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Conflict and Competition in Spanish Prehistory: The Role of Warfare in Societal Development from the Late Fourth to Third Millenium BC.

Autora: Sarah J. MonksFuente: Journal of Mediterranean Archaeology 10.1 (1997) 3-32.Acceso: 12/03/2014

Los episodios de violencia durante la prehistoria han sido objeto de mltiples interpretaciones y controversias. Aun cuando la violencia fsica ha sido una constante a lo largo de la evolucin humana, mitos como el del buen salvaje, o el de un pacifismo primitivo han puesto de manifiesto la necesidad e inquietud a lo largo del tiempo por discernir y comprender las causas y significados de la violencia en un intento por dar respuesta a cuestiones que rodean al concepto mismo de la condicin humana. Y es que saber que las primeras sociedades fueron violentas, brbaras y brutales, nos obliga a reflexionar sobre la humanidad desde sus mismos inicios, algo que nos empuja inevitablemente a cuestionarnos si la violencia acaso se trata desde sus primeras manifestaciones de algo cultural o acaso de algo innato al ser humano. La presencia de la agresividad con anterioridad al sapiens, as como en simios y primates no humanos escindidos del mismo tronco que los homnidos, demostrara que detrs de la agresividad se esconderan causas genticas (Guillaine, Zammit 2002: 13).No obstante, resulta fundamental averiguar la relacin entre determinados niveles y tipos de agresividad con distintas transformaciones culturales, psquicas e ideolgicas en las primeras sociedades campesinas de la Europa templada. Y es que a pesar de que encontramos evidencias del uso fsico de la violencia entre seres humanos desde los cazadores-recolectores, en el artculo de Sarah J. Monks se explora el rol que habra desempeado el conflicto y la competicin interpersonal en los cambios sociales y culturales que tuvieron lugar durante los perodos Neoltico Final 3.500 a.C hasta el Calcoltico 3.000 2.200 a.C en el marco peninsular.Tradicionalmente se ha especulado con la posibilidad de que algunos signos de violencia pudieran haber estado relacionados con el exterminio de las ltimas poblaciones de cazadores-recolectores, hoy sin embargo resultara algo menos tendencioso apuntar hacia posibles crisis y desequilibrios ocurridos en el seno mismo de la sociedad neoltica. Por otra parte, se ha asumido en el pasado que la guerra sera una caracterstica particular de las sociedades civilizadas y sedentarias, siendo el enfrentamiento entre grupos nmadas probablemente ms espordico, y que vendra evidenciado por el menor nmero de pruebas arqueolgicas (Keeley 1996: 39).Como ha apuntado S. Vencl, resulta complejo asociar determinados comportamientos conflictivos con las escasas evidencias materiales de las que disponemos, o a travs de las evidencias con las que contamos, deducir determinados patrones de conducta (1984: 117-118).No obstante, las manifestaciones blicas en el perodo descrito vendran avaladas por la presencia por un lado de armas, murallas, fortificaciones, determinados patrones de asentamiento y grados de sedentariedad, configuraciones de hbitat y modificaciones experimentadas en el medio (en el uso y percepcin del territorio se cuestiona el propio concepto de territorialidad) as como por otra parte, traumatismos y heridas, impactos mortales, masacres en las que se eliminara a un determinado nmero de seres humanos, y actitudes que se ubicaran en el territorio de lo simblico y lo mgico, como el canibalismo, los sacrificios o el mismo suicidio.Los comportamientos antropfagos, como una prctica generalizada abandonada conforme aumentara la produccin, habran de manifestarse como razones de guerra a travs de la consumicin de carne y sangre humanas que en ltima instancia buscaran hacer desaparecer al enemigo vencido. La eliminacin y mutilacin del mismo vendran a ser tambin prcticas homicidas que guardaran una profunda relacin con los sentimientos que las vctimas despertaran en el adversario. El Arte Levantino es el reflejo de diversas expresiones de violencia, ponindose de relieve las caractersticas de la sociedad captada. En varias escenas, observamos a gentes de un vigor desbordante y dinmicas que sern similares tanto en el combate entre humanos como en la caza. En algunos conjuntos se mostrar la oposicin entre pelotones y solitarias vctimas, representaciones y que nos indicaran el poco peso social del individuo. Encontramos constantemente ejemplos de la eliminacin de individuos aislados y de ejecuciones, as como conjuntos iconogrficos que vendran a revelarnos detalles sobre el nmero de personas que participaran en las batallas. En este sentido, conviene cuestionarnos por la finalidad misma de los combates, si seran el resultado de una competicin por una serie de recursos escasos, o si de lo contrario primara un componente cultural, pues el guerrero como personaje central vendra a cumplir un papel social preeminente.
Bien es cierto que en una sociedad agrcola la caza habra de tener un papel econmico menor, pero es indiscutible el rol social y simblico de la misma en el Arte Levantino, algo que su vez viene contenido en las escenas narradas y que reflejan los mecanismos de estratificacin y estructuracin social. Por otra parte, podemos aprehender la realidad a travs de las victimas, y es que el nmero de nios y mujeres eliminados son muy altos en comparacin al nmero de varones adultos, algo que sin intencin de generalizar, revelara ciertas tendencias. Estas diferencias por sexo y edad de las personas eliminadas o sacrificadas en yacimientos demostraran que los individuos menos fuertes eran ms fcilmente eliminables y por tanto ms vulnerables (2002: 141).En relacin a los componentes espaciales, nos encontraremos con un aumento en la densidad demogrfica en las actuales provincias de Almera y Granada. El clima de conflictividad es palpable a travs de enfrentamientos fronterizos, poblados abiertos (generalmente en lugares montaosos) y espacios fortificados.En las zonas ms frtiles las estrategias de explotacin del suelo se intensificaran, el uso constante del mismo y su degradacin aumentarn, conduciendo a una incipiente competencia territorial, que ser ms intensa all donde la poblacin era ms numerosa.
En el SE de Espaa y en la Estremadura portuguesa encontramos algunas de las fortificaciones ms impresionantes del Calcoltico europeo, con ejemplos notables como los de Zambujal (Torres Vedras, Portugal) o Los Millares (Santa Fe de Mondjar, Almera).

Bibliografa

GUILAINE, J. ZAMMIT, J. 2002. El camino de la Guerra. La violencia en la Prehistoria. Ariel Prehistoria, Barcelona.

KEELEY, L. H. 1996. War before Civilization. Oxford: Oxford University Press.

VENCL, S. 1984. War and warfare in archaeology. Journal of Anthropological Archaeology 3: 116-32.Prehistoria Universal Reciente Grupo B Iborra Mallent, Juan Vicente