video 3 gnosticismo y otras herejías
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Video 3
GNOSTICISMO Y OTRAS HEREJÍAS
HEREJÍAS
A. JUDAIZANTES
B. GNÓSTICOS
C. MANIQUEOS
D. MONTANO
E. NOVACIANO
Algunos convertidos al cristianismo flaqueaban también
Ya desde este siglo se dieron las primeras herejías. La herejía ha sido una ola interna que siempre ha amenazado la nave de la Iglesia. Estos herejes, dice san Juan, “de nosotros han salido, pero no eran de los nuestros” (1 Jn 2, 19). Lo quiere decir: que eran cristianos “de nombre”, pero no verdaderos.
•Antes del bautismo se
exigía hacer una
profesión de fe en Dios
Padre, Hijo y Espíritu
Santo, y en la Iglesia.
•Así nacieron los
"símbolos de fe".
•Sin embargo, desde los
primeros momentos de la
Iglesia comienzan a
aparecer brotes de
disidencia:
A. Los judaizantes
•Eran judeo-cristianos
que continuaban
observando la ley
mosaica y trataban de
imponerla a los
demás.
OTRO NOMBRE ES EBIONITAS
Ebionitas: judaizantes que afirmaban que la salvación depende de la guarda de la ley mosaica. Consideraban a Jesús como un simple hombre, hijo por naturaleza de unos padres terrenos. Jesús, por su ejemplar santidad, había sido consagrado por Dios como mesías el día del bautismo y animado por una fuerza divina. La misión que recibió sería la de llevar el judaísmo a su culmen de perfección, por la plena observancia de la Ley mosaica, y ganar a los gentiles para Dios. Esa misión la habría cumplido Jesús con sus enseñanzas pero no con una muerte redentora, puesto que el Mesías se habría retirado del hombre Jesús al llegar la pasión. La cruz era escándalo para estos judaizantes. Rechazaban el punto esencial del cristianismo: el valor redentor de la muerte de Cristo.
•En el año 66 se separan del resto y forman una comunidad en Pella (Transjordania).
•Se empeñaron en seguir viviendo la ley mosaica, tratándola de imponer a los demás cristianos.
•Niegan la divinidad de Cristo.
•Desaparecen en el año 150.
B. GNÓSTICOS• Era como una gran corriente de ideas y de intuiciones
religiosas de diversa procedencia, aunadas por la tendencia sincretista que tanto auge alcanzó en la antigüedad. El punto de arranque de esa corriente lo constituía el anhelo de resolver el problema del mal. ¿Cómo encontrar el conocimiento perfecto, la verdadera ciencia que diese la clave del enigma del mundo y de la presencia del mal, que aclarase el sentido de la existencia humana? Decía que existía un Dios supremo y, por debajo de él, una multitud de “eones”, seres semidivinos que formaban con Dios el pléroma, el mundo superior. Nuestro mundo material e imperfecto, donde reside el mal, no era obra del Dios supremo, sino del demiurgo, que ejercía el dominio sobre su obra. En este mundo creado se encontraba desterrado el hombre, la obra maestra del demiurgo, en quien late una centella de la suprema Divinidad.
• De ahí, el impulso que el hombre siente, en lo más
íntimo de su ser, a unirse con el Dios sumo y
verdadero. Tan sólo la “gnosis”, es decir, el
conocimiento perfecto de Dios y de sí mismo,
permitiría al hombre liberarse de los malignos
poderes mundanos y alcanzar el universo luminoso,
el pleroma del Dios Padre y Primer Principio
•Influyó en algunos cristianos
especialmente entre los años 130 y 180.
Ya S. Pablo previene contra esta herejía
(Col 2,8; 1 Tim 1, 3-4; 1 Tim 6, 20).
•Practicaban ritos mágicos y
supersticiosos.
•Hubo hasta 60 sectas gnósticas.
•Principales exponentes:
•Tratan de incluir a Cristo en ese
sistema cosmogónico, como un “eón” en
medio de los demás. Cristo desciende
sobre Jesús en el momento del
bautismo (dualismo personal). Jesús es
hombre sólo en apariencia - Basílides
(Alejandría, 120-145), - Valentín y
Marción (Roma, año 140).
Marción
Lucha contra el
gnosticismo
Emergen los Padres
Apostólicos: el mártir san
Ignacio de Antioquía (muerto
alrededor del año 117), san
Policarpo (muerto en el
180), Papías (muerto en el
154), san Ireneo de Lyon
(muerto en el 202). Estos
padres apostólicos
profundizaron las enseñanzas
de Cristo.
El gnosticismo
sobrevivió, sobre todo
en las sectas
maniqueas.
S.Ireneo
Contra Marción reaccionó san Ireneo, defendiendo la unidad de Dios en el Antiguo y Nuevo testamento, y la salvación completa del hombre, cuerpo y alma, realizada por Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. El mismo Ireneo exige que no se tengan en cuenta para nada las doctrinas o escritos transmitidos fuera de la sucesión apostólica, pues en ese tiempo aparecieron los llamados evangelios apócrifos. Fue Ireneo quien declaró que sólo hay cuatro evangelios.
C. El maniqueísmo
•Es una forma religiosa
gnóstica.
Tiene su origen en
Babilonia y Persia a
mediados del s. III.
•Es una mezcla del
dualismo rígido de
Zoroastro con elementos
budistas, caldeos, judíos
y cristianos.
•Su fundador es Manes
(Babilonia, 216-277).
D. MONTANO
La herejía de los montanistas también
dio dolores de cabeza a la Iglesia.
Apareció hacia el año 170 cuando
Montano, después de recibir el
bautismo, comenzó a anunciar que era
el profeta del Espíritu Santo, y que este
Espíritu iba a revelar por su conducto a
todos los cristianos la plenitud de la
verdad. El rasgo más notable de esta
revelación era el mensaje escatológico:
estaba a punto de producirse la
segunda venida de Cristo, y con ella el
comienzo de la Jerusalén celestial.
Solamente una estricta vida moral
prepararía a los creyentes para esta
venida; por ello había que evitar huir del
martirio, había que guardar ayuno
riguroso y abstener, en lo posible, del
matrimonio. A esta secta se adhirió
Tertuliano.
E. Novacianos
Novaciano sostenía que la apostasía era un pecado irremisible y que los lapsi nunca podían ser readmitidos a la comunión de la Iglesia, ni siquiera en la hora de la muerte. Sostenía, además, que la Iglesia debía formarse sólo por los enteramente puros; y negaba, como los montanistas, que la idolatría, el adulterio y el homicidio pudieran perdonarse.
Los lapsi: ante persecuciones tan duras, algunos cristianos claudicaron y desertaron para salvar la vida, adoraron las divinidades paganas y rindieron culto al emperador. Se les llamó traidores. Algunos, terminada la persecución, pidieron perdón y volvieron al seno de la Iglesia.
Lo de siempre: no hay mal
que por bien no venga
• Como la fe es necesaria para el bautismo, poco a
poco se sintió la necesidad de hacer breves
compendios de la doctrina, que los catecúmenos
debían aprender antes de ser bautizados. Así
nacieron los “credos” bautismales. Más
tarde, cuando brotaron las herejías, los obispos
reunidos en sínodos y en concilios precisaron y
sintetizaron las verdades de la fe en “credos” más
amplios. Dice san Ambrosio: “La estructura del
Credo es ternaria, porque es esencialmente
símbolo de la Trinidad. Resume la triple respuesta
a la triple pregunta concerniente a las tres
Personas divinas: ¿crees en Dios Padre
Todopoderoso? ¿Crees en Jesucristo? ¿Crees en el
Espíritu Santo?”
CONCLUSIÓN
• Comenzaba la lucha de varios siglos del imperio contra los cristianos, pero también el atractivo cada vez mayor del evangelio para los habitantes de ese imperio, al ver el ejemplo heroico de muchos cristianos que se dejaban matar antes de claudicar de su fe. ¡Qué razón tuvo Tertuliano al decir: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”! Cuando llegó la hora de la libertad de la Iglesia, el cristianismo había penetrado profundamente en Oriente y Occidente: Siria, Asia Menor, Armenia, Mesopotamia, Roma y la mayor parte de Italia, Egipto y Africa del norte. Otras tierras, como Galia y España, sin alcanzar el nivel de las primeras regiones, contarían también en su población con fuertes minorías cristianas.
2. Siglo III
• Las herejías ayudan a la Iglesia a
profundizar su doctrina
El gigante del Imperio comienza a
tambalearse
• Roma sufría de una profunda crisis, una gran inestabilidad. Los militares se habían adueñado del poder. Las crisis económicas y las convulsiones sociales eran endémicas. Los pueblos bárbaros se acercaban cada vez más a las fronteras romanas y se hicieron sentir; hasta tal punto que obligó a Roma a rectificar el “limes”, abandonando ciertos territorios muy avanzados. Ya los vándalos habían llegado desde el siglo primero. Los godos y alamanos arribaron a principios del siglo III, junto con los francos (240) y los burgundios (277). Estas naciones bárbaras seguían en su mayoría sin evangelizar, sumidas en el paganismo ancestral.
Vuelta a las herejías
• Aunque el imperio experimentaba su
crisis, sin embargo, los cristianos
seguían profundizando en su fe. De
hecho, algunos cristianos empezaron a
estudiar el misterio de la Trinidad, en su
intento de seguir ahondando en el
conocimiento de la Persona de
Jesucristo. Pero desgraciadamente
algunos cristianos se apartaron de la
unidad de la fe y se dieron algunas
herejías o errores en materia doctrinal.
Entre estas herejías se encontraban:
• El adopcionismo, que afirmaba que
Jesús era Hijo adoptivo de Dios, pero no
Dios verdadero. Decía así: “El Verbo de
Dios, que habitaba en el hombre Jesús
no era una persona sino un atributo de
Dios”. Pablo de Samosata
• Politeísmo: No faltó quien sostuviera
que el Padre y el Hijo eran tan
diferentes, que en realidad eran dos
dioses distintos.
• El modalismo de Sabelio negó la
Trinidad. Afirmaba que al Padre se le
llamaba Hijo en cuanto se había
encarnado, y que el Espíritu Santo no es
más que una modalidad de Dios.
• El monarquianismo: propone la
existencia de un solo principio y de un
único gobierno y no acepta las tres
personas en Dios. Reduce al Hijo y al
Espíritu Santo a fuerzas divinas o a
modos en que Dios se presenta a los
hombres en la historia.
• El patripasianismo que decía que el
Padre se encarnó y padeció.
• El maniqueísmo: insistía, como los
gnósticos, en la existencia de dos
principios supremos, ambos creadores:
la luz y las tinieblas. La luz había creado
el alma y todos los seres buenos. Las
tinieblas crearon, por su parte, el cuerpo
y las cosas materiales que, por tanto,
eran consideradas malas.
Signo sensible y causa de la unidad de la Iglesia fue siempre la
eucaristía. El pecador o el que rompía la unidad era excluido
de la eucaristía y, por consiguiente, de la comunión; incurría en
la pena de la ex-comunión. La comunión afianzaba a las
comunidades, les daba cohesión espiritual y apoyo mutuo; por
la comunión se sentían unidos a los apóstoles, a los mártires y
hermanos desconocidos. Incluso cuando debían
viajar, llevaban “carta de comunión” –salvoconducto- todos los
cristianos, incluso obispos y presbíteros. Esta carta de
comunión se llamaba también carta de hospitalidad y abría las
puertas en todo el imperio; el portador era recibido en la
comunidad, en la eucaristía y gozaba de alojamiento sin cargo
alguno. Estaban estas cartas respaldadas por listas completas
que los obispos remitían a todas las comunidades, donde
constaba el nombre de los que estaban “en comunión” o en
“excomunión”. El Papa Ceferino en este siglo III revocó las
cartas de comunión a algunos herejes.
SE ESCRIBEN EVANGELIOS APÓCRIFOS
Uno de los criterios para discernir, entre los
muchos libros que circulaban, cuáles eran
inspirados por Dios, era la apostolicidad; es
decir, si ese libro directa o indirecta había
sido escrito por uno de los apóstoles o de
sus discípulos. A éste se añadía otro criterio:
si ese determinado libro era usado en la
liturgia de las iglesias apostólicas.
Centro geográfico de la comunión era Roma. El obispo africano Optato (siglo IV) dice: La primera sede episcopal en Roma fue conferida a Pedro. Sobre esta sede descansa la unidad de todos, gracias al sistema de las cartas de paz, en una única sociedad de comunión. Y san Ambrosio, más tarde: De la Iglesia romana fluyen hacia todas las demás los derechos de la venerable comunión. Era, pues, el Papa el centro de la comunión donde se respaldaban los obispos, no a la inversa. Cuando el Papa hubo de dictar excomunión a más de cien obispos de África y Asia Menor, no tembló la sede de Roma.