10 de 12 22 de junio 2014
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Tema compartido por Hno. Pastor Jorge Luis Álvarez S. BendicionesTRANSCRIPT
Domingo 22 de Junio 2014 - Tema 10 de 12
Jesús – Emanuel - Mesías
Ahora estudiaremos tres nombres de Dios que están relacionados directamente con el Hijo:
Mesías, Jesús y Emanuel. Todos son nombres del Hijo. Nos referiremos a Él como el Señor
para que no haya confusión entre la persona y el nombre. Debemos recordar que la palabra
nombre para los Judíos no es simplemente nombrar a alguien sino indicar sus cualidades o
su autoridad. Cuando el Señor les enseña a sus discípulos a orar les dice que lo hagan "en su
nombre". (Juan16:23) El nombre del Señor en este pasaje no se refiere al fonema (sonido) ni
al morfema (escritura) de una palabra específica, sino a la autoridad que implica orar en
representación del Señor.
La Autoridad de su nombre
El Señor afirmó que lo que hacía, lo hacía en el nombre del Padre (Juan 5:43) además
confiesa que la autoridad que tiene le ha sido dada (Mat 28:18). Es esa autoridad la que su
nombre representa. El Señor tiene la potestad de representar al Padre, en los cielos y en la
tierra. Ahora bien, esta autoridad es delegada. Esta delegación se llevaba a cabo por un acto
que consistía en derramar aceite sobre la cabeza del designado, este acto se llama ungir, en
hebreo "mashákj". De esa palabra se deriva la palabra Meshiah, en español Mesías.
Mesías
La costumbre de ungir a alguien para delegar una función era algo común. (Levítico 8:10, 1
Samuel 16:13, 1 Reyes 1:39) También significaba consagrar o apartar algo o alguien para
Dios. Sin embargo cuando el Pueblo se quedó sin rey ungido y éstos comenzaron a hacer lo
malo delante de Jehová a tal punto que el Pueblo es destruido y llevado a cautividad, Dios
promete por medió de Isaías un Ungido, un Mesías (Isaías 61:1). Años más tarde, bajo el
dominio de Roma los judíos no pierden la esperanza de ver cumplida la profecía de Isaías y
espera que el Mesías, ahora como nombre propio de un personaje, aparezca para restaurar al
pueblo de Israel. Vemos en varios pasajes que los Judíos esperaban a un personaje, al que
llaman El Mesías, (Juan 9:22).
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tus testimonios
en relación a los
nombres de
Dios. Ya solo
faltan dos
semanas.
En el tema anterior…
1. Traducción del Tetragrama: Los judíos por reverencia y en atención al mandamiento que
prohíbe tomar el nombre de Dios en vano, no pronunciaron nunca tal nombre y lo
sustituyeron por otras formas como HaShem (El Nombre) o Adonay (El Señor).
2. Uso del griego Kyrios: En el proceso de traducción del hebreo al griego, se encontraron con
la dificultad que ese nombre no se mencionaba optaron por traducir la palabra Adonay cuyo
significado es El Señor y entonces usaron el término griego Kyrios que significa Señor.
3. El Nuevo Testamento en griego: Todo el Nuevo Testamento fue escrito en griego y los
autores trabajaron con la referencia principal de la LXX, haciendo uso del nombre de Dios
tal y como el texto griego lo maneja. Jehová pasa a ser El Señor o Dios en el Nuevo
Testamento.
4. ZEOS: Zeos es la palabra común para designar el sustantivo Dios. Tiene su equivalencia en
el término hebreo “EL” o “ELOHIM” y expresa deidad.
5. KYRIOS: Es el equivalente a JEHOVA del A.T. y tiene asimismo relación con ADONAY.
Nos revela a Dios, Gobernador y Todopoderoso. Una y otra vez, en el N.T. y especialmente
en las Epístolas a Jesús se le llama Señor
6. PATER: En relación a la amistad y al amor existente entre un padre y un hijo. PADRE:
“Dios productor de todas las cosas y creador del hombre”.
El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento están escritos en Idiomas diferentes, lo que
implica que ciertas palabras que significan lo mismo tendrán un a morfología distinta. Esto
ocurre con las palabras Mesías y Cristo. La palabra "cristo" es la palabra griega que se
traduce "ungido". Juan 1:41 nos aclara con mucha precisión este sinónimo. Así que Cristo,
tampoco es un nombre propio del Señor, es su calidad de Ungido o Mesías. La expresión
Jesucristo es un juego de palabras que significa "Jesús es el Mesías". Pasemos ahora a
estudiar el nombre "Jesús".
Jesús
La palabra Jesús, es el nombre que el ángel le dio a María para llamar al Señor (Mat 1:21).
Pero al Igual que las palabras Mesías-Cristo, encontramos que las palabras Josué-Jesús-
Oseas son la misma palabra. Así que el nombre Jesús también era un nombre de uso común
entre los Judíos, aparece 218 veces en el Antiguo testamento como Josué, 16 como Oseas,
29 veces como Jesuá, Incluso en el Nuevo Testamento se menciona un discípulo llamado
Jesús Col 4:11 . Sin embargo en las palabras del ángel encontramos algo muy particular. El
ángel le dice: "y llamarás su nombre Jesús, porque..." le da la explicación de la elección
de aquel nombre. La palabra Jesús significa "Jehová salva". El ángel le está diciendo a
María: "Su nombre será Salvador, porque viene a salvar".
Así que no debemos creer que la palabra "Jesús" tiene algún poder mágico o que cuando
decimos: "en el nombre de Jesús" es la palabra "Jesús" la que lleva poder o la que hace
temblar a las tinieblas. Lo que hace temblar los reinos espirituales es "el nombre" de Jesús,
la autoridad de Jesús, la persona de Jesús. Porque el nombre de Jesús no es cualquier
autoridad es la autoridad misma de Dios, es el nombre mismo de Dios. El nombre Jesús, se
refiere nuevamente a una propiedad del Señor, aunque ese si fue su nombre mientras
estuvo es este mundo. Y aquí pasamos a gran misterio de todos, tan grande que Pablo ni
aún intentó descifrarlo… Dios estuvo entre los hombres.
Emmanuel
Mateo nos hace el favor de darnos el significado de la Palabra: "He aquí, una virgen
concebirá y dará a luz un hijo y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios
con nosotros." (Mat 1:23) De los nombres del Señor este es quizá el más intenso.
Algunos estamos tan acostumbrados a este hecho que hacemos a un lado su gran valor.
Pablo lo describió como un gran misterio (1Timoteo 3:16) "E indiscutiblemente, grande es
el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne..." También recalca la magnitud
de la manifestación divina: "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad" (Col 2:9). Recordemos que durante el Antiguo testamento la presencia de Dios
entre el pueblo era esporádica y parcial. De hecho Moisés solamente pudo ver su espalda,
(Éxo 33:23).
El salmista describe que la diferencia entre la dignidad humana y la divina es tan abismal que
solo el hecho que Dios piense en la humanidad ya es resultado de su misericordia (Salmo 8:4).
Sin embargo Dios ha tomado la decisión de no solamente acordarse del hombre sino también
humillarse a tal punto que habita entre ellos. Esta es una acción para nada codiciable y con un
costo altísimo: abandonar su gloria (Fil 2:5-8). Sin embargo el Señor estuvo dispuesto a pagar el
precio con tal que nosotros los "más dignos de conmiseración" tuviéramos a nuestro alcance la
Divinidad plena.
Sin embargo lo más notable es que esta acción se basa en un solo pilar: el amor de Dios. Juan
3:16 justifica la acción poniéndola sobre la base del amor. Es el inmenso amor de Dios lo que
provoca una conmoción a nivel universal. La cual llega a su punto más intenso cuando Dios
mismo muere en medio de los hombres. Lo eterno se hace mortal, lo divino se hace humano, lo
santo se hace pecado, todo girando alrededor del punto más importante: el amor de Dios. La
presencia de Dios entre los hombre es una ilusión para el ser humano; es la imposibilidad
absoluta. Sin embargo el amor de Dios hizo posible lo imposible: Emanuel "Dios con nosotros".
Es importante entender que los nombres del Señor tienen un significado y una gran carga
interpretativa. Cuando entendemos los nombres del Señor, que no son como los nuestros: a
capricho, sino que están llenos de valor, de riqueza espiritual y llenos de significado para los que
somos salvos por su sacrificio. Entonces valoramos lo que significa "el nombre de Jesús"
No debemos minimizar el nombre de Jesús equiparándolo con cualquier amuleto. El "nombre"
del Señor está por sobre todos los nombres, su autoridad por sobre cualquier autoridad y su poder
inagotable. El Señor es el Mesías, el Cristo, nuestro Jesús, y lo más importante, nuestro Emanuel.