utopia dominicana - tabloide - pp 2-4

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ADVERTENCIA Si bien el autor se ha permitido mezclar la realidad y ficción, de la vida de las personas públicas que aparecen en esta obra sólo ha tomado sus nombres, imágenes y ciertos hechos notorios que les conciernen. El resto, sobre todo el desarrollo de la acción o las anécdotas que los afectan, es fruto de su imaginación. C0NSEJO Si por casualidad usted, amigo lector, es un niño —ya sea por su edad crono- lógica, o por falta de desarrollo emocional e intelectual (o debido al patriotismo barato que abunda en nuestro país)— y tiende a rechazar la realidad tal y como es, por favor deténgase aquí, ¡ahora mismo! y vuelva a sus quehaceres cotidianos; pues, definitivamente, ¡esta obra no es para usted! Utopía Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación. —Diccionario de la Real Academia Española Nivola Novela en la cual el protagonista encarna una idea o una pasión que le impedirá relacionarse con el mundo con normalidad. —Miguel de Unamuno y Jugo CUANDO empecé a escribir este libro, lo primero que hice fue elaborar una larga lista de políticos, militares y “empresarios”, activos y jubilados, que merecen ser fusilados por el gran daño que han hecho, hacen y — si Dios, o un líder de verdad, no mete su mano— seguirían haciendo al pueblo dominicano. Pero, al reflexionar, me di cuenta que incluir eso aquí sería una imprudencia, por no decir una locura. “No debo arriesgar mi vida”, pensé,“por una mísera sátira, ¡ni que fuera una ‘obra maestra’ o el ‘cábala’ de los dominicanos!” Prefiero vivir con una fábula ‘imperfecta’ y sin ‘documentación’”, dije, “que morir por haber publicado los nombres de un bando de malhechores para quienes valdría un pepino mandarme a matar”. (Los aludidos entenderán por qué pensé y dije tales cosas.) Lamentablemente, República Dominicana se ha convertido en un verdadero “cambalache”, donde, como dice el viejo tango de Enrique Santos Discépolo: ¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!... ¡Ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador!... ¡Cualquiera es un señor, Cualquiera es un ladrón!... Pienso que la democracia, que tan bien complementa el capitalismo, ha sido el mejor sistema de gobierno que hasta ahora haya concebido el hombre para un pueblo plenamente consciente de sus derechos y responsabilidades. Sin embargo, en las siguientes páginas evoco una dictadura absoluta, en la que un hombre íntegro, pero de carne y hueso, dispone, ejecuta y hace ley. (Obviamente, no abogo por una “insurrección” armada; lo cual sería ilegal, inmoral, irracional y, sobre todo, contraproducente.) Lo hago, no porque pienso que el pueblo dominicano carece de conciencia política, ni nada por el estilo; lo hago, porque creo que, en estos momentos tan difíciles, es eso —una dictadura absoluta pero benevolente— exactamente lo que necesita República Dominicana para salir del fango en que se encuentra. No propongo elaborar un “plan de trabajo”, ni hacer una propuesta formal, con estipulaciones específicas. Tampoco voy a escribir un tratado sobre la “problemática dominicana”, con “soluciones programáticas”; ni mucho menos voy a defender una disertación repleta de notas eruditas y justificaciones filosóficas. Esas cosas —la mayoría basada en banalidades, sofismos y enormes sutilezas— se las dejo a los académicos, quienes, como dicen ellos mismos, para eso fueron a la escuela; y, a las decenas (¿centenas?) de ideólogos —mejor dicho: seudo intelectuales-vira-latas—, quienes, hoy más que nunca, andan por ahí, ”buscándosela” con los partidos políticos y medios de comunicación de masa. Lo que ofrezco aquí —casi al azar, amigo lector— es mucho más sencillo y fácil de entender; es algo así como un deseo, un sueño o un anhelo, en prosa, ¡que no soy poeta! (Lástima que a veces hasta parece una farsa.) Si con esto aporto, aunque sea un poco, al bienestar de la Patria, bien (me sentiré satisfecho). Mas, si por casualidad también logro crear algo “literario” que valga la pena, mejor (dormiré tranquilo). ¡Ojalá! que a ningún payaso —de los tantos que hoy pavonean en el escenario político dominicano—, no se le ocurra usar mi librito como trampolín para ascender a “la silla presidencial”, o como base para establecer una dictadura estilo Trujillo o Balaguer; porque, ¡entonces sí que se pone mala la cosa! Concebí esta obra en forma de“novela gráfica” (en realidad es una “nivola”, tal y como la define Miguel de Unamuno y Jugo); pero —como no encontré un dibujante con suficientes agallas o talento para realizar mi deseo—, decidí ejecutarla yo mismo. (No he tenido, ni he deseado, corrector o “editor”;* los errores — ortográficos, gramaticales, estilísticos o de hecho, al igual que las “infelicidades coloquiales”—, son míos; el único responsable de la concepción, el contenido y la ejecución de esta obra, soy yo; de manera que: el lector tendrá que usar su imaginación “al máximo” para entender mejor lo que he tratado de expresar. Acepto los defectos, pero para nada me interesa ningún merito que pueda atribuírsele a esta obra.) Así transcurriría la acción… _______ *Excepto en esta versión, con algunas pequeñas correcciones, casi todas ortográficas. CANTO I: PRELUDIO Dedicatoria: Para mi esposa, Sandra, y mi amigo, Justo; y para todo aquel que pretende ser verdaderamente grande en la República Dominicana actual. JCN UTOPÍA DOMINICANA 2 Prepárese para algo totalmente diferente... La “Revolución de abril” no fue nada más que... una chispa, un abrir y cerrar de ojo, un breve episodio bélico en una larga y cruel historia… He aquí… una revolución verdadera, en la que todo, absolutamente todo, cambia. Capítulo 1. NOTA DEL AUTOR

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Utopia dominicana, version tabloide: paginas 2-4.

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Page 1: Utopia dominicana - tabloide - pp 2-4

ADVERTENCIASi bien el autor se ha permitido

mezclar la realidad y ficción, de la vida de laspersonas públicas que aparecen en esta obra sólo ha

tomado sus nombres, imágenes y ciertos hechos notorios que lesconciernen. El resto, sobre todo el desarrollo de la acción o las

anécdotas que los afectan, es fruto de su imaginación.

C0NSEJOSi por casualidad

usted, amigo lector,es un niño—ya seapor su edad crono-lógica, o por falta dedesarrollo emocionale intelectual (o debido

al patriotismo barato queabunda en nuestro país)—

y tiende a rechazar larealidad tal y como es,por favor deténgaseaquí, ¡ahoramismo!

y vuelva a susquehacerescotidianos;

pues, definitivamente,¡esta obra no es para usted!

UtopíaPlan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como

irrealizable en el momento de su formulación.—Diccionario de la Real Academia Española

NivolaNovela en la cual el protagonista encarna una idea o una pasiónque le impedirá relacionarse con el mundo con normalidad.

—Miguel de Unamuno y Jugo

CUANDO empecé a escribir este libro, lo primero que hice fue elaborar una larga lista de políticos, militares y“empresarios”, activos y jubilados, que merecen ser fusilados por el gran daño que han hecho, hacen y —si Dios, o un líder de verdad, no mete su mano— seguirían haciendo al pueblo dominicano.Pero, al reflexionar, me di cuenta que incluir eso aquí sería una imprudencia, por no decir una locura.“No debo arriesgar mi vida”, pensé,“por una mísera sátira, ¡ni que fuera una ‘obra maestra’ o el ‘cábala’ de

los dominicanos!” Prefiero vivir con una fábula ‘imperfecta’ y sin ‘documentación’”, dije, “que morir porhaber publicado los nombres de un bando de malhechores para quienes valdría un pepino mandarme a matar”.(Los aludidos entenderán por qué pensé y dije tales cosas.)Lamentablemente, República Dominicana se ha convertido en un verdadero “cambalache”, donde, como dice

el viejo tango de Enrique Santos Discépolo:¡Hoy resulta que es lo mismoser derecho que traidor!...¡Ignorante, sabio, chorro,generoso o estafador!...¡Cualquiera es un señor,Cualquiera es un ladrón!...

Pienso que la democracia, que tan bien complementa el capitalismo, ha sido el mejor sistema de gobiernoque hasta ahora haya concebido el hombre para un pueblo plenamente consciente de sus derechos yresponsabilidades.Sin embargo, en las siguientes páginas evoco una dictadura absoluta, en la que un hombre íntegro, pero de

carne y hueso, dispone, ejecuta y hace ley.(Obviamente, no abogo por una “insurrección” armada; lo cual sería ilegal, inmoral, irracional y, sobre

todo, contraproducente.)Lo hago, no porque pienso que el pueblo dominicano carece de conciencia política, ni nada por el estilo; lo

hago, porque creo que, en estos momentos tan difíciles, es eso —una dictadura absoluta pero benevolente—exactamente lo que necesita República Dominicana para salir del fango en que se encuentra.No propongo elaborar un “plan de trabajo”, ni hacer una propuesta formal, con estipulaciones

específicas.Tampoco voy a escribir un tratado sobre la “problemática dominicana”, con “soluciones programáticas”;

ni mucho menos voy a defender una disertación repleta de notas eruditas y justificaciones filosóficas.Esas cosas —la mayoría basada en banalidades, sofismos y enormes sutilezas— se las dejo a los

académicos, quienes, como dicen ellos mismos, para eso fueron a la escuela; y, a las decenas (¿centenas?) deideólogos —mejor dicho: seudo intelectuales-vira-latas—, quienes, hoy más que nunca, andan por ahí,”buscándosela” con los partidos políticos y medios de comunicación de masa.Lo que ofrezco aquí —casi al azar, amigo lector— es mucho más sencillo y fácil de entender; es algo así

como un deseo, un sueño o un anhelo, en prosa, ¡que no soy poeta! (Lástima que a veces hasta parece unafarsa.)Si con esto aporto, aunque sea un poco, al bienestar de la Patria, bien (me sentiré satisfecho).Mas, si por casualidad también logro crear algo “literario” que valga la pena, mejor (dormiré tranquilo).¡Ojalá! que a ningún payaso —de los tantos que hoy pavonean en el escenario político dominicano—, no se

le ocurra usar mi librito como trampolín para ascender a “la silla presidencial”, o como base paraestablecer una dictadura estilo Trujillo o Balaguer; porque, ¡entonces sí que se pone mala la cosa!Concebí esta obra en forma de“novela gráfica” (en realidad es una “nivola”, tal y como la define Miguel de

Unamuno y Jugo); pero —como no encontré un dibujante con suficientes agallas o talento para realizar mideseo—, decidí ejecutarla yo mismo. (No he tenido, ni he deseado, corrector o “editor”;* los errores —ortográficos, gramaticales, estilísticos o de hecho, al igual que las “infelicidades coloquiales”—, son míos; elúnico responsable de la concepción, el contenido y la ejecución de esta obra, soy yo; de manera que: el lectortendrá que usar su imaginación “al máximo” para entender mejor lo que he tratado de expresar. Acepto losdefectos, pero para nada me interesa ningún merito que pueda atribuírsele a esta obra.)Así transcurriría la acción…

_______*Excepto en esta versión, con algunas pequeñas correcciones, casi todas ortográficas.

CANTO I: PRELUDIO

Dedicatoria: Para mi esposa, Sandra, y mi amigo, Justo; y para todo aquel quepretende ser verdaderamente grande en la República Dominicana actual.—JCN

UTOPÍADOMINICANA2

Prepárese para algototalmente diferente...

La “Revolución de abril”no fue nada más que...

una chispa, un abrir y cerrar deojo, un breve episodio bélicoen una larga y cruel historia…

He aquí…una revolución verdadera,

en la que todo, absolutamentetodo, cambia.

Capítulo 1.NOTA DEL AUTOR

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Capítulo 2.EL PRINCIPIO DEL FINAL

EL PRINCIPIO DEL FINAL fue el-relajo-que-se-hizo-pasar-por-el-entierro de Joaquín Bala-guer Ricardo.

Entre el caos, la desesperación y el duelode miles de personas que gritaban, aparente-mente desconsoladas, y que como animaleshambrientos abrazaban el ataúd del difuntocortesano, frente al Cementerio Cristo Re-

dentor, ese día fantasmagórico (20 de juliode 2002), alguien —“una ancianita de bajaestatura, gordita y con gafas tintadas”—dijo uno de sus vecinos, en Los Minas,llamó por teléfono móvil a Rótterdam, parainformar al líder del Movimiento PatrióticoDominicano, que, “¡sí, señor!” (como diríael Compadre Mon): había llegado el mo-mento…“¡para ‘pintar’ de nuevo la Patria!”

Esa “orejita” de la enana Felipa causó unaserie instantánea de llamadas telefónicas y

mensajes en clave por correo electrónico,entre Rótterdam, Santo Domingo, NuevaYork, Caracas y otras grandes ciudades delmundo—tan dispersas como Tokio, Sydneyy Bruselas—, donde desde hacía años se en-trenaban miles de dominicanos, los autode-nominados Centuriones de la Patria, con elfin de regresar a República Dominicana ycumplir con su deber patriótico.

Capítulo 3.EL CAMINO HACIA EL PODER

EL CAMINO HACIA EL PODER culminó una se-mana después, cuando 666 de los Centu-riones más capacitados se trasladaron clan-destinamente del exterior a República Do-minicana, disfrazados de turistas y “crio-llos” que regresaban con sus familiares alpaís.A su debido tiempo, 126 de ellos ocu-paron posiciones estratégicas en el Go-bierno y el sector privado; y, en mesessubsiguientes, se desplegaron 440 más através del territorio nacional, como “em-pleados públicos”, “comerciantes”, “galle-ros”, “banqueros”, “militares”, “maestros”y “sacerdotes”.

Estos facilitaron que, entre el 7 de enero yel 11 de septiembre de 2003, entraran al paíspor Haití: cuatro grandes cargamentos dearmas de fuego (rifles M-16, ametrallado-ras calibre 50, misiles antiaéreos, etcétera) y750 millones de dólares estadounidenses enefectivo, para repartirlos entre personasclaves en determinados núcleos de poder, enSantiago, San Pedro de Macorís, Monte-cristi, La Vega, Puerto Plata, SantoDomingo y otras ciudades importantes deleste, oeste, norte y sur.

Al año llegaron 6.000 Centuriones más—desde Venezuela, Estados Unidos, Japón,Inglaterra, España, Chile, Australia y Sud-África—, y formaron células durmientes (enefecto, una Quinta Columna), en el interiordel país.Años después—consecuencia directa, sinlugar a duda, de las locuras y mezquindadesde Hipólito Mejía, quien nunca pudo go-

bernar debidamente, ni jamás debió habergobernado, un país (mucho menos ocuparla presidencia de una nación soberana); losrepetidos pisotones a la Constitución y losprincipios democráticos que (especialmenteen marzo, abril y definitivamente en los díasinmediatamente antes y después de las elec-ciones presidenciales, en mayo de 2004),con apoyo del Poder Ejecutivo y los recur-sos del Estado (en nombre del siniestroPPH), dieron: Eligio Jáquez, Guido Gómez

Mazara, Rafael (“Fello”) Suberví Bonilla,Vicente Sánchez Baret, Salvador JorgeBlanco y otros títeres del poder; la ineptitudadministrativa y cívica de Leonel Fernán-dez Reyna y sus seguidores, tanto en laprimera como en la segunda y tercera ad-ministraciones del PLD; la insensatez,mediocridad, incompetencia y torpeza (sí,torpeza) de jefes de la “maquinaria política”de segunda y tercera clase (como HatueyDescamps, Jaime David Fernández yDanilo Medina), más líderes de movimien-tos y partiditos de cuarta y quinta categorías,de “izquierda” y “derecha” (comoMilagrosOrtiz Bosch, Orlando Jorge Mera, FernandoÁlvarez Bogaert y Eduardo Estrella); la apa-tía —en dominicano: la ignorancia y hara-

ganería— de la juventud dominicana, engeneral; la ausencia en el escenario políticonacional de los llamados “cabezas calien-tes” y “tira piedras” —quienes evidente-

mente desaparecieron, se escondieron,salieron del país o resucitaron como “em-presarios”, al expirar la conciencia social dela extrema izquierda en República Domini-cana (tan pronto se desboronó la Unión So-viética y se esfumó el marxismo-leninismodel planeta Tierra) y empezaron a llegar los“tigres matones” (degenerados para quienes

la vida humana no valía nada), repatriados—de Nueva York; Providence, RhodeIsland; Lawrence, Massachusetts; Dallas,Texas; LosAngeles, California; y otras ciu-dades de Estados Unidos— a SantoDomingo, Santiago, San Francisco de Ma-coris y otras ciudades, pueblos y campos deRepública Dominicana; la cobardía moralde la llamada “sociedad civil”, en la cual(casi siempre) figuraba algún paladín de laIglesia católica —cuando no Nicolás de

Jesús López Rodríguez, Agripino NúñezCollado —descaradamente envuelto enasuntos que ni personal, moral o profe-sionalmente le concernían (y que nadatenían que ver con la vida espiritual o pas-toral de sus feligreses); la negligencia cal-culada (eso es, cinismo estatal) de losgobernantes y mercaderes de los paísesricos, “avanzados” y tecnológicamente de-sarrollados (entiéndase: Estados Unidos,miembros de la Unión Europea, más Rusia,Japón, etcétera), para quienes daba igualque hubiera, o no, libertad en Haití,República Dominicana, Iraq, Afganistán oel Líbano, como que se hundiera, o no, elmundo entero —con tal de que ellospudieran maximizar sus intereses hege-mónicos y ganancias financieras—; laavaricia rampante (cualidad diabólica, másque criminal) de banqueros y accionistas degrandes empresas dominicanas y extran-jeras; la llamada “ola de violencia” —unaserie de barbaridades, inmoralidades ycrímenes de todo tipo—, con que los narco-traficantes, homicidas, violadores, pederas-tas, sádicos, asesinos y delincuentes(residentes y repatriados), con o sin apoyooficial (borrachos y/o endrogados), azota-ban la ciudadanía; más las decisiones críti-cas que, durante más de 25 años en elexterior, tomó El Líder; y los pasos contun-dentes que —con el respaldo de un sin-número de hombres y mujeres de visión yfervor patriótico, en todos los sectores delpueblo dominicano—dieron los Centu-riones de la Patria— colapsó el Gobierno,“falló” el Estado (mejor dicho: acabaroncon todo los ladrones encorbatados y elec-tos) y, ya vuelto un desastre, quedó el país alborde de la anarquía, hasta que—en un actode audacia, planificación y ejecución asom-broso, y sin precedente—, el 17 de agostode 20__, ascendió al poder El Líder para,por fin, imponer órden en el país.

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CANTO II: JUSTICIACapítulo 4.

LOS PRIMEROSNUEVE MESES

LOS PRIMEROS NUEVE MESES fueron, como lagestación humana: frecuentemente regoci-jadores, ocasionalmente desconcertantes, aveces sumamente difíciles y, finalmente,sangrientos—como muestra la siguientecronología abreviada.17 de agosto de 20__3:16 a.m. - Un comando de 375 Centu-riones ocupa el Palacio Nacional.3:16-4:30 a.m. - Otros 1.844 asaltan lasprincipales fortalezas y cuarteles de lasFuerzas Armadas y la Policía Nacional.3:24 a.m. - El Líder se apodera de la“Silla Presidencial”.7:17 a.m. - En Santo Domingo se rumoraque “algo grande acaba de suceder”. (Lagran mayoría de la ciudadanía, temerosa, sequeda en casa; pero, como siempre: algunos“tigres” celebran en las calles.)7:20 a.m. - El Líder comparece, porprimera vez, ante el pueblo; nadie lo re-conoce, pero deja tremenda impresión.7:23 a.m. - El Líder declara un Estado deEmergencia y ordena la “expulsión inme-diata” de todos los ciudadanos estadouni-denses en el país, excepto los “dominicanosnaturalizados en Estados Unidos”, más elEmbajador Americano y otros funcionariosde la Embajada Americana en SantoDomingo, “quienes”, dice, “naturalmentepueden quedarse y seguir espiando, sidesean; pero estos sujetos deben saber quejamás volverán a mandar en este país”.

7:27 a.m. - El Consejo de SeguridadNacional estadounidense se reúne de urgen-cia en el sótano de la Casa Blanca para con-siderar contingencias respecto a la“situación” que, “de repente”, se ha presen-tado en “esa república bananera”.8:29 a.m. -Anticipando “lo que podría in-ventar” el Gobierno estadounidense parajustificar una invasión a República Domini-cana, El Líder convoca una rueda de prensa—televisada en vivo al mundo entero porCNN, BBC de Londres, TVE de España yotros medios de comunicación.Invoca la soberanía nacional, rechaza la

“Doctrina de Monroe”, cita los estatutos dela Organización de Estados Americanos(OEA) y otros acuerdos y convenios;aunque, según él, estos habían sido firma-dos por los mandatarios deAmérica Latina,durante el siglo XX, “instigados por EstadosUnidos”.Luego, declara que jamás permitiría queningún “imperio, potencia o interés exte-rior” vuelva a involucrarse en los asuntosinternos de República Dominicana…10:18 a.m. - Tras evaluar la situación, ElLíder recomienda que también salgan delpaís “todos los ciudadanos de otras na-ciones”. “Pero”, advierte, “bajo ninguna cir-cunstancia permitiremos que salga de aquíningún dominicano, salvo aquel que hayanacido en tierra ajena”.(Salen del país miles de muchachos y“palomos” nacidos en el exterior, que visi-taban sus familiares; pero se impone “im-pedimento de salida” a cientos de miles de“dominicanyorks” que, por una u otrarazón, habían jurado defender la bandera es-tadounidense.)10:30 a.m. - El Líder anuncia que, “a par-tir de este momento, se acabó el relajo enRepública Dominicana”.Al escuchar esas palabras, miles de fun-cionarios de alto rango y “ricachones”, do-minicanos y de otras nacionalidades,reaccionan “como ratas a bordo de una naveque se hunde”.Pasan del miedo al pánico; recogen “hastalo que no pueden”; y “corren como locos” alas embajadas, aeropuertos, costas, muellesy frontera, en busca de salida inmediata;pero sus intenciones son frustradas porcomandos de Centuriones.10:35 p.m. - El Líder informa al pueblodominicano y a “la comunidad de na-ciones”, que, “de hoy en adelante”, enRepública Dominicana se gobernará pordecreto; y que, con el Decreto No. 1, quedandestituidos “todos los oficiales de lasFuerzas Armadas y la Policía Nacional conrango superior al de capitán”.10:36 a.m. - Los oficiales destituidos des-filan ante las cámaras. (Pronto serán ejecu-tados algunos.)10:37 a.m. - El Líder anuncia que, con elDecreto No. 2: son despedidos todos losfuncionarios del Gobierno, “hasta que de-terminemos quiénes son ‘botellas’, quiénesson competentes y quiénes serán ajusticia-dos”.18 de agosto9:00 a.m. - El Líder informa al pueblo do-minicano: que, con el Decreto No. 3, revocala Constitución; con el Decreto No. 4, dis-persa el Congreso Nacional; con el DecretoNo. 5, elimina la Suprema Corte Judicial;con el Decreto No. 6, cierra la Junta CentralElectoral; y, con el Decreto No. 7, extinguela Liga Municipal Dominicana.El impacto de estos decretos es devasta-dor, especialmente el último, que implicagrandes pérdidas monetarias para tantospolíticos corruptos.Varios funcionarios sufren infartos y he-morragias cerebrales; otros, se suicidan.9:15 a.m. - Allanan las oficinas del Go-bierno en Santo Domingo y Santiago, y de-tienen a todos los funcionarios antesmencionados. (Se televisa el acto, en vivo.)

10:43 a.m. - Comandos de Centurionessalen a “cazar ratas de dos patas”. Ejecutany cuelgan “ramilletes” de delincuentes enlas esquinas de las principales calles y par-ques de Santo Domingo, Santiago, SanFrancisco de Macorís, Puerto Plata y Casade Campo (La Romana).La gente en “la calle” pronto empieza aoler la “peste” de cientos de “tigres” que sepudren, no sólo en los barrios marginados,sino también en las urbanizaciones “adine-radas”, y hasta en los campos más lejanos.En las próximas semanas serán “lincha-dos” públicamente casi 20.000 delincuentesy criminales.Al finalizar la operación, oficialmente de-nominada “Campaña de limpieza social”,habrán “desaparecido” 44.328 asesinos,atracadores, violadores sexuales y ex fun-cionarios del Gobierno.10:45 a.m. - Con el Decreto No. 8, se pro-híben las actividades de todas las organiza-ciones políticas en República Dominicana,“incluyendo los partiditos, frentes ymovimientos, cuya única razón de ser”, diceEl Líder, ha sido: “agitar, robar y desfalcaral pueblo”.

10:47 a.m. - 12:00 meridiano. - Allananlas mansiones, congelan las cuentas bancar-ias y embargan los bienes de todos los diri-gentes del PRD, PLD y PRSC, “hasta quedeterminemos”, dice El Líder, “exactamentecómo hicieron esos bandidos sus fortunas”.20 de agosto10:10 a.m. - En otra rueda de prensa, conrepresentantes de los medios de comuni-cación de 48 naciones, el corresponsal deldiario New York Times en la región delCaribe, le pregunta a El Líder: “¿Podríausted decirnos exactamente cuáles son susintenciones?”A lo que éste responde: “Mi objetivo in-mediato, mister Goldberg, es poner órden yhacer justicia en mi país, que, como ustedbien sabe, ha sido azotado sin compasiónpor todo tipo y clase de delincuentes durantemuchos años”.“Pero, ¿cuál es su meta a medio plazo?”pregunta un reportero de El Nacional. “Mi‘meta a medio plazo’, Radhamés”, contestaEl Líder, “es lograr que todos los domini-canos vivamos según la integridad personal,y que establezcamos la excelencia comonorma en las actividades públicas y pri-vadas. Ustedes ya conocen mi ‘meta a largoplazo’. (A propósito, parece que en tu pe-riódico se han olvidado de la integridad per-sonal, cosa que enojaría a tu tatarabuelo,Gómez Pepín.)”

“Y, ¿cómo propone usted poner fin a lacrisis económica que sufren los domini-canos en estos momentos?” pregunta un re-portero del periódico El Vocero, de PuertoRico.“Entre otras cosas, señor Miranda”, res-ponde El Líder, “espero lograr que nuestragente deje de arriesgar la vida en el Canalde la Mona, por escapar la miseria enRepública Dominicana, para luego caer enpeor situación en alguna colonia de EstadosUnidos”.“Pero, caballero, dígame usted: ¿cómoacabará con la corrupción institucionalcrónica que aflige a su país?”, pregunta unareportera de la cadena de televisiónespañola Antena 3.“Pues, con astucia y valentía, señoritaPascual”, contesta El Líder; “y, si fuesenecesario: con terror, muerte y mutilación,tal y como lo hicieron los españoles en estehemisferio durante siglos”.Este intercambio entre El Líder y losmedios noticiosos —especialmente su con-tienda con la reportera y futura heredera deltrono español—, da la vuelta al mundo sieteveces, en menos de tres minutos, y pone aRepública Dominicana “bajo la lupa” inter-nacional (por lo menos hasta que se desataotro “rebulú” en el Medio Oriente).21 de agostoEn un discurso televisado desde la antiguaCorte Suprema de Justicia, El Líder explicapor qué y cómo transformaría al país, “de-arriba-abajo”…“Parto de la siguiente premisa”, dice: “Eldominicano evidentemente ha degeneradotanto, en los últimos 500 años, bajo el abusode poder, la corrupción y la mediocridad —desde los tiempos de Cristóbal Colón a laactualidad—, que ya no es capaz de fun-cionar debidamente como ciudadano oagente moral en sus transacciones interper-sonales, basado solamente en los cánones dela racionalidad; ahora también requiere losmartillazos de la brutalidad...“Por lo que he iniciado un proceso restau-rador, que lo dignificará para recibir todoslos beneficios de una democracia genuina.Además, en los próximos días anunciare-mos medidas que lo encaminarán hacia lacivilización verdadera...”“Ante todo”, prosigue, “propongo acabarcon la corrupción y el bandidaje, tanto en elGobierno como en los negocios y en lacalle... Luego, haré llegar agua y electrici-dad a ‘las cuatro esquinas’ del país, 24horas al día; haré que se acondicionen lascalles, carreteras y caminos; que se pro-porcione medicina de alta calidad y aten-ción médica superior, gratis, tanto enclínicas urbanas y rurales como en hospi-tales públicos y privados; y aseguraré quese sacien las necesidades nutritivas bási-cas de toda la población, sin tener que im-portar alimento de ninguna otra nación.(¡Da vergüenza que, en una tierra tan fér-til como la nuestra, tengamos que importarcarne, pescado, leche, frutas y hasta vege-tales!) Además, garantizaré que —pormedio de escuelas, institutos técnicos, uni-versidades y otros centros de educación dealta calidad—, toda persona cuyas facul-tades mentales funcionen relativamentebien aprenda, no sólo a leer, escribir,

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