waterloo, la última batalla de napoleón

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Análisis histórico de la película Waterloo (1970) de Serguéi Bondarchuk

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Page 1: Waterloo, la última batalla de Napoleón

Análisis histórico de la película Waterloo (1970) de Serguéi Bondarchuk

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FICHA TÉCNICA

Título original: Waterloo / Ватерлоо (en Rusia).Fecha de lanzamiento: 29 de octubre de 1970 (Italia).Duración: 128 minutos (2 horas y 8 minutos).Géneros: Acción / Drama / Histórico / Bélico.Idiomas originales: Inglés / Ruso.Producción: Italo – soviética de Dino De Laurentiis.Director: Serguéi Bondarchuk (1920 – 1994).Guión: Mario Soldati / H.A.L. Craig (en inglés) / Serguéi Bondarchuk.Música: Nino Rota / Wilfred Josephs.Cinematografía: Armando Nannuzzi.Montaje: Richard C. Meyer.Presupuesto: 25.000.000 $.Reparto de actores y sus respectivos personajes: Rod Steiger (Napoleón Bonaparte), Christopher Plummer (Arthur Wellesley, duque de Wellington), Orson Wells (Luis XVIII de Francia), Jack Hawkins (General Sir Thomas Picton), Virginia McKenna (Charlotte Lennox, duquesa de Richmond), etc.

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LA PELÍCULAWaterloo fue una coproducción italo – soviética, a cargo de Dino De Laurentiis (Conan el Bárbaro, 1982 / Blue Velvet, 1986) y dirigida por Serguéi Bondarchuk, un famoso director ruso, conocido por dirigir la épica película, de más de cinco horas y siete años de rodaje, Guerra y Paz (1967), basada en la novela homónima de un famoso escritor ruso, León Tolstói, y con una trama ambientada en el periodo de las Guerras Napoleónicas (concretamente la invasión francesa de Rusia). Waterloo tuvo peor acogida comercial y no recaudó más de lo que se invirtió en ella, pero aun así, recibió buenas críticas e incluso ganó 2 Premios BAFTA en 1971 (mejor dirección y mejor vestuario). De hecho, el gran director Stanley Kubrick pospuso su idea de hacer una película de Napoleón (film que finalmente no se rodó, y del que solo se conserva el guión) por la pésima recepción comercial que tuvo esta. Hoy en día goza de buen prestigio cinematográfico por sus realistas escenas bélicas y por las creíbles actuaciones de Rod Steiger como Napoleón y Christopher Plummer como el duque de Wellington.

El director. Guerra y Paz, 1967. Rod Steiger. 3

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CONTEXTO HISTÓRICOTras la retirada de Napoleón de la invasión a Rusia, los enemigos de Napoleón, al ver a sus tropas debilitadas, organizaron la Sexta Coalición, que luchó contra el emperador francés en la Batalla de Leipzig (1813), con triunfo aliado. La película empieza justo después de la derrota francesa, donde Napoleón debe firmar su abdicación del trono (Tratado de Fontainebleau) y exiliarse a la Isla de Elba. De este modo, vuelve la monarquía borbónica a Francia con Luis XVIII. Pero el descontento por las pérdidas territoriales que sufre el país galo, obliga el retorno de Bonaparte, que volvió a gobernar Francia en 1815 durante el periodo de los Cien Días, donde Napoleón se preparó para la batalla definitiva contra los países aliados contrarrevolucionarios. Esta batalla ocurrió en la localidad belga de Waterloo y marcó el punto final del Imperio Napoleónico, ya que Napoleón no pudo vencer a las tropas de la Séptima Coalición, liderada por Inglaterra (Duque de Wellington) y por Prusia. Tras la derrota, Napoleón fue deportado a la isla de Santa Elena donde permaneció allí hasta su muerte (1821).

Batalla de Leipzig (1813). Tratado de Fontainebleau. 4

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Napoleón, abatido, tras el Tratado de

Fontainebleau.

El rey Luis XVIII. Elba, la isla del primer exilio de Napoleón.

Batalla de Waterloo (1815). Santa Elena, la isla del segundo exilio de Napoleón. 5

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FIDELIDAD DE LA PELÍCULA COMO REPRESENTACIÓN HISTÓRICA La película, en líneas generales, es una buena reconstrucción histórica de la Batalla de Waterloo y sus precedentes bélicos (firma del Tratado de Fontainebleau, la vuelta del exilio de Napoleón y el periodo de los Cien Días). Las escenas de la batalla no son tan detalladas como cabría esperar, pero se ve con claridad las distintas fases de esta, de una forma realista. Los precedentes anteriores a la batalla también están bien representados, tanto en el lado inglés como en el francés, donde se ve como ambos lados se preparan de la mejor manera para la batalla definitiva. Aunque, como en la mayoría de películas históricas, la película presenta alguna que otra inexactitud histórica (sobretodo respecto a las estrategias bélicas y a la aparición de los personajes). Igualmente, estos errores son solo importantes para los detallistas historiadores, y el público general ni los llega a notar.

En el aspecto psicológico de los personajes, la película es fidelísima, ya que se ve de forma realista y detallada la mentalidad y el carácter de Napoleón y el duque de Wellington. Y como cabría esperar, no tiene una postura maniqueísta, es decir, Napoleón no es “el bueno de la película” (aunque sea el protagonista del film) y el bando inglés no son “los malos”, o viceversa. Se muestra de forma objetiva. Y esto se puede comprobar durante la batalla, donde ambos bandos se reparten los minutos en pantalla y no se ve un mensaje subjetivo por parte del director donde apoye a los franceses o a los aliados. Por tanto, esta película no es ninguna propaganda política a favor o en contra de un país.

Las vestimentas bélicas también presentan una gran fidelidad histórica.

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ARGUMENTOTras la Batalla de Leipzig, Napoleón es obligado a firmar el Tratado de Fontainebleau que provocará su exilio a la Isla de Elba y la vuelta de la monarquía a Francia de la mano de Luis XVIII. Diez meses después, Napoleón escapa de la isla y vuelve al país galo para recuperar su trono. Tras esto, lleva a cabo un plan para atravesar Bélgica y allí, vencer a los ingleses (el país contrarrevolucionario más poderoso en ese tiempo) y así mantener su poderoso imperio. Después de esto, el duque de Wellington, que se encontraba en la fiesta de una duquesa en el país belga, se entera de los planes de Napoleón, gracias al aviso de un prusiano, y decide que la batalla contra los franceses será en la localidad de Waterloo, donde espera vencerles con la ayuda de los prusianos. Tras unas cuantas victorias contra los ingleses y prusianos, Napoleón llega a Waterloo y se enfrenta al bando inglés, liderado por Arthur Wellesley. Tras varias horas de batalla, la lucha se muestra igualada y sin aparente vencedor. Este panorama cambia con la llegada de los prusianos por el este, que cambian el curso de la batalla en contra de los franceses. Al final, los franceses se quedan en desventaja numérica frente a los ingleses y los prusianos. En este momento, el duque de Wellington les ofrece la rendición pero ante el rechazo de este, los pocos soldados que quedan mueren a cañonazos. La guerra ha acabado. Napoleón, abatido, acepta la derrota y se sube a un carruaje aliado para firmar la derrota de Francia y la caída de su imperio.

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ESTRUCTURA Respecto a la estructura del film, la película se puede dividir en dos partes claras: los primeros tres cuartos de hora aproximadamente nos introducen el conflicto que da nombre a la película, mostrándonos sus antecedentes y explicando, mediante rótulos, los hechos históricos que se van produciendo para que el espectador entienda que está ocurriendo. En esta parte, se ve la firma del Tratado de Fontainebleau, el exilio de Napoleón, el breve reinado de Luis XVIII, la vuelta de Bonaparte y la introducción del bando enemigo de Francia, los ingleses, al film mediante la Fiesta de la Duquesa de Richmond (hecho histórico verídico). En esta fiesta, un mariscal de campo prusiano avisa al Duque de Wellington de la llegada de las tropas francesas a Bélgica (donde se encontraban los aliados) y este decide enfrentarse a Napoleón en la localidad de Waterloo.

Es aquí donde empieza la segunda parte, donde se ve a ambos lados prepararse para la batalla, y el enfrentamiento de dicha batalla (incluyendo el final de este donde se muestra a Napoleón derrotado).

46:23 – Minuto exacto donde termina la primera parte de la película y empieza la segunda: el duque de Wellington rodea Waterloo, donde “hará frente a

Napoleón”8

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PERSONAJES: NAPOLEÓN BONAPARTE Aunque la película no se declare a favor de un bando u otro en la batalla, el film se centra y da gran protagonismo al emperador francés, interpretado por Rod Steiger. Bonaparte demuestra ser un personaje con un temperamento colérico pero también tiene sus momentos de recaída y de tristeza (como su abatimiento cuando ve la derrota de Francia en Waterloo), y los de tranquilidad. Como figura política, es un hombre poderoso e importante: no solo intimida a los del bando contrario, los cuales siempre están mencionándole y comparándole, sino a los propios soldados franceses y demás miembros del ejército. Esto se puede ver en una de las primeras escenas de la película: Napoleón (y 1000 hombres) escapan de Elba y una parte del ejército le espera para detenerlo, por orden del rey, pero finalmente ceden al emperador y se unen a él para echar al rey borbónico y volver a implantar su imperio. Bondarchuk supo adaptar el carácter y la figura del emperador para su película, y el resultado es bastante creíble por la gran actuación de Steiger.

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PERSONAJES: ARTHUR WELLESLEY, DUQUE DE WELLINGTON El duque de Wellington puede que no reciba el mismo protagonismo que el emperador francés, pero su importancia en la película es indudable. Este mariscal de campo es el némesis directo de Napoleón, ya que antes de Waterloo, Wellesley había ayudado a los españoles a ganar la Guerra de la Independencia contra las tropas francesas. Es por esto por lo que Napoleón ve al duque como “su mayor enemigo”. El director de la película ha sabido transmitir bien este duelo personal entre comandantes: ambos se admiran y se respetan (aunque también hay que decir que el duque menciona al emperador francés con el apelativo infantil de “Bony”), pero uno tiene que vencer al otro. El duque de Wellington, a contrario que Napoleón, se muestra muy tranquilo y muy sereno a lo largo de la película, y a lo largo de la batalla. Pero al final de esta, es el único que se da cuenta del increíble número de bajas de ambos bandos, y exclama una frase mítica, que históricamente es verídica: “Lo más triste después de una batalla perdida es una batalla ganada”. Con estas palabras, el duque de Wellington no expresa su alegría por haber ganado la guerra ni tampoco empatiza con la derrota francesa, simplemente se da cuenta de las grandes pérdidas humanas que provocan las guerras, y nos da a entender de que realmente no hay ganadores “reales” en un conflicto bélico. Este pensamiento tan asumido hoy en día, fue pionero en su época, y es por ello por lo que hoy goza de tanta fama.

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PERSONAJES: LUIS XVIII, REY DE FRANCIAEsta película no destaca por tener una gran variedad de personajes importantes para la trama. Es más, Napoleón y el duque de Wellington son los únicos personajes que se pueden analizar profundamente, ya que el resto de personajes tienen poca importancia para la trama (la mayoría son generales y soldados). Pero he querido destacar uno de estos personajes, solo por la importancia cinematográfica del actor que lo interpreta. El monarca borbónico Luis XVIII es interpretado por uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos, Orson Welles (Ciudadano Kane,1941 / Otelo,1952).

La importancia de su personaje en la película es mínima: Luis XVIII solo es el sucesor del trono francés tras el exilio de Napoleón, reinado que duró 10 meses por el regreso del emperador a Francia. Por lo que su actuación en la película se podría considerar como un cameo y como un simple reclamo publicitario para aumentar la recepción comercial del film (algo que no consiguieron). La aparición de Welles, con ya 55 años, es solo una pequeña anécdota que posee este film.

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ANÁLISIS DE ESCENA: EL TRATADO DE FONTAINEBLEAU (00:25 – 13:42) La película abre con un opening crawl que explica brevemente los antecedentes, de la Francia de Napoleón, a la firma del Tratado de Fontainebleau (1814). A continuación, se nos muestra a los representantes de Napoleón (Armand Augustin Louis de Caulaincourt, Michel Ney, Etienne Jacques Joseph MacDonald…) entrando a una habitación del Palacio de Fontainebleau, donde se encuentra un Bonaparte pensativo, abatido y algo triste por la caida de su poderoso imperio y su obligación de firmar su abdicación a favor de los austriacos, ingleses y demás países aliados. Al principio, muestra una actitud de negación a firmar el tratado, e incluso critica a sus representantes por la presión a la que le someten para que abdique, afirmando que desprecia la ingratitud, que sus hombres, en este momento, están demostrando. Después de esto, sigue negándose a firmar el acuerdo y se pregunta qué puede hacer. De forma entusiasta exclama que puede luchar, y así acabar con sus enemigos, pero rechaza dicha idea al entender que ya no quedan hombres por movilizar. Tras preguntarse, resginado, por qué Wellington está involucrado en todo lo que le afecta (aquí se puede comprobar la gran rivalidad de ambos), grita enfurecido que no va a abdicar porque es el mejor gobernante que puede tener Francia en estos momentos. Pero tras reflexionar unos segundos, se da cuenta de que está vencido y nada puede hacer, debe abdicar. Tras firmar el doloroso tratado, sale del palacio, donde le espera una parte de la Guardia Nacional, y ahí pronuncia un emotivo discurso ante ellos, donde se despide y agradece a sus soldados las conquistas territoriales de su ya caido imperio. Les suplica, también, que no se olviden de él y de su grandeza. Tras esto, besa una bandera de guerra gala (demostrando así su gran sentimiento patriótico francés) y, con los ojos llorosos, se despide por útlima vez de “sus amigos”. A continuación, Napoleón se sube a una carroza ante la atenta mirada de sus hombres, que se hallan conmovidos por su discurso, y se marcha del palacio en dirección al barco que le conducirá a su exilio en la isla de Elba. Finalmente, saltan los créditos iniciales de la película, mientras se nos muestra al barco en el mar.

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ANÁLISIS DE ESCENA: WATERLOO, LUGAR DE BATALLA (34:19 – 46:23) En esta escena, la película sitúa la acción en la Fiesta de la Duquesa de Richmond, en Bruselas (Bélgica), el 15 de junio de 1815 (3 días antes de la Batalla de Waterloo). Es la primera escena de la película donde aparece el bando inglés, con el mariscal Arthur Wellesley, duque de Wellington al frente, que va acompañado del teniente general Thomas Picton y de demás oficiales ingleses. Wellesley, durante gran parte de la escena, mantiene una conversación con Charlotte Lennox, la Duquesa de Richmond, que admite ser un poco “bonapartista”. En la conversación, Wellington afirma que el “espíritu del patriotismo” de sus soldados es la ginebra, a lo que la duquesa responde que duda que los soldados de Napoleón luchen solo por su deber. El duque, ante la comparación, afirma que “Bony” (Napoleón) no es un caballero, aunque sea la persona más importante en el campo de batalla. Con esta respuesta, se reafirma la rivalidad entre ambos comandantes que ya vimos en la escena anterior comentada. Poco después, el duque responde a la duquesa, ante su pregunta de cuando se enfrentará a Napoleón, de que él está preparado y que todo depende del emperador francés. Justo después de decir esto, la acción pasa, por pocos minutos, a protagonizarla de nuevo Napoleón y su ejército, donde se ve como cruzan un puente y entran en el territorio belga. Tras esto, un mariscal prusiano, Karl Freiherr von Müffling, interrumpe la fiesta para avisar al duque de la llegada de Bonaparte al país, el cual quería derrotar a los aliados, antes de que estos se unieran de nuevo (ya que los aliados se habían dividido anteriormente). Tras el aviso, Wellesley y sus hombres planean una estrategia para enfrentarse a Francia. Al ver que Napoleón y su ejército se hallaban entre los prusianos y los ingleses, Wellington decide que les hará frente en una localidad cercana a la capital belga, Waterloo (la cual rodea en un mapa).

Comparación entre la representación pictórica de Robert Alexander Hillingford y la cinematográfica de Bondarchuk de la Fiesta de la Duquesa de Richmond. 13

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ANÁLISIS DE ESCENA: LA DERROTA DE FRANCIA (1:56:58 – 2:05:31)

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La última escena de la película coincide con el final de la batalla, donde se ve a un grupo reducido de franceses rodeado por la superioridad numérica de las tropas aliadas. El duque de Wellington les ofrece la rendición, por su gran valentía durante la batalla, en vez de acabar con todos ellos. Tras unos segundos de silencio, uno de los soldados franceses grita “merde” (mierda en francés), simbolizando el rechazo a la rendición para no perder el honor de Francia en la batalla. Wellington, que no quería asesinar a los pocos franceses que quedaban, se resigna con la decisión rival y manda la orden de fusilar a los soldados franceses con los cañones. Tras esto, se nos muestra, durante varios minutos, distintas tomas del resultado de la batalla: miles de hombres muertos, caballos abatidos que no pueden levantarse, pobres con antorchas robando a los soldados caídos, armamento destruido… Todo ello se muestra desde una perspectiva melancólica y triste que Wellesley expresa con la frase: “Lo más triste después de una batalla perdida es una batalla ganada” (el significado de la frase ya lo expliqué en el análisis del personaje, en la diapositiva 10).

A continuación, empieza a llover sobre el campo de batalla, y se nos muestra a un abatido, cansado y resignado Napoleón que sabe que su fin ha llegado (de una manera muy parecida a la escena inicial del film). Tras el consejo que le da uno de sus hombres de marcharse de la zona, Napoleón se sube a una carroza aliada, que le llevará ante los ingleses y prusianos para firmar la derrota de Francia y su segundo exilio a la isla de Santa Elena. Durante toda esta escena, podemos ver a un pensativo y conformista Napoleón que entiende que su sueño de expansión territorial europeo había acabado: las fronteras volverían a su estado anterior, Francia volvería a ser gobernada por los Borbones y Bonaparte dejaría de ser emperador. Rod Steiger nos muestra de una forma realista el estado actual del líder francés y nos transmite un sentimiento de amargura, al provocar que el espectador empatice con el emperador y con todo lo que está sufriendo.

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