130308 museo del pan

3
El Museo del Pan de Mayorga relata el largo devenir del alimento que más tiempo ha acompañado al hombre [P2] Historias con miga Viernes 08.03.13 GPS GUÍA PARA SALIR Julieta Venegas cambia de ciclo MÚSICA La cantante mexicana llega a la región con su último disco, que supone un giro en su propuesta musical [P11] La inspiración regresa al mundo de Oz CINE Disney encarga al director de ‘Evil dead’ una nueva versión del clásico de Baum [P7] Dos jóvenes visitantes , ante los productos elaborados en el taller de la tahona del Museo del Pan de Mayorga. :: JAVIER PRIETO

Upload: amaranto-scout

Post on 29-Mar-2016

223 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: 130308 Museo del Pan

El Museo del Pan de Mayorga relatael largo devenir del alimento que mástiempo ha acompañado al hombre [P2]

Historias con miga

Viernes08.03.13

GPSGUÍA PARA SALIR

Julieta Venegascambia de ciclo

MÚSICA

La cantante mexicanallega a la región consu último disco, quesupone un giro en supropuesta musical [P11]

La inspiraciónregresa almundo de Oz

CINE

Disney encargaal director de ‘Evil dead’una nueva versióndel clásico de Baum [P7]

Dos jóvenes visitantes , ante los productos elaborados en el taller de la tahona del Museo del Pan de Mayorga. :: JAVIER PRIETO

Page 2: 130308 Museo del Pan

Lo mejor del Museo del Pan esque cuando los aromas delobrador se extienden por todoel edificio dan ganas de reven-tar las vitrinas con ansia deatracador y salir corriendo conlas muestras que se ven delotro lado del cristal. Para co-mérselas, claro. No solo es queel recorrido por el museo seaun repaso a la historia de la Hu-manidad para saber cuál es el

alimento que lleva acompa-ñándonos desde que descubri-mos el secreto de las siembrasy las cosechas, es que el visi-tante se sumerge como en unacuario empapándose tambiénde los aromas que le conectancon su yo más ancestral. El olordel pan cociéndose en el hor-no envuelve al hombre desdehace 9.000 años. Más que su-ficiente para que haya queda-

do impreso en alguno de nues-tros genes y estalle como unresorte que nos vuelva, depronto, impredecibles y pri-mitivos. Sobre todo si se acer-ca la hora de comer.

Es el acierto de que el Mu-seo del Pan, que se localiza enla localidad vallisoletana deMayorga, haya aspirado a algomás que a conformarse conun mero recorrido expositivo

de paneles y botones, tan aluso, por desgracia, como abu-rrido y monótono. El museo,un magnífico contenedor de2.700 metros cuadrados, hadejado hueco también paraque el acercamiento a este ali-mento tan universal comodesconocido –el pan nuestrode cada día– sea una experien-cia de los sentidos, no solo delconocimiento, con salas dedi-

cadas a la degustación y a laelaboración de productos. Ensu obrador la visita se comple-ta asistiendo al proceso en di-recto que convierte la masaen pan, un milagro de lo máscotidiano que, de paso, apor-ta al conjunto la ambientaciónaromática de resonancias atá-vicas.

Pero para llegar hasta allí an-tes el visitante ha tenido quecompletar el prolijo recorridode tres plantas en las que irádesgranando –valga la compa-ración en este caso– el granode la paja en cuanto al pan serefiere. El museo, diseñado porel arquitecto Roberto Valle, esla amalgama resultante de fun-dir la estructura de la antiguaiglesia mudéjar de San Juan,abandonada con anterioridad,y un nuevo edificio de hormi-gón que se eleva sobre los te-jados de la localidad con la pre-tensión de evocar los enormessilos de cereal, tan frecuentesen los campos de la meseta. Elcubo de hormigón, sobre cu-yas paredes resalta la texturade encofrados disparejos paradar relieves y crear sombras,acoge en su interior los cuatroniveles de altura por en-tre los que circula la vi-

El Museo del Pan de Mayorga cuenta la historiadel alimento más socorrido de la Humanidad

RUTAS CON ENCANTOEL MUSEODEL PAN

Reproducción de un molino tradicional, en el Museo del Pan de Mayorga. :: REPORTAJE GRÁFICO DE JAVIER PRIETO

>

PLANES Viernes 8.03.13EL NORTE DE CASTILLAGPS2

De canteros, lechuguino,cuadros o polea

JAVIERPRIETO

Page 3: 130308 Museo del Pan

sita. En la iglesia, de tresnaves separadas por ar-

cos mudéjares de ladrillo y áb-side, se ubican el obrador, lasala de degustación, la tienday la zona de la exposición de-dicada al pan en la cultura po-pular, la nutrición y la religión.

Igual que el grano en una fá-brica tradicional de harina va

convirtiéndose en polvo mien-tras desciende desde el pisomás alto, el recorrido por el mu-seo comienza en el nivel supe-rior. Es la puerta de entrada alconocimiento del alimento másuniversal: todas las culturas loponen sobre su mesa desde quelos egipcios, hace unos 4.500años dieran con el secreto de«la masa madre». Descubrie-ron que si reservaban, antes decocerla, una porción de la masafermentada, podían repetir elproceso una y otra vez. Y tan-to les parecía capricho de dio-ses que, en un principio, fueun alimento exclusivo de sa-cerdotes y faraones.

Es el momento de acercarla lupa, meter la nariz en loscajones y la mano en los cuen-cos para aprender con los sen-tidos que entre la avena, el tri-go, el centeno, el maíz, el sor-go o el arroz va un abismo, aun-que al profano todo le parez-can granos. De cereal, por su-puesto. Y descubrimos que sellaman así porque los romanosle cambiaron el nombre a ladiosa Deméter por el de Ceres,señora de los campos cubier-tos de espigas y diosa de la fe-cundidad y la agricultura.Cuando en el Neolítico el hom-bre se da cuenta de que ya nohace falta ir detrás de la comi-da para cazarla cuando tieneshambre, se hizo sedentario,agricultor y campesino y lecambió el rumbo a la Huma-nidad. El trigo y la cebada fue-ron los primeros cereales quecultivó.

En un rincón de esta plan-ta vemos que la fama del PandeValladolid, actualmente aco-gido a la Marca de Garantía, noes de ayer ni de antes de ayer.El rey Carlos I se lo hacía lle-var expresamente hasta su re-tiro de Yuste, en la Sierra deGata, porque ningún otro le sa-bía tan bien. Pero el rey no erael único que lo considerabamanjar. En 1563 la familia deempresarios y banqueros ale-manes Fugger –o Fúcaros–, que

trabajaban al servicio de la Co-rona, contrataron los serviciosdel panadero y constructor dehornos de Valladolid Francis-co Mateo para que bajara a An-dalucía a transmitir los secre-tos del pan de su tierra. Y tanbien lo aprendieron sus dis-cípulos que la fama del pande allí comenzó a hacer som-bra a la de aquí. Alcalá deGuadaira se convirtió en unreputado centro de panaderíade tal calibre que hasta se lecambió el nombre por el de Al-calá de los Panaderos.

Pero para convertir el cerealen pan el primer paso es trocarel grano en polvo. Y para esose inventaron los molinos. Enla segunda planta se exponeun recorrido histórico de esteinstrumento imprescindible:desde los más simples y primi-tivos, que trituran por la fric-ción de dos piedras que se pre-sionan con la mano, hasta losingenios más complejos, queconsiguieron aliviar las fatigas

de la molienda aprovechandola energía que brindaban losrecursos naturales.

Con la harina en el costal–ya sabemos, entre otras mu-

chas cosas, que una harina‘0000’ es la más refinada yblanca– comienza, en la pri-mera planta, la historia dela panificación. Una entre-tenida colección de maque-

tas nos lleva desde el Neolí-tico hasta el siglo XX pero pa-sando antes por Egipto, Romao la Edad Media. Los tiemposcambian pero el rito del pan seha ido transmitiendo a travésde los siglos con más fidelidadque los versículos de la Biblia.

Así atravesamos una taho-na tradicional, con su mesa deamasar, su horno, sus bande-jas y el mostrador para despa-char. Es atrezo. Si huele a panrecién hecho no es porque elpanadero se haya marchadodejando las luces dadas: es por-que ya estamos muy cerca dela planta baja y, seguramente,

haya un taller o una demostra-ción en marcha.

Por eso, aunque sea de ma-nera inconsciente, apretamosel paso. Pero no pasamos poralto las vitrinas en las que seexhiben los panes como si fue-ran joyas. Y aprendemos queentre la variedad de panes quese fabrican en Valladolid –le-chugino, cuadros, canteros ypolea– el lechuguino es el pancandeal vallisoletano por ex-celencia, de miga blanca y ricopara acompañar asados; al quedicen que le llegó el nombrepor el cuidado con el que elpanadero lo decora antes depresentarlo al público. Igual,igual que los señoritingos searreglaban –como lechugui-nos– los días de fiesta en lospueblos para ir a misa. Claroque también hay quien diceque es de cajón que se llamelechuguino por los dibujos dela corteza –que antes se ha-cían con la cabeza de una lla-ve– tan parecidos al cogollode una lechuga.

Pero eso ya «es harina deotro costal». Hemos llegado ala planta baja. La que se estirapor el interior de la iglesia deSan Juan. La que se ocupa de laimportancia del pan en nues-tra cultura. De los mitos –fal-sos casi todos– en torno al pany la nutrición –el pan no en-gorda, engorda con qué lo jun-tes–. De que hay más refranessobre el pan, el trigo, la harinao las cosechas que días del año.O de que el pan es, para los cris-tianos, un alimento cargado desimbología. Y si hay quien to-davía guarda la costumbre debesar el pan cuando se cae dela mesa que sepa que es por-que aun no están tan lejos dela memoria colectiva los tiem-pos de la hambruna en los quetirar el pan que sobraba era, sinduda, el peor de los pecados.� [email protected]

Videorreportaje enelnortedecastilla.es

Unos niños elaboran la masa en el taller de confección de productos de la tahona. A la derecha, visitantes comprueban el tacto de los cereales.

GUÍA>

Viernes 8.03.13EL NORTE DE CASTILLA PLANES 3GPS

Nave principal de la iglesia de San Juan y, a la derecha, recursos expositivos del Museo del Pan.

�Museo del Pan. CarreteraSahagún 47 , Mayorga (Va-lladolid). Tel. 983 75 16 25.Web: www.provinciadeva-lladolid.com/es/centros-tu-risticos-provinciales/mu-seo-pan.

�Horarios. De octubre amarzo, de jueves a domingoy festivos de 10,30 a 14 ho-ras h y de 16 a 18 horas

Mayorga

N-601

VA-530