vientre plano en una semana

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Como tener un abdomen marcado La historia de una ex vegetariana El siguiente artículo fue escrito por una mujer llamada Tasha de voraciouseats.com quien fue una vegetariana estricta por más de tres años y medio. En él describe como este régimen deterioró su salud. Describe detalles de lo que pasó en su vida durante ese periodo de tiempo y cómo logró salir adelante. Algo que me sorprendió y que menciona en su blog es que después de haber hecho todas estas revelaciones sobre el vegetarianismo, recibió amenazas de muerte en contra de ella y de su familia por hablar en contra de él. Aunque esto no debería extrañarnos si consideramos que algunas personas tratan al vegetarianismo como un culto o religión extrema de lo que nadie puede hablar mal. De manera personal, debo decir que estoy de acuerdo con muchas de las creencias de los vegetarianos, pues coincido en que la manera que tiene la industria de criar hoy en día a los animales no es la mejor que podría desearse. Pero tampoco estoy de acuerdo con una dieta 100% libre de carne pues sería imposible evitar ciertas deficiencias nutricionales y no está mal incluir aunque sea una pequeña porción de alimentos de origen animal en nuestra ingesta diaria. Cualquier vegetariano empedernido dirá que no existirán deficiencias en tu dieta si tomas los complementos necesarios. Pero la verdad es que sustancias como el hierro y la vitamina B12 no son aprovechadas de la misma manera por el cuerpo si no provienen de una fuente natural. Tasha habla ampliamente sobre este tema y se defiende de quienes la acusan de “no haber seguido correctamente el vegetarianismo”. No es tan difícil incluir un poco de alimento de origen animal aun siendo vegetariano. Podemos buscar granjas que se dedique a criar animales de la manera correcta (que sí existen) y dar un balance adecuado a nuestra dieta. Después de todo, con algunas variaciones según el lugar y las costumbres, la alimentación del hombre siempre ha sido omnívora. Y lo que me pareció también muy interesante es que después de publicar su artículo, algunos vegetarianos le escribieron a Tasha para confesarle que no seguían una dieta 100% libre de alimentos de origen animal, pero que les avergonzaba confesarlo. Lee su artículo. La historia de Tasha. Recientemente me vi envuelta en graves problemas de salud por primera vez en mi vida, y fue terrible descubrir que eran provocados por mi vegetarianismo. Después de dos meses de suspender mi dieta regular, recobre mi salud por completo. Dejar de ser vegetariana ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida, pero a la vez esta experiencia me ha dejado una de las mejores lecciones de mi vida. Primera parte. Acudí al médico por diversos síntomas que había presentado hacia ya seis meses. Me sentía muy agotada, no podía hacer más de 20 minutos de ejercicio (cuando normalmente una hora no era suficiente para mí) sin sentirme totalmente agotada. Después de una sesión, quería dormir el resto del día. Me levantaba mareada a las doce del día y podía tener un frío terrible en medio de

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Como tener un abdomen marcado

La historia de una ex vegetarianaEl siguiente artículo fue escrito por una mujer llamada Tasha de voraciouseats.com quien fue una vegetariana estricta por más de tres años y medio. En él describe como este régimen deterioró su salud. Describe detalles de lo que pasó en su vida durante ese periodo de tiempo y cómo logró salir adelante.Algo que me sorprendió y que menciona en su blog es que después de haber hecho todas estas revelaciones sobre el vegetarianismo, recibió amenazas de muerte en contra de ella y de su familia por hablar en contra de él. Aunque esto no debería extrañarnos si consideramos que algunas personas tratan al vegetarianismo como un culto o religión extrema de lo que nadie puede hablar mal.De manera personal, debo decir que estoy de acuerdo con muchas de las creencias de los vegetarianos, pues coincido en que la manera que tiene la industria de criar hoy en día a los animales no es la mejor que podría desearse. Pero tampoco estoy de acuerdo con una dieta 100% libre de carne pues sería imposible evitar ciertas deficiencias nutricionales y no está mal incluir aunque sea una pequeña porción de alimentos de origen animal en nuestra ingesta diaria.Cualquier vegetariano empedernido dirá que no existirán deficiencias en tu dieta si tomas los complementos necesarios. Pero la verdad es que sustancias como el hierro y la vitamina B12 no son aprovechadas de la misma manera por el cuerpo si no provienen de una fuente natural. Tasha habla ampliamente sobre este tema y se defiende de quienes la acusan de “no haber seguido correctamente el vegetarianismo”.No es tan difícil incluir un poco de alimento de origen animal aun siendo vegetariano. Podemos buscar granjas que se dedique a criar animales de la manera correcta (que sí existen) y dar un balance adecuado a nuestra dieta. Después de todo, con algunas variaciones según el lugar y las costumbres, la alimentación del hombre siempre ha sido omnívora.Y lo que me pareció también muy interesante es que después de publicar su artículo, algunos vegetarianos le escribieron a Tasha para confesarle que no seguían una dieta 100% libre de alimentos de origen animal, pero que les avergonzaba confesarlo. Lee su artículo.La historia de Tasha.Recientemente me vi envuelta en graves problemas de salud por primera vez en mi vida, y fue terrible descubrir que eran provocados por mi vegetarianismo. Después de dos meses de suspender mi dieta regular, recobre mi salud por completo. Dejar de ser vegetariana ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida, pero a la vez esta experiencia me ha dejado una de las mejores lecciones de mi vida.Primera parte.Acudí al médico por diversos síntomas que había presentado hacia ya seis meses. Me sentía muy agotada, no podía hacer más de 20 minutos de ejercicio (cuando normalmente una hora no era suficiente para mí) sin sentirme totalmente agotada. Después de una sesión, quería dormir el resto del día. Me levantaba mareada a las doce del día y podía tener un frío terrible en medio de

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un caluroso día soleado. Lo peor de todo era que estaba regresando a mi vida algo con lo que había luchado por mucho tiempo: una terrible depresión. Cuando el médico me dijo que sufría una terrible anemia, que mis deficiencias de vitaminas y minerales y sobre todo de vitamina B12 eran tan graves que quería administrarme medicamento inmediatamente, yo no podía creerlo. Tuve que ver los análisis con mis propios ojos, y efectivamente ahí estaban los resultados.La doctora que me atendió tenía una gran experiencia en nutrición. Con mucha paciencia me explicó que los seres humanos efectivamente son más saludables cuando consumen muchos vegetales, pero que es un error prescindir por completo de por lo menos pequeñas raciones de alimentos de origen animal, que consumirlos ocasionalmente es muy importante para tener una dieta completamente saludable. Ella entendió perfectamente lo difícil que era para mí escuchar todo aquello.Me explicó que si bien la dieta vegetariana funciona muy bien para algunas personas, no todos somos biológica y fisiológicamente iguales y puede no funcionar para otros. Según yo en más de tres años me había preparado muy bien en el tema y para cada una de las afirmaciones yo tenía una respuesta que ella echaba abajo con sus conocimientos. Me di cuenta que las cosas que yo predicaba estaban totalmente distorsionadas y estuve a punto del colapso.Le agradecí que respetara el hecho de que quisiera seguir siendo vegetariana y realizó pequeñas modificaciones a mi dieta, además de que agregó otros suplementos adicionales a los que ya consumía. En mi casa escondí los medicamentos que me recetó pues para mí representaban un fracaso en mi vida. Sin embargo tomé el hierro y la vitamina B que me indicó, pero mi salud no mostró ninguna mejoría, al contrario me sentía peor, no dejaba de vomitar y pasaba horas en el baño, lo que irremediablemente se reflejo en mi baja de peso.Regresé con la doctora y su primer consejo fue que agregara unos cuantos huevos a mi dieta, pero me negué rotundamente, así que cambió mis pastillas de hierro por otras nuevas y me explicó que seguramente era sensible a las primeras, lo cual no era extraño para mí pues lo soy a muchos medicamentos. Después de dos semanas deseché las pastillas porque me hacían sentirme mucho peor, prefería sentir los primero síntomas y no tan enferma como me hacían sentir esas pastillas. Y de nuevo fui a dar al consultorio de la doctora.Fue una sesión bastante larga. La doctora me habló ampliamente sobre nutrición, vitaminas, minerales, el hierro. Me habló de la falta de nutrientes que conducen a la depresión y la ansiedad, así como de la vitamina A, el retinol, el beta caroteno, la vitamina D, los ácidos grasos omega y sobre todo de la vitamina B12 los graves daños que produce a la salud la falta de esta.Me explicó que los productos de origen animal no son los que plagan al mundo actual de enfermedades, sino todos los productos artificiales que incorporamos a nuestra dieta moderna: azúcar refinada, aceites vegetales hidrogenados, grasas trans, harinas refinadas, toxicidad química y la desnaturalización en el procesamiento de los alimentos. El evitar los productos sanos y orgánicos de origen animales no es necesario, y por el contrario es perjudicial.Para terminar me dijo de nuevo que la dieta vegetariana no está hecha para todos los cuerpos. En mi caso, era perjudicial, mi cuerpo no está diseñado para

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recibir vitaminas y minerales en forma de suplementos y pastillas. Era evidente que eso no funcionó para mí. Volvió a recomendarme una dieta omnívora. Volví a negarme. Me dijo que me estaba haciendo mucho daño, que estaba muy enferma, se me estaba cayendo el cabello, la depresión había vuelto y en general me sentía muy mal. Aun así no quise escuchar. Visitaba a diferentes doctores, incluyendo un cardiólogo, pero sólo lo hacía por obligación, seguía en mi fase de negación.Yo seguía comiendo sanamente: frutas, verduras, cítricos, frijoles, cereales, queso de soya y por supuesto mis vitaminas diarias. Hacía todo lo que los vegetarianos suponen que es una dieta sana y que salvaría al mundo, no que me mataría. Nunca me detuve a pensar por qué a pesar de comer grandes cantidades de comida no podía estar satisfecha por más de dos horas. Quería aferrarme a la idea de que la fatiga, el cansancio y la depresión eran aspectos normales de la edad. Quería vehementemente que el vegetarianismo funcionara para mí.Discretamente toqué el tema de mi salud con algunos de mis amigos vegetarianos, incluso compartí comentarios en internet y la respuesta fue sorprendente. Muchos vegetarianos me confesaron que no llevaban una dieta estricta, que de vez en cuando consumían alimentos de origen animal con el propósito de conservar una buena salud, pero les daba demasiada vergüenza admitirlo públicamente. Me di cuenta que no era la única que enfrentaba grandes problemas de salud por seguir esta filosofía.Pero también hubo muchos comentarios desagradables. Muchos otros vegetarianos me tachaban de seguir una mala dieta vegetariana. Me llovían correos dándome consejos de qué comer. Lo que más me dolió es que personas a las que antes consideraba mis amigos, me dieran la espalda ante la posibilidad de que pudiera abandonar el vegetarianismo. Yo me sentía tan enferma que lo único que hice fue dejar de compartir mis experiencias.Por varios meses seguí soportando toda aquella situación. Trataba de convencerme a mí misma y a los demás de que todo estaba bien. Acudía a diferentes médicos y seguí todos sus consejos, pero seguía sintiéndome igual. Con otros vegetarianos evita hablar del tema, pues ellos estaban convencidos de que cualquiera al que no le funcionara una dieta vegetariana era porque no hacía las cosas bien. Incluso llegaron a decir que aquél que enfermara por motivo del vegetarianismo debía preferir la causa sobre la salud. Todo esto iba en contra de mis principios, pero incluso así permanecí en silencio.El vegetarianismo era mi vida, era todo en lo que yo creía y no podía abandonarlo tan fácil. Me costó mucho tiempo darme cuenta de que me estaba autodestruyendo y no le estaba haciendo ningún bien al mundo.Después de tres años y medio de vegetarianismo estricto, el primer bocado de carne de vaca fue una combinación de sentimientos. No paraba de sentirme culpable por comer un animal muerto, pero a la vez la sensación de bienestar que sentía en mi cuerpo fue reveladora. Pensaba que terminando de comer mi cuerpo rechazaría esto que lo había forzado a comer y esto me daría la razón de que mi destino era el vegetarianismo. Por el contrario, al terminar sentí una sensación de ligereza y de estar satisfecha que no había sentido en mucho tiempo. Por fin estaba escuchando a mi cuerpo, por fin estaba dándole la medicina que tanto necesitaba.

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Había visitado varias veces al cardiólogo porque después de comer mi corazón latía muy rápido. El doctor me dijo que mi corazón estaba sano, el motivo de la taquicardia era producto de mis deficiencias y del consumo masivo de carbohidratos que según yo sustituían a la carne. Al volver a comer carne mi corazón latió normalmente otra vez. A partir de ese momento comí pescado, huevos o un trozo de carne todos los días. Mi digestión, contrario a lo que pensaba, ahora era mucho mejor. Gracias a estos alimentos recuperé mi salud. Después de dos meses había vuelto a la normalidad por completo.Realmente yo no sabía lo que era estar sana hasta que lo sentí. Ahora escucho a mi cuerpo y éste me dice exactamente qué, cuándo y cuánto debo comer. Me siento resplandeciente y con mucha energía. Puedo decir que mi recuperación ha sido milagrosa.Evidentemente mi dieta cambió muchísimo. El sólo pensar en comer huevos y carne al principio me llenaba de náuseas, pero el doctor me dio un sabio consejo: debía comer no lo que debía sino lo que necesitara mi cuerpo. Y realmente no fue difícil volver a comer carne porque eso era lo que mi cuerpo necesitó por tanto tiempo.El cambio en mi salud en general fue tan evidente que apenas podía creerlo. Podía dormir tranquilamente y mis ojeras desaparecieron; desapareció el dolor de estómago constante y la distención de mi abdomen; dejé de sentir un frío constante; pude hacer una sesión de cardio ligera sin sentir mareos y náuseas; pero lo que más me gusto de todo fue que la depresión estaba despareciendo. También pude notar que mi dolor de espalda baja desapareció, que mi piel era más lozana y mi cabello más fuerte y brilloso de lo que había sido hacía años. Y todo esto sin cambiar ningún hábito de cuidado personal.A dos meses de haber dejado el vegetarianismo me siento mejor que nunca. Mi energía y vitalidad han regresado por completo. La depresión ha desaparecido por completo y ahora me dedico a vivir una vida plena y feliz. Realizo mis actividades sin sentirme agotada e incluso ahora puedo hacer muchas más. Este cambio me ha regresado más que sólo la salud, me ha vuelto a la vida.Ahora al revisar mi vida anterior, puedo darme cuenta que el vegetarianismo no sólo me dejó agotada, triste y enferma, sino que también dejó muchas dudas en mi cabeza. ¿Cómo es posible que comer carne sea tan malo si para mí ha sido indispensable para estar sana? Es difícil cambiar el estilo de vida de tantos años, de un día para otro, pero ahora que he recuperado mi salud no pienso perderla de nuevo ni renunciar a ella; no puedo pensar más que sea malo comer carne.Mi devoción por el vegetarianismo era motivado por mis ganas de querer cambiar al mundo. Pero de ser una activista pase a dejarme consumir por mis creencias poco a poco. Ya no tenía energía suficiente para escribir mis artículos de protesta, para organizar mis campañas contra la crueldad animal. Mi salud era devorada por mi obsesión.Al final decidí analizar objetivamente los alimentos de origen vegetal así como había analizado los de origen animal. Y lo que pude sacar de todo esto es que en realidad con mi vegetarianismo extremo no estaba haciendo ninguna diferencia. No estaba salvando más animales, no estaba salvando al mundo. Seguiré trabajando sobre mis principios éticos pero ahora me mantendré sana. Contrario a lo que pensaba, me di cuenta de que el vegetarianismo no detendrá

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el calentamiento global ni acabará con la hambruna en el mundo, cuando mucho representa un parche para toda la crisis en la ecología.De acuerdo con lo que pude aprender la única manera de que la humanidad pueda sobrevivir de manera significativa no es con una dieta estrictamente vegetariana, sino consumiendo por completo lo que está dentro de nuestros sistemas alimentarios locales, consumiendo plantas y animales que viven a nuestro alrededor. La industria amenaza más el ecosistema y arrasa con miles de hectáreas para producir los alimentos vegetarianos supuestamente libres de crueldad. De hecho las granjas industriales tienen menos tiempo de haber aparecido, no son más que la consecuencia de la producción masiva de granos. Además el consumo de animales se hace irremediablemente necesario en todas partes del mundo. Sin los desechos, huesos y sangre de los animales, la agricultura sería prácticamente imposible.Como vegetarianos estrictos no nos damos cuenta de que al utilizar a los animales en la agricultura, la naturaleza nos devuelve 10 veces más recursos de los que invertimos en ella. Las estadísticas devastadoras que yo tanto citaba estaban basadas en las cifras de las granjas industriales y no en la agricultura tradicional.Me di cuenta que el vegetarianismo nos aleja considerablemente del ciclo natural de la vida. La muerte es algo natural y el ser vegetarianos no lo evitará. Lo único que podemos elegir el alimento que sea criado de manera más saludable para nuestro cuerpo. El vegetarianismo no es la solución para mejorar y salvar al mundo; la solución está en reducir los índices de natalidad y acabar con el capitalismo que oprime a las masas.El mundo no está diseñado exclusivamente para el cultivo de cereales. Hay espacios que los animales pueden aprovechar para pastoreo y que de otra manera se tendrían que utilizar demasiados productos artificiales que a la larga harían inservible el terreno para la agricultura. Ahora me avergüenzo de haber tenido una mentalidad tan estrecha siendo una persona preparada.Reconozco que volverme vegetariana fue un error desde el principio pues no lo hice por las razones correctas, hubiera podido evitarme años de sufrimiento y el deterioro de mi salud. Sé que mi naturaleza es omnívora y esa es la manera en la que puedo mantenerme completamente sana. Algunas personas me aconsejaron consumir sólo los productos de origen animal que no me gustaran para asegurarme de que no fuera placentero. Pero después me puse a pensar en por qué el comer debía ser un martirio, me niego a seguir sintiendo lo mismo si mi cuerpo se siente tan bien ¿por qué he de sacrificar el placer de la comida?Tal vez algunas personas se sientan decepcionadas después de leer esto, pero pienso que es mi deber expresar mi historia. Si eres vegetariano y te sientes bien, te felicito sigue así. Pero si eres vegetariano y has visto mermada tu salud te aconsejo que no dejes pasar más tiempo y averigües qué es lo que está pasando con tu cuerpo.Los últimos meses de mi vida han sido dolorosos tanto física como mentalmente. Fue una lucha constante entre lo que necesitaba, lo que creía y lo que los demás querían de mí. Ha sido difícil revelar todo esto pues muchas personas se han puesto en mi contra. Tal vez lo más fácil hubiera sido hacer los cambios necesarios y permanecer en silencio, pero no podía quedarme

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callada. En la actualidad me siento tan bien que tengo el imperante deseo de compartirlo con el mundo.