winocur, rosalia - robinson crusoe ya tiene celular

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ROBINSON CRUSOE YATIENE CELULARLA CONEXIN COMO ESPACIO DE CONTROLDE LA INCERTIDUMBREporROSALA WINOCURUNIVERSIDAD IA.AUTONOMAMETROPOLITANACasa ebierteet tiempo Iztapalapa))(()slgloveintlunoeditoressigloxxi editores, a.a, dec. v.CERRODEL AGUA 248,ROMERODE TERAEROS, 04310,MXICO, D.Fsigloxxi editores, s.a.GUATEMALA4824, C1425BUP, BUENOSAIRES, ARGENTINAsiglo xxi de espana editores,s.a.MENNDEZPIDAL 3 BIS, 28036, MADRID, ESPANAA mi hijo [aoier, mi certeza dequeexiste un mundo mejorA mi padre, porel dondela palabra escritaHQ1178W552009 Winocur, RosalaRobinson Crusoeya tienecelular: la conexin comoespada de controlde la ncertumbre/ por RosalaWinocur. - Mxico: Sigla XXI: Unversidad AutnomaMetropolitana, Unidad Iztapalapa, 2009.167 p. - (Disefioy comunicacin)ISBN: 978-607-03-0119-31. Redes decomputadoras - Aspectos sociales.2. Internet - Aspectos sociales.3. Relaciones interpersonales4. Tecnologa y civilizacin. I.t. 11.Ser.cultura Libreprimera edicin, 2009DR sigla xxi editores, s. a. dec. v.eu coedicin conDR universidad autnoma metropolitana, unidad iztapalapaav. san rafael atlixco # 186col. vcentna, dei iztapalapac.p. 09340mxico, d.f.isbn 978-607-03-0119-3derechos reservados conforme a la leyimpreso en encuademacin domnguez5 defebrero.lote 8col. centro, ixtapaluca,56530 edo. deMxico25 denoviembre de2009NDICEAGRADECIMIENTOSINTRODUCCINI. LA CONEXIN, DISPOSITIVO SIMBLICOPARA CONTROLARLA INCERTIDUMBRE11. LA CONEXIN, ESPACIO DE VIDAENTRE LOS JVENESIII. LA CONEXIN, LUGAR DEVISIBILlDADY TRASCENDENCIA SOCIALIV.LA CONEXIN, MBITODE CONSUELO Y MANIPULACINDE LA BIOGRAFIAV. LA CONEXIN, ESTRATEGIA DE COHESINFAMILIARY AFlRMACINDE LO LOCALVI. LA CONEXIN, TERRITORIO DEMEDIAClNY CONFLICTO INTERGENERACIONALVII. LA CONEXIN, RECURSO DE INCLUSINSOCIALENTRELOS POBRESEPLOGOBIBLIOGRAFIA[9]111328486985105120136155162AGRADECIMIENTOSNunca me he sentido tan sola y aI mismo tiempo tan radeada en el pro-ceso de parir un libra. Pas muchas horas recluida en mi estudio o en lacasa de Tepec,donde estuve diez das prcticamente sin ver a nadie. Perasiempre estuve conectada con los que quiera y con los que me importan atravs deI Chat, el Skype, los SMS, el correo electrnico y el celular. En esared virtual de amores y afectos cotidianos me acompanaron casi a diarioCuaco, Sara, Maria Luisa y Pati. A esta ltima le agradezco muy espe-cialmente su generasidad y su compramiso con uno de los captulos.Noobstante, tengo que reconocer que la presencia tangible demihijo [avier llegando cada noche a la casa y su grito desde las escaleras-Haia ma, Lcmo va ellibra?, o demi madre compartiendo largascaminatas enTepecenlosrecreosquemetomaba, o la deGracielaescuchandocadamircoles caraa caralasangustiasdela escrituray otros tormentos existenciales, fueron, enmuchos momentos, mscontenedorasque todoslosacompafiamientosvirtuales. Moraleja:Las tecnologas decomunicaci6n e inforrnacin se han vuelto indis-pensables y omnipresentes en nuestras vidas, pero nopueden rem-plazar latibieza deun abrazo, el rocedeunacarieia, laintimidadde un beso, la ternura deuna mirada, la sonrisa de un hijo, el gestocmplice de un amigo o el placer de un encuentro inesperado.Por ltimo, quiero agradecer profundamente los comentarias y su-gerencias que Nstor Garca Canclini, Gustavo Lins Ribeira, Ral Tre-jo Delarbre y Guillermo Orazco me brindaran en distintos momentossobre algunos delos captulos, la solidaridaddeI ProfeCristin Ca-lnico quemecubriconla' docencia la semanaquemeencerrenTepec, la paciencia deGustavo Leyvacon la entrega del borrador, elapoyo de Diego Lizarazo en Sigla XXI, la confianza de Ricardo Hartequecompr el libra cuando todava estaba enpafiales, laayudadeDiego con las impresiones y la de Vero con la bibliografia.A todos,y a cada uno, gracias por suafecto,susolidaridad y suvoto de confianza.Ciudad deMxico, 23 de mayo de 2009[11]INTRODUCCINstees un libro que trata acerca de larelacin de lagente comnycorriente con la computadora, Internet y el telfono celular en la vidacotidiana. Para lo cual asume que dichas tecnologas estn presentesen el imaginaria de todos los grupos sociales -independientementedeque tengan acceso a ellas o no, y ai margen deque haganun usoelemental osofisticadodelasmismas-,simplementeporque ventelevisin o escuchan la radio, pagansus cuentas en un banco o ha-cen trmites en las oficinas pblicas, tienen un hijo en la escuela o unpariente viviendo dei otro lado de la frontera o dei ocano.La interaccin cotidiana de las personas eon estas artefactos di-gitales, hacreado un vnculo mutuamente constitutivo de nuevosnichos culturales de produccin de significado social. Estar comu-nicadosa todas horas y en todosloslugares seha vuelto unactoperentorio e indispensable. Las computadoras, el punto comen to-doslos anunciaspublicitarios ylos telfonos celulares repicandosin cesar, ya son una parte indiscernible deI paisaje de nuestros re-corridos habituales. Las marcas, los modelos y losaccesorios con-figuran nuevas estticas para vestimos, movernos y presentarnosfrentea losotros. Lasbsquedas en Internet realizadas por manopropia o por encargo, cuestionan el saber y el poder de los padres,de losmaestros, de losmdicos, de lospsiclogos, de los polticosy delas autoridades. Las redessociales on line nos vuelvenabso-lutamentevisiblesymultiplicannuestrocapitalsocial, el celularnos permite extender virtualmente loslazos protectores dei hogar,Y, desde que estamos conectados nos sentimos menos solos, y msseguros.Sin dejar dereconocerel papeldeimercado, delapublicidad yde las propias tecnologias en la generacinde estasnecesidades,sostenemosqueloqueexplicalarelevanciade supresenciaes larefuncionalizacin simblica que han sufrido en el uso cotidiano, enel sentido de queya no sloson utilizadas comotecnologas de in-formacin y comunicacin, sino que se comportan imaginariamentecorno artefactos rituales para controlar la incertidumbre, neutralizar[13]14 lNTRODUCClN INTRODUCClN 15la dispersin familiar, evitar la fragmentacin biogrfica, garantizarla inclusin y exorcizar los fantasmas de la oiredad.EI pasadoyanopuedeasegurarlareproduccindei habitus fa-miliarysocial, y el futuroestamenazadopor unmetarrelatodecatstrofesnaturalesyprovocadasporelhombrequelos medios,cual profetas dei Apocalipsis, se encargan de anunciar en todas susformas narrativas.No obstante su evidencia, el miedo no provienetanto delosdatos de larealidad como de laformaenque estos da-tosse procesan enel imaginario social y personal. Todos los miedosque padecemos cotidianamente tienen nombre y apellido: miedo aidelincuente, alainseguridad, ai desempleo, alaenferrnedad, alaseparacin, a la soledad, pero en conjunto se condensan en una ex-periencia social de miedo al"snsentido":El ms difuso de los temores es el miedo al sinsentido. Nace de un conjuntode experiencias nuevas:el stress, eI auge de las drogas, la persistencia de lacontaminaci6n, el trato agresivo y los atascamientos de trfico. Un conjuntodeirritacionesdesemboca enla sensaci6n deunasituaci6n catica. La im-presn se ve acentuada por una gIobalizacin vivida como una invasin ex-traterrestre. La vida cotidiana, acelerada a un ritmo vertiginoso por miles deafanes, una sucesin interminable de sobresaltos y unatransformacin per-manente deI entorno laboral y deI paisaje urbano, deja a la gente sin alientopara procesar los cambios. La realidaddeja de ser inteligible y aparece fuerade control.Cuel es, en medio deI torbellino, el sentido de la vida?(Lechner,2002:55).Este libra quiere dar cuenta deestas nuevos procesos decreacinde sentidos, recuperando desde una perspectiva socio-antropolgicalascondiciones sociales y culturales que hacen posible esta interde-pendencia. Estoimplicaasumircomo punto departida, quelaex-periencia con la computadora, Internet y el mvl, no slo se explicacomo un impacto directo delas mltiples posibilidades que brindansus programas y aplicaciones, sino tambin, como consecuencia deuna impronta social y cultural que encontr en dichas tecnologas unsoporte simblico ideal para expresarse. Esta impronta cultural que,entrminosdeGiddens(1996), caracteriza ala modernidadtarda,alterradicalmentelanaturalezadelavidacotidianayafectlasdimensiones ms ntimas de nuestra experiencia:Tras su reflexividad institucional, la vida social moderna est caracterizadapor un profundo proceso de reorganizacin deI tiempo y del espacio, empa-rejado con la expansi6n de mecanismos de desmembracin -mecanismosque liberan a las relaciones sociales de la influenciade los emplazamientoslocales recombinndolasatravs de ampliasdistanciasespacio-tempora-lesoLa reorganizacindeI tiempo ydeI espaco afiadidaa losmecanismosdedesmembracin radicalizan y globalizan los rasgos institucionales delamodernidad; transforman el contenido y la naturaleza dela vida cotidiana(Giddens, 1996:35).Enlaperspectivacitada, seabordalarelacincon Internet yelmvil ms ensucarcter existencial queinstrumental, corno unes-cenariosimblicoconstitutivodenuevasformasdesociabilidadyentretenimiento, corno una fuente de consuelo, como un espacio reale ilusorio para controlar la incertidumbre, como un territorioimagi-nario para fijar ellugar -en el sentido antropolgico- amenazadopor la dispersin y la deslocalizacin dei mbito domstico, y comoun recurso parasostener, acercaryreinventarlapresenciade losnuesiros y delos otros.Este librotambin asume que la apropiacin de un artefacto digitalsiempre se produce en espacios cotidianos situados en el hogar, el traba-jo, la escuela, el transporte pblico, el cibercaf, el cine, la calle, etc., siem-pre en relacin con ofros cercanos y conocidos, y siempre en alteridad conlos otros extrafios y desconocidos, aunque unos y otros estn fisicamenteausentes. De ah que en la propuesta de este libro, los sujetos -la gentecomn y corriente-, nosonabordadosal margendelassituacionesdonde hacen uso de las temologas, sino en una relacin compleja, con-flictiva y multidimensional con sus entornos afectivos, laborales, forma-tivos y recreativos, ni al margen de sus deseos, miedos y aspiraciones,anelados en diversos universos simblicos de pertenencia.Estelibrorecuperalosusosdelas tecnologasdeinformacinycomunicacin(rrc), previstos y noprevistos, deseados, indeseadoso residuales que se han popularizado en la vida cotidiana. En1978Hiltz y Turoff predijeron que para mediados delos noventa las tele-conferencias seran tan utilizadas como eltelfono enlaactualidad(1993:25).1 Cuando llegaron losnoventa, y nada pareca indicar quedichatecnologasehubiera incorporado deformageneralizadaenlavidacotidiana, se retractaronde suoptimismo, argumentandoque en susprediccionesnohabantenido en cuentaelfactordela"inrcia social", entendida como la resistencia, o la subutilizacin de1 Citado por C. Hine, 2004:13.16 INTRODUCCININTRODUCCIN 17las posibilidades delasTIC en la vida diaria. EI malentendido surgecuando lapresencia delas TIC endiversossectores delapoblacinsemidesegn susposibilidadestecnolgicasy no segnsususoscotidianos:Necesitamos distinguir entre la lgica dei ingeniero quedisefia la tecnologayla lgicadequien la usa[... ] Lo mscomn estomarla lgicadelnge-nieroypredecir quelatecnologa puedehacera, b, c, d. Muchas deesasprcvsonesresultaronerradas[... ] Y unadelascausas principales esquequienes usanlas tecnologas tienensuspropias lgicas. EI resultado es unaespecie dehbrido quecombina capacidades tcnicasylgicassociales delos usuarios (Sassen, 2006:5).El hecho de que las personas usen las TIC para fines "no previstos"y de una forma "no prevista" o "indeseada" por los programadorese ingenierosinformticos, noimplicanecesariamenteunasubutili-zacindesuspotencialidadessinolaadecuacindelasmismasasituaciones sociales, culturalesyafectivas altamentesignificativaspara diversos grupos e individuos antes dela !legada a sus vidas deestas tecnologas. Ya lo deca el genial De Certeau en los afies ochen-ta refirindose a las artimafias de losconsumidores para marcar suspropias trayectorias deI deseo sobre los objetos en lostemplos racio-nalistas deIconsumo:Productores desconocidos, poetas de sus asuntos, inventores de senderos enlas junglas de la racionalidad funcionalista, los consumidores producen algoquetienela formade"trayectortas"[... 1trazan"trayectorias indetermina-das", aparentemente insensatas porqueno son coherentes respectoal espa-cio construido, escrito y prefabricado en quese desplazan [... ] Pese a tenercomo material los vocabularios de las Ienguas recibidas (el de la televisin,el dei peridico, el deI supermercado o el de las disposiciones urbansticas),pese a permanecer encuadrados porsintaxisprescritas(modos temporalesde horarios, organizaciones paradigmticas de lugares, etc.). estos atajos si-guen siendo heterogneos para los sistemas donde se infiltran y donde bos-quejan las astucias de intereses y de deseos diferentes (De Certeau, 1996:41).En ese sentido parece que lasTIC, ms que cambiarle la vida a laspersonas, sufren las consecuencias de loscambias que stasrealizanensus "usos previstos", para volverlas compatibles conSUBtrayec-torias biogrficasysus sistemasde referenciassocioculturalesenel marcodelavidacotidiana. Ennuestroentender, el factor dela"inrcia social"noesunfenrneno residual sino centralen la com-prensindei impactodelas TIC enlavidacotidiana. Losestudiosincluidos enla redWIP,' que tienen por objetivo describir, analizar ycomparar el acceso, el uso y la apropiacin deInternet en 20 pasesde Amrica, Asia y Europa, confirmaron que Internet no ha modifi-cado sustancialmente la vida de las personas. En el caso de Chile, lared no parece alterar los vnculos Badales ya existentes, ni el niveI decompromisoyparticipacin con losgruposdepertenenciareligio-sos, deportivos, comunitarios (Godoy, 2005). Asimismo, lasTIC pare-cen reforzar ciertos usos sociales propios de la edad y de la actividadde laspersonas previos a la existencia de Internet o que segestaronparalelamente en el mundo of!-line (Welman, 2001).Detodos loscontextos situacionales de consumo de Internet y elcelular, hemos privilegiado el mbito domstico conSUB extensionesvirtuales. En el enfoque dado a este trabajo el mbito domstico y fa-miliar es clave para comprender la apropiacin de estas tecnologas.EI hogarestableceunamediacinfundamental decarcterprcti-co, afectivo y simblico en la apropiacin deInternet y dei telfonocelular. Constituye un entramado derutinasdomsticas yconexio-nesmediticas, devnculosfamiliares y redes virtuales, decierresy aperturas on line y of! fine, dedisputas y alianzas por el control delos "nuevos" y "viejos medias", de encuentros y desencuentros en elespacio virtual y en el espacio real, de proyeccin hacia lo pblico yrepliegue hacia lo ntimo, y detensin entre proyectos individualesy tradiciones familiares:"Desde el punto de vista dei uso de lasTIC,lafamilia espor lo tanto un lugar de tensin entre prcticas indivi-duales y colectivas, entre construccin de uno mismo y construccindel grupo"(Flichy, 2006:34).EI hogar sigue siendo central, real e imaginariamente, para orga-nizar cotidianamente el rosario de certezas familiares.El hogar es elpunto de partida y de retorno, incluso para aque!los que migraron, yen ese sentido el celular, que 99% de los migrantes poseen, contribu-ye imaginariamente a fortalecer la idea de que el ocano o el desiertonose han interpuesto entre los amantes ni han quebrado la cohesinfamiliar.Por ltimo, el hogar tambin es un escenario clave para compren-2 WIP (WorldInternet Proyect). Proyecto internacional coordinado por el Center forthe Digital Puture de Estados Unidos, cuentacon vente pasesafiliadosen Europa,Asia y Amrica. (Vase http://www.digitalcenter.org)18INTRODUCCININTRODUCCIN 19derel proceso dereorganizacin simblica deI poder queprovocanlos conflictos intra e intergeneracionales por la apropiacin de las tec-nologias deinformacin y comunicacin (nc) en el senode las fami-lias. La bibliografia sobre las diferencias generacionales enlos usosy apropiaciones delasrrc, ha privilegiado analizar el fenmeno enunaperspectivacomparativaperoaislandolaexperienciadeunageneracin conrespecto a la otra. Existenestudios quesirven paraestablecer comparaciones entre lo que unos y otros hacen con la red,o, msbien, entrelo"que unos pueden hacer"yloque"otros nopueden hacer", pero nose abordan estas diferencias enel marco dela relacin cotidiana entre los padres y los hjos, entre los maestros ylos alumnos, entre los jefes y sus ernpleados, entre los ciudadanos yel Estado, entre los que tienen acceso y los que no lo tienen. Ni tam-pocoson pensados como espacios de negociacin y conflicto, que esdonde dichas diferencias se construyen y se legitiman como propiasde cada segmento social, cultural, degnero, o generacional.Muchasdelasdiferenciasdegnero ygeneracionalesqueseleatribuyenal usode lasnuevastecnologias, particularmenteenelcasodeInternet, enrealidad se han venido gestando enlas ltimasdcadas con la crisis de la familiatradicional, los procesos de desafi-liacin institucional y las transformaciones en el tipode habilidadesycompetenciasrequeridasparalaincorporacin aImercadolabo-ral. Loquehicieronlasnuevastecnologiasesponerenevidenciaalgunos de estos cambios en contextos de interaccin y dependenciatecnolgicos totalmente nuevos. Noes la tecnologia ensi misma laque marca los lmites y los quiebres entre el mundo delos adultos yel de los jvenes, sino el alcancey el sentido de la experiencia con latecnologia dentro delos confines deI universo prctico y simblicode cada generacin.En la perspectiva planteada, la estrategia metodolgica noapun-ta inventariar slolasprcticas deconsumo, lasmodalidades deinteraccin, o las competencias y habilidades delos usuarios dentroy fuera deI hogar, sino a tratar deentender desde el punto devistasimblico qu aspectos de la cultura contempornea habran encon-trado un nicho desentido enel uso cotidiano y persistente deestasnuevas tecnologias, particularmente en el caso deitelfono celular apartir dereconstruir la experiencia delos sujetos.Laspreguntassobrelossignificadosdelaexperiencia deincor-poracin de las nuevas tecnologas en la vida cotidiana, nos remitennecesariamente a la cuestin de los imaginarias y las representacio-nes sociales deIgrupo,yaque stas intervienen directamente enlaconformacin deI imaginario prctico y simblico sobre las nuevastecnologias. Dan Adaszko define el imaginaria tecnolgico como: "[ ... ]el entramado de imgenes e ideas que el hombre se hace acerca de latecnologa y de su vnculo con ella; un conjunto de representacionesque conforma un determinado orden y dasentido a la relacin deIhombreconel restodela sociedad y conel universo que lorodea[... ] elimaginariatecnolgicoconllevaunacosmovisindei mun-do"(1999:61). Enesteenfoque asumimos que el usodetecnologiascomo Internet o el celular no es la relacin pragmtica con unobjeto,sino con el universo de representaciones culturales con las cuales esatecnologia se articula en la vida delas familiasdediversa condicinsociocultural:Internet es un objetoque seapropia en un universo relaciona! donde otrosobjetos, espactos y prcticas lo "resignifican" [... j lo que ocurre eon Internetestenrelacintantoconel usodel objetocomo conlossignificados conloscuales serepresenta. UsarInternet esa la vez unaoperacin prcrca einterpretativa (Cabrera Paz, 2001:42).El punto devista que hemos asumido para plantear el problemadelasrepresentaciones sobre lasnuevastecnologasy suprobableinsercin enlos mbitos locales, tambin nosoblig a replantearnosel estatus de lo local. ste ya no puede ser pensado slo vinculado aIterritorio y a la vida social y productiva dela cornunidad, sino quees necesario concebirlo en relacin con los flujos mediticos y migra-torios, no en el sentido de que el territorio desaparezca ni pierdasuimportancia sino en el sentido decmo se reconstituye en el entre-tejido delasrelaciones virtuales y cara a cara. Enesta perspectiva,lo local se entiende como: "Algo primariamente relacional y contex-tual, en vez de algo espacial o una mera cuestin de escala [... ] comouna cualidad fenomenolgica compleja, constituida por una serie derelaciones entre un sentidodela inmediatez social, lastecnologasde la interaccin social y la relatividad de los contextos" (Appadurai,2001:187).En el enfoque metodolgico asumido en nuestras investigaciones,la computadora, Internet y el celular fueron conceptualizados comoartefactosculturales(Hine, 2004:43). EUa implicreconstruir el sen-tido quetienenparasususuariosprivilegiando para suestudioel20 INTRODUCCININTRODUCCIN 21tipodeapropiacinprctica ysimblicaquerealizan en contextosyrealidadessocioculturalesdiferentes. "Es fundamental tratarlastelecornunicaciones, y lascomunicaciones mediadas por un ordena-dorcomo entramados defen6menoslocalesycomoredesglobales.Bien sea entre rotinas locales cotidianas y concretas, o entre agendasdiarias de 'espectculos de danzas', Internet adquiere su forma entrelos usurios"(Shields, 1996:3).3Cuandohablamosdeapropiaci6n nosreferimosaIconjuntodeprocesos socioculturales que intervienen en el uso,la socializacin ylasignificacin de las nuevas tecnologas en diversos grupos soco-culturales. Si adecuamosladefinici6n de Thompson(1998:66), quefueconcebida originalmente para losmensajesmediticos, podra-mos compartir con l la idea de que apropiarse de una tecnologa deinformacin ycomunicacinconsiste en tomar sucontenidosigni-ficativoyhacerlopropio. "Cuando nos apropiamos de unmensajelo adaptamos a nuestras vidas y a los contextos en que vivimos, unproceso que algunas vecestiene lugar sin esfuerzo, yotras suponeun esfuerzo consciente [... ] AI interpretar lasformas simblicas, losindividuaslas incorporandentrodesu propiacomprensindesmismos ydelosotros. Lasutilizan como vehculo parareflejarse as misrnos y a los otros, como base para reflexionar sobre s mismos,sobrelos otrosysobreel mundoaIcual pertenecen" (Thompson,1998:66).Ennuestras investigaciones sobre Internet yel celular en la vidacotidiana, lo virtual alude a los vnculos que se sostienen en el ciberes-pacio(online), y, lo realo presencial, aloscontactos cara a cara enel espacio fsico (of! /ine). Sin embargo, noignoramos la complejidadte6ricayepistemol6gicaqueencierraladefinici6ndeestostrmi-nos. No esobjeto deeste libro darcuenta de dichacomplejidad ensusdiversasvertientesfilosfica, antropolgica ysociolgica, peranopodemos dejar de mencionar que la virtualidad en lasrelacioneshumanas no se inici con Internet, ni tampoco obviar el hecho de queInternet nodeja de ser una experiencia "real" enla medida que estproducida por sujetos reales desde los espacios concretos de su vidacotidiana, yquetieneefectostangibles enlavidasocial, polticayecon6mica de los individuos y grupos que la utilizan, y tambin en-tre aquellos que notienen acceso. Encualquier caso, esconveniente3 Citado por Cristine Hine ensutexto Etnografia virtual, publicado por ucc, 2004,Barcelona, p. 43.precisar un poco ms el sentido de lo virtual y lo real en relaci6n connuestro objeto de estudio para nocaer en una sobresimplificaci6n dela utiJizaci6n conceptual de los trminos:Larealidad virtual ahora existe en un mundo "paralelo", on tine. una espe-ciedeuniverso hiper-posmoderno donde tiempo, espacio, geografa, iden-tidades ycultura tienen otras dinmicas l ...] 5in embargo la cuestin delavirtualidad esmucho ms compleja yprecede a la existencia delas nuevastecnologasdecomunicacin ydereproduccindeimgenes delsigloxx.La sensibildad a la virtualidad apunta a algo ms profundo que una modapasajera provocada por unaalatecnotpica. Es unacaracterstica humanageneral, implicada en el uso del lenguaje, pues somos capaces de ser trans-portados simblicamentehaciaotros lugares, imaginarlo que no est aquy, msan, somoscapacesdecrearrealidadesapartirdeestructuras quesonpurasabstraccionesantesde volversehechosempricos(LinsRiveiro,2003:179).Tambin asumimosquelo"real"ylo"virtual", considerados enrelacin con la experiencia de la comunicacin familiar, pane de ma-nifiestoladificultaddeanalizarJoscomomundosparalelos enloscuales se est, o se deja de estar, mediante el procedimiento mediadopor latecnologa de conectarse ydesconectarse. Entre ambos mun-dos existe unamultiplicidad de referencias materiales ysimb6licasen la vida cotidiana y en los medios de comunicaci6n que los imbri-can ms all de que la computadora est encendida o apagada:nose puede decir que Internet semanifieste directamente como un espadadeflujos, n que la conectividad trascienda toda forma delocalidad [... ] lasmltiples especialidades coexisten, manteniendo su significado social segnlascompetendas culturales delos usuarios. [... ] A travs deestos procesos,los eventos presenciales se logran representar en Internet consentido, y lasmanifestaciones enlaredse traducen al mundo fsico, por ejemplo a travsdelos medias de comunicaci6n (Hine, 2004:142-143).Ytampoco podemos ignorar que la incorporaci6n de cualquier me-dia o gnero nuevo de comunicacin, siempre ha estado mediado porexperiendas anterioresy, tarnbin, con otras tecnologas por los ima-ginarias sodales que establecen usos, sentidos y prescripciones sobreel uso de la tecnologa aun antes de que su uso se generalice, corno esel caso concreto deInternet:22 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 23Nuevos medias se construyen sobre loscimientos de losviejos. No surgenplenamente desarrollados o perfectamente formados. Nuncaresultaclaro,tampoco, cmo se institucionalizarn y utilizarnY,menos an,quconse-cueneias tendrn para la vida social, econ6mica o poltica. Las certidumbresde unatecno-lgica [... 1no producen su equivalente en los reinosde la ex-periencia (Silverstone, 2004:43).Con el objetivo de mostrar diversas experiencias de incorporacin,socializaci6n y apropiacin de las nuevas tecnologas de informaciny comunicacin entrela gente comn ycorriente, el libro presentasiete captulos y un Eplogo. Cada uno de loscaptulos desarrollarun caso significativo deapropiaci6n situada de lacomputadora, laInternet y el telfono celular entre diferentes actores sociales y en di-versos mbitos de la vida cotidiana seleccionados de investigacionesrealizadas desde una perspectiva socio-antropol6gica entre losaftas2003 y 2007. Aunque todos loscaptulos se inscriben desde el puntode vista te6rico en la propuesta deanlisis y reflexi6n incluida en lapresente introduccin, pueden ser ledos por separado sinqueestoafecte su comprensin.CAPTULO I. LA CONEXIN, DISPOSITIVO SIMBLICOPARA CONTROLAR LA INCERTIDUMBREEste captulo argumenta que encondiciones sociales de amenaza O deprivaci6n, realesO imaginarias,lasfamliastienen dificultades paraelaborar elduelo delaseparaci6n de susmiembros. Enlamaftanatemprano toda la famlia se desplaza a su trabajo o a otras activida-des, en muchos casos tambin la madre que se ha incorporado plena-mente al mercado laboral. La nica certeza cotidiana es el momentodesalir delacasa, pero de ah en adelante, realyfantasmag6rica-mente, cualquier cosa puede ocurrir. El trfico, la inseguridad que seha instalado como una sombra siempre acechando nuestros pasos, yel aumento de los tiempos requeridos para trasladarse, provocan unasensaci6n de desamparo e incertidumbre. El telfono m6vil es clavepara mantenerlacohesi6nimaginariadeestasespaciosfamiliaressegurosdonde habitan nuestras certezas, cuando nos cubre bajo elmanto protector deestarsiempre comunicados con"losnuestros".En la mayora de las ocasiones no lo usamos para ampliar nuestrasredes deconocidos o entablarnuevas relaciones, como sucedeconInternet, sino para no perder el contado con los nuestros, Ufi circuitode afectos y reconocimientos mutuos que excluye a los otros.CAPiTULO11. LA CONEXIN, ESPACIO DE VIDAENTRELOS JVENESEste captulo aborda larelaci6n de losj6venes con lasTIC, como unmbitodeexperiencias queradicalizan el sentidovital que ha ad-quirido en su vida el hecho de estar comunicados con todos, a todashorasyentodosloslugares. Lamaneracomolos j6venes hanin-corporado Internet y el celular en sus vidas, con entradas y salidassimultneas entre losmbitos of! line y on line, nos habladequelaparticipacin enambosmundosseintegra en laexperienciacoti-diana deI hoy, en el trnsito permanente entre el adentro y el afuerade lacasa, en las diversasformas de ser y habitar en lasciudades,y en distintos mbitos pblicos yprivados, cuya localizaci6n no seubica necesariamente dentro y fuera dei hogar. La intensa experien-ciadesocializaci6n digitalnosustituye aI mundo"palpable"sinoque cabalga sobre el mismo.No dejan de estar conectados a la red,aunque hayan interrumpido laconexi6n fsica, y no dejan de estarconectados con el mundo real, aunque estn fsicamente conectadosa la red.Este captulo tambin desarrolla la idea de que Internet y el m6vilconstituyenunaplataformasimb6licacompensatoriaysustitutivade la falta de poder real de los j6venes en la vida cotidiana. Frente alasdificultades de inclusi6n que les plantean la mayora de lasins-titucionestradicionales, particularmentelasqueserelacionanconla formaci6n, el empleo y el acceso al poder, los j6venes generan es-trategiasf1exiblesym6vilesdeinclusi6nenlos escasosmrgenesquelesbrindanlos circuitosformales, perofundamentalmenteenlos circuitos informales que generan ellos mismos, donde Internet seha vuelto un espacio privilegiado.24 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 25CAPTULO IJI. LA CONEXIN, LUGARDE VISIBILIDADY TRASCENDENCIA SOCIALLa creciente importancia deInternet enla vida personal y social delosjvenes, est transformandolosmodostradicionalesdesociali-zacin yparticipacin, pero nonecesariamenteenladireccindedesaparecer o de ser remplazados, sino en la ampliacin deSUB posi-bilidades o en la modificacin de sus sentidos. Uno de ellos es que lared ha transformado el sentimiento de soledad y de aislamiento quecorresponda a la mitologa de la isla de Robinson Crusoe. Siguen te-niendo mucho miedo a la soledad, como lo sefalaron la mayora denuestros jvenes entrevistados, pero el que est aislado y marginadoya no es necesariamente el queno tiene gente a su alrededor sino elque est desconectado.La clave que explica lo trascendente que seha vuelto estar visible, radica en lo amenazadora que resulta la invi-sibilidad. En trminos de visibilidad social lo que no puede ser vistoen los medios o subido a la red noexiste, y eso lo saben muy bien losmovirnientos sociales y polticos, las minoras tnicas y sexuales, losgrupos musicales y por supuesto los jvenes.Lascomunidades virtuales, lasredes sociales on Iine yel celular,sehanlegitimado, comonuevasformas deinclusinsocial. Enelfondosetratadeunabatallaporforjar unaidentidadcuyosignoms distintivo es garantizarlainclusin y el reconocimientoenelmundodesus vnculossociales, El temora ser excludo noesunrasgo distintivo de los jvenes, todos los seres humanos desde Adny Evacompartimos el temor de ser expulsados dei paraso,pero enel casodelos jvenes "ser, o no ser partedealgo" y ser aceptado orepudiado por "formar, o noformar parte de ese algo" es una marcafundamental en el proceso de construccin de la identidad tanto online como Df! line.CAPTULO IV.LA CONEXIN, MBITO DE CONSUELO Y MANIPULACINDE LA BIOGRAFAInternet yel telfonocelularson unapoderosafuentedeconsue-lo disponible, permanente e instantnea, para aliviar el sufrimientosocial y personal que provocan las enfermedades fsicas, los padeci-mientos psquicos, las adicciones, la estigmatizacin, la amenaza dedisolucin familiary elriesgo de fragmentacin biogrfica.Necesi-tamosconsueloporque lasfuentesque tradicionalmentenosbrin-dabancertidumbres estn erosionadas real e imaginariamente. EIvnculo social que permita integrar nuestras biografas en un imagi-nario colectivo e histrico de pertenencia se hafragmentado y debi-litado. Los relatosquetradicionalmente organizaban el sentimientode pertenencia a comunidades imaginarias corno la nacin, la patria,o elsernacional, han menguado sucapacidad de cohesin frentealos embates de la globalizacin. Lo mismo sucede con lasinstitucio-nestradicionalescornolafamlia, laescuela, la colonia, el trabajo,elsindicato ylospartidospolticos, que yanoson lugares eviden-tesde integracin e identificacin. Internet y el telfono celular nosbrindan laposibilidadderecrearynombrarpermanentemente losvnculos familiares, creando realidades paralelas donde se multipli-can los escenarios quenos confirman una y otra vez que existimosy quelosotrosexisten para aliviarel sinsentido que nos provoca laincertidumbre. En esosescenarios virtuales la identidad y el cuerpopueden ser objeto derecomposicin, ylabiografa, amenazadadefragmentacin y dei sin sentido (Lechner, 2002:55) puede recuperar orehacer su sentido individual y social.CAPTULO v. LA CONEXIN, ESTRATEGIA DE COHESINFAMILIARY AFIRMACIN DE LOLOCALEn este captulo se sostiene la idea de que Internet y el mvil han sidoincorporados en el hogar porque sirven fundamentalmente para sos-tener y reforzar el mbito de lo localy la comunicacin en el mbitofamiliar extenso. Cuando las parejas, o los padres e hijosse encuen-tran separados, enocasiones enla misma ciudad, la utilizacin deltelfonocelular, dei correoelectrnico, deiMessenger, deSkype, lawebcam y otros recursosinformticos, recreanunhogardesterrito-rializado, queno obstante estfincado en espacios fsicos concretos,conocidos e ntimos. A pesar de las diferencias de horario y los milesdekilmetros quelos separan, comparten las rutinas e intimidadeshogarefas de un lado y deiotro. El espacio para encontrarse no es elinrnenso ocano informtico atemporal y deslocalizado, sino el espa-26 INTRODUCCION INTRODUCCION27cio conocido y acatado dela casa, la mesa, la recamara o la sala quecompartieron en muchas ocasiones cara a cara.Los escenarios donde sedesarrolla la comunicacin familiar hantrascendido con mucho a los espacios domsticos y fijos enclavadosenlo local. Ahora se produce en lugares cambiantes, en movimientoyrompecon todaslasdefinicionesdecarcter formal queestable-canlos lmitesdeloqueeraunactoprivado, familiar, ontimo,respecto a uno pblico, laboral, escolar o institucional. No obstante,elcentro regulador ygravitacional de estas "privacidades nomdi-cas" (Aguado y Martinez, 2006) que se ejercen en el espacio pblico,sigue siendo el hogar sedentario, y todavia, en muchos casos, bajo elcobijodela madre.CAPTULOVI. LA CONEXION, TERRITORIO DE MEDIACIONY CONFLICTO GENERACIONALEstecaptulo explica cmo laincorporacin deInternet yel telfo-nocelular en el hogar han inaugurado una nueva clase de alteridadque se expresa generacionalmente. Lashabilidades informticas deloshijos versus lasdificultades de lospadres, estn generando nue-vasformasde extrafiamiento en lavidafamiliar. Enlamayora deloscasos la iniciacin de los adultos mayores de 40 afios en Internetfuepropiciadaporloshjos, aquienesrecurrenpermanentementeparasolicitar ayuday"paciencia". Este fenmenodeinversin dela autoridad, quetambin es habitual enlas escuelas, provoca situa-ciones inditas detensin y reorganizacin simblica del poder enla familia, que no sloafecta ellugar dei conocimiento sino tambinlos cdigosmoralesynormativosqueregulabanlacomunicacindomstica. Lospadresal misrnotiempoquereconocenSUBventa-jas, sesienten inseguros y amenazados, porque a sus ajasInternety el telfono celular aparecen como mundos autorreferentes que nonecesitan desuintervencin para adquirir significados para los j-venes. No sloque ya no pueden calibrar ni controlar la calidad y lacantidad de lo que ven sus hijos,sino fundamentalmente no puedeninculcar ni dominar el sentido dela experiencia. Internet y el mviltambinintroducen"extrafios"en elhogarqueescapan al controlclt 101 padres, estes extrailos (conocidos o desconocidos) queestnenla red conSUB hijos en espacos y tiempos inaccesibles, provocanreceIos y fantasas de exclusin.CAPTULO VII: LA CONEXIN, RECURSO DE INCLusrN SOCIALENTRE LOSPOBRESEn realidades sociales como la de Mxico, marcadas por la desigual-dad, lapobrezayprofundasdiferenciassocioculturales, establecercul es la forma de apropiar y usar las nuevas tecnologias de comu-nicacin, pasanosloporlapreocupacinacercadel acceso, sinotambinpor el reconocimientode"racionalidadesculturales" noconvencionales (Cabrera Paz, 2001:42). En este contexto dereflexinelcapitulo aborda el problema de lascondiciones en lasque se rea-lizan losprocesos deapropiacin socioculturales apartir delasre-presentacionesque tienenlos sectorespopularesacercadeIuso ylas posibilidadesdelas nuevastecnologiasdelainformacinylacomunicacin, y decmo estas representaciones inciden enla reor-ganizacin dclespacio domstico, lasprioridades deconsumo y lasestrategias de inclusin social.Entre lospobres, la representacin social sobre losusos y posibi-lidades de la computadora se construye fundamentalmente sobre labase de laexperienciasocial de ladesigualdad en el acceso aotrosbienes culturales, donde muchas otras formas de "no tener acceso"contribuyen a configurar el sentido primordial de esta nueva formadenoteneracceso. Las familiasdesectores populares estn incor-porando las nuevas tecnologas decomunicacin e informacin conel objetivo de evitar la exclusin desus hijos dei circuito educativoyaumentarsusposibilidadescompetitivas enel mercadolaboral.Lospadres, por lo general, nomuestran mucho nters en aprenderni lasconsideran socialmente relevantes entrminos desumundocultural, social olaboral. Ladecisindegenerar unaestrategiadeahorrooendeudamiento paraadquirir, primero una computadorayluegounaconexinaInternet, serelacionacasi exclusivamenteconla expectativa de que estas tecnologias apoyen laaspiracin demovilidad social depositada en los hjos, que sigue pasando princi-palmente por el ingreso a la universidad.LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 29CAPTULO I. LA CONEXI6N, DISPOSITIVO SIMB6LICOPARA CONTROLAR LA INCERTIDUMBREJEn estas momentos la mitad de la humanidad tiene un telfono m-vil?ydelamitadrestantemuchosaspiranaposeerloparapodercomunicarse con los suyos que migraron al otro lado deI ocano,"osimplemente conlos que viven a diez cuadras a la redonda. Estaas-piracin, trasciende la pertenencia de clase,la inclinacin sexual, lasdiferencias degneroygeneracionales, el grupo tnico o elcapitalcultural. La pregunta derigor que se nos plantea es: (qu fuelo quelo volvi tan necesario e imprescindible??Enelcineanteriora losnoventaeramuyhabitualver a lospro-tagonistas con un cigarrillo enlos dedos o enloslabios enlas situa-ciones deespera, deplacer, de nerviosismo, de tristeza, de terror, de1 Este captulo esunaversinampliadaymodificadadei artculodeI mismonombre que public larevista electrnica Alambre, dirigida por Anibal Ford, ensuprimer nmero de marzo de 2008.2 Datas proporcionados por laUIT de diciembre de200S, indicaban que en estasmomentos3 300millones depersonastienenaccesoaunmvil. 10 cual significaque sar;;, de la humanidadest conectado de algunaformaa travsdeuncelular.Fuente: Unin Internacional de Telecomunicaciones (UIT).3 Enfrica muchas aldeas secomunican con sus parientes que migraron a Eu-ropa a travs de un solo aparato.4 Se entrevist a losmiembros de20 familias de la ciudad deMxico dediferen-tecomposici6ndomstica. Enel casodei celular las familiasfueronseleccionadasatendiendoalcriterio fundamental de que todossus miembrostuvieran un celulary 10utilizaran habitualmente para comunicarse. Estadecisin se tom envirtuddeque las variables socoeconmicas clsicas noconstituyen categorias relevantes paraexplicar el fenmeno enestudio a partir delos interrogantes que orientaron la inves-tigacin: lPor qu se ha vuelto tanperentorio, indispensable y trascendente, estar co-municados a todas horas y entodos los lugares?, lqu fue lo quevolvi al celular tannecesario e imprescindible? La entrevista estaba organizada en bloques temticos di-rigidos a losdistintos miembros dela famlia. donde se recababan sus motivacionespara usar el celular y se les preguntaba por lasmotivaciones delosotros inte?"rantesde la familia. Tambin se les preguntaba en tercera persona en abstracto. Por ejemplo,lpor qu creesquealgunas personas no queren usar celular? Era una entrevista muycentrada en indagar la fuente de sus certezas e inseguridades, de sus temores existen-ciales y cotidianos, y explorar en qu medida la posibilidad imaginaria de neutralizaro exorcizar estos temores se asociaba con el usodeI celular.[28]nostalgia, de transgresin, de furia, de incertidumbre, de tensin, deantesalaodeseduccin.A partir delosnoventa, loque portan lospersonajes conmayor compulsin yadiccin esuntelfono mvil.Como dice el escritor javier Marias: "Alguien debera poder explicarpor qu provocan tanta adiccin como el denostado tabaco, y muchams incontinencia"(2006:106).Es probable que las campanas antitabaquismo, cada vez ms agresi-vas y estigmatizadoras dei fumador hayan hecho lo suyo, pera el rem-plazo del cigarro por el mvil norepresenta una simple sustitucin deun ansioltico nocivo para la salud por otro -que al menos no producecncer-, sino que comporta una alta carga simblica que es.preciso des-entrafiar. Yesta nos !leva a preguntar: (Por quse ha vuelto tan peren-torio, indispensable y trascendente, estar comunicados a todas horas yen todos loslugares?, (quterrores,fantasmas, ansiedades ydilemasno resueltos -individuales y colectivos- estamos depositando en esospequenos aparatos, que clonan nuestras voces,amplan nuestros sen-tidos, extienden nuestroscuerpos ysiempre llevamos empufiados enlas manos?, Lqu fragmentos dispersos desentido en nuestra vida co-tidiana estn completando o anudando?; (qu espacios vulnerables denuestra fisonoma estn deificando?; (qu fantasmas dela otredad es-30 LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO31tn cubriendo bajo el manto protector que nos brinda el hecho de estarsiempre comunicados con los nuestros?; Lqublsamo de certidumbresdomsticas nos proveen en cada repiqueteo mando suenan en la des-esperacin dei trfico, la circularidad de la fila, la impotencia frente a laventanilla, o el anonimato de nuestros gestos y palabras en la muche-dumbre?; Lqucordn umbilical restablecen entre los que se quedan encasa y los que transitan en las selvas citadinas?; (qu actos rituales estninaugurando o reforzando en las nuevas y viejas tribus urbanas?Suele mencionarse ai reloj como analogia deI celular para marcarsucarcter de imprescindible, pero en el caso deI celular lo que por-tamosesalgo muchomssignificativoquelapersonalizacindeItiempo en espacios deslocalizados. Cuando alguien deja olvidado sureloj en casa se queja deque "ha perdido la nocin deitiempo", perocuando alguien deja olvidado sucelular lo que siente es:Ando por la vida histrica. [Andosintelfono!jEstoy desesperada! [..J ivro delcelular! (Elizabeth, 27 anos, odontloga).Se me va la vida, tengo que regresar porl (Claudia, 25 anos, empleadaenSKY).Me siento desprotegida(Guadalupe, 51 anos, directora deescuela se-cundaria).jAy!, siento como si notuviera nada l ... 1aparte de quemesirve para lahora sientocomo si mefaltara algo, yocreo queya sehavueltomuy esencial el celular (Eric, 24afias, empleado en una vinatera).No puedo salirde casa sinel celular, mesiento como si estuviera desnuda, escxtmiiala manera enque ese pequefio aparato se volviimprescindible para mi vida diaria(Martha, 49 anos, psicloga, directora de primaria).En enero de2009 sali una noticia en elportal de Yahooque na-rrabalalamentable experiencia deun joven de26 anos en el banode un tren que viajaba de la Rochelle a Pars. AI tratar derescatar sucelular, que se cayaccidentalmente, se le qued atrapado el brazoen el excusado. Fue necesario que el tren se detuviera, y que los bom-beros se lo llevaran a un hospital deurgencias contodo y excusadoatorado en su brazo. LAlguien puede imaginarse un actosemejantede arrojo en un inodoro pblico para otra cosa que no sea recuperaruncelularounavaliosajoyaherenciade nuestratatarabuela?LanoticiadeI desafortunadopasajeroy el testimoniodenuestrosen-trevistados, nos hablan claramente deque la relacin adictiva con elcelular no puede explicarse nicamente como un efecto nocivo de lasnuevas tecnologas de comunicacin en nuestras vidas.Las ofertastecnolgicas en su multiplicacin exponencial, ofertan a laspul-sonesamplias yfuertesfantasas derealizacin. A la mayona delossereshumanos los dominaimpetuosamente lavoracidad, eI mirar disecante, laescucha deloqueselesrehye. Enlos labios sesostienenel ctger-tllo, elporro, el paco, el mate, las bebidas alcohlicas y azucaradas. En losdientes.la masticacin devoradora, siempre excesiva o inhibida. La narizaspiralacocana. Comopuederelatar cualquierhabitantedebarrio, pueblochico,casitadevillaoedificiodedepartamentos, la miraday eI odocurioseanfilosamenterasgos delos prjhnos ydelosotrosengeneral. A todas esaspulsiones les dan nuevo alimento las nuevas tecnologas. EIsobrepeso de suconsumo es asf resultado de cmo se articulancon la redpulsional que, a lavez que nos energtza. nos esclaviza (Rodrguez, 2007).Noesslo un sndrome deabstinencia digital loque sufren susposeedores cuandolopierden oloolvidan, sino untraumadese-paracin, unaangustiade desconexin, y unaamenazadeexclu-sin. Giddens(2000) nos ofreceuna explicacin interesante, dondela adiccin a las nuevas tecnologias podra actuar, ai igual que en elcaso de otras adicciones, como un recurso de sustitucin para afron-tarla orfandad en la que nosdejael quiebre delas certezas que nosprovean los grandes relatos colectivos que le daban sentido a nues-tras biografas individuales y que tambin encamaban en el pasadofamiliar. La adiccin, enesesentido, nosdiceGiddens, es sintom-ticadela"autonoma congelada", entendida como la dificultad deejercer losmrgenes deautonoma quenoshabilit la modemidadpara independizamos de la tradicin,y asumir la cuotaderiesgo eincertidumbre que lleva implcita como una impronta cultural.Una sociedadquevive ai otroladodela naturaleza ydelatradicin[... ]exige tomar decisicnes, tanto en la vida cotidiana como en el resto de las es-feras. Ellado oscuro de eso es el aumento de las adicciones y compulsiones[... ] Como la tradicin, la adieein tene que ver eon la influencia deI pasadosobreeI presente; ycomo enel casodela tradicin, la repeticin tiene unpapel crucial. EI pasado encuestin esmsbien individual quecolectivo,y la repeticin estimpulsada porla ansiedad. Veo la adiccin como auto-32LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 33noma congelada. Todo contexto de destradicionalizacin ofrece una mayorlibertad de accin de laque existia antes. Hablamos aqu de emancipacinhumana delasatadurasdeI pasado. Laadiccin entraenjuego cuandolaeleccin, que debiera estar impulsada por la autonomia, es trastocada por laansiedad. En latradicin el pasado estructura el presente a travs de crecn-ciasy sentimientoscolectivos compartidos. El adicto tambin essiervodeIpasado,pero porque nopuede romper con loque aI principio eran hbitosde vida libremente escogdos (2000:59).DISPOSITIVO IMAGINARIOPARAMANTENER BAJO CONTROLLAINCERTlDUMBRELa vida cotidiana est hecha de certezas e incertidumbres, desegu-ridadesyamenazas, quesemuevenporigual en unplanoreal eimaginaria. Las primeras provienen de la familia tradicional o "rein-ventada"(Beck-Gernsheim, 2003), dei hogar fsicocon sus extensio-nes virtuales, deI consumo rutinario de los medios, y de los trayectosyespacios cotidianos vinculados con el trabajo yelesparcimiento.Paradjicamente, las incertidumbres provienen de los mismos mbi-tosdonde se constituyen lascertezas. Lasprovocan losprocesos detransformacin que sufre la familiatradicional,la dspersin y mu-danzadesus miembros,la erosin de laautoridad parental, lades-localizacin deImbitodomstico, laamenaza de perder el empleoodenoconseguir empleo, eldeterioro delacalidad devida, ylasimgenes que proyectan los medios sobre lo que est fuera de nues-trocontrol: el narcotrfico,elterrorismo,ladegradacin deImedioambiente, lascatstrofes naturales, las guerras fratricidas, la amena-zanuclear y el calentamiento global.Particularmente estas ltimas,como refiere Beck (1998), instalan en todas lassociedades "elpoderinvisible de los riesgos"como una amenaza que atraviesa enmayoro menor medida a todos los grupos sociales:Las certezas de las sociedades de clases son las certezas de laculturadelavisibilidad:el hambre contrasta con lasaciedad,lospalacios con lasbarra-cas, la pompa con los harapos. Estas evidencias de lo palpable ya novaIenen las sociedades deI riesgo. Lo visibIe quedaa lasombra de lasamenazasinvisibles. Lo que se sustrae a la perceptibilidad ya nocoincide con lo irreal,incluso puede poseer un grado superior de realidad amenazante (1998:51).Eneste panoramadeincertidumbredondeel pasado nopuedeasegurar el futuro,el hoy deIdaa da,se vuelveomnipresente. Deah la ansiedad por amarrar el presente, nica cosa que sentimos quepuede ser controlada actualizando, nombrando y recreando perma-nentemente losvnculos afectivos, porque si dejamos de hacerlo te-memos que se diluyan o corran grave riesgo de perderse. En la vidacotidianalaincertidumbre seexpresa como unaconciencia"impl-cita" de lospeligros que sufrimos, que los medias de comuncacinse encargan de actualizar permanentemente. La mayora de nuestrosentrevistados cuandoselespregunt cules eran las cosas queloshacan sentir ms seguros en la vida,contestaron que la familia y lapareja:Vesla televisinyte entcras de cada cosa, entonces mirasallado yla gentequequieres est bien. Eso me hace sentir ben, segura (Alejandra, 20 anos, estudiantede enfermera).El telfonomvilesclave para mantener lacohesin imaginariadeestas espaciosfamiliaressegurosdondehabitannuestrascerte-zas, cuando noscubre bajo el manto protector de estar siempre co-municados con "los nuestros". En la mayora delasocasiones nolousamos para ampliar nuestras redes deconocidos a entablar nuevasrelaciones, como sucede con Internet, sino para no perder el contactocon losnuestros, uncircuitode afectosyreconocimientosmutuosque excluye a losotros:EI celularhace lo que antes no podias. comunicarieconla personaqueestenlacalle, fuerade casa o de la oficina [.. .Jse ha vuelto unanecesidad ms que unlujo,ya no es una ventaja o una desventaja el tenerlo ono tcnero. es ms bien cuestin decunto necesitas estarcomunicadocon las personas que te rodean... (Guadalupe,51 anos, psicloga, directora de secundaria).ComobienloexpresaSilverstone, los mediasactancadavezms 11 comoprofilcticamente sociales, porcuantose hanconverti-doensustitutosdelas incertidumbres habituales en lainteraccincotidiana, algenerarincesante einsidiosamente los' como si' delavida diaria y crear cada vez ms defensas contra las intrusiones de loinaceptable o lo inmanejable" (Silverstone, 2004:17).Enotrosentido convergenteeon elanterior,tambinpodramospensar al celular como un artefacto que nos permite exorcizar alos34 LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 35fantasmas delaotredad. Laotredadlaconstituyen todosaquellosque amenazan real e imaginariamente nuestras certezas, y sta a me-nudo se disfraza de inmigrante, delincuente, chavo banda, indgena,o nuevastecnologas, porque ellosencarnan todoloquetememos:quedamos sin casao trabajo, vivir lejos de nuestras familias, perderlosafectos, sufrir el desarraigo, quedar excluidos dei universo digi-talo extraviar la brjula de nuestras frgiles identidades.El otrodistante, "el invasor absoluto, que engendra ms temorqueel vecinoqueagrede" (Duby, 1995:60), seha desmarcadodeSUBnichoshabitualesenlasnarrativasmediticas paratransitardelacategoradei "buensalvaje" quenosproyectabaDiscoveryChannel en sus programas sobre culturas exticas. ai peligroso in-migrante de la nota roja. stedej de ser el buen salvaje desde queabandon losconfines de sumundo de danzas rituales y conjurosmgicos yseconvirti en un mal salvaje, incivilizado en nuestrassociedades occidentales. Aunque en Estados Unidos y Europa sonunarealidadconcreta, loquelos vuelveamenazadoresnoes supresencia en lascalles, sino suinquietante visita en nuestra salitade ver la televisin.Losmedias decomunicacin nohacen msqueconfirmar lo queimaginamos y damos por cierto acerca de las motivaciones y compor-tamientosdeestas inmigrantes omarginalesqueatiborrannuestrasciudades, o a la inversa, en un juego de espejismos, ratificamos lo quedicen losmediosporque, cual profecaautocumplida, siempre sabe-mos de alguien, hermano de la novia de mi amigo, que vio o escuch,que un extranjero, es decir un delincuente, mal salvaje, le rob el mvil,el iPod o la billetera, ai primo de la enfiada dei vecino de enfrente.En estas condiciones de desasosiego provocadas por los otros, elcelular constituye un blsamo tranquilizador que nos permite ama-rrar a los nuestros en tribus de pertenencia constituidas en redes defamlias, amigos, ernpleados, compaeros de trabajo, clientes, alum-nos o pacientes, y tarnbin, un mecanismo de afirmacin de la iden-tidadindividual, familiarygrupal atravsdelasconversaciones,referencias y complicidades que slo hacen sentido entre los miem-bros decada tribu.Tal vez esoexplique loquenuestrosentrevista-dos denominan la necesidad "de hablar por hablar, noms"a todashoras y en todos loslugares conlos ms cercanos, y, la indiferenciaque provocan en los "otros" esas conversaciones ajenas:Yo creo que todos otmoe esaconversan indirectamente, sin quereruno laoye, perala oyes un segundoo dos y sigues con tu temaCOllla pcrsona o COll tus cosas (ric,23 afies, empleado en una vinatera).OBJETO TRANSrCIONAL PARAALIVIAR LA SEPARACINDELOSNUE$TROSCuando loshijos ylospadres estn fueradelacasa, el modomshabitual de comunicarse es a travs dei telfono celular. Antes tam-bin lo eraeltelfono, pero loque hacambiado eselsentidodelacomunicacin y de la disponibilidad. La ansiedadde"no estar loca-lizable"olanecesidadde"estar permanentemente localizable"noserelacionatantoconlacompulsinporprivatizar, interrumpiroinvadir el espacio pblico -como sostiene mucha de la bibliografayel sentido comn-,sino con lanecesidaddeextender elanclajedomstico y familiar en el espacio pblico como una forma decon-trarrestar la incertidumbre, y de llevar consigo las certezas.Noobstanteestacomunicacin tienesentidosdistintosparalospadres y para los hijos. Los padres necesitan establecer una "correadigital" (Ling, 2002), con el objeto de que sus hijos estn disponiblesy visibles para calmar la ansiedad dei afuera que no pueden controlardesde el adentro. Ylos hijos, aunque reconocen esta necesidad de lospadres, y enmuchos casos les sirve para ampliar lasconcesiones dehorarios o cambiar losacuerdos preestablecidos, necesitan, por unaparte, marcar distancia de suspadres, ypor otra, estar disponiblesy visibles en un entramado virtual que conecta a travs deI telfonomvl, Internet y el iPod, sus propias redes depertenencia que tran-sitan dei mundo oJ!line ai on /ine:Con los amigos estel rol1o de qu haces, o cmo te va, que si te quedas de ver [' ..JCuandoson compaiieros de la escuela de las tareas o de algn trabajo que tengas. Aveces nadams porsimple gusto de que andas solitoy pues le marcas a alguien {.. .JCon mi familia que si vas ben, que si llegas tarde, o para regaiiarte porque no avisoque Uegotarde {... ] Mi mama vecesme habla y me desesperaporqueme dice lascosascomo si nofuera a Uegar a la casa(Alejandra, estudiantedeenfermera,20afies).La tensin entre la necesidad paradjica de aumentar el grado deautonomia,y ai mismo tiempo noperder lascertezas que brinda laredde proteccin familiar, seexpresa enunaespeciede"pactode36 LACONEXIN, DISPOSlTIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSlTIVOSIMBLICO 37simulacin" (Fortunati y Manganelli, 2002) que se instituye a travsdei celular, dondelospadressimulantener elcontroldesus hijossin conseguirlo deitado, y los hijos simulan la independencia de lospadres sinlograrlo deitodo.Este pacto desimulacin, que tambinconstituye una condicin deinclusin y visibilidad dentro de la reddepertenencia, leexigeaSUBmiembrosestarsiempreconectados,disponibles y localizables. Hay varias frases que se han popularizadocuando se iniciala comunicacin con el celular y que son altamentesignificativas: LDndeests?, Lpor qunorespondas el celular?oLPor qu lo traas apagado? Salvoque se tenga una buena excusa yque adems sea creble, Lquin se puede dar ellujo de apagar el celu-lar y noser sospechoso deinfiel, desconsiderado con la angustia delos suyos, o de estar ocultando algo? La renuncia a estar visible tam-bin puede ser interpretada enclave dealarma: sufri un accidente,fue vctima dela delincuencia, o simplemente est deprimido:Apenas loapagasya todalabandasehisteriza [sic] "i,dndeest? jLo asaltaron! [Sele cay! iYa lo perdif Entonces ereo que ms bien te esclaviza (Claudia, 25 afies,empleada en 5KY).Lavisibilidadeslacondicindelaexistencia, de laintegridadfsica y mental, y de la lealtad a la famlia, a la empresa o ai grupo deamigos. A diferencia de Internet, que fue definido por la mayora delos entrevistados como un espada pblico, abierto, deinformacin,queposibilitarelacionarseocoquetearcon desconocidos oconoci-dos, salir y entrar cuantas veces se lo desee sinsufrir condena, san-ciones, marginacin, el mvil siempre fuesefialado corno un mbitoderedesprivadas, personales y locales. Difcilmente alguien puedeintegrarse a una lista de contactos dei mvil de otra persona si no fuepresentado, derivado, autorizado recomendado.En el mismo sentido, en la red las personas pueden mantener unarelacin de mayor independencia o prescindencia con los canales quebrindael correoelectrnico, elMessenger, lascomunidadesvirtua-les o el Skype. Se tolera que alguien noconteste enseguida o simple-mente no conteste, quedecida entrar y salirdeuna comunidad, quesedesconecte deun juego on line paraconectarse mstarde, o quejbegue aserotro. Peraestaslicenciasnoestnautorizadaspara eltelfonocelular. "Mientraslosposmodernoscelebran lamovilidadyel nomadismo, ladesterritorializacin ylafacilidadconquenoscomunicamos, en verdad notodos pueden escapar a la exigencia dedisponibilidad constante" (Garcia Canclini, 2007:60). Una vezque sees iniciado en la comunidad de los que ya son responsables de podersostener la red depertenencia y proteccin familiar -cosa quegene-ralmente hacen los padres a travs dei ritual deregalar un celular alos hijos o a suspadres mayores para Navidad o el cumpleafios-, di-fcilmente se puede escapar sinsufrir severas sanciones. Unade misinformantes me relat cmo su madre le dej de hablar por dos mesescuando despus de perder su celular se neg a comprar uno nuevo:Al perderel celularmi madre meofreci dinero paraque comprara uno nuevo y menegu[... ] Era ya una decisintomada, asi que en mediade una comidade domin-go tuve que comunicar con la seriedad debida, como cuandoavis que me retirabaformalmente de la iglesiacatlica, que no volveria a comprar un celular, que no meneieteran msen elo. que no quera que nadie meregalara uno y quesmplementcya no ouera un celulary punto L..] El resto de la comida110 volvi mos a hablarnosL..J Los das pasaran y cla segu{a sin hablarme [... ] Cuandoavis mi salida de laiglesia n siquiera se enojconmigo, y no es queellaaprobara esadecisin [... ] peralo deI celularfue para ella un definitivo exceso, no tenta que ver con mis ideas dejoven rebelde, tenta que ver con cortar el vinculo que ya hab{amos establecidoeinpalabras; comosi el celularfuera el cordn umbilical moderno y yo lo hab(a cortadoL.. ] (Gabriela, 26 afies, empleada en una tienda de arte).La metfora queutiliza nuestra entrevistadapara definir el tipoderelacin que sumadrequierereinstalar a travs dei celular: "elcordn umbilical moderno", nosparece altamente significativa paraexplicar el fenmeno de la codependencia. Alo largo de nuestra vidaexistendiversosritualescomoel bautizo, la fiestade los15afias,recibirlas llaves dela casa, obtener la credencial para votar a los 18afias, la cerernonia de graduacin, el casamiento, etc., para marcar elpasaje de etapas demayor dependencia e inmadurez a otras dema-yor autonoma y madurez, pero el celular ha inaugurado un ritual deregresin a la seguridad dei vientre materno.Unapsicoanalista entrevistada se quejaba decmolos pacientesno podan desconectar su celular antesdeentrar a la sesin: "ste esun espacio donde simblicamenle sedeja a los otros reales a[uera para poderprocesar la relacin con eUos en un plano imaginario, pera si estasatroses-tn permanentemente interrumpiendo se pierde la necesaria distancia ana-lnica"(Craciela, 59 afins, psicoanalista). Otro psicoanalista comenta-ba dei caso de un paciente (Federico, 58 aos), que por el contrario,38LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICOLACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 39no poda tolerar que el espacio de anlisis se redujera a las dos o treshorassemanalespactadas, yleenviabamensajes todoeltiempoasu celular tratando de ampliar los lmites dela relacin instalndolodentro deSUBredes cotidianas.Otros quese han visto beneficiados ytambin castigados, cuan-doson descubiertos, por lasbondades dei celular son losamantes.Losamantes junto con los adolescentes hacen un uso intensivo yex-tensivo de todos losrecursos de Internet ydei celular a su alcance.Se envan correos y5MS, chatean y hablan,a veces pasando deunaaplicacina otra sin transicin, sin esperar larespuesta deIotro. AIpunto que hay amantesqueposeen un nmerodecelular exclusi-vopara comunicarse entre ellos. Los amores clandestinos, signadospor laprivacin delotro. son unapermanente fuentedeansiedad.Todacomunicacin parece escasa y mezquina, todo contacto resultaefmero y voltil, de ah la necesidad de recrearia y actualizarlo per-manentemente:l me llamaba por telfono ome encontraba suSMS de nimoy de amor [... ] Cuandoiba caminando de untrabajo a otro (ouinceminutos que los alargaba a media hora)todoslos lunes ymircoles, l mellamaba yyocaminaba acompanadade suvoz.Era como si cominaraa mi lado, realmenteme sentaacompaiada de unamanerareal. No estaba eucuerpo, pera estaba ms presenteque cualquierotra persona queestuviera aqu conmigo. Sucalidez, humor, amory entregaera muy potente. Real-mente se convirti enunarelacin intensaynecesitbamos hablarnos y vernosporSkypecada dta. L..] Losfinesde semana se nos hacan eternos (Valentina, 51 anos,psicloga).La condidn de amante implica aceptar que se est excludo de casitodo lo relevante y significativo en la vida del otro: la famlia, el traba-jo, las relaciones sociales, los fines de semana, en sntesis, de todos sustiempos y espacios legtimos.Eso introduce una tensi6n permanenteentre el deseo y la frustracin que por lo general no tiene resolucin. Elcelular posibilita un espacio demediacin enesatensin irresoluble,la ilusin de la disponibilidad inmediata dei otro aun en los territoriosvedados. Pera alainversa, elcelular tambin representa un espadade exc1usin para los esposos y los padres, y todos conocemos casos,ysi nolosconocemos los hemos visto enlaspantallas, donde en undescuidodei amante, laesposa oelesposorevisansu celular yen-cuentran losSMS que les confirman sus sospechas.Ms alldei sentido particular que estas actos puedan tener en lahistoria de cada persona, lo que resulta interesante de recuperar des-deel puntodevistaantropolgico esc6mo en condicionesBadalesde amenaza o de privacin, reales o imaginarias, las familias, los pa-cientes o los amantes, no pueden elaborar el duelo de la separacin ynecesitan recrear "un objeto transicional" en el sentido deWinnicott(1999), una "zona de experiencia intermedia'" como aquella que lepermita al beb separarse deipecha materno y aferrarse al osito detrapo para poder tolerar la separacin.La vida no tepermite establecer eiramanera decontacto, las distancias cada d{a sonms grandesL..] resultaimposibletenercontaetopersonalconmuchagente[.. .!unobuscala manerade acortar distancia. Otraes tambinla siuacn de insegu-ridad L ..J mi mam cree que si tenentes untelfono en el quenos encuentrentodoel iiempo, la posibilidadde quenospase algo baja (Manolo, 27 anos, empleadobancrio).Pensamosqueel celular en esesentido renetodaslas cualida-des de un objeto transicional: al igual que el osito de trapo es porta-ble, manipulable, ai hablar siempre se lo mantiene cercade la boca,puede ser personalizado atravs de un nombre, fotos, canciones orepiques, tiene unefectocalmante, ysu prdidauolvidoproducemucha angustia.Desde otra perspectiva, Vicente Verd describe el tipo de relacinnarcisstica queestablecemos con losobjetos, "EIobjeto rezuma suamor propio cuando constata que sele aliende; el objeto eselegidopor el sujeto y en ese momento de su seleccin, transmite como res-puesta suadhesin o su rechazo, su inaccesibilidad o su entrega. Deesa dialctica amorosa, desde el sujeto hasta el objeto y dei objeto aisujetosegenera unagimnasia emocional de notables efectos inter-nos"(Verd,2008:33). Estarelacin en elcaso de lascomputadorasy de loscelulares resulta ms obvia todava, porque a diferencia deotros objetos la interaccin con ellos provoca formas de apropiacin,o de rechazo ante las dificultades, que se vinculan diredarnente conla experiencia dei yo y deis mismo. Sobre esta experiencia haremos5 Segn Winicott, lanecesidad deunobjeto transicional "Puede quereaparez-ca, a una edad ms avanzada, cuando laprivacinsecierne sobre el individuo"(1999:311). "La tarea deaceptacin de la realidad jams es completada, que ningnserhumano estlibredela tensin que ocasiona el relacionar interior conexteriory que el alivio detal tensin lo aporta una zona intermedia de experiencias que noes disputada (el arte, la religin, etc.) (Winicott, 1999:322).40 LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 41nfasisendiferentescaptulosdeestelibro, particularmente en elque aborda a la computadora e Internet como espacios para manipu-lar y rehacer la biografa.Uso la Blackberrycomounmandtico. perano es m objeto favorito: la oio. Megustan mieanteojos, pera preferina no usarlos. Lo mismo conel reloj: ounriamejorsin e! conteo de las horas. La televisin me dejaindiferente.No tengo un librop r e ~ferido. Mi laptop,quiu; es una iBook negra ms inteligente que yo, por lo que meprovoca cero temor reverencial (Felipe Soto Viterbo, editor,escritor, profesordeperodsmo, humorista y bloguero)."La prdida, o la faltadeIcelular provoca enmuchos casos el sn-dromedeI "rganofantasma", padecimientoquesuelentener laspersonasquesufrieronunamutilacinenalgunade susextremi-dades y en ocasiones sienten dolor o sensaciones donde antes se en-contraba el rgano faltante. Este sndrome, que hasido denominadoVibranxiety, ringxiety o [anxcellarm, que puede traducirseaproxima-damente como ansiedad deIring o de lavibracin, o falsomiembrocelular, se presenta cuando se siente la vibracin del telfono mvil,aunque ste est apagado o nose lo !leve consigo.Encasos extremosde dependencia, comoeldelas adolescentesbulmicas y anorxicas, el tratamiento prescribe que al !legar a la cl-nicaderehabilitacin loprimero queselesdebeconfiscar son sustelfonos mviles, tampocopuedenusar el telfonofijoni entrara Internet, ni verlatelevisin ni leer revistasdemodas. UnaparteclavedeI tratamientoconsisteliteralmente endesconectarlasdesusmundos reales y virtuales. La mayora de las investigaciones sobre eltema apuntan a mostrar el papel de los medias de comunicacin y delasnuevas tecnologas, como uno de los mayores promotores de unmodelo fsico donde la delgadez se vende como un producto ms.Muchas jvenesse ven envueltas en esta manipulacinde esta cultura reinante,desarrollando un trastorno alimentario [... 1el alejamiento de cualquier media eec-trnico es bsico en estos tratamientosde internacin;por ello es que las terapiaspsicolgicas juegan un papel importantecu este proeeso, es de limpieza mental, deregresara la realidaden cuanto a la percepcinde! cuerpomismo (Ernesto, 56afias, mdico especialista en trastornos alimentarias).Tal vezsteconstituyauncasoextremodeI usoycomplicidad'" Citado por Alberto Chimal en su artculo "Objetos de poder", revista Lee,Gan-dhi, ano01, nm. 3, maya 9, p. 9.delasnuevastecnologas para disciplinar elcuerpo imponindoleduras pruebas deabstinencia, pero el ejemplo de las(los) bulmicosyanorxicosnodeja deserespecialmente emblemtico deI tipo dealianzas simblicas e imaginarias que establecemos con ellas.El ce-lular, que sintomticamente tieneformaalargadaynoredonda, loportamos enel cinturn dondelaspelculas nosensefiaronque seportaban las armas blancas y de fuego. Tambin lo empufiamos parasefialar, reprender, acompaarnuestragesticulacin, olomanipu-lamoscompulsivamenteparajugar, revisaromandarmensajes detexto, AI parecer, estadimensinflicaymasturbatoriaquerevelael uso compulsivo deImvil, se acaba devolver explcita en el ima-ginaria popular cuando el presidente Hugo Chvez anunci recien-tementelaproduccin deIprimer celular ensamblado enVenezue-la, al quebautizel vergatario? Yendomslejos an, unapelculanorteamericanade2006, El punto G, muestracmo laprotagonistaoriginalmente frgida por la incapacidad de su marido de provocarleplacer, semasturbaconel vibradordesutelfonomvil ydeesaforma alcanza el orgasmo.lQu nos dicen todas estas experiencias de relacin corporal conlasnuevastecnologas?, queel cuerposeha vuelto un lugarclavepara relacionamos con ellas:Si Ie sumo amis rganosnaturales losmediascomo extensionesdel cuer-po, noslocambiosunaturaleza, sucapacidaddemirar, escuchar, sentir,escribir; Ieer y transmitir, sino que tambin cambio miscoordenadas tempo-rales y espaciales: me vuelvo al mismo tiempo ubicuo e instantneo. As,miterritorio personal estaredefinido por la aparatologa que me acompafiaaItiempo que la topologa corporal sufre un cambio imprevisto: mepierdo enel mundo para volverme enteramente encontrable (Quevedo. 2007:8).El cuerpo, amenazado ms que nunca deprecariedad, fragmenta-cin, displacer y migracin, necesita llevar consigo todas las certezasontolgicas dellugar -en sentido antropolgico-, inscritas en la fa-milia, elmbito domstico yla localidad. El cuerpo haadquirido atravs del celular y de Internet, particularmente a travs deI primero,una capacidad omnipotente para la conexin dellugar con las diver-sas erranciasfsicasysimblicasquenosirnponelaglobalizacin.7 Noticia delaagenciaNotimex aparecida enel peridico LaJornadadel 12 demayo de2009, "EI primer celulardeVenezuelavende enunda5 mil aparatos",p.21.42 LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 43Y aI mismo tiempo,tambin el cuerpo ha potenciado suautonomaparadominarseoconsolarseas mismoreal ysimblicamente, atravs deI castigo o la autosatisfaccin.DISPOSITIVOSIMBLICODE CONTROL, CASTIGOY DISCIPLINAMIENTO SOCIALEntre1988Y2006, la famosa modeloNaomi Campbell recibi tresdemandas por haber golpeado a sus asistentes con el telfono fijo,el telfono mvi! y laagenda electrnica, respectivamente(Agua-yo, 2006:64). Podramospensarqueenel momentodelafurialafamosa modeloatac asus asistentes con un telfonocelularpor-que eralo"que tenaalamano", osimplemente "enlamano", elcaso es que el telfono fueusado como un artefacto para agredir yno para comunicarse, o ms precisamente para "comunicarse agre-diendo".Umberto Eco, impresionado por la noticia que apareci en un pe-ridico italianosobre un inmigrante magreb quese haba tragadounmvil enRoma, esbozaestasugerenteycasticaobservacinsobre el valor simblico dei celularcomoartefacto paraaplicar uncastigo ejemplar:Es ms verosmil que el mvil se lo hayan metido en la boca a la fucrza, nocomo delicatessen sino como castigo [... ] La piedra en la boca es un ultraje deorigenmafioso ysesuele hundir en lasfaucesdeIcadver de alguien quehaya revelado secretos a extrafios [... ] ahora bien, esta vez no se trata de unapiedrasino de unmvil: meparece extremadamentesimblico. Lanuevacriminalidadyanoesrural, sino urbanaytecnolgica, esnatural quelosrituales mafiosos se 'cyborgicen'. No 5610 eso, sino que hundirle a alguien eImvil enla boca es como si le metieran los testculos, es decir lo ms ntimoy personal que posee, el complemento natural de sucorporeidad, extensinde la oreja, deIajoy a menudo tambin del pene [... ] Sofocar a alguien conel mvil es como estrangularia con sus propias vsceras (2008:9).Estclaroquelamayoradenosotrosnousamos elcelular paraagredir fisicamente a los dems, y mucho menos se los hacemos tragarparacastigarIas porrevelar nuestrossecretos. Noobstante nosgus-taraseftalar queste noslo esun recursosimblico paraafianzarnuestras redes afectivas o laborales, sino tambin para ejercer nuestracuota de poder cotidiano y practicar la capacidad deautosuficiencia.EI celular alberga y sostiene nuestras redes, contactos y afectos, perotambin expresa poder sobre nuestro cuerpo y el cuerpo de los otros,sobre nuestro tiempo y el tiempo de losotros,sobre nuestros territo-rios reales, imaginarias yvirtuales. Si alguien recibe pocas o muchasllamadas o mensajes, expresa no s6lo su pertenencia, sino sucontrolsobre el sistema de redes. EI poder simblico se mide por el acceso a lainformacin clave en la red y tambin por la lista de contactos dispo-nibles. Se trata de un capital social cuyacondicin no slo se ejerce enel tamafio de las redes de pertenencia, sino en la exhibicin de las re-ciprocidades virtuales quegeneran o ratifican smbolos deidentidadencada grupo:"Te mando una fotodela ltima vezqueestuvimosjuntos, me mandas un tono de celular que no tenga nadie, te bajo unacancin para que se la pases a todos los dei grupo".Enel conciertode losruidosurbanos, lostonosdecelularhanadquirido supropia marca deidentidad(TrejoDelarbre, 2007), nosvuelvenidentificables, proclamanquenoestamossolosymarcanterritorios de inclusin y exclusin. Cuandolas personas deciden aquin atienden o a quin no, cuando cuchichean para evitar que losotros seenteren delcontenido de laconversacin,o cuando hablanen voz alta para marcar un territorio o exhibir laextensin o lasoli-dezdeuna redde pertenencia, noqueda la menor duda dequinesestn incluidos en el circuito de lacomunicacin y quines no. Den-tro de este esquema de poder el celular tambin se usa para castigara los nuestros, negndoles la fuente primaria deI control de la incer-tidumbre. Conscientes como estamos de lo imprescindible que se havuelto estar siemprevisiblesparalosnuestros, podemosejercerelpoder de incomunicarlo, simplemente desconectando el telfono. noatendindolo o pasndolo aI buzn.Hay gente que es muypesada y entonces finges demencia y ya despus, cuando tellegaa pescar, te inventas algocomoque no escuchaste o se te olvid en algn lado[...1la verdad eso lo aplicamosmuchos (Alejandra, estudiante deenfermera,20 anos).Notener acceso (al celular y a Internet) limita a las personas [,. .1 es comono tenertelevisin[... 1 te limitas y se haceuna onda marginal (Manolo, 27 afies, empIea-do bancaria).44 LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 45Los que seresisten ausarel celular argumentan que noquierensometerse a la esclavitud de estar todo eltiempo localizables, lo vi-vencomo unaprdidadeindependenciaradical, yson muycrti-cosdelo que denominan una adiccin al celular. Dicen que la genteseasla, quesepierdeel contactocaraacara, quelos vnculosseempobrecen. Estaposturapuede ser interpretada como unactodereafirmacin de su autonoma o de reivindicacin de laprivacidad,perotambinderechazoalaexclusi6nalaquesevensometidoscuando estn con alguien y ste se desconecta momentneamente desu mirada, de su atencin e interlocucin para mandar un mensaje, ocontestar una lIamada en una platica de caf, una reuni6n de trabajo,o un momento de intimidad con la pareja.Me molestacuandoests hablando algoimportante, suenael celulary atienden msa telfono y te dejanplantado[... l, tombin me enojaque hablen cuando ests co-miendo conalguien (Manolo, 27 afias, empleado bancaria).AIparecer, enlasredesfamiliares, quienesorganizan, sostieneny fiscalizan la cohesin, extensi6n y disciplina de sus miembros, sonlas mujeres, particularmente las madres. Entre nuestros entrevistadosmuchos coincidieron que quienes hacen un uso ms intensivo y exten-sivo deI celular son las mujeres:Una mujer es todo, es ama de casa, se preocupa por sus hijos, se preocupa por saberdnde estn, si se pag esta, porque es un media paraestar comunicada2no? Paramantener contacto con las cosasy es se, al finy al cabo, mantener contraIsobrealgoy el hombrees ms as como"pues no lleg, aIratollegar"(Claudia, 25 anos,empleada de 5KY).Internet se haconvertido en un desafio maysculo a la autoridadde los padres, no s610porque los vuelve impotentes para controlar suspasos dentro de la Web, sino que los excluye de todo lo que se ha vuel-to relevante para sus hijos en trminos de intereses y sociabildad." Por~ Unlibra queacaba desalir alaventa, Tcnicas de hackerpara padres, sostienecomo declaracin deprincpios que "espiar a los hjos es casi un deber".Mediantelastcnicas yrecursos facilitados por laautora,Mar Monsoriu,lospadres podrnleer loquesus hijosescriben enelcorreo electrnico, revisar qupginas visitan,con quin chatean yqu fotos o videos subena lared. Adems la autoraaconscjanocomunicar a loshijos adolescentes que seinstalarn los controles: "Reacciona-rn exigiendo suderecho a la intimidad y el contraI se convertir enuna fuente deconflicto" (Zafra, 2007:47).el contrario, eltelfono celular restablece cierto orden familiar basadoenla autoridad y el derecho de los padres, particularmente de la ma-dre, a saber siempre donde, y con quines estn sus hijos:Los paps usamos ms el celular, si no cmo los vigitamos, cmaandamosatrs deettoe {... } Porqueyolengadosmonstruos, entoncesel monstruo grandevapor elmonsfruo chiquito a la escuela, entonces lengaque hablarles para ver dnde andan,paraver si ya llegaron a mi casita(Mara de losngeles, 47 afias, contadora).Como bien lo sefiala Paula Sibilia (2005) "Ms ali de 'virtualizar'loscuerpos extendiendo sucapacidad de acci6n por el espacio glo-bal, la convergencia digital detodos los datos y tecnologas tambinampla ai infinito lasposibilidades derastreo ycolonizaci6n de laspequenas prcticas cotidianas"(2005:66). De a poco se va instauran-do un rgimen de control sobre la base dei mapeo cotidiano de nues-tras rutinas, "lya lIegaste?, lests en el autobus?, te lIam y me decaque estaba fuera de servi cio, lestabas en el metro?, siento mucho rui-do, lests en la calle?, lvas en el coche? Llmame cuando lIegues a laoficina". Estaspreguntas van acompaadas de losruidos y sonidoscaractersticos e implcitos de cada escenario de nuestros recorridoshabituales que el odo ya aprendi6 a reconocer como propios de cadasituaci6n. Sabemos que est enlacalle porque sentimos el ruido deloscoches, losgritos delosvendedores ambulantes ytambnnosdamos cuenta si est en la oficina porque escuchamos el tecleo de lasmquinas y ciertos rumores tpicos de los espacios.Enel sentdoexpuesto. podramos pensar aI celular comoundispositivo dedisciplinamiento ycontrol social queopera fuera dela6rbita dei Estado: de los padres hacia los hijos, delos jefes haciasus subalternos, de la esposa hacia sumarido infiel, o deilder de labanda hacia sus integrantes. Aunquecada una de esas redestengauna autonomarelativa,miradas en conjunto parecieran haber ins-taurado un nuevo orden social basado en un rgimen devisibilidady comunicabilidad absoluta: slo lo que es visible es comunicable, ys610 podemos comunicar lo que es visible.46 LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO LACONEXIN, DISPOSITIVOSIMBLICO 47UNAREFLEXIN FINALA diferencia de otras tecnologas de comunicacin donde el mercadomarc desde el comienzo las tendencias deI consumo, en el caso deImvil fuelaadhesin inusitaday explosivadelosusuarioslaquepusoatrabajarai mercadoparagenerar opcionesdedisefioypa-quetes tarifariospara todos los gustos y diferencias socioculturales.Actualmente los hay muy caros con sofisticadas aplicaciones multi-medias destinados a las lites informticas, losejecutivos, losricosylosjvenesconaltopoder adqustivo, y, tarnbin, loshaymuybaratos y simples para los pobres, ancianos, amas de casa, indgenase inmigrantes: "Lamercadotecnia comenz a entender que la indus-trializacin de la cultura prospera si se hace cargo de las diferenciasentre las naciones y las etnias, los hombres y las mujeres, si producebienesdiferentes para losde60, 40, 15 Y8 afies" (GarcaCanclini,2006:7).Por lo cual enla ltima dcada pas deser un objeto delujo,os-tentacin o esnobismo entre las clases mspudientes, a ser un obje-toindispensable. Seprodujoun"desmoronamientoprogresivodelasfronterasenlascalificacionessocialesdeestesoporte, quehanrecorridoesteitinerario:interesante-til-conveniente-necesario-im-prescindible"(Vlchez, 2000:3). EI trnsito delo "esnob" comosellodedistincin, a lo "imprescindible" como smbolo depertenencia yseguridadseexplica porque el celularsevolvi clave paramante-nerlacohesinimaginariade losespaciossegurosdondehabitannuestras certezas, porque nos permite exorcizar a los fantasmas de laotredad, cuando nos cubre bajo el manto protector deestarsiemprecomunicados con "los nuestros".El telfonomvil representaunaextensindei hogar y, conse-cuentemente, deI mbito privado. La escena de los mviles repican-doy laspersonas hablando a travs deestos aparatos eneltren, elautobsoelmetro, yaespartedelaestticaglobal delasnuevasformas devisibilidad y comunicacin, sinembargo losasuntos quetratan son deorden estrictamente personal, familiar o laboral, y esole imprime a la comunicacin digital un rasgo cultivadamente local."La revolucin deI mvil hay que entenderla no desde la 'rnovilidad'sino queeste aparato es fundamentalmente personal, privado, parauso local y para relaciones de tipo afectvo" (Lorente, 2002:16).LACONEXIN, ESPACIODEVIDAENTRELOS JVENES 49CAPTULO lI. LA CONEXI6N, ESPACIO DE VIDAENTRE LOS J6VENESlEn la bibliografa existe un consenso general de que cuando se habladejvenes enlasociedad contempornea, en realidad nos estamosrefiriendo a mltiples experiencias ubicadas en realidades heterog-neas, quemuchas vecestrascienden las fronteras nacionales. Es msprobable encontrar similitudes entrepandillas deciudades tan dis-tintas como Mxico, Madrid y Ro de Janeiro, que entre los diversosgrupos de jvenes que viven en una rnisma ciudad. AI misrno tiem-po, seestredefiniendo el concepto detransicin delasetapasdemenor a mayor madurez, porque las fronteras entre unas y otras sehan desdibujado "EI concepto de frontera que marcaba la edad, en laactualidad ha perdido parte de susignificado. Resulta ms apropia-do referirse al proceso detransicin como una condicin 'entre dosfronteras'o un'estado liminar:" (Moreno Mnguez, 2008:18-19).Ya no existe algo parecido a unproceso de evolucin lineal y pre-visible de la juventud a la adultez, donde los que no podan superare1 trnsito eran tachados de inmaduros o marginales, porque ya nadaindica que si se siguen ciertos caminos, se cumplen ciertos rituales, yse cuenta conciertas oportunidades -como el accesoa la educacinsuperior-, esto garantice un futuro deestabilidad y empleo. ComobienlodemuestraMartinHopenhaynen diversostrabajos (2005;2008), se comprueba unarelacininversamente proporcional entrecapital simblico y oportunidades materiales que se va agudizando,parad6jicamente, con el acceso cada vez ms generalizado a las nue-vastecnologas. En la cita que sigue Dina Krauskopf sintetiza clara-mente estas nuevas redefiniciones conceptuales que devienen de lastransformaciones sociales en curso en el mbito familiar y laboral:Laestabilidadha dejadode fundarseensecuenciaspredeterminadas, es-pacios geogrficos delimitados yproyectos unvocos. Ya nose trata deuna1 Este captulo constituye una versin ampliaday reformulada del artculo inti-tulado "Internet en la vida cotidiana de los jvenes". que public la Revista Ivexica-na de Sociologa en su nmero 3 de 2006.[48]continuidad linealenlastrayectorias, sinodesentidos quese expresan enestrategiasdevidayusode recursos queseabrenenunabanicoprofusodealternativas. Enlaconstitucindelos proyectosinfluyelaindividuali-zacindeI sentidoydelas cstretcgtasde vida, lareformulacindemetasenel camino, el valor crecientede laintensidadfrentealapermanenca.y eI horizontedecorto plazo para validarmetas conresultadospalpables.Losrecorridos existenciales se han hecho flexiblesy diversificados. Las dis-tanciasgeneracionales conlosadultossemodifican yresigrtifican[... ] Losnuevospatronesdeestructuracin dela vida social y deI mercado laboral,as comolascrecientes capacidades [uveniles,hacen que lapostergacin ytiempo de espera implcitos en la moratoria vean debilitada su [ustificacin,y evidencien ms fuertemente las desventajas dela marginacin ert la tomade decisionesyeneIaccesoaposicionesquevaloricenlas capacidadesybsquedas delos jvenes. Lasidentidades delos jvenes se han recreado ydiversificado, y nopueden considerarse sujetos entransicin. Requieren departicipacin que los valide en su calidad de sujetos y articule reconocimien-to simblico conpromocin material (2008:168).Garca Canclini (2008:13) describe muy bien la naturaleza mltiple,flexible y adaptativa de las estrategias que desarrollan los jvenes artis-tas para gestionar y obtener recursos para sobrevivr, pero esto podraaplicarse a los jvenes engeneral. En ese sentido, Internet y el mvi!50 LACONEXIN, ESPACIODEVIDAENTRELOSJVENES LACONEXIN, ESPACIODEVIDAENTRELOS JVENES 51les brindan una plataforma simblica compensatoria y sustitutiva delafalta depoder real en lavidacotidiana.Frente a ladificultadesdeinclusin que les plantean la mayora de las instituciones tradicionales,particularmente lasqueserelacionanconlaformacin, el empleoyelacceso aipoder,losjvenes generan estrategias flexiblesymvilesdeinclusin en los escasos mrgenes que les brindan los circuitos for-males, pero fundamentalmente en loscircuitosinformales que gene-ran ellos mismos, dondeInternet constituye un espacio privilegiado.Yeso es parte del capital simblico que estn adquiriendo en la red:semueven rpido, en rnltiples direcciones, brincan de un mundo a otro,abren varias ventanas simultneamente, y desarrollan habilidades so-ciales y cognitivas para trabajar, socializar y jugar en red, optimizandolos enlaces y los atajos entre un mundo y otro.EL PROCESODE SOCIALIZACIN DE INTERNETEnelproceso de socializacin de lascomputadoras e Internet entrelos jvenes que participaron enel estudio.? intervienen fundamen-talmentecuatroagentes: laescuela, los pares, los cibercafsylosmedios decomunicacin. En lamayora delos casosfue laescue-2 Este captulo, como el siguiente, se basan en un estudio realizado en la ciudad deMxicoen el afio 2007. La estrategia metodolgica combin una entrevista cualitativasemiestructurada, con autobiografias de los jvenes acerca de su experiencia con In-ternet desdesus inicias en la primaria o en la secundaria, hasta la universidad. En elestudio participaron 40 jvenes entre 22 y 29 afies de ambos sexos en dos etapas. To-dos eran estudiantes deI ltimo afio de diferentes carreras de universidades pblicas.La mayora haba concluido sus estudiosO el tiempo previsto por los programasdeformadn. En este grupo, que en el momentode la investigacin tenan entre 21y 27afies, el primer contacto con las computadoras e Internet se produjoO el tercer afiodela secundaria o en la preparatoria, es decir entre los 15y los 18afies. Aunque en el casode los que asistieron a escuelas privadas, este contacto empezO 60. de primaria o enprimerode secundaria. La variable escolaridad de los padresfue determinante paraestablecer el origen socioeconmicode las familias. La mitad de los estudiantes tenapadres conescolaridad primaria, secundaria y preparatoria, de ocupacin obreros, em-pleados, secretarias, choferes, maestros, costureras, amasde casa ytrabajadores porcuenta propia. El resto de los padres eran profesionistas con estudios superiores ocu-pados en el sector pblico o privado. EI90%de los jvenes vivan con sus padres en elDistrito Federal o en el estado de Mxico,el resto comparta la vivienda con compae-ros o hennanos. La tcnicadel registro autobiogrficofue utilizada con mis estudiantesde comunicacin, quienes participaron de forma activa y entusiasta en la investigacin,compartiendo y reflexionando colectivamente sobre sus experiencias.lasecundaria laquebrindlos primerosescenariosde contactoyaprendizaje una dcadaatrs. Sin embargo todoscoinciden ense-fialarquelas primeras experiencias fueronfrustrantes ypocoesti-mulantes:bien, bien, aprendeu la casade mis amigos. porqueloque me hahanensefiado cn laescuelanoms no me entraba. Ya cuando compr mi computadora aprendi picandobotonee (Milton, 24 afros, estudiantc decomunicacin).Ensusrelatossei\alanqueai principiolaclasedecomputacinse asernejaba mucho a una demecanografa, slose ensefiaban co-mandos y programas para procesar textos elementales. A locual seagregaba el bajo nivel de aifabetizacin informtica delosmaestrosy laprohibicin de manipular libremente las mquinas:La maestra nos trataba comodescerebrados [... Ja principio no nos dejaban pren-der la computadora, despus cuandoya nos dej prenderia nos deca que no movi-ramosnada, casi nos deca que no respirramos(Bernardo, 18 afias, ltimo afiodel bachillerato).Enesas condiciones, dondela ensefianzaestabadesprovistadetodo sentido ldico y creativo, era difciladvertir las virtudes dei usodeuna computadora. Los problemas que referan noslo tenan quevercon ladeficienteinfraestructura(programasymquinasobsole-tas), las condiciones de acceso (4 o 5 estudiantes por mquina), la pocacapacitacin delosprofesores,laprcticamente nula integracin deitaller decomputacin con elresto dei plan deestudios,la censura ylas prohibiciones(nosepoda jugar); sinotambincon laprofundacontradiccin entre la cultura escolar y las culturas juveniles:Pensar el sentido de Internet en la escuela pasa primero por pensar el sentidomismo de laescuela. Lacultura escolar, sus cdigos yrepresentecones, noocupan ellugar ms importante en el espaco simblico en el que se muevenlos jvenes. La socializacin en los medias de comunicacin y los grupos depares han incrementado su poder como marco de referencia y con ellos la es-cuela,con frecuencia, noguarda relaciones desintonia [... ] Losmuchachosquieren comportarse como jvenes en laescuela, pero ellanoparece tenerms espacio que para los"estudiantes" (Cabrera Paz, 2001:53).52 LACONEXI6N, ESPACIO DE VIDAENTRELOS J6VENES LACONEXI6N, ESPACIODE VIDAENTRELOS J6VENES 53No obstante laescuela, en losmismos mrgenes que e!lapropi-cia, o en lascomplicidades que suscita frente a lasexigencias y ar-bitrariedades deI sistema, sigue siendo un espacio fundamental desocializacinde lasnuevastecnologas entre losadolescentes. Enese sentido, la salida y la entrada, los recreos, los bafios, los trabajosen equipo y el uso deI celular, constituyen espacios de socializacine intercambio altamente significativos de las culturas juveniles.El primersignodeinters por partedelosadolescentes sepre-sent cuando algunas escuelas incorporaron Internet en elta!ler decomputacin, aunqueel accesoestabalimitadoaciertaspginasybuscadores, ynolesestabapermitidojugar, chatear onavegarli-bremente, los estudiantes se fascinaron con las posibilidades de estenuevo media