visión espírita - año 5 - nº 19 - invierno
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Boletín de artículos espíritas del Centre Espírita Amalia Domingo Soler, Barcelona, España.TRANSCRIPT
¡ES TIEMPO DE
VISIÓN ESPÍRITAVISIÓN ESPÍRITAAÑO 5 n Nº 19 n INVIERNO
REFORMAÍNTIMA!
"Un sabio de la antigüedad os lo dijo: Conócete a ti mismo."(El Libro de los Espíritus, pregunta 919)
2 Visión Espírita
editorial
HAN COLABORADO EN ESTA EDICIÓNAlexandra Mielenhausen, Ana Laura Ibañez, Anna Vázquez,Andrea Campos, Gilda López, Ian Bermúdez, Janaina de Oliveira,Jonathan Levy, Jesús del Valle, Kédima Furquim, Lindamir da Silva,Marcello Pagnotta, María Jesús Briega, Rafael Navarrete, Regina Costa,Silver Chiquero, Susana Clavero, Teresa Vázquez y Wellington Bossi.Fotos:Marcelo Nogare Maquetación: Chris Magalhães
VISIÓN ESPÍRITAPublicación trimestral del Centre Espírita Amalia Domingo SolerCalle Ventura Platja, 15 bajos - Barcelona - España - DL: B. 17623-2013www.ceads.kardec.es n amaliadsoler.blogspot.comBuzón de sugerencias y comentarios: [email protected]
DISTRIBUCIÓN GRATUITA
Con la ley de progreso, explicada en el Libro
de los Espíritus, aprendemos que evoluciona-
mos y que esta evolución se da en varios as-
pectos. Parece ser que el mundo ha entendido
muy bien la importancia de la evolución inte-
lectual. Pero, al parecer, la prioriza respecto a
la evolución moral, ya que aquella evoluciona
más rápidamente que ésta.
Por otro lado, sabemos que la Tierra está
pasando por un proceso, lento pero impara-
ble, de transición: de un mundo de pruebas
y expiaciones a un mundo de regeneración.
En este último, el amor ya gana al odio. Para
que podamos acompañar esta evolución, es
necesaria nuestra reforma íntima. Vivir los
valores enseñados por Jesús, independien-
temente de religiones, de filosofías. Lo que
hace el Espiritismo es revivirlos, transmitir-
los de manera transparente, sin dogmas, sin
intereses, abriéndonos la puerta a la vida
espiritual.
Paseando por los textos de esta edición, po-
demos ver algunas pinceladas de esta doc-
trina, que nos invita a reflexionar sobre el
universo, sobre nuestra sociedad, sobre el
prójimo y, en particular, sobre nuestra propia
vida, nuestra esencia.
La evolución moral también tarda su tiempo.
No nos desesperemos en querer reformarnos
íntimamente de un día al otro. Esto genera
ansiedad y frustración. Pero intentemos se-
guir la evolución del planeta, poco a poco, sin
titubear.
El equipo de Visión Espírita espera humilde-
mente y de corazón, que pueda contribuir,
aunque mínimamente, con estos pequeños
cambios internos a través de la divulgación
del Espiritismo.
Aprovechamos y deseamos a todos mucha
paz y luz a todos para este 2014, ¡que ya des-
punta en el horizonte!
Pentateuco 3Semejanzas físicas y moralesMétodo, 1ª parte - cap. IIISócrates y Platón: precursores de Jesúsy del EspiritismoCapítulo III - El CieloEl bien y el mal
Psicología de la evolución 8La dualidad del ser: una mirada humana ycompasivaLas drogas y el libre albedrioCaridad: oportunidad de servir¡Un año más!
Filosofía do ser 13La parábola de los dos hijos: un ensayosobre el libre albedrío
Ciencia & Salud 16Espacio universal
Ocio del bien 20AgendaFrancisco de Asís, de João Nunes Maia,por el Espíritu MiramezCrucigrama
Personalidad 23Ernesto BozzanoHugo Andre de Lima Martins
sumario
Visión Espírita 3
Pentateuco
TERESA VÁZQUEZ
Del capítulo IV Pluralidad de existencias, del
Libro de los Espíritus. Preguntas 207 a 217
Así como existe una transmisión genética
de padres a hijos que puede mostrarse con ras-
gos físicos semblantes (nariz, ojos, complexión
física, etc.), las semejanzas morales no son
hereditarias ya que no pertenecen al cuerpo
físico sino al Espíritu. Recordemos que el
cuerpo material que habitamos, es una forma
condensada de nuestro ser presente en la di-
mensión física terrenal para llevar a cabo su
misión de vida y aprendizaje. “Entre los de-
scendientes de las razas sólo existe consan-
guinidad” (p 207, LE).
Ahora bien, las similitudes morales que
podemos encontrar entre miembros de la
misma familia se deben principalmente a la
afinidad de espíritus con tendencias e inclina-
ciones comunes. La influencia moral que
ejercen los progenitores en sus hijos e hijas es
educacional, a través del ejemplo que den con
sus actos y acciones. Su compromiso como
padres es potenciar el desarrollo saludable de
los espíritus que están a su cargo, acompañar-
les en su evolución espiritual y guiarles en su
camino por el bien. Esta relación potenciará
tendencias morales en sus hijos e hijas, pero
no similitudes morales, ya que éstas son fruto
de vínculos establecidos en vidas pasadas.
Los compromisos adquiridos como padres
antes de reencarnar son bendiciones para el
alma, tanto del que da como del que recibe, de
ahí que en ocasiones, padres bondadosos y con
lúcida conciencia de Amor, acojan en su seno
familiar a espíritus que requieren de mucho
afecto y comprensión para restaurar graves er-
rores pasados. Ahora bien, “para el Espíritu del
padre y de la madre, es ésta una gran tarea: si
falla, será culpable” (p 208 LE).
Bajo la Ley de Causa y Efecto, todo tiende
al equilibro y la armonía, por tanto los actos
que cometemos revierten en nuestras experi-
encias en bonus negativos y positivos según
nuestras acciones. Todo depende de nosotros.
Hemos de tener en cuenta que el encuen-
tro de almas, siempre está sujeto a la Ley de
Amor. Todos los lazos afectivos tienen su
propia historia de acuerdos y desacuerdos,
encuentros y desencuentros, vividos en vidas
pasadas. Bien por amor o por ausencia de
este, la reencarnación en una familia determi-
nada, tiene la finalidad de equilibrar las ten-
dencias de cada ser hacia la consciencia
crística que nos unifica con Dios y nos
dispone a la verdadera felicidad.
Dios, en su inmanencia, inmutabilidad y
omnipresencia, dispone las Leyes Divinas para
que su eterna voluntad se cumpla siempre.
Entre Ellas encontramos la Ley de Afinidad o
Atracción, también plasmada en la mitología
griega como Eros el dios del amor, hijo de Ares
dios de la guerra y Afrodita diosa de la belleza.
Esta Ley nos habla de la atracción que ejercen
elementos afines y dispares componiendo así
la hermosa trama de la vida donde todo tiende
a la armonía.
Así encontramos casos de hermanos geme-
los que como Espíritus simpáticos se sienten di-
chosos de estar juntos (p 211 LE), o hermanos
siameses que comparten órganos en su unión
corporal y les hace ser dependientes uno de
otro. Podríamos decir que son almas tan afines
que deciden compartir habitáculo pero la ver-
dad se encuentra oculta a los ojos terrenales
porque pertenece al alma. Amor y odio son
vivencias de dualidad que pertenecen a la vida
en la dimensión de la Tierra, caminos que lle-
van a la unidad del ser.
Los cuerpos se destruyen y siguen su pro-
ceso de transformación en la tierra, mientras
que el alma continúa viviendo y mantiene el
bagaje de sus experiencias reencarnatorias
que marcaran su propia evolución. Los cuer-
pos cambian de encarnación en reencar-
nación; las almas siguen su aprendizaje
ennobleciéndose a cada paso.
Con nuestros ojos vemos cuerpos moldea-
dos a la prueba que han de superar. A veces son
cuerpos feos y desfigurados, otras son her-
mosos y deseados,… en cada uno de esos cuer-
pos, habita un Espíritu en evolución. “Podrías
creer que sólo los cuerpos bien constituidos son
la envoltura de los Espíritus más perfectos”, pero
la Ley del Amor es mucho más profunda que
la razón humana y abarca más allá de lo que
vemos o creemos ver.
Las cualidades del Espíritu modifican con
frecuencia a los órganos que sirven a sus mani-
festaciones, e imprimen al rostro, e inclusive al
conjunto de los modales, su sello distintivo.
No son nuestros ojos los que ven verdad.
Semejanzas físicas y moralesel libro de los espíritus
4 Visión Espírita
Pentateuco
MÉTODO 1ª PARTE - CAP. III
WELLINGTON BOSSI
El Espiritismo es una ciencia, una filosofía. Para comprenderla
es imprescindible un estudio serio y metódico, porque trata de
innumerables aspectos de la humanidad. Éste nos habla de la in-
mortalidad del alma. Aunque sea una tendencia natural del ser
humano querer convencer a los demás, el Espiritismo no pre-
tende persuadir a nadie. Pero sí esclarecer que existe algo más
allá de la materia que podemos ver. ¿Quién podría creer o imagi-
nar la existencia del átomo sin el microscopio electrónico? La hu-
manidad progresa y paralela a ella la ciencia “descubre”, cada día,
nuevas facetas de la vida.
El punto de partida para el estudio de la inmortalidad fue el
espíritu o alma, que viene a ser la misma cosa, pero en estados
distintos. Nos referimos a alma cuando hablamos de alguien que
está vivo; como tú por ejemplo; y a espíritu cuando ya nos hemos
desprendido de la materia (nuestro cuerpo) por un proceso lla-
mado, en la Doctrina Espírita, desencarnación. Es primordial
tener esta idea muy clara para lograr una comprensión óptima
de ello. Es como el agua en estado líquido, gaseoso o sólido, siem-
pre hablamos de H2O. Por lo tanto, el espíritu es el alma cuando
está ligado a un cuerpo físico, volviendo a llamarse espíritu,
cuando se despoja de la materia.
Entre los materialistas, están aquellos que niegan o negaron
en su época la existencia de cualquier inteligencia fuera de la ma-
teria. Éstos se dividen en dos grupos: por una parte están los que
por orgullo persisten en negar toda prueba en contra de su ideo-
logía y por otro lado están los que, aún razonando su criterio, nie-
gan absolutamente que haya algo más que el cuerpo físico. El
verdadero materialismo es algo antinatural. ¿De qué nos sirve
tener un inmenso e incontrolable deseo de poseer cosas materia-
les, si todo aquello que nos es prestado aquí, aquí lo dejamos?
Según el Espiritismo, después de la muerte sólo nos llevamos lo
que somos en realidad, Espíritu. Éste está revestido por una capa
semimaterial llamada periespíritu, en donde queda grabada toda
nuestra existencia, incluso las anteriores. Al partir del mundo físico,
no dejamos de ser quienes somos, ni quienes fuimos en un pasado.
Después de la muerte continuamos siendo los mismos, pero libres
de la materia densa corporal, quizás con un bagaje intelectual y o
moral más grande, dependiendo siempre de lo que hayamos lo-
grado aprender en la última experiencia reencarnatoria.
Según el Libro de los Médiums, entre los convencidos de que
el Espíritu es inmortal, podemos dividirlos en los que creen pura
y simplemente en las manifestaciones; aquellos que no se con-
tentan con admirar la moral espírita; los que ven el Espiritismo
como algo más que los hechos mediúmnicos y, por fin, los “espí-
ritas exaltados”. Estos son aquellos que, pese su buena fe, son ju-
guete, ya de los Espíritus mixtificadores, ya de los hombres que
procuran explotar su credulidad.
Nuestro estudio no acaba aquí, continuará en la próxima edi-
ción de nuestra revista. ¡Pero no espere tanto: busque e investi-
gue las obras del Pentateuco Espírita de Allan Kardec!
el libro de los médiums
Visión Espírita 5
Pentateuco
JANAINA DE OLIVEIRA
Nos dice el Evangelio Según el Espiri-
tismo que Sócrates y Platón son los princi-
pales precursores de Jesús, habiendo
comprendido la verdad como espíritus ma-
duros que eran e incluso secundado al
Cristo en su paso por la Tierra. Sócrates no
dejó escritos, sino que le correspondió a
Platón la redacción de su doctrina. El maes-
tro y el discípulo se confunden así en una
única voz, que ya profesaba que el hombre
es un alma encarnada y afirmaba la pree-
xistencia del alma que aspira volver al
mundo que habitaba antes de bajar a la ma-
teria. Para Sócrates, el hombre debe dedi-
carse a contemplar su propia esencia,
dirigiéndose hacia lo que es puro e inmuta-
ble. Las pasiones transitorias, la materia su-
jeta al cambio y al deterioro, no le conducen
a la sabiduría. De hecho, Sócrates llama
“hombre vicioso” al amante vulgar que pre-
fiere el cuerpo al alma y nos desafiaba con
la pregunta: “Si el alma es inmortal, ¿no es
acaso más prudente el vivir para alcanzar
la eternidad?” La pregunta sigue tan actual
como hace veinticinco siglos.
Como el Espiritismo, Sócrates y Platón
enseñaron que el alma se encuentra tur-
bada durante la existencia física. Para el
hombre que ha vivido con sabiduría y en
la búsqueda de la verdad, la muerte es una
liberación de la materia densa, que le en-
torpece los sentidos. Por esto el filósofo no
teme a la muerte. Sócrates llegó incluso a
afirmar que los hombres que han vivido
en la tierra se vuelven a encontrar des-
pués de la muerte y se reconocen. Su doc-
trina distingue claramente entre la suerte
que encuentran después de la muerte los
espíritus de los hombres “puros” y los de
los hombres “malos”. Los puros se liberan
de la reencarnación, mientras los malos,
más materializados, permanecen junto a
sus círculos de interés en la Tierra y deben
pasar por nuevas reencarnaciones para
purificarse. Como se ve, Sócrates y Platón
comprendían los diferentes grados de ele-
vación del alma, e insisten sobre la dife-
rencia de situación que resulta para ella
de su mayor o menor pureza. Para Sócra-
tes, los Daimones – como denominaba los
espíritus-, en sus diferentes grados de pu-
rificación, poblaban el espacio.
También enseñaban los filósofos, como
el Espiritismo nos aclara, que cuando se
despoja del cuerpo, el alma lleva las seña-
les evidentes de cada uno de los actos de
su vida. Para Sócrates, la mayor desgracia
que puede sucederle al hombre es el irse
al otro mundo con un alma cargada de crí-
menes. Ya preconizaban los filósofos pre-
cursores de Jesús y del Espiritismo que
existe una verdadera continuidad entre la
vida corpórea y la vida espiritual. Decían
que el alma no purificada conserva las
ideas, las tendencias, el carácter y las pa-
siones que tenía en la Tierra. Tal como el
Espiritismo nos aclara y demuestra, la
muerte, lejos de purificar al hombre, le
transporta a un estado más dichoso y pu-
rificado o más infeliz y materializado
según haya vivido en la carne.
El principio de la caridad y del perdón
al prójimo estaba presente en las ense-
ñanzas de Sócrates en la máxima “Nunca
debe volverse injusticia por injusticia, ni
hacer mal a nadie por daño que nos haya
hecho”. Como Jesús, estos precursores de
la verdad fueron ridiculizados y persegui-
dos por sus ideas, pero dejaron constancia
en los registros históricos de que 500 años
antes de Cristo, la humanidad había te-
nido la oportunidad de comprender que
no se debe hacer al prójimo lo que no nos
gustaría que se nos hiciera a nosotros mis-
mos. La madurez de su espíritu le permi-
tió a Sócrates comprender que la
verdadera sabiduría está en no creer
saber lo que no se sabe. La humildad, la
caridad, el perdón, la inmortalidad del
alma y la reencanación son algunos de los
aspectos característicos de la doctrina de
Sócrates y Platón que permiten identifi-
carles como precursores de Jesús y del Es-
piritismo. (J.O.)
SÓCRATESY PLATÓN
precursores de Jesús y del Espiritismoel evangelio según el espiritismo
6 Visión Espírita
SILVER CHIQUERO
La palabra cielo deriva del latín “coelum”,
derivada del griego “coilos”, que significa cón-
cavo. A falta de conocimientos astronómicos
todas las teogonías imaginaron una superpo-
sición cóncava de cielos (según la opinión ma-
yoritaria siete, según los musulmanes nueve,
según Ptolomeo once, según el cristianismo
tres); pero bajo el imperio de los nuevos co-
nocimientos las creencias sufrieron modifica-
ciones, perdiendo el cielo su ubicación
espacial. Se consideraba la Tierra el centro del
Universo y Dios más allá de la imaginación,
cuando debería concebírsele en el centro,
desde donde podría irradiar hacia todos
lados. El Espiritismo nos enseña nuestra na-
turaleza humana y los atributos de Dios.
Los Espíritus son creados simples e igno-
rantes pero capacitados para aprender y pro-
gresar moral e intelectualmente según sus
propias decisiones; capaces de ser felices
según los progresos realizados; por ello los
goces, armonías, esplendores y sensaciones
espirituales dependen de las aptitudes propias
para percibirlos, frente al influjo de la materia.
Teniendo como meta la perfección, realizan
progresos en inteligencia y moralidad aunque
ambos progresos raramente marchan juntos.
La encarnación es necesaria para ambos, el
progreso intelectual por la actividad a que se
ve obligado a desarrollar, el moral tiene como
objeto y estimulante la necesidad de las rela-
ciones del hombre con sus semejantes.
Entre cada existencia corporal el Espíritu
regresa al mundo espiritual siendo más feliz
o desgraciado según el bien o el mal obrado,
tomando las resoluciones que deberá prac-
ticar al regresar a la vida corpórea. La reen-
carnación puede tener lugar en la Tierra o
en otros mundos, según el grado de perfec-
cionamiento del Espíritu. La vida en mundos
superiores ya es una recompensa donde se
vive en paz, fraternidad, igualdad y libertad
para progresar en inteligencia. Comparados
con la Tierra son verdaderos paraísos, eta-
pas de la ruta del progreso que llevan al es-
tado definitivo. La felicidad suprema
consiste en el goce de todos los esplendores
de la Creación, en una satisfacción íntima, en
el amor puro que enlaza a todos los seres.
Los trabajos de los Espíritus se relacionan
con su progreso, iluminación, capacidad, ex-
periencia y grado de confianza que inspiren
a Dios. Los Espíritus puros son mensajeros de
Dios, e inspirándose en su pensamiento pre-
siden la formación de los mundos y la armo-
nía general del Universo; los más dignos
conforman el Consejo Supremo; los jefes su-
periores se encargan de los mundos especia-
les; con tareas más restringidas, hay quienes
vigilan la marcha de los pueblos, el impulso
de cada rama del progreso y de la Naturaleza,
incluso en los más mínimos detalles. Son
todos, encargos aceptados con gozo y solici-
tados con pasión, para progresar y elevarse;
sin embargo un paso en falso sólo perjudica
al individuo, no al conjunto.
Todas las inteligencias se instruyen, dán-
dose las manos para alcanzar la cima. Así se
establece la solidaridad entre Espíritus cau-
tivos y libres, mediante la depuración y la
continuidad, las simpatías auténticas, los
afectos santificados. La felicidad depende de
las virtudes propias del individuo y no del
ambiente y bienes materiales que a éste lo
rodeen. La felicidad no es una dicha uniper-
sonal, acontece con seres afines y la comu-
nión de sus pensamientos, ideas, gustos y
sentimientos; mientras cada individualidad
brilla e irradia con sus cualidades propias.
CAPÍTULO III
EL CIELO
Pentateucoel cielo y el infierno
Visión Espírita 7
RAFAEL NAVARRETE
“Dios es el principio de todo, y ese principio es una trilogía de
cualidades: sabiduría, bondad y justicia; por lo tanto, todo lo que de Él
emane debe estar impregnado de esos atributos. Siendo sabio, justo y
bueno no puede producir nada irracional, malo o injusto. El mal que
vemos no se ha originado de Él (...) Sin embargo, el mal existe y tiene
una causa.”
Para regir a todas las criaturas y a todo lo que Él ha creado, hay una
serie de leyes divinas y naturales que nos gobiernan: ley del progreso,
ley del trabajo, ley de destrucción, ley de libertad, ley de sociedad, ley de
causa y efecto, ley de conservación, ley de igualdad y la ley de
reproducción. Y nosotros tenemos la inteligencia y el libre albedrío para
tomar todas las decisiones que nos deparan las vicisitudes de la vida.
Existe una idea de que hay un ser especial, con poderes malignos
luchando incesantemente con las fuerzas del mismísimo Creador. Eso
viene de ideas preconcebidas erróneamente durante mucho tiempo
dictadas por los hombres que querían mantener el poder en manos de
pocos para seguir controlando a los creyentes. Ese supuesto ser tiene
que haber sido creado por algún otro ser, que solamente puede ser Dios.
Dios crea a todas las criaturas simples e ignorantes; de esta manera se
puede entender que el mal es la ausencia del bien y que no hay ni una
criatura destinada a ser maligna por toda la eternidad, ¡esa es una de las
premisas de la ley del progreso! “Si existiese en la Creación un ser
encargado del mal, nadie podría evitarlo; pero la causa del mal está en
el hombre mismo y, como éste posee el libre albedrío y la guía de las
leyes divinas, podrá evitarlo cuando así lo desee.”
Los diferentes males, físicos o morales, que afligen a la humanidad
pueden ser divididos en dos: el primero son males que se pueden evitar
y el segundo son males independientes de su voluntad (tal como las
catástrofes naturales). Pensando en las catástrofes naturales, a menudo
el hombre lo encuentra injusto por parte del Creador, pero si conociese
toda la causa y la finalidad de esos males, vería que todo está impregnado
con la sabiduría y justicia divina. “El hombre progresa, y los males a los
que se haya expuesto estimulan el ejercicio de su inteligencia y de sus
facultades psíquicas y morales, incitándolo a la búsqueda de medios para
sustraerse de las calamidades (...) El dolor es como un aguijón que
impulsa al hombre hacia adelante por la vía del progreso.”
Por otro lado, los males más numerosos de la humanidad son los que
el proprio hombre crea (y, por lo tanto, evitables), sea por los vicios, por el
orgullo, por el egoísmo, por la ambición desmesurada o por todos los tipos
de excesos y la infelicidad que de eso se pueda causar. El hombre siempre
juzga lo que le sucede en su vida, principalmente los problemas, desde su
pequeñez y desde su punto de vista egocéntrico, olvidando que no vivimos
solamente una vez y que todos los errores que cometemos, tenemos que
pagarlos, sea en esta existencia o en alguna otra más adelante, y lo que le
sucede hoy puede ser el pago de cuentas de un error previo.
“Pero Dios, todo bondad, colocó la medicina al lado de la enfermedad,
es decir, que del mismo mal hace nacer el bien. Llega el instante en que el
exceso de mal moral se vuelve intolerable y el hombre siente la necesidad
de cambiar. Aleccionado por la experiencia intenta encontrar una medicina
en el bien, siempre de acuerdo con su libre albedrío, pues cuando penetra
en un camino mejor es por su voluntad y porque ha reconocido los
inconvenientes del otro que seguía. La necesidad lo obliga a mejorar
moralmente para ser más feliz, como esa misma necesidad lo induce a
mejorar las condiciones materiales de su existencia.”
Así pues, el hombre es el responsable de todos los males que le surjan
en su vida, siendo el único que puede evitar los futuros males con buenas
acciones, con rectitud de carácter, honestidad, caridad, indulgencia y la
práctica del perdón en la vida presente.
EL BIEN Y EL MALPentateuco
la génesis
8 Visión Espírita
Un corazón humilde puede sacar lecciones
de cualquier enseñanza. El lenguaje de las car-
tas de Pablo, que muchas veces utiliza pala-
bras como “pecado” y “ley”, puede provocar
rechazo, pero es importante que la forma no
nuble la capacidad el espíritu de buscar la
esencia. En sus cartas, Pablo presenta en un
lenguaje poco familiar para el espiritista de
hoy un concepto que sin embargo es clave en
todas las discusiones que elaboramos en
nuestros círculos de aprendizaje: la reforma
íntima, que solemos denominar como la
transformación del “hombre viejo” en un
“hombre nuevo”. Para los espíritas, el hombre
nuevo es aquel que comprendiendo que es in-
mortal, se esfuerza por vivir según la bandera
de amor y caridad preconizada por los espíri-
tus. No quiere decir que esté armonizado con
las leyes cósmicas por el sencillo hecho de co-
nocer intelectualmente la doctrina de los es-
píritus. Sencillamente quiere decir que, de
corazón sincero y conciencia despierta, el
“hombre nuevo” desea renovarse y seguir el
camino de perfeccionamiento de sus valores
ético-morales. Entre el sincero deseo de reno-
vación y nuestra transformación, sin em-
bargo, se nos presentan importantes
dificultades. Este aspecto, tan comentado en
el seno de la Doctrina Espírita y familiar para
los espiritistas, es uno de los temas del capí-
tulo 7 de la epístola de Pablo a los Romanos,
versículos 19 a 25:
Puedo querer hacer el bien, pero hacerlo, no.
De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero. Por lo tanto, si hago lo que no
quiero, eso ya no es obra mía sino del pecado que
habita en mí. Ahí me encuentro con una ley:
cuando quiero hacer el bien, el mal se me ade-
lanta. En mí el hombre interior se siente muy
de acuerdo con la Ley de Dios, pero advierto en
mis miembros otra ley que lucha contra la ley
de mi espíritu, y paso a ser esclavo de esa ley
del pecado que está en mis miembros. ¡Infeliz
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, o de
esta muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios, por
Jesucristo, nuestro Señor! En resumen: por mi
conciencia me someto a la Ley de Dios, mientras
que por la carne sirvo a la ley del pecado.
Sabe el apóstol de los gentiles que desear
hacer el bien es un primer paso, pero que no
basta. La ley de Dios está presente en la con-
ciencia del hombre, como nos afirman los es-
píritus en la pregunta 621 de El Libro de los
Espíritus, pero nos enfrentamos a la ignoran-
cia de la verdad que debe ser transcendida
para que lleguemos a la perfección. Pablo nos
habla de la dualidad del ser, que se ve en lucha
contra sus imperfecciones: escucha la voz de
la conciencia, pero vive condicionado por la
carne. Para algunos en esta epístola, el apóstol
puede parecer pesimista, sin embargo, hay
que comprender la profunda reflexión que
hace este hombre que se ve a sí mismo y ob-
serva a sus semejantes con extrema compa-
sión. Habiendo ya despertado para la
conciencia espiritual, el hombre sigue tantas
veces “esclavo del pecado”, cometiendo los
mismos errores.
Por esta razón, Pablo da las gracias a Jesús,
que le fortalece pese a sus imperfecciones mo-
rales, mostrándole cómo liberarse de la
muerte. No habla aquí de la muerte física, sino
de la muerte que supone vivir en los vicios, en
los crímenes o apartado de los valores ético-
morales más elevados. En el capítulo 4 de la
carta a los Filipenses, el apóstol de los gentiles
afirmaría “Todo lo puedo en Cristo que me for-
talece”. Jesús es para Pablo y para los espíritas
una fuente de inspiración, un modelo a seguir.
Este hermano mayor, que venció sus imperfec-
ciones antes que la Tierra fuera Tierra, nos in-
vita amorosamente a que nos renovemos. El
deseo de auto-transformación es un primer
paso, pero la firmeza de voluntad es imprescin-
dible para vencer la ignorancia que todavía nos
caracteriza. (J.O.)
Psicología de la evolución
La dualidad del seruna mirada humana y compasiva
Visión Espírita 9
Psicologia de la evolución
KÉDIMA FURQUIM
¡Jóvenes! La doctrina espírita nos enseña,
con ejemplos, el mejor camino y nosotros, con
nuestro libre albedrío, decidimos su reco-
rrido, acertado o no, a seguir.
A partir de una cierta edad los ánimos
están exaltados. Las ganas de descubrir cosas
nuevas van creciendo y las equivocaciones
también pueden ir aumentando.
Todo empieza con un cigarrillo normal.
En ese momento tú piensas “no voy a ser
el único en no probarlo, si todos fuman es
porque no hace daño, y si hace, aun soy
muy joven para morirme”. “Pero… si este
cigarrillo no va acompañado de una cer-
veza ya no tiene gracia” ¡Gran error¡ Cuán-
tos “amigos invisibles” están a tu lado
induciéndote a que lo hagas! aunque los
ojos físicos no puedan verlos.
Te vas de fiesta y “los amigos” te invitan a
fumar un porro, luego a otro, y otro… y ahí
empieza todo el sufrimiento. Por más que
todos a tu alrededor te digan que pruebes
algo; tú tienes el libre albedrio para decidir
hacerlo o no. Ten presente que a tu lado
siempre está tu guía espiritual dándote bue-
nos consejos para que no te equivoques.
El efecto negativo de las drogas es tan
grande que no sólo daña el organismo del en-
carnado sino que también afecta, al periespí-
ritu. Destrozando y comprometiendo la salud
y el equilibrio del cuerpo espiritual, formán-
dose en él grandes “agujeros”. Luego se nece-
sitarán varias encarnaciones para repararlos.
¡Jóvenes! No os dejéis llevar por las sensa-
ciones momentáneas del placer, sed fuertes y
haced valer vuestro libre albedrio. El compro-
miso en esta encarnación, hacia una renova-
ción moral, tiene que ser más grande que
cualquiera que sean las ganas de, engañosa-
mente, pasárselo bien. Las drogas son una
puerta falsa por la cual muchas veces ya no se
puede volver.
“La educación moral a la luz del evangelio,
sin disfraces ni distorsiones, la toma de con-
ciencia espiritual sin alardes, la libertad y la
orientación con bases en la responsabilidad.
La disciplina moral desde temprana edad, la
vigilancia cariñosa de los padres y educado-
res, la asistencia social y médica en contribu-
ción fraternal, constituye un antídoto eficaz
para las drogas. El auto- flagelo que la huma-
nidad está sufriendo por haber cambiado los
valores reales del amor y de la verdad por los
comportamientos irrelevantes insensatos en
la frivolidad.” (Joanna de Angelis, Después
de la Tempestad.)
La educación espírita nos enseña, nos
auxilia. La casa espírita está preparada por
el equipo espiritual, que en ella trabaja,
para actuar en favor de las personas que
sufren por el uso de drogas a través de va-
rias herramientas: motivación por apren-
der y reformarse interiormente; el pase
espirita, que ayuda a equilibrar nuestro es-
tado; asistencia espiritual, cuando ya se
tiene consciencia del problema y de la ne-
cesidad de ayuda fraterna.
¡Padres y jóvenes! Estad atentos a los
cambios, estad atentos a las sensaciones
que nos rodean. Estamos cercados de ener-
gía, y si no estamos equilibrados, unidos y
ligados al Padre Creador, nuestra sintonía
cambia y estamos más expuestos a las
malas influencias. Hagamos valer nuestra
encarnación, trabajemos para los demás,
trabajemos nuestra moral y las ganas de
mejorar. El amor tiene que ser más grande
que el reproche, que las broncas, que las
imposiciones.
Recordad otra herramienta importantí-
sima para la salud espiritual de la familia:
el evangelio en el hogar. Éste equilibra, une
y da señales de que no estamos solos, esta-
mos cercados por buenos espíritus que
están siempre dispuestos a ayudarnos.
Y EL LIBRE ALBEDRIO
Lasdrogas
10 Visión Espírita
ANDREA CAMPOS
Tenemos muchas oportunidades en
la vida. La primera es de la propia
vida. Luego la oportunidad de ser
amado y educado, de estudiar, tener
un hogar, tener un trabajo, casarse o
no, tener hijos, conocer otras culturas,
pasear, etc. Muchas veces nos
olvidamos de la oportunidad que
tenemos de aprender cada momento
de nuestra existencia. Y, casi nunca (¡o
nunca!) paramos para pensar en la
oportunidad de servir, de hacer el bien
a los demás y a nosotros mismos.
¿Seremos ciegos? ¿La caridad es algo
imposible de practicar?
De alguna manera podemos decir
que somos ciegos de amor. Muchos
estamos todo el tiempo pensando en
nosotros mismos, aunque pensemos
en nuestros seres queridos primero
nos viene el pensamiento de que
manera hacer las cosas sin que nos
perjudique y nos sea placentero.
Perdemos muchas oportunidades
de servir porque creemos que
solamente podemos hacer la caridad
cuando tengamos tiempo, dinero o
estemos jubilados.
La verdadera caridad no es la
beneficencia. Este es el primer paso en
la senda del bien, pero es un paso
pequeño en el largo recorrido de la
eternidad.
Amar a Dios y al prójimo como a
uno mismo requiere atención en la
misma tríade: primero hay que amar a
uno mismo, este amor humilde,
aceptando nuestras pequeñeces en
busca de ser mejores personas,
después se ama al Creador y a todas a
sus creaturas. Jesús se ama tanto que
ama aún más al Padre y a todos los
hermanos de este planeta.
Existen varios tipos de caridad:
hacia nosotros mismo, hacia los
familiares y amigos, hacia la sociedad,
hacia la naturaleza y los animales,
hacia los desconocidos y hacia el
planeta.
Entonces ya podemos empezar por
algo, por lo tanto, ¿por qué no
empezar la caridad hacia nosotros
mismos?
Tenemos el
derecho de
practicarla cada día:
cuidando nuestros
pensamientos,
nuestras actitudes,
alimentación,
dejando de lado los
vicios, cuidando
nuestro cuerpo,
observando nuestras
faltas, etc. Esta
caridad, cuando
sincera, no es egoísta
porque visa el
crecimiento
individual, que será
reflejado en un
crecimiento social.
Podemos,
también, empezar a practicarla en
casa, con los prójimos más prójimos.
Ya decía Madre Teresa de Calcuta:
“Si quieres promover la paz mundial,
ve a casa y ama a tu familia.”
Parece una frase con un contenido
inalcanzable si pensamos que con
pequeños actos de amor podrían
promover la extinción de toda la
guerra, hambre y desigualdades en
este planeta. ¿A que cuesta amar a los
prójimos más prójimos?
El Espiritismo nos enseña, a través
de las enseñanzas del Maestro y de los
Espíritus superiores, que nuestra
familia en la Tierra está vinculada,
muchas veces, a nuestro pasado de
errores, donde tenemos la
oportunidad de amar a estos seres
difíciles que pueden surgir en
nuestras familias.
Podamos dar un paso más
practicando buenas
acciones en pro de la
sociedad.
Participando
activamente de las
decisiones socio-
políticas de nuestro
vecindario, de nuestro
distrito. O tratando
con amabilidad y
respecto a nuestros
compañeros de
trabajo, jefes,
subordinados, etc.
Una participación
activa con bases
morales hacía ayudar al
todo y no solamente a
uno mismo. Utilizando
de la manera racional
nuestra capacidad de
análisis y decisión.
¿A que no pensamos que la caridad
es racional? Pues lo es. Una vez
tenemos desarrollado nuestra
inteligencia y conocemos las Leyes
Naturales del Universo, podemos en
marcha una serie de actos caritativos.
Paralelamente, o de manera
escalonada, podemos hacer la caridad
en pro de la naturaleza ayudando el
medio ambiente con acciones de
CARIDAD:oportunidad de servir
De alguna manerapodemos decir que
somos ciegos de amor.Muchos estamos todoel tiempo pensando en
nosotros mismos
Podemos hacer la caridad en pro de lanaturaleza ayudandoel medio ambiente conacciones de mejora dela contaminación del
aire o del agua
Visión Espírita 11
mejora de la contaminación del aire o
del agua, ayudando en el reciclaje de
los envases, papel o vidrio. Buscando
empresas responsables con el uso de
materiales naturales sin productos
tóxicos o maltratos al equilibrio de
naturaleza.
Y a cada acto llegamos a ayudar al
prójimo menos prójimo, este hermano
planetario sin nombre que ayudamos
a donar la limosna, al ofrecerle un
plato de comida, o un trabajo que
pueda sentirse útil, una manta, una
palabra o un abrazo. Como ya
habíamos dicho donar dinero no es
exactamente la caridad pero es el paso
que la antecede pues dejamos el
egoísmo por algunos segundos
donando lo que nos sobra. Hay
aquellos que llegan a donar todo lo
que tienen y, al hacerlo, pueden
transformarse en una carga para la
sociedad, todo lo contrario a la acción
de amar al prójimo. Ya los que donan
lo que no tienen avanzan a pasos
gigantes en la senda del bien y del
desarrollo espiritual.
Esta capacidad de amar es la
caridad. Este amor en acción que
produce energías revitalizadoras a
nuestros espíritus necesitados de
oportunidades de servir, y a la vez, ser
servidos del bálsamo del amor
generado por estos actos.
Es dar lo mejor de uno mismo. Eso
es la verdadera caridad.
Psicologia de la evolución
12 Visión Espírita
MARÍA JESÚS BRIEGA
Antes de nada, ¡FELIZ AÑO NUEVO a
todos!
Confieso que cuanto más reflexiono
sobre el Año Nuevo, más me arrastra la con-
ciencia al preguntarme sobre el Año Viejo
que hemos dejado atrás, porque realmente
es imposible comenzar un período nuevo y
próspero, sin reflexionar sobre el anterior.
Generalmente caemos en las extravagan-
cias consumistas y gastronómicas y no en la
propia conciencia. Interesan más las ofertas
de las tiendas que el valor de nuestra re-
forma íntima.
Nuestra reforma interior se hace aún más
palpable, cuando comprendemos la historia
de la doctrina espírita, así como el momento
en que nos es dado vivenciar lo que apren-
demos, poniéndolo en práctica.
El Dr. Bezerra de Menezes nos explica en
el libro ”Seara Bendita”:los primeros setenta
años constituyeron el período de la consa-
gración de los orígenes y de las bases en que
se asientan la doctrina, el segundo período
de setenta años fue marcado por la divulga-
ción y difusión del ideario espírita y el tercer
período, que se inició con el nuevo milenio,
será caracterizado por la efectiva renovación
a través de la educación moral.”
En el libro “ Opinión Espírita”, André Luiz
nos advierte que “el espírita que no progresa
durante tres años sucesivos permanece es-
tancado”. Y este progresar no significa cono-
cer más, sino , aplicar los conocimientos ya
adquiridos en nuestro día a día.
Estamos en la fase de sentir y vivir el Es-
piritismo, donde será pedido que cada uno
de nosotros hagamos algo más que simple-
mente frecuentar el centro espírita. Ya tene-
mos a nuestra disposición un bagaje enorme
lleno de sabiduría. Si queremos acompañar
la evolución del planeta y no quedar atrás,
tenemos que en cada momento de nuestras
vidas vivir el Espiritismo. Amar al prójimo
como a si mismo, siempre con Dios en nues-
tros corazones. Kardec nos dejó un lema,
profundo, que condensa el objetivo de las
enseñanzas de Jesús puestas en práctica:
“Fuera de la caridad no hay salvación”.
Evaluemos nuestra reacción frente a
acontecimientos tan inesperados, como ba-
nales, como puedes ser un atasco de coche
que inmoviliza el tráfico; cómo está nuestra
convivencia con nuestros familiares, con
nuestros compañeros de trabajo o con la so-
ciedad en general.
Procuremos identificar también nuestras
cualidades, porque quien no ve en si mismo
ninguna cualidad, mendiga elogios ajenos.
El proceso evolutivo, según Yvonne Pe-
reira, se asemeja al movimiento de las olas
del mar que se recogen inicialmente para
después ondularse en la arena. Con nosotros
ocurre lo mismo: tenemos que hundirnos
en nuestro mundo interior sin olvidarnos
de extender nuestras manos al prójimo.
Este proceso reeducativo es largo; no se
efectuará, a través de saltos evolutivos, pero
si, a través de nuestro esfuerzo diario.
Si no fuésemos capaces de concretizar las
enseñanzas de Jesús, no nos las hubiera en-
señado hace 2000 años atrás...Transmita-
mos fe, contagiemos alegría y realicemos
nuestro balance anual y personal. Si el saldo
fuera muy negativo, acostumbrémonos a
analizarnos al final de cada día, mantenién-
donos, de esta manera, actualizados en
nuestra contabilidad divina y evitando la
melancolía de tiempos pasados.
Os deseo a todos, al mirar el mundo, que
siempre veamos más las oportunidades de
progreso como un regalo y no como dificul-
tades y que, bajo la mirada de Jesús, ¡seamos
cada vez más dignos y merecedores de un
feliz 2014!
Psicologia de la evolución
!Un año más!
Las parábolas de Jesús no tienen un sig-
nificado cerrado ni se pueden entender de
forma literal. El legado del Maestro es toda
una invitación al examen de conciencia.
Consideremos una de las más comentadas,
la parábola de los dos hijos. Es curioso que
a menudo nos refiramos a ella como la pa-
rábola del hijo pródigo o del hijo perdido.
Pero Jesús no hizo mención únicamente al
hijo menor. De hecho, así empieza la pará-
bola:
Un hombre tenía dos hijos.
Nos hemos centrado exclusivamente en
el hijo menor, el que se equivoca y vuelve
a casa para ser perdonado por el amor in-
condicional de su padre, porque esta era la
lectura que más nos interesaba. Por conve-
niencia nos interesaba que, únicamente
con arrepentirnos, Dios nos perdonara
nuestras equivocaciones. Y final feliz. Nada
más lejos de la realidad. La propuesta que
nos hace Jesús en esta parábola es de un
profundo examen de nuestra conciencia.
Vamos a ver si somos capaces:
El menor de ellos dijo a su padre: “Padre,
dame la parte de la herencia que me co-
rresponde.” Y él les repartió los bienes.
Veamos, ¿nos habíamos fijado en la jus-
ticia del padre? Quién le pide su parte de
la herencia es el hijo menor, pero él re-
parte entre los dos hijos lo que le corres-
ponde a cada uno. Lo hace sin discutirlo,
sin intentar disuadir a su hijo pequeño. Es
posible que sintiera dolor por su decisión,
pero no nos relata Jesús ningún senti-
miento negativo del padre. Este actúa con
justicia y serenidad, respetando la deci-
sión de su hijo. Nosotros podemos leer la
actitud del hijo menor como una ofensa o
como ingratitud. Pero el padre solo ve en
ella inmadurez. Con su gesto, demuestra
confianza en la capacidad del hijo de se-
guir adelante. Si lo hubiese prendido en
casa físicamente o negándole los recursos
para seguir su viaje, el hijo, sintiéndose in-
satisfecho, le podría echar la culpa: tú eres
la causa de mi sufrimiento. Pero no es así
como actúa el padre. El padre de la pará-
bola y Dios, como nos intenta explicar
Jesús, no limitan nuestras acciones, aún
cuando escogemos caminos más duros
para nuestra evolución. Dios sabe que
somos capaces de gobernar nuestras
vidas, puesto que nos ha dotado de todos
los recursos para sobrellevar cualquier si-
tuación a la que nos enfrentemos.
Sigamos. Una vez lejos de la vista del
padre, el joven se puso a desperdiciar sus
recursos. En lugar de ponerse a trabajar
en el campo de su padre, de ocuparse de
sus trabajadores, de administrar su he-
rencia, el joven elije gozar de los recursos
Visión Espírita 13
Filosofía del ser
un ensayo sobre el libre albedrío
LA PARÁBOLADE LOS DOS HIJOS
14 Visión Espírita
que el padre le había reservado para que
viviera una vida feliz. El joven quiere vivir
como un niño, tener todo lo que quiere, en
el momento que lo desea, sin tener obli-
gación de trabajar. Pero como ya no es un
niño, ¿qué es lo que pasa? Los recursos se
agotan y la vida le convoca a vivir las con-
secuencias de sus actitudes desequilibra-
das. Aquí vemos claramente como la
conciencia se resiste a madurar y cae en
comportamientos más bien característi-
cos de la inmadurez evolutiva. Al ser una
conciencia plenamente individualizada y,
por tanto, responsable de sus actos, expe-
rimenta el dolor que sus elecciones le
causaron. El hijo menor no puede culpar
a su padre por el hambre que experi-
menta, así como nosotros no podemos
culpar a Dios por las carencias físicas,
económicas o emocionales a las que nos
enfrentamos. Como el joven, recogemos la
cosecha de nuestros propios actos, bien
de la presente existencia física o bien de
existencias anteriores. Cuando lo tenía
todo en casa de su padre, este joven se re-
sistió a madurar. Ahora, sin embargo,
lejos de casa, trabajando en condiciones
muy precarias y sufriendo hambre, es
capaz de hacer el examen de conciencia
que no pudo hacer cuando vivía en la
prosperidad.
Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos
jornaleros en la casa de mi padre tienen
abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre!”
El joven finalmente es capaz de ver las
cosas más claras. La experiencia dolorosa
le ayuda a reconocer la generosidad de su
padre. Jesús nos está invitando al análisis
de nuestras propias conciencias. El auto-
conocimiento es el camino de la liberación
del sufrimiento. Otros senderos nos aleja-
rán todavía más de la casa del Padre Celes-
tial. Para volver a casa, adonde
pertenecemos por descendencia divina,
debemos aprovechar las experiencias do-
lorosas para “volver la mirada a nosotros
mismos” y de tal modo ver dónde nos equi-
vocamos. Pero el joven, que empieza a
abandonar la resistencia a la madurez, no
se queda en el auto-análisis. Dice:
Me levantaré, iré a mi padre y le diré:
“Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.”
Hace planes para corregir sus errores.
Abandona el orgullo y se abre a la humil-
dad. Se levanta y va a su padre. Este mo-
mento de iluminación puede estar pasando
en nuestras vidas ahora mismo: si estamos
viviendo un momento difícil, tal vez poda-
mos aprovechar la lección para abandonar
la resistencia, dominar el orgullo y presen-
tarnos con humildad ante las leyes cósmi-
cas universales de causa y efecto. Pero tal
vez este momento de iluminación pasó en
alguna existencia física anterior. Si nos en-
frentamos a las dificultades sin rebelarnos,
sin murmurar y con fe, significa que ya nos
hemos presentado ante el tribunal de
nuestra propia conciencia. Dios nos acogió
en su seno de amor y nos envió a una
nueva existencia física, a trabajar en la res-
tauración de lo que habíamos destruido en
el pasado. Por doloroso que pueda parecer
visto desde la perspectiva de una única
existencia física, este es el final feliz al que
provisionalmente tenemos derecho.
Pero nos queda la otra mitad de la pará-
bola. Este es el final provisionalmente feliz
al que tiene derecho el hijo menor. Todavía
nos falta analizar al hijo mayor, que el ego
se ha encargado de denominar “obediente”
y a veces “incomprendido”. ¿Quién no se ha
identificado en algún momento con el hijo
mayor? “Entonces resulta que este (mi her-
mano menor) se va, mientras yo me quedo
aquí trabajando, y cuando vuelve, ¿como si
no hubiera pasado nada? ¿Dónde está la
justicia de mi padre?”. ¿No tenía razón de
estar enojado el hijo mayor? Mientras re-
gresaba de trabajar en el campo, vio las se-
ñales de la fiesta en casa. Cuando supo qué
pasaba, se negó a entrar. Casi puedo sentir
su enojo, la rabia hacia su hermano, el re-
sentimiento hacia su padre… Puedo verle
en la puerta, negándose a entrar en casa
mientras el padre le explica que la fiesta se
debe a que su hermano ha vuelto. Fijémo-
nos en lo que dice a su padre:
Aquí es cuando cae la máscara del ego
del hijo mayor, que muchos habíamos to-
mado por “obediente”. Primero, resulta
que es un hipócrita: dice que el manda-
miento que ha observado es suyo, de su
padre, es decir, no lo ha seguido por con-
vicción, sino que lo ha obedecido por su-
misión. Segundo, es un mentiroso y
chantajista: dice que nunca ha recibido un
cabrito para celebrar con sus amigos
cuando, en el momento que se va su her-
mano menor, recibe su parte de la heren-
cia. Tercero, es un resentido: dice “este tu
hijo”, incapaz de nombrarle como su her-
mano, incapaz de sentirse feliz por su
vuelta. Cuarto, es orgulloso y se siente en
condición de juzgar a su hermano menor,
criticando cómo ha malgastado su dinero.
Vaya, vaya con el hijo obediente. Ya no
cae tan bien… ¿a qué no? Pero Jesús nos in-
vita a tener por él la misma clase de com-
pasión que experimentamos por el hijo
menor cuando tiene que cuidar a los cer-
dos, aunque fuera hebreo. Esto era lo más
bajo que uno podía caer y por esto su su-
frimiento era aún más agudo. Cuando pen-
samos en el sufrimiento del hijo menor,
nos compadecemos. Pero cuando vemos al
hijo mayor tal como realmente es, sin la
máscara del ego, no siempre somos capa-
ces de la misma compasión. Pero él es tan
digno de ella como su hermano menor.
Jesús quiere con esta parábola que deje-
mos caer nuestras máscaras, que nos vea-
mos como verdaderamente somos, y que
seamos capaces de ser compasivos con
nosotros mismos. Si en algún momento
hemos mirado hacia los demás y hemos
pensado “¿Por qué a mí no me puede ir tan
bien como a él?”; “Yo oro, ‘me porto bien’,
voy al centro espírita… pero sigo teniendo
problemas…”; ¿No seré yo tan mala per-
El padre de la parábola
y Dios, como nos intenta
explicar Jesús, no limitan
nuestras acciones, aún
cuando escogemos
caminos más duros
para nuestra evolución
Visión Espírita 15
sona…”... Si en algún momento criticamos
las personas que viven las pasiones de
forma libre, actuamos como el hijo mayor.
Condenar el comportamiento ajeno es una
forma de doble resentimiento: por un lado
pone de manifiesto el deseo frustrado de
hacer lo que el otro hace; por otro lado, ex-
presa envidia porque el otro sí es capaz de
hacer lo que desearíamos haber hecho.
Esta es una clase de sufrimiento más di-
fícil de vencer porque el ego recurre al des-
arrollo intelectual del espíritu – no
olvidemos que es el hijo mayor – para
auto-justificarse. De hecho, Jesús no nos
cuenta si el padre logra convencerle a en-
trar en casa. La parábola acaba con el
padre que intenta explicarle que todo lo
que le pertenece es suyo también. El padre
intenta hacer ver al hijo mayor que es
mejor alegrase
por su hermano
que perderse en
la negatividad.
“Hijo, tú siempre
estás conmigo, y
todas mis cosas
son tuyas. Pero
era necesario
alegrarnos y re-
gocijarnos, por-
que este tu
hermano estaba
muerto y ha
vuelto a vivir; es-
taba perdido y
ha sido hallado.”
¿Entraremos
en casa los hijos
mayores? Este
acto de humildad,
juntamente con
el sincero senti-
miento de alegría
por la vuelta de
su hermano
menor, sería el
cielo provisional
al que podría as-
pirar el hijo “obe-
diente”. Pero en
sus manos está la decisión: puede marchar
de la casa del padre, como hizo su hermano
años antes; puede entrar, una vez más so-
metiéndose sin convicción a un manda-
miento que no reconoce y fingiendo
aceptar a su hermano; o puede abandonar
la resistencia, dominar el orgullo, y abrirse
a la humildad y a la experiencia del amor.
Creo que la parábola acaba así porque
Jesús no quiere y no puede decidir por nos-
otros. Cada uno, en el momento de ilumi-
nación al que le convoca el dolor, debe
enfrentarse a la decisión: ¿volveré a la casa
de mi padre?, si somos espíritus menos ex-
perimentados por la vida; o ¿entraré en la
casa de mi padre? Si hemos vivido un poco
más, aunque sin progresar satisfactoria-
mente en la experiencia del amor fraternal.
La parábola de los dos hijos es un ver-
dadero ensayo sobre el libre albedrío. El
buen uso del libre albedrío lleva a la con-
quista del Hombre Integral. El mal uso,
lleva al refuerzo de las estructuras del ego,
cuando lo que debemos hacer para progre-
sar es precisamente dominarlo. Cuando
usamos mal el libre albedrío, caemos en
actitudes de desamor hacia uno mismo o
de pseudo amor. En el cuadro de las actitu-
des de desamor, reconocemos al hijo
menor, cuya conciencia inmadura cree ne-
cesitar experiencias que provocan la exci-
tación de los sentidos. Al hijo mayor le
reconoceremos en las actitudes de pseudo
amor, cultivando las máscaras del ego para
esconder cuestiones no resueltas en su
foro íntimo.
En algún momento de nuestras existen-
cias físicas, todos hemos actuado como el
hijo mayor o el hijo menor – ¡si es que no
lo estamos haciendo ahora mismo! La pro-
puesta de auto-examen, sin embargo, no
tiene como objetivo el auto flagelo. Lo que
debemos hacer es identificar las zonas de
nuestra personalidad que necesitan ser li-
madas con mayor urgencia. Como nos dice
Joanna de Ángelis: “El hombre simple-
mente debe renovarse para mejor, ac-
tuando con corrección, sin conciencia de
culpa, sin auto-compasión, sin ansiedad.
Vivir el tiempo con dimensión atemporal,
en entrega, confianza y paz.” La noble
amiga nos dice que “la felicidad relativa
existe y está al alcance de todos desde que
haya la aceptación de los acontecimientos
tal como se presentan. La resolución para
ser feliz rompe las amarras de un karma
negativo frente a la oportunidad de con-
quistar méritos a través de las actitudes de
amor, entrega y servicio altruista”. (J.O.)
El padre de la parábola
y Dios, como nos intenta
explicar Jesús, no limitan
nuestras acciones, aún
cuando escogemos
caminos más duros
para nuestra evolución
JONATHAN LEVY
La ciencia hoy en día corrobora lo que El
Libro de los Espíritus nos informa sobre la
materia y el espacio universal. Veamos los
que las siguientes preguntas y respuestas
nos dice el Libro al respecto:
22. Por lo general, se define la materia
como aquello que posee extensión, lo
que puede impresionar nuestros senti-
dos y lo que es impenetrable. ¿Son exac-
tas tales definiciones?
- Desde vuestro punto de vista ello es
exacto, porque no habláis sino conforme a lo
que conocéis. Pero la materia existe en esta-
dos que os son desconocidos. Puede ser, por
ejemplo, tan etérea y sutil que no produzca
ninguna impresión sobre vuestro sentidos.
Sin embargo, sigue siendo materia, aunque
para vosotros no lo sea.
29. La ponderabilidad ¿es un atributo
esencial de la materia?
- De la materia tal y como vosotros la en-
tendéis, sí. Pero no de la materia considerada
como fluido universal. La materia etérea y
sutil que forma ese fluido es imponderable
para vosotros y constituye, sin embargo, el
principio de la materia que conocéis.
36. El vacío absoluto ¿existe en alguna
parte del espacio universal?
- No, nada está vacío. Lo que a ti te parece
vacío se halla ocupado por una materia que
se sustrae a tus sentidos y a tus instrumen-
tos de observación.
30. La materia ¿está integrada por un
solo elemento o por muchos?
- Un solo elemento primitivo. Los cuerpos
que conceptuáis simples no son verdaderos
elementos, sino transformaciones de la ma-
teria primitiva.
31.¿De dónde provienen las diferentes
propiedades de la materia?
- Son modificaciones que experimentan
las moléculas elementales al unirse en de-
terminadas circunstancias.
De acuerdo con las observaciones actua-
les del Universo se ha comprobado que el
vacío no existe en realidad sino que está
ocupado por una materia, designada como
oscura, y por energía, designada como os-
cura también. De hecho el Universo obser-
vable constituye solo el 5% de la materia del
mismo, la materia oscura constituye del
orden del 23% de la masa del Universo y la
energía oscura el 72%.
Materia oscura es el nombre con el que
se ha designado a todo aquello que los as-
trónomos no podemos ver ni detectar en
forma directa, pero que se hace evidente a
través de su atracción gravitatoria sobre
otros cuerpos celestes. Identificar a esta en-
tidad omnipresente y misteriosa que se hace
sentir en todas partes del Universo se ha
convertido en un desafío para la astrofísica
moderna. El futuro se abre en una variedad
de inciertas posibilidades, a las que por
ahora, sólo podemos intentar asomarnos.
No es correcto hablar de materia invisi-
ble pues, porque hay materia que es invisi-
ble pero que se puede detectar, como el
hidrógeno interestelar, por ejemplo; pero
esta materia oscura no la podemos detectar.
Disponemos de todo tipo de instrumentos,
tanto en tierra como en el espacio, capaces
de detectar materia que emita desde ondas
de radio hasta rayos gamma. Así y todo, falta
masa para explicar el movimiento de las es-
trellas y las galaxias, por lo que el nombre
“masa faltante” parecería el más adecuado.
En todo caso, al decir “materia oscura” nos
referimos al sentido más amplio del tér-
mino, es decir, no limitándonos a la luz visi-
ble sino abarcando todos los tipos de
radiación electromagnética.
Esta materia está constituida por materia
común y corriente pero en formas que aún
no podemos detectar. Es algún tipo de ma-
teria no convencional, que no emite ni ab-
sorbe luz, ni ninguna otra radiación
detectable.
El hecho es que tanto astrofísicos teóri-
cos como observadores parecen converger
en una conclusión perturbadora: la mayor
parte de la masa del Universo no se puede
ver, y, lo que es peor, ni siquiera se sabe de
qué está compuesta. Para complicar aún
más las cosas, en los últimos años ha resu-
citado la “constante cosmológica”, un tér-
mino que Einstein había agregado a sus
ecuaciones y luego desechó, arrepentido,
porque no parecía tener ningún sentido fí-
sico. Esta constante implica una fuerza re-
pulsiva, de origen desconocido, capaz de
acelerar la expansión del Universo, y las úl-
timas mediciones de supernovas lejanas pa-
recen justamente indicar una aceleración.
Debido a la relación entre energía y masa es-
tablecida por la teoría de la relatividad, esta
fuerza, ya sea que provenga de la constante
cosmológica o de otro origen, jugaría un
papel similar al de la materia oscura. Por
ello recibe el nombre tenebroso aunque
poco original de “energía oscura”.
La energía oscura es una forma de materia
o energía que estaría presente en todo el es-
pacio, produciendo una presión que tiende a
acelerar la expansión del Universo, resultando
en una fuerza gravitacional repulsiva. Consi-
derar la existencia de la energía oscura es la
manera más frecuente de explicar las obser-
vaciones recientes de que el Universo parece
estar en expansión acelerada.
No se debe confundir la energía oscura
con la materia oscura, ya que, aunque ambas
forman la mayor parte de la masa del Uni-
verso, la materia oscura es una forma de ma-
ESPACIOUNIVERSAL
16 Visión Espírita
Visión Espírita 17
Ciencia & salud
teria, mientras que la energía oscura se aso-
cia a un campo que ocupa todo el espacio.
La existencia de la materia y la energía os-
curas se puede deducir a partir de los efectos
gravitacionales que causa en la materia visi-
ble, tales como las estrellas o las galaxias, así
como en las anisotropías del fondo cósmico
de microondas presente en el Universo.
La materia oscura fue propuesta por Fritz
Zwicky en 1933 ante la evidencia de una
“masa no visible”[] que influía en las velocida-
des orbitales de las galaxias en los
cúmulos. Posteriormente, otras observacio-
nes han indicado la presencia de materia os-
cura en el Universo: estas observaciones
incluyen la citada velocidad de rotación de las
galaxias, las lentes gravitacionales de los ob-
jetos de fondo por los cúmulos de galaxias,
tales como el Cúmulo Bala y la distribución
de la temperatura del gas caliente en galaxias
y cúmulos de galaxias.
La materia oscura también desempeña un
papel central en la formación de estructuras
y la evolución de galaxias. Todas estas prue-
bas sugieren que las galaxias, los cúmulos de
galaxias y todo el Universo contiene mucha
más materia que la que interactúa con la ra-
diación electromagnética.
La determinación de la naturaleza de esta
masa no visible es una de las cuestiones más
importantes de la cosmología moderna y la
física de partículas. Se ha puesto de mani-
fiesto que los nombres “materia oscura” y la
“energía oscura” sirven principalmente como
expresiones de nuestra ignorancia.
Ahora bien, La antimateria, la materia os-
cura y la energía oscura son tres cosas abso-
lutamente distintas, al contrario de lo que
tiene entendido mucha gente. Veamos una
descripción simple y breve de cada una, sin
profundizar demasiado, para intentar desar-
mar un poco esta confusión.
La antimateria es como la materia común y
corriente de la que estamos hechos, pero hecha
de partículas cuya carga eléctrica está cambiada
18 Visión Espírita
de signo. Un anti-electrón (conocido como po-
sitrón), por ejemplo, es una partícula igual al
electrón, con su misma masa y carga pero de
signo eléctrico positivo (el electrón tiene carga
negativa). Y un anti-protón es una partícula con
la misma cantidad de masa y carga de un pro-
tón, pero con carga de signo eléctrico nega-
tivo. La antimateria se forma con
antipartículas: del mismo modo que un átomo
de hidrógeno consiste en un electrón orbitando
alrededor de un protón, si juntáramos un anti-
protón con un anti-electrón podríamos tener
un átomo de anti-hidrógeno, lo cual ha sido lo-
grado en el CERN, por fracciones de segundo.
La antimateria no es ningún asunto de cien-
cia ficción. Fue predicha teóricamente y descu-
bierta experimentalmente hace prácticamente
un siglo. Hace varias décadas que incluso tiene
aplicación tecnológica en medicina, en la tomo-
grafía por emisión de positrones, aunque su uso
como fuente de energía está muy lejos de ser
una realidad. Aún quedan bastantes interro-
gantes científicos pendientes sobre ella, pero es
la menos enigmática de las tres.
Con respecto a la materia oscura, por otra
parte, no tenemos ni la más mínima idea de lo
que es. Para explicar por qué entonces habla-
mos de ella, partamos desde cero. Los planetas
del Sistema Solar están en equilibro en una ór-
bita alrededor del Sol y para que este equili-
brio se mantenga la fuerza de gravedad que
ejerce el Sol sobre cada uno tiene que ser la
justa y necesaria; si la fuerza aumentara atrae-
ría demasiado al planeta y el Sol lo engulliría,
y si disminuyera, el planeta no sería atraído lo
suficiente y saldría despedido del Sistema.
Más específicamente hay tres variables que
deben estar balanceadas: la masa del planeta,
su distancia al Sol, y la velocidad con que da
vueltas alrededor de éste. Ésta es una ley ge-
neral llamada conservación del momento an-
gular, que se aplica a todas las cosas y no sólo
al Sistema Solar, incluyendo las
galaxias. Ahora bien, nuestra galaxia está
hecha de miles de millones de estrellas que al
igual que nuestro Sol, giran alrededor del cen-
tro. Y así como los planetas de nuestro Sistema
Solar guardan cierto equilibro entre su distan-
cia al Sol, su masa y su velocidad orbital, del
mismo modo las estrellas de nuestra galaxia y
todos los cuerpos celestes, nebulosas y mate-
ria en todas sus formas, también deberían
cumplir ese mismo balance entre su distancia
al centro de la Vía Láctea, su masa y la veloci-
dad orbital. Pero a simple vista esto deja de
respetarse a medida que nos alejamos del cen-
tro de la galaxia, a pesar de que todo sigue es-
tando en equilibrio. La explicación más simple
es que en realidad la ley sí se cumple, lo que
sucede es que hay mucha masa “escondida”
que por algún motivo no podemos ver, que
sería la necesaria para que la ley se mantenga
en pie. A esta masa invisible la llamamos ma-
teria oscura, por razones obvias. Creemos que
está ahí pero ignoramos su naturaleza. Hay
otros fenómenos físicos que también delatan
su existencia, además del mencionado, como
por ejemplo las lentes gravitacionales.
Por último está la energía oscura. Si antes
estábamos desconcertados, ahora lo estamos
aún más. El Universo está,
como sabemos, en expan-
sión desde el Big Bang. Pero
las galaxias ejercen una
fuerza de gravedad entre
ellas mismas que tiende a
acercarlas entre sí, y por lo
tanto a frenar la expansión
del Universo. Hasta hace
poco no estábamos seguros
de si esta fuerza era sufi-
ciente para frenar la expansión (y eventual-
mente volver a comprimirlo todo, como un Big
Bang inverso), o si por el contrario no era sufi-
ciente, en cuyo caso lo único que lograría sería
disminuir la velocidad de la expansión. Sin em-
bargo, en la década de 1990 se descubrió que
la fuerza de atracción entre las galaxias ni si-
quiera alcanza para esto último. El Universo se
expande cada vez más rápido, lo cual nunca ha-
bríamos esperado, porque para esto hace falta
algo que lo esté acelerando. Y si hay una ace-
leración, tiene que deberse a alguna fuerza por
ahora misteriosa. A la energía que produce
esta fuerza, absolutamente incomprendida, le
llamamos energía oscura.
Dios no permite que todo sea revelado al
hombre en la Tierra. El velo se levanta para
él conforme va depurándose. Pero, para com-
prender ciertas cosas necesita facultades que
todavía no posee.
La ciencia le ha sido dada para su adelanto
en todas las cosas, pero no puede sobrepasar
los límites fijados por Dios.
Si Dios lo juzga útil revelará al hombre lo
que la ciencia no puede enseñarle. Fuera de
las investigaciones científicas, el hombre
puede recibir comunicaciones de un orden
más elevado, sobre aquello que se sustrae al
testimonio de sus sentidos.
33. La misma materia elemental ¿es
susceptible de recibir todas las modifica-
ciones y adquirir todas las propiedades?
- Sí, y es lo que debemos entender cuando
decimos que todo está en todo.
33a. Esa teoría ¿parece dar razón a la
opinión de quienes no admiten en la ma-
teria sino dos propiedades esenciales:
fuerza y movimiento, y que piensan que
todas las demás propiedades sólo son
efectos secundarios que varían conforme
a la intensidad de la fuerza y la dirección
del movimiento?
- Esa opinión es co-
rrecta. Pero hay que aña-
dir también: según la
disposición de las molécu-
las, como se observa, por
ejemplo, en un cuerpo
opaco que puede tornarse
transparente, y viceversa.
35. El espacio universal
¿es infinito o limitado?
- Infinito. Si le supones límites, ¿qué habrá
más allá? Bien comprendo que esto confunde
tu razón, y con todo, ella te está diciendo que
no puede ser de otra manera. Lo propio acon-
tece con lo infinito en todas las cosas. En vues-
tro pequeño ámbito no podéis comprenderlo.
Si se supone un límite al espacio, por muy
distante que la mente pueda concebirlo, la
razón dice que allende esa frontera habrá
algo más, y así sucesivamente hasta el infi-
nito: porque ese algo, aunque fuera el vacío
absoluto, seguiría siendo todavía espacio.
El Universo comprende la infinidad de los
mundos que vemos y “los que no vemos”,
todos los seres animados e inanimados, la to-
talidad de los astros que en el espacio se des-
plazan y los fluidos que llenan este último.
38.¿Cómo creó Dios el Universo?
- Para valerme de una expresión co-
rriente: por su voluntad. Nada expresa
mejor esa todopoderosa voluntad como las
bellas palabras del Génesis: “Y dijo Dios: Sea
la luz; y fue la luz”.
De acuerdo con
las observaciones
actuales del
Universo se ha
comprobado que el
vacío no existe
Visión Espírita 19
26
2abril dede
0142
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20 Visión Espírita
Ocio del bien
Fecha Tipo Tema Expositor Horario Centro
MADRID3 enero Conferencia Conversaciones
con el más alláCarmen Nevado 19:30hs Asociación de Estudios
Espíritas de Madrid
10 enero Conferencia El camino hacia laintuición
Aurelio Patricio Jiménez 19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid
17 enero Conferencia Ser completo: sermaterial y ser espiritual
Juan MiguelFernández Muñoz
19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid
24 enero Conferencia No se juegacon el espiritismo
Aldo Linares 19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid
31 enero Conferencia Transiciónplanetaria y nosotros
Humberto Werdine 19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid
agenda
8 enero Conferencia Compromiso enla mediumnidad
Víctor Gallego 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita
15 enero Conferencia Juventud,sexualidad yhomosexualidad
Cláudia Werdine 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita
22 enero Conferencia Aprendiendo adesaprender paravivir mejor
Ileana Acevedo 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita
29 enero Conferencia Vicios, virtudes ysus reflejos en lavida espiritual
Lindomar Coutinho 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita
BARCELONA
11 enero Conferencia Acerca de la identidad de los espíritus 18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita
12 enero Seminario Salud en plenitud:proyecto mejorarse
Lindomar e Ileana 11hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler
25 enero Conferencia Espiritismo y Ecología 18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita
8 febrero Conferencia Reencarnación: ¿Fatalidad,necesidad o normalidad?
18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita
22 febrero Conferencia Estado actual de las investigacionessobre la existencia del alma
18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita
18 enero Conferencia Pedagogía Espírita Andrea Campos 17:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler
15 febrero Conferencia Morir ¿Y Despúés? Alfredo Tabueña 17:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler
13 marzo Conferencia Los centros de fuerzasen la visión espírita
Andrei Moreira 19:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler
15 marzo Conferencia Terapia del amor Janaina Minelli 17:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler
Visión Espírita 21
Ocio del bien
ALEXANDRA MIELENHAUSEN
El libro empieza narrando la historia de Juan Evangelista, uno de los dis-
cípulos de Jesús, considerado el que más se dedicó al Maestro, por la fuerza
del Amor. Amaba a la naturaleza y vivía en armonía con ella. Ofrecía palabras
de amor y esclarecimiento espiritual a cualquier ser sin distinción.
Después de su desencarnación, planifica su nueva misión en la Tierra,
regresando en 1182 en Asís, Italia, bajo el nombre de Francisco, para traer
luz a la humanidad en medio de la oscura Edad Media y de los conflictos
religiosos, como las Cruzadas; reformando y elevando los valores morales
y espirituales.
Así como Jesús, este ser iluminado también tenía el poder de la curación
a través de su presencia y de la oración. Siempre estaba muy conectado con
la naturaleza y después de desapegarse de todos sus bienes materiales he-
redados de la familia, se dedica exclusivamente a los valores espirituales
fundando la Orden Franciscana y una segunda orden conocida como Her-
manas Clarisas.
Un día, con sus discípulos sentados a su alrededor hambrientos por sus
enseñanzas, Francisco contesta a sus inquietudes con toda humildad, pacien-
cia y sabiduría, dignas de un emisario enviado directamente por Jesús:
- ¿Cual es nuestro deber más urgente para con Dios? Amarlo sobre todas las cosas.
- ¿Cuál es nuestro deber con los compromisos asumidos con el prójimo, por la conciencia? Es aquél que tenemos para
con nosotros mismos y para con Dios. Dios nos hizo interligados unos a los otros por su amor, de modo que no pode-
mos vivir sin la vida ajena. El amor es el centro de la vida, en la vida de Dios. Nadie podrá amar al prójimo por interés
y es este clima más puro del alma el que genera la felicidad. Jamás podremos alcanzar la felicidad sin pasar por los ca-
minos del Amor puro.
- ¿Qué es la caridad para con nosotros?Es la más preciosa, no porque deseemos disfrutar de ese bienestar celestial, sino
para asegurar nuestro trabajo con los demás. Quien aún no se educó a sí mismo ¿Cómo podría trabajar en la educación co-
lectiva? Quien aún no perdonó ¿Cómo podrá hablar y enseñar el valor del perdón? La caridad para con nosotros es desearnos
todo el bien posible, sin egoísmo, venciendo ciertos instintos inferiores, a través de una disciplina activa y constante.
- ¿Qué es la caridad para con los otros?Es fruto de largas experiencias, porque la verdadera caridad es hija del amor.
- ¿Qué es el verdadero desprendimiento?Es no prenderse a cosa alguna, pues ningún espíritu desea estar preso. Mientras
no despertemos a la realidad, seremos esclavos de la propia ignorancia.
- ¿Qué nos puedes decir sobre el sexo? El sexo en el hombre hace surgir la mayor fuerza, hasta entonces conocida en
forma de instinto. Supera todas las deficiencias, sumando diferentes energías, para alcanzar sus objetivos; entretanto, el
sexo carece de educación y disciplina para sublimarse como virtud espiritual.
Querido lector, quiere saber como contesta Francisco de Asís a sus discípulos a la pregunta ¿Qué es la felicidad? Abra
el libro y sumérjase en esta historia fascinante. Cada línea, cada acto practicado por este espíritu elevado, nos inspira a
poner en práctica la sencillez y humildad predicadas por Jesús, claves para la evolución moral de todos los seres.
FRANCISCO DE ASÍSlibro de João Nunes Maia,por el espíritu Miramez
Horizontal
1. Inteligencia creadora del universo. Se dice de las sustancias enestado líquido o gaseoso (plural).2. El verbo sinónimo de respetar se ha quedado sin cabeza. Pri-mera de las vocales. Consonante gutural se repite.3. Dícese de lo más importante a cuidar para el día a día. Metalpreciado que significa "preciado amanecer". Sinónimo de unir entercera persona.4. Sinónimo de acceder a un sitio sin vocales. Estado de confusiónpor el que pasa el espíritu al desencarnar.5. Primer letra del verbo para volver a tener forma corporal. Milen nomenclatura romana. Acusación falsa para causar daño.6. Cualidad del ser a la que aspiramos todos. Tercera consonante.Verbo ser en inglés en primera persona.7. Pronombre que utilizamos demasiado, jejejeje. Segunda vocal.La vocal más abierta aparece dos veces. Segundo ingrediente deuna salsa típica catalana (catalán)8. Aunque le falte la última letra no hay que dejar de pedirlonunca. Abreviatura modernilla de "que". Para decirla me toco losdientes con la lengua. Pedir ayuda9. Que no está decidida en sí misma. No existe. Parte superior dela pierna del revés i con tara.10. Cabeza de roedor. Hazlo y recibirás. Tercera consonante.Nombre catalanizado de un gran médium. Cuarta vocal.11. utilízala siempre. Segunda nota musical. Diez en números ro-manos.
Vertical
1. Primera nota musical. La consonante más nasal. Consonante muda.Un tipo de espíritus.2.Los espíritus que nos quieren bien siempre lo hacen. Consonante desonido motor.3. Verbo preferido de los espíritas. En el reino de Dios hay muchas.4. Un toque en la comida le da sabor. Tercera nota musical. Cabezade dormir. Antes de Cristro.5. Nombre femenino sin h. Nombre de un notable filósofo espiritista.Vocal con sonrisa.6. A la cabeza de fruta. En Francés para decir que algo es de alguien o hechode algo. Primera letra de Alemania en alemán. Composición poética.7. Artículo determinado femenino singular. Apellido del codificadordesaliñado. Media negación.8. Vocal que asusta. Grupo de música sin uno de sus componentes.Guitarra eléctrica en lenguaje coloquial inglés.9. Algo que merecemos por ley. Verbo de acción, desplazarse.10. Tercera consonante. Abreviatura para decir en inglés "nos vemos".Repetición de un sonido reflejado por un cuerpo duro (al revés)11. Persona con la que tenemos una buena y profunda relación DES-ORDENADO. Capital de Noruega.12. Consonante que se desinfla. Apellido invertido del "Alma Mater"del Comité Organizador del 1er Congreso Espiritista Internacional deBarcelona (1888). No te lo repito, jejeje.13. Algo que podemos considerar un ruido en la comunicaciónmediúmnica. (Ian Bermúdez)
crucigrama
En esta edición publicamos este crucigrama para ayudar a calentar un poco las neuronasen estos días de frío. Aquí están mezclados términos utilizados dentro del estudio de laDoctrina Espírita y términos del día a día. Pero ya os avisamos: ¡no es fácil! La soluciónpublicaremos en el blog del CEADS a finales de enero de 2014.
Ocio del bien
22 Visión Espírita
MARCELLO PAGNOTTA
Muchos científicos caen en la trampa
de los dogmas de la mayoría de las reli-
giones occidentales que ellos mismos
rechazan: que con la muerte todo se
acaba, que no hay nada más allá de la
materia. Se quedan ciegos por esta ba-
rrera impuesta a lo largo de muchos si-
glos y no consiguen, ni siquiera se
plantean, mirar más allá de este obstá-
culo. De hecho, rechazan cualquier plan-
teamiento, en que detrás de esta
barrera, la vida podría continuar.
Ernesto Bozzano, nacido el 9 de enero
de 1862 en Génova, Italia, podría haber
sido un ejemplo de esta clase de científi-
cos. Su aproximación a la filosofía espiri-
tualista era negativa y por este motivo se
dedicó a la filosofía científica, estudiando
el positivismo en profundidad. Juzgaba
negativamente la fenomenología paranor-
mal que se estaba expandiendo a finales
del siglo XIX.
Pero Bozzano no ha permanecido en
esta filosofía materialista, sino que se de-
dicó a la investigación profunda de los fe-
nómenos espíritas, convencido por la
seriedad de los hechos espiritistas publi-
cados en la Revista Filosófica (Revue Phi-
losophique) y por su lectura de los libros
Fantasmas de Vivos de Gurney, Myers y
Podmore y Animismo y Espiritismo de Ale-
xander Aksakof. En un ensayo autobiográ-
fico, él mismo explica esta transformación
de pensamiento:
“En el año 1891 […] tuve mi iniciación
en la investigación metapsíquica, habién-
dome enviado el Profesor Ribot, director
de la Revista Filosófica(Revue Philosophi-
que), el primer número de Los Anales de
Ciencias Psíquicas para leer, le envié mi jui-
cio al respecto. La leo: en ella se hablaba de
telepatía, de clarividencia y de telequinesis.
¡Yo estaba científicamente escandalizado!
Le escribí en este tono al Profesor Ribot. Él
me contestó exhortándome a releerlo y re-
flexionar con tranquilidad, porque vio que
la existencia de los hechos no se podía
negar. En deferencia al director de la Revue
Philosophique, releí, repensé y decidí ad-
quirir publicaciones de esta naturaleza. Re-
sultado: la completa derrota y demolición
de mi misoneísmo”. (Libre traducción)
Así pues, Bozzano organizó un grupo ex-
perimental en el que participaron el Dr.
Giuseppe Venzano, Luigi Vassalo y los pro-
fesores Enrique Morselli y Francesco Porro
de la Universidad de Génova. Este grupo
estuvo trabajando intensa y activamente
durante cinco años generando vasto mate-
rial que sobrepasó las fronteras italianas.
Bozzano tardó nueve
años en publicar sus
ideas. Su primera obra
espírita fue Hipótesis Es-
pírita y la Teoría Cientí-
fica (Ipotesi Spiritica e
Teoriche Scientifiche),
donde sostenía la filoso-
fía codificada por Allan
Kardec. Asimismo, pu-
blicó decenas de libros,
contribuyó con la revista
espírita Luce e Ombra y
con otras revistas del gé-
nero en Italia, Francia, In-
glaterra y otros países.
Fallecido el 7 de julio
de 1943, Bozzano es con-
siderado uno de los ma-
yores sabios espiritistas
por su inconmensurable aportación al
desarrollo de la Doctrina Espírita. Sus
obras son, como afirma la Federación Es-
pírita Española “siempre una fuente uni-
versal, clásicos en materia espírita”.
Referencias Bibliográficas:
- Página web de la Fondazione Biblioteca
Bozzano De Boni, http://www. biblioteca-
bozzanodeboni.it/evbozzan.htm
- Biografía publicada en la página de la
FEE: http://www.espiritismo.es
- Biografía publicada en Folha
Espírita: http://www.folhaespirita.com.br/
v2/node/168
- Blog del Dr. Carlos S. Salvado, de la Uni-
versidad de Virginia, http://carlossalva-
rado.wordpress.com/
- Alvarado, Carlos S., The Psychic Sciences
in France: Historial Notes on the Annales
des Sciences Psychiques, Página 13.
Personalidad
Bozzano
Visión Espírita 23
biografía
ERNESTO
ANDREA CAMPOS
– ¿Como médico psiquiatra y espírita.
Cúal es la diferencia entre enfermeda-
des mentales y obsesión?
– Existen tres situaciones, teórica-
mente, posibles en este caso: la enfer-
medad mental pura, la obsesión pura y
los dos casos ocurriendo simultánea-
mente. No olvidemos, que la obsesión
sólo acontece cuando se encuentra al-
guna brecha en el individuo victimi-
zado. Muchas veces, una determinada
dolencia mental como la depresión, por
ejemplo, favorece un campo receptivo
para entidades que por algún motivo se
vinculan al enfermo. Empeorando, aún
más, su situación clínica. Otras veces, es
el propio individuo quien desarmoniza
su estructura mental. Exteriorizando
desequilibrio, a través de comporta-
mientos anómalos y que, verdadera-
mente, son frutos de su propia psique.
Diferenciar las diversas situaciones del
binomio: dolencia mental/obsesión, es
una tarea que exige mucha paciencia.
Indudablemente, hay que tener en
cuenta el historial clínico del paciente:
sus antecedentes, aparición de la dolen-
cia, manifestación de los síntomas, etc.
De una forma u otra, a la persona se le
debe de tratar de forma integral; pu-
diéndose, sin perjuicio de la terapia mé-
dica, proceder al acompañamiento
espiritual. Lo que en la
práctica, nos dará la
certeza de la etiología
espiritual de determi-
nada enfermedad,
cuando esos pacientes
mejoren de forma evi-
dente con el segundo
tratamiento.
– ¿Existe cura para
las enfermedades mentales y es-
pirituales?
– La cura existe, pero no en el formato
cartesiano al que estamos acostumbra-
dos a conceptuarla. Somos espíritus en
evolución y, cada vez que superamos al-
gunas dificultades de conducta o emo-
cionales, mejoramos un poco más en
entendimiento ontológico . Dentro de
esa perspectiva, la cura se produciría
tras la erradicación del desequilibrio.
Cosa que aún no ocurre en nuestra as-
censión evolutiva. En algunos casos, la
dolencia es la cura espiritual para una
persona que, sin tener la oportunidad
de las pruebas, continúe descendiendo
ladera abajo en los despeñaderos de las
viles pasiones. Algunas personas en-
contrarán el posible equilibrio, si no
perfecto, después de pasar por deter-
minado cuadro doloroso en el campo
mental y espiritual.
Otras continuarán su-
friendo a raíz de de sus
débitos y sus activida-
des recalcitrantes.
– ¿Tú crees que, ac-
tualmente, existen
más personas obse-
sadas que antes, o es
que hoy éstas están
más informadas con este tema y,
por eso buscan ayuda?
– Actualmente, la cantidad de informa-
ción es mucho mayor, eso facilita bas-
tante el buscar la solución de
cualquier situación. Por otro lado, las
exigencias y las presiones que el
mundo moderno ejerce sobre las per-
sonas, llevan a éstas a padecer enfer-
medades mayores.
– ¿Que consejos nos darías para traba-
jar con la obsesión?
– Se debe de trabajar con paciencia.
Porque este tipo de información no es
fácilmente permisiva en una cultura
que no está habituada a ver a las per-
sonas como seres biopsicoespirituales.
Por lo tanto, se debe de informar y au-
xiliar a todas aquellas personas que
buscan, espontáneamente, un trata-
miento espiritual. Teniendo, sobre
todo, mucho cuidado en no prometer
curas milagrosas y sí realzando y fo-
mentando la necesidad de la reforma
íntima como solución, a largo plazo, de
todos nuestros problemas.
Personalidad
HUGO ANDRE DE LIMA MARTINSHugo Andre, es Neurólogo y Psiquiatra en la Universidad
Federal de Pernambuco (Brasil). Desde hace diez años trabajaen el área de la mediumnidad y desobsesión en el NúcleoEspírita Casa del Camino, en la ciudad de Umari (Brasil).
(...) se debe de informary auxiliar a todasaquellas personas
que buscan,espontáneamente,
un tratamientoespiritual(...)
entrevista