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Didactica de la Historia

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  • XV Jornadas Nacionales y IV Internacionales de Enseanza de la Historia APEHUN

    Santa Fe, 17, 18 y 19 de septiembre de 2014

    Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral Ttulo del trabajo: Nuevas nuevas historias y enseanza del pasado: dos caminos en convergencia. Ncleo temtico: 2- Investigacin en la enseanza de la Historia: perspectivas y enfoques. Autora: Mara Ana Verstraete Cargo y pertenencia institucional: Universidad Nacional de Cuyo. Correo electrnico: [email protected] RESUMEN. Hacia mediados de la dcada de los 80 pareca que la historia estaba en una encrucijada difcil de sortear. Por un lado se haban abandonado las interpretaciones estructuralistas, y por el otro no haba referentes claros hacia donde mirar a futuro. Una multiplicidad de temas, metodologas y aspectos que convergan en los estudios histricos y el fin de las escuelas nacionales complicaban ms aun el panorama. La bsqueda a una salida de la crisis va a traer como resultado el surgimiento de las nuevas nuevas historias que se caracterizaron por una renovacin desde el seno mismo de las corrientes historiogrficas conocidas, aunque este renacer se encontr enmarcado con indiscutidas pinceladas de influencia posmoderna. El presente trabajo se propone abordar las corrientes historiogrficas actuales ms significativas y analizar las caractersticas generales en las formas de hacer historia en las ltimas dcadas, con el fin de detectar si estos sntomas historiogrficos se ven reflejados en los mbitos educativos o si todava son propiedad de las esferas acadmicas. Para ello se hace un breve recorrido por las propuestas curriculares vigentes a nivel nacional como en la provincia de Mendoza y se analizan algunas propuesta editoriales del medio.

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    XV Jornadas Nacionales y IV Internacionales de Enseanza de la Historia de la Asociacin de Profesores de Enseanza de la Historia de las Universidades Nacionales

    (APEHUN)

    Santa Fe, 17, 18 y 19 de septiembre de 2014 Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral

    Ttulo del trabajo: Nuevas nuevas historias y enseanza del pasado: dos caminos en convergencia. Ncleo temtico: 2- Investigacin en la enseanza de la Historia: perspectivas y enfoques. Autora: Mara Ana Verstraete Pertenencia institucional: Universidad Nacional de Cuyo Correo electrnico: [email protected] 1. Las influencias de la posmodernidad y el giro lingstico en las corrientes historiogrficas actuales Hacia la dcada del 70 la toma de conciencia del agotamiento de los postulados sostenidos por los racionalistas y cientificistas de la modernidad llevaron a una nueva cosmovisin en los mbitos intelectuales. Agotamiento que si bien se vena gestando desde las postrimeras de la primera guerra, tom forma con la crisis que sufrieron las potencias occidentales, sobre todo en las dcadas del 50 y el 60, que hundi a Europa y Estados Unidos en una desaceleracin de las tasas de crecimiento del PBI, y como consecuencia de ello el freno de la actividad productiva, la inflacin y el desempleo. Las diferentes medidas tomadas para resolver los problemas no fueron suficientes y dejaron al desnudo las debilidades que la industrializacin, y con ella el modelo capitalista, tena como paradigma a seguir. Pues las desigualdades se ahondaron cada vez ms y la idea de un progreso indefinido se escurra entre las grietas de un sistema capitalista que, lejos de traer al hombre ms y mejor calidad de vida, haba profundizado las diferencias, no slo entre los seres humanos sino entre los pases desarrollados y los atrasados. Por su parte el marxismo que haba surgido como el modelo capaz de construir una sociedad igualitaria, justa y contrapuesta al competitivo modelo capitalista, tampoco haba logrado tener el xito esperado, porque sus postulados haban tomado forma en la Rusia Sovitica a travs de un duro sistema totalitario. Es decir por la fuerza y con una actitud de indiferencia por las libertades humanas. Frente a esto el hombre se encontr sin los meta relatos que guiaban el horizonte y daban sentido a los caminos venideros. Desorientacin que gener desasosiego por un lado y replanteo del sentido de la existencia por el otro. En este contexto surgi la posmodernidad. Este movimiento no tuvo su gnesis en los mbitos histricos sino que se gest en la filosofa, la antropologa y los crticos literarios. El trmino posmodernidad fue acuado por Jean Francois Lyotard, un filsofo francs y fue difundido a partir de la publicacin de un libro en el ao 1979 "La condicin posmoderna". En el mismo, el autor sostena el fin de los meta relatos vigentes hasta el momento, como el marxismo y el cristianismo (Aurell; 2013) y la muerte de la modernidad. El hombre ante esto se encontr escptico frente a las utopas universalistas y desencantado del racionalismo como gua y luz del progreso humano, motivo por el cual hizo abandono del proyecto instalado en los siglos XVIII y XIX. Esta realidad no se limit al mundo del pensamiento filosfico, sino que pronto se esparci

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    hacia otros mbitos del saber cientfico. En este contexto la historia no fue una excepcin y el desencanto tambin alcanz a las corrientes historiogrficas vigentes. Fue entonces que se dej influir por el postestructuralismo de Foucault, el decontruccionismo de Derrida, por la nueva hermenutica de Paul Ricoer y por Michel Certeau (filsofos franceses). (Aurell; 2013) As, en ese mismo ao, el conocido historiador Lawrence Stone en un artculo publicado en la revista Past and Presente, "El resurgimiento de la narrativa: reflexiones sobre una nueva historia vieja" afirmaba que los paradigmas estructuralistas sostenidos hasta el momento en las corrientes historiogrficas evidenciaban signos de estancamiento por no poder llevar a cabo verdaderas explicaciones de las transformaciones histricas. l haca referencia concreta a Annales, al Marxismo y a la Cliometra. El francs George Duby, representante de la escuela de Annales, fue uno de los precursores, junto con el marxista Edward Thompson en Inglaterra, en el cuestionamiento a los modelos cuantitativos y deterministas de la historia estructural y en la bsqueda de modelos alternativos. Duby desde el seno mismo de Annales propuso una forma nueva para el estudio de la historia, orientado ms hacia temas relacionados con las mentalidades y el imaginario social. Adopt nuevos modelos y mtodos que provenan de la psicologa social y continu con la ampliacin de fuentes, ya planteada por Bloch, a un abanico de posibilidades hasta el momento ignoradas. Para l todo rastro del pasado que ayudara a entender e iluminar los imbrincados caminos del pasado eran tiles. Por su parte Edward Thompson tambin marc impronta en la renovacin historiogrfica del siglo XX con su obra The Making of the English Working Class (1963) donde introdujo el aspecto cultural en la explicacin de la clase obrera en Inglaterra. El mismo Thompson deca: "No veo la clase como una , ni siquiera como una , sino como algo que tiene un lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las relaciones humanas." (Santos; 2014: 8) Planteo considerado revolucionario por los enfoques marxistas del momento que vean al concepto "clase" como una categora abstracta, mientras que l le otorgaba una impronta social e histrica propia de las relaciones de los actores sociales concretos. Toda la dcada venidera va a estar determinada por la crisis de la historia fruto de la decadencia de los postulados de las corrientes estructuralistas mencionadas, la influencia de del giro deconstruccionista que afect todos los mbitos conocidos del saber histrico cientfico y la fragmentacin del objeto de estudio. Crisis que puso en duda los modos de hacer historia que se haban sustentado hasta el momento, incluso desde el seno mismo de las escuelas en cuestin. As por ejemplo Le Roy Ladurie miembro de la escuela de Annales "... fue autor, en 1973, de aforismos tan memorables y combativos como el siguiente: (la cuantificacin) ha condenado virtualmente a muerte la historia narrativa de acontecimientos y la biografa individual" (Moradiellos; 2001: 233, 234). Posteriormente el mencionado autor, en una visible renovacin escribir la obra "Montaillou village occitan" en la que abri el camino hacia la revalorizacin de los relatos de vida para la reconstruccin histrica. Otro ejemplo que cabe destacar es el de Georges Duby quien ha escrito numerosas obras con el nuevo enfoque entre las que se pueden mencionar "El caballero, la mujer y el cura" (1981) o la biografa de "Guillermo el mariscal" (1987) (Moradiellos; 2001) Por su parte la fragmentacin cal hondo. Fruto de ello es que la historia pas a tener muchos objetos de anlisis, lo que de algn modo profundiz la crisis de identidad y fue objeto de mltiples debates. Al punto que "...Pierre Nor defini con precisin la consecuencia para la disciplina en tales premisas: Vivimos una historia en migajas, eclctica, abierta a curiosidades que no hay que rechazar". (Moradiellos; 2001: 237). Sin duda este "todo es vlido" y "todo puede ser historiable" no fue muy bien recibido por gran parte de los estudiosos y cientficos de la historia ya que hubo quienes resistieron tal divisin, y desestructuracin de la realidad objeto de estudio. En este sentido "... las nuevas prcticas historiogrficas planteaban el riesgo de disolucin irreversible de la tradicin cientfico-humanista que haba cristalizado a principios del siglo XIX, en la medida en que derrumbaba sus fundamentos tericos y los procedimientos y convenciones operativas acumuladas por la praxis profesional (Moradiellos; 2001: 238, 239).

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    Fue as que la historia comenz a sufrir un deslizamiento hacia el giro antropolgico. Un viraje que trajo como resultado la direccin de las miradas hacia temticas hasta el momento ignoradas por los modelos estructuralistas. Se estableci una estrecha relacin entre la historia y la antropologa que determinaron la adopcin de nuevas metodologas, la renovacin de los sujetos relegados y enfoques diversos. A la mencionada relacin entre la historia y la antropologa se le sum la influencia filosfica del giro lingstico que sostiene que el hombre est condicionado por el lenguaje. Es decir que se le otorga a ste un papel primordial en el mundo del pensamiento humano. En este sentido se desvincula el texto del contexto en tanto y en cuanto ste ha perdido la funcin que tena de cohesionar las diferentes partes de la realidad. El centro de atencin es el lenguaje como formas que definen la realidad, de all la importancia del anlisis del discurso como elemento que permite comprender esa realidad. Si bien el giro lingstico es un movimiento filosfico cuya expresin fue acuada por Gustav Bergman en el ao 1964, su influencia sobre la historiografa no se hizo esperar y surgi lo que se conoce como el narrativismo. El narrativismo supone la explicacin del mundo como resultado del lenguaje, en el que el discurso histrico es una forma textual ms y por lo tanto, debe ser decodificada. De all que lo que se propone es el anlisis de la escritura de la historia para acceder a la realidad, que no es exterior a ese discurso, sino que existe por el lenguaje. En este sentido el historiador es el que va configurando los hechos a travs del relato y la historiografa se considera como una entelequia lingstica hacia atrs. Entre los historiadores que lideraron este cuestionamiento se puede mencionar a Hayden White con obras como "The Content o the Form" en 1987, "The figural Realism" en 1999 o "Metahistoria. La imaginacin histrica en la Europa del siglo XIX" en 1973 (Aurell; 2013) donde se sostiene que la escritura de la historia no posee diferencia alguna con la poesa, el cuento o la filosofa de la historia. El historiador realiza un acto mental en el que la articulacin lingstica est por encima de lo que realmente sucedi. Tambin puede mencionarse a Roland Barthes como exponente de esta corriente. "Los ejercicios retricos y tericos de los historiadores de las dcadas de los setenta y ochenta pusieron de manifiesto que, dada la imposibilidad de plantearse radicalmente el problema del contenido del pasado, haba que centrar el debate en la forma con que el historiador intenta acceder a ese pasado y lo re-crea a travs de una nueva narracin" (Aurell; 2013: 297) Sin embargo esta postura tan radical tuvo tambin sus detractores por considerar que se niega la posibilidad de una realidad histrica externa al historiador. Frente a esto surgieron muchos cuestionamientos en relacin a la verdadera naturaleza del conocimiento histrico. Para Hayden White la objetividad no era un problema, sino que su preocupacin se centr esencialmente en la posibilidad que tiene el discurso de reflejar una aproximacin fidedigna de lo sucedido en el pasado. Por su parte Paul Ricoeur, en una postura menos radicalizada, equilibr entre el relato, como el que evidencia los acontecimientos histricos, pero no sin reconocer que en ellos hay improntas que dan testimonios de su existencia. Frente a todo el panorama expuesto, la historiografa hacia mediados de la dcada de los 80 pareca que estaba en una encrucijada difcil de sortear. Por un lado se haban abandonado las interpretaciones estructuralistas, y por el otro no haba referentes claros hacia dnde mirar a futuro. Adems la multiplicidad de temas, metodologas y aspectos que convergan en los estudios histricos y el fin de la escuelas nacionales complicaban ms aun el panorama. La bsqueda a una salida de la crisis va a traer como resultado el surgimiento de las nuevas nuevas historias que se caracterizan por una renovacin desde el seno mismo de las corrientes historiogrficas conocidas. De all que sus sustentos hay que buscarlos en una reaccin hacia las historias estructuralistas del siglo XX. Pero como ya se mencionara, todo esto renace con indiscutidas pinceladas de influencias posmodernas. Exponentes de estas nuevas formas de hacer historia fueron los trabajos de historiadores como Peter Burke, Roger Chartier o Robert Darton, Natalie Z. Davis con la nueva historia cultural, Carlo Ginzburg, Emmanuel Le Roy Ladurie, con la micro historia, Joan Scott con

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    las historias de gnero. Todos ellos se constituyeron en representantes de esta gran oleada posmoderna historiogrfica. A continuacin una breve caracterizacin de las corrientes historiogrficas actuales ms significativas para luego poder analizar las caractersticas generales de los tiempos actuales en las formas de hacer historia, y a partir de all detectar si estos sntomas historiogrficos se ven reflejados en los mbitos educativos o si todava son propiedad de las esferas acadmicas. 1.1. La Nueva Historia Cultural. La Nueva Historia Cultural surgi a principios de la dcada de los 80. Su conexin con el posmodernismo es indiscutible. Entre sus principales representantes se pueden mencionar a Robert Darton, Spieguel o Roger Chartier. Lo que le interesa particularmente a esta escuela es adentrarse en la "representacin mental simblica de los objetos culturales" (Arstegui; 1995: 145). Va en busca de la manifestacin de lo mental. Se inspira en los avances de la antropologa y mantiene estrechas relaciones con la historia social. "La revitalizacin de la cultura como el mbito preferente de la historiografa se fundamenta en la conviccin de que la historia mejora cuando alcanza una dimensin ms sociolgica, al igual que la sociologa se perfecciona cuando es ms histrica." (Aurell; 2013: 305) Pero esta nueva historia cultural no pretende hacer una historia total, sino que por el contrario adopta una visin polidrica de la realidad. De all que su principal referente diste de las mentalidades, las estructuras, la larga duracin o las explicaciones macro histricas, sino que por el contrario, se ocupa esencialmente de lo particular, del otro, lo distinto, lo pequeo, del "hombre de a pie". (Iggers; 2002: 83). Su inters se centra en analizar lo muy diferente y lo hace a pequea escala. Paralelamente, y como consecuencia de ocuparse de lo particular, es que el objeto de estudio preferencial sean los hechos aislados y particulares. Sin embargo existe un intento de llevar a cabo un relato de las manifestaciones culturales en su conjunto, de modo tal que se establece un fluido dilogo con otras disciplinar como el arte o la literatura, la antropologa, la sociologa. Las temticas preferidas van en sintona con los sujetos y el objeto de estudio mencionados, de all que se ocupen de temticas como el focklore, los smbolos, las fiestas. Aparece lo pequeo y su relacin con el contexto. Esta escuela no escapa a las influencias decontruccionistas y adoptan el estilo narrativo en sus obras y escritos cientficos. 1.2. La Microhistoria. Al hablar de microhistoria la mente remite casi en forma espontnea a Carlo Ginzburg, su referente ms emblemtico. Esta corriente naci en Italia tras la aparicin de su famosa obra "El queso y los gusanos" (1976). All se narra la historia de un molinero italiano llamado Menocchio del siglo XVI que es acusado por la inquisicin. El planteo de Ginzburg consiste en enfocarse en lo que l denomina la cultura de "las clases subalternas" y propone para ello partir del anlisis de la vida de un individuo. Es decir achicar la escala de observacin a la existencia de una persona, pero no slo eso sino que adems se trata de un personaje poco significativo. Es el mismo autor quien se permite cuestionar en el prlogo del mencionado libro la relevancia que este tipo de anlisis puede llegar a tener para la interpretacin del pasado. Y responde a tales cuestionamientos con el convencimiento que estos ejemplos pueden determinar las caractersticas de un perodo histrico en su conjunto porque todo ser humano est imbuido de su tiempo. "De la cultura de su poca y de su propia clase nadie escapa..." afirmar. (Ginzburg; 1981: 18). Es decir que la biografa no era importante en s misma como para quedarse en el estudio de la vida singular, ni el objetivo central era limitarse al estudio psicolgico e histrico de un personaje, sino que a partir de ella se aborda y estudia toda una poca histrica. Veamos lo que el mismo Carlo Ginzburg dice al respecto:

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    "Ampliar hacia abajo la nocin histrica de individuo no es objetivo de poca monta. [...] En algunos estudios biogrficos se ha demostrado que en un individuo mediocre, carente en s de relieve y por ello representativo, puede escrutarse, como en un microcosmos, las caractersticas de todo un estrato social en un determinado periodo histrico, ya sea la nobleza austraca o el bajo clero ingls del siglo XVII." (Ginzburg; 1981: 18) Estas breves palabras resumen de manera contundente esta prctica historiogrfica que consiste en la reduccin de la escala de observacin al mximo, y a partir de all estudia los fenmenos antropolgicos y sociolgicos de una realidad histrica concreta. Es decir que se parte de la particularidad de los actores singulares, y a travs de una forma narrativa se conecta con el contexto y tiene una aspiracin global. La reconstruccin de la vida del molinero y de su mundo moral e intelectual a partir de los documentos existentes de la inquisicin, se vuelca en un relato que tena por objetivo final entender el tiempo en que vivi Menocchio. En este sentido el mismo Ginzburg se opone a Ankersmit que postula que los historiadores posmodernos se ocupan de fragmentos minsculos del pasado que investigan de manera aislada, porque recalca con claridad y fuerza la importancia del contexto y de la visin globalizante a partir de las particularidades 1.3. La Nueva Narrativa. La historia naci con la narrativa. Herodoto contaba los hechos para que estos no se "desvanecieran con el tiempo". Narrativa que adquiri una rigurosidad cientfica con el historicismo decimonnico, de la mano del anlisis exhaustivo de las fuentes y de los documentos escritos. Sin embargo con el advenimiento de las nuevas historias fue desdeada, por considerar que la narracin slo se ocupaba de la corta duracin y que limitaba la exposicin a una sucesin de hechos polticos y militares ocurridos linealmente. Pero la ya mencionada crisis historiogrfica, producida durante las dcadas del 70 y el 80, influy tambin en los relatos y en el desafo de estos frente a las estructuras y la historia totalizadora que imperaba. Lawrence Stone, quien hizo alusin a la nueva historia narrativa en su ya referenciado artculo "El resurgimiento de la narrativa: reflexiones sobre una nueva historia vieja", no slo haca una crtica a las construcciones cuantitativas y estructurales que sostenan las explicaciones estadsticas y tericas, sino que admita la influencia de la poltica y los hechos militares en el discurso histrico y en la cultura como agentes a tener en cuenta en la explicacin de lo acontecido. Aspectos que son posibles de ser relatados al modo narrativo. Sin embargo este retorno no se da de manera idntica sino que aparece imbuido de los rasgos propios del contexto histrico e historiogrfico en el que se encuentra inmerso. Se trata de una narrativa al "modo posmoderno", lo que supone contemplar algunos rasgos inditos en la forma tradicional. La nueva narrativa presenta una organizacin descriptiva ms que analtica y se ocupa de lo particular ms que de lo contextual. Si bien le interesa ajustarse al rigor cientfico, tambin procura ser arte, por eso cuida el estilo. Es decir que combina la forma de lo que se dice con la veracidad de lo acontecido. Tiene influencia de la psicologa y de la antropologa que se ven reflejadas en temticas como los sentimientos, las emociones, las normas de comportamiento, los estados mentales, los vnculos, las relaciones de parentescos, entre otros. Hay un retorno a la biografa, pero ya no como una lista interminable de datos de vida sino como la existencia de un hombre producto del sentir de una poca e inserto en un contexto. Es decir que se toma un personaje singular y desde all se puede vislumbrar su poca. 2. Signos de unidad en la diversidad historiogrfica actual. De lo visto se puede distinguir que las nuevas nuevas historias se caracterizan por albergar corrientes historiogrficas diferentes y en la actualidad se est muy lejos de vislumbrar un paradigma ntido que oriente o gue un camino de cmo hacer historia. Por el contrario hay una proliferacin de propuestas, mtodos, temtica, modos de abordaje y nada indica que no surjan otras

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    nuevas. Todas vlidas, todas paralelas y coexistentes, aunque haya entre ellas tendencias divergentes. Sin embargo el pensamiento posmoderno parecera ser el hilo invisible que nuclea a todas y que de algn modo da homogeneidad a la aparente fragmentacin. As una serie de caractersticas comunes se advierten y confluyen entre la diversidad. Entre ellas se pueden mencionar: 2.1. Fragmentacin. Todas las corrientes analizadas se oponen a los proyectos estructuralistas de principios del siglo XX. Igualmente cuestionadas fueron las visiones sistmicas y universalistas. El inters se desplaz hacia diferentes aspectos de la realidad hasta el momento ignorados. As la fragmentacin ocup el lugar que antao tenan las macro explicaciones y obtuvo las miradas de los historiadores. Fragmentacin que lleg de la mano de la posmodernidad, pero que tambin tuvo su gnesis en el seno de las mismas nuevas historias. Paradjico en apariencia porque tanto Annales como el cuantitativismo y el marxismo aspiraban a abarcar "toda la historia", pero en ese afn incorporaron nuevas temticas que llevaron imperceptiblemente hacia la diversificacin. La influencia de la posmodernidad llev a la una relativizacin del contexto y un enaltecimiento de la fragmentacin. El pasado se muestra como heterogneo y discontinuo. As aparecen pequeas porciones de la realidad como objetos de estudios vlidos. Hay una multiplicidad de pequeas historias. Exponente claro de esto es la microhistoria que cuenta historias de hechos singulares. Se ha reducido la escala de observacin a lo particular, lo local, lo cotidiano. O la historia en migajas de la tercera generacin de Annales. La historia aparece en este enfoque como en hojas sueltas, en compartimentos separados que estn apartados de las utopas universalistas para ocuparse de lo individual. No se buscan las explicaciones causales, ni las generalizaciones desde las cuales se pueda comprender el todo. Los fragmentos aparecen como autosuficientes. Diversificacin, especializacin, atomizacin son los adjetivos pertinentes para esta nueva forma de hacer historia. Por ello, atendiendo a esta caracterstica es que aparecen temas como historia de las mujeres, de la muerte, de la moda, de la vida de un molinero en particular, de una crisis, entre otros. Todos los "fragmentos de la realidad pasada" se constituyen ahora en objetos de estudio vlidos. 2.2. La importancia de los actores singulares. Una consecuencia directa de la fragmentacin y la vuelta a lo cotidiano es el renovado aprecio por los actores singulares y particulares. Todas las nuevas nuevas historias van a estar interesadas por los agentes autnomos. De all que las explicaciones histricas se ocupen de lo propio y privativo de los mbitos personales, individuales, locales y sus relaciones en sociedades concretas, porque las motivaciones individuales son las que generan las relaciones sociales. Dicho de otro modo las vivencias, sentimientos, experiencias o reacciones de agentes personales son los que rigen y determinan el orden social y su funcionamiento. La influencia de la antropologa y la sociologa tambin han ejercido su impronta en este sentido, de all que a lo singular haya que agregarle este giro. Resultado de esto es el renovado impulso que han cobrado las minoras tnicas, o religiosas, sexuales entre otras. Ejemplos de lo dicho se ven claramente en la microhistoria que cuenta hechos nicos reducidos en la escala de observacin y anlisis o en la nueva historia cultural que le interesa lo "otro particular" como las fiestas locales, las costumbres de un determinado pueblo o rituales, por mencionar algunos ejemplos. 2.3. La corta duracin del acontecimiento singular Como una implicacin directa de lo expresado en el punto anterior es que, junto con el individuo, se ha reivindicado el suceso particular. Hay una vuelta al acontecimiento que ahora importa por s

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    mismo porque encierra una significacin histrica peculiar digna de ser estudiada y tenida en cuenta. Temas excluidos hasta el momento por las corrientes estructuralistas como los polticos o militares son reconsiderados, aunque con una impronta ms sociolgica. El suceso nico encierra en s una significacin histrica, porque cada hecho en particular importa por s mismo y tiene una relevancia particular para el devenir histrico. Lejos estn los tiempos donde las explicaciones deban ser totales, estructurales. Importan las "hojas sueltas", cada una en particular sin relaciones concatenadas, causales o vinculadas. Como consecuencia de ello es que se revaloriza la corta duracin tan desdeada por los estructuralistas. La longue dure se opone a la discontinuidad temporal propia de los tiempos posmodernos, al que le interesa lo sbito, los hechos cortos, instantneos. El discurrir temporal, que es el que otorga la identidad y el sentido de pertenencia al hombre, es lo que deja de tener el sentido de antao. La posmodernidad eterniza el presente y en este sentido ejerce una clara influencia en la historiografa porque "lo histrico queda condenado temporalmente mediante una especie de flash o captacin instantnea, en una maximizacin de lo sbito que prescinde de las ilaciones y de las continuidades" (Duda; 2000: 32) 2.4. Nuevas fuentes, nuevos mtodos, nuevas formas de contar la historia. Toda esta nueva forma de abordar la realidad trae aparejada una ampliacin de las fuentes consideradas como vlidas. De all que para el logro de los propsitos de cada una de las corrientes, comienzan a cobrar importancia los relatos orales, la historia de un hombre particular y desconocido, los hbitos de la gente "comn", una obra de arte, una cancin, un testamento, la indumentaria, una imagen, la lista de un penal, entre tantas y tantas otras posibles fuentes. Todo habla de historia y puede ofrecer datos para la interpretacin de lo sucedido en el pasado. Paralelamente a esta generosa apertura de las fuentes, coexisten una multiplicidad de mtodos que lejos estn del crtico erudito del historicismo, o de los mtodos interpretativos de las nuevas historias. Se toman prestados mtodos de la antropologa, de la sociologa y de la teora literaria y se los adopta en el anlisis histrico. Y el resultado del trabajo de los historiadores se presenta a travs de los relatos. Relatos que adoptan la forma narrativa que, como se mencionara anteriormente, vuelve de un modo renovado. El discurso histrico es narrativo, con una trama ilada y que tiene un principio, un desarrollo y un desenlace. El discurso es la gran va de acceso al pasado porque la realidad histrica en s, como pasado no existe. De all que el lenguaje sea la principal forma de mediar entre lo sucedido y lo que nosotros podemos conocer de eso que pas. "El lenguaje narrativo sustituye la ausencia del pasado y en esta sustitucin radica su carcter metafrico: la escritura de la historia ocupa el lugar del pasado" (Duda; 2000: 37). Los relatos que cuenta el historiador es lo palpable, y es importante que lo haga de manera amena y con sentido esttico. Por eso cuenta especialmente la imaginacin creadora del que "relata historias". Sin embargo cabe destacar que en el caso concreto de la ciencia histrica, estas tramas narrativas no pretenden adentrarse en el mundo de la ficcin, como es el caso de la literatura, sino que hay un inters por llegar a la verdad de los hechos acaecidos. En este sentido han cobrado una especial relevancia las novelas histricas que buscan contar hechos sucedidos en el pasado de un modo entretenido y placentero. 3. La influencia de las nuevas nuevas historias en la enseanza de la historia. Fragmentacin del objeto de estudio, prcticas individualizadoras, singularidad de actores, vuelta al acontecimiento, tiempos deconstruidos y discursos narrativos confluyen en las nuevas nuevas historias. Caractersticas que han comenzado a filtrarse en las prcticas ulicas y los modos de ensear historia. Esto se ve reflejado no slo en los documentos gubernamentales plasmados en los

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    diferentes niveles de especificacin curricular, sino tambin en las propuestas editoriales. Un anlisis exhaustivo de la presencia de las nuevas corrientes historiogrficas en los mencionados espacios excedera los lmites de este trabajo, pero una aproximacin a su estudio ilustrar adecuadamente la influencia que, en los mbitos educativos actuales, hay. 3.1. En los diferentes niveles de especificacin curricular. 3.1.1. Ncleos de aprendizaje prioritarios. En los Ncleos de Aprendizajes Prioritarios se detectan algunas tmidas pinceladas de nuevas nuevas historias ya que en trminos generales las corrientes estructuralistas son las que predominan en el planteo general de este primer nivel de especificacin curricular. Si bien en los antiguos Contenidos Bsicos Comunes (1991), la impronta de Annales era indiscutida y su presencia era claramente visible, en los Ncleos de Aprendizajes Prioritarios (2012) la visin francesa se complementa y equilibra con el marxismo. Donde se evidencia ms claramente la influencia del posmodernismo es en la propuesta de algunos enfoques planteados en los contenidos conceptuales a ser abordados por los alumnos del nivel secundario. Ejemplo de ello es el siguiente contenido: "El anlisis de las formas de organizacin de las sociedades indgenas americanas en relacin con la organizacin de los trabajos, la distribucin del excedente, la jerarquizacin social, la legitimacin a travs del culto y de los sistemas de creencias, a partir del tratamiento de uno o dos casos" (NAP; 2011: 18). Podra decirse que hay una presencia de la nueva historia cultural que se interesa por las manifestaciones culturales y de la historia social; de all la "legitimacin del culto y de los sistema de creencias". Los estructuralistas abordaban las creencias como el andamiaje que sostena el devenir histrico en su conjunto, mientras que las corrientes actuales abordan el culto y las creencias como parte de un conjunto de variables que hacen a la comprensin de la organizacin de las sociedades indgenas americanas. Cabe destacar que tambin est el tratamiento particular de casos. Para los estructuralistas la historia era el resultado de un juego e interjuego de temporalidades, que en su conjunto explicaban en un todo, el acontecer pasado. Quedarse con el anlisis de lo singular o de un caso era cercenar la mirada de lo sucedido y por lo tanto no era acabada la interpretacin. Por el contrario, para las corrientes posmodernas lo nico vuelve a ser importante y a tener sentido en el estudio de la historia. Otro ejemplo interesante de analizar es el siguiente: "La comprensin de los procesos de conquista y colonizacin europea en Amrica desde mltiples interpretaciones, enfatizando en el impacto sobre las sociedades indgenas y en las variadas relaciones (resistencias, cooptaciones, alianzas) que stas establecieron con los conquistadores". (NAP; 2011: 18) En este caso hay que detenerse en las "mltiples interpretaciones". La controversialidad es propia de la situacin pluriparadigmtica que caracteriza la historiografa actual. Multiplicidad y coexistencia de las perspectivas diferentes, todas consideradas vlidas y capaces de interpretar lo sucedido. Tambin es interesante rescatar la perspectiva que centra la atencin en "el impacto sobre las sociedades indgenas". Aqu la mirada es el "otro". Ya no se parte exclusivamente desde la visin eurocntrica, sino que interesa analizar lo sucedido desde los aborgenes y los diferentes modos de reaccin de estos, como las resistencias o las alianzas, lo cual es propio de la Nueva Historia Cultural. En el encuadre terico se mencion que nuevos temas y nuevos actores haban irrumpido en la historiografa posmoderna. Ilustran eso los contenidos que a continuacin se transcriben: "La comprensin de las relaciones de parentesco, gnero y edad en distintas sociedades, reconociendo la variabilidad y el carcter histrico y social de las relaciones familiares y las formas de socializacin." (NAP; 2011: 19)

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    "La comprensin de distintos sistemas de conocimientos y creencias, profundizando en el anlisis de distintas formas de prejuicio y discriminacin en diferentes sociedades. (NAP; 2011: 19) 3.1.2. Diseos Curriculares de la Provincia de Mendoza. Los documentos curriculares de la provincia de Mendoza1, de febrero del corriente ao, en consonancia con lo emanado por Nacin, siguen la impronta estructuralista, pero se ve en ellos, ms ntidamente, el influjo posmoderno. A continuacin se citan ejemplos de los saberes de historia y formacin tica y ciudadana que ilustran tal afirmacin: "Identificacin de diversas formas de interaccin entre los individuos y los grupos sociales y comprensin de la posicin que ocupan dentro de los procesos histricos que suponen cambios profundos, como el inicio de la modernidad." (DCP; 2014: 65) "Conocimiento de los procesos histricos de construccin de normas y leyes en relacin a la inclusin de lo nuevo y lo distinto." (DCP; 2014: 67) "Comprensin de la influencia que la dimensin ideolgico-poltica ejerce en la vida cotidiana a partir de la consideracin de lo pblico y lo privado y el Estado". (DCP; 2014: 66) "Reconocimiento y anlisis de las formas de produccin econmica que implican procesos de dominacin y cambio en la vida cotidiana de los dominados." (DCP; 2014: 66) "Identificacin de las formas de ocupacin y organizacin del territorio americano durante la colonizacin como idea de apropiacin y dominio." (DCP; 2014: 66) "Reconocimiento y comparacin de las diferentes formas de organizacin de los pueblos originarios... y sociedades urbanas complejas..." (DCP; 2014: 65) De los ejemplos citados se pueden extraer muchas de las caractersticas propias de la historiografa posmoderna. Entre las ms significativas se podran mencionar las siguientes: * Se hacen presente los sujetos individuales, y si bien estos se complementan con los grupos sociales, la atencin ha girado hacia los individuos particulares que fueron protagonistas en el devenir histrico. Adems, no se trata slo de los sujetos particulares destacados, sino que hay un cambio en la mirada hacia los que no tenan voz. Aparecen los olvidados. Ejemplo de ello es la mencin que se hace sobre el "cambio en la vida cotidiana de los dominados" en el anlisis histrico de las formas de produccin econmica. * Hay influencia bien distinguible y marcada de la Nueva Historia Cultural en la inclusin de lo "nuevo y lo distinto", "lo pblico y lo privado". * Aparece la preocupacin por la vida cotidiana. Esto es la reduccin de la escala de observacin a lo particular y lo pequeo. Si bien la historia de vida cotidiana ya estaba planteada por Braudel, el enfoque actual sugiere, adems de la mirada conciente hacia la vida de aquellos que no detentaron el poder y de los individuos comunes, hacer una descripcin minuciosa y detallada de esta arista histrica. . * Casi no se mencionan los procesos polticos, sino que este aspecto es abordado como un complemento de lo social y econmico. * La influencia posmoderna tambin se ve en el enfoque espacial que se ha propuesto, porque no se parte de un centro europeo y de un anlisis unidireccional de los procesos histricos, sino que se adhiere a un abordaje de las culturas in situ desde sus espacios propios y originarios. 3.2. En las propuestas editoriales. Las propuestas editoriales para la escolaridad obligatoria, no escapan a estas transformaciones y en ellas se vislumbran algunos contenidos o actividades de mediacin que son abordados desde las nuevas perspectivas descriptas. Ejemplo de ello son las citas que a continuacin se transcriben2.

    1 Cabe destacar que al momento slo estn los contenidos para el ciclo bsico del nivel secundario. Para el ciclo superior se toma como gua a los NAP y continan vigentes los contenidos que se aprobaron en el marco de la Ley Federal de Educacin.

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    3.2.1. Incorporacin de fuentes varias en el estudio de la historia. - Ejemplo 1: Andjar, A. y otros (2011). Historia Argentina en el contexto Latinoamericano y mundial (1850 hasta nuestros das). Buenos Aires, Santillana. p. 202, 203. Se proponen el anlisis de obras de arte del plstico argentino Antonio Berni sobre temticas sociales de la dcada del 30 con el fin de complementar la comprensin del periodo histrico, y a ellas se le adjuntan citas del mismo autor en las que expresa lo siguiente: "Los problemas del arte estn sometidos a los de la vida, para servir a los hombres y no para separarnos de ellos". "nicamente tiene valor lo que de alguna manera se refiere al hombre". - Ejemplo 2: Alonso, M. y otros (1994). Historia. La antigedad y la sociedad feudal. Espaa, Aique. A lo largo de todo el libro se propone el trabajo con diferentes tipos de fuentes, entre las que se pueden mencionar: El cine (p. 23); las tiras cmicas ( p. 219); pinturas (p.57, 118). - Ejemplo 3: Andjar, A. (2010). Historia. Argentina y el mundo. La primera mitad del siglo XX. Buenos Aires, Santillana. p. 124-125. En el tema del Crack de 1929 con el fin de presentar ms acabadamente la realidad vivida por la sociedad norteamericana frente a aquella crisis de envergadura inusitada, se hace una referencia a diversas fuentes como la fotografa, la literatura, la msica, el teatro y el cine. -Ejemplo 4: Rins, C y Winter, M. F. (2007). La Argentina. Una historia para pensar 1776-1996. Buenos Aires, Kapelusz. En la pg. 521, en el marco del tema de Guerra de Malvinas se propone el anlisis de una tira cmica de Fontanarrosa como fuente sobre el tema. 3.2.2. Recobran importancia los actores singulares y los sectores de la sociedad menos relevantes e ignorados. En las propuestas editoriales actuales se hacen presente los grandes personajes, pero se los integra con los actores singulares y los desconocidos. A continuacin algunos ejemplos de temas que refieren algunos libros de texto de los alumnos. Actores singulares, ignorados

    y menos relevantes Temticas en las

    cuales se los inserta Libros de texto

    -La resistencia de los cipayos. Expansin imperialista en Asia

    Andjar, A. (2010). Historia. Argentina y el mundo. La primera mitad del siglo XX. Buenos Aires, Santillana. p 21.

    -Una mujer en la poltica

    La confederacin rosista

    Rizzi, Anala (2009) Una historia para pensar: La Argentina en el largo siglo XIX. Buenos Aires, Kapelusz,

    -Cultura de masas. -Las mujeres y los comienzos de la emancipacin. Las mujeres, la educacin y las tiendas.

    Sociedad y cultura en la primera mitad del siglo XX

    Andjar, A. (2010). Historia. Argentina y el mundo. La primera mitad del siglo XX. Buenos Aires, Santillana. pp 102, 112.

    -Testimonio de un soldado.

    Crisis en la Patagonia con los obreros en 1921

    Andjar, A. (2010). Historia. Argentina y el mundo. La primera mitad del siglo XX. Buenos Aires, Santillana. p. 131.

    -Pequeos comercios e La generacin del 80 Rins, C y Winter, M. F. (2007). La

    2 Al igual que con el anlisis de los diseos curriculares se mencionan algunos ejemplos, porque ahondar en un estudio profundo y ms extendido de las propuestas editoriales vigentes, excedera la extensin permitida en el presente trabajo.

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    industrias. Argentina. Una historia para pensar 1776-1996. Buenos Aires, Kapelusz. p. 323.

    3.2.3. Aparecen temticas donde se vislumbra el giro cultural y antropolgico que ha sufrido el anlisis histrico Temas incorporados a partir

    de la influencia de las escuelas posmodernas

    Temticas en las cuales se los inserta

    Libros de texto

    -Lo pblico y lo privado en la sociedad feudal

    El mundo del medioevo

    Alonso, M y otros (1994). Historia. La antigedad y la sociedad feudal. Espaa, Aique. p. 249.

    -Cultura de masas. -El mundo de la lectura. -Movimiento y sonido. -Vanguardias y poltica.

    Sociedad y cultura en la primera mitad del siglo XX.

    Orlando, Romina y otros (2010). Historia. Contempornea mundial y argentina. siglo XIX y XX. Bs. As., Tinta Fresca. pp. 102-104, 111.

    -Cambios en los nuevos modos de vida

    Perodo de la historia argentina 1930-1943

    Rins, C y Winter, M. F. (2007). La Argentina. Una historia para pensar 1776-1996. Bs. As., Kapelusz. p. 412.

    -Vida cotidiana: los estudiantes secundarios: la msica y la poltica

    El retorno del peronismo (1973-1976)

    -Alonso, Mara y otros (1999). Historia. La Argentina del siglo XX. Bs. As., Aique. p.207.

    4. Conclusiones. Hasta aqu una breve aproximacin del panorama que se ha abierto a partir de la irrupcin de la posmodernidad y su influencia en la historiografa. Nuevos actores, sujetos renovados, visin fragmentada, fuentes mltiples son algunas de las caractersticas que las nuevas nuevas historias han incorporado al estudio del pasado. Aspectos que lentamente se han adoptado en los mbitos escolares y que le permiten al docente abrir el espectro hacia formas novedosas de ensear la historia. Prueba de ello son las temticas sugeridas desde los diseos curriculares en sus diferentes niveles de especificacin nacional y provincial y en las propuestas editoriales del medio. En ambos hay una preeminencia de enfoques eclcticos en el que imperan las corrientes estructuralistas por sobre las posmodernas, pero en las que hay combinacin de diferentes escuelas y propuestas. El aspecto que queda por analizar es si en las prcticas ulicas concretas estos enfoques son debidamente mediados y transferidos. Y frente a esto surgen ciertos interrogantes: Estn los docentes formados para el abordaje de las temticas referidas? Aplican en sus prcticas ulicas las nuevas visiones historiogrficas? Si lo hacen con qu grado de profundidad? Cmo un complemento de una nueva historia vieja o desde una verdadera renovacin de los enfoques? Muchas preguntas retricas que an quedan por resolver. El camino est abierto. Las nuevas nuevas historias y la enseanza del pasado estn tratando de converger, pero queda todava averiguar en qu medida y cmo lo han hecho. Bibliografa. Arstegui, Julio (1995). La investigacin Histrica: Teora y Mtodo. Barcelona, Editorial Crtica. Aurell, J. y otros (2013). Comprender el pasado. Una historia de la escritura y el pensamiento histrico. Espaa, Akal. Consejo Federal de Educacin. (2012). Ncleos de Aprendizajes Prioritarios. Ciencias Sociales. Campo de la Formacin General. Ciclo Orientado. Educacin Secundaria. Buenos Aires.

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    Direccin General de Escuelas (2014). Diseo Curricular Preliminar. Ciclo Bsico. Educacin Secundaria. Mendoza Duda, Marta. Transformaciones de la historiografa posmoderna. (2000). En Revista de Estudios Regionales N 23, Mendoza, F.F.y Letras, U.N.Cuyo. pp 26-41. Ginzburg, Carlo (1981). El queso y los gusanos. El cosmos, segn un molinero del siglo XVI. Barcelona, Muchnik editores,. trad.. Francisco Martn. En: http://lanormal-isfd95.com.ar/biblioteca/historia/GINZBURG%20Carlo,%20El%20queso%20y%20los%20gusanos.pdf. (18/5/2014) Ginzburg, Carlo (1994). Mircorhistoria: Dos o tres cosas que s de ella. En: http://ddd.uab.cat/pub/manuscrits/02132397n12p13.pdf?origin=publication_detail (19/5/2014) Iggers, George. (2002). LA CIENCIA HISTRICA EN EL SIGLO XX. Las tendencias actuales. Una visin panormica y crtica del debate internacional. Barcelona, Idea Books. Kelley, Donald (1996). El giro cultural en la investigacin histrica. En: Olabarri I. y Caspistegui, F. J. La nueva historia cultural: la influencia del postestructuralismo y el auge de la interdisciplinariedad. Madrid, Editorial Complutense. Ministerio de Educacin. Consejo Federal de Educacin. (2011). Ncleos de Aprendizajes Prioritarios. Ciclo Bsico. Educacin Secundaria. Ciencias Sociales. Buenos Aires Moradiellos, Enrique (2001). Las caras de Clo. Una introduccin a la Historia. Madrid, Siglo XXI. Santos, Isnardo. Los orgenes de la historia cultural, 1960-1980. En: http://www.palabradeclio.com.mx/Lasmentalidadesclio.pdf (19/5/2014)

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