william e. berret - la iglesia restaurada

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LA IGLESIA RESTAURADApor WILLIAM E. BERRET

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UNA BREVE HISTORIA DEL DESARROLLO Y LAS DOCTRINAS DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS LTIMOS DAS

Publicacin de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das Editorial Deseret, S. C, Mxico, D. F. 1977

RECONOCIMIENTOS Esta breve historia de la Iglesia fue primeramente escrita en forma ms reducida en 1936, como texto en los seminarios y las escuelas de la Iglesia. En 1944 se combin el libro original con extractos de otro libro, Doctrines of the Restored Church (Doctrinas de la Iglesia Restaurada), escrito por el mismo autor. Se ha publicado en nueve ediciones diferentes con varios aditamentos y correcciones. Esta dcima edicin representa un cambio radical de las ediciones anteriores, habiendo sido ampliada y realzada con numerosas ilustraciones y otros materiales complementarios. Todo el manuscrito, en su forma original y revisada, fue revisado con sumo cuidado y aprobado por el Comit de Lectura de la Iglesia, al cual expresamos nuestra gratitud por sus muchas y tiles sugerencias. Debemos destacar nuestro especial agradecimiento por la ayuda de Joseph Fielding Smith, Charles A. Callis y Joseph F. Merrill, quienes hace ya algunos aos leyeron las primeras cuatro ediciones, beneficindolas con su crtica constructiva. Agradecemos especialmente a Alma Gardiner, quien colabor con esta obra reuniendo numerosas ilustraciones y a Eleanor C. Berrett, quien revis las pruebas de imprenta. Manifestamos nuestra gratitud a todas las personas que contribuyeron a la realizacin de esta nueva edicin, que por ser tan numerosas no se les menciona aqu.

NDICEUnidad I CRISTO RESTAURA SU IGLESIA SOBRE LA TIERRA PAGINA UNA FE VITAL . . . . . . 1 COMO EMPEZ TODO 7 LA FRONTERA RELIGIOSA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.............................................................. 13 Captulo 4. EL ORIGEN DEL LIBRO DE MORMN 21 Captulo 5. LA TRADUCCIN Y PUBLICACIN DEL LIBRO DE MORMN 26 Captulo 6. UN NUEVO LIBRO DESAFIA AL MUNDO: EL LIBRO DE MORMN 39 Captulo 7. DECLARACIONES DE LOS TESTIGOS RESPECTO AL LIBRO DE MORMN 52 Captulo 8. EL LIBRO DE MORMN Y EL VEREDICTO DEL TIEMPO ........................................................................... 57 Captulo. 9. EL SACERDOCIO EN ACCIN 63 Captulo 10. LA VERDAD SE PROPAGA 70 Captulo 11. LAS COMUNIDADES MORMONAS A LO LARGO DE LOS CONFINES DEL TERRITORIO INEXPLORADO . .. 77 Captulo 12. EL GOBIERNO DE LA IGLESIA SE EXTIENDE 87 Captulo 13. LA GLORIA DE DIOS ES LA INTELIGENCIA 91 Captulo 14. LA GRANDEZA DE LOS PRIMEROS DIRIGENTES ............ .100 Captulo 15. CONFLICTO ENTRE LOS MORMONES Y LOS NO MORMONES EN MISUR 110 Captulo 16. EL COMIENZO DE LA CONSTRUCCIN DE TEMPLOS 119 Captulo 17. TIEMPOS DE TRIBULACIN EN LA IGLESIA 123 Captulo 18. LOS SANTOS SON EXPULSADOS DEL ESTADO DE MISUR 129 Captulo 19. UNA FE MAS FRREA QUE EL ACERO 141 Captulo 20. EL PROGRESO DE UNA CIUDAD-ESTADO EN AMERICA 148 Captulo 21. LAS AFLICCIONES DE UN PROFETA MODERNO ....... . . .155 Captulo 22. EL SACRIFICIO DE UN MILLN DE DOLARES ...163 Captulo 23. ANTAGONISMO ENTRE ORDENES SOCIALES .................. 167 Captulo 24. EL PRECIO DE LA GRANDEZA 175 Captulo 25. LA GRANDEZA DEL HOMBRE EN JOS 184 Captulo 1. Captulo 2. Captulo 3. Unidad II EL EVANGELIO DE JESUCRISTO IMPULSA A LOS HOMBRES A CONQUISTAR EL GRAN DESIERTO AMERICANO Captulo 26. LA IGLESIA DE JOS SMITH O LA IGLESIA DE DIOS? . . 191

VI

LA IGLESIA RESTAURADA

Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo Captulo

27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38.

NUEVOS DIRIGENTES Y VIEJOS PROBLEMAS UN PUEBLO EXILIADO EL BATALLN MORMN PIONEROS EL NUEVO LUGAR DE RECOGIMIENTO EL ESPRITU DE RECOGIMIENTO LA CONQUISTA DEL DESIERTO UN PUEBLO AUTOSUFICIENTE EXPERIMENTOS SOCIALES .. LA GUERRA DE UTAH UNA GRAN TRAGEDIA EL FIN DEL AISLAMIENTO Unidad III LA IGLESIA DE HOY

197 202 215 226 241 250 260 272 285 292 304 307

Captulo Captulo Captulo Captulo

39. 40. 41. 42.

EL SEGUNDO SIGLO DEL MORMONISMO TEMPLOS DE DIOS UN PROGRAMA VITAL PARA LA FELICIDAD EL MORMONISMO EN EL FUTURO Unidad IV LA FILOSOFA MORMONA

317 329 336 341

Captulo 43. Captulo 44? Captulo 45. Captulo 46. Captulo 47. Captulo 48. Apndice

EL MODO EN QUE LOS SANTOS DE LOS LTIMOS DAS ENTIENDEN LO QUE ES DIOS EL PLAN DE VIDA DEL EVANGELIO EL SACERDOCIO Y LA IGLESIA LOS PRINCIPIOS Y ORDENANZAS DEL EVANGELIO LAS BENDICIONES DEL ESPRITU SANTO EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA ,* * *

345 355 373 381 395 405 416

Bibliografa C o n c o r d a n c i a . . . . . . .

424 427

INTRODUCCIN Hace diecinueve siglos, Juan el Bautista llam al arrepentimiento a los judos que se haban reunido a su alrededor en las riberas del ro Jordn en Palestina, pues el reino de Dios se acercaba. El reino ciertamente estaba cercano, pues el Hijo de Dios iba a venir con autoridad para aceptar en su reino a todos los que lo invitaran a entrar en sus corazones. A aquellos que tenan fe en Dios y queran ingresar al reino, Juan les anunci:"Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras m, es ms poderoso que yo; l os bautizar en Espritu Santo y fuego" (Mateo 3:11).

As pues, cuando Jess vino estableci el reino de Dios sobre la tierra, para que todos los que quisieran, entraran y participaran con l, del Espritu de Dios. Para oficiar en el reino sobre la tierra, Jess orden a doce hombres como sus apstoles y les confiri poder y autoridad para predicar el evangelio y administrar en todas sus ordenanzas. Ellos fueron instruidos para llevar el evangelio en primer trmino a los hijos de Israel. Posteriormente, Cristo escogi a setenta hombres y tambin los comision para predicar el evangelio a toda criatura. Despus de la muerte y resurreccin del Salvador, este ncleo de oficiales de la Iglesia, obrando de acuerdo con la autoridad que posean, perfeccion la organizacin. El puesto vacante en el qurum de los Doce Apstoles, causado por la muerte de Judas Iscariote, fue ocupado al ser ordenado Matas a ese llamamiento. Se aadieron los puestos de presbtero, maestro, dicono, evangelista y obispo. De la gente que viva en ese tiempo en Asia occidental y en Europa, solamente los israelitas, debido a su disciplina y tradicin, estaban preparados para recibir las altas normas de la religin enunciada por Cristo. Las leyes morales de los hebreos y las enseanzas de sus profetas, deban haberlos preparado para aceptar el evangelio de Jesucristo. El Salvador orden por lo tanto a sus discpulos, que llevaran el evangelio primeramente a la Casa de Israel y luego a los gentiles. Al decir gentiles aqu, nos referimos a aquellos "idlatras" o "paganos", que nunca haban aceptado y qui-

z ni siquiera odo acerca del Dios de Abraham, Isaac y Jacob, sino que eran creyentes de dioses de la naturaleza, a quienes erigan imgenes y ofrecan sacrificios. Una Iglesia, despus de todo, no puede ser mejor que los miembros que la componen, y la inmoralidad y el desenfreno de los pueblos paganos de aquel entonces, eran notorios. Aquellos judos, quienes con su herencia de disciplina e historia hebrea, aceptaron al Maestro, llegaron a ser sus seguidores genuinos y ciertamente eran dignos de ser incluidos en su reino. Mas debido a que los judos, como nacin, tambin haban sucumbido a las prcticas inmorales y se haban sometido a una interpretacin rgidamente sacerdotal de sus leyes religiosas, la nacin en general, rechaz el evangelio de Jesucristo. Fue con gran tristeza que Jess percibi la dureza de corazn de su propio pueblo. Podemos entrever la grandeza de su alma cuando recordamos una ocasin, en la que se detuvo con sus discpulos en la cima del Monte de los Olivos y contemplando en la llanura a su amada Jerusaln, prorrumpi en llanto, exclamando:" Jerusaln, Jerusaln. . . Cuntas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! '

Como el Salvador previo que el evangelio sera rechazado por aquellas personas que por su tradicin y educacin deberan haber estado preparadas para recibirlo, y que deba ser llevado a los paganos, quienes no estaban preparados para aceptar sus elevados preceptos morales, advirti a sus pocos seguidores fieles cul sera el resultado:"Muchos tropezarn entonces, y se entregarn unos a otros, y unos a otros se aborrecern. Y muchos falsos profetas se levantarn, y engaarn a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriar. Mas el que persevere hasta el fin, ste ser salvo"2.

Hablando del perodo de apostasa y de persecucin que vendra, el Salvador aadi:"Entonces os entregarn a tribulacin, y os matarn, y seris aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre" 3 . "Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aqu est el Cristo, o mirad, all est, no lo creis. Porque se levan-

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LA IGLESIA RESTAURADA

taran falsos Cristos, y falsos profetas, y harn grandes seales y prodigios, de tal manera que engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. As que, si os dijeren: Mirad, est en el desierto, no salgis; o mirad, est en los aposentos, no lo creis .

las normas establecidas por el Seor. Algunos no obstante lo hicieron, y acerca de stos Justino Mrtir, quien vivi en el segundo siglo dijo:"Nosotros, quienes una vez fuimos esclavos de la lujuria, quienes una vez practicamos las artes de la magia, nos hemos consagrado al eterno y buen Dios; nosotros, quienes una vez estimbamos el lucro ms que cualquier otra cosa, damos aun lo que tenemos para el uso comn y lo repartimos con los necesitados; nosotros, quienes una vez nos odiamos y nos asesinamos unos a otros, quienes, por causa de las diferencias de costumbres, no compartamos nuestro hogar con los extraos, ahora, desde el surgimiento de Cristo, vivimos junto con ellos; oramos por nuestros enemigos; procuramos convencer a los que nos odian sin motivo, para que ordenen sus vidas de acuerdo con la doctrina gloriosa de Cristo y obtengan la gozosa esperanza de recibir junto con nosotros las mismas bendiciones de Dios, el Seor de t o d o s " 5 .

El mundo al cual fue llevado el evangelio Muy difcilmente se podra tener esperanzas de que el evangelio sobreviviera puro entre los pueblos paganos del mundo mediterrneo de aquellos das. Pues la Iglesia no puede ser mejor que los miembros que la componen, y los habitantes del mundo mediterrneo de ese entonces, se haban sumido en las profundidades de la iniquidad. Esto es evidente desde el punto de vista de cualquier estudio extenso que se haga sobre las condiciones sociales de ese tiempo, el que probar que los dioses paganos que estos pueblos adoraban, eran, salvo raras excepciones inmorales, dados a excesos y pasiones desenfrenadas; llenos de celo, a menudo motivado por el odio y casi nunca por el amor. En las grandes ciudades romanas y griegas, las relaciones sexuales haban alcanzado un grado tal de libertinaje que el matrimonio lleg a ser una conveniencia temporal y la inmoralidad una virtud. Inclusive, en ciertas ocasiones festivas se exiga la prctica inmoral de relaciones sexuales como parte del culto pblico. Aun los judos fueron afectados por las condiciones de depravacin existentes en ese tiempo en el mundo griego y romano, idendose toda clase de subterfugios para eludir las ms rgidas leyes judas sobre el casamiento y el divorcio. Fue a este remolino de desenfreno al cual el intrpido apstol Pablo y otros determinados a salvar a la humanidad, llevaron el evangelio de Jesucristo. El entusiasmo y determinacin de estos nobles caudillos hebreos, junto con las manifestaciones del poder y la autoridad que posean, caus que el evangelio se esparciera como reguero de plvora por todo el mundo mediterrneo, en donde las religiones msticas se encontraban al borde de la disolucin y el decaimiento. Pero aunque multitudes de griegos, y ms tarde de romanos, fueron bautizados en la Iglesia de Cristo, no siempre cambiaban su manera de vivir y obedecan

Las inmoralidades que la mayora de los miembros recin bautizados continuaron practicando, a pesar de ser miembros de la Iglesia, causaron una gran preocupacin en Pablo. Con un esfuerzo casi sobrehumano combati, tanto por medio de las epstolas como por medio de sus visitas, estos males que estaban destruyendo el espritu de la Iglesia. Repetidamente amonest a las iglesias por sus inmoralidades. Tenemos un ejemplo de ello en su primera epstola a los Santos en Corinto:"De cierto se oye que hay entre vosotros fornicacin, y tal fornicacin cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estis envanecidos. No debierais ms bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometi tal accin? " 6 .

Pablo saba que la estabilidad de la Iglesia dependa de que los miembros vivieran de tal manera que el Espritu Santo fuese su compaero y consolador. A menos que vivieran puramente no podran recibir las bendiciones del Espritu Santo. Sin el Espritu Santo no podra existir ese testimonio vehemente con respecto a Cristo, que Pablo mismo tena y cuya posesin impela a los hombres a dedicar sus vidas al reino de Dios. Pablo amonest a los corintios:". . . y nadie puede llamar a Jess Seor, sino por el Espritu Santo" 7 . Pedro, asimismo, amonest a los santos a vivir rectamente para ser dignos de recibir el Espritu Santo como instructor en el estudio de las Escrituras, "entendiendo primero esto,

INTRODUCCIN

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IX

que ninguna profeca de la Escritura es de interpretacin privada, porque nunca la profeca fue trada por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espritu Santo" 8 . Al estar las ramas de la Iglesia tan extensamente esparcidas y al haber pocas Escrituras aparte del testamento judo, la Iglesia no poda conservarse unida sin la gua del Espritu, especialmente al enfrentarse con las filosofas griegas, fuertemente arraigadas en la mente de los conversos cristianos. El Dr. Philip Smith dice refirindose a ese perodo:"La triste verdad es, que en cuanto se generaliz su propagacin, el cristianismo empez a absorber la corrupcin de todos los pases en donde fue establecido y a reflejar el carcter de todos los sistemas religiosos y filosficos de esos lugares" 9 .

durante el primer siglo, con la sola fuerza de su personalidad y con el fervor de su testimonio, mantuvieron a la Iglesia en cierto grado de orden. Cuando estos grandes caudillos judos fueron silenciados por la muerte, no hubo quien los reemplazara. La nacin juda haba rechazado el evangelio, y a los conversos griegos y romanos, aunque a veces extremadamente inteligentes y capaces, no obstante, les faltaban las bases fundamentales en lo concerniente a tradicin y cultura, para comprender el reino espiritual establecido por Jesucristo. La inmoralidad se infiltr lentamente en todas las ramas de la Iglesia, a tal grado, que un historiador que vivi en ese tiempo, escribi:"Por razn de la excesiva libertad, nos hundamos en la negligencia y en la pereza, envidindonos y denigrndonos unos a otros en diferentes maneras y estbamos a punto de tomar las armas unos contra otros, tanto con palabras como con dardos y lanzas, prorrumpiendo en invectivas unos prelados contra otros, y confabulndose hermanos contra hermanos; algunos en verdad igual que ateos, considerando que no exista una providencia que observase y prestase atencin a nuestra situacin; la iniquidad y la miseria se sucedan una tras otra. Mas algunos que aparentaban ser nuestros maestros, olvidndose de la ley de piedad se encolerizaban y rivalizaban entre s, slo acumulando unos contra otros rias, amenazas, enemistades, hostilidades y odio, pugnando slo por hacer valer el gobierno como una especie de soberana a su favor" 3 .

Pablo anticipa la apostasa Mientras Pablo an viva, algunas de las ramas de la Iglesia que l haba establecido en Asia se apartaron de los preceptos y doctrinas que les haba enseado. Pablo predijo que inevitablemente ocurrira una apostasa del evangelio verdadero. Hablando por ltima vez a los Santos de Efeso, dijo:"Porque yo s que despus de mi partida entrarn enmedio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarn al rebao. Y de vosotros mismos se levantarn hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras s a los discpulos" 1 .

Cambios efectuados en las ordenanzas El Espritu Santo no poda obrar bajo tales condiciones de iniquidad, y los hombres quedaron abandonados de modo que habran de altercar en cuanto a las interpretaciones personales de las Escrituras y doctrinas. Adems, cesaron de manifestarse los dones del Espritu Santo, que fueron tan patentes en el perodo de los apstoles. A medida que el evangelio continu esparcindose entre los paganos, el mismo empez a ser partcipe en forma progresiva, de la naturaleza de las prcticas paganas. En las Instituciones de Mosheim* leemos:"Se agregaron sin necesidad muchos ritos a la adoracin religiosa pblica y privada, en serio agravio a los hombres de bien; y principalmente por la perversidad de gran parte de la humanidad, que se deleita ms en la pompa y en el esplendor de las ceremonias ex-

En otra ocasin, en una epstola escrita desde una prisin romana a su amado discpulo Timoteo, Pablo dijo:"Pero el Espritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarn de la fe, escuchando a espritus engaadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresa de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirn casarse, y mandarn abstenerse de alimentos que Dios cre para que con accin de gracias participen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad" 1 *.

En la ltima carta aadi:"Porque vendr tiempo cuando no sufrirn la sana doctrina, sino que teniendo comezn de or, se amontonarn maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarn de la verdad el odo y se volvern alas fbulas" 1 2 .

Fue la direccin de nobles varones judos, como Pedro, Santiago, Juan y Pablo, quienes

X

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LA IGLESIA RESTAURADA

ternas y la ostentacin, que en la devocin sincera que emana del corazn. Existe un buen motivo para creer que los obispos cristianos multiplicaron a propsito los ritos sagrados, para as contar con el apoyo y la amistad de los judos y de los paganos, pues estos dos grupos siempre haban estado acostumbrados a ceremonias numerosas y esplndidas, las cuales consideraban como parte esencial de la religin. Para aadir mayor dignidad a la religin cristiana, las iglesias del Oriente inventaron misterios similares a los de las religiones paganas; y al igual que entre los paganos, al vulgo se le ocultaban los ritos sagrados correspondientes a los misterios, y no nicamente aplicaron los trminos que se empleaban en los misterios paganos para la institucin cristiana, particularmente en lo que concierne al bautismo y a la Santa Cena, sino que gradualmente introdujeron tambin los ritos designados en estos trminos" 1 4 .

te y atrevida, sino tambin enemiga de la tranquilidad pblica, y en todo sentido, capaz de provocar escndalos o guerras civiles en el imperio. Es por ello que Tcito los califica con el apodo de "enemigos de la humanidad" y cataloga a la religin de Jess como una supersticin destructora; y de ah que Suetonio se exprese de los cristianos y su doctrina de la misma manera" 1 .

No debe suponerse que todas estas modificaciones en las ordenanzas y doctrinas se llevaron a cabo en un corto perodo de tiempo; fue a travs de muchas generaciones que se efectuaron algunos de estos cambios. Tampoco ocurrieron de manera uniforme en todo el mundo cristiano. Hasta el cuarto siglo existieron prcticas ampliamente divergentes en las ordenanzas, como por ejemplo, se permitan dos formas distintas de bautismo en la misma iglesia. Las persecuciones y sus efectos Durante este perodo de la Iglesia hubo frecuentes persecuciones que ocasionaron la muerte de los dirigentes cristianos, debilitando as la resistencia a las filosofas paganas. Las primeras persecuciones provinieron de aquellos judos que haban rechazado el evangelio. Para ellos, el cristianismo era una hereja juda, y su xito pareca sacudir los cimientos de su Iglesia. En el ao 64 A.C. el gobierno romano de Nern, tuvo conocimiento del crecimiento de la Iglesia cristiana y empez una cruel persecucin en contra de dicha secta. Tambin hubo persecuciones posteriores a intervalos, hasta el tiempo de Constantino, quien profes el cristianismo y lo estableci como religin del estado. Estas persecuciones fueron causadas por dos razones:"Se atrevan a ridiculizar los absurdos de la supersticin pagana, y eran apasionados y constantes en ganar conversos a la verdad. No nicamente atacaban la religin de Roma, sino tambin las diferentes formas bajo las cuales surga la supersticin en su ministerio. De esto los romanos sacaron en conclusin que la secta cristiana no slo era insoportablemente arrogan-

Sin embargo, mientras las persecuciones daban lugar a que muchas personas se alejaran de la Iglesia, tampoco fueron un obstculo para el crecimiento de la misma, y ms bien pudieron haber contribuido a su engrandecimiento. Fueron ms bien las debilidades internas de los dirigentes de la Iglesia las que causaron que la gente se desviara del evangelio de Jesucristo. Resumen de las transformaciones No es nuestro propsito seguir paso a paso el desarrollo del paganismo en los ritos y ordenanzas de la Iglesia, y del proceso de la prdida del sacerdocio. Ya lo han hecho con considerable habilidad historiadores respetables. Tampoco podemos introducirnos en el problema de determinar cundo se consum la apostasa. Ser suficiente decir que cuando escudriamos la historia del cristianismo, varios cientos de aos despus de iniciada la era cristiana, encontramos muy pocas de las ordenanzas originales establecidas por Cristo. Nos percatamos de que los dones del Espritu Santo ya no se hacen manifiestos y que la organizacin de la Iglesia est alterada. De esta alteracin el historiador Gibbon, escribe:"Si despus de todo, el progreso del cristianismo es triste y humillante, debemos tener cuidado de no culpar a los historiadores de infieles. Es falso y vano negar o desmentir las primeras privaciones del cristianismo y su gradual pero rpido alejamiento de la sencillez y pureza primitivas, y an ms, de su espritu de amor universal. Para el mundo cristiano, quiz no sea una leccin saludable percibir que este sigiloso, tal vez inevitable y fatal cambio en el cristianismo, hayase llevado a cabo por una mano hostil e imparcial" 1 6 .

Los cambios que ocurrieron en la Iglesia cristiana pueden resumirse brevemente de la siguiente manera: Primero, la ordenanza del bautismo, originalmente hecha por la inmersin 17 del candidato bajo las aguas, fue cambiada al hecho de que el sacerdote slo rociara agua sobre la ca-

INTRODUCCIN

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XI

beza del converso. Tambin una multitud de ceremonias aadidas suprimieron su simplicidad original, y se dio comienzo al bautismo de los infantes 18 . Segundo, la ordenanza del sacramento de la Santa Cena del Seor fue alterada. La simplicidad original de la participacin del pan y del vino en memoria del Salvador se convirti en una complicada ceremonia de pompa y misterio. La doctrina de la transubstanciacin lleg a ser una doctrina esencial en la Iglesia romana. Esta doctrina dicta que el pan y el vino que se usan en el sacramento pierden su carcter como tales y llegan a ser literalmente la carne y la sangre de nuestro Seor Jesucristo. Se supone que ese cambio ocurre de una manera misteriosa que no est al alcance de los mortales comprender. A estos emblemas consagrados se les lleg a rendir culto y llev a los fundadores de esta doctrina a una prctica perniciosamente idlatra. La celebracin de la "misa", como se llam a esta ordenanza, se fue verificando a intervalos cada vez mayores. Ms tarde se introdujo la prctica de administrar nicamente el pan, con la asercin de que por medio de una forma mstica, tanto el cuerpo como la sangre del Seor se encontraban presentes en un solo emblema 19 . Tercero, ocurrieron cambios no autorizados en la organizacin y gobierno de la Iglesia. Los oficiales que integraban la Iglesia primitiva, como los apstoles, pastores, sumos sacerdotes, setentas, lderes, obispos, presbteros, maestros y diconos, haban desaparecido en gran parte. A los miembros de la Iglesia se les neg la posesin del sacerdocio, pero un grupo especial de oficiales conocido como "clero" se apart de la gente comn y profes tener la autoridad del sacerdocio. El cargo de "obispo" se retuvo, pero a diferencia del orden que prevaleci en la Iglesia primitiva, no todos los obispos eran considerados con el mismo rango. Bajo la proteccin y sancin del gobierno romano, el obispo de Roma asumi la jurisdiccin sobre todos los obispos y adquiri el nombre de Papa, u "obispo papa". Mosheim declara que los papas "llevaron a tal extremo sus pretensiones insolentes, que llegaron a autonombrarse se-

ores del universo, arbitros de la suerte de reinos e imperios y gobernantes supremos con potestad sobre reyes y prncipes de la tierra" 2 . Cuarto, los dones del Espritu Santo desaparecieron de la Iglesia. Se declar que esos dones haban sido dados durante el perodo de los apstoles con el especfico propsito de ayudar a establecer la Iglesia y que despus de dicho establecimiento, los dones fueron retirados de la tierra, ya que no eran necesarios. Por lo cual la revelacin, profeca, el don de lenguas y la interpretacin de lenguas, sanidades, el don de discernimiento, etc., desaparecieron completamente de la Iglesia. Quinto, la Iglesia asumi el derecho de castigar a aquellos que violaban sus reglas, por medio de penas civiles. An ms, la Iglesia asumi el poder de perdonar los pecados a los hombres, ante la evidencia del arrepentimiento. Esto condujo a la terrible prctica de vender indulgencias o perdones a cambio de dinero, lo cual constituy una de las causas primordiales de la posterior rebelin de Martn Lutero contra la Iglesia2 x. Propagacin de los ideales cristianos No obstante, el evangelio de Jesucristo no haba claudicado, ni haba sido un fracaso la misin del Salvador para con la humanidad. Cristo vino a la tierra en un tiempo en que la vida espiritual de sus habitantes se encontraba en declive. Abundaba la inmoralidad, el egosmo, el odio, la avaricia, la crueldad y la esclavitud. En este suelo enfermo, l plant la semilla del evangelio, no con la esperanza de que el mundo entero se convirtiera a la rectitud inmediatamente, sino con la certeza de que, al igual que la levadura amasada en el pan, un puado de esta levadura agrandara toda una masa y finalmente producira un mundo mejor. A sus apstoles dijo:"El reino de los cielos es semejante a la levadura que tom una mujer, y escondi en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado" 22 .

Mientras que el sacerdocio de Cristo desapareci de entre los hombres, y las ordenanzas y doctrinas de la Iglesia se corrompieron, la levadura del evangelio se conserv por medio

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LA IGLESIA RESTAURADA

de la Biblia, que se preserv en los monaste- naban a sus esposos y stos maltrataban a sus rios y conventos durante esos tiempos difci- esposas hasta matarlas. Aun el gran Constantiles. El ejemplo que dio Cristo durante su vida no asesin a su esposa y a uno de sus hijos sin y la belleza de sus enseanzas, continuaron suscitar muchos comentarios entre un pueblo tocando el corazn de mucha gente y mejo- depravado por el pecado. Durante este perodo, hubo mucha gente rando su vida. Gradualmente, la humanidad se estaba preparando para la restauracin del buena, mas eran relativamente pocos, y su misma rectitud se haba convertido en un evangelio en su plenitud. Los efectos de esta levadura en la humani- aspecto reprobable de su personalidad. Jendad se hacen evidentes a travs de los siglos de fanes, el escritor griego, dijo del hombre la historia cristiana y dan testimonio del gran- ideal al describirlo en una de sus novelas: "Ningn hombre jams hizo ms beneficio a sus de amor de Dios hacia el hombre y su esperanamigos, ni ms perjuicio a sus enemigos". za de que ste se preparara para la prodigiosa Constituy un paso gigantesco la transicin restauracin de su reino. Cuando se leen tantas pginas oscuras de la historia cristiana, sur- de esa poca, caracterizada por el odio, al elege la duda de si la levadura de las palabras de vado ideal de hombra ilustrado por Tennyson Cristo no se perdi en su totalidad. Para mu- con su personaje del Rey Arturo, quien no se chas personas esto pareca evidente, y el Esp- convierte en el caballero perfecto sino hasta ritu del Maestro se encontraba en total deca- que, percatndose de que su Reina Ginebra lo dencia entre la gente. Sin embargo, gradual- haba agraviado hondamente, la perdona con mente, la levadura de la rectitud empez a generosidad. De igual manera, ha sido un gran paso el que se dio desde el tiempo en que los levantar. A fin de comprender la victoria de Jesucris- enfermos y ancianos moran abandonados en to sobre las sombras fuerzas del pecado y la las montaas de Grecia, hasta el presente, en desesperacin, es necesario tener presente la que las naciones civilizadas cuentan con un condicin del mundo en el tiempo de la llegada moderno programa de seguridad social para de Jess. El historiador judo, Flavio Jo- los desvalidos. Ha pasado mucho tiempo dessefa, dijo acerca de los judos que vivieron en de que las vctimas de la justicia romana se Jerusaln poco despus de la muerte de Jess, contorsionaban en la cruz, ante la vista de mu"que generacin de hombres tan inicuos" no jeres y nios, hasta la actitud moderna de alhaba existido en la tierra desde los das de gunos criminlogos, quienes piensan que el criminal es un desadaptado espiritual y social No2 3 . que necesita ser tratado con comprensin y En la gran ciudad griega de Atenas, durante benevolencia. el tiempo en que vivi Jesucristo, tres quintas partes de la poblacin se componan de esclaPara las masas humanas, ste fue un lento vos, existiendo una condicin semejante a lo proceso de desarrollo. Su xito se manifest largo de todo el mundo mediterrneo. A los primeramente en las grandes reformas comenculpables de crmenes se les daba muerte en la zadas en el siglo XVI en que se suscit un forma ms brutal, a menudo se les clavaba en enorme deseo de recibir y comprender ms el cruces que se exhiban en las vas pblicas o evangelio lo cual motiv a hombres como en los mercados, como escarmiento para los Martn Lutero, Juan Calvino, Juan Knox y dems. El temor era la principal influencia otros, a rebelarse contra las restricciones aplique refrenaba a los hombres. En algunas par- cadas al evangelio. Aunque la inmoralidad sites del Imperio Romano se abandonaba a los gui existiendo en muchas partes, a travs de enfermos y ancianos en lugares desolados para las edades cristianas, los exponentes de la recque all perecieran. La muerte por inanicin titud fueron aumentando cada vez ms en nera comn entre los pobres. Se haca notar mero. La pequea porcin de levadura por fin deplorablemente la falta del afecto natural haba surtido efecto en una parte del gnero que suele existir entre los familiares. Se come- humano. El sacerdocio desapareci de la tierra dutan fratricidios por lucro; las esposas envene-

INTRODUCCIN

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rante las edades de la historia cristiana. No mundo cristiano se convirti en un mundo de poda funcionar ni perpetuarse en un estado confusin. de iniquidad. La mejor evidencia de su ausenEmpero, bajo esta confusin haba muchas cia, es la carencia absoluta de aquellos dones virtudes cristianas loables. La humanidad que acompaaron al sacerdocio cuando el mismo existi sobre la tierra. La revelacin, la como grupo, se estaba aviniendo cada vez ms profeca, el don de lenguas, las sanidades y a las cualidades que ejemplific el Maestro. otros dones del Espritu Santo ya no se en- Fue necesario un largo perodo de preparacontraban entre los hombres. Sin el Espritu cin, pero al fin lleg el tiempo en que Dios Santo, que guiara a los hombres en el estudio haba preparado plenamente el camino para de las Escrituras, surgieron diversas opiniones que se estableciera de nuevo su autoridad soe interpretaciones. Despus de la rebelin de bre la tierra y para que el evangelio se predicaMartn Lutero contra la Iglesia Catlica, de ra en su plenitud. Las palabras de Juan el todas partes brotaron nuevas sectas hasta lle- Revelador estaban prontas a cumplirse. gar a sumar ms de cuatrocientas. Todas ellas "Vi volar p o r en m e d i o del cielo a otro ngel, q u e profesaban tener la comprensin verdadera t e n a el evangelio e t e r n o p a r a predicarlo a los m o r a del evangelio y asumieron poder y autoridad dores de la tierra, a t o d a n a c i n , t r i b u , lengua y p u e para oficiar en las ordenanzas del Maestro. El b l o " 2 4 .Mateo 23:37. Mateo 24:10-2. 'Mateo 24:9. 4 Ibdem, versos 23-26. s Neander, Church History, Volumen 1, Pg. 250. 6 1 Corintios 5:1-2. 7 i de Corintios 12:3. 8 2 de Pedro 1:20-21. Philip Smith, Students' Ecclesiastical History, Volumen 1, pg. 49. 10 Hechos 20:29-30. 11 1 Timoteo 4:1-3. 12 2 Timoteo 4:3-4. Vase tambin 2 Tesalonicenses 1:2-14; 2 Pedro 2:1-3; Judas 17, 18. 1J Eusebio, Ecclesiastical History, Tomo VIII, Captulo 1. *Mosheim, Juan Lorenzo Von. Historiador de la Iglesia y telogo luterano alemn, nacido en Lbeck (1694-1755) Autor de: Institutiones historiae ecclesiasticae, etc. ^^Instituciones, Volumen I, Siglo II, Cap. IV.2 3 1

'SMosheim, Ecclesiastical History, Siglo , Parte I, Captulo 5:6-7. 16 Gibbon, Romn Empire, Prefacio por Dean Milman, pg. 15. 17 Vanse Hechos 2:37-41; 8:26-39. Talmage, The Great Apostasy, pginas 93-95. Talmage, Artculos de Fe. Captulos 6-7. 18 Talmage, Artculos de Fe, Artculo 6, Apndice VI, nota 2, Milner, Church History, Volumen III, Cap. 13. 19 Vase Talmage, The Great Apostasy, Pgs. 94-95. Robetts, Outlines of Ecclesiastical History, pg. 133. 20 Mosheim, Ecclesiastical History, Siglo XI, Parte II, Cap. 2:2. 2 'Vase Talmage, The Great Apostasy, pgs. 105-108. Para un relato de la condicin terrible en la que se hundi el pontificado. 22 Mateo 13:33. 23 Josefo, Warsof the Jews, Tomo 5, Captulo 8. 24 Apocalipsis 14:6.

ANLISIS PREVIO DE LA PRIMERA UNIDAD CRISTO RESTAURA SU IGLESIA SOBRE LA TIERRA En esta parte del libro, seremos espectadores de la restauracin del evangelio de Jesucristo sobre la tierra, de la organizacin de su Iglesia y de la exposicin del gran plan de salvacin a los hijos de Dios. Este perodo de restauracin es contemporneo al de la vida de Jos Smith, el Profeta, quien fue un instrumento en manos del Seor para el logro de sus magnos propsitos. Al leer estos captulos veremos a Jos Smith como un gran hombre y seremos testigos del desarrollo de la personalidad necesaria para alcanzar tal grandeza. Podremos ver a la oracin, la revelacin y al sacerdocio en accin, como realidades vitales. Seguiremos la trayectoria de la Iglesia desde su organizacin en Fayette, Nueva York, a la ciudad de Nauvoo, una ciudad amada por el Profeta y sus seguidores. Analizaremos brevemente el origen y la importancia del Libro de Mormn y presenciaremos su efecto en la vida de los hombres. Pero especialmente, llegaremos a comprender que la Iglesia es de Dios y no de los hombres, y que los principios sobre los cuales est fundada, son verdades eternas.

LA IGLESIA RESTAURADACAPITULO I UNA FE VITAL Visita a una ciudad extraordinaria A principios del verano de 1843 un viajero ingls baj de la borda de un buque de vapor en el ro Misisip, pisando por primera vez el suelo de la ciudad ms extraordinaria de los Estados Unidos. No era la ciudad ms grande ni la ms antigua, pero qued asombrado desde el momento en que la vio. La primera escena que contempl fue para l una agradable sorpresa. La embarcacin fluvial, trazando un derrotero hacia el norte a lo largo del vigoroso padre de las aguas, haba doblado un recodo, por lo que se pudo contemplar el panorama completo de una ciudad esplndida, que hasta ese momento haba permanecido escondida. Situada en la ribera oriental, el ro la circundaba por tres lados, y del borde del agua, la tierra se levantaba suavemente hacia una eminencia central ms o menos a un kilmetro de distancia. Todo aquello estaba cubierto de casas, con rboles y jardines esparcidos. El afamado viajero, hondamente conmovido por la escena que presentaba la ciudad, musit involuntariamente el nombre de la misma: "La Ciudad Hermosa". Si hubiera sabido que tres aos antes, esa regin estaba prcticamente deshabitada, relativamente inservible; que haba sido un fangal plagado de zancudos, que Nauvoo, "La Ciudad Hermosa", haba sido entonces slo un sueo frtil en la mente de un hombre perseguido y sin dinero, ciertamente se hubiera maravillado de que ese sueo se hubiera convertido en realidad tan pronto. Ahora, al pisar firmemente este nuevo suelo, con la fresca brisa del ro jugando con los faldones de su levita, y la incitante fragancia de las rosas, senta que se encontraba en un nuevo mundo, en un fondeadero de paz y felicidad. Ante l, una calle de 40.23 m. de ancho, corra recta como una flecha hasta el centro de la ciudad, con otras calles de igual anchura y rectitud de trazo que corran paralelas a ella o la interceptaban a intervalos uniformes. Esta disposicin de las calles era una cosa sencilla, y sin embargo, en todos sus viajes alrededor de los continentes, no haba visto algo semejante. Las calles de Boston, Nueva York y Filadelfia estaban notoriamente mal trazadas, angostas y torcidas. Adems, las calles de esta ciudad estaban limpias, sin que las ensuciara la basura que se llegaba a ver hasta en las vas pblicas ms transitadas de las metrpolis de esos tiempos. Alineaban las avenidas, hileras de rboles pequeos y bien cuidados, y el verde resplandeciente de las hojas nuevas reflejaba el vigor de sus habitantes. En cada lado de estas anchas avenidas, casas hermosas y recin construidas adornaban el panorama. Edificadas en su mayor parte con piedra o ladrillo, de un tipo que en ese tiempo era comn en los distritos residenciales ms distinguidos de la costa del Atlntico, parecan extraas en esta faja de la civilizacin occidental. Predominaban los edificios de dos pisos, de estilo colonial. Situados a alguna distancia de la avenida, en una hilera recta los prados y canteros de flores demostraban la industriosidad y el orgullo cvico de sus moradores. Mientras caminaba sin rumbo fijo por una y otra calle, aumentaba el azoramiento del viajero absorto. Los centros industriales y de manufacturas, las tiendas y los almacenes, los edificios pblicos y las casas de los habitantes, todo estaba situado en zonas apartadas, especialmente designadas para esos particulares usos, y el viajero conocedor, que haba dormido en los mejores hoteles de las grandes ciudades, con el cercano sonido de las fbricas y el olor de los mercados, frunci el ceo en pen-

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Boceto de Nauvoo, hecho por un pintor, tal como se vea en los das del Profeta Jos Smith, vista a travs del Ro Misisip desde el lado del Estado de Iowa. (Usado con permiso de la Sociedad Histrica del Estado de Utah).

sativa actitud. Qu cosa tan inslita en un mundo desenfrenado! No haba cantinas. Era una ciudad de veinte mil habitantes sin un solo proveedor de licor, no existiendo all la embriaguez. En vano se podran estudiar los anales de la historia para encontrar un caso similar. Ms extrao an, la crcel estaba vaca. Sus fuertes puertas de hierro estaban abiertas de par en par, con sus bisagras ya herrumbrosas por la falta de uso. Boston, Nueva York y Filadelfia construan crceles nuevas y ms grandes, ya que las que tenan no eran suficientes, mientras que la ciudad de Nauvoo, en las fronteras de la civilizacin, no tena ni un solo prisionero. No es de extraar que la vista del viajero se encontrara una y otra vez en el grande e imponente edificio cuya parte superior estaba prxima a terminarse, interrumpiendo el horizonte en la esquina de las calles Mulholland y

Wells. Pens que sus muros de piedra gris, casi blanca a la luz del sol languideciente, constituan un monumento en honor de un nuevo orden social. Era un edificio costoso en las afueras del mundo civilizado, tan imponente que en los habitantes de ciudades famosas, hubiera producido un orgullo ciertamente justificado. Un edificio que no tena paralelo al poniente de las montaas Allegheny, desde cuya parte superior el viajero poda haber contemplado hacia la lejana del occidente, a travs del poderoso padre de las aguas, la extensin virgen nico dominio del salvaje y del explorador, o hacia el oriente, kilmetros de sembrados uniformes y bien labrados. O bien, se podra dedicar a pensar acerca de la ciudad que estaba a sus pies, la cual se adelantaba casi un siglo en distintas innovaciones urbanas; una ciudad tres veces ms grande que la Chicago

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de aquel tiempo y que serva de sede al centro industrial y manufacturero ms grande de la parte occidental de los Estados Unidos; una ciudad de fama tan difundida que haba quienes cruzaban medio continente solamente para visitarla y maravillarse. Y esta ciudad apenas tena tres aos de existencia. Hasta fines del ao 1839 el sitio se haba considerado tan insalubre y de poco valor relativo, que hasta su propio fundador escribi en su diario: "Este lugar era literalmente un territorio inhspito. Casi en toda su extensin estaba cubierto por rboles y matorrales; era tan fangoso que un hombre a pie lo atravesaba con suma dificultad, y a las muas les era t o t a l m e n t e imposible cruzarlo. Commerce, (como se llamaba entonces el lugar) era una tierra insalubre, muy pocos podran vivir all; no obstante, creyendo que se podra transformar en un lugar habitable mediante la bendicin del cielo y ya que no haba disponible otro lugar ms adecuado, consider prudente intentar erigir all una ciudad" 1 . Al acercarse el viajero al imponente edificio de piedra gris que haba observado tan frecuentemente desde lejos, ley en sus slidas y pesadas puertas, estas palabras, "Santidad Sea al Seor". El Templo de Salomn haba sido una vez "La Meca" para toda una nacin. Qu podra ser ms apropiado que un nuevo santuario en esta maravillosa metrpoli? Una gente extraordinaria .Qu clase de gente haba transformado este pantano en un paraso? De qu razas, credos y ciudades provenan? Al recorrer la ciudad, el visitante haba conocido a muchas personas y conversado con algunas de ellas. Aunque stos en su mayora eran originarios de la Nueva Inglaterra, muchos provenan de su patria Inglaterra, algunos de Canad y otros pocos de casi cada estado de los Estados Unidos de aquella poca. Los rostros de los hombres eran vigorosos, de ojos francos, penetrantes e inteligentes. La mayora parecan estar en la flor de la edad,

con muy pocos ancianos entre ellos. Su indumentaria era ms comn y tpica del campo que de la ciudad. Sus saludos eran sinceros y cordiales; todos se llamaban entre s "Hermano" o "Hermana". Todos irradiaban optimismo y buena voluntad; ciertamente parecan ser una gente estimulada y sostenida por una nueva esperanza. Se notaba all claramente una nueva fraternidad entre los hombres; una nueva conducta; un nuevo orden social. No haba vagabundos que se sentaran ociosos en las esquinas de las calles, ningn mendigo lo haba acosado pidindole limosna, ninguna voz escandalosa y profana haba atrado su atencin. No obstante, la ciudad estaba llena de gente, todos activos en sus tareas cotidianas, con expresin alegre, todos ocupados y evidentemente felices. No haba visto un solo polica en toda la ciudad y aun as las viviendas no se cerraban con candado y las tiendas y almacenes se encontraban siempre sin llave. Era evidente que all exista una confianza innata en el prjimo, y un compaerismo ejemplar que pareca exclamar: "No puede haber abuso, pues todo lo que tengo es tuyo". Grupos de nios demasiado jvenes para trabajar en los campos, tiendas o fbricas, jugaban en las calles o en los patios, felices, bulliciosos y llenos de confianza en s mismos, evidentemente heredada de sus mayores. De las ventanas abiertas provenan fragmentos de canciones, mientras las amas de casa desempeaban sus quehaceres, y al desvanecerse el da ocasionalmente se entremezclaban aromas deliciosos con el aire exterior. El poder de la unidad, la fuerza de la cooperacin y la energa de la esperanza, se encontraban presentes por doquier. El granjero, el carpintero, el albail, el msico y el artesano, todos y cada uno de ellos encontraron un lugar idneo en la nueva sociedad. Y esta gente era, en su mayora, la misma que tres aos antes se haba apiado con fro, angustiados y en la ms completa pobreza, en

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sus tiendas y piraguas a las orillas del Ro Missip. Haban sido despojados de sus hogares en Misur, en pleno invierno; sus propiedades haban quedado perdidas o confiscadas 2; su dirigente haba sido encarcelado, y ellos se convirtieron en presa de la enfermedad y la inanicin. Qu lealtad los conservaba unidos? Qu fervor los haba impulsado? Qu motivos los haban guiado? Qu esperanzas y comprensiones enraizaban su desbordante optimismo?

lle, dando frente a la calle Principal en el poniente y a la calle Water en el sur. Una cerca de estacas puntiagudas circundaba el terreno. Cuando el viajero franque la puerta del mesn, se encontr en una especie de sala de espera, o sea, lo que en otras ciudades se hubiera catalogado de saln de bar o taberna. Por el momento esta sala se hallaba deshabitada, pues la persona que lo haba recibido, haba salido para anunciar la presencia del turista.

A travs de una puerta abierta, el visitante En este lugar, con la tierra apenas descom- poda ver a un grupo de personas sentadas brada, estaban construyendo un templo para ante una larga mesa, evidentemente para la* su Dios. A pesar de la lucha diaria por ganarse merienda. Por esta ojeada pudo percibir que el sustento, estaban estableciendo una univer- estaban vestidos casi andrajosamente y que sidad para la enseanza superior. Era una ciu- ms bien se vean fuera de lugar en un mesn dad tan nueva que los gegrafos an no la de esta categora. Supo despus, que ellos haban notado, mas ya contaba con una Le- eran inmigrantes de su patria, Inglaterra, congin de Soldados, una de las milicias mejor versos a esta fe vital, y que haban cruzado un adiestradas de Norteamrica. ocano y medio continente con la firme El visitante, sentado en los peldaos del creencia de que el hombre a quien l, por cugrandioso templo, del cual ya haban salido riosidad estaba a punto de conocer, era un todos los trabajadores, se levant y contempl profeta del Dios viviente. de nuevo la extraordinaria ciudad con sus ejemplares habitantes, y sinti una emocin que jams haba experimentado.Un hombre extraordinario

Atravesando la ciudad en direccin hacia el sur y a lo largo de la calle Durphey, recorriendo casi kilmetro y medio, el viajero lleg a la calle Water. Volteando hacia el poniente en la calle Water y caminando una distancia de tres cuadras, lleg a la recin construida Mansin de Nauvoo. Le haban informado que ah podra encontrar hospedaje. Ahora se encontraba en la parte extrema sur de Nauvoo, a unos cinco kilmetros de donde haba entrado a la ciudad, durante ese mismo da. Para l, el edificio de dos pisos ante el cual se encontraba, tena un doble inters. Ya se haba hecho famoso en la regin del alto Misisip por sus inmejorables comodidades y buena comida. Era tambin el hogar del fundador de la ciudad, del dirigente de esta gente peculiar. El edificio, de forma de L, estaba situado a una distancia considerable de la ca-

No podemos saber lo que el visitante esperaba encontrar en cuanto a la apariencia del Profeta de los Santos de los ltimos Das. Baste decir aqu que si l esperaba ver el tipo de profeta pintado por el artista basndose en los relatos bblicos, severo en la expresin, plido, demacrado, dado a colricas acusaciones y a profecas sombras, se llevara una desilusin tremenda. El hombre que se le present como Jos Smith, era de elevada estatura y esplndidamente proporcionado. Toda su persona irradiaba fuerza y energa. Sin embargo, fueron sus ojos los que inmediatamente cautivaron al observador y lo retuvieron con tanta intensidad que impidieron un escrutinio ms minucioso de su persona. Esos ojos eran azules, de una rara claridad. Su mirada poda leer fcilmente el corazn humano y vislumbrar los secretos de la eternidad. Su cara estaba desprovista de barba, pulcramente afeitada y tena una tez extraordinariamente clara. Sus labios eran delgados y firmes, y su nariz aguilea. De sus ojos un tanto prominentes parta la

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frente en inclinacin ascendente hasta topar con su cabello ondulado de color caf. Toda su expresin era serena, afable, cordial, en la que la inteligencia y la bondad se conjugaban admirablemente. Una mujer lo habra descrito como "atractivo" y un hombre como "magntico". Su saludo cordial indicaba un sentimiento genuino, una atraccin excepcional que emana de las grandes personalidades y cautiva a las personas. He aqu el hombre a quien treinta mil personas acudan en busca de direccin, con la conviccin de que l haba visto visiones y odo la palabra de Dios. He aqu el hombre cuyas obras literarias llenaran muchos volmenes, quien haba publicado un libro que se haba convertido en tema de controversia en el mundo, cuyo nombre ya se conoca para bien o para mal en muchos pases. He aqu el hombre, que sin haber tenido la oportunidad de cultivarse escolsticamente, haba desafiado al mundo de la astronoma, asombrado al arquelogo y al historiador y amenazado los cimientos econmicos de una nacin. He aqu el primer pionero religioso, el abogado de un nuevo modo de vida, de una fe vital que se derramaba sobre el mundo como la lava de un volcn en erupcin. Este hombre no careca de defectos. El ingls, durante las semanas que seguiran, descubrira muchos de ellos. Mas estos eran defectos del hombre y no de sus enseanzas. La vitalidad de este nuevo movimiento, en el cual l haba tenido un papel tan trascendental, era mayor que los hombres, ms grandioso que los libros, ms fuerte que los gobiernos. Para el mundo tal vez no sea de importancia que este hombre fuera a padecer una muerte de mrtir a la temprana edad de treinta y ocho aos. Pero que hubiera en el mundo una fe vital tan firme, que hombres y mujeres estuvieran dispuestos a dedicar su vida a ella y morir por la misma si fuera necesario, era un asunto distinto. Esto nos hace recordar el fervor del cristianismo en sus primeros das, que lata de corazn en corazn, al grado de que ningn poder en la tierra pudo apagarlo. Se oye de nuevo la voz del Galileo, "De cierto,

de cierto os digo: El que en m cree, las obras que yo hago, l las har tambin; y aun mayores har, porque yo voy al Padre" 3 . Cul es el origen de esta vital religin? No podemos seguir la conversacin entre el viajero ingls y el Profeta de los mormones. Baste decir que la visita a Nauvoo se prolong por das y semanas, y que cuando hubo terminado, una interesante carta del distinguido viajero apareci en casi todos los diarios de los Estados Unidos4 . Durante los pocos meses de vida que le quedaban al Profeta, muchas personas de renombre visitaron al dirigente mormn en la cspide de su grandeza, quedando todos maravillados, encantados por l y por su pueblo, aunque francamente turbados por sus enseanzas. Todos se preguntaban "De dnde provena esa fe tan peculiar? " " Qu lealtad indujo a esos conversos a congregarse en esa regin desolada del oeste? " "Qu conocimiento los hizo anteponer la fe al hogar y a las comodidades? " "Qu alto sentido del amor o del deber los impuls a salir al mundo a predicar y convertir a otros? ". "De dnde haba venido el Profeta? Quines eras sus antepasados? Cmo empez todo? Qu experiencias, visiones y revelaciones reclamaba haber tenido? Qu extraas circunstancias haban llevado ese movimiento hasta Nauvoo? ". La historia es larga, pero sumamente interesante; es un desafo a los pensadores. Es una historia de la frontera del inhspito oeste de los Estados Unidos, tanto la frontera fsica como la espiritual y forma parte de una gran epopeya en la historia del continente americano.Lecturas complementarias Entre los aos 1841 y 1844, muchas personas notables visitaron Nauvoo y al Profeta Jos Smith. En las siguientes obras se podrn encontrar sus puntos de vista por dems interesantes: 1. Life of Joseph Smith, por George Q. Cannon, pgs. 321-343.

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2. Comprehensive History of the Church, por Roberts, Vol. 2, pgs. 189-190. 3. Joseph Smith, an American Prophet, por Evans, History ofthe Church, perodo 1, Vol. 3, pg. 375. Confiscar - quitarle a uno alguna cosa sin seguirse el debido proceso legal. 3 Juan 14:12.2 1

Captulo 1. 4. Figures of the Past, por Josiah Quincy, Captulo concerniente a Jos Smith.4 Parte de esta carta fue reimpresa por George Q. Cannon en The Life of Joseph Smith (La vida de Jos Smith), pg. 333.

CAPITULO 2 COMO EMPEZ TODO Jos Smith relata su propia historia La poca es a principios de la primavera en el ao 1820. El lugar, una granja situada en lo ms denso de un bosque en el oeste de Nueva York. Un jovencito de tal vez unos catorce aos de edad acaba de salir de la alquera construida de troncos. Camina por la vereda hacia el poniente, atravesando el arroyuelo, y finalmente se interna en una densa arboleda. Una hora ms tarde, o dos tal vez, sale de ah y regresa lentamente a su hogar. Qu le ha sucedido? Qu ha cambiado? Porque hay algo diferente. Quizs su aspecto mismo, la evidente concentracin en sus pensamientos, su desinters por lo que lo rodea, sean las manifestaciones externas de que el nio ha quedado all en la arboleda, y que de ah ha surgido un hombre. Su madre, notando el cambio cuando l regres al hogar y se apoy sobre la mesilla de la chimenea, le pregunt: "Jos, qu te pasa? " El joven, seguramente recordando la iglesia a la cual ella recientemente se haba unido, contest: "Pierde cuidado, todo est bien me considero muy favorecido. He descubierto a satisfaccin ma que el presbiterianismo no es verdadero". Esa tarde un joven llamado Jos Smith hizo vibrar de emocin a su familia con el relato de su inusitada experiencia. Esta historia haba de relatarse muchas veces en los aos venideros. Sigmosla tal como fue escrita para que todo el mundo la leyese 1 . "Nac en el ao de mil ochocientos cinco, el da veintitrs de diciembre, en el pueblo de Sharon, Distrito de Windsor, Estado de Vermont. Mi padre, Jos Smith, naci el 12 de julio de 1771, en Topsfield, Distrito de Essex, Estado de Massachusetts; su padre, Asael Smith naci el 7 de marzo de 1744 en Topsfield, Massachusetts; su padre, Samuel Smith, naci el 26 de enero de 1714 en Topsfield, Massachusetts; su padre, Robert Smith, emigr de Inglaterra. Tendra yo unos diez aos de edad, cuando mi padre, que tambin se llamaba Jos Smith, sali del estado de Vermont y se traslad a Palmyra, distrito de Ontario (hoy Wayne), estado de Nueva York. Como a los cuatro aos de la llegada de mi padre a Palmyra, se cambi con su familia a Manchester, en el mismo distrito de Ontario. Once personas integraban su familia a saber, mi padre, Jos Smith; mi madre, Luca Mack de Smith (hija de Salomn Mack); mis hermanos, Alvino (quien muri el 19 de noviembre de 1824, a los veintisiete aos), Hyrum, yo, Samuel Harrison, Guillermo, Don Carlos, y mis hermanas, Sofronia, Catarina y Luca. "Durante el segundo ao de nuestra residencia en Manchester, surgi en la regin donde vivamos una agitacin extraordinaria en cuanto a la religin. Empez entre los metodistas, pero pronto se generaliz entre todas las sectas de la comarca. En verdad, pareca afectar todo el territorio, y grandes multitudes se unan a los diferentes partidos religiosos, lo cual ocasionaba no poca agitacin y divisin entre la gente; pues unos gritaban: He aqu! , y otros: He all! Unos contendan a favor de la fe metodista, otros a favor de la presbiteriana y otros a favor de la bautista. Porque a pesar del gran amor que los convertidos a estas varias creencias mostraban al tiempo de su conversin, y del gran celo que manifestaban los clrigos respectivos, quienes activamente suscitaban y propagaban este cuadro singular de sentimientos religiosos a fin de llegar a convertir a todos, como gustosamente decan, fuera de la secta que fuere; sin embargo, cuando los convertidos empezaron a dividirse, yndose unos con este partido y otros con aqul, se vio que los buenos sentimientos, tanto de los sacerdotes como de los proslitos, eran ms bien fingidos que verdaderos; porque se desarroll una escena de mucha confusin y malos sentimientos sacerdote contendiendo con sacerdote y proslito con proslito de modo que, todos sus buenos sentimientos del uno para con el otro, si alguna vez los abrigaron, ahora se perdieron completamente en una lucha de palabras y contienda de opiniones. "Para entonces yo haba entrado a los quince aos. La familia de mi padre fue convertida a la fe presbiteriana; y cuatro de ellos se unieron a esa Iglesia, a saber, mi madre Luca, mis hermanos Hyrum y Samuel Harrison, y mi hermana Sofronia. Durante estos das de tanta agitacin, mi mente se vio sujeta a seria reflexin y mucha inquietud; pero aunque mis sentimientos fueron profundos y a menudo penetrantes, aun as me conserv apartado de todos estos grupos; no obstante concurra a sus varias juntas cada vez que la ocasin me lo permita. Con el transcurso del tiempo llegu a favorecer algo la secta metodista, y sent cierto deseo de unirme a ella, pero era tanta la confusin y contencin entre las diferentes denominaciones que era imposible que una persona tan joven y falta de experiencia en cuanto a los hombres y las varias cosas, como lo era yo, llegase a cierta determinacin

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Monumento conmemorativo a Jos Smith, erigido por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, cerca del sitio donde naci el Profeta en Sharon, Distrito de Windsor, Vermont y dedicado el 23 de diciembre de 1905, con motivo del centenario de su nacimiento. Utilizada con permiso del Servicio de Informacin de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das. acerca de quin tendra razn y quin no. Tan grande e incesante era el clamor y alboroto, que a veces mi mente se agitaba muchsimo. Los presbiterianos estaban decididamente en contra de los bautistas y los metodistas, y se valan de toda la fuerza tanto del razonamiento como de la sofistera para demostrar los errores de aquellas, o cuando menos, hacer creer a la gente que estaban en error. Por otro lado, los bautistas y metodistas, a su vez, se afanaban con el mismo celo para establecer sus propias doctrinas y desmentir las dems. "En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones, a menudo me deca a m mismo: Qu se puede hacer? Cul de todos estos partidos tiene razn; o estn todos en error? Si uno de ellos est en lo justo, cul es, y cmo podr saberlo? Hallndome en medio de las inmensas dificultades que las contenciones de estos partidos de religiosos originaban, un da estaba leyendo la Epstola de Santiago, primer captulo y quinto versculo, que dice: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabidura, pdala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le ser dada". "Nunca un pasaje de las escrituras lleg al corazn de un hombre con ms fuerza que ste en esta ocasin al mo. Pareca introducirse con inmenso poder en cada fibra de mi corazn. Lo medit repetidas veces, sabiendo que si alguna persona necesitaba sabidura de Dios, esa persona era yo; porque no saba qu hacer; y, a menos que pudiese lograr ms sabidura de la que hasta entonces tena, jams llegara a saber; pues los maestros religiosos de las diferentes sectas interpretaban los mismos pasajes de las Escrituras de un modo tan distinto, que destrua toda esperanza de resolver el problema con recurrir a la Biblia. Por ltimo, llegu a la conclusin de que tendra que permanecer en tinieblas y confusin, o, de lo contrario, hacer lo que Santiago aconsejaba, es decir, pedir a Dios. Al fin tom la determinacin de pedir a Dios, habiendo concluido que si El daba sabidura a quienes carecan de ella, y la imparta abundantemente y sin zaherir, yo podra aventurarme. Por consiguiente, de acuerdo con esta resolucin ma de acudir a Dios, me retir al bosque para hacer la prueba. Fue en la maana de un da hermoso y despejado, en los primeros das de la primavera de 1820. Era la primera vez en mi vida que haca tal intento, porque en medio de toda mi ansiedad, no haba procurado orar vocalmente hasta ahora. "Despus de haberme retirado al lugar que previa-

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mente haba designado, mirando a mi derredor y encontrndome solo, me arrodill y empec a elevar a Dios los deseos de mi corazn. Apenas lo hube hecho, cuando sbitamente se apoder de m una fuerza que completamente me domin, y fue tan asombrosa su influencia que se me trab la lengua, de modo que no pude hablar. Una espesa niebla se form alrededor de m, y por un tiempo me pareci que estaba destinado a una destruccin repentina. Mas esforzndome con todo mi aliento para pedirle a Dios que me librara del poder de este enemigo que me haba prendido y en el momento preciso en que estaba para hundirme en la desesperacin y entregarme a la destruccin, no a una ruina imaginaria, sino al poder de un ser efectivo del mundo invisible que tena tan asombrosa fuerza cual jams haba sentido yo en ningn ser, precisamente en este momento de tan grande alarma, vi una colum-

na de luz, ms brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendi hasta descansar sobre m. "No bien se hubo aparecido, cuando me sent libre del enemigo que me tena sujeto. Al reposar la luz sobre m, vi a dos personajes, cuyo brillo y gloria no admiten descripcin, en el aire arriba de m. Uno de ellos me habl, llamndome por mi nombre, y dijo, sealando al otro:

" Este es mi Hijo Amado: Escchalo! ""Haba sido mi objeto acudir al Seor para saber cul de todas las sectas era la verdadera, a fin de saber a cul unirme. Por tanto, apenas me hube recobrado lo suficiente para poder hablar, cuando pregunt a los Personajes que estaban en la luz arriba de m, cul de

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La Arboleda Sagrada, donde se le aparecieron el Padre y el Hijo a Jos Smith en la primavera de 1820. todas las sectas era la verdadera, y a cul debera unirme. Se me contest que no debera unirme a ninguna, porque todas estaban en error; y el personaje que me habl dijo que todos sus credos eran una abominacin en su vista; que todos aquellos profesores se haban pervertido; que 'con los labios me honran, mas su corazn est lejos de m; ensean como doctrinas mandamientos de hombres, teniendo apariencia de piedad, mas negando la eficacia de ella'. De nuevo me prohibi que me uniera a cualquiera de ellas; y muchas otras cosas me dijo que no puedo escribir en esta ocasin. Cuando otra vez volv en m, me encontr de espaldas mirando hacia el cielo. Al retirarse la luz, me qued sin fuerzas, pero poco despus, habindome recobrado hasta cierto punto, volv a casa" 2 .

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Algunas reflexiones en cuanto a esta experiencia A primera vista, tal parece que debemos confiar en el testimonio de un hombre (o joven) en lo que concierne a lo ocurrido en aquella arboleda en esa hermosa maana de primavera de 1820. Nadie lo acompa, ni lo vio internarse en la arboleda, as como probablemente nadie lo observ al salir. Sin embargo, debe ser evidente para el bigrafo o el historiador el hecho de que algo extraordinario haba ocurrido. Hay tres hechos interesantes. Primero, sea lo que fuere lo que ocurri en la arboleda, haba cambiado la apariencia externa de Jos sbitamente haba dej ado atrs la infancia para acercarse ms a la edad madura. Su madre fue la primera en notarlo, mas fue igualmente patente para muchas otras personas 3 . Segundo, Jos Smith sali de la arboleda con una serie de ideas definidas que no posea cuando entr y las cuales ciertamente no se encontraban entre las personas con quienes se asociaba ni en los pocos libros que haba ledo. Es cierto que sus ideas no eran nuevas. Esta idea o aqulla podran encontrarse entre los escritos de sus contemporneos. Cristo las ense 1800 aos antes, mas parece contundente el hecho de que, en lo que concierne a Jos Smith, aquellas ideas las recibi en la arboleda del Estado de Nueva York, en esa maana primaveral de 1820. No las tena antes, ni las adquiri posteriormente. Empez a declararlas a la primera persona que encontr, su madre. Una semana despus, tales ideas eran del conocimiento de ms de una comunidad. En tercer lugar, haba recibido un testimonio. No obstante que antes haba dudado en cuanto a dnde fincar su fe ahora la imagen de una Iglesia futura que abarcara el evangelio en su plenitud era tan real, y la existencia de Dios tan cierta, que no lo negara. Leamos de nuevo de su diario4 :"En aquel tiempo me fue motivo de seria reflexin, y frecuentemente lo ha sido desde entonces: cun extrao que un muchacho desconocido de poco ms de catorce aos, y adems, uno que estaba bajo la necesidad de ganarse un escaso sostn con su trabajo diario, fuese considerado un individuo de influencia suficiente para llamar la atencin de los grandes per-

sonajes de las sectas ms populares del da; y a tal grado que provocaba en ellos un espritu de la ms rencorosa persecucin y vilipendio. Pero extrao o no, as fue; y a menudo ha sido la causa de mucha tristeza para m. Como quiera que sea, era, no obstante, un hecho que yo haba visto una visin. Se me ha ocurrido desde entonces que me senta igual que Pablo, cuando present su defensa ante el rey Agripa y cont la visin que haba visto, en la cual vio una luz y oy una voz. A pesar de eso, fueron pocos los que lo creyeron; unos dijeron que estaba mintiendo, otros, que estaba loco; y se burlaron de l y lo vituperaron. Pero aquello no destruy la realidad de su visin. Haba visto una visin, saba que la haba visto, y toda la persecucin debajo del cielo no podra cambiar aquello; y aunque lo persiguieran hasta la muerte, con todo eso, saba, y sabra hasta su ltimo suspiro, que haba visto una luz tanto como odo una voz que le habl; y el mundo entero no podra hacerlo pensar o creer lo contrario. As era conmigo. Efectivamente haba visto una luz; en medio de la luz vi a dos Personajes, y ellos en realidad me hablaron; y aunque se me odiaba y persegua por decir que haba visto una visin, no obstante, era cierto; y mientras me perseguan, me censuraban y decan toda clase de falsedades en contra de m por afirmarlo, yo pensaba en mi corazn: Por qu me persiguen por decir la verdad? En realidad he visto una visin, y quin soy yo para oponerme a Dios? o por qu cree el mundo que me har negar lo que realmente he visto? Porque haba visto una visin; yo lo saba y comprenda que Dios lo saba; y no poda negarlo, ni osara hacerlo; cuando menos, entenda que hacindolo ofendera a Dios y caera bajo condenacin".

No es nuestra intencin por ahora entablar una polmica con los crticos de la historia de Jos Smith. La realidad de la primera visin trasciende ms all de una mera discusin sobre la veracidad de un joven. La verdadera prueba de su relato estriba en el principio que ste involucra un principio espiritual. Se puede orar a Dios y recibir contestacin? Puede cualquier hombre entrar a una arboleda, o a su habitacin, y recibir, por medio de la oracin, ideas nuevas que antes no posea, conocimiento nuevo, que para l, si no es que para el mundo entero, haba estado antes oculto? Es una realidad la revelacin e inspiracin de Dios? Puede cualquiera de nosotros pasar por tal experiencia? Es la experiencia del joven Jos Smith un axioma que puede reproducirse hoy y el da de maana? Si "tenemos falta de sabidura", existe alguna forma en que, mediante la fe requerida, podamos establecer una comunicacin con

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La primera visin de Jos Smith", escultura por Avard Fairbanks.

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Dios? Si la respuesta es afirmativa, Dios sbitamente se convierte en una realidad vital en nuestra vida, como sucedi en el caso del joven Jos Smith. La respuesta se halla escrita en el corazn de miles de personas. El testimonio de Jos Smith no es el nico. En los aos que habran de seguir, miles de personas, conmovidas hasta lo ms profundo de sus corazones por el relato de Jos Smith, buscaron conocimiento y testimonio por conducto de la oracin, y se convirtieron. Se convirtieron a qu? A la creencia de que Jos Smith era un hombre sincero? A la creencia de que haba visto lo que afirmaba haber visto? No. Al menos, ese no es el punto vital. La conversin se efectu a la verdad eterna de que se puede recibir contestacin a la oracin el testimonio de que Dios vive, de que habla a los hombres. Este tipo de conversin tena en s tanta fuerza como la conversin de Jos Smith, o del apstol Pablo, o de Pedro los conversos estaban dispuestos a morir por este testimonio al igual que Pablo y Pedro murieron por el de ellos, y al igual que Jos Smith habra de morir por el suyo. Esto se debi a que el testimonio surgi de la misma manera, fue el resultado del mismo tipo de experiencia, la consecuencia de(Nota) El siguiente relato ha sido tomado de los Escritos de Jos Smith, 2, en la Perla de Gran Precio. El Profeta comenz a escribir este relato en 1838, ocho aos despus de la organizacin de la Iglesia, y se public para conocimiento del mundo en 1843, comenzando con el Vol. 3, No. 10, de The Times and Seasons, un peridico mormn de Nauvoo. Jos Smith escribi un relato ms breve en un documento conocido como "La Carta Wentworth", que fue dirigida al Sr.

la obediencia a la misma ley. Cuando Jos Smith sali de aquella arboleda y dio a conocer su experiencia al mundo, Pedro, Pablo y todos los caudillos religiosos de todas las pocas, estaban de hecho de pie al lado suyo para dar fe de su relato, porque todos ellos haban testificado experiencias similares.Lecturas complementarias En los siguientes libros se hallan relatos interesantes concernientes a los antepasados y la niez de Jos Smith: 1. Joseph Smith, an American Prophet, pgs. 20-31, por Evans. (Los antepasados de Jos Smith.) 2. Joseph Smith, an American Prophet, pgs. 33-37, por Evans. (La niez del Profeta.) 3. Life of Joseph Smith, pgs. 1-4, por George Q. Cannon. (Los antepasados de Jos Smith). 4. The Restoration of the Gospel, pgs. 1-12, por Widtsoe. (Un despertar religioso.) 5. Elementos de la Historia de la Iglesia, pgs. 29-30, por Smith. (Consejos y profeca de Asael Smith, abuelo de Jos Smith.) 6. Elementos de la Historia de la Iglesia, pgs. 34-39, por Smith. (La madre de Jos Smith habla de la valenta de ste durante su niez.) 7. Ibdem, pgs. 26-32. (El linaje de Jos Smith.) 8. Comprehensive History of the Church, Vol. I, pgs. 60-68, por Roberts. (Una explicacin de las palabras que recibi Jos Smith.) Juan Wentworth, editor y propietario del Chicago Democrat, Este documento extraordinario se public en "The Times and Seasons", Vol. 3, No. 9, el 15 de marzo de 1842. 2 P. de G. P. Escritos de Jos Smith 2:3-20. 3 El padre de Jos, el ministro metodista del lugar y los compaeros de juego del jovencito, notaron el cambio. 4 P. de G. P., Escritos de Jos Smith 2:23-25.

CAPITULO 3 LA FRONTERA RELIGIOSA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA El espritu de la frontera libera la mente de los hombres Es difcil para nosotros imaginarnos al joven Jos Smith, percatarnos de las circunstancias que lo rodeaban y de las condiciones fsicas del pas en aquella ocasin en que fue a orar al bosque. Contemplamos hoy en da a los Estados Unidos de Amrica como una vasta nacin, que se extiende de ocano a ocano y que abarca dentro de sus cincuenta estados a ms de 200 millones de habitantes. La mayora de la gente vive en grandes ciudades con sus altos rascacielos y casas construidas de ladrillos, o bien cerca de tales ciudades. Es necesario hacer un esfuerzo para imaginarnos al joven Jos viviendo con sus padres, hermanos y hermanas, en una casa hecha de troncos, situada en el claro de un inmenso bosque, en ese bosque que representaba entonces los confines de la civilizacin, situados en la parte occidental del Estado de Nueva York. En la actualidad se puede avanzar en cualquier direccin sobre la superficie de aquel terreno y se encuentra un gran nmero de personas que lo habitan, pero en aquel tiempo, slo se necesitaba recorrer una corta distancia hacia el oeste del Estado de Nueva York para encontrar una regin desrtica, en su mayor parte deshabitada. Ahora la gente sube a sus automviles y se traslada velozmente de un lugar a otro, mientras que el mejor vehculo del tiempo de Jos Smith, slo recorra en un da menos de la mitad de la distancia que hoy recorre su automvil en una hora. Atravesamos carreteras amplias y bien pavimentadas que se extienden en lnea recta como flechas, en una enorme red por todo el pas, pero en aquel tiempo las pocas carreteras de que poda ufanarse la regin eran angostas, sinuosas y sin pavimentar, verdaderos lodazales en la primavera, despus de las lluvias torrenciales. Haba ocasiones en que el trnsito se interrumpa totalmente. En la actualidad los productos se transportan en ferrocarriles y en camiones gigantescos a travs de distancias asombrosas, en un tiempo relativamente breve, mas en aquel entonces, el ferrocarril era slo una idea1 que no se haba puesto a prueba, y la carga se transportaba a caballo, en carretas o barcas por largos y tediosos kilmetros y a un elevado costo. Ahora con frecuencia nos despertamos durante la noche y escuchamos el zumbido de un avin en lo alto, y nos percatamos de que la carta que hemos escrito unas cuantas horas antes, habr sido transportada a travs de un continente para la maana siguiente. En 1820, se requeran varias semanas para entregar una carta procedente de la Ciudad de Nueva York en un poblado lejano junto al Ro Ohio. Si hemos de comprender las condiciones del hogar en que vivi Jos Smith cuando nio, debemos en forma imaginaria quitar los ladrillos de los muros de nuestros propios hogares y substituirlos por speros troncos de rbol. Debemos quitar la luz elctrica y substituirla por un pabilo de algodn encendido, colocado en un vaso de sebo. La aspiradora elctrica debe ceder el lugar a la escoba, la lavadora a un rudimentario lavadero de madera; los pisos pulidos y lisos, a las speras tablas cubiertas con esteras o tapetes tejidos a mano; el juego de sala bien tapizado, a las viejas mecedoras de madera. Nuestro sistema de agua caliente y fra tendra que ceder su lugar a un gran balde de madera con un cucharn, y una olla humeante sobre la lumbre de un fogn. Un nmero de comodidades modernas, como el refrigerador, la estufa elctrica y de gas, as como la tina de porcelana del bao, eran lujos totalmente desconocidos. El tremendo cambio operado desde esa poca hasta nuestros das, ha tenido lugar en poco ms de cien aos. En ese lapso de tiempo relativamente corto, numerosas migraciones han arrastrado a los bulliciosos, turbulentos, descontentos y radicales, en enormes oleadas, siempre hacia el oeste, hasta que los territorios vrgenes del este y el oeste de los Estados Unidos de Amrica finalmente se han unido, finalizando las oleadas migratorias.

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o lo ejecutaban; en Amrica, cuando la presin aumentaba demasiado, se trasladaba a otro lugar. Debido a que el oeste era prcticamente una tierra virgen, el movimiento siempre se produca hacia esa nica direccin. El oeste inmenso y solitario atraa al pensador liberal; le ofreca seguridad y exilio en caso necesario, pero si rehusaba tal invitacin, tena que someterse al martirio por causa de sus creencias. De modo que la historia de la colonizacin est llena de nuevas, vitales y desafiantes ideas religiosas que con frecuencia declaraban la guerra a todos los credos existentes. Caudillos religiosos En Canad, el hugonote 2 , inmigrante desteAunada a esa colonizacin fsica en cons- rrado de Francia, desafi el poder del catolitante cambio, ha cesado tambin la coloniza- cismo y escap con sus ideas liberales del bracin religiosa de los Estados Unidos, tan en- zo de la ley. trelazados que el estudio de una es imposible En Nueva Inglaterra, Roger Williams haba sin la otra. El joven Jos estaba destinado a logrado poner a salvo sus radicales puntos de desempear un papel importante en ambas, y vista religiosos, y de paso la propia vida, hua ejercer una influencia tan poderosa sobre la yendo al oeste para fundar la colonia de colonizacin fsica y religiosa de los Estados Rhode Island. Unidos de Amrica que se ha sentido y se El reverendo Thomas Hooker, habindose seguir sintiendo durante muchas generacio- ganado la ira de los puritanos de Boston, se nes. Desde los primeros e intrpidos peregri- alej hacia el oeste con sus seguidores y con nos ingleses expuestos a morir de hambre en las primeras "carretas cubiertas" de Noruna de las costas de nueva Inglaterra, hasta la teamrica, para iniciar la colonizacin de actualidad, la mayora de los inmigrantes que Connecticut. han poblado Amrica, han sido los habitantes Los liberales siempre fueron objeto de perdescontentos de la tierra. Este descontento ha secuciones debido a sus disensiones en contra surgido de condiciones econmicas, polticas, de los credos e instituciones existentes, ensociales o religiosas existentes en el viejo mun- contrando siempre su seguridad en el oeste. do. La frontera fue una franja de civilizacin en El nuevo mundo ofreci una nueva liber- constante cambio, carente de ciertas comoditad, no porque los hombres y mujeres tras- dades de la civilizacin, pero abundante en plantados a un nuevo mundo cambiaran de libertad fsica de pensamiento. sbito y se volvieran ms tolerantes, sino porNingn sistema religioso se encontraba libre que el continente americano les brindaba es- de hombres y mujeres demasiado radicales. La pacio para alejarse de sus vecinos cuando las historia de la religin en Norteamrica en la diferencias de opinin llegaban a ser intolera- primera- mitad del Siglo XIX, es evidencia de bles. De modo que las nuevas ideas pudieron un constante espritu de rebelda contra los sobrevivir en el suelo americano. credos antiguos, resultando en la disgregacin La historia de la colonizacin norteamerica- de muchas iglesias y en el establecimiento de na es una historia de aventureros que busca- otras treinta nuevas 3 . ban un cambio, que alentaban nuevas y radiOnce aos antes de que Jos Smith fuera a cales ideas, desechando las antiguas. la arboleda para orar, un tal Alejandro CampEn materia religiosa, la frontera desempe- bell, habiendo llegado a la conclusin de que el una parte vital. En el viejo mundo de ideas cristianismo primitivo se haba extinguido, arraigadas, el liberal religioso deba retractarse "por medio de inmensos esfuerzos rompi las

El joven Jos vivi en los confines de la civilizacin. El espritu de colonizacin estaba en el aire mismo que l respiraba. Era una poderosa fuerza que habra de transformar al nio en hombre y arrastrarlo consigo, miles de kilmetros al oeste, hacia la inmortalidad de la fama, consagrndolo como un norteamericano destacado. La colonizacin fsica de los Estados Unidos de Amrica ha finalizado, mas la historia de Jos Smith es una gran epopeya que nunca morir.

EL CERRO DE CUMORA, santuario histrico de la Iglesia, tal como se encuentra actualmente. Fotografa usada con permiso de la Oficina de Informacin del Cerro de Cumora.

JOS SMITH RECIBE LAS PLANCHAS DEL NGEL MORONI, fotografa de una pintura, al leo por Lewis A. Ramsey. Usada con permiso de DESERET NEWS PRESS

MONUMENTO AL NGEL MORONI, en la cima del Cerro de Cumora, cerca de Palmyra, Nueva York. Fotografa usada con permiso de la Oficina de Informacin del Cerro de Cumora.

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Ei hogar de la familia Smith cerca de Palmya, Nueva York. Fotografa usada con permiso de la Oficina del Historiador de la Iglesia.

ligaduras de todos los credos y los combati, ya fuesen verdaderos o falsos, con toda la fuerza de su mente" 4 . Sus seguidores, conocidos como "Discpulos" o "Campbelitas", "aunque posteriormente se les consider como Bautistas eran librepensadores de la frontera. Posteriormente Jos Smith habra de hacer multitud de conversos entre ellos. La primera parte del siglo XIX-fue testigo de un gran despertar religioso en Norteamrica. Durante los primeros treinta aos del siglo, la mayora, de las denominaciones religiosas duplicaron el nmero de sus miembros a la vez que aumentaba rpidamente el nmero de conversos a las nuevas religiones. Algunos de los pioneros religiosos La familia Smith desempe un papel destacado entre las personas que habitaban la frontera religiosa de los Estados Unidos. El abuelo de Jos haba estado inconforme con los credos y formas de adoracin religiosa existentes. Este descontento hacia las religiones de la Nueva Inglaterra, aunado a su tolerancia para con todas las creencias religiosas, despert los recelos de los puritanos ortodoxos. Cuando lleg al extremo de albergar en su hogar a un cuquero despreciado y perseguido, provoc a tal grado el disgusto de la comunidad de Topsfield, Massachusetts, lugar

de su residencia, que resolvi vender su casa y mudarse hacia el oeste, a una comunidad ms tolerante s . En la vida del hijo de Asael Smith, Jos Smith, padre del profeta, se manifest la misma libertad de pensamiento religioso. Tena un vital inters en la religin y crea firmemente en los sueos. 6 . Su descontento con todos los credos existentes impidi que se uniera a ninguno de ellos. Su esposa, Lucy Mack, Smith, dijo acerca de l: "Alrededor de esa fecha (marzo de 1811), mi esposo experiment una gran agitacin en cuanto al tema de la religin; no obstante, no se adhiri a ningn sistema religioso en particular, sino que pugnaba por el orden antiguo, segn fue establecido por nuestro Seor y Salvador, Jesucristo, y sus apstoles" 7 . En la madre de Jos tambin se manifest la independencia de pensamiento religioso imperante a lo largo de la frontera. Primeramente demostr su descontento para con los credos de la poca. Habiendo investigado muchas religiones, ninguna pareca satisfacerla. Se expres de esta forma en cierta ocasin:"Me enter de que un hombre muy devoto iba a predicar el siguiente domingo en la iglesia presbiteriana; por lo tanto, asist a la reunin esperando confiada en que escuchara lo que mi alma anhelaba la Palabra de Vida. "Cuando ei ministro comenz a hablar, fij mi

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mente con profunda atencin en el espritu y tema de su discurso; pero despus de haberlo escuchado de principio a fin, regres a casa convencida de que l no comprenda ni apreciaba el tema sobre el cual haba hablado, y me dije en mi corazn, que no exista entonces sobre la tierra la religin que yo buscaba" 8 .

Era natural que el joven Jos Smith se sintiera turbado en cuanto a las religiones de su poca. El hecho de que a la edad de catorce aos no se hubiera unido a ninguna, hace evidente que desde el principio comparti la independencia de pensamiento religioso que caracteriz a sus padres. En verdad, haba nacido en la frontera religiosa de Norteamrica. La declaracin del joven: "Porque todas estn en error", era tpica de aquella frontera religiosa. Como se ha mencionado anteriormente, Alejandro Campbell haba declarado abiertamente la guerra a todos los credos slo unos cuantos aos antes. Sin embargo, cada vez que el tradicional librepensador se desligaba de la antigua iglesia, rara vez contaba con

un nuevo sistema para reemplazarla. Ms bien abandonaba el antiguo rebao debido a la confusin e incertidumbre en que se debata, las cuales seguan acosndolo al ingresar a nuevos credos y organizaciones religiosas. La ruptura de Jos con las religiones de su tiempo fue diferente. Haba salido de la arboleda con ideas concretas y fijas, que nunca tuvieron modificacin en su vida posterior. De pronto se encontr con que tena algo que ofrecer al mundo, y en aquellos religiosos que odiaban a los tradicionales librepensadores, se despert algo ms que el odio contra ese muchacho que intentaba corregir sus puntos de vista con respecto a Dios. A esta altura es conveniente mencionar otros nombres relacionados con la frontera religiosa y con los cuales nos vamos a familiarizar ms adelante. Los encontramos, al igual que los Smith, desconformes con los credos religiosos existentes, anhelando y aguardando una religin que satisficiera sus necesidades. Debemos tener constantemente presente la imagen de la situacin que prevaleca en aquel territorio virgen, a fin de percatarnos de que el paso que estas personas dieron para unirse al mormonismo fue, en realidad a veces muy pequeo. Antes de haber odo hablar del Profeta Jos Smith, estas personas ya crean en muchas de las doctrinas que l posteriormente habra de exponerles. En el estado de Nueva York, en Mendon, a unos sesenta y cinco kilmetros del hogar de Jos Smith, tres familias buscaban una nueva religin. Ellos eran los Young, los Greene y los Kimball, algunos de ellos posteriormente tuvieron una destacada actuacin en la Iglesia. Todos se encontraban descontentos con los credos existentes. Aunque algunos de los Kimball se unieron a los bautistas, y algunos de los Young y Greene a los metodistas reformados durante un breve perodo, slo consiguieron que su descontento aumentara. Leemos en el diario de Heber C. Kimball:"Desde que tena doce aos de edad, me hice muchas serias reflexiones y experiment anhelos vehementes de obtener un conocimiento de la salvacin, mas no hallando a nadie que pudiese ensearme las cosas de Dios, no me adher a ningn principio de doctrina, esforzndome no obstante por vivir moralmente. Los clrigos me decan que creyera en el Se-

Boceto hecho por un artista, de Lucy Mack Smith, madre del profeta Jos Smith. Utilizado con permiso de la Oficina del Historiador de la Iglesia.

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or Jesucristo, pero nunca me decan lo que tena que hacer para salvarme, de modo que me dejaban virtualmente sin ninguna esperanza" .

En Hartford, Connecticut, la familia Woodruff daba muestras de la misma inquietud. Leemos en el diario de Wiford Woodruff:"A temprana edad mi mente empez a ejercitarse sobre los temas religiosos, mas nunca profes ninguna religin hasta 1830, cuando tena veintitrs aos de edad. No me un a ninguna iglesia en ese entonces, por motivo de que no pude encontrar ninguna congregacin, denominacin o iglesia que tuviese la doctrina y la fe y que practicara los principios, ordenanzas y dones que constituyen el evangelio de Jesucristo, segn lo ensearon El y sus apstoles. Tampoco encontr en ninguna parte las manifestaciones del Espritu Santo con los dones y bendiciones que lo acompaan" 1 0 .

Jesucristo de los Santos de los ltimos Das), haba llegado a sentir tal descontento con la iglesia metodista, de la cual era ministro, que fue expulsado de su cargo y junto con los ms inteligentes de su congregacin se le censur por sus puntos de vista. El y sus seguidores crean firmemente que las diversas sectas religiosas de su poca estaban equivocadas."Crean que los hombres deban ser llamados por Dios, como en los das antiguos y ser ordeados por aquellos que tuviesen la autoridad. Crean que la Iglesia deba tener apstoles, profetas y maestros como en la Iglesia primitiva; que deberan manifestarse los dones del Espritu Santo; que en la verdadera Iglesia de Cristo debera existir el don de sanidad, los milagros, la profeca, la fe, el discernimiento de espritus, etc., como en los das de la primitiva Iglesia Cristiana"14.

En Burlington, Condado de Otsego, Nueva York, los Pratt mostraron una tendencia similar. Parley P. Pratt escribi en su autobiografa, con respecto a su padre:"Nos ense a venerar al Padre Celestial, a Jesucristo, sus profetas y apstoles, as como a las Escrituras de las cuales ellos eran autores; no obstante no perteneca a ninguna secta religiosa y tena cuidado de que sus hijos se conservaran ubres de todos los prejuicios que se encontraban en el llamado mundo cristiano, el que se encontraba entonces sumamente dividido" 1 1 .

El descontento de Parley lo condujo al oeste, donde en Kirtland, Ohio, se uni a una rama de los Campbelitas, bajo la direccin de Sidney Rigdon. Ya hemos hablado anteriormente de los Campbelitas y su oposicin a todos los credos existentes. La familia Snow igualmente tiene una historia de insatisfaccin en cuanto a las religiones de esos tiempos. En el libro Biography of Lorenzo Snow, escrito por su hermana, Eliza R. Snow, leemos:"Nuestros padres profesaban la religin bautista, mas no en un grado rgido e inflexible; su hogar era el punto de reunin de las personas buenas e inteligentes de todas las denominaciones" 1 2 .

Tal era la situacin que prevaleca a lo largo de la frontera. Cuando las declaraciones de Jos Smith empezaron a esparcirse de un poblado a otro, gran nmero de personas se haban desligado de las denominaciones existentes o conservaban sus derechos de miembros slo porque haban perdido casi la esperanza de encontrar algo mejor. Prcticamente todos los que ms adelante habran de llegar a destacarse en la organizacin que Jos Smith estableci, se haban desligado de sus religiones antes de encontrarse con el "mormonismo". Muchos de ellos se encontraban practicando desde el pulpito muc