088 ying xiong, dirigida y escrita por el chino zhang yimou

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Un emperador, cinco enemigos y un héroe sin nombre.

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Titulo originalYing xiong (Hero)

Titulo en españolHéroe

DirecciónYimou Zhang

RepartoJet LiMaggie CheungTony Leung Chiu Wai Ziyi ZhangDaoming Chen

Guión originalFeng LiBin WangYimou Zhang

Año2002

Advertencia----------------Este listado de mis cien,y más, películas favoritases una excusa para escri-bir sobre éstas, de formapaulatina y contarle a loseventuales lectores porqué me parecen notoriasy maravillosas. El texto noes una reseña, por lo quese sugiere haber visto, deantemano, la película.------

Fotografías

El guerrero sin nombre (Jet Li)

Luna (Ziyi Zhang)

Nieve Voladora (Maggie Cheung)

Adivinando al viento

Titulo originalYing xiong (Hero)

Titulo en españolHéroe

DirecciónYimou Zhang

RepartoJet LiMaggie CheungTony Leung Chiu Wai Ziyi ZhangDaoming Chen

Guión originalFeng LiBin WangYimou Zhang

Año2002

Advertencia----------------Este listado de mis cien,y más, películas favoritases una excusa para escri-bir sobre éstas, de formapaulatina y contarle a loseventuales lectores porqué me parecen notoriasy maravillosas. El texto noes una reseña, por lo quese sugiere haber visto, deantemano, la película.------

Fotografías

El guerrero sin nombre (Jet Li)

Luna (Ziyi Zhang)

Nieve Voladora (Maggie Cheung)

Adivinando al viento

Menos por menos da más----------------------

Dos historias falsas dan una verdadera y la historia verdadera no tiene, realmente, signicado si no se conocen las falsas; éstas van sumando posibilidades y, eso, es importante porque el espectador también concluye cuestiones de la película por ensayo y error. No se trata, para nada, de una dialéctica. Empezando porque no se puede ver, ni analizar, una película de Zhang Yimou sin desenchufar nuestro esquema occidental. La lógica es otra: la verdad está compartimentada entre testigos, protagonistas y las diversas personas que la escuchan y que la repiten; no nos es dable conocerla del todo, debe-mos es buscar una aproximación lo más cercana posible. Ese es el tire y aoje entre el héroe y el emperador, y ambos actúan en consecuencia una vez contraponen cada reexión, con todas las demás, se anulan entre ellas, hasta que quedan unas pocas –no necesariamente ciertas– válidas para el análisis.

Cada historia tiene un color y elementos estéticos diferentes. Es una guerra en la que intervienen el héroe, el emperador, los enemigos del emperador: Espada Rota, Nieve Voladora, Cielo y Luna; la natura-leza: los árboles, las hojas, el viento, las gotas de lluvia, el lago, la arena y el fuego; y las artes de la espada, el cuerpo, la caligrafía, la música y la mente. Lo que está

Quietud

Cautela

disparidad

Ímpetu

Menos por menos da más----------------------

Dos historias falsas dan una verdadera y la historia verdadera no tiene, realmente, signicado si no se conocen las falsas; éstas van sumando posibilidades y, eso, es importante porque el espectador también concluye cuestiones de la película por ensayo y error. No se trata, para nada, de una dialéctica. Empezando porque no se puede ver, ni analizar, una película de Zhang Yimou sin desenchufar nuestro esquema occidental. La lógica es otra: la verdad está compartimentada entre testigos, protagonistas y las diversas personas que la escuchan y que la repiten; no nos es dable conocerla del todo, debe-mos es buscar una aproximación lo más cercana posible. Ese es el tire y aoje entre el héroe y el emperador, y ambos actúan en consecuencia una vez contraponen cada reexión, con todas las demás, se anulan entre ellas, hasta que quedan unas pocas –no necesariamente ciertas– válidas para el análisis.

Cada historia tiene un color y elementos estéticos diferentes. Es una guerra en la que intervienen el héroe, el emperador, los enemigos del emperador: Espada Rota, Nieve Voladora, Cielo y Luna; la natura-leza: los árboles, las hojas, el viento, las gotas de lluvia, el lago, la arena y el fuego; y las artes de la espada, el cuerpo, la caligrafía, la música y la mente. Lo que está

Quietud

Cautela

disparidad

Ímpetu

en juego es la China, su unicación o su disgregación. Las acciones de los hom-bres guiadas por intereses personales –mezquinos, de alguna manera– van muriendo hasta vislumbrar el interés común, el bien superior. Indistintamente de las motivaciones, los personajes son no-bles de espíritu y cultivan las calidades propias de los insuperables guerreros. De igual calidad son los elementos cinemato-grácos, de ahí la grandeza de la película.

La prioridad del director es estética. Las películas orientales nos acostumbraron a que los guerreros vuelan, mientras están peleando; o sea, así como usan el viento, el agua y la arena a su favor, también lo hacen con la gravedad. La coreografía de cada enfrentamiento es milimétrica; inclusive, como en el juego de “go” (o del ajedrez), la pelea del héroe contra Cielo se lleva a cabo, en su mayor parte, en la mente de ambos contendores, antes de moverse, a la espera de un error estratégico, para entrar –ahí sí– a matar, como efectivamente sucede. Es curioso pero cuando uno, co-mo espectador, se da cuenta que está en presencia de una obra de arte, lo invero-símil se vuelve aceptable, lo recibimos con satisfacción, lo abrazamos: entregamos nuestro pellejo. Es un acto de rendición, de aceptación total; la reexión viene después de la excitación, generalmente uno o dos días después, sacando a pasear al perro o haciendo mercado.

La cámara de Zang Yimou tiene particu-laridades enriquecidas por la tecnología y por el presupuesto, oportunidades que no tuvo Kurosawa; y menciono a este último porque el manejo del espacio es estéti-camente similar, en películas como Ran o Rashomon, por ejemplo. No me atrevería a decir que la técnica es la misma pero la concepción escenográca es la de poder verlo todo, como parte de un mismo espa-cio. Los cortes a primerísimos planos de gotas de lluvia, gestos faciales, herrajes, pliegues de la ropa, polvo –inclusive– no pierden el fondo establecido en los planos generales: montañas, tejados, ejércitos, columnas descomunales, pisos nacara-dos, telas como murallas y biombos inter-minables, entre otros.

El respeto por el oponente es fundamental. Es signicativo que Espada Rota, cuando tiene la oportunidad, decide no matar al emperador. En el momento, sin denirlas a cabalidad, le surgen dudas y como las acciones físicas del guerrero, no pueden contradecir las acciones mentales se devuelve, a pesar de los esfuerzos por entrar al palacio imperial rodeado de ejércitos entrenados con sincronía. Nieve nunca se lo perdonaría, pero lo ama y ese es el dilema nunca resuelto de su vida; o que zanja atravesándose ella misma, con la espada, que después de haber clavado en el cuerpo de su amado, termina de hundir hasta la empuñadura, para penetrar

en juego es la China, su unicación o su disgregación. Las acciones de los hom-bres guiadas por intereses personales –mezquinos, de alguna manera– van muriendo hasta vislumbrar el interés común, el bien superior. Indistintamente de las motivaciones, los personajes son no-bles de espíritu y cultivan las calidades propias de los insuperables guerreros. De igual calidad son los elementos cinemato-grácos, de ahí la grandeza de la película.

La prioridad del director es estética. Las películas orientales nos acostumbraron a que los guerreros vuelan, mientras están peleando; o sea, así como usan el viento, el agua y la arena a su favor, también lo hacen con la gravedad. La coreografía de cada enfrentamiento es milimétrica; inclusive, como en el juego de “go” (o del ajedrez), la pelea del héroe contra Cielo se lleva a cabo, en su mayor parte, en la mente de ambos contendores, antes de moverse, a la espera de un error estratégico, para entrar –ahí sí– a matar, como efectivamente sucede. Es curioso pero cuando uno, co-mo espectador, se da cuenta que está en presencia de una obra de arte, lo invero-símil se vuelve aceptable, lo recibimos con satisfacción, lo abrazamos: entregamos nuestro pellejo. Es un acto de rendición, de aceptación total; la reexión viene después de la excitación, generalmente uno o dos días después, sacando a pasear al perro o haciendo mercado.

La cámara de Zang Yimou tiene particu-laridades enriquecidas por la tecnología y por el presupuesto, oportunidades que no tuvo Kurosawa; y menciono a este último porque el manejo del espacio es estéti-camente similar, en películas como Ran o Rashomon, por ejemplo. No me atrevería a decir que la técnica es la misma pero la concepción escenográca es la de poder verlo todo, como parte de un mismo espa-cio. Los cortes a primerísimos planos de gotas de lluvia, gestos faciales, herrajes, pliegues de la ropa, polvo –inclusive– no pierden el fondo establecido en los planos generales: montañas, tejados, ejércitos, columnas descomunales, pisos nacara-dos, telas como murallas y biombos inter-minables, entre otros.

El respeto por el oponente es fundamental. Es signicativo que Espada Rota, cuando tiene la oportunidad, decide no matar al emperador. En el momento, sin denirlas a cabalidad, le surgen dudas y como las acciones físicas del guerrero, no pueden contradecir las acciones mentales se devuelve, a pesar de los esfuerzos por entrar al palacio imperial rodeado de ejércitos entrenados con sincronía. Nieve nunca se lo perdonaría, pero lo ama y ese es el dilema nunca resuelto de su vida; o que zanja atravesándose ella misma, con la espada, que después de haber clavado en el cuerpo de su amado, termina de hundir hasta la empuñadura, para penetrar

ambos estómagos y morir, pegada contra su espalda, sellando una fatalidad eterna. Eso también estaba previsto, para Espada Rota era claro que su sacricio era la única forma de evitar que Nieve acabara con la vida del emperador, o con la del héroe.

Y es que el hiato de la película es ese: que después de un plan tan juiciosamente con-cebido, en el espacio, en el tiempo y en la mente del contrincante, Espada Rota –de pensamiento– ya le ha perdonado la vida al emperador; pero su esfuerzo no puede ir más allá de darle vía libre a la espada de Nieve y entregarle al héroe, en la arena, con su extraordinaria caligrafía, dos pala-bras: “nuestra tierra”. Desde ese instante, todo es claro. Sin embargo, el espectador se llena de dudas cuando el héroe se abalanza, con un movimiento fatal cuerpo-vuelo-espada, contra el emperador. Es indispensable –el espectador asiente con una cómplice sonrisa– el traidor debe morir –como Fergus Kilpatrick, el de Borges– an-tes que ser descubierto y su investidura de héroe revocada; el pueblo no admitiría otra cosa. La fórmula: un intento de asesinato a la vista de todos, una ejecución pública inmediata y un entierro privado con todos los honores. Además, una excusa más para continuar la guerra que uniría a la China hasta nuestros días.

Posición de los Estados chinosen conicto (450 a 210 A/C)

ambos estómagos y morir, pegada contra su espalda, sellando una fatalidad eterna. Eso también estaba previsto, para Espada Rota era claro que su sacricio era la única forma de evitar que Nieve acabara con la vida del emperador, o con la del héroe.

Y es que el hiato de la película es ese: que después de un plan tan juiciosamente con-cebido, en el espacio, en el tiempo y en la mente del contrincante, Espada Rota –de pensamiento– ya le ha perdonado la vida al emperador; pero su esfuerzo no puede ir más allá de darle vía libre a la espada de Nieve y entregarle al héroe, en la arena, con su extraordinaria caligrafía, dos pala-bras: “nuestra tierra”. Desde ese instante, todo es claro. Sin embargo, el espectador se llena de dudas cuando el héroe se abalanza, con un movimiento fatal cuerpo-vuelo-espada, contra el emperador. Es indispensable –el espectador asiente con una cómplice sonrisa– el traidor debe morir –como Fergus Kilpatrick, el de Borges– an-tes que ser descubierto y su investidura de héroe revocada; el pueblo no admitiría otra cosa. La fórmula: un intento de asesinato a la vista de todos, una ejecución pública inmediata y un entierro privado con todos los honores. Además, una excusa más para continuar la guerra que uniría a la China hasta nuestros días.

Posición de los Estados chinosen conicto (450 a 210 A/C)

“El guerrero sin nombrefue ejecutado como unasesino, peroenterrado como un héroe.”

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