v16n1a02

Upload: zerapio-fuentes

Post on 07-Jul-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/19/2019 v16n1a02

    1/23

    Resumen

     El Horizonte Medio ha vislumbrado el origen y colapso de dos entidades de importancia macroregional en el mundoandino, Tiwanaku y Wari. Sin embargo, durante este periodo también se han desarrollado una serie de organiza-ciones sociopolíticas regionales como es el caso de los grupos Yunga-Kallawaya asentados en los valles de Charazani.

     Es por esto que a través de esta investigación se exploran las estrategias de interacción entre la entidad altiplánica ylos grupos Yunga-Kallawaya en Kalla kallan, un centro de interacción regional del territorio Kallawaya. Más aún,las inferencias derivadas de la evidencia colectada en este asentamiento destacan el carácter activo de la poblaciónlocal durante el proceso de interacción con Tiwanaku. Asimismo, la reestructuración funcional de Kalla kallan du-rante sus dos periodos de ocupación ha determinado el proceso de interacción entre ambas entidades. Entonces, si bienlos intereses económicos han motivado el desarrollo de procesos de interacción interregional, estos han sido establecidosen base a actividades ideológicas expresadas en rituales y celebraciones festivas periódicas. Así, el paso de centro deconfluencia económica a centro regional de interacción ideológica, religiosa y festiva no es más que un reflejo del tipode relación establecida entre la población local y foránea en el Territorio Kallawaya prehispánico.

    Colony or client? Processes of regional interaction in a Middle Horizon Center in

    the Kallawaya territory 

    The Middle Horizon has seen the dawn and breakdown of two of the most important polities on the Andean world,Tiwanaku and Wari. However, this period has also witnessed the development of a number of regional polities as itis the case of the Yunga-Kallawaya groups, which were settled on the Charazani valleys. That is why this researchexplores the interaction strategies between the highland polity and Yunga-Kallawaya groups in Kalla kallan, a re- gional center of interaction in the Kallawaya Territory. Furthermore, the settlement’s collected evidence suggests theactive role of the local population during the interaction process with Tiwanaku. Likewise, the functional changesin Kalla kallan during their two occupational periods have determined the variability on the interaction processbetween both polities. So, as much as economic interests had motivated the development of interregional processes ofinteraction, these have been based on ideological activities expressed as seasonal rituals and feasting. In this way, the

     pass from an economic confluence center to an ideological, religious and festive regional center of interaction is no-thing more that a portrait of local and foreign population’s relationships on the prehispanic Kallawaya Territory.

    ¿Colonia o cliente? Procesos de interacciónregional en un centro del Horizonte Medio

    en el territorio Kallawaya  Juan Carlos Chávez Quispe* 

    Introducción

    Cuando se revisa la historia de las investiga-ciones arqueológicas en Bolivia no es difícil

    percibir que existe una necesidad imperan-te por continuar, y en muchos casos iniciar,trabajos en regiones alternas a la cuenca del

     Titicaca. Más aún, cuando se revisan los an-tecedentes regionales del área externa al cir-cum Titicaca se pone de manifiesto el carác-ter de periferia inhabitada y culturalmente

    Textos Antropológicos, 2011, Volumen 16, Número 1, pp. 11-33Carreras de Antropología y Arquelogía, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz

    * Universidad Mayor de San Andrés  [email protected]

  • 8/19/2019 v16n1a02

    2/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 112

    no desarrollada que se le atribuye a esta ex-tensa área. Esta ha sido una constante en laprehistoria de los valles interandinos, Chaco,

     Amazonía, e incluso del altiplano sur. Deesta manera, la marginación del oriente y surboliviano ha producido el desconocimientode las sociedades del pasado que habitaronestas regiones.

     Al parecer tal situación es producto de ladinámica sociopolítica de nuestro país im-plantada durante la Colonia, vale decir, eldesconocimiento del pasado de las tierras ba-

     jas es consecuencia del prejuicio etnocéntricode quienes viven en las tierras altas . A pesar deesto, en los últimos años se han desarrolladodiversas investigaciones en regiones perifé-ricas, en especial en los valles de la vertienteoriental de los Andes. Sin embargo, muchasde estas continúan siendo desarrolladas enfunción a los intereses, acciones y óptica de lasentidades panandinas Tiwanaku e Inka. Así,tanto la situación como características orga-nizativas de los grupos locales periféricos hanpermanecido marginadas de la problemática

    arqueológica en nuestro país. Aunque breve, el contexto arqueológicoantes descrito ha motivado el desarrollo dela presente investigación en una región pe-riférica, y desde un enfoque centrado en lapoblación local de los valles septentrionalesdurante el Horizonte Medio. Esto supone elplanteamiento de alternativas hermenéuticasacerca de las estrategias de interacción entrelos grupos locales de los valles de Charazani

     y quienes fueron parte de la entidad Tiwa-naku. Debido a la amplitud de la región deestudio este trabajo ha sido enfocado en elestudio de Kalla kallan, un asentamiento re-gional con evidencia de interacción entre lapoblación local y segmentos poblacionalesforáneos procedentes del núcleo Tiwanaku.

    El Horizonte Medio y la esfera Tiwanaku

    El Horizonte Medio (ca. 500-1150 d.C.) hasido definido como el período prehispánico enel cual dos estados, o entidades políticamente

    independientes, expandieron su área de in-fluencia y/o control sobre gran parte del Área

     Andina. Este período expansivo correspondeal fenómeno Wari-Tiwanaku producido deforma paralela en los Andes Centrales y An-des Centro Sur respectivamente (Isbell 2008;Lumbreras 1981; Ponce 1980, 1981). El nú-cleo de ambos estados ha sido identificado enuna región de altura1, sin embargo, su presen-cia hegemónica alcanzó zonas alejadas y ecoló-gicamente diferentes además del altiplano cir-cundante. De esta manera, el área de influenciadel fenómeno Wari-Tiwanaku alcanzó la costa

     y piedemonte tropical además de los valles in-terandinos orientales y occidentales.

    Si bien el Horizonte Medio contemplauna serie de regularidades sociales, econó-micas, culturales e ideológicas compartidas ydesarrolladas en un marco temporal común,esto no implica una coincidencia en la es-tructura organizativa de los dos estados. Deesta manera, además de reflejar un patrón dedistribución artefactual común, lo propio delfenómeno Wari-Tiwanaku es la amplia dis-

    tribución de temas decorativos y configura-ciones estilísticas análogas en la iconografíade las dos entidades (Berenguer 2000; Cook1994; Isbell 2008; Lumbreras 1981; Mulvany1994; Stanish 2003). Por el contrario, tantola disposición y acabado en la arquitecturade los sitios-tipo como la distribución y ca-racterísticas de los asentamientos asociados aestos sugieren el desarrollo homólogo de lasdos entidades (Isbell 2008; Makowsky 2008)

    Entonces, a pesar que Wari y Tiwanaku hancompartido rasgos culturales de importancia,el establecimiento de este último como enti-dad hegemónica no fue similar al de su con-traparte septentrional. Según investigacionesen el área de influencia Tiwanaku, esta es dis-continua y su proceso de formación respondeal uso de variadas estrategias de interaccióndesarrolladas desde el núcleo altiplánico. Estaparticularidad sugiere que el proceso de di-

    fusión cultural e ideológica de Tiwanaku hasido complejo, y que responde a estrategiasde interrelación de aplicación causal. Así, deacuerdo con el registro arqueológico se han

  • 8/19/2019 v16n1a02

    3/23

    13Chávez  ¿Colonia o cliente?

    documentado diversas estrategias entre co-lonización directa, intercambio de bienes deprestigio, y comercio con un intercambio ver-tical, además de variantes regionales como se

     vera más adelante.

    La doble acepción de Tiwanaku

     Antes de continuar es preciso reconocer a Tiwanaku en sus dos acepciones generales yaque el uso de este término ha sido tan ambi-guo que pudo hacer referencia a conceptostan diferentes como complementarios (cul-tura megalítica, centro ceremonial, reino,imperio, estado, estilo cerámico, conjuntoiconográfico, entre otros). De igual manera,es necesario reconocer el principio de hete-rogeneidad cronológica del fenómeno Tiwa-naku en función a la región de estudio. Así,si bien la definición de la periodificación ycronología de Tiwanaku han variado segúnel avance de las investigaciones, en la actua-lidad su vigencia como entidad panandinano supera los seis siglos (ca. 500-1150 d.C.)

    (Janusek 2003, 2004). Según investigacionesen el sitio homónimo y en los centros regio-nales asociados, el período Tiwanaku estáconformado por dos fases sucesivas: Tiwa-naku IV  (ca. 500-800 d.C.) y Tiwanaku V (ca.800-1150 d.C.).

     Al margen de las transformaciones ma-teriales, ideológicas y organizativas que seprodujeron a causa del paso de la primera ala segunda fase, su temporalidad no es coin-

    cidente entre el centro urbano y los centrosasociados del núcleo, semiperiferia, perife-ria o ultraperiferia. Así, si bien el fenómeno

     Tiwanaku es más temprano en el núcleo al-tiplánico, este se manifestó mucho despuésen los valles de Moquegua, Cochabamba oLarecaja/Charazani. Por esta razón y a causade los todavía ausentes análisis de dataciónabsoluta, la periodificación y cronología de

     Tiwanaku es aquí considerada tan solo como

    un referente temporal. Además de pragmá-tica esta consideración posibilita la identifi-cación de secuencias locales en regiones noexploradas como sugiere esta investigación.

    Retomando las implicaciones del térmi-no Tiwanaku, este hace referencia tanto aun centro urbano como a una entidad so-ciopolítica prehispánica. En el primer caso,

     Tiwanaku denota los rasgos y característicasde un asentamiento prehispánico de granimportancia dentro de la historia ocupacio-nal de la cuenca del Titicaca. Así, Tiwanakues concebido como un complejo andino or-ganizado según un modelo de anillos con-céntricos de status en el que se distingue unnúcleo con arquitectura ceremonial, áreas depreparación de comida, almacenes, viviendasde elite, talleres artesanales y recintos habita-cionales (Giesso 2000; Janusek 2004; Kolata2003; Rivera 2003). A diferencia de otros nú-cleos urbanos andinos, la interrelación entrelos espacios funcionales y grupos sociales de

     Tiwanaku definen a esta urbe como un cen-tro administrativo y religioso,  y no como unaciudad  stricto sensu (Isbell 2008; Makowsky2008).

    Por otro lado, Tiwanaku debe ser enten-dido como una entidad sociopolítica cuya

    importancia macroregional ha sido definidaa través de una serie de investigaciones desa-rrolladas a lo largo de los Andes Centro Sur.El surgimiento de esta entidad andina ha sidointerpretado desde: (1) referentes económi-cos centrados en el intercambio de produc-tos y recursos entre el altiplano y regionesadyacentes (Browman 1981); (2) referentesetnohistóricos y etnográficos que sugieren lacohesión de grupos reducidos como base de

    constitución de un sistema político segmen-tario del tipo ayllu (Albarracín Jordán 1996; McAndrews, Albarracín Jordán y Bermann1997); o (3) propuestas segmentarias y he-terárquicas fundadas en actividades festivasde redistribución (Janusek 2004). De acuer-do con la base teórica común de estos mo-delos al parecer Tiwanaku no fue un estadoburocrático centralizado, sino más bien unaentidad estatal estructurada en base a alian-

    zas políticas determinadas por el manejo deprincipios ideológicos. Ahora bien, el éxito de Tiwanaku como

    entidad política reside en el efectivo control

  • 8/19/2019 v16n1a02

    4/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 114

    de su área nuclear, la misma que compren-día el valle de Tiwanaku, la cuenca Katari,el margen sur del lago Titicaca incluidaslas islas del Sol y de la Luna, y la región de

     Machaca-Nazacara (Pärsinnen 2001; Ponce1981; Stanish 2003). Esta expansión inicialfue desarrollada a través de la adaptación y/otransformación de antiguos asentamientoslocales en ciudadelas o centros administrati-

     vos regionales vinculados a Tiwanaku. Entreestos se puede mencionar a Lukurmata, Pa-

     jchiri, Khonko Wankane, Oje, Chucaripu-pata, Pukuro Uyo, Iwawi o Kallamarka, losmismos que en su mayoría están ubicados auna distancia relativa de 50-75 km de la ca-pital (Albarracín 1996; Bermann 1994; Isbell2008; Janusek 2004; Kolata 2003; Ponce1981; Stanish 2003).

     A pesar que se entablaron relaciones conregiones vecinas, estas no necesariamen-te implican un control directo de Tiwanakusobre ninguna de ellas. Por esta razón, en unsegundo momento los gobernantes de Tiwa-naku incrementaron su prestigio regional al

    tiempo de fortalecer su economía a través delcontrol de la producción agrícola del altipla-no circumlacustre. Es en este momento queel núcleo Tiwanaku ejerció un control directotanto sobre el área nuclear como sobre el áreasemiperiférica concentrada en los márgenesdel Titicaca (Stanish 2003). Si bien Tiwanakualcanzó un cierto grado de hegemonía en lacuenca lacustre, el creciente interés por el ac-ceso directo a productos y recursos comple-

    mentarios propios de otros microambientesmotivó su expansión en mayor escala.De tal manera, el abastecimiento de pro-

    ductos y recursos no altiplánicos significópara Tiwanaku el despliegue de políticas te-rritoriales en la periferia valluna (Berenguer

     y Dauelsberg 1989; Goldstein 2004). Estaárea comprende a los valles de las vertientesoccidental y oriental de la cordillera andina(Moquegua-Azapa y Cochabamba-Coho-

    ni-Larecaja/Charazani respectivamente), losmismos que se ubican a una distancia recorridaen pocos días de caminata desde la capital (cf .

     Alconini 2009; Anderson 2008; Chávez 2010;

    Dillehay y Núñez 1988; Goldstein 2004; Hi-gueras 1996; Kim 2009; Mulvany 1994; Owen2005; Paz 2000; Stovel 2001; Uribe y Agüero2001; Wassen 1973). El éxito de esta estrate-gia consolidó la posición central de Tiwanakuen la cuenca del Titicaca. Sin embargo, ade-más del establecimiento de un área de control

     y acceso directo a determinados productos,los gobernantes Tiwanaku promovieron unprograma de “captura” de aquellos productos

     y bienes que circulaban fuera de su esfera deinteracción.

    Entonces, el interés por incorporar nue- vos circuitos de intercambio dentro de suárea de influencia promovió el estableci-miento de relaciones de intercambio con

     Wari en el norte y San Pedro de Atacamaen el sur (Berenguer y Dauelsberg 1989). Almargen de lo sucedido con Wari, la estrate-gia de interacción entre Tiwanaku y una re-gión de ultraperiferia ha sido identificada enSan Pedro de Atacama en los oasis atacame-ños (Agüero 2007; Berenguer y Dauelsberg1989). Así, si bien el control de Tiwanaku

    sobre esta área fue ejercido a través del in-tercambio de bienes de prestigio, los gruposaltiplánicos accedieron a gran parte de losrecursos propios de los Andes Meridiona-les. Sin embargo, durante este proceso deinteracción no se produjo ninguna forma dedependencia cultural entre las poblacioneslocales y altiplánicas.

     Modelos de interacción

    Como ha sido mencionado, el surgimiento,desarrollo y colapso de la entidad Tiwanakuse produjo de una forma altamente fugaz ycompleja. Además del desarrollo del núcleourbano, durante este lapso se produjo la ma-terialización de los intereses económicos desus gobernantes a través de la conformacióndel área de influencia/interacción de la en-tidad Tiwanaku. Si bien con este hecho se

    ha producido la expansión de determinadosiconos culturales de Tiwanaku a lo largo delos Andes Centro Sur, las formas de acceso anuevas regiones han sido definidas según:

  • 8/19/2019 v16n1a02

    5/23

    15Chávez  ¿Colonia o cliente?

    (1) la distancia relativa entre el altiplano y los valles/oasis, (2) el nivel de interés porlos productos y recursos específicos de cadaregión, y (3) el grado de complejidad de losgrupos locales (Stanish 2003). Así, la varia-ción de estos elementos ha determinado eldesarrollo y uso de diversas estrategias de in-teracción de entre las cuales a continuaciónse describen las principales2.

    Colonia y diáspora vertical en el vallede Moquegua

    Según este modelo Tiwanaku ejerció un con-trol territorial sobre el valle medio de Moque-gua a través del establecimiento de colonias3 ocentros regionales conformados por una po-blación trasplantada desde el altiplano (Omo

     y Chen Chen). El objetivo de estos gruposcolonizadores fue productivo-extractivo enun marco de complementariedad económicaa través de la explotación del maíz, algodón,pacae, ají u otros recursos de valle (Goldstein2004). Con el tiempo esta situación derivó

    en la ejecución de actividades rituales de co-hesión social análogas a las practicadas en elaltiplano, y como un mecanismo de preser-

     vación de la adhesión moqueguana a la órbi-ta Tiwanaku. De esta manera, el modelo decontrol directo supone un efectivo control de

     Tiwanaku sobre la región colonizada y sus ha-bitantes. Por tanto, según este modelo la inte-racción con los grupos locales ha sido mínimasino inexistente.

    Durante el período de transición Tiwa-naku-Intermedio Tardío el valle de Moque-gua ha experimentado un proceso de diaspo-rización4 producido tal vez como reflejo deuna situación similar previa. Así, según Owen(2005) la colonización/diáspora de Moque-gua experimentó dos fases: (1) diáspora colo-nial según la cual el Estado altiplánico enviógente del altiplano a Moquegua con el fin deproducir lo necesario para su complementa-

    ción económica; y (2) diasporización de lascolonias a causa de un evento de importanciaocurrido alrededor del año 1000 d.C. To-davía no se conocen con certeza las causas

    que provocaron la diasporización durante lasegunda fase. Sin embargo, es probable queesta sea producto del levantamiento del gru-po local Huaracane, o de una facción de loscolonos, en contra de los administradorescoloniales, o en su defecto como reflejo delcolapso de la capital altiplánica.

    Clientelaje en los oasis de Atacama

    Este modelo supone la existencia de una en-tidad compleja análoga a Tiwanaku, la mis-ma que en este caso se encuentra ubicada enuna región alejada del núcleo altiplánico. Así,la relación entre Tiwanaku y San Pedro de

     Atacama supuso el desarrollo de estrategiashegemónicas basadas en alianzas entre elitese intercambio de bienes de prestigio. Desdeel punto de vista de las elites locales ataca-meñas, la relación con Tiwanaku y el accesoa bienes de alta calidad artística posibilitaronel fortalecimiento de su poder a nivel local,regional e interregional (Stovel 2001; Uribe

     y Agüero 2001). De igual manera, el acceso

    a los recursos de los oasis atacameños forta-leció el poder de Tiwanaku en el altiplano.Entonces, la aplicación de esta estrategia via-bilizó el intercambio de productos exóticos

     y bienes de prestigio entre las dos entidadesen cuestión. Por tanto, según este modelo decontrol indirecto los centros regionales noalbergaron a ninguna ocupación altiplánica.

     Independencia de las entidades locales en los

    valles de Cochabamba

    Según este modelo la interrelación entre Tiwanaku y los valles de Cochabamba se pro-dujo bajo un principio de apropiación selecti-

     va de rasgos culturales foráneos. Esto supusoque dicha relación no incursionara más alládel intercambio económico y ritual puestoque no afectó la evolución de las poblacionescochabambinas (Higueras Hare 1996). En

    términos generales esta situación denota elestablecimiento de una relación de comple-mentariedad funcional con beneficios com-partidos entre las entidades mencionadas.

  • 8/19/2019 v16n1a02

    6/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 116

    Esto supone la consolidación del poder de loslíderes locales a través del acceso a parafernaliaselecta del núcleo Tiwanaku, y la consecuen-te captación de los recursos agrícolas vallunosen favor de los líderes Tiwanaku. De esta ma-nera, los nexos de interacción entre Cocha-bamba y Tiwanaku fueron determinados porel grado de aceptación de la cultura foráneaentre los habitantes locales.

    El Territorio Kallawaya y la identidad Yunga-Kallawaya

    El territorio Kallawaya está ubicado en laparte norte de la vertiente oriental septen-trional andina y comprende los valles deCharazani en el actul territorio de los mu-nicipios J.J. Pérez (Charazani) y Curva de laprovincia Bautista Saavedra (Figura 1). Lointeresante de esta región es que la mayoríade las fuentes documentales se refieren a ellacomo el núcleo del territorio Kallawaya enel que habitaron los grupos Yunga (Saignes1985). Esta referencia acerca de la existen-

    cia de un grupo poblacional local es de gran valor debido a que remarca la necesidad porconocer el trasfondo cultural regional y suimportancia dentro de la constitución de laidentidad local contemporánea. De igualmanera, según dicha referencia es necesariodiferenciar y establecer los alcances de losdenominativos geográfico y cultural atribui-

    dos a los valles de Charazani. Por esta razón,a continuación se puntualizan los argumen-tos que individualizan a cada denominativo.

    En primer lugar y de acuerdo con laetnohistoria regional, los valles de Chara-zani han sido considerados como parte delterritorio Kallawaya. Es probable que el usode este denominativo haya sido empleadodurante la Colonia como reminiscencia dela antigua estructura étnica local que habi-tara esta zona (Señorío Carabaya)5. Aunqueescasas, dichas fuentes indican que tras laescisión jurisdiccional de 1565 la parcialidadinferior del Señorío Carabaya (Calabaya laChica) pasó a formar parte de la provinciaLarecaja en el departamento de La Paz6.

     Tras este hecho los Kallawayas de Larecajaforjaron una nueva identidad basada en losreferentes de organización social, política,económica y cultural determinados por susnuevos vecinos del sur (colonias altipánicas).De esta manera, el territorio Kallawaya fuereafirmado como frontera y punto de accesohacia los habitantes, productos y recursos de

    las tierras bajas.En segundo lugar, si bien se ha estable-cido que los valles de Charazani han sidohabitados por los Kallawayas de Larecaja,estos grupos han recibido un denominativoadicional además del homónimo geográfico.

     Así, según la Relación de la Visita de Toledo(1575), tanto Ambaná como Sorata/Larecaja

    Figura 1. Ubicación de la región de estudio (www.cicadeka.org)

  • 8/19/2019 v16n1a02

    7/23

    17Chávez  ¿Colonia o cliente?

    reflejaron una población conformada pormitimaes de la puna procedentes de los anti-guos señoríos de la cuenca del Titicaca. Sinembargo, el territorio Kallawaya contabahacia la misma fecha con un 75 % de pobla-ción provincial local autodenominada como

     Yunga7 (Saignes 1985). En este entendido, sibien los grupos Kallawaya y Yunga han sidoidentificados en un mismo territorio y enuna misma época, es probable que ambos co-rrespondan a un mismo proceso organizati-

     vo. Por esta razón se ha retomado el término Yunga-Kallawaya como el denominativo quedefine a la población local cuya presencia enlos valles de Charazani ha sido identificadadesde incluso el Formativo regional (cf.  Al-conini 2009; Chávez 2010; Kim 2009).

    Entonces, el territorio Kallawaya estáubicado en la vertiente oeste de la CordilleraOriental-septentrional Andina. Así, los vallesdel territorio Kallawaya se extienden desdelas altas planicies del oeste (Ulla Ulla) hastalas profundas quebradas de baja altura en eleste (entrada Camata-Carijana), y desde la

    cordillera de Apolobamba en el norte hastala serranía de Amarete en el sur. Esto conlle- va a que estos valles sean amplios, de altura variable, y con una topografía ondulante quese va tornando en abrupta a medida que sedesciende hacia los ríos principales. A dife-rencia de los valles centrales y meridionalesdel oriente, los valles septentrionales sonaltos y cerrados, y su apariencia los asemejaa cañones que descienden directamente ha-

    cia las cálidas tierras del este (Bastien 1996;Beck 1988; Perez 1972). Sin embargo, comoconjunto los valles de Charazani son los másfértiles de la región, y además del valle ho-mónimo están constituidos por los valles deCurva y Amarete.

     Además de la variabilidad geomorfológica,la heterogeneidad del territorio Kallawaya esperceptible en la temperatura, precipitación

     y composición de suelos. El conjunto de estas

    características ha determinado que los vallesde Charazani sean reconocidos como partede una “selva húmeda y montañosa” del tipo

     Yungas (Beck 1988). Más aún, desde un en-

    foque amplio los valles septentrionales hansido identificados como parte de la cadenamontañosa andinoamazónica. De esta ma-nera, como territorio de transición macrore-gional los valles de Charazani poseen rasgostanto de la región andina como de la regiónamazónica (Kojan 2002; Saignes 1985). Alparecer esta particularidad se ha constituidoen el motor de desarrollo de las organizacio-nes locales en la historia regional.

    En términos geológicos, los valles de Cha-razani están conformados por depósitos decalizas, lutitas grises, cuarcitas y areniscas,además de depósitos graníticos en la cordillerade Apolobamba (Ahlfeld 1972; Pérez 1972). Apesar de no contar con trabajos específicos enel área, el territorio Kallawaya posee la famade contar con importantes yacimientos aurí-feros en la Cordillera de Apolobamba.

    Por su parte, la economía de los valles deCharazani ha sido determinada según las ca-racterísticas fisiográficas de los microambien-tes que los conforman (Puna y Quechua/valle).

     Así, en la puna (3500-4000 m) se concentra

    la producción de alimentos andinos como lapapa (Solanum tuberosum), oca (Oxalis tuberosa) y ullucu (Ullucus tuberosus ), la producción dederivados alimenticios almacenables (chuño,kaya y charque8) y la crianza de camélidos en-tre llamas (lama glama) y alpacas (lama pacos ).En este microambiente también se realizanactividades productivas como la obtenciónde carne, lana y cuero de los camélidos, o eltransporte de mercancías al igual que sucede

    en el altiplano (Bastien 1996; Browman 1981;UDAPE, NNUU  y OIT 2006).En la zona Quechua (2500 -3500 m) se

    privilegia la agricultura de gramíneas de en-tre las cuales destaca la producción de maízdesde tiempos prehispánicos. En las últimasdécadas este cultivo ha sido complementadocon una mayor producción de trigo, cebada,haba y arveja (Bastien 1996). Por lo generalestos campos productivos corresponden a

    terrazas de cultivo construidas en laderas demontaña, pero, a diferencia de lo que se pien-sa sucedía en el pasado, estas son utilizadasde forma intensiva. Además de las ventajas

  • 8/19/2019 v16n1a02

    8/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 118

    productivas originadas por la variabilidad al-titudinal, el cultivo en terrazas refleja el con-tinuo proceso de apropiación de la tecnolo-gía del pasado (Chilon 2009). De hecho, estesistema agrícola prehispánico ha sido asimi-lado de tal forma que además de recibir unmantenimiento y conservación apropiado, latecnología de construcción de estas estructu-ras continua siendo reproducida.

    En tal contexto, el intercambio entre lapuna y valle ha producido que sus activi-dades económicas especializadas adquieranuna connotación de complementariedad alinterior de la unidad territorial Kallawaya.Esto supone que los pobladores del valleacceden a los productos y recursos de alturaa través del intercambio interzonal por me-dio de sistemas de parentesco, y viceversa.

     Además del intercambio intrafamiliar, esteproceso toma lugar en las ferias semanalesde la capital Charazani, en las ferias anua-les que se instalan de forma paralela a lasfiestas patronales de cada comunidad, y enlas ferias regionales de otras unidades terri-

    toriales (Aucapata, Moco Moco). De igualmanera, parte de la producción regional esdestinada a actividades mercantilistas vin-culadas con los mercados en la ciudad de LaPaz (Bastien 1996).

    Finalmente, los valles de Charazani hansido testigos del surgimiento y consolida-ción de entidades locales con distintos gra-dos de organización. Si bien la arqueologíadel territorio Kallawaya no pasó de ser más

    que reconocimientos aislados esporádicos, laevidencia colectada en los últimos años co-rrobora la existencia de organizaciones lo-cales desde las etapas tempranas de la histo-ria regional (para mayores referencias véaseChávez 2010, Chávez en prensa). Al parecerlas ventajas geográficas y el efectivo controlde sus recursos han permitido que dichas or-ganizaciones locales hayan interactuado concierta independencia frente a las entidades

    panandinas de turno. De igual manera, ladoble referencia de una entidad local duran-te el Intermedio Tardío sumada a las refe-rencias de interacción con el Imperio Inka

    revela el proceso organizativo de la entidad Yunga-Kallawaya prehispánica.

    Finalmente, el paisaje del territorio Ka-llawaya ha sido dramáticamente transfor-mado de tal forma que las antiguas serraníasondulantes ahora se muestran escalonadas.Esta variación responde a un interés eco-nómico expresado en la construcción desistemas de cultivo en plataformas. El usoeficiente de este sistema ha repercutido enel acrecentamiento de la producción tantopara el consumo local como para su redis-tribución en una escala inter y macroregio-nal (Chilon 2009; Saignes 1985). Según lahistoria ocupacional del territorio Kallawa-

     ya este proceso fue iniciado durante el Ho-rizonte Medio, pero se vio incrementadodurante el Horizonte Tardío. De esta ma-nera, las actividades productivas regionalessostenían las necesidades locales, pero ade-más posibilitaron el almacenamiento de unexcedente para el intercambio interregional(Alconini 2009; Chávez 2010; Kim 2009;

     Martínez 2008).

    El Horizonte Medio en el TerritorioKallawaya

     A pesar del olvido histórico en el que fue-ron sumergidos, los valles de Charazani re-surgen en el escenario académico nacionala través de investigaciones arqueológicasenfocadas en la dinámica ocupacional delpasado prehispánico regional. Así, según

    los antecedentes culturales disponibles losasentamientos vinculados a Tiwanaku es-tán ubicados en complejos de plataformasconcéntricas o semiconcéntricas construi-das sobre planos coluviales de dimensiones

     y altura variable (Figura 2). Por lo generalestos sitios están concentrados en el mi-croambiente Quechua o de valle medio,

     ya sea en su margen superior (Pata Kaata,Kollajchipata/ Kollachajpacha, Huata Hua-

    ta o Jaramillo), o en su sector medio juntoa los campos de producción agrícola (Kallakallan, Atique o Aya Aya) (Alconini 2009;Chávez 2010; Kim 2009).

  • 8/19/2019 v16n1a02

    9/23

    19Chávez  ¿Colonia o cliente?

     Aunque mínimo, lo sugerente de la dispo-

    sición espacial antes descrita es que duranteel Horizonte Medio regional se produjo unalto interés en el control de la producciónagrícola. Más aún, la estratégica ubicación deKalla kallan (sobre la ruta de acceso a Ca-mata/Apolo) ha posibilitado su surgimientocomo un núcleo económico e ideológico deimportancia regional. De igual manera, esprobable que la concepción contemporáneade Kalla kallan como un centro espiritual

    Kallawaya no sea más que un reflejo de sudinámica prehispánica. Por estas y otras ra-zones, el estudio de Kalla kallan es de granimportancia para comprender los procesos

    de integración macroregional durante el

    Horizonte Medio en los Andes Centro Sur.Investigaciones en Kalla kallan

    Kalla kallan (501392E -8323553N -3384m.s.n.m.) es un sitio arqueológico enclava-do entre los valles de Charazani y Curva, yentre la puna de altura y los valles orientalesde baja altura. Al estar ubicado en una zonade transición geográfica y cultural entre los

     Andes y el Amazonas, el rol de Kalla kallanha sido fundamental durante el Horizonte Medio regional como se verá más adelante.Sin embargo, esta ubicación estratégica ha

    Figura 2. Mapa de ubicación de los principales sitios arqueológicos

    REFERENCIAS

    Pueblo/comunidad

    Sitio arqueológico

  • 8/19/2019 v16n1a02

    10/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 120

    determinado la morfología y característicasdel asentamiento ya que, al igual que sussimilares, el sitio está conformado por unaserie de plataformas semiconcéntricas cons-truidas a lo largo de un plano coluvial de lazona Quechua. Así, Kalla kallan está confor-mado por tres niveles (Superior, Medio e In-ferior) y tres secciones (Occidental, Central

     y Oriental), los que en su conjunto denotanla existencia de nueve sectores relativamentediferenciados por su densidad y distribuciónartefactual (cf. Chávez 2010). A continuaciónse describen los resultados de las investiga-ciones en Kalla kallan:

     Prospección intrasitio

    Si bien la superficie a desnivel, los efectos degravedad y la constante remoción por culti-

     vo pudieron haber influido en el patrón dedispersión del material cultural en superficie,este ha sido considerado como un indicadorde la funcionalidad atribuida al asentamiento(Figura 3). De esta manera, el núcleo de de-

    sarrollo activo de Kalla kallan estuvo ubicadoen sus sectores Central Superior y Central Medio. Más aún, tanto la densidad artefactual

    como su variabilidad funcional intrínseca su-gieren la funcionalidad pública de este sector.Sin embargo, el progresivo decremento en lafrecuencia de cultura material del género civil-público y el predominio de los tipos funcio-nales en los márgenes del núcleo sugiere queestas plataformas pudieron haber albergadoconjuntos habitacionales de función domés-tica. Esta aparente organización concéntricadel asentamiento se asemeja al modelo de or-ganización en anillos concéntricos de statuspropuesto por Kolata para la urbe Tiwanaku(Kolata 1993. Citado en Giesso 2000: 166).

    Por su parte, de acuerdo con análisis com-parativos se ha evidenciado que además demayoritaria la producción de tinajas ha sidogeneralizada entre los estilos Formativo,

     Yunga-Kallawaya y Colonial/moderno. Deigual manera, la frecuencia de cuencos es mí-nima en los tres estilos mientras que la pro-ducción de vasijitas/jarras y ollas se encuentrarestringida al Utilitario local A del estilo Yun-ga-Kallawaya. Si bien esta situación es com-partida por el conjunto Tiwanaku local, en la

     variante nuclear se destaca una significativarecurrencia de kerus y tazones asociados a ti-najas. Al parecer la relación entre las variantes

    Figura 3. Patrón de distribución cerámica en superficie

    Estilos yvariantes

    Utilitario local A

    Utilitario local B

    Tiwanaku Nuclear

    Tiwanaku Local

    Colonial-republicano

    0 45 90 180 270 360   METROS

  • 8/19/2019 v16n1a02

    11/23

    21Chávez  ¿Colonia o cliente?

     Tiwanaku local y Tiwanaku nuclear podría serel reflejo de un patrón de complementariedadfuncional al interior de este estilo.

    Finalmente, a pesar de su reducido ta-maño la cerámica del Formativo suponeun patrón distribucional correlativo entresus variantes local y no local (predominiode tinajas y concentración en el Nivel Infe-rior del sitio). Por el contrario, la cerámica

     Tiwanaku denota un patrón distribucionaldiferenciado ya que existe una concentraciónde los tipos domésticos en el Sector Infe-rior Oriental, mientras que la cerámica delgénero civil-público está concentrada en lossectores Central Medio y Central Inferior deKalla kallan. De similar manera, la distribu-ción del estilo Yunga-Kallawaya sugiere uncierto grado de separación espacial entre sus

     variantes cerámicas al interior de la secciónCentral (concentración del Utilitario local

     A en el Nivel Inferior, y concentración delUtilitario local B en los niveles Medio y Su-perior). Finalmente, el patrón distribucionalde la cerámica colonial/moderna sugiere su

    concentración en las plataformas centrales yparte de las plataformas orientales de los ni- veles Medio e Inferior.

    En cuanto al análisis lítico respecta, laasociación de algunos raspadores, un per-forador y un martillo junto a lascas de tallacon desgaste sugieren el desarrollo de acti-

     vidades de corte vinculadas con el trabajoen cuero y/o madera. Asimismo, la presen-cia de artefactos de molienda sugiere el de-

    sarrollo de actividades relacionadas con elprocesamiento de alimentos. Es probableque estas actividades estuvieran vinculadascon una economía de la chicha si se conside-ra lo sucedido en Moquegua y Cochabamba(cf . Anderson 2008; Goldstein 2004). Final-mente, la correlación entre lascas, núcleos yartefactos terminados sugiere el desarrollode una industria lítica dual y complemen-taria entre las industrias formal y expediti-

     va. Esto supone que por un lado se tiene laproducción local de artefactos pulidos sobrerocas locales (sedimentaria e indeterminado2), y por el otro, la importación de artefac-

    tos tallados y pulidos confeccionados en ro-cas foráneas (volcánica y riolita respectiva-mente) (Chávez 2010).

    Con todo, de acuerdo con los resultadosantes detallados Kalla kallan parece ser unasentamiento multifuncional compuesto pordiversas áreas de actividad (domestica, civil-pública, funeraria, agrícola) y áreas culturalesdiferenciadas. Si bien esta conclusión ha sidoalcanzada a través del análisis del materialcolectado en superficie y de sus contextosespaciales de ubicación, aún requiere ser de-mostrada con evidencia procedente de con-textos cronológicamente contemporáneos.Por esta razón a continuación se describenlos resultados de las excavaciones desarrolla-das en Kalla kallan.

     Excavaciones arqueológicas 

    Las excavaciones fueron realizadas en di- versos sectores de Kalla kallan con el fin deefectuar un reconocimiento general de lahistoria ocupacional de este asentamiento.

    De esta manera se excavaron 96 m2

     y se reti-raron más de 47,000 litros de tierra a lo largode 24 unidades en 11 plataformas. El énfasisde trabajo en los sectores Central Superior yCentral Medio proviene tanto de su alta den-sidad de cultura material en superficie, comode los rasgos arquitectónicos de aparienciaprehispánica temprana (muros de plataformadel tipo monumental). Sin embargo, y reto-mando los criterios de sectorialización del

    asentamiento, las excavaciones fueron efec-tuadas en: Sector Superior Central (platafor-mas 30, 5, 6 y 79), Sector Superior Oriental(plataformas 7 y 9), Sector Medio Central(plataformas 15, 17 y 18), Sector MedioOriental (plataforma 10), y Sector InferiorOriental (plataformas 24 y 25).

    De acuerdo con la evidencia de las unida-des excavadas la historia ocupacional de Ka-lla kallan consta de dos momentos de ocupa-

    ción y un momento tardío de modificación10

    .El primer momento corresponde a unaocupación temprana de filiación Formativo-Tiwanaku, mientras que el segundo es par-

  • 8/19/2019 v16n1a02

    12/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 122

    te de una ocupación de filiación Tiwanakutardío. Así, la ocupación temprana coincidecon el tiempo de modificación y uso del es-pacio ocupado por el asentamiento. Duranteeste periodo se construyeron las estructurascirculares semisubterráneas en los sectoressuperior y medio de las plataformas centra-les. Además de la funcionalidad económicade dichas estructuras (almacenamiento de laproducción agrícola), el sitio estaba confor-mado por áreas domésticas reconocidas enfunción a la asociación de superficies de uso

     y basurales.Sin embargo, tras un lapso de tiempo aún

    no definido, la funcionalidad económica deKalla kallan fue declinando de tal maneraque el sitio fue gradualmente abandonado.Durante la fase final de este período, y an-tes de su abandono, las estructuras circularessemisubterráneas fueron refuncionalizadasen torno a actividades funerarias. Al parecereste hecho fue parte de un proceso de reor-ganización regional interna ya que motivóla refuncionalización del asentamiento en

    torno a referentes no ocupacionales (reutili-zación de las estructuras de almacenamientocomo cámaras funerarias). Al margen de loque este hecho ha implicado para este perío-do, es probable que se constituya en el fun-damento religioso-ideológico de las activida-des públicas asignadas a Kalla kallan duranteel siguiente período de ocupación.

     Ahora bien, según el registro arqueológi-co la ocupación tardía de Kalla kallan ha sido

    menos intensiva que la anterior. Sin embar-go, la densidad y variedad del material cerá-mico sumada a la ausencia de contextos do-mésticos sugieren que durante este períodose produjo un proceso de refuncionalizacióngeneral del asentamiento en torno a activida-des no estrictamente ocupacionales. Así, du-rante este período las estructuras circularesrecobraron su importancia pretérita dentrode la configuración organizativa de Kalla ka-

    llan, salvo que lo hicieron desde referentesfuncionales ligados a actividades rituales yfestivas, y no como parte de un complejoeconómico ocupacional. A pesar de la apli-

    cación de este esquema organizativo, Kallakallan fue abandonado de forma definitivadurante la fase final de la ocupación tardía.

    Continuidad y cambio en los conjuntos cerámicos 

    El universo total de la cerámica colectada du-rante las excavaciones en Kalla kallan constade 14,459 tiestos. Sin embargo, el tamañode la muestra que define a los dos momen-tos de ocupación identificados en el sitio esconsiderablemente menor (3133 = 21,7 %del universo cerámico) debido a que no todoslos fragmentos colectados proceden de even-tos y/o rasgos ocupacionales. Por esta razón,de aquí en adelante el universo muestral delos conjuntos cerámicos debe ser entendidocomo procedente de contextos diacrónicosespecíficos, y no como parte del conjunto deprocesos deposicionales generales. De igualmanera, si bien la frecuencia general de am-bos momentos de ocupación es similar, la di-ferencia radica en el patrón distribucional de

    los estilos identificados (Figuras 4 y 5). Así, deacuerdo con un análisis comparativo efectua-do entre los conjuntos de Kalla kallan desdeun enfoque diacrónico se resalta que:1. La frecuencia de los conjuntos Yunga-Ka-

    llawaya y Formativo denota una variacióncorrelativa entre ambos estilos duranteel paso del primer al segundo momentode ocupación (incremento y decrementorespectivo entre ambos estilos).

    2. La frecuencia del conjunto Tiwanakues proporcional tanto durante el primercomo segundo momento de ocupación(frecuencia regular de las variantes del es-tilo Tiwanaku).

    3. La frecuencia de los conjuntos cerámicosde los dos períodos de ocupación denotaun predominio del conjunto Tiwanakudurante la ocupación temprana, y del con-

     junto Yunga-Kallawaya durante la ocupa-

    ción tardía. Sin embargo, la variación en lafrecuencia del conjunto Formativo en losdos períodos ha determinado la filiacióndel primer momento de ocupación.

  • 8/19/2019 v16n1a02

    13/23

    23Chávez  ¿Colonia o cliente?

    4. El patrón distribucional de los conjuntoscerámicos sugiere una división espacial desectores culturales asociados a cerámicaFormativa (plataformas inferiores) y Yun-

    ga-Kallawaya (plataformas superiores).Por el contrario, la cerámica Tiwanakudenota una dispersión generalizada a lolargo de Kalla kallan.

    Por otro lado, de acuerdo con un análisiscomparativo de los tipos morfológicos y fun-cionales la cerámica de Kalla kallan sugiereun cambio trascendental en la funcionalidad

    diacrónica del asentamiento (Tabla 1). Así, laevidencia material de la ocupación tempranarefleja un patrón de similitud tipológica en laproducción de vasijas de los estilos Formativo,

    Figura 4. Distribución estilística. Transición Formativo-Tiwanaku

    Estilos yvariantes

    Utilitario local A

    Utilitario local B

    Tiwanaku Nuclear

    Tiwanaku Local

    Formativo

    0 45 90 180 270 360   METROS

    Figura 5. Distribución estilística, Tiwanaku tardío

    Estilos yvariantes

    Utilitario local A

    Utilitario local B

    Tiwanaku Nuclear

    Tiwanaku Local

    Formativo

    0 45 90 180 270 360   METROS

  • 8/19/2019 v16n1a02

    14/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 124

     Tiwanaku y Yunga-Kallawaya. Este patrónsupone la producción y uso extensivo de ti-najas y vasijitas/jarras asociadas a ocasionalescuenco/fuentes y cuenco/escudillas. Segúnestos datos, al parecer la ocupación tempra-na estuvo orientada al almacenamiento de lí-quidos/bebidas además del almacenamientode la producción agrícola en las estructurascirculares semisubterráneas.

    Como consecuencia de la reconfiguraciónfuncional tardía de Kalla kallan, la cerámicade este período refleja una especializaciónen la producción y uso diferenciado de vasi-

     jas en los estilos cerámicos mayoritarios. Enprimer lugar, la cerámica Yunga-Kallawayadenota una variación significativa con res-pecto al equilibrio en la frecuencia de tina-

     jas, vasijitas/jarras, ollas y cuenco/fuentesdel Utilitario local A, frente a la producciónexclusiva de tinajas en el Utilitario local B.En segundo lugar, la cerámica Tiwanaku re-fleja una relación de interdependencia fun-cional entre sus variantes Nuclear y Local.En el primer caso se destaca un incremento

    en la frecuencia de kerus y tazones, y un de-cremento de los tipos domésticos a excep-ción de las ollas. Contrariamente a esto, elconjunto Tiwanaku local denota un patróntipológico similar al identificado en la ocu-pación previa (predominio de tinajas y va-sijitas/jarras). Esta relación de interdepen-dencia dentro del estilo Tiwanaku ha sidodenominada como complejo ritual de comida

     y bebida debido al tipo de actividades que suasociación funcional implica.

    Por otro lado, la variación en la frecuen-cia tipológica del segundo momento sugiereuna ruptura en la especialización del sistemade almacenamiento de líquidos/bebidas quecaracterizó a la ocupación temprana. Así, laproducción diferenciada de vasijas al interiorde los estilos cerámicos denota la adaptaciónfuncional de las variantes estilísticas tardíascomo producto de la reestructuración fun-cional del asentamiento en torno a activi-dades públicas de redistribución. De estamanera, el uso de kerus y tazones foráneosasociados a tinajas, vasijitas/jarras y ollas, deproducción mayoritariamente local, sugie-ren la funcionalidad pública de Kalla kallandurante este período.

     ¿Industria lítica formal o expeditiva?

    Las características de los conjuntos líti-cos y su interdependencia en cuanto al usodiferenciado de materias primas reflejan

    la industria lítica de un asentamiento o re-gión, y este refleja el comportamiento hu-mano (Blades 2008). Considerando esto, acontinuación se describen los resultados delanálisis de los conjuntos líticos de Kalla ka-llan en lo que respecta a la funcionalidad delasentamiento. Así, tras un análisis compara-tivo y correlativo de los conjuntos líticos seha identificado el desarrollo de una industria

    Tabla 1

    Relación diacrónica entre variante estilística y tipo morfológico-funcional

    Ocupación temprana Ocupación tardía

    ULA ULB TN TL FnL FL Total ULA ULB TN TL FnL FL Total

    Ollas 56 0 4 9 0 0 69 288 0 4 6 0 0 298

    Tinajas 115 33 126 178 254 36 742 283 125 57 162 42 27 696

    Vasijitas/jarras 76 0 61 88 0 0 225 202 0 33 95 1 0 331

    Cuenco/escudillas 0 0 34 57 29 3 123 0 1 28 35 10 2 76

    Cuenco/fuentes 83 0 0 0 0 0 83 129 0 0 0 0 0 129

    Kerus 0 0 22 4 0 0 26 0 0 76 25 0 0 101

    Tazones 0 0 16 2 0 0 18 0 0 38 15 0 0 53Ceremonial 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1

    No definido 0 0 16 2 4 2 24 0 0 14 22 1 1 38

    Total 330 33 279 340 287 41 1310 902 126 250 361 54 30 1723

  • 8/19/2019 v16n1a02

    15/23

    25Chávez  ¿Colonia o cliente?

    de arenisca y cuarcita al interior del sitio (Ta-bla 2). Si bien se tienen algunos ejemplaresproducidos en otros tipos de materia prima,tanto el mínimo grado de representatividadcomo sus características intrínsecas (baja ca-lidad y/o bajo potencial funcional; accesibi-lidad restringida a sus fuentes de extracción)han determinado que estos sean marginadosdel presente análisis.

     Ahora bien, como una forma de explorarel rol las industrias líticas antes citadas a con-tinuación se describen las principales carac-terísticas de los conjuntos líticos procedentesde las excavaciones. Así, tras efectuar un aná-lisis comparativo entre las lascas de arenisca ycuarcita se evidencia que existe un control enla producción de estas últimas. Esto sumadoal mayor índice de desgaste en los filos su-giere que la producción de lascas de cuarcita

    responde a un interés por el cumplimientode una función de corte (¿herramientas ex-peditivas?). Es probable que la producciónde estas herramientas de cuarcita no sea más

    que un reflejo de la adaptabilidad y potencialfuncional de esta materia prima pues, a dife-rencia de las areniscas, sus filos sí pueden serutilizados en actividades de corte.

    De similar manera, la relación entre eltamaño y número de negativos entre los nú-cleos denota la existencia de un patrón deproducción especializado en la obtención degrandes lascas de cuarcita (cf. Chávez 2010).

    Esto sumado al alto grado de aprovechamien-to de esta materia prima confirma el patrónde especialización de la industria cuarcíticasugerido líneas arriba. Por su parte, a pesarde su predominio numérico la relación en-tre núcleos y lascas de arenisca no refleja unpatrón regular de aprovechamiento de estamateria prima. Sin embargo, esta relación esdiferente durante la ocupación tardía pues elgrado de agotamiento de los núcleos de are-

    nisca fue incrementado de forma significati- va. Al parecer este es un reflejo del desarrollode esta industria lítica local asociada a la pro-ducción de herramientas terminadas.

    Tabla 2Relación diacrónica de los conjuntos liticos y su materia prima de producción

    Ocupación temprana Ocupación tardía

    Lascas Núcleos Pulidos Tallados Lascas Núcleos Pulidos Tallados

    N % N % N % N % N % N % N % N %Obsidiana 1 3,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0

    Pedernal 1 3,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0

    Calcedonia 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9 0 0,0 0 0,0 0 0,0

    Cuarzo blanco 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9 0 0,0 0 0,0 0 0,0

    Andesita 0 0,0 0 0,0 1 5,6 0 0,0 0 0,0 1 2,3 0 0,0 0 0,0

    Arenisca general 15 45,5 6 75,0 9 50,0 1 100 67 62,6 19 44,2 23 41,8 1 20,0

    Arenisca roja 6 18,2 2 25,0 2 11,1 0 0,0 10 9,3 5 11,6 2 3,6 0 0,0

    Basalto negro 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 1,8 0 0,0

    Basalto verde 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 2 1,9 3 7,0 0 0,0 1 20,0

    Cuarcita general 3 9,1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 2 1,9 3 7,0 2 3,6 0 0,0Cuarcita negra 2 6,1 0 0,0 4 22,2 0 0,0 9 8,4 6 14,0 12 21,8 0 0,0

    Cuarcita verde 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 20,0

    Pizarra 0 0,0 0 0,0 2 11,1 0 0,0 1 0,9 0 0,0 1 1,8 1 20,0

    Sedimentaria 1 3,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 2,3 8 14,5 0 0,0

    Volcánica 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 1,8 0 0,0

    Granito 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 0 0,0 5 9,1 0 0,0

    Indeterminado 4 12,1 0 0,0 0 0,0 0 0,0 14 13,1 5 11,6 0 0,0 1 20,0

    Total 33 100 8 100 18 100 1 100 107 100 43 100 55 100 5 100

  • 8/19/2019 v16n1a02

    16/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 126

    Por otro lado, a pesar de su reducido nú-mero los artefactos tallados descubiertos enun contexto temporal definido reflejan eldesarrollo de actividades relacionadas conel corte y raído (raspadores y discoides). Lamínima frecuencia de artefactos de este tiposugiere un rango limitado de actividades do-mésticas y/o de producción agrícola en Kallakallan (Figura 6). Esto sumado a la varia-bilidad en el uso de materias primas y a larelativa estandarización en la producción dedeterminados artefactos, como los discoides,

     vinculan a los artefactos tallados con las in-dustrias líticas de la cuenca del Titicaca.

    Finalmente, la alta frecuencia de artefac-tos pulidos y su directa relación con el pro-cesamiento de alimentos han determinadoel carácter funcional de Kalla kallan desde laevidencia lítica (Figura 6). El predominio deartefactos de molienda durante la ocupacióntardía (batanes y manos de moler) sumado alalto grado de desgaste en sus facetas sugierenel uso intensivo de estos artefactos en la ela-boración de alimentos11. De hecho la impor-

    tancia de esta actividad es tal que el comple- jo artefactual asociado ha sido denominadocomo complejo de procesamiento de alimentos .

     Al margen de lo anterior, por lo general losbatanes han sido producidos en arenisca ygranito, mientras que las manos de molerfueron también producidas en cuarcita. Deacuerdo con esta relación, tan solo el complejode procesamiento de alimentos, y en menor me-dida los pulverizadores, reflejan un patrón de

    producción estandarizado.Según lo hasta ahora descrito, tanto laalta frecuencia como las características deproducción y uso de los diversos tipos demateria prima sugieren el desarrollo de unaindustria lítica local enfocada en el uso decuarcitas y areniscas. Es probable que estaindustria expeditiva refleje parte de los pro-cesos de organización sociopolítica en elterritorio Kallawaya ya que ha sido desa-

    rrollada en función al aprovechamiento dematerias primas locales (cf. Perez 1972). Desimilar manera, tanto la variación diacrónicaen el uso de materia prima exótica como la

    presencia de artefactos específicos denotanel tipo de interacción desarrollada entre losgrupos locales y el núcleo altiplánico. Estees el caso del anillo de roca sedimentaria,las bolas de arenisca, el discoide de cuar-cita, e incluso la lasca de obsidiana, comoejemplares cuyas características tecnológi-cas los asocian con la industria lítica formalde Tiwanaku (cf . Bencic 2000; Chávez 2010;Giesso 2000).

    Entonces, lo que se tiene en Kalla kallanes una industria lítica local expeditiva, nocentralizada y organizada, tal vez, en tornoa unidades domésticas. Esta industria estáasociada a una industria lítica formal foránearepresentada por ocasionales bienes termina-dos presentes como resultado del intercambiointerregional. De igual manera, la evidencialítica sugiere que la principal actividad de Ka-lla kallan durante la ocupación tardía está re-lacionada con el procesamiento de alimentos

     y bebidas. Al parecer esta situación confirmalo sugerido por el complejo ritual de comida ybebida identificado en el conjunto cerámico

    de estilo Tiwanaku. Asimismo, esta inferenciasustenta el argumento de la actitud comensa-lista y de redistribución festiva desarrolladapor los líderes de Kalla kallan durante su pe-ríodo de ocupación tardía.

    Definición de áreas de actividad 

     Al finalizar las excavaciones en Kalla kallanse han identificado cuatro tipos de estruc-

    turas cuyo estilo constructivo denota el usoextendido de lajas de pizarra como principalelemento de construcción. Estas estructurashan sido clasificadas según su: (1) morfolo-gía (circulares/ovaladas, cuadrangulares); (2)posición con relación a la superficie (subte-rráneas, semisubterráneas, superficiales); (3)ubicación espacial (Nivel Medio o Superior,Sección Central u Oriental); (4) tecnologíaconstructiva (uso de pizarra o cantos roda-

    dos); y (5) funcionalidad atribuida (almacena-miento, habitacional, estructural = muros deplataformas). La asociación de estas estruc-turas con rasgos ocupacionales específicos ha

  • 8/19/2019 v16n1a02

    17/23

    27Chávez  ¿Colonia o cliente?

    dado origen a un contexto de interpretación

    funcional a partir del cual se ha desarrolladoesta reconstrucción hipotética.El carácter multifuncional de Kalla kallan

    ha sido expresado a través de la relación deinterdependencia entre los diversos sectores

     y áreas de actividad que conforman el sitio.De esta manera se ha identificado a áreas dealmacenaje y/o funerarias, además de poten-ciales áreas domésticas y público-rituales.

     Vale la pena mencionar que no todos los

    sectores reflejan una continuidad funcional através del tiempo. La dinamicidad de la his-toria de Kalla kallan supone un proceso deconstante transformación y refuncionaliza-ción de los sectores que lo componen comose detalla a continuación.

     Área de reproducción económica

    No solo la morfología y capacidad de alma-

    cenaje, sino también la alineación y concen-tración espacial de las estructuras semisub-terráneas de Kalla kallan sugieren que estashan constituido un complejo económico cen-

    trado en el almacenamiento de la producción

    agrícola. Al parecer la finalidad de esta acti- vidad estuvo enfocada hacia el intercambiointra e interregional de productos durante laocupación temprana. Este hecho pudo haberincidido en el establecimiento de actividadeseconómicas complementarias como sucedeen la actualidad con las ferias estacionales12(cf. Sillar 2000). Así, además del acceso a pro-ductos y recursos exóticos las ferias tambiénpudieron haber viabilizado el intercambio

    cultural en una escala interregional. Es poresto que por lo general las ferias toman lugaren espacios intermedios entre comunidadesde tierras bajas y tierras altas. De esta mane-ra, productos como el maíz, frijoles y frutaspudieron haber sido intercambiados por chu-ño, quinua, carne de llama o pescado al igualque sucede en la actualidad (Sillar 2000).

    Considerando lo anterior, las caracterís-ticas y ubicación estratégica de Kalla kallan

    (valle medio, sobre la ruta a Camata -Apolo,acceso al altiplano occidental) le brindan aeste asentamiento mayores ventajas de de-sarrollo que a otros sitios del valle. Así, al

    Figura 6. Relación diacrónica de frecuencia de los artefactos pulidos y tallados

    0

    5

    0

    2 2

    3

    0

    2 2

    6

    0

    1 1

    7

    0

    2

    1

    5

    1

    7

    1

    7

    0

    1 1

    0 0

    1

    9

    6

    0

    1

    0

    1 1

    0 0

    2

    0

    1

       B  a   t   á  n   p

      e  q   u  e   ñ  o

       B  a   t   á  n    h  o  n  d  o

       M  m   r  e  d  o

      n  d  e  a  d  a

       M  m   c  u  a  d  r  a  d  a

       M  m   d   i  s  c  o   i  d  a   l

       M  m    t  r   i  a  n  g   u  a   l  a  r

       M  m    i  r  r  e  g   u   l  a  r

       B  o

       l  e  a  d  o  r  a

       P  u   l   v  e  r   i   z  a  d  o  r

       P  u   l   i  d  o  r

       P

      e  r  c  u   t  o  r

       C  u  e  n   t  a   p   l  a  n  a

       R  u  e  c  a

       B  a  r  r  a   p  u   l   i  d  a

       I  n  d  e   t  e  r  m   i  n  a  d  o

       A   z  a  d  a   r  e  d  o  n  d  a

       R  a  s  p  a  d  o  r

       R  a  s  p  a  d  o  r    t  r   i  a  n  g   u   l  a  r   d   i  s   t  a   l

       D

       i  s  c  o   i  d  e

       I  n  d  e   t  e  r  m   i  n  a  d  o

    Transición Formativo - Tiwanaku Tiwanaku tardío

  • 8/19/2019 v16n1a02

    18/23

  • 8/19/2019 v16n1a02

    19/23

    29Chávez  ¿Colonia o cliente?

    tos de los antepasados contenidos en los chu-llpares (estructuras funerarias prehispánicas).Considerando este proceso es posible pensarque los contextos funerarios de la ocupacióntardía de Kalla kallan sugieran el desarrollode este tipo de actividades durante dicho pe-ríodo (ubicación de estructuras, exhumaciónde los individuos, relleno ritual de las estruc-turas funerarias).

     Área de ocupación doméstica

    Si bien durante las excavaciones no se hanidentificado complejos habitacionales asocia-dos a rasgos de ocupación doméstica, si se hanidentificado conjuntos de cultura material deeste tipo. Esto podría deberse a que las estruc-turas fueron modificadas y/o desmanteladasdurante el momento tardío de modificación,o que por el contrario permanecen debajo dela superficie en las afueras del área excava-da. Futuros trabajos deben ser enfocados enla ubicación de estas estructuras, en especialen los potenciales sectores habitacionales de-

    finidos (sectores Oriental Inferior y OrientalSuperior), y en sectores aún no explorados(sectores Occidental Medio e Inferior).

    Por su parte, la distribución de cerámi-ca utilitaria de los estilos Yunga-Kallawaya,Formativo y Tiwanaku sugiere la existenciade una potencial área de ocupación domés-tica en los alrededores del área nuclear deKalla kallan. Según la relación de frecuen-cia en el género doméstico de los tres esti-

    los identificados, el conjunto mayoritariocorresponde a vasijas de producción local.Este podría ser un indicador que sugiere lasactividades domésticas fueron desarrolladaspor grupos poblacionales asentados de formapermanente en el sitio o, en su defecto, ensitios regionales cercanos. De igual manera,según el patrón distribucional de los conjun-tos domésticos se piensa que la poblaciónlocal estuvo asentada en la cima de Kalla

    kallan, mientras que la población de origenaltiplánico pudo haber ocupado el extremooriental y septentrional del sitio15. Si bienesta no es más que una inferencia sugerente,

    futuros trabajos específicos en el sitio y/o enla región desentrañaran esta cuestionante.

     Área pública, ritual y festiva

    El carácter público, ritual y festivo que sele atribuye a Kalla kallan está estrechamente

     vinculado con las actividades de reproduc-ción económica e ideológica. De esta mane-ra, la arquitectura pública asociada al complejode procesamiento de alimentos  y al complejo ri-tual de comida y bebida remarcan la importan-cia de las actividades de redistribución paralos líderes de Kalla kallan durante el perío-do de ocupación tardía. Esto sugiere que laredistribución de comida y bebida ha sidoel mecanismo a través del cual se han cons-truido y reafirmado las relaciones sociales ypolíticas en tiempos prehispánicos (Janusek2004) de similar manera a lo que sucede en laactualidad (Berg 1989; Sillar 2000; Spedding2008). Según esto, el desarrollo de activida-des festivas en Kalla kallan pudo haber sidoenfocado hacia la reproducción social y con-

    solidación de las relaciones de integraciónlocal y regional.

    Kalla kallan, un centro de interacciónregional

    El desarrollo de actividades rituales, festivas y públicas asociadas a actividades de repro-ducción económica e ideológica, además deuna ocupación doméstica, han determinado

    la funcionalidad de Kalla kallan dentro de laestructura organizativa de los valles de Cha-razani. Sin embargo, no todas ellas guardanuna relación de correspondencia sincrónica,o por lo menos no lo hacen con el mismoénfasis. Por esta razón, a continuación sedescribe de forma sintética el conjunto deactividades que fueron desarrolladas duran-te los dos momentos de ocupación de Kallakallan.

    En un primer momento, la interacción Yunga-Kallawaya-Tiwanaku no fue más quela prolongación de una relación previa entrelos grupos locales y altiplánicos del período

  • 8/19/2019 v16n1a02

    20/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 130

    Formativo. Al parecer esta estuvo centradaen una funcionalidad económica de comple-mentariedad mediada por ocasionales activi-dades rituales. De esta manera, la funcionali-dad de Kalla kallan como centro de confluenciaeconómica conllevó a la concentración, tráficoe intercambio de bienes y productos en unaescala regional e interregional. En este con-texto, aunque no tan frecuentes las celebra-ciones rituales auspiciadas por los lídereslocales se constituyeron en el eje motor yfundamento de cohesión para el efectivocontrol de las actividades económicas. Alparecer el desarrollo de dichas celebracionesgarantizaba el éxito de la producción agrícolaregional, ya que a través de ellas se solicitabala intervención y protección de divinidadescósmicas cuyo poder emanaba desde el nú-cleo Tiwanaku.

    En un segundo momento, la centralidadeconómica de Kalla kallan había colapsado,sin embargo, su funcionalidad como centroregional de interacción ideológica recién comen-zaba a ser manifestada. Este proceso de refun-

    cionalización supuso la sacralización de Kallakallan ya sea por albergar los restos de los an-tepasados, o por ocupar un espacio desde elcual se divisa a los principales achachilas de laregión. Como fuere, con el culto a los muer-tos no solo se retomaron las celebraciones ri-tuales con fines agrícolas, sino que también sedesarrollaron actividades festivas de redistri-bución a gran escala. Al parecer, este conjuntode actividades fortalecieron la relación entre

    los líderes y el pueblo que habitaba y producíaen los valles orientales septentrionales.Entonces, el paso de centro de confluencia

    económica (transición Formativo-Tiwanaku)a centro regional de interacción ideológica(Tiwanaku tardío) no fue más que el resul-tado de la adaptación funcional de Kalla ka-llan dentro del esquema organizativo regio-nal estructurado por los líderes locales. Así,mientras los grupos locales controlaban la

    producción agrícola regional, la poblaciónforánea accedía a esta a través de la prác-tica de los principios de reciprocidad y re-distribución. Esto sugiere que la población

    foránea pudo haber organizado y ejecutadolos rituales y festines públicos con el fin de

     viabilizar el transporte de una porción delos excedentes regionales hacia el núcleo

     Tiwanaku de forma análoga a lo sucedidoen otros contextos de valle.

    Según lo anterior, la aparente especiali-zación funcional de los grupos poblacionalescontradice el modelo de colonización y con-trol directo de Tiwanaku sobre Kalla kallan.De igual manera, no parece ser factible elmodelo de clientelaje ya que tanto el materialcultural como lo que este implica denotan lapráctica de elementos culturales e ideoló-gicos de Tiwanaku en Kalla kallan. Por suparte, Kalla kallan no fue un centro de inter-mediación regional debido a que no fue ocu-pado de forma intensiva por una poblaciónresidente. Entonces, al no existir una pobla-ción foránea que controle la producción, alno existir una relación de mero intercambiode productos, y al no haber albergado unapoblación residente de importancia, la inte-racción entre Kalla kallan y Tiwanaku debe

    ser analizada desde un enfoque diferente. Al parecer el proceso de interacción entrela población local y la urbe altiplánica ha es-tado en constante negociación y renegocia-ción en función al status y objetivos de cadaentidad. Así, la evidencia material colectadaen Kalla kallan sugiere que el proceso de in-teracción interregional conllevó al estableci-miento de una alianza estratégica entre loslíderes Yunga-Kallawaya y los especialistas

    rituales del núcleo Tiwanaku. Más aún, elprestigio del sistema religioso e ideológicode Tiwanaku motivó el interés de adhesiónde los líderes Yunga-Kallawaya a su órbita.Estos a su vez posibilitaron el acceso a re-cursos exóticos de los valles mesotermos y

     Amazonía a los líderes de la cuenca Katari y Tiwanaku. Lo sugerente de esta estrategia esque fue concebida y aplicada entre dos enti-dades homólogas.

    Sin embargo, tal situación no perduro pormucho pues pronto Kalla kallan fue abando-nado. Al parecer el colapso de Huata Huata

     y Kalla kallan pudo haber motivado el flore-

  • 8/19/2019 v16n1a02

    21/23

    31Chávez  ¿Colonia o cliente?

    cimiento de Pata Kaata u otro sitio aún noinvestigado (¿Niñocorin?, ¿Aya Aya?, ¿Yi-huapata?, ¿Jaramillo?). De igual manera, trasel quiebre de relaciones con el altiplano al fi-nalizar el Horizonte Medio, los valles orien-tales septentrionales experimentaron un nue-

     vo proceso de reorganización regional. Estosupuso el abandono de los sitios asociados a

     Tiwanaku, los que en su mayoría estaban ubi-cados en la zona quechua, y el establecimien-to de nuevos centros regionales en lugaresdefensivos de altura. Este es el origen de laentidad Yunga-Kallawaya o Señorío Caraba-

     ya como organización regional diferenciada.

    Discusión y conclusiones

    Por lo general el Horizonte Medio ha sidoasociado con el fenómeno Tiwanaku y sucompleja historia develada en el sitio-tipo

     y en su área de influencia. Sin embargo,como se ha evidenciado a lo largo de esta

     y otras investigaciones, los grupos localeshan sido parte de la dinámica regional des-

    de el Formativo hasta la actualidad (cf . Al-conini 2009; Chávez en prensa; Kim 2009; Martínez 2008). A diferencia de otros pro-cesos, este hecho sugiere que el Horizonte

     Medio regional debe ser entendido comoel período de interacción entre Tiwanaku

     y los grupos regionales aquí denominados Yunga-Kallawaya. Asimismo, considerandoque el acceso a los productos y recursos de

     valle ha motivado la incursión de la entidad

     Tiwanaku hacia el territorio Kallawaya, elsurgimiento y funcionalidad adaptativa deKalla kallan han demostrado el desarrollo deestrategias de interacción particulares entre

     Tiwanaku y los grupos locales.Según lo anterior, el manejo de las activi-

    dades de reproducción económica e ideoló-gica ha sido la clave para el establecimientode un proceso de interacción entre Tiwanaku

     y los grupos Yunga-Kallawaya. Así, el aporte

    de la presente investigación recae tanto enla fundamentación de la existencia de orga-nizaciones locales complejas desde períodostempranos de la historia regional, como en

    la recuperación del carácter activo de estosgrupos frente a entidades panandinas como

     Tiwanaku. Sin embargo, las conclusionesaquí vertidas no explican  per se los procesosparalelos de interacción desarrollados conotros sectores del valle, o incluso con otroscentros regionales contemporáneos. Poresta razón, si bien con esta investigación seha clarificado parte de la dinámica de inte-racción entre dos sociedades prehispánicas,futuras investigaciones deberán dilucidar lasincógnitas que plantea el Horizonte Medioen la región Kallawaya.

    Referencias citadas

     Agüero P., Carolina2007 Los textiles de Pulacayo y las relacio-

    nes entre Tiwanaku y San Pedro de Atacama. Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino. 12(1): 85-98.

     Ahlfeld, Federico1972 Geología de Bolivia. Los Amigos del Li-

    bro, La Paz-Cochabamba.

     Albarracín- Jordán, Juan1996 Tiwanaku: Arqueología regional y diná-mica segmentaria. Plural, La Paz.

     Alconini M., Sonia2009  Los inkas en los valles de Charazani,

     Amarete y Curva: Evolución y desarrollode sociedades Yunga-Kallawaya en los va-lles occidentales. Reporte de labores decampo (2005, 2006 y 2008) presentadoa la Unidad Nacional de Arqueología

    (Viceministerio de Cultura) y a las au-toridades regionales y comunales deCharazani, Amarete y Curva.

     Anderson, Karen2008 Tiwanaku Influence on Local Drin-

    king Patterns in Cochabamba, Bolivia.Drink, Power and Society in the Andes ,editado por Justin Jennings y Brenda J.Bowser, pp. 167-199. University Pressof Florida, Gainesville.

    Bastien, Joseph1996  La Montaña del Cóndor: Metáfora y ri-tual en un ayllu andino. HISBOL, LaPaz. Beck, Stephan

  • 8/19/2019 v16n1a02

    22/23

      Textos Antropológicos Vol. 16 / Nº 132

    1988 Las regiones ecológicas y las unida-des fitográficas de Bolivia.  Manual de

     Ecología, editado por Cecile B. de Mo-raes, pp. 233-271. Liga de Defensa del

     Medio Ambiente - Instituto de Ecolo-gía-UMSA , La Paz.

    Bencic, Catherine M.2000 Industrias líticas de Huari y Tiwanaku.

    Boletín de Arqueología  PUCP  4: 89-118.Berenguer Rodríguez, José2000 Tiwanaku: Señores del Lago Sagrado.

     Museo Chileno de Arte Precolombino- Banco Santiago, Santiago de Chile.

    Berenguer, J. y P. Dauelsberg1989 El Norte Grande en la Órbita de Tiwa-

    naku (400 a 1200 d.C.). En Culturasde Chile Prehistoria Desde sus Orígeneshasta los Albores de la Conquista, editadopor J. Hidalgo, V. Schiappacasse, H.Niemeyer, C. Aldunate e I. Solimano,pp. 129-180. Editorial Andrés Bello,Santiago.

    Bermann, Marc1994  Lukurmata: Household Archaeology in

    Prehispanic Bolivia. Princeton Univer-sity Press, New Jersey.Blades, Brooke2008 Reduction and retouch as independent

    measures of intensity. Lithic technology: Measures of production, use, and curation,editado por William Andrefsky Jr. pp.136-149. Cambridge University Press,New York.

    Browman, David

    1981 New light on Andean Tiwanaku. Ame-rican Scientist 69 (4): 408-419.Chávez Quispe, Juan Carlos2010  Kalla kallan, un centro de interacción

    Yunga-Kallawaya-Tiwanaku en los vallesde Charazani – Curva durante el Hori-

     zonte Medio (ca. 500-1150 d-C.).  Tesisde licenciatura no publicada. Carrerade Arqueología. Universidad Mayorde San Andrés, La Paz.

     Van den Berg, Hans1989  La tierra no da así nomás, Los ritos agrí-colas en la religión de los aymara cristia-nos . CEDLA , Amsterdam.

     Notas

    1 La urbe Wari está ubicada en la puna de Ayaccuchoen los Andes Centrales, mientras que la urbe Tiwa-naku esta emplazada en el altiplano del circum-Ti-ticaca en los Andes Centro Sur.

    2 El carácter referencial de estas estrategias devienetanto de su fundamentación teórica inicial como desu identificación concreta en regiones externas alnúcleo Tiwanaku.

    3 Goldstein (2004) identificó estas colonias a travésdel material cultural colectado en sus excavaciones.

     Así, la cerámica y textiles demostraron ser mayo-ritariamente de procedencia altiplánica, mientrasque los rasgos arquitectónicos reflejaron una es-trecha cercanía con los patrones constructivos delaltiplano.

    4 El concepto diáspora supone la existencia de tresrasgos fundamentales: (1) dispersión de una patriade origen hacia dos o más regiones extranjeras, (2)recuerdos y mitos colectivos sobre la localización,historia y logros de la patria de origen, y (3) unafuerte conciencia de grupo sustentada sobre labase de un sentido de distinción, historia común, ycreencia en un destino común (adaptado de Cohen1997: En: Owen 2005: 47).

    5 El potencial territorio ocupado por este señorío hasido identificado desde los valles superiores de losríos Carabaya (actual Tambopata) y Huari Huarien el Perú, hasta los valles de los ríos Camata, Co-pani y Pelechuco en Bolivia (Saignes 1985).

    6 Esta provincia colonial estuvo conformada por lasregiones de Ambaná, Sorata/Larecaja stricto sensu yCallawaya.

    7 Es probable que este denominativo haga alusión alos descendientes de los antiguos Callawayas, y quesu concentración en la región se deba a su carácterde antigua estructura étnica (Saignes 1985).

    8 Los tres productos responden a un proceso dedeshidratación con el fin de extender su tiempo deconservación. En los dos primeros casos se procedea someter a la papa y oca a periodos sucesivos dehelada y sol (Browman 1981; Bastien 1996). Porsu parte, la carne debe ser expuesta tan solo al sol,pero además se le debe añadir sal para completar elproceso de deshidratación.

    9 A pesar que en la sectorialización esta plataformaha sido incluida dentro del Sector Superior Cen-tral, la ubicación de la unidad excavada ha determi-nado su incorporación dentro del Sector SuperiorOriental.

    10 La ausencia de una ocupación efectiva y su tem-poralidad tardía han hecho que este momento seaobviado del presente análisis.

    11 Es probable que además de este rubro las activida-des de molienda hayan incluido también el proce-samiento de bebidas como la chicha de maíz, puescomo diversas fuentes afirman la importancia de

  • 8/19/2019 v16n1a02

    23/23

    33Chávez  ¿Colonia o cliente?

    este elemento es vital dentro de las actividades fes-tivas y de redistribución en el mundo andino.

    12 Las ferias andinas pueden ser entendidas como unmecanismo de intercambio a través del cual es po-sible proveer productos no locales a poblacionesforáneas. La necesidad de estos productos puedeser de corto o mediano plazo en el caso de los ali-mentos, o de largo plazo en el caso de artefactos,herramientas o vasijas cerámicas (Sillar 2000).

    13 De acuerdo con la Cosmovisión Andina, los acha-chilas son los seres tutelares que controlan las llu-

     vias y que habitan en la cumbre de las montañasmas altas (Berg 1989; Lozada 2008; Spedding2008). Entre los achachilas más importantes de laregión Kallawaya se tiene al nevado Akhamani y alos cerros Pukara y Toqonta.

    14 El culto a los muertos ha sido practicado desdeépocas prehispánicas a través de rituales y fiestas

    periódicas ofrecidas a las chullpas (cf. Gil García2006; Tantaleán 2006) desde incluso la etapa finalde Tiwanaku (Cruz 2009).

    15 Esta propuesta ha sido desarrollada en funcióna la validación del supuesto que define a grupospoblacionales específicos en función a conjuntoscerámicos diferenciados. De esta manera se pien-sa que Kalla kallan pudo haber albergado a tresgrupos poblacionales: (1) Población Nativa o localcuyo origen está ligado a procesos regionales espe-cíficos (cerámica Yunga-Kallawaya); (2) PoblaciónForánea cuyo lugar de procedencia es la cuenca del

     Titicaca (cerámica Formativo no local y TiwanakuNuclear); y (3) Residentes foráneos que forjaronuna identidad propia como producto de la interac-ción entre los grupos del altiplano y valles meso-termos septentrionales (cerámica Formativo local

     y Tiwanaku Local).