vicente huidobro y lo nuevo como categor

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  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    1/14

    Vicente uidobro

    lo nu vo

    como

    categoría estética

    ntonio

    astilla erezo

    El poeta tiene u pensamiento nue

    vo; tiene una experiencia nueva para

    desenvolver; nos dirá los caminos que

    ha recorrido y enriquecerá a los hom

    bres con sus descubrimientos. Pues

    cada nuevo periodo requiere una nue

    va confesión, otro modo de expresión,

    y el mundo parece que espera siempre

    su poeta.

    R. W. EMERSON; El poeta .

    El hecho nuevo, creado por el artista,

    he ahí lo que nos interesa; y su estu

    dio, junto

    al

    estudio de su origen, cons

    tituye la estética o teoría del arte.

    v

    HUIDOBRO; La creación pura .

    n

    las siguientes páginas nos proponemos examinar

    el

    papel que la categoría de 10 nuevo desempeñó en la

    configuración de la poética de Vicente Huidobro (1893-

    1948). Para ello, hemos recurrido sobre todo a los ma

    nifiestos, entrevistas y demás textos teóricos de nuestro

    autor, en los cuales la alusión a dicha categoría

    es

    par-o

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    2/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    ticularmente explícita. Creemos que hay en Huidobro

    l

    una permanente apuesta por la creación

    de lo

    nuevo

    bautizada en

    su

    momento

    con

    el

    nombre

    de

    creacionismo ) que confiere unidad, no sólo a toda

    su producción poética, sino incluso al conjunto

    de

    su

    pensamiento. Al afirmar esto, nos distanciamos de la

    posición sostenida por René de Costa, para quien el

    creacionismo pasó a la historia como un momento

    -breve y fulgurante-

    en

    la dilatada trayectoria de

    Huidobro , y nos aproximamos a la manifestada por

    Iván Carrasco Muñoz, cuando escribe que La perdu

    ración del creacionismo a través de la obra huidobriana

    se

    perfila con mayor claridad

    si se

    observa en relación

    a los tres tipos de textos que constituyen sus últimos

    poemas, que siguen

    de

    modo diferenciado, pero seguro

    y estable, el proyecto global del autor

      .

    2 Dicho·pro

    yecto consiste, ante todo, en una teoría acerca

    de

    la

    esencia de la poesía, pero se prolonga, de un lado, en

    una determinada concepción de la modernidad y, de

    otro, en una forma muy particular

    de

    entender la con

    dición humana. Las secciones en que hemos dividido

    nuestro artículo

    se

    ocupan

    de

    estos tres grandes temas

    del pensamiento huidobriano por separado, pero sin

    renunciar a mostrar las múltiples conexiones existen

    tes entre ellos.

    I René De costa, Introducción. Criterio de la edición

    y

    esbozo

    biográfico de Huidobro , en Huidrobo, Vicente; Poesía

    y

    poética,

    Madrid, Alianza, 1996 , p. 14.

    2 Iván Carrasco Muñoz, Últimos poemas: la voz que no de

    crece , en Huidobro, Vicente ; bra poética (en lo suces

    iv

    o, o . ,

    Madrid, LLC xx, 2003, p.

    15

    49.

    VICENTE HumOBRO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA

    ES

    TÉTICA

    a poesía o el drama de la representación

    Huidobro

    fue,

    ante todo, el defensor a ultranza

    de

    una

    determinada concepción de la poesía, según la cual en

    ésta

    se

    halla en juego nada menos que un elemento

    decisivo para la redefinición

    de

    las relaciones del ser

    humano con

    el

    mundo, con sus semejantes y consigo

    mismo. Para esta poética, conocida habitualmente por

    el nombre de creacionismo , la poesía

    es

    la opera

    ción que posibilita la transformación de dichas relacio

    nes. De ahí que no pudiera aceptar la concepción

    habitual (en su época, pero también desgraciadamente

    en la nuestra) de la poesía, según la cual ésta no

    es

    sino

    un género literario entre otros, reconocible por la pre

    sencia

    de

    cierto número

    de

    rasgos externos (métrica,

    estrofa, rima, etc.) sin relación alguna con dicha trans

    formación. Y sin embargo, para Huidobro la poesía no

    es

    el fundamento al que debe remitirse cualquier otra

    .actividad humana, ni siquiera cualquier otro juego

    de

    lenguaje , para hallar su justificación o su causa pri

    mera sino más bien su horizonte, esto

    es,

    el límite últi-

     

    mo hacia el que apuntan todos nuestros actos y nuestras

    palabras,

    yen el

    que incluso la distinción entre

    el

    mun

    do y nosotros mismos

    se

    torna problemática. ¿En qué

    consiste ese elemento presente en la poesía que

    le

    per

    mite plantear esa des-fundamentación

    de

    la acción y del

    pensamiento? Tendemos a creer que

    los

    actos y

    las

    pa

    labras tienen en común

    el

    hecho

    de

    que alguien

    los

    rea

    liza o profiere, y que es así por cuanto ese alguien

    persigue, consciente o inconscientemente, conser,:,ar o

    modificar por medio de tal acción o uso del lenguaJe un

    estado

    de

    cosas determinado. La distinción entre

    el su-

    jeto y el objeto, entre el alguien y el estado

    de

    cosas,

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    3/14

    LITERATUR A LATINOAMERICANA

    subyace, pues a nuestra forma de entender la relación

    entre la acción y

    el

    lenguaje,

    la

    cosa y la palabra,

    el

    mun

    do y nosotros mismos.

    La epistemología moderna, como es sabido, ha lla

    mado representación a la relación

    de

    conocimiento

    que un sujeto mantiene con un objeto cualquiera. Ahora

    bien, si conocer

    es

    representar, entonces al indagar en

    qué consiste el conocimiento no hacemos otra cosa

    que representamos en qué consiste toda representación.

    Esta peculiar situación, en la que hacemos y, por 10

    tanto, damos por sentada la legitimidad de hacer) jus

    tamente aquello que

    se

    trata de investigar, y de cuya

    legitimidad por tanto no podemos estar seguros, no

    sería tolerable para el epistemólogo si no se estable

    ciera una distinción entre las representaciones particu

    lares, es decir, aquellas cuyo objeto no es la naturaleza

    misma de la representación en general, y esa suerte de

    meta-representación que pretende ser una respuesta

    válida a preguntas del tipo ¿qué es la representación?

    o ¿en qué consiste conocer? . Todo este procedimien

    to encierra, sin embargo, la siguiente contradicción: sien

    do la meta-representación también una representación

    particular,

    es

    decir, concreta o determinable, debería

    hallarse al mismo 'nivel que todas las demás represen

    taciones, con independencia de que su objeto sea o no

    la representación misma, y no a otro nivel, establecido

    artificialmente por la propia representación, cuya na

    turaleza entonces damos por supuesto. Pues bien, re

    sulta que la distinción que hemos descubierto entre las

    representaciones particulares y la meta-representación

    es

    solidaria con aquella otra que

    se

    establece entre los

    objetos y el sujeto, dado que en esta última

    se

    ignora,

    al modo en que

    se

    ignoraba la naturaleza particular

    de

    VICENTE HUIDOBRO LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    la meta-representación en la distinción anterior, el he

    cho de que todo sujeto

    es

    por principio también

    un

    objeto (al menos posible) de conocimiento para otros

    sujetos, por

    10

    que no cabe concebirlo como algo cerra

    do o acabado, sino únicamente como una entidad en

    permanente proceso de (trans)formación. El plantea

    miento epistemológico se funda pues, sobre la base

    de las dos distinciones mencionadas, la que

    se

    postu

    la entre las representaciones particulares y la meta

    representación, de un lado, y la que

    se

    establece entre

    los objetos concretos y

    el

    sujeto abstracto, de otro.

    Para dicho planteamiento, toda acción (incluiremos

    en este término, en

    10

    sucesivo, tanto nuestros actos sen

    sorio-motrices como nuestros usos del lenguaje) es

    posterior a la existencia

    de

    un sujeto que actúa; ahora

    bien, ya hemos visto que, dado que el sujeto es también

    un objeto en algún sentido, debe estar constantemente

    (trans)formándose

    o,

    en otras palabras, que la acción

    forma parte de su propia constitución en tanto que suje

    to, y no es, por consiguiente, tan sólo la acción de un

    sujeto previamente constituido. Frente al concepto .

    de

    acción que se halla implícito

    €n

    los presupuestos del

    planteamiento epistemológico existe, entonces, otra

    concepción para la cual 1) la acción ( drama , en grie

    go antiguo)

    es

    previa a la constitución de los objetos

    y,

    en particular, de los sujetos,

    2)

    la distinción entre obje

    to y sujeto, por

    10

    anterior,

    se

    difumina, y 3) también la

    L

    distinción entre representación concreta y meta-repre-

    sentación general, en tanto que solidaria

    de

    la estable

    cida entre objeto y sujeto, se disuelve. En suma, frente

    a la concepción teórica théoros

    es,

    de nuevo en griego,

    el nombre que designa a aquel individuo que

    se

    man

    tiene a distancia de una situación para poder captarla y

    que, consiguientemente, establece

    por

    principio una

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    4/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    distinción entre dicha situación y

    él

    mismo) de la re

    presentación, propia de la epistemología, existe una

    concepción dramática (en el sentido etimológico del

    término) de la misma, propia -según Huidobro-

    de

    la

    poesía.

    El poeta representa

    el

    drama angustioso que se realiza entre

    el mundo y

    el

    cerebro humano, entre

    el

    mundo y su repre

    sentación. El que no haya sentido el drama que se juega

    entre la cosa y la palabra, no podrá comprenderme.

    3

    Tanto la poética como la poesía

    de

    Huidobro parti

    cipan de esta concepción dramática de la represen

    tación, la cual pone en cuestión las distinciones entre

    objeto y sujeto, de un lado, y entre representación con

    creta y meta-representación general, de otro. Ahora

    bien, la poesía como drama de la representación no

    sustituye las dos distinciones fundamentales de la epis

    temología por otras, digamos, más adecuadas ;

    10

    que

    niega es en pocas palabras,

    la

    legitimidad misma

    de

    todo fundamento, esto

    es

    del hecho de suponer la exis

    tencia de instancias bien determinadas, defmitivamen

    te formadas en la base

    de

    todo nuestro conocimiento

    de la realidad. Como vimos,

    si

    tal fundamento resulta

    imposible es porque, de existir, debería pertenecer a un

    nivel distinto al de nuestras representaciones concre

    tas, al tiempo que, por

    el

    mero hecho de ser conocido

    por nosotros, es una representación concreta como to

    das las demás; es decir, porque se halla implícita en él

    la aceptación de una distinción aún más profunda e

    3

    La poesía , en

    O.

    P. p.

    1297, 46-49.

    V ICENTE H UIDOBRO LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    importante que las anteriores, a saber: la distinción entre

    un dominio trascendente (en

    el

    que

    se

    situarían, de una

    parte, la meta-representación como entidad general y,

    de otra,

    el

    sujeto abstracto) y un dominio inmanente

    (esto

    es

    ,

    el

    de las representaciones particulares y los

    objetos concretos). Así pues, la sustitución de estas dos

    distinciones aparentemente fundamentales por otras no

    cambiaría las cosas, pues dejaría intacta la distinción,

    aún más profunda, entre lo trascendente y

    10

    inmanen

    te

    entre

    el

    fundamento y lo fundado, entre la Idea y

    sus concreciones espacio-temporales. Por este motivo,

    no

    se

    trata para Huidobro

    de

    sustituir a Dios (que para

    la tradición metafisica occidental constituye

    el

    funda

    mento último y trascendente

    de

    todo 10 real) por otra

    figura que vendría a ocupar su lugar, sino

    de

    concebir

    una acción y un lenguaje des-fundamentados, es decir,

    que no remitan a una distinción entre

    10

    trascendente

    y

    10

    inmanente como criterio último de validez. Cree

    mos que esto

    es 10

    que nuestro autor intenta poner de

    manifiesto en los siguientes versos de Altazor: Abrí

    los ojos en el siglo / n que moría el cristianismo /

    Retorcido en su cruz agonizante /

    Ya

    va a dar

    el

    últi

    mo suspiro / ¿Y mañana qué pondremos en el sitio

    vacío? / Pondremos un alba o un crepúsculo / ¿Y hay

    que poner algo acaso? 4 Nada esencial cambiaría, efec

    tivamente, en nuestra experiencia si en

    el

    lugar de Dios,

    colocásemos al ser humano, o al Sujeto abstracto, pues

    la distinción entre éste y los objetos concretos

    se

    ba.sa

    en la misma dicotomía entre trascendencia e inmanen

    cia sobre la que

    se

    sustentaba la idea de Dios. Por lo

    4

    p.739, 99-105 .

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    5/14

    I I

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    mismo, tampoco hay en Huidobro una apuesta decidi

    da por

    el

    mal ( No hay bien no hay mal ni verdad ni

    belleza , dice uno de los versos más célebres del Can

    to 1 de Altazor)5 como contrafundamento opuesto a la

    bondad divina; no coincidimos pues, con Óscar Hahn,

    (así como con otros críticos de similar opinión), cuan

    do señala que Huidobro desaloja a Dios y a Jesucris

    to, figuras patriarcales de la iconografia cristiana, y

    las reemplaza, respectivamente, por el creador de mun

    dos verbales o 'pequeño dios', y por el Anticristo .

    Contra esta afirmación hay numerosos testimonios en

    la obra de Huidobro, de

    los

    que

    el

    más significativo

    se

    halla, una vez más, en Altazor:

    Que Dios sea Dios

    O Satán sea Dios

    O ambos sean miedo nocturna ignorancia

    Lo mismo da . 7

    Lo que define, en última instancia, a todo funda

    mento último

    es

    el hecho

    de

    que es abstracto, y por

    10

    tanto ajeno a la materia, al espacio; pero esto, sin em-

    5 D.P p.736

    13

    .

    6 Óscar Hahn,

    Vicente Huidobro

    o

    el atentado

    celeste Santiago, LOM

    Ediciones, 1998, p. 52. En este mismo sentido, léase también

    Corva1án, Octavio; Huidobro, el satánico , en

    Modernismo

    y van-

    guardia. Coordenadas

    de

    la literatura hispanoamericana del siglo

    xx

    Nueva

    York, Las Americas Publishing Company, 1967, pp. 95-105, YBehar,

    Henri, Vicente Huidob ro y la cara del mal , en Sobre el teatro Dadá

    y

    surrealista

    Barcelona, Barral Editores, 1971, pp. 319-323.

    7

    O.P

    p.

    749,436-439.

    VICENTE

    HumO RO

    y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    bargo, no 10 define por completo, ya que nuestros sen

    timientos y pensamientos también son inmateriales e

    inespaciales y no se confunden, sin embargo, con di-

    cho fundamento, sino que se sostieneñ sobre él en la

    misma medida en que 10 hace todo 10 demás. Tal fun

    damento se distinguirá, por consiguiente, no sólo de

    los cuerpos, sino también de todo sentimiento y pen

    samiento, por el hecho de ser ajeno al tiempo (este

    úl-

    timo inherente a la sensación interna, como supo ver

    Kant) y se postulará, así, como eterno e invariable, aje-

    no a toda novedad, a toda modificación, a todo deve

    nir.

    Ahora bien, dado que hemos definido la poesía

    como aquella operación por medio de la cual intenta

    mos representar el drama de la propia representación

    sin recurrir para ello a ningún fundamento trascenden

    te, no habrá para el poeta nada que pueda considerarse

    eterno; para éste, en efecto, todo cuanto existe ha sido

    creado (esto

    es,

    ha sido nuevo) alguna vez, y la crea

    ción de 10 nuevo

    es

    el único proceso del que todos los

    seres participan en uno u otro momento. La poesía no

    opera, pues, por medio del modelo de

    la mimesis,

    de

    la

    imitación de

    10

    ya existente, porque éste remite a

    10

    ya-existente-desde-siempre-y-para-siempre como a su

    fundamento último. En lugar de eso, Huidobro define

    la poesía como un proceso de creación de 10 nuevo,

    es

    decir, de 10 que nunca puede legítimamente reclamar

    para sí

    el

    lugar del fundamento trascendente, el cual

    sería por definición eterno e inmutable. Ahora bien,

    nuestro autor quiere dejar muy claro que 10 nuevo

    (o

    10

    inhabitmil , como en ocasiones llama a esta cate

    goría) no

    es

    un concepto que se aplique de modo ex-

    clusivo a objetos ya constituidos y bien delimitados,

    sino que en rigor

    es

    el

    proceso mismo por

    el

    que se

    esta-

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    6/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    blecen entre tales objetos relaciones distintas a las que

    nuestros hábitos (de origen ciertamente pragmático, pero

    que apuntan, en la medida en que

    se

    pretenden estables

    hacia un fundamento último a-temporal)

    les

    han

    m p u e s ~

    too

    Así, en uno de sus manifiestos, escribe Huidobro 10

    siguiente:

    Un poema debe ser algo inhabitual , pero hecho con ele

    mentos que manejamos constantemente, con cosas que es

    tén cerca de nuestro pecho, pues si el poema inhabitual está

    compuesto de elementos también inhabituales, nos asom

    brará en lugar de conmovernos.

    8

    En

    las páginas que siguen, intentaremos defender la

    idea

    de

    que esta defmición de la poesía como drama

    de la representación  vinculado no ya a la creación de

    objetos nuevos, sino a la composición, esto

    es,

    al esta

    blecimiento de nuevas relaciones entre objetos: com

    porta una determinada experiencia tanto de 10 exterior

    como de 10 interior, tanto de los objetos como de los

    sujetos, tanto del mundo (que, en la medida en que no

    , nos referimos a

    él

    desde la perspectiva de la eternidad

    sino desde la del devenir, no

    es

    otra cosa que

    el m u n ~

    de nuestros días, o también la modernidad ) como del

    hombre

    o,

    más exactamente, del individuo contingente

    e inestable que somos.

    8 El creacionismo , en G.P p 1340,84-88.

    VI

    CENTE

    HUIDO RO

    y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    odernidad como creación de lo nuevo

    vs

    modernidad

    como

    época de

    l

    centralidad

    del sujeto

    La tesis de Huidobro acerca de la poesía corno compo

    sición de 10 nuevo, por contraste con aquella otra que

    apostaría por la introducción de objetos nuevos en

    el

    poema, contiene, corno hemos anticipado,

    una

    tesis

    acerca de la modernidad. Huidobro identifica en el

    futurismo de Marinetti a esta otra estética, contraria a

    la suya, para la cual la novedad de los elementos acep

    tados explícitamente por

    el

    poeta sería más importan

    te

    que la composición poética misma,

    es

    decir, que las

    relaciones inhabituales establecidas entre dichos ele

    mentos en

    el

    poema. Tres son las objeciones básicas

    que

    el

    poeta chileno lanza contra la estética futurista :

    En primer lugar, corno hemos visto, ésta surge de una

    confusión entre los dos planos a los que la categoría de

    10

    nuevo parece aplicarse,

    el de

    los objetos y el de la

    composición o la creación. Segundo, resulta extremada

    mente pretencioso reclamar

    el

    estatuto

    de

    novedad no

    sólo para

    los

    objetos producidos por la maquinaria

    mo-

    derna, más rápida, capaz

    de

    ejercer una violencia mayor

    sobre la materia que ninguna otra tecnología inventada

    por

    el

    hombre, sino incluso para esa misma rapidez y

    vio-

    lencia. Y ello porque, de un lado, la novedad de los obje

    tos producidos por la máquina

    es

    discutible: la mayor

    parte

    de

    las

    veces,

    10 que la máquina permite

    es

    hacer

    más deprisa y con un menor esfuerzo (que resulta de la

    violencia a la que

    se

    ha sometido previamente a la ma

    teria) objetos ya conocidos; pero también, porque can

    tar a la rapidez y a la agresividad por medio

    de

    las cuales

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    7/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    la máquina moderna produce objetos tampoco

    es

    pre

    cisamente algo nuevo, como señala Huidobro en la si

    guiente frase, perteneciente a un manifiesto de 1925

    titulado Futurisme et machinisme Cantar a la guerra, a

    los boxeadores, a la violencia, a los atletas, es más vie

    jo que Píndaro .9

    La tercera observación a este respecto puede plan

    tearse

    en

    los términos de

    una

    sospecha: siendo discuti

    ble tanto la novedad de los objetos modernos como de

    la velocidad y la violencia que intervienen en su produc

    ción,

    ¿es

    sólo por una confusión entre el plano de los

    elementos y el de la composición de los mismos que

    surge

    una

    estética como la de Marinetti? Según Huidobro

    no es así, creemos que en gran medida porque una con

    fusión semejante es fácil de eliminar. Lo que se oculta,

    y he ahí justamente lo que nuestro autor quiere denun

    ciar, tras esta concepción futurista de lo nuevo,

    no

    es

    más que

    un

    sueño imperialista , 1 esto

    es

    el deseo de

    imponer la voluntad del sujeto a los objetos, de hacer de

    la representación una representación de objetos para un

    sujeto. El peligro en este punto reside en que, al colocar al

    sujeto como centro

    de

    todas las representaciones, hacien

    do de todos los objetos de la experiencia objetos

    para un

    sujeto, el sujeto mismo tiende a ignorar su condición de

    objeto (al menos posible) de conocimiento para otros su

    jetos, con lo que

    no

    sólo los objetos, sino también todos

    los demás sujetos, deben ser objetualizados, es decir, so-

    9 En o P. p. 1347,59-60. La traducción de este fragmento, así

    como la de todos los fragmentos pertenecientes a este manifiesto,

    es

    nuestra.

    lO

    Ibidem pág. 1346,

    12.

    VICENTE HumOBRO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    metidos por el sujeto único de la representación, que en

    lo sucesivo intentará imponerles su voluntad del mis

    mo modo

    que ya lo hiciera previamente

    con

    el resto

    de los objetos. Son conocidas las consecuencias ideo

    lógicas que esta percepción de la modernidad tuvo

    en

    el caso de

    Marinetti,

    quien acabó adscribiéndose

    entusiásticamente al fascismo, el cual para él encarna

    ba

    los valores de agresividad y rapidez propios de la

    época moderna.

    Dicho

    esto, queda claro que

    no

    pode

    mos coincidir con

    una parte de la crítica que, contravi

    niendo las declaraciones del propio poeta, se empeña

    en interpretar las alusiones a los objetos modernos pre

    sentes en su obra como un síntoma de su profunda

    aceptación de los principios del futurismo, entendien

    do sus declaraciones en contra de la estética de dicho

    movimiento como una superficial diatriba cuyo obje

    to

    no

    sería otro que la voluntad narcisista de diferen

    ciarse y de autoafirmarse frente a todas las tendencias

    de la vanguardia literaria de

    su

    época.

    Como

    ejemplo

    de esta interpretación

    con

    la que no comulgamos, cita

    mos a continuación el siguiente párrafo que Norma An

    gélica Ortega incluye

    en

    su libro Vicente Huidobro

    Altazor y las vanguardias

    Tanto en la idea del paracaídas como en la de los diversos

    elementos que aluden a la modernidad, Huidobro rinde cul

    to a los principios futuristas al ponderar la tecnología, el

    paracaídas, sobre elementos tradicionales de la literatura, o

    de su propia inventiva: celebra la máquina del mismo modo

    que los manifiestos de Marinetti lo habían formulado.

    11

    11 Norma Angélica Ortega, Vicente Huidobro  Altazor

    y

    las van-

    guardias

    México,

    UNAM,

    2000, pág.

    138.

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    8/14

    LITERATURA LATINOAMERlCANA

    Ante esta aseveración, nos parece conveniente rea-

    lizar,

    al

    menos, tres observaciones: Primera,

    el

    futurismo

    no tiene la exclusiva en

    1

    que a ensalzar los productos

    de la modernidad se refiere, razón por la cual el argu-

    mento que sostendría que, por el mero hecho

    de

    hacer

    aparecer en uno o varios de sus poemas la Torre Eiffel,

    los aeroplanos o cualquier otro objeto característico de

    la era moderna, un poeta sería futurista, resulta inacep-

    table. Segundo, Huidobro nunca pretendió negar al poe-

    derecho a mencionar tales objetos, sino que

    le

    msto a no abusar de ellos y sobre todo, a distinguir el

    plano de la composición, en el que

    se

    halla en juego

    el problema de 1 verdaderamente nuevo, del de los

    elementos explícitamente mencionados en el poema.

    Huidobro se mostró muy claro a este respecto en nu-

    merosas ocasiones, y en particular en el último párrafo

    de Futurisme

    et

    machini

    sm

    e,

    que citamos íntegramente a

    continuación: Esto no quiere decir que no se deban

    usar términos del maquinismo actual. Quiere decir que

    es preciso no abusar y sobre todo no creerse moderno

    por otra razón que por la base fundamental de nuestra

    poesía  .

    12

    La tercera observación que proponemos

    entronca con problemas filosóficos más profundos y

    merece, por ello, una exposición más detallada. A ella

    dedicaremos el resto

    de

    este apartado.

    La contraposición entre las dos estéticas a las que

    hemos aludido, la creacionista y la futurista, represen-

    tadas respectivamente por Huidobro y Marinetti, com-

    porta a nuestro juici.o una nueva éontraposición, esta

    vez entre dos lecturas bien distintas de la modernidad

    que han sido objeto de un desarrollo filosófico al

    12

    n

    o

    P.

    pág.

    13

    48

    . 7

    8-

    81.

    V ICENTE H UIDOBRO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    nos entre fmales del siglo

    X

    IX y los años previos a la

    Segunda Guerra Mundial. La modernidad entendida

    como la época

    de

    la representación

    de

    objetos para un

    sujeto cuenta con Heidegger como principal defensor.

    En su célebre conferencia de 1938, La época de

    la

    ima-

    gen

    del mundo el fIlósofo alemán definió su postura a

    propósito de la representación como aquello que dis-

    tingue al hombre moderno del hombre antiguo y

    me

    dieval vinculando la noción de 10 nuevo  no tanto a

    las creaciones concretas, sino a la modernidad misma

    en su conjunto. Así, según Heidegger, en la antigüedad

    la representación no

    se

    concebía como la representa-

    ción

    de

    un objeto pa

    ra

    un sujeto, sino que, en ella, es

    más bien

    el

    hombre

    el

    que es contemplado por 1 ente

    o, dicho de otro modo, es en tanto que percibe lo

    ente 13

    n

    cambio, siempre según este filósofo, en la

    modernidad representar quiere decir traer ante sí eso

    que está ahí delante en tanto que algo situado frente a

    nosotros referirlo a

    mismo, al que se 10 representa ;

    .

    pero, además de por esa posición de prioridad del sUJe-

    to humano, la época moderna se caracterizaría porque

    es el propio sujeto quien establece dicha posición.

    n

    palabras del propio Heidegger, aquello que en último

    término defme a la modernidad es que

    el

    hombre ocu-

    pa esta posición 'por

    mismo' , en tanto que estableci-

    da por él mismo, y que la mantiene voluntariamente

    en tanto que ocupada por él y la asegura como terreno

    para un posible desarrollo

    de

    la humanidad [

    .

    . La épo-

    ca que

    se

    determina a partir de este acontecimiento no

    13 Martin Heidegger, La época de la imagen del

    mund

    o , en

    Caminos

    de

    bo

    sque

    Madrid, Alianza,

    19

    9

    5

    pág.

    89

    .

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    9/14

    LITERATURA LATlNOAMERlCANA

    sólo es nueva respecto a la precedente a los ojos de

    una contemplación retrospectiva, sino que

    es

    ella la

    que se sitúa a

    misma y por sí misma como nueva .

    14

    Según esta concepción, pues, 1 nuevo no son tanto

    los objetos producidos por

    la

    ciencia y

    la

    tecnología mo

    dernas, como la modernidad en sí misma. Desarrollos

    p o s t e r i o r e ~

    de

    esta teoría han defendido que, en tal caso,

    la modermdad no se da sino acompañada por un dis

    curso que la legitimaría presentándola, no ya como una

    n.ovedad entre otras, sino como lo nuevo por excelen

    CIa. En tal caso, la época moderna sería

    al

    mismo tiem

    po un relato y la protagonista

    de

    dicho relato,

    el

    cual

    no sería tanto su biografia

    lo

    que exigiría que dicho

    relato no

    se

    produjera desde los orígenes de la moder

    nidad, como

    de

    hecho sucedió -pensamos en la Ilus

    tración-, sino cuando esta

    ya

    estaba bien avanzada)

    como su propaganda. Ahora bien, dado que 1 consti

    tuye para Heidegger

    la

    esencia

    de la

    modernidad es

    el

    hecho de que

    se

    postula a

    misma como

    lo

    nuevo, y

    co.mo

    sólo

    es

    cuestión

    de

    tiempo

    el

    que deje

    de

    consti

    tUlr

    una novedad,

    el

    optimismo

    de

    sus inicios no pue

    de resolverse sino en una gigantesca decepción final

    .

    que nos mstana necesariamente a superarla esto

    es

    a

    definir los rasgos

    de

    una época

    p o s t m o d e r n ~

    en la c ~ a l

    la categoría

    de

    lo nuevo no podría desempeñar el papel

    central y ~ s t a r í a suma, desacreditada, dando lugar

    a una actItud propIa del collage que

    se

    caracterizaría

    por revisar el pasado para mezclar, casi de forma irre

    verente, sus contenidos más dispares, sus estilos y

    gé-

     4

    Ibidem  

    pág.

    90

    .

    V ICENTE H UIDOBRO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    neros más heterogéneos y aún contradictorios 1

    5

    En

    consonancia con esta línea

    de

    pensamiento, Lyotard

    ha denunciado el

    carácter contradictorio del imperati

    vo mismo de novedad, sosteniendo que éste estaría

    caduco no sólo al final

    de

    la modernidad, sino desde

    sus mismos inicios, pues dicho imperativo, lejos

    de

    arre

    meter verdaderamente contra la tradición, fundaría una

    tradición nueva, tomando esta vez como principio a

    la

    novedad misma.

    16

    Frente a esta lectura

    de

    la modernidad hay, cree

    mos , otra que seguramente puede rastrearse en la obra

    de

    muchos autores, pero que nosotros expondremos

    muy brevemente a partir

    de

    ciertas ideas de Bergson.

    Cuando este autor examina, en

    Maten a

    y

    me

    mo ri

    los

    mecanismos que operan en la percepción, establece una

    distinción entre dos formas

    de

    la misma: la percepción

    habitual o automática, estructurada por la costumbre, y

    la percepción atenta, que organiza en torno al objeto

    percibido un circuito susceptible de ser amplificado, y

    en

    el

    que intervienen tanto

    el

    objeto que va descubrién

    donos a 1 largo

    de

    este proceso capas cada vez más

    profundas

    de

    sí mismo, como la ,memoria del sujeto

    que percibe.

    En

    la atención o concentración,

    el

    objeto

    y

    el

    sujeto están imbricados en un mismo circuito, de

    modo que no cabe hablar en rigor

    de

    la primacía

    de

    ninguno de ellos. Ahora bien, según Bergson, cada

    15

    Hernán Nazer, Nuevos sentidos de la oposición moderno

    tradicional en

    el campo

    cultural

    argentino , en

    tt p

    www.geocities.com / CollegePark/ S02S / mesa20b.htrn

    16

    Para un examen de esta cuestión, véase Marcelo Urresti, De

    la conciencia moderna del tiempo a la explosión postrnodema , en

    La

    mo

    ernidad en crisis

    Buenos Aires, USA, pág . 78-79.

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    10/14

    LIT

    ERATURA LAT IN OAMERICANA

    prolongación

    de

    dicho proceso, cada profundización de

    la atención, comporta una

    nueva creación

    tanto del

    obje

    to como de las relaciones establecidas entre éste y el

    sujeto: el progreso de la atención tiene por efecto crear

    de

    nuevo, no solamente

    el

    objeto percibido, sino

    los sis

    temas cada vez más vastos a los cuales se pueda unir  .17

    Así pues, 10 que caracterizará a 10 nuevo no será

    tanto

    el

    hecho de que nunca antes haya sido percibido

    por un sujeto, como su vínculo con la atención,

    es

    de

    cir, con un tipo específico de percepción que no

    se

    en

    cadena en rápida sucesión con otras percepciones

    apuntando hacia un determinado

    fin,

    al cual estarían

    subordinados nuestros actos

    (y

    es por esta razón que

    estamos de acuerdo con Saúl Yurkievich cuando aflf

    ma que lt

     z

    or es un incomparable intento de des

    trucción de la lengua utilitaria  18), sino que opera una

    profundización del circuito perceptivo en el que entre

    el

    objeto percibido y la memoria del mismo

    se

    estable

    cen un número progresivamente mayor

    de

    conexiones.

    Entendida de este modo la categoría de lo nuevo la

    modernidad, es decir, la época en que dicha categoría

    se

    convierte por fin en un objeto

    de

    debate prioritario,

    no sería diferente por naturaleza

    de la

    antigüedad; en

    efecto, si alguna diferencia cabe establecer entre am

    bas etapas, será exclusivamente una diferencia de gra

    do,

    esto es, del número de las relaciones establecidas

    entre los objetos y los sujetos, pero nunca una diferen-

    17

    Henri

    Bergson, Mat eria y M emoria  

    Madrid

    Libreria de

    Victoriano Suárez, 1900, pág. l3l

    18 Saúl Yurkievich, Vicente Huidobro: El alto Azor , en Fundado-

    r

    es

    de la nu

    eva

    poesía

    latinoa

    mericana

    Barc

    el

    ona, Edhasa, 2002, p

    ág

    . 81.

    VI

    CENTE H UIDOBRO

    y

    LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    cia relativa a la naturaleza de dichas relaciones ni, por

    consiguiente, a la

    de

    los objetos o los sujetos ;xis.ten

    tes en cada periodo cronológico (o, dicho en termm?s

    heideggereanos, a la primacía del objeto sobre el sUJe-

    to, o viceversa). . .

    Ahora bien, si no cabe hablar una dU:erencIa de

    naturaleza entre los objetos y los

    sUjetos

    antlguos y los

    modernos ni tampoco a propósito de las relaciones

    e s t a b l e c i d ~ s entre ellos, sino tan sólo de diferencias de

    grado; habrá que concluir que la creación,de

    10

    nuevo

    no es algo restringido a una determmada epoca, por

    consiguiente destinado a ser superado

    t r ~ s

    la finalIza

    ción de la misma, sino que es una posIbIlIdad de la

    experiencia que no cabe suprimir por principio,

    si n?

    es

    a riesgo de convertirnos en seres perfectamente

    r U ~ I -

    narios, previsibles y, en definitiva, carentes del mas

    mínimo interés; 10 contrario, como acertadamente ha

    escrito Paola Marrati en relación a un tema sólo apa

    rentemente alejado del que aquí nos ocup.a, consIste

    en entender la creación de

    10

    nuevo como mseparable

    de la experiencia de la realidad en t n t ~ que mundo

    que no

    es

    ni moderno,

    n

    premoderno posmoderno,

    puesto que no tiene la

    edad

    de las e p o ~ s del se.r

    heideggereano, ni de la historia humana, del Ulll

    verso  9De ahí que, a nuestro juicio, el e n t u ~ l ~ s m o de

    Huidobro por la modernidad deba ser r e l a t l v l ~ a d o ; y

    es que si bien

    es

    innegable que en su obra poetlca

    se

    e n c u e ~ t r a n numerosas muestras de fascinación por la

    modernidad, éstas no alcanzan nunca el nivel del fana-

    19

    Paola Marrati, Gilles Deleuze. Cine

    y

    filosofia Buenos Aires,

    Nueva Visión, 2004, pág.34.

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    11/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    tismo que con frecuencia adoptan, por

    el

    contrario en

    la obra

    de

    "1arinetti. Entre la modernidad y la anti.@e-

    dad hay dIferencIas,

    sí,

    pero estas no son tan esencia-

    les como los futuristas han pretendido hacer ver no

    son d i f e r e n c i ~ ~ de naturaleza, sino únicamente de 'gra-

    do. En defrnltlva, no cabe confundir 10 nuevo" con

    1

    0

    moderno"; este último es, para Huidobro, un adje-

    tivo sobrevalorado, cuyo uso reiterado denota cierta

    tendencia a la superficialidad, la vulgaridad y la rutina,

    aspectos que nuestro autor cree descubrir en la fasci-

    nación futurista por la máquina,

    de

    cuya entronización

    afirma que no puede resultar sino

    10

    moderno

    de

    su-

    perficie, 10 moderno fácil, 10 moderno aparente, 10

    moderno,

    10

    moderno .. 20

    El hombre ladino

    y

    la política

    "Ala ola ole ala Aladino

    El ladino Aladino Ah ladino dino la"

    Altazor Canto VI.

    F i n a ~ m e n t e la poética de Huidobro comporta una

    de-

    ~ e r m r n d concepción del ser humano, según la cual

    este no

    es

    reductible a la noción

    de

    un Sujeto abstrac-

    to, acabado y estable. Al contrario,

    el

    hombre

    se re-

    crea a sí mismo permanentemente, en virtud de la

    constante mutación

    de

    sus relaciones con

    los

    seres que

    le rodean. Lo nuevo, por 10 tanto, no

    es

    una categoría

    20

    o.p

    pág

    . 1348,

    71.

    VICENTE HUIDOBRO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    pertinente sólo cuando hablamos de los objetos y de la

    composición poética,

    que establece

    vínculos

    inhabituales entre ellos, sino también, y sobre todo,

    cuando nos ocupamos

    de

    las subjetividades concretas,

    de

    los individuos.

    En

    tal caso,

    10

    nuevo

    es

    una catego-

    ría estética en los dos sentidos que tradicionalmente

    se

    han atribuido a dicho término, a saber: de un lado,

    esté-

    tica es el discurso filosófico relativo a cierto tipo de

    objetos, las obras de arte (sentido inaugurado por

    Baumgarten en su famosa tesis doctoral);

    de

    otro, esté-

    tica es aquella parte

    de

    la epistemología que

    se

    ocupa

    de

    determinar las formas

    a priori

    de

    nuestra percepción

    en general,

    es

    decir, las condiciones que

    el

    sujeto

    im-

    pone por principio a

    los

    objetos para poder percibirlos

    (y aquí, como

    se

    habrá adivinado por la terminología,

    la referencia

    es el

    Kant

    de

    la Sección 1

    de

    la Crítica

    de

    la

    razón pura

    titulada precisamente "Estética trascenden-

    tal"). La categoría

    de lo

    nuevo al ser la que nos sirve

    para conectar estos dos sentidos del término estética

    se

    revela como

    el

    concepto que nos permite replantear

    las relaciones entre

    el

    hombre y cuanto

    le

    rodea, entre

    el

    individuo irreductible a la noción de Sujeto abstrac-

    to y los objetos que conforman

    el

    mundo.

    Los discursos en tomo al Hombre abstracto

    se

    han

    caracterizado, tanto en la época antigua como en la

    moderna, por constituir teorías acerca de la naturaleza

    humana

    es

    decir de

    su

    bondad o maldad naturales.

    .

    Tanto las posturas que afirman la naturaleza perversa

    del hombre (de entre las cuales, acaso la de Hobbes

    sea la más conocida) como las que defienden su bon-

    dad natural (Rousseau, por ejemplo) comparten la idea

    de

    que las categorías morales son pertinentes a la hora

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    12/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    de describir

    el

    fondo último de lo humano. Ahora bien,

    ¿qué sucederá si descartamos tales categorías en favor

    de aquella otra, la categoría estética por excelencia, a

    la que hemos llamado

    lo nuevo

    Antes de buscar los signos de una respuesta a esta

    última interrogante en los escritos de Huidobro, qui-

    siéramos dar un breve rodeo por el más antiguo

    de

    los

    diálogos de Platón, el

    Hipias menor

    donde

    se

    plantea

    justamente esta cuestión .

    En

    dicho texto, Hipias esta-

    blece una contraposición entre los siguientes dos ca-

    racteres humanos:

    por un

    lado, el hombre recto y

    honesto, que para Hipias

    es el

    hombre superior, encar-

    nado en la figura de Aquiles; por otro, el hombre astu-

    to o ladino, esto

    es

    aquel que miente a sabiendas y con

    vistas a la consecución de un fm ulterior, personifica-

    do por Ulises.

    En

    este punto, Sócrates disiente de la

    opinión de Hipias por dos motivos fundamentales:

    1) Si se leen atentamente ciertos pasajes de Homero,

    se llegará a la conclusión de que ni Aquiles era tan ho-

    nesto, ni Ulises era tan ladino, sino más bien lo contra-

    rio;

    2) No

    está tan claro que la honestidad sea superior

    a la mentira interesada. El hombre que engaña a sa-

    biendas es alguien que sabe la verdad, y que por tanto

    puede o no ser honesto en virtud de lo que su voluntad

    libre le dicte; en cambio,

    el

    hombre meramente hones-

    to es

    un

    esclavo de la verdad, alguien que no puede

    decir y

    hacer

    sino

    10

    que es verdadero.

    En suma,

    Sócrates considera que el tipo s.upuestamente repre-

    sentado por Ulises, el del hombre astuto o ladino, es

    superior al personificado por Aquiles, pese a lo cual

    no se decide a suscribir plenamente la actitud del pri-

    mero. Esta duda

    es

    expresada por Sócrates en

    los

    siguien-

    tes términos: .. los que hacen

    el

    mal voluntariamente

    V ICENTE UIDOBRO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA

    ES

    TÉTICA

    y no a pesar de sí mismos, estos, digo, me parecen me-

    jores que los que

    10

    hacen sin querer. Sin embargo, tam-

    bién hay momentos en que soy de una opinión contraria;

    en una palabra, me muevo de un sentimiento a otro, lo

    cual demuestra que ignoro 10 que hay de ello 

    2 \ ¿Y

    por qué Sócrates no se resigna a aceptar la conclusión

    de su propio razonamiento? Porque, de admitirse que

    quienes voluntariamente hacen el mal son superiores a

    quienes lo hacen sin querer, los tribunales tendrían que

    juzgar más severamente a estos que a aquellos , lo cual

    le parece escandaloso a Sócrates. La justicia, tal y como

    es

    impartida por los tribunales, opera por medio de

    oposiciones conceptuales (bien/ mal, culpable

    li

    nocen-

    te etc.) y tiende, por consiguiente, a ignorar la paradó-

    jica condición del hombre ladino.

    Si hemos aludido a este momento de la obra de Pla-

    tón, es porque creemos que nos proporciona un ele-

    mento indispensable para entender, no sólo determinados

    textos de Huidobro, sino incluso los aspectos más po-

    lémicos de la personalidad de nuestro autor.

    Para este,

    21 372 d. Nos parece

    qu

    e es te fragmento contradice la lectura que

    F P de Samaranch propone del

    Hipias menor 

    según la

    cu

    al lo que en

    es

    te diálogo Sócrat

    es

    pretende

    es

    rea

    li

    zar una pru eba ind irecta

    de reducción al absurdo. Si se admitía la concepción del mal co-

    metido conscientemente se llegaba por lógica a una

    se

    rie de co n-

    clu sion es casi esc

    and

    alosas. (Pró logo al Hipias menor  en

    Platón, Obras compl

    et

    as  Madrid, Ag

    uil

    ar, 1

    99

    0, pág. 99). El lector

    no encontrará, sin embargo, signos de tal prueba indirecta en el

    texto

    pl

    atónico en cuestión, lo que era de esperar por cuanto la

    reducción al absurdo es un procedimiento lógico que proporciona

    a quien lo utili

    za

    una co nclusión singul

    ar

    y de validez bien d efini -

    d

    a

    y ya hemos visto que Sócrates, en cambi

    o

    vacila en este diálo-

    go entre dos conclusiones contradictorias entre sí.

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    13/14

    LITERATURA LATINOAMERICANA

    en

    efecto, el poeta debe crear sus propios valores,

    irreductibles a

    los

    reconocidos por

    la

    sociedad  debe ser

    parafraseando la frase de Godard a propósito

    de

    la ima

    gen, no un hombre justo, sino justo un hombre .

    Es

    así

    como creemos que es preciso entender el siguiente

    párrafo de la novela Pa  áo el diario de Alicia M ir en el

    que la protagonista, hija de un tal Alejandro Mir - que

    no es sino un alter ego del propio Huidobro- pregunta a

    Bertrand, un amigo de su padre, por qué este no

    se

    esfuerza en absoluto por ganar el pleito de divorcio en

    el que

    ~ t á

    involucrado, a

    10

    que Bertrand responde

    como

    SIgue:

    Tu padre no tiene ningún interés en ganar el pleito . ¿Qué

    puede importarle perderlo? ¿Qué probaría el hecho de per

    derlo? A lo más probaría que la justicia o que un juez no

    piensa como tu padre.

    ¿Y

    qué? ¿Qué le importa a tu padre

    no pensar como la justicia? Creo que, al contrario, estará

    encantado de este desacuerdo en el modo de pensar. Tu

    padre cree en su justicia, pero no cree en la justicia.

    Esta actitud hacia los mecanismos sociales

    de

    la jus

    ticia podría hacemos pensar que Huidobro defiende la

    postura del individuo que, como consecuencia de un

    individualismo exacerbado, da la espalda al mundo; nada

    más lejos, sin embargo, del pensamiento de nuestro au

    tor,

    para quien la poesía, como ya advertimos, carece

    de

    sentido si no constituye el dominio en el que se

    22

    Vicente Huidobro,

    Papá o el diario

    de

    Alicia Mir

    Santiago,

    Editorial Universitaria, 1996, pp. 175-176.

    V ICENTE HUIDO RO y LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    replantean las relaciones entre el individuo concreto y

    el

    mundo. Para Huidobro,

    el

    político digno

    de

    tal nom

    bre

    es

    aquel que aspira a crear lo

    nuevo

    en el ámbito

    social, y es por

    10

    tanto un poeta. Poesía y política son,

    así pues, los dos aspectos fundamentales

    de

    una única

    operación, la creación de lo nuevo a la que Huidobro se

    consagró por completo, como

    10

    muestra el siguiente

    fragmento que extraemos de su correspondencia:

    Yo siempre vivo en lo mismo, entre mis papeles y mis

    libros. Con mi personalidad dividida en dos: la poesía y

    la política. Algún abuelo político me tira

    para

    un

    lado

    y

    algún otro abuelo o abuela me tira

    para

    el otro. A veces

    creo haber llegado, a fuerza de meditar, a poder discernir

    en

    cada

    acto de mi vida a qué línea de mis ancestros

    pertenece.

      3

    La apología del hombre ladino y no su aceptación

    vacilante, que encontramos en Platón) no estará com

    pleta mientras el individuo, incapaz de reconocer la

    necesidad de la actividad política, permanezca román

    ticamente encerrado en su

    torre

    de

    marfil.

    No

    se

    llega,

    parece decirnos Huidobro, a tener una justicia propia,

    personal, sin albergar al mismo tiempo la ambición de

    escapar al ámbito de 10 meramente privado, esto

    es,

    sin intentar contagiar de la misma a todo

    el

    tejido so-

    cial. Además, y dado que la categoría de 10 nuevo cons

    tituye simultáneamente la esencia de la verdadera

    poesía y de la verdadera política, el poeta que

    se

    apar

    ta por completo de la sociedad está condenado a

    23

    Vicente Huidobro, María Luisa Fernández,

    Epistolario  1924

    1945,

    Santiago, LOM, 1997, pág.

    28.

  • 8/19/2019 Vicente Huidobro y Lo Nuevo Como Categor

    14/14

    LITER

    TURA LATINOAMERICANA

    malentender su propio trabajo

    y

    por consiguiente, a sí

    mIsmo.

    Hoy tenemos que luchar. El poeta que por sus an

    gustias se refugia en la soledad en busca de calma, no

    sólo es un desertor de la causa humana, sino además

    es

    un

    equivocado.

    No

    alcanzará la serenidad. La calma

    espiritual de la soledad es una quimera por la simple

    razón de que la soledad no existe. El solitario vive con

    frontándose a sí mismo y entonces establece en él

    una dualidad devoradora, peor que toda otra confron

    tación, dualidad entre el yo y

    el

    mí. Esa diferencia en

    tre el

    y

    y el mí está explícitamente explicada en su

    vieja metafísica hindú .

      4

    Todo encaja, pues, en el planteamiento de Huidobro,

    y ello en

    el

    siguiente orden: primero, su manera de en

    tender la poesía

    le

    lleva a concebir

    de

    una determinada

    manera la modernidad y al ser humano; a continua

    ción, el compromiso político imprescindible para la rea

    lización en sociedad del hombre vincula al individuo a

    su presente, esto

    es

    (para nosotros, hombres modernos),

    a la modernidad. Poesía, modernidad y hombre son

    los

    tres grandes temas de la escritura huidobriana, y cada

    una de las declaraciones de nuestro autor afecta simul

    táneamente a estos tres dominios. Nuestra intención

    ha

    sido, a lo largo del presente trabajo, mostrar que

    estos tres problemas están vinculados entre sí, en la

    poética de Huidobro, por

    o nu vo

    en tanto que catego

    ría estética. Sin duda, no hemos hecho sino apuntar

    algunas ideas centrales de dicha poética, cuya exposi-

    24

    Interrogación a Vicente Huidobro , en

    OP.

    g.

    1644.

    VICENTE

    HUIDOBRO

    LO NUEVO COMO CATEGORÍA ESTÉTICA

    ción rigurosa exigiría mucho más espacio del que aquí

    podemos concederle, pero pensamos que hem?s traza

    do suficientemente las líneas mayores de una mterpre

    tación de la misma que puede, cuanto menos, resultar

    sugerente en lo sucesivo.