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Violencia de género y Justicia Dirección Raquel Castillejo Manzanares Coordinación Cristina Alonso Salgado 2013 UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

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Violencia de género y Justicia

Dirección

Raquel Castillejo Manzanares

Coordinación

Cristina Alonso Salgado

2013

UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Violencia de género y Justicia I dirección, Raquel Castillejo Manzanares: coordinación, CristinaAlonso Salgado. - Santiago de Compostela : Universidade de Santiago de Compostela, Servizode Publicacións e Intercambio Científico, 2013818 p.; 24 cm.O.L. e 594·2013. -ISBN: 978·8q·1587G·01-41. Violencia contra as mullcres I. Castillejo Manzanares, Raquel, di!". 11. Alonso Salgado, Cristina,coord. 1II. Unlvcrsidadc de Santiago de Compostela. Scrvizo de Publicacións e lntcrcambloCientífico, cd.

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Este trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación Lo violencia contralas mujeres: lo mediación, una solución, Ref.: DER 2009-08806, financiado por el Ministerio deInnovación, Ciencia y Tecnología, y dirigido por la Prora. Dra. Raquel Castillejo Manzanares,catedrática de Derecho Procesal de la Universidad de Santiago de Compostela; así como delProyecto de Investigación Muller, nome e ootencía de xénero: tratamiento actual y posiblessoluciones, Ref. IOPXII3202054PR, financiado por la Conselleria de Economía e Industria dela Xunta de Galicla, y dirigido por la Prora. Dra. Raquel Castillejo Manzanares, catedrática deDerecho Procesal de la Universidad de Santiago de Compostela.

© Universidade de Santiago de Compostela, 2013

EditaServizo de Publicacións e Intercambio Científico

Campus Vida15782 Santiago de Compostela

LISc.es/publ¡cacions

Maqueta e ImprimeImprenta Universitaria

Campus Vida\5'182 Santiago de Compostela

Depósito legal: C 594··2013ISBN 978·84·15876·01-4

XXIX

CARRERA DELICTIVA YREINCIDENCIA EN,

AGRESORES DE PAREJA EN PRISIONl

Ismael LOINAZInocsfigador

Univmidad del F'(lís \{j.j((J UPV/EIIU

SUMARIO1. INTRODUCCIÓN2. CARRERA DELICTIVA

2.1. Carrera delictiva y violencia contra la pareja3. ESPECIALIZACIÓN

3.1. Especialización en delito violento3.2. Especialización en violencia contra la pareja3.3. Métodos para el estudio de la especialización

4. LA CONTRIBUCIÓN DE LAS TIPOLOGÍAS DE AGRESORESJ. LA INVESTIGACIÓNG. CONCLUSIONES7. BIBLIOGRAFÍA

1 El trabajo ha sido posible gradas a las ayudas económicas concedidas por el Centro de EstudiosJurídicos y Formación Especializada (Departament de Justicia, Generalitat de CataJunya; ProyectosSC-3.167.10 y 5C-3.172.11) y el Gobierno Vasco (Programa de formación de Personal Investigador:Proyecto BFI-09.185).

648 VIOLENCIA DE GtNERO y JUSTICIA

1. INTRODUCCIÓN

Resulta casi un tópico en la literatura científica afirmar que la violencia contra

la pareja (VCP) es un problema grave, que afecta a la salud física y psicológicade víctimas de cualquier estrato social y cuya prevalencia en nuestra sociedad la

convierte en una prioridad a prevenir y tratar. Sin embargo, estas afirmaciones con­tinúan siendo una realidad en estos momentos, al margen de las reformas legales'

y sociales, y de los avances en el conocimiento sobre la cuestión.

Por otro lado, algunas de las actuaciones politice-criminales desarrolladas frenote a la denominada "violencia de género" no han quedado exentas de polémicas.

Así, son muchas las voces que se han mostrado críticas por la utilización del de­recho penal como primera alternativa, por el gran reduccionismo de algunos de

los postulados ampliamente difundidos entre los politicos y muchos sectores de la

sociedad, o por el excesivo intervencionismo o incumplimiento, en algunos casos,de distintas garantías legales como el principio de igualdad o el de culpabilidad

(Larrauri, 2007; Redondo, 2009).Lo que aún no ha pasado a parecer un tópico, por no contar con el mismo

consenso social o académico, es la necesidad de comprender que un abordajecompleto de la VCp' y la propia prevención de la misma, requieren, entre otras co­

sas, un tratamiento adecuado de los agresores que pueda evitar nuevas victirniza­ciones. Ello incluye valorar de forma individualizada cada agresión o agresor (no

pensar que lodos 50/1 iguales y que todo es lo mismo), conocer los factores queimpulsan al agresor a cometer el acto violento (no presuponer que todo es fruto de

la desigualdad social entre hombres y mujeres, que es cuestión de género y que el

agresor solamente quiere dominar desde su machismo) e intervenir conforme a lasdistíntas variables personales y contextuales que puedan estar influyendo.

El estudio de las características de los agresores de pareja (su clasificación,posibles alteraciones, factores de riesgo y otras muchas variables que pueden per­

mitir diferenciar sujetos y acciones) es un área de investígación sobre el que se ha

acumulado gran conocimiento a nivel internacional desde la década de los setenta

del siglo veinte (p.e. Bowen, 2011; Dutton, 2006; Hilton, Harris y Rice, 20] O; O'Lcary

y Woodin, 2009; Whitaker y Lutzker, 2009). Asimismo, el saber sobre esta temática

en el contexto español se ha incrementado considerablemente desde los primeros

textos en la materia (p.e. desde Echeburúa y Corral, 1997).

2 Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección de las víctimas (le la violenciadoméstica; Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra laViolencia de Género; Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de Medidas de Prevención y Protección inte­gral contra la Violencia de Género.

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

649

En la actualidad (ver Loinaz, 2011a) disponemos de numerosas evidencias em­

píricas que indican que:1) Los agresores de pareja no forman un grupo homogéneo por lo que ni to­

dos son iguales, ni presentan las mismas necesidades de intervención (verLoinaz y Echeburúa, 2010).

2) Pese a que predecir el riesgo de violencia futura no es posible de forma

absoluta, disponemos de herramientas útiles en el ámbito que pueden per­

mitir una estimación acertada en muchos casos y la prevención de nuevasagresiones (ver Andrés-Pueyo y Echeburúa, 201 O; Andrés-Pueyo, López y,Alvarez, 2008; Echeburúa, Fernández-Montalvo y Corral, 2009; Echeburúa,Amor, Loinaz y Corral, 2010).

3) Un pilar fundamental, junto al tratamiento dc la víctima, es la necesidad

de intervenir sobre distintas variables del agresor como forma de prevenirfuturas agresiones (ver MilIana, 2011).

4) Las intervenciones psicológicas, y la propia prisión, tienen un efecto limita­

do sobre la reincidencia y es necesario mejorar su eficacia y las herramien­tas de evaluación y predicción.

En los últimos años se continúa avanzando en el conocimiento sobre los agre­

sores, modelos explicativos de la violencia y propuestas de intervención (penales,educativas, terapéuticas, etc.) ajustadas a una realidad con base empírica (Fari­

ña, Arce y Suela-Casal, 2009; Lila, Garcia y Lorenzo, 2010; Quinteros y Carbajosa,2008). La eficacia de estas medidas puede valorarse de distintas formas, lo cual

depende principalmente del objetivo de la evaluación o del encargado de la misma.En el contexto científico y académico, la valoración de las intervenciones con agre­

sores y otros penados se puede establecer mediante el análisis de la reincidencia

pero, para ello, es necesario contar con cífras procedentes de distintas muestras, de

distintos contextos y tras distintas actuaciones (Redondo, 2008).

El presente capítulo busca profundizar en una serie de aspectos relacionados

con la VCP centrando el foco de atención en los agresores. Estos aspectos giran en

torno a tres pilares fundamentales: la heterogeneidad de los agresores de pareja

como grupo, la valoración dcl riesgo de reincidencia y la necesidad de tratamientosajustados a las distintas tipologías de agresores.

Estos pilares de la línea de investigación están representados en uno de los

principios criminológicos más avalado y con más implicaciones para la evaluacióny el tratamiento de los delincuentes: el modelo Riesgo-Necesidad-Responsividad(RNR) de Andrews y Bonta. Este modelo se basa en tres factores (ver Andrews yBonta, 2010; Andrews, BontayWonnith, 2011):

• Riesgo: consiste en ajustar la intensidad de los programas de interven­

ción al nivel de riesgo del sujeto. Así, los niveles máximos de intervención

650 VIOLENCIA DE GÉNERO YJUSTICIA

deberían destinarse a casos de alto riesgo, mientras que en aquellos de

riesgo bajo la intervención debería ser mínima. Algunos estudios al res­pecto indican que la reducción de la reincidencia en sujetos de alto riesgo

solo se da cuando son asignados a programas más intensos, mientras quecuando estos son aplicados a sujetos de bajo riesgo el efecto es negativo

(la reincidencia aumenta) .• Necesidad: resalta la importancia de atender a las necesidades criminó­

genas o tomar en consideración las variables de cada sujeto relacionadas

con la conducta delictiva. En este contexto se habla de factores dinámi­cos asociados empíricamente con la reincidencia, los cuales al ser mo­

dificados tienen un efecto positivo en la reducción de la delincuencia.

violencia, etc.• Responsividad: destaca la necesidad de ajustar las intervenciones a la

capacidad de respuesta de los sujetos (habilidades, capacidad de apren­

dizaje, etc.).

El texto se centrará específicamente en un ámbito sobre el que existe poca in­

formación, la trayectoria delictiva de los agresores de pareja condenados a prisión.El estudio de la carrera delictiva analiza aspectos como la participación, frecuencia.

especialización, escalada, duración y desistencia de la actividad antisocial de un su­

jeto (DeLisi y Piquero, 2011; Redondo y Andrés-Pueyo, 2007), que permiten conocerlos motivos que hacen que un sujeto mantenga su actividad delictiva o violenta enel tiempo, así como los motivos que hacen que un sujeto o grupo de sujetos desis­

tan en tal actividad.

La temática no solo resulta de interés en el ámbito de la investigación sino que

conlleva implicaciones prácticas de gran relevancia orientadas a la intervención yprevención. En esencia, es necesario conocer de qué sujetos estamos hablando

antes de desarrollar o implementar programas de prevención y tratamiento, o di­señar políticas sociales y reformas penales (Dixon y Graham-Kevan, 2011). Desde

esta perspectiva de investigación resultan centrales tres aspectos de los agresores

que serán analizados en el presente trabajo: la carrera delictiva, la especializacióny el riesgo.

Para profundizar en estos apartados, se describirán parte de los resultados de­

rivados de una linea de investigación desarrollada desde el año 2008 en el CentroPenitenciario Brians-2 (Barcelona), relacionada con la clasificación tipológica de

estos sujetos. Se espera que los datos obtenidos en nuestro contexto, así como le

revisión teórica y empírica del contexto anglosajón que se presenta, contribuyan a

una mejor comprensión de la problemática y permitan avanzar en el conocimiento

sobre este tipo de violencia e idear mejores formas de prevenirla.

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

2. CARRERA DELICTIVA

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Desde el punto de vista de la criminología, y la psicología de la delincuencia,uno de los aspectos de interés en el estudio de la conducta delictiva y violenta es el

concepto de carrera delictiva. El constructo hace referencia a la secuencia longitu­

dinal de delitos cometidos por un sujeto, cuya duración comprende el período que

va desde la edad de ínicio de la actividad delictiva -iniciación- hasta la edad de ccse

de la misma -desistencia- (Blumstein, 2004).

Como se indicaba en la introducción, en su análisis existen algunos conceptosque deben tenerse en cuenta (ver Farrington, 2010) corno la prevalencia (dentrode una cohorte de sujetos solo una determinada proporción desarrolla una carrera

delictiva), la frecuencia (durante su carrera los delincuentes pueden cometer unadeterminada tasa de delitos mientras se encuentran capacitados para actuar), la

cronicidad (un pequeño porcentaje de delincucntes comete una gran fracción de

todos los delitos) y, como abordaremos en el siguiente apartado, la especialización.La investigación en esta temática analiza patrones y características individua­

les o grupales que pueden explicar o permitir comprender mejor estas secuencias

temporales y su evolución. En la bibliografía criminológica existe una amplia investi­gación y un cuerpo teórico extenso sobre los factores que contribuyen a la participa­

ción en actos delictivos comunes (género, raza, edad, y otros factores criminológi­

cos como la delincuencia de los padres, cstatus socioeconómico, tipo de vecindario

o éxito escolar). Por ejemplo, una de las variables más estudiadas en la conductadelictiva es la edad y las curvas de actividad delictiva (cuyo objetivo es analizar

cómo la delincuencia crece o decrece según la edad) y, derivado de ello, las causasde la existencia de delincuentes persistentes y el estudio de las caracteristicas de

los mismos (ver Piquero y Moffitt, 20IO).

Sin embargo, respecto a los factores implicados en la duración de la carrera

delictiva, o la frecuencia con la que se cometen delitos o agresiones, la investiga­ción es más limitada (Blumstein, 2004). Por ello, resulta de especial importancia

establecer, en concreto en el caso de la ve?, las variables que están relacionadas

con la frecuencia dentro de la actividad delictiva (número de incidentes, agresiones

o detenciones) y con el cese de dicha actividad, que conlleva una reducción en el

riesgo para la víctima.Respecto a las variables relacionadas con el cese de la actividad delictiva, se

puede afirmar que el efecto del matrimonio en la desistencia es uno de los facto­

res por el que más interés se ha mostrado (ver DeLisi y Piquero, 2011; Siennick y

Osgood, 2008). Sin embargo, la investigación más reciente indica que la asociación

entre el matrimonio (o el establecimiento de una relación) y la delincuencia (o per­

sistencia en la actividad) puede ser más compleja de lo que se afirmaba hasta ahora

652 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA

pues, entre otros aspectos, se ha tendido a ignorar factores internos (endógenos)

de la relación, como pueden ser sus cualidades o el apego que tenga el delincuentepor su pareja (Barnes el al., 2011). Asimismo, si el matrimonio tiene un efecto inhi­

bidor de la conducta delictiva, el divorcio podria o deberia tener el efecto contrario,factor que no ha sido analizado. Por tanto, los investigadores aún no pueden valorar

el efecto aislado del matrimonio en la carrera delictiva sin considerar también elhecho de que la propia actividad delictiva influye en el establecimiento de una re­

lación o matrimonio.Junto a estas limitaciones concretas, en la investigación el matrimonio siempre

se ha contemplado como un factor protector que aleja al sujeto de la conducta de­lictiva, pero en los delitos estudiados tradicionalmente no existe una relación entre

el delincuente/agresor y la victima. Por ello, cuando se aplica esta perspectiva aldelito de VCP la existencia de una relación de pareja o matrimonio no es un factor

protector sino que es un factor necesario para la existencia del delito (Buzawa y

Hirschel, 2008). Por tanto, el establecimiento de una nueva relación puede consi­derarse un punto de inflexión en la carrera delictiva que permite la comisión de

nuevos delitos.Como veremos a continuación, matices como este son los que dificultan la

generalización de muchas teorías criminológicas a la violencia en la pareja, y en

concreto, la aplicación de la información disponible sobre la carrera delictiva alcaso de los agresores.

2.1. Carrera delictiva y violencia contra la pareja

Al margen de los avances realizados en el ámbito de la VCp, los conocimientosdisponibles sobre la carrera delictiva de los agresores son muy limitados (Piquero,

Brame, Fagan y Moffitt, 2006). Asimismo, pese al interés de la inclusión del conceptoen las investigaciones, se debe tener cn cuenta que las conclusiones habituales a

las que se llega con los principales estudios longitudinales, como el de "Dunedin"o "the Cambridge Study" (ver Jones, 2008), tienen poca aplicación al ámbito de la

VCr. Esto se debe al hecho de que, en estos estudios longitudinales, se analiza la

delincuencia general o común (sin diferencias entre tipos de delincuentes) y a la

escasez de estudios longitudinales específicos de la VCr.

Así pues, a grandes rasgos se afirma que una carrera delictiva comienza con laedad de responsabilidad penal (por ejemplo a los 10 años en el Reino Unido), que el

principal pico delictivo se concentra en la adolescencia y que existen eventos vitales

que incrementan la frecuencia de infracciones o que promueven el desistimiento(como la inestabilidad laboral o el matrimonio respectivamente) (ver Farrington,

2010). Además, existe poca información sobre los delincuentes cuya actividad de-

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinez

653

licliva comienza en la edad adulla, algo que puede considerase frecuente en los

agresores de pareja.Otro de los factores que se afirma que puede interferir en la aplicación de los

principios del estudio de la carrera delictiva al caso de la VCP puede ser la discre­

pancia existente entre los registros oficiales y la comisión real de los delitos. Esteaspecto no es ajeno al conocimiento criminológico (ver por ejemplo la metáfora

del iceberg respecto a la cifra negra de la delincuencia; Andrés-Pueyo el al., 2008) ydesde luego no es exclusivo de los casos de violencia contra la pareja.

Una revisión de 135 informes sobre la cuestión en el contexto anglosajón (Aus­tralia, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Suiza) llegaba a la conclusión de queexiste gran variabilidad en los juicios y condenas por VCP (Gamer y Maxwell, 2009).

El estudio concluye que aproximadamente un tercio de los delitos de VCP informa­

dos a la policía termina en un enjuiciamiento de la causa, mientras que en torno al60% de las detenciones terminan en la presentación de cargos, Asimismo) un terciode las detenciones y más de la mitad de los enjuiciamientos terminan en condena.

Pese a la existencia de estas cifras, Felson y Pare (2007) afirman que la indul­gencia a la hora de condenar los delitos por VCP comenzó a desaparecer en losaños 90, influyendo directamente la opinión pública sobre el sistema de justica. Los

autores encontraron que los sujetos que agreden a sus parejas no son especialmen­

te propensos a eludir la condena a prisión.Respecto a estos datos, podríamos afirmar que los porcentajes varían conside­

rablemente según la jurisdicción y que en los últímos años la realidad a la que se

hace referencia ha cambiado notablemente. Al valorar estas conclusiones se debetener en cuenta que las tasas de condenas, pese a poder ser bajas, pueden ser si­

milares a las de los delitos violentos fuera de la pareja, y que se ha producido unavariabilidad en el enjuiciamiento de estos delitos en los últimos años (esto sería asi

en especial tras las modificaciones legales que implican la condena específica delos delitos relacionados como ha sido el caso de la Ley Orgáníca 1/2004, de 28 de

diciembre, en España)'.

En lo especificamente referente a los resultados sobre la trayectoria delictiva

de los agresores de pareja, la investígación disponible es aún escasa y proviene

del contexto anglosajón. Klein y Tobin (2008) concluyeron que, en estos casos, es

frecuente la existencia de un historial delictivo y de violencia extenso, que los que­brantamientos de medidas son habituales y que la respuesta penal es un último

recurso y no un método de prevención. Asimismo, Buzawa y Hirschel (2008) encon­traron que el 39,4% presentaba un registro por delito violento y un 21,1% por delito

3 Según cifras del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, del Consejo General del Po­der Judicial (wwwpoderjudicial.es), el 75% de los enjuiciados por estos delitos acaba en condena.

654 VIOLENCIA DE Gt.NERO y JUSTICIA

no violento (el 39,5% no contaba con detenciones previas). Una de las principalesdiferencias entre los que contaban con antecedentes y los que no es que, estos

últimos, eran mucho menos propensos a encontrarse bajo los efectos del alcohol,"otras drogas en el momento del incidente. A su vez, eran mucho menos propensosa reincidir en periodos de seguimiento de entre 3 y 5 anos (28,7% vs 75,1%). Todo

ello indica el mayor riesgo de aquellos sujetos con antecedentes comparados conaquellos cuyo primer registro disponible es el de la agresión a la pareja.

Por otro lado, la carrera delictiva de los agresores más graves, corno los que es·

tán en prisión, podría diferir de la de sujetos que se encuentran en la comunidad (Pi­quero el al., 2006). Asimismo, se debe recordar que, dependiendo de la legislación

vigente en cada país o territorio, la facilidad con la que se puede entrar en prisión

puede variar considerablemente, por lo que, en las jurisdicciones menos estrictas.se podría encontrar sujelos más graves en la comunidad. Por ello, los datos dispo­

nibles en la actualidad, provenientes del contexto anglosajón, no serían aplicablesen nuestro entorno ni en los distintos conlcxtos en los que se puede abordar la VCR

Además, debemos tener en cuenta que, dentro de las carreras delictivas de losagresores de pareja, los factores de riesgo de reincidencia marcan una diferencia

muy significaliva en el patrón de agresiones a lo largo de la vida del sujeto. Así, se hacomprobado que las situaciones de abuso más graves son estables y un indicativo

de una mayor probabilidad de agresiones futuras (Jones, Heckert, Gondolf, Zhang

e Ip, 2010). Por otro lado, se ha destacado el hecho de que no todos los agresores

escalan en su agresión, pero que aquellos que inicialmente presentan una violenciamás grave son más propensos a mantenerla en el tiempo (Piquero el al., 2006). Por

ello, el análisis dc la carrera delictiva de los distintos subtipos de agresores es untema de gran interés para futuras invesligaciones.

Una meta-revisión reciente sobre la carrera delictiva (DeLisi y Piquero, 2011),

basada en 364 estudios publicados entre 2000 y 2011, pone de manifiesto algunas

limitaciones y retos de futuro en este ámbito de investigación. Entre las recomen­

daciones se encuentran las siguientes aplicables a la VCP: la utilidad de las tipolo­gías o categorías de delincuentes/agresores, la necesidad de estudiar delincuentes/

agresores graves que comiencen su trayectoria abruptamente en la edad adulta, la

necesidad de describir la existencia de distintos tipos de trayectorias y, por último,analizar de forma más precisa del efecto "incapacitante'" de las distintas interven­ciones disponibles.

4 El concepto hace referencia al efecto que actuaciones como el ingreso en prisión provocan en elcese o parada de la carrera delictiva. El periodo de internamiento en sí mismo implica la ausenciadel sujeto del contexto social (salvo en momentos de permisos, condicionales etc.) y por sí sola pa­rece tener un efecto disuasorio, al menos a corto plazo tras la excarcelación (ver por ejemplo BALES,

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

3. ESPECIALIZACIÓN

655

En el estudio de la carrera delictiva resulta elave abordar la cuestión de la es­

pecialización (Nieuwbeerta, Blokland, Piquero y Swceten, 2011). El concepto hace

referencia al grado en que un delincuente centra sus comportamientos en un solodelito o colección de delitos (Soothill, Fitzpatrick y Francis, 2009) y, por tanto, se

contrapone a la versatilidad delictiva.En esencia, en muchos casos un delincuente o agresor no dedica su actividad

a un solo tipo de delito (por ejemplo robo de coches) y, por contra, comete distintostipos de delitos a lo largo de su vida (por ejemplo VCP). Los motivos que promuevenla versatilidad o la especialización, e incluso el orden en que se da la comisión de

los distintos delitos dentro de la versatilidad (por ejemplo el paso de robos a VCP y

viceversa) son fuente de estudios y controversias en la materia.La especialización en el delito, y más específicamente en la conducta violenta,

tiene implicaciones muy relevantes desde el punto de vista preventivo y de inter­

vención (Soothill el al., 2009). Por un lado, nos permite hacer mejores prediccionessobre futuros delitos y, por ello, es un aspecto fundamental de la predicción del ries­

go de conducta violenta y de la gestión del mismo (aspecto especialmente impor­

tante en la VCP). Por otro lado, el análisis de la especialización facilita el diseño de

intervenciones especilicas para grupos concretos de agresores (si los delincuentes

tienden a ser generalistas, intervenciones específicas podrían suponer un desperdi­

cio de recursos).Existen distintas teorías e investigaciones partidarias de que la delincuencia

es versátil más que especializada (DeLisi el al., 2011; Farrington, 2007; Piquero, Fa­

rrington y Blurnstein, 2007). La principal teoría criminológica en contra de la es­

pecialización es la de teoria general de la delincuencia, de Gottfredson y Hirschi

(I990). Por el contrario, las teorias tipológicas (p.e. Moffitt, 1993) indican que son

necesarias distintas etiologías para explicar la conducta ele los distintos agresores,que presentan diferencias cualitativas en su conducta. A continuación se analizan

las principales conclusiones referentes a la especialización en el delito violento y,posteriormente, en la VCP especílicamente.

W, & PIQUERO, A., "Assessing the írnpact of imprisonment on recldivism", Joumal of ExperimentalCriminofogy, 20] 1, en prensa, 001: ] 0.1 007/s11292-01 1-9139-3; BHATI, A., & PIQUERO, A., "Estima­ting the impact of incarceration on subsequent offending trajectoríes: Deterrent, cnrninogenic, ornulJ cffccf?", Journa! of Crimina! Law and Criminofogy, 98, 2008; NAGIN, D., CULLEN, F. & JüNSüN,C; "lrnprisonrnent and rcoffcnding", en TONRY, M (Ed.), Crime and Justice: A Review of Research(Vol. 38), University of Chicago Press, Chicago, 2009; NIEUWBEERTA, P., NAGIN, O. & BLüKLAND,A., "Assessing Ihe irnpact of first-tirne imprisonment on offenders" subsequent criminal careerdevelopment: A matched sample comparison", Joumal of Quantitatíoe Criminofogy, 25, 2009).

656 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA

3.1. Especialización en delito violento

El conocimiento sobre la especialización en la delincuencia general es mucho

más abundante que el existente en relación al delito violento. Así pues, existe ciertacontroversia y la literatura científica se divide entre quienes apoyan la existencia deespecialización en delitos violentos (por ejemplo Dcanc, Armstrong y Felson, 2005;

Osggod y Sehreck, 2007) y quienes argumentan que esta especialización no existe

y que los delincuentes violentos incluyen en su trayectoria otro tipo de delitos co­munes, resultando imposible diferenciar a delincuentes violentos de los no violen­

tos (Messner, McHugh y Felson, 2004; Piquero, 2000; Piquero y Buka, 2002; Piquero

el al., 2007). Por otro lado, se afirma que la gravedad de la violencia ejercida tam­

bién afecta a esta relación y que los delincuentes implicados en niveles elevadosde violencia cometen también otro tipo de infracciones (Brame, Mulvey y Piquero,

2001).

Las investigaciones más recientes han demostrado la existencia de especiali­

zación en conducta violenta (Osgood y Schreck, 2007). Más aún, Besemer (2011)

encuentra una transmisión intergeneracional de esta especialización. Sus resulta­

dos apoyan la existencia de distintos tipos de delincuentes, pero el autor señala ladificultad de encontrar delincuentes que solo comentan delitos violentos (esto seria

asi en lo que se refiere a delincuencia general, donde seria difícil encontrar sujetos

que se dediquen exclusivamente a cometer delitos de lesiones, sin cometer extor­

siones, robos o tráfico de drogas).En definitiva, en la actualidad se defiende la veracidad de ambas proposicio­

nes indicándose que el resultado depende de la fuente de información (oficialaautoinforme), de la población estudiada (juvenil, adulta o diferentes tipos de delin­cuentes) y de la metodología empleada en la investigación (Bouffard, Wright, Muftic

y Bouffard, 2008).

3.2. Especialización en violencia contra la pareja

La existencia de especialización en los agresores de pareja no ha quedado

al margen de polémicas. De hecho, en el ámbito de la vep el debate sobre la es­

pecialización va más allá de disputas teóricas o propuestas de investigación, puessupone cuestionar la fundamentación y estructura preventiva y de intervención que

se ha puesto en marcha y desarrollado en torno a este tipo de violencia (Piquero el

al., 2006). Una de ias principales consecuencias, al cuestionar la especialización de

estos agresores, es contraponer el resultado de la investigación con el abordaje di­

ferenciado que se da al problema, con equipos policiales y juzgados especializados

y, sobre todo, programas de tratamiento especificas (Bouffard el al., 2008).

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

657

Investigaciones existentes en el contexto anglosajón indican quc la mayoria de

los agresores de pareja con historial delictivo han estado implicados en delitos no

violentos además del de VCr, encontrando pocos agresores especializados y muchosque presentan historial de delitos no violentos (Píquero el 01.,2006). Datos derivados

de estudios de seguimiento amplios, como el de Dunedin, también han encontradoun solapamíento significativo entre VCP y delincuencia general, con un posible origen

o causa común en ambas (Moffitt, Krueger, Caspi y Fagan, 2000).

Por otro lado, en agresores de pareja, la especialización dependería del subtipode agresor. Buzawa y Hirschel (2008) afirman que podría suponerse que la gran ma­

yoría de estos agresores no cuentan con una carrera delictiva previa a la comisión

de la VCP. Sin embargo, el estudio de las tipologías de agresores indica que esta

afirmación está condicionada a la pertenencia del sujeto a un determinado grupo

de agresores (diferencias que analizaremos en el apartado 4).En este sentido, Klein y Tobin (2008) encontraron que sólo el 5% de su muestra

correspondía al agresor limitado a la pareja (normalizado), por lo que su muestramayoritariamente no era especializada. La conclusión de los autores es que este

subtipo de agresor no llega, o lo hace en menor medida, al sistema judicial. Como

se mencionaba anteriormente, este hecho depende directamente del contexto le­gal y puede diferir en nuestro entorno, donde ta legislación actual podría conside­

rarse severa y de rápida aplicación (en comparación con la aplicada en la materia

en contextos anglosajones). Por ello, en nuestras prisiones (y no sólo en medidas

penales alternatívas) la proporción de agresores normalizados cuya violencia y acti­

vídad delíctíva se limita a su pareja superaría el 40% (ver Loínaz, 2009, 201Ib).

Asimismo, se tiende a concluir que los agresores de pareja propenden a no ser

especializados y que se ven implicados en otro tipo de delincuencia más general que

no se aborda ni atiende en los tratamientos especializados para ellos (Bouffard elal., 2008). De esta aparente versatilidad de los agresores se derivan distintas criticas

a programas de tratamiento, tan específicos, como los diseñados en la actualidad.Al margen de matices ideológicos y opiniones generalizadas sobre la necesi­

dad de tratar de forma diferenciada a esta población, desde cI punto de vista de la

criminología el afirmar que los agresores de pareja no responden a un perfil de es­pecialización implicaría modificar el sistema de atención, prevención y tratamiento

establecido en la actualidad. Esto es así desde el punto de vista estrictamente empí­rico de la criminologia (fruto de la investigación derivada de las carreras delictivas)

pues, desde otros puntos de vista como el de la psicología, parece acertado seguirtratando específicamente a estos agresores, tanto desde la prevención como desde

la intervención psicosocial, al margen de que cometan o puedan cometer otro tipode delitos.

658 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA

3.3. Métodos para el estudio de la especialización

La especialización se ha definido, y medido, como la tendencia a repetir el

mismo tipo de delito en sucesivos hechos, como una dominancia relativa de untipo delictivo en un período de tiempo específico o durante un número concreto deinfracciones, o como la sobre-representación de un tipo de delito particular en la

trayectoria de un sujeto en contraste con la distribución general de ese delito en lapoblación (Nieuwbeerta el al., 2011).

Sin profundizar en la cuestión, pues no es el objetivo del presente capitulo, a

continuación se describirán algunas de las técnicas estadisticas que se emplean

en el análisis empírico de la cuestión. Se podría afirmar que son 4 los principalesmétodos de análisis de la especialización en la carrera delictiva (ver por ejemplo

Besemer, 2011; Nieuwbeerta el al., 2011; Osgood y Schreck, 2007; Sullivan, McGloin,

Ray y Caudy, 2009):

a) índice de diversidad (Diuersily Index; D): refleja la probabilidad de que dosdelitos cogidos de forma aleatoria dentro dc la carrera delictiva de un sujeto

pertenezcan a tipos delictivos diferentes. Refleja distintos niveles de espe­cialización: desde O, para una especialización completa, hasta 1 para unacompleta diversificación.

b) coeficiente de especialización hacia delante (Forward Specializalion Coetti­

cient): mide la tendencia de que un delito venga seguido de un delito delmismo tipo y tiene un valor máximo de 1 para indicar la especialización ab­soluta. Es una derivación de las malrices de lransición, utilizadas para des­cribir el grado de consistencia entre delitos en los actos de un sujeto, con lalimitación, entre otras cosas, de que comparaban solo delitos adyacentes.

e) teoría de respuesta al ítem iltem Response Theory; tRT): como el índicede diversidad, se centra en la variedad de delitos, al margen de su orden.Resulta especialmente útil para describir el tipo de especialización delicti­va. Su limitación es que solo da información relativa y no absoluta sobre laespecialización.

d) análisis de clases latentes (Lalenl C/ass Ana/ysis)': al igual que la IRT es unmétodo estadístico complejo y reciente. Su esencia es similar al análisis

5 Se recomienda la lectura de Besemer (BESEl'vIER, S., "Specialized versus vcrsatile intergenerationaltransmlssion of violence: A new approach lo studying íntergenerational transmission frorn viclentversus ncn-violent fathers: Latent class analysis'', Joumal of Quantitative Criminoíogy, 20\1, en pren­

sa, 00[; ] 0.1 007/510940-011-914 J-y), para profundizar en la explicación del método estadístico v suaplicación al estudio de la especialización.

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

659

factorial pero permite incorporar variables categóricas y/o discretas, y nosolo continuas. A partir de la variable observable (tipos de delitos u otrasvariables de interés que pueden ser incorporadas) se busca encontrar varia­bles no observables o latentes (tipo de delincuentes). Utiliza la agrupación(cluslers) para valorar en qué medida se concentran los tipos de delitos

entre tipos de delincuentes identificando clases.

Cabe señalar que, en la investigación que se presenta, la especialización se

ha analizado como complemento a una linea de trabajo mucho más amplia y que,

por ello, el concepto de especialización que se ha adoptado (y por tanto el métodopara calcularla) es genérico y no responde a los estándares de la criminologia que

se acaban de mencionar.

4. LA CONTRIBUCIÓN DE LAS TIPOLOGÍAS DE AGRESORES

Frente a estos datos sobre especialización y trayectoria delictiva, que para mu­

chos pueden ser desconcertantes, un gran avance en el conocimiento de la VCP ha

sido la demostración de la existencia de una gran heterogeneidad entre los agre­

sores (ver Amor, Echeburúa y Loinaz, 2009; Loinaz, 2009). Numerosos estudios han

confirmado la posibilidad de diferenciar empíricamente distintos tipos de agresoresque, a su vez, pueden distinguirse en su nivel de especialización, trayectoria delic­

tiva y riesgo de reincidencia (Dixon y Browne, 2003).Asi, en estudios internacionales se ha propuesto la existencia de dos (Chase,

O'Lcary y Heyman, 2001; Gotlman el al., 1995; Johnson, 1995), tres (Chambers yWilson, 2007; Dutton, 1988; Fowler y Westen, 2011; Gondolf, 1988; Harnbergcr yHastings, 1986; Hamberger, Lohr, Bange y Tolin, 1996; Holtzworth-Munroe y Stuart,

1994; Mauricio y Lopez, 2009; Saunders, 1992; Stoops, Bennctt y Vincent, 2010; Twedy Dutton, 1998) o cualro (Holtzworth-Munroe, Meehan, Herron, Rehman y Stuart,2000; Johnson el al., 2006; Thijssen y de Ruiter, 2011) subtipos de agresores dife­

renciados a partir de sus trastornos de la personalidad, su ira, la extensión de suviolencia o el apego, entre otras variables.

En la Tabla I se presenta un resumen conceptual de los tres subtipos encontra­dos con más frecuencia (al margen de que su denominación pueda diferir de la uti­

lizada en cada estudio), con sus caracteristicas principales, así como la estimación

de su riesgo de violencia futura y unas pequeñas recomendaciones terapéuticas

(para ampliar ver Loinaz y Echeburúa, 2010; Loinaz, Torrubia, Echcburúa, Navarro

y Fernández, 2009).

660 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA

Tabla l. Características de los principales subtipos de agresor de pareja

:~~"-.Sllbtipo Nonnalizado:_V<\riable~~

~

Umlte/palológico Antisocial

Uhdá'rE1Xtension de Idj\iÓI~j\da

Tipo de violencia Poco frecuenteGravedad variable

Predominante conla pareja Frecuente agresión a desccnocidos

Predominio de la violencia psico- Predominio de la agresión físicalógica

Versatilidaddelictiva

Antecedentesversos

frecuentes y

Estilo de apego

DependcllcibmOCiOllJI

Consumo dedrogas

Seguro: flexibles, se adap­tan en las relaciones y nonecesitan manipular. Expre­san sus necesidades, habi­tualmente sin recurrir a laviolencia. Muestran mayorempaña (algunos presentanun estilo preocupado).

Moderada

Similar a la población nor­mal. Negación de la violen­cia ydel consumo de drogas.Posible relación entre el con­sumo y la agresión, pero sindependencia.

Preocupado: menos distantes enlas discusiones, El abandono de lapareja es el mejor predictor de suviolencia. Son celosos, dependien­les y con abuso psicológico.Temeroso: ansiosos e irritablesante el abandono; hipersensiblesal rechazo.

Alta

Moderado/Alto. Relacionado conel malestar afectivo. Recurren alasdrogas para calmar la ansiedad.

Rechazan/e: controladores y dis­tantes. El mayor precursor de suagresión es la defensividad de lapareja, Muestran poco interés opoca capacidad de reconocerlas cogniciones y emociones delos demás,

Baja

Alto (poli consumo). Patrón rela­cionado con la búsqueda de sen­saciones, gratificación inmediatayhábitos delictivos.

Ira Hostilidad

Distorsionescognitivas

Estile cepersoniiiidild

Riesgo

Tende'tda a acumular Ira Ira reactiva frente al abandonohasta explotar

Nivel bajo Atribuciones negativas

Dependiente, Límitevo.cvitativo

Bajo Medio

Expresión hostil ge!:eraEzadr~'

\1olencia sin ira

Justificación de la violencia

Antisocial ynarcisista

Alto

expresión ecueda de lasemociones vI:'n la gestión deIJir,].Valord: ji.! necesidad del ira.tamienlc toxicológico.

Programa rnédio,i1argQ. Espec:ialrelevancia alárnbitorelacional(apego) ya 1<1 psicopaíclogla an­s'osc odepresiva,Posible necesidad de tratamientotoxicológico.

Programa MUYellructura,do, directivo v centrado enconsecuencias negativas de suconducta.Frecuente necesidad de trata­mientotoxicológico.

Aplicando la metodología internacional, en el contexto español se ha descrito,

hasta la fecha, la existencia de dos subtipos de agresores en el ámbito penitenciario

(Loinaz, 2009; Loinaz, Echeburúa y Torrubia, 2010; Loinaz, Ortiz-Tallo, Sánchez y

Ferragut, 2011):

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

661

1. Los sujetos denominados "violentos con la pareja/estables emocionalmente/

integrados socialmente" se caracterizan por una violencia limitada a la pareja,menor número de distorsiones cognitivas, menor abuso de sustancias, menorpresencia de antecedentes penales, mayor autoestima, mayor control de la ira,poca presencia de síndromes clínicos y estilos de personalidad compulsivos,

narcisistas e histriónicos. Con un estilo de apego predominantemente seguro,tienen mayor empatía y muestran mayor deseabilidad social. Este grupo equi­vale al denominado violento sólo en la familia (Hollzworth-Munroe y Stuart,1994; Holtzworth-Munroe et al., 2000; Thijssen y de Ruiter, 2011), hipercontro­

lado (Dutton, 2007), baja patologia (Johnson et al., 2006), baja ira (Eckhardt,Holtzworth-Munroe, Norlander, Sibley y Cahill, 2008) o baja delincuencia

(Stoops et al., 2010) descritos internacionalmente.

2. Los sujetos denominados "violentos generalizados/poco estables emocional­

mente/no integrados socialmente" se caracterizan por una violencia que se ex­tiende más allá de la pareja y presentan antecedentes penales con mayor fre­cuencia. Estos sujetos están más afectados por síntomas clínicos, tienen másdistorsiones cognitivas, dependen más del alcohol/drogas y muestran rasgos depersonalidad antisocial, paranoide y negativista. Asimismo, son más impulsivosy se muestran menos empáticos que los sujetos del grupo anterior, con estilosde apego inseguro u hostil. Este grupo sería algo más heterogéneo (incluiría a

los agresores más patológicos) aunque sus rasgos coinciden principalmentecon los propuestos a nivel internacional para el subtipo denominado violento

en general/antisocial (Hollzwoth-Munroe y Stuart, 1994; Holtzworth-Munroe et

al., 2000; Thijssen y de Ruiter, 2011), antisocial (Johnson et al., 2006), instru­

mental/subcontrolado (Dutton, 2007), psicopático (Fowler y Westen, 2011) o ira

alta-expresivo (Eckhardt et 01.,2008).

5. LA INVESTIGACIÓN

A continuación se presentarán de forma resumida los principales objeti­

vos y resultados obtenidos, dentro de una línea de investigación más amplia, re­

lacionados con la carrera delictiva y la reincidencia de los agresores de pareja

condenados a prisión. Elleclor puede encontrar información más detallada sobre lainvestigación en Loinaz, Irureta y Doménech (2011) y Loinaz (2011a).

A grandes rasgos, podríamos afirmar que los objetivos de los apartados que se

analizarán a continuación pretenden dar respuesta a dos cuestiones principales: 1)

¿Quiénes son los agresores condenados a prisión y cuál es su trayectoria?; 2) ¿Quéocurre con los agresores tras su paso por prisión?, zfuncíona la intervencíón", zdequé depende?

662 VIOLENCIA DE GtNERO y JUSTICIA

MetodologíaLos resultados provienen de una muestra de 100 agresores de pareja conde­

nados a prisión, que fueron evaluados desde el año 2008 en el Centro Penitenciario

Brians-2 (Barcelona). De ellos, se ha podido realizar el seguimiento a 40 sujetos tras

su puesta en libertad, considerando un seguimiento mínimo de 4 meses.

Los objetivos de estudio se han desarrollado a partir de dos fuentes de informa­

ción principales. Por un lado, las variables psicológicas provienen de un amplio pro­

tocolo de evaluación compuesto por diez instrumentos y una entrevista (ver Loinaz,

2011a,b). Las variables estadístícas, de uso principal para los aspectos relacionados

con los delitos, detenciones y otras variables jurídicas y criminológicas, se obtu­

vieron de testimonios de sentencia, informes profesionales y de la base de datos

penitenciaria de Cataluña (SIPC). El seguimiento de los casos puestos en libertad,

para valorar la reincidencia penitenciaria, se ha realizado mediante el escrutinio de

las bases de información penitenciaria SIPC (Catalufla) y SIP (España).

La investigación también incluye una escala de predicción del riesgo, el B­

SAFER (Kropp y Hart, 2004; Kropp, Hart y Belfrage, 2005), compuesta por 10 ítems y

derivada de la SARA, que fue traducida y adaptada especificamente con este objetivo

(ver Tabla 2). Esta escala ha sido utilizada en un estudio reciente cuyo objetivo era

clasificar tipológicamente a los agresores a partir del siguiente criterio: severidad de

la violencia (ítem 1), generalidad de la violencia (ítem 6) y psicopatología/tras­

tornos de la personalidad (íterns 9 y 10) (Thíjssen y de Ruiter, 2011).

Tabla 2. Ítems que componen el B-SAFER(Kropp y Hart, 2004; Kropp, Hart y Belfrage, 2005'

Blóqtiel:(lgresi6n a la pareja

l. Conducta violenta2. Amenazas (pensamientos violentos)3. Escalada de violencia4. Quebrantamientos5. Actitudes violentas (distorsiones)

Bloque Hs ajuste psicológico

6. Delincuencia general7. Problemas en relaciones intimas8. Problemas laborales9. Problemas toxicológicosla. Problemas mentales

. Loinaz, lrureta y Domenech, 2011; Traducido y reproducido con el permiso de Jos autores. iD200SR. Kropp, S. Hart y H. BeJfrage

Procedimiento

Todos los casos fueron evaluados y analizados por el autor de la investigación.

El protocolo de evaluación se aplicó en sesiones individuales y grupales, Iras obte­

ner el consentimiento informado de cada participante y ofreciendo únicamente la

devolución de los resultados como motivación para participar (en ningún momento

la participación estaba asociada a algún tipo de beneficio).

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

663

Tras disponer de la evaluación psicológica de cada sujeto y la recopilación de•las principales variables de interés socio-demográficas, penales y criminológicas, laescala de predicción del riesgo fue aplicada de forma ciega (desconociendo la rein­

cidencia real del sujeto) y cumplimentada de forma independiente por dos de losinvestigadores participantes en el estudio original sobre reincidencia (ver Loinaz,

Irureta y Doménech, 2011).La información sobre la reincidencia se actualizó por última vez en octubre de

2010 (SIP y SIPC). El seguimiento medio tras la puesta en libertad definitiva del CPBrians-2 ha sido de 15 meses (DT=7,9; rango; 4-27).

ResultadosCaracterísticas de la muestra. En la Gráfica 1 se compara la presencia de dis­

tintos factores de riesgo en la muestra total (n= 100) y en la de seguimiento (n=40).Corno se puede observar, ambas muestras son semejantes y las variables más pre­

sentes son las relacionadas directamente con el perfil prototípico de "maltratador"(racionalización, negación y celos) y con el consumo de sustancias.

Gráfica l. Comparativa muestra de seguimiento y muestra total

WlWi muestra total

$ • seguimiento

._----.._---_ •......

...~ _.~.~ ,........................•.....•,~,.--70%

60%

50%40% I ••

30%

20%

10%0% .

Delito actual. La condena media actual es de 48 meses (DT= 35,8; ran­

go; 8-216) y dicha condena corresponde al cumplimiento de una media de 3,4

causas por condena" (DT= 2,5; rango: 1-18). En dicha condena se han apreciado

6 El concepto causas por condena hace referencia al número de delitos por el que ha sido juzgado ycondenado cada interno en la pena que cumple en el momento de incorporarse al estudio.

664 VIOLENCIA DE GÉNERO Y JUSTICIA

circunstancias modificadoras de la responsabilidad penal en el 39% de los casos. Un29% presenta una o varias agravantes (reincidencia 20%, parentesco 12% y traición

1%) y un 18% alguna atenuante (reparación 3%, drogadicción 6%, embriaguez 5%,

trastorno mental 2%, obcecación 1% o confesión y arrebato 1%).En la Gráfica 2 se presenta la distribución de los delitos condenados (con la ter­

minología utilizada en los registros oficiales). Respecto a la agresión a la pareja, un

21 % de los sujetos ha utilizado algún arma u objeto que pudiese causar daño (comopuede ser una cuerda, fuego o incluso un vehículo). En un 53% de los casos puede

afirmarse que ha existido violencia física y en un 50% violencia psicológica. En el50% de los agresores se da una posible relación entre la violencia y el consumo de

drogas: en un 22% la droga relacionada es el alcohol, en un 10% la cocaína, la mez­ela de cocaína y alcohol está presente en un 5%, las pastillas en un 3% y la heroina

en un 1% de los casos. El consumo o la dependencia han sido contemplados como

atenuantes en el 5% de las condenas.

Gráfica 2. Prevalencia de delitos en la condena actual (según nomenclatura oficial)

30%

25';', ,

20%

15'Y, ,

10% .1 ..

5% .

0%

-- -- ---~--~"""._."." _---_.~-~-.--.-. --.-..- , _ " " _ -

L: .: l:::I:::I::i ..... .. ..... ..." ~'« j , j , ¡iJ lid LJ M M bd '""" ¡ «'"' »_

, """"

Perfil procesal, carrera delictiva y especialización (n-- 100). En la Gráfica 3 se

presentan los principales porcentajes relacionados con el perfil delictivo de losagresores. La edad media del primer ingreso en prisión es de 32 años y se dan de

promedio 2 ingresos en total (un 15% presenta 4 o más ingresos). Del 64% se hapodido constatar su reincidencia penal (por la presencia de condenas previas en su

historial) y un 41 % presenta detenciones por vep previas a la causa actual que hamotivado el ingreso en prisión.

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz

665

La carrera delictiva' media, para aquellos sujetos que cuentan con más de un'ingreso en prisión, es de 10,7 años (DT=7,8; mediana 8; rango: 2-38). Respecto a la

especialización, se pude afirmar que 50% de la muestra presenta registros y con­

denas por otro tipo de delitos al margen de la VCP. Tal como se puede apreciar enla Gráfica 2, la prevalencia de delitos condenados no relacionados con la VCP no

supera el 10%, y principalmente responde a robos (9%), resistencia a la autoridad

(8%) y delitos relacionados con la seguridad vial (4%).

Gráfica 3. Presencia de {actores relacionaos con el perfil delictivo

*SI

100%90%80%70%60%50%40%30%20%10%

0%

~._----~-~

................,-_..""_ __._-•......................._._ ~_ _.~.~.- •...,.., ,.. ,~ - -"" , ~_.- .

Reincidencia observada (n =40). El 22,5% ha vuelto a ingresar en prisión, pero

realmente el 17,5% lo ha hecho por la condena de un delito cometido tras su puesta

en libertad, mientras que el resto han sido internados por un delito previo a la última

condena. Un 15% de la muestra ha reincidido en VCp, principalmente por quebran­tamientos (60%) y/o amenazas (40%), y la mayoría lo ha hecho en un plazo inferior al

año (X=292 días; DT= 188 días). Como se puede ver en la Gráfica 4, un seguimiento

de 12 meses permitiría detectar el 80% de las reincidencias en VCP.

7 Se han calculado los años transcurridos desde el primer ingreso en prisión, condena conocida ofecha de comisión de! primer delito, hasta la fecha actual, o última estancia en prisión (para el casode sujetos excarcelados en el momento del análisis), sólo de aquellos sujetos en los que consta másde un Ingreso en prisión (47%). El método presenta diversas limitaciones, como el desconocimientoexacto de la {echa de comisión de algunos delitos, la existencia de delitos previos no registrados ola inclusión de distintos periodos privados de libertad, pero puede considerarse una primera aproxi­mación a la cuestión a espera de un diseno metodológico especifico para analizar la variable enestudios futuros.

666 VIOLENCIA DE Gt:NERD Y JUSTICIA

Gráfica 4. Reincidencias y tiempo en libertad

_ n° sujetos reincidentes

=~__ % reincidencia en VCP acumulado

~ % reincidencia acumulado

100%

1 1

83%

100%"

2

33%

2

80%

66%

40%40 ~:,20·'

O ~~,,~~~~~~~--~~.~~~~••••~~--~-

60 ..¡

120 ..,,:

100 .-<

!80 ,,,

1-6m 12-18m 18-24m

• Corresponde a un caso condenado por robo con violencia

Predicción de la reincidencia. La predicción de la reincidencia se ha realizado

a partir de la información disponible antes de la excarcelación, cumplimentando el

B-SAFER. Una puntuación ,,13 en la escala ha sido capaz de predecir correctamente

el 70% de los casos, tal como se muestra en la Gráfica S. Pese a que el 100% de los

reincidentes fueron detectados correctamente, existe un 36,5% de falsos positivos

(a fecha de cierre de seguimiento) que puede tener importantes implicaciones éti­

cas relacionadas con la gestión del riesgo.

Gráfica 5. Eficacia predictiva det B-SAFER

predicción

sa aciertos

~ errores

Características del reincidente. Por último se ha querido analizar el perfil del

agresor reincidente y ver en qué medida se puede describir un tipo de agresor con

mayor riesgo y qué variables pueden ser de interés en la gestión del riesgo. El 71%

de los reincidentes corresponde al subtipo "anlisociallpalológico". Asimismo, dife­

renciando entre grupos, los "antisociales/patológicos" reinciden casi el doble que

los sujetos "normalizados" (ver Gráfica 6).

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónhmael Loinaz

Gráfica 6. Reincidencia según subtipo de agresor

667

normalizados

reincidentes

antisociales

noinciden

79%

reincidentes21%

Por otro lado, la puntuación media de los reincidentes en el B-SAFER es signifi­

cativamente mayor a la de los no reincidentes (14 vs 10), lo cual indica nuevamente

que los sujetos son clasificados correctamente por la herramienta según su riesgoestimado (tomando como referente su conducta tras la excarcelación).

Por último, una de las variables que se ha encontrado que tiene un peso con­

siderable en la predicción o explicación de la reincidencia es el haber realizado unprograma de tratamiento en la prisión (al margen de su duración o el resultado del

mismo). La proporción de no reincidentes que se habían sometido a tratamientoduplica a la de los reincidentes (88% vs 43%). A su vez, entre los sujetos no tratados

la probabilidad de reincidencia asciende a un 50% mientras que entre los sujetostratados se reduce a un 9%.

Del análisis de regresión logística se desprende que recibir tratamiento es un

factor protector que explica el 23% de la reincidencia, mientras que la aceptaciónde la violencia y la menor edad en la comisión del delito incrementan el riesgo.

6. CONCLUSIONES

Los resultados presentados ponen de manifiesto la complejidad del perfil de

los agresores de pareja condenados a prisión, con una amplia trayectoria y versati­

lidad delictiva, que se refleja en la prevalencia de ingresos previos en prisión (47%

con más de uno), la elevada frecuencia de antecedentes penales (en el 64%), lacomisión de otros delitos no relacionados con la VCP (solo del 45% se puede afirmar

que limiten su actividad a estas infracciones), o la existencia de agresiones a parejas

anteriores (un 17% lo autoinforma) y la reincidencia en este delito (el 49% presenta

registros previos por VCP y e146% quebrantamientos de condena).

Asimismo, se ha demostrado la posibilidad de distinguir entre tipos de agre­sores y predecir, de forma acertada, futuras reincidencias en un plazo breve de

668 VIOLENCIA DE GÉNERO YJUSTICIA

tiempo (un 80% de ellas se han dado en el plazo de un año). El dato es congruente

con estudios previos que indican que una amplia proporción de las reincidenciasse dan en los primeros meses de seguimiento (Gondolf, 2000; Kingsnorth, 2006; Lin

el al., 2009).

Teniendo en cuanta las limitaciones del estudio respecto al tamaño de la mues­tra y el periodo de seguimiento, la herramienta de predicción del riesgo (B-SAFER)

predijo correctamente todas las reincidencias que se han dado, aunque a costa detener un 36,5% de falsas alarmas en el momento del cierre del estudio. La cues­

tión de los falsos positivos tiene implicaciones éticas de gran calado, especialmente

cuando las predicciones de riesgo están asociadas a medidas como la negación depermisos penitenciarios o el cumplimiento diferencial de las condenas. La aplica­

ción más deseable de los instrumentos de predicción, y la consecuente gestión del

riesgo, tiene que venir delimitada por una compensación entre falsos positivos, fal­

sos negativos y una validez predictiva adecuada de la herramienta.La cifra de reincidencia penitenciaria tras la excarcelación, un 15% en violencia

contra la pareja, puede considerarse baja respecto a valores internacionales, situa­dos entre el 21 % Yel 60% (Gondolf y Wernick, 2009; Gondolf y White, 2001; Grann

y Wedin, 2002; Hilton, Harris, Popham y Lang, 2010; Klein y Tobin, 2008; Tollefson y

Gross, 2006; WiIliams y Houghton, 2004). Sin embargo, la rnagnitud de victimizacio­

nes que de ella se deriva a nivel nacional requiere nuestra atención. Durante el año2011, la cifra de presos cuyo delito principal era la violencia de género podía superar

los 6000 casos (incluyendo prisiones Catalanas), lo que implica que una reincidenciamedia del 15% supondría la victimización de 900 mujeres.

Por otro lado, se ha confirmado que la cifra de reincidencia difiere según la

tipología de agresor del que estemos hablando (Eckhardt el al., 2008; Thijssen y

de Ruiter, 2011), con 21% entre los sujetos anlisociales/patológicos y un 12% enlos normalizados. Asimismo, el sometimiento a tratamiento parece tener un efecto

protector sobre la reincidencia (Coulter y VandeWeerd, 2009; Un el al., 2009; Stoopsel al., 2010; Tollefson y Gross, 2006), con un 50% de reincidentes entre los no trata­

dos y 9% entre los tratados.

Antes de proponer algunas recomendaciones para futuras investigaciones, es

necesario recordar las limitaciones de los resultados presentados. En primer lugar,

la muestra a la que se ha podido realizar el seguimiento es pequeña y puede no serrepresentativa de los resultados generales de los agresores en prisión. Asimismo,

pese a que el periodo de seguimiento medio es superior al de otros estudios queanalizan la eficacia de programas de intervención (Eckhardt el al., 2008; Gondolf y

Wernick, 2009; Jones y Gondolf, 2001; Un el al., 2009), también puede considerarse

corto para poder estimar correctarnente la reincidencia (estudios internacionales

dernuestran que el porcentaje varía considerablemente entre seguimientos a corto

Carrera delictiva yreincidencia en agresores de pareja en prisiónIsmael Loinaz.

669

plazo y periodos de hasta diez años; ver Klein y Tobin, 2008). A su vez, se considera

imprescindible disponer de otras fuentes de información para contrastar los resulta­

dos penitenciarios (por ejemplo fuentes judiciales, policiales y de las propias vícti­mas) así como replicar los resultados referentes a las tipologias y el riesgo en distin­

tos contextos (como las medidas penales alternativas; ver Pérez y Martínez, 2011).

En la investigación sobre la temática se recuerda que el estudio de la especia­

lización se beneficiaría del uso del autoinforme de víctimas y agresores, frente al

acceso exclusivo de registros oficiales (Lynam, Piquero y Moffitt, 2004; Piquero el

01.,2006). Ésta puede considerarse otra de las limitaciones de los resultados presen­tados relacionados con la reincidencia pues, en la práctica, solo parte de los delitos

o agresiones son detectados a nivel policial y los autoinformes ofrecen una imagenmás completa (Besemer, 2011). Otra complicación habitual es que múltiples delitos

o agresiones suelen agruparse en una única condena y que los informes disponi­bles sobre denuncias y condenas en muchos casos no son representativos (Garner

y Maxwell, 2009). En este sentido, se afirma que el efecto de las intervenciones es

ligeramente positivo cuando se analiza a partir de registros oficiales, pero puede sernulo cuando la fuente de información es la víctima (Feder y Wilson, 2005).

Tras la información presentada en este capítulo, el lector habrá podido com­

probar cómo algunos de los postulados presentados en relación a la carrera de­

lictiva difícilmente pueden ser aplicados al problema de la vep, al menos conlos conocirnientos disponibles en la actualidad. Por ello, una de las principales

recomendaciones que se podrían hacer es el desarrollo de estudios específicosen agresores de pareja (analizar su evolución bien retrospectivamente o longitu­

dinalmente) y el análisis de la trayectoria de aquellos jóvenes que, en la actuali­

dad, forman parte de los estudios sobre dating vio/ence y que son identificadoscomo agresores (ver por ejemplo González, 2011; Rodriguez-Franco el al., 2012).

Ello permitiría conocer la medida en que los agresores inician sus conductas violen­

tas por distíntos motivos en la edad adulta o, por el contrario, muestran indicadores(o incluso agresiones) desde edades más tempranas como la adolescencia.

Respecto a la efectividad de las intervenciones, se critican los análisis basados

exclusivamente en indicadores binarios de reincidencia (como puede ser presen­cia de nueva agresión Si/No) en vez de patrones conductuales más complejos que

capturen variaciones en el tiempo en objetivos o intensidad de la violencia (Janes elal., 2010). Por otro lado, se afirrna que la predicción del riesgo puede mejorar cuan­do se incorporan variables específicas de la violencia, como tácticas, dinámicas y

contingencias, pero ello implica estudios longitudinales más complicados y costo­

sos (Douglas y Skeem, 2005; Heckert y Gondolf, 2005). Así pues, resulta necesario

seguir avanzando en los estudios sobre eficacia terapéutica y en la descripción de

las variables asociadas a ella y a la adherencia al tratamiento (Arce y Fariña. 201 O;

670 VIOLENCIA DE GENERO YJUSTICIA

Boira y Jodrá, 2010; Boira, López, Tomás y Gaspar, 2010; Echauri, Martínez y Azcára­

te, 201 O; Echeburúa y Femández-Montalvo, 2009; Echeburúa, Sarasua, Zubizarreta y

de Corral, 2009; Pérez y Martinez, 2011).

Los resultados y la discusión presentada tienen implicaciones prácticas que

deben ser tenidas en cuenta. Por un lado, las conclusiones a las que se llegue res­

pecto a la carrera delictiva de los agresores de pareja, su especialización y su riesgo,

afectan a la forma en que deberíamos orientar la prevención del problema y la in­

tervención sobre el mismo (Piquero el al., 2006). En linea con el modelo RNR (An­

drews y Bonta, 2010), los programas deben diseñarse teniendo en cuenta las carac­

terísticas del delincuente/agresor y, por ello, las intervenciones estandarizadas que

no tengan en cuenta la existencia de distintos tipos de agresores de pareja tendrán

un efecto limitado sobre un sector considerable de sujetos tratados (Loínaz el al.,

2009; Loinaz y Echeburúa, 2010), prolongando la trayectoria delictiva de los mismos.

La investigación y las teorías explicativas deberian desarrollarse de forma es­

pecífica a los delitos cometidos y desde una perspectiva tipológica que aborde los

rasgos, características y situaciones aplicables al tipo de agresor concreto. Asimis­

mo, los cambios en las trayectorias de violencia podrían utilizarse para ajustar las in­

tervenciones y diseñar protocolos de gestión del riesgo que mejoren los resultados

de las predicciones y de los tratamientos (Janes el 01.,2010).

Desde el punto de vista estadístico, las diferencias existentes respecto a la pro­

porción de delitos por VCP condenados (y las diferencias entre códigos penales)

ponen de manifiesto la importancia de realizar una aproximación comparada a la

hora de analizar los resultados sobre reincidencia o eficacia de las intervenciones

entre distintos países (Felson y Pare, 2007). Sin esta aproximación, resulta difícil

conocer la medida exacta en que nuestros resultados se asemejan a los disponibles

internacionalmente.

Por último, se ha de tener presente el hecho de que la investigación tiene que

poder ser aplicada a la realidad social y que, por ello, los resultados deberían tra­

ducirse en mejoras en el diseño de programas de intervención para agresores, de

herramientas de predicción del riesgo y de medidas de protección para las víctimas,

que redunden en una mayor prevención, y una menor reincidencia y victimización.

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