zapater francine - luna azul

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  • Luna Azul

    Francine L. Zapater

  • Tres clases hay de ignorancia:

    No saber lo que debiera saberse,

    saber mal lo que se sabe,

    y saber lo que no debiera saberse.

    Franois de la Rochefoucauld

    En la amistad y en el amor

    se es ms feliz con la ignorancia

    que con el saber.

    William Shakespeare

    http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=915http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=570
  • Prlogo

    Mir sus ojos, y lo que vi me dej paralizada. Ya no eran azules como

    yo los conoca. Un tono gris perla, como acero fundido, se adueaba de

    ellos aportndole una frialdad deslumbrante. Ahogu un grito

    tapndome la boca con ambas manos.

    El pnico por lo que pudiera suceder no me impeda estar totalmente

    fascinada con lo que mis ojos estaban viendo en estos momentos. Era

    una visin sobrecogedora, surrealista para alguien como yo.

    Para alguien tan humano.

    Su cuerpo empez a zozobrar, como un barco en una fuerte marea,

    mientras su rostro se descompona por el dolor. Gotas de sudor

    resbalaban por su despejada frente. No tena ni idea de qu provocaba

    semejante reaccin en l.

    Desvi mi mirada hacia su oponente, grande y de mirada aterradora.

    Oscura como la misma muerte. Not un atisbo de sonrisa perfilndose

    en su cara. Se senta vencedor de tan extraa batalla.

    Volv a mirar a mi ngel. No soportaba verle as, sufriendo de aquella

    manera, desgarrado por el dolor. Quera ayudarle, pero qu poda

    hacer si ni siquiera saba que estaba pasando?

  • ltimo curso

    El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueos.

    Eleanor Roosevelt

    El rugido de un motor me devolvi a la realidad.

    Hoy era el primer da de clase, ltimo curso por fin. Estaba

    preparndome en mi pequea habitacin, inmersa en mis

    pensamientos, cuando aquel sonido ensordecedor me sobresalt. Corr

    a la ventana de mi cuarto intentando vislumbrar quin haba

    provocado semejante escndalo.

    Una moto de gran cilindrada, de un rojo intenso como sangre fresca,

    estaba parada frente a mi casa. Tena un pie apoyado en el suelo,

    mientras con una mano sacaba un mvil del interior de su cazadora. El

    motor de aquella mquina segua gruendo, mientras yo lo miraba

    embobada desde mi ventana. No saba porque, pero no poda dejar de

    mirar. La curiosidad me dominaba. Vi como alzaba su rostro hacia

    arriba, como si percibiera mi mirada. Me escond tras las cortinas de

    forma instintiva, sorprendindome a m misma. Qu estaba haciendo?

    Desde cundo me dedicaba a fisgar detrs de las cortinas como mi

    abuela? Me senta inquieta, ansiosa, volv a asomarme tmidamente a

    travs de los visillos. Quin era l? No conoca a nadie con semejante

    moto por aqu y eso era raro, porque en un pueblecito como el mo nos

    conocamos casi todos.

    Habamos pasado por distintas etapas, de la infancia a la adolescencia,

    en el mismo colegio, dentro del mismo pueblo. No es que las cosas por

    aqu hubieran cambiado mucho en los ltimos tiempos.

  • Pareces idiota escondindote as me dije a mi misma, reuniendo el

    valor necesario para volver a asomarme sin la proteccin de las

    cortinas.

    No estaba. Se haba ido. Experiment una sensacin desconocida para

    m. Era como si algo ms fuerte que yo, una fuerza sobrenatural,

    hubiera invadido mi cuerpo y mi mente por completo.

    Respir de forma agitada contra el cristal, empandolo, haciendo

    borrosa mi visin del exterior. Intentaba intilmente discernir la

    direccin en la que haba desaparecido la potente moto y su misterioso

    conductor. No poda dejar de mirar por la ventana. Tan solo unas

    farolas borrosas, an encendidas por la escasez de luz matutina,

    iluminaban mi escasa visin.

    Me apart de la ventana suspirando. Hoy empezaban las clases y por si

    eso fuera poco, ahora estara todo el da dndole vueltas a lo que

    acababa de suceder. Acarici mi sien con las yemas de los dedos. Un

    incipiente dolor de cabeza amenazaba con terminar de arruinarme el

    da. Fui al lavabo en busca de un analgsico. Rebusqu dentro del

    pequeo botiqun, que tenamos colgado de la pared detrs de la

    puerta.

    El timbre del mvil reson en mi cabeza como martillazos. Corr a mi

    habitacin, aunque ya saba antes de descolgar quin estaba al otro

    lado de la lnea.

    Si?

    Estela? Estela! Eres t?

    Pues claro Beth, qu pregunta tonta es esa?

    Ignor mi comentario dando rienda suelta a su histeria.

  • Es horrible! Horrible! No puedo creer que esto me est pasando.

    Hoy, el primer da de clase! Me quiero morir! la voz chillona de mi

    mejor amiga cedi con sus ltimas palabras.

    No pude evitar sonrer.

    Djame adivinar te ha salido un grano? Se te ha acabado el

    maquillaje? coment con fingido pesar . Deja que me siente,

    antes de que me expliques la dimensin de la catstrofe a la que nos

    enfrentamos o como se remova inquieta al otro lado del telfono.

    Me parto de risa contigo, ja ja ja, forz una carcajada . Yo aqu

    al borde de un ataque de nervios y t haciendo lea del rbol cado.

    Muy bonito, di que s suspir aunque son ms bien como un

    gruido. No s porque te llamo, no tienes corazn.

    OH, vamos! Sultalo de una vez, qu te ha pasado?

    Me he quemado el flequillo. No pude evitar rerme. Me alegra

    divertirte dijo enfadada.

    Perdname Qu quieres que haga?

    Pues yo que s! estaba al lmite, le temblaba la voz Ay Dios!

    As no pienso ir a clase, parezco un estropajo con patas.

    Esta crisis no era la peor que yo recordaba. No era como la del ao

    pasado, cuando se depil el bello del labio superior con cera demasiado

    caliente, arrancndose la piel, dejndose la zona abrasada y en carne

    viva, aquello fue espantoso. Cmo lo haca para lesionarse cada ao

    al empezar las clases?

    Di algo por favor! gritaba al otro lado de la lnea.

    Intent sonar preocupada, aunque no poda borrar la sonrisa de mis

    labios.

  • Voy a tu casa ahora mismo vale? T esprame all, que algo se me

    ocurrir.

    Vale, pero no tardes, eh?

    Colgu el telfono, pensando en cmo iba a echarla de menos el ao

    siguiente. No iramos a la misma universidad. Beth quera estudiar en

    los Estados Unidos y yo an no saba lo que quera, pero algo si tena

    claro y era que la extraara muchsimo.

    En momentos como este me paraba a pensar en cmo cambiaria mi

    vida en cuestin de meses. Una vez pasada la graduacin, todo sera

    distinto.

    Haba hablado con mi padre sobre estudiar en el extranjero, hacer un

    intercambio con otros estudiantes, en fin, las posibilidades eran

    muchas y variadas y todas se desplegaban ante m como un abanico.

    Solo tena que decidirme, escoger una, pero ah radicaba el problema,

    era consciente de que esta no era una decisin ms. No era como

    escoger que ropa te vas a poner, o que pelcula ver en el cine. Mi vida

    tal como ahora la conoca cambiara por completo a raz de esa

    decisin, y era eso lo que me llevaba a posponerla para cuando ya no

    tuviera opcin.

    Sacud la cabeza, obligndome a no divagar ms en mis pensamientos.

    Beth me estaba esperando. Ms me vala por mi propio bien no hacerla

    esperar ms, estara como una loca contando los segundos hasta que

    yo apareciera por su casa. Cog un bote de mascarilla instantnea y un

    pauelo hippie, que mi padre me haba regalado hacia un par de aos.

    Fui a la entrada de casa. Met todo en mi bolsa, y me la ech al

    hombro, dispuesta a salir al rescate de Beth.

    Te he puesto el almuerzo en la mochila mi madre me miraba

    desde la puerta de la cocina mientras se secaba las manos con un

  • pao , no es poco pronto an? dijo sealando el reloj de su

    mueca.

    Beth ha tenido complicaciones de ltima hora contest sonriente.

    No pensaras irte sin despedirte verdad?

    Claro que no mama repuse caminando hacia ella con los brazos

    extendidos. Le di un fuerte abrazo, y un sonoro beso en la mejilla

    aunque quisiera sera imposible, me perseguiras por todo el barrio si

    hiciera eso.

    Nicole hizo una mueca de disgusto. La tenia calada, a veces pensaba

    que yo la conoca mejor que ella misma.

    Qu le ha pasado a tu amiga esta vez?

    Se ha chamuscado el flequillo y si no voy es posible que estalle la

    tercera guerra mundial.

    Cundo madurara esa chica? puso los ojos en blanco. Un gesto

    muy propio de mi madre, que yo haba heredado.

    En fin, espero que tengas un buen da.

    Yo tambin lo espero aad soltndome de su abrazo y saliendo

    por la puerta a la calle.

    No rompas muchos corazones! la o gritar.

    Ests loca mama solt, despidindome con la mano.

    La casa de Beth estaba un par de calles ms abajo. Apenas si haba

    trascurrido diez minutos desde que haba colgado el telfono.

    Por fin! Dnde te habas metido?

    Beth no paraba de hacer aspavientos con las manos, caminando

    nerviosa de un lado a otro de la habitacin, como una fiera enjaulada.

  • Creo que me va a dar un infarto o algo as.

    Entr a paso lento y me sent en el borde de la cama. Soltando

    ruidosamente la mochila en el suelo.

    No exageres, anda ven aqu contest golpeando la cama. Mi

    amiga se sent, y empec a rebuscar en mi mochila.

    Mira he trado algunas cosas que te pueden ir bien, y de paso, a ver

    si as conseguimos librar al mundo de tu mala leche.

    Hoy estas que te sales eh? Has pensado dedicarte a payasa

    profesional? Como se nota que no eres t la que parece un

    espantapjaros dijo apartndose la toalla que le cubra el pelo .

    Ves? Es horrible, he vuelto a mojarlo pero no mejora suspir

    pesadamente quiero morirme!

    Me cost no volver a rerme, la verdad es que el flequillo de Beth no

    tena remedio, ni con dos botes de mascarilla, pero tampoco era el fin

    del mundo.

    T deberas ser actriz, es una pena desperdiciar tanto talento.

    Basta! Deja ya de rerte de m y haz algo de provecho solt

    agarrando el pelo en un puo.

  • Miradas

    Los ojos son el punto donde se mezclan

    alma y cuerpo

    Friedrich Hebber

    Llegamos tarde a la primera clase. Genial pens. El primer da de

    curso y ya estbamos ganndonos la simpata del profesor de qumica,

    el seor Morganson.

    Definitivamente hoy no debera haberme levantado.

    Dej de hablar cuando entramos en clase, acompandonos con su

    rabiosa mirada, mientras esperaba a que tomramos asiento en

    nuestros respectivos pupitres, acrecentando as la vergenza que ya

    me invada en esos momentos. Senta una docena de pares de ojos

    posados sobre nosotras.

    Esto es peor que tu flequillo susurr a mi amiga mientras

    sacbamos nuestros libros y los colocbamos encima de las gastadas

    y garabateadas mesas.

    Notaba mi cara enfebrecida, estaba roja como un tomate. Odiaba ser

    el centro de atencin, pero hoy iba a ser difcil pasar desapercibida

    despus de nuestra entrada triunfal. Tarde y con Beth a mi lado,

    luciendo el escandaloso pauelo en tonos fucsia, amarillo y naranja,

    que le haba prestado. Al final, esa haba sido la mejor solucin al

    problema de la maraa de pelo de mi amiga. Aunque ella ahora estaba

    encantada.

    Beth y yo ramos como la noche y el da. Ella disfrutaba de lo lindo

    cuando consegua captar las miradas de todos. De hecho casi siempre

  • era as. Posea una belleza despampanante, algo extica debido a sus

    genes maternos, una bella tailandesa que se enamor del padre de

    Beth.

    No era muy alta, pero lo suficiente para que su cuerpo luciera esbelto

    y bien torneado. Haba heredado los pmulos altos y la frente

    despejada de su madre, junto con una piel aterciopelada, de un suave

    dorado, que era el sueo de cualquier adolescente. Unos grandes ojos

    color chocolate, herencia de su padre, resaltaban enmarcados con una

    melena lacia y sedosa de color negro azabache.

    La clase fue larga y pesada, como cualquier clase del profesor

    Morganson. Daba igual que llevara tres meses estivales sin sufrir

    aquellas explicaciones interminables y aburridas, en una sola hora

    haba sido capaz de agobiarme tanto como si llevara un siglo

    escuchndolo.

    El sonido estridente de la campana fue una salvacin para mis pobres

    neuronas. Recog mis libros lentamente, observando de reojo a Beth,

    que parloteaba alegremente con el chico de la mesa de atrs, Daniel

    Wilson. Beth no perda el tiempo. Acabbamos de iniciar el curso y ya

    estaba acosando al ms guapo de la clase.

    En esos momentos me envolvi un sentimiento de envidia, por no

    tener la misma soltura que ella para entablar conversaciones banales

    con chicos como Daniel.

    Por otro lado, me senta cmoda en el anonimato que me

    proporcionaba tener una amiga tan despampanante como Beth. Me

    permita contar con una ventaja que ella no tena. Haba aprendido a

    leer los rostros y las expresiones corporales de la gente y as sin decir

    ni una palabra, llegaba a conocerlos, a veces incluso mejor que mi

    amiga. Tena la certeza de que algn da conseguira romper con mis

    miedos y me atrevera a hacer algo ms que mirar de lejos.

  • Observ a Daniel unos instantes, mientras Beth flirteaba

    descaradamente con l. No haba peligro de que me pillara mirndole,

    era consciente de que en estos momentos yo era invisible para l.

    Haca un par de aos que este atractivo estudiante haba llegado a

    nuestro pueblo. Vena del sur de Estados Unidos, de Texas. Era alto,

    de cuerpo musculoso y fuerte, de hecho formaba parte del equipo de

    ftbol, el perfecto deportista. Cabello color caf, ojos de un marrn tan

    intenso que a duras penas se diferenciaba el iris de la pupila, y tez

    morena. Que en conjunto le aportaban un aspecto, por describirlo en

    una palabra, varonil, a pesar de tener solo 18 aos.

    Beth estaba encantada con su llegada aqu, pero hasta el da de hoy

    no la haba visto tan lanzada con l, aunque tena su lgica. Daniel

    acababa de romper con su novia surea durante el verano.

    Mantener una relacin en la distancia, deba de ser ms complicado de

    lo que parece. Adems, lo que simplemente iba a ser una estancia

    temporal en Canad, se convirti en permanente, cuando el padre de

    Daniel encontr un empleo mejor aqu, y decidieron mudarse a nuestro

    pueblo de forma definitiva.

    Total, el tema era que este ao Daniel estaba soltero y sin

    compromiso, y a la vista estaba que mi amiga no iba a permitir que

    esa situacin se prolongara por mucho tiempo.

    Beth rea ruidosamente, golpeando suavemente el hombro de Daniel,

    como el que no quiere la cosa, incluso levemente ruborizada.

    Increble, estaba claro que mi amiga deba estudiar arte dramtico y

    dedicarse a la interpretacin. Tena dotes para ello, de eso no haba

    duda. Pareca tan inocente y avergonzada, con las palabras que el

    guapo de la clase le susurraba al odo, que no pude dejar de admirarla.

    Pero si Beth no saba lo que era la vergenza!

  • Si t te quieres a ti misma, los dems no tienen ms remedio que

    quererte me deca, siempre que yo le preguntaba como consegua que

    todos cayeran rendidos a sus pies. Quiz ese era mi problema, que no

    me tena en alta estima a m misma, por eso me aterraba hacer el

    ridculo o llamar la atencin sobre mi persona.

    Ya estaba divagando demasiado. Sacud la cabeza. Creo que aqu

    estoy de ms pens, lanzando una ltima mirada a los tortolitos,

    dndome media vuelta para salir del aula en direccin a mi taquilla.

    Sent como alguien me observaba, no saba el motivo, pero volva a

    tener la misma sensacin extraa de esta maana. Me gir lentamente

    hacia ambos lados. Escrutando con la mirada los rostros que me

    rodeaban, sin que en ninguno de ellos hallara el ms mnimo inters

    por m. Yo y mis paranoias. Por suerte vi a Megan y Thomas

    acercndose, mientras agitaban las manos sonrientes. Les regal la

    mejor de mis sonrisas y me fui hacia ellos.

    Fue una maana amena. Me reencontr con los viejos compaeros de

    clase, a los que no haba visto durante todo el verano. Todos tenan

    algo que contar. Un fabuloso viaje por Europa, un amor de verano, un

    trabajo a tiempo parcial durante las vacaciones

    Y t que has hecho Estela? o que me preguntaba Thomas. Un

    muchacho desgarbado y dicharachero, al que la adolescencia lo estaba

    tratando con crueldad, fsicamente hablando.

    He visitado a mis abuelos, nada especial contest soplando un

    mechn de pelo que caa sobre mi cara , lo mismo de cada ao, sol,

    playa y un tremendo aburrimiento, estaba deseando volver aqu.

    A mi me pasa igual repuso Megan, mientras cerraba los ojos e

    inclinaba su cuerpo hacia atrs intentando absorber los ltimos rayos

    del clido sol de finales del verano. Mis padres cada ao alquilan la

  • misma casa cerca del lago, al final te aburres tanto que estas

    impaciente por empezar las clases de nuevo.

    Yo creo que lo hacen a propsito. Megan y yo miramos a Thomas

    sin entender a que se estaba refiriendo. Ya s que pensis que no

    estoy bien de la azotea, pero estoy seguro de que nuestros padres

    conspiran en nuestra contra, para arruinarnos las vacaciones, y

    despus abandonarnos sin remordimientos en el colegio.

    Megan y yo nos remos a carcajadas. Thomas era nico con sus

    teoras conspirativas para explicarlo todo. Los conoca a ambos desde

    la infancia, igual que a Beth.

    Mis padres se haban mudado aqu cuando yo contaba con apenas

    cinco aos. A Carl, mi padre, le haban ofrecido un puesto de trabajo

    en la sucursal que su empresa tena al oeste de Canad, en la isla de

    Vancouver. Nos habamos establecido en la pequea poblacin de

    Chemainus. Un pintoresco pueblo, famoso por los murales que

    relataban parte de la historia del lugar. A mis padres les encant la

    tranquilidad del pequeo pueblecito, con poco ms de tres mil

    habitantes, en comparacin con el bullicio de nuestra antigua

    residencia, Nueva York.

    Fue un cambio drstico en nuestras vidas. Bueno ms bien en la de

    mis padres, porque yo a tan corta edad no recordaba prcticamente

    nada de mi vida en la gran manzana. Para mi Chemainus era como mi

    pueblo natal, aunque no hubiera nacido literalmente all. Me senta

    parte del entorno, de sus verdes bosques, poblados de cedros

    enormes, hmedos, frondosos, exuberantes.

    En los meses de verano, oleadas de turistas pasaban por la costa

    oeste, buscando paisajes de ensueo entre sus montaas y sus lagos.

    Pero en invierno, cuando un manto blanco cubra cada rincn, la

    tranquilidad volva a instalarse por aqu.

  • Mi madre haba propuesto alguna vez volver a Nueva York. Echaba de

    menos a su familia, y ahora que Carl ya no estaba, se senta ms sola

    que nunca. Yo me negaba en redondo a irme de aqu. Este era mi

    sitio. Aqu estaba mi vida, los aos vividos con mi padre, mis

    recuerdos felices y los tristes tambin, y mis amigos. Por eso me

    costaba tanto pensar en la universidad. Si por m fuera no me movera

    de Chemainus, jams.

    Thomas, Megan y Beth eran como de la familia. Beth haba sido

    siempre como una hermana para m. Alegre, loca, despreocupada,

    sincera, a veces en exceso, sobre todo cuando no te gustaba lo que

    ibas a or. Pero ella es as, directa, sin pelos en la lengua, pero

    cariosa y tierna como la que ms, si es necesario.

    Megan era harina de otro costal. Reservada, tranquila, siempre con la

    palabra justa, la adecuada para la situacin, tan diplomtica y serena.

    A veces pensaba que nos parecamos demasiado, quizs por eso mi

    relacin nunca haba sido tan estrecha con ella como con Beth.

    Y por ltimo Thomas, el cerebrito. Un chico al que su fsico no le haca

    justicia en comparacin con su aventajada inteligencia y su gran

    corazn. Tremendamente divertido y suspicaz, hacia las delicias de

    nuestras conversaciones.

    Estaba feliz de verlos a todos de nuevo.

    Me reclin junto a Megan, dejando que los clidos rayos de sol

    baaran mi rostro, disfrutando de la agradable sensacin del calor

    sobre mi piel.

    Otra vez esa ansiedad desconcertante.

    La misma que haba sentido en casa cuando miraba al motorista, y al

    salir de clase junto a mi taquilla. No pude resistirme al impulso de

  • abrir los ojos y buscar con la mirada qu, o quin provocaba ese

    efecto en m.

    Entonces lo vi por primera vez.

    Me qued de piedra, mirndolo fijamente. No poda verle la cara,

    estaba de espaldas a m, pero haba algo en l, en su pose rgida, en

    su apuesta figura, o en su pelo ensortijado de color caramelo con

    leves destellos dorados, como rayos de sol, que me tenan totalmente

    fascinada, sin poder apartar mi vista de l.

    Qu miras? Despert de mi encantamiento y vi a Beth

    sentndose a mi lado, siguiendo con los ojos la direccin de mi mirada

    Vas a ignorarme mucho rato o qu?

    Perdona yo nono te he visto venir dije jugueteando nerviosa

    con la manga de mi jersey.

    Iba a preguntarle si no haba visto al chico que yo acababa de ver, y

    que me haba descolocado por completo, pero ment.

    Estaba pensando en el problema de lgebra. Mi voz son extraa

    hasta para m, eres malsima en esto de inventar excusas pens,

    mientras mi amiga me miraba entrecerrando sus ojos.

    No pensaras que soy tan estpida como para tragarme semejante

    tontera, verdad?

    Pues no se qu mi frase a medias no me ayudaba para nada.

    Da igual solt molesta , djalo, si no me lo quieres contar all

    t.

    Y dicho esto se gir, y empez a charlar con Megan. Se haba

    enfadado, estaba claro. En todos estos aos, jams haba sentido la

    necesidad de mentirle, y de hecho ahora an no saba muy bien

    porque lo haca.

  • No mires dijo una vocecilla en mi cabeza, cuando not la terrible

    atraccin que recorra mi cuerpo, obligndome a mirar a aquel

    desconocido. Sin poder evitarlo alc la vista en su direccin y me

    encontr con su mirada, de un azul intenso y transparente, como si un

    mar helado se hubiera quedado atrapado en aquellos ojos que me

    miraban fijamente. Solo fueron unos segundos, pero suficientes para

    que se me acelerara el pulso, y mi respiracin se volviera irregular.

    Not el calor subir por mis mejillas, mientras luchaba intilmente por

    desviar mi mirada. Odiaba sonrojarme, hacia tan evidentes mis

    sentimientos. Era como un cartel luminoso, anunciando la vergenza

    que senta en mi interior.

    Dej de mirarme y por fin pude agachar la vista hacia el suelo, aunque

    sus ojos quedaron grabados en mi mente como por fuego.

    Pas la noche en vela. Era imposible dormir despus de la experiencia

    vivida en el da de hoy.

    Qu me estaba pasando? Por qu no poda dejar de pensar en l?

    Pero si ni siquiera le conoca! No saba quin era, ni su nombre, quizs

    solo estaba de paso y no volvera a verlo nunca ms. Solo haba visto

    sus ojos y el mundo se haba detenido para m. Me levant de la cama

    e intent, sin xito, concentrarme en hacer las tareas que tena

    pendientes, segua viendo sus ojos como el cielo en mi mente. Decid

    probar con la msica, cog el Ipod y me tumb en la cama tarareando

    las letras de las canciones. Sus ojos seguan mirndome fijamente en

    mi cabeza. Mi corazn empez a descompasarse en sus latidos con tan

    solo en recuerdo de aquella visin angelical. Trat de analizar la

    situacin framente. Quin era l? Sera el mismo que conduca la

    potente moto roja? Por qu me mir como lo hizo? Me conoca?

  • Cuantas ms vueltas le daba, ms complicado pareca todo. Haba

    conectado con l, de una forma nica y tan solo con una mirada. Estas

    cosas no pasan en la vida real.

    Por qu estaba tan ansiosa por volver a verlo?

    Simple curiosidad pens dando el tema por zanjado, pero en el fondo

    de mi ser saba que haba algo ms. No era consciente de hasta qu

    punto esa simple mirada haba cambiado mi vida, mi mundotodo.

    El despertador son y dese, ms que nunca, quedarme en la cama.

    Haba sido una noche de perros. Me dola la cabeza, me escocan los

    ojos, y no me senta con nimos para bajar a desayunar con mi

    madre. Estaba segura de que me sometera a un interrogatorio.

    Primero por mi primer da de clase, y segundo por la mala cara con la

    que haba amanecido hoy. Eso era lo ltimo que necesitaba, porque

    esta maana adems de mala cara, estaba de mal humor por la falta

    de sueo.

    Buenos das cario.

    Hola mascull. Amorrndome rpidamente sobre mi bol de

    cereales.

    Nicole me miraba con disimulo desde la esquina de la cocina. Estaba

    cocinando algo que ola de maravilla. Me senta fatal por descargar

    sobre ella mi mal humor, as que finalmente, despus de engullir parte

    de mi desayuno, decid darle algo de conversacin.

    Huele muy bien. Qu ests haciendo?

    Comida mejicana, he visto unas recetas en Internet contest,

    mientras sacaba unas pechugas de pollo de la nevera y varios tipos de

    queso. Hoy tengo que doblar turno, ayer me lo avisaron a ltima

    hora y no pude negarme. Reconoci la decepcin en mi rostro y se

    apresur a explicarme el resto. Resulta que el abuelo de Cintia ha

  • sufrido un infarto y ella ha cogido un par de das libres para cuidar de

    l, as que el jefe nos ha pedido que la sustituyamos entre nosotras,

    doblando turno.

    No estaba especialmente atenta a la explicacin de Nicole, pero lo

    suficiente para poder alargar un poco ms la conversacin y as hacer

    tiempo para irme sin someterme a sus preguntas.

    Eso es injusto, por qu no contratan a alguien?

    Vi como se mova el cuerpo de mi madre mientras rea sin ganas,

    como si acabara de or un mal chiste.

    Cario dijo acercndose a m, acaricindome el pelo , no es tan

    sencillo. En el trabajo o lo tomas o lo dejas, y ms cuando saben

    cunto necesitas el escaso sueldo que te pagan. Esto es la esclavitud

    del siglo XXI.

    Me encog de hombros, no me interesaba para nada ponerme a

    arreglar los problemas del mundo, cuando no era capaz de arreglar los

    mos propios.

    Bueno y t qu tal? Cmo te ha ido el inicio del curso?

    Bien, como siempre repuse de forma seca y cortante.

    Apur los cereales que me quedaban y me levant de un salto.

    Bueno ya hablaremos mama, ahora tengo que irme.

    Met el bol dentro del lavavajillas y le di un beso fugaz a Nicole en la

    mejilla.

    Vale pues que te vaya bien me dijo algo desconcertada por mis

    prisas. Te dejar esto en la nevera aadi sealando la sartn ,

    te quiero hija.

    OK! mama, yo tambin te quiero dije mientras sala de forma

    precipitada por la puerta.

  • El da era gris y oscuro, como si el cielo estuviera cubierto por un techo

    metlico. Me arrebuj en mi chaqueta, demasiado fina para la

    temperatura exterior. Odiaba el invierno y cada vez estaba ms cerca.

    La clida luz del sol a media tarde, en pleno mes de agosto, ya era

    historia. Das como el de hoy era lo que me esperaba a partir de

    ahora.

    Incluso empeorara cuando empezara a nevar. Met las manos en los

    bolsillos para calentarlos un poco, mientras pensaba en cmo le haba

    dado esquinazo a mi madre. En el fondo con ella era ms fcil que con

    mi padre. Nicole era bastante despistada, con un poco de suerte,

    maana ya no se acordara de la conversacin que hoy le haba

    quedado en el aire. Con Carl era distinto. Cuando mi padre an viva

    yo pasaba horas a su lado, a veces solo intercambibamos alguna que

    otra mirada y escasas palabras, pero nos bastaba. Me conoca tan

    bien saba leer en mi rostro lo que muchas veces me costaba explicar

    con palabras. Pero nunca me agobiaba, me dejaba a mi aire. Saba que

    yo acudira a l sin necesidad de presiones por su parte.

    Pero ahora todo era distinto. Haba muerto haca dos aos, y desde

    entonces Nicole era algo ms posesiva y al par despistada que antes,

    si es que eso es posible.

    Caminaba distrada, inmersa en mis pensamientos, cuando not una

    extraa electricidad recorriendo mi columna vertebral, de arriba abajo,

    como si un gusano estuviera pasendose por mi espalda. Era la misma

    sensacin que haba sentido el da anterior. Quera decir eso que l

    estaba cerca? Dnde? Empec a buscarlo con la mirada,

    mordindome con ansia el labio inferior a la vez que mova mi cabeza

    bruscamente de un lado al otro.

    All no haba nadie, bueno mejor dicho, nadie capaz de provocar

    semejante reaccin en mi persona.

  • Gir sobre mis talones y continu andando hacia el instituto,

    intentando recuperar la coherencia de mis pensamientos. Me obligu a

    pensar en la entrevista de trabajo a la que deba acudir hoy, al acabar

    las clases. Necesitaba dinero para la matricula de la universidad, y no

    iba a dejar que mi madre corriera con todos los gastos. Bastante

    trabajaba la pobre para mantenernos a las dos. No es que pasramos

    necesidad, pero tampoco nadbamos en la abundancia. As que,

    haciendo odos sordos a las quejas de Nicole, haba decidido empezar a

    trabajar.

  • Encuentro inesperado

    A veces podemos pasarnos aos sin vivir en absoluto, y de pronto

    toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

    Oscar Wilde

    Las clases de la maana fueron tan montonas como de costumbre. La

    cafetera del instituto estaba llena a rebosar, durante el descanso del

    medioda. Nos habamos sentado en una mesa alargada que, en ese

    momento, compartamos con estudiantes de primer curso.

    Thomas nos estaba explicando sus ltimas incursiones en la Web

    cuando, sin querer, vaci el contenido de su refresco sobre la falda

    nueva de Beth que, en respuesta a semejante torpeza, se puso

    histrica gritando y casi pataleando al final. Todos nos estbamos

    riendo por la tremenda rabieta que haba pillado.

    La verdad es que poda ser muy cmica cuando se enfadaba. Adoraba

    a esa chillona chiflada. Siempre consegua arrancarnos una sonrisa.

    Incluso en das como hoy, que me encontraba hundida en mi apata.

    El motivo de mi tristeza? No quera admitirlo, pero mi nimo

    mejorara considerablemente, con solo vislumbrar de nuevo aquellos

    ojos azules.

    Beth segua maldiciendo a diestro y siniestro, sin importarle en lo ms

    mnimo, que toda la gente que haba en la cafetera tuvieran los ojos

    clavados en ella.

    Y vosotros, qu estis mirando? Grit fuera de s a los pobres

    novatos, que avergonzados por formar parte del espectculo,

    agarraron sus mochilas y pusieron pies en polvorosa.

  • Te ests pasando un poco no? Dije apoyndome contra el

    respaldo de la silla, sin poder borrar la sonrisa de mi cara . Clmate

    anda.

    Qu me calme?! Qu me calme?! Esta me la vas a pagar

    estpido patoso miraba a Thomas con furia mientras le sealaba con

    el dedo.

    Lo siento volvi a decir l por undcima vez Por Dios! Cuntas

    veces tendr que disculparme? Ha sido sin querer aadi un poco

    hastiado.

    Sin querer?! El guantazo que yo te voy a dar s que va a ser sin

    querer.

    Ya basta! Me puse de pie y agarr a mi descontrolada amiga por

    el brazo, tirando de ella hacia el exterior de la cafetera. Estaba

    sacando las cosas de quicio.

    Sultame!

    No! Al menos hasta que te calmes, y est segura de que no vas a

    volver ah dentro a seguir comportndote como una nia de parvulario

    me mir extraada . Se puede saber qu te pasa? Esto ya no es

    gracioso. El pobre Thomas se estaba poniendo verde. Solo es una falda

    Beth, tanto importa?

    El fro de la calle ejerci un poder calmante sobre Beth. Sacudi su

    melena y se cruz de brazos delante de m, an algo molesta, pero

    bastante ms tranquila.

    Vamos, cuntamelo, este espectculo no ha sido solo por la falda

    verdad?

    La conoca demasiado para saber que le pasaba algo. Algo que no me

    haba contado.

  • No admiti con voz tan baja, que apenas pude escuchar lo que

    me dijo a continuacin . Mis padres van a separarse.

    Lo siento no saba que ms decir.

    Ahora entenda por qu tanto drama por una simple mancha. Solo era

    la excusa para liberar toda la frustracin que llevaba dentro. Deba de

    ser muy duro para Beth, adoraba a sus padres, era un poco rebelde,

    pero los quera muchsimo.

    Me lo dijeron anoche. Asent con la cabeza, no quera

    interrumpirla, necesitaba desahogarse y yo iba a limitarme a

    escuchar. Estbamos cenando, como siempre, y me lo soltaron as,

    de golpe, y encima tengo que decidir con quin quiero irme a vivir.

    Como si se tratara de que camisa me pongo maana! No puedo

    Estela no pued su voz se ahog en un sollozo.

    Se derrumb. La abrac fuerte contra mi pecho. Yo era ms alta que

    ella. Escondi su rostro en mi hombro y rompi a llorar.

    No dije nada. Saba que nada de lo que pudiera decirle la consolara

    en estos momentos. Me limit a acariciarle la espalda, suavemente,

    dejando que se desahogara sin prisas. Se me rompa el corazn de

    verla as. Eran conscientes los padres de Beth del dao que le

    estaban causando a su hija con su decisin?

    Yo no era quin para juzgarlos a ellos, ni a nadie, pero ver as a m

    amiga hacia que me revelara, no era justo.

    Yo no haba sufrido un divorcio, pero perder a mi padre era lo ms

    duro que me haba pasado en la vida y estaba segura de que Beth, de

    algn modo, se senta tan impotente como yo. Nadie le haba pedido

    su opinin, arrancndole sin ms un aparte de su vida. Y encima tena

    que escoger entre ambos padres. Qu hijo puede decidir a cul de

    ellos rechaza?

  • Los sollozos empezaban a remitir. Beth se alej un poco de mi,

    mientras se limpiaba las lagrimas con la manga de su jersey.

    De esto ni una palabra a nadie, vale?

    Claro que no, ya lo contaras t, si es que te apetece hacerlo de aqu

    a un tiempo.

    No, de momento no su voz son desesperada , ni siquiera yo

    me creo que esto est pasando. An siento como si tuviera que

    despertar de este mal sueo.

    Te entiendo, yo me senta igual cuando la polica vino a mi casa

    para decirnos que mi padre haba sufrido un accidente y haba an

    me costaba pronunciar aquella palabra en voz alta haba muerto

    not la presin de la tristeza en mi garganta.

    Beth me miraba con los ojos enrojecidos.

    Esta vida es una mierda.

    Ni que lo digas.

    Abri su mochila sacando un pequeo espejo y empez a mirarse en

    el.

    Estoy horrible.

    Si admit , ests horrible.

    Un atisbo de sonrisa apareci en sus labios.

    Vamos al lavabo, a que me recomponga un poco.

    La segu sin ms. Se vea destrozada, dbil, como una frgil ramita a

    punto de romperse por la fuerza del viento. Caminbamos en silencio,

    cuando vimos a Daniel aparecer al final del pasillo.

    Beth! Hola Beth! vocifer a lo lejos.

  • OH, no! No quiero que me vea con esta cara me cogi de la

    mano y echamos a correr por el pasillo, llegando al lavabo antes de

    que l nos diera alcance.

    El pobre se haba quedado pasmado, mirndonos, desconcertado por

    nuestra huida. Y ah se qued plantado, viendo como nos

    escabullamos dentro del lavabo, sin mediar palabra con l.

    Creo que despus de esto no volver a dirigirte la palabra dije

    entre risas, una vez dentro.

    Beth tambin estaba de mejor humor. La carrerita nos haba sentado

    de maravilla, a ambas.

    No te preocupes contest, retocndose el maquillaje frente al

    espejo, lo tengo comiendo de mi mano.

    Pero pensara que ests chiflada.

    Beth se volvi hacia m y me mir con picarda.

    Que te juegas a que cuando salgamos est ah afuera esperndome.

    No s, me da un poco de pena.

    Djalo, que sufra!

    Eres cruel! solt mientras le haca cosquillas.

    Si, por eso yo triunfo con los chicos y t no aadi muy pagada

    de s misma . Eres demasiado blanda. Una de cal y otra de arena,

    hazme caso, no es bueno que encuentren el camino tan fcil.

    Por ms que yo no le viera el sentido a como Beth estaba tratando a

    Daniel, tena razn. Ella siempre consegua lo que quera de los chicos,

    yo no. Sencillamente, era incapaz de manipular a la gente con tanta

    frialdad. Me preocupaban demasiado los sentimientos ajenos, como

    para hacer sufrir a alguien innecesariamente. Pero bueno, hasta la

    fecha, tampoco me haba interesado ningn chico especialmente, como

  • pasa pensar en el modo de seducirlo. Me limitaba a ser yo misma, con

    los pros y los contras que eso implicaba.

    Mejor?

    Escrut el rostro de Beth. No quedaba ni rastro del enrojecimiento

    anterior. Su piel volva a lucir aterciopelada.

    Cmo lo haces? Pregunt con admiracin. Hace un momento

    dabas pena y ahora, mrate, estas fabulosa.

    Gentica de primera calidad, bonita solt orgullosa.

    Eres tonta, lo sabes no? dije alborotando su pelo.

    Si, pero no ms que t.

    Salimos del lavabo sonriendo. Mir con curiosidad al exterior, buscando

    a Daniel con la mirada, y efectivamente, Beth tena razn, all estaba

    l. Apoyado contra la pared, esperndonos. Se envar cuando nos vio

    salir y en dos zancadas se plant ante nosotras.

    Hola nos dijo a ambas, volvindose rpidamente hacia Beth , te

    estaba buscando.

    Una punzada de remordimiento me subi por el estmago, se daba

    cuenta de cmo mi amiga jugaba con l a su antojo?

    Os dejo, voy a ver qu tal esta Thomas coment.

    Y sin esperar una respuesta, que saba que no llegara, me fui decidida

    hacia la cafetera.

    La mesa que habamos ocupado haca un rato, se hallaba vaca. Como

    el resto del comedor. Mir el reloj de la pared y entonces me di cuenta

    de lo tarde que era. Di media vuelta, dispuesta a salir disparada hacia

    mi prxima clase, cuando choqu de bruces contra alguien.

    Lo siento dijo una voz dulce, que consigui desbocar mi corazn

    Ests bien?

  • Bien? Grit para m misma. Estaba mejor que bien. Aunque la nariz

    me dola horrores, por el porrazo, daba igual. Estara bien, aunque me

    hubiera roto el tabique nasal, solo por estar tan cerca de l.

    El ngel de mis sueos acababa de materializarse ante m. Me senta

    extraamente aturdida ante semejante suerte.

    Me miraba a la espera de una respuesta. Clavando sus ojos como el

    cielo en los mos incrdulos.

    S, estoy bien contest finalmente con voz temblorosa , ha sido

    culpa mayo girarme as y No era capaz de pensar de forma

    coherente, y menos an de expresarlo en palabras. Solo poda mirarlo

    atontada. Su cara, sus ojos, su boca, su pelo revuelto.

    Era el desconocido de ayer.

    Por favor, no te excuses, ha sido culpa ma. Iba mirando el mvil y

    no te he visto.

    Claro. No me haba visto. Una oleada de decepcin me inund por

    completo. Qu esperaba? Qu estuviera siguindome por el placer

    de verme?

    Definitivamente era tonta. Adems de ingenua. Continu insultndome

    mentalmente a m misma, mientras l me miraba con recelo.

    Seguro que ests bien? Sus ojos escrutaban mi rostro. Pareca

    buscar alguna seal de cordura por mi parte.

    Y a l que le importaba si yo estaba bien o mal, si ni siquiera me

    haba visto? Mi decepcin se convirti en rabia.

    Perfectamente asegur. Y empec a caminar en direccin a la

    salida del comedor, con paso ligero.

    Djame acompaarte, al menos. O su voz detrs de m, y me

    volv rpidamente para soltarle una negativa.

  • Lo que yo no me esperaba era encontrrmelo otra vez tan cerca. Casi

    poda notar su aliento en mi cara. Me qued mirando, como una boba,

    sus bellos ojos lapislzuli.

    Mi enfado se desvaneci por completo. Mi cuerpo tan cercano al suyo,

    me peda que lo tocara. Con solo acercarme un poco ms pens, a la

    vez que me recreaba en la visin de sus rosados labios curvndose en

    una leve sonrisa. Entonces, como si acabaran de tirarme una jarra de

    agua fra por la cabeza, reaccion.

    l estaba encantado, pareca disfrutar de lo lindo con mi aturdimiento.

    El chico guapo que las vuelve locas a todas con una mirada. Me rebel

    ante semejante idea. Era tonta, cierto, pero an me quedaba algo de

    dignidad.

    Te importa? Solt, mientras haca seas con la mano para que

    se moviera un poco.

    Cmo dices? Pregunt extraado.

    Por qu te acercas tanto? No sabes calcular las distancias o qu?

    Con decisin levant mi mano y la plant sobre su pecho, en un

    intento de alejarlo de m.

    No me esperaba sentir aquello. Me arda la piel con solo rozarle, como

    si tuviera fuego bajo mis dedos, abrasndome las yemas. Tragu

    saliva intentando calmarme y ocultar mi sofoco.

    Si tanto te molesta aadi alzando una ceja y sonrindome con

    picarda, mientras se desplazaba un paso ms atrs. Dejando mi mano

    colgando en el vaco.

    Me dola su ausencia en la piel.

    Deberas aprender a respetar el espacio vital de los dems.

    Quera parecer ms ofendida que encantada, que era como en realidad

    me senta por este accidentado encuentro.

  • Pero perd por completo la compostura cuando alc mis ojos y me

    encontr con su fri mar azul mirndome intensamente. Mi cara,

    espejo del alma, me delataba a voces. Sent la necesidad de escapar

    de all antes de ridiculizarme an ms. Empec a caminar con torpeza

    hacia el pasillo, acelerando mi ritmo cada vez ms, mientras senta el

    hielo de su mirada clavado en mi espalda.

    Miles de mariposas aleteaban desbocadas en mi estmago, y una

    estpida sonrisa se plasm en mi cara para el resto del da.

    Me pas la tarde rememorando, una y otra vez, todas y cada una de

    las palabras, gestos y miradas, que haba compartido con mi ngel

    particular.

    Beth intent, sin xito, saber que me ocurra, pero consegu desviar la

    conversacin preguntndole por Daniel y su encuentro de hoy.

    Y as, inmersa en un estado de levitacin, ajena a lo que ocurra a m

    alrededor, trascurri el da. No tena la menor duda de que podra

    calificarlo como en mejor da de mi vida, hasta la fecha, ya que pocas

    veces la vida te permite tener al sueo de tu vida al alcance de tu

    mano.

    Me sorprend fantaseando con l, de camino a casa. El modo en que

    me miraba me tena fascinada. Haba algo en l tremendamente

    atrayente. Perda la razn cuando vea sus ojos. Quin era? No nos

    habamos presentado. Sera un alumno nuevo? Poda ser, pero era

    extrao que no lo hubiera visto por las clases, porque eso s que lo

    tena claro, en mi clase l no estaba, semejante monumento no me

    habra pasado desapercibido. Su voz tena un acento extrao. Hablaba

    perfectamente, pero haba algo distinto en su pronunciacin que no

    consegua identificar, sera un estudiante de intercambio?

  • Mi mente trabajaba a gran velocidad. Poda verlo como el prncipe

    protagonista de una novela caballeresca. Gallardo, fuerte y esbelto

    sobre su corcel, cortando el viento con su galope, avanzando veloz

    hacia m. Demasiado ideal, un prncipe azul de los que ya no hay.

    Adems el problema radicaba, principalmente, en que yo no encajaba

    para nada en el papel de princesa.

    Puse los ojos en blanco. Qu hacia imaginando tonteras como estas?

    Era imposible que l se fijara en m. De hecho hoy lo haba dejado bien

    claro. Choc conmigo porque ni siquiera me haba visto, eso era lo

    normal, que fuese invisible para l, como para el resto de los chicos y

    no que estuviera interesado en m, tal y como mi mente enfermiza

    quera hacerme creer.

    El mvil son justo en mitad de mi encantamiento, asustndome con

    su estridente meloda. Era el seor Benet. Aplazbamos la entrevista

    de trabajo a maana. Perfecto, tampoco tena cabeza ahora para esto,

    as que volv sobre mis pasos y me encamin hacia mi casa.

    Nicole estaba sentada, frente al televisor encendido. Aunque no le

    estaba prestando ni pizca de atencin. Hojeaba un grueso libro que

    tena en su regazo.

    Para qu enciendes la tele si no la vas a ver? Dije a modo de

    saludo, mientras le sonrea abiertamente.

    Hola cario contest regalndome una sonrisa , apgala si

    quieres aadi.

    Qu miras con tanto inters? Pregunt acercndome al sof y

    sentndome a su lado. Mi mochila cay al suelo ruidosamente.

    Mi madre me pas el libro. Le el titulo, o al menos lo intent.

    Mama, esto est en alemn me quej alzando el libro para

    qu quieres un libro que no puedes leer?

  • Resplandeca, como una nia con zapatos nuevos, acariciando las

    tapas del libro con reverencia. No era un simple libro.

    Este era el libro favorito de tu padre.

    Entiendo, pero por qu lo has comprado en alemn? Eso s que

    no lo entenda.

    Porque es como l lo ley, por primera vez haba melancola en

    sus palabras , siempre me hablaba de este libro.

    Pero no podrs leerlo. No quera chafarle la ilusin, pero es que

    segua sin encontrarle el sentido a comprar un libro en un idioma que

    no conoces.

    Haba un brillo especial en sus ojos. Siempre apareca esa mirada

    cuando recordaba a Carl. Se vea radiante, hermosa. Haba cruzado el

    umbral de los cuarenta, y en su piel empezaban a dibujarse pequeas

    arruguitas, que ella por supuesto negaba que estuvieran ah. El ciclo

    de la vida, ni mi madre era tan joven, ni yo tan nia.

    Va, cuntamelo. Insist, saba que haba una historia escondida

    detrs de ese libro, y si era sobre papa, estaba deseando escucharla.

    Me mir dulcemente y empez a hablar.

    No quiero este libro para leerlo. Es un tributo a tu padre. No solo lo

    ley, sino que fue el autor de la novela. l escribi este libro. Se

    mantuvo en silencio, a la espera de mi reaccin, que no tard en

    llegar.

    Papa escribi un libro? La incredulidad se pint en mi rostro. No

    me molest en ocultarlo.

    Si, el que tienes en tus manos ahora mismo.

    Y por qu no me lo habas dicho antes? Por qu no me lo dijo l?

  • Porque jams lleg a publicarse dijo tomando el libro de mis

    manos . Papa siempre deca que no era una buena historia y se

    negaba en redondo cada vez que yo insinuaba la posibilidad de llevarlo

    a alguna editorial.

    Pero no lo entiendo, tanto esfuerzo para nada? no conceba esa

    faceta de Carl.

    El era un luchador nato. Siempre me repeta, una y otra vez fjate un

    objetivo en la vida y lucha por alcanzarlo, haz realidad tus sueos. Me

    animaba constantemente a perseguir mis sueos, y luego l, no haba

    luchado por los suyos. Estaba levemente decepcionada.

    Bueno, para nada no continu diciendo mi madre . Se sinti

    muy realizado personalmente por ser capaz de tal hazaa. El mero

    hecho de concluir el libro ya fue todo un logro para l.

    Pero al final se public.

    No, este ejemplar es nico. Mi madre solt una risita al ver mi

    cara de asombro. Lo mand a encuadernar hace unos seis meses

    prosigui con su explicacin al ver mi cara . Cuando tu padre viva en

    Alemania tena un amigo periodista, al que haca aos que no vea. Lo

    llam cuando papa falleci. Ese fue todo el contacto que tuve con

    Mark, el amigo de papa. Pero hace unos meses me llam, dicindome

    que lo haban trasladado aqu, a Vancouver, como corresponsal, y que

    estara encantado de quedar conmigo y tomar una copa.

    Nicole saliendo con un hombre? Eso me pareca del todo imposible.

    No acept su invitacin continu sin darme la oportunidad de

    preguntar nada.

    Ya me pareca a mi raro que Nicole saliera con alguien. Como ella

    misma deca, Carl era el amor de su vida, que l ya no estuviera, no

    significaba que ella hubiera dejado de amarle.

  • Le habl acerca de este libro y el amablemente se ofreci a correr

    con todos los gastos de impresin, encuadernacin, etc. Se qued

    pensativa unos instantes. Fue un detalle muy bonito por su parte. l

    tambin quera muchsimo a tu padre.

    Quise quitar un poco de tensin, vea que Nicole empezaba a

    derrumbarse.

    Ese Mark parece majo no? Quizs deberas reconsiderar su

    invitacin.

    No! Se formara una idea equivocada de lo que eso significa. Le

    agradezco de corazn lo que ha hecho, pero ah queda todo

    reafirm, pero pude ver como sus mejillas enrojecan y sus ojos

    volvan a brillar.

    Es precioso repuse mirando el libro , es una pena que papa no

    me enseara alemn.

    Cierto, pero as he cumplido con sus deseos y los mos a la vez.

    No te entiendo.

    He conseguido tener su libro encuadernado, en condiciones, como

    se merece, como tena que ser. Pero nadie va a leerlo. Ni t, ni yo.

    Como l quera que fuera.

    Estaba maravillada del tremendo romanticismo que escondan las

    palabras de mi madre. Despus de dos aos sin Carl a su lado, tena

    en consideracin lo que haba sido su deseo. Estaba emocionada. Poca

    gente puede hacer gala de haber encontrado al amor de su vida y

    haber vivido una historia tan bonita como la de Nicole y Carl.

    An recordaba el da en que Carl, paseando cerca del lago, me cont

    cmo se conocieron.

    l acababa de llegar de Alemania. Sus padres lo haban mandado a los

    Estados Unidos a estudiar. Solo tena dieciocho aos cuando lleg.

  • Nicole era algo ms joven, tena diecisis aos por aquel entonces,

    cuando la vio por primera vez. Estaba en casa de unos conocidos,

    familia de Nicole. Cuando ella apareci en el pequeo comedor, Carl

    sinti como el corazn dio un vuelco en el pecho, al ver aquella

    preciosa criatura de ojos grises mirndolo con su ingenua sonrisa.

    Desde aquel da se haban hecho inseparables. Hasta que una fra

    tarde de otoo, mientras tomaban un chocolate caliente, Carl reuni el

    valor necesario para pedirle que se casara con l, y Nicole acept,

    encantada. Lo amaba tanto como l a ella.

    En ms de una ocasin, mi padre sola decirme que el corazn tiene

    motivos que la razn desconoce. No me haba dado cuenta de cuan

    veraces eran sus palabras, hasta ahora.

    Ests bien? Pregunt mi madre, mirndome con recelo,

    mientras acariciaba mi brazo.

    Si, es solo que, pensaba en papa lo echo tanto de menos.

    Yo tambin cario, no sabes cunto susurr, atrayndome hacia

    ella con un abrazo.

    La noche cay sobre nosotras. Acurrucadas en el sof. Cada una

    inmersa en su rincn de recuerdos felices. Los mos ms recientes,

    giraban en torno al dueo de los ojos ms bonitos que haba visto en

    mi vida. Los de Nicole, supuse ms lejanos.

    Tienes hambre? Su voz me son como el eco lejano de las

    montaas.

    Qu hora es? Mir el reloj que descansaba sobre mi mueca

    OH Dios mo! Que tarde!

    Sal disparada escaleras arriba, con la mochila a rastras, mientras

    Nicole, se diriga a la cocina para preparar la cena. Ahora me tocara

  • trasnochar, despus de dedicar la mayor parte de la tarde a

    regodearme en mis sueos.

    Oa a mi madre trajinando en la cocina, mientras yo intentaba

    concentrarme en el esquema que tena delante, el ciclo de Krebs, para

    el trabajo de biologa. Tuve que hacer un esfuerzo hercleo, por dejar

    de imaginar ojos color turquesa, donde tena que ver molculas de

    glucosa y enzimas. Esto empezaba a ser preocupante. Cerr los ojos,

    apretndome el puente de la nariz con dos dedos. Qu me estaba

    pasando?

    Cario baja a cenar! Gritaba Nicole a pie de la escalera.

    Voy! Contest, ponindome en pie lentamente. Por fin haba

    acabado. No era uno de mis mejores trabajos, eso lo tena claro, pero

    sin duda era el que ms energas haba logrado consumir de mi misma.

    Estaba agotada por la lucha interna que haba librado, en un intento

    vano por dejar de pensar en l.

    El despertador son con su timbre chilln, despertndome del mejor de

    mis sueos. Maldije aquel aparato endemoniado.

    Despus de una ducha rpida, baj a desayunar, pero Nicole no estaba

    sola. Beth ocupaba la silla frente a mi madre.

    Beth! Qu haces aqu?

    Pues vaya buenos das que me das dijo volvindose hacia m.

    Hola fea me acerqu de un salto a su silla y empec a revolver su

    cabello perfectamente alisado. Saba que eso la sacaba de sus casillas.

    Eh! Quieres parar ya? Empez a alisarse la melena con las

    manos y volvindose hacia mi madre aadi: Que mana tiene tu

    hija con amargarme el da de buena maana. Cmo la soportas?

  • Mi madre y yo rompimos a rer.

    Ahora en serio, dije mientras meta una cucharada de cereales

    con leche en mi boca Qu haces aqu tan temprano?

    Nicole se estaba arreglando para irse a trabajar y nos habamos

    quedado las dos solas en la cocina.

    Anoche mi madre se fue de casa. Jugueteaba con sus dedos

    evitando mi mirada.

    Cmo lo llevas? Dije apoyando mi mano sobre las suyas.

    No s, me siento rara se encogi de hombros , tengo ganas de

    gritar, de llorar, de romper cosas, pero no soy capaz de hacer nada.

    Por eso he venido aqu, no soportaba seguir en mi casa. Mi padre no se

    merece que lo maltrate de esta manera.

    Le temblaba el labio inferior. Comenz a mordisquearlo, intentando

    contener las lgrimas que empezaban a asomar en sus ojos.

    Me alegro de que hayas venido. Me mir por primera vez y vi los

    efectos de lo que supuse haba sido una mala noche. Sombras

    purpreas enmarcaban sus ojos. Me apen enormemente verla as.

    Beth pareca siempre tan fuerte, ajena al sufrimiento. Siempre alegre,

    perfecta, y ahora estaba aqu, sentada en la descolorida silla de mi

    cocina, haciendo un esfuerzo por recoger y recomponer los pedacitos

    que quedaban de su vida. Vea en su mirada que no iba a contarme

    nada ms. Me pareca bien. No iba a meter el dedo en la llaga por

    satisfacer mi curiosidad. Pens que lo mejor sera distraerla una poco,

    aun a riesgo de mi persona.

    Por qu no me arreglas esta maraa de pelo? Me mir como si

    no me entendiera. Fjate, est encrespado y eso que acabo de

    secrmelo, estoy hecha un asco.

    Un atisbo de sonrisa aflor en su apagado rostro.

  • Tienes razn admiti , das pena.

    Sonre aliviada. Esa era mi Beth.

    Fue un da eterno en el instituto. No vea a mi ngel por ningn sitio, y

    para ms recochineo, Daniel estaba de lo ms empalagoso con mi

    amiga. Suspir aliviada cuando acabaron las clases.

    Tena que ir a mi primera entrevista de trabajo.

  • ngel o demonio

    Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos

    concedido poder sobre nosotros.

    Hermann Hesse

    La oficina del restaurante, era bastante deplorable. Pequea, gris,

    atestada de papeles, con una minscula mesa donde apenas haba

    espacio para un telfono y un par de archivadores.

    El seor Benet miraba mi currculum con fingido inters, a travs de

    sus gruesas gafas de pasta. Era un buen hombre, aunque parco en

    palabras. Lo conoca desde la infancia y sabia que lo de darle mi

    currculum no era ms que puro formalismo, pero yo quera hacerlo

    bien.

    Muy bien Estela, creo que tenemos algo para ti.

    En serio? Estaba a punto de saltar de la silla y besarlo en la

    frente. Me contuve. Cundo empiezo?

    Veras dud mientras se rascaba la cabeza , no pensaba

    pedrtelo, pero es que esta maana ha llamado Marie, una chica que

    trabaja aqu por las tardes, diciendo que estaba con gripe, en la cama.

    As que, si te parece bien, podras empezar hoy mismo.

    Solo haban pasado un par de horas y ya me senta como una intil

    total. Haba quemado una docena de hamburguesas y confundido un

    par de pedidos. Pal, el encargado, se limit a darme una fregona,

    avisndome de que me mantuviera alejada de la cocina. Me dediqu,

    en cuerpo y alma, a limpiar el suelo del comedor, evitando as causar

    ms destrozos.

  • Llego la hora de cerrar. Me fui del restaurante, exhausta y hambrienta.

    Saba que Nicole me echara una buena bronca por no decirle nada de

    mi nuevo trabajo. Pero estaba decidida a seguir con el, si es que me

    dejaban entrar el prximo da, despus de la tarde tan catastrfica de

    hoy.

    Nunca estaba en la calle a estas horas de la noche y menos con este

    fro. El haz de luz de las pequeas farolas que encontraba a mi paso,

    proyectaba unas peculiares sombras que para mentes con una

    imaginacin tan despierta como la ma, suponan todo un desafi.

    Aceler el paso, tena la sensacin de que alguien me segua. Mi

    cabeza estaba jugndome un mala pasada. Solo se oa el ruido de mis

    pasos, al chocar las suelas de mis botas contra el rugoso asfalto. Mi

    respiracin empez a descontrolarse. Esa extraa sensacin otra vez

    recorrindome el cuerpo. Se me puso la piel de gallina, y empec a

    temblar, no saba si por el fri o por el miedo, o quizs por ambas

    cosas.

    Entonces unos faros aparecieron en la distancia. El rugido del motor

    me era familiar. Era la misma moto que vi el primer da de clase, bajo

    mi ventana.

    Me qued helada cuando aminor la velocidad, hasta detenerse frente

    a m. No poda reconocer al conductor. La oscuridad de la noche y el

    faro de su moto apuntando directamente a mi cara, hacan imposible

    reconocerlo. Se haba quitado el casco y pareca estar esperando a que

    me reuniera con l. No me mov ni un pice. El miedo me tena

    totalmente paralizada.

    Te llevo a algn sitio? le o decir con voz grave y sensual.

    Reconoc esa voz, aunque tena un matiz diferente que no supe

    identificar, pero estaba segura, era el mismo chico de la cafetera. Mi

  • corazn salt dentro de mi pecho. Estos encuentros acabaran por

    provocarme un paro cardaco o algo as.

    Puse todo mi empeo en obligar a mis piernas a seguir caminando,

    pero mi cuerpo segua paralizado.

    No creo que sea una buena idea que andes sola por aqu a estas

    horas baj el tono de su voz hasta, convertirlo en un susurro para

    aadir , la noche puede ser peligrosa para alguien como t.

    Qu se supona que estaba pasando aqu? Me estaba amenazando?

    Quera asustarme? Pues lo haba conseguido. Aunque tambin

    consigui que me rebelara contra l por su descarada prepotencia.

    Segua sin verle la cara y eso me molestaba muchsimo. Estaba segura

    de que era la misma persona que, con una simple mirada suya, pona

    mi vida patas arriba. En el fondo de mi ser estaba dichosa por tan

    inesperado encuentro, pero no por eso iba a dejar que l siguiera

    regodendose aun ms, en el efecto que provocaba en mi.

    Gracias por t inters, pero se cuidarme sola contest con

    rudeza.

    Por suerte el mvil empez a vibrar dentro de mi bolso. Agradec

    enormemente esa llamada, era mi tabla de salvacin. O la voz de mi

    madre, ligeramente entrecortada.

    Hola cario, acabo de salir del hospital y al pasar por casa he visto

    que no habas llegado an. Estoy en el coche todava quieres que te

    pase a buscar por algn sitio?

    S, claro que si, mama repuse con apenas un hilo de voz , estoy

    frente a la tienda de deportes.

    OK, ya voy de camino, llegar en cinco minutos.

    Cerr la tapa del mvil, pero no quise guardarlo de nuevo. Me senta

    ms tranquila con el en la mano, por si la cosa se pona fea.

  • El motorista sin rostro me miraba fijamente. Poda sentir sus ojos

    clavados en m. l, oculto bajo un manto de oscuridad y yo

    abiertamente expuesta ante los faros de su moto. Jugaba con ventaja.

    Me senta estpida all plantada.

    Si no quieres esperar, mi oferta sigue en pie.

    Prefiero esperar, t puedes largarte cuando quieras.

    No quiero dejarte sola, mejor me quedo y te hago compaa.

    No necesito t compaa estaba empezando a sacarme de mis

    casillas.

    En mi vida haba tenido en valor de hablar con un desconocido, y

    menos de pelearme con l. Pero era extrao lo que este chico

    provocaba en m, una mezcla de atraccinodio que no poda

    controlar.

    Escuch una risita. Las luces de un coche que vena por mi espalda,

    iluminaron su rostro como en pleno da. Una sonrisa burlona se

    perfilaba en sus labios. Me disgust enormemente que el haz de luz se

    disipara, tan rpido como haba venido, ocultando de nuevo su

    fisonoma ante mis ojos. Ahora ya no tena ninguna duda. Era l. El

    ngel de mis sueos.

    Por cierto, no nos hemos presentado dijo extendiendo su mano

    hacia m. Por el tono de su voz supe que segua sonriendo.

    No me mov. El bajo su mano lentamente hasta apoyarla de nuevo en

    la carcasa de su moto.

    Ahora viene cuando t me dices tu nombre aadi algo molesto.

    No pase por alto el hecho de que l no me haba dicho el suyo. Pues se

    iba a quedar con las ganas, igual que yo.

  • Si eres tan listo como pareces, ya lo descubrirs. Sinceramente

    no llegaba a comprender porque me comportaba as, con tanta rudeza.

    Justo detrs del motorista, un par de faros hicieron su aparicin. Los

    reconoc al instante. Era Nicole. Una sensacin de alivio mezclado con

    angustia me invadi por completo.

    Aliviada, por liberarme de esta incmoda situacin y angustiada,

    porque despus de todo, deseaba quedarme aqu con l ms que nada

    en el mundo. Mi corazn me peda a gritos que me subiera a su

    resplandeciente moto roja, en vez de montarme en el viejo coche de

    mi madre. Por suerte o por desgracia, mi facultad de raciocinio actu

    antes, dirigiendo mi negado cuerpo hacia el lugar donde Nicole haba

    parado, justo al otro lado de la calle.

    Me fui sin mediar palabra. Sin mirarle. Un momento de debilidad basto

    para que alzara mi vista en su direccin, sintiendo como su glida

    mirada derrumbaba toda mi determinacin.

    Vamos Estela, entra de una vez que hace un fro horrible.

    La voz de mi madre me devolvi a la realidad. Entre lentamente,

    oyendo a mis espaldas, el rugido de un motor acelerando calle abajo.

    Quin era ese?

    Qu? aun estaba aturdida.

    Que quien era ese amigo tuyo, el de la moto repiti curiosa.

    No es ningn amigo, es me ha preguntado por una calle.

    Mi madre me mir ceuda, mi argumento no era muy convincente,

    pero decidi no inmiscuirse ms.

    Preferira que no anduvieras por la calle a estas horas. Qu hacas

    tan tarde por aqu?

  • Acababa de salir del trabajo ya est, haba soltado la bomba,

    ahora me iba a caer una buena.

    Qu?!

    Lo mejor sera afrontar esto cuanto antes y eso hice.

    Otra noche en vela. La cosa iba de mal en peor. Solo hacia unos das

    que haba empezado en instituto, y mi capacidad de concentracin

    dejara mucho que desear para el resto de curso si segua as. Tena

    que dormir. Mir el reloj despertador de la mesita de noche. Las cuatro

    de la madrugada. Me tap la cara con la almohada, desesperada por

    conciliar el sueo. Empec a hojear un libro, de lectura obligatoria para

    la clase de literatura. Era aburridsimo, pero ni siquiera entre sus

    pginas encontr el alivio a mi insomnio.

    La experiencia de esa noche haba logrado sobrepasarme. Estaba fuera

    de control. Comparaba una y otra vez la voz, profunda y spera del

    motorista, con el tono dulce y melodioso del chico de la cafetera. Eran

    la misma persona, lo haba visto con mis propios ojos, pero entonces

    por qu en la cafetera me haba parecido un ngel celestial y esta

    noche, subido en su moto, era ms bien un ngel tenebroso? Y lo era

    ms desconcertante, por qu me atraa con tanta intensidad?

    No es que su conducta para conmigo hubiera sido memorable hasta el

    momento. Mis hormonas deban estar disfrutando de lo lindo,

    enloquecindome de esta manera.

    Finalmente me venci un sopor similar al sueo, pero no tan

    reconfortante. Despert peor que el da anterior.

    Has dormido bien, cario?

  • Nicole estaba colocando los cacharos limpios del lavavajillas en el

    armario que haba sobre el fregadero, cuando yo asom por la puerta

    de la cocina, con paso lento y cansino.

    No mucho, la verdad. Vi como se le marcaba una arruga de

    disgusto en el entrecejo y supe lo que vena a continuacin.

    Vas a tener que contarme de una vez que es lo que te pasa dijo

    apoyando las manos en sus caderas , llevas dos das levantndote

    con esa cara de zombi y casi no comes nada. As que por ms que lo

    quieras negar, se que te pasa algo y de hoy no pasa que me lo

    expliques.

    Su voz y su expresin, mezcla de preocupacin y enfado, no dejaba

    lugar a dudas, deba darle alguna excusa creble, pero cul? Qu

    estaba volvindome loca? Que un rostro divino me haba robado el

    sueo y el apetito? No, era absurdo hasta para m. As que decid optar

    por otras respuestas, menos certeras, pero ms racionales.

    Simplemente estoy preocupada, este es el ltimo ao en el instituto

    y, en fin qu va a pasar conmigo el ao que viene? Aun no tengo

    claro si quiero ir a la universidad y dejarte sola.

    Ah no! Eso s que no. Tu futuro es lo nico realmente importante.

    No puedes tirar por la borda tus excelentes calificaciones para hacer de

    niera de tu madre. Se acerco lentamente y me abrazo con fuerza.

    La calidez de su cercana, fue reconfortante, como un bao caliente

    cuando tienes el cuerpo entumecido. Aunque el motivo real de mi

    insomnio distaba mucho de ser el que acababa de contarle a ella, en

    este momento deseaba de verdad no cambiar de vida nunca.

    Te quiero mucho, mama susurr.

  • Yo tambin te quiero corazn vi como se secaba una lgrima con

    la manga de su camisa . Venga, ahora a clase, que sino llegaras

    tarde aadi, pero no terminaba de soltarme.

    Me deshice como pude de su abrazo y sal de casa sin prisas.

    Me gustaba el paseo que haba hasta el instituto. Senta el hmedo

    aire otoal, ms fro y denso que un par de semanas antes. Era

    agradable, me ayudaba a aclarar las ideas.

    La mayora de mis compaeros tenan algn tipo de vehculo para

    desplazarse. Un viejo coche, una moto oxidada, o una simple bicicleta.

    Pero a m me gustaba andar. Tena que reconocer que tampoco me

    sobraba el equilibrio como para montar en bici o en moto, y el escaso

    dinero ahorrado, no me alcanzaba como para comprarme un coche.

    Por lo tanto andar era mi nica opcin, suerte que al menos la

    disfrutaba.

    Llegu temprano a clase por primera vez en tres das. El rado banco

    de madera, que haba a la entrada del edifico, lucia solitario. Me sent,

    a la espera de ver aparecer el coche destartalado de mi amiga. Pero en

    lugar del ronroneo habitual de su motor, escuche el potente rugido de

    una moto.

    Estaba segura de quien era l, antes de verlo llegar. Por dos motivos,

    el ruido ensordecedor de su moto y la electricidad que recorra mi

    cuerpo ponindome el vello de punta.

    Eh! Qu haces ah pasmada?

    Di un brinco en mi asiento al or la voz de Beth a mis espaldas.

    Casi me matas del susto solt llevndome la mano al corazn. Me

    dio la impresin de que lata a mil por hora. Estaba esperndote

    repuse sin dejar de mirar a mi alrededor. Buscando entre la gente un

    rostro en particular.

  • Si ya esperndome, por qu me ignoras entonces? Se plant

    delante de m, con los brazos en jarras y una mirada suspicaz en sus

    grandes ojos. Tienes otra vez esa mirada rara.

    No seas idiota contest pasndole un brazo por los hombros .

    Vamos a clase, que capaces somos de llegar tarde otra vez. Por cierto,

    tu pelo est mucho mejor, no? le revolv su lacia melena mientras

    ella intentaba huir de m.

    Por suerte para mi, haba sacado a colacin el tema ideal para que se

    olvidare de mis rarezas. Empez a hablar y hablar de su gran

    problema estilstico, que por lo visto ya no era tan grave. Me alegr de

    tenerla a mi lado, sus bromas y sus comentarios mordaces, sobre

    cualquiera que hallbamos a muestro paso, consiguieron mantenerme

    alejada de mi obsesin. O eso pensaba yo.

    Guau! Qu pedazo de to!

    Mir, siguiendo la direccin de la mirada de Beth y lo vi. All estaba l.

    Divino y escultural. El corazn empez a aporrear mi pecho

    enloquecido. Empezaron a sudarme las manos y el estmago se me

    quedo como un puo.

    No puede ser qu hace el aqu? Cre pensar, pero en realidad lo

    estaba diciendo en voz alta, por desgracia para m.

    Lo conoces? Beth no sala de su asombro Por qu no me lo

    has presentado? Esta para mojar pan y chuparse hasta los dedos.

    Deja de decir estupideces. Claro que no lo conozco.

    Entonces por qu has dicho? Djalo, ltimamente ests de un

    rarito sacudi la cabeza agitando su melena azabache. Y dicho esto

    se encamino hacia l.

    A dnde te crees que vas? grit desesperada, sintiendo la

    garganta seca y rasposa.

  • Estaba aterrada saba que mi pregunta no tendra respuesta. Sal

    disparada tras ella, sin pensarlo si quiera. No era normal que yo la

    siguiera en sus flirteos, pero con l no poda permitirlo. l eraera

    Qu era l para m? Solo habamos coincidido un par o tres de veces,

    y por pura casualidad, pero en toda mi vida no haba sentido lo que

    senta ahora mismo, mientras me acercaba a l. Con los nervios en flor

    y las mejillas coloreadas, me mantuve detrs de mi amiga, que a este

    paso iba a dejar de serlo.

    Hola, soy Beth Thomson lo salud con soltura, alargando la mano

    hacia l.

    Me sorprendi. Beth no se andaba con remilgos, me extraaba que no

    hubiera aprovechado la ocasin para plantarle dos besos en la cara a

    mi ngel. Entonces de un empujn, aprovechando mi momento de

    duda, me coloc delante de ella, justo enfrente de l.

    No poda dejar de sudar y mi cara pareca un semforo. Ni en pleno

    agosto haba sentido tanto calor invadiendo mi cuerpo. Era como si un

    fuego me devorase por dentro.

    Beth segua hablando como una cotorra, pero yo no poda orla. Mi

    mundo en estos precisos momentos, giraba en torno a esos ojos de

    azul intenso, como un pedacito de cielo en un da despejado de

    invierno. Me miraba con tanta intensidad, que no poda apartar mi

    vista de l. Era como si estuviera atrapada en aquel glaciar, que eran

    sus ojos. No era consciente de que el tiempo trascurra a nuestro

    alrededor. Para m todo haba desaparecido. Beth, el colegio, la gente,

    la calle, el pueblo, todo. Solo l y yo. Solo sus ojos azules clavados en

    los mos. Sent una atraccin mayor a la que haba sentido hasta

    ahora. Me di cuenta de que no parpadeaba cuando empezaron a

    escocerme los ojos.

  • Fsicamente, era el mismo tipo que anoche me intimidaba subido a su

    potente moto. Pero ahora pareca otro. Era como si el chico de anoche

    y el que ahora tena ante m, fueran dos personas distintas. Mi mente

    me estaba jugando una mala pasada. Anoche estaba oscuro, ni

    siquiera pude ver bien al extrao motorista. Mi cabeza giraba como

    una peonza. Quizs mi obsesin me haba llevado al punto de ver este

    rostro, extremadamente bello, en cualquier desconocido. Me pill por

    sorpresa como en un segundo, mi vida se haba puesto del revs. Algo

    profundo, algo ajeno a mi control, se haba puesto en marcha el primer

    da que cruzamos nuestras miradas. Ya no haba vuelta atrs. Fuera lo

    que fuese, me tena atrapada por completo.

    Me oye alguien? Beth cansada de que la ignorsemos sin ms,

    se puso entre nosotros, cegando mi visin. Dese apartarla de un

    empujn. Por qu lo haca?

    Me llamo Eric Wallace apret la mano de Beth y despus la tendi

    hacia m.

    Alargu mi mano, temerosa de lo que pudiera pasar al tocarlo,

    despus de lo que experimentaba con solo mirarlo.

    Un calor agradable recorri mi piel al contacto con la suya. Notaba el

    cosquilleo en la punta de mis dedos, donde mi sensibilidad era aun

    mayor. Fue apenas un leve roce, pero me pareci que l mantuvo ms

    tiempo del necesario mi mano entre la suya.

    Aun no se tu nombre dijo con voz suave.

    No era capaz de decir ni mu. Beth se dio cuenta de mi parlisis

    temporal y reaccion por m.

    Se llama Estela Preston y creo que ya puedes soltarle la mano.

    Solt sin ms, mientras yo crea que mi cara explotara de un

    momento a otro.

  • Qu iba a pensar de m? Pareca tonta de verdad. Pero si ya haba

    hablado con l antes Por qu me senta mareada e incapaz de

    contestar?

    Cul es tu primera clase? o que le preguntaba mi amiga.

    Djame mirarlo, acabo de llegar y no tengo muy claro el horario

    contest, mientras rebuscaba en su mochila.

    Me dediqu a observarlo con atencin. Llevaban unos vaqueros

    gastados con una fina camiseta de algodn, en tono vainilla y una

    cazadora de piel color chocolate. Su atuendo, no se diferenciaba tanto

    del resto de compaeros, pero l luca ese simple conjunto como nadie

    ms lo haca. Me regodee ante tan atractiva visin.

    Su rostro era tal como lo recordaba en mis sueos. Facciones

    equilibradas, mandbula cuadrada, nariz recta y frente despejada,

    donde unos mechones dorados, como gotas de miel, caan

    despreocupados. Llevaba el cabello ligeramente ondulado, despeinado,

    que le aportaba un toque de rebelda, de frescura. Y por ltimo sus

    ojos, azules como el lapislzuli, enmarcaos por unas espesas pestaas

    que le conferan una profundidad sobrecogedora.

    Vi aparecer una ancha sonrisa en su rostro, mientras agitaba un

    pequeo papel. Sus labios rosados dejaron entrever una dentadura

    perfecta.

    Sent una punzada de dolor ante tanta perfeccin. Yo no poda soar

    con un chico as. Beth quizs, pero yo, jams.

    Su voz era msica celestial para mis odos.

    Tengo clase de literatura con la seora Stewart.

    Estas de suerte, esa es nuestra clase tambin, vamos dijo Beth,

    que sin pensrselo dos veces, lo tom por el brazo.

  • l la miro confuso y se volvi hacia m. Yo permaneca inmvil, como

    una estatua de sal. Estupefacta por como Beth agarraba ese brazo que

    yo ansiaba tocar.

    Vienes con nosotros? su voz acaramelada pareca empaada por

    algo que no supe discernir.

    Me miraba suplicante. Acaso era el nico chico que no caa rendido a

    los pies de mi amiga? Yo estaba acostumbrada a que directamente me

    ignorasen cuando ella desplegaba todas sus artes de seduccin, pero

    en este caso no fue as. Sus ojos me hablaban. Era Beth quien le coga

    por el brazo, cosa que me haca sentir extraamente incomoda y

    molesta, pero era a m a quien miraba.

    Ya voy son como un murmullo incomprensible.

    Claro que viene o que le deca Beth , cuando deje de babear.

    Qu se supone que ests haciendo? le solt a Beth cuando nos

    sentamos en clase, alejadas de Erik.

    Intentar comerme a ese bombn? contest alzando una ceja,

    como si fuera algo tan evidente que mi pregunta estuviera fuera de

    lugar OH vamos! Estela, esta buensimo, est claro que es lo que

    quiero hacer con l, no?

    No saba por qu aquellas palabras me revolvan el estmago. Estaba

    furiosa de un modo irracional y desconocido para m. Una mezcla de

    rabia por lo que ella quera hacer, e impotencia porque yo no podra

    evitarlo.

    Djalo en paz farfull, mirando las grietas de la mesa, mientras

    notaba como las uas se clavaban en la palma de mi mano de tanto

    apretar.

  • Espera un momento, aqu pasa algo entonces su rostro se ilumino

    y empez a rerse , a ti te gusta el nuevo!

    Toda la clase se volvi a mirarnos. Me ruboric hasta los lmites de lo

    posible, mientras la profesora nos llamaba la atencin.

    Erik me miraba desde el otro lado del aula. No poda verlo, ni me

    atreva, pero perciba esa corriente invadindome de nuevo.

    Beth me pas un trozo de papel bajo el pupitre.

    T y yo tenemos que hablar largo y tendido de este tema. No te

    pienses que vas a escaparte, sin contarme con pelos y seales, que

    est pasando aqu. QUE TE QUEDE CLARO.

    Asent con la cabeza. Era lo mejor. Al fin y al cabo, yo tambin

    necesitaba desahogarme, o este mundo de nuevas sensaciones,

    acabara por volverme loca de remate.

    Por donde empiezo rumi pensativa.

    Habamos ido a almorzar fuera. Evitando as al resto del grupo, que

    seguramente nos estaran esperando en la cafetera, como siempre.

    Nos habamos sentado en el csped. Beth me interrogaba con la

    mirada.

    Qu tal por el principio? dijo con notable curiosidad Quiero

    saberlo todo, ya lo conocas? Te gusta? Tenis un rollo secreto

    entre vosotros?

    Beth, por favor, no me agobies o no te contare nada de nada. Me

    puse de pie caminando en pequeos crculos.

    Mi amiga se llevo dos dedos a los labios, indicndome por seas que

    permanecera callada.

  • No estoy liada con l, si es lo que ests pensando aunque ojala

    lo estuviera agregu mentalmente , no lo conozco, bueno ahora s,

    gracias a tu magnifica intervencin de esta maana. Solo haba

    tropezado con l un par de veces por aqu mi voz no sonaba tan

    serena como me hubiera gustado.

    Entonces qu te pasa? Nunca te has quejado por mis constantes

    flirteos, o al menos eso me pareca a m. Por qu con l te molesta

    tanto?

    Porque porque la cabeza me iba a estallar No s por qu!

    solt al fin. Y las palabras empezaron a fluir sin parar. Hace un par o

    tres de das lo vi de lejos. Estbamos en este mismo lugar, cuando t

    me preguntaste porque te ignoraba te acuerdas? Asinti con la

    cabeza. Pues el caso es que cuando lo veo, el resto del mundo

    desaparece para m. Solo lo veo a l y quiero saber, no rectifiqu

    necesito saber, que hay detrs de esa mirada que me trae loca.

    Notaba el gran peso que me oprima el pecho, ms liviano. Era todo un

    alivio expresar en palabras lo que hasta ahora, no haban sido ms que

    sensaciones.

    Madre ma! Dijo Beth transcurridos unos segundos desde mi

    declaracin. Te ha dado fuerte eh? Sabes cmo se llama eso que

    te est pasando? Flechazo, amor a primera vista sus palabras me

    atravesaron por completo Es increble! Nunca te he visto interesada

    por ningn chico. Parecas insensible a todos ellos, y ahora vas y te

    enamoras perdidamente de un desconocido, y solo con una mirada!

    Flipante.

    Enamorada? Yo? Eso es imposible no daba crdito a sus

    palabras, aunque resonaban en mi cabeza una y otra vez , solo es

    curiosidad. Quizs un poco de atraccin fsica, no voy a negarte que es

    guapsimo y todo eso, pero enamorada? Un flechazo? segua

  • atnita No, esas cosas solo pasan en las pelculas, adems yo tengo

    esta muy bien amueblada reafirm golpendome suavemente la

    cabeza.

    Creme, puedes negarlo todo lo que quieras y ms, pero t estas

    colada por el bomboncito de ojos azules, hasta los huesos mir por

    encima de mi hombro mientras hablaba, y creo que para l tampoco

    eres indiferente.

    La mir sin comprender que quera decir con eso.

    Esta en la puerta y te est comiendo con los ojos.

    Qu? Cmo? Me revolv inquieta sobre la hierba. No mires!

    Tir de ella casi tumbndola en el suelo.

    Dios mo! Es peor de lo que pensaba, ha sido mutuo.

    No sabes lo que dices repuse temblorosa.

    Mi mente intentaba ser coherente, pero mi corazn no atenda a

    razones. Senta el pulso acelerado en mi cuello.

    Solo te digo que, dara lo que fuera por que alguien me mirase a m,

    como l te est mirando a ti ahora.

  • Ansiedad

    La razn puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; slo el

    corazn nos dice lo que es preciso hacer.

    Joseph Joubert

    Las tres de la madrugada. Esto se estaba convirtiendo en una mala

    costumbre. Al menos ahora saba su nombre. Erik.

    Rememor en mi mente la imagen de su rostro, sus ojos celestes, el

    contorno de su mandbula, la curva de sus labios. Me detuve en ellos

    unos instantes. Mi cuerpo reaccion, al pensar que se sentira al

    besarlos.

    Esa simple presuncin, besar sus labios, notar el sabor de su boca en

    la ma, dispar mis hormonas y volv a sentir el fuego abrasndome

    por dentro.

    Me levant de la cama sudorosa y me acerqu al espejo de pie, que

    tena en un rincn de mi habitacin.

    Las comparaciones son odiosas. Pero no poda evitar mirarme e

    intentar adivinar que vea l en m.

    Mi fsico dejaba mucho que desear. No era para nada, un cuerpo de

    portada como el suyo. Mi cara era tan corriente como la de cualquiera.

    Aunque mi madre, no se cansaba de decirme lo bonita que era, saba

    que ella no era parcial, eso lo dicen todas las madres de sus hijos. Solo

    mis ojos, destacaban en este rostro tan mediocre. Grandes y dorados

    como la miel. Me habra gustado ms si hubiera heredado el tono gris

    de Nicole. Mi pelo tampoco estaba mal, una melena, de color castao

  • claro, caa ondulada por mi espalda. Pero era tan normal como el resto

    de mi persona.

    Nunca me haba parado a pensar en mi aspecto tanto como ahora.

    Pero tampoco poda mejorarlo. Lo mejor sera que dejar de examinar

    aquel reflejo, que tan poco me gustaba.

    Me met en la cama, aun ms confusa que antes. No quera hacerme

    ilusiones. Pero las palabras de Beth volvan a m mente una y otra vez,

    como cuando oyes una cancin y no puedes dejar de tararearla. Ha

    sido mutuo haba dicho. Sera cierto? Sentira l la misma necesidad

    que senta yo de estar a su lado? Qu pensaba cuando me miraba a

    los ojos?

    Tena que admitir que estaba gratamente sorprendida, por el supuesto

    inters que pareca tener por m. No saba que pensar. En el fondo

    haba algo raro en todo esto. l poda tener a quien quisiera, con ese

    cuerpo de infarto y esa cara de ngel. A lo mejor solo era un juego.

    Se habra propuesto conquistar a la rarita del instituto?

    Empezaba a pensar de forma incoherente. Me obligu a dormir,

    cerrando los ojos con fuerza.

    Era como una maldicin. Solo poda ver sus ojos mirndome fijamente,

    mientras luchaba por dormirme.

    Despert bruscamente al or el pitido del despertador. De nuevo el

    estridente sonido me arrancaba del mejor de mis sueos. Aun poda

    recordar con claridad que haba soado, o mejor dicho, con quien.

    Volv a cerrar los ojos, rebuscando en mi cabeza restos del sueo ya

    desvanecido.

    Estela no has odo el despertador?

    Haba vuelto a dormirme.

  • No mama, ya voy.

    Me costaba horrores moverme de la cama. Entonces me asalt un

    pensamiento, lo vera de nuevo en clase. Toda mi pereza se convirti

    en energa, imaginando el momento en que volviera a cruzarme con su

    glida mirada.

    Un ajetreo constante protagoniz este da. Tenamos dos exmenes,

    historia y lgebra. Saba que los resultados de ambos iban a ser

    nefastos. No lograba concentrarme en nada que no fuera buscarlo en

    todos y cada uno de los rostros que se cruzaban en mi camino. Esta

    ansiedad iba a acabar conmigo.

    Pero mi bsqueda fue infructfera. No vi a Erik por ningn sitio.

    Por la tarde, renov mis esperanzas mientras acuda a la clase de

    literatura. Para desgracia ma, el profesor de biologa haba cambiado

    esa hora de clase para poder informarnos sobre, no s que, de una

    excursin. La verdad es que prest poca atencin a lo que deca,

    enfrascada en mi decepcin, o ms bien ninguna.

    Vas a casa? pregunt Beth mientras recogamos los libros.

    No, hoy tengo que trabajar.

    Encima eso. No poda irme a casa y dejar que la pena se apoderase de

    m. Tena que ir al restaurante. El da no poda ser peor.

    Quieres que te lleve?

    No prefiero caminar.

    Me mir de reojo, pero no dijo nada ms. Agradec su silencio.

    Bueno, pues hasta maana concluy Beth, despidindose