterior. De laanécdota de 1909 recuerda Jung ya en la vejez: «En todo caso este hechodespertó su desconfianza hacia mí y yo tuve la sensación de haberlehecho algo. Nunca más volví a hablarle de esto».

A medida que el vínculo continuaba desarrollándose, la figura de Jungfue creciendo en el ámbito psicoanalítico, Finalmente, Freud decidiódesignarlo públicamente como su príncipe heredero. Ser el delfín delfundador del Psicoanálisis, trajo a Jung más malestar y angustia que otracosa. No es éste el sitio para interrogarse por qué Freud apresuró taldecisión y Jung la aceptó, toda vez que ambos eran conscientes de quehabía asuntos de importancia en que diferían. Podemos especular en elsentido de que el Maestro de Viena entrevio en el nombramiento unamanera para forzar (y asegurar) los rumbos de pensamiento del Sabio deZürich. A su vez éste último pudo haber considerado que aceptando

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conseguía la fuerza de ánimo necesaria para mantenerse dentro de losrumbos psicoanalíticos guiados por Freud.

Otro de los asuntos en que discrepaban fue el concepto de «restosarcaicos» utilizado por Freud para referirse a ciertos contenidosinconscientes de posible origen hereditario. Mediante el análisis de sueñosde sus consultantes, y otros que llegaban a su mesa de trabajo, así comode la interpretación que hizo de diferentes mitos producidos por culturasdiversas y la investigación de la simbología alquímica, Jung construyó unatopología del inconsciente diferente a la propuesta freudiana. No por ellose imaginó traidor, ni revisor. Todo lo contrario. Se ve como un auténticocontinuador de la obra. En sus memorias lo dice de este modo: «Mirandohacia atrás puedo decir que he sido el único en seguir ocupándomedebidamente de los dos problemas que más interesaron a Freud: elde los 'restos arcaicos 'y el de la sexualidad. Es un error muy frecuentepretender que no he sabido ver el valor de la sexualidad. Por elcontrario, desempeña un importante papel en mi psicología,concretamente como expresión esencial -aunque no única- de laintegridad psíquica».

En los años posteriores a la ruptura, Jung sólo se ocupará de ladescripción de todo lo que encuentra en la psique, tarea que continuaráhasta su muerte acaecida en 1961.

Tal como Jung la observa, la psique está integrada por lo Consciente,lo Inconsciente Personal y lo Inconsciente Colectivo. Este último es,precisamente, resultado de una importante amplificación de la idea deaquellos «restos arcaicos» de Freud.

Sin dudas la expresión «Inconsciente Colectivo» es muy poco feliz.Ha permitido, inclusive, a muchos charlatanes sostener hipótesis sinfundamento, argumentando irresponsablemente que Jung creía en un «almauniversal» cuya manifestación sería este estrato, último, de la psique. Nadamás falso. Aquí el término «colectivo» es usado para señalar algo comúna la naturaleza humana. Que se encuentra en cada persona ya en el instantemismo del nacimiento. Pero de ningún modo quiere decir que se trate dealgo que une -misteriosamente- a unas almas con otras. De alguna forma,muy sintéticamente, puede decirse que lo Inconsciente Colectivo está

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conformado por los trazos, las rugosidades, las heridas, dejadas por lasgrandes emociones transcendentales que fueron cimentando la conductade la especie humana. El ancestral temor a la oscuridad, la vivencia deDios, la existencia del Mal, serían algunos ejemplos. A eso que conformalo Inconsciente Colectivo Jung lo denominó «estructuras arquetípicas». Laimportancia de esta idea en la teoría podrá comprenderse mejor sirecordamos que Jung indica que el núcleo de todo complejo (al que sitúaen la esfera de lo Inconsciente Personal) es un arquetipo. La raíz de estearquetipo debe buscarse en la estructura que está originada en loInconsciente Colectivo.

Otros elementos -que podemos mencionar- integrativos de lapsique, tal como la concibe Jung, pero que son emergentes de la primitivaidea freudiana de «restos arcaicos», son: los arquetipos de la Máscara, elÁnima (presente sólo en el psiquismo masculino) y el Ánimus (propio delpsiquismo femenino).

La decisión de Jung de publicar sus primeras ideas en torno a suconcepción, no freudiana, del psiquismo, tuvo como desenlace una rupturaanunciada desde tiempo atrás y que cualquier observador objetivo habríaadvertido sin demasiado esfuerzo. Cubierta aún por la pasión que fue comúndesde el inicio del vínculo, la reacción de la comunidad psicoanalítica fueextirpar de su seno al autor de la «traición». En breve lapso, Jung pasó deprimogénito ungido a traidor desterrado.

Habiendo transcurrido tanto tiempo de todo aquello, el observadorimparcial comprende que la actitud asumida estuvo lejos de ser la quecorresponde apersonas de ciencia, buscadores de la verdad, pareciéndosemás a la que es propia de quienes abrazan -fanáticamente- una fe y nopermiten que alguien, aunque hubiere crecido en su seno, traiga dudas omodificaciones que alteren los dogmas inicialmente propuestos ytradícionalmente aceptados. Comportamiento éste que sirvió para ponermás desconfianza en la comunidad científica en relación a la aceptacióndel Psicoanálisis.

A poco de concretado el turbulento episodio del distanciamiento,Jung escribió en una carta a Laurence van der Posí: «He quedado solo..,»En sus memorias señala que hubo dos que no lo abandonaron: Riklin y

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Maeder. Los años inmediatos a la ruptura fueron emocionalmente durospara Jung. Pero fructíferos. En ese lapso esbozó todas sus ideas básicassobre la estructura del psiquismo, que hubo de desarrollar en el resto desu vida.*.

* La versión original de este ensayo fue publicada en el matutino Pregón (SanSalvador de Jujuy), del 25 de abril de 1999.

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VI

Cari Gustav Jung y el nazismo

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«Temiendo por la destrucción de la obra de toda su vida, y aque lo vincularan a Hitler o al hitlerismo, al finalizar la Guerra Jungsufrió tres ataques al corazón», afirma el esotérico nazi chileno MiguelSerrano (1). Empero los hechos demuestran que la causa habría sido otra.El sabio suizo ocultaba un impensado secreto que daba a su persona unacalidad mucho más allá de su reconocido genio científico o intelectual.

CARL GUSTAV JUNG Y EL NAZISMO

¡Cuánto se ha hablado, escrito y dicho sobre el nazismo profesadopor Cari Gustav Jung, el célebre sabio suizo creador de la Psicología delos Arquetipos, quien fuera primero discípulo privilegiado de SigmundFreud, luego disidente y finalmente amplificador- en la opinión de muchos- del Psicoanálisis freudiano! Para ofrecer una óptica más complicada deeste asunto, el hecho de que - por un lado - Sigmund Freud, al igual queAlfred Adler y otros que acompañaron al Maestro de Viena en loscomienzos, fueran judíos, mientras el Mago de Zürich era cristiano, ayudóa sostener la idea de que Jung veía con agrado a Hitler y sus proyectos.

Al respecto dice la web www.dios.com.ar - dirigida por elperiodista argentino Alejandro Agostinelli - que «Respecto a su relacióncon el nacionalsocialismo, Arnold Künzli reveló que Jung, fascinadopor su teoría del inconsciente colectivo y los arquetipos, «cayó bajola égida de Hitler», el nazismo y Mussolini. Ayudó incluso en laspersecuciones a judíos y al antisemitismo racista con unadignificación desde su psicología profunda. En un diario alemán, en1933, el año del ascenso de Adolf Hitler al poder, Jung escribió sobre«las realmente existentes... diferencias de las psicologías germanas yjudías» y, en 1934, en el mismo periódico, profundizó la misma idea:«el inconsciente ario tiene un mayor potencial que el judío»,

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argumentos que según algunos autores utilizó como tiro por elevacióncontra Freudy Adler». (2)

Las acusaciones sobre el nazismo en Jung comenzaron ya antes dela Segunda Guerra Mundial y continuaron hasta el fin de su vida, afectandosiempre de algún modo no sólo la vida y obra del sabio suizo sino porañadidura la de algunos de sus familiares e, inclusive, la de quienes optaronpor practicar su escuela psicológica hoy reconocida como PsicologíaJunguiana. Las aclaraciones hechas por Jung durante décadas así comolas vertidas por sus más cercanos discípulos, algunos de ellos judíos, comoes el caso de Aniela Jaffe. nunca resultaron suficientes como para borrary disolver de manera definitiva el baldón de que Jung hubiera sido nazi.(3)

Y, en verdad, los hechos documentales con los que se contó hastahace pocos años llevaban a deducir que esto, al menos en parte, eracorrecto. En la vida del psiquiatra suizo había demasiados acontecimientosque lo mostraban directamente vinculado a la Alemania nazi.

TRABAJANDO JUNTO A LOS NAZIS

En 1930 la Asociación Al emana de Psicoterapia designa presidentehonorario a Jung. Esa será, precisamente, la entidad que, tras asumir Hitleral poder, es disuelta e integrada a la Sociedad Internacional dePsicoterapia, de mayor envergadura que la anterior por su condicióninternacional, ya que reunía a entidades similares con sede en otros paíseseuropeos. C. G. Jung es designado su presidente en junio de 1933.Acusado ya en 1934 de actuar en una organización de origen nazi, Jungrespondió sosteniendo que su presencia permitía salvaguardar la actividadde los psicoanalistas alemanes de sangre judía. A su vez aceptó dirigir laZentralblatt fur Psychotherapie (Revista de Psicoterapia). Tanto lasociedad como la publicación tuvieron marcada filiación nazi y antisemita.

En diciembre de 1933 la Zentralblatt fur Psychotherapie publicala declaración de principios que regían a la Sociedad Alemana Médica dePsicoterapia escrita de puño y letra de su presidente; nada menos que por

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el psiquiatra M. H. Goering, primo del ministro de Aviación HermannGoering. el hombre más importante del régimen, después de Hitler. Allí selee:

«Esta sociedad tiene la tarea ... de unir a todos los médicosalemanes ... que pretenden formar se y practicar la terapia psiquiátricaconforme a las concepciones nacionalsocialistas. La sociedadpresupone que todos sus miembros activos, los que han hecho uso tantode la palabra verbal como escrita, han trabajado el libro fundamentalde Adolfo Hitler, Mi lucha, con toda la seriedad científica y loreconocen como fundamento. La sociedad pretende colaborar en laobra del Kanzleí; educando al pueblo alemán hacia una convicciónheroica orientada al sacrificio».

Transcurrió mucho tiempo hasta que Jung. en una entrevista con laanalista Junguiana, estudiosa de la simbología del Extremo Oriente yarqueóloga Carol Baumann (4), explica lo sucedido de esta manera:

«Yo, como suizo, acepté esta posición (presidente de la SociedadMédica de Psicoterapia) con el fin de preservar un espíritu decooperación científica entre todos los doctores europeos ante elantisemitismo nazi que entonces empezaba a alzar cabeza. Eraimposible luchar abiertamente contra la intolerancia nazi sin quepeligrara la posición de todos los doctores alemanes, y de los judíosalemanes en particular ... La tarea que yo había aceptado, lapreservación de una sociedad internacional no política, finalmentese volvió una carga muy pesada, y en realidad una empresa imposible.En tanto, traté de cumplir con mi deber en este respecto comocualquier otro hombre decente habría hecho en mi lugar. Varias vecesme quise retirar, pero los representantes inglés y holandés me hicieronuna petición urgente, suplicándome «que me quedara en beneficio detoda la organización», y me quedé. No se debe abandonar a quien seencuentra en un agujero, Fue muy útil para mucha gente que yopermaneciera en ese puesto. Se podría decir que un tonto idealismohizo que yo aguantara, pero me parecía injusto dejar en las astas deltoro a toda la gente que se adhería a mí. Mi posición era: no soy larata que abandona el barco, así que no renuncié hasta fines de 1939,

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cuando empezó la guerra y yo ya no era de utilidad. Entonces todaslas comunicaciones internacionales se interrumpieron»

En relación a la proximidad del primo de Hermán Goering, Jungaclara en la misma entrevista que:

«A los nazis les agradaba mucho publicar mi nombre como unade sus conquistas suizas cuando trataban de levantar su menguantereputación ante los ojos del mundo...El hecho de que mi nombre seasociara con el de Goering en el consejo editorial de la Zeníralblattpor supuesto me colocó en una posición cada vez más falsa,especialmente cuando él publicó su famoso pronunciamiento sobre Milucha. Este texto se incluyó en la Zeníralblatt sin mi consentimiento».

Pero, en enero de 1934, el suizo mismo escribía:«El inconsciente ario tiene un potencial mayor que el judío... A

mi juicio, la actual psicología médica ha cometido un grave error alaplicar indiscriminadamente categorías, que ni siquiera son válidaspara todos los judíos, a los germanos cristianos o eslavos.... Lapsicología médica ha sostenido que el secreto más precioso de losgermanos, el fondo de su alma creadora y llena de fantasía, es unpantano infantil y banal, mientras que por décadas, mi voz queadvertía de ello, ha estado bajo la sospecha de ser antisemita. Lasospecha provino de Freud. Éste no conocía el alma germana, comotampoco la conocen sus seguidores».

POLÉMICAS DECLARACIONES

En 1939, cuando el nazismo estaba avanzado y la política hitlerianase hacía más y más evidente para el análisis de cualquier personamínimamente inteligente, Hubert Renfro Knickerbocker - periodista yescritor norteamericano - entrevista en Zürich a Jung,

Jung hace al periodista algunas afirmaciones sorprendentes, salvo- claro está™ que fuera un nazi fascista quien las estuviera efectuando.De esta manera se refiere a «la mirada soñadora» que encuentra en Hitler- «chamán, mitad dios, mito» - aclarando que lo había impresionado

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«el rasgo más prominente de su fisonomía.» Seguido, agrega: «En sus ojosse encuentra la mirada de un clarividente». No conforme con ello, Jungdirá: «Hitler es el altavoz que amplifica el murmullo inaudible del almaalemana»; «se deja tocar por su inconsciente». Y que el Führer es«como un hombre que atento escucha una corriente de inspiraciones,de cuya fuente escondida sale una vocecita y que conforme a ellaactúa», «Hiíler escucha y obedece» dirá Jung, concluyendo que «elverdadero Führer siempre es dirigido».

En el mismo encuentro con H. R. Knickerbocker habla Jung sobreel Duce: «Mussolini es un hombre» con el «determinado corte de unhombre auténtico que dispone para ciertas cosas de muy buen gusto».Jung comenta que habiendo estado él presente en un desfile militar ocurridoen Berlín «la gran felicidad (qu& experimentó) de encontrarse a sólounos pasos del Duche y del Führer» aunque «un poco decepcionadopor la seria actitud mostrada por Hiíler».

«Mientras Jung trataba de hacerse notar en los círculos nazis -escribía hace unos años Laura Ibarra García (Centro de Estudios Europeos,Universidad de Guadal ajara) revistiendo la ideologíanacionalsocialista de psicología profunda y justificandopsicológicamente el racismo, Freud, su maestro y amigo paternaldurante más de ocho años, tuvo que abandonar Viena y exiliarse,junto con su familia, en Londres. A los ochenta y dos años, no le fuefácil abandonar la ciudad en la que había vivido casi toda su vida.Pese a los esfuerzos de Freud por salvar la vida de sus cuatrohermanas, éstas fueron asesinadas en los campos de concentraciónde Auschwitzyde Thereseinstadt. Según un testigo que sobrevivió alholocausto, una de ellas, antes de entrar a la cámara de gas, gritaba:«Aquí hay un error, yo soy la hermana de Sigmund Freud».

«A diferencia de sus seguidores, que aún hoy — continua LauraIbarra García - se empeñan en reprimir o ignorar las simpatías de sumaestro por el nacionalsocialismo, Jung admitió haber cometido unerror,. Después de finalizar la guerra, en 1946, Leo Baeck, profesorde historia de la religión y representante de la comunidad judía,

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aceptó, aunque no de muy buena gana, conversar con Jung. Esterabino, así como Ernsi Bloch, Thomas Mann, Erich Frommy HerbertMarcuse, entre otros, había criticado con dureza el apoyo que Jungbrindó públicamente al nacionalsocialismo y su pretensión delegitimar mediante la psicología el dominio nazi. En esta entrevista,Jung intentó defenderse y, aunque trató de transferir la culpa a losalemanes y su patología, reconoció «haber resbalado».

«Sin embargo, hasta su muerte, ocurrida en 1961, Jung no logródistanciarse de su producción ideológica de los años treinta ni analizarlas coincidencias entre sus ideas y la propaganda nazi. Esta tarea esleíaún por hacerse», termina Ibarra García. (5), (6)

Este tipo de declaraciones son las que, con el paso del tiempo, fueronconfirmando la conducta filonazi del Mago de Zürich. Sobre todo por elhecho de que él mismo nunca explicó con precisión a qué se debió todoesto. Pocas opciones había. Quizás tres. Una posibilidad es que Junghubiera sido obnubilado por Hitler y el nazismo como aconteció con otrosintelectuales y hombres de ciencia. Una opción poco probable tratándosede alguien experto en los mecanismos de la mente humana. Otra es que,en verdad, Jung fuera nazi o - cuanto menos - tuviera afinidad con elrégimen. Lo que no se condice con actitudes que tuvieron - como ya severá - algunos confesos y acérrimos antinazis que no eludían la cercaníade Jung. Así en 1938, la Universidad de Oxford le confiere el DoctoradoHonoris Causa en Ciencias. O, más notable todavía, cuando en 1946Winston Churchill visitó Suiza, a pedido del inglés Jung se sentó a su ladocuando coincidieron en la ceremonia realizada en el Aula de la Universidadde Zürich. ¡Y lo mismo pasó en la cena oficial en Schlob Allmendingen!Aniela Jaffé señala que «es poco probable que Churchill hubierabuscado (por dos veces) la compañía de un ex nazi o simpatizantenazi.»(7) Lo que nos lleva directamente a la tercera hipótesis: Jung estabaactuando un rol en una obra cuyo escenario era la vida misma. Un rol quesólo pocos conocían y que formaba parte de un secreto sólo develadodécadas después de su muerte.

En 1936 Jung había publicado un artículo titulado «Psicología dela dictadura» que, entre otras cosas, afirma:

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«Hay dos tipos de dictadores: el tipo cacique y el tipo chamán.Hitler pertenece a este último. Es un médium. La política alemanano se hace: se revela a través de Hitler. Es el portavoz de los dioses yde los ancianos. Dice la palabra que expresa el resentimiento detodos».

Claramente, está haciendo una descripción y en modo algunoapoyando o defendiendo la forma dictatorial de actuar. Por eso convienevolver sobre la entrevista «Diagnóstico de los dictadores» de 1939 que lehace Knickerbocker. trayendo algún párrafo completo tal como figura enEncuentros con Jung (Editorial Trotta, Madrid, 2000)

«Y todos esos símbolos de un Tercer Reich guiado por su profeta,bajo la bandera del viento, la tormenta y los vórtices giratorios,apuntan a un movimiento de masas que va a barrer a los alemanesen un huracán de emociones irrazonables y en un destino que quizásolo el vidente, el profeta, el Führer mismo, puede prever: y quizá, nisiquiera él.»

El periodista lo interroga sobre cómo es posible que habiendoluchado Stalin toda su vida contra el zar, él mismo haya devenido en algoaún más autoritario. Jung responde que:

«Se debe a que uno siempre se convierte en aquello contra loque más lucha. ¿Qué socavó la fuerza armada de Roma? Fue elcristianismo, pues cuando los romanos conquistaron Oriente Próximofueron conquistados por su religión... Luego, cuando uno ha echadoal zar se transforma en zar, como un cazador de animales salvajespuede hacerse bestial...Stalin luchó tanto contra la sangrientaopresión del zar que ahora está haciendo exactamente lo mismo queel zar. En mi opinión, no hay diferencia en absoluto entre Stalin e Ivánel Terrible».

EL MISTERIO SE DEVELA

El 26 de mayo de 1994 Sotheby's subastó 87 cartas inéditas deJung dirigidas a su discípula judía Jolanda Jacobi que con el tiempo llegó

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a convertirse en la principal discípula de Jung y a quien éste ayudó a huirde los nazis. En esa correspondencia - cincuenta y seis cartas escritas amano y treinta y una a máquina, que van desde 1928 a 1961, año de lamuerte de Jung ocurrida el 6 de junio - que nunca han sido publicadas, elMago de Zürich muestra su posición ante el incipiente nazismo. Refieresu extrema preocupación por el auge del nazismo, del poderío alemán yde la llegada de Hitler. A éste lo considera un niño que no ha maduradopero con un tremendo apoyo en Alemania. «A menudo me pregunto -escribe el psiquiatra suizo en una de las cartas - qué es lo que va a salirde esta caldera de bnyas burbujeantes.» Una de las cartas fechada en1933. Jung dice: «Estamos asistiendo a una escalada sin precedentesdelpuer eternas («el eterno niño», arquetipo junguiano referido en estecaso a Adolfo Hitler) cuyas consecuencias son impredecibles.» «... susopiniones en política exterior serían cómicas si no provocaran unentusiasmo tan peligroso». En otra, presagiaba la ocurrencia de unasangría similar a la que él mismo había anticipado en 1914. Estas cartasproporcionan el conocimiento de un Jung absolutamente alejado decualquier atracción por el nazismo y antes bien preocupado por lasdesgracias que podía anticipar. (8)

Un nazi confeso que frecuentó a Jung, como lo es Miguel Serrano,algo parece conocer sobre los vínculos entre el suizo y los aliados, cuandoafirma - sin citar fuentes - que Jung había aconsejado a los ServiciosSecretos ingleses y norteamericanos «alargar la guerra; porque Hitlerestaba poseído por Wotan, Dios del huracán y la tormenta (Blitzkrieg).Y una tormenta no puede durar mucho tiempo, se va agotando,autodestruyéndose...». (1) Lo que significa que Serrano - tal vez por supertenencia durante décadas al cuerpo diplomático chileno - contaba coninformación fidedigna sobre actividades del Mago de Zürich desconocidaspor la gran mayoría de la población.

Cuando a finales del Siglo XX aparece «Jung, el Cristo Ario» deRichard Noli (9) si bien éste autor dedica muchas páginas a mostrar elatractivo del sabio suizo por el nazismo, concluye el capítulo planteandola necesidad de poner los hechos en medio del contexto en que sucedieron,de las ideas, aceptadas por la Ciencia de ese momento, en virtud dejo

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cual no puede en modo alguno asegurarse que Jung fuera nazi. Aunque nocuenta con suficientes elementos probatorios, Richard Noli advierte unacantidad de aspectos en la conducta del eminente psiquiatra que no cuajancon un nazi.

Hubo que esperar al «célebre» año 2000 para comenzar a conocerlo que en verdad había ocurrido entre Jung y el nazismo. Para esos díasno sólo - por haberse cumplido el tiempo legalmente prescripto por lasautoridades norteamericanas - se abrieron archivos hasta entoncessecretos de la Segunda Guerra Mundial sino que, por ese mismo motivo,algunos de los protagonistas comenzaron a hablar. De esta forma se supoque el espía norteamericano Alien Wels Dulles (considerado por algunos(10) el verdadero jefe de la OSS - Office of Strategic Services -organismo que antecedió a la CÍA) se había interesado por los análisisrealizados por C. G. Jung en relación a la reacción de los dirigentes nazisalemanes, siendo quien transmitió esos valioso datos a la Oficina deServicios Estratégicos de los Estados Unidos. Jung - precisamente por elhecho de estar próximo a donde sucedían los hechos y tener la confianzade los nazis - pudo obtener y proporcionar a los norteamericanosimportantes informaciones sobre el estado de salud del Führer, hizo unavaloración de la propaganda aliada sobre la moral de los alemanes yanálisis profetices basados en la psicología de los líderes fascistas.

Muchos se han preguntado cómo y cuando se conocieron Dulles yJung, tal vez olvidando que el espía ya había estado destinado en Suizadurante la Primera Guerra Mundial, lo que hace muy probable que losservicios del psiquiatra suizo fueran ofrecidos a los Estados Unidos aúnmucho antes de que ese país ingresara a la guerra contra el nazismo.

Para comprender en pocas líneas quién fue Alien Welsh Dulles (n.7 de abril de 18937 m. 29 de enero de 1969) y cuál su importancia en elmundo de los espías, señalemos que fue el primer director civil de la CÍAy quien por más tiempo desempeño el cargo, ya que lo hizo entre el 26 defebrero de 1953 hasta el 29 de noviembre de 1961. (11) (12) Para hacerlomás enigmático, fue uno de los siete miembros elegidos por el presidenteLyndon Johnson para investigar el magnicidio del presidente John F,Kennedy.

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El semanario helvético L'Hebdo (edición de la última semana dediciembre de 2000) informa que en uno de los mensajes secretos enviadospor el espía Alien Dulles a la central norteamericana, el agente cuenta que,según ha podido saber Jung,: »Hitler se ha ocultado en el sótano de sucuartel general al este de Prusia» y explica que los jerarcas quepretenden entrevistarse con él «son despojados de sus armas y han depasar por un detector de rayos X». Jung dijo a Dulles que «cuando supersonal se sienta a comer con él, Hitler monologa mientras que asus oficiales se les prohibe decir una palabra. El stress resultante deesa asociación ha hundido a varios oficiales, según Jung, que opina quelos mandos del ejército están demasiado desorganizados y debilitadoscomo para actuar contra el Führer».

Lo que aún continúa siendo desconocido es cómo Jung obteníainformaciones que el alto mando alemán mantenía en el más estrictosecreto. Hay quienes piensan que el psiquiatra suizo las conseguía enconversaciones confidenciales, contactos con otras personas queigualmente oficiaban de espías o de fuentes médicas. Pero la realidad esque ninguna de tales opciones resultan satisfactorias. Los datos ofrecidospor Jung al servicio secreto norteamericano parecen haber sido obtenidospor alguien que estuvo en el lugar mismo donde acontecían los movimientosdel Führer.

La periodista Mary Bañeroft (n. 1903, Cambridge / m. 1997, NewYork) parece darnos una pista, Bancroft - por entonces de 38 años -paciente de Jung durante un prolongado lapso y amante de Alien Dulles aquien conoció en la casa del Mago de Zürich, cuenta en su libro-«Autobiografía de una espía»- (13) algo importantísimo que, porinexplicable razón, ha pasado desapercibido. Bancroft refiere que cuandole preguntó a su analista por unos rumores corrientes en ese entonces queafirmaban que el psiquiatra suizo viajaba regularmente a Berlín para atendera Hitler. De ser esto cierto, se aclararía la fuente que permitió a Jungbrindar tanta información cierta y precisa al servicio secreto de los aliados.Jung respondió que se trataba de una leyenda surgida de sus numerosasdiscusiones con el cirujano alemán Ferdinand Sauerbruch, que sehacía pasar por el médico de Hitler.

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Siendo que la Psicología Junguiana es una verdadera PsicologíaSocial (14), el suizo ofreció información referente a la influencia de lapropaganda aliada sobre los alemanes: un despacho dictado por AlienDulles desde Berna y registrado por la policía suiza señalaba que «lospanfletos que tienen más éxito (entre el ciudadano medio alemán) son losestrictamente militares que aseguran que los aliados entran como un torneoen la fortaleza europea». «Apelar a la fuerza moral del enemigo -y noa su debilidad - es la mejor propaganda (...) Los llamamientos delgeneral (Dwight) Eisenhower al pueblo alemán son los más eficaces.Formulados en un lenguaje simple, humano, comprensible para todos,dan a los alemanes algo a lo que agarrarse», escribe Jung en una cartaa Dulles fechada en febrero de 1945. (15) (16)

C. G. JUNG: AGENTE SECRETO

Hasta aquí el lector puede suponer que el sabio suizo fue sólo uncolaborador de las fuerzas aliadas, que actuó un rol dé espía aficionadodurante algunos años. Pero de ninguna forma fue así, La relaciónentre Jung y Dulles en su actividad secreta llegaría en la posguerra a lacabeza de la CÍA. Para entonces hacía mucho que el Mago de Zürich era- a más de todo lo que sobre su vida se conoce públicamente - un espíaprofesional, a punto tal que hasta tenía número. No era su número el 007que lleva el sello inglés de James Bond. Sino el Agent 488, Una verdadque C. G. Jung llevó a su tumba y que ni siquiera sus familiares más cercanosllegaron a conocer.

La documentación sobre lo que decimos está a la vista, En 2003 laescritora Deirdre Bair- quien ya había publicado con buen suceso unabiografía de Samuel Beckett y otra de Simone de Beauvoir - publica unminucioso volumen de 880 páginas titulado «Jung» (Little Brown NuevaYork) donde merced a documentos liberados por los servicios secretosnorteamericanos demuestra cuál fue el verdadero papel que a Jung leocupó en la Segunda Guerra Mundial, (17)

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«Lo cierto es que - sostiene la Lie. Silvina Laura Mazal (AsociaciónJunguiana Argentina e Instituto Humanístico de Buenos Aires) - hasta 2003de nada sirvieron testimonios bien fundados como los de Aniela Jaffe- discípula y última secretaria privada de C. G. Jung — sosteniendoque el célebre sabio suizo no era antisemita ni nazi. A partir de sudistanciamiento de SigmundFreudy de las teorías freudianas, siemprehubo comentarios sobre el «nazismo de Jung» y el «antisemitismo deJung.» Por lo usual tales afirmaciones se sustentaron en frases sacadasde contexto, escritos mal interpretados o. directamente, habladuríasinventadas. Pero, a partir de 2003 tales dichos quedaron,definitivamente, aplastados» (18).

Hay que leer el capítulo XXXI- se titula «Agent 488» - de estelibro (sin edición castellana aún) para sorprenderse de las revelacionesque allí aparecen. 488 fue el número clave ~ al estilo de Bond, JamesBond... 007 - con que Jung reportaba a los aliados.

Los documentos consultados por Bair son de los archivos hastaentonces clasificados como secretos de los servicios norteamericanosde espionaje. La fuente es, por ello, confiable. Los documentos revelanque «Agent 488» informó tanto a los gobiernos de Franklin DelanoRoosevelí como al de Harry Truman.

Las quince páginas de minúscula tipografía a través de las cualesla autora reseña el trabajo de «agente secreto» de Jung, no exentode peripecias y dificultades entramadas en las redes subterráneas deresistencia, ayuda a comprender mejor hasta qué punto el sabio suizoarriesgó su vida junto a de su familia

«C. G. Jung mantuvo siempre silencio -señala Silvina LauraMazal- respetando el juramento de no revelar su condición de agentesecreto, Lo que aumenta el valor ético y moral de su persona. Losfamiliares tampoco hablaron sobre esto, Muy probablemente debidoa que ignoraban todo. Con el tiempo, nuevos documentos serándesclasificados y conoceremos más sobre esta faceta junguiana». (18)

Desde que se hicieron públicos estos hechos, ninguna persona ensus cabales podrá afirmar que Cari G, Jung fue nazi. Tampoco podránaprovechar su figura valiéndose de la confusión quienes adhieren al

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nazismo. Ante cualquier duda quien así lo desee puede ahora leerpersonalmente los documentos desclasificados correspondientes a los díasdel Office of Strategic Services.

REFERENCIAS:

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Antonio Las Heras

(14) Las Heras, Antonio. ¿Qué es el Campo Junguiano? Periódico Junguianos de laArgentina N* 4, Buenos Aires, setiembre/octubre 2007(15) Diario La Nación, Buenos Aires, 30 de diciembre de 2000 «Revelaciones sobreel psicoanalista suizo.»(16) Cable de la Agencia EFE, 29 de diciembre de 2000 Jung informaba a los Aliadossobre la psicología de Hitler.(17) Bair, Deirdre. Jung. Little Brown, Nueva York, 2003.(18) Mazal, Silvina Laura. ¿Con que Jung fue nazi? www.jung-argentina.com.ar

EPILOGO

¿Qué significa ocupar el campo junguiano?

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Manual de Psicología Junguiana

¿QUÉ SIGNIFICA OCUPAR EL CAMPO JUNGUIANO?

Hemos llegado al final de esta obra. Y con ello, se hace necesariorealizar un análisis que permita aclarar qué se entiende por campojunguiano y, más precisamente, qué significa ocupar el campo junguiano.

Por lo que hemos visto a lo largo de este libro, la PsicologíaJunguiana es un aspecto importante de la obra completa de Cari GustavJung, pero no el único. El Sabio de Zürich no en vano recibió este apelativo,dado que su interés por las particularidades de la mente humana lo llevarona incursionar por caminos que, antes que él, nadie se había animado atransitar, llevándolo a estudiar en profundidad la Alquimia, laParapsicología, el Esoterismo, la Antropología, la Física, la Filosofía, laHistoria, la Astrología, las Religiones, y todas aquellas áreas delconocimiento que pudieran hacer su aporte para la comprensión delpsiquismo humano, sus manifestaciones y la finalidad última de la vida.

Jung no se contentó con hallar determinados conceptos quepermitieran definir su teoría, que, como expresó siempre, dejaba abiertaa nuevas consideraciones. Fue mucho más allá, porque entendió que unavida plena requiere de la puesta en marcha de dispositivos que posibilitenalcanzarla en la práctica misma de vivir de acuerdo con un proyectotrascendente. Y éste fue el criterio que utilizó al plantear su Proceso deIndividuación como meta del análisis junguiano.

Teniendo en cuenta estos factores que hacen que la obra de Jungsupere las fronteras de una ciencia en particular y de la teoría, es quepodemos plantear la existencia de un campo junguiano, como espaciodentro del cual se vive de una manera determinada con la finalidad dealcanzar la propia trascendencia.

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Antonio Las Heras

Entonces, el campo junguiano es mucho más que una Psicologíay una Antropología. Este espacio las incluye: pero abarca más. El campojunguiano es, ante todo, la puesta en práctica - fuera de toda doctrina oideología - de una Etica para el pleno ejercicio de la vida y una Gnosisentendida como «conocimiento adquirido mediante la experiencia.» De allíque nuestro espacio requiera de lo vivencia!; aquello que ha sido atravesadopersiguiendo aprovechar las extraordinarias oportunidades que sólopermite una existencia fuera de lo común, ajena a lo normal. Entendiendopor «normal» aquella parte de la campana de Gauss donde se encuentrala mayor cantidad de individuos de una muestra. Normal es reiteración,falta de creatividad, pasividad. Allí donde la cwva de Gauss se asiritotiza,donde encontramos escasa cantidad de individuos, allí están quieneshabitan el campo junguiano.

Ocupar el campo junguiano es entender la obra de Jung enfocándolamediante una forma de vida anormal, atípica y diferente.

Este espacio rechaza de raíz cualquier papel de víctima- permanenteo momentáneo - por entender que, suceda lo que fuere a cada persona,la vida siempre merece ser transitada intensamente.

Habituado a actuar, cambiar, dejar fluir, atenerse al wu wei, tenerelasticidad y plasticidad ante los acontecimientos previsibles y tanto másen aquellos repentinos e inesperados hallando una oportunidad en cadacaída, frustración o rumbo errado que permite descubrir senderos nuevose inexplorados, el habitante de estos territorios considera términos vacíosa las palabras fatalidad, destino, suerte, casualidad o resignación.

Para entender la obra de C. G. Jung es menester comprender cómofue su vida y por qué prefirió esa manera, de existir a otras que le hubieransido igualmente posibles y -- en especial - realmente cómodas. Por esoeste ámbito rechaza la continuidad, los lugares comunes, elconservadurismo y los privilegios del status quo. Bien expresó Jung, unay otra vez, a todos quienes quisieran oírlo, que no quería que hubierajunguianos. Precisamente porque muy lejos estaba el suizo de quererrepetidores o meros conservadores de aquello hasta donde él huboconseguido llegar.

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I Manual de Psicología Jtinguiana

Alguien puede haber leído hasta el agotamiento los escritosjunguianos resultando capaz de repetirlos de memoria. Otros puedenpracticar análisis junguiano, interpretar sueños arquetípicos e indagarmíticos esquemas surgidos de lo Inconsciente Colectivo. Mas con esto aninguno le será suficiente para vivenciar el campo junguiano. Pues la únicamanera de transitarlo es haciendo propia una forma de vida, una maneraespecífica de pararse en el mundo y situarse frente al mundo. Desafío puro,exploración permanente, búsqueda inacabable de nuevos horizontes,posibilidades distintas, más y mayores desarrollos personales. Siempre sepuede más.

La incorporación al campo junguiano requiere - necesariamente -del conocimiento de la teoría y de haber vivido la experiencia del análisis.Pero en modo alguno es suficiente con eso.

Para tornar viable la ocupación del campo junguiano es menesterhaber atravesado, previamente y de manera satisfactoria, la vía iniciática.La obra escrita de Jung encuentra una inacabada comprensión si quien lalee no obtuvo la Luz que sólo otorga el Sendero de la Iniciación siguiendolos rituales de la Tradición Hermética.

Sólo desde allí podrá entenderse - y por dar algunos ejemplos - laimportancia de esa obra fundamental que es Psicología y Alquimia, losmotivos por los que aceptó laAstrología y el IChingcomo herramientaspara el conocimiento del psiquismo y el modelo expuesto para el Principiode Sincronicidad tomado - qué duda cabe - de la rica simbologíaesotérica y las peculiaridades de la Individuación, meta final del análisisjunguiano.

El interés de Jung por lo esotérico, por laAstrología, la Alquimiay la Parapsicología. Las llamadas «mujeres de Jung.» Su presuntoantisemitismo y nazismo. Todo eso, y otras tantas cosas, le fueronobservadas precisamente por quienes «sintieron» el peligro que representala proximidad del campo junguiano para quienes se conforman con laquietud, requieren de supuestas seguridades y anhelan aquello que dereiterado resulta abrumador por lo conocido.

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Antonio Las Heras

Esas críticas, todas superficiales, realizadas al modo en que vivióC. G, Jung y a su personalidad, están sustentadas - aunque lospseudocríticos nunca tuvieran consciencia de ello - en mecanismosdefensivos intrapsíquicos. Muestra nítida de que en su profanidad noconsiguieron superar los miedos que los convierten en sujeto.

Este comentario no cabe - de más está señalarlo, aunque convienehacerlo - a SigmundFreud quien también fue un Iniciado.

La única forma en que el campo junguiano puede concebirse esdesde el rol activo - y más todavía: pro activo - que convierte a cadapersona en alguien único e irrepetible. Nada más lejano del pasivoadocenamiento tan habitual en el mundo actual.

La obra de Jung es el producto de su actitud frente a la vida. Jungindagando en los fenómenos paranormales, a los 24 años de edad, paraescribir su tesis doctoral. Jung recorriendo el mundo, aprendiendo idiomasy dialectos, participando de las ceremonias rituales de cada comunidad:en América y en el corazón del África. Jung espía de los aliados. Agentesecreto 488. Jung - una verdadera montaña, como lo definiera su amigoel explorador Laurence van der Post - honrando el juramento de absolutosilencio mientras era acusado de antisemita y nazi. ¡Cuánta capacidadespiritual y fortaleza intelectual hay que tener para recibir reiteradasacusaciones falsas, mentirosas!; muy probablemente de gente que nadahabía hecho para liberar al mundo del yugo hitleriano.

El campo junguiano: un territorio de vida intensa, donde ningúnminuto es derrochado ni malgastado. Un territorio de crecimientopermanente y armónico que ocupa lo espiritual, lo intelectual y lo material.Puesta en acto de la vida como desafío inagotable. Porque el sitio de lalibertad es incómodo. Requiere esfuerzo, perseverancia, dedicación, unMaestro y el Discípulo que lo encuentra, alegría de vivir, comprender quela vida merece ser vivida aún frente a los acontecimientos menos gratos.Tener la certeza de que lo justo en cada humano es dar algo - por mínimoque sea - para provecho y progreso de la Humanidad.

En su prólogo allChing C, G. Jung sostiene que del sosiego y delrecogimiento nunca surgió un conocimiento nuevo.

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Manual de Psicología Jnnguiana

Eludir el engaño con que la Consciencia suele tentar ofreciendosupuestas seguridades y certezas; apartarse del sendero conocido porqueno es el que a uno le corresponde; enfrentar los secretos ocultos que anidanen el Alma; ésa es la labor del Iniciado: la que permite ingresar al campojunguiano... y recorrerlo.

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www.jungclub-london.orgwww.pnsja.comwww.jungflorida.comwww.friendsofjungsouth.orgwww.junguiananalysts.orgwww.jungforum.comwww.apjq.orgwww.jungsocietyofcolorado.orgwww.junginstitute.orgwww.jungsociety.comwww.jungdallas.orgwww.jungianpsych.orgwww.jungnewyork.com

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

Principales conceptos distintivos de la Psicología de los Arquetiposdesarrollada por Cari Gustav Jung 11

Lo Inconsciente Colectivo 12El universo onírico 13Origen y función de las neurosis 14Los Complejos 14El trabajo psicoterapéutico 15Individuación: aspiración del análisis junguiano 16La Psicología Junguiana en la Argentina actual , 17

Capítulo I

¿Qué es la personalidad para Jung? 23Elementos que conforman la personalidad 26Lo Consciente .27La Consciencia ...27La Persona o Máscara 29Máscaras engañosas y patológicas 33El Yo.. 35

Capítulo II

Lo Inconsciente Personal............ ......39Los Complejos 41

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Capítulo III

Lo Inconsciente Colectivo 49Arquetipos 54Un ejemplo cl ínico 63Complejos y Arquetipos 66En torno a los Arquetipos 70Arquet ipo de Dios , 71Arquet ipo de la Gran Madre 71Arquet ipo de Conformidad o Arquet ipo de la Persona 81Arquetipo del Viejo Sabio o Anciano Sabio ,82Arquet ipo de los Mil Años o Arquetipo del Año Mil 85Arque t ipo de la Sombra 85Arquet ipo de la Creación del Mundo 85Arquet ipo del Paraíso Perdido .....86Arquetipo del Niño 88Arquetipo Unidad o Totalidad 91Arquetipo de Muerte y Resurrección 93Arquetipo del Héroe , , 94Arquetipo de Conjunción (Sí Mismo) 97Mándalas .............99Arquetipos y Mándalas 102

Capítulo IV

Arquetipo de la Sombra...... 107El Arquetipo de la Sombra y el origen intrapsíquico

de las guerras 116Arquetipos del Ánima y el Ánimus 117La representación del Ánima en el Santo Grial 123El Ánima en la Mona Lisa 127El Arquetipo del Ánimus manifestado 128Algunas consideraciones sobre el Ánimus desde la obra de

Emma Jung..... 130

Capítulo V

Los sueños compensatorios en la Psicología Junguiana 137La naturaleza de los sueños 142Fuentes de las imágenes oníricas 143Mecanismos del sueño 145El lenguaje simbólico de los sueños 146Estructura general de los sueños 148A n á l i s i s e interpretación J u n g u i a n a de los sueños 149Serie onírica 1 5 1Pasos para la interpretación de los sueños 153Dos ejemplos clínicos de sueños y su interpretación 1 59

Capítulo VI

Los sueños no compensatorios en la Psicología J u n g u i a n a 173La clasificación de los sueños 175Sueños Aníicipatorios , 1 75Sueños Traumáticos 1 79Sueños Extrasensoriales 1 81Sueños Paralelos 1 85Sueños Profetices 1 86

Capítulo VII

La interpretación psicológica de la A l q u i m i a 193Fases del proceso alquímico en la Psicoterapia Junguiana ....206

Capítulo VIII

Tipos Psicológicos en la Psicología Junguiana 213El Tipo Extravertido 2 I 7El Tipo Introvertido ' I '*Los tipos funcionalesTipo Reflexivo ExtravertidoTipo Reflexivo Introvertido

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Tipo Sentimental Extravertido 225Tipo Sentimental Introvertido 225Tipo Perceptivo Extravertido 226Tipo Perceptivo Introvertido 227Tipo Intuit ivo Extravertido 227Tipo Intuit ivo Introvertido 228

Capítulo IX

Pr inc ip io de Sincronicidad 233Un ejemplo de fenómeno sincronístico en la vida de Jung 245

Apéndices

1- Aproximación al concepto de Wu Wei 251

II • Anál is is arquetípico de «La pesadil la»,poema de Jorge Luis Borges 257

III- Los fenómenos parapsicológicos en la vida y en la obrade Cari Gustav Jung. .........267

IV • Fragmentos de tres cartas de Freud a Jung sobre losfenómenos ocultos .........283Una anécdota parapsicológica junguiana... .........283

V • Cari Gustav Jung / Sigmund Freud.Para entender el conflicto........... ............289

VI • Cari Gustav Jung y el nazismo ..............297

EPÍLOGO

¿QUÉ SIGNIFICA OCUPAR EL CAMPO JUNGUIANO? 3 1 5

BIBLIOGRAFÍA.. 321

PAGINAS WEBS RECOMENDADAS ... .. 328