zenón de elea y el movimiento

Upload: sharon-allen

Post on 09-Jan-2016

10 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Zenón de Elea y El Movimiento

TRANSCRIPT

  • La actualidad de las Aporas de Zenn de

    Elea (II)

    Lisardo Garca R.

    Zenn de Elea (siglo V a.C.), filsofo presocrtico, discpulo de Parmnides, adopt

    para la Filosofa un nuevo mtodo de conocimiento: la Dialctica, mediante la

    postulacin de las denominadas aporas o mal llamadas paradojas.

    A) LAS APORAS DEL MOVIMIENTO Los argumentos contra el movimiento, segn nos indica Aristteles en su Fsica, y

    amplan los comentaristas griegos, son cuatro, y constituyen el entramado bsico de sus

    aporas que resumimos a continuacin:

    1) La dicotoma.- El movimiento es imposible porque un mvil entre dos puntos

    cualesquiera A y B tendra siempre que cubrir la mitad de la distancia (C) antes de

    llegar al final. Pero antes de cubrir la mitad de la distancia (C), tendra que cubrir la

    mitad de la mitad, y as ad infinitum. De este modo para recorrer completamente

    cualquier distancia tendra que cubrir un nmero infinito de puntos, lo cual es imposible

    en un tiempo finito.

    2) Aquiles y la tortuga.- Aquiles el de los pies ligeros, smbolo de la rapidez, tiene que

    alcanzar a la tortuga, smbolo de morosidad. Aquiles corre diez veces ms rpido que la

    tortuga y le otorga diez metros de ventaja. Aquiles corre esos diez metros, la tortuga

    corre uno; Aquiles corre ese metro, la tortuga corre un decmetro; Aquiles corre ese

    decmetro, la tortuga corre un centmetro; Aquiles corre ese centmetro, la tortuga un

    milmetro; Aquiles el milmetro, la tortuga una dcima de milmetro, y as

    infinitamente, de modo que Aquiles puede correr para siempre sin alcanzarla. Tal es la

    paradoja inmortal. Como en el caso de la dicotoma, Aquiles tendr que recorrer un

    nmero infinito de puntos para alcanzar a la tortuga, lo que resulta imposible.

    3) La flecha voladora.- Las dos aporas anteriores partan del supuesto de que una

    dimensin espacial no poda reducirse a unidades mnimas, sino que era infinitamente

    divisible. Ahora bien, el que abordamos ahora slo tiene sentido partiendo de la premisa

    de que el tiempo se compone de instantes mnimos indivisibles. El texto que presenta

  • Aristteles es oscuro en el detalle pero es posible recomponerlo con las exposiciones

    ms completas de los comentaristas griegos.

    Zenn parece haber argumentado que, si bien una flecha poda dar la impresin de que

    se alejaba volando, est realmente inmvil, porque todo lo que ocupa un espacio igual a

    s mismo tiene que estar en reposo en ese espacio, y, en cualquier instante dado de su

    vuelo, una flecha slo puede ocupar un espacio igual a s mismo. Consecuentemente,

    estar inmvil en cada instante de su vuelo.

    4) El estadio.- En el estadio hay tres filas, en cada una de las cuales hay un nmero de

    cuerpos u objetos de igual tamao, dispuestos inicialmente como sigue: Los cuerpos A

    no se mueven, estn en reposo, y los B y C comienzan a moverse en direcciones

    opuestas, al mismo tiempo y con igual velocidad, hasta que las tres filas coincidan entre

    s:

    AAAA

    BBBB

    CCCC

    El B de cabeza ha pasado ahora a dos de los A, mientras que el primer C ha pasado a

    cuatro cuerpos B. Ahora bien, dice Zenn, los objetos que se mueven con igual

    velocidad tienen que emplear el mismo tiempo en sobrepasar a un nmero igual de

    objetos del mismo tamao. En consecuencia (dado que los cuatro cuerpos A, B y C son

    completamente iguales), 4A = 2A. Dicho de otra forma, la mitad de un tiempo dado es

    igual al doble del mismo, es decir, al todo. La conclusin, como la de los otros

    argumentos, es una reiteracin de la tesis parmendea de la no existencia o irrealidad del

    movimiento.

    B) LA APORA DEL ESPACIO Zenn se desembaraza, asimismo, de la nocin de lugar o espacio, adems de las de

    pluralidad y movimiento, a travs de la siguiente apora. Todo lo que existe est en un

    lugar y ocupa un espacio. En consecuencia, el propio lugar, si existe, estar tambin en

    un lugar, y as ad infinitum. Esto es absurdo, luego el espacio no existe.

    C) LA APORA DE LA PERCEPCIN SENSIBLE Aunque existen dudas sobre la forma exacta en que Zenn plante este argumento, su

    autora est atestiguada por Aristteles. Parece ser una ampliacin, a otro campo

    diferente, de su ataque contra los infinitesimales, que sirve aqu al propsito adicional

    parmendeo de desacreditar la percepcin sensorial. Segn l, una cosa, o tiene

    magnitud, o no la tiene. De un modo semejante, o produce un sonido, o no lo produce.

    Ante la cuestin que plantea Zenn respecto a si produce algn sonido un solo grano de

    mijo al caer, su interlocutor responde afirmativamente. Zenn contina preguntando Y

    medio grano, produce algn sonido? hasta que al fin la respuesta es negativa. No hay

    entonces una relacin entre medio grano de mijo y un grano? Si es as, y si un grano de

    mijo produce un sonido, tambin lo producir medio, y la milsima parte de un grano.

    De este modo sostiene la argumentacin de Parmnides la desconfianza en torno a la

    percepcin de nuestros sentidos.

    3.- LA PERMANENTE ACTUALIDAD DE LA CONTROVERSIA Ya desde Aristteles se han intentado refutar las aporas de Zenn, en especial las

    relacionadas con el movimiento y en particular la de Aquiles y la tortuga. Aristteles

  • critica la apora de Zenn, advirtiendo que el vocablo infinito tiene dos sentidos: ser

    infinito en divisibilidad no es lo mismo que ser infinito en extensin. Todo continuum

    es infinitamente divisible, y esto se aplica tambin al tiempo y al espacio. Es

    perfectamen- te posible, por ello, recorrer en un tiempo finito un espacio que es

    infinitamente divisible, aunque no de extensin infinita. En su Fsica retoma la cuestin

    y admite que, aunque es suficiente este argumento contra Zenn, no explica los hechos

    de un modo pleno y satisfactorio.

    Si se deja a un lado la distancia y la cuestin de si es posible recorrer un nmero

    infinito de distancias en un tiempo finito, y se plantean las mismas cuestiones sobre el

    tiempo en s (ya que el tiempo contiene un nmero infinito de divisiones), esta solucin

    ya no sera la adecuada.

    Siguiendo estas refutaciones aristotlicas, asumidas tambin por Thomas Hobbes, Stuart

    Mill, en su sistema de lgica, sintetiza ambas indicando que las paradojas de Zenn son

    slo un ejemplo de la falacia de la confusin. En la conclusin del sofisma -dice Mill-

    Aquiles estar corriendo infinitamente y para siempre; esto quiere decir en cualquier

    imaginable lapso de tiempo y significa que podemos dividir diez unidades por diez, y el

    cociente otra vez por diez, cuantas veces queramos, y no encontrarn fin las

    subdivisiones del recorrido, ni por consiguiente las del tiempo en que se realiza, pero un

    ilimitado nmero de subdivisiones puede efectuarse con lo que es limitado.

    El argumento no prueba otra infinitud de duracin que la contenible en cinco minutos.

    Mientras los cinco minutos no hayan pasado, lo que falta puede ser dividido por diez, y

    otra vez por diez, cuantas veces se nos antoje, lo cual es compatible con el hecho de que

    la duracin total sea de cinco minutos. Prueba, en resumen, que atravesar ese espacio

    finito requiere un tiempo infinitamente divisible, pero no infinito.

    Estas refutaciones de Mill, en palabras de Borges, no son otra cosa que una nueva

    exposicin de la paradoja. Basta fijar la velocidad de Aquiles a un segundo por metro

    para establecer el tiempo que necesita, teniendo en cuenta que Aquiles corre diez veces

    ms rpido que la tortuga:

    10 + 1/10 + 1/100 + 1/1000 + 1/10.000... El lmite de la suma de esta infinita progresin

    geomtrica es doce (ms exactamente, once y un quinto, o ms exactamente an, once

    con tres veinticincoavos), pero no es alcanzado nunca. Es decir, el trayecto del hroe

    ser infinito y ste correr para siempre y su eternidad no ser la terminacin de doce

    segundos.

    Otra refutacin relevante fue la planteada en 1.910 por Henry Bergson, en el notorio

    Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia. En resumen, Bergson plantea que

    es infinitamente divisible el espacio, pero niega que lo sea el acto del movimiento, es

    decir, el tiempo.

    Finalmente, para no hacer ms extenso el amplio espectro de refutaciones a la apora

    Zenoniana (seal por otra parte inequvoca de su actualidad), nos detendremos en la

    formulada por Russell, segn la cual la operacin de contar consiste en equiparar dos

    series. Por ejemplo, si los primognitos de todas las casas de Egipto fueron muertos por

    el ngel, salvo los que habitaban en las casas donde tenan en la puerta una seal roja,

    es evidente que tantos se salvaron como seales rojas haba, sin que importe enumerar

  • cuntos fueron. Aqu es indefinida la cantidad pero hay otras operaciones en que es

    infinita tambin. Por ejemplo, la serie natural de los nmeros es infinita, pero podemos

    demostrar que son tantos los impares como los pares, lo que nos llevara a indicar que la

    parte, en esas elevadas latitudes de la numeracin, no es menos copiosa que el todo: la

    cantidad precisa de puntos que hay en el Universo es la que hay en un metro del

    Universo, o en un decmetro, o en la ms honda trayectoria estelar. Por ello, cada sitio

    ocupado por la tortuga guarda proporcin con otro de Aquiles; no quedara ningn

    remanente peridico de la ventaja inicial dada a la tortuga: el punto final en su trayecto,

    el ltimo en el trayecto de Aquiles y el ltimo en el tiempo de la carrera, son trminos

    que matemticamente coinciden.

    Filsofos, matemticos, literatos e incluso poetas han tenido la tentacin de resolver

    esta eterna maratn que parece ubicarse en la misma esencia de la dicotoma

    parmendea de Nous y Doxa. As, Paul Valery, tras muchas refutaciones a la apora,

    escribe:

    Zenn, cruel Zenn, Zenn de Elea! Me has traspasado con la flecha alada. Que,

    cuando vibra volando, no vuela. Me crea el son y la flecha me mata. Oh sol, oh sol!

    Qu sombra de tortuga Para el alma: si en marcha Aquiles, quieto! La lista de

    pensadores que se han acercado a las aporas de Zenn es extensa, prueba de su

    relevancia y actualidad para el pensamiento contemporneo. Con independencia de los

    citados cabe mencionar a Toms de Aquino, Leibnitz, Tannery, Guthrie, Brochard,

    Noel, Taylor, Ross, Corn-ford y Frnkel entre otros.